Dios te bendiga, amado pueblo del Señor. La luz de Dios esté sobre ti en este 20 de octubre del 2023. Dice la Biblia que el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. Y en esta noche, transmitiendo en vivo desde Argentina, habrá pan fresco para un pueblo hambriento, aguas claras para un pueblo sediento. Están los que alimentan a los hambrientos de manera física, pero también están los que alimentan a los hambrientos de manera espiritual, a través de la Palabra profética que el Señor está derramando en este tiempo, en estos últimos días, en estos tiempos a donde las aguas se están agitando cada vez más, y vemos cómo se está generando un maremoto en el mar de las gentes.
Y por eso es que el Espíritu de Dios habla, y habla, y no deja de hablar, para que su pueblo no esté perdido, para que su pueblo no esté a ciegas, para que su pueblo entienda en qué tiempo profético está viviendo. Y no solo eso, sino para que su pueblo sepa cómo colaborar con el plan perfecto del Señor para los últimos días, y cómo tener la victoria. Pero primeramente tenemos la Palabra profética más segura, que son las escrituras, que alumbran nuestro camino, que abre nuestros ojos, que nos concede entendimiento, revelación, una guía segura para nuestras vidas y para estos últimos días.
Y además de ese pan perfecto que el Señor nos dejó a través de las escrituras, el Espíritu de Dios sigue alimentando a su pueblo a través de la profecía. ¡Aleluya! Porque el Señor nunca se olvida de sus hijos, el Señor nunca deja abandonados a aquellos que son suyos, a aquellos que le pertenecen. Este es el Dios de gloria al cual servimos, permanece pendiente de nosotros, sin olvidarnos. Este es el Dios que hoy quiere alimentar a los suyos, a los que tienen un oído abierto para escuchar, a los que abren su corazón para entender, a los que necesitan que la venda sea quitada. A él damos la gloria y la honra por los siglos de los siglos.
Yo veo aguas que se agitan, yo veo un mar que no está tranquilo, yo veo un tsunami que viene a la orilla, un maremoto que está pronto a desarrollarse. Yo veo agitación de las gentes, tiempos de guerras en los que estamos viviendo. Yo veo mucha hambre, mucha pobreza, mucha indigencia, y allí en el medio de toda esa oscuridad están los hijos del Señor, a los cuales el Señor está refinando mientras están pasando por todas estas aflicciones, por todas estas sacudidas, por todas estas tormentas. Nosotros somos como personas que en vez de huir del huracán se quedan en medio de él, así se sienten muchos de ustedes. Me revela el Espíritu de Dios como si un huracán, como si un tornado los envolviera y no pudieran escapar de él, y el Señor está permitiendo esto para que nuestra fe sea probada, para que nuestra fe crezca, para ver si realmente confiamos en él. Mientras este tornado nos sacude todo a nuestro alrededor, los ojos de Dios se posan en este tiempo para observar, para ver quién responde a su llamado de santidad. Él está mirando fijamente quiénes son, para ver quiénes son los que se limpian, de los que siguen igual que como estaban antes de que se desarrollen estas cosas.
El Señor está pesando en la balanza cómo reaccionamos a los llamados de advertencia que él está haciendo a su pueblo, para que se prepare. El Señor está observando cuál es la respuesta de cada uno de nosotros ante las alertas que los atalayas estamos dando. El Señor se está fijando cuáles de todos los que se hacen llamar iglesia del Señor Jesucristo son los que abren sus Biblias para ser entendidos de los tiempos que les tocan vivir. El Señor está pesando en su balanza tus pensamientos, tus acciones, tus decisiones, y acorde a eso, acorde a la respuesta de la iglesia, me dice el Espíritu Santo, de acuerdo a la dimensión, de acuerdo a la respuesta que la iglesia está teniendo a todos estos llamados de prepararse, a todas estas advertencias que no solo dejó escritas en la Biblia, sino que está recordando, reactivando, reconfirmando estos días a través de muchas voces proféticas y ministros del Señor, de acuerdo a esa respuesta, esto me revela el Espíritu Santo, va a influir con la magnitud de los juicios que van a seguir cayendo sobre la tierra.
Es decir que todo lo que la iglesia hace o deja de hacer repercute directamente en la manifestación de los juicios que están cayendo sobre la tierra. ¿Porqué? Porque si el Señor avisa de que van a caer, por ejemplo, juicios en tal lugar o en tal fecha, y la iglesia intercede en cierto nivel o en cierta medida, el Señor toma esto en cuenta, lo pesa en su balanza, pero no solamente las oraciones, sino la intensidad de las oraciones, la honestidad de esas oraciones, cuánto se prolongan esas oraciones y distintos factores que él pesa en su balanza. Y eso determina el nivel en los que van a caer ciertos juicios que están sujetos al comportamiento de la iglesia. ¡Aleluya!
Porque nosotros somos agentes activos, me dice del Señor, en su plan profético y muchas veces no entendemos que no solamente hemos sido llamados a una salvación tan grande, sino que hay mucho más que eso, que el camino recién comienza ahí, y que el Señor espera de nosotros los que hemos nacido de nuevo que participemos activamente en este plan perfecto que el Señor armó para la restauración de todas las cosas, es decir, el Señor interactúa con el hombre permanentemente a partir de la creación. El hombre comenzó a interactuar con la creación del Señor, porque el Señor le otorgó esa posibilidad de participar en esa creación y en ese plan de restauración de todas las cosas.
Y me viene el libro de Génesis, del principio, cuando el Señor estaba realizando la creación de todas las cosas y le dijo al hombre que le ponga nombre a los seres vivientes. Así esta interacción entre el hombre y el Señor se siguió dando a través de las eras, de los ciclos, de los años, de los días, de las horas, y esto, el Espíritu de Dios lo está hablando, porque estoy sabiendo ahora por el Espíritu Santo que gran parte del pueblo del Señor piensa que, como decimos de manera informal en Argentina, que la iglesia ni pincha ni corta, es decir, que la iglesia, que los hijos de Dios una vez que están salvos, lo único que tienen que hacer es quedarse sentados a esperar la venida del Señor.
Génesis capítulo 2, versículo 19: Jehová Dios formó de la tierra toda bestia del campo y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar, y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.
Y dice el Señor a los suyos, hijitos, hay muchos de ustedes que no están activos, que no están participando de mi obra. Hoy los llamo a activarse, dice el Señor, los llamo a ser entendidos de cuál es su rol en este rompecabezas perfecto que he ideado para la restauración de todas las cosas. Ustedes son partícipes, dice el Señor, así como toda mi creación tiene un rol determinado en este plan perfecto, ustedes están llamados a moverse, están llamados a activar cosas y a desactivar otras, están llamados a arrancar árboles y a plantar otros.
Y me viene el pasaje de Jeremías capítulo 1, donde el Señor le dice: Te he puesto para arrancar, para destruir, pero también para plantar, y demás. Es decir, los estoy llamando, escucho que dice el Espíritu Santo, a participar y a entender cuáles son las siguientes piezas del rompecabezas que voy a colocar para que las cosas se alineen en tiempo y forma para el tiempo que están viniendo.
La oración de ustedes es esencial, dice el Señor, para que todo se dé acorde a los tiempos estipulados, pero muchos de ustedes dan vuelta la cara, dice el Padre, y no participan. Y yo veo ahora como un partido de un deporte donde muchos niños son llamados a participar de ese juego, como que el profesor les dice: «Vengan niños, vengan a jugar, vengan a jugar juntos, yo los voy a dirigir, pero quiero que todos participen en este juego, utilizando su creatividad, utilizando su energía, su tiempo en este juego», y yo estoy viendo en esta visión como ese entrenador, o ese profesor de educación física, se goza cuando llama a estos niños a participar de este juego, de este deporte, pero muchos de los niños no escuchan ni siquiera el llamado de este entrenador, y otros lo escuchan, pero lo ignoran, no tienen ganas, no les interesa, no les interesa ni siquiera conocer bien a ese entrenador, no les interesa, mucho menos compartir con el resto de sus compañeros ese juego de pelota que yo estoy viendo en esta visión.
Otros son demasiado independientes, siempre quieren estar solos, pero no en una manera donde el espíritu los llama a estar solos o de una manera sana. O balanceada, sino que no saben cómo unirse a esos otros niños y pasarla bien. Cómo ser útiles en ese juego, así son los hijos de Dios, el Señor está llamando y llamando a que participemos de este plan perfecto que él ha ideado y que tiene suma relevancia en estos últimos tiempos.
Damos vuelta a la cara, nos hacemos los sordos o los ignorantes, ponemos excusas y así como los niños a veces cuando no quieren participar de las clases de educación física en la escuela dicen que les duele un pie, una pierna, que están descompuestos, que les duele la cabeza, lo mismo pasa con los hijos de Dios, ponen excusas para hacer y permanecer inactivos donde el Señor nos está llamando a activarnos, donde el Señor nos está llamando a participar.
Yo vuelvo a ver a este entrenador que llama a estos niños a participar de este juego de pelota que es hasta divertido y el amor con que este entrenador los llama, que verdaderamente le gustaría que todos los niños participen de ese juego, que ninguno se quede afuera, y este entrenador es nuestro Señor, es nuestro Padre celestial, él preparó una tarea específica para cada uno de sus niños, no hay ninguno de sus niños al cual el Señor no le haya preparado una tarea que tiene que ver, que tenga que ver con este plan profético perfecto, yo veo un rompecabezas enorme como muchas veces el Señor me muestra cuando habla de su plan perfecto, un rompecabezas que tiene muchísimas piezas y dice el Señor que debemos entender que nosotros tenemos que ser piezas activas para que algunos procesos no se retardan más de lo que deberían, ustedes son importantes, dice el Señor, en estos últimos días y no están entendiendo.
Porque muchos de ustedes están como en las nubes, distraídos, son como esas personas que siempre se olvidan las cosas en todos lados, que se olvidan de lo que tenían que hacer, que tienen como su mente demasiado en el aire y no bajan a las cosas terrenales, digamos, como que están acá, pero como si no estuvieran, están presentes en un lugar muchas veces, pero su mente divaga por otro lado, muchas veces los hijos del Señor son así, distraídos, están caminando en esta tierra, en este tiempo, con un propósito específico, con tareas determinadas para cada uno, para este tiempo, pero están distraídos.
Están en las cosas del Señor, pero como si no estuvieran, van a congregarse, quizás a un templo, pero no están ahí, escuchan lo que su pastor les dice, pero les entra por una oreja y les sale por la otra, se les da pan para comer, pero lo dejan en la mesa hasta que se pudre, pero el Señor en este tiempo está llamando y llamando y levantando bocinas y haciendo sonar trompetas más que antes, ese nivel de llamado, ese nivel de advertencia, la cantidad de trompetas que están sonando en este tiempo, están yendo en aumento porque los dolores de parto van a ir en aumento en la tierra.
Entonces el Señor a más dificultad, más está advirtiendo, a más tensión, más está revelando para que sus hijos no entren en miedo, entre otras cosas, sin embargo, muchas veces el pueblo del Señor es como un oso que hiberna, no solamente que duerme un día, sino meses. Así es el pueblo de Dios en este tiempo, a donde más abiertos tienen que tener los ojos, hijitos entiendan, dice el Señor, no están viendo lo que acontece en la tierra, guerra tras guerra, desastres económicos, y escucho la palabra traiciones, escucho la palabra desmantelamiento, invasiones, vendrán cárceles, dice el Señor, vendrán traiciones, todo se va a intensificar.
Y ustedes no responden el llamado, no quieren entender, pero cuando venga lo que va a venir, ahí se van a dar cuenta que era, que era yo el que hablaba, dice el Señor, ahí van a creer realmente lo que leen, porque me muestra el Espíritu ahora que muchos de ustedes leen las escrituras y hasta se la saben de memoria, algunos pasajes, algunos versículos, pero no la creen, no creen que van a pasar esas cosas, no creen que va a pasar lo que está escrito que viene, no creen que las estrellas van a caer a la tierra, que el sol no va a dar su resplandor, que la luna va a ser como de sangre, no creen que los terremotos van a aumentar sus intensidades, no creen que las catástrofes van a ir en aumento, cuando la Biblia dice que las gentes van a correr de aquí para allá por el terror del mar y de las cosas que van a venir, muchos de ustedes leen estas cosas, pero no las creen y se dicen ser hijos de Dios y caminar por fe, pero si realmente tuvieran fe, creerían lo que por fe fue escrito, hijitos entiendan que lo que está escrito, dice el Señor, se va a cumplir, algunas cosas muy pronto, otras van a tardar un poco más, pero el tiempo y los plazos están determinados, es solo una cuestión de tiempo, hasta que todo lo que falta por cumplirse se cumpla.
Por eso yo estoy viendo y yo estoy sabiendo, yo Noelia, estoy sabiendo ahora que el Señor está haciendo todo lo que está a su alcance para advertir a la iglesia, para que abra los ojos, se santifique, se acerque al Espíritu Santo y se prepare. El Señor está enviando, me vuelve a repetir, aviso tras aviso, alerta tras alerta, bocina tras bocina, cuerno tras cuerno, que está haciendo sonar, inclusive cuando sus hijos están durmiendo, durmiendo literalmente hablando, muchos de ustedes están escuchando cuernos sonar, como shofares, que los despiertan, otros escuchan como un reloj, como la alarma de un reloj, que los está despertando cuando están durmiendo, y así distintas cosas, otros de ustedes sueñan con la señal del SOS o que un teléfono suena y los llama por teléfono, es un llamado del Señor, es una alarma a despertarse. La Biblia dice en el Nuevo Testamento, velad, velad, ¿cuántas veces el Señor nos dejó avisado las cosas que iban a venir en el nuevo testamento? diciendo velen, velen, velen porque el tiempo está cerca
Hijitos entiendan que se viene la hecatombe mundial, la catástrofe, y yo tengo una visión ahora, veo como tierra, no la tierra, sino el piso, un piso de tierra, es como tierra que está bastante blanda y abajo, abajo de ese suelo, la tierra se empieza como a levantar, se empieza a levantar y esto representa que todo lo que estaba estable se va a agitar, que todo lo que parecía liso va a cambiar su forma, que lo que parecía estar tranquilo en la superficie, por debajo de esa superficie se están gestando cosas que a su tiempo se van a ver y no crean en todo lo que escuchan, me dice el Espíritu Santo.
Otra vez hablando sobre las noticias, porque hay un bombardeo, pero no solamente de misiles con estas guerras que ahora están activas en el mundo, hay un bombardeo de desinformación, un bombardeo de mentiras, un bombardeo de manipulación para engañarnos, para colocarnos un velo en los ojos, para creer lo que no es cierto, me dice el Señor, por eso el Espíritu Santo me dice ustedes tienen que creer y tomarse firmes de lo que está escrito que decía que iba a suceder y no de lo que les dicen que está sucediendo o que va a suceder, no crean a todo lo que escuchan, dice el Señor, porque les están mintiendo y les van a mentir aún más y no solo eso, sino que yo estoy sabiendo ahora el espíritu me está revelando que la gente que son como la elite del mundo, que son como los, los veo como titiriteros, que son los, las cabezas, como que dominan al mundo, los que están más alto en el dominio mundial, están creando nuevas formas de manipular a las masas a través de las redes, a través de la información, a través de la Inteligencia artificial, a través de crear imágenes falsas, confundiendo a la población para que crean lo que ellos quieren que creamos, por eso en este tiempo, y esto entiendo que ya está pasando hasta un nivel, pero lo que me dice el Espíritu ahora es que no alcanza con lo que ya se está viendo, con lo que ahora está sobre la mesa, hay más armas de desinformación que ellos están haciendo ideadas.
Son ideas que el enemigo les inspira a sus mentes, son armas de engaño, armas de información falsa, armas de manipulación, por eso veo estos titiriteros, porque ellos son como estos titiriteros que mueven los hilos para que los títeres hagan lo que ellos quieren. Así son estas personas, los que llevan el dominio del mundo. Ellos están en los laboratorios ahora, utilizando científicos, utilizando médicos, utilizando gente que son expertos en comunicación y en todas las áreas, estudiando parámetros de cómo nos movemos nosotros, qué compramos, qué escribimos a través de las aplicaciones de mensajería, qué publicamos. Hablo de toda la población mundial, cristianos y no cristianos.
Estudian nuestras preferencias, nuestras posibilidades económicas. Toda nuestra vida está bajo su lupa, dice el Señor, y con esa información la usan en estos laboratorios para crear nuevas armas de manipulación. Y entre esas cosas, en estos laboratorios, estoy viendo ahora otra vez que se están creando nuevas enfermedades para eliminar a la población, pero no solo eso, sino para manipularla después de eso a través del miedo, como pasó con la pandemia que se inició en el 2019, que todo el mundo conoce.
Es decir, el objetivo de ellos es manipular a la población, hacer correr el río de las masas hacia donde ellos quieren que corra, para ir en contra de ese plan profético del Señor, para que cada pieza del rompecabezas no se coloque a donde vaya, para que los tiempos se extiendan. Y entonces el diablo tenga más tiempo para llevar almas para abajo, si fuera posible, para contaminar a los hijos de Dios que se aburren de esperar la venida del Señor, que no tienen paciencia, que pierden la fe en el proceso de esperarlo.
Hay enfermedades que están a punto de ser lanzadas a propósito por estos líderes mundiales y escondidamente. De hecho, no ha sido solamente este virus del covid que ellos han lanzado a propósito, porque eso no se dio naturalmente, sino como ya lo dije por revelación antes, fue lanzado a propósito, no solo para que muera mucha gente, sino para que la gente entre en pánico y entonces a través de paralizar los que hagan lo que ellos quieran. Pero no ha sido solo ese, después de eso, ellos han seguido lanzando distintos virus alrededor del mundo, distintas bacterias, echándole las culpas a los animales, a la naturaleza, a la contaminación del agua que ellos mismos están haciendo en realidad, para encubrir que todo esto es parte de la agenda del enemigo.
Hijitos, no ignoren, dice el Señor, porque si ustedes siguen con los ojos cerrados, ¿cómo se van a defender de un enemigo invisible? Si ustedes no quieren escuchar, por qué tiemblan cuando les hablo de estas cosas, ¿cómo van a proteger a los suyos si ni siquiera ustedes quieren recibir lo que digo?, dice el Señor. Tienen que estar acostumbrados y entrenados en escuchar todo lo que yo quiero decir, no solamente a lo que ustedes les convienen, no solamente las Palabras dulces como la miel, sino también las amargas porque es parte de lo que se viene, y yo veo que el Señor tiene a la congregación de los justos guardada en su mano, pero no son un puñado de ciegos, me dice el Señor, los que tiene en su mano.
Él quiere que tengamos los ojos abiertos, que estemos despiertos, y no solo eso, sino que este mensaje se trata de que entendamos cuál es nuestra misión, con qué tenemos que participar, qué estamos llamados a hacer cada uno de nosotros en este plan profético de Dios. ¿Cómo ser partícipes de todo lo que él hace y va a hacer? Somos obreros de su viña, y los obreros se mueven, me dice el Señor, no se quedan quietos observando cómo la planta crece sola, sino que participan.
Si bien es el Señor el que hace crecer toda cosa viviente, el que trabaja en la viña es el que ara la tierra, el que planta la semilla, el que la riega, el que la cuida, el que la apoda mientras está creciendo y demás. Aunque el crecimiento lo da Dios. Asimismo, ustedes, dice el Señor, actívense en mi viña, porque estoy viendo una visión hora de una viña a donde hay mucha gente trabajando, sin embargo, en realidad la mayoría de ellos, la hay muchos obreros, muchos, muchos obreros por todos lados, pero la mayor parte de estos obreros simplemente están parados al lado de la planta sin hacer nada, y muy pocos están con la pala en la mano, con las herramientas que necesitan, moviendo y apurándose además, porque saben que el tiempo es corto y que hay que aprovecharlo bien.
Son pocos los que están activos. Yo estoy viendo la mayoría de esta cantidad de obreros que hay en esta visión en esta viña y están parados como si estuvieran dormidos, pero de pie, parados, pero con los ojos como una persona que está hipnotizada, parados en la viña, pero sin moverse, sin hacer nada, y muchos de ellos ni siquiera se dan cuenta que están ahí, están como perdidos, con los ojos perdidos. Así veo a estos obreros en esta visión. Por ende, además de eso, no llevan frutos. Hijitos, actívense, dice el Señor, sírvanme con lo que puedan, con lo que tengan al alcance, con lo que les pongo delante de ustedes. Tomen las oportunidades de servirme que les doy, no pierdan el tiempo. Eleven el nivel de la oración en estos días, destruyan las obras del mal, echen a fuera demonios, oren para sanidad, ayuden a los necesitados, acompañen a las víctimas de cualquier tipo de violencia o abusos.
Hijitos, les he dado tantas capacidades, dice el Señor, para estar activos de tantas maneras distintas, acepten el llamado, muévanse, participen en mi creación, utilicen la creatividad que les he dado, dice el Señor. Actívense en las cosas espirituales, aprendan que detrás de lo que sus ojos ven hay mucho más para aprender, quiero revelarles secretos escondidos que estaban preparados exclusivamente para estos últimos días, pero muchos de ustedes desprecian mi llamado, dice el Señor, no responden, no les interesa, la pasan mejor en cualquier otra actividad, dice el Señor. Eso sí les entusiasma, pero si los llamo a participar de las cosas que yo quiero hacer, reniegan de eso.
Hijitos, entiendan que el enemigo no pierde tiempo, que su reino es un reino activo permanentemente, sin freno, así como el reino de los cielos, pero muchas veces los hijos del enemigo son más astutos que los míos, dice el Señor, porque si el enemigo los llama a levantarse a las 3 de la mañana a orar, digamos, a hablar con su padre el diablo no lo dudan y lo hacen. No solamente sin perder tiempo, responden enseguida, sino que disfrutan de esa actividad. Si el enemigo llama a ayunar los días que sean necesarios, a los hijos de las tinieblas, ellos enseguida se unen como un batallón oscuro y avanzan para cumplir esa tarea, lo hacen con entrega, lo hacen con dedicación, y después se ven las cosas que se ven que están sucediendo.
Por eso tengo que sacudir a los míos, dice el Señor, y en parte por eso van a venir las cosas que van a venir, porque si el piso no se les mueve debajo de los pies, ustedes no reaccionan, no hay manera de despertar a alguien que tiene sueño pesado, sino es a través de algo fuerte. No sean así, dice el Señor, no esperen a que el agua les llegue hasta el cuello, sean inteligentes para las cosas buenas, rápidos para responder lo que les hablo, y estoy viendo una persona que está durmiendo y viene un sismo mientras esta persona duerme y se levanta de repente, se levanta rápido, entiende que es algo que no puede ignorar, porque si no hace nada los resultados podrían ser catastróficos para él y para su casa. Por eso, en parte, el Señor está sacudiendo todas las cosas y las va a seguir sacudiendo, porque si Jesús viniera ahora a buscar a su iglesia, la iglesia ni escucharía su voz llamándola, porque está en un sueño pesado, es pereza lo que ha tomado al pueblo del Señor, negligencia, idolatría por muchas cosas, incredulidad, testarudez, duros de cerviz, dice el Señor, que no entienden lo que se les viene. Respondan, hijitos, dice el Señor.
Pónganse la armadura completa, ármense para lo que viene, como un soldado que se duerme con la ametralladora encima del pecho por si el enemigo lo tomara por sorpresa. Así deberían ser los míos, dice el Padre, preparados a toda hora y en todo lugar para darle batalla al enemigo, preparados en toda hora y en todo lugar con el teléfono encendido en la mesa de luz y no en silencio, para escuchar si lo llaman a la batalla.
Hijitos, actívense, vayan a la oración, escuchando lo que el Espíritu Santo quiere que hagan, que oren o que digan, porque cuando la iglesia del Señor habla, intercede por lo que el Señor quiere que interceda. Esos planes que el Señor tiene en su mapa en el cielo, comienzan a manifestarse en la realidad de lo que sucede en la tierra a través de nuestra palabra, de los hijos de Dios. Las cosas que el Señor ideó para este tiempo se concretan porque es a través de la Palabra que se manifiesta lo invisible. Entienden, dice el Señor, que muchas veces estoy llamándolos a que hablen lo que yo quiero hablar, no solamente para comunicarme con ustedes sino para lo que está detrás de lo que se ve pueda manifestarse y ser visto en la realidad, sino que para lo que está ya manifestado en lo espiritual se manifiesta en lo físico, para que ese reloj profético avance un segundo más hasta la restauración de todas las cosas.
Hijitos, ustedes son piezas de un mismo rompecabezas y cada uno tiene que estar a donde debe estar porque cada uno de ustedes tiene una forma distinta al igual que las piezas de un rompecabezas. No todas son iguales, por lo tanto, cada una encaja únicamente a donde va, no puede encajar en otro lado. Muchos de ustedes están perdidos en su identidad y no saben a dónde tienen encajar como piezas de un rompecabezas que está perdido, que no sabe a dónde va.
Hijito, sean entendidos de los tiempos y estudien las escrituras, pregunten al Espíritu Santo: Señor, ¿en qué tiempo estamos?, ¿qué es lo que viene?, ¿qué tengo que hacer?, ¿qué me toca a mí?, ¿cómo te ayudo?, ¿cómo puedo ser activo en esta obra?, ¿dónde tengo que encajar? Esa debería ser la actitud de los hijos de Dios si verdaderamente aman al Señor. Dejen de esquivar, me dice el Señor. Préstenme atención, mírenme, porque no es que yo no los quiero hablar, sino que ustedes no me quieren escuchar. No es que no les quiero revelar, sino que no quieren creer. No es que no les quiero dar, sino que son ustedes los que no quieren tomar. ¡Reaccionen y reaccionen ahora! -dice el Señor- y no cuando sea tarde. Amén, aleluya, alabado sea el Señor, gracias Padre, alabado sea el Señor.
Y yo estoy viendo mucho miedo, mucho miedo en los corazones, miedo por lo que va a venir, miedo por las elecciones, elecciones de presidentes que se están dando en distintos países en estas fechas, incertidumbre, están sintiendo que se viene un terremoto, metafóricamente hablando, y entonces las rodillas les están temblando a muchos. Pero el Señor te dice hoy: ¿cuándo te he dejado desamparado, ¿cuándo te he abandonado?, ¿cuándo no te he protegido? Y que hagamos memoria, cuando el enemigo nos quiere poner miedo, de esos momentos a donde pensamos que nos hundimos en el agua, pero Él nos rescató. Hijitos, yo voy a guardar a los míos, venga lo que se venga, van a ser probados en la fe, ciertamente atravesando por distintas cosas difíciles y hasta aterradoras. Pero eso no significa que no tengo mi mirada sobre ellos. Eso no significa que no los mire de cerca y que no los abrace y los consuele mientras estén sufriendo.
Hijitos, yo dije que estaría con ustedes hasta el fin del mundo y no soy hombre para mentir o hijo de hombre para equivocarme, lo que digo, lo cumplo. ¿Cuántas veces te dije que estaría contigo? -te dice el Señor- y ahora estás dudando porque la política se agita. Confía en mí y no pongas tu esperanza en el hombre. Porque yo estoy viendo específicamente el pueblo de Argentina que está idolatrando a uno de los candidatos de la política, creyendo que su salvación está en este candidato, y dice el Señor: Cuidado con la idolatría, cuidado con creer que un hombre te puede salvar.
Porque el único Salvador soy yo, dice Jesús. Cuidado con la actitud que tenemos los hijos de Dios para con los políticos, y estoy hablando de este candidato en Argentina que muchos le llaman León, dice el Señor, cuidado, porque gran parte del pueblo lo mira realmente como si fuera un equivalente a la salvación, lo miran como un rescatador, como un salvador, sin darse cuenta que en sus corazones están haciendo una forma de idolatría para con este hombre.
Pongan su esperanza en mí y en ningún hombre, dice el Señor, por más que pueda usar a un Ciro y ungirlo, dice el Señor, su esperanza no debe estar en ninguno, sino solo en mí, porque no quiero que mi pueblo tenga becerros de oro que después tenga que destruir. Ámenme solo a mí, dice el Señor, pídanme la salvación a mí en cualquier área de sus vidas y no permitan que sus corazones se vayan corriendo detrás de ningún hombre. Aleluya, alabado sea Señor, gracias Padre. Gracias, Señor.
Y como instrucción, el Espíritu Santo, con respecto a todo este mensaje que el Señor entregó en esta transmisión, estoy entendiendo que el Espíritu espera de nosotros que leamos el libro de Daniel y que lo estudiemos para este tiempo, que seamos entendidos de ese libro, que pidamos revelación sobre ese libro, no solamente sobre el Apocalipsis, sino también sobre el libro de Daniel, que tiene que ver mucho con estos últimos días.
Ahí hay claves para entender estos últimos tiempos. Amén, porque veo que muchos de ustedes se estaban preguntando: Bueno, pero ¿cómo estudio en las escrituras?, ¿qué tengo que leer para ser entendido de los tiempos?, el Señor responde: los libros proféticos, pero todos ellos, pero mucho el Espíritu Santo me remarca en este tiempo el libro de Daniel, además del Apocalipsis y los otros libros que hablan sobre los acontecimientos de los últimos días, que en el libro de Daniel hay como bocados específicos, como mensajes claves que no todo el mundo cuando lo lee los ve, que son específicamente como llaves que abren el entendimiento a lo que está sucediendo y a lo que va a suceder.
Esa es la tarea y la respuesta por el Espíritu Santo que hoy el Señor nos está dando para poder dar un paso más adelante en poder ser entendidos en los tiempos. Aleluya, gracias Señor, gracias Señor, gracias Padre, por esta Palabra. Te alabamos Señor, te pedimos Señor, que abras nuestro entendimiento para ese libro Señor, que nos des sueños, visiones, palabras, sabiduría Señor, para acompañar a lo que dejaste escrito y traernos más claridad Señor, para abrirnos los ojos en todo lo que está escrito, que hoy no podemos entender.
Te pedimos que abras nuestros corazones Padre, para que cuando abramos este libro, podamos hacer como un click en nuestra mente y decir: «Ahora entiendo lo que leía y no entendía». Padre, te pido específicamente sabiduría para el pueblo que escucha esta Palabra, sabiduría y entendimiento, como dice justamente el libro de Daniel, que en él reposaba un Espíritu mayor. Así te pido Señor que, por el Espíritu Santo, tu pueblo abra los ojos a lo que está escrito en el libro de Daniel sobre estos tiempos y los que vienen que nos van a tocar vivir, Señor. Amén, gracias Padre, porque me dice el Espíritu Santo que el libro de Daniel es también como un Apocalipsis, como una revelación.
El libro de Daniel está íntimamente ligado al libro de la revelación, que en español está traducido Apocalipsis, o en algunas traducciones bíblicas en español, van mano a mano, dice el Señor. Si ustedes leen Apocalipsis, tienen que acompañarlo con el libro de Daniel y ahí van a encontrar cómo se relacionan muchas cosas profetizadas, porque uno se complementa con el otro y uno trae luz al otro. Así que van de la mano y eso nos va a ayudar en el entendimiento de compararlos el uno con el otro y ver cuáles son las cosas que se repiten o donde uno comienza y el otro termina con la revelación y así, amén. Oh, gracias Señor, aleluya, gracias Padre, gracias amado mío.
Y me dice el Señor, me repite que tengamos fe y que confiemos en Él y que el pueblo de Argentina específicamente, porque mañana son elecciones, pasado mañana elecciones presidenciales, tiene que permanecer de rodillas en estos dos días hasta las elecciones. El Señor quiere ver un pueblo argentino de rodillas clamando para que esas elecciones sean justas, claras, y que el enemigo no meta su mano en ellas, intercediendo por lo que el Señor quiere y no por lo que nosotros pensamos que tiene que ser. Amén, gracias Padre, y ayunando por esas elecciones.
Porque dice la Biblia que oremos por los que están en eminencia, por las autoridades, y ese es el llamado que el Señor hace en esta noche específicamente para la nación de Argentina sobre estas próximas elecciones que vienen. Amén, gracias Señor, muy bien, los bendigo, hermanos, nos conectamos próximamente, cualquier duda pueden escribir, especialmente si es pastoral, a mandalaweber@hotmail.com, que es el mail de mi esposo pastor y con un llamado de enseñanza, quien se llama Mandala, y nos está acompañando aquí con los versículos de la Biblia que aparecen en la pantalla. Amén. Espero que haya sido de bendición y agradezco mucho las oraciones de ustedes para nuestro ministerio en tiempos difíciles, procesos difíciles que estamos pasando. El Señor los bendiga.