Estamos comenzando este año 2024, y el Señor dice que está moviendo fichas de lugar, acomodando el tablero, como cuando alguien reordena su casa y cambia las cosas de lugar y la prepara para recibir a un invitado. Hay dos cosas para las cuales se están preparando las naciones de la tierra en estos últimos días: por un lado, para la manifestación del hijo del diablo, para que se manifieste la cara visible del Antimesías, del Anticristo; y, por otro lado, para que se manifieste nuestro Señor Jesucristo en su venida.
Para las dos cosas se están preparando las naciones, dice el Señor. Por un lado, se prepara el escenario profético para la manifestación del hijo de Satanás, de su empoderado, de su enviado, de aquel que hará señales, prodigios y milagros engañosos para engañar, si fuera posible, a unos de los escogidos. Se preparan los escenarios, se hacen reuniones escondidas, se habla en lo secreto, se acomodan las fichas. Se libera el trono para que, cuando este pervertido, este hombre perverso, este hombre de mal, este hombre de iniquidad finalmente muestre su rostro al mundo, ese trono ya esté preparado para que él se pueda sentar allí.
Por eso, dice el Espíritu Santo, hay naciones que están tratando de apurarse para ganar terreno sobre otras naciones, porque hay líderes que forman parte de un grupo escondido que quiere dominar al mundo en lo secreto, que saben lo que se está preparando, que saben que todo tiene el fin de prepararse para que se manifieste este hijo de la perdición. Entonces, algunos líderes están desesperados por obtener más poder, por conquistar más tierras, para que su nombre sea reconocido en el mundo. Hay líderes que tienen en cuenta la venida de su amo, que es el hijo de Satanás, así como nosotros, la iglesia, esperamos a nuestro amo, que es el hijo de Dios.
Así, dos preparaciones se están dando al mismo tiempo, dice el Señor. Por un lado, es una preparación de todo lo que se está gestando, armando, para la manifestación del hijo del enemigo, de su empoderado, de su preferido, de su predilecto, de su elegido, para que cuando venga, se dé lo que está escrito y lo que se tiene que dar. Esto tiene que suceder, dice el Señor, y no tenemos que orar para que esto no se manifieste, sino para que los ojos de la gente sean abiertos cuando se manifieste, para que puedan reconocerlo, discernirlo y no caer en este engaño.
Yo (Noelia) veo un ajedrez, y todas las fichas de este ajedrez se están moviendo. Cuando yo veo un ajedrez, normalmente se refiere a la élite mundial, a organizaciones mundiales que trabajan en lo secreto, en lo escondido, en contra de Dios y a favor de los intereses de Satanás y también de ellos mismos. Ellos están haciendo los preparativos finales, dice el Espíritu de Dios, ordenando la casa, que representa al mundo en esta visión, para que pueda sentarse en el trono este líder supremo de las tinieblas. Porque así lo llaman ellos entre ellos. El Espíritu Santo me revela que así lo llaman en el infierno.
Así como Dios tiene a su Hijo en el cielo, que está sentado a su diestra y que está puesto por encima de todos en el reino de los cielos, de la misma manera las entidades espirituales de las tinieblas y los hacedores del mal en la tierra se refieren al hijo del diablo, quien está por manifestarse al mundo. Saben que es simplemente un instrumento, pero al mismo tiempo, por envidia de lo que el Hijo de Dios es, lo tratan como el hijo del diablo, lo tratan como a alguien superior, como a alguien que hay que honrar dentro de las autoridades establecidas dentro del reino de las tinieblas. Él es como una autoridad mayor, al cual honran para asemejarse a cómo funciona el reino de los cielos.
El diablo es un envidioso, dice el Señor. Él envidia a Jesús. Él tiene envidia del Hijo de Dios. Él quería ser como Jesús. Y aún después de ser expulsado, siguió deseando ese beneficio, ese título de Hijo de Dios, ese puesto que nuestro Señor Jesucristo tiene. Entonces, como no puede obtener eso, como no puede lograrlo y nunca va a poder, lo que él hizo es levantar a un hombre que es mitad hombre, mitad demonio, así como Jesús es mitad hombre, mitad Dios, por decirlo de alguna manera, tratando de explicar lo que el Espíritu Santo me va mostrando.
El enemigo intentó copiar, y él también quería tener a un hijo. Entonces, ideó este plan del hijo de las tinieblas, el hijo del diablo, el enviado. Así como Jesús fue el enviado de Dios, el diablo también levantó a su enviado. Así como Jesús vino a salvar al mundo, el diablo levantó a su ungido por el poder de las tinieblas para destruir al mundo, para condenarlo. Así como Cristo significa «ungido», así como las Escrituras lo llaman a Jesús el Ungido, el enemigo también ungió a este hijo de la perdición con unción demoníaca para poder llevar adelante la tarea que se le ha sido entregada. El Espíritu Santo nos está enseñando ahora que no solamente existen unciones que vienen del reino de los cielos, sino también hay las demoníacas, satánicas, oscuras, que otorgan poder, pero poder que viene de abajo y no de arriba.
Hijitos, dice el Señor, entiendan que todo lo que se está dando y lo que se va a dar tiene que ver con la preparación para la llegada de este hombre. Yo (Noelia) lo veo en una visión como si fuera mitad hombre, mitad demonio, cargando en él los poderes de las tinieblas a un nivel que ningún otro satanista u hombre ha cargado en su cuerpo. Entiendan que por eso las naciones están tan revolucionadas, en parte, dice el Señor. Entiendan que por eso tienen que darse las guerras que están a punto de desatarse.
Hijitos, ustedes tienen que agarrarse de los asientos del avión en el que están viajando, simbólicamente, y ajustarse los cinturones, porque ese avión se va a agitar cada vez más. Pero también sepan que ese avión está en mi mano y soy Yo mismo el que los va a llevar al aeropuerto a donde tiene que llegar. Ustedes van a llegar si tienen fe en mí y resisten hasta el final, porque van a pasar por pruebas. Se viene la prueba sobre el mundo entero, y cuando este hijo del diablo se manifieste, voy a ver quiénes de los míos pueden reconocerlo y quiénes no. Y ahí se va a mostrar dónde cada uno de ustedes estaba parado; si estaban cerca de la luz o cerca de las tinieblas; si desarrollaron sus sentidos para poder discernir y separar lo bueno de lo malo, el bien del mal; si se prepararon para cuando se manifiesten estos engaños que ya estaban escritos y avisados desde hace miles de años.
Muchos de ustedes piensan que falta mucho tiempo, pero él está a la puerta, está a la vuelta de la esquina, dice el Señor. Abran los ojos, porque multitudes van a seguirlo, y aun las personas que se alejen de una religión pura y que se metan en el ecumenismo van a ser seguidores del Antimesías que está a punto de manifestarse, porque ser ecuménico es igual a estar tibios. Hay que jugarse por una sola cosa, dice el Señor, y esa es la verdad. No se puede nadar en cinco piletas distintas. No se puede avalar una doctrina que tiene parte de verdad y parte de mentira. Ustedes tienen que ser radicales y limpiarse y santificarse, para que cuando él se manifieste haciendo prodigios, señales, milagros impresionantes que van a dejar con la boca abierta al mundo, no se confundan. Porque le será otorgado poder para hacer distintos tipos de milagros, y la gente se admirará de él, pensando que es el Mesías de Israel.
Hijitos, dice el Señor, este enviado de Satanás viene a engañar a los judíos, viene a engañar a los inconversos, viene a engañar a los tibios y viene a engañar a los escogidos, si fuera posible. Su tarea es recolectar la mayor cantidad de almas posible. Y yo (Noelia) estoy viendo una multitud de gente con velos en sus ojos, con vendas en sus ojos, que no van a poder discernirlo, reconocerlo. No van a ver lo que en realidad es, sino lo que aparenta.
Por eso, dice el Señor, es imprescindible que en estos tiempos dejen de ser superficiales, porque todo aquel que siga nadando en la superficialidad no va a poder reconocer la profundidad de la maldad de este hombre. Porque al estar uno mismo acostumbrado a lo superficial y al no meterse en las aguas profundas, al no entender las profundidades de las cosas espirituales, tampoco va a poder discernir la profundidad de la perversidad de este hombre que está a punto de manifestarse.
Solamente los espirituales van a poder verlo por lo que él es, dice el Señor, y si ustedes no se mueven y no se levantan de esa silla de la congregación, donde solo dicen amarme un día a la semana por dos o tres horas, va a ser muy fácil engañarlos, porque ustedes ya tienen puesta una venda en sus ojos. Quítensela y pídanme que los sacuda, que los levante de esa tibieza de una vez, dice el Padre. ¿Cuándo van a reaccionar? ¿No ven la tormenta que se viene sobre el mundo?
Si no se ponen a cuentas conmigo y se comprometen y se consagran a mí y de verdad entran en un pacto conmigo, dice Jesús, no solo que mientras todo se sacuda bajo sus pies no van a poder resistir de pie, sino que se van a caer en el primer movimiento o el segundo o el tercero, y van a desmayar. Y cuando se manifieste el hijo de la perdición, lo van a adorar, así como hoy adoran a sus ídolos de carne, así como hoy ustedes adoran a pastores, maestros, profetas, evangelistas, apóstoles, presidentes, jugadores de fútbol, familia, o a sus hijos o a ustedes mismos; así como hoy ustedes están adorando autos, casas, mujeres, el dinero que tienen ahorrado en el banco, dice el Señor.
Cualquier tipo de idolatría a la que le estén dando lugar hoy —incluyendo a sus mujeres, porque yo (Noelia) veo hombres que idolatran a sus esposas— va a ser una puerta abierta para que el enemigo pueda engañarte cuando se manifieste el Anticristo, porque es por la idolatría que el corazón del hombre se engancha a algo o a alguien para adorar. Y el mismo becerro de oro que levantaron los hebreos cuando ni bien salieron de Egipto, aún habiéndome visto, aún habiéndome escuchado, aún habiendo visto mis milagros y la manifestación de mi poder, dice el Señor, es el becerro que los míos levantan hoy.
Esa idolatría es la que te puede hacer caer, porque la idolatría ciega los ojos. La idolatría te deja ciego, como cuando alguien va en un camino, pero no ve por dónde está caminando y va tanteando más o menos las cosas para ver cómo seguir, por dónde avanzar. La idolatría vuelve ciego al hombre, y a todo aquel que está ciego por causa de cualquier tipo de idolatría le va a ser difícil distinguir entre lo que viene de Dios y lo que no viene.
Hijitos, dice el Señor, comprendan que realmente tienen que tomarse las cosas espirituales en serio, sin dejar de estar en el mundo, pero ustedes no son de este mundo. Muchos solamente guardan prácticas religiosas, cumplen con horarios, pero no me conocen. No conocen las cosas espirituales. No saben discernir ni el agua que toman, si está buena o si no se puede beber. ¿Cómo van a discernir qué tipo de agua les va a dar este hombre para beber cuando venga el poder del enemigo? Sean prudentes, sean valientes, sean inteligentes para el bien y no para el mal. Yo (Noelia) estoy viendo un teatro en que se está colocando la escenografía para que en poquitos minutos comience la función.
Así, dice el Señor, se está armando todo el teatro para que la obra del Anticristo comience a rodar, y muchos de mis hijos están mirando para cualquier lado, distraídos, no advertidos de lo que está a punto de manifestarse. Falta poco tiempo, hijitos, y ustedes ni siquiera creen que va a haber una persona que realice milagros que no sean en mi nombre. Es el poder del enemigo el que se va a manifestar sobre la tierra, y muchos van a caer de rodillas ante este hombre tremendamente manipulador que va a dirigir a las masas a donde se proponga.
Este Mesías tan esperado por Israel va a engañar justamente a los judíos que ya están ciegos y que no reconocieron al Hijo de Dios. Esa va a ser una de las tareas de este hombre: engañar a todos los judíos que no quieran recibir la verdad y que ya están ciegos, porque él va a ser todo lo que ellos esperan, dice el Señor. Él va a tener las cualidades que malentendieron en las Escrituras, que dicen cómo el Mesías debía de ser. Él les va a dar lo que ellos quieren. Él les va a hablar lo que quieren escuchar. Él va a ser ese gobernante admirable, tan esperado por ellos, los que no entendieron que el Mesías ya llegó.
Oren por ellos y no los maldigan, dice el Señor, para que quizás los ojos de muchos les sean abiertos antes de la manifestación de este hijo de la idolatría. Yo (Noelia) veo una línea de sangre por la cual se va a manifestar el Antimesías. Así como Jesús vino de una línea de sangre bien observada, estipulada, contada desde la creación del mundo, santificada y guardada hasta su manifestación, lo mismo sucede con el Anticristo. Él va a venir de una línea de sangre ya preparada, guardada, estipulada específicamente para que él nazca de esa línea de sangre.
Por otro lado, el mundo también se prepara para la venida del Señor Jesús. La iglesia se prepara, o debería estar preparándose para su venida. Sin embargo, muchos no lo esperan, dice el Señor, porque no creen que va a haber un arrebatamiento y porque no creen que Jesús va a volver entre las nubes, así como fue levantado entre las nubes cuando se despidió de sus discípulos. Hay una parte de la iglesia que no cree que Jesús va a volver. Hay una parte de la iglesia que cree que su obra ya está terminada y que ya no va a volver nunca más a la tierra. Estos que están engañados y que también tienen una venda en los ojos por causa de estas creencias falsas y esta falta de fe en las Escrituras, ellos también son propensos a ser engañados cuando se manifieste el hombre de pecado, dice el Señor.
Hijitos, oren para que los ojos de mucha iglesia sean abiertos, porque creer no alcanza para no ser engañado. Todo aquel que no ame la verdad de todo corazón tiene una posibilidad de caer en ese engaño del Anticristo y en muchos más. Hijitos, el tiempo está cerca. Prepárense, prepárense y lean las Escrituras y créanlas, porque Yo voy a venir en poder y en gloria, y mi majestad se manifestará desde los cielos. Vendré por mi novia cuando ya esté lista. Pero estoy pidiéndole al Padre que le dé un poco más de tiempo para que se prepare, porque se tarda y todavía no está lista. Hijitos, dice el Señor, también oren por eso, para que, llegado el tiempo de mi venida, no sean tantos los que tengan que quedarse, porque no quiero que ninguno se pierda.
Afilen la espada de la Palabra para poder cortar toda mentira que se está dando, pero que se va a manifestar acerca del Anticristo en estos últimos días. Pídanme que los libre de todo deseo de sus corazones que los pueda llevar a caer en ese engaño. Pídanme que les dé ojos para ver cuando se manifieste lo malo, porque eso malo que se va a manifestar, que es el Anticristo, será una imitación de lo bueno, y si uno no está entrenado a distinguir lo que es verdadero de lo que es imitación, entonces puede caer en la mentira.
Tienen que estar entrenados en reconocer lo que es imitación: imitación de los dones espirituales, imitación de los llamados ministeriales, imitación de cómo luce la santidad. No se dejen llevar por las apariencias, dice el Señor, sino escudriñen todas las cosas. El fruto que lleva cada una de esas cosas será lo que determine cuál es su fuente. Pero si ustedes se dejan guiar por lo que sus ojos ven, por lo que sus oídos escuchan, y a veces hasta por lo que sienten, tienen una posibilidad de errar si no están entrenados en separar las aguas —las que son verdad de las que son mentira— y en separar lo real de lo que es imitación, como cuando alguien va y compra un anillo de oro. Si esa persona que va a comprar ese anillo de oro no sabe distinguir, no fue entrenada en conocer al oro verdadero del oro falso, fácilmente la pueden engañar.
Muchos de ustedes son así, dice el Señor. Son incautos. Están desprevenidos, están desprotegidos, pero no porque Yo no los quiera proteger, sino porque no adquieren conocimiento de las cosas espirituales y porque no están entrenados en discernir el bien del mal, porque se conforman con poco y con lo cómodo.
Aprendan sobre las cosas espirituales. Aprendan sobre movimientos falsos del Espíritu Santo. Aprendan sobre la operación del poder de Satanás, porque esto va a ir en aumento: falsas sanidades, falsos milagros, falsos prodigios, dones que vienen de abajo y no de arriba, por llamarlos como lo llama la Biblia, pero en realidad no son regalos como los dones que Dios da, sino que el diablo cobra vidas una vez que da el poder demoníaco en algunas personas.
No hay nada gratis en el reino del infierno, dice el Señor. No hay nada por gracia, sino que todo tiene un precio, y es un precio caro que hay que pagar. Yo (Noelia) estoy viendo ministros con distintos títulos que ya se están moviendo en las iglesias. Son ministros de apostasía, me dice el Señor, que están hipnotizando a la gente, literalmente hablando, que miran a la gente y con el poder demoníaco de sus ojos hipnotizan a las personas que están sentadas. Estos ministros del enemigo tienen poder en sus manos para levantar a los paralíticos de las sillas, me muestra el Señor, para quitar cánceres. Pero lo que no saben esas personas que no disciernen de dónde viene este poder es que más tarde te llega la factura a tu casa. Y el diablo, a través de quitarte ese cáncer, quizás más tarde te cobra la vida de tu hijo, o te morís antes de tu tiempo en un accidente, o te quedás ciego, vos o tus hijos o alguien en tu casa. Por algún lado te va a cobrar ese milagro demoníaco que hizo.
Muchos hoy que se dicen ser cristianos están siguiendo a estos movimientos apóstatas, diabólicos, de doctrinas de demonios, y están cayendo en estos encantamientos —esa es la palabra que escucho— a tal punto que hay cristianos que lo único que quieren ver es poderes espirituales manifestados. Para ellos, los poderes espirituales se convierten en un ídolo, y ya no se trata de seguir a Jesús, de amar al Señor y de hacer su voluntad y de obedecerle. Ya no se trata de renunciar a nuestra propia vida para ganar la vida en Él. Ya no se trata de pasar por pruebas y aflicciones, de ser refinados, como dice la Palabra, de resistir hasta el final, de cuidar nuestra salvación con temor y temblor. Ya no se trata de un evangelio puro, verdadero, sacrificado, para ganar la vida eterna. Para ellos solamente se trata de la manifestación del poder espiritual. Son como pescadores, pero en vez de pescar peces, pescan palabras proféticas, pescan sanidades, pescan milagros, pescan cualquier tipo de manifestación de algún poder espiritual. Entonces, se convierten en adoradores de los poderes espirituales, y este es su ídolo.
Algunas de estas personas hasta comienzan a adorar a la persona que porta cualquier tipo de poder espiritual, ya sea que venga de Dios o que venga del diablo. El peligro con esto es que uno no entra en un pacto con Jesús para seguirlo, para servirlo, para rendir su vida a Él, sino que en realidad empieza buscándolo como por interés, para ver estas cosas manifestadas, pero no tiene un amor genuino, real, para con Él, para con el Salvador. No hay una conversión real.
A veces hay conversiones reales, pero cuando la persona comienza a buscar este tipo de manifestación de poderes espirituales, a la larga termina mal, como Balaam, por ejemplo, nada más que en vez de ir por la plata van por los poderes espirituales, por los milagros, por los prodigios, por las sanidades, por las visiones, por las profecías, por cualquier tipo de revelaciones. Eso no es lo primero que hay que buscar, dice el Señor. El motivo no debe ser buscar la manifestación del poder, sino manifestar una vida quebrantada delante de Dios.
Hijitos, abran los ojos, dice el Señor, porque estos predicadores comenzarán a abundar: los falsos pastores, los falsos profetas, los falsos maestros, los falsos adoradores, y todo tipo de falsos que ustedes pueden mencionar, todo tipo de copia. Todo ministerio, o servicio, o comportamiento que viene de Dios se va a manifestar a la manera del diablo, y muchos creyentes en Jesús van a caer en esa trampa, porque van por eso. Como son pescadores de los poderes espirituales, donde haya estas piletas para poder pescar poderes espirituales, ahí van a estar ellos, detrás de ese queso, como un ratón que corre para comer.
Me viene a la mente Simón el mago, que quiso comprar el poder del Espíritu Santo de los apóstoles y les dijo (Hechos 8:19): «Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo». Así son los adoradores de los poderes espirituales, dice el Señor: tienen codicia de los poderes espirituales. Es una codicia de los poderes espirituales que llega a hacer perder a la persona, que llega a enloquecer, que llega a hacer pensar a la persona que, si eso no está, no sirve de nada creer en el Señor; que, si eso no está, hay algo que no viene de Dios.
Tengan cuidado, dice el Señor, porque es una línea muy fina entre profetizar y adivinar. Es una línea muy fina entre ser un instrumento para el bien y dejar de serlo por darle lugar a la codicia de los poderes espirituales y convertirse en un instrumento del mal. Tengan cuidado, porque el enemigo anda buscando y oliendo a todo aquel que se diga ser de Jesús, pero que en realidad sea un adorador de este becerro de oro, que son los poderes espirituales. Si ustedes ponen primero recibir palabra profética antes que caminar en santidad, están propensos a caer en este engaño.
Yo (Noelia) no le estoy quitando peso al don profético ni a la palabra profética, ni mucho menos, pero hay gente que se olvida de lo primero para buscar lo segundo. Veo gente que quiere tener visiones todo el día, que lo único que hacen es hablar permanentemente de lo que se les es revelado porque, si no, sienten que no valen nada en el fondo de sus corazones, y están todo el día pidiéndole al Señor: «Señor, dame sanidades, dame milagros», mostrándole sus manos al Señor, lo cual hasta un punto es bíblico y no tiene nada de malo, porque la Biblia dice que anhelemos los dones espirituales y especialmente que profeticemos, porque el que profetiza edifica la iglesia.
Sin embargo, el Señor nos habla aquí de una codicia de la profecía que no está sana y que es diabólica. Porque cualquiera que esté pescando cualquier tipo de pez y esté desesperado con tal de pescar un pez, va a encontrar qué pescar, pero no todo pez va a venir de Dios. Si presionás el uso de los dones espirituales y no los estás usando bajo la guía del Espíritu Santo, estás a un paso de la adivinación. Estás abierto para que el enemigo te engañe fácilmente, inclusive hasta te use para su reino y no para Dios, porque el que profetiza es como un radar. El radar siempre va a estar ahí. El radar siempre va a estar disponible. Pero la pregunta es: ¿Hacia dónde se dirige ese radar? ¿Para recibir de qué lado?
Los dones y los llamamientos son irrevocables, dice la Biblia. Es decir, la capacidad de recibir siempre va a estar ahí. Pero la pregunta es: ¿De dónde recibe ese radar? Una persona puede estar recibiendo un tiempo de parte del Señor, pero si se desvía, si empieza a codiciar cosas que no son de Dios y entra en pecado y sigue utilizando igual ese radar, entonces el radar ya no va a recibir de parte del Señor, sino de parte del enemigo. Esa persona ya no va a estar recibiendo revelaciones del cielo, sino de la oscuridad, y es fácil, porque el diablo sabe cómo Dios habla y utiliza el mismo lenguaje a veces, y hasta da visiones semejantes o sueños parecidos.
El Señor nos está enseñando todo esto porque eso es el tipo y el nivel de manifestación del engaño que se viene en este tiempo. El diablo quiere tomar profetas de Dios, como era Balaam en un principio, y convertirlos en profetas suyos, en profetas falsos. El diablo quiere y está buscando tomar instrumentos dotados de parte del Señor, pero que se desvíen y estén como embelezados por la manifestación de los poderes espirituales y corran detrás de eso, o detrás del dinero. Y así, cayendo en esta perdición, se convierten en instrumentos del enemigo, aun teniendo las capacidades que tenían antes de caer.
Así que un mismo radar puede ser utilizado para el bien como para el mal, para arriba como para abajo, y es muy fino cruzar de una habitación a la otra; es muy fácil ensuciar el vaso. Por lo tanto, no sean ignorantes de los dones espirituales, dice la Biblia, pero también dice la Biblia que aquellos que son guiados por el Espíritu de Dios, esos son los hijos de Dios, y que al árbol se le juzga por los frutos. No utilices lo que el Señor te ha dado como a vos te convenga, como a vos te guste, como vos lo creas, como los otros te piden. No lo utilices bajo presión. No te dejes empujar. No te dejes convencer. Lo primero es la santidad, lo primero es la comunión con Dios, lo primero es conocer las Escrituras, mantenerse en oración, en pureza, para que tu vaso no se ensucie y siempre se mantenga alineado con la voz de Dios.
Como confirmación de lo que les estoy diciendo, vuelvo a ver a este hombre que está en una iglesia cristiana, que en realidad es un lobo disfrazado de oveja. Tiene toda la pinta de ser un ministro cristiano poderoso, un apóstol ungido, como muchas veces se les llama ahora entre ellos mismos. Y no estoy diciendo que esto no pueda ser así, porque el Señor unge a sus ministros, sino que muchos de estos «apóstoles ungidos» no lo son, no están ungidos de parte de Dios, y lo que van a hacer es mezclar parte de la verdad con la mentira, como ya lo están haciendo y lo han hecho desde siempre. Ellos van a ir a pescar profetas verdaderos para convertirlos en profetas del diablo, en profetas falsos. Van a ir a buscar gente que realmente tenga dones de sanidades dadas por el Señor, pero los van a tratar de pervertir y que se vendan de tal manera que cuando obren milagros se manifieste también el poder del enemigo en sus manos.
Imagínense el nivel de la perversión de lo que se viene. Esto ya está pasando, porque está en la Palabra y Jesús mismo avisó antes de irse que esto va a pasar. Esto pasó desde siempre. Pero lo que el Señor está avisando es que el nivel de la apostasía que se viene, el nivel de engaño, el nivel de manipulación de las masas, el nivel de mentira y el nivel de parecido con lo real —porque va a ser muy parecido a lo real, va a ser muy difícil de distinguir si realmente no estamos con los ojos abiertos— va a ir en incremento, y cuando el Anticristo se manifieste sobre la tierra, ya va a tener muchos seguidores que van a estar caminando bajo el mismo nivel espiritual no tan alto. Así como Jesús tenía miles de seguidores cuando vino a la tierra, el Anticristo también va a ser así. Él va a caminar y los van a seguir las masas, pero estos seguidores ya van a estar preparados para recibir este engaño que él tiene para darles.
El punto del Señor en esta palabra es: si no abrimos los ojos, nos va a dar igual un pan sin levadura que un pan con un poquito de levadura. En ese punto, me dice el Señor, sí tenemos que ser extremos como los judíos ortodoxos, que cuando no comen pan con levadura, realmente no comen pan con levadura. Es decir, cuando los judíos ortodoxos no tienen que comer pan con levadura por ciertos días, realmente no hay una miga de levadura en toda su casa. Es extremo. Todas las medidas que ellos pueden, las toman, para que no haya pan con levadura. En los supermercados de Israel no se vende levadura durante esos días en que no hay que comer panes con levadura. Yo estuve ahí. Yo lo vi.
Tomen de eso la seriedad con la que toman las cosas espirituales, dice el Señor. No que no coman panes con levadura, sino la actitud. Hay mucho pueblo que critica a los judíos no convertidos, no mesiánicos, pero en gran parte, a nosotros nos caracteriza una tibieza y una mundanalidad. Así nos ven esos judíos a nosotros y dicen: «Sí, ustedes creen que Jesús es el Mesías, pero ¿cómo puede ser si se los ve iguales al resto del mundo? Son iguales. Son mundanos. Son superficiales. ¿Dónde está la seriedad de seguir a Jesús?» No lo entienden. Somos como un chiste para ellos. Estoy tratando de transmitir con mis propias palabras lo que me enseña el Espíritu Santo, teniendo mucho respeto siempre por el pueblo judío. Ellos son radicales. Ellos son totales. Ellos no tienen medias tintas. Ellos tratan de guardar todo lo que pueden, como lo escribió Moisés, a rajatabla.
No estoy diciendo que hay que guardar los preceptos y demás que se le fue dado a Moisés hasta el tiempo del pacto de Jesús, sino que el Señor está diciendo que al menos ellos no son tibios. Y la Palabra dice que el Señor va a vomitar a los tibios de su boca. Al menos ellos son serios con lo que hacen, se juegan por lo que creen, viven lo que leen, quizás no al 100%, pero en un nivel muchísimo mayor que nosotros. El Señor dice que de ellos podemos aprender ese compromiso con lo que creemos.
Este es el comienzo de profecías para las naciones que el Señor va a estar entregando en estos días, distintas cosas que el Espíritu de Dios va a estar hablando y explicando a su iglesia: ¿Por qué se están dando las cosas que se están dando en Latinoamérica, en Norteamérica? ¿Por qué hay naciones que caen y otras que se levantan? ¿Por qué hay cambios tan rotundos? ¿Qué está pasando? Y en esta transmisión, el Señor dice que hay una razón para todas estas cosas. Por un lado, es la preparación para la manifestación del hijo del diablo, del ungido del enemigo. Y por otro lado, es la preparación para la venida de Jesús.
Hijitos, tengan esperanza, dice el Señor, porque les voy a seguir hablando, les voy a seguir trayendo claridad, para que ustedes sepan por dónde están andando, porque son tiempos muy peligrosos, extremadamente oscuros, pero más que eso, son tiempos demasiado mentirosos.
Yo (Noelia) estoy viendo que nuestra realidad no es lo que parece. Las cosas no son lo que se dice ser. Las noticias no dicen la verdad. Los medios de comunicación nos mienten. Las organizaciones mundiales que supuestamente están armadas para protegernos no lo hacen ni lo quieren hacer. Los gobiernos buscan su propio bien y no el de las poblaciones. Todo lo que vemos es prácticamente un escenario armado que, si uno sopla por el espíritu, se desarma y no puede permanecer, porque son cosas que no son duraderas, dice el Señor. Son cosas pasajeras que están puestas hasta la manifestación de todas las cosas. Son cosas que tienen que darse, que tienen que pasar, pero son como un escenario ficticio que se va a desarmar.
Me viene a la mente la película The Truman Show con Jim Carrey. La vi cuando estaba en el mundo, pero ahora ya no veo esas películas. Sin embargo, el Señor me lo trae a la memoria porque dice que es exactamente lo que pasa. Esta persona pensaba que tenía una vida real, pero todo era una apuesta, un show.
Así es donde ustedes viven hoy, dice el Señor. Están siendo observados, están siendo engañados, están comiendo lo que ellos quieren que coman, están viendo lo que ellos quieren que vean, están escuchando las palabras que ellos quieren hablar, de las cuales la mayor parte no es cierta. Los están engañando, les están mintiendo, los están enjaulando, y no hay escapatoria, porque esto ya está en un punto que no hay reversa, no hay vuelta atrás. No hay nadie que lo pueda desarmar ni que lo deba desarmar, porque son cosas que tienen que darse, dice el Señor. Lo importante es que ustedes resistan hasta el final y que ustedes sepan que donde están ahora viviendo no es la realidad.
El Espíritu también me habla de otra película, porque el Señor habla como quiere y utiliza los símbolos que quiere para que entendamos lo que Él quiere decir. Pueden ser películas, pueden ser canciones, poemas, escrituras, libros, lo que sea. Yo estoy viendo ahora la película Matrix, donde el protagonista se despierta y toma una pastilla que provoca que él se dé cuenta de que no vivía en la realidad, sino que todo era algo armado, algo ficticio, una mentira. Si él quería vivir en la verdad, iba a ser duro y le iba a costar un precio. Iba a tener que renunciar a los placeres carnales y a otras cosas.
Así es la vida del humano en esta tierra, dice el Señor. Todo está absolutamente tejido. Todo está absolutamente armado. Los grupos secretos, las logias y demás, los masones, el Papa y los católicos de alto rango en el Vaticano, los que están en las cabezas de las religiones principales, son todos parte de lo mismo, pero con otro color, dice el Señor. Por eso se están reuniendo en ecumenismo, porque les da igual si es Alá o si es Buda. Para ellos es lo mismo. Es toda una fachada. Su objetivo es poner a las masas en una misma bolsa, dice el Señor, y mover esa bolsa de manera que se junten, que se armen como un conglomerado de creencias en el nombre del amor, dicen ellos. Y así caen las multitudes, porque no saben lo que es el amor, porque la verdad no se les ha manifestado, porque la luz no les ha llegado, porque no les ha amanecido.
Oren por eso también, dice el Señor, para que muchos despierten de este engaño. Pero el Señor repite que no creamos en todo lo que vemos rápidamente en la primera instancia, que escudriñemos absolutamente todo, hasta el hermano que se nos sienta al lado en la congregación, hasta el pastor invitado que viene a dar una prédica. Tengan cuidado, dice el Señor, porque el engaño está camuflado permanentemente en todos lados y en todas las áreas donde ustedes se mueven. Los brujos están escondidos en el trabajo, en la iglesia a donde ustedes van, en la política, en los canales de televisión, en el deporte, en el gimnasio, en todos lados, dice el Señor, y ustedes están como alguien que está ciego y que no se da cuenta de en qué aguas está nadando.
Pidan discernimiento al Señor. No le den lugar al miedo, sino que tomen conciencia de quiénes son. Aprendan a discernir. Empápense aún más de las Escrituras para poder discernir. Oren permanentemente y pidan guía al Espíritu Santo. Pregunten al Señor cuando tengan dudas cerca de alguna persona y sean prudentes.
El Señor me repite que pesemos todas las cosas en la balanza, que consultemos con otros hermanos: «¿Qué te parece esta persona, este profeta, este maestro, este pastor? Mirá, me parece que no está bien. ¿Qué pensás que es? ¿Qué dice la Palabra?» El Señor dice que nos agudicemos como espada con espada, que nos afilemos como dos espadas que se agusan entre ellas. El Señor dice que busquemos la verdad permanentemente y que Él, si estamos caminando rectamente, nos la va a otorgar y nos va a guardar de todo este engaño.
El Señor tiene un remanente en su mano, un remanente escogido por gracia, que va a ayudar a muchos a que despierten del sueño en el que están. El Señor está hablando de la Iglesia. Hay un remanente escogido por gracia, al cual el Señor ya le abrió los ojos sobre estas cosas que estoy hablando hoy, y el Señor está usando a esas personas para abrirle los ojos a los demás, para prepararlos, para reconocer el engaño que viene y la apostasía que ya se está manifestando, para que se preparen para la prueba que viene.