Bendiciones, amado pueblo del Señor Jesucristo. Aquí está Noelia en mi canal «Noelia ama a Jesús» hoy, 30 de agosto del 2020, transmitiendo desde Argentina hacia todas las naciones de la tierra la palabra de un Dios vivo, palabra que corta, palabra que quema, palabra que llega a las entrañas, palabra que bendice, palabra que aviva a los corazones, pan para comer, fuego para el espíritu que el pueblo del Señor está necesitando en estos días duros de vivir en este encierro, por meses, que estamos pasando en muchos países de la tierra. Dios quiere hablar hoy a su pueblo y os quiere llegar con una palabra de amor a todos los corazones de su gente que están sedientos de escuchar su voz. Yo quiero responder las preguntas de los corazones que arden de fuego de amor por Jesucristo, el Señor no nos ha dejado, Dios es un Dios vivo que sigue hablando, que se sigue revelando a su pueblo, que sigue mostrando su rostro a aquellos que le buscan, a aquellos que anhelan servir. Por eso estoy hoy aquí presentándome ante ustedes para hacer una boca de transmisión de la palabra de este rey de gloria, ¡aleluya!, gloria al Señor, saludos a todas las naciones de la tierra que se están conectando en este momento, saludos a los hermanos, a las hermanas que tienen la posibilidad de estar congregados hoy en el espíritu conmigo para alabar a nuestro Señor, para engrandecer su nombre, para amar juntos a nuestro Dios, para declarar nuestra confianza, ¿cuántos dicen amén? ¡Hay esta oración que estoy hablando! ¡Gloria al Señor! Dios los bendiga y los guarde, Dios haga resplandecer su rostro sobre ustedes y tenga misericordia de ustedes, Dios alce sobre ustedes su rostro y ponga sobre ustedes paz, esta bendición de Números, capítulo 6, versículo 24, 25 y 26, hoy declaro sobre sus vidas. ¡Amén! ¡Aleluya! ¡Gloria al Señor! Alabado sea Dios, bendito sea el rey de la gloria, oh Señor, Padre amado, rey de las misericordias, hoy venimos ante tu trono, Señor. Agradecerte, primeramente, Dios mío, este momento de poder compartir juntos, señores, este amor que sentimos por ti, por eso te damos gracias Señor, te damos gracias Señor, por darnos aún la oportunidad de poder congregarnos virtualmente Señor, de poder estar unidos en un mismo espíritu, Dios mío, para alabarte, para agradecerte, para adorarte Señor. A ti sea la gloria mi Dios, tuyo es el reino Señor, tuyo es el poder, la gloria, el imperio, la potestad por siempre Dios, por los siglos de los siglos, Padre celestial, en este momento bendigo a todos los hermanos que se están conectando y que están empezando a compartir esta transmisión, para que tu palabra llegue Señor, a los confines de la tierra. Los bendigo poderosamente en el nombre de Jesús.
En este momento cortamos toda brujería que se quiera interponer contra esta transmisión, derribamos todo plan de las tinieblas para que este pan celestial nos llegue a todas las gotas que tenga que llegar en nombre poderoso de Cristo Jesús. Derribamos toda pared espiritual que el enemigo haya levantado para que esta palabra rebote en los oídos de mis hermanos, para que no la puedan escuchar, para que no la puedan entender, oh Señor, hoy levantamos tu bandera en nuestros hogares, levantamos tu bandera Señor, en nuestras casas, en este momento te adoramos Señor. Si lo sienten, hermanos amados, cierren los ojos y adoren al Señor profundamente en sus corazones. Adórenlo, Señor, que amamos con toda nuestra mente, con todo nuestro corazón, con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra alma Señor, en este momento te adoramos Señor, te adoramos Señor. Enciende el fuego Señor en nuestros corazones, no dejes que se apague Señor, no quites tu espíritu de nosotros, avívanos más y más en medio de tanta oscuridad, Padre, en el nombre de Jesús clamamos por tu espíritu en esta hora, estamos sedientos de tu poder y estamos sedientos de tu presencia, oh Rey de la gloria. ¡Aleluya!, gloria a ti, Señor, gracias, ¡Señor gracias, Señor!, gracias, Señor, por todos, por lo que nos diste hoy para alimentarnos físicamente Señor, por lo que nos vas a dar ahora para alimentarnos espiritualmente, gracias Señor, por este momento juntos, gracias Señor, por nuestras familias, por nuestros padres, por nuestros hijos, por nuestros nietos, por nuestros sobrinos, por cada detalle Señor, por cada persona de nuestra familia que nos bendice Señor, por nuestras mascotas, por nuestras cosas materiales Señor, por el sustento diario que nos das, porque todo lo bueno viene de ti Padre, y aquí estamos juntos para reconocerlo Señor, para reconocer que todo lo bueno viene de ti, que sin ti no somos nada, sin ti no somos nada Señor, todo lo bueno viene de ti, gracias por el sol Señor, para poder salir a tomar un poquito de sol, gracias por el agua Señor, que aún tenemos para beber, gracias Señor, por el sustento de la ropa, del calzado, de los artefactos Señor, que nos permiten aún estar conectados y llevar tu palabra hasta los confines de la tierra, Señor ayúdanos a hacer luz en medio de estas densas tinieblas que van bajando a la tierra Padre, alabado sea el Señor, bendito es tu nombre, Padre de la gloria, ilumínanos Señor, en esta hora, quita toda lágrima de todo corazón entristecido con este momento, reemplázalo Señor, te ruego, Padre, por un espíritu alegre, por un corazón gozoso Señor de tu palabra, desde ahora, te damos gracias por lo que vas a hablar a tu pueblo hoy, tú eres grande Señor, tu Señor eres digno, tú eres el único Dios que está sentado sobre el trono sempiterno, tú eres santo, santo, santo, tu Señor, tienes un nombre sobre todo nombre, oh Padre, ¡aleluya!, gloria a Dios, mi corazón te alaba Señor. Recorre los hogares en este momento Señor, enviando ángeles que vayan limpiando las inmundicias de tu pueblo Señor, envía ángeles Señor, guerreros que ganen la batalla Señor, por tus hijos que están siendo atribulados en este momento. Envía ángeles Señor, que hablen al oído de los tuyos, consolándolos, confortándolos, inspirándolos Señor, con una palabra tuya. Pelea Señor en este momento, pelea Señor, a través de tus ángeles en cada hogar que está luchado que me estás mostrando Padre, en el nombre de Jesús, envía tu fuego Señor, a cada hogar, a cada techo, de cada hermano que está mirando este vídeo ahora o después, porque nada es imposible para ti Señor.
Señor, despierta los que están dormidos Padre, en el nombre de Jesús, levanta de la silla los que están sentados Señor, en esta hora, toca Señor, toca los corazones, ¡alabado seas, Rey de la gloria!, sacude Señor, sacude Señor, en este momento a los que necesitan ser alertados Padre, a los que están dormidos, anestesiados, congelados, oh Padre quema con tu palabra toda mentira, que nos hablaron, derriba Señor, todo altar del enemigo, toda falsa doctrina, toda falsa creencia, todo falso entendimiento, veo ángeles en este momento que están quemando algunas ideas erróneas en las cabezas de sus hijos, falsas doctrinas, creencias, interpretaciones equivocadas de la palabra del Señor que los hace desviar del camino, que no los ayuda a avanzar, que los tienen estancados, me muestra el Espíritu Santo. ¡Entréguense más!, dice el Señor en esta hora, entréguense más alábenme con todo su corazón, sin vergüenza, aleluya, (Canta canción), mientras yo voy cantando, el Señor dice, voy a hablar, voy a hablar, quiero que mis hijos escuchen atentamente mi voz, que paren todo lo que están haciendo, que tengan silencio en sus casas para escuchar lo que voy a decir porque va a hablar el rey, dice el Espíritu de Dios, y veo que los ángeles van preparando, van preparando el terreno a donde ustedes están para que la palabra entre y haga lo que tenga que hacer una vez hablada. Aleluya, gloria al Señor, ¿Cuántos alaban al Señor en este momento?, alábenme más dice el Señor, alábenme, prepárense para comer, como cuando se sientan en una mesa a comer, pero antes ponen el mantel, antes preparan los platos, antes se fijan que esté todo ordenado y preparado para ingerir esos alimentos, me dice el Espíritu, cuánto más hijitos, tienen que prepararse para recibir el alimento espiritual que yo les quiero dar. Calmen las aguas, me dicen el Señor, calmen las aguas de sus espíritus. Siéntense para recibir lo que les voy a decir para comer tranquilos, porque si ustedes comen el alimento físico tranquilos y sentados y concentrados en eso, y paran de hacer lo que estaban haciendo antes para dedicarse a comer, me dice el Espíritu, cuanto más no tienen que calmarse, estar en reposo, aquietarse para recibir en el espíritu los que yo les quiero dar, dice el Señor, aleluya, alabado sea el Señor. Adoremos un poco más al Señor. Que sea tu Espíritu Santo, Señor. Que sea tu Espíritu Santo, Señor. En este momento, damos lugar a tu Santo Espíritu para que se manifieste en tu pueblo, en toda casa donde encuentre la puerta abierta, para que entre y limpie, salga y derribe toda obra de las tinieblas de mis hermanos, en la casa de mis hermanos. Y para que plante, edifique, sane, haga milagros en el nombre de Jesús en cada uno de ellos. Aleluya, gloria a Dios. Oh mi rey. Te amo Señor. Gloria a ti, tu eres Dios, te amamos Señor.
Gracias Señor, gracias Dios, por lo que ya estás haciendo. Gracias Señor. Los que tengan ganas de llorar, lloren, larguen esas lágrimas me dice el espíritu. Muchos están tensionados, están preocupados y necesitan relajarse, necesitan expresar lo que tienen adentro, necesitan largar esas lágrimas, me dice el Espíritu. Cuando yo canto es una administración para ustedes, tanto en español como en lenguas, déjense ministrar, amén. (Canta en lengua). Mientras yo canto, veo a los hebreos saliendo de Egipto, pasando por el mar Rojo, y el espíritu de Dios os dice así: a muchos de ustedes que estaban esclavizados, dice el Señor, los estoy sacando de la tierra de esclavitud a donde estaban metidos. Pero mientras van por ese camino de salvación, por ese camino de restitución, por ese camino de restauración, el miedo se quiere apoderar de sus corazones. Pero yo no soy un Dios de miedo, dice el Señor. Yo soy un Dios de poder que abre las aguas para que mi pueblo pase y se ha redimido de la esclavitud a donde estaba. Abran los ojos, hijos míos, ¿Porque han de tener miedo?, dice el señor. ¿Acaso no dije que estaría con ustedes hasta el fin de los días, hasta el fin del mundo dice la palabra? Yo no soy un Dios de miedo, dice el Señor. Soy un Dios que se manifiesta en un tornado espiritual, soy un Dios que se manifiesta en el fuego, soy un Dios que hace milagros, soy un Dios que devuelve la vista al ciego, soy un Dios que levanta al paralítico de su silla, soy un Dios que resucita a los muertos, a los muertos físicos y a los muertos espirituales. ¿Por qué han de tener miedo?, dice el Señor, porque mi pueblo está temblando, dice Dios, mi pueblo se ve venir la tribulación y sus rodillas se empiezan a temblar, me dice el Espíritu. Mi pueblo es cobarde, dice el Señor. Ve venir el ejército enemigo y en vez de darle batalla, se da vuelta y se vuelve por donde vino, dice el Señor. Pero yo estoy levantando un ejército de guerreros en estos días y los estoy dotando de armas espirituales para que puedan vencer, y los estoy entrenando espiritualmente y los estoy fortaleciendo. Para que sean capaces de enfrentar al enemigo, dice el Señor. En estos días, el arma más grande que tiene satanás contra los míos, no son sus demonios, no es la brujería, no son sus brujos, no es la enfermedad, no es la soledad, no es el aislamiento, no es el dolor físico, no es la ignorancia, el arma más grande, el arma más poderosa, que tiene mi adversario contra mi pueblo, es el miedo, dice el Señor. Y a través del miedo, me dice el Espíritu, que satanás tiene agarrado de las riendas como si fuera un caballo, a través del miedo que está colocando en los corazones del mundo entero, también, está controlando a los míos, dice el Señor, a aquellos que no entendieron que soy un Dios de poder, es el miedo, dice el Señor. Él está plantando esta semilla de miedo en cada corazón de los no convertidos, como en los corazones de los convertidos, dice el Señor. Y a través del miedo, los manipula. Por eso, hoy, estén atentos, dice Dios, porque quiero alertarlos. Este es el arma más grande y veo un arma enorme en el Espíritu, es como un arma nuclear, muy compleja, muy grande, muy poderosa, que representa al miedo. Y me dice el Señor: No hay nada en este mundo que pueda contrarrestar el arma que Satanás se está utilizando en estos días para controlar al mundo, excepto mi Espíritu, ¡gloria al Señor!, alabado sea Dios, aleluya. Porque no es por fuerza, no es por ejército, no es por su inteligencia, me dice el Señor, es por mi Espíritu y solo los que tengan mi Espíritu, solo los que hayan aprendido a relacionarse con mi Espíritu de una manera tan íntima y personal. Solo ellos se van a levantar contra esta arma del enemigo en estos días y le van a hacer frente, amén, aleluya, gloria a Dios. (Canto en lengua)
Me dice el Espíritu de Dios, mientras estoy cantando, interpretando mis lenguas, que hay un dragón rojo, este dragón que estoy viendo en el Espíritu y escupe fuego. Y este fuego quema. Y desintegra a la persona a la cual escupió este fuego y dice el Espíritu, es el miedo que está escupiendo sobre las personas este dragón en estos días, este miedo es como un fuego que los va debilitando, que los va desintegrando, que les va quitando la fortaleza física y espiritual. Y veo una puerta que se abre en la vida de las personas, una puerta que las mismas personas abren cuando quieren y aceptan dejar entrar este miedo a sus vidas. Y me dice el Espíritu: El miedo va plagando sus casas, va colocando semillas como huevos espirituales en cada esquina de sus casas, me dice el Espíritu. Son como potenciales. Veo como huevos que este espíritu de miedo va colocando en cada parte de nuestras casas cuando entra para potencialmente multiplicarse adentro de nuestros hogares. Algunas son mujeres, me dice el Señor, que tienen miedo a la enfermedad. Otros son hombres que tienen miedo a no poder sostener económicamente sus hogares. Otros son ancianos que tienen miedo de ser una molestia para sus familias. Hay miedos de diferentes tipos, miedos a la oscuridad, miedo a los insectos, miedo a la soledad, miedo al rechazo. Miedo a no ser amado, a no ser aceptado, miedo a ser traicionado por los hermanos. Miedo al divorcio, miedo a estar eternamente soltero, me muestra el Espíritu. Miedo a no tener la fuerza para enfrentar las cosas que vienen, miedo a no terminar la carrera espiritual que estamos corriendo, miedo a no agradar a Dios. Miedo a las fuerzas de las tinieblas, a los demonios, a las brujas, a los poderes de la oscuridad. Y me dice Dios: Y en estos días, el miedo a esta pandemia ha entrado en muchos hogares cristianos. El miedo al contagio, me dice el Señor, ha abierto la puerta en muchos hogares cristianos que dicen estar parados sobre la roca. Algunos hogares cristianos, me dice el Señor, no han pasado la prueba. Han sucumbido ante esta arma poderosa grandiosa que está utilizando el enemigo en estos días. El arma principal que satanás se está utilizando en estos días, muchos y no son pocos, me dice el Espíritu, han sucumbido al miedo a que este virus, el COVID-19, entre en sus hogares. Y de esta manera, me dice el Espíritu, se ha abierto una puerta por causa de este miedo que ha ingresado. Amén. Y el Señor me dice: Los he probado para ver hasta dónde confiaron en mí, he probado sus corazones para que se den cuenta de que muchos de ustedes tenían una raíz de miedo guardados en sus corazones. No se daban cuenta, hijitos, me dice el Señor, que estaban temerosos. No se daban cuenta que estaban permitiendo que esta puerta se abra en sus hogares temiendo a esta enfermedad. Por eso hoy, por amor, les reveló, dice el Señor, lo que había escondido en sus corazones, para que sean capaces de arrepentirse de haberle abierto la puerta a este miedo y así cerrar esta entrada al enemigo en sus hogares y santificar sus vidas. Aleluya, gloria al Señor, y el espíritu me dice en este momento que todos aquellos de ustedes a los que esta palabra les llegue, que se arrepientan en este momento de haberles dado lugar a todo tipo de miedos, pero especialmente al miedo a esta pandemia, al COVID-19. Y Dios me dice: yo esperaba que los míos muestren valentía, yo esperaba que los míos no se acobarden, yo esperaba que los míos no dejen de ser la luz del mundo, yo esperaba que no retrocedan, dice el Señor, pero resulta que después de haberlos probado, han sido como los guerreros de Gedeón, que muchos han retrocedido por causa del miedo, quedando muy pocos adelante en la línea de la batalla. La mayoría, dice Dios, de mi pueblo ha retrocedido por miedo a este virus. Gloria a Dios, ¡aleluya! ¡Alabado sea el señor! Pero aún tienen tiempo de arrepentirse, dice el Señor, de esta cobardía, de no darle batalla a la oscuridad, de no haber intercedido por miedo a la retaliación, al contrataque, porque el espíritu me revela que algunos no quisieron ni siquiera interceder por causa de esta pandemia, por miedo a ser contraatacados por el enemigo. Y el Espíritu está revelando y estas cosas que están en los corazones para que se arrepientan y puedan ser lavados y limpiados en el nombre de Jesús. Amén. (habla en lengua) y el Espíritu me vuelve a mostrar un gran dragón, un gran dragón. Este dragón, en estos días, es el que está utilizando esta arma poderosa contra toda la tierra, que es el miedo. Este dragón los está amedrentando, dice el Señor, este dragón los está acorralando, este dragón ha descubierto que el arma más poderosa que tiene contra el ser humano es el miedo. Este dragón está atando a las naciones a través del miedo. Este dragón tiene ases escondidos, tiene un plan que está ejecutando en la oscuridad (habla en lenguas), dice el Espíritu muy pocos dentro de mi pueblo se están dando cuenta de lo que está pasando, de lo que está haciendo este dragón en la tierra. Son muy pocos dentro de mi pueblo que están despiertos, mirando lo que pasa, son muy pocos que se dan cuenta de la estrategia de este dragón contra todas las naciones de la tierra. (Canto en lengua), este dragón le está haciendo la guerra a los santos, me dice el Señor. (Canto en lenguas), este dragón está tratando de amedrentar a mis guerreros, pero dice Dios, hay un remanente de mi pueblo que no le tiene miedo, (Canto en lenguas), dice el Señor mientras estoy interpretando mis lenguas, interpreto profecía para su pueblo y dice Dios: este dragón tiene una agenda especial contra mi pueblo, (Canto en lenguas), y veo que este dragón ata a los santos, no queriendo que avancen. Esa es su meta, ir contra los santos, no dejar que la iglesia avance, no dejar que la iglesia se multiplique, no dejar que la iglesia haga su obra. (Canto en lenguas), dice Dios, tienen que hacerle frente con el escudo de la fe y veo santos personas que le hacen frente a este dragón y que se defienden de este fuego que él lanza, con un escudo, con el escudo de la fe, aleluya, ¡Gloria a Dios! (Canto en lenguas). El Espíritu me muestra una persona, un hijo de Dios, el dragón escupe el fuego contra la persona, la persona se cae en el piso de tanto resistir con el escudo de la fe, y aún en el piso le hace frente y resiste, tirado en el piso con este escudo de la fe que tiene esta persona. Y el Espíritu dice: resistan, aun cuando se sientan que están en el piso, resistan con el escudo de la fe, amén, aleluya, gloria a Dios, (Canto en lenguas) y me dice el Espíritu de Dios: ya está el dragón intenta meterle miedo a los hijos de Dios, miedo de no ser hijos de Dios, y en ese caso, el pueblo del Señor tiene que defenderse con el yelmo de la salvación, (Canto en lenguas), dice el Espíritu de Dios: que este dragón parte de su plan es tergiversar la palabra de Dios, la Biblia, las escrituras, torcerlas y utilizarlas como ya dije en el último vídeo que publiqué sobre las escrituras, y hacer que muchos de sus hijos caigan en estas mentiras doctrinales que este dragón está creando a través de las mismas escrituras. Entonces, los hijos de Dios tenemos que hacerle frente con la espada del espíritu, me dice el Señor, gloria el Señor (Canto en lenguas), dice el Señor, que este dragón va a intentar meter mentiras en el pueblo, el engaño de los últimos días se va a levantar muy fuerte. En ese caso, dice el Espíritu Santo, nosotros tenemos que resistir con el cinto de la verdad y estar ceñidos, ajustados los lomos con el cinto de la verdad, amén, gloria el Señor, aleluya, alabado sea Dios, santo Padre celestial, santo, santo, santo es tu nombre, (Canto en lenguas), dice el Espíritu de Dios, que este dragón está intentando quitarle los calzados a los santos, pero nosotros tenemos que calzarnos el apresto del evangelio de la paz y evangelizar hasta el último día de nuestras vidas, me dice el Señor, amén, alabado sea Dios, aleluya, gloria a Dios, (Canto en lenguas). Me dice el Espíritu santo que otro objetivo de este dragón es levantar la iniquidad en la tierra, multiplicar la injusticia, darle poder a los inicuos. Entonces, los míos, los santos, dice Dios, tienen que colocarse la coraza de la justicia y no permitir que el enemigo se la robe, se las quite a través de no ser justos, a través de no caer en estos planes que ya se están dando de darle lugar a la injusticia, a la iniquidad, a la maldad en estos últimos días, amén, aleluya, gloria del Señor, gracias Señor por esta palabra, por esta revelación, Padre. En este momento, el Espíritu me dice que esta administración es sobre el miedo, esta palabra de Dios a su pueblo es sobre el miedo, entiendan que, en estos días, el arma fundamental del contra las naciones enteras es el miedo. Va a ser a través del miedo, está siendo a través del miedo, que el enemigo está llevando adelante el plan permitido por Dios para que entre en escena el hijo del diablo que se va a sentar en el trono, haciéndose pasar por Dios. Es a través del miedo que a satanás se le está abriendo el camino, me dice el Espíritu, para que pase el rey de la iniquidad, el hijo de la perdición. Todos los planes ya están sobre la mesa, me dice el Espíritu Santo, sólo faltan mover algunas fichas para que aparezca en el escenario el hijo preferido del diablo, aleluya, gloria a Dios, por esta revelación, y va a ser de la forma menos pensada, me dice el Señor, no por la fuerza, no a través de guerras, muy inteligentemente, muy astutamente, me dice el Espíritu Santo será a través del miedo, porque a través del miedo, una madre manipuladora controla a sus hijos, a través del miedo, un esposo violento maneja a su esposa, a través del miedo, algunos amos amedrentan a sus mascotas para que les obedezcan, a través del miedo, algunos maestros manejan o controlan a sus alumnos. Es a través del miedo, hijitos, ¿porque creen que dije tantas veces en mi palabra que no teman?, escudriñen las escrituras y miren por qué hablo del temor. Es a través del miedo, hijos, abran los ojos, abran los oídos y escuchen, el enemigo es astuto y da vueltas alrededor de ustedes buscando cómo ingresar, y se ha dado cuenta que la mejor estrategia es el miedo, lo ven. Pero el que teme no ha sido perfeccionado en el amor, me dice el Señor. No he sido yo el que les ha dado un espíritu de cobardía, pero aquellos que lo tengan tienen que renunciar, dice el Señor, y estoy tratando de hacerles entender, me dice Dios, cuál es la estrategia principal de estos últimos días para que Satanás levante su trono sobre la tierra y establezca al hijo de la perdición y lo siente en ese trono, y está dominando y va a dominar más aún al mundo a través del miedo. Y no quiero que mis hijos entren en esta bolsa, me dice el Señor, por lo tanto, renuncien ahora, me dice el Espíritu, a todo tipo de miedo, y entreguen sus corazones a mí, vacíen sus corazones de este temor, miedo, que no es el temor y el respeto a mi nombre, tiren a la basura todo tipo de miedos, dice el Señor. No quiero que esta palabra les entre por un oído y les salga por el otro, me dice Dios.
Escuchen lo que les estoy diciendo, esta palabra es clave para que puedan resistir lo que se viene. Renuncien a todo tipo de miedos, para que el diablo no tenga ocasión en ustedes, para que él no pueda manejarlos como una marioneta que se domina a través de los hilos, en este caso del miedo y de los miedos. Amén. Muchos de ustedes piensan que no pueden ser liberados de los miedos, me muestra el Espíritu, satanás les está mintiendo haciéndoles creer que nunca van a ser libres, de estos distintos tipos de miedos. Amén. Pero dice el Señor, ¿a quién le van a creer a la serpiente antigua o a mí?, que soy el redentor, que soy el liberador, que soy el sanador, que vine a rescatarlos también de los miedos. Aleluya, gloria a Dios, tremenda palabra, gloria al Señor. Pongan todo sobre la mesa, ahora me dice el Espíritu. Confiesen con su boca, «Señor, tengo miedo de contraer el COVID-19. Señor, tengo miedo de que mis hijos no me amen. Señor, tengo miedo de que mi esposa me abandone. Señor, yo tengo miedo de las cosas que van a venir sobre el mundo, no sé si lo voy a poder resistir. Señor, tengo miedo de negar tu nombre, si me persiguen. Señor, tengo miedo de que mi familia me abandone o me deje de querer si te sigo hasta donde me estás pidiendo que te siga. Señor, tengo miedo de la persecución que viene contra los cristianos». Confiesen estos miedos que el Espíritu me va mostrando que muchos de ustedes tienen, renunciándolos y entregándolos para que el Señor los liberte en este momento en el nombre de Jesús. «Señor, tengo miedo de no tener suficiente para comer. Señor, tengo miedo de que me llames y no estar listo para responder ese llamado. Señor, tengo miedo de no valer suficiente, de no ser valioso ante tus ojos, de que me descartes. Señor, tengo miedo de no cumplir con mi propósito. Señor, tengo miedo al diablo, tengo miedo a la guerra espiritual. Señor, tengo miedo de las pesadillas. Tengo miedo de que mis hijos no me respeten. Señor, tengo miedo de los últimos días. Señor, tengo miedo porque estoy embarazada y tengo miedo del parto. Dios, tengo miedo de no ser un buen padre o una buena madre, de no ser capaz de educar bien a mis hijos. Tengo miedo de perder mi trabajo. Señor, tengo miedo de que no me ames. Señor, tengo miedo de estar en una congregación donde no me llamaste. Señor, tengo miedo de estar en la congregación equivocada. Señor, tengo miedo de que me estén mintiendo y yo no me dé cuenta de que me están engañando y yo no pueda discernir». Son todos miedos que el espíritu me está revelando que ustedes tienen». Tengo miedo de nunca sentir tu presencia, Señor. Tengo miedo de ser rechazada por ti. Señor, tengo miedo de que mi esposo me abandone. Señor, tengo miedo de ser engañada o engañado. Señor, tengo miedo de estar enferma, tengo miedo a la muerte. Tengo miedo a sufrir físicamente y emocionalmente. Señor, tengo miedo que nunca me bautices con el Espíritu Santo. Señor, tengo miedo de no ser digno. Amén, y más y más y más miedos. Renuncien en este momento a sus miedos, digan: «Señor, yo hoy renuncio y suelto todos estos miedos, que confieso en el nombre de Jesús. Me aparto de todo tipo de miedos, de todos los terrores que me acechan en la noche, no les permito más entrada a mi vida, cierro la puerta a todo tipo de miedo en el nombre de Jesucristo». En este momento, Dios mío, para todos los que renunciaron y se arrepintieron a todos estos miedos, reemplazo ese vacío por el gozo del Espíritu santo. Por un espíritu de alegría, de alabanza, de adoración. Veo fuego que se está encendiendo en muchos de ustedes y ¿saben qué? era el miedo que apagaba ese fuego. En este momento oro contra todo ataque del enemigo contra mis hermanos en el nombre de Jesús, quito toda serpiente de los cuellos que querían asfixiar a mis hermanos cuando duermen, para amedrentarlos, para que no vayan a lo hondo del espíritu del Señor. Reprendo toda la serpiente espiritual que estaba intentando ahogarlos cuando dormían, para que ellos se llenen de miedo y no vayan más adelante a donde Dios los estaba llamando en el nombre de Jesús. Aleluya, gloria a Dios. En este momento reprendo todo espíritu de miedo que estaba alojado en las manos de mis hermanos. Pongan las manos así (las dos manos juntas con las palmas hacia arriba), para que yo ore por sus manos, por inspiración del Espíritu Santo. En este momento, quiero toda maldición en las manos de mis hermanos en el nombre de Jesucristo. Prendo fuego todo miedo alojado en las manos que Dios me está mostrando en esta hora, lo prendo fuego y lo quito en el nombre de Jesús. Quebró toda maldición en las manos que ahora están recibiendo esta oración, las unjo con aceite fresco, sano todas las manos en el nombre de Jesús. Ahora voy a orar por sus mentes, porque el enemigo ataca la mente a través del miedo, y una vez que entra en estas semillas de miedo y ustedes las dejan crecer y no las llevan cautivas, cautivos estos pensamientos y los radican de sus mentes, este miedo se aloja en sus mentes y empieza a crecer y sacar raíces, y cada vez tiene más fuerza, amén. Así que en este momento prendo fuego toda semilla de miedo que el enemigo ha colocado en mis hermanos y hermanas en el nombre poderoso de Cristo Jesús, quito, erradicó, canceló toda misión de meter pensamientos de miedo en la cabeza de mis hermanos el nombre de Jesús, toda la inspiración que viene de parte de satanás para que teman, para que sean miedosos, cobardes, para que tengan terror, todo eso queda quebrado, queda cancelado, queda erradicado en el nombre de Jesús, lo derribo. Muchos de ustedes no podían avanzar, me dice el Espíritu, porque el enemigo había colocado una pared de miedo delante de ustedes y cuando querían ir hacia adelante, el miedo los paralizaba. Pero hoy, en el nombre de Jesús, derribo toda pared espiritual de miedo. Gloria al Señor, aleluya, alabado sea Dios. No permitan que el diablo construya de nuevo estas paredes, me dice el Señor, porque él va colocando el ladrillo por ladrillo hasta que esta pared delante de ustedes se va levantando para que no puedan avanzar cuando el espíritu de Dios les pida que hagan algo, ustedes sientan la urgencia, la inspiración de hacer algo por el espíritu de Dios y les tome un miedo, tienen que erradicar eso de ustedes, batallar contra esos pensamientos que el enemigo quiere colocar en sus mentes y no darle lugar y retocarlos con las escrituras que hablan sobre que nosotros no hemos de temer, amén, tenemos que hacer guerra espiritual contra el miedo. Gloria al Señor, aleluya. Todo miedo, todo tipo, hay muchísimos tipos de miedo, cualquiera que sea, sigan renunciando en este momento y reciban la liberación, pero después de esto, mañana cuando sea otro día, no vuelvan a abrir la puerta, porque la puerta siempre está, pero depende de nosotros si la mantenemos cerrada o si la abrimos, amén, aleluya, gloria al Señor. Hay hombres sin miedo a no ser arrebatados, a que el Señor venga y quedarnos, ese es otro miedo que tienen muchos hermanos que tienen que renunciar, a menos que sea el Espíritu Santo redarguyendo por algún pecado o alguna falta que tenemos que remediar, pero si no es el caso y estamos a cuentas con Dios, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, dice la palabra, amén. El Espíritu me dice, levántense como guerreros a partir de ahora a darle batalla a esta tremenda arma espiritual que tiene satanás, no solamente contra el mundo y los inconversos, sino contra mi pueblo, a través de esta herramienta, de esta arma, él viene avanzando paso a paso, cada vez un poquito más adelante, por eso quiero que mi pueblo esté alerta y despiertos y que entiendan y que sepan y que estén prevenidos de que esta es la estrategia de los últimos días del enemigo, amén. Gracias, Señor, por esta revelación. Aleluya, alabado sea el Señor, te alabamos Señor, te bendecimos, Dios mío. El Espíritu de Dios me dice, cuando estén en mi presencia, cuando mi luz los ilumine, cuando toda esta prueba termine y digan en mi reino conmigo, ya no va a haber más miedo, dice el Señor, ya no van a temer a nada, todos esos dolores van a desaparecer, dice el Señor, y solo van a tener paz, alegría, alabanza en sus bocas todo el día, ya no va a haber nada de qué preocuparse, me dice el Espíritu de Dios. ¿Cuántos lo creen? amén, gloria al Señor, pero ahora están siendo refinados, me dice el Señor. Están siendo probados y yo quiero que mi pueblo sea liberado del miedo. Están pasando por este valle oscuro, que me dice el Señor, para que pierdan el temor a la oscuridad. Los estoy refinando como se refina la plata, dice el Señor, y para eso van a tener que pasar por algunos valles, y por cada valle que vayan pasando, yo los voy a ir liberando de algo que no les sirve para el viaje. Amén, gloria al Señor. Límpiense, una parte la voy a hacer yo y otra parte espero que la hagan ustedes, espero que renuncien a la cobardía y que se levanten a batallar contra las tinieblas, contra lo que el enemigo quiere colocar en sus vidas, vayan a la guerra, dice el Señor, porque yo voy con ustedes, no están solos, no teman, caminen por fe, no hace falta que me vean para que sepan que estoy allí, no hace falta que me sientan para que sepan que existo. Simplemente vayan dice el Señor, como un soldado que va a la guerra, sabiendo que su general aún está al mando. Aleluya, gloria de Dios, hijitos, no teman, dice el Señor, dejen de temer. Yo voy con ustedes, esfuércense y sean valientes y descubran el poder que tiene el caminar por fe, descubran el poder que tiene el caminar siendo libres de estos miedos. Cuando un vaso se vacía del líquido que tenía, otro tipo de líquido puede ser vertido en ese vaso, dice el Señor. Por eso, hoy los estoy llamando a que se vacíen de toda esta mugre espiritual que yo no coloque, para reemplazarla con la valentía que viene de mi Espíritu, para reemplazar lo que había en ese vaso por mi poder, por mi fuerza, por mi valentía, gloria a Dios, y en estos días que siguen me muestra el Espíritu que algunos de ustedes van a seguir meditando con esta palabra y trabajando en los miedos que se quieren levantar en ustedes, que los quieren frenar, que los quieren paralizar, que no quieren dejar que avancen, que se entreguen más Dios, que respondan a su llamado y más en estos días que siguen, me dice el Señor. Muchos de ustedes van a seguir siendo limpiados de todo miedo que se alojaba en ustedes, al cual le habían dado paso o miedos que habían heredado de sus antepasados. Llega el momento de liberar a mi pueblo de esta fortaleza, me dice el Señor, pero para eso necesito que se dispongan y que se entreguen a mí sin miedo, para que yo los pueda vaciar como este vaso que hablaba antes de toda esta agua contaminada que tenían dentro y reemplazarla por un agua limpia. Amén, gloria al Señor. (Habla en lengua).
Gracias Señor por esta palabra, gracias Dios, porque hoy nos revelaste cuál es la estrategia principal del enemigo en estos días. Dios mío, perdónanos, Señor, porque no nos dábamos cuenta del poder que le habíamos dado al enemigo, nuestras vidas, en nuestras casas, en todos los aspectos de nuestras vidas, Señor, al dejar que, entre estos miedos en nosotros, Dios, perdónanos, Señor. Enséñanos Señor, a batallar contra esta estrategia del enemigo Señor, danos la valentía para avanzar Padre, aumenta nuestra fe Señor, para que nuestro escudo sea grande, para poder resistir el fuego de este dragón que manda a nosotros. Dios mío en este momento, llena de valentía a tu pueblo que está escuchando, llénalos de tu poder, llénalos del espíritu santo y fuego, en el nombre de Jesús, bautiza Señor, con el espíritu santo a los que no estaban bautizados para darles poder, para hacer antorcha que ilumine Señor, en el nombre de Jesús, gloria a Dios. Veo varias llamas que se encienden, gracias Señor, Señor unge las cabezas de los guerreros que me estás mostrando, úngelos Señor, con óleo de batalla, en el nombre de Jesús, Señor levanta a más guerreros que enseñen a otros cómo enfrentar las estrategias del enemigo Señor, ayuda Señor a los que llamaste a escribir sobre guerra espiritual a que terminen su obra, algunos de ustedes, me dice el Señor, fueron llamados a escribir sobre guerra espiritual. Dios les ha dado revelaciones sobre guerra espiritual para que compartan y enseñen a los hermanos, pero muchos han sido engañados por el enemigo y los han dejado, han dejado de escribir lo que Dios les estaba revelando en las batallas espirituales por donde pasaban. Intercesores ungidos que van a la guerra espiritual, que le hacen batalla al enemigo, que están llamados a escribir, a registrar lo que Dios les ha mostrado en sueños, en visiones, en revelaciones, en inspiración, o a través de la palabra, y han dejado sus lapiceras guardadas, me dice el Señor. Vuelvan a la obra, amén, porque muchos necesitan aprender cómo se le hace frente al enemigo, y para eso hay ciertas personas dentro de la iglesia que están llamadas específicamente para enseñar sobre eso, amén. Así que Dios los llama hoy de nuevo a continuar, o a empezar, o a terminar lo que Dios los llamó a escribir acerca de esto, gloria de Dios, aleluya, alabado sea el Señor.
Muchos tienen miedo de ir a la guerra, dice Dios, miedo de batallar. Ese es otro miedo, es porque no entendieron que no van a ser ellos los que obtengan la victoria, dice el Espíritu, sino Yo. Les falta fe, me dice el Señor. Piensan que van a ganar por su misma fuerza, porque son inteligentes, astutos, y como pusieron la confianza en ellos mismos y no entendieron que era yo el que iba a obtener la victoria por ellos, retrocedieron y no quisieron entrar en la guerra, no entendiendo que igualmente ya están en la guerra, batallen o no batallen, igualmente están en el medio de una guerra. La diferencia está en que algunos soldados están parados recibiendo los golpes y otros han aprendido a defenderse y hacer guerra, hacerle la guerra al adversario, amén, gloria a Dios. ¿Cuál de los dos quieren ser?, me pregunta Dios, ¿quieren ser de los que se quedan parados recibiendo los golpes, inmovilizados por el miedo, o quieren ser de los valientes que levantan la espada y el escudo y no solo resisten, sino que se oponen al enemigo y destruyen sus obras? Amén, gloria a Dios. (Habla en lenguas).
Este dragón, me dice el Espíritu, se levanta contra los santos. Llega el tiempo de su poderío, dice el Espíritu Santo, viene persecución contra los santos porque es el tiempo del dragón, es el tiempo donde él va a tener rienda suelta para manifestar su plan sobre la tierra por un tiempo, y los míos van a tener que resistir esta prueba, y solo a través de mi Espíritu, me repite el Señor, van a ser capaces de ser victoriosos, gloria al Señor. Viene persecución contra los santos por un tiempo, pero no teman hijitos, repite el Señor, sino que entréguense más a mí, no le abran la puerta al miedo, porque por ahí, el enemigo tiene entrada para destruirlos, para debilitarlos, para cansarlos. Tómense fuerte de mi mano, que yo les voy a mostrar el escape, aleluya, gloria a Dios. Resistan hasta el final y no me nieguen, no se vendan al adversario, dice el Señor, porque viene prueba de amor. Voy a separar los que verdaderamente me aman de los que dicen amarme dice Jesús, y en esta separación del trigo y la cizaña, muchos que parecían ser trigo van a mostrar sus caras, y se van a manifestar como cizaña. Por eso es necesario que todo esto acontezca, dice el Señor, no para castigarlos, sino para transformarlos. Confíen en mí hasta el final y no me nieguen, repite el Señor, porque esto me da gloria, amén, gloria a Dios. Los bendigo en el nombre de Jesús, gracias Señor, por esta palabra, alabado sea el Señor, bendito sea tu nombre por siempre, gracias por este pan Señor, todo el mundo tiene que saber la estrategia del enemigo de los últimos días, toda la iglesia debe estar alertada, avisada sobre esta estrategia encubierta que satanás se está llevando adelante. Lleva este mensaje, Señor, hacia donde tenga que ir, haz que tu palabra Dios mío, vuele sobre las naciones y no vuelva vacía, sino que haga lo que tú quieras, Dios mío. Llénanos de un espíritu de valentía Señor, levanta tus guerreros, Dios mío, así queremos estar, ahora sabemos Dios, los que no sabíamos antes, que vamos contigo, que no vamos solos, alabado sea tu nombre Señor, por siempre, gloria al Señor.
He entregado esta palabra a hermanos esperando que puedan meditar sobre el pan fresco que Dios nos dio hoy para comer, que escudriñen las escrituras sobre lo que Dios habla sobre el miedo, que no es el temor del Señor. Los invito a qué investiguen en la palabra, ¿cuántas veces dice «no teman, no temas»? Y se van a dar cuenta de la importancia de lo que el Señor está hablando hoy. Amén. Y como dije antes, después de este vídeo, el Espíritu Santo les va a mostrar a muchos de ustedes otros miedos de los cuales ustedes no estaban conscientes y que ya ha llegado el momento de soltarlos. Depende de ustedes, de su libre albedrío, de lo que quieran hacer. Amén. Si quieren avanzar en los caminos del Señor, tienen que quitar estas piedras de tropiezo delante de ustedes. El Señor ha hablado hoy. Pero tenemos que poner esta palabra por obra y no solamente escucharla, sino recibirla, atesorarla y compartirla, y transformar nuestras vidas a través de esta palabra. Amén. Cualquier otro miedo que yo no nombré hoy y que ustedes se encuentren, renúncienlo, arrepiéntanse de haberlos dejado entrar y piden al Señor que los libere y que reemplace todo ese miedo por todo lo bueno que da el Señor. Y aprendan a batallar en sus mentes, los pensamientos que no vienen de Dios, que no son inspirados por el Señor, sino por el enemigo, no dándole lugar. Amén. Porque el enemigo es sutil y empieza con una pequeña semillita que coloca en nuestros pensamientos con una tentación de darle lugar a estos pensamientos de miedo, pero dice la palabra que nosotros tenemos que tomar cautivos estos pensamientos a la obediencia de Jesús. El Señor no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder. Mediten sobre esto, hablen con el Señor, pidan sanidad, pidan liberación, y apliquen todo lo que Dios ha hablado hoy. Amén. Los bendigo mucho en el nombre poderoso de Jesús. Un saludo a todas las naciones. Gracias por todas sus bendiciones, gracias por su apoyo, por las ofrendas a este ministerio, y estoy muy agradecida por todo tipo de bien que hacen a este ministerio para poder continuar. Saludos a todos, espíritu de amor y de dominio propio. Amén. Creo que muchos van a ser edificados y tenemos que compartir esta palabra que Dios habló hoy, para que el pueblo de Dios entienda que el Señor está colocando luz en lo que el enemigo está haciendo, para que no estemos en tinieblas, para que no caminemos en la oscuridad, sino para que estemos al tanto, para que estemos alertados de lo que el enemigo está haciendo, lo que está intentando hacer en nuestras vidas, para poder levantarnos y darle batalla y derribar esos planes y que no prosperen en nosotros. Gloria al Señor por sus revelaciones, toda la gloria es para Dios. Gracias Señor, a ti te damos toda la gloria Señor, gracias Señor en el nombre de Jesús. Amén. Saludos desde Argentina.