Bendiciones, hermanos. Aquí está Noelia en mi canal «Noelia ama a Jesús», transmitiendo en vivo desde Argentina, ciudad de Mendoza. Dios bendiga a todos los países del mundo que en este momento se están conectando con nosotros para adorar al Señor en el espíritu, para alabarlo, amarlo y esperar las bendiciones de Dios desde lo alto, para ver qué quiere el Espíritu en esta hora, en este día, ministrar al pueblo del Señor Jesucristo, a la nación santa, a todos nosotros, aquellos que formamos el cuerpo de Cristo y que estamos esperando por la Palabra viva, por el Pan de vida que solamente viene de aquel que es el Verbo, de aquel que habla y existe la vida. Amén, gloria al Señor por este momento.
Dicen las Escrituras que su palabra no vuelve vacía, sino que hará lo que Él quiera y para eso estamos aquí hoy, para ser un vaso de transmisión, para que todo lo que quiera hablar el Señor, para que todo lo que quiera hacer el Señor en sus hijos a través mío sea hecho en el poderoso nombre que es sobre todo nombre, en el nombre de Cristo Jesús. La Palabra dice que donde dos o más estén congregados en mi nombre, ahí estoy Yo.
Entonces, por fe creemos que el Señor está hoy en medio nuestro para hacer su obra. Dios bendiga y coloque su mano protectora sobre todos los hijos que están desparramados en todas las naciones del mundo y hasta los confines de la tierra.
Señor amado, en esta hora venimos a tu trono primeramente a adorarte, Padre celestial, a amarte, a confesar tu nombre, que es el nombre más grande, el nombre sobre todo nombre. Te damos gracias por todo lo que nos das. Te damos gracias por este momento, por poder estar juntos conectados virtualmente, pero reunidos en el espíritu junto a ti, Señor. Te damos gracias por este tiempo, por esta oportunidad de poder congregarnos para ver tus maravillas, para escuchar lo que tienes para decir a tu pueblo, para comer del Pan de vida que solo viene de ti, Padre Santo. Gracias, Señor, por aquel sacrificio en la cruz que nos salvó de nuestros pecados, por ese calvario por donde pasó tu único Hijo unigénito, el Príncipe de Paz, clavando nuestras iniquidades en la cruz. A Él le alabamos, a Él le bendecimos, a Él le glorificamos en este momento, a Él le damos lugar en este día para que sane, para que liberte, para que camine entre nosotros como un Rey de gloria. Alabado sea, Señor, bendito sea tu nombre por siempre, Jesús, Rey de reyes, Rey de gloria, el Hijo de Dios que murió por nosotros y al tercer día fue resucitado para sentarse a la diestra del trono de la majestad. Gracias, Señor. Te pido, Dios mío, en esta hora, que bendigas a todos aquellos que se están conectando, a los que van a mirar después esta transmisión en vivo, este video. Señor, te pido en esta hora que los protejas de todo ataque del enemigo, de toda duda, de toda incredulidad, de toda confusión que quiera apartarnos de disfrutar de este momento en tu presencia. Cortamos toda brujería sobre nosotros, sobre nuestras casas, sobre nuestras familias, sobre nuestros bienes, toda misión de interrupción de esta señal la cortamos en el nombre de Jesucristo. Señor, te pido que unjas con aceite cada cabeza que está mirando este video, ya sea en vivo o en diferido, Señor, en el nombre de Jesús. Padre celestial, bendigo tu nombre, te alabo, Señor, gloria a ti, aleluya, alabado sea Dios. Te pido, Dios, que toda interferencia, toda interrupción espiritual que quiera venir contra esta ministración, que las quites en esta hora, en el nombre de Jesús, aleluya, gloria a Dios, que sea tu Espíritu Santo, Señor, moviéndose en las aguas de las gentes que se están conectando hoy. Gracias, Señor amado celestial, alabado sea, Señor, grande eres, Señor, bendita es tu Palabra, Señor. Amén, gloria a Dios. Aleluya.
Veo en este momento un pan que baja del cielo y el Señor me habla en mi espíritu sobre su Palabra. Hace unos días, en mi Facebook hice un vivo y el Espíritu comenzó a hablarme sobre la Palabra del Señor y nos reveló algunas cosas que estaban pasando en medio del cuerpo de Dios acerca de su Palabra, de las Escrituras. Pero siento que esa ministración no estuvo completa y hoy el Espíritu Santo me hablaba otra vez sobre el mismo tema y me hacía entender que termine de entregar el mensaje que Dios quería hablar, la exhortación que Él quería hacer para ustedes. Amén.
Veo una mesa con muchas migajas de pan y Dios me está mostrando que algunos de ustedes comen el pan de las Escrituras, pero están comiendo migajas, me dice el Señor. No se animan a cortar una tajada completa de ese pan de vida, de ese alimento espiritual, sino que están como los pajaritos picoteando un poquito aquí, un poquito allá, me dice el Espíritu, pero no se están alimentando como debe ser de la Palabra del Señor. Y cuando en este momento hablo de la Palabra del Señor, el Espíritu se refiere a las Escrituras, a la Palabra que el Señor dejó escrita desde el tiempo de la antigüedad para seguir alimentándonos en este tiempo. Amén.
Estoy viendo por revelación que las personas que se están alimentando de esta manera se están alimentando escasamente. Se están empezando a desnutrir en sus espíritus y se están empezando a debilitar en el espíritu, me dice Dios. Así como cuando ustedes no se alimentan bien del alimento físico, su cuerpo se va debilitando hasta que se puede enfermar por la falta de algunos alimentos, lo mismo pasa en el espíritu.
Ustedes creen que la comida espiritual es menos importante que la comida física. El Espíritu me dice que no, que no es así como deben tomarlo. Deben ser más serios alimentando su cuerpo espiritual. Eso es lo que escucho que me dice el Espíritu, que cuando nosotros comemos el alimento físico para alimentar, sostener, fortalecer y nutrir nuestro cuerpo físico, eso es lo que sucede en lo tangible, pero es una sombra de lo que sucede en lo espiritual. Y cuando no alimentamos a nuestro cuerpo espiritual, se va debilitando, va quedando expuesto a las influencias demoníacas, dice el Señor. No coman solamente migajas, aliméntense, pónganle la atención al cuerpo espiritual tanto como le ponen al físico, porque la Palabra del Señor dice que para la venida del Señor nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu tienen que ser encontrados irreprensibles. Entonces, no podemos solo ocuparnos del cuerpo físico, sino también del espiritual. Amén.
Esta es una exhortación que Dios trae hoy a nuestras vidas, y veo a algunos de ustedes que se dedican a mirar bastante la televisión. Me dice el Espíritu que, cuando ustedes miran la televisión, se están alimentando de lo que sus ojos están mirando en el espíritu, y están dedicando más tiempo a mirar la televisión que a mirar la Palabra del Señor, las Escrituras. No todos, sé que algunos no miran la televisión, quitaron ese hábito de sus vidas o miran muy poco, solamente lo necesario para estar informados y demás. Entonces, nosotros nos estamos alimentando de lo que vemos, de lo que escuchamos, de lo que leemos en el espíritu, y después el Espíritu me dice: cuando leen la Palabra, la Palabra va limpiando la inmundicia espiritual que entró a ustedes a través de lo que miraron, que no convenía que miren.
[Juan 15:3, RVR1960] Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
Ustedes ven, escuchan, leen diferentes cosas durante el día, y algunas de esas cosas no están limpias, sino que, todo lo contrario, los van ensuciando espiritualmente, y después, cuando leen la Palabra del Señor, las Escrituras, o escuchan algo que Él habla, eso va limpiando sus espíritus. Por eso dice: ya vosotros estáis limpios por la Palabra que os he hablado. Amén, gloria a Dios. Entonces, toda la basura que vamos juntando durante todo el día, la basura espiritual, se limpia a través de la Palabra del Señor. Eso es lo que me está diciendo Dios ahora, para que ustedes tomen conciencia de la importancia de leer las Escrituras diariamente, o de escucharla, de meditarla, de proclamarla. Pero entran espíritus de pereza, me dice Dios, en donde nos empezamos a alejar del hábito de leer la Palabra más y más; empezamos a dejar de leerla porque nos cuesta, porque lleva tiempo, y por un montón de excusas más. Entonces, el espíritu empieza a dejar de limpiarse y empieza a estar cada vez más sucio, y ustedes después se preguntan, dice el Señor: ¿Por qué se empiezan a sentir mal? ¿Por qué se empiezan a sentir alejados de mí? ¿Por qué se empiezan a sentir más carnales? Hasta a veces algunos tipos de enfermedades entran por esta causa, me revela el Espíritu, cuando en realidad no se ocuparon de sus espíritus. Amén, gloria a Dios.
Veo otra vez un pan muy saludable, muy fresco, como ese tipo de pan casero, cuadradito, grande, recién horneado. Es muy apetecible, se ve en esta visión que el Espíritu me muestra y me dice: ustedes tienen que desear comer este Pan de vida. No tengo que ser Yo el que les insista que lo coman, tiene que salir de ustedes querer alimentarse, estar conscientes de la importancia de lo que esto conlleva. No tengo que ser Yo empujándolos a comer este Pan, tiene que salir de ustedes que deseen este Pan de vida, así como ustedes toman una ducha diaria en sus cuerpos; así, metafóricamente, toman una ducha espiritual cuando leen las Escrituras. Gloria al Señor, amén, aleluya, alabado sea Dios, gloria al Señor.
[Mateo 4:4, RVR1960] Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Con este versículo confirmamos lo que el Espíritu acaba de revelarme.
Estoy tratando de describir las visiones que el Espíritu Santo me trae a medida que yo les hablo. Veo una persona que se levanta por la mañana y lo primero que hace es ir y desayunar porque el cuerpo físico tiene hambre y le pide combustible, le pide lo necesario para tener energía y funcionar durante el día. De la misma manera, dice el Señor, ustedes tienen que entender, ser conscientes y empezar a practicar que, así como el cuerpo físico les pide el desayuno apenas se despiertan, lo mismo pasa con el espiritual. Pero si no caminan en el espíritu, no pueden sentir ese llamado del Espíritu a leer la Palabra tan claramente como cuando la comen todos los días. Es decir, cuando nosotros caminamos en el espíritu, se siente esta necesidad de estar en comunión continua con la Palabra del Señor, con las Escrituras que Él ya dejó. Pero cuando caminamos en la carne, esta necesidad, este llamado a comer ese pan, empieza a debilitarse y no podemos sentirlo tan fuertemente como cuando caminamos en el espíritu y la lectura de la Palabra es regular. Amén.
¿Cuántos se sienten identificados con lo que está diciendo el Espíritu de Dios? Gloria al Señor, aleluya. Entonces, por más que a veces no puedan reconocer esa sensación en el Espíritu, tienen que ser inteligentes, tienen que ser astutos para estas cosas, me dice el Espíritu, y desayunar con la Palabra de Vida. Es como cuando alguien se levanta y desayuna; ella le da un poco de combustible al cuerpo físico, por usar una palabra. Cuando uno se levanta y le da comida al cuerpo espiritual durante el día, de la misma manera, cuando nosotros comemos en el cuerpo espiritual desde la mañana, desde que nos levantamos, me dice Dios, el Espíritu se mantiene fortalecido durante el día y alineado con la Palabra de Dios. Esto se tiene que convertir en un hábito, cada día al despertarse primero debería ser el desayuno espiritual. Recuérdense de esta frase: primero debe ser el desayuno espiritual y segundo el desayuno carnal. Amén, gloria a Dios. Esa es una frase para compartir en Facebook, ¡qué bonito, alabado sea Dios! Esas son cosas que solo pueden venir del Espíritu, no soy tan inteligente como para inventar ese tipo de cosas, por eso me emociona escuchar ese tipo de cosas, cuando el Señor nos da esas oraciones y esas frases contundentes que nos cortan. Así es cuando el Señor habla, pero primeramente el Señor nos habla a nosotros, los creyentes actuales, a través de su Palabra escrita, a través de las Escrituras, y en esto los tengo que exhortar porque hay algunas personas que tienen la costumbre de comer la Palabra del Señor por profecía y no por las Escrituras, y no están bien cimentados en las bases firmes que el Señor nos deja en las Escrituras.
[Hebreos 4:12, RVR1960] Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
[2 Timoteo 3:16-17, RVR1960] Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Miren todo lo que hace la Escritura, que es inspirada por Dios, dice Timoteo, que enseña, redarguye, corrige, instruye en justicia, nos prepara para toda buena obra, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto. ¿Cuántos de ustedes quieren alcanzar esa perfección? Yo quiero. Entonces, lo primero que tenemos que hacer es comer la Palabra escrita de Dios, las Escrituras. Está bien escuchar profecías, porque Dios habló, habla y va a hablar. Dios no es un Dios mudo, no es un Dios que no se comunica con sus hijos. Dios tiene una boca que habla y habla grandes cosas, pero tenemos que tener cuidado porque el diablo también habla, y no podemos correr el riesgo de escuchar tantas cosas de tantos espíritus que se están moviendo sin estar cimentados en las Escrituras, porque todo lo que escuchamos tenemos que probarlo a través de los principios bíblicos y de lo que Él nos dejó escrito, que es una porción que más necesitamos. Entonces, la Biblia es nuestra palabra profética más segura.
[2 Pedro 1:19, RVR1960] Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.
En esto tengo que exhortarlos, especialmente a muchas mujeres que les gusta escuchar mucha profecía, que les gusta endulzar sus oídos escuchando la Palabra de Dios. También hay algunos hombres que buscan, que andan a la pesca de la Palabra de Dios, y no está mal, porque también dice la Palabra:
[1 Corintios 14:1, RVR1960] Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis.
Pero nuestra base, nuestra guía, nuestra luz primeramente son las Escrituras.
[Salmos 119:105, RVR1960] Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
A todos aquellos que les caiga esta palabra, que viven escuchando a profetas y profecías, que viven leyendo distintos tipos de palabra que se publica, Dios, a través de sus bocas, está alertando cada vez más al pueblo en este tiempo, hablando de misterios escondidos que estaban preparados para ser revelados en este tiempo. Les exhorto a ustedes a que todo lo que lean, escuchen, vayan a la Biblia, a las Escrituras, y lo corroboren con lo que el Señor ya habló, porque el Señor es uno y no puede hablar una cosa y después contradecirse, sino que tiene que ir con el mismo Espíritu con el que se inspiró la Biblia; con el mismo Espíritu tiene que hablar la persona por profecía, el mismo Espíritu de Dios tiene que hablar alineado. Y algunos de ustedes no están cimentados, no están arraigados en la Palabra —eso me dice el Señor ahora— y esto equivale a bajar la espada del Espíritu.
[Efesios 6:17, RVR1960] Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
Entonces nosotros no debemos escuchar diferentes tipos de profecías sin tener la espada afilada; no es aconsejable, porque donde hay una mentira dentro de esas profecías, no tenemos con qué cortarlas.
Mediten sobre esto que está hablando el Señor. Sin la espada del Espíritu estamos desprotegidos; no tenemos con qué defendernos. Les recuerdo que cuando Jesús fue al desierto, Satanás lo tentó con la misma Escritura.
[Mateo 4:1-7, RVR1960] Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
Eso es lo que me muestra el Espíritu ahora, el diablo se sabe toda la Biblia.
Entonces, ¿cómo puede ser que el enemigo sepa más la Palabra que los hijos de Dios? Y a veces hasta los mismos hijos del enemigo conocen la Palabra, pero no los hijos de Dios, no como deberíamos. Entonces, me dice el Espíritu, algunos de ustedes no solamente tienen la espada preparada para la batalla, sino que la tienen desafilada. ¿Por qué la tienen desafilada? Porque no leen, no estudian, no meditan, no piden revelación, no proclaman la Palabra, no le piden al Señor entendimiento sobre la Palabra, no meditan en ella. Entonces, la espada del Espíritu la tienen desafilada, y cuando viene el diablo a atacar, a tentarlos con las Escrituras, como hizo con el mismo Señor Jesús, no hay espada para defenderse porque el diablo la tiene mucho más afilada que ustedes.
Entonces, si a Jesús el enemigo lo tentó con la misma Escritura, ¿cuánto más va a intentarlo con nosotros, que somos menos que Él? Gloria a Dios por esta exhortación.
[Santiago 1:22, RVR1960] Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Entonces pongan por obra la exhortación que estoy trayendo hoy por el Espíritu Santo de Dios a sus vidas.
Ahora el Espíritu me muestra otra situación que está pasando entre ustedes, y me dice: Algunos comen de mi pan, es decir, leen las Escrituras, pero no les gusta y quieren vomitar ese pan que comieron de sus bocas. ¡Qué fuerte! No les gusta porque tienen que cumplir con lo que el Señor manda, no les gusta porque les parece un alimento muy pesado, no les gusta porque va en contra de sus creencias. No les gusta leer las Escrituras porque tienen que ponerse a cuentas conmigo si la leen, porque, como dice Timoteo, la Escritura redarguye. No les gusta porque los confronta, y algunos dicen: «No estoy listo. La voy a leer más adelante. No puedo digerirlo», y más y más excusas ponen, dice el Señor. Pero Yo también los voy a vomitar de mi boca, porque son tibios, porque no quieren alimentarse del único verdadero alimento espiritual. Desprecian mi Palabra, no quieren comerla, dice Jesús, porque no le encuentran sabor a mundo. Quieren seguir como niños espirituales. No quieren crecer, porque crecer significaría dejar hábitos mundanos que los llevan a la carnalidad. Crecer en el Espíritu significaría cargar con su cruz. Crecer en el Espíritu significaría alejarse de ciertas relaciones humanas que no aprovechan en sus vidas. Crecer espiritualmente significaría dejar los entretenimientos que impiden que se acerquen a mí más y más. Los estoy llamando hoy a que coman, a que se alimenten, dice el Señor. Mi pueblo está flaco, y mientras los hijos del diablo se engordan, se fortalecen, crecen y se levantan en el espíritu como gigantes, los míos se van enflaqueciendo, los míos van adelgazando, los míos están raquíticos, están desnutridos.
¡Hijos míos!, dice el Señor, entiendan que si no comen las Escrituras, no van a poder resistir los días que están pasando ahora ni los que van a venir, porque el enemigo, así como tentó a Jesús en el desierto con la misma Escritura y Jesús lo atacó, se defendió con la misma Escritura. Lo mismo pasa con mis hijos, pero se va a elevar esa guerra de espadas en el Espíritu; va a ser cada vez más fuerte, y aquellos que no tengan la espada afilada, y que la sepan usar, porque también la tienen que saber usar para reprender al diablo y para cortar sus mentiras y para refutar lo que dice, como hizo Jesús en el desierto, no van a poder resistir. El enemigo está engañando a mi pueblo, me dice Dios, con las mismas Escrituras que Yo les dejé, y muchos se están perdiendo y se están dividiendo en diferentes grupos de ovejas que creen en una cosa, otras que creen otras. Con la misma Escritura el diablo está dividiendo en grupos a mis ovejas. ¿Saben por qué?, dice el Señor, porque no están escuchando mi voz. Se llama denominaciones, escucho la palabra mentira, y me dice el Espíritu, él toma la Palabra escrita y la cambia, que si bien es una verdad pero le cambia la perspectiva a lo que ya está escrito y de esta manera endulza la Palabra para que aquel que no la quiera comer como verdaderamente es, coma lo que quiere, lo que está esperando, lo que le gusta, lo que lo llena, pero lo llena de glotonería; los llena como cuando alguien come dulces y come azúcares, pero no se está nutriendo, sino que se está debilitando, y se está enfermando, y se está contaminando con el azúcar, y está fortaleciendo al enemigo adentro suyo, me dice el Señor.
De la misma manera hace el diablo con la Palabra del Señor, toma las Escrituras y les habla a los cristianos y las tergiversa, les da otro significado, y de esta manera provoca que los mismos cristianos se peleen entre ellos con guerra de espadas. Esa es la estrategia del enemigo sobre mi pueblo en este tiempo. Y como muchos no leen la Palabra, no me preguntan por revelación, no consultan con aquellos maestros que Yo he levantado, que tienen las espadas limpias y afiladas, ellos no pueden defenderse y el enemigo hace como quiere, hace y deshace adentro de mi pueblo. No tiene que hacer mucho esfuerzo para destruir a mi pueblo porque utiliza a los mismos cristianos para destruir a los cristianos, utiliza a los tibios para destruir a los que arden con llamas de fuego por mí, utiliza a los que están contaminados para destruir a los que están limpios, utiliza a los que no quieren comprometerse, a los que no quieren consagrarse para destruir, para atacar, para maldecir a aquellos que están entregados y que van cada vez más profundo en el mar de mi Espíritu, me dice el Señor. ¡Qué triste, Señor! Y todo esto pasa porque no comen de mi Pan, dice el Señor. ¿Por qué no comen de mi pan, si les dejé el Pan preparado sobre la mesa? Entonces, para poder resistir estos tiempos y los tiempos que vienen, van a tener que decidir empezar a comer las Escrituras. Aquel que no coma va a ser como cuando un adulto ataca a un niño y el niño no puede defenderse, porque no tiene la misma fuerza que una persona grande. De la misma manera va a ocurrir cuando el enemigo ataque y, de hecho, ya lo está haciendo a estos niños espirituales que siguen tomando leche y no quieren comer el alimento sólido que ya deberían estar comiendo, dice el Señor. Amén.
El Espíritu me muestra las distintas versiones de la Biblia traducida y me dice que algunas versiones son más fáciles de digerir que otras. Algunas versiones de la Biblia son como un alimento que uno toma o come y se digiere rápido, se digiere fácil, y otras versiones de la Biblia son como un alimento que es más sólido, como un alimento que tarda un poquito más de tiempo en digerirse, pero que impregna más lejos el espíritu. Estoy tratando de explicarles la visión que el Espíritu me está mostrando. Algunas versiones que veo son como un alimento liviano, eso es lo que escucho. Cuando la persona se alimenta espiritualmente con estas versiones, lo puede digerir, pero el resultado de ese alimento no es tan profundo en la alimentación del espíritu como cuando una versión de la Biblia es como un alimento más sólido, al cuerpo le lleva un poco más de digerir.
Lo mismo pasa en el espíritu, me dice el Señor, cuando uno come estas versiones que no son tan livianas, el resultado es que ese alimento queda más tiempo en el espíritu y va trabajando cada parte, va rompiendo lo que no tiene que estar, va sanando lo que estaba roto, lo que necesitaba sanidad, va restaurando las partes que necesitaban restauración, va fortaleciendo los músculos espirituales. Y así es como cuando uno ingiere un alimento en el cuerpo físico, que es muy liviano y fácil de digerir, al ratito ya tiene hambre. Pero cuando uno come algo que es un poco más complejo, un poco más elaborado o que tiene más proteínas, el cuerpo tarda un poco más en digerirlo, pero el combustible de ese alimento permanece más tiempo en el cuerpo, y a través de ese alimento que tiene muchos nutrientes, el cuerpo los puede tomar y utilizarlos para todo lo que necesita.
Entonces, pasa lo mismo con las distintas versiones de las Biblias: hay algunas que son más livianas y más fáciles de digerir, otras intermedias y otras que son como proteína pura, que tarda más tiempo en digerirse, pero el resultado es que uno está saciado por más tiempo y que está ingiriendo más nutrientes que con algo que es más liviano, que quizás no tiene tantos nutrientes. Dice el Señor que a veces estas versiones de las Biblias, que son como más livianas por cómo están traducidas, de ellas se alimentan personas que todavía no están maduras en el espíritu o que son como niños espirituales que necesitan beber alimentos livianos, como cuando un bebé recién nace y solamente puede tomar la leche de la mamá. De la misma manera, a veces algunos recién nacidos de nuevo se alimentan de este tipo de alimento espiritual, de las versiones traducidas que tienen un lenguaje más actual y que le quitan peso a la Palabra original. Pero llega un momento de sus vidas, de su camino, de su crecimiento espiritual, que van a sentir la necesidad de comer algo más sólido; van a sentir que tienen hambre y que necesitan otro tipo de alimento. Entonces van a otras traducciones de la Palabra del Señor, donde quizás el lenguaje es un poco más difícil de entender porque es más antiguo o está expresado de otra manera, pero ese tipo de traducciones se acercan mucho más al texto original de las Escrituras. Eso es pan sólido, pero no todo el mundo lo puede digerir espiritualmente; por eso, a veces algunas personas empiezan con traducciones del lenguaje mucho más actual, como más livianas, y después van a otro tipo de versiones, donde la traducción tiene un lenguaje más antiguo, o más cercano a los idiomas originales con los cuales fueron escritas las Escrituras, porque cada persona tiene distintos ritmos de crecimiento en el Espíritu. Algunos maduran más rápido, y otros tardan más en madurar, y esto no está del todo mal, porque tiene que ver con la característica de cada persona y con lo que cada persona tiene que pasar en su vida, y demás.
Me dice Dios que todos tenemos distintos ritmos de maduración en el Espíritu; algunos necesitan empezar con leche espiritual para después pasar al alimento sólido, pero hay otros que ya desde que se convierten no les alcanza con la leche y necesitan algo más contundente, porque su espíritu trabaja de otra manera, y ya está listo para digerir este tipo de versiones de la Palabra del Señor. Gloria a Dios por esta revelación.
Estoy tratando de ser muy cuidadosa y solamente decir lo que el Padre me revela, y no agregar nada de mis propias conclusiones. El Señor me muestra que muchos de ustedes se están preguntando si está bien la versión de la Escritura que están leyendo y, como respuesta, mi Padre me dice: pregúnteme a mí qué tipo de alimento espiritual tienen que comer, como cuando un niño le pregunta a su mamá o a su papá si puede abrir la heladera y comer tal o cual cosa. De la misma manera, ustedes son mis niños, dice Dios, y estoy esperando que no vayan a preguntarle al hombre qué es lo que tienen que comer, sino a mí, que soy el autor de las Escrituras. Amén, alabado sea Dios, gloria a Dios por esa respuesta, gracias Señor amado, gracias Señor.
Me muestra el Espíritu de Dios que a algunos de ustedes les está pasando que ya no se están conformando con el alimento que están comiendo, sienten que están necesitando un alimento más contundente, más sólido, o que les falta algo. Y Dios me responde: mientras estén leyendo, se están alimentando, eso es lo primero que escucho. Grave error es dejar de leer, me dice Dios, por creer que lo que están leyendo no los va a alimentar. Es decir, interpreto que Dios dice primeramente lean, no dejen de leer, por más que estén sintiendo una necesidad de leer otra versión de las Escrituras, a eso me refiero, no dejen de leer, porque esta es una de las estrategias del enemigo para quitarles la fuente de alimento y que piensen que ese alimento que están comiendo no los está alimentando. Lo que está diciendo el Señor es que hay distintos tipos de alimentos espirituales dentro de las Escrituras, pero no está diciendo que no alimenta. Entonces, lo primero que el Señor dice es que no dejemos de leer las Escrituras, pase lo que pase, digan lo que nos digan, no dejen de leer. Amén, gloria a Dios, aleluya, alabado sea Dios.
Y con respecto a aquellos que sienten que necesitan un alimento más sólido, más contundente, más nutritivo, más pesado, una traducción de la Palabra que sea más cercana a lo escrito al original, me dice Dios que algunos de ustedes están escuchando a distintos hombres, cuál es su opinión al respecto. Y veo un ejemplo, me muestra el Espíritu cinco personas, y de las cinco personas que hablan de las Escrituras que hay que leer, porque ellos dicen que hay que leer, uno solo dice la verdad, me dice Dios. Entre cinco, cuatro mienten y uno está hablando por mí. Y esto es un ejemplo, no es un promedio exacto que el Señor me está dando, sino que es un ejemplo. Como decir, si ustedes van y le preguntan a cinco personas: ¿cuál es la versión de la Biblia que tengo que leer?, un promedio más o menos me dice el Señor, de esos cinco, una sola persona les va a decir lo que Yo quiero que les responda. Porque de esas cinco, uno solo escucha y se deja llevar por mi Espíritu, por el río de mi Espíritu, y los otros están en la carne y en la vanagloria y en un conocimiento vano que no aprovecha y que no está acercando a mis ovejas a mí, sino que las está alejando, me dice el Señor.
Dios dice que está esperando que nosotros le preguntemos directamente a Él y que le pidamos guía sobre este asunto. Entonces ahí tienen una de las respuestas que se preguntaban sobre este tema, una contestación del Señor para ustedes. Pero me dice el Espíritu que muchas veces los hombres quieren tener la razón y quieren sentirse como que están arriba de los otros hermanos, quieren enaltecerse, piensan que porque saben más, porque ellos creen que saben más, que tienen más conocimiento de la Palabra, son más importantes que otros y les dan consejos a mis ovejas, consejos que no vienen de mí. Y me vuelve a repetir que esto es algo que está pasando en este tiempo en la iglesia, porque es una estrategia del enemigo para que los cristianos se peleen unos contra otros por causa de las Escrituras. Dios me dice: pídanme discernimiento, pídanme discernimiento, me repite el Señor, para que ustedes puedan distinguir cuál es el hombre que les está aconsejando por mi Espíritu y cuál es el hombre que les está aconsejando por la carne.
Veo gente, especialmente hombres, que algunos tienen como una montaña de libros en sus casas, estudios, oficinas, que han comido tantas cosas, tanto pan como basura, como comida podrida, y de esto han levantado como su propio altar pensando que porque más han leído, tienen más verdad que una persona que solamente se alimenta de la verdad. Ustedes tienen que ser astutos en este sentido, me dice el Señor, e ir desechando lo malo y reteniendo lo bueno, como dice Tesalonicenses, de todo lo que escuchan, de todo lo que leen, de todo lo que ven, de todos los consejos que les dan. Algunas de estas personas son pastores, maestros, apóstoles y demás, y dice el Señor que finalmente tienen que juntar esta montaña de todo el conocimiento que han adquirido y prenderle fuego y hacerlo desaparecer, para que cuando ese vacío quede, Yo pueda finalmente hablarles la verdad por mi Espíritu. Es decir, todo eso que juntaron varias personas que el Espíritu me está mostrando, lo van a tener que quemar, porque finalmente se van a dar cuenta de que juntaron hojarascas, en vez de preguntarme a mí por revelación, en vez de preguntarme a mí qué era lo que Yo quería que lean y que no, dice el Señor. Fuerte esa palabra, pero real. Gloria del Señor.
Y me dice el Espíritu de Dios que si ustedes quieren estar alimentados, ustedes tienen que estar cerca del Señor Jesús, porque el Señor es el Verbo, el Señor es la Palabra.
[Juan 1:1, RVR1960] En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Nadie puede conocer la verdad, me dice Dios, si no está cerca de la verdad, y la verdad es una persona y se llama Jesús. Amén. Gloria al Señor. Aleluya. Alabado sea Dios. Te amamos, Señor. Sí, Señor. Yo soy la verdad, el camino y la vida, dice Jesús.
[Juan 14:16, RVR1960] Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.
Dice el Señor que muchos de ustedes quieren saber, quieren tener la verdad, quieren ajustarse el cinto de la verdad, pero sin caminar de la mano del Señor Jesús, y no puede ser una cosa sin la otra, porque el Señor es la Palabra, el Señor es el Verbo. Entonces, si ustedes quieren saber la verdad, si ustedes quieren conocer la verdad, tienen que conocer al Señor Jesús. No pueden estar leyendo, investigando, no deben, mejor dicho, estar mirando prédicas que les enseñan la Palabra y demás. Estamos buscando cuál es la verdad en medio de todas estas mentiras que están surgiendo en esta época, sin estar de la mano del Señor Jesús. Si ustedes se alejan del Señor Jesús, se alejan de la verdad. Entonces, ¿qué importa que estudiemos, que busquemos la verdad en los hombres cuando la verdad está en el Señor Jesús primeramente? Ese es el error que están cometiendo algunos de los hermanos que están mirando este video, que me revela el Espíritu de Dios en esta hora. Están buscando la verdad en los hombres, pero sin acercarse a mí. Entonces, si no estamos junto a la verdad, no vamos a poder reconocer la verdad cuando esté enfrente nuestro; cualquier mentira nos va a parecer que va a ser la verdad, y no la vamos a poder reconocer porque no estamos mirando a la verdad cara a cara. Entonces, primero tenemos que conocer la verdad, verla de cerca, caminar con ella, vivir para ella, entenderla, acercarnos a Jesús, ser íntimos con Él, para que cuando veamos a los hombres hablando sobre la supuesta verdad, podamos reconocerla y también reconocer las mentiras. Gloria al Señor, aleluya, alabado sea Dios.
Entonces, hay muchos hombres que quieren tener conocimiento, hombres que están escuchando este vivo, pero empiezan a seguir doctrinas de hombres, y empiezan a escuchar más a los hombres que al Espíritu de Dios, y empiezan a acercarse más a los hombres que al Señor Jesús, por buscar conocimiento, por querer tener doctrina. Pero antes que eso, me dice el Señor: Yo quiero que tengan cercanía conmigo para que cuando llegue el momento no les diga que nunca los conocí.
[Mateo 7:21-23, RVR1960] No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Entonces, si quieren conocer la verdad, no apuesten todas sus fichas a un hombre, apuesten todas sus fichas a mí, porque Yo soy la verdad, dice el Señor. Gloria a Dios, alabado sea Dios, amén.
Vuelvo a repetir que cuando termine esto, tienen que poner por obra lo que yo voy diciendo y no escucharlo para endulzar sus oídos y que quede ahí. Gloria al Señor, alabado sea Dios, bendito sea tu Nombre por siempre, Jesús. Veo al Señor Jesús, veo la espada de doble filo que sale de su boca, y me dice: cuando Yo venga, voy a cortar toda mentira que haya sobre la tierra con la espada de doble filo que sale de mi boca, y espada que está tan afilada que no puede resistir ninguna mentira del enemigo. Pero para cuando Yo venga, van a ver tantas mentiras dando vuelta que van a ser como altares del enemigo que se van a levantar en la tierra y que, de hecho, en este tiempo se están levantando. Por eso dice la Palabra de Dios que el Señor no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado. Se están levantando altares en la tierra, altares de mentiras, repito, más que nada tiene que ver con las Escrituras. Son mentiras sobre las Escrituras que el enemigo está levantando en el pueblo de Dios, y que, por no estar cimentados en el Señor Jesucristo, que es la verdad, no las pueden reconocer. Así que cuando vuelva el Señor, va a derribar todos estos altares con el Espíritu de su boca.
La exhortación más grande que Dios nos está haciendo hoy es que volvamos a leer las Escrituras, a estudiarlas, a meditarlas, a pedir revelación al Señor, a escudriñar, a pedir al Espíritu Santo de Dios que nos dé entendimiento sobre lo que está escrito, que afilemos nuestras espadas. ¿Por qué? Porque en este movimiento de la apostasía que ya comenzó y que va a ser cada vez peor, vamos a necesitar tener esa espada sumamente afilada para destruir esos altares de las mentiras y para poder defendernos como hizo Jesús en el desierto, que fue tentado por el diablo con las mismas Escrituras. Amén.
Entonces, encarecidamente el Señor me dice que tengamos cuidado de todo lo que se está predicando. Hay ríos de doctrinas falsas, ríos de aguas contaminadas que están empezando a fluir en la iglesia del Señor en estos días. Hay altares de mentiras que no se están levantando afuera de las iglesias, sino adentro de las iglesias, adentro de los templos, en las mismas congregaciones. La serpiente se está moviendo enérgicamente adentro de la iglesia, me dice el Señor, y les habla al oído a los míos para confundirlos, para llevarlos a que se metan en estos ríos de aguas sucias, de doctrinas falsas, de doctrinas erróneas que nada tienen que ver conmigo. Entonces, pidan discernimiento de todo lo que escuchen; primero búsquenlo, corrobórenlo con las Escrituras, y segundo, pregúntenle en intimidad al Señor si esa persona que está predicando esta o aquella doctrina está diciendo la verdad o no, o si el enemigo lo está utilizando. Muchos de ellos sin saber, no conscientemente, no a propósito, porque hay muchos lobos disfrazados de ovejas en la iglesia, muchos falsos maestros, profetas, pastores que más que nunca se están levantando en este tiempo. Pero muchos de ellos están siendo utilizados por el enemigo para meter doctrinas de demonios en la iglesia y no lo saben, me dice el Señor. Piensan que están haciendo las cosas bien, pero en vez de una espada tienen un martillo en la mano con el cual están destruyendo a mis ovejas, las están debilitando, las están desnutriendo, las están hechizando a través de estas doctrinas falsas que se están metiendo dentro de mi pueblo. Amén, gloria a Dios.
Dios me dice que hay muchas cosas que están escritas, eventos proféticos que han sido malinterpretados, y ha habido ciertas personas que se han encargado de levantar estos altares falsos que nombraba recién, haciéndole creer a mis ovejas que esto fue hablado por mí, teniendo malas interpretaciones de los eventos futuros. Dice el Señor: «En estos últimos días estoy derribando estos altares de falsas interpretaciones y de mentiras acerca de los eventos proféticos de los últimos días. Muchas creencias que se implantaron en mi pueblo están siendo arrancadas de raíz para suplantarlas con una verdadera semilla que viene de mi reino. Les han hecho creer mentiras, les han dicho que no tienen que prepararse, les han dicho que la iglesia no va a pasar por tribulación». Y una de las cosas a las que se refiere es a eso, a que ha habido personas en la historia de la iglesia que han interpretado mal doctrinas bíblicas o eventos proféticos que están en la Palabra del Señor, en las Escrituras, diciendo que la iglesia no iba a ser refinada. Los engañaron, les dieron de comer un caramelo dulce, y ahora estoy levantando a los míos para destruir estas mentiras que se han hablado por muchos años y que han crecido como se levanta una serpiente para atacar a su presa, y la presa son ustedes. Le estoy cortando la cabeza a esa serpiente. No crean todo lo que escuchan, me repite el Espíritu. Hay muchas falsas creencias que estoy derribando en estos tiempos, porque estos son los días en los que estoy restaurando mi Palabra, y todas las mentiras que les habían enseñado las estoy destruyendo para implantar una interpretación verdadera de ella, dice el Señor. Amén, gloria a Dios.
[Santiago 1:21, RVR1960] Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
Y de esto me hablaba el Espíritu, que Él está arrancando lo que habían implantado erróneamente en nuestros espíritus o en parte de la iglesia, del cuerpo del Señor Jesús, y lo está reemplazando, y está implantando la Palabra verdadera, la verdadera interpretación de los eventos proféticos de los días finales. El Señor me dice que va a destruir estas mentiras porque las detesta. Hay mucho pueblo con los ojos vendados por causa de estas mentiras, pero Yo me voy a encargar de quitar esta venda en estos días y muchos van a ser maltratados por entregar la verdadera interpretación de los eventos finales porque estos fariseos modernos se aferran a estas mentiras para tener seguridad de que no van a sufrir en la carne, porque ese es el miedo que tienen. Tienen miedo de sufrir en la carne, aquellos que dicen que la iglesia no va a pasar por ninguna tribulación. Amén.
Entonces, me dice Dios que, además de eso, nos está preparando para poder recibir esta nueva Palabra que va a implantar en nuestros espíritus, que ya lo está haciendo en varios de nosotros. Está preparando la tierra de nuestros espíritus para que, cuando estas personas que el Señor está levantando para derribar esta falsa doctrina, por ejemplo, y hay muchas más, pero es esta la que más me habla el Espíritu en este momento, esta falsa creencia de que la iglesia no va a pasar por nada y que simplemente tenemos que esperar el arrebatamiento, que no va a ser refinada, y me dice Dios que Él nos está preparando para esto. Primeramente, para recibir esta verdad que antes no habíamos recibido, y segundo, para fortalecernos, para estar aptos de pasar por todos los eventos por donde la iglesia sí va a pasar. Pero muchos van a ser maltratados por causa de predicar esta verdad que el Señor está revelando y abriendo los ojos a mucho pueblo en estos días, y muchos no van a querer recibir esta revelación. Gloria a Dios, aleluya, alabado sea Dios, bendito sea el Señor, gracias Señor, gracias Señor amado celestial. Amén.
Seremos probados, seremos refinados, tal como lo fueron todos los cristianos en todas las épocas. Amén, aleluya, gloria a Dios, gracias Señor por esta palabra, por esta revelación, por esta exhortación, por despertarnos, Señor, por darnos este pan de comer, Señor amado.
Hay muchos que se resisten todavía a estas verdades que Yo estoy revelando. Me cierran las puertas, no me quieren escuchar. Algunas cosas están tan claras en las Escrituras, pero no las quieren ver, no quieren leer esos capítulos donde se habla de la verdad clara y tajante. Solo quieren escuchar palabras dulces y ciertamente Yo hablo para confortar, para consolar, para edificar, pero también hay ciertas cosas que tienen que venir sobre el mundo entero, para juzgar a los inicuos, pero también para refinar a los santos, para que cuando llegue el tiempo de mi venida ya estén listos y resplandezcan más que las estrellas del cielo y haya una gran diferencia entre la luz y la oscuridad, para cuando llegue el momento del arrebatamiento, ustedes ya habrán pasado por este refinamiento, por este horno de fuego por donde van a entrar, lo crean o no, igualmente van a entrar, dice el Señor.
La diferencia es para aquel que no crea. Le va a ser mucho más difícil resistir porque no se va a haber preparado en mí, porque no va a haber escuchado las alertas, porque no se va a haber edificado, porque no se va a haber alimentado, porque no se va a haber fortalecido, porque no va a tener revelación de los tiempos adonde está caminando. Ellos van a ser mucho más fáciles de sacudir por el enemigo. Pero aquellos que crean en mi Palabra, aquellos que hayan tomado mi Palabra tal cual les hablé y no como les gustaría que fuera, aquellos que escucharon las advertencias, que se alimentaron, que se fortalecieron, que se prepararon para pasar por este tiempo de sacudón, ellos van a ser como el hombre que tiene su casa fundada sobre la roca. Y yo soy la roca y yo soy la verdad, dice el Señor Jesús, y todo aquel que desprecia la verdad no va a estar parado sobre la roca; su casa va a ser fácil de que se desmorone cuando venga el sacudón. No van a tener sus espadas afiladas tampoco, y entonces van a entrar en el ecumenismo; van a seguir las directivas de la élite, de los planes macabros, de los que están en el poder, porque ellos van a seguir con la mentalidad de que a mí no me va a pasar nada, yo no voy a pasar por ninguna prueba, yo no voy a ser probado, porque yo ya creí en el Señor. Esos van a ser sus pensamientos, me dice el Señor.
Los que no crean que la iglesia va a pasar por este refinamiento no lo van a poder resistir y van a tomar la marca de la bestia, y se van a entregar como un cordero que va al matadero, por tener miedo en la carne, me dice el Señor. Porque en realidad, este tipo de personas no quiere aceptar que la iglesia sí va a ser refinada, no quieren aceptar que voy a refinar a los míos como se refina la plata con fuego que quema para sacar las inmundicias y dejar solo lo que tiene que quedar. No lo aceptan porque tienen miedo de sufrir en la carne, porque no quieren llevar su cruz, porque piensan que solamente por creer en mí ya tienen todo servido. Pero el diablo también cree en mí, dice el Señor. Él sabe que soy real y tiembla ante mis comandos, ante mi presencia. Pero estos hijos que se alimentan con alimento liviano, estos van a ser los que maten a los verdaderos cristianos, los que me abandonen, los que me den vuelta la espalda, los que caigan en las mentiras que van a venir armadas por la élite y apoyadas por el poder de Satanás, que tiene que ver con los ovnis y con los aliens, me está revelando el Espíritu de Dios. Estos tibios que no leen la Palabra como realmente está escrita, ellos están dispuestos a aceptar cualquier cosa, menos sufrir en la carne, y con tal de no sufrir en la carne, con tal de no ser procesados a través de los eventos de los últimos días, se van a entregar para ser marcados y aún van a entregar a los míos, a los verdaderos, para que sean muertos por causa de mi nombre.
Primero va a venir el sacudón, primero van a ser refinados, ustedes van a ver cómo se desenvuelven una serie de eventos profetizados para los últimos días y el Señor me está hablando de, por ejemplo, Mateo capítulo 24. Ustedes van a ver cómo todo esto se desencadena, como los dolores de parto que van de menor a mayor, de menos intensidad a más intensidad, de menos regularidad a más regularidad. Ustedes van a ver todo esto enfrente de sus ojos, mis hijos van a estar en esta tierra, dice el Señor, y para poder resistir todo esto que va a venir, tienen primero que creer que lo van a pasar y, una vez que lo crean, que lo entiendan y que lo acepten, empezar a prepararse espiritual y físicamente y entender cómo se tiene que preparar un soldado para resistir la guerra espiritual de los últimos días que se está levantando. Amén, gloria a Dios, aleluya, alabado sea Dios, gracias Señor por esta palabra, gracias Señor, amado celestial, gracias Dios mío por guiarnos, por despertarnos, por abrirnos los ojos, Señor. Dios me dice que esta palabra para algunos de ustedes es como un cachetazo en la mejilla; les duele, los sacude y les cuesta comerla, creerla y entenderla, pero Dios dice: pregúntenme a mí todas las dudas que tengan, si no entienden mi voluntad para estos últimos días con respecto a mi iglesia, pregúntenme a mí y Yo les voy a contestar, Yo les voy a decir qué parte de la Escritura tienen que leer para entender lo que está pasando y por qué mi iglesia tiene que permanecer en la tierra mientras todos estos eventos del fin de los días se desencadenan. Amén.
Dice el Señor: no es lo mismo refinamiento que juicio, ustedes van a ver cómo viene el juicio sobre los inicuos, pero para ustedes, para mi iglesia, va a ser una prueba, una prueba de amor, una prueba final. Amén, gloria a Dios, aleluya, alabado sea el Señor, gracias Señor amado celestial.
Yo te pido, Dios mío, que les des entendimiento a los hermanos que miran este video. Te pido, Dios, que aclares todas las preguntas en su corazón sobre este tema y sobre tu Palabra, Señor. Te pido, Dios, que los guíes, que los inspires, que les hables al oído a través de tu Espíritu Santo, Señor. Te pido que los protejas a todos de toda falsa doctrina, de toda mentira que el enemigo nos quiere hablar en estos días. Te pido, Dios mío, que nos ayudes a afilar nuestras espadas para poder cortar con estas mentiras de la serpiente, con estos altares que se están levantando en estos últimos días por causa de la apostasía, por causa del enfriamiento de los corazones, por causa de la maldad del hombre. Dios mío, danos de comer, danos de comer tu Palabra verdadera, aliméntanos en el Espíritu, Padre, fortalécenos, Señor, ayúdanos a enderezarnos cuando nos torcemos un poquito, cuando hemos creído algo que no viene de tu parte, Señor, cuando nos han predicado o enseñado algo que no está acorde a tu personalidad, Señor, que no es la verdad. Padre, límpianos de toda contaminación espiritual, pasa hisopo en nuestros espíritus y quita toda mugre que haya quedado ahí por causa de interpretar mal las Escrituras, de escuchar prédicas no inspiradas por tu Espíritu, Señor, sin revelación. Padre, despierta a mis hermanos para que se preparen para estos tiempos finales, haznos entender por lo que vamos a pasar y cómo prepararnos, Señor amado. En el nombre poderoso de Cristo Jesús te pedimos juntos, gracias, Señor, gracias, Dios mío, aleluya, alabado sea Dios.
Damos gracias a Dios por todo lo que el Señor habló, por todo lo que el Señor reveló, por la guía que hoy nos dio, por las instrucciones que Él repartió hoy. Sea la gloria, la alabanza, el imperio para Él. Gracias al Señor por glorificarse en esta hora, por abrirnos los ojos. Te pido, Dios mío, que aquellos que tengamos hambre y no estemos alimentándonos como deberíamos en el estado espiritual en el que estamos, que nos guíes, Señor, para saber dónde encontrar ese pan maduro, ese pan consistente, ese pan nutritivo acorde a nuestro espíritu. Te pido, Señor, que bendigas a todos los hermanos, que coloques tu paz sobre ellos, y que toda confusión sea removida en este momento y reemplazada por la verdad que viene de ti, Señor, en el nombre de Jesús. Amén.
Les quiero aclarar sobre lo que dije sobre los extraterrestres. Sabemos que estos no son extraterrestres por sí, sino que son demonios que se manifiestan en la forma que ellos quieren. Lo aclaro para que después no salgan diciendo que yo dije que existen los extraterrestres y demás. Lleven todo lo hablado hoy en meditación, escudríñenlo con la Palabra de Dios y no dejen de acercarse a la verdad, a la única verdad, que es el Señor Jesús, a quien alabamos y bendecimos. Los bendigo, hermanos.