Bendiciones. Dios te bendiga, amado pueblo del Señor. Hoy es 24 de enero del año 2024, y en esta oportunidad estoy aquí para impartir al pueblo del Señor, lo que el Espíritu de Dios vea conveniente que cada uno de ustedes necesita.
Oh Señor, reparte acorde a tu voluntad, Padre, lo que cada uno necesita para cumplir tus propósitos en sus vidas. Lo que cada uno de ellos, Señor, está necesitando: cada herramienta, cada instrumento, cada don, cada unción. Señor, cada manto que cada uno de los que hoy se conecta en este vivo está necesitando. Señor, imparte por tu Espíritu, Señor, con poder y manifestación de ese Espíritu, Padre, a tu pueblo hoy.
Yo estoy viendo ya para comenzar, vasos vacíos, vasos que tienen poca agua, vasos que están necesitando ser llenados, vasos que se sienten secos, vasos que necesitan de un relleno para poder continuar realizando las actividades del cielo, que el Señor los está llamando a hacer.
El Espíritu de Dios te dice hoy, hijitos, he escuchado sus oraciones, hijitos, y envío este vaso profético para que ustedes puedan recibir esa agua que están necesitando, mediante la profecía. Porque dice la Palabra del Señor:
[1 Timoteo 4:14, RVR1960] No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio.
Así que, mediante la imposición de manos, a través de la profecía, es una de las maneras en que se puede recibir impartición. Pero no solamente mediante la imposición de manos, es que una impartición de parte de Dios se puede dar, sino que el Señor utiliza la boca de sus siervos para impartir, y establecer sobre la tierra lo que Él quiere que llueva del cielo.
Me viene una porción de la Escritura a donde se le pide al Señor: «Señor, envía la Palabra y con eso será suficiente». Ese es el poder que tiene la Palabra del Señor en un vaso profético, a través del Espíritu Santo de Dios y guiado por su voluntad, el poder de hablar y que se manifieste, el poder de enviar una impartición y que se manifieste en el recipiente, donde Dios ha decretado que se reciba. Porque esta fuente está disponible para estos últimos días. Dice, por ejemplo;
[Mateo 8:8-10, RVR1960] Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
Así continúa esta porción de la Escritura, donde podemos ver que el centurión estaba consciente del poder de la Palabra que era enviada por el Espíritu Santo de Dios a través de Jesús, y él dijo: «Y mi criado sanará». Y aquí estamos viendo como los dones de sanidades, que operaban en Jesús a través del Espíritu Santo de Dios, impartieron esta sanidad en el criado de este centurión, por la Palabra.
Por eso, respaldando bíblicamente lo que el Señor me ha mandado a hacer hoy, contigo, comienzo esta ministración por el Espíritu de Dios, deseando que sea de bendición para tu vida, que sea de aliento para tu vida, que sea de empujón para tu vida, para que, a partir de hoy, recibiendo esta impartición de lo que sea que el Señor te quiera dar, comiences con un paso más afianzado tu camino espiritual, comiences a caminar de una manera más fortalecida. Y no solo eso, sino que cuando trabajes en la viña del Señor, dispongas de las herramientas que necesitas para ser eficiente para su reino y llevar mucho fruto.
Yo estoy viendo ahora, en primer lugar, quiero aconsejarte que si hay algo que esté dando vueltas y que pueda ser de manchas en tus vestiduras, que te arrepientas ahora de cualquier cosa que pueda estar ofendiendo al Señor, quebrantando sus leyes espirituales.
Y una vez que te arrepientas, que recibas el perdón del Señor y allí estés, te conviertas en una persona digna de recibir lo que él te quiera dar sin ninguna pared que te separe de Él. Así que, si hay algo de lo cual el Espíritu Santo ahora te esté redarguyendo, y de lo cual te tengas que arrepentir, no pierdas tiempo, pídele perdón al Señor por ese pecado para que Él te pueda limpiar y una vez que tus vestiduras estén blancas, sin manchas, nuevamente estés apto para pedir lo que necesites al Señor y que Él no encuentre una pared de separación contigo para poder dártelo, para poder otorgártelo.
[Lucas 16:25-26, RVR1960] Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Y además de todo esto, una gran cima está puesta entre nosotros y vosotros; de manera que los que quisieran pasar de aquí a vosotros no pueden, ni de allí pasar acá.
Porque dice también en las Escrituras:
[Lucas 11:11-13, RVR1960] ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará una piedra? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Es decir, mientras yo voy ministrando pídele al Señor, lo que Él puso en tu corazón, que tenéis que pedir para recibir esa impartición de lo alto acorde a lo que el Espíritu Santo te indique. Y él tiene sus puertas abiertas y las vasijas llenas para darte de ese aceite que estás necesitando.
Así que, Padre, cualquier cosa que, que te ofenda, Señor, en nuestras vidas, cualquier pecado que pueda generar una separación entre tú y nosotros, te pedimos perdón en este momento, Señor. Te pedimos que nos limpies para ser aptos de recibir cualquier cosa que quieras impartir a tus hijos en esta noche.
Así que, lo que imparta el Señor en esta noche va a estar de acuerdo a los propósitos de Él en tu vida, de acuerdo a lo que Él quiere que hagas para servirlo. Porque si hay un agricultor, las herramientas que el Señor le va a conceder no son una tijera, un peine y un rulero. Si eres agricultor, el Señor te va a dar una herramienta para arar la tierra, una herramienta para romper las piedras, que están en esa tierra, como un pico, por ejemplo. Te va a dar herramientas que necesitas para realizar ese trabajo de agricultura. Y si eres un mecánico, el Señor no te va a dar, por ejemplo, unas zapatillas de baile, sino que te va a dar una tuerca, una tenaza, tal vez un martillo o lo que sea que un mecánico necesita para realizar ese trabajo.
Es decir, lo que el Espíritu de Dios va a estar impartiendo en esta noche va a estar acorde a tu constitución espiritual, a tu constitución física, a tu constitución emocional y acorde a la preparación que el Señor ha estado haciendo contigo, este tiempo atrás, para que cuando recibas lo que vas a recibir esta noche, ya estés listo para poder comenzar a usarlo y sepas para qué tenés que usarlo.
Yo (Noelia) empiezo a ver ahora mismo que caen mantos proféticos sobre las espaldas de algunos de ustedes. Y me viene, mientras tanto, ese versículo que dice que el que pida, que pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar que es llevada de un extremo a otro y el que no pida con fe, que no piense que va a recibir algo del Señor, porque la fe es lo que manifiesta lo invisible. La fe es lo que manifiesta lo espiritual, en lo real, en lo físico. La fe es lo que provoca la manifestación de las cosas espirituales en el plano de lo físico.
[Santiago 1:6-8, RVR1960] Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
Así que, si encuentras que en tu corazón hay alguna falta de fe, te recomiendo que te arrepientas ahora, que le pidas perdón al Señor, que ya no le des lugar a esa incredulidad, porque es una de las cosas que genera paredes espirituales, para no recibir lo que Dios te quiere dar.
Yo (Noelia) estoy viendo ahora mismo, que mientras yo estoy hablando, el Señor está repartiendo mantos proféticos a través de esta ministración, sobre la espalda de muchos de ustedes, que el Señor está llamando a profetizar y que el Señor va a utilizar de ahora en más para entregar palabras proféticas a personas, para entregar palabras e inclusive para entregar palabras proféticas a naciones y a reyes.
Hijitos, no tengan miedo, porque a partir de ahora muchos de ustedes, van a empezar a comenzar a recibir palabra del Señor. Cuando esto suceda, simplemente tienen que entregar esos mensajes, hablar lo que reciban por el Espíritu de Dios, pesarlo acorde a las Escrituras. Y quizás con algunos otros hermanos que conozcan de profecía y, una vez pesado ese mensaje en la balanza de las Escrituras y discernido ese mensaje, tendrán que entregarlos.
Pero yo (Noelia) veo que caen mantos sobre espaldas y ahora están cayendo mantos de intercesión profética. Me muestra el Espíritu Santo de Dios sobre muchas mujeres que han estado pidiendo revelación de lo alto para saber cómo interceder acorde a la voluntad del Señor.
Yo estoy viendo que hay muchas de ustedes, que han pedido a Dios en oración mientras estaban en intercesión, que el Señor les conceda revelación profética para saber cómo orar, como viendo en lo espiritual lo que sucede para interceder, intervenir en esos asuntos espirituales de una manera eficiente.
Porque muchos de ustedes están recibiendo ahora no solamente este manto profético que yo estoy viendo, y me viene el pasaje donde Elías, se le cae el manto cuando se va en el carruaje de fuego y Eliseo recibe ese manto, es una impartición profética que están recibiendo ahora, de un manto profético y, por otro lado, otros de ustedes están recibiendo este manto profético, pero específicamente para realizar una intercesión profética, una intercesión a través de lo que revela el Señor que está sucediendo en lo espiritual o que se está forjando en lo espiritual y que debe manifestarse si viene de Dios ese plan, o que, debe ser cortado a través de la intercesión si viene del enemigo.
A partir de ahora, muchos de ustedes, cuando comiencen a interceder por personas, congregaciones, pueblos, naciones, reyes. Antes no recibían una revelación profética de lo que estaba aconteciendo y no sabían cómo orar por esas cosas, pero a partir de hoy se van a sorprender, porque mientras empiecen a interceder van a recibir por revelación lo que está sucediendo para cortar o destruir cuando venga del enemigo o para plantar y edificar, cuando estos planes, estas cosas que el Señor les va a revelar venga de Él, como dice: Jeremías 1.
[Jeremías 1:10, RVR1960] Te he puesto en este día sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar y para destruir, y para arruinar y para derribar, y para edificar y para plantar.
Muchos de ustedes a partir de ahora van a saber establecer lo que se gesta en el plano espiritual a través de esa intercesión por revelación profética. Dice el Señor:
[2 Reyes 2:13-14, RVR1960] Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.
Y así podemos leer como continúa este pasaje de la Biblia, es una forma de impartición que algunos de ustedes están recibiendo en esta noche.
Yo (Noelia) estoy viendo ahora, manos que se prenden fuego. Yo estoy viendo manos que estaban como frías, manos que estaban hasta como congeladas algunas manos, manos que el Señor quería usar para sanidades, para milagros, para impartir el don del Espíritu Santo a través de la imposición de esas manos.
Estoy viendo manos que son herramientas que Dios quiere utilizar para que ores por otras personas, para bendecirlas o para que reciban sanidad del alma o sanidad del cuerpo, entre otras cosas, o también para que impartas lo que sea que el Señor te haya concedido, pero eran manos que no estaban ungidas, las que yo estoy viendo, manos que no estaban encendidas.
Y que ahora a través de esta oración en el nombre poderoso de Cristo Jesús, se están encendiendo el fuego y testifiquen por favor, porque muchos de ustedes están sintiendo ahora mismo fuego en esta parte de las manos, calor en esta parte de las manos y el Espíritu Santo me está poniendo como señal a mí misma ahora, ese calor, ese fuego en esta parte de las manos como confirmación de que ustedes están recibiendo esta unción profética en sus manos.
Reciban ahora esta impartición de dones espirituales que se usan a través de la imposición de manos o que se imparten a través de la imposición de manos. Fuego en estas manos, en el nombre de Jesús. Si hay algunos de ustedes que han cometido pecados con sus manos, los invito a arrepentirse de todo pecado del cual no se hayan arrepentido, cuidado, porque algunos de ustedes, me muestra el Espíritu Santo, no están aptos de recibir esta impartición porque están maltratando a sus hijos, pegándoles con las manos, ya sea que le llames disciplina, sea que le llames llamado de atención o como quieras llamarle, utilizando tu lenguaje terrenal, el Espíritu Santo me está diciendo, no importa cómo ustedes lo llamen, frente a mis ojos esto es pecado de violencia, esto es abuso físico.
Por más que sea una pequeña cachetada, cuando utilizas tus manos para pegarle a tus hijos porque eso es lo que sucede, tus manos están manchadas y muchos de ustedes esto no lo están teniendo en cuenta, no estaban conscientes o se los enseñaron de distintas maneras, pero hoy el Señor te dice si eres uno de esos, uno de esos padres o una de esas madres, que disciplina a sus hijos en esta forma física a través de la violencia corporal, entonces este pecado te va a funcionar como una piedra de tropiezo, para que puedas recibir esta unción en tus manos porque tus manos están manchadas.
Primero hay que arrepentirse, pedirle perdón al Señor y ser limpiado de estas manchas en las manos para que el Señor después te encuentre digno de recibir esta unción en tus manos. Pero hay otros pecados, como robar, como masturbarse, como tocar cuerpos que no son de un esposo, de una esposa y demás, cualquier tipo, fumar marihuana, o fumar cigarrillo, cualquier tipo de pecado que estés cometiendo con tus manos, arrepiéntete ahora para que el Señor pueda limpiarte en el espíritu, perdonarte y que puedas recibir la bendición del Señor en este tiempo.
[1 Timoteo 2:8, RVR1960] Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.
Sigo ahora, impartiendo el fuego del Espíritu Santo sobre las manos que el Señor quiere utilizar, para impartir. Tengan fe, porque ahora están recibiendo poderosamente. Yo (Noelia) estoy viendo ahora, poderosamente, estoy viendo como el fuego del Espíritu Santo está ungiendo muchas manos. Siento un fuego tremendo en mis manos y van a sentir que las manos empiezan a traspirar también a veces, las palmas de las manos, y a veces hasta van a ver como unas, partículas doradas en sus manos, que es una señal de la manifestación de la unción del Espíritu Santo en sus manos, en este momento.
Yo (Noelia) imparto ahora dones de sanidades por el espíritu de Dios. Imparto ahora dones de sanidades de enfermedades mentales en esas manos. Imparto ahora dones de sanidades de enfermedades de los huesos, articulaciones y músculos del aparato locomotor en el poderoso nombre de Cristo Jesús. Imparto ahora dones de sanidades de enfermedades digestivas y alimenticias.
Muchos de ustedes, a partir de ahora, el Espíritu Santo los va a llamar a que oren con imposición de manos, para que ciertas personas reciban sanidad de enfermedades alimenticias como anorexia, bulimia y todos estos tipos de desórdenes alimenticios. Imparto dones de sanidades de cánceres en el nombre de Jesús.
El Señor me dice que algunos de ustedes están recibiendo milagros para orar a través de la imposición de sus manos por ciertas personas que están sordas, pero que a través de esa imposición van a recibir la audición.
Algunos van a orar por ciegos y van a recibir la vista. Yo (Noelia) veo mudos que van a comenzar a recibir la voz cuando ustedes hagan imposición de manos por causa de esta impartición. Porque muchos de ustedes tienen mucha sed de recibir estas cosas y han estado clamando por estas cosas, me dice el Espíritu de Dios. Y esto es parte de esa respuesta. Reciban ahora unción de lo alto en sus manos. Yo unjo todas las manos acordes a la voluntad del Señor, con el aceite del Espíritu Santo para que funcione como una especie de gasolina, de combustible para que nunca te quedes sin aceite de lo alto, para imponer las manos y que ese aceite sea impartido, espiritualmente hablando, de tus manos al cuerpo de las otras personas que necesitan sanidad y que necesitan milagros.
Yo lleno ahora tu jarra de aceite en el nombre de Jesús. Yo estoy viendo ahora inclusive que algunos de ustedes están recibiendo sanidad de sus manos. Yo veo a alguien que le dolían las manos, que le dolían como las articulaciones, pero por causa de esta impartición, esas manos son sanadas. Hay manos que estaban atadas, pero que en este momento las desato en el nombre de Jesús, para poder recibir esta unción, para poder recibir estos regalos del cielo. Porque algunas manos de ustedes estaban así, en el espíritu, como atadas, pero ahora yo las desato en el nombre de Jesús.
Corto toda brujería contra las manos, en el Nombre de Jesucristo, para que puedan abrir esas manos y recibir estas piedras preciosas del cielo. Oro por esas manos que acá testifican los hermanos que les dolían. Oro por esas manos porque había misiones de sequedad en tus manos y me viene la parte de la Escritura donde dice; que el Señor sanó a un hombre que tenía la mano seca. Algunos de ustedes, el diablo les estaba secando las manos por distintos motivos, pero yo ahora quito esa misión de sequedad sobre tus manos y humedezco tus manos espiritualmente hablando, a través del agua del Espíritu de Dios. Hidrato tus manos a través del Espíritu Santo de Dios. Hablo movilidad a tus manos, en el nombre de Jesús. Tengan fe, dice el Señor. Tengan fe, hijitos, porque no hay nada imposible para mí.
[Marcos 3:1-5, RVR1960] Y volvió a entrar en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano. Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle. Y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio. Luego les dijo: ¿Es lícito en el día de reposo hacer bien, o hacer mal? ¿Salvar la vida a un hombre, o quitarla? Pero ellos callaron. Y mirándolos en derredor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y fue restaurada sana como la otra.
No me pongan barreras, dice el Señor. Porque algunos de ustedes no creen, que pueden recibir mediante esta transmisión. Algunos de ustedes no creen, que, si un profeta envía la palabra, esa palabra llega y hace todo lo que el Señor quiere y cumple todo propósito para lo cual fue enviada. No me limiten.
Yo (Noelia) veo los cielos que se abren ahora para algunos de ustedes que no creían, pero que ahora se están arrepintiendo y le están abriendo la puerta al Señor para que pueda venir a sus casas y bendecirlos.
Yo (Noelia) ahora hablo sanidad a toda mano, a todo brazo, en el nombre de Jesús. Y no solo eso, sino que yo unjo las manos y los brazos. Y el Espíritu me está revelando ahora que una de las funciones que están recibiendo algunos de ustedes es para abrazar y traer sanidad a las personas que abracen, por la inspiración del Espíritu Santo. Como una forma de operar en las sanidades, es una forma de operar en las sanidades que cuando un hijo de Dios, que sus brazos están ungidos, cuyos brazos están ungidos, cuando este hijo que tiene los brazos ungidos abraza a una persona que necesita afecto, abraza a una persona que necesita sanidad del alma, abraza una persona que tiene problemas de rechazo, problemas de soledad, problemas de abandono y problemas de autoestima, de desvalorización y demás.
Cuando un hijo de Dios está ungido para abrazar, entonces esa persona recibe sanidad del alma, recibe ese amor de parte de Jesús que necesita a través de esos brazos ungidos. Y ustedes traen sanidad a esa alma. Yo veo brazos prendidos en fuego en esta hora, brazos ungidos, brazos fortalecidos en esta hora. Créanlo, dice el Señor, porque estoy utilizando en este tiempo de tristeza, en este tiempo a donde la depresión abunda por doquier, inclusive en la iglesia del señor Jesucristo.
Estoy utilizando a muchos de mis hijos para ser impartidores de mi amor y de mi sanidad a través de los abrazos. Estoy llamando a muchos de ustedes a ser abrazadores del reino, para que abracen a almas que necesitan ser contenidas, pero con una unción especial que viene de lo alto. Estoy ungiendo brazos que quieran abrazar en tiempos de pandemias, donde el enemigo no quiere que nos toquemos, no quiere que nos saludemos con un ósculo santo como dice la Biblia, no quiere que nos abracemos, eso es lo que quiere el enemigo y lo que ha logrado muy, pero muy efectivamente en esta pandemia del Covid-19 que se dio recientemente.
[Romanos 16:16, RVR1960] Saludaos unos a otros con ósculo santo. Todas las iglesias de Cristo os saludan.
El enemigo ha logrado distanciarnos, distanciar nuestros cuerpos, pero dice el Señor, Yo unjo en este momento a muchos de ustedes para ser abrazadores del Reino.
No tengan miedo de abrazar, no tengan miedo de amar, no tengan miedo de impartir al Espíritu Santo a través de esos abrazos, porque cuando ustedes abracen, sin miedo, inspirados por el espíritu de Dios, no van a ser ustedes, voy a ser Yo, el que estaré abrazando a esas almas necesitadas, a través de ustedes.
Permítanme, sean un instrumento mío, un vaso donde pueda derramar mi amor, para ser a través de ustedes a los que lo necesitan. Hijitos, hijitos, hijitos, estoy empoderando a mi pueblo en este tiempo. Estoy ungiendo a mi pueblo, estoy levantando a mi pueblo, para que impartan dones espirituales, para que repartan lo que les he dado, para que lo multipliquen a las naciones, dice el Señor.
No se guarden lo que les he dado. No tengan miedo porque sus vidas no se van a cortar, antes de lo que Yo lo haya planeado. Y el Señor está diciendo esto porque durante la pandemia, el diablo nos hablaba de que teníamos que mantenernos lejos porque si no nos íbamos a contagiar del covid y nos íbamos a morir, pero dice el Señor, se están olvidando de que tengo un plan para sus vidas, de que soy Soberano sobre todas las cosas y de que el hilo, el cordón, no se va a cortar, antes de que Yo lo haya decretado.
Y me viene la porción de la Escritura donde Jesús sanaba a los leprosos y la lepra es altamente contagiosa, pero el Señor y los apóstoles en las Escrituras dice que sanaban a los enfermos, que sanaban a los leprosos. Reciban dones de sanidades ahora en el nombre de Jesús.
[Mateo 8:2-3, RVR1960] Y he aquí, vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, extendiendo la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante fue limpiado de su lepra.
[Hechos 5:15-16, RVR1960] De tal manera que sacaban los enfermos a las calles y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y de la ciudad venían a Jerusalén muchos, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados.
Yo (Noelia) veo copas, veo una copa llena de vino. Esta copa de vino se derrama sobre la Tierra. Hoy les doy de beber, dice el Señor, un vino nuevo, hoy les doy de beber un vino nuevo, para todo aquel que tenga sed. Porque soy un Señor milagroso. Soy el Señor de los milagros, soy el Señor de las sanidades, soy el Señor que vivifica, soy el que resucita, porque Yo soy la Vida.
Reciban ahora la impartición de mi vida resurrectora. Yo (Noelia) veo una porción, yo veo una porción que están recibiendo ahora, que resucita, es una porción del Espíritu de Dios, que los hace aptos para resucitar a los muertos. Don de Milagros es ahora impartido por el Espíritu de Dios. Crean, dice el Señor, en los milagros y harán milagros.
Tengan fe, porque no hay nada imposible para mí, no hay barreras para mí, no hay imposibles para mí. Lo único que tienen que hacer es creer, dice el Señor. La única barrera es la incredulidad, la falta de fe. Derriben esas barreras ahora, para recibir lo que quiero darles.
Yo (Noelia) veo una lluvia ahora, veo una lluvia que cae ahora sobre ustedes y sobre todos nosotros. Es una lluvia de bendición que cae ahora sobre todos nosotros. Yo veo espaldas que están siendo ahora bendecidas a través de estas lluvias del Espíritu Santo, espaldas que estaban cargadas, pero que hoy, a partir de esta oración, se está impartiendo paz y liviandad sobre tu espalda. Los ángeles de Dios están quitando las mochilas que estaban en tu espalda, están quitando pesos generacionales de tus espaldas. Los ángeles de Dios están quitando yugos sobre sus espaldas. Porque el Señor los ha enviado por causa de esta ministración.
Los ángeles de Dios están alivianando tu espalda, el peso, el peso que estaba en tu espalda. Los ángeles están quitando esas piedras de tu espalda, y te están haciendo libre, y yo imparto paz ahora, porque la paz se puede impartir. Reciban paz de lo alto, hay paz ahora que está siendo impartida a tu corazón. Recibe esta Paz, suelta esas lágrimas.
Yo (Noelia) veo gente que ahora suelta las lágrimas, que se pone a llorar, pero es un llanto, un llanto limpiador, es un llanto de limpieza, es un llanto necesario para sacar esa mugre de tu corazón y cuando que quede ese vacío después de ese llanto, pueda ser llenada, llenado de esa Paz, dice el Señor. Recibe esta Paz ahora. Recibe mi paz como Yo la doy, no como el mundo la da. Podemos ver en este versículo:
[Juan 14:27, RVR1960] La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
[Juan 20:19, RVR1960] Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
Y recibe ahora un aceite de alegría, recibe ahora una unción de alabanza, recibe ahora un aceite de gozo. Yo (Noelia) veo aceite que se derrama sobre sus cabezas ahora. Sonríete, dice el Señor, sonríe porque esta paz, junto con esta unción, es un aceite de alegría, es una unción de alegría que estás recibiendo ahora. Es una unción que provoca gozo en tu corazón, que trabaja junto con la paz que ahora estoy impartiendo en tu corazón. Esto trae gozo, trae soltura, trae liviandad.
[Hebreos 1:9, RVR1960] Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.
Este es el tipo de óleo que estás recibiendo ahora. Este es el tipo de unción que el Señor te está dando ahora a través de esta impartición: una unción para alabar al Señor, una unción para estar alegre, una unción para ser capaz de levantarte, de elevarte por sobre las cosas que te ponen triste.
Yo hablo ahora, tranquilidad a tu alma, hablo tranquilidad a tu alma. Recibe paz y tranquilidad. Recibe tranquilidad. Ahora, cuando yo digo tranquilidad, esta palabra está siendo enviada y, si tenés fe para comerla, está entrando por tu boca y está comenzando a recorrer tu alma y está calmando tu cuerpo, tu alma y tu espíritu, porque estabas nervioso, estabas como tensionado. Pero ahora, la palabra tranquilidad que estoy enviando y que estás comiendo; porque yo (Noelia) veo que esta palabra viaja por el Espíritu de Dios, ingresa en ti y comienza a cambiar el estado emocional en el que estabas, porque hablo tranquilidad a tu alma.
Tranquilízate, dice el Señor. Baja las armas, baja los escudos. Ábrete a mí, confía en mí. Aquieta tus aguas, porque ahora el Señor Jesús ordena a la tormenta de tu alma que se detenga. Yo ordeno a la tormenta de tu alma que se detenga en este momento, en el nombre poderoso de Cristo Jesús. Así como el Señor ordenó a la tormenta cuando estaban en la barca con los discípulos a que se calme, en este momento yo ordeno, a la tormenta de tu alma que se calme en el nombre de Jesús. Tormenta, calma.
Muchos de ustedes van a sentir como un suspiro, como una descarga, y van a tomar consciencia del estado tensional en el que estaban anterior a esta oración. Y si permiten que esta palabra obre en ustedes, van a ver un cambio en ese estado emocional que se refleja en el cuerpo a través de la tensión. Y yo, ahora, hablo orden a tu mente, hablo orden a tu mente. Pero antes, dice,
[Mateo 8:26, RVR1960] ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
Así que, que se haga grande bonanza ahora en el nombre de Jesús. Yo, ahora, hablo grande bonanza a tu alma, a tu espíritu y a tu cuerpo en el nombre de Jesús. Aquieto las aguas.
Ahora, yo voy a hablar a tu mente, le voy a hablar a tu mente y el Señor me dice: «Hijita, habla orden a esas mentes desordenadas.» Dice la Biblia: «Todo hágase decentemente y con orden.» Porque hay ideas intrincadas en tu mente, hay una tendencia a pensar demasiado, hay una tendencia a no dejar nunca de pensar, hay una tendencia a pensar de una manera no ordenada, hay una tendencia a tener un pensamiento caótico.
Dice el Señor: «que recibas lo que Él ahora te va a dar, este regalo del cielo que Él ahora te va a dar a través de esta impartición profética.» Yo (Noelia) lo veo a Jesús desarmando las mesas de los cambistas. Yo lo veo a Jesús con un látigo desarmando todo eso, que los fariseos habían armado en el templo para hacer negocios en la casa de Dios. Yo lo veo a Jesús ahora, dando vuelta a esas mesas, todo vuela por todos lados. Todo lo que estaba ordenadito en esas mesas de los cambistas en esta visión que estoy viendo es desbaratado, esa es la palabra.
Dice el Señor: «Yo ahora aplico violencia espiritual, aplico con látigo espiritual en tu mente, para desbaratar todo lo que el enemigo sembró en tu mente. Yo ahora aplico el látigo espiritual en tu mente para destruir, desarmar y desbaratar todas esas ideas armadas y plantadas en tu mente que se asemejan a esta toma del templo de parte de los cambistas que el Señor fue a quitar.»
[Mateo 21:12-13, RVR1960] Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito está: ‘Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.’
[Juan 2:15, RVR1960] Y hallando en el templo a los que vendían bueyes, y ovejas, y a los cambistas allí sentados, y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas.
Yo (Noelia) desbarato, yo desbarato toda idea demoníaca en tu mente en el nombre de Jesús. Yo, ahora, hablo fuego del Espíritu Santo en toda semilla del diablo en tu mente. Yo ahora envuelvo tu mente de una cinta celestial de protección. Yo bendigo tu mente, bendigo tu cerebro, bendigo tu cabeza. Yo restauro toda conexión neuronal que no se podía establecer fehacientemente o eficazmente, porque yo veo neuronas por donde viaja como una especie de electricidad o algo así, pero esa electricidad no podía llegar, no podía llegar a donde tenía que llegar de la manera que tenía que llegar.
Tu pensamiento se desconectaba, me muestra el Señor, tus pensamientos se cortaban y no te podías acordar de lo que estabas pensando, de lo que estabas hablando. Pero en este momento, en este momento, se establecen las conexiones neuronales. Hija, habla sanidad a esas mentes, me dice el Señor. Así que yo hablo sanidad a tu mente en el nombre de Jesús.
Ordeno todo caos, hablo orden a tu mente. Hija, ordena, me dice el Señor. Así que yo ordeno esas ideas, yo ordeno esa forma de pensar, yo ordeno esa mente en el nombre de Jesús. Ponte las manos en la cabeza y recibí por fe esta impartición de lo alto a través de este vaso profético, unjo tu mente en el nombre de Jesús, protejo esa mente en el nombre de Jesús.
Yo (Noelia) veo ahora, veo ángeles trabajando en las cabezas, ángeles trabajando como si fuera este templo, porque dice la Biblia que nosotros somos el Templo del Espíritu Santo. Y ahora en esta visión, yo estoy viendo que los ángeles entran en el templo y empiezan a reordenar las cosas. Una vez que estas mesas de las de los cambistas fueron quitadas, los ángeles ahora están ordenando tu mente en el nombre de Jesús.
[1 Corintios 6:19-20, RVR1960] ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
[1 Corintios 2:16, RVR1960] Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
Los ángeles ahora están limpiando tu mente en el nombre de Jesús. Los ángeles ahora están trayendo sanidad, inclusive a tu cabeza física, a tu cerebro en el nombre de Jesús. Yo veo falta de memoria, veo falta de memoria en algunos de ustedes que les cuesta acordarse de cosas, que les cuesta acordarse de versículos, que les cuesta acordarse de eventos. Hay traumas en sus mentes que les impiden tener memoria de su pasado, de su niñez, de su adolescencia.
Yo (Noelia) veo primero como un hilo del tiempo, veo como una línea de tiempo y esa línea de tiempo tiene cortes, hay cortes, hay como baches de memoria en tus recuerdos de tu pasado. Hay baches, hay esa línea de tiempo, tiene partes que están cortadas, tiene partes que están incompletas, a donde falta, falta ese pedazo de la línea del tiempo de tu vida, es por falta de memoria.
Hay traumas emocionales que han provocado que no te puedas acordar del pasado, hay negación de la cual tienes que arrepentirte porque esto también provoca el no querer acordarte, provoca que vayas perdiendo la memoria de a poco. Arrepiéntete, dice el Señor, para que Él pueda restaurar, para que Él pueda rellenar esa línea de tiempo que es tu vida, hay misiones del enemigo para que no te acuerdes nada, pero el Señor dice, que todo está escrito en sus libros.
En este momento, por causa de tu fe, Él está tomando porciones de tu vida, que están escritos en sus libros y los está colocando en la línea de tiempo de tu memoria. Porque todo es posible para Él y quién puede decirle cómo lo tiene que hacer. Hijito, coloco esas fracciones que les faltan, dice Señor. Hoy relleno tu memoria, hoy sano tu memoria, hoy imparto memoria, porque Él tiene una memoria absolutamente perfecta de todo lo que pasó, lo que pasa y lo que pasará en el nombre de Jesús.
Dice el Señor, hoy restauro tu memoria, te vas a empezar a acordar de cosas, te vas a empezar a acordar de eventos que no te acordabas, de situaciones del pasado que no te acordabas, Yo bendigo tu memoria en el nombre de Jesús; yo (Noelia) veo una computadora, y las computadoras tienen memoria, acá al lado tengo a mi esposo que sabe de eso, pero estoy viendo yo ahora una memoria de corto plazo y una memoria de largo plazo. Dice el Espíritu: hay una memoria de corto plazo y hay una memoria de largo plazo. Y veo una computadora, algunas de las computadoras de sus mentes tienen dañada la memoria corto plazo y otras tienen dañada la memoria a largo plazo.
Algunos de ustedes les es fácil acordarse de cosas recientes, pero no se acuerdan de eventos, de hace mucho tiempo. Y algunos de ustedes es al revés, pueden acordarse de cosas que pasaron hace mucho, pero les cuesta acordarse de cosas recientes. Y para algunos de ustedes, ni siquiera estas dos cosas están sincronizadas entre sí, es como que están separadas, aisladas, como, como hay algo en el medio que no permite que se conecten. Porque a veces estas dos memorias tienen que funcionar juntas, es así, es así que en una computadora funcionan a veces estas dos memorias juntas.
Yo (Noelia) no tengo ni idea cómo funcionan las computadoras, las memorias de las computadoras, ni tampoco me interesa. Honestamente. Pero el Espíritu de Dios revela lo que quiere, lo escondido, lo oculto, lo secreto para cada uno de nosotros, y el conocimiento viene de lo Alto, del Padre de las Luces. Entonces, me decía el Espíritu, así como en una computadora, la memoria de corto plazo a veces trabaja de manera conjunta con la de largo plazo, lo mismo dice el Señor sucede en las personas.
Pero algunos de ustedes tienen una desconexión entre el pasado lejano y el pasado reciente, una desconexión entre el pasado lejano y el pasado presente. Pero en este momento estas dos cosas convergen, se puede decir, convergen porque escucho esa palabra, convergen. Ahora estas dos memorias convergen. Y esto pasa porque a veces la persona que necesita sanidad está fragmentada, está dividida, está separada, y uno no se siente unido en uno mismo, sino como que siente que hay partes, por un lado, y partes, por otro lado. Dice el Señor que ahora habla a tu alma para que se una, en una otra vez.
Y está ungiendo la memoria. El Señor unge la memoria, ahora el Señor imparte memoria ahora, porque hay muchos maestros. Hay muchos maestros aquí, hay muchos que tienen, muchos de ustedes que tienen don de enseñanza, que tienen o que van a tener un llamado al ministerio de maestro, pero que tenían un puñal clavado contra sus memorias. Es un trabajo de brujería, específicamente para que no tengan memoria, para que no puedan acordarse de lo que tienen que enseñar, para que no puedan acordarse, por ejemplo, de los versículos bíblicos, de las historias bíblicas.
No solo eso, no solamente en la parte espiritual, sino también en la, de los trabajos científicos, maestros, algunos de ustedes que tienen que acordarse de las cosas para después poder enseñarlas, pero no se las acuerdan. Yo veo farmacéuticas ahora que no se acuerdan de los nombres de los medicamentos que estudiaron alguna vez, pero hoy el Señor está restituyéndole detalles en los planos de arquitectura que no se acuerdan de algunos métodos científicos, me viene esa palabra.
Pero a partir de ahora, dice el Señor, se restituye tu memoria. Se restaura la memoria, como cuando un técnico trabaja en las memorias de una computadora y las arregla y las restaura, inclusive a veces hasta las cambia.
Así que bendecimos al Señor por esta impartición. No solo Jesús ha utilizado este látigo hoy para destruir lo que no viene de Dios, el Señor imparte en esta noche látigos a muchos hombres que están participando de esta ministración, para destruir doctrinas demoníacas, para tirar las mesas de los cambistas, en sentido metafórico, de todo aquel que esté negociando con el evangelio en las congregaciones y afuera de las congregaciones.
El Señor hoy te reparte un látigo espiritual para que utilices esa violencia del cielo para arrancar lo que no viene de Dios, mediante el Espíritu Santo de Dios, para liberar ese espacio para que el Señor después plante y establezca lo que sí viene de Dios. Así que recibe este látigo ahora, no tengas miedo, porque el Espíritu Santo lo va a utilizar, Él te va a dar la inspiración para utilizarlo acorde sus propósitos. Así como Jesús lo utilizó en su momento acorde a los propósitos de Dios.
Dice el Señor, porque a veces, no hay otra manera de utilizar la violencia, pero una violencia celestial, una violencia para traer cambios edificativos, cambios que salvan a las almas. No es una violencia destructiva para el mal, no es una que genere dolor en sí, sino es una violencia por la cual, de otra manera no se podrían quitar y destruir los planes del enemigo y el avance del enemigo, porque con suavidad a veces no es suficiente.
Así que para que se entienda la diferencia entre lo que dije antes sobre la violencia sobre los hijos, con esta violencia que sí viene de los cielos. Yo (Noelia) veo corazones ahora que tienen piedras preciosas adentro de ellos, veo corazones, veo personas que alimentan a los hambrientos, y veo corazones que ahora están recibiendo dones de servicio, dones de ayuda y dones de misericordia.
Lean Romanos capítulo 12. Yo (Noelia) imparto ahora por el Espíritu Santo de Dios acorde a la voluntad del Señor, todo tipo de don espiritual que se me haya sido concedido a mí, para hacer la obra del reino. Yo imparto ahora palabra de sabiduría, imparto ahora palabra de ciencia, imparto ahora fe, imparto dones de sanidades, los que falten, que el Señor quiera impartir ahora, imparto el hacer milagros, imparto profecía, imparto discernimiento de espíritus, imparto lenguas diversas y distintos géneros de lenguas, imparto interpretación de lenguas ahora. Reciban estas piedras preciosas, dice el Señor, reciban. Yo (Noelia) veo una lluvia del cielo que está cayendo ahora sobre ustedes.
Algunos de ustedes ahora comiencen a hablar en lenguas, comiencen ahora a hablar en lenguas dadas por el Espíritu Santo a través de la fe, hablen, simplemente hablen lo que el espíritu le esté dando que hablar ahora. Suelto las lenguas en el nombre de Jesús, desato toda lengua ahora en el nombre de Jesús, hablen. Algunos de ustedes van a empezar a interpretar las lenguas y el que interpretaba un poquito, ahora va a interpretar más. Algunos de ustedes están recibiendo el mismo don que tenían, pero en un nivel mayor.
Hablen en lenguas, dice el Señor, hablen, hablen en lenguas espirituales, comuníquense de una manera sobrenatural con el Señor, porque dijo Pablo: «Porque yo hablo en lenguas más que todos vosotros», y cuando yo hablo en lenguas, mi espíritu se edifica. Edifiquen sus espíritus a través del hablar en lenguas.
[1 Corintios 14:18, RVR1960] Yo doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros.
Me viene el versículo que dice que cuando venga el Espíritu Santo sobre vosotros recibiréis poder y me seréis testigos en toda Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra. Hoy estás recibiendo poder de lo alto para que cuando evangelices a las almas, tus palabras no caigan en tierra y sean como palabras vacías sin poder, sino que esa evangelización esté acompañada de la manifestación del poder del Espíritu Santo de Dios, en ti.
[Hechos 1:8, RVR1960] Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Recibe poder en tu boca, ahora recibe poder en tu habla. Y ahora muchos de ustedes están recibiendo una trompeta del cielo para atalayar lo que Dios les muestra, les mostraba o les va a mostrar. Muchos de ustedes hoy están recibiendo una trompeta del cielo a través de esta oración de impartición. Yo (Noelia) veo trompetas que bajan del cielo y que se les son entregadas a ustedes en sus manos, suenen esas trompetas, dice el Señor.
Suenen esas trompetas porque estoy colocando atalayas en cada esquina para que mi pueblo no se quede sin avisar, para que los míos no se queden sin alertar. Suenen la trompeta, porque hay un llamado de atalaya para estos últimos días, no guarden esa trompeta en el cajón.
[Isaías 58:1, RVR1960] Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.
A partir de ahora van a tener una necesidad, todos ustedes los que estén recibiendo esta trompeta, una necesidad de advertir que, el que esté en pecado, si no se arrepiente, va a perecer. A partir de ahora, algunos de ustedes, los que reciban esta trompeta de lo alto, van a necesitar tener una sensación, como una necesidad de advertir a que la gente se prepare para lo que viene en estos últimos días. Sus corazones no se van a quedar tranquilos si no hablan sobre lo que viene en estos últimos días.
[Ezequiel 33:3-6, RVR1960] Si cuando yo trajere la espada sobre la tierra, el pueblo de la tierra tomare un hombre de ellos y lo pusiese por atalaya; y él viese que viene la espada sobre la tierra, y tocare la trompeta y avisare al pueblo; entonces el que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada le hiciere muerte, su sangre será sobre su cabeza. Oyó el sonido de la trompeta y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere salvará su vida. Pero si el atalaya viere que viene la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no fuere apercibido, y viniendo la espada hiciere muerte a alguno de ellos, este fue tomado por su iniquidad; mas yo demandaré su sangre de la mano del atalaya.
Muchos de ustedes van a llamar al arrepentimiento mucho más seguido y con más unción que antes, por causa de esta trompeta que han recibido hoy. No tengan miedo, dice el Señor, porque soy Yo el que les doy esta trompeta. Este era el momento en el cual tenías que recibirla. No hay casualidades en mi reino, no, todo está planificado y este momento de esta ministración donde recibiste esta trompeta estaba diagramado en mi plan profético total.
Eres parte de este plan, dice el Señor, y no estás recibiendo esta trompeta para atalayar de manera indiscriminada, sino que este momento ya lo tenía en mi agenda celestial, y ahora estoy utilizando esta boca profética (Refiriéndose a Noelia), para que esa trompeta que baje del cielo se te sea entregada a través de la palabra que envía ella.
Hijitos, no tengan miedo, operen en los dones espirituales, avancen en poder, caminen en autoridad. Pónganse los zapatos que les doy para caminar en lo que les estoy llamando a hacer. Muchos de ustedes estaban descalzos y soñaban que estaban descalzos porque estaban descalzos espiritualmente hablando, pero hoy el Señor les da el zapato que necesitan acorde, a donde Él quiere que ustedes se muevan, es decir, que si el Señor los está preparando a algunos de ustedes para ser guerreros o guerreras espirituales, el Señor hoy les otorga zapatos como de montaña, zapatos de escalar, y a los intercesores el Señor les está dando zapatos de soldados que son como unos borcegos verdes.
Algunos de ustedes, algunas de ustedes las que recibieron hoy profecía, el Señor les está colocando un zapato de mujer delicado porque se van a mover de una forma fina en las cosas proféticas porque dentro de la profecía hay distintos tipos de unciones. Y entonces los vasos proféticos operan de maneras distintas porque hay distintas operaciones, dice La Biblia. Zapatos de treking. Algunos de ustedes están recibiendo zapatos elegantes porque a partir de ahora van a predicar en los púlpitos de las congregaciones.
Y estos zapatos elegantes representan que, que tienen que tener una imagen limpia, ordenada cuando se presenten a predicar. No estoy hablando de lujo ni de ropa extremadamente cara, estoy hablando de una presentación pulcra, limpia, de una imagen ordenada. Por eso algunos de ustedes están recibiendo ahora estos zapatos, inclusive algunos, no todos, porque no hace falta sentir algo para recibir de parte de Dios, algunos van a sentir algo sobre sus pies, en este mismo momento, y es porque el Señor les está colocando literalmente hablando, zapatos distintos, acordes a lo que Él los va a mandar a hacer o los ha mandado a hacer, pero que les faltaba esta herramienta para poder caminar en eso.
Yo (Noelia) ahora imparto todo tipo de zapatos acorde al Espíritu Santo de Dios, que estos hermanos necesitan para caminar en la obra de Dios. Yo veo zapatos que se utilizan para la agricultura, para las granjas de animales y demás, veo zapatos que se utilizan para los adoradores, zapatos de danza. Yo estoy viendo ahora zapatillas, porque algunos de ustedes van a tener que entrenar en algunas cosas a partir de ahora y entrenar a otros en ciertas áreas.
El Señor está repartiendo ahora calzados espirituales, distintos para cada uno de ustedes para caminar en esas cosas a donde el Señor los llama.
Yo imparto fuego sobre tus pies en el nombre de Jesús. Yo ahora unjo tus pies en el nombre de Jesús. Yo ahora imparto de este fuego que me diste, Señor, sobre todos estos pies. Yo hablo sanidad a tus pies, Señor endereza los huesos torcidos ahora, trae sanidad a todo dolor de pies ahora. Haz resistente a los pies que son demasiado delicados. Pon venda ahora sobre los pies lastimados por el camino difícil y pedregoso.
Oh Señor, imparte el fuego del Espíritu ahora sobre todo pie en el nombre de Jesús. Oh Señor, restaura nuestros pasos, restaura nuestro caminar, dirígenos Señor. Pon una flecha en ese caminar.
Yo (Noelia) estoy viendo que el Señor imparte fuerza ahora para ti, fuerza a tu cuerpo cansado de las enfermedades. Veo cuerpos cansados por las enfermedades, pero el Señor habla fuerza ahora a tu cuerpo, el Señor habla fuerza ahora a tus células, el Señor habla fuerza ahora a tu sistema inmunológico en el nombre de Jesús. Yo hablo fortaleza espiritual, para esos brazos cansados, yo hablo poder, para el que se siente debilitado en el nombre de Jesús.
Yo te fortalezco hijito, dice el Señor, Yo te levanto como las águilas, Yo te hago fuerte como los búfalos. Recibe esta fuerza para andar, recibe esta fuerza para levantarte. Algunos de ustedes se sentían como paralíticos espirituales, como parapléjicos en el espíritu, como sin poder levantarse, sin poder moverse, de tan debilitados, cansados, estresados por distintas cosas, pero dice el Señor, hoy hablo fuerzas a tu cuerpo, a tu alma y a tu espíritu en el nombre de Jesús.
Hoy te fortalezco, hoy fortalezco tu sistema inmunológico, hoy fortalezco tus músculos, hoy sano todo herida, recibe fuerza de mi brazo, dice el Señor, recibe la fuerza de mi brazo derecho, porque la fuerza está en mi brazo derecho. Recibe esa fuerza, Yo te fortalezco ahora. Fortalezco tu espalda cansada.
Yo lleno tu vaso de fuerza ahora, dice el Señor, y te levanto y te envío. Resiste, dice el Señor, porque estoy contigo como poderoso Gigante. Padre, cualquier otra cosa que quieras impartir ahora, Señor, que tu Espíritu Santo y tus ángeles se muevan ahora en todo hogar, en toda casa, en todo, en todo aquel Señor que esté pidiendo ahora, Señor te pido que impartas lo que sea que todo lo que necesita todo hermano que ahora esté pidiendo.
Señor, tú eres capaz de impartir todo al mismo tiempo en un mismo momento, Señor te pido ahora que respondas esas peticiones ahora y lo impartas, Padre. Yo (Noelia) imparto visión ahora, yo veo ojos que se abren, yo imparto visión espiritual ahora, yo veo ojos que a partir de ahora van a empezar a tener visiones. Y si tenían poquitas, la visión se va a ampliar.
Yo abro ojos ahora en el nombre de Jesús, de acuerdo a la voluntad del Señor, yo unjo tus ojos ahora con unción de vidente en el nombre de Jesús, de vidente como Samuel, de vidente como Gad. Yo abro tus ojos espirituales ahora, los abro, los abro, imparto ese discernimiento para esas visiones que vas a empezar a tener.
Muchos de ustedes van a empezar a ver cosas y se van a sorprender. Acuérdense que hoy recibieron, dice el Señor, y pesen todas esas revelaciones con la Palabra. sigo viendo ventanas que se abren, significa la ventana de la visión. Sigo viendo parabrisas que se limpian. Porque algunos de ustedes tenían visión, pero borrosa; dice el Señor, imparte claridad, hijita. Así que yo imparto claridad a toda visión borrosa ahora, en el nombre de Jesús, quito toda neblina de tu visión, en el nombre de Jesús.
Toda tormenta, toda lluvia que te impedía ver bien, en este momento se calma, en el nombre de Jesús. Yo (Noelia) veo águilas, yo veo águilas ahora que van a empezar a volar porque finalmente pueden ver a lo lejos, como como tenían que ver.
El Señor me dice ahora, me habla la palabra: paciencia. Muchos de ustedes están pidiendo paciencia. Es verdad, yo estoy viendo algunos de ustedes que están pidiendo paciencia, veo muchos de ustedes orando y diciéndole al Señor: «Yo quiero paciencia, dame paciencia Señor». El Espíritu me reveló que mientras yo oraba, ustedes pedían paciencia. Señor, yo quiero paciencia, impárteme paciencia, la gloria es para Dios por esa revelación. Pero el Espíritu de Dios te dice: hijitos, con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas. La paciencia se cultiva. Yo (Noelia) veo un agricultor en la tierra. Dice el Señor, ustedes tienen que cultivar esa paciencia como si fuera un arbolito que es plantado por mí, pero que ustedes tienen que regar a través del fruto del Espíritu Santo, con todas sus virtudes que creo que son nueve.
[Lucas 21:19, RVR1960] Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.
[Gálatas 5:22-23, RVR1960] Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Dice el Señor, la paciencia se cultiva, pero que el fruto que da cuando es cultivada, el fruto de la paciencia, ustedes mismos, una vez cultivado este fruto, cuando lo comen, que es el fruto de la paciencia de ustedes, es lo que nutre sus vidas espirituales.
Yo (Noelia) sigo viendo este agricultor que está regando este árbol que en esta visión es de limones, pero es un ejemplo nada más que representa la paciencia. Dice el Señor, al árbol se le riega, al árbol se le endereza cuando se dobla, al árbol se le sacan los bichos cuando está contaminado. Al árbol se le pone fertilizante para que crezca mejor y más fuerte. Al árbol se lo protege del viento. Todas estas cosas las hace el agricultor. Por más que el árbol ya está plantado, y ustedes tienen que ocuparse de cultivar esa paciencia en la tierra de sus corazones, mediante el amor a Dios y al prójimo.
[Lucas 13:6-9, RVR1960] Y dijo esta parábola: Un hombre tenía una higuera plantada en su viña; y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? Y respondiendo él, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella y la abone; y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después.
Yo los bendigo y reciban ahora todo lo que estén pidiendo, que esté acorde a la voluntad de Dios. Reciban ahora, reciban ahora esa lluvia de lo alto, reciban, reciban esos regalos que son dones del reino, reciban respuestas ahora, reciban sueños. Veo semillas que el Señor está colocando en sus mentes. Ahora son sueños que van a soñar cuando duerman, reciban, dice el Señor, herramientas para trabajar en la mies.
Yo los bendigo grandemente y los unjo de la cabeza a los pies, en el nombre de Jesús, con todo tipo de unción que Dios haya preparado en sus jarras para ser vertidas exclusivamente en cada uno de ustedes de manera particular, a través de esta oración.
Bueno, nos vemos en otro momento hermanos. Comenten en los comentarios, los testimonios del video que va a quedar colgado, no de ahora, el chat en vivo, sino después, en los comentarios del video que va a quedar en el canal. De qué manera se ha manifestado lo que hoy han recibido de parte del Señor ahora o en los días que vienen.
Porque estas cosas, el fruto de esta oración la van a poder ver ahora mismo, mientras oraba otros lo van a ver en las próximas horas, otros van a recibir confirmación a través de sueños de lo que han recibido por esta ministración y para otros esto se va a abrir, va a ser como una canilla que se abra de a poquito, primero van a recibir gotas a gotas, por ejemplo, pequeñas palabras cortas, proféticas o en lenguas o distintas manifestaciones de los dones espirituales van a ir recibiendo de a poco, pero que mientras se van ocupando de eso, obedeciendo al Espíritu Santo de Dios, el Señor me está diciendo que la canilla se va a ir abriendo y la manifestación de esas cosas va a ir en aumento, porque la oración y la obediencia son dos claves para que los dones crezcan, para que el talento que el Señor te haya dado se multiplique y lo puedas impartir a los demás.
También, impartir esas cosas hace que tengas más, no menos. Así que los que han recibido hoy visión, vista espiritual, algunos van a recibir mucho de golpe, dependiendo de distintas cosas. Y otros van a ir recibiendo una visión aquí, una visión allá, de a poco o cuando oren o cuando no estén orando, depende de cómo el Espíritu Santo quiere operar en ustedes a través de esa visión, Y así de distintas maneras.
Apliquen todo eso con sabiduría, me dice el Señor, que eso es bueno, pedir sabiduría, porque dice la Biblia, que el que tenga falta de sabiduría que la pida al Señor. Así que aconsejo por el Espíritu de Dios que después de lo que han recibido hoy, que pidan sabiduría para saber cómo utilizar lo que han recibido hoy y que estudien las Escrituras sobre eso que han recibido hoy.
[Santiago 1:5, RVR1960] Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
[1 Reyes 3:10-14, RVR1960] Y agradó esto delante del Señor, que Salomón pidiese sabiduría. Y le dijo Dios: Por cuanto has pedido esto, y no has pedido para ti muchos días, ni has pedido riquezas para ti, ni has pedido la vida de tus enemigos, sino que has pedido para ti entendimiento para oír juicio; he aquí, yo he hecho conforme a tus palabras; he aquí, te he dado un corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. Y también te he dado lo que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes no habrá ninguno como tú en todos tus días. Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.