Dios te bendiga, amado pueblo del Señor Jesucristo. Hoy es 19 de diciembre del año 2023, y estoy aquí nuevamente para entregar un duro mensaje al pueblo de Dios. Dura visión se me ha sido mostrada. En primer lugar, te voy a compartir una palabra que el Señor habló en la transmisión titulada «Voy a sacudir todas las cosas para despertar a los míos», que fue publicada hace 4 días a través de mis redes sociales, y después de eso te voy a testificar cómo esta palabra lamentablemente se está cumpliendo ante nuestros ojos por causa de lo que el Señor está haciendo primeramente en su casa.
Esta palabra la puedes encontrar aquí en mi canal de YouTube «Noelia ama Jesús» y también en mi página de Facebook, que lleva el mismo nombre. Lo vamos a escuchar, y después voy a agregar sobre este mensaje lo que el Señor me está diciendo y le está diciendo a las naciones.
https://noeliafernandez.net/2023-12-15/
[Marcos 13:2, RVR1960] Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada.
Ese era el versículo bíblico que el Espíritu Santo me seguía trayendo a mi espíritu, hablándome de lo que se viene en la iglesia del Señor Jesucristo, en el pueblo del Señor. En esta palabra que acabamos de compartir, escuchábamos cómo el Señor avisaba de que íbamos a ver la destrucción de templos de piedras, de muchas congregaciones. Estamos hablando de lo que hoy se llama «congregaciones evangélicas».
Dos días después vemos cómo acontece un temporal en la ciudad de Bahía Blanca, Argentina, donde sale en las noticias que un templo evangélico fue destruido por completo en cuestión de minutos, y que de esa edificación solo quedó una pared. Y vemos cómo delante de nuestros ojos, dos días después de que el Señor advierte de que templos hechos por manos de hombres iban a caer, de que iglesias evangélicas, cristianas, o como quieras llamarlo, iban a ser destruidas. El Señor está trayendo juicios de distintos tipos para el injusto, pero también está pesando en la balanza a su congregación, a la congregación de los santos. Y el juicio, dice la Biblia, que empezaría por su casa, por la casa del Señor.
Dos días después de publicar esta palabra, vemos un ejemplo de esta palabra cumpliéndose, para la gloria del Señor. No me pone contenta lo que tengo que decir acerca de esto. No me alegro de que esta palabra se cumpla, pero tengo que seguir avisando, para que tal vez el pueblo del Señor Yeshua reaccione, se examine, y se ponga a cuentas con las cosas que el Señor está llamando, con las cosas a las cuales el Señor está apuntando para que corrijamos dentro de nuestras congregaciones.
Llamativamente, de esta edificación que fue destruida por este temporal aquí en Argentina solamente quedó en pie una pared. Llamativamente, cuando el templo de Jerusalén fue destruido, solamente quedó una pared, que hoy se le llama «el Muro de los Lamentos» y donde los judíos van a rezar a Dios. Aquellos judíos que no están convertidos en su mayoría van a ese lugar, a esa única pared que quedó, para adorar al Señor, creyendo que en un lugar de piedras van a encontrar a Dios, y no entendiendo que partir de la muerte y de la resurrección del Mesías, que ya vino en rescate por muchos, ellos mismos, creyendo en Él, podrían convertirse en el templo verdadero del Espíritu Santo de Dios.
[1 Pedro 4:17, RVR1960] Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?
Pero, hablando también sobre el templo del Espíritu Santo en este nuevo pacto del cual nosotros participamos, dice 1 Corintios 3:16:
[1 Corintios 3:16, RVR1960] ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
Y con esto quiero aclarar, para aquellas personas a las que les gusta generar polémica y malinterpretar las palabras que uno entrega, que no estoy transmitiendo ni diciendo a los hermanos que no deben congregarse, porque también dice la Biblia que no dejemos de congregarnos, como muchos tienen por costumbre. Entonces, ¿cuál es el kit de la cuestión? Es por qué te estás congregando, cómo te estás congregando, dónde te estás congregando, y cuál es el orden bajo el cual te estás sujetando.
¿Es una edificación bíblica, divina, ordenada por el Espíritu Santo de Dios y fundamentada en las Escrituras? ¿O es una edificación de hombres, que se desvió del Evangelio, que ya no le permite la entrada al Espíritu Santo de Dios? ¿Estás congregándote para conocer gente, para conseguir un esposo, una esposa, para tener amigos cristianos? ¿Estás congregándote porque pensas que solo allí vas a encontrar al Señor, que solo allí, en un templo de piedras, se va a manifestar el Espíritu Santo de Dios? ¿Cuál es tu idea de congregarte en un templo de piedras? Dice Hechos capítulo 17, a partir del versículo 22 en adelante. Escuchen esto, ¡qué fuerte!
[Hechos 17:22-31, RVR1960] Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.
Así que el Señor no tiene un problema con que sus hijos se congreguen en un espacio físico. No es el problema que existan templos de piedras. No son las piedras el problema, no son las columnas, no son las paredes, no son los techos. El problema es que la iglesia verdadera del Señor Jesucristo se está olvidando de que la estructura tiene que venir del cielo, de que la estructura la arma el Señor. Si el Señor no construye, el hombre no puede construir. Si el hombre construye y no le da lugar al Señor, a su Espíritu Santo, a la ordenación a través de su Espíritu, basada en las Escrituras, esos edificios van a caer en este tiempo.
Hay un tornado espiritual que está soplando sobre todas las congregaciones, y cada templo está siendo pesado en balanzas. Cada estructura que se mueve dentro de estos templos de estos últimos días está siendo pesada en la balanza del Señor. Y para muchos, como ya he dicho antes, y lo pueden encontrar en mis redes sociales—la gloria sea para Dios, porque esto no lo hago para vanagloriarme, sino para que el pueblo escuche y se prepare y entienda que es Dios el que está hablando—para muchas congregaciones, para muchos ministros que no se están poniendo a cuentas con el Señor, que se olvidaron de Dios, y que se están llenando los bolsillos del dinero de las ovejas del Señor Jesucristo, la palabra es «mene, mene, tekel, uparsin».
[Daniel 5:25-28, RVR1960] Y la escritura que trazó es: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN. Esta es la interpretación del asunto: MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin. TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto. PERES: Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas. Entonces mandó Belsasar vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello un collar de oro, y proclamar que él era el tercer señor del reino. La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos. Y Darío de Media tomó el reino, siendo de sesenta y dos años.
Y eso es lo que está aconteciendo en estos últimos días, porque no estás buscando al Señor en la intimidad, porque no entendiste que antes de ir a congregarte en un lugar físico con los hermanos… Y, vuelvo a repetir, no hay ningún problema con eso si lo hacés bíblicamente hablando y con las intenciones correctas, para la edificación del cuerpo de Cristo y para hacer las obras que Dios quiere que hagamos juntos, como una unidad, como un solo cuerpo, congregados en su nombre.
El problema es que las congregaciones están contaminadas por las estructuras de los hombres, y están siendo pesadas, y muchas de ellas están siendo encontradas faltas. Por lo tanto, no solamente se están destituyendo y cortando árboles de raíz, como el Señor ya dijo en otras palabras anteriores desde hace más de 2 años que vengo advirtiendo de estas cosas por el Espíritu Santo de Dios. No solamente son ministros. Hace uno o dos días, un adorador cristiano de apellido Enríquez, creo, cayó muerto mientras estaba adorando al Señor.
Estas cosas no son casualidad. El Señor tiene un motivo por qué está cortando árboles de raíces. Y dentro de estos juicios que están aconteciendo dentro de la iglesia del Señor Jesucristo, no solamente son las estructuras de hombres que el Señor está pesando en la balanza y encontrando faltas porque no son estructuras sanas de Dios, sino que el Señor está derribando estructuras físicas. Y vamos a ver muchas congregaciones físicas, edificios, iglesias cristianas evangélicas, como se les llama en este tiempo, caer.
Van a venir terremotos, van a venir más tornados, más temporales, más granizo, más huracanes, más inundaciones, más levantamiento de las costas, más tsunamis, y todas estas cosas que ya están profetizadas en Mateo, en Marcos, en Lucas, en el Apocalipsis, en los Profetas del Antiguo Testamento inclusive. Y dentro de las cosas que van a suceder, vamos a ver caer edificios construidos por manos de hombres, donde se han olvidado de que quien manda es el Señor, no el pastor.
Muchos de ustedes no han entendido, me revela el Espíritu Santo ahora, que primero tengo que llenar mi vaso en la intimidad, en la presencia del Señor, para que después, cuando vaya a congregarme a estos lugares, no dependa de los hombres, en el sentido de que ellos no me van a llenar el vaso, no van a llenar mi lámpara de aceite, sino que va a ser el Señor.
Y con esto tampoco estoy diciendo que desobedezcamos a las autoridades establecidas por Dios, cuando realmente están establecidas por Dios y cuando están siguiendo una línea bíblica. Pero la realidad de hoy en día es que gran porcentaje de las iglesias cristianas—o como se les llama en este tiempo, evangélicas, para distinguirlas de las demás creencias—no están siguiendo una línea bíblica, no están parados sobre la roca que es Jesucristo. Están parados sobre el nombre de los pastores, sobre el nombre de los obispos, sobre el nombre de los ancianos, sobre el nombre de los que se hacen llamar apóstoles, pero muchos de ellos no lo son.
Estructuras de hombres es lo que el Señor está derribando en este tiempo, incluyendo los edificios físicos donde esos hombres pretenden llevar a cabo y manejarse a través de estructuras de hombres. El Señor en este tiempo está trayendo una restauración de todas las cosas en su pueblo, para que cuando se manifieste Yeshua en el cielo y venga a buscar a los suyos en su venida, la iglesia ya esté preparada, la iglesia ya se haya puesto a cuentas con el Señor, la iglesia haya vuelto a las sendas antiguas.
Y ¿saben qué? La iglesia va a volver a las casas, así como inició, para que la pureza del Evangelio vuelva a brillar como brilló en el primer tiempo, después de la muerte de Jesús. Y allí, el poder del Señor se va a manifestar como nunca, y allí se van a ver los milagros, las sanidades, las señales, los prodigios, y el hombre se va a maravillar. Y allí va a acontecer el verdadero avivamiento de los últimos días. No va a ser en las congregaciones en primer lugar. No va a ser, mejor dicho, en los templos, en las iglesias, en primer lugar. Va a ser en las casas, va a ser en los barrios, va a ser en las calles, donde empezó.
Con la pandemia del COVID-19 vimos cómo muchos que estaban aferrados a la religión se quedaron sin nada, porque dependían de un edificio físico y no de un edificio espiritual, que es el Señor, porque idolatraban a sus pastores y dependían en primer lugar de ellos en vez del Pastor de los pastores, de Jesús, el Hijo de Dios; porque nunca desarrollaron una intimidad con el Espíritu Santo de Dios.
Y cuando murieron cientos de ministros, lamentablemente, a través de ese virus que fue lanzado por hombres, pero que el Señor utilizó para traer juicio a su casa—aunque no siempre fue juicio, pero en parte hubo juicio para su casa—cuando murieron cientos de pastores, de ancianos, de profetas, de maestros, de evangelistas, de apóstoles, o como quieras llamar, cuando murieron tantos líderes dentro de la casa de Dios, muchos hijos no supieron qué hacer, porque un ídolo se les fue quitado y se dieron cuenta de que tenían una religión vana. No era una comunicación real, continua y viva con el Espíritu Santo de Dios en primer lugar.
Hijos, recapaciten, dice el Señor, porque voy a destruir murallas humanas, porque van a caer muros que Yo no levanté. Y otros de los muros que van a caer, dice el Señor, sí, los había levantado, pero con el tiempo se olvidaron de mí. Empezaron sirviéndome, dice Yeshua, pero después se sirvieron a ellos mismos, llenándose los bolsillos con el esfuerzo del sudor de la frente de mis hijos.
Hijitos, vuelvan al lugar secreto, dice el Señor, para que cuando de lo que ahora ustedes dependen se les sea quitado, puedan resistir porque ya estaban abrazados a la columna fiel, la única que resiste para siempre, la única que nunca es quitada, destruida, desmantelada, que soy Yo, dice el Señor. Porque sus pastores no les dieron la salvación a través del sacrificio. Fui Yo el que me entregué por ustedes, dice el Señor. No se confundan, porque no es que no deban sujetarse a ellos, si es que Yo los llamo a sujetarse a ellos como autoridad establecida en sus vidas. No estoy diciendo, dice el Señor, que no se dejen pastorear, que no se dejen guiar por un brazo humano, sino que no los pongan en primer lugar, dice el Señor.
Muchos de ustedes tienen que arrepentirse en este momento, porque primero creyeron en mí, dice el Señor, y hasta me confesaron como su Señor y su Salvador, como el gobernador de sus vidas, pero con el tiempo se olvidaron de que Yo era el número uno y me dejaron atrás. Quitaron sus ojos de mí, dice el Señor, para mirar solamente a los hombres, entrando en idolatría. Me dejaron atrás. Se olvidaron del Santo de Israel, al igual que la nación de Israel se olvida de mí, al igual que los judíos que no creen en mí, que no me miran, que me rechazan, que hasta se burlan de mi nombre, dice el Señor.
Así como este pueblo se olvidó de mí, ustedes también se olvidaron de mí y no me están poniendo en primer lugar. Me están relegando para después. No soy lo primero de sus días, dice el Señor. No solamente a veces soy lo último de sus días; a veces no soy parte de sus vidas. Creen en mí, pero no hablan conmigo, no me buscan, no me preguntan cuál es mi voluntad para sus vidas. Solamente van y le preguntan al hombre, cuando Yo estoy ahí, al lado de ustedes, queriéndolos guiar, queriéndoles hablar, mirándolos fijamente, poniendo atención en sus vidas, en sus oraciones, en sus peticiones, en su dolor. Me dejan para lo último, me tiran a la basura, me descartan, me rechazan, me hacen esperar.
Hijitos, recapaciten, porque viene juicio en la casa de Dios. Yo (Noelia) veo un tornado. Veo un tornado que entra en muchos templos cristianos, destruyéndolo todo. En algunos solo va a destruirse el edificio físico, pero en otros va a haber muerte. Algunos van a quedar escondidos debajo de los escombros. Yo veo que los edificios caen, y los que estaban adentro de los edificios quedan debajo de los escombros.
Hijitos, viene caos, destrucción, y todo aquel que se encuentre falto en mi balanza, dice el Señor, va a ser cortado si no se arrepiente y se alinea, porque en el tiempo que viene no puedo permitir que la iglesia siga igual. Mi cuerpo está contaminado, dice el Señor, enfermo, dormido. Tengo que sacudirlo para que vuelvan a mirarme, porque tienen sus ojos en las cosas de la carne, en el brazo de los hombres, pero no en mí. No levantan su mirada. Están distraídos.
Hijitos, recapaciten, dice el Señor, porque viene destrucción repentina a muchos lugares. Y yo (Noelia) veo ahora esas iglesias que son llamadas mega iglesias, si no me equivoco. Son estas iglesias que tienen miles y miles de miembros, tienen un nombre, una reputación en el mundo, son conocidas.
Voy a destruir estructuras de hombres, dice el Señor, para que solo queden las mías. Estoy limpiando los altares. Voy a pasar la escoba. Y todo aquel que se oponga a este movimiento de limpieza va a ser quitado, dice el Señor, porque no hay tiempo que perder. Tengo que rescatarlos, porque van caminando directo a la perdición, creyendo que hacen las cosas bien.
Pero hay un remanente que sí, está despierto, que sí, se está congregando a la manera del Señor, que sí, está intercediendo y ayunando por esto, que sí, está clamando para que haya un cambio dentro de las congregaciones cristianas. Hay un remanente que sí, está llamando a despertarse a los que están dormidos. Hay atalayas que estoy enviando a advertirles, a avisarles, por todos lados, dice el Señor. No los estoy dejando sin avisar.
Pero la mayoría está en su soberbia, no escucha, se burlan de los que yo envío, de los mensajeros de los últimos días, de los ministros apocalípticos que estoy levantando a reanimar a esta iglesia muerta, a este cuerpo echado. Tengo que resucitarlos, dice el Señor, porque muchos creen que están vivos, pero están muertos. Muchos creen que están haciendo obras vivas, pero están muertas.
Vienen vientos de cambios, pero no solamente a las naciones. Hay hoy naciones que se están cayendo, mientras otras naciones se están levantando. Hay un contraste intenso entre naciones que estaban muy arriba pero que se están cayendo y se van a caer aún más, y naciones que estaban muy abajo pero que el Señor está levantando antes de los acontecimientos finales de los últimos días.
Pero estos cambios violentos no vienen solamente a las naciones, sino primeramente a la casa de Dios. Y me viene ese versículo de la Escritura que dice: «Salid de en medio de ellos.» Voy a arrancar a mucho pueblo de congregaciones muertas, dice el Señor. Los voy a sacar, los voy a rescatar antes de que venga esta destrucción a muchos templos.
El Señor va a llamar a muchos de ustedes a salir de ciertas congregaciones que tienen doctrinas mentirosas, doctrinas demoníacas, doctrinas de demonios, obras muertas, estructuras de hombres. Y vuelvo a repetir: no son todas, pero sí, son muchas. El Señor va a llamar a muchos a salir de esta Sodoma y Gomorra antes de que caiga la destrucción, porque así llama el Señor a estas congregaciones pervertidas, contaminadas, porque muchas de ellas lo hacen por dinero, entre otras cosas, y permiten el pecado, y permiten a Jezabel, y le dan lugar al mundo adentro de las congregaciones. El Señor les llama en esta palabra Sodoma y Gomorra.
Viene juicio a estas congregaciones cristianas, que yo estoy sabiendo ahora que el Señor las ve o las compara a Sodoma y Gomorra. Y antes de que venga esa destrucción a estas congregaciones que hoy son como Sodoma y Gomorra—que permiten que el pueblo fornique, que el pueblo adultere, que el pueblo mienta, robe, se ensucie, y muchas cosas más—el Señor va a llamar a muchos a huir de allí por el Espíritu Santo, pero solamente lo van a escuchar aquellos que lo buscan en la intimidad.
Es tan fácil encontrar a Dios. No hace falta ya que subamos a una montaña como Moisés, que tenía que ir a cierto lugar para encontrarse con Él. Solo los adoradores verdaderos en espíritu y en verdad, los que lo buscan en el secreto, en cualquier lugar donde estén, van a ser los que escuchan este llamado a salir de estas congregaciones antes de que caiga este fuego del cielo, esta destrucción repentina. Gracias, Señor.
Cada uno de ustedes, los que ahora se están preguntando «¿Qué hago? ¿Qué tengo que hacer?», la respuesta la van a encontrar en la soledad, en la intimidad con el Señor, en el ayuno, en el silencio, en esa habitación secreta. El Señor te va a indicar cuáles son los pasos que tenés que seguir para alinearte a los movimientos de los días finales que está haciendo el Padre a través de su Espíritu Santo.
No te quedes afuera, dice el Señor. Escudriña las Escrituras como los Berréanos. No seas como los atenienses en Hechos 17—muy religiosos, dice la Palabra, en el sentido malo de esta expresión. No te aferres a brazos humanos en primer lugar, sino que pregúntale al Señor dónde te quiere, bajo qué autoridad, escudriñando todas las cosas que los líderes hacen en la Palabra verdadera, porque estamos viendo el cumplimiento de las profecías para estos tiempos, no solamente de la Biblia, sino de lo que los profetas y atalayas venimos anunciando hace años. Es un tiempo de cumplimiento profético este, y esto el Señor lo está utilizando como señal para que creas, para que despiertes, para que escudriñes la Palabra y te pongas a cuentas con el Señor. Dice la Biblia en Juan 14:29:
[Juan 14:29, RVR1960] Y ahora os lo he dicho antes de que suceda para que cuando suceda creáis
El Espíritu de Dios te dice: No comas todo lo que te predican. No recibas en tu corazón todo lo que sale de los labios de los predicadores, sin antes pesarlo en la balanza de las Escrituras. Y dice la Biblia que el Espíritu de Dios nos enseñaría todas las cosas. Aquel que vive en una comunión permanente con el Espíritu Santo de Dios aprende a discernir lo verdadero de lo mentiroso, lo correcto del error, lo que es bueno de lo que es malo. Pero si no lográs, si no entrenas esta intimidad con aquel que llamas tu Dios, vas a comer lo que venga, y eso hasta te puede llevar a la muerte espiritual.
Yo bendigo a todo aquel que escucha, Padre, y te pido misericordia. El Espíritu me dice que aquellos que tienen un corazón intercesor intercedan por esto, porque vuelvo a ver, cuando cierro los ojos, un martillo que golpea congregaciones, un martillo que destruye, que desarma estas estructuras que son como un teatro presentado, pero que no tienen sustancia profunda en sí, que no están fundamentadas en algo espiritual, que no han sido levantadas a través de la fe, sino que han sido fundadas y levantadas y creadas a través de visiones de hombres, a través de visiones de corazones de hombre.
Esas estructuras, esos ministerios que Dios nunca llamó a levantar, el Señor los va a hacer desaparecer porque Él nunca mandó que se hicieran, entre otras cosas. Y otros de ellos van a ser corregidos. Oremos por esto, dice el Señor, para que mientras el juicio se derrama sobre la tierra y sobre la casa de Dios, muchos puedan arrepentirse y alinearse al llamado verdadero, legítimo de Dios, y desechar lo que es malo y caminar acorde a las sendas antiguas.
He sonado la trompeta, Padre. La gloria sea para ti, Señor, porque se están cumpliendo muchas cosas que hablaste de hace tiempo, Señor. Utiliza esto, Señor, para abrir los ojos de tu pueblo y que escuchen más atentamente lo que estás hablando. En el nombre de Jesús, amén.
Bendiciones, hermanos. Las dudas que tengan, las pueden escribir al mail de mi esposo y pastor, que se llama Mandala Weber. Él es el que recibe los mails, el que responde toda pregunta escritural, pastoral, de la cual yo no me encargo. No me meto en esas aguas.
Ese es otro de los temas. Muchos pastores que se hacen llamar pastores no lo son. Muchos maestros que enseñan no deberían estar enseñando, porque no tienen un llamado legítimo de Dios. Muchas mujeres se están metiendo en aguas donde Dios no las llama, metiéndose en problemas espirituales. Y por más que esto es otro tema, tiene que ver, porque en este tiempo el Señor está pesando en la balanza lo que estás haciendo, cómo lo estás haciendo, a quién estás obedeciendo, a quién estás respondiendo.
Muchos no tienen un llamado legítimo, sino que lo están haciendo porque el hombre se los dijo que lo tienen que hacer, pero nunca recibieron un llamado de Dios para hacer eso. Tengan cuidado y ajústate los cinturones de la verdad, porque hasta esto el Señor está corrigiendo en este tiempo. ¿Amén?
Saludos desde Argentina, y no dejen de leer las Escrituras para ver si todo lo que dice este vaso profético está alineado con eso. ¿Amén? Bendiciones desde Argentina.