Bendiciones, amada iglesia del Señor Jesucristo. Equí estoy nuevamente frente a ustedes, en mi canal «Noelia ama a Jesús», transmitiendo por YouTube y por mi página de Facebook, que lleva el mismo nombre. Alabado sea el Señor. Bendiciones a todos los que se van conectando con esta transmisión en vivo, Gloria al Señor por su misericordia, alabado seas, bendito Dios en la Gloria, Rey de Majestad. Estaba en este tiempo, en este fin de semana, en mis oraciones escuchando al Espíritu Santo, lo que hablaba mi espíritu y recibiendo lo que el Señor quiere hablar a su pueblo en este mensaje, mensaje de confirmación de lo que ya he publicado en el último vídeo, en el vídeo anterior que se llama «Alerta, el Señor está limpiando su casa». Y el Espíritu Santo me venía hablando y arrojando más luz sobre este asunto de lo que Dios está haciendo en este tiempo, de las cosas que están pasando adentro de su iglesia.
Estamos hablando de este mensaje que es para los hijos de Dios, y para que entiendan, por qué está pasando todo lo que está pasando, por qué esta sacudida en el espíritu en la casa de Dios, porque tantos cambios en la casa del Señor y tantas otras cosas que están sacudiendo nuestros espíritus en este tiempo. Y hoy, estando en oración, vi en visión un bosque de árboles y entre medio de ellos iba pasando una gran hacha y el hacha iba cortando algunos de ellos e iban cayendo. Entonces escuché la tala de árboles no ha terminado y la verdad que, le decía, «Señor, me cuesta entregar este tipo de mensajes» pero venía a mí un temor santo de obedecer a nuestro Señor Jesucristo, que está alertando a su pueblo por amor y por misericordia y colocando luz y lámpara a nuestros pies, no sea que, habiendo sido yo heraldo para otros, yo misma vengo a ser eliminada por no obedecer lo que el Señor quiere hablar a su pueblo a través mío, amén.
[1 Corintios 9:27, RVR1960] sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
Y entonces el Padre me habló y me decía, «Hijita, diles lo que estoy haciendo, diles que mi Mano está extendida y que estoy podando, diles que no he terminado con esta poda, porque viene otra estación y debo preparar el terreno para que crezca lo nuevo. Diles que los amo, pero tengo que advertirles que se ha terminado el tiempo de esperar, a que muchos respondan el llamado.» Eso es lo que el Espíritu Santo me hablaba en esta tarde y me insistía para compartir nuevamente este mensaje, sobre lo que el Señor está haciendo, sobre lo que está pasando en lo espiritual en este tiempo.
En mi canal de YouTube tengo un vídeo del 6 de febrero de 2019, que se llama «Si no respondes a mi llamado, llamaré a otro para que haga lo que no hiciste», donde doy un ejemplo muy claro: 1 Samuel 13:13-14, donde Saúl es descartado. Dios ya venía advirtiendo a través de varias voces proféticas, por su bondad, por su amor, porque quiere rescatarnos y porque tiene que cumplir su plan en esta tierra. Él da un tiempo cuando las personas son llamadas a hacer una tarea para su reino, y cuando ese tiempo pasa, la puerta se cierra. Entonces, por esa misma puerta por donde debía entrar una persona con una encomienda, y no entra, el Señor llama a otra para que venga detrás de esa persona y entre por esa misma puerta. Esto lo podemos ver con Saúl:
[1 Samuel 13:13-14, RVR1960] Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.
Tenemos que entender que estos principios bíblicos que el Señor nos dejó como ejemplos en la palabra de Dios se siguen aplicando aún hoy, esas cosas que en su momento el Señor tuvo que hacer con aquellos siervos desobedientes, con aquellas personas que no guardaron, lo que el Señor mandó o encomendó a hacer, aún hoy el Señor erradica o quita, le quita a esas personas esa tarea y se la da a otro, porque el Señor tiene que cumplir con los propósitos divinos de un plan perfecto que él ya tiene armado desde antes de la fundación del mundo.
Y este es un tiempo donde, como dije ya muchísimas veces y vuelvo a repetir para que entre en nuestros corazones esta palabra, es un tiempo donde estamos entrando en una nueva temporada, en una nueva era. Muchos cambios se están dando y así como cuando uno poda los árboles, poda y quita lo que no tiene que estar antes de entrar en una nueva estación, así, en lo espiritual muchas veces pasa lo mismo, existe una limpieza que se está dando en la casa de Dios, hay una poda espiritual que se está llevando a cabo, hay una tala de árboles, algunos que directamente no están llevando frutos y otros que el fruto que están llevando no es bueno, y el Señor está limpiando este terreno, este bosque de su reino, y quitando estos árboles que no están llevando frutos, o que están llevando los frutos que Dios no está esperando recibir, para que los árboles que llevan frutos, y para plantar árboles nuevos dentro de este bosque del reino de los cielos, para que, lo que esos árboles no dieron, lo den estos árboles que sí están obedeciendo al Señor. La palabra del Señor dice:
[Mateo 7:19-20, RVR1960] Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. así que, por sus frutos los conoceréis.
Entonces podemos ver en los principios bíblicos que lo que estoy diciendo se puede avalar a través de la Palabra del Señor, porque muchos dicen: «Los dones y el llamado son irrevocables», pero cuando uno no obedece a lo que el Señor, está demandando de nosotros, podemos ver también en la Palabra de Dios, que cuando el tiempo se cumple, Dios actúa y tiene que arrancar lo que no aprovecha, para que esos propósitos divinos se cumplan y plantar cosas nuevas, o tiene que sacarle lo que le dio a uno, lo que lo mandó a hacer, y dárselo a otro, porque hay cosas que sí o sí tienen que cumplirse para que el plan de Dios se establezca en la tierra.
Podemos ver un principio parecido en la parábola de los talentos, Aleluya, alabado sea el Señor. Tenemos que entender que, si lo que Dios te dio para que administres, lo dejas enterrado debajo de la tierra, entonces el Señor te lo va a sacar, y se lo va a entregar a otro, al que ejerció mayordomía sobre esos bienes, sobre esas cosas que el Señor lo puso, y al que fue fiel en lo poco, dice la palabra de Dios, será puesto en lo mucho, dice:
[Mateo 25:14-30, RVR1960]: Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Y esta es la parte que quiero remarcar en esta noche, pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: señor, te conocía, que eres hombre duro, que ciegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste por lo cual tuve miedo y fui y escondí tu talento en la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo. -respondiendo su señor dijo-, siervo malo y negligente, sabías que ciego donde no sembré y que recojo donde no esparcí, por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir, yo hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Escuchen lo que dice esta parábola, quitadle pues el talento y dadlo al que tiene diez talentos, porque al que tiene le será dado y tendrá más, y al que no tiene, aun lo que tiene, le será quitado, y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera, y allí será el lloro y el crujir de dientes. Amén, Aleluya, alabado sea el Señor.
En este tiempo he dicho en distintas ocasiones que el tiempo se está acelerando, que el pecado del hombre está generando que los procesos en el espíritu y en lo físico se vean acelerados, y dentro, de una de las consecuencias del aceleramiento del tiempo y del cumplimiento de las palabras proféticas, que están escritas va a ser que el tiempo de espera entre que el Señor llama a una persona a cumplir cierta tarea, hasta que la persona responda a ese llamado y cumpla cabalmente con esa tarea, se van a ver reducidos, porque los tiempos son cortos y los días son malos, y esto va en incremento, es decir, el tiempo está sufriendo un aceleramiento, y paralelamente todas las cosas están siendo aceleradas, es decir, que el tiempo de espera entre que el Señor te llama a hacer algo, hasta que respondas a ese llamado y cumplas continuamente con ese llamado hasta terminarlo, no es el mismo tiempo que tenían las personas antes de estos últimos días, amén.
Y por eso en esta temporada, en esta etapa, el Señor dice: tengo que cumplir con Mis propósitos, tengo que establecer Mi plan Divino, cada pieza de este rompecabezas que tengo pensado hasta redimir todas las cosas, tiene que estar en su lugar, es decir, que cada pieza que no quiere ir en el lugar dónde va, esta será removida y será reemplazada por una nueva que sí, quiera estar, donde pertenece, por eso es clave en este tiempo la palabra obediencia. La Palabra del Señor dice: el que me ama me obedece, porque muchos de nosotros decimos amar a Dios, pero cuando el Señor nos pide que hagamos algo, y ese algo que el Señor nos está pidiendo que hagamos no nos gustan, no nos gusta tanto, no es lo que esperábamos o debemos cargar nuestra cruz para cumplir, con eso que el Señor nos llama a hacer, entonces damos un paso atrás, o somos desobedientes, o queremos hacerlo a nuestra manera.
Pero entonces muchos de nosotros nos convertimos en esos saúles de este tiempo, que quieren hacer las cosas a su manera, y que terminamos ofendiendo al Señor, por causa de diferentes cosas que están mal en nuestros corazones, y como el Señor tiene que cumplir igualmente con su plan Divino, con su plan celestial, entonces muchos saúles son descartados, y son reemplazados por los David de este tiempo, es una palabra fuerte, pero el Espíritu me decía: habla hija, habla, y no te calles, y en muchos de estos últimos vídeos, los que han venido siguiendo los vivos, pueden ver como estoy llamando una y otra vez a muchos de ustedes a que respondan al llamado del Señor, como a través de este ministerio estoy tratando de activar lo que el diablo desactivo, como a través de la exhortación de darles ánimo, de motivarlos, de tratar de ser ejemplo a ustedes, he tratado de levantar lo que estaba caído, porque puedo sentir una urgencia en el espíritu, y un temor de Dios.
Inclusive en mi vida, he tenido momentos de decir: Señor, ya no quiero hacer esto, no quiero seguir con este llamado, no quiero seguir con esta tarea, hay muchas cosas, mucho sufrimiento que uno tiene que pasar para responder a un llamado de este tipo como el que tengo yo, y como el que tienen otros siervos y atalayas, porque no soy la única, pero al mismo tiempo, el Espíritu Santo me ha hecho sentir un temor de Dios, y ha puesto en mi corazón que si no cumplo con lo que Dios me está pidiendo que haga, que si no pongo mi rostro al servicio público del Señor Jesucristo, yo misma puedo llegar a ser cortada, he sentido que me voy a morir si no hago aquello para lo que Dios me formó en el vientre de mi madre, entonces este mismo temor que el Señor está colocando en mí, también ha colocado la misericordia de decir: no son mensajes agradables, este tipo de mensajes que uno tiene que compartir.
Pero porque veo lo que está pasando en el espíritu, siento la responsabilidad de hablar con lo que, las consecuencias que esto conlleva, hablando del vituperio, la burla, el que muchos piensen que uno llama el arrepentimiento y a ponerse a cuentas y demás, porque tiene un corazón juicioso, porque no entiende la Gracia de Dios, y tantas otras cosas, conjeturas que los hermanos realizan cuando una persona tiene un llamado de este tipo de atalaya, quiero, contarles qué el Espíritu me seguía hablando en estos días y me hacía entender que durante el proceso de esta pandemia tan fuerte, muchas caras fueron descubiertas, y me decía el Señor que había probado el corazón de muchos pastores durante esta pandemia, y que no todos salieron aprobados, sino que a muchos les importó más recibir el dinero de las ovejas que apacentarlas, y el Señor traía a mi mente Ezequiel 34, la profecía contra los pastores de Israel que se apacentaban a ellos mismos:
[Ezequiel 34:2-6, RVR1960] Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas.
El Señor me mostraba que muchos de estos árboles que han caído en este tiempo, son pastores que estaban puestos para alimentar a las ovejas, son pastores que estaban puestos para sanar a las perniquebradas, son pastores que habían sido llamados para acompañar a los solitarios en esta pandemia, para rescatar a los cautivos, son pastores que estaban pasando por una prueba que no todos aprobaron, y también que no todos desaprobaron, porque se mostraron muchas caras buenas también, muchos árboles que a pesar de no haber recibido tanta agua, tanto sol en este tiempo, igualmente dieron fruto, y fruto bueno para el Reino, pero el Señor me decía, muchos de estos árboles que fueron talados, son pastores que fueron probados en este tiempo, y que no pasaron la prueba, y cuyos corazones fueron desnudados durante esta pandemia.
Para que mis ovejas puedan ver, que en realidad eran lobos rapaces que se apacentaban a ellos mismos, pero el Señor no es un Dios que puede ser burlado, y dentro de este proceso de esta limpieza en la casa de Dios, parte de la razón por la cual estos árboles que aparentaban dar buenos frutos a la vista de los hombres, pero que en realidad eran frutos podridos están siendo talados, aun el Señor, a pesar de todo, el Espíritu me dice en este momento, que Él vuelve a abrir una puerta, por donde aún muchos de ustedes pueden entrar, si es que quieren responder al llamado que Dios les hizo a sus vidas, si es que quieren arrepentirse, o de no haberlo respondido antes, o de haberlo respondido, pero de haberlo querido realizar al modo de ustedes, y no al modo del Señor, aún la puerta está abierta para muchos de ustedes, si es que quieren arrepentirse de haber comenzado bien, pero habiéndose pervertido en el camino.
Estoy llamando al arrepentimiento, porque el Señor dice, aún aunque muchos árboles han caído, y no hay nada que hacer con respecto a eso, aunque se haya decretado juicio dentro de Mi casa para algunos que fueron desaprobados, aún he dejado una puerta abierta para muchos de ustedes, aquellos que quieren obedecer y hacer las cosas, no a la manera de Saúl, sino a la manera de David, que a pesar de los errores que cometió, la Palabra dice que era un hombre conforme al corazón de Dios, es decir, van a haber errores, van a haber errores muy posiblemente, porque ninguno de nosotros es perfecto, aún, aunque buscamos, anhelamos la perfección y estamos siendo perfeccionados, pero lo importante es que tu corazón se mantenga con la motivación correcta mientras vas caminando en la senda que el Señor preparó para vos.
Si ustedes quieren entrar por esta puerta de oportunidad que Dios dice, que aún va a abrir, que aún está abriendo para algunos a los que se les da una oportunidad más, este es un tiempo de alerta roja, siento en mi espíritu, y lo vengo compartiendo con algunos hermanos que tengo cercanía, como este, este temor de decir dónde estoy parada, estoy haciendo lo que Dios quiere que haga, estoy haciéndolo como Él quiere que lo haga. ¿Cuáles son las motivaciones de mi corazón? ¿Por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo, aun, cuando sé que estoy haciendo lo que Él me llamó a hacer? Porque hasta eso tenemos que escudriñar en este tiempo, me decía el Espíritu Santo. Aun cuando uno está respondiendo al llamado de Dios y está caminando en los zapatos que Él nos dio, hasta nuestras intenciones tienen que ser revisadas en este tiempo. Amén, Gloria al Señor.
Hay muchos de ustedes que no están entrando por esta puerta de la oportunidad de Dios por causa del miedo. Hay otros que no están entrando simplemente por rebeldía, porque no quieren, hacer las cosas en la manera de Dios, sino a la manera de ustedes mismos. Hay otros de ustedes, ministros de Dios, que han empezado en una senda recta, pero que luego se fue torciendo porque fueron amando el dinero, las ofrendas y las cosas del mundo, y como dije en el vídeo anterior, que nombré recientemente sobre, que el Señor está limpiando su casa, el Señor demanda arrepentimiento en este tiempo, el Señor demanda autoevaluación.
Hay creo que es un salmo, donde David le pide al Señor que busque en su corazón y que le revele lo que él no puede ver, los pecados que tal vez haya en su corazón que él no puede ver. Y en este tiempo nuestra oración tiene que ser: «Señor, escudriña mi corazón y muéstrame lo escondido, de lo que yo no puedo ver, lo que está torcido, lo que está oscuro, lo que está podrido, aquellas cosas a las que me acostumbré y que pienso que están bien, pero en realidad no están bien para ti. Ayúdame a enderezarme, ¿cuáles son las cosas a las que me llamaste, cuántas veces te dije que no?, que ahora sí quiero responder, y ahora sí quiero hacer, que ahora sí quiero obedecer. Límpiame con hisopo», le dice el rey David al Señor. Eso tiene que ser nuestra oración en este tiempo, porque estamos caminando en campo minado.
[Salmos 26:2, RVR1960] Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón.
Este es el tipo de oración que tenemos que levantar delante del trono de Dios en este tiempo, para ser hallados fieles, para hacer hallados limpios, rectos, y para poder continuar caminando en la senda de justicia que Dios preparó para nosotros. Dice el:
[Salmos 51:7, RVR1960] Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve.
El Espíritu Santo me advertía en este tiempo que, si bien esta tala de árboles y esta limpieza de la casa ya ha comenzado, aún va a continuar un tiempo más este tiempo de poda, porque no todos van a ser talados, pero muchos van a ser podados, y este tiempo de poda va a continuar para que los árboles que se dejen limpiar lleven aún más frutos de los que llevaban hasta ahora. No solamente, muchos árboles están siendo dados en este campo del Señor, y muchos árboles se están cayendo, y lo digo con mucho temor y hasta con un quebranto de mi corazón, sin ninguna alegría por esto, pero también van a estar aquellos árboles, me dice el Espíritu Santo, que están siendo podados, y que lo pueden sentir este proceso de poda y limpieza en ustedes, para que lleven más fruto, y cuando este proceso de poda se termine, para entrar en esta nueva temporada.
La gloria de ustedes va a ser mayor a la anterior, la calidad y la cantidad de frutos que van a llevar va a ser mucho mayor a la anterior a esta poda. Estamos en un tiempo de sacudir todas las cosas, en estos últimos días, y para poder cumplir y entrar en un nuevo nivel espiritual en nuestras vidas en Dios, para aquellos que hemos sido llamados a cumplir ciertas tareas, tenemos que pasar por esta poda, pero una vez terminada, el Espíritu Santo me dice, los frutos van a ser canastos llenos de estos frutos espirituales que le van a dar complacencia a Dios. Vamos a aprender a trabajar de una manera mejor para el reino de los cielos. Todos aquellos que quieran ser transformados, como dije en el vídeo anterior, que quieran ser podados, que se presten a esta limpieza, a esta poda. Aleluya, por eso Gloria al Señor. Entonces, como dije antes, aquellas higueras, higueras estériles, como dice:
[Mateo 21:19, RVR1960] Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera
Este pasaje bíblico también está cumpliéndose en este tiempo, higueras estériles que nos llevaron frutos están siendo maldecidas por el Señor para que se sequen y nunca más lleven fruto, y en su lugar el Señor está plantando nuevas higueras que producen frutos a tiempo, y que esos frutos son dignos del reino de los cielos, son frutos que el Señor espera recibir en sus manos, son frutos de obediencia, frutos de justicia que el Señor espera y demanda recibir en este tiempo. La palabra del Señor dice:
[Lucas 12:47-48, RVR1960] Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá
Y miren este principio, porque a todo aquel a quien fue dado mucho, muchos les será demandado, y al que encomendaron mucho, más le pedirán». Y esta palabra también venía, el Señor me hablaba de estas cosas para avalar lo que venía sintiendo en mi espíritu, que muchos, muchos de nosotros, estamos trabajando, tenemos las manos en el campo, tenemos las manos en la miel, sin embargo, no todos estamos rindiendo lo que deberíamos rendir, porque a algunos les es dado más, y de acuerdo a lo que se nos ha sido dado, eso se nos demanda, pero algunos de nosotros no estamos, o no estábamos, rindiendo lo que el Señor esperaba de nosotros. Y en eso también el Señor, en este tiempo, tiene sus ojos puestos. Yo te pregunto, ¿estás administrando cabalmente lo que el Señor te dio? ¿Estás llevando fruto al nivel que Dios lo espera de vos, o estás llevando lo mínimo posible?, pero no estás rindiendo lo que el Señor espera que rindas. Porque vuelvo a repetirte que al que le encomendaron mucho, más le pedirán.
Y en este tiempo, nuestro Dios, que es un Dios de amor, pero también el fuego consumidor, nuestro Dios que es un Dios bondadoso, pero también es un Dios severo, dice la Biblia, está demandando que cada instrumento rinda lo que tenga que rendir, y el que está haciendo las cosas para cumplir, y nada más, a nuestro Dios, el Señor, se va a encargar de mostrarle que no está siendo fiel con lo que se ha sido dado, sino que lo está haciendo por inercia. Muchos de ustedes están haciendo lo que el Señor les llamó a hacer por inercia, lo están haciendo para cumplir, pero no tienen sus ojos y su foco verdaderamente puesta en la obra que Dios les dio. Muchos de ustedes, me dice el Espíritu Santo, están rindiendo un 5%, cuando deberían estar rindiendo un 100%. Están operando como alguien que se sube a una bicicleta y empieza a pedalear, pero en algún momento deja los pies quietos y la bicicleta sigue, pero no porque el que está arriba de ella está pedaleando, sino que sigue por inercia.
Pero ¿qué pasa? En algún momento esa bicicleta se frena, porque necesita ser pedaleada. Así algunos de ustedes están cumpliendo con el llamado, pero no lo están haciendo como el Señor lo espera, porque ese es otro de los puntos: algunos directamente no han respondido por distintas razones, pero otros, habiendo respondido, no lo están haciendo como el Señor los ha llamado a hacerlo. Entonces hay muchos puntos que tenemos que examinar, y quiero testificar que en este tiempo el Espíritu Santo me ha confrontado a mí misma, diciéndome: «Mira, todo lo que te he dado, ¿cuánto estás rindiendo para mi reino? Y de todo lo que te he dado para que administres, para mí, de cada una de esas cosas te voy a demandar, y te voy a hacer ver cuánto estás rindiendo en cada aspecto de tu llamado, amén».
Y entonces en este tiempo me he dado cuenta que no se trata de obedecer al Señor y nada más, no se trata de entregar esos mensajes que Dios me da para su pueblo y nada más, se trata de que, cien por ciento de mi foco, de mis fuerzas, de mi corazón, de mi enfoque, cien por ciento de los recursos que el Señor me ha dado, tienen que estar enfocados en mi ministerio, me he dado cuenta que puedo rendir, que puedo llevar fruto aún más de lo que venía llevando, y al darme cuenta de esto, me he dado cuenta de que hay cierta negligencia que ha querido, con la cual el enemigo ha querido enganchar mi corazón y frenarme para no darme cuenta, de lo que, la amplitud del llamado de Dios en mi vida. Y así es donde nuevamente el temor de Dios vino a mí y me hizo ver, que casi comienzo a soltar los pies de la bicicleta, pero el Espíritu me dijo; a pedalear. Amén, gloria del Señor.
Espero que esta especie de parábola les sirva y este testimonio les sirva, porque uno puede ver a los ministros de Dios y puede ver que están haciendo lo que Dios los llamó a hacer, pero quizás no se puede ver la magnitud de ese llamado, hasta donde el Señor quiere llevarnos a cada uno de nosotros. Entonces, en este tiempo, el Espíritu personalmente me ha confrontado hasta cierto nivel, para que me dé cuenta de que podía hacer mucho más de lo que estaba haciendo para Dios, aunque estaba caminando en mi llamado, de que el Señor me quería llevar a una gloria mayor, que el Señor me quería llevar a un nuevo nivel espiritual. Pero para eso, yo tenía que hacer como un stop y ponerme a escudriñar mi corazón, las motivaciones que están allá adentro, el tiempo que estoy administrando y cómo lo estoy administrando, los recursos que él me está dando, y que Él me iba a pedir cuentas de todo esto.
Esto se los comparto, porque a veces uno dice: «Yo estoy haciendo lo que Dios me manda», pero quizás el Señor te demandará más, porque él te ha dado más, y hasta ese punto. En este tiempo, el Espíritu Santo está confrontando a su iglesia, porque este es un tiempo glorioso en donde los siervos del diablo están poniendo sus manos en los campos de su amo con una mayor dedicación que la anterior, porque eso es lo requerido en este tiempo. Cuanto más nosotros, los hijos de Dios, tenemos que entender que la demanda del Señor hacia sus hijos en este tiempo es mayor, porque el tiempo lo requiere así, porque el momento profético que estamos viviendo lo requiere así. Entonces, el objetivo de este vídeo es despertarte y hacerte entender al punto a dónde nos quiere llevar el Señor en este tiempo, provocarte a recapacitar, y a que observes todo lo que Dios te ha dado en tu vida, y llevarte a preguntar.
A preguntarte si estás ejerciendo una buena mayordomía en cada cosa que Dios te dio, si todas las piedras preciosas que Dios te ha dado, si las estás utilizando, y las estás duplicando, y las estás impartiendo en este tiempo. Esas son algunas de las preguntas que Dios quiere que te hagas a través de este mensaje. Amén, Gloria del Señor, así que el Señor dice: «Actívense, hijitos, actívense, porque el hacha del rey no está pasando por este bosque, que no es un bosque del mundo, es el bosque de mi casa. Estoy talando árboles de raíz, árboles que pensaban que podían seguir bebiendo de mis aguas, absorbiendo la Luz de mi Reino para siempre, sin sacar buenos frutos y sin florecer». Y con esto les estoy dejando un ejemplo de lo que puede llegar a pasar si ustedes mismos no se activan en mí, pero aún estoy abriendo una puerta, dice el Señor, por donde quiero que entren aquellos que están dispuestos a arrepentirse y a obrar para el Reino de los cielos.
Y veo que el Espíritu Santo está llamando, está agitando los espíritus en este tiempo. Algunos de ustedes no están pudiendo dormir, porque sienten esta inquietud, este fuego en ustedes, como dijo Jeremías, que arde, no se puede apagar, y es Dios llamándolos a que respondan, a que pongan sus manos, aunque sientan que se van a quemar en algún momento, a que trabajen, a que se conviertan en servidores del Reino de los cielos, dice el Señor. Aún estoy llamando a muchos a que recapaciten, estoy limpiando a otros para que lleven aún más fruto del que tenían llevando hasta ahora. Las cosas van a seguir cambiando, y para poder ingresar en esta nueva etapa espiritual donde estamos entrando, las cosas tienen que cambiar, y muchas van a ser removidas, dejando libre la tierra para plantar nuevas plantas. Aleluya, gloria al Señor.
Vuelvo a llamar los hijitos, dice Dios, a través de muchas trompetas, a que se despierten y se activen en mí, y aquellos que se habían desprendido de la vid, hoy los invito, dice el Señor, a que vuelvan, a que se inserten en mí, para que, alimentándolos a través de mi sabia, puedan empezar a crecer. Aleluya, Gloria al Señor. Gracias, Padre celestial, gracias Señor amado, Santo, Santo, Santo. Esto es una alerta, dice el Espíritu Santo. Estamos en tiempos peligrosos, y aquel que no sepa escuchar el sonido de la trompeta va a caer. Por lo tanto, laven sus oídos, hijitos, y permitan que penetre mi Voz, y después de haber escuchado las instrucciones, comiéncense a mover, porque de todos los que están sentados en una silla, veo que muchos se van a levantar y van a empezar a trabajar para Dios, pero otros ya no van a estar sentados, sino que, de estar sentados, van a acostarse.
Quiere decir que el que siga como este y no entienda que tiene que ser transformado en este tiempo, no va a poder avanzar, sino que no va a seguir igual, va a retroceder por no querer levantarse y empezar a caminar en lo que Dios los llamó, por no querer arreglar lo que tenga que arreglar delante de Dios, por no querer arrepentirse y reconocer que ha estado equivocado en ciertos aspectos. El que está quieto ya no va a poder estar en esa misma posición por mucho más tiempo, el que no se levante de esa silla se va a caer de ella, dice el Señor. Aleluya, gracias Señor, gracias Santo de Israel, gracias Padre de la Gloria, Gloria a tu Nombre, Señor, alabado seas, Bendito Eres, Dios mío. Por tanto, examiné su corazón cada uno de ustedes y busque a Dios en la intimidad, y el que tenga que arrepentirse, arrodíllese póstrese delante de Dios y haga cuentas con el Señor, antes de que pase esta hacha y arrase con lo que tenga que arrasar, antes de que las higueras comiencen a secarse.
Limpiémonos, dejémonos transformar por la poderosa Mano de Dios, para que Él nos encuentre dignos de escapar de las cosas que vienen. Amén, Gloria a Dios. Con esto los dejo, hermanos, para que recapaciten y revisen sus vidas y acomoden lo que tengan que acomodar, acorde a lo que el Espíritu Santo le indique a cada uno de ustedes, y nuevamente los invito a que se dejen reformar, a que se dejen limpiar en este tiempo, para que los frutos crezcan, porque, así como los hijos del diablo van a llevar más fruto en este tiempo, fruto de maldad, fruto de injusticia, frutos de muerte que están abundando y van a crecer en estos tiempos. Los hijos de Dios están llamados a crecer llevando más frutos que antes. Amén. Tenemos que entender que este es un tiempo a donde los inactivos, el Señor va a tratar con ellos. Gloria a Dios, gracias Señor, Aleluya.
Muy bien, hermanos, les invito a compartir este mensaje para que sea de bendición a la iglesia, para despertar a muchos que están dormidos, para que todos estén alertados a través de esta palabra fuerte que Dios ha dado. Y también les invito a darle like a los vídeos de este canal y recomendarlos, porque hay una movida oscura que se está llevando a cabo en estas plataformas para que la gente que habla de parte de Dios no sea escuchada. Amen, pero allí tenemos que estar juntos apoyando estos ministerios que hablan las verdades de Dios, y no se callan, y que son de bendición al pueblo, y que ayudan a prepararse a la iglesia para las cosas y eventos que ya están profetizados y que se van a cumplir en este tiempo. Amén, los bendigo, y nos vemos, Dios mediante, este miércoles a las nueve de la noche, para la gloria del Señor. Adiós.