Sé bendecida, amada iglesia del Señor. Hoy es 29 de marzo del año 2024, y aquí estamos nuevamente para ser voz profética a las naciones por mandato de nuestro Padre celestial, de nuestro Libertador.
[Juan 8:36, RVR1960] Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
El Señor viene libertando a un pueblo cautivo de falsas doctrinas, cautivo de pensamientos erróneos, cautivo de creencias equivocadas. El Señor viene libertando, a través de estas palabras durante estas últimas transmisiones, a un pueblo esclavizado, a un pueblo que le faltaba entendimiento, a un pueblo que estaba cayendo en trampas demoníacas para no ser verdaderamente libres, como dice este pasaje.
Le damos toda la gloria y la honra al Señor por todo lo que Él va a hablar hoy, porque yo veo a un pueblo que ya se prepara con el plato en la mesa, con los cubiertos acomodados, con el vaso preparado para beber, sentado en la silla y diciéndole en su corazón: «Señor, aquí estoy listo para comer el pan que me vas a dar hoy. Señor, háblame. Señor, aclárame. Señor, respóndeme. He aquí tu hijo, que escucha tu voz y que tiene un corazón abierto para recibir lo que sea que tengas para decirme». Yo estoy viendo que hay un pueblo que anhela la libertad, hay un pueblo que desea ser completamente libre en Él, hay un pueblo que quiere abrir sus ojos y no cerrarlos a las verdades que Él está hablando en este tiempo, reemplazando los errores que existían.
Yo estoy viendo que hay un pueblo que sí tiene la espada en la mano y que la está afilando para defenderse de las mentiras doctrinales que se estuvieron enseñando durante tanto tiempo. Yo estoy viendo un pueblo que sí quiere conquistar, llegar y conquistar esa tierra prometida. Yo estoy viendo un pueblo que sí está dispuesto a pagar el precio para conseguir a toda costa esa libertad. Estoy viendo a un pueblo que está dispuesto a destruir los becerros de oro que se había forjado en el desierto, que en esta visión representan doctrinas de hombres inspiradas por los demonios. Yo veo a un pueblo que, en este momento, mientras pasa por esta transición, come maná y es sostenido por el Espíritu Santo.
Hijitos, coman de mi palabra, dice el Señor, porque mi palabra alimenta, mi palabra liberta, mi palabra redarguye, mi palabra trae claridad. Es mi palabra la que tienen que comer de desayuno, de almuerzo, de merienda y de cena. Es mi palabra la que tienen que comer antes de ir a dormir, como cuando uno se toma un té antes de cerrar los ojos. Hijitos, todas las preguntas que ustedes tienen las van a encontrar, las respuestas a la mayoría de esas preguntas las van a encontrar en mi palabra, porque los entendidos son aquellos que conocen mi palabra. Hijitos, entiendan, dice el Señor, que el pan que hoy les estoy dando es para aquellos que están listos para comerlo, aquellos que ya han alcanzado un nivel de maduración y que ya son capaces de digerir lo que les doy para comer. No es un pan para cualquiera, pero sí es para un remanente que tiene sus oídos abiertos, para escuchar, para recibir y para aplicar lo que tengo para decir. Hijitos, examinen esta palabra, como dice Tesalonicenses, que examinemos todas las cosas.
Dice el Señor: Hijitos, examinen esta palabra a la luz de la palabra escrita. Hijitos, sean como investigadores de este siglo, sean como detectives, escudriñando todas las cosas, como cuando un detective coloca todos los datos que tiene sobre la mesa, toma la lupa y empieza a escudriñar esos datos, a investigarlos; empieza a ir al detalle, a unir todas las cosas, todos los datos que va juntando, todos los datos que va recolectando. El detective los pone sobre la mesa y empieza a estudiar cada uno de esos datos, pero no aislados, sino todos juntos. Todos los datos juntos están sobre la mesa y el detective empieza a conectar un dato con otro. Empieza a entender, pero cuando conecta todos los datos juntos. Dice el Señor: El detective normalmente no puede resolver el caso sin primero conectar los datos y entender y armar ese rompecabezas final del caso que está investigando.
Y muchos de ustedes creen que, teniendo un solo dato, que, teniendo pocos datos, que, leyendo solamente una parte de la Biblia, pero sin conectarla con la otra parte, van a entender todas las cosas. El Señor se refiere a que algunos de ustedes leen el viejo pacto, pero no lo conectan con el nuevo, y otros leen más que nada el nuevo pacto, pero no lo conectan con el viejo. Y entonces están entendiendo las cosas parcialmente, dice el Señor. Es una llave que el Señor nos está dando ahora para que nuestro entendimiento se abra y logremos entender de qué el Señor viene hablando en este tiempo sobre este tema.
Esta llave, este consejo, es conectar todo lo que el Señor viene hablando, todo lo que el Señor escribió, pero en la Biblia completa, tanto lo que escribió en el viejo pacto como lo que se dejó escrito en el nuevo pacto, para entender la mente de Dios, para entender cómo lo viejo se conecta con lo nuevo, para entender las transiciones entre lo viejo y lo nuevo. Y así como un detective, cuando empieza en el tiempo a recolectar dato tras dato y sigue investigando, es un proceso en el pensamiento, en el entendimiento, un proceso de seguir señales, como de seguir pistas. Lo que hace el detective es un proceso: un día va entendiendo una parte del caso y al otro día, o una semana después, o un mes después, o quizás un año después, ese detective, que sigue sin parar estudiando sobre ese caso hasta resolverlo, logra entender otra parte de ese rompecabezas, de ese caso.
Y así el detective se mantiene en ese proceso hasta que da con la verdad. Pero el detective nunca frena de estudiar el caso, el detective nunca se rinde hasta llegar a encontrar la verdad. Es decir, hay que ser insistentes, hay que meditar, y a veces no alcanza un día, a veces no alcanzan unos días, a veces no alcanzan unos meses. Hay cosas que llevan años hasta entenderlas. Por eso el Señor te vuelve a repetir hoy que tengas paciencia, que te des tiempo y que prestes atención. Déjalo obrar a Dios en tu mente, en tu corazón, en tu entendimiento, porque el Espíritu Santo te va a ir dando pistas sobre lo que Él está hablando a través mío en estos días.
Porque yo solamente estoy haciendo una parte del trabajo, pero es solamente como un dato, uno de los datos que el detective que yo estoy viendo en mi visión tiene sobre su mesa. El otro dato son las Escrituras, y otro dato es la enseñanza que el Espíritu Santo te va a dar sobre estas cosas. Porque hay una parte de las Escrituras que dice que el Espíritu Santo nos enseñaría todas las cosas, y eso es clave en tu crecimiento y en tu entendimiento. Como dije ayer, muchas de las cosas que yo estoy hablando en estos días, algunos de ustedes no las van a entender hoy, pero las van a entender después.
Porque esto solamente representa un comienzo para vos, y le estoy hablando a los que les cuesta entender lo que estoy hablando, aunque no son todos. Esto solamente es el comienzo del estudio de este caso, como se representa en esta visión. Y me gozo en la revelación del Espíritu Santo porque solamente Él puede explicar las cosas de esta manera. Dice la Biblia:
[Juan 14:26, RVR1960] Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Entonces, algunos que ya están preparados para entender lo que el Padre está enseñando en estas transmisiones proféticas sobre este tema tan complejo ya entienden lo que el Padre está diciendo.
Algunos ya lo sabían y esto solamente se los confirma, o se los aclara aún más, o agrega detalles en cosas que en el entendimiento ya tenían. Otros estaban confundidos y entonces estas palabras les están trayendo claridad, confirmación de para dónde tienen que ir acerca de este tema. Pero hay algunos que todavía no entienden mucho de lo que se está hablando a través de estas transmisiones proféticas, donde el Señor está enseñando sobre el viejo pacto versus el nuevo pacto. Pero el Señor quiere consolarte y decirte: no te preocupes, hijito, no te preocupes, hijita, porque lo que hoy no entiendes, lo vas a entender después. Y así, como en el Nuevo Testamento se les dice a los discípulos: lo que yo les digo ahora ustedes lo van a entender después. El Padre de la misma manera te lo está diciendo hoy: tranquiliza tus aguas, no te frustres, sino que para algunos de ustedes va a tener que ser paso a paso.
No sé si fue Pedro al que le dijo: lo que yo les digo ahora ustedes lo van a entender después. Porque hay distintos niveles de maduración, distintos niveles de revelación, y distintos niveles de entendimiento. Pero ¿por qué el Señor habla de nuevo sobre este tema? Porque Dios quiere que tu corazón esté tranquilo, que no te afanes por estas palabras que Él me está dando, que descanses en Él, que no te preocupes por lo que ahora te cuesta entender. Muchos de ustedes se sienten como una tortuga que se mete adentro del caparazón y como si estas palabras que yo hablo fueran flechas que chocan contra ese caparazón para que no entren. Algunos de ustedes se sienten cerrados, es como si yo les hablara en un idioma que ustedes no son capaces todavía de entender. Pero no importa, porque la palabra del Señor trabaja igual en ustedes.
Y mientras yo estoy hablando, les estoy ministrando a través del Espíritu Santo. Y no solo eso, sino que ustedes están recibiendo una impartición de mi espíritu a sus espíritus. ¡Guau! Es fuerte lo que estoy diciendo para algunos de ustedes, ¿no? Pero es bíblico. Lo podemos ver cuando la Biblia habla del espíritu de Elías. Lo podemos ver cuando la Biblia habla de la impartición del espíritu de Moisés. El espíritu se imparte, y no solamente el Espíritu Santo, sino el espíritu de las personas. Dice:
[Juan 13:6,7, RVR1960] Entonces vino a Simón Pedro; Y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; más lo entenderás después.
Y también podemos ver en el Nuevo Testamento que, a veces, Jesús les hablaba del cumplimiento de las Escrituras del Tanaj, del viejo pacto, de los viejos escritos, de los antiguos, y ellos no entendían. Pero después, cuando se cumplían esas Escrituras, ellos ahí entendían. Entonces, igualmente, a veces el Señor adelanta cosas, abre el camino, comienza a trabajar en la tierra para que después, más adelante, esas semillas que Él planta crezcan. Entonces, quiero decirte que el Espíritu Santo me está diciendo ahora que el Señor te ama, que el Padre Celestial te valora muchísimo, que eres muy importante para Él.
Yo lo escucho ahora al Señor decir: «Hijitos, los amo. Los amo y Yo no hago acepción de personas». Porque algunos de ustedes, los que todavía no entienden lo que Yo estoy hablando, se sienten como si fueran dejados aparte, como si fueran relegados, como si esta palabra fuera dada por el Señor solamente para algunos, pero como si ustedes no pudieran participar de comer esta palabra.
Y por eso el Señor te está aclarando lo que está aclarando. Tenés paciencia, te repite el Señor. Hay un tiempo para todo.
[Eclesiastés 3:17, RVR1960] Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace.
Y aunque ahora no es el tiempo de que entiendas 100% lo que estoy diciendo, eso no significa que mi palabra igualmente, una vez que la escuches, empiece a trabajar en vos. Tenés paciencia, porque esta palabra va a tener su obra completa, pero en mis tiempos y no en los tuyos, te dice el Señor. Y es por amor que el Señor está aclarando esto. Es porque te ama, y en algún momento hay que comenzar a escuchar este tipo de cosas. Pero no te frustres porque todavía no lo entiendas. No es que nunca lo vayas a entender, si verdaderamente buscas a Dios de todo tu corazón.
Y eres como ese detective que yo veía al principio: insistente, disciplinado, que invierte tiempo en las cosas de arriba, en las cosas celestiales, en las cosas del cielo, que tiene un corazón que anhela conocer más a Dios, caminar en su verdad y recibir esa revelación que necesita. No te preocupes. Pero seguí comiendo de esta sopa, porque yo estoy viendo a alguien que come sopa, pero es como que fue invitado a esa comida. Y esta persona que está comiendo de esta sopa no sabe lo que tiene la sopa. Simplemente la come porque cree que la persona que lo invitó lo ama. Es como cuando alguien te invita a comer a su casa, y vos no sabés cómo hizo esa receta, qué contenía esa receta. Quizás algunas cosas sí, otras no. Algunas podés darte cuenta por el gusto, otras te las imaginás. Pero, inclusive, cuando una comida que lleva cierto nombre siempre se hace de tal manera, tradicionalmente hablando, hasta a veces la persona le puede poner algún elemento que tradicionalmente no esté en la receta.
Es decir, cuando alguien te invita a comer, no siempre sabes de qué está hecha esa comida, pero vos la comés igual porque confiás en el que te invita, porque normalmente te invita alguien que quiere tu bien y no tu mal. Así es nuestro Padre Celestial: te está dando de comer esta sopa, esta sopa nutritiva. Y, de hecho, yo estoy viendo a alguien que soñó que yo, Noelia, preparaba una sopa, pero no sabía qué tenía esa sopa. Gloria al Señor. Ya saben lo que representa ese sueño. La gloria es para Dios. El Señor te está invitando a comer en su mesa, a comer de su mesa. El Señor está aderezando mesa delante de ti, como dice:
[Salmos 23:5, RVR1960] Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Y aunque no sepas todos los detalles de lo que contiene esa sopa, tenés que confiar en Él, porque Él es el que te está invitando. Amén. Gloria al Señor. Yo, Noelia, trato de hacer una distinción de cuándo es el Señor hablando a través mío y cuándo soy yo, para que ustedes tengan más claridad. Y muchos de ustedes han soñado que yo les doy de comer. Significa que yo les estoy dando la comida espiritual, ¿sí? Que viene del cielo, gloria a Dios, que los va a alimentar. Así que el Señor te dice, hijito, hijito mío, no tengas miedo, no tengas miedo, porque te estoy llamando a mi descanso. Te estoy llamando a que descanses en mí.
Yo escucho al Señor que les dice en el día de hoy: hijito, te estoy llamando a que descanses en mí. Yo soy tu descanso. Yo soy la fuente del descanso, dice Cristo Jesús. Yo soy el Señor del descanso. Yo soy el que lleva tus cargas. Yo reino sobre el descanso. El descanso está en mí. Y si no permanecés en mí, no vas a poder descansar. Por más que obligues a tu cuerpo a reposar, físicamente hablando, si no habitás en mí, que soy el descanso, no vas a reposar. Yo soy el Señor del descanso, soy Yo. Hijitos, soy Yo, dice Jesús. Vengan a mí, a reposar en mí, porque la paz está en mí. El gozo está en mí. Sólo en mí pueden encontrar reparo. Sólo en mí pueden descansar, y en nadie más. Yo soy la revelación del descanso. Yo soy el descanso final, el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Y todas las cosas están en mí. Y todas las palabras están en mí, porque Yo soy el Verbo. Yo soy la vida, Yo soy la resurrección, Yo soy el camino. Y el que no camina en mí, no halla reposo.
Hijitos, dice el Hijo de Dios, si ustedes quieren descansar, tienen que hacerlo en mí. Hoy los invito a aprender a descansar en mí, a dejar todas sus cargas a los pies de la cruz, porque mi yugo es liviano y ligera mi carga.
[Mateo 11:30, RVR1960] Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana.
Si ustedes se entregan verdaderamente a mí, dice Jesús, yo les puedo enseñar cómo encontrar descanso para sus almas. Hijitos, ¿por qué dudan? ¿Acaso alguien puede encontrar reposo fuera de mí? Yo soy el Señor sobre todas las cosas. Y todo reino, todo principado, toda potestad será colocado debajo del estrado de mis pies. Y cuando eso pase, ustedes van a descansar de toda lucha espiritual, porque yo ya tuve la victoria en la cruz, ya gané, para que ustedes puedan descansar. Hijitos, no se confundan, porque queda un descanso para el pueblo de Dios. Ese descanso que queda para el pueblo de Dios se manifestará aquel día en el cual todas las cosas serán restauradas.
Allí ustedes podrán trabajar, dice el Señor, y no se cansarán. El cansancio no existirá más cuando el reposo de las almas se manifieste en su totalidad. Aún queda un descanso para el pueblo de Dios, que no se ha manifestado de la manera que está previsto, dice Dios. Cuando el diablo sea enviado al lago de fuego, junto con la muerte y el Hades, allí ustedes experimentarán un descanso total. Será un descanso como nunca lo han experimentado, y verdaderamente reposarán de sus obras. Este descanso es el que resta por manifestarse en su plenitud para mi pueblo, donde, por más que estén continuamente en movimiento, ya no se fatigarán, donde todas las cosas serán perfectas, donde todas las cosas serán restauradas a su diseño original.
Este es el descanso que resta para el pueblo de Dios, en su manifestación plena y total, donde ya el sol no los fatigará de día y no necesiten dormir de noche, donde todas las cosas serán perfectas y no hará falta reposar de sus obras, porque ustedes habitarán en un descanso perpetuo, en un descanso eterno. Les estoy hablando de la vida eterna, dice el Señor. Les estoy hablando de lo que todavía no han experimentado al nivel que lo van a experimentar. Les estoy hablando de un lugar de gozo permanente, sin cesar, donde me adorarán en espíritu y en verdad, pero permanentemente. Allí serán adoradores eternos, así como los ángeles ahora me adoran eternamente en los cielos. Estoy hablando de la vida eterna, dice el Señor, donde el verdadero reposo será para siempre y eternamente sin final.
Hijitos, eso está preparado para ustedes, para los que me sean fieles hasta el final, para los que resistan hasta el final. Hay un descanso, dice el Señor, para sus almas, donde ya no habrá preocupación, donde el tiempo no correrá, de modo que no habrá que cumplir con tareas temporales guiadas por ningún reloj, sino que las obras perfectas que hagan serán eternas y no estarán regidas bajo ningún temporizador.
[Apocalipsis 7:16-17, RVR1960] Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
Hijitos, entiendan, dice el Señor, que la enseñanza que le di al hombre desde el momento de la caída en el primer pecado fue de menos a más y de más esclavitud a mayor libertad. Todas las cosas se están preparando para la redención final. Por eso la tierra gime por la manifestación de los hijos de Dios, porque anhela descansar. Yo le enseñé al hombre, dice el Señor, a ser libre paso a paso, a ser libre de cadenas, de sogas, de las ataduras, pero de a poco, porque el hombre es hombre y no es Dios. Y el Padre se refiere a Él mismo cuando dice esta frase. Dice: hijitos, entiendan que el descanso que ustedes tienen disponible ahora para experimentar es solamente un adelanto de lo que va a ser después. Y me viene ese versículo de las Escrituras que habla de las arras del espíritu:
[Efesios 7:13,14, RVR1960] En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Porque cuando ustedes descansan por el Espíritu Santo, dice el Señor, es como experimentar un adelanto del reposo que van a tener después. Y el Señor habla de la vida eterna. Hijitos, entiendan que Yo le enseñé al hombre a reposar primero en la carne, después en el Espíritu, hasta que el descanso sea pleno y total. Son distintos estadios de la enseñanza que le di al hombre.
Porque para que el hombre entienda y evolucione en la enseñanza que Yo le quería dar, primero tenía que entender las cosas de manera carnal. Primero era necesario que el hombre, en aquel tiempo, experimentara las cosas a través de la carne, porque era con lo que él se identificaba en ese tiempo. Para cuando la ley de Moisés se le fue entregada, el hombre era carnal. El hombre no estaba listo para caminar de una manera espiritual. No estaba apto para entender las cosas de una manera espiritual. El hombre tenía corazón de piedra. Por lo tanto, las leyes que recibió fueron escritas en tablas de piedra, para que él, por su constitución y estado en aquellos tiempos, pudiera identificarse con esas leyes en la piedra. Era necesario que esta enseñanza fuera dura, estricta, inflexible, porque el hombre, en ese tiempo, tenía esa constitución.
Hijitos, entiendan, dice el Señor, que estoy llamando a un pueblo a ser entendido en las cosas espirituales. Entiendan de lo que les estoy hablando. Entiendan, porque hoy aplico mazo espiritual para destruir creencias erróneas en las que algunos de ustedes se están moviendo y que tienen que ver con el descanso. Hijitos, hoy voy a revelarles la verdad, porque ustedes lo pidieron. Porque ustedes, por eso, estuvieron orando. Porque ustedes se estuvieron preguntando acerca de estas cosas. Ustedes me dijeron: Padre, quiero saber, ¿cómo es eso del descanso? Porque los hombres me están diciendo distintas cosas. Interpretan la palabra de distintas maneras. Pero yo quiero que tú me digas, Señor, cuál es la verdad y me la muestres por tu palabra.
Hijito, hijitos, dice el Señor, hay un descanso para el pueblo de Dios en este tiempo. Y es en Cristo Jesús. Porque para eso fue entregado el Hijo de Dios: para establecer una ley mejor que la anterior, a través de la guía del Espíritu Santo de Dios. Y tienen que entender que lo que antes había que respetar, había que respetarlo según la carne. Después del sacrificio de Jesús, hay que respetarlo según el Espíritu. Es una ley más fina. Porque no es que ya no hay más ley, sino que es una ley mejor. Es una ley más profunda. Es una ley perfecta, como no era la anterior. Es una ley que traspasa el nivel de la carne y llega hasta los corazones. Y ya no se aplica según el cuerpo en primer lugar, sino según los corazones.
Yo estoy viendo ahora algo que llega solamente hasta el cuerpo de una persona. Es decir, la ley de Moisés tenía un límite, y era la carne. Porque se inculpaba a alguien de pecado cuando esa persona, bajo ese viejo pacto, pecaba en la carne. Por ejemplo, cuando alguien adulteraba, es decir, si alguien era hallado en adulterio, en el acto del adulterio, o se sabía que alguien había estado en el acto del adulterio, en ese instante, con esa manifestación, sabiendo que la persona ya había pecado en la carne, literalmente hablando, ya había concretado ese pecado. Entonces ahí la persona era inculpada de pecado, y la paga de ese pecado bajo la ley de Moisés era la lapidación, ¿verdad? Muerte a piedrazos. Pero esa ley tenía un límite, y solamente se inculpaba a alguien de pecado cuando la persona cometía, tenía infracción de esa ley, carnalmente hablando. Esa ley llegaba solamente hasta el cuerpo; no iba más allá.
Es decir, si una persona adulteraba en su corazón deseando a una mujer, codiciando a una mujer, mirando a una mujer para codiciarla, no había una ley que juzgara ese pecado, que lo inculpara de ese pecado, porque el pecado que estaba en el corazón no se había concretado en la carne.
[Mateo 5:28, RVR1960] Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
Entonces, la aplicación de la ley de Moisés era limitada, porque llegaba nada más que hasta la concreción física de los pecados. Pero la ley de Cristo, que se estableció bajo el nuevo pacto en su sangre, como dice la Biblia, nuevo pacto en su sangre, es aún más íntegra, llega más lejos, tiene más alcance, sobrepasa lo que es la carne, va más allá de lo carnal y juzga lo espiritual.
[Lucas 22:20, RVR1960] De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
Por eso dijo Jesús que el que miró a una mujer para codiciarla ya pecó en su corazón. Por eso decía. No solamente el Señor dio el ejemplo del adulterio en el corazón, sino que dijo también en otros lugares. El Señor Jesús habla sobre el homicidio, cuando uno está pensando mal de los hermanos, cuando uno habla mal de los hermanos, cuando uno está odiando en su corazón.
[1 Juan 3:15, RVR1960] Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.
Si nosotros comparamos la ley de las obras con la ley de la fe, porque así estos nombres son los que le da la Escritura bajo el viejo pacto y bajo el nuevo pacto, ¿no? Si nosotros comparamos bajo el viejo pacto, la ley de Moisés establecía que si alguien mataba a propósito a otra persona, las consecuencias que iba a tener, si no me equivoco, también eran la muerte física, ¿verdad? Pero bajo la ley de la fe, bajo la ley de Cristo, que es la ley espiritual que está vigente bajo el nuevo pacto en la sangre de Jesús, el que aborrece a su hermano en su corazón ya es inculpado de pecado y considerado como homicida si no se arrepiente. Y la paga del pecado bajo la ley de Cristo es la muerte espiritual, no la física.
[Éxodo 21:12, RVR1960] El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá.
Y, de hecho, por eso era ojo por ojo, diente por diente. Pero el Señor dijo, bajo la ley de Cristo:
[Mateo 5:38,39, RVR1960] Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
Hay una progresión en la enseñanza de la ley de Dios. Es superior la ley de Cristo a la ley de Moisés. Es superior vivir por fe que por obras. Es superior caminar en el Espíritu, ser espiritual que ser carnal, por más que, obviamente, hay que darle importancia al cuerpo, porque para la venida del Señor, Él quiere encontrarnos irreprensibles en cuerpo, alma y espíritu. Pero el Señor quiere que entendamos que no es que ya no existe una ley. Hubo un cambio de ley, dice la Biblia en Hebreos, hubo un cambio de ley. No es que el Señor quitó la ley de Moisés y ya no hubo más ley. No, hubo un cambio de ley, una transformación de la aplicación de la ley de Dios y de la manera de juzgar y de cómo uno transgrede esa ley de Dios y las consecuencias. Por eso dice:
[Hebreos 7:12, RVR1960] Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley.
Entonces, yo lo escucho al Señor que dice: Yo les enseñé a mi pueblo, que era un pueblo rebelde, que recién había salido de la tierra de Egipto, a guardar mis mandamientos, mis preceptos y mis estatutos hasta el tiempo de la restauración de todas las cosas. Y, de hecho, hay un versículo que lo dice así: hasta el tiempo de la restauración de todas las cosas. Fue una preparación, dice el Señor, una preparación para la venida del Señor. Una preparación para la venida del Libertador. Fue una sombra de lo que se iba a manifestar cuando Cristo fue crucificado, hasta la restauración de todas las cosas.
[Hechos 3:21, RVR1960] A quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempos antiguos.
[Hebreos 9:10, RVR1960] ya que consiste solo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.
Yo escucho la palabra «Shabat». Hay una porción de la iglesia del Señor Jesucristo que quiere seguir guardando el Shabat en la carne y que no ha entendido, me dice el Señor, que ese descanso que antes se encontraba en la carne ahora lo van a encontrar descansando en mí, dice Jesús. Y, de hecho, por eso muchos de ustedes, aún intentando guardar el Shabat en la carne, no hallan descanso, porque están negando el reposo en mí. Para eso me entregué y sangré en esa cruz, dice el Señor, para libertarlos de la esclavitud de la ley, de la ley de Moisés. Pero no es que ya no haya un descanso, sino que hoy el descanso se manifiesta en el espíritu, a través del Espíritu Santo y en el Espíritu Santo. Porque por eso ustedes son el templo del Espíritu Santo, dice el Señor. El Espíritu Santo es el que los guía cuando ustedes tienen que darles reposo a sus cuerpos.
Es una transformación de esta ley, dice el Señor. No es una anulación completa, sino una operación diferente, una manera distinta de aplicarla, porque ustedes viven en mí, dice Cristo. Solo en mí hallarán descanso, y solo yo llevo el yugo liviano. Hijitos, entiendan de lo que se trata el reposo. Hay un reposo para el pueblo de Dios, pero es en mí, dice Jesús. De otra manera, tendrían que cumplir con toda la ley de Moisés de la manera en que algunos de ustedes piensan que tienen que cumplirla. Pero, además de eso, el que ofende en un punto, ofende en todos y acarrea maldición para sí mismos.
Hijitos, entiendan la diferencia, porque le estoy hablando a un pueblo que quiere ser entendido, pero que todavía está duro. Duro de cerviz, se resiste a ser espiritual y no carnal. Se resisten a vivir por fe y ya no por obras. Hijitos, entiendan que yo soy el descanso, dice Jesús. Y el Espíritu Santo me trae a la memoria un evento de mi vida, en donde el Señor me estaba hablando sobre este tema. Una vez fuimos invitados a un culto en una sinagoga, durante el Shabat que aún guardan los judíos que no creen en Jesús como el Mesías que ya vino. Y mientras estábamos ahí participando de ese culto en esa sinagoga, hay un momento del culto donde la persona que estaba liderando el servicio dice: «Ahora nos vamos a dar vuelta y mirar todos para la puerta porque va a ingresar el Shabat a la sala».
Y todos los que estábamos mirando enfrente, todos los que mirábamos hacia adelante, a donde estaba el púlpito y donde esta persona, este hombre, estaba llevando adelante el servicio judío, nos dimos vuelta para mirar a la derecha, a una puerta, a la puerta de entrada de ese servicio. Y como nosotros estábamos ahí como invitados, como participantes, hicimos lo mismo que todos los demás. Y cuando nos dimos vuelta y miramos a la puerta, tuve una visión, y en la visión lo vi a Jesús que venía entrando por esa puerta con sus vestiduras blancas, largas, imponente, y escuché que me decía: «Yo soy el Shabat, pero ellos no me ven, ellos no me reconocen, no me entienden, no creen en mí; por lo tanto, no reposan en mí».
Y me impactó. Para mí fue inesperado y fue como: ¡Guau! Fue muy fuerte ese momento, no me lo olvido más. Y ahora el Espíritu Santo me traía a esa experiencia para compartirla con ustedes porque a mí me marcó mientras Él me estaba enseñando sobre estas cosas. Lo digo con muchísimo respeto por el pueblo judío, porque amo al pueblo judío, porque de ahí vino mi Señor y, gracias a ellos, yo puedo hoy ser salva. Pero fue impactante, porque dijeron simbólicamente: «Vamos a darnos vuelta todos y a mirar a la puerta porque el Shabat viene entrando, y le vamos a dar la bienvenida», decían ellos, el muchacho que estaba predicando. Era el viernes, cuando cae el sol, cuando comienza el Shabat judío, cuando sale la primera estrella. Entonces era el comienzo del Shabat para ellos, y cuando miré a la puerta, lo vi a Jesús entrando y diciéndome: «Yo soy el Shabat», y doliéndose porque Él quería que ese pueblo judío que estaba ahí lo reconociera, lo viera y descansara verdaderamente en Él. Pero, en vez de darle lugar e importancia al Mesías, que ya vino por ellos a rescatarlos, estaban hablando de un Shabat que, sin Él, no tiene sentido.
Así que el Espíritu me traía esta experiencia para compartirla con ustedes, aunque no me gusta mucho hablar de mi vida, de lo que me pasa a diario, pero tengo que obedecer al Señor. Fue muy fuerte, fue muy fuerte, y en otros momentos de ese servicio lo veía a Jesús suspendido en el aire, como diciendo: «Estoy acá, reconózcanme, mírenme. Quiero que descansen en mí, quiero revelarles la verdad, quitarles los velos de los ojos. Pero mi pueblo no lo hace», me hablaba el Señor. Y el Espíritu está pidiéndome que ejemplifique esta experiencia porque, de hecho, yo estoy sabiendo ahora que algunos de ustedes guardaban o estaban intentando guardar el Shabat los sábados, o estaban tratando de guardarlo. Pero, en realidad, ni siquiera cumplen con todas las cosas que había que hacer en ese tiempo para guardarlo de esa manera a través de las obras en la carne.
Yo estoy sabiendo que cuando algunos de ustedes comienzan con estas prácticas, se van alejando y olvidando de lo que el Señor Jesús vino a hacer en la cruz, de quién es Él. En vez de ponerlo primero todos los días de la semana, en vez de entender que ustedes tienen que descansar todo el tiempo, 24 horas en Él, espiritualmente hablando, y, en lo que respecta a la carne, descansar por la guía del Espíritu Santo para cada persona en particular. Entonces, empezar con estas reglas que están conectadas a un temporizador, porque yo veo un reloj, eran reglas que estaban conectadas a un reloj, las del viejo pacto. Cuando ustedes comienzan a practicar estas cosas, se van alejando de los demás. Es un tiempo hasta que normalmente empiezan como a desenfocarse, de que el descanso es Él, de que Él murió por nosotros, de que se trata de Él, de Jesús, del Hijo de Dios, de que Él es el primero, es el último, de que Él es lo más importante.
Por eso el Señor nos llama hoy a reenfocarnos en el sacrificio de la cruz y a caminar en la Gracia, no en una gracia que nos habilite a pecar deliberadamente, porque vuelvo a repetir que estamos bajo una ley, pero es una ley espiritual, y es la ley de Cristo, donde caminamos por fe y ya no por obras. A través de caminar por fe, siendo guiados por el Espíritu Santo, manifestamos esa fe a través de las obras que el Espíritu Santo nos inspira a realizar, y no un manual de reglas escritas. Por eso dice la Biblia que aquellos que son hijos de Dios son guiados por el Espíritu de Dios, porque si no, ¿para qué vino el Espíritu de Dios, si tendríamos que seguir guardando las reglas de la ley de Moisés?
[Gálatas 5:13, RVR1960] Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
Y dice: «Hijitos, entiendan», dice el Señor, «que el Shabat está en mí. Pídanme revelación sobre esta área», dice el Señor, «porque quiero libertarlos de reglas que les imponen los hombres, cargas que ponen en sus espaldas, que ni ellos mismos saben, y mucho menos saben cómo deberían llevarse, y mucho menos cumplen con llevarlas como se deben llevar. Porque yo estoy escuchando ahora la palabra ‘reversión’. Hay, como en una parte de la iglesia, una reversión del Shabat, como, bueno, hay que guardar el Shabat, pero como yo quiera. Algunos piensan que tienen que guardar el Shabat, el día sábado, descansar el día sábado, pero tomando ciertas cosas de las leyes y otras no, es decir, como una reversión actual modernizada del Shabat bíblico», dice.
[Hechos 15:10, RVR1960] Ahora, pues, ¿Por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?
No hay obligación, no hay obligación, no hay una regla estricta sobre esta área, no hay un deber. Ustedes son guiados por el Espíritu de Dios, son guiados a descansar cuando tienen que descansar. Su reloj actual es el Espíritu Santo; los días, las horas, los años, su calendario tiene que estar guiado por el Espíritu Santo, porque todos los días están en mí, dice Jesús. Y ya no es un día al que los llamo a descansar, sino todos los días, a que descansen en mí, porque todos los días me pertenecen. Yo vine para santificar todos los días y no solamente un día de la semana.
Y yo estoy sabiendo ahora que ciertas cosas que el Señor enseñó al hombre, a través de la Ley de Moisés, también tienen un significado simbólico. Pero como que el Señor no va a hablar de eso todavía, es decir, se refiere a los días, a las festividades, al calendario, inclusive al Tabernáculo de Moisés y a los elementos que estaban ahí. Todas estas cosas son simbólicas de las cosas celestiales.
Y el Shabat, que en ese momento era un mandamiento guardarlo en la carne, un día a la semana, era un simbolismo del descanso que vamos a tener en la vida eterna, que ya no será un día, sino que será continuo, como dijo el Señor al principio, donde ya no habrá necesidad de mirar un reloj, de saber qué día es, si es día o si es de noche para entrar en ese descanso. Porque ese descanso en el cual vamos a entrar será permanente, completo, pleno y donde no habrá obras de la carne. Así que es una transición entre la enseñanza de un descanso por obras de la carne, un día a la semana bajo el viejo pacto, y después pasando a la transformación de descansar en Jesús, todos los días del año, siendo guiados a través del Espíritu Santo a descansar en el cuerpo bajo la guía del Espíritu Santo.
Esto es como una preparación para lo que viene después, que va a ser aún mayor que lo que estamos experimentando ahora, donde ya no va a hacer falta descansar, porque habitaremos permanentemente y para siempre, eternamente, en ese descanso perfecto. Las cosas se van elevando, y la manera de enseñanza del Señor para con el hombre fue cambiando, porque el hombre fue cambiando. Antes eran leyes que se guardaban en la carne bajo el viejo pacto; ahora son leyes que se guardan en el Espíritu y que se manifiestan en la carne, pero se guardan en el Espíritu. Después ya no habrá necesidad de ninguna ley, porque amaremos a Dios con todo nuestro ser, sin necesidad de que nadie nos enseñe. No habrá necesidad de que se nos corrija cuando estemos en la vida eterna, porque no habrá manifestación de maldad en nuestros corazones ni a través de la carne en esa vida eterna.
Entonces las cosas fueron de abajo, elevándose hasta que estemos eternamente en la presencia de la Luz del Señor, porque Él va a ser el que nos ilumine, dice la Biblia, en aquel momento que todos esperamos. Gloria a Dios. Así que el Señor me dice: Hijitos, entiendan, entiendan que algunos de ustedes están queriendo defender un becerro de oro. A algunos de ustedes les falta entendimiento. Pero Yo voy a trabajar en ustedes, porque para eso vine, dice Jesús, para traer libertad. Yo soy un sacerdote mejor, bajo la orden de Melquisedec y ya no bajo la orden de Aarón. Hubo un cambio de sacerdocio, dice el Señor, a partir del sacrificio de la cruz.
[Hebreos 7:11,12, RVR1960] Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley.
Hijitos, descansen en mí. Ustedes son libres, libres de elegir cuándo quieren descansar bajo la ley de la libertad. Si ustedes quieren descansar el lunes, son libres de hacerlo, dice el Señor, así como cualquier otro día de la semana, porque para eso vine, para traer libertad. Si ustedes quieren descansar un sábado, ustedes son libres, porque para eso vine, para traer libertad. Si ustedes quieren descansar un domingo y sus conciencias, dice el Señor, están en paz con eso, entonces ustedes son libres para elegir descansar el domingo, porque de eso se trata la ley de la libertad. Ustedes son libres para descansar cuando el Espíritu Santo se los inspire, porque si ustedes no tuvieran libertad, ¿cómo pueden seguir la guía del Espíritu Santo? Si ustedes deciden descansar todos los sábados, dice el Señor, ¿qué van a hacer si el Espíritu Santo les inspira para que descansen un miércoles? Porque lo están necesitando.
No hay problema, dice el Señor, si quieren descansar cualquier día de la semana, con tal que lo hagan en mí. Y no por cumplir leyes que ya no están vigentes para este tiempo, que estamos bajo la Gracia.
[Romanos 6:14, RVR1960] Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Hijitos, que caigan esposas espirituales ahora, que caigan velos de los ojos ahora, que sus oídos sean destapados en este momento, y el que tenga oídos para oír, que oiga. Y el que quiera ir a la tierra prometida, que representa la ley de Cristo, que venga. Y el que no quiera, que se quede en Egipto, dice el Señor. Sean valientes y respondan a este llamado de libertad que estoy haciendo a mi pueblo. Y no juzguen al hermano que quiere descansar otro día de la semana, que quizás no concuerda con el que ustedes quieren descansar. Porque ya no están bajo la ley de las obras, sino bajo la ley de la libertad.
Pero muchos de ustedes, que han decidido descansar los sábados, están murmurando de los hermanos que quieren descansar los domingos. ¿Cómo pueden justificar tal cosa?, dice el Señor. Porque el que decide hacerlo el domingo tranquilamente lo puede estar haciendo para mí. Hijitos, sean espirituales y ya no carnales. Porque yo estoy viendo que muchos de ustedes están golpeando el martillo de juicio contra sus hermanos porque no descansan los sábados, porque no guardan la ley judía. Hijitos, estoy pesando los corazones, dice Jesús. A libertad los he llamado. Pero descansen. Porque el que no descansa nunca peca contra mí. El que nunca reposa está pecando contra su propio cuerpo, que es el templo del Espíritu Santo. El que sabe que tiene que frenar y no frena peca contra mí, cuando el Espíritu Santo lo redarguye para que ponga un freno en su actividad diaria, está pecando.
Está pecando porque tiene las leyes escritas en sus corazones. Tiene la ley escrita en su corazón esta persona que nunca descansa. Porque si fuera que ahora no hay ninguna ley del descanso, entonces no tendrían que frenar nunca en el aspecto físico. Pero hay una ley activa, dice el Señor, bajo la cual son juzgados. Y el que nunca para está contristando al Espíritu Santo. Porque es el Espíritu Santo el que le va indicando que tiene que hacer pausas para recuperarse, porque todavía no han llegado al descanso que se va a manifestar en la vida eterna. Les hace falta un descanso, no solamente en el espíritu, sino también en la carne. Pero la guía es el Espíritu Santo. Muchos de ustedes saben que deberían descansar más en el cuerpo y no lo hacen. Se están maltratando, no se están amando a ustedes mismos y entonces se están quebrantando mi mandamiento.
Porque Yo dije: el primer mandamiento es: «Amarás a tu Dios con todo tu corazón, tu mente, tu alma y tus fuerzas». Y el segundo es: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Ahí se cumple toda la ley y los profetas.
[Mateo 22:37-40, RVR1960] Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Y cuando ustedes no descansan, se maltratan a ustedes mismos, quebrantando el segundo mandamiento del amor hacia ustedes mismos. Hay un descanso que es necesario, dice el Señor.
Abran sus ojos y tengan un balance en todas las cosas. No todo es blanco o negro, dice el Señor. Hay que aprender a pensar de manera balanceada y entender que las cosas celestiales están conectadas con las carnales. Pero la ley es distinta en las diferentes dispensaciones de la vida del hombre. El sacrificio de la cruz marcó un antes y un después, vuelve a repetir el Señor, en la manera en que se manifiestan las leyes, en la manera en que se aplican y en la manera en que son juzgadas; en cómo la transgresión de esas leyes es juzgada. Porque no es que ahora no haya transgresión del mandamiento del descanso. Sí la hay, dice el Señor, pero se juzga de manera espiritual y se condena por la ley espiritual. Muchos de ustedes están quebrantando el descanso en el espíritu.
Así como hoy en día hay gente que peca adulterando en su corazón, porque la ley está escrita en su corazón de «no codiciarás la mujer de tu prójimo». Es la misma ley, pero escrita en el corazón y ya no en la tabla de piedra. Cuando una persona adultera en su corazón ya está pecando. De la misma manera, cuando alguien no descansa ni en Cristo, en el espíritu, ni en la carne como debería, también está pecando. El Espíritu Santo viene, redarguye a esa persona y le hace saber que está pecando porque está quebrantando ese Shabat espiritual.
Pero algunos de ustedes creen que de los diez mandamientos que se le dieron a Moisés, solamente algunos están activos hoy y otros no. Mas, sin embargo, no entendieron dos cosas, dice el Señor. Una es que hubo un cambio de esa ley, y la otra es que hay una ley que es espiritual, y cuando ustedes transgreden esa ley espiritual están pecando. Así como en el tiempo de Moisés transgredir las leyes por obras era la transgresión de la ley, hay una transgresión de la ley actual, pero es la transgresión de la ley de Cristo. Y cuando ustedes no descansan como deberían, dice el Señor, están despreciando el sacrificio de la cruz, porque él se entregó para que nosotros podamos descansar en él, dice.
[Romanos 8:2, RVR1960] Porque la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Y, de hecho, muchos de ustedes están enfermos por quebrantar el descanso bajo la guía del Espíritu Santo. Muchos de ustedes han abierto la puerta a espíritus de fobias sociales por causa del estrés de nunca darle descanso ni a su cuerpo, ni a sus almas, ni a su espíritu. El afán, dice el Señor, es un pecado, porque cuando ustedes se afanan no están descansando en mí. La preocupación continua es una manera de quebrantar esta ley espiritual del descanso, porque no están confiando en mí, no están descansando en mí. ¿Ven cómo las cosas van aún más fino en este tiempo? Son más profundas. Y escucho: «La letra mata, pero el espíritu vivifica».
[2 Corintios 3:6, RVR1960] el que también nos ha capacitado ministros de Nuevo Testamento, no de letra, sino de espíritu; que la letra mata; pero el espíritu vivifica.
Y el Señor me dice: Arrepiéntanse todos ustedes de no descansar como deberían. Arrepiéntanse de no darles descanso a sus cuerpos, ni sábado, ni domingo, ni lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, nunca. Algunos de ustedes están a punto de tener un ACV. El Señor no lo permita, pero estoy sabiendo que algunos de ustedes están a punto de sufrir un ACV por causa de no frenar nunca. Y lo que pasa es que, cuando ustedes no descansan nunca, no frenan jamás. Piensan que son como un auto al que no le hace falta frenar nunca. Ustedes, a través de pecar y de quebrantar el descanso, le abren la puerta al enemigo. Arrepiéntanse, dice el Señor, de no honrarme cuando no descansan en mí. Arrepiéntanse cuando piensan que me pueden agradar por obras de la carne y no por vivir por fe. Arrepiéntanse de pensar que, después de haberme entregado de la manera en la que me entregué para sufrir por ustedes en esa cruz y libertarlos de la esclavitud de la ley, me pueden agradar por obras de la carne todavía, en vez de ponerme primero y descansar en mí.
Porque, acerca de esta visión que contaba que me sucedió cuando fui a la sinagoga, el Señor me dice: Muchos de ustedes están igual y no me reconocen como su Shabat; reconocen un día de la semana como el Shabat, pero no a mí, y le dan la bienvenida a un día de la semana como el Shabat, pero no a mí. Y están igual que ellos en este aspecto, aunque pueden estar bien con otras cosas, pero en este aspecto todavía tienen los ojos velados, les falta entendimiento. Esa área de su manera de pensar no ha sido redimida, dice el Señor. Pero hoy vengo a rescatarlos para que sean libres y comiencen, o retomen, o aprendan a caminar en la ley de la libertad. No abusen del funcionamiento de sus cuerpos.
Y me vuelve a repetir este ejemplo el Espíritu Santo, de que, en esta época de la vida del hombre, donde Cristo marcó un antes y un después en el sacrificio de la cruz entre el viejo pacto y el nuevo pacto, entre la ley de Dios, su aplicación, la manera de transgredirla y el juzgamiento y demás, el Señor me repite: Ahora no experimentamos el descanso como se va a manifestar después en la vida eterna, pero tenemos un adelanto de lo que es, por el Espíritu Santo descansando en Jesús. Así como dice la Biblia que son las arras del Espíritu, recibir el don del Espíritu Santo en nosotros es como un adelanto de lo que va a ser después, es como saborear un poco de lo que va a ser después. Pero no es, no es 100% lo que se va a manifestar, lo que vamos a experimentar después; eso será en la vida eterna. Lo mismo pasa con el descanso.
Por eso, ahora a veces tenemos que estar activos en el cuerpo y después descansar, activos en el cuerpo y después descansar. Es como una parcialidad, ¿verdad? Bajo la guía del Espíritu Santo descansamos hoy. Antes era bajo la ley escrita en las tablas de piedra, respetando esos mandamientos escritos a través de las obras de la carne. No había que caminar hasta cierta cantidad de pasos, no se podía prender fuego, no se podía hacer un montón de cosas bajo la ley de Moisés, ¿no es cierto? Es decir, era en las obras de la carne que se guardaba. Hoy, bajo este nuevo pacto, es bajo la guía del Espíritu Santo que se descansa, y se descansa en Cristo. Y se descansa todos los días en Cristo, espiritualmente hablando. Pero después va a ser aún más superior.
Y lo que ahora solo saboreamos en parte es un adelanto de lo que va a ser después, cuando verdaderamente entremos en el descanso total, perfecto, pleno y eterno. Ahí va a ser 100% eternamente y para siempre, y no parcialmente como ahora. Así como el saborear el don del Espíritu Santo en nosotros es un adelanto del gozo que vamos a tener después, de la libertad que vamos a tener después, de la adoración que se va a manifestar en nosotros después. Porque ahora adoramos en espíritu y en verdad, como dice Jesús.
[Juan 4:23, RVR1960] Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Pero realmente adoramos por momentos, y por otros momentos no. Pero cuando estemos en la vida eterna, esa adoración será constante. Y las cosas van ascendiendo hasta llegar a la plenitud total de lo que es el descanso en Dios.
Ustedes pueden estar trabajando y estar descansando, dice Cristo Jesús, porque el descanso se guarda espiritualmente en primer lugar. Porque ustedes, mientras están trabajando, están confiando en mí, y por lo tanto, todas las cargas que ustedes sienten me las están dando a mí para que Yo las lleve. Para eso me entregué en la cruz. Ustedes pueden estar haciendo un deporte y, mientras sus cuerpos se van cansando, sus espíritus están en un Shabat», dice el Señor, «porque están descansando en mí. Ustedes pueden estar durmiendo sin tener descanso, porque sus cuerpos pueden estar durmiendo, pero sus espíritus pueden no estar reposando en mí. Por eso tienen que pensar con balance.
Yo veo un martillo que ha golpeado hoy las mesas de muchas casas con esta palabra. Pero recuerden, ahora es el turno de ustedes de ser como esos detectives de los que hablaba al principio: de escudriñar, de meditar, de pasar por el proceso que sea necesario, hasta que esta semilla implantada hoy crezca por el Espíritu Santo de Dios y por la revelación y el entendimiento que Él nos da por fe.
Hijitos, descansen en mí, dice el Señor. Sean libres de ataduras, de reglas de la religión vana. Descansen en mí y caminen en libertad, pero no en libertinaje.
[Gálatas 5:1, RVR1960] Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
Sean sabios y busquen un balance entre la actividad y el cesar de la actividad. Muchos de ustedes piensan que está mal tomarse vacaciones, por ejemplo, me revela el Espíritu. Para los que piensan de una manera religiosa, religiosamente hablando, ustedes piensan que está mal vacacionar. Es que no han entendido, dice el Señor, los ciclos de trabajo y de descanso, y el Señor me da esta palabra para que muchos de ustedes reciban respuesta, reciban tranquilidad: que si ustedes descansan algunos días, esto es un don de Dios, dice Eclesiastés. No hay pecado en tomarse algunos días para descansar, dice el Señor. ¿Dónde dice la Biblia que es pecado? Es pecado rebelarse contra el Espíritu Santo de Dios. Si ustedes deciden vacacionar, dice el Señor, y el Espíritu Santo se los prohíbe, pero igualmente lo hacen, entonces se están rebelando.
Cuando el Espíritu Santo les prohibió a los apostoles que hablen a Asia, ellos obedecieron y no se rebelaron contra el Espíritu Santo. Ellos le hicieron caso al Espíritu Santo, que les dijo: «No vayan a Asia». En ese caso, no lo hagan, dice el Señor, porque la guía de ustedes es el Espíritu Santo.
[Hechos 16:6, RVR1960] Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia.
Pero si ustedes, siendo guiados por el Espíritu Santo, tienen la inspiración de tomarse unos días para vacacionar y están justificados delante del Señor para hacerlo, y el Espíritu Santo les da día libre para eso, no hay ningún pecado. Y para muchos de ustedes es necesario que se tomen unos días de descanso, me dice el Espíritu Santo.
Y no lo hacían porque se sentían culpables de parar de trabajar por unos días. Es que el diablo habla a través de la condenación, de una condenación demoníaca, que no es el redargüir del Espíritu Santo o el saber de manera verdadera que han pecado o que están pecando. Es una falsa condenación que el diablo les habla a los que no caminan por gracia como deberían, a los que no caminan por fe en el nivel que tienen la posibilidad de hacerlo y a los que no han entendido cómo se manejan las leyes espirituales bajo el nuevo pacto. Sigan la guía del Espíritu, porque es el mismo Espíritu el que a veces los llama a tomarse días de descanso. ¿Y cómo van a ser entonces? Porque ya no va a ser solamente el sábado, dice el Señor. Si el Espíritu Santo los llama a descansar siete días, ¿cómo lo van a justificar ahora? Si es una semana completa y no solamente el sábado. El Espíritu Santo a veces los llama a descansar por varios días, y no estamos hablando de la ocasión o de la situación donde uno quiere tomarse varios días de descanso porque se le ocurrió y ni siquiera está cansado. Sí, o sea, hay que tener un balance y entender que no todo es blanco y negro. ¿Cuál es la situación personal tuya en este momento? Más aún para los que sirven a Dios. Estoy viendo o sabiendo que el favor del Señor está sobre sus siervos en el sentido de los que le sirven en las cosas celestiales, en los que ministran al pueblo de Dios.
Muchos no quieren descansar ni siquiera un día, mucho menos varios días, porque piensan que pecan, y en realidad no se dan cuenta de que cuando el Espíritu Santo les está inspirando, les está aconsejando en sus espíritus. Porque el Espíritu habla al espíritu que tienen que descansar, porque si no, se van a enfermar. Que tienen que descansar para recuperarse y por distintas razones. Si es el Espíritu Santo el que les indica a ciertos ministros de Dios que trabajan mucho para la obra, que tienen que descansar, y no lo hacen, están entrando en pecado, porque se están rebelando contra el Espíritu Santo.
Yo (noelia) escucho la palabra «libertad». Ustedes son libres, dice el Señor. Solamente que no tomen esa libertad como ocasión para pecar.
[Gálatas 5:13, RVR1960] Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
Gracias, Señor. Enséñanos cómo descansar en ti, enséñanos los secretos del descanso, enséñanos lo que significó esa cruz, Señor. Enséñanos, Padre amado. Me viene un pasaje de las Escrituras que está en Eclesiastés, donde dice que es don de Dios disfrutar de algunas cosas que están ahí nombradas, como disfrutar de la vida. Interpretando yo esas Escrituras, es un regalo de Dios, es un don de Dios, y nosotros no estamos llamados a ser esclavos, sino libres. Pero muchos nos seguimos comportando como esclavos, como hijos de la esclava y no de la libre. Dice que es don de Dios que el hombre coma y beba. Muchos de ustedes se comportan como hijos de Agar, dice el Señor, pero no de Sara.
[Eclesiastés 3:12,13, RVR1960] Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.
Ese es el versículo que el Espíritu Santo me traía. Es decir, hay un descanso merecido y justificado para los que hacen sus labores. Aleluya. Así que piensen en esto. Es más, yo estoy sabiendo que muchos de ustedes tienen que dormir más y tienen que dormir descansando en el Señor, sabiendo que verdaderamente están habitando en Él y que Él es el descanso de ustedes. Muchos de ustedes están durmiendo poco y nada, no tienen horario, duermen a cualquier hora, se levantan a cualquier hora, y tienen que ponerle orden a los tiempos de actividad y de descanso, para que el cuerpo tenga restitución, escucho, y para que el cuerpo pueda sanar ciertas enfermedades que se están manifestando en ustedes. Muchos de ustedes no sanan porque no descansan lo que necesitan, me dice el Señor, y piensan que pecan si descansan las horas que necesita su cuerpo para recuperarse. Se sienten culpables si duermen lo que el Espíritu Santo les recomienda o lo que ustedes saben en sus conciencias que tienen que estar durmiendo.
Alguien me pregunta: ¿duermo 7-8 horas? En estos últimos meses he intentado justamente reacomodarme en lo que es el sueño, porque venía decayendo, porque me dormía a cualquier hora, me levantaba a cualquier hora. Y parte de las cosas que yo ahora estoy hablando para ustedes me pasaron a mí. Entonces, el Espíritu tenía que poner un orden en mi vida para poder servir a Dios como Él quería. Y entonces empecé a regular mi sueño y a tratar de dormir más. Aunque nunca duermo más de 6, 7 u 8 horas, ahora estoy tratando de dormir más y mejor, de dormir de verdad y de decir: voy a descansar. Y a partir de ahí pude empezar a servir más, como ustedes me ven más activa. O sea, este es mi testimonio en lo que es el descanso físico, ¿no? Porque el Espíritu me llamó la atención y me dijo: «No, es que no estás pecando cuando estás descansando, estás pecando cuando no estás descansando lo que deberías».
Y, de hecho, a muchos de ustedes el Señor les está hablando sobre el Shabat, pero no porque lo tienen que guardar según la ley de Moisés, sino porque el Señor les está diciendo que les falta descansar. Pero lo entendieron mal, ¿sí? Así que pongan orden en sus vidas, porque Dios es un Dios de orden, dice la Biblia. Es importante descansar bien y lo necesario, tanto en lo físico como en lo espiritual, ¿sí? Gloria a Dios. ¡Qué tremenda palabra! Gracias, Señor. Bueno, ahora sí, terminamos esta transmisión profética, le damos toda la gloria al Señor.
El Espíritu me dice que aún resta un descanso más para el pueblo de Dios, un descanso superior a este, al de este tiempo, que es el que el Espíritu hablaba anteriormente. Es una esperanza que Dios nos da. Va a haber un tiempo donde ya no necesitemos descansar, en realidad, porque vamos a habitar en ese descanso, porque vamos a habitar en Su presencia eternamente y para siempre. El Señor nos está alentando con esta palabra y diciendo: «Hijitos, ahora sé que se sienten cansados, pero esta vida es temporal, pasajera y efímera en comparación con el descanso que van a tener cuando estén en mi presencia». Gloria a Dios. Tengan esperanza, pero, mientras tanto, cuiden sus cuerpos, cuiden sus almas y sus espíritus, y logren un balance, porque, mientras estén en la tierra, hay un tiempo que rige todas las cosas. Hay un tiempo que corre y que rige las áreas de la vida del hombre, y por eso tienen que ser sabios, redimiendo el tiempo, pero sabiendo también cómo aprovecharlo e invertirlo, tanto en la actividad como en el descanso.
Va a llegar un momento en que ya no va a haber un tiempo que rija la vida del hombre, pero ahora no es el caso, dice el Señor. Así que sean sabios y, mientras estén pisando sobre este mundo, reposen en mí, pero reposen de verdad. Y yo veo «24-7», es decir, el Señor quiere que Él se transforme en su descanso total para ustedes. Gloria a Dios, porque los segundos, los minutos, las horas, los días y los meses están en Él, y Él es el Señor del tiempo, y Él gobierna sobre el tiempo. Así que es una ley superior la que tenemos que respetar en este tiempo. Gloria a Dios. Gracias, Padre, por esta revelación. Te amamos, Señor, y te honramos, Padre, y te damos gracias por todas estas palabras, por todas estas alianzas del cielo.
Bendigo a todos los hermanos. Padre, abre todo bloqueo en sus corazones para no entender lo que hablas. Padre, revela, confirma, restaura. Padre, inspira, liberta. Señor, da sueños, visiones y profecías, como siempre te pido, Señor, para confirmar lo que has dicho hoy y para traer luz sobre esto. Trae señales, datos, escrituras, versículos y claves para los hermanos. Padre, en el nombre de Jesús, revélate aún más a ellos. En el nombre poderoso de Cristo Jesús. Amén.
Bueno, hermanos, nos estamos viendo en dos días más. Voy a descansar, voy a descansar este fin de semana y el lunes voy a retomar, porque estoy encontrando mi ritmo de trabajo y descanso en el Señor. Amén. Y como quiero servir bien, descansada, renovada en el cuerpo, por supuesto, y también en la mente, que frene un poco y dedicarme en ese descanso a buscar, a buscar aún más al Señor en este fin de semana. Lo más posible es que no nos veamos hasta el lunes que viene, ¿sí? Así que descansen ustedes también, estudien y mediten sobre esto. ¡Qué bendición! Gloria a Dios. Aleluya. Saludos desde Argentina.