Bendiciones, amados hermanos. Hoy vengo a compartir una palabra para Estados Unidos y su presidente. Hace pocos días, el presidente Trump asumió el cargo, y el Señor está hablando sobre este asunto a los habitantes de Estados Unidos.
Primero, quisiera aclarar que lo que voy a compartir no es mi opinión personal sobre Trump ni sobre lo que sucede en Estados Unidos, sino lo que recibí en oración y lo que se me ordenó hablar al pueblo de Dios. Mi posición sobre estos temas no es relevante. Estoy aquí únicamente como mensajera del Reino de Dios, hablando lo que Él quiere hablar.
Muchos de ustedes saben que, desde el principio de mi ministerio hace ya ocho años, he profetizado para Estados Unidos su caída y distintos tipos de juicios, como el quiebre del dólar, una gran crisis económica, invasión, guerra, desastres naturales de todo tipo, levantamiento civil y otras cosas más.
Esta semana, en mi aposento secreto, Dios me ha hablado sobre Estados Unidos y sobre su presidente actual, Donald Trump, y recibí que, antes de que los juicios más graves profetizados caigan sobre esta nación, hay como una especie de pausa, una pausa momentánea.
Cuando me hablaba sobre esto, el Señor me recordó específicamente los versículos 1 y 6 del capítulo 8 de Apocalipsis.
[Apocalipsis 8:1-6 RVR1960] Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto. Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.
¿Qué tiene que ver este pasaje con esta temporada, con «la era de Donald Trump», como estoy escuchando ahora que me dice el Espíritu Santo? No quiere decir que el séptimo sello se va a abrir ahora o que está abierto, porque sabemos que ni siquiera se ha abierto el sexto sello. Las estrellas todavía no han caído del cielo y aún no ha sucedido en la tierra lo que describe el sexto sello.
Sí he dicho anteriormente que a mí el Espíritu Santo me ha revelado que los cinco primeros sellos ya están abiertos. Sin embargo, el desarrollo de lo que esto conlleva se da progresivamente sobre la tierra.
Por lo tanto, no quiero decir que el séptimo sello se ha abierto, ni mucho menos. Más bien, es como una alegoría o parábola que el Espíritu Santo está usando para hacernos entender que, así como antes de que suenen las siete trompetas se hizo un silencio en el cielo como por media hora, ese silencio significa un tiempo extra que Dios le da a Estados Unidos antes de que caiga completamente.
Vemos en Apocalipsis 8:1 que primero se hizo silencio en el cielo como por media hora, y después de ese tiempo extra, los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas. Pero antes, fue muy decisivo el incienso, que representa las oraciones de los santos.
En el caso de Estados Unidos y del presidente Donald Trump, ese incienso son las oraciones que los santos han levantado para esta nación y que están siendo respondidas en este tiempo. Por esa causa, el Señor coloca como una pausa a los juicios extremos que Él va a traer sobre esa nación.
En una de las visiones que Dios me dio, veía a Trump sosteniendo un techo completamente quebrado. Era un techo enorme que cubría todo el territorio de Estados Unidos. No era que se iba a quebrar, sino que ya estaba todo quebrado, aunque aún no se había caído.
Veía a Trump sosteniendo con las dos manos este techo sobre Estados Unidos para que tal vez aguante un ratito más y las personas que habitaban debajo de él ganaran más tiempo. Sin embargo, el techo ya estaba quebrado, y el polvo comenzaba a caer a través de las rajaduras.
Entendí que esta visión representa un tiempo de espera antes de que caigan los peores juicios sobre esta nación. El techo se va a caer sí o sí. Es solo una cuestión de tiempo.
Lo que seguramente ustedes me van a preguntar inmediatamente va a ser: «Ok, Noelia, pero ¿cuánto tiempo? ¿Cuánto tiempo se les ha dado?». Eso el Señor no me lo ha revelado. Vuelvo a repetir que nosotros profetizamos en parte, vemos en parte, sabemos en parte, y mi tarea es únicamente compartirles lo que Dios me revela. Lo que no sé, no lo puedo estipular o suponer. Entonces, no sé si va a ser poco o mucho tiempo.
Lo que les recomiendo es que ustedes permanezcan en oración. Y esto no solamente se los recomiendo yo. Más adelante les voy a compartir que también el Señor llama a interceder por esta nación y por Trump, porque Estados Unidos, su destino y las decisiones que tome son decisivas, no solamente para ellos, sino también para el resto del mundo, incluyendo a Israel.
Así que es una cuestión de tiempo hasta que este techo se termine de caer, pero el Señor da como un tiempo extra de gracia.
Ahora les voy a compartir una palabra que recibí directamente del Señor en mis tiempos de oración en los días anteriores. Día a día iba a mi aposento secreto a buscar al Señor, y Él me insistía que hable sobre esto y me daba distintas palabras, que las anoté para compartírselas.
Yo formé a esta nación, decía el Señor, la bendije y la hice ser como un granero para el resto del mundo, de modo que repartía y proveía a otras naciones necesitadas. Yo bendije a Estados Unidos, lo levanté más alto que todas las otras naciones de la tierra, hice de él un faro que alumbraba al resto del mundo.
Los engrandecí, los multipliqué, les di muchas tierras. Fui paciente.Ellos me buscaron y me encontraron, y daban las gracias por los alimentos. Las familias enteras se reunían a orar y a leer mi Palabra en el pasado. Pero se olvidaron de mí, de su Creador, del que los formó desde cero. Ellos son míos, pero se olvidaron de mí, decía el Señor.
Dios me hablaba del capítulo 16 de Ezequiel, donde se describe la relación entre Dios y Jerusalén en una alegoría. En esta alegoría, Israel es representada como una mujer que Dios rescató, cuidó y elevó a una posición privilegiada, pero que luego lo traicionó al volverse infiel mediante idolatría y malas prácticas. Lean este capítulo, porque eso es exactamente lo que sucedió con Estados Unidos y lo que va a suceder completamente a su tiempo.
Esto pasó con Estados Unidos de América, me decía el Señor. Cuando ganaron la suficiente fuerza, me dejaron, igual que Israel.
Por otro lado, el Señor me explicó lo que está sucediendo actualmente en términos espirituales. Hay una balanza de la justicia del Señor, donde Él pesa todo lo que se hace, tanto lo bueno como lo malo. «Estados Unidos es deudor», me decía el Señor.
Vi una balanza donde Dios pesa lo que se hace en Estados Unidos y luego juzga estos actos a la luz de su Palabra. Vi que un lado de esta balanza tenía muchísimo más peso que el otro, y entendí que ese lado representa el pecado de Estados Unidos.
El Señor me dijo que Estados Unidos ha hecho muchas cosas justas. No es que Dios haya descartado o no tomado en cuenta esas acciones, sino que las injusticias que también ha cometido son mucho más abundantes que sus justicias. Entonces, la balanza se inclina mucho más hacia el lado de la injusticia que hacia el de la justicia.
Es por esta razón que el juicio viene sobre Estados Unidos, porque el Señor ha pesado todos sus actos, y el saldo es deudor. En este momento, la balanza de la justicia se inclina muchísimo más en contra de Estados Unidos.
El lado más pesado es el del pecado. No es que el Señor no haya tomado en cuenta las cosas buenas que esta nación y su gente han hecho, pero al pesar todas las cosas en la balanza de la justicia de Dios, lo malo está mucho más pesado que lo bueno. Es muy importante que comprendan esto, para que recuerden que Dios es un Dios justo.
Ahora, ¿cuál es el rol que Trump tiene en este momento? Yo lo vi a él tal como se lo vio en los medios: sacando un montón de decretos, apurado por resolver muchos asuntos que sabe que se estaban haciendo mal. Al menos eso me mostraba el Espíritu Santo.
El Señor me mostraba que Trump está realmente preocupado por su nación, porque ha visto, desde fuera de la presidencia, a Estados Unidos como un barco que se estaba comenzando a llenar de agua y estaba esperando el momento de asumir como presidente otra vez para tratar de rescatarlo lo más rápido que se pueda.
Pero el problema es que él va más rápido de lo que lo quieren acompañar, me revelaba el Señor. Aunque, solamente al mirar las noticias y los medios, uno también puede sacar la misma conclusión.
Varias cosas de las que voy a decir ya han salido a la luz y se pueden ver a simple vista, pero eso no quiere decir que Dios igualmente no las quiera nombrar, para que ustedes entiendan lo que está pasando, por qué está pasando y por qué Dios le ha dado esta especie de oportunidad a Estados Unidos por un tiempo.
El entorno de Trump va a una velocidad distinta a la de él y no discierne el peligro inminente como él lo discierne. Además de eso, muchos no lo quieren, y él está rodeado de enemigos que van a hacer lo imposible para derrocarlo: enemigos desde adentro y enemigos desde afuera.
Trump siente que Estados Unidos está vulnerable, que es un momento donde le falta fuerza. No es que hoy Estados Unidos no tenga fuerza, según yo lo entiendo, sino que podría estar más fuerte, y la presidencia anterior no ha ayudado en ese aspecto.
Yo vi que Trump quiere levantar murallas alrededor de Estados Unidos y reforzar la defensa, porque sabe que hay muchas naciones que quieren invadir y atacar a Estados Unidos y destruirla, para que desaparezca como país si fuera posible. Y también vi que el Señor lo mira desde su trono y lo deja trabajar por un tiempo.
El Señor me revelaba que el rol de Trump es menguar un poco el juicio que Estados Unidos ha acumulado para sí mismo, tratar de hacer un poco de justicia para quitar un poco el peso de la balanza del lado de la injusticia, tratar de equilibrar un poco esa balanza que ahora está llena de deudas para esa nación.
Luego vi a Dios poniendo una pausa en Estados Unidos desde su trono —veía literalmente un botón de pausa— y diciéndoles a los ángeles que esperen un poco más de tiempo hasta que los juicios caigan en esa tierra.
Este es un tiempo de gracia para Estados Unidos, donde el Señor ha permitido que este hombre esté en la presidencia por un tiempo para tratar de levantar un poco el vallado que otros destruyeron. Esta es una pausa para Estados Unidos, una pausa en los juicios que van a caer sobre esa tierra.
De ninguna manera estoy diciendo que este señor Trump es santo o justo, ni que todo lo que hace o va a hacer es bueno o correcto. Pero ciertamente algunas cosas que él quiere hacer, y que ya ha hecho en estos pocos días, están acordes con los principios de Dios y de su Palabra, y Dios simplemente lo quiere utilizar como un instrumento para cumplir sus propósitos con Estados Unidos.
Podemos ver en las Escrituras que Dios utilizaba gobernantes que quizás no eran hijos de Dios, pero que Él igualmente había ungido para hacer todo lo que Él quería que hagan. Ciro es uno de esos ejemplos.
El Señor me mostraba que hay gente en Estados Unidos que empieza a trabajar la tierra con un poco más de tranquilidad. Los comerciantes tratan de redimir el tiempo para mejorar un poco la situación anterior. En las partes donde está debilitado, el país se comienza a reconstruir un poco. Es como cuando alguien vive en una ciudad que se estaba comenzando a destruir, y apenas hay un poco de paz, la gente comienza a reconstruir lo que se rompió anteriormente.
Dios deja que eso pase por un tiempo, que en este tiempo de gracia para Estados Unidos la gente aproveche para fortalecerse, me decía el Señor, para levantar un poco más las defensas, para organizarse, para moverse un poco más libremente que en el gobierno anterior, donde algunas libertades se estaban empezando a perder en este país.
Por lo tanto, decía el Señor, los que estén viviendo en Estados Unidos deben aprovechar el tiempo para ponerse a cuentas con Dios y para prepararse para lo que viene a esa tierra, porque no será menor.
El Señor también me hablaba del libro de Nehemías y del libro de Esdras. Para los que habitan en Estados Unidos o son intercesores y están llamados a interceder por esa nación, por el presidente, los gobernantes, los ciudadanos y demás, en estos libros hay pasajes que es importante que tengan en cuenta, los anoten y los estudien, porque son pasajes que el Señor está utilizando en este tiempo para equiparar a la situación actual de Estados Unidos.
Mientras me hablaba de Nehemías y de Esdras, el Espíritu me hacía entender que Trump fue puesto por un tiempo para tratar de reconstruir las murallas, para levantar los muros, para reedificar la ciudad, para reconstruir las ruinas, para fortalecer la identidad de los estadounidenses y evitar que se dejen contaminar, distraer o invadir por naciones extranjeras.
Veía al presidente Trump hablando con el presidente de China, con el presidente de Rusia y con otros líderes del resto del mundo, tratando de ganar un poco de tiempo hasta que pueda reconstruir lo que fue destruido anteriormente y fortalecer lo que más se pueda. El Señor decía: «Les he dado un tiempo extra».
No estoy diciendo que las conversaciones que este hombre va a tener con estos presidentes logren algo. Estoy diciendo que él trata y va a tratar de sostener ese techo por un tiempo más, y si eso incluye hablar con cualquier persona extranjera para intentar lograr algún tipo de arreglo o alianza, él lo va a hacer.
Yo no estoy diciendo que estos arreglos, alianzas o tratados van a prosperar, se van a cumplir o realmente va a haber paz. Porque también he dicho, y estoy insistiendo en este tiempo, que este no es un tiempo de paz. Se van a firmar muchas alianzas y tratados, como venimos viendo, pero en realidad no hay paz, porque este es un tiempo de guerra, el tiempo del cumplimiento de Mateo 24 en esta área.
Al igual que Nehemías reconstruyó las murallas, pero más tarde fueron destruidas otra vez, esto solo será por un tiempo. Sin embargo, la destrucción viene de todas maneras.
Esto tiene que ver con la crisis migratoria de Estados Unidos. Como dije anteriormente en el mensaje profético que se llama Bolivia, Panamá, Guatemala, Ecuador y las crisis migratorias, la profecía de Daniel también habla sobre la crisis migratoria de estos últimos días.
[Daniel 12:4 RVR1960] Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.
En ese mensaje profético, el Espíritu me revelaba que lo que Daniel escribió no tiene que ver solamente con las nuevas formas de viajar y trasladarse en los últimos días, sino que también hablaba de los movimientos migratorios de los últimos tiempos. Los movimientos de las personas de un lado a otro, incluyendo de un continente a otro, serían uno de los temas más llamativos, más protagonistas y más importantes de estos días.
En el libro de Nehemías y el libro de Esdras vemos que solo los que formaban parte del pueblo de Dios podían participar en la reconstrucción del muro. Según las leyes de Dios, los pueblos extranjeros que no servían a Jehová no tenían herencia ni derecho en la comunidad de Israel.
Los extranjeros no debían tener parte ni suerte con la reconstrucción de estos muros, y ambos, Esdras y Nehemías, se aseguraron de que solo aquellos que podían demostrar su identidad como israelitas participaran en la reconstrucción del templo y de los muros de Jerusalén.
[Esdras 4:3 RVR1960] Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia.
[Nehemías 2:20 RVR1960] Vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.
[Esdras 2:59-63 RVR1960] Estos fueron los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Addán e Imer que no pudieron demostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel: los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos. Y de los hijos de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzilai galaadita, y fue llamado por el nombre de ellas. Estos buscaron su registro de genealogías, y no fue hallado; y fueron excluidos del sacerdocio, y el gobernador les dijo que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote para consultar con Urim y Tumim.
El Señor asimila estos pasajes con lo que Trump está haciendo en términos migratorios en Estados Unidos en este tiempo. Hay una razón por la cual él está tomando decisiones fuertísimas sobre los inmigrantes que entraron y que están entrando ilegalmente en este país.
No estoy hablando en contra de las personas que han entrado en esta nación o que quieren entrar en esta nación, ni de si tienen el derecho o no de hacerlo. No es esa mi tarea. Mi tarea es explicarles a ustedes cómo ve Dios, desde su punto de vista, lo que está sucediendo y lo que el presidente Trump está haciendo en esta área.
El Espíritu Santo me hacía entender que es necesario cerrar un poco las fronteras en este tiempo en Estados Unidos. Es necesario guardar y levantar esas murallas, porque hace falta un tiempo de intimidad para que el país pueda prepararse para lo que viene, para que pueda estabilizarse y, si fuera posible, unificarse un poco.
Estoy tratando de explicarles lo que el Señor me hacía entender sobre el tema de migración en este país. Por eso les compartía estos pasajes de la Biblia donde se habla de que los extranjeros no tenían parte ni suerte con la reconstrucción del templo y de las murallas. Esto es similar a la idea que el presidente Trump tiene de lo que Estados Unidos necesita en este tiempo.
Él sabe que hay mucho peligro alrededor, que los animales salvajes están rondando, esperando para devorar a esta nación y a sus ciudadanos, para saquear a Estados Unidos, para destruirla, para dividirla. Porque yo también veía planes de dividir el territorio de esta nación.
Trump siente que el tiempo que él tenga disponible lo tiene que utilizar para reforzar la seguridad y la identidad de los estadounidenses, para cerrarse un poco en ese área, para expulsar a todo aquel que venga a contaminar la tierra.
Me venían a la mente Sanbalat, Tobías y Gesem, los tres extranjeros que quisieron venir a reconstruir junto con Nehemías, y les dijeron que no se podía, porque ellos no tenían parte ni suerte con el pueblo de Israel.
[Nehemías 2:19-20 RVR1960] Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey? Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.
El Señor también me recordaba el tema de los eclipses como señal de juicio, hablando de los dos eclipses de sol que cruzaron el territorio de Estados Unidos y formaron como una cruz. Y el Señor me repitió que eso fue una señal de juicio para Estados Unidos, juicio que vendrá cuando este tiempo de gracia se termine.
Por eso, el Señor llama a su Iglesia a interceder por Trump y por Estados Unidos, y llama al arrepentimiento a esta nación. El Señor llama a ayuno y cilicio a sus hijos en esa nación, para que no solo Trump, a través de la justicia que tal vez él haga, mengüe el juicio que viene para ella, sino también para que, a través de ese ayuno, arrepentimiento y clamor de la iglesia estadounidense, más de las deudas que Estados Unidos ha acumulado sean pagadas y su balanza se incline un poco más a su favor.
Porque lo que provocan el ayuno, la intercesión, el clamor, el cilicio y el arrepentimiento es que la balanza de la justicia empiece a inclinarse un poco más hacia el lado contrario para Estados Unidos, y lo que se le tiene que retribuir sea un poco menos. Es decir, tal vez el saldo deudor que ahora tiene Estados Unidos disminuya un poco a través de las oraciones de los santos, que el Señor las asimilaba al incienso en Apocalipsis 8:4.
Más allá de eso, yo otra vez veía el mapa de Estados Unidos dividido, como en una visión que tuve hace varios años, que compartí en el mensaje que se llama Norteamérica dividida.
Hijitos, me decía el Señor, entiendan que Yo soy un Dios justo, que no ignoro la justicia que hace un pueblo y sus gobernantes, pero que tampoco ignoro la injusticia que ellos hacen.
Yo (Noelia) vi a una mujer embarazada y escuché la palabra «abortos», y el Señor me reveló que el pecado del aborto es uno de los pecados que más peso ha colocado del lado de la injusticia en la balanza de Estados Unidos, que más ha endeudado espiritualmente a esta nación. Es demasiada la sangre que se ha derramado matando a los que no debían morir antes de que vean la luz.
También veía otros pecados, como la eutanasia, que está permitida en varios estados de Estados Unidos; el respaldo a la homosexualidad y a la agenda LGBTQ; el orgullo, la soberbia, el abuso contra naciones débiles, el autoritarismo y muchos otros pecados. Estos pecados están provocando que el lado de la injusticia de la balanza de Estados Unidos sea tan pesado.
Sobre Trump, cuando estaba orando, escuchaba una y otra vez: «Make America great again», esa frase que él repite constantemente. En una visión, lo veía cavando una tumba que se hacía cada vez más grande. Él llamaba a las personas para que lo ayuden a cavar y hacer esa tumba más grande y más imponente, para que sea una tumba extraordinaria.
Yo me preguntaba: «¿Pero de qué se trata esto? ¿Por qué lo veo cavando una tumba tan grande?». Luego veía cómo esa tumba empezaba a tomar forma como en el imperio egipcio, y me venían a la mente, en visiones, imágenes de las tumbas de los faraones. Sabía, en mi espíritu, que los faraones competían para ver quién tenía la tumba más grande y más importante, y quién estaba mejor momificado para perdurar por más tiempo.
El Espíritu Santo me hacía entender que Trump quiere ser recordado como el héroe, como el salvador de América. Quiere ser exaltado sobre todos los otros presidentes de Estados Unidos, y esto es una de las peores cosas que puede cometer una cabeza de reinos cuando es colocada por Dios.
[Lucas 14:11 RVR1960] Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.
Hay casos en la Biblia, por ejemplo, como el de Nabucodonosor, a quien el Señor colocó en ese reino y lo hizo grande. Pero cuando él se olvidó de darle la gloria a Dios y comenzó a autoexaltarse, el Señor cortó este árbol, y conocemos el resto de la historia.
[Daniel 4:20-25 RVR1960] El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra, cuyo follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo, tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra. Y en cuanto a lo que vio el rey, un vigilante y santo que descendía del cielo y decía: Cortad el árbol y destruidlo; mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias del campo sea su parte, hasta que pasen sobre él siete tiempos; esta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre mi señor el rey: Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere.
Yo también escuchaba: «La maldición de Kennedy, la maldición de Kennedy». Sabemos que Kennedy fue asesinado y que varias cosas extrañas sucedieron en su familia a manera de repetición.
El Espíritu Santo me hacía entender que estos planes para asesinar a Trump, que ya se han manifestado en parte aunque sin éxito, no van a parar. Si él, en primer lugar, no cumple con los propósitos para los cuales Dios lo colocó en la presidencia, y además de eso, si la Iglesia no intercede por él, y si él sigue exaltándose y se olvida de que fue Dios quien lo puso allí y quien le está permitiendo hacer ciertas cosas —porque Dios ama a los ciudadanos de Estados Unidos y a esa tierra que Él mismo creó—, entonces esos planes ciertamente pueden llevarse a cabo.
Yo escuchaba este apellido: «Kennedy, Kennedy, Kennedy», una y otra vez. Aunque el Espíritu Santo no me dijo exactamente qué iba a suceder en esta área, sí entendí que hay que seguir intercediendo por Trump, porque hay ciertas puertas que se pueden llegar a abrir si él no reconoce a Dios realmente, y los planes del enemigo no sean frustrados, sino que realmente se lleven a cabo.
El Señor llama a hacer justicia, llama a ayuno y clamor por Estados Unidos y por su presidente actual. El Señor me decía que ustedes oren, clamen e intercedan, para que quizás, haciendo esta justicia, lo que va a venir contra Estados Unidos sea disminuido en parte.
Clamen por arrepentimiento, dice el Señor. Hagan justicia, todos los que habitan en esta tierra, porque cada acto de justicia que ustedes hagan va a hacer que la balanza se incline a favor de este país y no en contra.
Los amo, hijitos, decía el Señor. Yo creé a esta nación, y como Padre que corrige a sus hijos por causa de mi amor, la tengo que corregir, y el tiempo de corrección para Estados Unidos se acerca.
Hagan justicia. Defiendan a los vulnerables. Hagan justicia social. Ayuden a los necesitados. Abandonen el racismo, decía el Señor.
El Señor me revelaba que el racismo es uno de los pecados más pesados que inclina la balanza en contra de Estados Unidos.
Amen mis leyes otra vez. Vuelvan sus caras a mí, les dice el Señor a los estadounidenses. Sean justos, como Yo soy justo.
Ahora yo (Noelia) quiero dejar algo claro, porque sé que habrá personas a las que les gusta tergiversar lo que uno quiere comunicar de parte del Señor.
Lo que Dios está diciendo a través de esta palabra profética no es que este hombre, el presidente Trump, es el mejor de los mejores, ni que hace todo perfectamente bien. Tampoco está diciendo el Señor que él tenga las manos completamente limpias, que nunca haya cometido un pecado o hecho algo malo.
Lo que el Señor quiere decir es que ha colocado a Trump en la presidencia de Estados Unidos en este tiempo para que quizás logre disminuir un poco los juicios que vienen para Estados Unidos a través de hacer justicia, tomando decisiones que van a favor de las leyes divinas y no en contra, como, por ejemplo, poner fin a la financiación federal de los abortos electivos.
De esta manera, Trump está haciendo justicia y representando a toda una nación. Porque, según mi conocimiento, una de las cosas que él ha hecho desde que asumió es firmar una orden ejecutiva para poner fin a esa financiación. Y eso, sea quien sea que lo haga, es un acto de justicia ante los ojos de Dios, según su Palabra.
A continuación, voy a mencionar otras decisiones que Trump ha tomado.
Su administración implementó políticas que impactan a la comunidad LGBTQ+ y limitan el acceso al aborto. Trump también firmó una orden ejecutiva que reconoce únicamente dos géneros, masculino y femenino, y prohibió la transición de género a cualquier edad con reconocimiento federal. No hace falta conocer mucho la Biblia para entender que estas decisiones están alineadas con la Palabra de Dios, con los mandamientos y las leyes divinas.
Además, Trump restableció una política que bloquea la financiación federal de Estados Unidos para organizaciones extranjeras que ofrecen servicios o asesoramiento sobre abortos. También indultó a activistas provida que habían sido encarcelados injustamente.
Otro punto a su favor es su postura general pro-Israel, que todo el mundo conoce, y que trasladó la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén durante su primer mandato.
Él también tomó medidas antiglobalistas: se retiró de la Organización Mundial de la Salud y del Acuerdo de París sobre el clima. Este ministerio ha señalado que tanto la Organización Mundial de la Salud como la ONU son instrumentos de Satanás.
Por último, Trump también tomó medidas enérgicas contra inmigrantes ilegales con antecedentes criminales.
Todo lo que estoy compartiendo acá ustedes lo pueden chequear en los medios. El Señor está diciendo que estos actos, al menos los que estoy nombrando, son actos de justicia ante sus ojos y pueden, si permanecen, llegar a inclinar la balanza un poquito más a favor de Estados Unidos. Esto nos ayuda a entender cómo ve el Señor las acciones de los gobernantes de cada nación.
Mientras oraba hace varios días, escuchaba que vienen muchísimos conflictos para Estados Unidos, incluso con naciones con las que ahora no se sabe que tiene problemas, o al menos no se sabe públicamente.
Escuché la palabra «Colombia», por ejemplo, y desde ayer o antes de ayer se supo que hubo un problema justamente con Colombia, lo cual está generando tensiones con este país.
También escuché la palabra «Panamá», y sabemos que hay una tensión que tiene que ver con el canal de Panamá. El Señor había dicho tiempo atrás, a través mío, que había que interceder por Panamá porque venían problemas, especialmente con temas migratorios. Y yo veía un muro que se levantaba en Panamá.
Cuando el Señor me empezó a hablar de Estados Unidos, entendí que no se trata solamente de muros espirituales que Trump está queriendo construir, ya sea consciente o inconscientemente, sino que también se trata de muros físicos.
Escuché la palabra «México» también, y el Espíritu Santo me seguía hablando de que las relaciones entre estos dos países se iban a seguir recrudeciendo, no solo por la situación migratoria, sino por otros temas.
También hay juicio decretado para México, que tiene que ver con el gobierno actual, porque muchas de las decisiones que está tomando y va a tomar esta señora, Claudia Sheinbaum, van en contra de la Palabra de Dios y sus leyes divinas. Pero lo llamativo es que también escuché la palabra «Belice», este país de Centroamérica que está pegado al estado mexicano de Quintana Roo.
Comparto esto para que lo llevemos en oración, porque el Señor también me hizo saber que todas estas decisiones que Trump está tomando y va a tomar, ya sean para bien o para mal, van a provocar un efecto dominó alrededor de Estados Unidos. Por un lado, eso va a mejorar en parte la situación espiritual para Estados Unidos, pero, por otro lado, va a empeorar la situación de las relaciones internacionales con este país.
Un último punto que quiero darles es algo que el Espíritu Santo me dio para los soñadores del Reino. Cuando estaba en oración, supe que muchos de ustedes están soñando con el presidente Trump, que él aparece en sus sueños. Pero, ¿qué pasa?
El Espíritu Santo me reveló que les avise que no siempre el presidente Trump en los sueños lo representa a él mismo. A veces sí y a veces no. Y el Señor espera que ustedes vayan realmente en oración, que lo busquen y busquen su revelación, su interpretación y su entendimiento por el Espíritu Santo.
En algunas ocasiones, la aparición de Trump en los sueños es simbólica, ya que justamente su apellido, Trump, significa trompeta. El Señor lo está utilizando a veces como el símbolo de una trompeta, pero no está hablando sobre Trump mismo o sobre Estados Unidos. Cuando uno sueña con una trompeta o algo que representa una trompeta, esto tiene que ver con avisos de parte de Dios, con atalayar y alertar algo.
Entonces, muchas veces ustedes sueñan con Trump porque, como hoy en día su nombre es tan conocido y resuena tanto día a día, el Espíritu Santo utiliza símbolos familiares de sus vidas diarias para hablarles, pero no siempre va a querer hablar sobre Trump mismo.
Otras veces, Trump no va a representar una trompeta, sino quizás a un líder. Puede llegar a representar, por ejemplo, a un pastor, a otro presidente, a cualquier persona que esté en un liderazgo, que tenga un cargo importante, que tenga mucha influencia o tal vez mucho dinero.
Inclusive, les puede llegar a pasar que la aparición de Donald Trump en sus sueños represente al Señor como cabeza de la nación de Israel o como la cabeza de la Iglesia. Esto no porque Trump esté comparado con Dios, o porque sea santo, o porque sea el más bueno ni nada por el estilo, sino simplemente porque Dios habla por símbolos, y a veces Él utiliza a alguien que está en prominencia o colocado como un rey para representarlo a Él mismo como Rey.
Quería advertir esto porque el Espíritu Santo me decía: «Mis hijos están teniendo muchos sueños con él, pero se están confundiendo en la mayor parte de las interpretaciones, porque Trump no está representando lo que ellos se imaginan o piensan».
También tengan cuidado con escuchar teorías conspirativas, me dice el Espíritu Santo, porque muchos de ustedes quieren entender las cosas, quieren estar preparados y saber lo que se avecina.
Eso no es malo ni un pecado en sí mismo, pero cuando buscan información en distintas fuentes sin que el Espíritu Santo se los haya indicado, y además sienten que Él les redarguye para que no les presten atención, si aun así investigan, leen, ven o escuchan demasiadas teorías conspirativas, pueden terminar teniendo sueños que vienen del enemigo.
Esto sucede porque el enemigo puede usar esa información para intentar confundirlos y hacer que crean cosas que se dicen en esas teorías, aunque no todas sean verdaderas.
Dios quiere cerrar este mensaje diciéndoles que Él ama a esta nación. Y lo veo a Dios abrazar a Estados Unidos con sus brazos fuertes, grandes y amorosos, y el Señor les dice:
Tengan esperanza, hijitos, porque Yo estoy purificando a Estados Unidos de América. Todo lo que hago tiene un propósito, y tengo misericordia de esta nación. Oren y intercedan con un corazón genuino, para que quizás ese incienso suba a mis narices y sea respondida esa oración a favor de ustedes, dice el Señor.
A muchos de ustedes el Señor les dice que tienen que preguntarle a Él qué tienen que hacer: si tienen que quedarse en Estados Unidos o no, si tienen que salir o no, cuál es el propósito de Dios para sus vidas, en particular para con esta nación.
A algunos el Señor les va a indicar que salgan y a otros que se queden. Pero hay muchos que van a volver a sus tierras cuando vean que Estados Unidos de América realmente comienza a caer. Y veo el mapa de Estados Unidos siendo estrujado como un trapo.
Estados Unidos ciertamente está siendo procesado y seguirá siendo procesado, dice el Señor. Pero no tengo los oídos sordos a todos aquellos que gimen, que lloran y que claman por las injusticias que se hacen en esa tierra.
Dios dice que Él va a guardar a los suyos y que va a proveer a sus hijos, a los que caminen en justicia y hagan justicia en esa nación. Dios me está mostrando que les va a dar más sueños a muchos de ustedes, a los que saben valorar que Dios habla por sueños. El Señor está trayendo claridad y está dándoles indicaciones a muchos de ustedes a través de esos sueños.
[Job 33:14-15 RVR1960] Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende. Por sueño, en visión nocturna, cuando el sueño cae sobre los hombres, cuando se adormecen sobre el lecho
A otros, el Señor les va a hablar a través de palabras proféticas que reciban ellos mismos o que otros hermanos les entreguen. El Señor no los va a dejar en oscuridad y les va a indicar lo que tienen que hacer, pero es fundamental que ustedes se mantengan en intimidad con ese Espíritu Santo, preguntándole al Señor qué quiere Él que ustedes hagan, cada uno en particular.
El Señor me está revelando ahora que hay muchísimas profecías que están saliendo sobre Trump y sobre Estados Unidos, y Él vuelve a repetir que sean selectivos y que le pregunten a Él a cuáles de esas profecías tienen que escuchar y cuáles no, porque no todo lo que se está hablando viene de Dios.
Hay muchas de ellas que están saliendo del corazón del hombre. Hay muchos profetas que están hablando de sus propios deseos y no del corazón de Dios, y hay otros que quieren agradar a los hombres y están diciendo lo que los hombres quieren escuchar. Tengan cuidado.
Yo estoy sabiendo ahora también que lo que hace Trump es utilizar la controversia como un arma, enviando flechas constantemente a distintos presidentes y naciones de la tierra, diciéndoles la verdad en la cara, según él, sin miedo. Él utiliza la controversia como un arma, pero no todas las palabras que él está hablando son verdad y no todas las cosas que él está diciendo que va a hacer las va a poder llevar adelante.
Hay un límite que se le ha puesto de parte del Señor, y él no va a poder ir más lejos de lo que el Señor le permita. Estoy viendo ahora que, en algún momento, Dios le pone un stop a este hombre. Es como si él está caminando derecho y, de repente, se choca contra una pared.
El Señor dice que no lo idolatren, que no hablen de él como si él fuera la salvación y no el Señor Jesucristo, y que no crean todo lo que dice, por más que muchas cosas de las que él está haciendo estén acorde a los principios bíblicos.
Es un juego de política al mismo tiempo, me dice el Señor, y ustedes están en un tiempo de engaño donde no deben dejarse caer en las trampas que los gobernantes ponen a los ciudadanos.
En este momento, Trump está en mesas de tratativas con líderes y gobernantes, haciendo un montón de llamadas, organizando cosas y viendo hasta dónde puede llegar. Y el Señor dice que ustedes intercedan para que él gane sabiduría y no tome decisiones nefastas, porque una sola de ellas puede llevar a la destrucción total de ese país.
Y me viene a la mente este versículo de Jeremías:
[Jeremías 17:5 RVR1960] Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.
Cuidado con confiar en este rey más que en mí y con poner la confianza de ustedes en él más que en mí, dice el Señor. Porque el hombre, hombre es y no Dios.
Gracias, Padre celestial. Bendito eres, que reinas por los siglos de los siglos. Amén y amén.
Sigo escuchando: «Kennedy, Kennedy, Kennedy». El Señor habla de muerte. Intercedan por esto, porque lo veo en un cajón presidencial, recorriendo Estados Unidos.
Clamen de verdad, dice el Señor, porque hay planes de ataques muy, muy serios. Intervengan, dice el Señor.