Estamos presentes aquí para ser de bendición a un pueblo santo, para bendecir, para edificar, para encaminar, para guiar, para clarificar a un pueblo que necesita escuchar la voz de Dios en estos últimos tiempos donde el fin de todas las cosas se aproxima. Porque aún no es el fin, pero son los tiempos finales, los tiempos postreros. La gloria sea para el Señor por todo lo que va a hablar hoy, por todo lo que nuestro Elohim viviente te va a decir en este tiempo profético que vamos a pasar juntos.
La gloria sea para el Señor, porque mientras estamos comenzando con esta transmisión yo veo un manto que cae del cielo sobre todos nosotros, y el Espíritu me hace saber que es un manto profético que está cayendo sobre todos nosotros, los que nos congregamos juntos virtualmente en lo físico, pero en el espíritu unidos, para buscar la voz de nuestro Dios, para buscar socorro en él, para buscar ayuda en él. Y este manto profético que ahora está bajando del cielo no solamente está cayendo sobre este estudio sino que sobre todo aquel que se conecta con esta labor que estamos haciendo profética. ¡Aleluya! La gloria sea para nuestro Dios viviente, para nuestro Dios que no solamente habla hoy y que no es un Dios mudo sino que quiere comunicarse con sus hijos, quiere comunicarse con su pueblo, quiere arrojar luz a través de los profetas modernos sobre lo que ya dejó escrito en su Palabra, la palabra profética más segura.
Así que Padre te damos toda la honra, toda la gloria Señor, te damos la bienvenida Espíritu Santo. Gracias Señor, por ese manto profético que ya está cayendo sobre tu congregación santa, sobre la congregación de los justos que entiende que la profecía es necesaria en estos últimos días, que sin profecía tu pueblo se desenfrena como dice Proverbios. Gracias Señor, gracias. Gracias porque la Palabra dice que el testimonio de Jesucristo es el espíritu de profecía, por lo tanto, el que profetiza tiene que dar testimonio de Jesucristo porque todas las cosas apuntan a él.
Todas las cosas, todas las cosas en nuestras vidas como cristianos deben estar hechas para él, para el Salvador, para el Mesías, para nuestro Rescatador, para nuestro Señor Jesucristo. Gracias Señor. Porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía dice Apocalipsis 19:10, y todo el que profetiza tiene que apuntar al Hijo de Dios. Todo el que profetiza a través de esas palabras proféticas tiene que acercar a todo aquel que escucha al Hijo de Dios. Todo aquel que profetiza lo hace para que el que escucha estas palabras de vida tengan un mayor conocimiento de quién es ese Jesús del que habla la Biblia. Toda la profecía ronda alrededor de él, alrededor de su venida, alrededor de su manifestación, alrededor de su carácter.
Él se revela a través del espíritu de la profecía. Gloria al Señor, alabado sea el Señor. Y yo, ya lo escucho al Señor, que les habla a todos los que se van conectando en este tiempo y les dice, hijitos, hijitos, yo no solo quiero hablarles, dice el Señor, sino que quiero hablarles seguido y muchos de ustedes no entienden por qué mis siervos, los profetas de estos días, están hablando tanto. Es porque yo los mando, dice el Señor, a que abran sus bocas y no se callen. Porque tienen que entender que soy un Padre bueno, dice el Señor, que no deja a sus hijos a oscuras, que no deja a sus hijos sin entendimiento, que les avisa a sus hijos que ciertos pasajes bíblicos están a punto de cumplirse enfrente de sus ojos.
Hijitos, imagínense lo que sería para ustedes, dice el Señor, si solamente les hubiera dejado las Escrituras que profetizaron las cosas que están sucediendo ahora y las que van a suceder. Pero ya no habría profetas en este tiempo. Pero si ya no se moviera la profecía en este tiempo, imagínense, hijitos, lo que sería. Serían como un árbol seco, dice el Señor, porque no escucharían mi voz, porque no beberían de esas aguas que ustedes beben cuando yo les hablo, dice el Señor. Yo soy un Dios misericordioso y por eso les hablo y les hablo y no les dejo de hablar. Y que hayan falsas voces dando vueltas no quiere decir que yo no esté hablando de todas maneras, dice el Señor.
Hijitos entiendan, porque he duplicado, dice el Señor, he multiplicado, he multiplicado la palabra que reciben aquellos que se entregan cada vez más a mí, para que ustedes no se queden sin su pan diario. Aleluya. Porque la Palabra dice que no solamente de pan vivirá el hombre, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios. Gloria sea al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Así que, hijitos, dice el Señor… porque yo estoy sabiendo ahora, yo Noelia, estoy sabiendo ahora que muchos de ustedes se preguntan y dicen ¿cómo puede ser que esta mujer siempre tenga palabra profética para el pueblo? ¿cómo puede ser que profetice tanto? ¿cómo puede ser que hable tan regularmente de parte del Señor? Y no solamente se lo están preguntando conmigo, como una enviada de la voz de Dios.
Se están haciendo esta misma pregunta, porque no soy solamente yo la que he intensificado mi conexión con el pueblo del Señor para hablar de parte de él, porque él me ha enviado, sino que esto está sucediendo alrededor de todo el mundo y muchos profetas que antes hablaban hasta cierto nivel, digamos, o solamente a veces, empezaron a entregar palabras proféticas más seguido, empezaron a ministrar más al pueblo del Señor, empezaron a estar más cercanos, a ser más encontrados por los hijos de Dios. Y muchos de ustedes se están preguntando en sus corazones ¿por qué está pasando eso? ¿acaso lo están haciendo porque ellos quieren ser vistos? ¿acaso lo están haciendo porque quieren más suscriptores en sus redes sociales? ¿o porque cuanto más hablan más dinero le dan? Se preguntan ustedes en sus corazones.
Y el Espíritu me está revelando estos pensamientos que tienen algunos de ustedes en sus corazones, porque Dios quiere traer luz sobre esto y hablar sobre esto, para que ustedes entiendan cómo funcionan las cosas espirituales. El Señor les dice, hijitos, es que muchos de ustedes todavía no entendieron en qué tiempos están caminando, que son tiempos de un engaño, dice el Señor, el engaño ha crecido, el engaño va a seguir creciendo, el engaño va a ser, dice el Señor, va a ser como una peste, va a ser como un cáncer que se propague por todos lados, imposible de parar, porque tiene que darse así.
No es que yo no tenga la potestad de frenar ese cáncer, dice el Señor, que en esta visión representa el engaño que se viene al mundo entero. Sino que se tiene que dar así, para que lo falso se muestre y lo verdadero se manifieste. Dice el Señor, tengo que hablarles más, para que conociendo más mi voz, dice el Señor, discerniendo que soy yo el que habla, dice nuestro Padre Celestial, entonces después puedan reconocer lo falso. Hijitos, si yo no hablara tanto, dice el Señor, en estos días, ustedes se perderían, porque las voces engañosas se oirían más que la mía, dice el Señor. Y aunque mi enemigo me quiera imitar, dice el Señor, a través de voces que se parecen a la mía, nunca va a estar por encima mío. Gloria al Señor, alabado seas Señor bendito, Rey de potestad, Eterno, Eterno, Rey que reina sobre todo principado, sobre todo trono. Oh, aleluya, te alabamos, Señor, gracias.
Dice, hijitos, si yo no les hablara en la manera y en la regularidad en la que les estoy hablando, dice el Señor, ustedes también se quejarían y me preguntarían, Señor, ¿por qué no nos hablas? Necesitamos escucharte cuando hay tantas voces falsas dando vueltas. ¿Por qué no te muestras? ¿Por qué no te manifiestas a nosotros? Si yo no hablara en la manera en la que estoy hablando, dice el Señor, con la regularidad, con la que estoy hablando, con la intensidad en la que les estoy hablando en estos días por mis bocas, dice el Señor, ustedes también se harían preguntas en sus corazones, me cuestionarían de todas maneras.
Porque mi pueblo siempre se queja, dice el Señor, al igual que los hebreos cuando los liberté de la tierra de Egipto, que cuando estaban en la transición del desierto se quejaban por lo que tenían y por lo que no tenían. Siempre hay un motivo, dice el Señor, por el cual mi pueblo se queja. Hijitos, pero no se quejen, dice el Señor, porque la amargura, la queja amarga a sus corazones. Hijitos, no se quejen, dice el Señor, porque la queja amarga a sus corazones. Y dice la Biblia que no dejemos crecer una raíz de amargura en nuestros corazones.
Así que el Señor te dice, hijito, hijita, entiende que soy yo el que he levantado estas voces proféticas para que hablen día y noche, para que guíen a un pueblo, así como en aquel tiempo cuando mi pueblo salió de la tierra de Egipto, yo envié a Moisés y a Aarón a hablarles, dice el Señor, para guiarlos, para que sepan lo que tengan que hacer. En este tiempo que estoy sacando a mi pueblo de un Egipto espiritual que representa distintos tipos de esclavitud y de pecado también a veces, estoy mandando a estos Moisés, a estos Aarón de estos días, a estas voces proféticas para que guíen a mi pueblo, para que sepan cómo salir de esa esclavitud, de ese Egipto simbólico de estos días.
Dice Hebreos 12:15, «Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados». Hijitos, no se contaminen los unos a los otros quejándose, dice el Señor. Porque ustedes se quejan si los profetas hablan, ustedes se quejan si los profetas no hablan, dice el Señor, ustedes se quejan cuando los profetas hablan y no dicen lo que ustedes quieren escuchar, y nunca están conformes. Son como niños caprichosos imposibles de conformar. Arrepiéntanse de la queja, dice el Señor, y escuchen mi voz y pónganla por obra y diciernan.
Porque yo veo trigo y cizaña que crecen juntos, pero en esta visión, representa que hay mucha falsa profecía también dando vueltas, y voces mezcladas. Y no todos los que se dicen ser enviados de parte de nuestro Padre Celestial lo son. Yo estoy viendo este trigo y esta cizaña que crecen juntos, altos, son trigos altos y la cizaña está pegada junto con el trigo y van creciendo grandes. En estos días el crecimiento del trigo y la cizaña es muy alto. Estoy viendo trigos altos como esas plantas de trigo que ya no están recién naciditas, que están recién creciendo, sino que se están volviendo plantas adultas, plantas grandes, y junto con ese trigo veo la cizaña que se pega a este trigo, haciéndose pasar también por trigo verdadero, por trigo bueno, por la planta buena para comer.
Y el Señor con esto quiere decir, es cierto que está plagado de este cáncer, que el Señor mencionaba antes, que representa el engaño de estos últimos días. Esta cizaña, dice el Señor, lo está abarcando todo y están mezcladas las cosas, dice el Señor, el trigo junto con la cizaña. Dice, si ustedes quisieran, en un mismo día escuchar 10 vídeos proféticos de distintas personas, y 5 vienen de mi boca, dice el Señor, esas palabras, y 5 vienen del enemigo, o inspiradas por el enemigo.
Hijitos, tengan cuidado, sí, dice el Señor, tienen que discernir, tienen que discernir todas las cosas, tienen que examinar todo lo que se habla y quedarse solamente con lo bueno, con lo escritural, con lo verdadero, y eliminar todo error, borrar todo lo que no va acorde a lo que está escrito, todo lo que se opone a lo que está escrito, todo lo que no concuerda con el carácter del Espíritu de Dios. Pero que haya cizaña no quiere decir que el trigo no exista, dice el Señor. Sean sabios y escudriñen todas las cosas. Hijitos, porque muchos de ustedes han decidido o están a punto de decidir taparse los oídos para no escuchar más mis palabras, por causa de que a veces les confunde escuchar a una persona y después escuchar a otra, que supuestamente las dos personas hablan de parte mía, dice el Señor.
Y algunos de ustedes están a punto de decir, listo, no escucho más a ninguno, porque ni siquiera se ponen de acuerdo entre ellos. Eso es lo que yo estoy viendo, que ustedes piensan en sus corazones. Pero dice el Señor, cuidado, cuidado, porque la cizaña no se puede arrancar sin arrancar también el trigo. Y si desechas, dice el Señor, todo lo que escuchas, no solamente vas a estar desechando la cizaña, sino también el trigo. Queriéndote decir, el Señor, que la solución no es que escuches más palabras proféticas, sino que elijas qué escuchar, a quién escuchar, cuándo escuchar, cuánto escuchar, por el Espíritu de Dios.
Y además, cuando escuches, que vayas examinando lo que escuchas, mientras lo estás escuchando, y desechar lo que no es escritural, lo que no acerca al Señor Jesús, como decíamos al principio, lo que no te lleva a la santidad, lo que no te lleva a la libertad, sino todo lo contrario de todas estas cosas. Y quedarte con lo bueno. Así que, hijitos, sean sabios, porque ustedes están pasando por una prueba, dice el Señor, de refinamiento en estos últimos días. Y me viene ese versículo que dice, mis ovejas oyen mi voz y me siguen y yo las conozco. Gloria a Dios por esta palabra. Mis ovejas oyen mi voz y me siguen y yo las conozco. Aleluya.
Y el problema es…, dice Juan 10:27, «Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y me siguen». Gloria a Dios por Juan 10:27. ¿Qué te quiere decir el Espíritu de Dios con esto? Que el problema, si vos dejas escuchar a todas las voces proféticas que están hablando en este tiempo, lo que te va a pasar, es que vas a dejar de discernir la voz del Señor. Vas a dejar de escuchar su voz en las que sí son verdaderas voces del Señor. Y lo vas a dejar de seguir. Porque una de las cosas que hace el Señor a través de sus vasos proféticos es, como dije antes, dirigir al pueblo, o corregir la dirección por donde va el pueblo.
Guiar al pueblo, así como Moisés y Aarón guiaron al pueblo de la salida de Egipto hasta la tierra prometida. Entonces, la solución no es apagar todas las voces, dice el Señor, sino meterte en el cuarto de oración. Buscar más intimidad con el Señor. Pedirle al Espíritu de Dios que te revele cuáles de las voces que dicen, que están hablando de parte mío en este tiempo, realmente son enviadas por mí. Pero no desechen todo, dice el Señor. Porque si ustedes dejan de escuchar mi voz a través de la profecía, se van a empezar a sentir secos como un árbol que se queda sin savia.
Porque mi Palabra es esa savia que corre por dentro de las plantas, dándoles la vida. Y vuelvo a repetir, mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y me siguen. Ustedes tienen que oír mi voz, dice el Señor. Y no solamente leer la Biblia y no solamente afilar la espada del Espíritu a través del estudio de la Biblia. Por eso dice la Palabra en 1 Corintios, en el primer libro a los Corintios, que algo como que el don que más habría que anhelar es el de la profecía. Porque la profecía edifica, la profecía exhorta, la profecía consuela. Y vuelvo a repetir, dice Proverbios, que sin profecía el pueblo se desenfrena.
1 Corintios 14:39, «Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar en lenguas». Eso de las lenguas es otro tema. Si nos explayamos en eso podríamos estar horas aprendiendo sobre el don de lenguas. Pero dice ese versículo, procurad profetizar, procurad profetizar. Y en otro pasaje, en otro en otro versículo dice algo como que, el que profetiza es mayor. Porque el que profetiza le habla a la iglesia para edificación, consolación, exhortación. Entonces, todos los dones que otorga el Espíritu Santo repartiéndolos como él quiere, como también dicen las Escrituras, son anhelables. Pero la profecía es esencial.
Dice el Señor y a veces ustedes se están a punto de quedar sin esa bendición tan grande para sus vidas, por causa de que existe lo falso. Dice 1 Corintios 14:5, «quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación». Por eso yo, a veces, cuando estoy profetizando oro en lenguas, interpreto las lenguas y profetizo a través de la interpretación de esas lenguas. Porque estoy mezclando el don de profecía con el don de interpretación de lenguas para entregarles el mensaje, acorde a lo que el Espíritu Santo me va inspirando. Amén. Gloria a Dios.
Así que, hijitos, dice el Señor, les aviso que esta separación que ustedes están viendo adentro del pueblo de Dios se va a incrementar. Se va a incrementar. Porque les estoy hablando de distintas maneras. Algunos vasos proféticos hablan de una manera, otros vasos proféticos hablan de otra manera. Y el Señor, en esta palabra que me está dando, está hablando de sus vasos proféticos, los que son ungidos y enviados por él. Porque dice Efesios 4:11, «Y él mismo, hablando del Señor Jesús, constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maetros».
Jesús instituye los ministerios, que no es lo mismo que los dones que otorga el Espíritu Santo, ¿verdad? Pero aquellos ministerios que instituye nuestro Señor Jesucristo, aquellas personas que están instituidas en alguno de estos cinco ministerios nombrados en Efesios 4:11, ungidas para esos ministerios, enviadas por nuestro Señor Jesucristo para trabajar en esos ministerios específicos. El Señor estaba hablando sobre ellos, sobre los enviados por él, sobre los enviados por él.
Y el Señor quiere que entiendas que en este tiempo vas a notar distintas operaciones entre los mismos vasos proféticos que él levantó, que él ungió y que él envió a hablar a las naciones. Porque dice la Biblia también en Corintios, gloria a Dios, que existen distintas operaciones, pero el Espíritu, con mayúscula escrito, hablando del Espíritu Santo, es el mismo. Y lo que ustedes no están entendiendo, me dice ahora el Señor para ustedes, es que somos profetas, distintos profetas y profetisas, instituidos por nuestro Señor Jesucristo, ungidos por él, enviados por él, pero con distintas operaciones. El ministerio es el mismo, pero la operación es distinta y tal vez la tarea es distinta.
Dice 1 Corintios 12:6, «y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo». Me gustaría leerlo de uno antes, creo que es muy importante leer uno o dos versículos antes, porque es clave. Porque ya voy entendiendo el mensaje que el Señor quiere entregar y tiene que ver específicamente con este pasaje, con 1 Corintios 12. Si tienen sus Biblias a la mano, que las deberían tener mientras escuchan a cualquier profeta, deberían tener sus Biblias en la mano para ver si lo que dice el profeta es así.
Busquen 1 Corintios 12. Dice en el 4, ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Hablando del Espíritu Santo ¿no? Y en el versículo 5 dice, «Y hay diversidad de ministerios, pero el Espíritu, perdón, pero el Señor es el mismo». ¿Por qué dice esto? Porque los dones espirituales los otorga el Espíritu Santo, pero los ministerios los instituye el Señor Jesucristo. Y dice en el 6, «Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo». Entendiendo con esto, mi interpretación es que los dones espirituales los concede el Espíritu Santo, los reparte como él quiere, dice la Biblia. Pero los ministerios los instituye nuestro Señor Jesucristo.
Pero la operación de los ministerios, de esos se encarga Dios. Aleluya, gloria al Señor. Por eso dice en el 7, «Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho». Así que, y en el 11 dice, «Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, Espíritu con mayúscula porque habla del Espíritu Santo ¿sí?, repartiendo a cada uno en particular como él quiere». La gloria sea para Dios. Porque lo que quiere el Señor hoy que entiendas es, por causa de las preguntas que su pueblo se está haciendo en su corazón, diciendo, cómo puede ser que Noelia opere de cierta manera y hable de estas cosas, pero otro siervo, que también es profeta que estoy escuchando, está operando en otra manera y está hablando quizás de las mismas cosas, pero desde otra perspectiva, o quizás está hablando sobre otros temas completamente distintos.
Y otra profetisa quizás, a quien también he escuchado, opera distinto a ellos dos. ¿Cómo puede ser? Ustedes se están preguntando, lo estoy sabiendo ahora por el Espíritu de Dios. El Señor responde, ustedes tienen que entender que no hay solamente ministerios y dones y operaciones, hay asignaciones. Hay distintas asignaciones ¿sí? Y el don puede ser el mismo, pero la operación o la asignación puede ser distinta para cada uno de ellos. Quizás hay cinco pastores distintos y todos tienen un ministerio pastoral dado por nuestro Señor Jesucristo, pero los cinco tienen una forma de moverse distinta por el mismo Espíritu.
Los cinco operan distinto o tienen distintas asignaciones, que son tareas específicas que tiene que hacer cada ministro del Señor. Por eso dice Efesios 2:10, «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, pero escuchen esto, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas». Entonces, teniendo tres profetas distintos, por ejemplo, ustedes van a ver que los tres están caminando un camino distinto, pero eso no quiere decir que no sean los tres profetas enviados por Dios.
Sino que la asignación de cada uno de esos tres profetas difiere la una de la otra, porque hay que cubrir un mismo plan que viene del Señor, que es un plan profético, pero hay distintas áreas y Él manda a los obreros a cubrir cada una de esas áreas y no siempre coinciden estas asignaciones o áreas de las que se encargan cada uno, ¿se entiende? Y yo estoy viendo ahora un campo, estoy viendo un campo donde el jefe, el capataz, no sé cómo se llama, el encargado del campo tiene tres trabajadores. Y a uno envía a encargarse de un área, como una parcela o no sé cómo se llama, un espacio físico dentro del mismo campo y le dice vos trabaja en este área.
Al segundo lo manda a otra parte, en otro sector de ese mismo campo, que también le pertenece a ese capataz o no sé cuál sería el nombre, al jefe de este campo, de esta tierra. Y al tercero lo manda a otro lugar completamente distinto, y así va cubriendo todo el campo. El dueño de esta viña va cubriendo todo el campo, no puede mandar a tres trabajadores a trabajar en una misma parcela de tierra porque sobrarían los obreros, porque no hace falta y porque las otras áreas quedarían sin cubrir. Entonces dice Mateo 20:1, «Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a encontrar obreros para su viña».
Así que el Señor nos explica hoy, como pueblo, lo que está sucediendo. El mover que él está haciendo dentro de su pueblo por su Espíritu Santo. Y cómo utiliza en este caso, más que nada, está hablando de los vasos proféticos que ustedes están escuchando y por qué están viendo las diferencias que se ven entre uno y otro. Y además de eso yo estoy sabiendo ahora que los profetas, por más que compartimos un mismo ministerio, somos diferentes en el carácter, tenemos distintos carácteres. Tenemos corazones distintos, y es más, hasta suelen haber como algunas distinciones entre si el profeta es hombre o si es una mujer profetisa.
No quiere decir que el don sea mejor o peor por ser hombre o mujer, no, no se trata de esto. Sino que la operación del vaso profético la determinan muchas cosas. La determinan su constitución, la determinan el corazón, lo que hay en el corazón de ese profeta, la determinan el nivel de sanidad interior y de liberación que ha recibido, la determinan en cuánto ama al profeta, el amor que tiene en su corazón por Dios y por su prójimo, por el pueblo. La determinan la asignación que se le ha sido dada ¿sí?
Entonces por eso, por ejemplo en mi caso, por eso en mi caso me muevo tanto en lo que es todo lo que es interpretación. Interpretación de sueños, interpretación de visiones, interpretación de profecías, interpretación de lenguas, porque es uno de los aspectos de mi forma de operar en la que estoy llamada a trabajar, que quizás si ustedes escuchan a otros profetas no nadan en estas aguas, no quiere decir que no puedan interpretar, porque sí lo pueden hacer, porque una de las tareas de los profetas es interpretar la voz de Dios, entenderla y enseñarle al pueblo a interpretarla.
Pero van a ver que algunos son más fuertes en el área de la interpretación y otros no, y no quiere decir que esté mal, sino que tal vez no es una asignación particular de este profeta en cuestión y capaz del otro sí, ¿se entiende? Dice 1 Corintios 12:16, «y si dijere la oreja: porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?. Porque todos somos miembros de un mismo cuerpo. Pero ustedes tienen que entender que dentro de un área ministerial, por ejemplo evangelistas, uno de los cinco ministerios nombrados en Efesios 4:11, instituidos por el Señor Jesucristo, dentro del grupo de los evangelistas que se mueven hoy en la tierra, ustedes van a ver que algunos evangelistas son más proféticos que otros.
Otros se mueven más en liberación pero no tanto en la profecía, otros tienen un corazón más para evangelizar a jóvenes pero no tanto a adultos o ancianos. Es decir, hay distintas operaciones aun dentro de los ministerios, pero eso no quiere decir que no venga de Dios por esas diferencias, sino que somos como de distintos colores. Porque yo estoy viendo este grupo de evangelistas, estoy viendo este grupo de evangelistas y los veo como si todos tuvieran un color distinto, pero no dejan de ser evangelistas. Porque son como un mismo grupo de herramientas, pero que se utiliza distinto, acorde a la persona que tiene que alcanzar, a la influencia que va a tener.
Hay evangelistas que son como martillos, que van por la calle y dicen arrepiéntanse porque viene la ira de Dios y se van al infierno, no es cierto, que son como muy fuertes, como chocantes. Pero son, porque son como evangelistas que ante los ojos del Señor son sus martillos, y están llamados a evangelizar a corazones duros, que si no se les habla de otra manera no reaccionan. Y después están los evangelistas que hablan mas del amor de Dios, que son como más tranquilos, que su llegada es a personas más frágiles. Entonces son distintas herramientas, unos evangelistas son como martillos, los otros son mas como lijas, y así. Pero eso no quiere decir que la forma en la que operan no venga del Señor o que no vengan de Dios. Aleluya, gloria al Señor.
Entonces el Señor te dice hoy, hijitos, hijitos, no tomen decisiones a la ligera, porque vuelvo a repetir, yo estoy sabiendo ahora que algunos de ustedes dijeron, yo voy a dejar de escuchar a tal persona, voy a dejar de escuchar a tal otra persona, porque no entendían que son como distintas olas proféticas que se mueven y que forman parte de un mismo mar. Algunas olas son más bajas, otras son más altas, algunas son más suaves, otras son más agresivas, otras son como un tsunami y demás ¿verdad? El Señor dice, tengan cuidado, hijitos, tengan cuidado de las decisiones que van a tomar, porque me vuelve a repetir el Señor, que en este tiempo su pueblo está siendo probado, está siendo probado en lo que escucha, en lo que ve, en lo que habla y qué hace con la información que recibe.
Y el otro día el Señor nos dijo y nos vuelve a repetir ahora, que una de las razones por las cuales el Señor está permitiendo que varios profetas enviados a hablar a las naciones estemos operando de manera distinta, es para que su pueblo aprenda a discernir, para que viendo el pueblo diferencia entre los profetas que están enviados a hablar a las naciones, esto los provoque a escudriñar las Escrituras y a ver si lo que estamos diciendo está acorde a lo que está escrito o no.
¿Por qué? Porque el engaño irá en crecimiento y si no somos entrenados hoy en este área, de aprender a discernir lo que se dice que viene del Señor, entonces cuando verdaderamente se manifieste el anticristo y se manifieste en un nivel audaz, el engaño que se está por manifestar y la apostasía que va a venir, que va a ser muchísimo mayor a la que hay hoy, para ese momento nosotros ya tengamos desarrollados los sentidos en el discernimiento del bien y del mal. Dice Deuteronomio 13:3, «no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma».
Así que, hasta el Señor a veces permite, o digamos logra un propósito, aún cuando hay profetas falsos que él no envió y que se hacen llamar profetas, que estas personas se manifiesten y hablen al pueblo de Dios. Y el Señor, también está tomando propósito, está igualmente sacándole provecho por decirlo de alguna manera, a cualquier manifestación falsa de su voz, para que el pueblo abra sus oídos, escudriñe la Biblia y aprenda a discernir. Dice Apocalipsis 2:2, «Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos».
Es decir, ustedes tienen que probar a los profetas, a los apóstoles, a los maestros, evangelistas, pastores, a todo ministro que diga que está enviado de parte de Dios. Dice, «y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos». Y lo que estaba queriendo decir es que mientras se manifiesta lo falso, el Señor está sacando provecho, por decir de alguna manera lo que lo que estoy sabiendo, por tratar de explicarlo de alguna manera, el Señor saca provecho de esa manifestación de lo falso que se está dando para entrenar al pueblo, para que aprenda a discernir, a separar lo que viene de Dios de lo que no viene de Dios, y para que tal vez de una vez por todas se ancle en lo que está escrito.
Por eso dice 1 Juan 4:1, «Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo». En este tiempo hay muchos falsos profetas y hay también hermanos que están confundidos, porque piensan que porque tienen el don de profecía, tienen un ministerio profético, o son enviados a las naciones, o a hablar en público. Y a veces es así, y a veces no es así. No tienen claro que solamente es un don y no un ministerio de Efesios 4, y no tienen claro cuál es su asignación, y no tienen claro si son enviados por el Señor para hacer lo que están haciendo.
Y yo no estoy diciendo que todos los que están en público profetizando son falsos o no vienen de Dios o están confundidos, claro que no, no estoy diciendo eso ¿verdad? Pero ciertamente no todos los que están profetizando en público, son enviados de parte del Señor para hacer ese trabajo. Y no todos los que están profetizando en público son profetas. Muchos, la mayoría, solamente tienen un don de profecía, y creen que porque tienen uno de los nueve dones espirituales son profetas y tienen el ministerio profético de Efesios 4:11. No es lo mismo. Y la asignación quizás no sea la misma, y cuando uno corre un pie del camino, es fácil equivocarse, aunque no lo haga a propósito o aunque lo haga en confusión, sin claridad y sin entender verdaderamente la dirección del Señor sobre sus vidas.
Entonces no está sucediendo solamente, (este comentario me gusta), gloria a Dios, no está sucediendo solamente que están mezclados los profetas de Dios que hablan en público con los falsos, con brujos que se hacen llamar profetas, o con adivinos que se hacen llamar profetas, no está sucediendo solamente eso. Sino que también lo que está sucediendo es que hay hermanos y hermanas que están confundidos, y que están yendo por su propia carne a profetizar a las masas y no han sido enviados. Pero no lo hacen a propósito en general, sino que están confundidos, ¿sí? Sin embargo, eso no quita que se puedan equivocar igual o que puedan llevar a un pueblo al error o a la confusión, por eso el Señor quiere que disciernas en estos tiempos engañosos.
Dice, hijitos, hijitos, no se confundan. Uno, creo que es uno, porque me viene el pasaje de Tesalonicenses que dice que escudriñemos todas las cosas (no. Tesalonicenses) Me viene ese pasaje que dice, que hay que escudriñarlo todo, retened lo bueno y desechad toda especie de mal. Y el Señor dice ahora, hijitos, ese pasaje no dice que desechen todo. Ese pasaje dice y les ordena, dice el señor, que escudriñen todo, que examinen todo, y que después de haberlo examinado todo, desechen lo malo y retengan lo bueno. Que se abstengan de toda clase de mal, de toda especie de mal. Así que siempre la guía para obrar tiene que ser las Escrituras.
Si no saben qué hacer porque están confundidos escuchando distintas voces proféticas, dice el Señor, y no saben a quién escuchar porque están hablando distintas cosas, tienen que ir a la Biblia y encontrar la dirección de lo que tienen que hacer con eso ahí. Y la respuesta es 1 Tesalonicenses 5:21. Que no dice deséchenlo todo, dice examinen todo. Y después algunas cosas las van a tener que desechar y algunas cosas las van a tener que retener. Los panes podridos los van a tener que tirar y los panes buenos los van a tener que comer. Dice, hijitos tengan cuidado porque tal vez esa voz que están a punto, esa boca que están a punto de callar puede ser la mía.
Esa boca, dice el Señor, que están escuchando y que están a punto de cerrar sus oídos a ella, puede ser la mía a través de esa persona. Sean sabios, dice el Señor, porque si un pueblo en estos últimos días se queda sin la voz profética, se pierde más rápido. O digamos, si un pueblo que está pasando por los dolores de parto, que está siendo probado, que está adentro de una nube de confusión donde tiene que discernir sí o sí lo que es verdadero de lo que no lo es, si ese pueblo se queda sin la voz profética, además de leer la palabra profética más segura que es la Biblia, le será más fácil entrar en el error, le será más fácil perderse, le será más fácil desviarse, le será más fácil creer en la mentira.
Hijitos, cuidado, dice el Señor, escudriñen, examinen, no importa de quién se trate, no importa a quién tienen enfrente, porque una misma persona puede estar hablando la verdad hoy, y equivocarse tres años después. Hijitos, dice el Señor, examínenlo todo, no desechen todo, examínenlo, dice el Señor, no importa. O mejor dicho, sin tener en cuenta el amor que le tienen a esa persona, examinen igual lo que habla, y quédense solamente con lo bueno. Y si no están seguros de algo, para eso tienen el lugar secreto, dice el Señor, para preguntarme a mí, si es que no lo entendieron todavía en las Escrituras. Porque este es el tiempo de la separación del trigo y la cizaña, en el sentido de que se van a manifestar muchas cosas que aparentaban ser buenas, pero no lo eran.
Y otra de las cosas que está pasando y que va a empeorar, es que algunos ministros que sí fueron enviados de parte del Señor, que empezaron bien, se están empezando a desviar, y se van a desviar. Es un tiempo donde las cosas están inestables, es un tiempo de cambios, como vengo diciendo, desde hace algunos meses. Y estos cambios también tienen que darse adentro del cuerpo de Cristo, en las congregaciones de Dios, entre los santos, porque voy a sacar a la luz, lo que está en los corazones, dice el Señor. Y voy a poner luz sobre los que son míos de los que no lo son, los que son profetas de los que no son profetas, los que son apóstoles de los que no son apóstoles, y así. Con todos los ministerios que el hombre dice que tiene. Dice el Señor, porque estoy abriéndole los ojos a un pueblo que me pidió que se los abra.
Hijitos, me insiste, me repite el sSñor, escudriñenlo todo, no coman todo lo que les den, porque si no serían como niños, que comen cualquier caramelo que les dan en la calle los extraños. Pudiendo contener veneno esos caramelos o droga, si ustedes mismos les enseñan a sus hijos pequeños que no acepten cualquier cosa que les den de comer de alguien que no conocen. ¿Por qué ustedes comen cualquier cosa sin fijarse lo que van a comer? Dice el Señor, cuidado hijito, porque si ustedes siguen comiendo basura, chatarra espiritual, sin escudriñar lo que están comiendo, les puede traer indigestión espiritual, les puede generar enfermedades.
No solamente confundirlos, desviarlos, entibiarlos, apagarlos, marearlos, sino que realmente después de eso los problemas son mayores, si siguen comiendo porquerías, dice el Señor. Porque ustedes no quieren darle muchas golosinas a sus hijos, dice Dios, porque saben que alimentan parásitos, que no nutren, sino que contaminan, que provocan adicción a la azúcar y muchas cosas más. Pero sin embargo ustedes sí quieren comer comida rápida, comida vencida, comida que no nutre. Y no solo esto, sino que están adictos a comer estas cosas. Tengan cuidado, dice el Señor, sean maduros en lo espiritual, abran los ojos, hijitos.
Solamente los que están verdaderamente cerca de mí, dice el Señor, no van a caer en los engaños que están predicando algunos. Inclusive algunos, no solamente que son falsos, sino algunos que son míos, pero que se están desviando de la verdad. Cuidado, dice el Señor, hijitos. Esto es una alarma que estoy haciendo sonar. Esto es una alerta, hijos. Oren, dice el Señor, por los ministros. Oren por los profetas para que mi voz llegue clara, para que mi voz traiga claridad y no confunda. Oren, dice el Señor, porque en este tiempo hay un gran ataque contra los profetas enviados a las naciones. Es una misión específica para derribarlos. Porque el diablo sabe lo necesarios que son en estos últimos días para que mi pueblo no se confunda y aprenda a discernir mi voz.
Para que mi pueblo sepa cuál es el tiempo en el que están caminando, cuál es el tiempo profético, lo que tienen que hacer para que mi pueblo reciba instrucciones específicas para este tiempo. El diablo los quiere eliminar en este tiempo a los profetas enviados a las naciones. A los atalayas. Que están avisando lo que va a venir y que mi pueblo se tiene que preparar. Oren, hijitos, por ellos. El diablo los quiere derribar. Los está golpeando fuerte. Intercedan dice el Señor, si no quieren quedarse sin esas voces proféticas. Porque ellos también necesitan de sus oraciones, dice el Señor, de su contención.
Intercedan, hijitos, porque el diablo los quiere confundir, los quiere volver locos. Los quiere enfermar y los quiere matar en este tiempo para callar mi voz en ellos. Oren, dice el Señor, para que quizás si alguno de ellos está torcido se enderece. Porque hay caminos que al hombre les parece el correcto, les parece un camino recto, un camino seguro, pero no siempre es así. Oren para que enderece los pasos de mis profetas, dice el Señor. Y tenga misericordia de ustedes en ellos. Porque para eso están puestos. Para que ustedes sean bendecidos, dice el Señor.
Hijitos, en este tiempo el diablo anda buscando profetas que se desvíen para empezar a trabajar para él. Que sean como Balaam, que empezó bien, pero que se vendió al pecado, a la codicia. Y entrando en este error, dejó de trabajar para mí, dice el Señor, para trabajar para el diablo. Oren, dice el Señor, porque mis atalayas y mis vasos proféticos están siendo atacados en estos días, cuando ustedes más los necesitan. Apoyen a estos ministerios, dice el Señor. Pero me vuelve a repetir el Espíritu de Dios, que escudriñen por las Escrituras todo lo que están hablando. Cualquiera sea el vaso que están escuchando. Amén.
Y me viene ese versículo que dice que todos pueden profetizar uno por uno, y los demás que juzguen. Uno Corintios 14:31, «Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados». Pero hay otro pasaje, otro versículo, que dice algo como que los profetas profeticen y que luego se juzgue esa profecía. Dice, «y los demás juzguen». Y este pasaje me lo trae el Señor, porque me hace saber que tienen que poner por obra este versículo. Dice 1 Corintios 14:29, «Y hablen dos o tres profetas y los demás juzguen». Y no están teniendo en cuenta este versículo.
Juzguen, dice el Señor. No hay pecado en juzgar la profecía. No hay pecado en escudriñar bíblicamente hablando si lo que se está profetizando es sano o no. Pesen las profecías, dice el Señor. Amén. Investiguen, escudriñen, mediten en la Palabra y juzguen lo que se profetiza. Y yo estoy viendo ahora a un profeta que está como ligado a una Biblia, literal. Es como si tuviera un hilo que lo ata a una Biblia. Veo a una persona que está profetizando y mientras profetiza esa persona simbólicamente está atada a una Biblia. Tiene como una soga o algo que lo une a la Biblia.
Y el Señor dice, que cuando escuchen a un profeta hablar, sea quién sea, que se fijen si su ancla más segura es la Biblia. Si utiliza la espada continuamente mientras se está profetizando. O si se empieza a ir de lo que está escrito, si se empieza a alejar de lo que está escrito, si deja de nombrar las Escrituras mientras habla, enseña o profetiza. Y que esto es una alarma, es un llamado de atención. Si ustedes ven que un profeta deja de utilizar la Palabra, o la empieza a utilizar cada vez menos, o no respalda lo que dice a través de lo que está escrito, entonces es una alerta roja.
No estoy diciendo que no se puede profetizar sin leer la Palabra o sin mencionar los pasajes ¿cierto? Estoy diciendo cuando un profeta cree que lo único importante es la revelación que recibe y él mismo ya no está anclado en lo que dice la Palabra, él o ella misma. Sino que dejan de leer la Biblia, dejan de estudiarla, dejan de ver si realmente lo que siguen recibiendo está acorde a lo que está escrito, le dejan de dar importancia primeramente a las Escrituras y después a la profecía. O sea, le dejan de dar importancia a las Escrituras y ponen primero a la profecía cuando es al revés.
Eso, si eso empieza a pasar, es una señal de alerta roja, dice el Señor. Aleluya, aleluya. Así que el mensaje principal de esta transmisión es que no desechen a un vaso profético por operar distinto al otro. Sino que desechen el error en cualquiera de sus manifestaciones y niveles. Amén. Gracias Señor. Gracias amado mío. Gracias Señor. Santo es el Señor. Gracias Señor. Gracias, Señor. Gracias, amado mío. Gracias Señor. Santo eres, Rey. Gracias.
El Señor está preparando un pueblo para lo que viene. Dije varias veces que lo que se está dando en este tiempo proféticamente hablando es, se está preparando el escenario para dos cosas distintas. Por un lado, la manifestación del anticristo. Y por otro lado, la venida del Señor. Entonces, todas las fichas se acomodan, como un escenario donde se va preparando la escenografía en un teatro para que empiece la obra. Entonces, el Señor está preparando un pueblo para el gran engaño, creo que está en el libro de Tesalonicenses, donde hay un versículo que dice como que, por cuanto no amaron la verdad, el Señor envía un poder engañoso, porque amaron más la mentira que la verdad.
Entonces, para cuando este poder engañoso crezca, y ya se está manifestando, pero va a crecer aún más, y crezca aún más como este cáncer que mostraba el Señor, pero adentro de la iglesia del Señor. No estoy hablando solo afuera, adentro de la iglesia del Señor. El pueblo ya tiene que estar entrenado en discernimiento. Dice 2 Tesalonicenses 2, «y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron la verdad, sino que se complacieron en la injusticia».(v.10-11)
Dios envía un poder engañoso y si el pueblo de Dios no está entrenado a juzgar con justo juicio, a discernir, a separar las aguas entre lo que es verdad del error, entonces el pueblo también va a creer en este poder engañoso. Y por eso el Señor está hablando sobre estas cosas en este tiempo. Amén. Gracias Señor. Gracias. Santo de Israel. Oh bendito el que viene en el nombre del Señor. Yeshua, nuestro Salvador, nuestro Mesías, nuestro dueño, amado, amado de nuestras almas. Gracias Señor. Y toda la profecía me dice el Señor. Todo lo que es profético, me vuelve a repetir, tiene que apuntar al Hijo de Dios. Porque el espíritu de la profecía es el testimonio de Jesucristo.
El que profetiza testifica de Él. El que profetiza lo revela a Él. El que profetiza apunta a Él. Porque todo se trata de Él. La gloria sea para Dios. Si alguien profetiza y no se trata de Él, si esta palabra no ayuda a los que escuchan a acercarse al Hijo de Dios, a edificarse, a llegar a la estatura de ese varón perfecto, si la palabra no apunta a Jesús, no lo pone en el centro, no lo pone en el medio, no es lo primero de lo que se habla, si esa palabra profética no ronda alrededor de Él, es otra alerta, dice el Señor, es otra alerta roja.
Si el que profetiza, profetiza sobre distintas cosas, sobre distintas áreas, eventos y demás, pero nunca menciona al Hijo de Dios, o se refiere a Él, o apunta a Él, o ayuda a las personas que escuchan a acercarse a Él, es una alerta roja. Porque la profecía nunca apunta a la persona que está profetizando en el sentido de ponerlo primero, de exaltarlo, de vanagloriarlo, sino que siempre apunta al Señor Jesús. Si esto no pasa, de que Él sea lo más importante, entonces es una alerta roja. Amén. Dice el Señor, la profecía debe llevar al quebranto de los corazones, a la humillación y no a la exaltación, a la limpieza y no a la contaminación, a una vida en santidad y no de pecado, al entendimiento y no a la confusión.
Si la profecía te da paz, que viene de Dios, entonces es bueno, porque Jesús es el que da la paz. Pero si te deja peor de lo que estabas, más confundido, más estancado, más retrasado en las cosas de Dios, en las cosas espirituales de tu vida, y no te ayuda a salir del lodo, entonces es una alerta roja. Porque al árbol se lo juzga por los frutos, dice la Biblia. Al árbol se lo juzga por los frutos. Y los frutos de la profecía no son, en primer lugar, que uno sepa lo que va a pasar, lo que va a venir, sino el refinamiento del carácter de la persona que escucha, porque se hace cada vez más parecido al carácter de Jesús.
La profecía verdadera lleva frutos del reino, frutos de paz, de justicia, de santidad, como decía, de acercamiento a Dios. Pero si es todo lo contrario, entonces es una alerta roja. Entonces el Señor dice, juzguen las profecías, además de pesarlas a través de las Escrituras, por los frutos que llevan. Y si alguien solamente habla permanentemente del futuro, pero esa profecía que habla no edifica, en otras maneras, ayudando a la persona a que se perfeccione para ser más parecido al Señor Jesús, si el que profetiza solamente anuncia lo que va a venir, pero no tiene frutos de justicia, frutos de verdad, frutos de paz, si no consuela, si no edifica, hasta si no redargulle de pecado, si la profecía no llama a arrepentimiento, entonces alerta roja. Aleluya, gracias Señor.
Y como tarea, el Espíritu Santo nos deja hoy, les deja que estudien todo sobre la profecía en la Biblia. Para qué sirve, cómo se manifiesta, cómo se juzga, los profetas del Nuevo Testamento y no sólo del Viejo Testamento, los dones de revelación. Y me viene el libro del Apocalipsis, donde todos sabemos que anuncian las cosas que van a acontecer pero, de hecho, el libro comienza diciendo que Juan recibió la revelación de Jesucristo. O sea que en realidad todos esos eventos proféticos revelan al Señor Jesucristo y revelan lo que Él va a hacer. Revelan su carácter, revelan su tarea y, hasta el mismo libro de Apocalipsis que habla de eventos futuros, que profetiza eventos futuros, siempre, siempre ronda alrededor de la revelación de Jesucristo.
Por eso dice Apocalipsis 1:1, «La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan». Es lo primero que dice el libro del Apocalipsis, es la revelación de Jesucristo que Dios le dio, a Juan a través de su ángel y revelándole las cosas que van a suceder pronto. Sean inteligentes, dice el Señor, sean prudentes, sean mansos, pero prudentes. Y separen lo bueno de lo malo, dividan las aguas en ese aspecto, disciernan lo que viene de mí de lo que no viene, porque a veces están las cosas mezcladas, dice el Señor, y una misma persona puede estar hablando un porcentaje de verdad y después se puede equivocar en algo. Tengan cuidado, dice el Señor, porque el corazón, dice la Biblia, es engañoso más que todas las cosas.
Gracias Señor, gracias Señor. Aleluya, te damos la gloria Padre. La honra, Señor, por esta palabra. Gracias, Padre. Así que muchos de ustedes tienen que ir al cuarto secreto y preguntarle al Señor si tienen que seguir escuchando a tal profeta o profetisa o no. O si tienen que interceder por tal profeta o profetisa o no. Cada cual tiene que buscar la guía en particular, dice el Señor, para que Él les indique de cuál arroyo tienen que beber. Amén. Gracias Padre. Gracias Señor. Te glorificamos Señor. Te amamos Padre. Gracias Señor. Gracias Señor.
Y yo estoy viendo un regalo, y el Señor dice que este ha sido un regalo para muchos de ustedes que venían preguntando esto, que se estaban haciendo estas preguntas, que no estaban entendiendo lo que está sucediendo. Y si no lo terminaron de entender, les recomiendo volver a escuchar desde el principio de esta transmisión hasta el final, cómo va conectando el Señor lo que va diciendo, lo que está al principio, lo que está en el medio, lo que está en el final. Y que ustedes también tienen el Espíritu Santo, dice el Señor. Es el mismo Espíritu Santo que le habla a los profetas del Señor.
Por lo tanto, cuando un profeta habla por el Espíritu Santo y no por otro espíritu, o por su carne, el Espíritu Santo que está adentro de ustedes les va a dar testimonio de que ese profeta está hablando por ese mismo Espíritu Santo ¿Sí? Porque es el mismo Espíritu Santo, no son dos espíritus distintos. Gloria a Dios. Así que cuanto más relación tengan con el Espíritu Santo, más fácil les va a ser discernir si lo que el profeta habla viene de Dios o no, o si es un profeta de Dios o no.
Pero si nunca buscan, digamos, si no desarrollan una relación íntima con el Espíritu Santo, aprendiendo a entenderlo, a seguir su guía, a escucharlo, entonces más difícil les va a ser discernir, porque no saben cómo habla el Espíritu Santo y no lo van a poder escuchar cuando el Espíritu Santo les diga no escuches a esta persona porque yo no la envié a hablar lo que está hablando o cuando te diga, sí, esta persona está hablando enviada por mí. Gracias Señor. Gracias Señor. Y también me dice el Señor que presten atención en los sueños porque Él les va a responder por sueños. ¿Cuáles de las personas que están entregando profecía a las masas vienen de Él y cuáles no? ¿a cuáles tienen que escuchar, a cuáles no? ¿cuáles están desviadas y cuáles no?
Porque quizás hasta a veces tengan que dejar de escuchar a alguien por un tiempo hasta que se enderece de nuevo, me dice el Señor. Y cuando vuelve a enderezarse y se corrige en algo que quizás se equivocó o estaba mal o entendió mal, el Señor les va a decir ahora podés volver a escuchar a esta persona. Hay muchas cosas que pueden pasar con respecto a esto, ¿sí? Muy bien, ahora sí, entregado este mensaje, te damos la gloria Padre, la honra, trae más claridad, más discernimiento, más entendimiento, Señor, quita toda duda. Muchos de ustedes el Espíritu Santo les está hablando ya de esto pero no están haciendo caso porque tienen miedo de que no sea el Espíritu el que les habla.
Muchos de ustedes no creen que es el Espíritu Santo el que les está poniendo una incomodidad de escuchar a alguien en particular. Y ahí entran en confusión por no hacer caso al Espíritu Santo. Gracias Señor. Gracias Padre. Amén. Los bendigo, abro sus oídos. Renuncien a todo miedo también. Renuncien a todo miedo de escuchar. Escuchen, y pesen, y juzguen, y disciernan. Desechen o retengan. Pero no tengan miedo porque el miedo confunde también ¿sí? Aleluya. Y si están ya en un estado en que están muy confundidos, muy dudosos, al punto de que ya no tienen paz, entonces dejen de escuchar, me dice el Señor (no yo), a todas las voces proféticas, por un tiempito mientras se van al cuarto secreto a buscar a Dios, a que les devuelva la paz, a volver a encontrar la calma en el Espíritu, a volver a escuchar solamente la voz de Dios leyendo las Escrituras y en oración y buscando al Señor.
Y cuando se sientan firmes de nuevo, vuelvan a escuchar. Pero esos son casos extremos, me dice el Señor, porque ya están tan confundidos, tienen voces mezcladas, no entienden lo que pasa, no saben a quién seguir escuchando, de qué tomar de lo que se está diciendo. Este es el caso de alguien que verdaderamente ya está perdido, digamos, en lo que escucha ¿sí? Gloria a Dios. Gracias Señor. Amén y amén. Bueno, hermanos, los bendecimos. Gracias por todo. De verdad que agradecemos sus oraciones, muy necesitadas, son días muy, muy difíciles.
Así como dijo el Señor estamos siendo golpeados muy, muy fuerte de distintas maneras. Los golpes son muy fuertes y realmente se necesita la oración y el apoyo en intercesión de un pueblo. Todo ministerio necesita de la intercesión de un pueblo ¿sí? Así que, muchas gracias más que nunca. Y nada, saludos de mi esposo que está aquí compartiendo la Palabra. Cualquier duda, ¿cómo se llama?, doctrinal de las Escrituras, consejo Pastoral, pueden enviar un mail a mandalaweber.com ¿sí? Bueno, muchos saludos y sigamos orando juntos para la unión del cuerpo de Cristo. Gloria a Dios.