Bienvenido eres, Espíritu Santo. Gloria a tu nombre, Señor. Alabado seas, Rey de reyes, Rey de majestad. Aleluya, Padre de la gloria. oh Señor, aviva tu obra Señor, aviva tu obra Padre, en medio de los tiempos para conocer, Padre Santo, bueno y misericordioso. En tu ira, Señor, acuérdate de tu misericordia Padre, estamos aquí juntos, Señor, delante tuyo, mostrando nuestras vestiduras, Señor, para que nos limpies en estos tiempos peligrosos donde estamos transitando, Padre amado, Santo, Santo, Santo. Tú vienes advirtiendo a la iglesia, Señor, qué árboles están siendo talados, que las aguas están siendo divididas en el mar de tu pueblo, tu Señor, estás quitando sillas de autoridad de algunos y entregándoselos a otros.
Tú, Padre Santo, en este tiempo nos estás haciendo ver impurezas en nosotros que no habíamos podido ver, Tu, Señor, que estás haciendo una separación santa, Tu que está separando, Señor, el trigo de la cizaña para que todas las cosas se manifiesten en la verdad de tu Presencia, Señor, en este tiempo donde el trigo está siendo zarandeado, Señor, para quitar la mugre que estaba mezclada. Oh Padre amado, venimos delante de ti clamando juntos como un solo corazón, juntos en espíritu, en una misma motivación pidiéndote, Señor, que abras nuestros ojos para poder ver en el espejo, esas manchas en nuestras vestiduras, Señor, para poder reconocerlas para que nos podamos arrepentir, Señor, y ser lavados con tu hisopo Santo, Padre amado, únenos ahora en un solo sentir, en un solo quebranto.
Señor, abre nuestros corazones para recibir lo que vas a hablar Señor. las escrituras dicen que tu Palabra es como martillo que quebranta la piedra, hoy Dios me dice voy a quebrantar muchos corazones de piedra y voy a tornarlos blanditos y sensibles a mi Palabra, Aleluya, Gloria al Señor, porque en este tiempo estuve redarguyendo, me dice el Espíritu de Dios, a gran parte de mis hijos, a todos aquellos que estaban dispuestos a escuchar mi Voz, dispuestos a entregarse a esta transformación que estoy haciendo en mi casa, estuve llamándolos e inquietando sus espíritus para decirles, hijito hijita, presta atención acá, enfócate en esto. Tenes tu mirada en donde Yo no quiero que la tengas, quiero que te limpies en este tiempo, quiero limpiarte, dice el Señor, para que lleve más fruto, Aleluya, Gloria al Señor.
Entonces dice el Señor, esos corazones duros que estaban rodeados de piedra, muchas veces golpee la puerta de esos corazones pero estaban tan endurecidos que no me escuchaban, no escuchaban, dice el Señor, cuando Yo tocaba, no tenían la capacidad de percibir, que Yo estaba a la puerta llamándolos a una limpieza mayor, Aleluya, porque este es el tiempo donde esos corazones van a estar aptos para recibir la Palabra que Yo hoy envío como flecha a estos espíritus que están dispuestos abrirse como una flor que quiere recibir la luz del sol para crecer, Aleluya, Gloria al Señor, en este tiempo, en estos días donde el Señor me ha venido hablando, de que está limpiando su casa, de que está dividiendo las aguas dentro de la iglesia del Señor Jesucristo, en este tiempo donde Él dijo que está haciendo una separación santa, en este tiempo donde dijo que muchos árboles van a seguir siendo talados, el Señor me decía, pero también muchos están siendo transformados, y el Señor me traía el versículo de juan:
[Juan 15:2, RVR1960] Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
Este es el versículo principal de esta ministración, este es el versículo núcleo por el cual el Señor me habló para entender qué está haciendo Dios en su pueblo, todo pámpano que aún, está pegado a la vid del Señor Jesucristo, el Señor lo quiere limpiar para que pueda resistir estos tiempos peligrosos a donde está transitando su pueblo, para que pueda ser transformado en una gloria mayor a la que tenía, para que el poder de Dios sea vertido en estos vasos, que van a estar aún más limpios, y el Señor me decía, dentro de esta tala de árboles, dentro de esta removida de raíces podridas, también estoy limpiando y podando aquellos árboles que están dispuestos a seguir creciendo, por más que esta limpieza duela, por más que esta limpieza cueste, por más que las pruebas acarreen sufrimiento y cargar con nuestra cruz.
Dios me decía, hija ministra mi pueblo arrepentimiento, porque muchos de ellos no se dan cuenta que hay pecados ocultos, que están impidiendo que se manifieste en ellos una gloria aún mayor, hay algunos que tienen sus vestiduras manchadas, me decía el Señor, y quiero remover esas manchas de sus vestiduras para que reduzcan aún más, y para que puedan escapar de este juicio que está cayendo sobre mi casa, porque en este tiempo hay un ajuste de cuentas, en este tiempo el Señor está ajustando las tuercas de su pueblo, en este tiempo el que se le dio se le va a demandar más, y al que no está administrando lo que se le ha sido dado como corresponde, se le va a llamar a rendir cuentas, se le va a invitar a ordenar las cuentas que están en negativo.
El Señor está llamando al oído de sus hijos para que ordenen las cosas que están desordenadas en su vida, el Espíritu de Dios está redarguyendo a muchos, y le está exigiendo un poco más, y un poco más, y un poco más, no porque el Señor sea alguien que quiera exigirnos algo que no podemos dar, porque Él no demanda más de lo que nosotros podemos dar, sino porque El que nos creó sabe cabalmente cuál es nuestro potencial, y Él quiere, no que rindamos a diez, no que rindamos a veinte, sino al cien por ciento de la capacidad de cada uno de nosotros, Aleluya, porque Él quiere llevarnos a un nivel mayor, veo muchos de sus hijos subiendo la escalera, elevándose en escalones, yendo hacia arriba, levantándose en el espíritu, y dice Dios, aquellos, aquellos que tienen los oídos abiertos para escuchar mi voz, a aquellos que se prestan de manera completa, a aquellos que se entregan para ser limpiados y transformados.
A aquellos que se quieren humillar, y que están dispuestos a doblar sus rodillas, y a pedirme perdón por aquellas cosas que tienen que arreglar, por aquellas cosas que tienen que ajustar, por aquellas cosas que tienen que erradicar de sus vidas o cambiar, dice el Señor, esos están siendo levantados a un nivel mayor, esos los estoy limpiando para que lleven más frutos, como dice juan 15: 2, Aleluya, alabado sea el Señor, el Espíritu me muestra en este momento que algunos de ustedes piensan que están blancos como la nieve, algunos de ustedes se preguntan en su corazón, pero si yo estoy bien, qué es lo que tengo que arreglar, yo me estoy manejando justo, estoy haciendo las cosas bien, estoy caminando lo que Dios me llamó a caminar, estoy ayudando a los que puedo ayudar, dice el Señor, pero el corazón es engañoso, más que todas las cosas, el rey David decía en los salmos, quien podrá entender sus propios errores, líbrame de los que son ocultos.
[Salmos 19:12, RVR1960] ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
Y así dice el Señor, esta tiene que ser la oración de mi pueblo en este tiempo, Señor, muéstrame mis propios errores, Señor, líbrame de los pecados que me son ocultos, Señor, ayúdame a escudriñar mi corazón y ver lo que está torcido, porque ante mis ojos soy recto, ante mis ojos estoy blanco, ante mis ojos estoy limpio, pero tus ojos ven más allá de lo que yo puedo ver, oh Dios mío, muéstrame, Señor, limpia el espejo en frente mío, Señor, que quizás está borroso, para que pueda verme como en realidad estoy, y no como mi corazón puede ver, porque me dice el Espíritu que nuestros propios pecados, nuestras propias concupiscencias, nuestros propios errores, la mugre que está en nuestro corazón, que no podemos ver, esa misma mugre hace que el espejo delante nuestro se empañe, y veamos nuestra imagen tergiversada, y no como realmente es.
Dice Dios, pero Yo te veo cara a cara, Yo veo los corazones, Yo escudriñó lo más profundo del ser de cada uno de mis hijos, Yo sé bien cuáles son las cosas que están torcidas en ustedes y que tienen que enderezar, dice el Señor, pero ustedes son chiquitos, son niños, y aún no lo saben bien, dice el Señor, Aleluya, Gloria al Señor, y me dice el Espíritu Santo, es el primer paso que esta noche tenemos que dar. Señor me arrepiento de mi soberbia, Señor me arrepiento porque yo pensaba que era justo, Señor me arrepiento porque yo pensaba que estaba haciendo todo bien. Señor soy tan orgulloso que pienso que estoy cien por ciento correcto en todo, Señor, quizás hay cosas y mientras yo estoy orando, ustedes oren junto conmigo levantando este incienso al Señor para que tal vez Él nos escuche y nos pueda limpiar en esta noche.
Para ser capaces de resistir como un árbol bien plantado de raíces profundas que están vivas y sanas cuando pase el tractor quitando la mugre del terreno del Señor, me arrepiento Señor del orgullo, me arrepiento de la soberbia, Señor, porque a veces digo, uh mira lo que hace tal hermano, mira lo que hizo tal otro hermano, qué mal que está, qué mal su ministerio. uh tendría que corregir tal cosa, eso piensan algunos de los corazones que estoy ministrando ahora, pero Dios dice, ¿por qué no te quitas la viga de tu ojo antes de querer quitar la paja del ojo de tu hermano? Muchos de nosotros somos juiciosos, me dice el Señor, y mientras yo estoy ministrando, ustedes déjense ministrar por el Espíritu Santo de Dios que va a ir removiendo esta mugre de sus corazones, arrancando esa soberbia, dice el Señor, humíllense ahora delante de mi Presencia, dice el Señor.
Entiendan que para poder arrepentirse hay que humillarse, hay que plantarse, tiene que ser un arrepentimiento profundo el que estoy buscando, tiene que ser un arrepentimiento real, debemos reconocer que Él es Dios y no nosotros. ¡Aleluya, Alabado sea el Señor! ¿cuántos de ustedes están murmurando en sus corazones?, me dice el Señor, porque quizás no estás en adulterio, no estás en fornicación, no estás fumando, no te estás drogando, no te estás alcoholizando, pero ¿cuántos pecados ocultos regularmente estás cometiendo?, me dice el Espíritu Santo que Dios quiere limpiar. Son manchas en tus vestiduras, dice Apocalipsis:
[Apocalipsis 3:4-5, RVR1960] Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
Entonces nosotros tenemos que ser como las personas de Sardis, como aquellos pocos que no han manchado sus vestiduras, y que sí se las han manchado, podamos arrepentirnos, ir delante del trono del Señor para que quite esas manchas y el Señor nos vista con sus vestiduras blancas resplandecientes otra vez. ¡Aleluya, Alabado sea el Señor! ¿cuántos de ustedes quieren tener las vestiduras blancas y que Dios los esté limpiando?, entonces comencemos por aceptar la murmuración, el orgullo, la soberbia de creernos perfectos, muchos de ustedes, me muestra el Espíritu Santo, creen que por ser cristianos valen más que el resto, creen que por ser cristianos ya son perfectos, creen que por ser cristianos no hay nada que tengan que corregir.
Pero el Espíritu dice escudríñate tu corazón, te fijaste verdaderamente los pensamientos que están corriendo adentro de tu corazón, cuantas veces estás en la iglesia, me dice el Señor, y estás mirando al hermano que está en frente tuyo, y estás diciendo pensando mal adentro de tu corazón sobre él. Yo escucho todo me dice el Señor, y esos son pecados importantes que están atrasando tu crecimiento espiritual, no solamente que tu nombre podría ser borrado del libro de la vida como dice Apocalipsis tres, sino, que no vas a crecer en los caminos de Dios hasta que no reconozcas que estas cosas están creciendo adentro tuyo como raíces de maldad, y que no estás tratando con este asunto. Hoy, dice el Señor, Arranca esas raíces para que yo pueda limpiar el terreno de tu corazón y sembrar cosas nuevas.
Muchos de ustedes dicen amar a su prójimo, pero están llenos de odio, llenos de falta de perdón, llenos de rencor, no han perdonado a los mismos hermanos adentro de la iglesia, me dice el Señor, que los han ofendido, pero ustedes, en cambio, me dice Dios, están exigiendo que yo los perdone, están exigiendo que los hermanos sean justos con ustedes. ¡Arrepiéntanse ahora!, dice el Señor, y entiendan y reconozcan que esto es maldad, y el Espíritu Santo me trae el pasaje bíblico donde Miriam, la hermana de Moisés, estaba murmurando sobre él. ella se creía justa, me dice el Señor, ella pensaba que ella era mejor jueza que Yo, ella pensaba que ella era mejor que su hermano, me dice el Espíritu. Me está revelando ahora, ella pensaba que ella podría haber cumplido mejor el rol que le tocó a Moisés.
Y comenzó a dejar crecer lo que la serpiente le hablaba, me dice el Espíritu, dejando que esas semillas de maldad se planten en su corazón, y regándolas, dejándolas crecer hasta que escupió, esa muerte de su boca. Sí, dice el Señor, les está pareciendo fuerte lo que estoy diciendo, les está pareciendo fuerte lo que les estoy revelando, me dice Dios. Pues ustedes están haciendo lo mismo. Ustedes muchas veces piensan, me dice Dios, que son más dignos de recibir un llamado que el hermano tiene, que él, ustedes muchas veces, dice el Señor, se ponen en el lugar de juez decretando juicios sobre los hermanos. ¡Aleluya, Gloria al Señor! Arrepiéntanse, me dice el Señor, arrepiéntanse de esta maldad, porque saben qué pasó con Miriam. Le vino lepra por causa de la murmuración.
Pero muchos de ustedes dicen, Guau eso, es mucho, es muy fuerte, es demasiado, no creo que sea para tanto, no es un pecado tan grave, muchos de ustedes piensan en sus corazones como dije antes, pero si yo no estoy fumando, pero si yo no salgo, pero si yo le soy fiel a mi marido, pero si yo cuido de mis hijos, de mi casa, sin embargo muchas mujeres tienen una lengua de serpiente, me dice el Señor, adentro del cuerpo del Señor Jesucristo, y escupen veneno unas con las otras, murmurando de la hermana, compitiendo contra las demás, a ver quién es mejor hija de Dios, y después se preguntan por qué, Señor, me vino tal enfermedad, me dice el Señor, Porque, Señor, estoy enferma, porque me pasó tal cosa o tal otra, dice Dios, cuando están largando fuego con su lengua, porque dice Santiago, la lengua es un fuego.
[Santiago 3:5-8, RVR1960] Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; 8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
Dice el Espíritu Santo, muchas de ustedes están constantemente quemando a sus hermanas a través de la lengua, a través de lo que hablan, se creen mejores, se creen más sabias, se creen que valen más, y me dice el Señor, arrepiéntanse ahora hijitas porque los hombres también muchas veces están en este pecado. Pero ahora el Espíritu Santo me muestra más que nada, mujeres, muchas mujeres que tienen esta costumbre, así como Miriam. y dice que encienden un bosque adentro de la iglesia, así como dice Santiago, y después van a sus casas y se lavan las manos como si no hubiera pasado nada, sin darse cuenta. Dice Dios, muchas veces de que ya tiraron la maldición, de que ya escupieron este veneno de serpientes, me dice Dios, y el daño lo hicieron ya, ese espíritu que sale de sus bocas comienza a moverse y hacer aquello para lo que fue enviado, ese es el poder de la palabra, pero usado, para el mal, entren en conciencia ahora.
Y tomen dominio santo de este timón que es la lengua, me dice el Señor. Esto es un pecado muy grave dentro de la iglesia del Señor Jesucristo y muchos de ustedes no pueden avanzar porque están regularmente día a día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, en este pecado y lo tienen tan común, así como lo tiene el mundo de común, es tan regular en tu casa, me dice el Señor, que ya te acostumbraste, ya te acostumbraste a sentir esta lengua de serpiente adentro de tu boca. No te das cuenta, dice el Señor, el veneno que estás escupiendo a los demás. Mi iglesia, no sabe dice el Señor, el poder de las palabras, el poder de la comunicación, el poder del habla, no tienen dominio propio, no hay autocontrol, es un desenfreno, dice Dios.
Y veo el intercambio de las conversaciones adentro de los templos y veo lo que pasa en este momento, en lo espiritual, cuando dos personas están charlando y donde entra a moverse la murmuración en esa conversación y veo los demonios que se paran al lado de estas personas que están murmurando y les dan palabra y plantan semillas en sus corazones para que piensen mal del otro y los incitan a hablar aquellos pensamientos que ya fueron gestados y que ya nacieron adentro de ellos, Aleluya. Obviamente, el Espíritu me muestra que en este momento muchos de ustedes se están cayendo recién en cuenta de lo que el Señor está hablando hoy, de la importancia de controlar lo que uno habla, de callarse la boca muchas veces antes de matar al otro con estos cuchillos que se clavan en los corazones.
Y el Señor me insiste, el Espíritu dice arrepiéntanse, arrepiéntanse, para que puedan ser lavados ahora, reconozcan esta maldad, entiendan, dice el Señor, y cancelen todas estas palabras que han salido de sus bocas, pidan perdón, dice el Señor. Y ahora me muestra el Espíritu Santo otro pecado, que es creerse que uno sabe más que el otro, y esto más que nada, circula entre los hombres, también entre las mujeres, pero veo muchos hombres que están hablando adentro de los templos, o entre ellos, o en las casas, hermanos que están compartiendo sobre su entendimiento de la Palabra de Dios y no se dan cuenta que por dentro están pensando que ellos saben mejor, que ellos saben más, que ellos tienen razón, le dan más importancia a tener razón, que amar al hermano y a humillarse delante del otro.
Dice el Señor, esto es soberbia, esto es arrogancia, dice. Y a veces se comparan con los hombres que están en el mundo y que no están convertidos y dicen estos no saben nada, pero yo sé mucho de Dios, yo sé mucho de la biblia, sin embargo, tienen la misma soberbia que los otros doctores de ciencias que están en el mundo, piensan o más bien su ídolo es saber, dice el Señor, ¿qué pasa si destruyó de esos altares? ¿Qué pasa si estos altares de sabiduría son destruidos que te queda, pregunta el Señor, dice, compiten cuando hablan, especialmente los que están llamados a enseñar la Palabra o a compartir la Palabra. Algunos dicen: «Yo tengo diez años en el evangelio. Vos qué vas a saber?» Otros dicen: «Yo tengo veinte. Entonces se más.»
[Marcos 9:34, RVR1960] Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor.
Lo mismo que está descrito en Marcos 9:34, pasa hoy, y me muestra el Espíritu, lo mismo hoy, piensan en sus corazones sacando cuentas y diciendo quién será el mejor, quién será el mayor de nosotros, quién sabrá más, y piensan que eso es su valor, en vez de entender el valor que les di en la Cruz, dice el Señor, arrepiéntanse, ahora dice el Señor, ablanden su corazón, porque esto va endureciendo el corazón poco a poco, y ustedes no se van dando cuenta, dice Dios, de que están entrando en este pecado, y el corazón se va endureciendo, y el mentón se va levantando, y los ojos van demostrando altivez, me dice el Espíritu, pero una de las cosas que Dios odia, que aborrece, dice la Palabra, es la altivez de los ojos, en estos hombres y mujeres.
Pero especialmente los hombres, piensan en sus corazones, voy a estudiar más, para saber más, para que cuando discuta con mis hermanos tenga la razón, voy a gastar más horas de estudio bíblico, piensan ellos, voy a dedicarme más, me voy a aprender los versículos de memoria, piensa ellos, para que cuando tengamos estudio bíblico pueda retrucar a mi pastor, yo voy a aprender toda la biblia, me voy a saber todos los conceptos, me voy a comer todo el pan rápidamente para que cuando haya debate yo lo gane, eso es lo que piensan muchos de estos hombres, especialmente, aunque también mujeres, sobre saber, no entendiendo dice Dios que a veces estoy esperando un corazón humilde que no busque figurar, que no compita para saber más que los demás, sino que esté lleno de amor, de comprensión, que pueda ponerse en los zapatos del otro.
Dice Dios, y que cuando le falte ropa, que sean capaces de dar, que cuando tengan hambre, que sean capaces de alimentar, dice el Señor, porque el día de mañana llegado el momento, dice el Señor, cuando los mire a la cara, yo no les voy a preguntar cuánto aprendieron, no les voy a preguntar cuántos supieron, no les voy a preguntar si se sabían toda la Biblia de memoria, de pe a pa. Les voy a preguntar ¿diste de comer a las ovejas que te mande, vestiste al desnudo, escuchaste al solitario, sanaste al que estaba quebrado, acompañaste dos millas al que te pidió que lo acompañe una?, muchos de estos hombres y mujeres no entienden que el amor está sobre estas cosas, y con el tiempo se vuelven incapaces de adorarme dice el Señor.
Estas personas, si no se arrepienten y siguen igual, con el tiempo lo único que les importa es tener un libro, adelante de ellos, quieren aparentar, quieren figurar, se muestran con las bibliotecas llenas de libros, coleccionan, dice el Señor, sabiduría, para después mostrarse, como cuando las mujeres quieren vestirse de lo mejor para ir a la iglesia y competir para ver quién estaba mejor vestida, de la misma manera dice el Señor, de la misma manera estos hombres coleccionan libros para después ir a competir, para ver quién tiene más, para ver quién leyó más, para ver quién sabe más, se olvidan, se olvidan de la caridad, dice el Señor, se olvidan qué es lo primero a lo que los llamé dice el Señor, a veces están tan preocupados por aprender que ni siquiera evangelizan ya, ven que una oveja necesita, que una persona necesita saber las Buenas Nuevas y se olvidan, porque están pensando todo el tiempo cómo pueden saber más.
[1 Corintios 3:19, RVR1960] Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos.
Arrepiéntanse ahora, dice el Señor, y humíllense delante de mí, y dejen quebrantar sus corazones que ya se han endurecido hasta un punto, para que yo pueda renovar sus corazones y que me complazcan, dice Dios. Aleluya Gloria del Señor, Gloria tu Nombre, cuánta vanidad hay en los corazones, me dice el Espíritu Santo, me vuelve a repetir estos pecados, me están mostrando estos pecados ocultos, adonde muchos de nosotros nos movemos sin darnos cuenta, pero que están manchando nuestras vestiduras, que hoy Dios quiere limpiar, dice Dios, corazones llenos de vanidad, hay algunas de ustedes me dice el Señor, que cada vez que van a la iglesia se compran ropa nueva para lucirse, para hacer la más vista, para hacer la admirada, me dice el Señor, van a la peluquería y se arreglan, se ponen lo mejor de lo mejor, no para ir a adorar, me dice el Señor al templo, no para afilarse con las otras hermanas, no porque, quieren atender al necesitado, sino porque están llenas de vanidad y orgullo en sus corazones.
Dice el Señor acaso Juan el Bautista tenía ropas de rey, acaso Juan el Bautista lucía como un rico, Aleluya, sin embargo, era el más grande de los hombres entre los nacidos de mujer, Aleluya. No te vistas, dice Dios, con lujo, vístete de obras perfectas, vístete de justicia, dice el Señor, vístete de buenas obras, hijita, dice el Señor, no te dejes atrapar por esta serpiente de la vanidad, no te mires tanto al espejo, me dice Dios, construye para consumo más agente, ni siquiera se acuerdan de los niños, dice el Señor, que pasan delante de ellas y que están necesitados de algún tipo de ayuda, porque están tan concentradas en estar perfectas, y sus carteras están llenas de maquillajes y de peines, de perfumes para que la hermana, huela, y diga: ¡Guau, tiene el perfume más caro, ese que yo no puedo comprar! dice:
[Apocalipsis 19:8, RVR1960] Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
¡Alabado sea el Señor! arrepiéntanse, dice el Señor, con todo amor. Hijita, arrepiéntanse de poner el foco en el lado equivocado. Arrepiéntanse, dice el Señor, y entiendan que Yo miro las vestiduras del espíritu antes que las de la carne. ¿O acaso Yo estuve caminando sobre la tierra con capas de rey?, dice el Señor. ¿Acaso Yo me vestía con capas reales? ¿Acaso, dice el Señor, Yo vine y caminé como un rico?, dice el Señor. No, sino que me hice humilde para que todo aquél que necesitaba del perdón, quien necesitaba de la salvación, pueda identificarse con mi Imagen, me dice Dios. ¿Cómo podría alguien que necesita escuchar el evangelio identificarse con vos, si estás vestida como una millonaria? ¡Aleluya, Alabado sea el Señor! Entiende, dice el Señor, entiende que te quiero santa, que te quiero simple, que te quiero modesta, ¡Alabado sea Señor!
¡Arrepiéntanse ahora, porque Yo sé que esta palabra está doliendo a muchas hijas de Dios, pero Dios no te habla porque quiere lastimarte! Dios te habla porque quieres salvarte de la mugre que está en tu interior y que no podés ver. Vos le pediste al Señor que te lave vos le dijiste: ¡Señor, muéstrame dónde estoy mal! ¡Y esta es tu respuesta el día de hoy! Yo no quiero, yo quiero manos limpias en el espíritu, dice el Señor. Miren esto que me está mostrando el Espíritu Santo! Ahora, pero antes, el Espíritu me trae el versículo de la Biblia donde habla sobre el atavío de la mujer. El atavío de la mujer, Muchas de ustedes están leyendo la Palabra de Dios, pero no están caminando en ella. Muchas de ustedes recitan los versículos que hablan sobre la vestidura de la mujer, pero cuando abren su guardarropa es totalmente lo opuesto a lo que el Señor predicó. Yo quiero los espíritus dice el Señor mansos. No se dan cuenta que haciendo estas cosas, están alimentando a la serpiente del orgullo adentro de ustedes, en vez de pisarla con sus pies. Pero ustedes, lo que está pasando es que les interesa más que las miren los hombres que Dios, porque aquí, como dice:
[1 Samuel 16:7, RVR1960] Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
Muchas de ustedes están haciendo las cosas para ser vistas por los demás, pero no para mí, dice el Señor. ¡Espíritu apacible estoy demandando!, dice el Señor, en las hijas de Dios. Largas horas delante del espejo, arreglándose para ir a la congregación. ¡Desviando a las que recién nacen de nuevo!, dice el Señor, que las están observando en las congregaciones. ¡Aleluya! ¡Arrepiéntanse, me dice el Espíritu Santo, porque Yo las amo y las quiero limpiar, y arrepentirse, significa cambiar la actitud, significa darse cuenta que estabas mal, pero cambiar, darte vuelta y cambiar el camino, no seguir caminando por la misma senda, dice el Señor. ¡Hoy te doy una oportunidad para arreglar esto, delante de mis ojos.
Otros, ¡me dice el Señor! se tratan muy bien delante de los otros en las reuniones de la congregación, pero cuando van a su casa, es la cueva del diablo me dice Dios. Y se maltratan y se gritan y se hablan y se maldicen como si fueran perros, me dice el Señor. ¡Hipócritas, arrepiéntanse, dice el Señor, de querer aparentar una cosa cuando son otras, andan predicando sobre el amor, pero después odian a sus hijos, odian a sus esposos, odian a sus esposas! arrepiéntanse, dice Dios, cambien de actitud, porque les voy a pedir cuentas, dice el Señor, sobre cómo gobernaron sus casas, ¡cómo trataron a sus prójimos más cercanos! ¡Y dentro de mi juicio no solamente voy a juzgar lo que hicieran a los hermanos, sino también a sus familias, a su círculo más cercano, allí es donde verdaderamente se ve la cara de cada uno, me dice el Señor!
Pero muchos piensan que me pueden engañar, tratando bien en el exterior a la vista de todos a los demás, pero cuando vuelven a entrar a la puerta de su casa, se quitan la careta, dice el Señor, ¡y ahí puedo ver manifestado lo que realmente hay en sus corazones! Aleluya, arrepiéntanse ahora, arrepiéntanse de estas cosas, y pídanme que los limpie, dice el Señor. ¡Cuántos de ustedes me pidieron ir hacia adelante, cuántos de ustedes me pidieron que les dé una tarea para mi reino, cuántos de ustedes me dijeron, ¡Señor, quiero trabajar para ti! Pues ahora les estoy dando la llave, dice el Señor, de la puerta que tienen que abrir para poder entrar en ese nuevo nivel espiritual. Cambien estas cosas en sus vidas, dice:
[1 Juan 1:9, RVR1960] Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Pero hay maldades que no es tan fáciles de reconocer, hay maldades que están tan escondidas y arraigadas desde hace tanto tiempo, que ustedes están acostumbrados. No es fácil encarar, este tipo de cosas, pero para eso hoy, el Espíritu te estar revelando lo que no podías ver, amén. ¡me dice el Espíritu Santo! ¡Muchos de ustedes están en idolatría escondida, idolatría de tantas cosas! Y miren lo que dice el Señor, ¡muchos de ustedes están juzgando a los que están en otras religiones, están diciendo: Miren como los católicos adoran a las imágenes, uy, miren los budistas como adoran al Buda, entran a los negocios y ven imágenes de idolatría y dicen, Guao que pecador, sin embargo, no se están dando cuenta, dice el Señor, que en sus propias vidas hay altares espirituales levantados, a sus mascotas que están idolatrando, a sus hijos que están primero que Yo, al fútbol, muchas veces, los hombres, a los autos, a sus esposos, a sus esposas, a lo material, a los pastores o alguno que otro ministro, están idolatrando un profeta, dice el Señor.
Hay gente que tiene más de un altar en su casa, en el espíritu. ¡Hay gente que le rinde culto a la muerte, aún hoy en día, hijos de Dios que tienen idolatría a las enfermedades, son idólatras de enfermedades, buscan enfermedades en todos lados, quieren saber más y más y más acerca de las enfermedades cuando no tienen ese llamado, hijos de Dios que idolatran cualquier cosa, dice el Señor, antes que adorarme a Mí, me ponen en segundo lugar, a veces en tercer lugar, a veces en cuarto lugar, y no se dan cuenta, dice el Señor, y veo muchos, muchos hijos de Dios que están idolatrando a sus perros, a sus gatos. Esto puede sonar tonto, pero yo lo he visto personalmente, ministrado gente que Dios me dice: Esta persona tiene una mascota, y esa mascota está primero, está antes que Yo. Si Yo le saco la mascota a esa persona, se muere esa persona, se enferma, esa persona ya no puede seguir, porque va a sentir que le falta todo, pero, si Yo me salgo de sus vidas, dice el Señor, no van a sentir tanto la ausencia como si les faltara la mascota.
¡No te estás dando cuenta, Yo lo sé, pero el Espíritu hoy, por la misericordia del Señor, te está mostrando aquellas trabas, ¡aquellas piedras de tropiezo que no te están permitiendo acercarte más al Señor! Muchos de ustedes están pensando en sus corazones hace tiempo, ¿Por qué no puedo avanzar? ¿Qué está pasando en mi vida? ¿Por qué no siento ese amor por Dios que otros dicen sentir? Siento que me falta algo, estoy como estancado o estancada. Resulta que hay otras cosas que están sentadas en el trono de sus corazones antes que el Rey, me dice el Señor. Me dice el Espíritu Santo, pero Yo no soy el Señor de sus vidas. Primero está ese perro, primero está ese gato, primero está ese pájaro, primero está cualquier otro tipo de animal que tienen de mascota y que están idolatrando y que están personificando.
Que eso también es un pecado, porque lo están creyendo como una persona y no como lo que el Señor lo creó, que es como un animal. Algunos de ustedes tratan a esa mascota como si fuera un hijo, cuando es un animal. Y no sabían que esto era un pecado. La pregunta es, si esa mascota de la cual tanto te aferras te falta mañana, ¿cómo sería tu reacción? ¿A qué nivel sentirías que te está faltando ese animalito? Arrepiéntete, dice el Señor, y amalo por lo que es, no más, y ponerlo en el lugar a donde tiene que estar, y déjame que sea el Rey. Es idolatría a los animales, son altares literalmente que se levantan en el espíritu y que están en tu casa y que hay que destruir hoy en el Nombre Poderoso de Cristo Jesús.
Así lo mismo con distintas cosas, así lo mismo con los hijos, dice el Señor, especialmente las mujeres que dependen de lo que hacen sus hijos cuando ya son adultos para poder seguir a Dios. O no, Yo no puedo ahora responder al llamado que Dios está haciendo en mi vida porque mi hijo tiene que hacer tal cosa, porque mi hija no terminó tal otra. No, si mi hija o mi hijo hacen este tal movimiento, yo no puedo seguir al Señor, primero tengo que estar ahí con ellos, especialmente cuando ya son mayores de edad. Estoy diciendo, y además de eso, muchos de ustedes están idolatrando a sus bebés, a sus niños, están idolatrando a sus nietos y esto está delante de Dios. Si les falta esto, ustedes no siguen más al Señor. Pero dice la Palabra de Dios que el que ama más a hijo o a hija, a padre, la madre, o cualquier cosa, antes que, a Mí, no es digno de mí.
No estoy diciendo que no ames a tu familia, a tus hijos, o a tu mascota. Estoy diciendo que tiene que ser un amor sano. No estoy diciendo que ese amor no tiene que ir más allá y convertirse en idolatría. Estoy diciendo que en el trono de tu corazón tiene que haber una sola persona que se llama Jesús de Nazaret. Estoy diciendo que cualquier cosa que esté antes que Dios es un ídolo para vos, al cual tenés que renunciar ahora. Aleluya. muchos de ustedes tienen un ministerio, pero dependen de las decisiones de ese ministerio, depende de lo que piensan o quieren hacer sus hijos, depende de si sus hijos están de acuerdo o no con lo que Dios te está pidiendo que hagas. Entonces, ¿dónde está el Señorío de Dios en tu vida? ¿Para qué le decís Señor, Señor» a Jesús si en realidad no es tu amo, Nuestro Señor dice:
[Lucas 14:26, RVR1960] Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
Y sabías que a veces vos mismo sos tu ídolo y te amas más que al Señor, te importa más lo que vos querés hacer que lo que Él quiere que hagas. En el trono de tu corazón no está sentado Dios, sino que estás vos sentado ahí. Todavía tenés el mando de tu vida, todavía llevas las riendas de ese caballo, todavía tenés las manos en ese volante de ese auto que es tu vida y decís, Señor, yo quiero hacer lo que vos me decís, yo quiero hacer lo que vos querés que haga, yo quiero responder, yo quiero ser obediente, quiero, quiero, quiero, quiero. Pero tus manos siguen en el volante, no lo dejas que maneje, ya sea por miedo, porque no te gusta lo que Él quiere hacer o por cuantas razones más.
Pero en ese momento no te das cuenta que está haciendo no solamente un rebelde sino muchas veces un idolatra que te estás idolatrando a vos mismo porque estás antes que Dios, tu voluntad está antes de lo que Él quiere hacer en vos o a través tuyo. Aleluya, alabado sea el Señor por la revelación que está trayendo en esta noche. muchas mujeres son ídolos ellas mismas cuando no quieren tener hijos, me dice Dios. Ahora es una forma de idolatría tan común hoy en día en la sociedad, que lo que yo estoy diciendo es una aberración. Pero dice la Palabra que a lo malo llamarán bueno, y a lo bueno llamarán malo, y en eso estamos ahora. Todo lo que dice la Biblia sobre que los hijos son una bendición, sobre qué es una bendición multiplicarse, reproducirse y demás, eso ahora lo llaman como malo, cuando en realidad Dios lo ve como bueno, porque el Señor le dijo al hombre: Multiplicaos, reprodúcete, y llenad la tierra.
Pero hoy los hombres dicen: No te multipliques, no te reproduzcas, porque tienes hijos y está mal, mátalos, mejor que no vivan, quítalos del vientre, no los dejes nacer. Pero sabías que estas mujeres están idolatrándose ellas mismas, porque no quieren gastar su tiempo para educarlos, no quieren sufrir lo que conlleva la maternidad y, además de eso, no quieren que sus cuerpos sean deformados por causa del embarazo, si es que esto pasaría. Son idólatras de ellas mismas que ponen la carrera antes que la voluntad de Dios en sus vidas. Muchas veces que Dios quiere enviar hijos a una familia y la familia les cierra la puerta, entonces se levanta un altar en el espíritu, porque el control de la reproducción de esa familia ya no lo tiene más Dios, le quitaste el control de tu familia y lo tomaste vos.
Entonces en el trono, en el gobierno de tu casa, no está más Dios, es una mentira, te sentaste vos acaso no pensaste que el Señor es tan sabio de darte los hijos o no dártelos, la cantidad exacta que vos necesitas para cumplir el propósito de tu vida. Arrepentíos de esto, dice el Señor. Este es un tema que especialmente muchas mujeres no van a poder digerir, no van a querer digerir. Y todo lo demás, el amor de Dios y todas esas cosas que dicen y que predican, llega hasta donde Dios les dice, Déjame ser el Rey sobre esta área en tu vida, y ahí dicen, No, no, no, ahí que nadie se meta. Aleluya, Alabado sea el Señor, Padre, te pido que trates en estos corazones ahora, Señor, que reveles esta palabra, Señor, que me diste a mí, a todas aquellas mujeres que están escuchando, Señor, y también a los maridos.
Padre de la Gloria, reivindica, Señor, tu Palabra en las familias que han creído lo que predica el mundo, Señor. Alabado sea el Señor. ídolos y más ídolos, me dice el Señor, revisen en su vida que hay, que están amando más que a Dios, es a tu propio cuerpo, es a alguien más, es a tu novio, es a la persona que estás pensando en casarse con ella, es alguna actividad, esa tu profesión, ¿cuál es tu ídolo? Y dice el Espíritu Santo, ahora que se arrepientan de la idolatría, porque como dije, muchos están hablando de las otras religiones que muestran la idolatría a través de imágenes reales, pero ustedes tienen esas imágenes en sus corazones, ustedes tienen una estatua de sus hijos en sus corazones, ustedes tienen una estatua de sus profesiones en sus corazones, y ante mis ojos, las dos cosas son prácticamente lo mismo, dice el Señor.
También arrepiéntanse para que pueda limpiarlos, dice el Señor, de toda idolatría. Gloria al Señor, y los amo, dice el Señor. Los estoy llamando a un nivel más alto, pero para eso deberán renunciar algunas cosas que ustedes hasta este momento no estaban dispuestos a renunciar. No les pido que salgan del mundo, dice el Señor, sino que no caminen como los del mundo, sean distintos, diferénciense, sean santos como Yo soy Santo, dice el Señor. Pongan sobre la mesa ahora aquello que no estaban dispuestos a entregar y déjenme que trate con eso, dice el Señor. No teman de mí, porque cuando quite ese tropiezo de sus vidas, se van a sentir livianos como una plumita, y van a poder finalmente el molar, suelten y desprendan de aquello que no les deja avanzar, vengan a mí, dice el Señor, para que Yo los sane.
Vengan a mí para que Yo los limpie. Vengan a mí para que Yo los libre. Pídanme que los refine de todos estos pecados ocultos que no habían podido reconocer, y hay una lluvia que está cayendo ahora sobre ustedes, lavándolos de todo aquello de lo que se han arrepentido en esta noche. Algunas mujeres idolatran su matrimonio antes que el matrimonio con el Señor Jesús. Se han casado con sus maridos, pero no se han casado con su Marido Celestial. No han hecho un pacto con Jesucristo, pero sí lo han hecho con sus maridos terrenales. No entendiendo que ese matrimonio no tiene futuro si primero no están casadas conmigo, dice el Señor, porque, así como se entregan a Mí, se van a entregar a los hombres. Así como me aman a Mí, van a amar a los hombres. No hay forma de amar más a los hombres, dice el Señor, si no me aman a Mí.
Hombres y mujeres que están idolatrando la idea de tener una familia y de casarse. La palabra de Dios dice: ‘Si te casas, haces bien, y si no te casas, haces mejor’. Y el que está soltero, no busque casarse, es decir, no te afanes por el tema del casamiento y la familia. Pero muchos de ustedes están afanados buscando una pareja, no entendiendo que si es la voluntad de Dios, él mismo va a traer la Rebeca para vos, así como fue enviado y así como se envió a alguien a buscar a Rebeca y la trajo a Isaac, así mismo, dice el Señor, cuando las cosas vienen de mí, se dan sobrenaturalmente, no hace falta poner tus ojos en cada chica que pasa al lado tuyo, no hace falta mirar y observar y preguntarte adentro de tu corazón: ‘Será ese, será el otro, será aquel?’ Si me traes a mí esta inquietud, dice el Señor, Yo te voy a sorprender, pero si tu corazón está afanado y está atado por este deseo, posiblemente el tema del casamiento se va a tardar más en tu vida porque es un ídolo que el Señor quiere destruir, ¿entendés? Porque pusiste ese ideal antes que a Dios.
[Mateo 6:33, RVR1960] Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Pero muchos de ustedes están buscando todas las otras cosas primero y piensan que cuando tengan todo eso establecido, pueden estar listos para buscar el reino de Dios y su justicia, no entendiendo que lo demás viene por añadidura. Busca primero al Creador de todas las cosas, busca primero al Creador de tu futuro esposo para que Él los una, Amén. Arrepiéntanse de esta idolatría, dice el Señor, de poner a un ideal de familia antes que a Mí. Amén, gracias Espíritu Santo de Dios, sigue limpiando Señor, hay muchos jonases en esta ministración, hay muchos Jonás que Dios dijo: ‘Anda a Nínive’, y vos te fuiste a Tarsis, también es una forma de idolatría y de rebeldía y de obstinación, porque la obstinación es una forma de idolatría a uno mismo, dice el Señor.
Hay muchos jonases que les dije lo que tenían que hacer y no solamente no lo hicieron, me dice Dios, sino que fueron al camino opuesto a donde no los llamé que vayan, y después se preguntan qué pasó, porque están estancados, porque no pueden avanzar, cuando ellos mismos me dieron vuelta la cara. Después se sienten como si su vida fuera un infierno, como que están muertos en el espíritu, enfriados, tibios, desinteresados por las cosas de Dios, en realidad fueron ellos los que me descartaron, fueron ellos los que sacaron un ticket para irse a Tarsis en vez de a Nínive, obstinados, diciéndome: ‘Señor, yo no quiero hacer las cosas como vos me estás diciendo, quiero hacerlas como yo pienso que las tengo que hacer’. Duro de frente, dice el Señor, arrepiéntanse de esta obstinación, arrepiéntanse de ser como un burro que no quiere caminar.
Para que Yo pueda romper esta barrera, dice Dios, que se levantó entre vos y Yo, cuando decidiste desobedecerme. hijito, dice el Señor, nuevamente, si te arrepentís y me adoras, así como otra vez salve a Jonás y lo mandé de nuevo a Nínive a que cumpliera su asignación, así mismo, Yo te puedo volver a llamar, tengo misericordia y te quiero perdonar, dice el Señor, porque muchos de ustedes están engañados por el diablo y piensan que Yo no hay vuelta atrás. Muchos de ustedes se desviaron en algún momento y quieren volver, pero el diablo les dice: ‘Ya es tarde, no hay nada que puedas hacer’, pero dice el Señor, mentiras del enemigo, porque Yo dejo las 99 para ir a buscar a la cien y quiero rescatarte de ese peso donde estas, y quiero que brille en medio de la oscuridad, y quiero que vean mi Gloria en tu vida, quiero que vean mis maravillas, mis milagros, mis señales en tu vida.
Pero si no me obedeces, no hay nada que Yo pueda hacer, porque en la obediencia se manifiesta la Gloria de Dios, amén. Muchos de ustedes, el Señor los llamó a dar una palabra profética a alguien, y muchos de ustedes están llamados a ser pastores, muchos de ustedes, Dios les dijo muchas veces que salgan a las calles a evangelizar o que hagan distintas cosas, pero decidieron lo contrario, decidieron ir para otro lado, decidieron ser obstinados y no obedecer, y encontraron el fracaso, vino la frustración, entró el enfriamiento, dice el Señor, arrepiéntete ahora, levántate y escucha mi Voz otra vez, para que Yo te vuelva a reasignar, Amén. Y veo ahora que varios corazones están siendo limpiados, Gloria al Señor, Aleluya veo que el Señor está pasando ese hisopo en el corazón nuestro, quitando toda la mugre, toda suciedad de aquel que se quiere limpiar, suciedad de todos aquellos que se quieren arrepentir, Aleluya, Gloria al Señor, gracias, Señor amado, Santo, Santo, Santo.
El Señor me repite: No me tengan miedo, no tengan miedo de lo que voy a hacer en sus vidas, simplemente sean humildes y escuchen mi Voz y obedezcan, dice el Señor, Yo los amo, los quiero restaurar, a todo aquel que viene a Mí, Yo no lo rechazo, dice el Señor, a todo aquel que se arrepiente, Yo lo limpio, dice el Señor. Estoy buscando que mi pueblo me mire, estoy buscando que mi pueblo me reconozca como su Rey, como su Señor, como su Gobernador, requiero obediencia en este tiempo, no se distraigan, dice el Señor, miren hacia las cosas celestiales, pongan su mirada hacia el cielo, dice Dios, en vez de las terrenales, destruyan todo altar en sus casas, arrepiéntanse de todo obstáculo que dejaron que el diablo ponga en sus caminos, humíllense ahora delante de la poderosa mano de Dios, para que yo los exalte, dice el Señor, Gloria a Dios.
Los estoy limpiando, hijitos, estoy trabajando en ustedes, déjenme reformarlos, déjenme que los toque, déjenme redargüirlos, déjenme llevarlos a una gloria mayor, permítanme trabajar, dice el Señor, quebrántense delante de Mio, confíenseme sus pecados, arrodíllense ahora, dice el Señor, lloren lo que tengan que llorar, abran su corazón, rasguen sus corazones delante Mio, expongan aquello que los avergüenza para que Yo pueda arrancarlos de sus vidas que puedan vibrar en un amor mayor. Hijitos, quiero derramar de Mi copa en ustedes, pero no abren sus bocas, los quiero refinar, como se refina la plata, pero se esconden detrás de la puerta, quiero que sean mis herramientas perfectas y eficientes, pero no quieren ser usados como Yo los quiero usar, déjenme dirigir dice el Señor.
Suelten el volante, quebrántense delante de mi Presencia, Adorándome noche y día, dejen de ser los amos de sus vidas y permítanme, dice el Señor, a Mí que Soy el que todo lo sabe, permítanme a Mí, dice el Señor, llevar las riendas del asunto, todos aquellos que estén lastimados, dice el Señor, Yo lo quiero sanar, tengan fe, no escuchen más las voces del enemigo, dice el Señor, que les hablan a los oídos diciéndoles: ‘Ya es tarde, ya Dios no te va a perdonar’, simplemente lean la Palabra, dice el Señor, la Palabra dice: ‘Arrepiéntanse, confiesen sus pecados y reciban el perdón’, que Yo soy fiel y justo para perdonarlos. con todo, muchos de ustedes piensan que cometieron el pecado imperdonable, el pecado contra el Espíritu Santo, la blasfemia del Espíritu Santo, y que ya no tienen más perdón, pero el diablo les mintió, hay una oportunidad, dice el Señor.
Lllamen a mi puerta, que Yo quiero abrir, pídanme que les hable, que Yo les quiero hablar, búsquenme incesantemente, incesablemente, dice el Señor, yo quiero ser hallado, solo estoy buscando corazones humildes, dice el Señor, que estén dispuestos a reconocer que Yo Soy el que Soy y muchos altares de idolatría y egocentrismo están cayendo. Gloria a Dios. Hay ángeles que se están moviendo ahora al lado de ustedes, tocando sus corazones, tocando sus espaldas para traer un arrepentimiento mayor. Estoy destruyendo altares en los corazones, me dice Dios. Ahora reciban el perdón todos aquellos que se arrepintieron de esto y de más cosas de los que hoy se dieron cuenta como lujuria escondida en los corazones y deseos que no están acorde a la voluntad de Dios, adulterio en los corazones, estos deseos no justificados, avaricia, codicia, ira, falta de perdón.
¿Cuánto rencor hay en la iglesia del Señor Jesucristo? Dice Dios, pero como Yo perdoné, dice Dios, como Yo perdoné a los que me estaban clavando en la Cruz, cuanto más ustedes pueden perdonar, perdonen, perdonen, dice el Señor. Suelten a esas personas que tienen agarradas en sus corazones, porque no es que esa persona no sea libre, sino que ustedes no pueden ser libres. el único altar que tiene que estar en tu casa es el Altar de la Adoración de Dios, el único altar que se tiene que ver en el espíritu cuando los ángeles van a tu casa tiene que ser el Altar, la llave, el Altar al Señor de los ejércitos, el Altar al único Dios, al Creador de todas las cosas, al que te creó con sus Manos.
No cierres tu corazón, no te protejas de Mí, dice el Señor, porque Yo soy bueno y te quiero llevar, quiero sacar lo mejor de vos y te quiero llevar a estas aguas cristalinas que me pediste de beber. Yo te quiero llevar y te quiero dar ese baño de limpieza, dice el Señor, que tanto me pediste, pero depende de vos, dice el Señor que te quieras arrepentir, que renuncies a estas maldades, distracciones que se convierten en pecado, cuando el Señor te llama a hacer ciertas cosas para su reino, mal uso del tiempo, superficialidad, son algunas de las cosas que estoy viendo ahora. Arrepiéntanse de todas estas cosas, ahora sean limpiados, reciban el perdón de Dios, recibe el perdón, recibe el perdón y veo piedras preciosas caer del cielo para ustedes que representan el perdón de Dios, reciban esas piedras preciosas.
Déjate renovar, ahora el Señor está moviendo su mano entre su pueblo ahora, está blanqueando las vestiduras, veo vestiduras que las manchas se están desapareciendo de ellas, Aleluya, Gloria al Señor, adórenme dice el Señor, adórenme, alábenme permanentemente. Amen más, porque al que ama mucho, mucho se le perdonará, dice la Biblia. Amen, hijitos, amen. No se dejen engañar, no se dejen distraer, no quiten su mirada de mí. Pídanme un corazón amoroso, pídanme un corazón perdonador, pídanme un corazón puro, pídanme un corazón acorde a mi personalidad, pídanme un corazón que me complazca, pídanme todo lo que sienten que no tienen, dice el Señor, porque Yo se los quiero dar. Estoy acá esperando, dice el Señor, esa petición.
Oh amen, dice el Señor, amen, y perdonen y dejen ir, dice el Señor, veo mujeres y hombres que son mayores de edad que viven en el pasado, están atados al pasado, dicen, yo puedo perdonar todo, pero eso que me hizo mi hijo nunca lo voy a perdonar, eso que me hizo, un amigo, una amiga, nunca lo voy a perdonar, no puedo, ya está, hace muchos años que estoy enojada, no puedo perdonarlo, mentiras del enemigo, entendés, es tu decisión perdonar, el Señor te perdona tus deudas si vos perdonas las deudas a los demás. Perdona ahora, soltá ahora en el nombre de Jesús, deja ir ese pasado, deja ir a esa persona, libérate en tu corazón y el Señor te va a poner alas para que puedas sentirte liviano y quitar ese peso de tu espalda que llevas hace tantos años, Aleluya, Gloria al Señor.
Perdona, veo una mujer grande, veo mujeres grandes que están llorando ahora porque se dan cuenta que esta palabra es para ellas perdonen, dice el Señor, perdonen y amen, perdonen y amen, Aleluya. Limpio mi iglesia, limpio mi iglesia, limpio mi casa, dice el Señor. Todos aquellos que fueron infieles con sus ministerios, que no administraron lo que Dios le dio, que lo escondieron debajo de la tierra, todos aquellos que dejaron entrar la codicia en sus corazones, que empezaron a ver el movimiento de plata y les empezó a interesar más que a servir al Señor, arrepiéntanse ahora, reconozcan este pecado, porque creen que son ricos, pero son pobres y están desnudos, porque hace tiempo que dejaron su primer amor, dice Dios, arrepiéntanse ahora y vuelvan al primero amor y Yo les voy a volver a colocar esta vestidura de santidad.
Y todos aquellos que permitieron que sus hijos hagan desastres en los templos, que estén en pecado, sin corregirlos, sin decir nada, sin disciplinar, haciendo un show para los incrédulos, dice el Señor, arrepiéntanse ahora y tomen decisiones sabias y tomen las riendas de sus casas, para que cuando pasen los ángeles destructores, no encuentren la puerta abierta, Aleluya, Gloria de Dios. Todos esos pastores que amaron más el dinero que a las ovejitas de Dios. Todos esos pastores que saben bien cuál es su llamado y no están caminando en Él, son muchos, dice el Señor. Todavía estás a tiempo, arrepentite y camina en ese camino que tracé para vos.
Mujeres que tienen descuidados a sus hijos, los tienen descuidados, están desequilibradas, tienen sus ojos más en todas las actividades eclesiásticas que en su familia, están poniendo sus manos demasiado en aquellos que los hombres les están diciendo que tienen que hacer adentro de la congregación, pero Yo estoy demandando que vuelvan su vista a sus hogares, dice el Señor, porque están abandonando a sus hijos, a sus maridos, Todos los hombres que no están amando a sus mujeres, me dicen, el Señor, les están maltratando, las están desvalorizando, dice Dios, arrepiéntanse ahora y amen a sus mujeres, como Yo amo a mi iglesia, dice el Señor Jesús, hay muchos, límpiate dice Dios, límpiate, dice Dios, el tiempo corto, me dice el Señor, hijitos, límpiense, dice el Señor.
Santifíquense aún más, aquel que era santo, que sea más santo, y aquel que era injusto, que sea más injusto, estos son los últimos tiempos y demandó aún más porque ustedes pueden darme más, porque Yo les doy más, dice Dios. Esta noche, después de terminar esta ministración, cuando te vayas a dormir, el Espíritu Santo va a empezar a mostrarte aquellas cosas que no podías ver de tu vida, que hay que cambiar, te invito a escuchar al Espíritu Santo en esta noche, cuando Él te hable y te diga, te acordás de aquello que hiciste aquella vez y te va a redargüir para que te arrepientas de eso, ves, hijo o hija lo que estás haciendo en esta en esta parte de tu vida, en este aspecto de tu vida, arrepiéntete porque Yo te quiero perdonar, te quiero restaurar.
El Señor te va a seguir hablando esta noche, abre los oídos para escuchar y humillarte delante de la Presencia de Dios y arregla todas esas cosas que hace tiempo que no hablas con Dios, decile cómo te sentís y qué pensabas que ya no tenía el remedio, pero que el enemigo te engañó, déjate limpiar por Dios, Él va a derramar de sus aguas santas en vos para limpiarte de esa mugre que vos mismo no te pode sacar, ese es el Dios que tenemos, un Dios de misericordia y de perdón. Muchos de ustedes están afanados, afanados por el trabajo, afanados por el estudio, afanados por hacer, hacer, hacer más, hacer más, afanados por muchas cosas, afanados por el tiempo, nunca frenan para adorar a Dios, nunca quieren caminar en los tiempos de Dios, afanados por la preocupación de las cuentas, de las cosas del mundo, sin confiar en Dios.
Prefieren estar preocupados antes que decir, Señor, en tus manos pongo todas las cosas, yo sé que vos me vas a dar lo que necesito y me despreocupó de todo eso, porque si vos vestís a los lirios, cuanto más me vas a vestir a mí, si vos alimentas a los pájaros, cuanto más me vas a alimentar a mí, confío vos. Muchos de ustedes están en ese pecado del afán y no se daban cuenta y esto genera obstrucción entre la voz de Dios en tu vida, y vos, no lo puedes escuchar, y no entendías por qué, y era el afán que te hablaba más fuerte que la voz de Dios. Eran los ruidos de tu mente, de tu corazón, que permitían que se levanten más alto que el soplido de la Voz de Dios que quería darte paz, quería hablar. Muchas veces el Señor ya te estaba diciendo: Hijo, ya me estoy ocupando de eso, no te preocupes, déjame que yo trabaje a tiempo.
Pero preferiste escuchar al que te estaba diciendo: No hay remedio para esta situación, te vas a hundir como un barco lleno de carga. Eso te decía el enemigo y elegiste a que vos escuchar. Mujeres afanadas por hacer cosas adonde Dios nunca las llamó, cosas que Dios nunca te mandó que hagas. Estás haciendo, perdiendo tiempo en vez de escuchar realmente lo que Dios quiere que hagas, lo que Él te quiere pedir, o lo que te pidió, pero aún estás a tiempo porque Dios te ama. Arrepiéntete y vuelve tu mirada al Señor y déjate, para reflexionar por la poderosa mano de Dios, y vas a sentir un alivio tan grande, ¡Aleluya! Hay una paz porque vas a estar en las manos del Todopoderoso, amén. Hombres corriendo la carrera de sus trabajos, queriendo ganar, queriendo llegar primero, queriendo tener la primera posición, queriendo ser gerentes, queriendo escalar, sin entender que, si Dios no te levanta, el hombre no te va a levantar.
Para que te haces tantos problemas batallando como un caballo indomable, cuando no podés cambiar nada con esa actitud, en vez de llevar esas preocupaciones delante del Trono del que todo lo puede, el Único que levanta y el Único que baja, el Único que exalta y el Único que humilla, al que da la vida y el que la quita. Aleluya, Dejen ahora toda maleta espiritual, toda carga, toda preocupación, todo afán, todo miedo, que está interfiriendo, entre tu relación con Dios. Sabías que sentís que Dios está lejos y no sabes por qué, y muchas veces es por el miedo que estás permitiendo que se manifieste en tu vida. Sabías que el miedo levanta escudos entre vos y el Señor y entre vos y los hombres, y que esto destruye tu relación con Dios y con los demás.
Renuncia a los miedos ahora, arrepiéntete de haberle dado tanto lugar, confía en el Señor. A malo y adorarlo con todo tu corazón, límpiate, y Él se va a ocupar de todo, de cada detalle de tu vida, y su Gloria se va a manifestar ahí donde nunca pensaste, ¡Señor, Aleluya, Aleluya! En muchos de ustedes hoy ha iniciado un proceso, van a notar que durante los siguientes días el Espíritu Santo va a seguir trabajando en ustedes y les va a mostrar cosas que ustedes no se daban cuenta, pero que el Señor quiere arrancar de sus vidas para plantar cosas nuevas. Déjense refinar, es el Espíritu Santo que está trabajando en ustedes para transformarlos, para limpiarlos, para llevar más fruto, amén. Arrepiéntanse cuando el Espíritu Santo les traiga estas cosas a sus mentes, quebrántense delante de la Presencia del Señor.
El Señor, el Espíritu, les va a traer personas a las cuales les tienen que pedir perdón, personas a las que ofendieron y ustedes nunca fueron y les pidieron perdón teniendo la oportunidad de pedirles perdón. No hablo de la gente que ya falleció, eso lo tienen que arreglar con Dios, pero hablo de gente que aún no están viva y ustedes saben que tienen que levantar el teléfono, decirles: Perdóname, porque te ofendí en tal cosa, no fui justo, actué mal, me equivoqué, pero no lo están haciendo. El Espíritu Santo les va a traer estas cosas a la mente en estos próximos días, porque Dios está limpiando su casa. Amén. Sean obedientes y respondan a la Voz del Señor, no endurezcan sus corazones, porque si no van a sentir que retroceden o que se estancan o cosas peores. Amén, Alabado sea el Señor.
Otros van a recibir por sueños, me dice Dios, lo que tienen que hacer o van a ver situaciones de sus vidas en el sueño que tienen que resolver. El Señor les va a mostrar pecados en sus vidas o en sus casas que ustedes no podían reconocer. El Señor los va a empezar a exponer a través de los sueños y a través de otras maneras para que tomen acción sobre eso y pasar la escoba en sus casas y limpiar toda esta pobre si ya le voy a lavado hacia el Señor, porque Él es bueno y se ocupa de sus hijos. Entiendan que esto es para nuestro bien y no para nuestro mal, Gloria al Señor, gracias Señor te damos por esta ministración, gracias Señor, por la oportunidad, nuevamente, Señor de arrepentirnos, de llevar frutos dignos de arrepentimiento, de limpiarnos delante tuyo que eres Santo, Santo, Santo, Señor.
Queremos ir delante de tu Presencia con un corazón limpio y con una conciencia limpia, Señor, sigue mostrando, Señor, lo que no podemos ver en este tiempo que sigue a continuación, sigue refinándonos, henos aquí somos tu pueblo que quiere ser limpiado por tu mano poderosa, Padre Celestial, Rey de Gloria y de Majestad. Mi espíritu siente gozo por lo que el Espíritu Santo está haciendo ahora y lo que va a hacer, y veo mucha gente elevándose en el aire, como dije antes, eso es un nuevo nivel espiritual dónde están entrando, es como cuando alguien es promovido en el trabajo, cuando a alguien se le da un puesto mayor, un puesto de más autoridad, de más poder, de más influencia. Los que se dejen refinar van a ir a ese nivel, ¡Aleluya! Gloria el Señor.
Hay recompensa, dice el Señor, para todos aquellos que se humillen, los voy a exaltar, los voy a levantar, pero antes voy a tratar con sus egos y voy a tocar en ese punto donde más les duele, porque renovando ese sector en sus corazones van a ser capaces de llevar mucho más fruto que antes, Gloria a Dios, solo tienen que dejarse pasar por esta operaciones espiritual, pero cuando estén listos van a hacer una versión mejor de ustedes mismos en Cristo Jesús, amén, Gloria al Señor, gracias Dios mío, gracias Señor. Den gracias a Dios en este momento por todas sus obras. Me dice el Espíritu, aprendan a ser agradecidos, y eso es otra cosa, muchos son desagradecidos, viven en la queja, no valorando, no reconociendo lo que Dios les da.
Esto es otro pecado no muy nombrado dentro de la iglesia, la queja, el ser desagradecido, siempre dando gracias por todo, dice el Señor, den gracias por todo, así tengan tan poco como tengan mucho, den gracias, porque es lo que viene de Dios, ¡aleluya! Gloria al Señor, gracias Señor. Medite en sus pensamientos si son retorcidos, si son injustificados, si están pensando mal de los demás, si están tramando cosas en su corazón. Estoy hablando de los hijos de Dios que aún tienen que ser refinados, todos estamos en este proceso, y dice el Señor, evalúense a ustedes mismos, aprendan a escuchar lo que están pensando, esta es una práctica espiritual que la iglesia de los últimos días tiene que entrenar regularmente, escuchar lo que pensamos para ir profundo en el refinamiento de nuestro ser.
Quitando todos esos malos pensamientos de raíz y renovándonos a través de la Palabra, aprendan a pensar como las escrituras dice, dice Dios, aprendan a pensar, aprendan a tomar los pensamientos, la inspiración que viene del Espíritu Santo y a refutar, ya renunciar, ya no dejar entrar la inspiración que viene del diablo, eso los va a llevar a un refinamiento mayor, aprendan a reprender las obras del diablo en sus mentes, amén, Aleluya, muchas claves se nos ha sido entregada en esta noche para ir a un nivel mayor, Gloria a Dios, gracias Señor, yo te bendigo Dios mío, tú eres grande, Señor, queremos parecernos más a ti, a la semejanza de tu hijo Jesucristo, cada vez más cerca, Señor, cada vez más parecidos al Señor Jesús, te amamos, Señor Jesús, bendito sea tu Nombre, Gloria a ti, Señor, tú eres Rey, tú eres Perfecto, Señor.
Queremos ser como tú, aquí nos entregamos, Señor, refínanos trabájanos o púlenos, Señor, se, nuestro Alfarero moldéanos con tus manos, oh Amado Carpintero, tállanos acorde a tu imagen y semejanza, Señor, también en el alma y en el Espíritu, Gloria a Dios, gracias Señor, por todo lo que has hecho hoy, por todo lo que vas a hacer. Amargura, me dice el Espíritu, renuncien, arrepiéntanse de esa amargura, porque tan tristes, por qué tan amargados, ustedes tienen que ser la luz, dar el ejemplo, porque están igual o peor que los que están en el mundo que no entienden lo que está pasando, no entienden lo que estoy haciendo, porque le dan lugar estas cosas. Me dice Dios arranquen esas raíces de amargura de sus corazones.
Gloria a Dios, Yo quiero colocar el gozo de mi Espíritu en ustedes, pero no me dan lugar porque su corazón está lleno de cosas petrificadas, de tristeza, de amargura, de depresión. Mis hijos están tristes, deprimidos, atados, esclavizados, porque muchos de ellos, porque prefieren escuchar esas voces antes que la voz del Espíritu Santo, porque prefieren ese tipo de manifestación, en vez del gozo del Espíritu que se quiere manifestar a través de ellos. Aprendan alabarme en el medio de los tiempos malos, aprendan a adorarme en el medio de la aflicción, donde están, dice el Señor, los que verdaderamente caminan en la Palabra de Dios, porque Yo quiero hacedores de la Palabra y no oidores. Amén. Aleluya.
Los bendigo hermanos, levanto a todos los que están caídos ahora, en el Nombre de Jesús. Señor, pon de pie a todos estos que están sentados, activa Señor los espíritus, ahora en el amor de Dios. Oh, Dios mío, unge ahora a todos estos que están sedientos de tu unción, que necesitan moverse en ese poder Señor, Aleluya, hoy quiebro toda maldición en todos los hermanos que están escuchando esta transmisión reaviva los corazones, sopla Señor, el fuego, el viento de tu boca, Señor, para reavivar ese fuego en los corazones. destruyo todos los altares que hoy han perdido el derecho legal de estar en estos hogares, en el nombre de Jesús. Destruyo todo ídolo, toda imagen de ideal creada en la vida de mis hermanos.
Desató a todo aquel que estaba atado, rompo todas soga espiritual, rompo toda cadena, desligo, quito toda la ligadura espiritual entre ellos y toda persona de las cuales hoy dejaron ir, en el Nombre de Jesús. Quiebro toda brujería sobre ellos, los envuelvo con el fuego y el Poder del Espíritu Santo, imparto dones del Espíritu, ahora en el Nombre de Cristo Jesús. Algunos de ustedes van a empezar a escuchar la Voz de Dios a partir de ahora. ¡Aleluya, Gloria del Señor!, si confusión se está yendo ahora, dudas, incredulidad se va ahora, en el Nombre de Jesús. Un renuevo del Espíritu te pido, Padre, ahora, para todos los ministrados en vivo o en diferido, porque todo es posible para ti, Señor, y el tiempo está en ti, en el Nombre de Cristo Jesús.
Los bendigo, abre los cielos sobre ustedes, provisión santa, Señor, para todos, en el nombre de Jesús, paz y libertad y gozo del Espíritu, en el Nombre de Cristo Jesús. Amén y amén. Nos vemos hermanos próximamente. Si necesitan, vuelvan a escuchar este vídeo y todos los pecados que el Espíritu Santo les traiga, que acá no hayan sido nombrados, porque hay muchas formas de pecar y muchos niveles de pecados que quizás yo no haya nombrado hoy, pero que el Espíritu Santo te va a traer a tu corazón. Trabajen en eso, arrepiéntanse, estudien la Biblia sobre el arrepentimiento, renuncien, y reciban el perdón de Dios. No se dejen atrapar por la culpa. Amén. Reciban el perdón de Dios y tengan paz sobre ese asunto. Despréndanse de su pasado, trabajen en las cosas donde Dios quiere que trabajen para ser libres. Amén, Gloria a tu Nombre, Señor. Alabado sea el Señor, paz a ustedes, nos vemos próximamente, acorde a lo que el Espíritu Santo quiere hacer en su pueblo en este tiempo, a través de este vaso profético, en el Nombre de Jesús. Amén.