Bendiciones, amado pueblo del Señor. Hoy es 20 de mayo del 2024 y estamos aquí nuevamente para hablar a las naciones sobre todo lo que el Padre quiera decir. Dice:
[Apocalipsis 10:11, RVR1960] Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
Y esa ha sido la instrucción del Señor para esta boca profética de estos últimos días. Así que te damos gracias Señor por una nueva oportunidad de congregarnos juntos en el Espíritu. Te damos gracias Señor porque nuevamente quieres hablarnos, guiarnos, hacernos entender, prepararnos, fortalecernos para lo que vamos a enfrentar en estos últimos días. Para no solamente lo que se viene para todo el mundo, sino también por donde va a pasar la Iglesia de Dios para ser emblanquecida, para ser purificada, para ser lavada, para ser preparada. Porque tú nos amas tanto Señor que no nos dejas a la deriva. Tú nos amas tanto que te estás asegurando de que estemos listos y preparados para cuando venga nuestro amado Señor Jesús en las nubes a arrebatarnos. Gloria al Señor, te damos toda la honra. Te amamos Espíritu de Dios, te honramos, Hijo del Altísimo, en el nombre de Jesús. Amén.
Y yo escucho al Espíritu de Dios hablar a su pueblo y decir, hijitos, ¿Qué vienen a buscar? ¿Vienen a buscar pan? ¿Vienen por los peces? Dice el Señor. ¿Vienen para pedirme algo o vienen para recibir algo de mí? ¿Qué es, dice el Señor, lo que están deseando escuchar? El Señor hace esta pregunta a los suyos, a los que vienen a escuchar estas palabras proféticas, pero en realidad Él ya sabe la respuesta de antemano. Él ya sabe cuáles son las preguntas de tu corazón. Él ya sabe que son las cosas que le estás pidiendo, lo que estás necesitando, lo que estás buscando. Él ya sabe a qué venís a congregarte, a estos vivos proféticos.
Así que el Espíritu de Dios dice, hijitos, estoy preparando la tierra de sus corazones para recibir verdades profundas. Estoy trabajando como un jardinero en estos tiempos y ese jardín en donde estoy trabajando son sus corazones. Yo tengo muchos jardines, dice el Señor, y trabajo de manera distinta en cada uno de ellos porque no son todos los jardines iguales. No tienen todos los jardines el mismo tipo de tierra. No crecen el mismo tipo de plantas y flores en todos los jardines por igual. Cada jardín tiene sus características, dice Dios, sus distinciones, sus tiempos. Si bien hay como reglas principales de jardinería, las cuales hay que respetar, igualmente hay cositas que varían entre un jardín y otro, pero yo sé acomodarme a lo que cada uno de esos jardines necesita, porque yo soy el jardinero perfecto, dice Jesús. Y dependiendo del jardín en el cual voy a trabajar, son las metodologías que utilizo para ese jardín. Yo sé, dice el Señor, cómo entrar específicamente en cada uno de esos jardines que en esta especie de parábola representan sus corazones.
Yo sé qué tipo de uniforme ponerme que le agrada al dueño de la casa que tiene ese jardín. Yo sé cómo comportarme, dice Jesús, como jardinero, pero con distintos carácteres dependiendo del jardín que tengo que ir, a donde tengo que ir a trabajar. Yo me amoldo, dice el Señor, en el sentido de que mi actitud puede variar de acuerdo al jardín al cual tengo que ir a trabajar, porque soy sabio, dice el Señor, y el que tiene sabiduría sabe ubicarse en el espacio a donde tiene que entrar, en el lugar a donde tiene que trabajar y de acuerdo a la gente con la que tiene que tratar. Dice:
[Lucas 13:9, RVR1960] Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que o cave alrededor de ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después.
Con referencia a que el Señor es el labrador, el Señor es el jardinero y él sabe cómo tratar la tierra, pero, hijitos, dice el Señor, a veces muchos de ustedes piensan que se tienen que comportar igual en cada una de las situaciones en las que participan, en cada uno de los espacios que les dan o en cada una de las casas a donde los invitan. Y el Señor dice, esto no es manejarse con sabiduría, porque, de hecho, me viene una frase que dijo Pablo en el Nuevo Testamento a donde él decía, a todos me he hecho para ganarlos a todos. Es decir, cuando él estaba con los judíos, sabía cómo tratar a los judíos y cuando él estaba con los gentiles, él sabía cómo tratar a los gentiles para llegar a ellos.
Y Pablo dijo algo como, a todos me he hecho, es decir, cómo he sabido cómo moverme en cada grupo de personas para quizás poder alcanzarlos a todos y salvarlos. Gloria al Señor, porque de eso nos está hablando el Señor hoy y quiere impartirnos sabiduría en esta área, cómo actuar acorde a la situación que estamos viviendo, cómo comportarnos dependiendo del lugar a donde estamos, dependiendo del grupo que tenemos enfrente nuestro, dependiendo de las características de la persona con la cual estamos hablando quizás. Dice:
[1 Corintios 9:20-22, RVR1960] Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujeto a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley), como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujeto a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley( no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles, a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.
La gloria sea para el Señor, porque este pasaje explica totalmente lo que el Señor estaba queriendo decirnos, a través de estas palabras proféticas. Porque yo estoy teniendo una visión ahora, mientras profetizo, y lo veo a Jesús vestido como jardinero, gloria a Dios. Y en algunas casas, metafóricamente hablando, en las que Él entra para trabajar en el jardín de esa casa, Él se coloca como un uniforme humilde. Pero en otras casas a donde Él va a trabajar, Él se cambia el uniforme, metafóricamente hablando, y se coloca un uniforme quizás más importante, que se vea más lujoso, que tiene distintas características. Porque la casa a donde va a trabajar es distinta en característica, y los que habitan en ella son distintos, distintos.
[Juan 20:15, RVR1960] Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
Gloria a Dios. Porque el Señor trabaja de distintas maneras, y nos alcanza y llega a nosotros desde distintos caracteres, poniéndose en la piel quizás de distintos personajes, mostrando su cara de distintas maneras, para que tal vez, de alguna de esas maneras, logre alcanzarnos, logre salvarnos, logre ayudarnos, logre purificarnos, o cualquier cosa que Él quiera hacer para nuestro bien. Así que, con este mensaje, el Señor nos quiere hacer entender que Él utiliza distintas maneras de llegar a las personas, y no es siempre un mismo método, no es siempre una misma forma, no es siempre la misma manera. Así como Él trata a las personas de acuerdo a cómo son, de acuerdo al estado en el que están en ese momento que Él las está tratando, aplicando mayor o menor severidad a ese trato, de acuerdo al tipo de vaso que tiene enfrente. Porque si se aplica una vara a un vaso que es de cristal, se va a romper fácilmente. Pero si el vaso es duro, si el vaso es de hierro, si el vaso es de acero, entonces hay que aplicar, quizás, un instrumento que sea acorde a la dureza de ese vaso, para que tal vez el vaso sea transformado.
Dice, hijitos, ustedes también tienen que aprender a adecuarse a las circunstancias, ustedes tienen que ser sabios y saber, dice el Señor, saber dirigirse a las distintas personas con las que hablan de acuerdo a lo que tienen enfrente. No es lo mismo un trato, dice el Señor, para una, yo escucho la palabra doncella, para una mujer joven, soltera, frágil. Dice el Señor que para un hombre que quizás es un soldado de guerra, para un hombre que quizás, para el cual quizás la fuerza, el uso de la fuerza es una característica muy fuerte en él, no es el mismo trato, no va a llevar los mismos frutos.
Si ustedes tratan a las mismas personas, a todas las personas de la misma manera, dice el Señor, y yo veo un camaleón ahora, los animales que se llaman camaleones son conocidos porque cambian de color de acuerdo a la ocasión. El camaleón es como que se camufla, sería la palabra, ¿verdad? Se camufla, depende del ambiente a donde está para no ser visto, para que quizás los depredadores no lo puedan encontrar, porque confundan a la piel de este animal con el resto del paisaje, ¿verdad? Y eso es sinónimo de adaptabilidad, de versatilidad. Como dice este tremendo versículo que compartió el hermano Javier, que siempre, agradeciendo, comparte cosas edificativas a la palabra que se está dando. Con el misericordioso te mostrarás misericordioso y recto para con el hombre íntegro, limpio te mostrarás para con el limpio y severo serás para con el perverso. ¡Gloria al Señor! Tremendo pasaje que describe exactamente lo que el Señor está comunicando en esta hora. Estábamos hablando del camaleón, el camaleón que cambia de color de acuerdo a la ocasión, acorde al momento y al lugar a donde está, para poder sobrevivir en su caso.
Pero que el Espíritu Santo me estaba diciendo que esta capacidad que tiene el camaleón es sinónimo de adaptabilidad y versatilidad. Y el mensaje del Espíritu Santo con esto no es que cambiemos la cara acorde a lo que a nosotros nos conviene, dependiendo de la situación a dónde estamos y de las personas con las que estamos. No es que seamos hipócritas en el sentido de mostrar algo que no somos o que nos acomodemos a lo que los demás quieren que seamos. No se trata de eso, en este caso, lo que está queriendo compartir el Señor, sino que seamos adaptables, que seamos versátiles a la hora de predicar, a la hora de evangelizar, a la hora de tratar con distintos tipos de personas, a la hora de interactuar en distintos grupos que se manejan de distintas maneras, a la hora de entrar en distintas congregaciones, a la hora de ministrar a distintos matrimonios, a distintas casas y hogares y a distintas personas, acorde a los problemas que cada uno tenga.
No siempre la misma herramienta tiene que ser usada para un mismo problema, cuando ese mismo problema lo tienen dos personas distintas. No siempre la estrategia es igual y, de hecho, uy qué hermoso, dice Claudia, yo me soñé con un jardinero que limpiaba mi jardín sacando las malezas. Wow, gloria al Señor, porque para eso dejamos más que nada abierto la posibilidad de que esté el chat en vivo, para que ustedes puedan enriquecer estos mensajes proféticos con sus testimonios. No es tanto para generar controversia, discusiones, sino para que ustedes también puedan enriquecer lo que el Señor está diciendo, confirmar y testificar de que, por ejemplo, de este mismo tema el Señor les venía hablando en estos días, o que habían tenido sueños sobre estos y demás, ¿verdad? Así que gracias por compartir eso.
Pero veníamos diciendo que no siempre se aplica la misma herramienta para tratar una misma tierra, porque yo estoy viendo distintos tipos de tierras de los jardines y el Señor me muestra que algunas tierras son duras, es decir, hay tierras de las casas. Yo no sé mucho de jardinería, yo Noelia, en realidad, pero les voy a transmitir lo que el Señor me está mostrando ahora. Y veo la tierra de un jardín que es muy dura, está hecha como más que nada de piedras. Dice acá Mina, yo soñé ante ayer que estaba limpiando un patio o jardín. ¡Gloria al Señor! Porque también tiene que ver con esto. Y ven cómo el Señor conecta la palabra profética en mi ministerio con el ministerio de la interpretación de sueños. ¡Gloria a Dios!
Pero decía, hay distintas tierras en los jardines y hay tierras que son duras, que están hechas más que nada como de piedras. Y que, para romper esa piedra, que tiene que ser levantada y removida para reemplazar esa tierra que no sirve en realidad para plantar semilla, por una tierra más blandita, por una tierra más fértil, por una tierra más negra, por una tierra más rica en minerales y demás. Entonces hay que utilizar una herramienta que sea más dura para poder romper esas piedras, para poder levantar esas piedras, para poder sacarlas de ese terreno. Es decir, no se puede trabajar en una tierra que es dura con una herramienta blandita o que se utiliza para una tierra blanda. Yo estoy viendo algo que son como unas especies de palas de jardineros. Ustedes díganme si es así, porque realmente yo no estoy mucho en estas cosas. Lo mío más que nada es el ministerio profético y básicamente bastante se limita en eso y en la alabanza, en la adoración en danza.
Pero no soy muy buena con las manualidades, es decir, tengo que confesar que no sé mucho de estas cosas. No tengo conocimiento porque no he estado en estas áreas. Entonces muchas de las cosas que veo son nuevas para mí. No conozco las herramientas de un jardinero, pero el Espíritu igual lo puede revelar porque él sí lo sabe todo, ¿verdad? Pero veo como unas palitas, como unas palitas que son blanditas, que se pueden utilizar para levantar la tierra, pero más que nada la que es blanda, ¿verdad? Veo la tierra que es blanda y se usan estas palitas para eso. Pero si la tierra es dura, se usan unas especies de picos. Estoy viendo como picos para romper esa tierra y después con distintos tipos de rastrillos y demás se va como ablandando la tierra para levantarla.
Acá los hermanos están compartiendo en el chat, gracias, porque todo sirve, porque el Señor utiliza todo tipo de símbolos para hablarnos, ¿sí? Gloria a Dios. Entonces, no se puede utilizar, decía el Señor, estas palitas blanditas para tierras que son tan duras porque las palas se terminan rompiendo, la tierra no puede ser tratada, queda igual que antes y el jardinero no logra sus objetivos en la tierra. Entonces nosotros tenemos que entender, dice:
[Jeremías 4:3, RVR1960] Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espinos.
Y estaba diciendo que el Señor quiere que entendamos que no podemos usar, no podemos usar siempre la misma herramienta, el mismo elemento para todos los lugares, para todas las personas, para todas las situaciones, por más que los problemas sean lo mismo, ¿sí? Acá dice alguien, yo también soy mala para las manualidades. En realidad, no es que sea mala, sino que es como, no es mi talento principal o lo que a mí me llame, me llaman más otro tipo de cosas, pero no lo desprecio tampoco, ¿sí? A lo que voy es que no sé mucho, no tengo conocimiento de estas áreas, pero gloria a Dios el Señor enseña todas las cosas.
Entonces, ¿por qué el Señor habla de esto, este tipo de mensajes? Porque me está haciendo saber ahora el Espíritu, que muchos de ustedes van con la misma estrategia golpeando casas para evangelizar a las personas. Por ejemplo, yo estoy viendo unos volantes, estoy viendo unos volantes escritos para repartir a las personas que algunos de ustedes están evangelizando. Y todos los volantes dicen lo mismo. En realidad, en primer lugar, no hay nada de malo con eso en sí, pero a la hora de tratar a la persona cara a cara, más allá de que les den un volante que siempre dice lo mismo, lo cual es lícito, a la hora de tratar a cada persona en particular, lo que quiere el Señor que entiendas con este mensaje profético, es que aprendas a ser como Pablo cuando se hacía de todo para todos, para tratar de ganar a la mayoría posible.
Uno no puede ir golpeando las puertas de las casas, evangelizando y predicando el reino de los cielos, sin observar, sin discernir a quién tiene en frente. Y no hace falta tampoco ser profeta para que esto se pueda realizar hasta un punto, pero sí es necesario que aprendas a desarrollar cierto discernimiento sobre las personas que tenés en frente para poder ser efectivo. No se le puede hablar a todas las personas por igual, me dice el Señor, no se los debe tratar a todos por igual. Y no sólo esto, sino que yo estoy sabiendo que algunos de ustedes son pastores, hay pastores que escuchan esta palabra profética y la gloria sea para Dios y ojalá que estén siendo bendecidos, edificados y que puedan crecer a través de estas palabras proféticas.
Pero lo que me está diciendo el Señor para ellos, es que no se puede hacer como un manual de preguntas y respuestas para las inquietudes que tiene cada persona que se congrega con ese pastor. No se puede hacer un manual idéntico de soluciones para cada persona que busca ayuda de ese pastor. Porque si esto fuera así, ¿para qué necesitamos la guía ya del Espíritu Santo? Si esto fuera así, ¿para qué diría Romanos que aquellos que son hijos de Dios son los guiados por el Espíritu de Dios? Si ya no necesitáramos preguntarle nada al Espíritu de Dios acerca de ¿cómo evangelizar a alguien?, ¿cómo predicarle a alguien?, ¿cómo ministrar a alguien? y solamente nos guiaríamos por un libro, por un manual, por una guía. Porque eso estoy viendo, yo nunca lo he visto con mis ojos carnales. Pero Dios me está haciendo saber que inclusive en muchas congregaciones de hoy en día tienen manuales de servicio.
A ver, confirmen ustedes en el chat si esto es así. De verdad digo y no miento delante de los ojos del Señor que no he visto esto con mis ojos. Pero el Señor me lo está mostrando ahora, que hay manuales que se van pasando de pastor a pastor cuando van transfiriendo cargos o colocando nuevos pastores al servicio o nuevos líderes, los cuales se tienen que seguir a rajatabla, se tienen que cumplir a rajatabla. Y el que no cumpla con esa guía que están esos manuales es tratado de rebelde, es tratado de llanero solitario como se le dice ahora a mucha gente que no sigue ciertas normas eclesiásticas que están fuera de las Escrituras.
Y el Señor pregunta que si únicamente fuera necesario un manual escrito para saber cómo reaccionar acorde a cada problema específico, para saber cómo responder, para saber cómo ministrar, cómo tratar cada uno de los problemas que las distintas personas de una congregación presentan. Si esto fuera así, Él ya hubiera dejado esto escrito. Pero si este manual estoy diciendo, y no estamos hablando de la Biblia, que la Biblia debería ser nuestro único manual. Pero el Señor dice, si fuera así, ¿para qué es necesario escuchar al Espíritu Santo? ¿Para qué entonces sería necesario preguntarle al Espíritu Santo? ¿Para qué obedecerle? ¿Cuál sería la sabiduría necesaria que venga de arriba para saber cómo tratar a la persona que está en frente nuestro y que necesita ayuda?
Entonces, no se puede aplicar la misma estrategia, la misma metodología para todas las personas por igual. Y, de hecho, yo estoy viendo que una de las razones por las cuales el hacha viene a la casa de Dios, para aquellos ministros que no se arrepientan y vuelvan a dejarse llevar por la guía del Espíritu Santo, es porque ya no le consultan al Espíritu de Dios sobre cómo ministrar los problemas de la gente. Porque todo lo dejan escrito acorde a lo que ellos piensan, sobre cómo tratar estos problemas, y lo han dejado afuera al Espíritu de Dios.
Y de esta manera ya no es importante pedir sabiduría a Dios, revelación, estrategias, soluciones que vengan de lo alto para tratar con ciertas personas específicas, porque ellos dicen, ya lo tienen todo escrito, ya está todo estipulado. Y si vienen cinco personas distintas con un mismo problema, lo tratan igual, porque el manual de ellos que escribieron durante el tiempo otorga la misma solución para los cinco. Sin embargo, si uno ve los resultados que esto está acarreando, según acorde a lo que me muestra ahora el Espíritu de Dios, no son siempre los mismos frutos. Y, de hecho, a veces, la aplicación de esos manuales, que son manuales de hombres y no de Dios, está provocando el efecto contrario.
Y en vez de traer sanidad a la persona, en vez de traer liberación, en vez de traer soluciones que vengan de Dios, que lleven fruto bueno para sus vidas, en vez de hacerlos crecer, en vez de edificarlos, y todo lo que viene del Padre, entonces lo estancan aún más, lo confunden aún más. Esa persona se cristaliza aún más, se inmoviliza aún más. Y quizás, si estaba enferma del alma, queda peor que antes.
Hijitos, dice el Señor, ¿algunos de ustedes piensan que solo yo puedo ser un buen jardinero, adaptable a cada jardín, que sabe cómo manejarse en cada situación y en cada problema específico y distinto que tiene cada uno de esos jardines en los que yo estoy trabajando? Y ¿ustedes creen, creen, dice el Señor, o el enemigo les ha hecho creer, que ustedes nunca van a poder tener esa sabiduría para saber cómo trabajar en cada jardín específico? Por la sabiduría de lo alto, y no la de los hombres. Pero si ustedes se acercan más a mí, dice Jesús, buscándome en el secreto de la oración, pidiéndome consejo santo, sabiduría que viene de lo alto, porque dice el libro de Santiago, que al que le falte sabiduría, que la pida a Dios y que Él la daría en abundancia.
Si ustedes me pidieran, dice el Señor, el método, la estrategia, la solución que cada persona está necesitando y que viene por su ayuda, yo se los otorgaría, yo les enseñaría en qué parte de la Palabra, es decir, de la Biblia, está escrita la solución que hay que llevar adelante con esa persona en particular, en ese momento en particular. Si ustedes ayunarían, dice el Señor, para buscar mi rostro, las soluciones del cielo se les serían dadas, pero muchos de ustedes se han vuelto incrédulos, dice el Señor, no creen, que no solamente estoy esperando que vengan a mí, que levanten su mirada al cielo para pedirme consejo sobre cómo tratar con esos asuntos de manera separada e independiente, sino que estoy deseoso de concederles esas llaves, porque estoy viendo llaves que representan soluciones a esas cosas.
Hijitos, dice el Señor, a muchos de ustedes les gusta estructurarse, pero no en una manera saludable, porque hay estructuras que vienen de Dios, porque hay estructuras santas, hasta el cielo está organizado, dice el Señor, y cada uno sabe cuál es su rol y qué tiene que hacer. Y cuando la tierra fue creada, dice el Señor, se le fue ordenada para que pudiera subsistir en el tiempo. El orden, dice Dios, es lo que posibilita que algo funcione y que cumpla con su propósito. El orden es importante y la estructura también, porque poner estructura a algo es como colocar columnas en un edificio para que no se caiga y para que pueda sostener mucho peso.
Pero no hay columnas, dice el Señor, que no vengan de mí. Es decir, las columnas que no vienen de mí no pueden resistir el peso del edificio. Por eso dice la Palabra que en vano se edifica la casa si el Señor no es el que la levanta. En vano construyen los edificadores si no es el Señor el que edifica esa casa, porque no es por la fuerza humana, dice el Señor, sino por mi fuerza. Y hay estructuras, orden divino, y orden bajo el cual las cosas tienen que funcionar. Pero hay una estructura que viene de arriba y otra que es carnal, una estructura que es espiritual y otra que es terrenal.
En el sentido, en esta ocasión, de que hay estructuras que vienen de Dios y otras que simplemente no lo son. Hijitos, dice el Señor, entiendan. Que voy a destruir toda estructura de hombre que no viene de mí. Porque, así como en la antigüedad los fariseos invalidaban la ley de Dios con costumbres de hombres, que los judíos habían ingresado, implantado en su cultura, pero que Dios nunca había mandado. Asimismo, eso está sucediendo en este tiempo. Y voy a destruir, dice el Señor, estas metodologías humanas que muchas de ellas terminan siendo diabólicas porque no están escritas bajo la guía del Espíritu de Dios y porque le han cerrado la puerta a la manifestación del Espíritu de Dios.
Todo lo que en este tiempo esté bloqueando la manifestación del Espíritu de Dios en las congregaciones de los santos va a ser quitado del medio. Y de hecho yo estoy sabiendo también que muchos de ustedes sí saben cómo tratar a las distintas personas que tienen enfrente cuando van a evangelizarlas, cuando van a predicarles, cuando las están ayudando en cualquier área que necesiten y que ustedes tienen para dar o para ayudarles. Yo estoy sabiendo que hay muchos de ustedes que sí tienen discernimiento para saber cómo tratar al vaso que tienen enfrente acorde a sus características, a sus capacidades, a la situación en la que están pasando en él, acorde al estado en el que están, al nivel de sanidad y de liberación que tienen.
Pero el problema es que para muchos de ustedes sus líderes espirituales les están poniendo esposa espiritual para que ustedes no desarrollen ese discernimiento santo, ni se dejen llevar por el Señor, sino que sigan este manual de hombres. Hijitos, dice el Señor y entonces así muchos de ustedes, están guardando en sus bolsillos el discernimiento que les he dado. Están callando la voz del Espíritu de Dios muchas veces cuando les está indicando cómo proceder acorde a cada situación para sujetarse a un libro escrito por hombres. Que en realidad cuyo propósito escondido es manipularlos, controlarlos, sujetarlos a ellos, pero no en una manera bíblica, santa y sana, sino como si ustedes fueran sus reos.
Y tuvieran que obedecerle como es si ellos fueran el faraón y ustedes los esclavos. Hijitos, dice el Señor, ¿hasta cuándo mi pueblo se va a dejar atar por doctrinas de hombres? ¿Hasta cuándo mi pueblo no le va a dar lugar al Espíritu de Dios? Porque muchos de ustedes se quejan de que no tienen poder a la hora de llevar la Palabra de Dios. Que las cosas sólo quedan en palabras. Y hasta yo estoy sabiendo que muchos de ustedes son como las personas que están en la religión de los mormones, por ejemplo, o de los testigos de Jehová. Que ya se saben todo lo que tienen que decir y responder porque se lo han enseñado para que estén preparados para repetir como loros las respuestas que necesitan cuando se encuentren con distintos tipos de personas en general.
No estoy diciendo que todos sean así, pero en general estas religiones que ahora me nombra el Espíritu de Dios, se manejan así. Todo está estipulado, todo está escrito, todo está premeditado y no hay lugar para ningún tipo de libertad bajo el Espíritu de Dios. Sujeta a las Escrituras y al liderazgo humano como Dios lo determinó. Y el Señor me decía que muchos de ustedes se quejan de estas personas que tocan las puertas de las casas en estas religiones que nombrábamos, por ejemplo, aunque hay más y tienen como un discurso ya organizado, estudiado, armado, estructurado y no se mueven de ahí.
Y muchas veces ustedes son iguales, están siendo igual y estoy sabiendo que el Espíritu de Dios viene y toca a varios de ustedes y les da una inspiración santa, una palabra exacta de cómo llegar a cada persona en particular. Y ustedes lo están recibiendo, están sabiendo que es el Espíritu Santo, pero como les tienen miedo a los hombres deciden no hacerle caso al Espíritu de Dios. Y estoy hablando de cuando estas inspiraciones son bíblicas, claro. Deciden no escuchar esas ideas inspiradas por el Espíritu de Dios y sujetarse a esos manuales que sus congregaciones les han dado para que se limiten únicamente a decir lo que allí está escrito. Dice, Isaías 31, hay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo y no de mí, para cobijarse con cubierta y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado.
Y entonces, en esta historia que estaba contando, el Espíritu Santo se contrita cuando ustedes ignoran su voz. El Espíritu Santo es como una llama que sigue estando adentro de ustedes pero que baja su intensidad. El poder de Dios no se manifiesta en ustedes como a ustedes les gustaría, porque sin darse cuenta, por supuesto, no le están dando lugar. Cuando Él viene a golpear a tu puerta no se la abrís, pero cuando un hombre golpea a tu puerta sí se la abrís. Sin embargo, ¿quién va a tener más inspiración, el hombre o Dios? ¿Quién va a saber guiarte mejor, el hombre o el Espíritu de Dios? Y no estoy diciendo que uno no debe, no puede tener un mentor terrenal, un pastor, un guía, alguien que te ayude a crecer en las cosas de Dios. No es eso de lo que se trata este mensaje, ¿verdad? Porque también la Biblia dice, sujetados a vuestros pastores. Primero voy a leer este versículo que compartió nuestro hermano, que también me lo traía el Espíritu de Dios hace unos instantes atrás.
[Marcos 13:11, RVR1960] Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
Y cuando el Espíritu Santo habla, toca los corazones, porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, más cortante que arma de doble filo, y entra y divide el alma del Espíritu. Hasta lo profundo de los tuétanos dice la palabra, ¿verdad? Cuando el Espíritu de Dios habla a una persona, dice exactamente lo que la persona necesita escuchar, porque sólo el Espíritu de Dios sabe por lo que esa persona está pasando, y las palabras exactas que le, o que está necesitando, o que le gustaría oír de parte de su Creador. Pero ustedes, al hacer lo que yo venía relatando, de dejarse llevar por estos manuales humanos, y de limitarse solamente a decirle a la gente lo que les dijeron a ustedes que tienen que decir, o a leer estos libritos, van endureciendo sus corazones cada vez más a la voz del Espíritu de Dios. Y me viene ese versículo, no sé si en hebreos, que dice, pero si oís la voz de Dios, no endurezcáis vuestros corazones. No endurezcáis vuestros corazones. Hijitos, dice el Señor, allí a donde está el Espíritu de Dios hay libertad. Pero ustedes no van a liberar a la gente, ni traerles libertad, si ustedes primero no están libres, no son libres, no se mueven bajo la libertad del Espíritu de Dios. Dice:
[Hebreos 3:7-8, RVR1960] Por lo cual, como dice el Espíritu Santo, si oyeres hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto.
Sean sabios, dice el Señor, antes de salir a evangelizar, pídanme de esas semillas santas, que son esas Palabras exactas, que cada persona a la cual van a llegar necesita oír. Intermezclen esas palabras por el Espíritu Santo con porciones de la Biblia, dice el Señor, cuando vayan a evangelizar. Prediquen parte de lo que está escrito, más otra parte que sea inspirada por el Espíritu de Dios. Para los que se están preguntando entonces ¿cómo lo tengo que hacer?, el Señor ya se adelanta y les contesta. Pidan inspiración de lo alto, pidan los dones que concede el Espíritu Santo, dice el Señor, para utilizarlos, para traer más almas al reino.
El Señor está hablando de los nueve dones espirituales que están nombrados en 1 Corintios 12. Porque si ustedes salen solo con la Palabra, dice el Señor, la Palabra en sí, si es Palabra viva la que hablan y no palabra muerta de los hombres, esto ya por sí lleva sus frutos. Pero si a más de eso ustedes caminan en poder, en sanidades, en milagros, en ciencia, en profecía, en discernimiento de espíritus y en todos estos poderes que otorga el Espíritu Santo, entonces aún serán más eficaces. Porque me viene el pasaje de Pablo cuando les decía a los hermanos que iba a ir a hablar, a encontrarse con esas personas que se hacían llamar sabios. Y les dijo, iré a vosotros, pero no solamente con palabras, sino con la manifestación del poder de Dios. Las dos cosas son importantes, dice el Señor, realizadas bajo la sabiduría que viene de lo alto, bajo la guía del Espíritu Santo. Dice:
[1 Corintios 4:19-20, RVR1960] Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras, sino el poder de los que andan envanecidos. Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.
Hay otros versículos semejantes a este y a lo que estaba diciendo antes, ¿verdad? Es decir, ambas cosas son importantes. Y muchos de ustedes empezaron bien pero después se dejaron apagar. Muchos de ustedes empezaron siendo como una llama encendida, yendo a predicar, a compartir el Evangelio, dejándose llevar por el Espíritu de Dios y basando todas sus cosas en las Escrituras. Muchos de ustedes empezaron así, pero después se dejaron apagar como cuando alguien tira un baldazo de agua sobre un fuego que está encendido para apagarlo.
Y ahora se sienten secos, se sienten aburridos, se sienten frustrados, piensan que Dios no está con ustedes, que la Biblia es solamente palabras muertas, que no son reales, que no se cumplen en sus vidas, no tienen testimonios vivos. No han visto las maravillas de Dios en sus vidas, la mano del Señor, como quisieran verla. Pero no es porque Él no quiera hacerlo, sino porque entraste quizás en parte en una religión muerta, a donde Dios no está y ni el Espíritu de Dios tiene lugar. A donde quizás se hablan cosas que son verdad, pero después no se practican, no se creen y a un fuego hay que avivarlo, dice el Señor. Porque yo estoy viendo una fogata en una chimenea y veo que el fuego tiene que ser atisbado, se dice, con algo que larga aire. El fuego tiene que ser avivado, dice el Señor, permanentemente para que no se apague. ¿Cuánto más el fuego del Espíritu Santo?, dice el Señor, tiene que ser avivado.
Avívenlo, dice el Padre, no lo descuiden, no se dejen apagar. ¿Por qué creen todas las cosas que les hablan? Atizado, tiene que ser atizado. El fuego tiene que ser atizado. El Señor dice, no permitan que el fuego en ustedes sea apagado, ni siquiera menguado. Al contrario, tienen que ser como las vírgenes prudentes y sensatas que tenían sus lámparas llenas de aceite. ¿Por qué ese aceite iba a ser el que mantenga el fuego encendido constantemente? ¿Entienden que una lámpara que servía para alumbrar sin aceite se apaga? Ustedes se están dejando robar la unción, dice el Señor, por el diablo, cuando hacen estas cosas. Ustedes están haciendo que sus lámparas se vayan secando de a poco para ya no alumbrar más.
Hijitos, recapaciten y vuelvan al primer amor, dice el Señor. Cuando hablaban en llamas sobre mí, en el sentido de encendidos, entusiasmados, enamorados de mí, y a través de ese corazón que estaba enamorado de mí en aquellos momentos, ustedes emitían Palabras poderosas porque el amor es poderoso. Y la libertad es necesaria, dice el Señor, no el libertinaje, no la rebeldía, no la desobediencia, sino una libertad sana, una libertad ordenada, una libertad sujeta, pero los principios que vienen del cielo y no de los hombres o de las tinieblas. Es necesaria, dice el Señor, para que esa predicación sea contagiosa. Porque ustedes imparten cuando hablan, dice el Señor.
La gente se da cuenta si ustedes están atados o no. Y algunos de ustedes quieren ir a predicar para que la gente se convierta, y ellos ven que ustedes están igual o peor que ellos. Peor porque tienen conocimiento de las cosas celestiales y no mejoran. Y ellos tienen discernimiento, dice el Señor, para verlos a ustedes y saber con quién están tratando. Y muchos dicen, yo no quiero estar en el estado en el que estás vos. La gente necesita ver testimonio, dice el Señor, el testimonio del Espíritu Santo en ustedes. La gente tiene sed, pero tiene sed de aguas que realmente calmen su sed, y no de aguas que los apaguen aún más de los que están.
Hijitos, enciéndanse, dice el Señor, y vuelvan al primer amor. Vuelvan a buscarme en la intimidad. Pídanme que los llene de ideas creativas. Porque hay muchas formas de llegar a un alma necesitada, hijitos. Pero ustedes aplican la misma técnica una y otra vez. ¿Cómo resisten? De esa manera, dice el Señor, caminando las cosas espirituales, es como alguien que caminara constantemente en un bosque petrificado, donde no hay vida, no hay nada para ver ni aprender, no hay cosas nuevas, no hay creatividad, ya está todo muerto, no hay nada para hacer. Hijitos, no dejen sellar sus mentes. No se conviertan como zombis espirituales, obedeciendo únicamente lo que les dicen que tienen que hacer, sin preguntarme primero a mí, sin escudriñar la Palabra para ver si es así.
¿Están dormidos? Dice el Señor. Recapaciten y despierten, enciéndanse, dice el Señor, por medio de la oración, de la vigilia, de la intercesión, de la alabanza. Primeramente, en el secreto y después, de manera congregacional, porque es cierto que el hierro con el hierro se agusa, es cierto que espada con espada se afilan, que necesitan, dice el Señor, de afilarse los unos con los otros, y que esto ciertamente sucede cuando están en comunión con otros hermanos, y que yo utilizo los otros instrumentos para refinarlos también. Pero primero estoy yo, dice Jesús, el jardinero perfecto, el único jardinero que posee todas las herramientas para trabajar en todos los jardines al mismo tiempo, el único jardinero que posee una sabiduría completa, que no necesita aprender nada, que tiene todos los métodos en su mano para trabajar en el jardín de sus corazones de maneras distintas, acorde a lo que necesitan. Yo soy la solución. Por eso tenés que venir a pedírmela a mí, dice Jesús.
Hijitos, entiendan que hay un pueblo santo que tiene que despertar y no dejarse tocar por esta plaga espiritual, que es este adormecimiento. Porque yo estoy viendo que muchos hablan de la vacuna del COVID, de que las vacunas están contaminadas, que no hay que ponérselas, que contienen sustancias dañinas, que los que se pusieron las vacunas, que les va a pasar esto, lo otro, aquello. Esa conversación está mucho en sus bocas, dice el Señor. Y una de las teorías o de las cosas de las que se está hablando es que los que se pusieron la vacuna van a terminar controlados por la élite, ¿verdad? Pero yo estoy sabiendo ahora que hay una iglesia que está recibiendo una vacuna espiritual para ser controlada, la vacuna de los fariseos. Y ustedes se están dejando inyectar, dice el Señor, esta sustancia venenosa espiritual para que se empiecen a comportar como un zombi que camina sin saber que existe, sin tener una conciencia de lo que hace.
Esta es la plaga más detestable ante mis ojos, dice el Señor. Esto es peor que lo que contienen las vacunas del COVID-19. Porque si al cuerpo le pasa algo, dice el Señor, o la persona que se la coloca, se termina muriendo, pero al menos estaba despierta en el espíritu, se va conmigo, dice Dios. Pero el que se deja poner esta inyección espiritual de adormecimiento, su cuerpo igualmente se va, dice el Señor, y su espíritu no se va conmigo, porque no veló para cuando venga el esposo. Así es, así como habrá en algún momento una especie de plaga zombi que ya se los he anunciado anteriormente en varias ocasiones durante estas transmisiones, donde la gente llegue a comportarse como estos zombis de las películas, donde sufrirán de una enfermedad contagiosa que les permite comportarse así, les permita comportarse así.
Y los que estemos despiertos o sanos vamos a tener que huir de ellos, al igual que en estas películas que antes eran fantasiosas de ciencia ficción, pero que muchas de esas cosas se van a volver realidad, se van a volver verdad, y son cosas que van a suceder. Al mismo tiempo, dice el Señor, hay una plaga espiritual que transforma a los míos como zombis espirituales, que encima quieren contagiar a los que están despiertos y van por ellos para que se vuelvan en el mismo estado que ellos están. O, si fuera mejor posible matarlos, no se dejen inyectar por estos ministros del templo que profanan ese lugar, dice el Señor.
Huyan, dice el Padre, porque ellos son como zombis, en el espíritu, son como zombis, tienen apariencia de estar vivos, pero están muertos. Predicando mitad de verdad y mitad de error, dice el Señor, para engañar a mis ovejas. Inyectándoles palabras venenosas para que se mantengan quietitos, sentados en las congregaciones, sin provocar ningún tipo de problema. Y, de hecho, yo estoy sabiendo ahora que a través de esta palabra el Señor te está explicando por qué soñaste tantas veces con zombis. Y muchos de ustedes están soñando con zombis.
No solamente porque realmente va a haber una plaga en el mundo donde las personas se van a comportar como ellos de manera literal, siendo este un sueño profético que avise de que eso va a venir, sino que hay otra cara de estos sueños y que es simbólica, que cuando ustedes están soñando con zombis, representa a los hermanos que están dormidos. A los hermanos que están dormidos y que les están haciendo daño a los demás, sin saberlo, normalmente sin estar conscientes de eso. A los hermanos que están enfermos, espiritualmente hablando, y contagian a otros con esa enfermedad, comportándose como entes espirituales que van a donde se los llama, sin pensarlo, sin escudriñar las cosas, sin escudriñar las escrituras, o si lo que les dicen que tienen que hacer está bien o está mal, simplemente obedecen.
Este es otro de los significados que representan esos zombis en los sueños que ustedes están teniendo. Otros están soñando con familias, con su familia que está zombi. Y en muchas ocasiones tiene que ver con esto que el Señor está hablando ahora. Dice Silvia, wow, ahora que dijo del jardinero, hace algunos meses soñé un hombre limpiando los árboles que estaban todos secos. Limpió un árbol de limón, lo dejó hermoso y me dijo, si esto te maravilla verás lo que haré con estos otros. Gloria a Dios, porque es de lo que está hablando el Señor ahora. Así como aquí los hermanos están testificando en el chat también. Dice, yo hace meses que peleaba, soñé que peleaba con zombis. Judith dice, yo he soñado con zombis y también con vampiros. Bueno, ahí están los hermanos testificando, gloria al Señor. Gloria al Señor porque Dios es el que está otorgando estos sueños, avisando. Gloria a Dios.
Así que, hijitos tengan cuidado, dice el Señor, porque estas personas que se están comportando, manejando como zombis espirituales en este tiempo, van a venir a morderlos para contagiarlos. Van a intentar que ustedes entren en ese mismo estado en el que ellos están. Van a hacerlo posible para adormecerlos otra vez. Hijitos, defiéndanse, dice el Señor, con la espada del Espíritu. Rechacen todo veneno, dice el Señor, que ellos escupen con sus bocas. Porque muchas de estas personas que están en este estado de zombis, espiritualmente hablando, con respecto a las cosas de Dios, tienen envidia escondida, de verlos a ustedes tan despiertos, velando y entendidos de los tiempos y de las sazones que están viviendo. Protéjanse, dice el Señor, de este tipo de personas y no se expongan.
Huyan de ellos, dice el Señor, como cuando vemos en estas películas o veíamos estas plagas de zombis y la gente huía para esconderse de ellos. Muchas veces ustedes tienen que hacer lo mismo, si ellos no quieren arrepentirse y salir de ese estado. Porque o ellos se convierten a ustedes, dice el Señor, o ustedes se convierten a ellos. No hay más opciones, pero dice Jeremías, conviértanse ellos a ti y no tú a ellos. Y si ellos no se quieren convertir a ustedes en ese sentido, dice el Señor, entonces aléjense y guárdense de ellos. Porque los míos tienen que separarse para mí, los míos tienen que consagrarse para mí, los míos son míos, dice el Señor, y los cuido y los guardo celosamente. Aleluya. Gracias, Señor. Hijitos, denle libertad al Espíritu, dice el Señor. Busquen su consejo. Para eso habita en ustedes, adentro de ustedes, para eso han sido bautizados en él. Dice:
[Jeremías 15:19, RVR1960] Por tanto, así dijo Jehová, si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.
Hijitos, ábranle la puerta al Espíritu Santo. Déjenlo entrar en sus casas, no le tengan miedo. Porque él quiere entrar en sus hogares, dice el Señor, y en sus vidas espirituales, para sanarlos. Para que yo me glorifique en ustedes, dice el Señor, háganle un lugar, sean hospitalarios con él. Porque muchos de ustedes tienen miedo de dejarlo entrar, de dejarlo obrar, de hacerle caso, de seguir su guía, de obedecerle. Dice el Señor, no le tengan miedo al Espíritu de Dios, sino a aquellos que quieren contaminarlos, que quieren destruirlos, que quieren atarlos de manos y pies, que quieren matarlos espiritualmente hablando. No permitan, dice el Señor, que los lleven a este letargo espiritual. Despiértense, hijitos. Inviten al Espíritu de Dios a que vuelva a obrar en sus vidas. Denle espacio, hablen con él. Respétenlo, no lo contristen. Escuchen sus correcciones cuando él los redarguya. Porque es la única manera en la que van a crecer, dice el Señor, obedeciendo la Palabra y siguiendo la guía del Espíritu de Dios.
Hijitos, les estoy hablando en el secreto, dice el Señor, a muchos de ustedes sobre estas cosas. Los estoy despertando a cosas que están haciendo los hombres que no están bien. Se los estoy marcando, aún en la Biblia, dice el Señor, ¿a dónde dice que eso no está bien? Y aún así muchos de ustedes siguen dudando, dice el Padre. Fíjense cómo están. Dice el Señor, observen la diferencia entre obedecer al Espíritu de Dios y no obedecerle, seguir la guía del Espíritu Santo y no seguirla. Y van a ver cuál de los dos caminos lleva más frutos en sus vidas y les permite a ustedes ser fructíferos, para mí.
Y van a ver que ustedes, cuando no sigan la guía del Espíritu de Dios, van a ser como un árbol que se va secando. Van a dejar de dar fruto o van a dar poco fruto y no el fruto que deberían dar. Se van a volver más carnales y menos espirituales. La fe va a disminuir y la frustración va a entrar en sus casas. La sanidad y la liberación se va a retardar. Y las cosas van a llevar más tiempo de lo que deberían llevar. Si ustedes no se dejan guiar por el Espíritu de Dios, cuando vayan a predicar, no van a tener, no van a saber qué decir. No van a contar con inspiración que viene del cielo para hablar palabras de poder.
Las maravillas y milagros, sanidades y testimonios van a ser pocos o escasos. Pero si ustedes eligen el camino de dejarse guiar por el Espíritu de Dios, conocerán el poder de Dios. Como dice la Escritura, que cuando fueran bautizados por el Espíritu de Dios, caminarían en poder y llevarían el Evangelio por toda Judea, por Samaria, por Jerusalén y por los rincones de la tierra. Es decir, el Espíritu de Dios otorga poder, dice la Biblia, y recibirán poder cuando hayan recibido al Espíritu Santo y me serán testigos en todos estos lugares. Si ustedes se dejan guiar por el Espíritu de Dios, entonces van a tener un ritmo de crecimiento acorde a lo planeado, dice el Señor. Van a ser como árboles fructíferos porque ese árbol, el Espíritu Santo, sería como la savia que corra por dentro de ese árbol alimentándolo.
La sanidad va a golpear a sus puertas. Más pronto, la liberación no se va a hacer esperar, la inspiración va a sobreabundar. Van a llevar mucho fruto porque van a saber cómo hablar del reino de Dios a los demás. Como Esteban, que dice la palabra, que estaba lleno del Espíritu de Dios, por eso hablaba con el poder con el que hablaba. Y la gente no se podía resistir a su sabiduría, dice la Biblia, porque Esteban estaba lleno del Espíritu de Dios. Si ustedes se dejan guiar por el Espíritu de Dios, van a ir caminando derecho a su propósito. Van a crecer en todas las áreas. Sus espíritus se van a ensanchar como una tienda que crece. Ustedes van a ver maravillas, milagros, señales. Van a estar llenos de testimonios, pero no testimonios viejos del pasado, sino continuamente, dice el Señor.
Elijan, dice el Señor, y elijan bien, hijitos. Ustedes tienen que sujetarse, sí, a sus autoridades en las cosas que sí son bíblicas, en las cosas que sí están manejadas por las Escrituras, en las cosas que sí vienen del Espíritu Santo. Ustedes sí tienen que sujetarse a ellos, dice el Señor, cuando disciernan que esas instrucciones, órdenes o guías, a su vez, estén en el orden de Dios. Pero en aquellas cosas que sus líderes se desvíen, en aquellas cosas, a aquellas columnas que sean de hombres no tienen que abrazarse. Disciernan y separen, dice el Señor, y manténganse en una línea bíblica, no permitiendo que les roben la libertad que ganaron cuando creyeron. Aleluya. Los amo, hijitos, sean sabios. Aprendan a adecuarse a cada situación acorde a las necesidades. Pídanme que les dé los instrumentos específicos para trabajar en cada jardín en el que están trabajando, dice el Señor, por la sabiduría de Dios. Tengan un balance en todas las áreas. No se vuelvan personas carnales, porque el que no se deja llevar por el Espíritu de Dios termina siendo carnal.
Porque las cosas espirituales sólo pueden ser entendidas a través del Espíritu, dice el Señor, y los carnales no las entienden. Sean bendecidos con este mensaje, dice el Señor, atesórenlo como un lingote de oro que hoy les doy. Y el Señor me hace saber que nos llama a evangelizar, a predicar. Pero bajo la guía del Espíritu Santo de Dios, basados en la Escritura, inspirados por el poder de Dios. Y me insiste con que pidamos los dones mencionados en 1 Corintios 12 para ir a evangelizar con poder, con testimonios, gloria a Dios, con señales. Porque esto está disponible para ustedes, dice el Señor. Más que nunca, gloria a Dios, crean y no sean incrédulos, levántense de las sillas y muévanse, levántense del sueño y actívense.
Y los voy a sanar de toda plaga espiritual para aquellos que se sienten así, como zombis espirituales, como describíamos antes. Amén. Los voy a tocar, dice el Señor, y les voy a quitar toda lepra espiritual con la que los hayan contagiado. Yo lo puedo hacer y yo lo quiero hacer, dice Jesús. Pero tienen que decidir, seguirme a mí antes que, a los hombres, complacerme a mí antes que a los hombres y obedecerme a mí antes que, a los hombres, porque la gloria es mía y de nadie más, dice Jesús. Y me voy a glorificar en mí, en mi iglesia. Ustedes van a ver la diferencia entre un Hijo de Dios que se deja llevar por el Espíritu y uno que no, la diferencia se va a notar cada vez más, la brecha se va a ampliar y el que no se deje guiar por el Espíritu Santo de Dios, va a quedar muy atrás en las cosas espirituales, pero el que sea como una hoja en el viento, que se deja llevar por el Espíritu Santo, por ese viento, va a crecer como nunca antes. Este es el tiempo de los extremos, de las cosas radicales, donde se eliminan las medias tintas. Y el que se despierte va a estar más despierto y el que se duerma va a estar más dormido. Dice:
[Malaquías 3:18, RVR1960] Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
Y el Señor espera que este tiempo seamos como el viento que no sabe a dónde viene ni a donde va, oyes su sonido, pero no sabes de a dónde viene ni a donde va. Así son los que son nacidos de nuevos, que se dejan llevar por el Espíritu de Dios.
[Apocalipsis 22:11, RVR1960] El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
Cuando una persona duerme, hay distintos estadios del sueño y el sueño se va profundizando desde el estado de vigilia sino me equivoco, hasta el estado más profundo de sueño ¿verdad? Así, en las cosas espirituales hay distintos estados de adormecimiento, me dice el Señor. Dentro de varias personas que pueden estar dormidas espiritualmente hablando, no todas ellas están dormidas al mismo nivel, no todas ellas están dormidas al mismo nivel de profundidad de adormecimiento, al igual que cuando nosotros dormimos hay distintos estadios del sueño. Lo mismo sucede en lo espiritual, hay algunos que están superficialmente dormidos y hay otros que están profundamente dormidos.
Pero lo que va a suceder en este tiempo donde todo se está yendo al extremo, es que los que están superficialmente dormidos ya casi no van a existir, sino que todos los que estén dormidos van a estar profundamente dormidos. Porque el que no está conmigo desparrama, el que no junta conmigo desparrama, dice Jesús. Y el que no está conmigo está contra mí y todas las cosas se van al extremo. El que no camina despierto, no solamente va a estar dormido en la superficie, sino que va a estar profundamente dormido. Se va a dormir de verdad, porque los grises desaparecen.
Por eso el tiempo es ahora de despertarse, porque después va a ser más difícil despertarse de ese sueño. No imposible, pero sí más difícil al punto de que la única forma de despertar a esas personas en ese estado de máxima profundidad del sueño espiritual en la que van a estar, únicamente va a ser a través de cosas duras, extremas, de golpes, de situaciones dificilísimas, de pruebas extraordinarias. Porque ya con las cosas, con un llamado superficial, la persona está tan dormida que no reacciona.
Entonces mejor despertarte hoy, para que el Señor no tenga que aplicar esos métodos extraordinarios para despertarte después, porque quizás no haya otra manera de levantarte del sueño. Amén. Sé inteligente y responde al llamado del Señor de despertarte y de levantarte de ese sueño. Y despierta a otros de su sueño. Porque los zombies no tienen problemas de contagiar a otros, no tienen vergüenza, no pierden tiempo. Van a cazar almas para que entren en el mismo estado en el que ellos están, o para matarlos y comérselos, ¿verdad? Cuanto más nosotros no tenemos que tener vergüenza para despertar a los que están dormidos, para contagiar la vida en la que caminamos, al que se siente muerto o está literal muerto espiritualmente hablando, ¿sí?
Actívense, dice el Señor, y los que estén encendidos, enciendan otras llamas, y los que se dejen guiar por el viento del Espíritu Santo, soplen a su vez de ese viento en los demás que tienen su fogata menguando o casi que se apaga. Impartan y compartan, dice el Señor, y sean misericordiosos con el que no está en el estado en el que ustedes están, si es que están encendidos. Yo los voy a ayudar, dice el Señor, porque eso es lo que quiero que hagan. Amén. Gloria a Dios. Santo eres. Santo eres, Señor grande, bueno, Espíritu vivificante, capaz de resucitar a los muertos, que en este tiempo estás resucitando a muertos espirituales, que están sentados en congregaciones que a su vez están muertas.
Espíritus que no tienen vida y que necesitan, que los vivifiques, oh Jesús, y así como en el momento en el que fuiste resucitado, muchos muertos se levantaron de las tumbas y también resucitaron. Eso vas a hacer y estás haciendo en este tiempo en tu iglesia Señor, estás llamando a muchos a salir de sus tumbas espirituales, tumbas espirituales. Los estás llamando por sus nombres a que se levanten de esas lápidas, de esos féretros. Y estoy sabiendo que muchos de ustedes sueñan que están muertos adentro de un ataúd. Para muchos de ustedes esto es lo que significa ese sueño, que están muertos espiritualmente hablando y el Señor quiere que resuciten, que vivan, que sean vivificados por su Espíritu.
Gracias Señor, porque en este momento soplas ese aliento de vida que, así como lo soplaste en la boca de Adán para que cobre vida Señor, así estás soplando en este momento para muchos que estaban muertos ¡vivan! Gracias, Espíritu de Dios, porque gracias a ti todas las cosas están vivas y por ti se mueven y caminan y hablan. El mismo Espíritu que se movía sobre las aguas en el principio, se sigue moviendo hoy en las aguas de nuestros espíritus para agitarlas y que quizás nos levantemos del sueño. ¡Vivan!, hijitos, dice el Señor, sean vivificados, sean resucitados ahora. Yo veo literalmente espíritus que se levantan adentro de los cuerpos como si hubieran estado durmiendo invernando como un oso, por mucho tiempo. Pero yo ahora veo que se levantan estos espíritus, se levantan como cuando alguien se despierta de un sueño largo, sale de su letargo espiritual. Gloria a Dios. Hoy les hablo a sus espíritus, dice el Señor, y los llamo a vivir y a caminar hacia mí, hacia la vida, hacia la luz, hacia el amor, hacia el poder de una vida indestructible. Gloria a Dios. Aleluya.
Yo veo que el Señor está bautizando con el Espíritu Santo ahora. El Espíritu de Dios está bautizando a algunos de ustedes ahora en nombre de Jesús. Lo veo en forma de agua que cae sobre ustedes, en otros en forma de viento que entra, en otros en forma de llama que se enciende, de fuego. Porque el Espíritu se manifiesta de distintas maneras. Oh, es tan hermoso el Espíritu de Dios. Bautiza, Señor Jesús. Porque dijo Juan el Bautista, yo bautizo en agua, pero el que viene detrás de mí bautizará en Espíritu Santo y en fuego. Y eso es lo que el Señor está haciendo ahora. Gloria a Dios.
Reciban al Espíritu Santo los que no habían sido bautizados ahora en el nombre de Jesús. Hablen en lenguas en el nombre de Jesús. Gracias, Señor. Gracias, Señor. Yo estoy viendo manos que se calientan ahora por el fuego del Espíritu. Otros sienten el fuego en el pecho o en distintas partes del cuerpo, otros en la cabeza, porque están siendo ungidos por el Señor. Gloria a Dios. Gracias, Padre. Caminen en mi Espíritu, dice el Señor, y conocerán lo que verdaderamente es estar vivo. Porque una cosa es estar vivo en el cuerpo y otra en el Espíritu, dice el Señor. Y no hay comparación. Se puede estar vivo en el cuerpo, pero muerto en el Espíritu. Y se puede estar vivo en el cuerpo y vivo en el Espíritu. Y esto es lo que quiero para ustedes, dice el Señor. Reciban esta vida. Ahora me viene, Juan capítulo 3, donde Nicodemo habló con Jesús sobre nacer de nuevo. Y el Señor le dijo, de cierto, de cierto te digo que, si no naces en agua y en Espíritu, no puedes entrar en el reino de Dios.
No puedes conocer el reino de Dios. Y muchos de ustedes no conocían el reino de Dios porque no estaban bautizados por el Espíritu de Dios. Nacidos de nuevo en agua y en Espíritu. Pero a partir de hoy lo vas a conocer. Porque Dios te bautiza en ese Espíritu Santo. Que don, que regalo, gracias Señor. Gloria a Dios. Amén. El Señor hoy ha agitado aguas, ha generado preguntas sobre cosas que hablé antes con respecto a la evangelización. A estos manuales que el Señor nombraba y demás. La tarea que siento que Dios les quiere dejar en esta ministración es que todas las prácticas que ustedes están llevando a cabo en esta área. Y en las cuales tengan preguntas, que vayan a la Biblia y consulten allí si esto es así. Si esto es así como se las están enseñando o no.
Si esto se practicaba en la manera que ustedes lo están haciendo o no. Según las Escrituras. Y que lleven todo esto en oración para que el Espíritu Santo siga trabajando en esta área con ustedes. En cada uno en particular. Recuerden que cada uno es un jardín distinto. Que no todos estamos pasando por lo mismo. Pero cada uno sabe en qué parte de este mensaje se ha sentido tocado. Y allí es donde esa parte la tiene que hablar con el Señor. Y escudriñar las Escrituras si esas cosas son así. Y después tomar una decisión acerca de eso. Amén. Los amamos, los bendecimos. Y la gloria y la honra sea para nuestro único Dios, el Salvador de todo aquel que cree. El vivificador de las almas dormidas. El despertador perfecto. El que llama a las almas a levantarse para servirlo. Gloria a Dios. Amén. Bueno, saludos desde Argentina, hermanos. De acá, Noelia y de mi esposo, maestro y pastor de este ministerio, Mandala Weber. Amén.