El Señor te bendiga, pueblo de Dios. Hoy es 29 de noviembre del año 2024 y estoy aquí. Mi nombre es Noelia Fernández, soy de Argentina y estoy enviada a las naciones para profetizar acerca de los eventos finales de los últimos días, para ayudar a un pueblo a que se prepare y resista lo que viene durante el tiempo en que la Iglesia estará sobre la tierra, antes de que sea quitada, antes de que venga el Rey de Gloria, antes del arrebatamiento de la Iglesia.
En esta oportunidad, el Señor quiere hablar acerca de algunos eventos finales y traer claridad a tu vida sobre lo que está aconteciendo a nivel geopolítico, a nivel global.
Te damos gracias, Señor, por una nueva oportunidad de escuchar tu voz, Padre Celestial. Heme aquí, Señor, como una trompeta a las naciones. Heme aquí, Señor, con una boca abierta y no cerrada. Heme aquí, Señor, para saber y para recibir lo que Tú quieres hablar y tratar de transmitirlo de la mejor manera posible, Señor. Te doy gracias, Padre, por ese Espíritu Santo que ya se empieza a mover en esta reunión virtual y por esas palabras que colocaste en mi espíritu para transmitir a los tuyos, para que cada uno rinda cuentas acerca de esto.
Escucho al Señor hablando en esta oportunidad a todos aquellos que tienen un oído para escuchar, a los que están dispuestos a recibir, a los que quieren oír la voz del Señor, del Dios de las alturas, del Dios Todopoderoso, de un Elohim eterno. Y Él dice a las naciones de la tierra hoy:
Amados hijitos, engendrados por el Espíritu Santo, elegidos desde antes de la fundación del mundo, hoy les hablo a los llamados y a los escogidos. Hoy levanto mi voz para hablarles a todos, aunque algunos quieran escuchar y otros no. Hijitos, hoy hago sonar la trompeta, porque grandes acontecimientos se acercan para la vida del hombre, para conversos y también para inconversos, porque todas las naciones de toda la tierra van a ver con sus ojos lo que acontece en estos tiempos finales, tiempos de sacudimiento, tiempos de estremecimiento, en donde todo lo que puede ser movido va a ser movido, en donde todo lo que puede ser conmovido va a ser conmovido.
Yo, Noelia, estoy viendo ahora en una visión que Dios toma con su mano el mapa de la tierra y lo sacude fuertemente. Él dice: «Estoy sacudiendo todas las cosas». Una segunda cosa que estoy viendo en esta visión es que el Señor toma ese mapa de la tierra completa y le da vueltas, y lo que estaba mirando hacia abajo ahora mira hacia arriba, y lo que estaba mirando hacia arriba ahora mira hacia abajo.
El Señor dice acerca de esta visión: todo se va a dar vuelta, y lo que estaba abajo va a estar arriba, y lo que estaba arriba va a estar abajo. Las cosas se están cambiando, el orden de las cosas está cambiando. Estoy alterando el orden de todas las cosas, por eso estoy advirtiéndoles a los míos que se preparen para ver un cambio global. Este es un tiempo en el cual no pueden acostumbrarse a nada, porque aquello a lo que ustedes estaban acostumbrados va a cambiar, y algunas cosas van a dejar de ser para que otras comiencen a ser.
Hijitos, ¿saben por qué les hablo de esta manera? —pregunta el Señor—, porque quiero que se ajusten los cinturones para resistir este trayecto por el que van a pasar en estos últimos días. Yo (Noelia) estoy viendo ahora un ship que atraviesa la selva, atraviesa como una jungla peligrosa. Es como una exploración, como cuando alguien se pone ropa de color marrón claro para ir a esos paseos en África y se calza zapatos especiales para ir por esos paseos. Son como expediciones en las que uno no puede vestirse igual que normalmente; no puede usar la ropa que usa en otro contexto. Tiene que prepararse para ir de expedición, tiene que comprarse ropa especial para ir de safari.
Veo en esta visión a una persona que se cambia de ropa y se pone ropa adecuada para ir de safari, porque, de lo contrario, no solo va a estar incómoda con lo que viste normalmente, sino que hasta puede resultarle peligroso. Si no se pone zapatos especiales para ir de safari, que resistan las piedras del camino, la dureza del territorio y demás, sus pies se pueden lastimar. Y si se abriga demasiado y no elige ropa liviana (porque normalmente en los safaris, al menos de día, hace mucho calor), podría pasarla mal, porque tendría demasiado calor, más de lo necesario.
Si además de eso sus ropas no estuvieran hechas de una tela resistente, especial para ir de safari, cuando pase al lado de los árboles, de las plantas, de las ramas y roce con todo tipo de vegetación y estructuras propias de la geografía del lugar, entonces la ropa no le duraría ni un día. No solo es necesaria ropa nueva, hasta el color es importante, ya que no puede ser negro, porque absorbe mucho el sol, ni puede ser blanca, porque terminaría de color marrón. Tienen que ser de un color resistente y adecuado para el safari.
Pero no se trata solamente de la ropa; se trata de las herramientas que uno lleva para un safari, donde uno tiene, por ejemplo, una cantimplora para llevar agua y resistir el camino sin deshidratarse, una navaja por si necesita cortar algo y tener algo filoso. Estoy viendo un cinto en el cual uno puede engancharse distintas cosas que se cuelgan de él, porque uno tiene que estar preparado para ese trayecto, para esa expedición, para ese safari. Uno no puede ir equipado de la misma manera que necesita estarlo para otra ocasión, en otro territorio, en otro tipo de paseo.
El Señor habla sobre esto porque este ejemplo demuestra que la iglesia de los últimos días tiene que entender que debe prepararse de una manera especial para lo que está aconteciendo y para lo que está a punto de acontecer. Tiene que vestirse de supervivencia, tiene que vestirse de resistencia; tiene que tener armas espirituales preparadas, debe prepararse físicamente y no solamente espiritualmente para lo que viene. Tiene que entrenar su mente, y no sólo eso.
El Espíritu me está revelando que los militares, por ejemplo, no solamente son entrenados en lo físico para resistir situaciones duras, sino que también son entrenados mentalmente para no volverse locos, para que su mente no quiebre en situaciones extremas. El Señor dice con este ejemplo que la iglesia de los últimos días tiene que prepararse de todas las maneras posibles, para no enfermar mentalmente cuando vea las cosas que están por suceder. Porque ahora esto solamente es la punta del iceberg de lo que va a venir a nivel global, a nivel geopolítico, a nivel guerras, a nivel hambre, sequía, escasez (porque no es hambre, es hambruna), a nivel virus, pandemias, enfermedades, acontecimientos catastróficos.
La iglesia tiene que prepararse para pasar por este safari de los últimos días, no sólo físicamente, también mentalmente y espiritualmente. Porque el hombre es cuerpo, alma y espíritu; las tres cosas tienen que resistir y mantenerse firmes, paradas sobre la Roca como un solo hombre, pero formado de tres partes distintas, para poder resistir hasta el final, como dice (Mateo 24:13): «Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.»
El Señor dice: hijitos, no piensen que mis atalayas están exagerando; crean en las palabras que Yo, a través de ellos, estoy hablando, porque no es algo nuevo lo que les estoy comentando a través de ellos, sino que solamente les estoy remarcando de una y otra manera lo que ya dejé escrito y que es para estos tiempos.
[1 Tesalonicenses 5:23, RVR1960] Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Yo estoy viendo ahora las distintas bestias de las cuales profetizó Daniel en el capítulo 7, donde vio cuatro bestias distintas que se levantaban sobre el mar. El Espíritu Santo me hace entender que esa profecía que Daniel recibió por visión, en sueños, tiene que ver con los últimos días. Por eso el ángel le dijo a Daniel que selle la profecía porque era para los últimos días, para los días postreros, los tiempos finales, en donde todas las cosas se agitarían a su punto máximo, en donde los extremos se hacen más extremos al mayor punto posible, en donde la olla hierve en su punto más alto antes de explotar.
Dice el Señor: los santos van a ser purificados, los santos están siendo emblanquecidos. Lo que es puro lo estoy purificando aún más. Ustedes son mis piedras preciosas, a las cuales les estoy quitando el polvo para que brillen aún más. Hijitos, no tengan miedo, me estoy ocupando de los míos. Yo, Noelia, vuelvo a tener la visión en donde observo a la Tierra desde arriba y nos veo a nosotros, a los hijos de Dios, que brillamos como estrellas, pero que caminamos sobre la Tierra.
[Daniel 12:3, RVR1960] Y los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.
[Jeremías 1:13, RVR1960] Y vino a mí la palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Veo una olla hirviendo, y su faz está de frente al norte.
Dios nos dice: tranquilos, hijitos, ustedes están en mis manos, no se preocupen por nada. Yo hago una diferencia entre lo santo y lo profano. Yo sé quiénes son los míos, los que están en mi mano. Si sus conciencias no los acusan, no teman, porque hago una diferencia entre lo que es mío y lo que no lo es. Y ustedes, los que son míos, no tienen que temer, pero sí prepararse para lo que viene en el tiempo antes del fin de todas las cosas, y entender que los estoy pasando por el fuego de la purificación, pero para perfeccionarlos y no para castigarlos; que los voy a levantar (espiritualmente hablando) lo más alto posible antes del arrebatamiento de los justos.
Hijitos, tengan esperanza, dice Dios, porque Yo sé lo que hago con ustedes. Yo sé bien los planes que tengo para ustedes, y son diferentes a los planes que tengo para los injustos.
[Malaquías 3:18, RVR1960] Entonces volveréis y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
El Señor te dice hoy: quienes le sirven nada tienen que temer; quienes lo aman, quienes lo buscan, quienes se entregan a Jesús, quienes se arrepienten, se dejan bautizar, nacen de nuevo y siguen en un camino recto de justicia y de verdad, estos nada tienen que temer sobre lo que viene al mundo, porque Él va a hacer una diferencia entre el convertido y el no convertido. Pero eso no quiere decir que ambos no van a pasar hasta cierto momento de la historia de la Tierra por los mismos sucesos. Hijitos, entiendan la diferencia.
Dice el Señor: también sepan que la tormenta viene para las dos casas, tanto para la que está fundada sobre la arena como para la que está fundada sobre la Roca. Y esa es la cuestión sobre la cual quiero hablarles hoy: que hay algunas de las casas de mis hijos que no están realmente fundadas sobre la Roca, sino que en sus fundamentos tienen una mezcla de arena con roca. Con lo cual, a medida que los eventos finales de los últimos días se vayan desarrollando y a medida que los dolores de parto de la tierra se incrementen, algunas de esas casas no tienen garantía de que resistan. Tienen que revisar sus fundamentos y entender que en estos últimos tiempos, en estos tiempos finales, en donde todo se está embraveciendo y en donde todo se va a los extremos, ustedes también tienen que ser extremistas para conmigo.
Dice el Señor: porque Yo no quiero el 50% de sus vidas, sino el 100% de todo lo que son, de todo lo que hacen. Quiero el 100%, quiero ocupar el 100% de sus corazones, el 100% de sus casas. Quiero ser lo primero y no lo segundo, ni lo tercero, y mucho menos lo último. Eso es parte de tener sus casas fundadas realmente sobre la Roca, porque la Roca es Cristo Jesús, Yeshua el Mesías.
[Mateo 7:24-27, RVR1960] Por tanto, cualquiera que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Mas cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena. Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
El Señor continúa hablándole a los suyos sobre las bestias que vio el profeta Daniel, y el Espíritu dice que estudiemos el libro de Daniel una vez más, porque esas bestias que él vio tienen que ver con estos días. Tienen que ver con reyes, con naciones, con potencias, con imperios que se están armando en estos últimos días. Tienen que ver con la manifestación del hombre de pecado, del anti-Mesías, del imitador de Jesús como Mesías, el cual ya vino y se manifestó en carne, y está sentado, después de resucitar al tercer día, a la diestra del trono de la gloria del Padre, bajo cuyos pies serán colocados todos sus enemigos. Es una pelea de poderes.
Yo veo el mapa del mundo, y sobre cada nación de la tierra (metafóricamente hablando) veo como un tipo de criatura que representa a cada nación de la tierra. Sobre EE.UU. veo un águila, sobre Rusia un oso y, así sucesivamente. Pero no todos son animales comunes como los de la tierra; son distintas criaturas espirituales, semejantes a los animales físicos, con diferencias notables: algunos alados, otros con cuernos, distintas formas para representar a las naciones, a cada potencia.
Vuelvo a ver que, en el mapa, sobre las naciones, están suspendidas estas criaturas representativas. Entre ellas se arrojan objetos, entre ellas se atacan, se intentan devorar. Al oso (Rusia) lo veo con las garras extra largas, como de hierro, fuertísimas, que quiere despedazar a Europa y comer al águila (EE. UU.). Preparen sus ojos para ver profecías escritas desde hace miles de años cumplirse delante de ustedes. En estos tiempos, prepárense, porque es nación contra nación y reino contra reino, es potencia contra potencia, imperio contra imperio. Las naciones y los reyes se levantan sin misericordia unos contra otros; la diplomacia llega a su fin.
Las armas de destrucción que se vienen diseñando desde hace tantos años, en las cuales se ha invertido una cantidad exorbitante de dinero, están a punto de usarse. Armas de destrucción masiva para exterminar etnias. La paciencia de los gobernantes que tienen sed del poder mundial llega a su fin, y veo un vaso que se está llenando. Ya se cansan de negociar, de hablar, de mostrar una cara al mundo para quedar bien. Se agotan las negociaciones, se agotan las posibilidades de paz. Llega el momento en que se termina la diplomacia y sacan las armas pesadas.
Y mi pueblo se va a sorprender, porque, cuando vea que esto se cumple y que estas armas de destrucción masiva (que por el momento no han sido lanzadas sobre la tierra) traigan incontables muertes, millones de muertos, devastación no solo de personas, sino de lugares, de territorios enteros. Cuando mi pueblo vea esto, se va a sorprender en general, al igual que el mundo entero, porque, oyendo lo que se está avisando, no lo habían creído. Y el Señor está diciendo, y vuelve a repetir una y otra vez: preparen sus ojos para ver lo que está a punto de acontecer. Preparen sus oídos para escuchar noticias terribles de cosas irreversibles. Preparen sus bolsillos para resistir la hecatombe mundial, aun en la balanza de la economía mundial, provocada por estas guerras que se elevan en la escala de la intensidad.
Dice el Señor: preparen sus graneros, aquellos a los cuales estoy llamando a llenar las expensas con alimentos, con agua, con provisión, con medicinas, porque lo que estoy diciendo va a venir, y vendrá pronto. Pero ustedes no quieren entender, porque escuchan estas profecías como si fueran cuentos de novelas. Les entretienen, les causan curiosidad. Quieren saber más: qué sigue, qué viene, qué sigue, qué viene, pero no hacen nada con eso.
El Señor continúa diciendo: «Preparen sus corazones para no desfallecer cuando vean niños morir en masa, cuando vean hospitales desbordados, gente que se muere afuera de ellos porque no hay cómo contener la cantidad de enfermos y dañados. Prepárense para que la plaga y las enfermedades se propaguen, por causa de no poder atender a esos enfermos en masa, a esos heridos de guerra en masa, y para que las enfermedades se propaguen como en los tiempos medievales, en donde no se podía poner un freno; no solamente por la falta de conocimiento de esas enfermedades, sino por la incapacidad de asistir a la cantidad de contagiados».
Dice el Señor: «Son tiempos extremos, y si suena tan fuerte la trompeta, es porque lo que viene no es menor. Mi pueblo tiene que entender que no va a ser quitado antes de ver la manifestación de lo que estoy avisando. Lo mismo pasó con los cristianos anteriores a las primeras guerras mundiales. Decían: ‘Nosotros no vamos a estar acá. No creemos que vamos a pasar por eso. No es posible que el Señor permita que su pueblo tenga que resistir a una guerra mundial que provoca las consecuencias que provoca’. Lo mismo pensaron sus antepasados, me dice el Señor. Sin embargo, cuando vino lo que vino, ya era tarde para prepararse. Tuvieron que hacerlo como pudieron.
«Pero ustedes tienen la oportunidad de revisar el pasado», dice el Señor, «y entender que, si ya el pueblo de Dios se quedó durante las dos primeras guerras mundiales, ¿por qué no puede pasar lo mismo con una tercera? ¡Viene la tercera guerra mundial! Y los míos van a ser probados a través de ella, los míos van a ser refinados a través de ese fuego de la prueba. Aunque el Señor está diciendo que va a hacer ciertamente una diferencia entre el justo y el injusto, también está diciendo que nadie se va a ir en un arrebatamiento antes de que la tercera guerra mundial se desarrolle sobre el mundo. ¡Entiéndanlo!
[Proverbios 22:3, RVR1960] El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y llevan el daño.
«Pero en general los míos ni siquiera quieren ser avisados. No quieren escuchar al atalaya que levanta su voz noche y día, por las buenas y por las malas, por lo suave y por lo duro, de distintas maneras, que hace sonar ese shofar en distintos momentos del día para ver si los que habitan en la ciudad puedan escuchar y prepararse para no recibir el daño en un nivel mayor de lo que lo recibirían.
«Hijitos», dice el Señor, «dejen de nadar en la superficie. Dejen de pedir cosas que no los ayudan a prepararse para el fin de los tiempos, en donde todo va a ser sacudido.
[Hebreos 12:26-27, RVR1960] La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.
«Prepárense», dice el Señor, «para este safari, espiritualmente, físicamente, mentalmente, sentimentalmente, con conocimiento de las Escrituras, con entendimiento de los últimos tiempos. Hagan lo que sea necesario para que, cuando venga lo que estoy diciendo que va a venir, sean capaces de resistirlo. Los amo con amor eterno».
Yo (Noelia) estoy viendo ahora al presidente de Rusia. Como ya dije antes, este hombre está completamente decidido en lo que quiere, sabe exactamente lo que quiere, cómo lo quiere, de qué manera lo quiere, y no va a frenar hasta que obtenga su trofeo. Y si es necesario que miles de personas, millones de personas, sigan muriendo para que él obtenga lo que quiere, eso es lo que va a hacer. Yo estoy viendo sobre Rusia una corona que representa al imperio. Y vuelvo a repetir: lo que él quiere formar es el gran imperio ruso, y con diferentes excusas, anexar territorios a la Rusia de hoy para que sea más grande, más imponente, más poderosa. Ya lo está haciendo, y continuará de una manera invasiva.
Las negociaciones son solamente de palabra, pero no de corazón. A él no le importa nada más que agrandar el mapa ruso sobre la tierra. Él no está solo, porque yo estoy viendo al ejército ruso, que se pone trajes de colores como los que usan en el ejército de Corea del Norte. Yo estoy viendo que el ejército ruso se pone el uniforme del ejército norcoreano, que es color marrón claro, y no el de su patria. Y Kim Jong-un, el dictador de Corea del Norte, está preparando otras armas de destrucción masiva, pareciendo hermanos, Kim y Putin.
Ya se sabe que ellos dos están relacionados, ya ha salido en las noticias, pero el Señor quiere hablar sobre eso de todas maneras y advertir al pueblo de Dios lo que se está forjando. Es que ellos tienen hambre de hacerlo, no quieren frenarlo, no quieren diplomacia, no quieren negociar nada, simplemente quieren ir por lo que quieren. El plan consiste en ayudarse mutuamente para conquistar lo que ellos piensan que les pertenece.
Escucho la palabra «imperialista». Ellos ya han decidido por lo que van a ir, lo que quieren obtener, cómo obtenerlo, y saben que juntos son más poderosos que muchas naciones juntas. Es un pacto que tienen entre ellos, un pacto de destrucción masiva. Dios está hablando de esto para que su pueblo entienda lo que se viene al mundo, porque no hay paz, sino destrucción.
Escucho la palabra «holocausto». No sé si será un holocausto como el llamado holocausto judío, donde murieron como 6 millones de judíos en manos de Hitler. No sé si se trata de judíos o no, pero ciertamente es un holocausto en donde millones de personas van a perder la vida por el mismo espíritu que habitaba en Hitler, pero que hoy habita en Putin y en Kim Jong-un. Es otro modelo de anticristo que está en acción.
Porque ya hubo varios anticristos, porque ya muchos anticristos han salido por el mundo y esto ha sido como un ensayo. Cada vez que aparecía alguien que tenía características opuestas al Cristo, como un anti-mesías, como algo que es absolutamente antisemita, algo que viene en contra de los judíos. Pero no solamente eso, sino que se mueve y se manifiesta de una manera similar a cómo va a ser la manifestación del anticristo como una persona, que se va a manifestar para imitar al Mesías que los judíos hoy, que no son mesiánicos, aún están esperando.
Porque el anticristo que se va a manifestar, por un lado, imitará a Jesús, imitará al Mesías, para engañar al pueblo judío que no cree que Jesús es el Mesías, sino que espera a otro. Este anti-mesías que se va a manifestar en un solo hombre va a tener todas las características que ellos interpretaron mal de las Escrituras, para engañarlos y para darles lo que ellos creen que necesitan y no lo que Dios les quiere dar. De esta manera, una de las cosas que va a hacer el anticristo, según lo que el Espíritu de Dios me ha revelado a mí, es imitar a Jesús en algunos aspectos, pero también darles a los judíos lo que quieren, lo que creen que necesitan. Va a ser el modelo perfecto de lo que ellos interpretan que las Escrituras, según ellos, hablaron sobre la manifestación del Mesías, pero que entendieron mal.
[1 Juan 2:18, RVR1960] Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oís que el anticristo viene, también ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.
¿Por qué conocemos que es el último tiempo según Juan? Porque ya se han manifestado muchos anticristos. Si bien el anticristo viene porque ya es el último tiempo, antes de la manifestación del anticristo como una persona, como una única persona, ha habido distintas manifestaciones, como ensayos, de lo que va a ser el anticristo, representados en distintos tipos de personas. Uno de ellos fue Hitler, me está revelando el Espíritu. Un espíritu de anticristo se movía en él y tenía características antisemitas, para destrucción y aniquilación del pueblo judío, además de distintas formas de exterminio.
Es el mismo espíritu que se mueve en distintos dictadores que hoy están pisando sobre la tierra. La misión más importante de estas personas, mejor dicho, de estos espíritus que están en estas personas, es la aniquilación de todo lo que tenga sangre judía. En segundo lugar, es provocar holocaustos no sólo de judíos, sino exterminio a nivel general de distintos tipos de etnias, muerte, provocar la muerte de millones de personas en un mismo tiempo.
El Señor está diciendo que preparemos nuestro corazón para ver que la historia que ya se dio, de alguna manera, se vuelve a repetir, pero de una manera más grave, porque las armas con las que cuenta hoy el hombre no son las mismas que tenía en la Primera Guerra Mundial, en la Segunda Guerra Mundial o durante el Holocausto judío. No son las mismas armas, no son las mismas estrategias. Son los mismos espíritus, pero los que se mueven en estos tiempos son de un rango mayor a los que se movieron en aquellos tiempos. Por lo tanto, lo que vamos a ver es similar, pero potenciado en todos los aspectos.
El Señor quiere traer claridad sobre estos asuntos, no para saciar nuestra curiosidad acerca de lo que va a pasar, sino porque Él se preocupa por nuestros corazones, por el estado espiritual, por nuestra salvación, que tenemos que guardar con temor y temblor según dice la Palabra, y que entendamos que estamos en el final de los tiempos, pero que aún no es el fin, porque la Biblia dice:
[Filipenses 2:12, RVR1960] Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupáos en vuestra salvación con temor y temblor.
[Lucas 21:9-11, RVR1960] Pero cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan, pero aún no es el fin. Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo.
[Lucas 21:28, RVR1960] Y cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.
Como dice Lucas 21:28: «Levantaos vuestra cabeza porque sabed que vuestra redención está cerca». No dice (Lucas 21:9-11) que, cuando escuchéis guerras y rumores de guerras, terremotos, hambres, pestes en diferentes lugares, no hagamos nada, sino que sepamos que nuestra redención está cerca. Pero también dice: «Sabed que el fin está cerca, pero todavía no es el fin». Y no es que no va a haber un arrebatamiento para el pueblo de Dios, pero no va a ser antes de que suceda todo lo que está escrito en la Palabra, donde dice: «Y después de estas cosas vendrá el Deseado de las naciones».
[Mateo 24:33, RVR1960] Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
[Hageo 2:7, RVR1960] Y haré temblar a todas las naciones; y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Primero viene el sacudimiento de todas las cosas para que cada hombre muestre su cara, muestre por sus obras cuál es la decisión que ha tomado, para que cada hombre manifieste si realmente quiere ser fiel hasta la muerte o no. Y cuando la iglesia realmente esté despierta, porque no le quede otra por causa de las cosas que se van a desarrollar, cuando la iglesia realmente deje de vivir una religión vana, superficial, de reglas de hombres que Dios nunca mandó que se hagan, cuando la iglesia realmente se una, más allá de las denominaciones que han inventado, cuando la iglesia realmente se despierte de su sueño y de su letargo en el que está ahora, ahí será el arrebatamiento de los santos, de los que hayan resistido hasta el final, de los que guarden sus vestiduras blancas, sin manchas ni arrugas. Ahí va a venir el Señor, no antes, porque si viniera ahora, antes de la Tercera Guerra Mundial, antes de que sucedan todas las cosas que están escritas, por ejemplo, en el libro de Mateo 24 y en muchas otras escrituras, serían muy pocos los que serían levantados.
Tenemos que entender que hay una razón por la cual nosotros todavía vamos a estar acá hasta un tiempo indicado, porque hay un plazo para todo. Dice la Biblia en el libro de Daniel que hasta para esto hay un plazo establecido. El Señor tiene un plazo para todo y Él se ocupa de los suyos, pero primero tenemos que abrazarnos a la columna fuerte que es Cristo Jesús, la única que permanece para siempre, para ser capaces de resistir a todo lo que se está agitando, a lo que va a agudizarse. Las cosas van a ir de mal en peor, así son los dolores de parto: de lo poco a lo mucho, de lo espaciado a lo cada vez más seguido, hasta que nace el bebé.
Dice el Señor que los suyos tenemos que dejar de jugar con las cosas espirituales y verdaderamente tomar en serio no solamente nuestra salvación, como dice Filipenses 2:12, no solamente en esa área, sino también en nuestra preparación. Cada uno de ustedes tiene que ir a su cuarto secreto y preguntarle al Señor cómo tiene que prepararse en particular, acorde a su constitución, a su situación particular, a su vida matrimonial, familiar, eclesiástica y en cada área. Pregunten para dónde tienen que ir, si tienen que quedarse, si tienen que irse, si tienen que guardar alimentos, si tienen que construir un búnker en su casa, si tienen que hacer un pozo de agua en su territorio, si tienen que construir una huerta. Cada uno tiene que preguntarle al Señor, pero de ninguna manera deben dejar, no sólo lo que está escrito, sino también estos avisos, que no pasen por alto y nada más.
Oremos por estas cosas, dice el Señor, que intercedamos por estas cosas. Porque el oso, que es Rusia, viene con furia a traer destrucción masiva. Valore cada uno su pan y su agua. El Espíritu Santo me habla de que las personas que realmente pasaron por las guerras mundiales aprendieron a valorar lo que tenían de una manera especial, pero la Iglesia en general no sabe valorar lo que tiene. Ni siquiera bendice su pan y su agua, mucho menos lo comparte. No estando contentos con lo que tienen, siempre quieren más y buscan lo que no conviene. Meditemos sobre esto. Esto no es para vivir en miedo, sino para prepararse sabiamente, entender y ser entendidos, como dice el libro de Daniel.
He cumplido, Padre Celestial. Que esta palabra viaje por las naciones y llegue a los oídos de los que tenga que llegar. Confirma de distintas maneras, por sueños, visiones, profecías, aún más de lo que lo estás haciendo. Padre, trae claridad, guía y dirección para cada uno de nosotros. Hay muchos que tienen que moverse del país donde están, y ya el Señor se los ha hablado. Pidan más confirmación sobre eso, porque yo estoy viendo muchos pájaros que se van de Europa, que migran.
Yo estoy viendo que las bombas explotan en Europa, y los pájaros, al mismo tiempo, se van en distintas direcciones, huyen. Estos pájaros representan personas. Orá cada uno sobre esto, en particular y sin falta, y el Señor va a responder, porque Él se ocupa de los suyos. Amén.
Pedimos oración por nosotros, por nuestro ministerio. Como siempre, eso es el bien más grande que nos pueden hacer, porque no es fácil estar en esta posición en estos tiempos, donde a la mayoría de las personas les importa más lo que uno tiene puesto, cómo se peina y otras superficialidades que la palabra de Dios.