Que la bendición del Señor sea tu cabeza, amado hijo de Dios, amada hija de Dios. Hoy es 19 de marzo del año 2024 y estoy aquí nuevamente, un poquito cansada, pero igualmente obedeciendo al mandato del Señor que me ha enviado a profetizar a las naciones.
Vamos a comenzar esta transmisión y este vivo con una oración acercándonos a nuestro amado Padre Celestial, acercándonos al trono de la gracia, confiadamente como dicen las Escrituras. Así que, amado Padre Celestial, gracias Señor, gracias por darme boca, por darme voz, por darme pulmones, Señor, para poder servirte. Gracias por darme manos para poder impartir lo que me diste. Gracias por darme un corazón blando que ame a tus ovejas como tú las amas. Gracias por darme más días y por alargar mis años para poder cumplir con el propósito que estableciste para mi vida mientras camine sobre esta tierra.
Gracias porque estando perdida yo en el mundo, sin conocimiento de ti Señor, igualmente me tocaste, igualmente me llamaste, igualmente me limpiaste, me perdonaste y me enviaste Señor, para ser una obrera de tu Reino. Que gran honra es servirte por más que conlleve gran sufrimiento. Gracias, Señor. Hoy me paro aquí nuevamente ante este púlpito virtual Señor, para ser una voz profética en la cual puedas derramar todo lo que tú quieras decir. Cualquier tipo de obstrucción en esta transmisión te pido Padre, que la quites en el nombre poderoso de Cristo Jesús. Cualquier trabajo de las tinieblas para que este vivo no se entregue, para que esta palabra, para que este pan, para que este mensaje no llegue a todo aquel a quien tenga que llegar, queda cancelado ahora en el nombre poderoso de Cristo Jesús.
Padre, te pido que también le des sabiduría y memoria a mi esposo para colocar en esta pantalla los versículos que sean necesarios para ser de fundamento sobre todo lo que vas a hablar a través de esas Escrituras. Oh, Padre celestial, Santo, Rey glorioso, misericordioso Señor, puro, a ti sea toda la honra, toda la gloria Señor, por siempre y para siempre, en el nombre poderoso de Cristo Jesús. Amén.
Esta transmisión va a ser para bendecir al pueblo de Dios. La Biblia dice:
[Números 23:20, RVR1960] He aquí, he recibido orden de bendecir; Él dio bendición, y no podré revocarla.
¡Qué versículo! He aquí, he recibido orden de bendecir. Nuestro Padre Celestial dio bendición y no podré revocarla. Y en esta oportunidad el Espíritu Santo me indica que derrame aceite sobre sus cabezas, que levante lo que está caído en sus vidas, que revoque toda maldición contra ustedes y que los bendiga a través de mi boca profética. Porque también dice la Palabra del Señor en el libro de Santiago, si no me equivoco, que podemos utilizar la lengua, la boca, para bendecir o para maldecir. Esto no tiene que ser así, ¿verdad? En realidad deberían utilizar sus bocas únicamente para bendecir, pero no es la realidad de la situación de los hijos de Dios.
Pero traigo este versículo a la memoria, coloco esta Palabra sobre la mesa, porque podemos utilizar nuestra boca para bendecir en distintas áreas de la vida de las personas, de los lugares y de las situaciones. Podemos bendecir en distintas maneras, pero también podemos maldecir. En esta oportunidad el Padre Celestial va a utilizar mi boca profética, para bendecir al pueblo santo. La Biblia dice:
[Santiago 3:9-10, RVR1960] Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
En esta oportunidad voy a utilizar esta boca que me ha dado el Señor para bendecir grandemente a su pueblo, en especial a aquellos que tienen una tarea dentro del cuerpo de Cristo para edificar a otros. La Biblia dice:
[Efesios 4:11-13, RVR1960] Y él mismo constituyó a unos. apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Y el Espíritu Santo a través de esta transmisión, no importa si la ves en vivo o en diferido, todo es posible para Dios. Y el tiempo y el espacio están en Dios. Y por más que yo hable ahora y tu veas esta transmisión después, o en unos días, o en unos años inclusive, aún seguirá vigente. Porque la palabra que Dios envía a través de mi boca, hace todo lo que Él quiere, hoy, mañana, pasado mañana, o en cualquier tipo de tiempo a partir de ahora en adelante. Porque Él es capaz de utilizar una palabra que envía hoy, 19 de marzo del 2024, también en el año 2030, si así lo quiere, para seguir trabajando.
Porque por si ustedes no lo saben, las palabras proféticas que salen de la boca de Dios y que son dadas a través de un vaso profético, son como trabajadores del Reino, son enviadas a trabajar, son enviadas a la mies del Señor, son enviadas a ministrar. Y una vez que se las envía, siguen trabajando y trabajando y trabajando, haciendo todo lo que Dios quiere que hagan esas palabras. Y cumpliendo todos los propósitos para lo cual esas palabras fueron enviadas.
Gloria al Señor por esta revelación para algunos de nosotros, que no lo entendíamos de esta manera tan profundamente. Así como el Señor envía apóstoles, porque ese es el significado de la palabra apóstol ¿verdad?, enviados como mensajeros del Reino para trabajar para Él. Así como el Señor envía, unge y levanta ministros de distintos tipos a trabajar en su mies, en su campo. Y ellos a partir de cuando son enviados y responden a ese llamado, siguen trabajando continuamente para Él ¿verdad? La Biblia dice que a los obreros del Señor, sus obras les siguen. Gloria al Señor por esta revelación.
Lo mismo pasa con las palabras proféticas que un profeta habla. La obra de esas palabras proféticas no terminan, hasta que no cumplen absolutamente cada propósito para lo cual fueron enviadas. Por eso, un profeta tiene que cuidar tanto lo que habla, porque de su boca salen hachas, de su boca salen espadas, de su boca salen martillos. Y algunas de esas palabras son para construir edificios que vienen del Reino, pero otras de sus palabras son para destruir los planes del enemigo. La Biblia dice:
[Apocalipsis 14:13, RVR1960] Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.
Pero sería bueno también traer, para que los hermanos lo puedan leer y tener en cuenta, la Palabra en las Escrituras que dice que toda palabra que sale de la boca de Dios, que es enviada por el Señor, hará y cumplirá todo aquello para lo cual fue enviada. La gloria sea para Dios. ¿Por qué el Espíritu quiere hablar sobre las profundidades de las cosas celestiales, de las cosas espirituales? Porque la palabra que yo voy a enviar hoy sobre tu cabeza va a iniciar a trabajar a partir de hoy, pero va a seguir trabajando en los tiempos que vienen hasta que cumplan con todo el propósito que Dios había preparado para tu vida y para los tuyos y para tu ministerio.
[Isaías 55:11, RVR1960] Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envíe.
Aleluya, qué hermosa Palabra. Y así como un obrero del Reino trabaja y trabaja y en algún momento va a ir a rendirle cuentas a su amo, lo mismo pasa con las palabras que el Señor envía desde su trono para que trabajen y provoquen todo lo que el Señor quiera provocar a través de esa palabra. En algún momento esas palabras dan cuenta de lo que hicieron a aquel que las habló, porque la palabra es creativa. Una palabra que viene de Dios puede ser destructiva o puede ser constructiva. Una palabra que viene de Dios puede avanzar un proceso que se está llevando a cabo o lo puede detener, lo puede pausar e inclusive lo puede borrar. Entonces hay muchas cosas que el Señor hace a través de lo que Él habla por medio de sus profetas.
Por eso cuando un profeta habla, no se debe tomar liviano lo que está diciendo, hay que tener mucho cuidado con lo que uno hace cuando recibe una palabra a través de un profeta, porque a partir del día que ustedes recibieron una palabra a través de un profeta que vino de parte de Dios, están siendo pesados en la balanza para ver qué hacen con esas palabras. Y si la palabra que el profeta te dio verdaderamente venía de Dios, y la menospreciaste, o la desobedeciste, o la juzgaste equivocadamente, o murmuraste sobre lo que ese profeta te dijo, entonces estás acarreando juicio para tu vida.
Si la palabra que viene de la fuente de la vida, de la fuente de aquel que todo lo sabe, de la fuente de la sabiduría, del amor, de la luz, del perdón, de la resurrección y de tantas cosas más, si esa palabra que te fue entregada a través de un profeta de Dios la escuchaste, la recibiste, la comiste, la creíste y la pusiste por obra, entonces lo que te fue dado se va a multiplicar. Es decir, la palabra puede traer multiplicación cuando la creas, cuando la tomes y ves que viene de Dios, cuando la obedezcas. El Señor pesa lo que cada persona hace cuando recibe una palabra que viene a través de un profeta y que fue hablada por Dios.
Y cuando uno no cree lo que el profeta le habló, si esto verdaderamente viene de Dios, no es primeramente al profeta que se le deshonra, sino a la fuente de la palabra que es el Señor. Por eso es tan grave que uno pisotee lo que Dios ha hablado, que uno no le crea a un profeta, que quizás te da una palabra que es dura de escuchar, de recibir, de obedecer, quizás no era lo que esperabas, pero eso no quiere decir que no venga de Dios. Cuando uno deshonra a un profeta, uno deshonra a Dios que es el que lo envió.
Cuando uno se ríe de un vaso profético, no se está riendo de ese vaso, se está riendo del que creó ese vaso para su gloria. Y lo mismo pasa cuando uno bendice a ese vaso, cuando uno lo recibe. Y por eso dice la Biblia, que el que reciba a profeta recompensa de profeta va a tener. Porque en realidad no lo recibe a ese vaso en sí, a ese servidor, sino a Dios a través de ese embajador del Reino de los Cielos que es el profeta. No sé por qué el Señor comienza con esta introducción y no es mi tema saberlo tampoco, sino simplemente hablar lo que Dios habla.
Pero también, aunque la Biblia no lo dice así, el que no reciba al profeta también tendrá las consecuencias de no recibir a ese profeta. Entonces, a través de esta introducción el Señor está arando la tierra de sus corazones para que reciban lo que yo voy a hablar de parte de Él. La Biblia dice:
[Mateo 10:41, RVR1960] El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá.
Así que, una vez hablada esta bendición que yo voy a hablar para ustedes, el Señor envía a sus espíritus observadores para anotar cuál va a ser la reacción de ustedes después de haberla escuchado. La Biblia dice:
[Lucas 10:16, RVR1960] El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.
Y el Espíritu sigue hablándome sobre esto y dice que los profetas son un regalo para la iglesia. Y escucho la palabra don. Es decir, hay una distinción entre una persona que tiene un don de profecía y otra que tiene un oficio de profeta. La persona que tiene un don de profecía puede tener cualquier otro oficio o no tener un oficio marcado dentro del cuerpo de Cristo, pero igualmente cuenta con el don de profecía ¿verdad? Sin embargo, el profeta es un don para la iglesia, es un regalo que se entrega al cuerpo de Cristo, es una bendición para los que lo oyen. Y el Señor los ve desde arriba como si fueran oro, como si fueran lingotes de oro que Él desparrama en distintos puntos de la tierra para bendecir a su pueblo.
Entonces, dice el Señor, no menosprecien las profecías. Y ahora entiendo por qué el Señor me está dando esta palabra y es, en parte, porque algunos de nosotros los que estamos llamados a destruir falsas doctrinas en estos últimos días, a través de la revelación que el Señor nos da, estamos hablando cosas duras de tomar, difíciles de creer para los que están arraigados a esas falsas doctrinas de antaño. Y mientras esto pasa, algunos de ustedes están dudando de la palabra profética que el Señor nos está dando para este tiempo, porque se están preguntando si verdaderamente lo que estamos hablando viene de Dios o no.
Y por eso el Señor está hablando sobre lo que los profetas significan para Él y para la iglesia, que son un regalo que viene de Él concedido a su pueblo, pero que muchas veces, si no la mayoría, el pueblo los menosprecia, el pueblo los maltrata, el pueblo los desecha, el pueblo se burla y no estoy hablando de los inconversos, sino del mismo pueblo del Señor Jesucristo. No siendo del todo conscientes que cuando están desechando a la voz profética lo desechan a Él y no a esa persona en primer lugar.
Y el Señor dice, cuidado hijitos, porque si yo soy el que está hablando a través de un vaso profético y ustedes entran en incredulidad acerca de lo que ese vaso profético está diciendo, si verdaderamente viene de la fuente de la verdad, ustedes están acarreando juicio para sus vidas si no se arrepienten. Cuidado, dice el Señor, porque en estos tiempos peligrosos de apostasías, de engaños, de mentiras, de confusión, van a escuchar cosas muy profundas de parte de los vasos proféticos que yo he levantado para estos días, para abrirles los ojos, y para restaurar lo que se había caído. Y ustedes, dice el Señor, están siendo probados para ver si verdaderamente tienen fe, y son dignos de recibir verdades celestiales profundas que estaban preparadas para ser reveladas únicamente para estos días.
[Romanos 1:25, RVR1960] Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que, al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
Así que el Espíritu de Dios te dice hoy, cuidado, hijitos, porque están poniendo en duda mi palabra. Vayan y distingan, dice el Señor, vayan a las Escrituras y comprueben, pesen los espíritus de dónde vienen cuando los profetas hablan. Pero mas les vale que tomen lo que sale de la boca de ellos, si vino de mi boca, dice el Señor. Mas vale que lo crean, mas vale que se sujeten a esas palabras de vida que ellos hablan. Aunque hablando esas palabras de vida puedan estar trayendo muerte a las obras de las tinieblas.
Porque muchos de ustedes cuando los profetas hablan sienten que algo se muere dentro suyo, porque esas palabras son tan tajantes que les duele escuchar lo que ellos hablan muchas veces. Pero es que soy Yo que estoy haciendo una operación en sus almas para arreglar lo que estaba roto, para sanar lo que está enfermo, para traerles libertad de doctrinas demoníacas que están atadas profundamente en sus corazones.
Hijitos, entiendan, dice el Señor, que van a tener que aprender a abrirse a las palabras duras que están hablando mis atalayas de los últimos días. Porque las palabras duras que yo estoy hablando a través de ellos, dice el Señor, no son para destruirlos ni para condenarlos, sino para rescatarlos de toda iniquidad, de todo error, de todo estancamiento, de todo dolor, de toda equivocación, de toda enfermedad, de toda esclavitud. Y a veces hay que pegar fuerte, dice el Señor, hasta que la dureza de los corazones se comienza a romper, para que se muestre en ustedes finalmente lo más lindo que tienen profundamente guardado en esos corazones.
Por eso, hijitos, todos aquellos que han venido escuchando palabras duras que mis vasos proféticos han estado hablando en este tiempo y no lo estaban creyendo, arrepiéntanse ahora. Porque muchos de ustedes inclusive fueron a las Escrituras para ver y escudriñar si lo que ellos decían era cierto, y no encontrando ninguna excusa para acusarlos, igualmente decidieron no creer y quedarse en la comodidad de seguir como estaban antes de escuchar esa palabra dura. Hijitos, arrepiéntanse, dice el Señor, y crean a mis profetas. Y me viene ese versículo que dice, no toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a los profetas.
Porque algunos de ustedes quieren cortarles la lengua a mis profetas, dice el Señor. Algunos de ustedes, si pudieran, realmente le harían daño a mis ungidos y a mis profetas. Pero el que hace esto a los que yo elegí para ciertas tareas y los puse en el ministerio, no lo están haciendo primeramente contra ellos, sino contra mí, que soy el que los envié. Cuidado, hijitos, porque aunque el profeta, el ministro o el ungido se puede equivocar, no los justifica para hacerles mal. Y aquel que toque a uno de estos, mis hijitos, dice el Señor, se va a encontrar conmigo, dice el Padre.
Hijitos, aguarden y esperen a que se manifiesten todas las cosas, porque todo lo escondido va a salir a la luz. Y no hay nada en secreto que no vaya a ser manifestado. Y ustedes, lo que ellos están hablando, dice el Señor, se les va a aclarar, si todavía hoy no lo entienden. Se les va a ser confirmado. Si dejan una puerta abierta en sus corazones para recibir esa confirmación. Hijitos, los que no entienden todavía y están dudando de mis vasos proféticos, de lo que han hablado, esperen y no golpeen el martillo del juicio sobre la mesa todavía, porque yo voy a sacar todas las cosas a la luz en el tiempo perfecto. Tengan cuidado de no pecar por equivocarse en un juicio apresurado en contra de ellos.
Y el Espíritu está hablando esto porque cuando yo comience a bendecirlos, si ustedes están en incredulidad en contra de lo que yo hablo, la bendición que yo voy a hablar les va a pasar por encima de sus cabezas y no los va a tocar. Si ustedes no creen que yo hablo de parte del Señor como representante de su Reino, en lo que es profético, entonces la bendición no los va a alcanzar. Y por eso el Señor tiene misericordia de ustedes y les revela lo que Él está hablando ahora para que ganen las bendiciones espirituales que van a recibir cuando yo comience a bendecirlos. Gloria a Dios.
Hijitos, ábranse, dice el Señor, porque voy a utilizar a mi hija para ungirlos de la cabeza a los pies. Y las consecuencias de la bendición que hoy ella va a proclamar sobre ustedes a través de su boca poderosa, comenzará a obrar en sus vidas progresivamente. A algunos, las consecuencias de la bendición se les va a manifestar pronto, mas para otros va a ser progresivamente. Pero ciertamente la palabra que ella envía por mi mandamiento, dice el Señor, va a hacer lo que yo quiero que haga. ¿Cuántos de ustedes creen ahora y se están arrepintiendo de no creer que el Señor ha hablado a través mío?
Arrepiéntanse, dice el Señor, porque no solo no le han creído a Noelia, dice el Padre, no le han creído a otros representantes proféticos de mi Reino, no le han creído a otros profetas latinoamericanos a los cuales les he abierto de par en par la boca. No han recibido sus palabras, dice el Señor, los han deshonrado, los han menospreciado, los han vituperado, han murmurado contra ellos como cuando los hermanos de Moisés murmuraron contra él, como cuando Miriam se quedó leprosa por murmurar contra Moisés. Hijitos, no sean ustedes así, dice el Señor, límpiense de este pecado. No murmuren contra mis ungidos, sino que lleven todas las cosas a la oración, al cuarto secreto, pidiéndome, que si en algo están errando, yo los pueda corregir, dice el Señor.
Oren por ellos porque son regalos dados a la iglesia de este tiempo que tanto los necesita, porque los profetas vienen a quitar velos en los ojos, a enviar a personas que nadie más envía, a revelar lo oculto, a aclarar lo confuso, dice el Señor. Son bendiciones, ellos mismos son una bendición para ustedes. El hecho de poder escucharlos y de tener la oportunidad de recibir esas palabras, dice el Señor, ya de por sí es un beneficio que muchos no tienen, los que están en el mundo no lo tienen. Hijitos, sean agradecidos, dice el Señor, y valoren a mis vasos proféticos. Intercedan por ellos, bendíganlos, levántenlos en oración, apóyenlos, ayuden a la obra que ellos hacen, porque están cansados en este tiempo, dice el Señor, del trabajo de la mies. Y muchas veces ustedes solamente quieren recibir, pero no quieren darles, no quieren sostenerlos, no quieren ayudarlos, no quieren apoyarlos.
Ustedes son como un bebé que lo único que quiere es tomar de la mama de su madre, ser alimentado, dormir y hacer sus necesidades, pero que no tienen para dar o no quieren dar. Hijitos, sean maduros, dice el Señor. Y el Señor me muestra, y Dios sabe que yo estoy hablando lo que el Espíritu me está diciendo, y no lo que yo quiero hablar. El Espíritu me está revelando que algunos de ustedes el Espíritu Santo los inspiró para apoyar económicamente a ciertas voces proféticas, y no lo hicieron, y no lo están haciendo.
Soy yo el que los llamo, dice el Señor, porque ustedes quieren que ellos estén activos 24 horas del día entregando palabras para ustedes, dice el Señor. Pero cuando yo los llamo a sostenerlos en las áreas materiales, y no solamente en la oración, dice el Señor, se hacen los sordos, los ciegos y los desentendidos. Pero es mi Espíritu, dice el Señor, el que está llamando a un pueblo a bendecir primeramente a los que los bendicen a ustedes. Hijitos, sean maduros, repite el Señor. ¿Por qué cierran sus corazones ante mi voz cuando les hablo? Y vuelvo a ver que el Espíritu Santo ha puesto una semilla de dar en muchos de ustedes, en sus corazones, a ciertos ministros de los cuales ustedes se están alimentando, y ustedes han endurecido sus corazones en contra de ese sentir.
Arrepiéntanse, dice el Señor, para que los perdone y los limpie y los lave y reciban las bendiciones espirituales que ahora están detenidas por causa de la desobediencia de ustedes, por causa de su rebeldía. Y yo veo a un pueblo que sostiene a los profetas. Es una visión donde veo mucha gente, todos juntos pegaditos uno al lado del otro, que levantan sus brazos. Y son muchas personas que sostienen a otras, que están como recostados sobre esos brazos. Esas personas que están recostadas, sostenidas por todos esos brazos de un pueblo grande, son apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros y todo tipo de ministros líderes, que están llamados a edificar a grupos, a congregaciones, a pueblos y a naciones. Son gente que tiene el ministerio otorgado por el Señor, que tiene que estar sostenido en algunas áreas y en parte por el pueblo del Señor, que son a los que ellos bendicen, a los que ellos alimentan.
Ese sostén es la oración de un pueblo para con ellos. Ese sostén es la intercesión, el clamor, la petición de un pueblo por las necesidades de ellos, sean materiales o sean espirituales. Ese sostén, dice el Señor, es el proclamar bendición de las bocas de ese pueblo para ellos. Por eso el Señor dice que los bendigan. Y también ese sostén puede ser el material, el económico, el financiero, cuando el Espíritu Santo, es decir, el Padre, llame a esos ministros a dedicarse 100% a la obra. Por eso dice la Biblia que los que trabajan para el Evangelio, que vivan para el Evangelio, pero esto es cuando el Padre así los llama a ser servidores 100% para el Reino de los Cielos y no para el reino de la tierra.
Es por fe, dice el Señor, que ellos se dedican a la obra. Pero también debe ser por fe, dice el Señor, que ustedes los sostengan en todas estas cosas. Porque cuando ustedes dan lo que sea que estén llamados a dar, dice el Señor, a estos ministros que yo coloqué en el altar, ustedes van a ser recompensados. Y me vuelve a traer ese versículo que hace un ratito me trajo a la memoria el Señor, de que el que recibe a un profeta, recompensa de profeta tendrá. Es que ustedes no le están dando a ellos, me están dando a mí, a mi obra, dice el Señor, pero muchos de ustedes son egoístas. Y hay dos puertas que una persona tiene en sus vidas. Una puerta es para recibir y la otra puerta es para dar. Son dos puertas que todas las personas tenemos en nuestras vidas. Como son dos manos en nuestro cuerpo, una es para recibir y la otra es para dar.
Pero el Espíritu me muestra ahora, que muchos de ustedes siempre tienen la puerta para recibir abierta. Pero casi nunca abren la puerta que es para dar. Cuando en realidad la Biblia dice que es más bienaventurado dar que recibir. Es un principio que viene del Reino de los Cielos. Y yo, Noelia, para aclarar esta palabra, tampoco estoy diciendo que a todos ustedes el Señor les haya llamado a dar a algún ministerio en particular, sino que lo que Dios quiere hacerles saber a algunos de ustedes, a los cuales el Espíritu ya les habló y les inspiró en sus corazones por el Espíritu Santo, a dar alguna ofrenda a algún ministerio que los esté bendiciendo a ustedes.
Este es el caso para esta palabra, y ustedes saben a quién se refiere el Señor. Dicen, hijitos, arrepiéntanse del egoísmo, arrepiéntanse de la arrogancia, de la soberbia, de la individualidad. Porque me viene el versículo que está en la Biblia que dice que los primeros cristianos, porque así los nombra la Biblia, es una palabra que está en la Biblia y que no es inventada, donde el Señor nombra a los primeros seguidores de Cristo Jesús, los primeros cristianos. La Biblia dice que ellos tenían en común todas las cosas, mas sin embargo, ustedes se comportan como si todas las cosas son de cada quien, individualmente hablando. En el sentido de que cuando yo les doy algo, dice el Señor, ustedes se lo adueñan para siempre y por siempre, no entendiendo que esas bendiciones que yo les doy, quizás no siempre son para siempre para ustedes.
O inclusive, puede ser, para que en algún momento los llame a repartirlas a otros. Y yo hago esto muchas veces, dice el Señor, porque si no mi pueblo se vuelve avaro, se vuelve codicioso y tiene apego por las cosas materiales que les doy, por las bendiciones que les doy. Hijitos, tengan cuidado, dice el Señor, no se confundan, porque lo que ahora habla mi sierva no viene del corazón de ella, sino de mi corazón. Porque no hay ninguna bendición que ella pueda dar si no soy yo el que la bendijo primero, dice el Señor.
Y el Señor, me está dando esta palabra a mí, porque sabe que me es muy difícil hablar de estas cosas. Porque sabe que yo, Noelia, no quiero hablar de esto. Pero está probando mi fe para ver si voy a hablar igual cualquier cosa que me dé el Espíritu Santo para que hable. Y ustedes saben que, hace más de 7 años que estoy sirviendo en público a las masas, que nunca jamás he pedido nada ni material que tenga que ver ni con dinero ni con cosas materiales. Ustedes son todos testigos de esto. Pero últimamente el Espíritu Santo me está dando palabras muy duras para mí de entregar, porque Dios espera que yo, Noelia, crezca en la medida de fe en la que me venía moviendo hasta hace unos meses atrás.
Y entonces el Señor mira mi corazón para ver si me dejo llevar libremente por el viento de su Espíritu y hablar lo que Él quiere hablar a través mío, aun sabiendo que muchos después de esta palabra van a tomar lo que dije y lo van a tergiversar para decir que yo estoy pidiendo algo o que estoy abusando de las ovejas. El Señor me está probando mientras entrego esta palabra y por eso dice esto.
Pero el Señor dice, hijitos, es que hablar de las cosas materiales no tiene nada de malo porque es parte de su vida en la tierra. Les han hecho creer que el dinero es malo, dice el Señor, y que la prosperidad que viene del Reino de los Cielos es tabú, es un asunto del cual no se puede hablar. Mas sin embargo yo he enseñado sobre esto desde tiempos muy antiguos, dice el Señor. Y el Espíritu me trae el ejemplo de Abraham que le dio los diezmos a Melquisedec. Dice el Señor, yo he enseñado sobre el dar y sobre la prosperidad que el dar acarrea, desde los tiempos antiguos. Y he enseñado a mis hijos la manera de dar en las distintas dispensaciones de los tiempos.
Entiendan, dice el Señor, que a través de estas palabras proféticas que estoy entregando les estoy trayendo libertad en muchas áreas. Los estoy liberando de falsas doctrinas que los ataban, los estoy reeducando, destruyendo ideas erróneas, doctrinas radicadas en lo profundo de su ser desde hace tantos y tantos años. Estoy derribando becerros de oro, los cuales representan a estas doctrinas demoníacas que se mueven en la iglesia como pan caliente. Y una de las doctrinas erróneas, dice el Señor, que estoy destruyendo en mi iglesia a través de los ministros apocalípticos de estos días, que se dejan usar por el Espíritu Santo como Él quiera, es el tema de dar y recibir. Mi pueblo no está educado, mi pueblo está mal educado en esa área, dice el Señor.
Le teme al hablar de las cosas materiales. No entiende cómo funcionan las leyes espirituales vigentes para este tiempo del nuevo pacto, dice el Señor. Y yerra, se equivoca, se confunde y se auto maldicen por falta de conocimiento, dice el Señor. De hecho, muchos de ustedes están en ruina, con falta de trabajo, con escasez en sus casas, por causa de las cosas que acaba de mencionar el Señor a través mío. Hijitos, dice el Señor, yo estoy levantando vasos proféticos en este tiempo para limpiarlos de la contaminación doctrinal que muchos de ustedes tienen. Y la verdad que traigo a través de ellos, por revelación y entendimiento de las Escrituras, los va a hacer libres. La verdad os hará libres, dice la Biblia.
[Juan 8:31-32, RVR1960] Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él; si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Y yo veo ya que los ángeles están pesando la reacción que ustedes están teniendo a esta palabra, porque justamente eso es lo que quiere hacer el Señor. Sacudir el avispero, zarandearlos, para que reaccionen y se hagan preguntas. Y haciéndose preguntas en esta área, busquen al Señor para encontrar las respuestas. Justamente lo que está sucediendo ahora, en sus corazones, es lo que el Señor buscaba a través de esta palabra. Movilizarlos, generar que se cuestionen a ustedes mismos y que cuestionen el entendimiento que ustedes tenían en esta área. Pero dice el Señor que al que le falte sabiduría, que le pida a Él. Porque Él se la va a dar en abundancia.
Hijitos, no se confundan, dice el Señor. Porque cuando ustedes atacan a alguien que está hablando de mi parte, ustedes están intentando atacarme a mí. Sin embargo no pueden, son como perros que ladran pero no muerden, dice el Señor. Porque nadie puede tocar a mis ungidos si yo no lo permito. Así que el Señor les dice a los que vienen acá a buscar problemas, a estos vivos, ladren todo lo que quieran, porque yo respaldo a esta mi sierva. Gloria a Dios. Y ahora, el Señor los va a bendecir a través mío. Todos los que tengan ministerios, de cualquier tipo, van a colocar ese servicio delante del Señor. Es decir, a partir de ahora yo voy a comenzar a declarar la bendición que Dios me dé, la voy a proclamar, y ustedes le van a decir al Señor con sus bocas, van a presentar cualquier forma de servicio a lo cual el Señor los haya llamado. Para que ese ministerio sea bendito a través de las palabras que yo comience a proclamar.
Hijitos, prepárense, dice el Señor, porque voy a abrir caminos en sus vidas que estaban cerrados. Voy a maravillar sus ojos, porque viene un tiempo de bendición para sus vidas. Voy a multiplicar, dice el Señor, lo que les había dado. Voy a recompensar a los que tantas lágrimas derramaron hasta aquí. Cuando esas lágrimas fueron derramadas por causa de la injusticia. Hijitos, abran sus billeteras, dice el Señor, porque voy a colocar provisión del cielo en ellas. Así que, en el nombre poderoso de Cristo Jesús, yo ahora, derramo aceite de bendición y de provisión sobre tu cabeza, en el nombre poderoso de Cristo Jesús. Así como la viuda de Sarepta, fue bendecida a través del profeta porque le creyó lo que el profeta le dijo que haga y le obedeció a ese embajador del Reino de los Cielos.
De la misma manera, el aceite va a correr en tu casa a partir de ahora por causa de creer las palabras que el Señor puso en mi boca. Gloria a Dios, porque los mismos principios que el Señor reveló en esas Escrituras están activos hoy y operan de la misma manera, porque es la fe de la viuda de Sarepta que fue probada. Y a través de esa fe, fue justificada, y a través de esa fe, fue bendecida. Yo desato tus manos ahora. Yo veo gente que estaba trabajando en ciertos proyectos, pero que esos trabajos generaban poco caudal de entrada. Yo ahora, por orden del Señor, en el nombre poderoso que es sobre todo nombre, en el nombre de Jesús de Nazaret, abro los portones de tu casa para que aumente el caudal de la bendición que ingresa a través del trabajo de tus manos.
Yo en este momento coloco ideas creativas en tu cabeza para generar provisión, para generar bendición, para multiplicar lo que venías haciendo hasta ahora. El Señor dice que utilicen las redes sociales para su bien, para publicitar las cosas que ustedes están vendiendo, las cosas que ustedes están provocando que generen ingresos en sus vidas. El Señor dice, no le tengan miedo a las redes sociales. Utilicen estos instrumentos a su favor. Corre el aceite, fluye ese aceite en sus vasijas espirituales ahora. Sin corte, yo desato tu mente ahora, porque tu mente estaba atada para no entender las cosas espirituales en esta área de la provisión, para no recibir. Tu mente estaba cautiva en esta área y pensabas erróneamente que hablar de una provisión celestial era demoníaco.
Tu mente estaba atada, cautiva y limitada en esta área. Y pensaste que era tabú hablar sobre el dinero, y sobre las necesidades terrenales. Y esas mismas ataduras en algunos de ustedes eran las que les provocaban estar en pobreza. Falsas doctrinas que los limitaron en el área de la provisión y que ahora destruyo en el nombre poderoso de Cristo Jesús. Padre envía fuego del Espíritu Santo a las mentes de mis hermanos y a sus corazones. Oh, Señor grande, poderoso Salvador, redime Señor, redime esos pensamientos caídos, Padre levántalos. Y te pido Señor, entendimiento celestial acerca de lo financiero, de lo económico, de la provisión y de los principios espirituales acerca del dar y del recibir, acerca del trabajo, acerca de la productividad en el nombre poderoso de Cristo Jesús.
El Espíritu me trae ahora a la memoria, que una vez hice una ministración profética que se refería a la provisión. No me acuerdo como se titula ese video, pero está colgado en mi canal y tiene la foto de un campo de trigo. Y el Espíritu me lo trae ahora a la memoria para que escuchen esa enseñanza profética, porque ahí el Señor revela muchas razones que pueden ser las que les estén cerrando las puertas de los graneros de los cielos en sus vidas. Gracias, Señor. El Señor reparte ahora sabiduría financiera. El Señor está repartiendo conocimiento, entendimiento de las Escrituras que hablan sobre todas estas cosas que el Señor está mencionando ahora.
Yo te desato en el nombre de Jesús. Porque algunos de ustedes estaban atados por causa de hechizos, de brujería, para no tener trabajo, para estar pobres, siendo hijos de Dios y no por causa de estar pasando por una prueba o de un entrenamiento del Reino de los Cielos. Muchos de ustedes no tienen pan en sus manos porque están embrujados. Pero ahora, en el nombre poderoso de Cristo Jesús, yo corto toda atadura en tus manos, corto toda atadura en tu corazón, corto toda atadura en tus pies, para no poder trabajar.
Porque inclusive hay brujas y brujos que habían colocado hechizos de enfermedad para que no pudieras trabajar, para que no pudieras generar dinero, para que no hubiese entrada en tu casa. Y en algunos casos, no solamente ustedes estaban pasando por eso, sino que también sus parejas y todo adulto que vivía en sus casas. Todos enfermos, y ninguno puede trabajar, ninguno puede traer provisión a la casa por causa de estos hechizos que el Señor está revelando ahora, pero que yo hago caer por tierra, en el nombre poderoso de Cristo Jesús.
Envío la palabra y corto toda palabra de maldición contra tu vida, en el nombre de Cristo Jesús. La provisión no faltará, dice el Señor. La escasez huirá de tu casa, la ruina huirá despavorida, por causa de esta bendición que yo hoy envío como flecha. Se quema todo demonio ahora que habite en tu casa, en tu negocio, en tus bienes materiales. Se quema ahora todo demonio y huye de la presencia de los ángeles que el Señor ahora mismo está enviando, para liberarte de toda opresión financiera, para sanarte de toda enfermedad económica espiritual, en el nombre de Jesús.
Yo veo una persona que tira de las riendas que ataban a un burro , pero el burro no se mueve, no se quiere mover. Algunos de ustedes están haciendo todo lo que está a su alcance para generar provisión. Eso es lo que significa esta visión, y la provisión no se mueve. No hay productividad en sus casas. Pero el Señor ahora envía un ángel a hablar, y a dar la orden para que ese animal simbólico que yo estoy viendo en esta visión, obedezca y se mueva, en el nombre de Jesús.
Yo veo brujas que han trabajado con fotos tuyas, con posesiones tuyas como cabello, ropas, sangre, fluidos corporales que han robado, inclusive de tu basura. Yo veo velas negras que han sido encendidas en tu contra para destruirte económicamente hablando. Y muchos de tus negocios que siempre funcionaron bien se comenzaron a venir abajo. Y ¿sabes qué? No es por causa de la situación económica que tu zona está pasando. Es porque por alguna razón esos trabajos, hechizos, encontraron alguna manera de entrar en tu casa.
Pero en este momento el Señor dice que le creas, que el tiempo de tu libertad ha llegado en esta área, y que finalmente se van a abrir las ventanas de los cielos para que la provisión llueva sobre tus manos, y que la restauración de lo financiero venga a tu vida progresivamente. A partir de ahora hay una canilla que estaba completamente cerrada, me muestra el Señor, pero que se empieza a abrir de a poco, y primero vas a ver una gota, después vas a ver otra gota y después de a poco vas a ver como el chorro empieza a salir hasta que fluya sanamente y sin barreras.
La incredulidad estaba bloqueando la provisión en tu vida en algunos casos, pero dice el Señor que creas, que creas que Él te quiere ver sano, próspero, bien plantado económicamente hablando, aunque libre en tu corazón de las posesiones materiales. Arrepiéntete ahora de ser incrédulo, dice el Señor, porque muchos de ustedes piensan que los demás son dignos de ser benditos en lo económico, pero ustedes no. Y esa auto injusticia que están haciendo contra ustedes mismos es la que está colocando una barrera en el flujo, en el río de la provisión en sus vidas. Es una represa de incredulidad y de menosprecio que provoca que la bendición no les alcance.
Dice el Señor, en este momento, toda maldición está siendo quebrada, cortada, detenida. Hay un stop que se le está colocando en este momento a muchas maldiciones que estaban operando en tu vida, en tus manos y sobre tu cabeza. Dice el Señor, la nube de la maldición que operaba sobre tu cabeza, en este momento es quitada para que salga el sol, y puedas recibir ideas nuevas, inspiración, para que sepas dónde tienes que trabajar, qué tienes que hacer para obtener el sostén material que estás necesitando. Dice el Señor que creas que eres digno de recibir porque Él es la fuente de la provisión verdadera, digna, honrosa y justa. Crean que los quiero bendecir, dice el Padre.
Muchos de ustedes no solamente van a comenzar a recibir lo que necesitaban, sino que van a comenzar a recibir para dar a otros. Como administradores de los bienes celestiales, en este tiempo de necesidad, de escasez que viene sobre toda la tierra, ustedes van a ser proveedores del Reino de los Cielos. Así como José se convirtió en un proveedor, no solamente que no le faltó nada a él, sino que él se convirtió en un proveedor de pueblos, de naciones y de su propia familia. Dice el Señor, levanto proveedores del Reino de los Cielos para que sean repartidores de lo mío, de lo que hay en mis graneros, dice el Señor.
No se confundan, porque a muchos de ustedes la abundancia que les voy a dar no va a ser únicamente para ustedes y sus familias, sino para bendecir a los demás. Y me vuelve ese versículo que dice, y tenían en común todas las cosas y a ninguno les faltaba nada. Porque, el Señor espera en este tiempo que aquellos a los que Él les dé mucho, repartan a los que les falte. Así como aquellos que tenemos mucha fe, el Señor nos llama a impartir a los que le falte fe. Dice el Señor, no se confundan, porque voy a abrir puertas grandes a partir de esta oración en sus vidas. Pero en algunas de esas puertas no tienen que entrar ustedes solos, van a ser portones grandes por donde van a entrar ustedes, sus familias, e inclusive personas que están necesitadas. Y vuelve a repetir el Señor, que no sean egoístas y que entiendan la palabra que Él está hablando con un corazón limpio y no mal pensado.
En este momento están cayendo esposas espirituales de sus manos. Sus manos están siendo ungidas. Y yo veo piedras preciosas que caen del cielo en las manos de ustedes. Y dice el Señor que atesoren lo que Él les va a dar, que lo guarden, que lo cuiden, que lo respeten y que lo honren. Sus ojos se van a maravillar, repite el Señor, y se van a sorprender del cumplimiento de esta palabra en sus vidas. Y se van a acordar de que hoy, 19 de marzo del 2024, la puerta de la provisión estaba cerrada para sus casas y la van a comparar con el tiempo que viene, en el cual sus puertas van a estar abiertas. Y van a recibir lo que tanto pidieron y lo que tanto necesitaban. Si es que lo pidieron bien y no para gastar en sus deleites, como dice la Biblia.
Yo bendigo ahora la cabeza de todos ustedes, la mente de todos ustedes. La desato, porque veo dolor de cabeza por causa de la preocupación económica. A muchos de ustedes les duele mucho la cabeza, porque están preocupados, porque tienen problemas económicos y deudas, y otros no pueden dormir por esta causa. Pero dice el Señor que descanses en Él. Y veo como una nube que flota debajo tuyo cuando estás durmiendo. Como una nube celestial que es como un colchón mullido debajo tuyo, cuando estás durmiendo. Dice el Señor que a algunos el Señor les va a dar ideas tan creativas y tan productivas en el nivel económico, que inclusive cuando estén durmiendo, esos proyectos van a seguir generando dinero. Y en otros donde el caudal ya está moviéndose, va a aumentar.
Y yo escucho la palabra sementera. Aumento la sementera, dice el Señor. Aumento la provisión, multiplico los panes y los peces en este momento, en el nombre poderoso de Cristo Jesús. Yo veo como un tsunami que llega a una costa. Algunos de ustedes van a recibir un regalo especial, económico, que lo van a sentir como un tsunami repentino que no se esperaban. El Señor destraba hoy bloqueos en tu vida económica en el nombre de Jesús. Y el agua va a llegar. Para algunos va a ser como un tsunami repentino y va a ser una sorpresa porque van a recibir montos o cifras de dinero que no esperaban por distintas causas. Pero para otros va a ser como una ola que viene de a poco y que primero moja sus pies pero que después empieza a cubrirles el cuerpo. Va a ser más progresivo.
Tengan fe, dice el Señor, porque yo sostengo a mi pueblo, en medio de la oscuridad tenebrosa. En medio de la falta, a ustedes no les va a faltar. En medio de la escasez, ustedes van a ser abundantes si me obedecen, si caminan en justicia, si son rectos, si aplican la Palabra. Tengan fe hijitos, estoy abriendo las ventanas ahora de sus casas, dice el Señor. Yo veo que algunos de ustedes tenían las ventanas cerradas de sus casas, en el sentido de que no podían ver a lo lejos. Porque cuando uno abre una ventana se puede ver lo cercano y lo lejano, depende del paisaje que esté fuera de esa ventana, ¿verdad? Pero lo que significa esta visión es que algunos de ustedes tenían las ventanas cerradas a su vista, no podían ver la salida, no podían ver la solución. Estaba a la vista la solución para su situación económica, pero no la podían ver, porque la ventana de sus casas estaba cerrada.
Hoy el Señor abre esas ventanas. Hoy el Señor quita la niebla de tu vista para que puedas ver que la solución que pedías ya estaba ahí, y puedas reconocerla y ponerla por obra. Yo veo cuentas bancarias que habían quedado no solamente en cero, sino que veo muchos números con el signo menos, es decir, con deudas. Muchos de ustedes están llenos de deudas. Y se empezaron a desesperar al no ver la salida. Se sienten como en un callejón sin salida, encerrados. Dice el Señor que pongas tus ojos en Él y creas que Él es el único que puede salvarte de esa situación. Como cuando Él le extendió la mano a Pedro, que por miedo y por falta de fe se cayó en el agua cuando el Señor lo llamó a caminar por sobre el agua hacia Él. Si decides extender tu mano y tomarte de la mano de Jesús que te está pidiendo que camines por fe y no por vista, entonces sabe que Él es más que capaz de arreglar tu situación.
Yo veo ahora un moño que está atado, que se desata. Quiere decir que en este momento se está desatando lo que te ataba, en esa área. En este momento se desata lo que te ataba, dice el Señor. En este momento se libera lo que estaba cautivo en esta área de tu vida. En este momento caen gigantes que te atormentaban y que eran gigantes de falta de provisión. El Señor te va a dar holgura para pagar las deudas. Dios quiere verte libre y no esclavizado, próspero y no arruinado. Y me viene el pasaje de las Escrituras que habla sobre el rico y el pobre, que también se llamaba Lázaro.
No confundan, dice el Señor, una prosperidad celestial de una prosperidad demoníaca. Porque la prosperidad celestial es lícita y trae bendición. Pero la prosperidad que viene de abajo, de las tinieblas, una prosperidad demoníaca, no es lícita y trae maldición. Son dos cosas distintas. Y como otras veces he dicho, el que existan las lenguas espirituales demoníacas, no quiere decir que no existan las celestiales. También están las falsas lenguas que aparentan ser lenguas dadas por el Espíritu Santo pero que no lo son.
Hay que discernir cuándo un ministro de Dios está hablando de una prosperidad que viene de arriba con propósitos relacionados al corazón de Dios, de cuándo un ministro o una persona está hablando de una prosperidad demoníaca que viene de abajo, que proviene de las tinieblas, para propósitos del propio corazón, para obtener rédito de los oyentes, para abusar de las personas y obtener ganancias deshonestas. Son dos cosas distintas y mi pueblo, dice el Señor, tiene que aprender a discernir la fuente de lo que se predica, la fuente de lo que se habla. No quiere decir que, porque hayan cosas que vienen del diablo, entonces todas las cosas que se hablan vienen del diablo.
Hay una prosperidad buena y una mala, dice el Señor. Hay una prosperidad que libera y hay una prosperidad que encadena. Porque también me viene ese versículo cuando Satanás le dice a Jesús que se arrodille ante él, porque todos los reinos de la tierra le han sido entregados en su mano. Es decir, el diablo tiene la potestad para otorgarle la prosperidad que viene de abajo y no de arriba a las personas que lo adoren. Pero no quiere decir que porque existan ciertas personas que son prósperas en un sentido demoníaco, entonces no existan las personas que son prósperas en un sentido divino. Porque ciertamente hay brujos que son tremendamente ricos. Ciertamente hay personas que sirven al diablo, que hacen sacrificios, derramamiento de sangre, asesinatos y todo tipo de hechizos para que el diablo les dé bienestar económico, lujos, excesos y cualquier cosa que pidan. Esa, dice el Señor, es una prosperidad que viene de abajo, que es demoníaca y que encadena, porque lo que el diablo da siempre demanda algo más. No es un regalo, no es un don, no es gratis, pero ciertamente tiene la potestad de darla.
Pero la persona que recibe este tipo de prosperidad demoníaca que viene de abajo, para propósitos incorrectos, por adoración a mamón o al diablo en distintas maneras, esta prosperidad genera una deuda en la vida espiritual de esta persona, que le será cobrada de distintas maneras. Puede ser a través de una enfermedad, que después el diablo le coloque grave a él, o a sus hijos, o a su mujer, o a cualquier persona que este brujo ame. Puede ser a través de la muerte de este brujo o de un familiar, o de una mascota, puede ser a través de un accidente, o puede ser, que simplemente pague esa deuda en el infierno.
Pero ustedes tienen que aprender a discernir, dice el Señor, y a no rechazar todo lo que se habla porque sí nada más, sino que tienen que aprender a identificar cuál es la fuente de lo que se está diciendo, dice el Señor. Hay una prosperidad que viene de arriba, donde se abren las compuertas del cielo. Porque yo veo que en el cielo hay como compuertas, como una ventana, pero arriba en el cielo. Dice el Señor, hay una prosperidad digna, hay una prosperidad divina que es un regalo, que también puede ser una recompensa pero que no se cobra, dice el Señor. Y que no encadena sino que desata, que no maldice sino que bendice, que no enferma sino que sana, y que inclusive logra propósitos en las personas a las que se reparte este tipo de prosperidad.
Pero tienen que entender los principios del Reino, dice el Señor, porque el Reino tiene sus principios. Principios celestiales, principios espirituales, que están vigentes para el día de hoy, bajo este nuevo pacto, en la sangre de Jesús. Hay un orden para todas las cosas, dice el Señor, y ustedes tienen que aprender a caminar en ese orden, y desechar las falsas creencias, doctrinas, pensamientos y enseñanzas que recibieron hasta ahora sobre esto, y tomar las enseñanzas que el Señor está dando a sus distintos ministros para restaurar esta área, para sanarla. Hay personas que están enfermas en esta área y necesitan sanidad sobre este tema, pídanle sanidad a Dios.
Yo veo ahora alcancías, que en mi visión representan el ahorro. Algunos de ustedes están intentando ahorrar, pero es como si pusieran una monedita en esta alcancía simbólica y desapareciera de la alcancía, como si se fuera por abajo, como si la alcancía tuviera un agujero y no quedan esos ahorros ahí guardados, se van, se diluyen como agua que corre. Pero hoy el Señor coloca un freno en ese desangrado económico que te está sucediendo, en el nombre de Jesús. Pero no ahorres para atesorarte, dice el Señor, y que esos ahorros se conviertan en tu seguridad, cuidado con eso. Cuidado con ahorrar y que esos ahorros se conviertan en tu ídolo, en tu torre fuerte, en tu fortaleza, en vez de Dios. Pregúntale al Señor hasta dónde ahorrar, hasta cuándo ahorrar, y para qué ahorrar, y qué hacer llegado el tiempo determinado con esos ahorros. La Biblia dice:
[Hageo 1:6, RVR1960] Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os haciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.
Exactamente eso era lo que veía. El Señor cose tu saco roto en este momento, en el nombre de Jesús. Gloria a Dios. Pero también sé agradecido por lo que el Señor va a hacer en tu vida, y no te olvides de estas bendiciones. Yo bendigo los ministerios en el nombre de Jesús. Multiplico los bienes, primeramente espirituales, para que después se vean y se reflejen en una bendición espiritual en el nombre de Jesús. Yo unjo tus manos para el servicio a todo aquel que sirve a Dios de distintas maneras. Coloco una tiara en tu cabeza que representa bendición celestial. Le cierro las puertas a todo brujo, a todo hechicero, a todo poder de las tinieblas que te estaba oprimiendo y torturando en esta área, en el nombre de Jesús. Hay gente en algunas congregaciones que ustedes están dirigiendo, que están provocando que haya pérdidas económicas.
Hay ciertas personas que, en vez de traer bendición, traen maldición en esta área, en las congregaciones. Cuiden lo que hablan, dice el Señor, porque muchas veces hablan maldiciones que provocan consecuencias en el área económica. Arrepiéntanse de hablar maldiciones. Y a aquellos que son pastores, tengan cuidado con abrir la puerta de sus oficinas a cualqiera. Porque hay personas que van para maldecir las congregaciones en lo económico. No dejen entrar a cualquier persona en las oficinas privadas de las congregaciones. Cuidado, dice el Señor. No reciban cualquier regalo y primero disciernan por el Espíritu Santo, porque hay regalos que vienen cargados de maldiciones económicas. Cuidado con recibir joyas y regalos de todo tipo.
Disciernan y pregunten al Espíritu Santo primero, si tienen que recibir ese regalo que les están queriendo dar. Es decir, no estoy diciendo que todo regalo de joyas o cualquier otra cosa esté maldito, pero hay enviados especiales a los pastores, para entregarles regalos que en realidad están maldecidos. No hay que recibir cualquier regalo, primero hay que discernir. Gloria a Dios. Y yo veo el aceite que chorrea por sus cabezas. Yo bendigo a todos los pastores en este momento, en el nombre de Jesús, con provisión de lo alto. Bendigo a todo tipo de ministros, en el nombre de Jesús. Que llueva la provisión sobre todos ustedes los que están creyendo en esto ahora. Amén. Gracias Señor. Gracias por este regalo, Señor. Yo bendigo a mis hermanos en el nombre de Jesús. Amén.
Vayan al cuarto secreto, dice el Señor, y pregunten todas las preguntas que ahora tienen en su corazón en el lugar secreto. Pregunten. No se queden sin preguntar, dice el Señor. No se queden con preguntas sin responder. Pregunten y el Espíritu les va a responder. Amén. Gracias, Padre. Te damos gracias, Señor, por esta transmisión, por esta palabra, por esta bendición, por revocar decretos demoníacos sobre todos los hermanos que escucharon, en el nombre de Jesús. Gracias Señor, porque todo eso retrocede y vuelve atrás como si nunca hubiera existido. Toda planta secada por los hechiceros, en este momento revive en el nombre de Jesús. Todo árbol que no da frutos económicos, en este momento es regado por el Espíritu de Dios. Gracias Padre. Y toda rueda detenida comienza a girar. Amén.
Bueno, saludos hermanos. Y el Señor me insiste en decirles que busquen al Espíritu Santo, que vayan al Señor y que escudriñen todo lo que escuchan, inclusive lo que digo yo. Tienen las Escrituras y tienen al Espíritu de Dios. Pregunten y recibirán las respuestas, golpeen y se les abrirá. Amén. Les mandamos saludos desde Argentina, mi esposo Mándala que está acá conmigo compartiendo las Escrituras, y yo Noelia desde Argentina.