Traducciónes: inglés
Mientras me preparaba para transmitir este mensaje del cielo, el Espíritu Santo me traía a la mente este versículo:
[Lucas 12:49] Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?
En estos últimos días están sucediendo muchos acontecimientos mundiales que sacuden al mundo entero. No creas que las cosas tan fuertes que están sucediendo en Oriente no afectan a Occidente. No creas que porque lo escuchas desde lejos, ese impacto no va a llegar a tu vida, porque todo lo que acontece en una parte del mundo afecta al resto.
El Espíritu Santo me hace entender que, así como la iglesia es un cuerpo y lo que le sucede a un miembro afecta al resto, directa o indirectamente, así también sucede con el mundo. Cuando en algún lugar del mundo hay una guerra o suceden cosas terribles, toda la tierra se ve afectada por esas olas de impacto.
Ahora veo una piedra que cae sobre el mar, y cuando cae, la repercusión de las ondas que genera ese impacto llega a otras costas, incluso a costas lejanas. Esto es lo que está sucediendo en Medio Oriente.
El Señor viene diciendo que estos acontecimientos mundiales iban a suceder en este tiempo, para avisar en primer lugar a su pueblo sobre lo que viene y que lo que está escrito se va a cumplir en este tiempo. El Señor lo hace para que su pueblo entienda en qué tiempos está viviendo y así entienda que ya no hay tiempo y que tiene que redimir ese poco tiempo que le queda, poniéndose a cuentas con el Señor y haciendo lo que tenga que hacer. El Señor quiere que su pueblo salga de la tibieza donde está y se caliente por Él antes de que el tsunami le toque.
Estamos en tiempos turbulentos y el Señor está utilizando bocas en estos últimos días para advertir lo que va a suceder y alertar acerca de que las cosas no van a mejorar, sino a empeorar, porque ya está escrito. El Señor tiene sus bocas proféticas y sus atalayas, y la iglesia del Señor Jesucristo, e incluso el mundo, deberían escucharlos, abrir sus oídos, entender y poner en práctica las instrucciones divinas que el Señor está dando a través de ellos.
También hay adivinos y ocultistas, que el diablo utiliza para dar falsas profecías, pero eso no quiere decir que Dios no tenga a los suyos, que están hablando verdad de parte de Él.
Como una de esas bocas proféticas, yo estoy aquí de pie, aun después de haber sufrido tantos golpes por palabras que Dios me dio y que tuve que defender y sostener, esperando todos estos años para que el pueblo de Dios vea el cumplimiento de esas palabras y crea que es Dios el que está hablando. Y finalmente, vemos cómo la guerra profetizada entre Israel e Irán se está desarrollando.
Esta profecia que entregué en el año 2018 decía que la serpiente iba a dar un ataque mortal primero. Y el 7 de octubre de 2024, utilizando una de sus marionetas, Irán dio el primer paso para destapar una olla que ya estaba hirviendo. Sabemos que Irán e Israel nunca fueron amigos, pero nunca hubo una guerra con todas las letras como la que se está desarrollando en este momento.
A través del mensaje profético de hoy, el Señor quiere hacer un llamado especial a su pueblo para que interceda por las cosas que están pasando y no sea como alguien que va al cine y se sienta a mirar la película para entretenerse. El Señor quiere llamarte a que seas un agente activo mientras todos estos acontecimientos se desencadenan en el mundo.
El Señor me muestra ahora un dominó, y cuando la primera ficha cae, empiezan a caer las demás, una por una. A través de esta visión, el Señor quiere decir que se han desencadenado eventos que estaban profetizados para los días finales y que esto no se va a detener.
En las palabras proféticas que recibí hace años y años, Dios decía que viene guerra a las naciones y que las naciones se están armando. Las fábricas de armas están trabajando como nunca y las naciones se van a empobrecer, porque la mayor parte de sus recursos económicos los van a utilizar en producir armamento.
El Señor decía que no hay paz y que el tiempo del fin es como los dolores de parto de una mujer: habrá sucesos importantes, dolorosos y trágicos que sacudirán todos los cimientos de la tierra y de la vida del hombre, y después, períodos de descanso.
Una de las primeras palabras proféticas que entregué habla sobre los dolores de parto, diciendo que los dolores de parto ya habían comenzado sobre el mundo y que su pueblo tiene que prepararse, porque se iban a desencadenar los acontecimientos finales profetizados en la Biblia para los días postreros.
[Apocalipsis 12:2] Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.
Ese es el proceso en el que está el mundo y en el que nosotros nos vemos envueltos, proceso que Dios está permitiendo y a través del cual la iglesia pasa para ser refinada y fortalecida, para que su fe crezca y ella muestre que camina en fe, creyendo lo que está escrito y estando decidida a perseverar hasta el final.
Este es el tiempo del cumplimiento de Mateo 24. Las contracciones ya han comenzado y no van a frenar, porque una vez que un proceso de parto se desencadena, nadie puede frenarlo.
Las palabras del Señor para su pueblo
Hijitos, dice el Señor, ¿están ustedes mirando el panorama mundial? ¿Están mirando al planeta? ¿Están observando lo que está aconteciendo en la tierra en este tiempo desde una perspectiva alta o desde una perspectiva carnal?
Muchos de ustedes están pensando de una manera humana, con una sabiduría terrenal, con una ciencia adquirida de los hombres, dice Dios. Están mirando lo que pasa con los ojos carnales, no con los ojos espirituales. Están pensando a la manera del hombre, no de Dios. Están pensando con la mente de Adán, no con la mente de Cristo. No están observando desde arriba como observo Yo, dice el Señor.
Amigos míos, dice el Señor, entiendan que lo que está ocurriendo tiene que ocurrir. Pero aun así, mientras que lo que está escrito se cumple desde la A hasta la Z, quiero que ustedes sean agentes activos que provocan cambios de dirección en ciertas situaciones que dependen de la intercesión del hombre.
Hay cosas que ciertamente se van a cumplir y que son inamovibles, dice el Señor. No hay oración que pueda cambiar la dirección de esas cosas que ya he decretado y que no van a cambiar. Pero hay otras cosas que dependen de la intercesión de mi pueblo, dice el Señor, porque de otra manera, ¿qué valor tendría la oración? ¿Qué valor tendría la oración de aquel que levanta vallado por las cosas que están sucediendo o que están a punto de suceder?
En este momento, dice Dios, los estoy llamando a abrir sus bocas y a clamar por esos acontecimientos mundiales que se están desencadenando sobre la tierra. El intercesor limpia el terreno para que lo que está escrito se cumpla de la A a la Z. El intercesor que clama, que gime, que llora, que ayuna, que se consagra y que se entrega en esa oración tiene el poder de mover mis entrañas para que quizás lo que estaba a punto de enviar sobre ciertos reyes, poblados, naciones, e inclusive congregaciones o personas, cambie el curso.
El Espíritu de Dios me vuelve a insistir que hay cosas que se van a cumplir porque hay un plan profético que tiene que darse. Hay cosas sobre las cuales no hay marcha atrás. No hay clamor ni súplica ni sudor ni lágrimas que puedan cambiar el curso de esas cosas que ya están determinadas en ese plan profético perfecto que el Señor ideó desde antes de la creación del mundo para que el mundo sea redimido.
Si esas cosas no se cumplirían, el mundo no podría ser redimido, dice el Señor. Sin embargo, para que el mundo pueda ser levantado nuevamente de donde cayó, ese plan profético tiene que darse, dice el Señor. Son estrategias celestiales que ustedes no siempre pueden entender, porque mis planes son superiores a los planes de los hombres.
El hombre no siempre tiene la capacidad de entender los pasos que Yo doy, dice el Señor. Sin embargo, el hombre igualmente tiene que creer y tener fe de que Yo soy bueno y que el propósito final es la salvación de lo que se cayó, la restauración de lo que se quebró.
[Isaías 55:9] Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Ustedes tienen que interceder por el Espíritu Santo, dice el Señor. Si ustedes no pueden escuchar o entender claramente lo que el Espíritu Santo les marca para interceder, están en peligro de que esa intercesión caiga por tierra, de que esa intercesión sea como un árbol que no da frutos porque no está regado por las aguas del Espíritu Santo.
Ustedes no deben interceder por lo que se les ocurra, dice el Señor, sino acorde a lo que está escrito e inspirado por el Espíritu Santo.
El Señor me revela que muchos de ustedes están pensando en sus corazones: «Pero no sé cómo orar. No sé cómo interceder por lo que está pasando. No sé cómo interceder por Israel ni por las naciones. No sé si orar por la paz o por la guerra. No sé si orar por los israelíes o por los iraníes. No sé si tengo que orar por los judíos, porque la mayoría de ellos están velados hoy en día y alejados de Dios por no creer en Jesús como el Mesías».
¿Acaso no está escrito que el Espíritu Santo de Dios les enseñará todas las cosas? pregunta el Señor. ¿Acaso no está escrito que cuando el Consolador fuera enviado a la tierra, no tendrán necesidad de que sus hermanos les enseñen nada?
[Juan 14:26] Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Pero el error que muchos de ustedes están cometiendo es que no se han enchufado a la fuente de la intercesión perfecta, que es el Espíritu Santo. Les han enseñado a repetir oraciones vanas, dice Dios, pero no les han enseñado en mayor medida a conectarse con la fuente de una intercesión que lleve frutos para el Reino, que acelere los tiempos que tengan que ser acelerados y que ralentice los tiempos que tengan que ser ralentizados.
Muchos de ustedes han sido enseñados más por hombres que por el Espíritu Santo de Dios. Y si bien es válido y está escrito que cada parte del cuerpo necesita al resto y que Jesús mismo instituyó apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para la edificación de la iglesia, no debe ser esa la guía principal en sus vidas, dice el Señor, sino el Espíritu de Dios.
Ustedes tienen que orar con revelación y entendimiento por los acontecimientos mundiales que se están dando, dice Dios. Tienen que tomarse de estas dos riendas fuertes: revelación y entendimiento. Tienen que conocer la Palabra para saber cómo orar acorde a lo que está escrito y no acorde a lo que el mundo espera de lo que está sucediendo.
Muchos de ustedes están pidiendo paz con respecto a ciertas guerras, cuando no es lo que Yo he decretado para ellas, dice el Señor, y en vez de establecer lo que Yo quiero establecer en el mundo, están orando de manera contraria, complicando las cosas. Si está escrito que guerra iba a venir sobre ciertas naciones, eso es lo que tienen que orar, eso es lo que tienen que pedir, y por eso tienen que clamar, dice el Señor.
El Espíritu me revela en este momento que algunos se escandalizan de lo que estoy diciendo, preguntándose en sus corazones: «¿Cómo voy a pedir guerra? ¿Cómo puede ser que Dios esté diciendo que yo tenga que interceder para que la guerra se desarrolle o que continúe?».
El Señor dice que muchos de ustedes no ven respuesta a sus oraciones porque están orando contrario a lo que está escrito. Y me viene este pasaje de la Biblia:
[Sofonías 2:4-5] Porque Gaza será desamparada, y Ascalón asolada; saquearán a Asdod en pleno día, y Ecrón será desarraigada. ¡Ay de los que moran en la costa del mar, del pueblo de los cereteos! La palabra de Jehová es contra vosotros, oh Canaán, tierra de los filisteos, y te haré destruir hasta no dejar morador.
El Espíritu Santo dice que cuando nosotros vemos un conflicto desarrollándose en un punto de la tierra, lo primero que tenemos que hacer es ir a la Palabra y buscar qué está profetizado sobre ese lugar o esa situación. Tenemos que ser entendidos y saber lo que está escrito sobre esa situación o ese lugar, que es la voluntad de Dios, y proclamar esos versículos y orar para que lo que está escrito se cumpla y no lo contrario. Porque, de lo contrario, podríamos ser encontrados desparramando en vez de juntar con el Señor.
Dios dice que muchos de ustedes están orando por una paz ficticia que no está profetizada para este tiempo, y que muchos de ustedes están intercediendo de manera contraria a la voluntad del Señor para ciertos conflictos que se están dando en el mundo.
En primer lugar, esto pasa porque no tienen el entendimiento ni el conocimiento de lo que está escrito. Muchos de ustedes no conocen lo que está escrito sobre esos eventos porque no leen a los profetas del Antiguo Testamento, no leen el Apocalipsis ni los pasajes donde el Señor profetiza sobre estos tiempos postreros.
En segundo lugar, es porque no la interpretan bien. Muchos no saben interpretar. No estudian ni piden revelación sobre esos pasajes, y entonces no lo entienden.
A través de este mensaje profético, el Señor está haciendo un llamado urgente a interceder por estos eventos globales que pueden desencadenar procesos de los cuales ya no haya marcha atrás, afectando al mundo entero y poniéndolo patas para arriba.
Ahora veo una trompeta, y Dios dice que levantemos vallado por las naciones de la tierra y por Israel en este tiempo. Pero si no conocemos la Palabra, si no la entendemos y si no tenemos revelación sobre ella, ¿cómo podemos interceder por esos eventos?
En primer lugar, debemos tener conocimiento y entendimiento de la Palabra para proclamar lo que ya está escrito para varios lugares de la tierra y situaciones que se están dando. En segundo lugar, necesitamos revelación por el Espíritu Santo al momento de interceder, para orar proféticamente y no carnalmente, intercediendo por lo que el Espíritu nos revela que tenemos que interceder.
El Señor dice que todos podemos interceder de manera profética, porque la Biblia dice que todos pueden profetizar uno por uno y que, de todos los dones que el Espíritu Santo concede, el que más tenemos que anhelar es el don de profecía.
[1 Corintios 14:31] Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados.
[1 Corintios 14:31] Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis.
Una de las cosas que el don de profecía nos permite es interceder de manera profética. Cuando uno intercede de manera profética, no está ciego en lo que está intercediendo. Primero entiende por el Espíritu Santo cuál es la voluntad de Dios para ese evento, y después intercede acorde a eso.
El Señor dice que la intercesión no debe ser ciega, sino que primero tenemos que recibir los motivos de intercesión y la voluntad de Dios sobre esa situación, y después proclamarla y clamar, pedir y gemir por lo que el Espíritu Santo está mostrando que está en el corazón de Dios, de modo que lo que está escrito se cumpla por causa de nuestras intercesiones.
El intercesor tiene que establecer el reino de Dios sobre la tierra. Pero ¿cómo puede establecer un reino que no conoce? ¿Cómo puede obedecer al Rey de ese reino si no sabe qué hay en su corazón, si no sabe qué es lo que Dios quiere sobre esa situación?
Muchos de ustedes están pidiendo por la paz en Gaza y no están intercediendo acorde a lo que está escrito de Gaza, dice el Señor. Es lícito pedir por los palestinos inocentes, pero no es lícito pedir por los terroristas.
Hijitos, dice el Señor, muchos de ustedes están orando para que Israel detenga su mano contra Hamás y Hezbolá. Muchos de ustedes están pidiendo para que Israel baje el brazo extendido sobre sus enemigos, y están pidiendo mal.
El Señor dice que su pueblo tiene que pedir por la destrucción de los terroristas. No de los civiles de esos pueblos enemigos que hoy están atacando a Israel, sino de los terroristas y los asesinos que quieren exterminar a los judíos si fuera posible.
Muchos de ustedes están pidiendo por paz, cuando Yo no quiero paz, dice el Señor. Mi pueblo tiene que interceder acorde a mi voluntad, no acorde a lo que el mundo predica.
Ustedes no entienden que deben clamar por misericordia para los que quedan en el medio, pero no para los que son cabeza y que han enviado la orden para exterminar al pueblo que Yo escogí: a los descendientes de Abraham según la carne.
Ustedes no entienden que el Ayatolá los quiere borrar de la faz de la tierra, como si nunca hubieran existido, igual que cuando uno arranca un árbol de raíz y ya no queda memoria de él, para plantar un árbol de Alá, dice el Señor. ¿No entienden que si los enemigos de Israel no fueran exterminados, Israel lo sería?
Ustedes tienen que orar acorde a lo que está escrito y no a lo que ustedes creen, dice el Señor. Se están equivocando, amados míos, perdonando la vida a aquellos que han sido enviados para exterminar a mi pueblo, de la misma manera que Israel, cuando debía eliminar por completo a los filisteos, no lo hizo.
Ustedes no están entendiendo que Yo le estoy pidiendo a mis intercesores que oren para que la destrucción venga sobre los filisteos, dice el Señor.
¿Acaso creen que lo que digo es fuerte? ¿Qué harían ustedes si fueran sus hijos y no los hijos de Israel quienes estuvieran siendo buscados por estos sicarios para ser exterminados? ¿Qué harían ustedes si supieran que sus nombres, apellidos y toda su línea genealógica están siendo marcados para ser exterminados y sus nombres borrados como si nunca hubieran sido escritos?
Los enemigos de Israel no están viniendo contra Israel; están viniendo contra mí, dice el Señor, y ustedes están orando por Palestina. Están orando para que la bandera de Palestina sea colocada sobre Gaza y no saben lo que están pidiendo, dice el Señor. Están confundidos, amados míos. Rectifiquen la intercesión y vuelvan a las Escrituras.
El Espíritu Santo me revela ahora que muchas congregaciones no tienen entendimiento de cómo orar por estas cosas. Están pidiendo que se detenga todo lo que está pasando en Israel, con sus enemigos alrededor, y no entienden que esto se tiene que dar para que la bandera del Estado de Israel siga ondeando y siga estando plantada en esa tierra que Dios le concedió a Abraham para siempre, como dice la Biblia.
[Génesis 13:15] Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.
Cuando leen este pasaje, dice el Señor, ustedes no son conscientes de que se refiere no solamente a los descendientes de Abraham según la carne, sino que la herencia de esa tierra, espiritualmente hablando, también les corresponde a los descendientes de Abraham por la fe. Estos son ustedes, desde el momento en que nacieron de nuevo por agua y por Espíritu en el nombre de Jesús, el judío de los judíos.
Por lo tanto, dice el Señor, ustedes tienen que clamar por esa tierra como parte de su herencia espiritual. Ustedes tienen un derecho legal sobre esa tierra, todos los que están nacidos de nuevo en el nombre de Yeshua, bautizados en agua y en espíritu en ese nombre y hechos ciudadanos del reino de Israel, judíos en el espíritu, como está escrito. Ustedes tienen el derecho legal de reclamar esa tierra, dice el Señor.
[Romanos 2:28-29] Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.
Ustedes hablan de los judíos como si fueran un tema ajeno a sus propias vidas, cuando ustedes son judíos en lo interior, circuncidados en el corazón y miembros de un Israel espiritual que obtendrá la promesa de la nueva Jerusalén celestial, y no están teniendo en cuenta que tienen que interceder y clamar por esa tierra que Yo le di a Abraham, dice el Señor.
Yo (Noelia) estoy viendo un papel que representa un derecho legal, y el Señor me dice que es una legalidad que nosotros tenemos en la mano y que no utilizamos para interceder.
A través de esta palabra profética, el Señor les está dando hoy herramientas a los intercesores que sienten una carga de intercesión profética por lo que está atravesando Israel en estos días y no saben cómo hacerlo.
Ustedes son judíos, dice el Señor, y muchas veces no están conscientes de esto y no lo tienen en cuenta. Ustedes son verdaderos adoradores, en espíritu y en verdad, y ciertas promesas son para ustedes también, dice Dios. Por lo tanto, cuando interceden, tienen que interceder como por algo que es suyo, algo que les corresponde también a ustedes, espiritualmente hablando, algo que los afecta directamente, dice el Señor.
Ustedes han sido injertados en ese olivo. Por lo tanto, lo que acontezca al Israel carnal afecta directamente al Israel espiritual, que son ustedes, los judíos en el espíritu.
Entiendan que muchos de ustedes están intercediendo de una manera tibia por algo que deberían defender con uñas y dientes, dice el Señor. Muchos de ustedes se están sintiendo ajenos a los conflictos que Israel está atravesando, cuando en realidad deberían defender ese olivo en el que están injertados, porque si el olivo es cortado, ustedes también serán cortados juntamente con él.
Ustedes no están entendiendo que los enemigos de Israel son sus enemigos y que deben defender no solamente al pueblo judío según la carne, sino también a la tierra de Israel, a donde ahora están volviendo los judíos, como si fuera su tierra. Aunque muchos de ustedes no estén viviendo allí, dice el Señor, deberían orar como si fuera su casa, porque en sentido espiritual esa es literalmente su casa.
[Romanos 11:17-18] Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.
Ustedes tienen que orar para que esa raíz no sea arrancada, dice el Señor, porque si oran por ese árbol, están orando por ustedes mismos, que están injertados en ese árbol. La iglesia tiene que realmente cambiar la forma en la que intercede por Israel y entender que cuando está intercediendo por Israel, está intercediendo por ella misma.
Todos los que están en contra de Israel están en pecado y tienen que arrepentirse de venir contra mí, dice el Señor, porque todo el que se opone a mis planes, a mí se opone.
Por eso es importante que la iglesia deje de orar contrario a la voluntad de Dios acerca de lo que está aconteciendo hoy en día y empiece a orar conforme a la voluntad de Dios, para no estar en pecado —el pecado de rebelión— y para no pedir algo que Dios no quiere que pidamos ni orar en contra de lo que el Señor ya dejó escrito.
Hijitos, despierten y sean serios con la oración, dice el Señor. Sean serios con la intercesión. Sean serios con las cosas espirituales.
Pero aún hoy, cuando vemos esta guerra desarrollándose entre Israel e Irán —guerra que el Señor mismo anunció hace tiempo atrás— y las cosas agudizándose día a día, nos hacemos los oídos sordos.
El Señor me revela que muchos de ustedes dicen: «Sí, pero eso está pasando muy lejos. A mí no me afecta», o dicen: «Ah, pero eso está en otro continente, en la otra punta de la tierra».
Esto es lo mismo que dejar minar sus propias casas, dice el Señor. Permitir que Israel siga siendo minado por esos enemigos que lo quieren exterminar es lo mismo que permitir que dejen minar sus propias casas, dice el Señor. Están siendo negligentes con algo de lo cual tienen que ocuparse.
El Espíritu Santo también me trae ese pasaje como tip para interceder por Israel en este tiempo:
[Génesis 12:3] Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
El Señor dice que cuando intercedemos, debemos proclamar este versículo y bendecir a Israel y la tierra que Dios le entregó a Abraham y su descendencia. Debemos bendecir al pueblo judío, a ese olivo en el cual estamos injertados, porque cuando bendecimos a los judíos, nosotros mismos recibimos esa bendición que sale de nuestras bocas y que Dios respalda y aprueba, porque es lo que está escrito que debíamos hacer.
Pero si estás maldiciendo a Israel y a los judíos, no importa si estás nacido de nuevo o no, estás maldiciendo a Dios y pecando contra Él. Tienes que arrepentirte y entender la seriedad de lo que estás haciendo y las consecuencias que va a traer no solo sobre tu vida, sino sobre tu descendencia. Porque la maldición que Dios pronuncia sobre los que maldicen a Israel —a Abraham y su descendencia y a esa tierra que Dios les entregó— no cae solamente sobre el que proclama esa maldición, sino también sobre su descendencia.
El Señor dice que muchos de ustedes deben arrepentirse por haber sido livianos en este tema, por no haber encarado la intercesión y la oración por su pueblo en el conflicto que hoy se desarrolla entre Israel e Irán, así como entre Israel y Hamás o Hezbollah, todos estos enemigos que lo rodean y lo atacan permanentemente.
Tienen que arrepentirse de no ocuparse de este asunto como si fuera suyo, dice el Señor, porque actuando así se están haciendo los ciegos ante algo que los afecta directamente. Amigos míos, estoy llamando a un pueblo a que sea entendido.
Noelia: Y me viene este pasaje a la mente:
[Jeremías 49:35-39] Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo quiebro el arco de Elam, parte principal de su fortaleza. Traeré sobre Elam los cuatro vientos de los cuatro puntos del cielo, y los aventaré a todos estos vientos; y no habrá nación a donde no vayan fugitivos de Elam. Y haré que Elam se intimide delante de sus enemigos, y delante de los que buscan su vida; y traeré sobre ellos mal, y el ardor de mi ira, dice Jehová; y enviaré en pos de ellos espada hasta que los acabe. Y pondré mi trono en Elam, y destruiré a su rey y a su príncipe, dice Jehová. Pero acontecerá en los últimos días, que haré volver a los cautivos de Elam, dice Jehová.
El Espíritu Santo me confirma que este pasaje habla en parte sobre Irán y que tenemos que orar con este pasaje sobre Irán.
Ahora estoy viendo una serpiente en Irán, que representa al Ayatolá, el líder supremo del régimen iraní, y el Señor me revela que su cabeza tiene que ser cortada.
El Señor dice que muchos de ustedes están intercediendo mal por este asunto, pidiendo cosas que no vienen de Él, y que lo que Israel está haciendo es cumplir con sus órdenes directas de eliminar a esta serpiente. Nosotros tenemos que orar por eso, apoyando a Israel y no a sus enemigos, a las cabezas del régimen de Irán, que están fraguando para exterminar a Israel.
Oren, oren, dice el Señor. Oren acorde a mi voluntad y no a la suya. Pídanme entendimiento, dice el Señor, y pidan el exterminio de esa serpiente que no solo busca envenenar a Israel, sino devorarla.
Noelia: Estoy viendo una serpiente que se come a un ratón, y el Señor me hace entender que esa serpiente representa al régimen que gobierna Irán, el cual ve a Israel como un ratón pequeño y fácil de borrar del mapa.
Y me vienen a la mente esos pasajes en la Biblia donde se nombra a Israel como el «gusano de Jacob», como alguien pequeñito al cual nadie le tiene miedo. Pero lo que no saben es que detrás de ese gusano está el Dios Todopoderoso.
Hijitos, oren para el exterminio del Ayatolá y de todos los miembros del infierno, dice el Señor.
El Señor se refiere a todos los miembros de su red. Lo primero y lo principal que tienen en su mente y en su corazón, por lo que rezan a su dios y por lo que trabajan día y noche, es destruir a Israel. El primer propósito de ellos no es el pueblo de Irán, sino que están obsesionados con exterminar a los judíos.
El Señor deja en claro que cuando Él dice que oremos por el exterminio de estas personas, se refiere a los asesinos y a los radicales. El Señor no habla de la población inocente, sino de la red extremista que gobierna Irán, trabajando con todas sus fuerzas para destruir a Israel.
Oren para la eliminación del enemigo, dice el Señor, refiriéndose a los terroristas. Tengan misericordia de los que Yo tengo misericordia, dice el Señor, pero no tengan misericordia de los que Yo no tengo misericordia.
Mi misericordia no se extiende a los que buscan el exterminio de mi pueblo sobre la tierra, porque todo el que venga contra él, viene contra mí, dice Dios.
Pidan misericordia para quienes Yo extiendo mi misericordia, dice Dios, pero pidan juicio para aquellos sobre quienes ya está el juicio por odiar y querer exterminar a mi pueblo, al cual Yo establecí en esa tierra.
Entiendan la diferencia entre clamar, orar e interceder por aquellos que no tienen en su corazón el propósito de que mi pueblo desaparezca, y orar e interceder por mis enemigos.
Ustedes tienen que entender la diferencia entre interceder por los que son inocentes en el corazón, que no maldicen a mi pueblo y que lo quieren dejar vivir, e interceder por alguien que no vacila en clavarle una espada a un bebé recién nacido para que deje de existir porque tiene la marca de ser judío como estigma.
Ustedes tienen que entender cómo orar para favorecer a los que Yo favorezco, dice el Señor, y cómo orar para desfavorecer a los que están desfavorecidos por mí.
Amados, sean entendidos y separen todas las cosas, dice el Señor.
Noelia: Veo el mapa de Irán y mucha población, y en ese mapa hay puntitos rojos. El Señor quiere decir que no tenemos que orar por la exterminación de la población iraní inocente, sino en contra de esos puntitos rojos, que representan a los enemigos de Israel, los que trabajan para que el pueblo de Israel desaparezca y para entregarle esa tierra a la serpiente.
Tenemos que orar en contra de esa contaminación que hay en Irán hoy en día, no en contra de Irán como país. Tenemos que interceder a favor de los iraníes que nada tienen que ver con este odio hacia los judíos, pero orar por juicio y por la eliminación —esto escucho— de aquellos que están fraguando planes en contra del pueblo judío.
Para aclarar lo que dije antes, Dios me muestra que hay una diferencia entre interceder por gente que está bajo su gracia y gente que ya no camina bajo su gracia. Hay personas a las que el Señor no extiende su gracia por causa de su maldad, de la iniquidad y de ir en contra de lo que Él defiende, en contra de su elección, Israel.
El Señor me hace entender que este Ayatolá y todos los grupos terroristas que él utiliza para atacar a Israel vienen del infierno y, por lo tanto, son nuestros enemigos.
Son emisarios de Satanás, ungidos por él con la misma unción antisemita que recibió Hitler, ese otro elegido de Satanás para exterminar a los judíos. El espíritu antisemita que se movía en Amán es el mismo espíritu que se mueve hoy en día, junto con el espíritu del anticristo.
Satanás utiliza a esta gente como instrumentos en contra de la elección de Dios, y nosotros somos sus enemigos porque estamos del otro bando. Nosotros somos ungidos de Dios para hacer su obra. Por lo tanto, ellos son también nuestros enemigos, no solo los de Israel y de los judíos.
Así que tenemos que entender quiénes somos, cuál es nuestra descendencia por fe, cuáles son nuestros derechos legales en el espíritu y clamar acorde a ese conocimiento. Y también tenemos que pedirle revelación al Espíritu Santo sobre cómo Dios quiere que oremos para que su Reino sea establecido sobre la tierra y no se haga lo que el hombre cree que se debe hacer.
El Señor dijo que este es un tiempo de guerra y no de paz, y muchos están pidiendo por paz en causas donde la guerra tiene que darse para lograr los propósitos de Dios sobre el mundo. No estoy diciendo que nunca tiene que pedirse paz, sino que paz no tiene que pedirse donde Dios ya decretó guerra y hasta cuándo Dios ya decretó guerra.
Pidan revelación divina y no se dejen llevar por comentarios mundanos, dice el Señor. Tengan entendimiento de arriba y no de abajo, y no se dejen convencer.
Yo (Noelia) escucho la palabra «genocida». El mundo quiere convencer inclusive a la iglesia de que Israel es un genocida, y los que no entienden la Biblia y no piden revelación por el Espíritu Santo de Dios han comido esa mentira.
¿No se dan cuenta de que los otros pueblos han sido los genocidas en contra de los judíos? pregunta el Señor. ¿No se dan cuenta de que no es Israel el que sale a conquistar el mundo, sino que es el mundo el que quiere conquistar a Israel? ¿No se dan cuenta de que las flechas no salen desde Israel hacia los países enemigos para atacar, sino para defenderse? ¿No se dan cuenta de que lo que está pasando viene por mi directiva y no por la directiva del diablo?
Pero mi iglesia no entiende. Mi iglesia perece por falta de conocimiento y peca, porque habla de lo que no conoce y de lo que no me preguntó.
Si quieren orar verdaderamente acorde a lo que está en mi corazón, dice el Señor, entonces conéctense con la fuente: con las Escrituras, con la Palabra de Dios. Sean entendidos de los tiempos y hagan lo que tienen que hacer, dice el Señor, proclamando lo que ya está escrito que Yo dije que iba a hacer, no lo que a ustedes les parezca.
No sean más carnales, dice el Señor, sino que vuelvan a ser realmente espirituales. Hay un Israel que está sangrando, dice el Señor, y ustedes lo están viendo y no están haciendo nada por ese sangrado. Actívense, hijitos, dice el Señor, porque cuando ustedes claman por esto, lo hacen por mí y para mí, ofrendando un clamor que cae directamente en mi copa.
Amigos, entiendan y dejen de hablar de lo que no saben, de lo que no conocen, de lo que no han visto, acusando y condenando situaciones que les han contado y que están escuchando de lejos, pero sobre las cuales no tienen toda la verdad sobre la mesa.
Tengan cuidado, dice el Señor, porque podrían estar mintiendo en mi nombre. Los que hablan sobre Israel hablan sobre Mí, que soy el Dios de Israel. Por lo tanto, tienen que cuidar lo que hablan sobre Israel, no vaya a ser cosa que sean encontrados mintiendo en mi nombre, dice el Señor.
Hoy les he dado cartas para clamar, para orar, para interceder, cartas que deberán usar. Les he dado claves y llaves para saber cómo interceder.
El Señor dice que Él envía a sus ángeles para inspirar a su pueblo que realmente está interesado en interceder por lo que Dios espera que intercedamos. El Señor envía sueños sobre este tema para que ustedes sepan cómo orar acorde a lo que están viendo en esos sueños.
El Señor en ninguna manera está diciendo que todo el pueblo de Israel es santo, correcto, y mucho menos que no peca. Sabemos que Tel Aviv es conocida como el centro mundial de la perversión, la capital del homosexualismo, el Sodoma y Gomorra de este tiempo.
Sabemos también que el pueblo judío, en su mayor parte, tiene un velo que Dios mismo les ha puesto para que nosotros, los gentiles, podamos ser salvos. Y cuando el tiempo de los gentiles se cumpla, ese velo será quitado y todo Israel será salvo.
Todo tiene un porqué y un propósito, y Dios no está diciendo que Israel hace todo bien. El Señor es justo y está pesando cada acto de cada judío y de cada israelí en su balanza, y no dejará impune a los culpables, sea de la nación que sea o de la descendencia que sea.
Dios no hace acepción de personas, pero eso no quita que hay una elección, que hay una Palabra que tiene que cumplirse y que nosotros tengamos que participar para que esa palabra se cumpla.
Hijitos, entiendan que soy un Dios justo, dice el Señor, un Dios que no dejo inmune a los culpables, que no los dejo sin las consecuencias de sus pecados y de sus maldades, y que no hago acepción de personas. Y el que se levanta contra Israel, que es la niña de mis ojos, se levanta contra Yeshua, que representa a esos judíos.
Y yo (Noelia) lo estoy viendo a Jesús parado sobre el mapa de Israel, y el Señor me hace entender que Jesús representa a los judíos de hoy en día y también a esa tierra que Dios le dio a Israel, porque de ahí es su procedencia. Ahí nació, ahí murió y ahí se va a dar la historia final.
Hay muchas cosas que ustedes no entienden, dice el Señor. Sin embargo, aunque todavía no las entiendan, tienen que orar acorde a lo que está escrito y acorde a mi voluntad. No oren con falta de entendimiento. Oren con sabiduría y oren lo que Yo quiero que oren, dice el Señor, y no cierren más sus bocas.
Este es un llamado a la intercesión por el panorama mundial, dice Dios. Este es un llamado de intercesión profética y escritural. Sean sabios y abran sus bocas, dice el Señor, y se les recompensará.
Yo no dejo libres a los culpables. Cada cual recibirá su retribución acorde a lo que hizo mientras estaba en esta tierra, sea judío o sea de cualquier procedencia que haya sobre la tierra. Pero eso no quita que hay una historia que se va a dar para que el plan profético de la redención se cumpla y ustedes sean beneficiados a través de esa redención, dice el Señor.
Amén.