En la última palabra profética, que se llama «¡Alerta, iglesia! La verdad sobre el coronavirus», el Señor dijo:
No teman, hijos de la luz, porque ustedes están conmigo. Desplieguen sus armas de poder contra este mal. ¡Apunten y fuego! Aprovechen para entrenar, porque Yo estoy observando cómo reaccionan mis hijos y estoy midiendo la valentía de cada uno de ellos.
Clamen, hijitos. Deshagan. Ejecuten mi diseño en la tierra. No se queden dormidos. Insistan en orar hasta que se rompan barreras invisibles. No esperen más. Únanse como un ejército contra las artimañas de este enemigo astuto. Denle batalla. No se detengan. Ataquen, porque sus oraciones debilitan la peste. Le quitan la fuerza, porque es fuerza que viene del enemigo. Rompan las cadenas. Desaten y destruyan. ¡Quemen! ¡Intervengan!
Mientras oraba con otras hermanas, levantando clamor a Dios en intercesión por este virus, el Señor me reveló que la alabanza es una de las armas espirituales que Él espera que su pueblo utilice contra este mal.
En una visión veía cómo desde muchos hogares se levantaba un poder, y reconocía que eran hogares cristianos donde se levantaba alabanza a Dios. Veía música cristiana sonando en muchos lugares, gente cantando y tocando instrumentos para adorar y alabar al Señor, y veía cómo desde esas casas se levantaba un poder en el espíritu. Ese poder era el poder de la alabanza.
La alabanza quemaba a los espíritus de enfermedad, debilitaba al coronavirus y se levantaba contra todo espíritu demoníaco que andaba rondando por los aires: espíritus de muerte, miedo, terror, ansiedad y otras fuerzas malignas que están aprovechando la situación para meterse en hogares y personas.
El Señor me hacía saber que Él espera que su pueblo utilize estas armas de poder contra este virus que viene del mal. La Biblia dice:
[1 Samuel 16:23] Cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.
Exactamente eso era lo que veía: cuando el pueblo de Dios escucha música cristiana, canta alabanzas, toca instrumentos para Dios o danza para Él, esto quema a los espíritus malos que se están moviendo en los aires de la tierra en este tiempo.
Veía una gran batalla espiritual dándose en los aires por causa de este virus, y el Señor me mostraba que una de nuestras armas es la alabanza. Sentía en mi espíritu que Él me pedía transmitir este mensaje, porque Él espera que usemos esta arma contra el enemigo en estos días.
Espero que esta palabra sea de bendición para ustedes, que la pongamos en práctica, que nos levantemos en guerra contra este mal para debilitar el poder de este virus, porque su poder no viene del Señor. El Señor lo está permitiendo y lo está usando para juzgar especialmente el pecado de asesinato, pero su poder viene del enemigo.
Por eso, el Señor pide que nos levantemos con toda la armadura y las armas que Él nos dio, como dice Efesios 6, y una de esas armas es la alabanza.
[2 Crónicas 20:21-22] Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.