Bendiciones a todos, amados hermanos, amigos, creyentes de la fe del Señor Jesucristo, nuestro Salvador, nuestro Señor, nuestro Redentor, nuestro Amado, nuestro Amigo, nuestro Compañero fiel, el Rey de gloria, el Rey de reyes y Señor de señores. ¿Cómo están, mis queridos hermanos? Es un placer estar aquí, juntos de nuevo con ustedes, reunidos en el Espíritu para adorar a nuestro Padre Celestial, el Rey sobre todo reino, el Padre de las luces, el Padre de los espíritus, el Padre de la gloria.
Los bendigo a todos en el nombre poderoso de Cristo Jesús, el nombre sobre todo nombre. Bajo ese nombre se sujeta todo principado, toda potestad, todo poder. A nuestro Dios amamos y adoramos, al que lo llena todo. Todo lo que está sobre la tierra, todo lo que está debajo de la tierra, todo lo que está en los cielos, el Señor lo llena todo. Bendiciones a todos los puntos del planeta de donde están viendo este vivo hoy, 24 de mayo del 2020, año de revueltas, como dijo el Señor en la profecía «2020» que publiqué en mi canal el 2 de enero de este año, y así ha sido y así viene siendo. La palabra del Señor se cumple y no vuelve vacía.
Oh, te alabamos, Señor. Bendecimos tu nombre. Tú eres digno de amar, digno de alabar, nuestro Rey amado celestial. Señor, te damos gracias por este día, por aún poder juntarnos en un solo espíritu, en una unidad del cuerpo de Cristo. Padre celestial, te pedimos juntos que derrumbes toda misión del enemigo contra este vivo para que no se realice en paz, para que se corte. Toda misión del enemigo queda cancelada en esta hora, en el nombre poderoso de Jesucristo. Señor, te pedimos a ti como Rey que mandes ángeles a nuestros hogares a cuidar nuestras computadoras, nuestros dispositivos, nuestros teléfonos, nuestras tablets, nuestros televisores. Te pedimos, Padre, que seas Tú colocando tu mano protectora para que sea tu Espíritu Santo ministrando con libertad en esta hora.
¡Aleluya! ¡Alabado seas, Señor! Ya siento el fuego del Espíritu Santo. Gracias, Señor. Estamos agradecidos por todo, a pesar de las tribulaciones que la iglesia está pasando y que va a pasar. Señor, te damos gracias porque todas las cosas ayudan a bien para los que te aman —y nosotros te amamos, Señor—, para los que conforme a tu propósito fueron llamados —y nosotros fuimos llamados, Señor—. Gracias, Señor, por todo lo que estás haciendo, por todo lo que vas a hacer hoy, por todo lo que vas a hacer en los próximos días, Padre. Toda la alabanza, toda la honra, toda la gloria, todo el imperio te pertenece, Señor de señores.
Hoy bajamos nuestras cabezas delante de ti, Señor, reconociendo que somos creación tuya, criaturas hechas por tu mano. Gracias, Señor, por hacernos tal cual somos, porque cada uno de nosotros somos distintos, porque a ti te gusta la diversidad. Gracias, Señor, porque cada uno de nosotros formamos parte de un mismo cuerpo, pero cada uno tiene una función distinta, y también cada uno la realiza de una manera diferente, con su propio estilo, con su propia marca, con su propia personalidad, con su propio sello, podríamos decir.
Gloria a ti, Padre de las luces, porque con tu creatividad hiciste estas cosas. Te damos gracias, Señor, te alabamos, te bendecimos. Sea tu Espíritu Santo ministrándonos en esta hora, ayudándome a ser un vaso de honra para ser utilizado en esta hora por el Espíritu Santo. Te abrimos lugar, Espíritu Santo. Te damos espacio, te abrimos el camino, nos corremos a un lado para que seas Tú glorificándote en esta hora, ministrando, trabajando, edificando, levantando, activando, impartiendo, despertando, sacudiendo, bautizando en el Espíritu Santo y en poder.
Señor amado, tu iglesia necesita caminar en poder en estos últimos días. Danos ese poder, Señor, pero también ayúdanos a entregarnos para ser refinados, para que nuestro carácter camine de acuerdo a la imagen de Jesucristo, para que todo lo que Tú nos des sea utilizado a través del amor, como dijo Pablo en 1 Corintios 13, y no a través del orgullo, la arrogancia, la competitividad, los celos, la envidia. Rechazamos, renunciamos a todo eso en esta hora en el nombre de Jesús. Dejamos toda mochila, toda carga que no nos favorece, que no aprovecha para responder a nuestros dones, a nuestros llamados, y nos entregamos hoy a ti.
Gracias, Señor, porque puedo sentir fervientemente el fuego de tu Espíritu Santo en mí, confirmándome que hoy estoy donde tengo que estar, a la hora que tiene que ser, en el lugar donde tiene que ser, y haciendo lo que Tú me pediste, Señor, en obediencia a ti. Dame las palabras exactas, Señor, para entregar a tu iglesia. Señor amado, seas Tú hablando a través mío a ellos. Heme aquí. Mis hermanos tienen las manos listas para recibir. Mis hermanos están listos hoy para renunciar a toda atadura que no les permite ejercer sus dones, que no les permite caminar en el poder y en el fuego del Espíritu Santo. Sea hoy quebrantado todo esto, Señor amado.
Señor, hoy en día hay pocas congregaciones a comparación de las numerosas congregaciones que hay, que enseñan a tu gente a caminar en el poder tuyo. Pablo dice: «No iré sólo en palabras, sino en poder». Señor amado, ayúdanos a tener ese balance, a tener conocimiento, a comer tu Palabra cada día. Danos el entendimiento de tu Palabra, ayúdanos a estar arraigados, firmes en tu Palabra, pero al mismo tiempo caminando en el poder y en el fuego tuyo, del Espíritu Santo, Santo, Santo.
Hoy te pido, Dios mío, que nos ayudes, que nos enseñes cómo tener nuestros pies firmes en la tierra, pero nuestra mirada en las cosas celestiales. Danos ese balance, Padre celestial. Ayúdanos a manejar todos los bienes que nos diste, las piedras preciosas que nos entregaste a cada uno de nosotros, sin glorificarnos a nosotros mismos, Señor. Ayúdanos a mantenernos humildes, caminando en poder, reconociendo quiénes somos en ti, reconociendo nuestra identidad, nuestro llamado, nuestros dones en Jesucristo, pero no más allá de la verdad de lo que somos, Señor, y siempre dándote la gloria, porque todas las cosas buenas vienen de ti, no de nosotros, y es por tu gracia, Señor. Es por tu gracia que fuimos salvos, es por tu gracia que recibimos esos dones del Espíritu Santo, es por tu gracia que podemos servir a la iglesia, porque Tú nos equipas, no nosotros.
Te pido, Padre, en esta hora, que todo espíritu de distracción que quiere interferir en esta señal o en todos los que están mirando este en vivo y los que van a mirar después sea quitado en el poderoso nombre de Jesucristo. Todo espíritu de confusión que quiere invadir las mentes de mis hermanos, como el Espíritu Santo me lo está mostrando, lo reprendemos en esta hora juntos y lo echamos fuera de nuestra vida, de nuestra casa, en el nombre de Jesús. Le cerramos la puerta y nos arrepentimos de dejar entrar todo espíritu de confusión.
Señor, te pedimos un espíritu de paz y de claridad en nuestras mentes. Despeja las nubes de confusión en nuestra vista espiritual en esta hora, para que podamos recibir, para que podamos entender. Danos revelación en esta hora acerca de los dones de tu Espíritu Santo, acerca del llamado que hiciste a nuestra vida, Señor amado, santo, celestial.
Ayúdanos a conectarnos como cuerpo, Señor. Ayúdanos a entender que lo que nos diste no es solo para nosotros, que es para la iglesia, para la edificación mutua, porque más bienaventurado es dar que recibir, dice la Palabra. Señor, hoy queremos recibir. ¿Cuántos quieren recibir hoy? Yo quiero recibir. Siempre hay más. Señor, danos más de ese caudal, abre las compuertas del cielo, y manda esa lluvia. Bautiza en esta hora a todo el que no esté bautizado con el Espíritu Santo y con fuego, en el nombre de Jesucristo. Oh, Señor, imparte tus dones en esta hora. Activa, renueva, Señor. Pon en marcha esas ruedas que estaban frenadas en mis hermanos hasta el día de hoy, Padre.
Digno eres de amar, Señor, hasta el fin de los días. Digno eres de alabar. Gloria a ti, gloria a ti, Señor. Hoy en esta hora rompo toda maldición en mis hermanos que no les permita recibir los dones del Espíritu Santo, en el nombre de Jesús. Queda cortada toda cadena en esta hora, en el nombre de Jesucristo. Quito toda esposa espiritual que ataba las manos de mis hermanos para no poder aplicar los dones, para no servir a la iglesia. Quedan desatadas, en el nombre de Cristo Jesús.
Hoy nos ponemos a tu disposición, Señor, para recibir. Hoy queremos recibir, Señor. Danos de beber, Señor, danos más. Estamos sedientos por las cosas de tu reino. Yo sé que muchos de ustedes quieren recibir en esta hora. Yo sé que muchos de ustedes quieren entender quiénes son, para qué están llamados, qué les ha dado Dios.
Muévete, Señor. Muévete, Espíritu Santo, muévete. Porque Tú te mueves en medio de la alabanza, hoy te alabamos, hoy te bendecimos, hoy te glorificamos, Padre santo, amado, celestial. Te damos la gloria a ti, Señor. Esto es para ti, Señor. Recibe este tiempo que sacrifico de mi vida para ti, Señor. Reciban ustedes, hermanos. Quiero ser de bendición hoy para mis hermanos, Señor. El tiempo que me quede en esta tierra, siento que el tiempo apremia, Padre. Siento que hay que redimir más el tiempo. Siento que se está acelerando, Señor.
Señor, ayúdanos a redimir el tiempo verdaderamente. Ayúdanos a dar lo que tenemos, sin guardarnos nada y aún más. Ayuda a mis hermanos que reciban más, que reciban doble porción de lo que me diste a mí, y aún más, Señor. Gloria a ti, Señor amado, santo, celestial, bendito por los siglos de los siglos. Señor, eres tan grande. Tus faldas cubren el templo. Los ángeles te alaban día y noche. ¿Cuánto más tenemos que alabarte nosotros, Padre? Sí, Señor, eres grande, eres poderoso, eres invencible, eres inescrutable. Te admiro, Dios mío. Abro mi corazón hoy para que te sientes en este trono para siempre y seas Tú y sólo Tú, Señor, sentado en el trono de nuestros corazones.
¿Cuántos abrirán sus corazones hoy para que Él sea el único sentado en el trono de sus corazones? Señor amado, queremos conocerte más, alabado Jesús, el hijo de Dios, el que murió y con muerte terrible, de cruz, para resucitar al tercer día por el poder del Padre, levantarse de los muertos y sentarse a la derecha del trono de la gloria. Hermosos son tus pies, Señor. Quisiera poder besarlos. Señor, no veo la hora de tomarte de las manos si es posible, si me dejaras. Aunque sea acariciar tus pies, ya estaría contenta.
Gracias, Señor, por el sacrificio de la cruz. Gracias por entregarte hasta el fin, entero y completo por nosotros. Gracias por ser tan hermoso, tan bueno, tan misericordioso, tan perdonador. Gracias, Señor. Tuya es la gloria, Señor. Preséntate entre nosotros en esta hora, Jesús. Paséate entre nosotros en esta hora, Señor amado. Ven, Señor. Ven, Señor. El Espíritu y la esposa dicen: «Ven, ven, Señor.» ¿Cuánto falta, Jesús? Ayúdanos a resistir. Tu Palabra dice que el que persevere hasta el fin será salvo, hasta el fin. ¿Cuánto más, Señor, cuánto más?
Señor, danos ese poder, porque el enemigo está levantando obreros de maldad. ¿Cuánto más nos tenemos que levantar nosotros en estos días, hermanos? Reparte hoy de tus dones, Señor. Enciende más nuestras luces, Señor. Enciende a los que están apagados, Padre, en el nombre de Jesús. Ilumina más a los que están encendidos. Eleva más el fuego de los que estaban en mínimo, Señor. Colócalos en máximo, Padre.
Mi alma te alaba, Señor. Si la creación te alaba y te canta, Padre, ¿cuánto más nosotros, Señor? ¿Cuánto más nosotros? Levanten las manos santas, como dice la Palabra, y alaben al Señor. Denle la gloria. Te damos paso, Señor, en esta hora. ¿Cuántos sienten el fuego del Espíritu Santo, que ya está obrando en nuestras vidas?
Fuego del Espíritu Santo en esta hora. ¡Fuego, fuego, fuego! Más fuego, en el nombre de Jesús. Fuego del Espíritu Santo que caiga sobre cada uno que está participando de este en vivo, en el nombre de Jesús. Enciende estos fósforos, Señor. Caiga sobre mis hermanos ahora fuego del Espíritu Santo. Que el fuego del Espíritu Santo se encienda en nuestros corazones. Aviva, Señor. Sopla del viento de tu Espíritu Santo en esos corazones. Aviva con este viento, Señor. Fluye, Espíritu Santo. Corre, corre en esta hora. Obra en nuestras vidas ahora. ¡Gloria a Dios! Seas Tú ministrando en esta hora, Señor. Amén.
Vamos a leer 1 Corintios 12, donde Pablo habla sobre los dones espirituales:
[1 Corintios 12:1-31, RVR1960] No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a este es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. Porque, así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como Él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a estos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que, si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles?, ¿son todos profetas?, ¿todos maestros?, ¿hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad?, ¿hablan todos lenguas?, ¿interpretan todos? Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aún más excelente.
Y ahí empieza el capítulo 13, hablando sobre la preeminencia del amor. La Biblia menciona algunos de los dones espirituales también en Romanos 12:
[Romanos 12:3-8, RVR1960] Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
Y por último, vamos a leer en Efesios 4:
[Efesios 4:7-13, RVR1960] Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Entonces, ¿para qué el Señor Jesús constituye apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros? A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, y para esto el Señor nos reparte dones.
Vimos que la Biblia menciona varios diferentes dones: palabra de sabiduría, palabra de conocimiento, fe, dones de sanidades, hacer milagros, profecía —interesante, porque por un lado menciona el don de profecía y por otro lado menciona profetas—, discernimiento de espíritus, diversos géneros de lenguas, interpretación de lenguas. Después menciona en Romanos: enseñanza —no dice maestros, dice don de enseñanza; maestros dice en Efesios— servicio, ayuda, administración, exhortación —lo cual también puede ser ánimo, motivación—, dar o repartir, presidir —que es el don de liderazgo—, misericordia.
Son muchos dones distintos porque somos distintas partes de un mismo cuerpo. Menos mal, porque si no, seríamos todos iguales. Pero al Señor le gusta la diversidad, al Señor le gusta la variedad. El Señor es un Dios creativo, es un Dios que se manifiesta de diferentes formas, es un Dios que opera de diferentes maneras en cada uno. Y aún cuando dos personas tienen un mismo don, ese don se puede manifestar diferente, porque hay diversas operaciones, dice la Palabra. Por eso, ustedes van a ver que algunos profetas operan de una manera y otros operan de otra. Algunas personas caminan en dones de sanidades, pero los administran de cierta manera y otras de otra forma. Hay diversidad de dones, diversidad de ministerios, diversidad de operaciones.
Y el Espíritu me está mostrando en este momento que muchos de ustedes se están preguntando qué dones tienen. En Efesios 4, una de las cosas que se nombra es evangelistas. La Palabra dice que Jesús constituyó apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Y el Espíritu ahora me está mostrando que varios de los que están mirando hoy este vídeo están constituidos evangelistas; tienen una sed por desparramar la semilla en el campo mucho mayor a una persona que no tiene un llamado de evangelista.
Todos tenemos que evangelizar, todos estamos llamados a compartir las buenas nuevas del Evangelio, pero en aquella persona que tiene el llamado de evangelista de Efesios 4, esa sed es un poco mayor que otra persona que no está constituida como evangelista, tanto mujeres como hombres. El Espíritu ahora me está mostrando que muchos de ustedes tienen un llamado de evangelistas.
Para aquellos de ustedes que están siempre evangelizando, que tienen sed por las almas, que son pescadores de almas, el Espíritu de Dios me dice que lo van a saber, porque hay un fuego adentro de ustedes que quema por las almas que no están salvas. Es Él depositando en el espíritu de ustedes esa carga, ese llanto, ese dolor por los inconversos, por los que no tienen a Jesús, por los que están en tinieblas.
Como dije antes, todos los cristianos debemos compartir las noticias del evangelio, las buenas noticias, pero algunos tienen un llamado muy específico, enfocado en la evangelización. Es su ministerio principal, es su tarea principal, es su foco, donde tienen los ojos. Están permanentemente preocupados por las almas. ¿Cuántos de ustedes tienen ese fuego en el corazón, en sus espíritus, de evangelizar a otros?
El Espíritu me está diciendo una palabra de sabiduría. Aquellos que tengan esta sed por las almas, que están permanentemente pensando: «Voy a llamar a tal persona. Le voy a contar sobre Jesús. No, voy a ir al barrio, a la villa, a contarle a toda mi familia, todos mis amigos. Le voy a contar a todos sobre Jesús.» Aún algunos son misioneros evangelistas y van a otras ciudades, a otros países, a desparramar la semilla, me muestra el Señor.
Dice Dios que estudien las Escrituras donde habla sobre el Evangelio de Jesús, que estudien los Evangelios para que estén armados y se aprendan los versículos para evangelizar a las personas. Todos los versículos que hablan sobre la salvación, sobre el bautismo del agua, sobre el arrepentimiento. Son sus herramientas, me dice el Espíritu Santo, que ustedes se lo tienen que saber de memoria, para que cuando encuentren oportunidades para evangelizar, puedan traer al momento estos versículos que tienen poder. Cuando ustedes repiten los versículos de la Biblia, tienen poder en el espíritu y tienen que ser conscientes de eso.
Y también me dice el Espíritu Santo que a aquellos que tienen un llamado de evangelistas, el Señor les da en el espíritu sacos de trigo, sacos de semillas. Cuando veo una persona y el Espíritu me revela que tiene un llamado de evangelista, tanto hombres como mujeres, la veo con sacos de trigo en el espíritu. Son las semillas. Les recomiendo estudiar la parábola del sembrador.
El Señor me dice que no se distraigan aquellos que tienen un llamado de evangelista y no están llamados a enseñar. No se distraigan en hacer cosas a los cuales no han sido llamados porque pierden tiempo para desparramar las semillas del reino, y estamos en los últimos días y este tiempo es un tiempo para sembrar como nunca antes, porque a medida que los juicios se están levantando en la tierra y son cada vez más potentes y seguidos, también va a haber más cosecha. Gloria a Dios. Entonces, no pierdan tiempo y desparramen las semillas del Reino.
Que a muchos de ustedes el Espíritu los ha dotado con dones de sanidades, con dones de fe, con el don de hacer milagros y con el don de lenguas. Y hay muchos, especialmente hombres evangelistas, que están ungidos para hacer liberaciones. Gloria al Señor, Aleluya.
Entonces, muchos de ustedes se preguntan, tienen dudas antes de caminar en el poder de Dios cuando el Señor ya les ha dado estos dones a muchos de ustedes, los que son evangelistas, por ejemplo, el don de sanidades. Muchos de ustedes lo tienen, pero no las aplican. Y si ustedes no hacen imposiciones de mano para orar por la sanidad de una persona, por ejemplo, el don no se va a manifestar, porque hay que ponerlo en acción. Entonces, el Espíritu me dice que a muchos de ustedes ya los ha dotado con diversos dones, más de uno normalmente.
La mayoría de nosotros tiene más de un don. El don está ahí porque dice la Palabra que los dones y el llamamiento son irrevocables. Pero si no los utilizamos, entonces simplemente el Espíritu Santo les va a incitar amablemente cuando tienen que utilizar estos dones, sanidades, milagros, y estoy hablando de esos para los evangelistas. En Mateo 13 está la parábola del sembrador que les recomiendo a los evangelistas.
Entonces, si nosotros no caminamos en el don, porque el don está, pero no se manifiesta porque está ligado con el libre albedrío. Entonces, si yo siento que el Espíritu Santo me incita amablemente, siendo inspirada para colocar las manos sobre alguien y orar para sanidad, es mi decisión si lo hago o no en ese momento. Es mi decisión si el don lo utilizo o no lo utilizo. ¿Está claro, verdad? Entonces, yo puedo tener un don, pero si yo decido no utilizarlo, el don sigue estando, pero no se manifiesta.
Entonces, nuestros tres enemigos enormes son: la duda, la confusión, la incredulidad, la vergüenza, el qué dirán. Son algunas trabas para ejercer los dones que el Espíritu Santo nos dio. No somos nosotros, es Dios en nosotros; no es nuestro poder, es el poder del Señor que se quiere manifestar a través de vasos que somos nosotros. Entonces, debemos entender que nosotros tenemos que caminar en estos dones y aplicar lo que el Señor nos dio y utilizarlo para su obra. Ya después Dios sabe lo que quiere hacer con eso después de que la persona fue ministrada a través de nuestros dones o no. Amén, pero no debemos esconder esos dones bajo la tierra, gloria a Dios.
Y el Señor, el Espíritu, me está revelando ahora que también algunos de ustedes, muchas veces sienten la necesidad de evangelizar, pero cierran la boca y las palabras les quedan adentro de la boca como alguien que se está comiendo un caramelo, y lo está masticando, pero lo tiene ahí. ¿Se entiende? Entonces, el Espíritu me dice: ¿Por qué están dudando? Abran la boca simplemente y hablen la Palabra del Reino. Están reteniendo lo que el Señor les está dando. No solamente los evangelistas, está pasando con otro tipo de dones también, que ya vamos a examinar, de acuerdo a lo que el Espíritu me vaya llevando, pero especialmente los evangelistas, pues estamos hablando de ellos.
Algunos no le hacen caso al Espíritu Santo y hay almas que se están quedando sin recibir la Palabra del Señor, sin recibir las Buenas Nuevas del Evangelio de Jesucristo, porque no abren la boca. Y después me muestra el Espíritu, se sienten mal. ¿A quién le está hablando el Espíritu ahora? Yo sé que le está hablando a varios, no sólo a uno. Después se sienten mal porque se vuelven a su casa y dicen: Me arrepiento porque yo pienso que esa persona podría haber aceptado la Palabra de Dios. Yo pienso que podría haber tenido una buena pesca hoy, pero no lo hice, tuve miedo, tuve vergüenza, me importó más lo que pensaban de mí que el trabajo para el Señor.
Ahí están apareciendo los hermanos para los cuales es esta palabra. Entonces, el día de mañana, cuando nos encontremos con el Señor, muy probablemente Él nos va a preguntar: «¿Por qué no hablaste lo que yo te di? Te mandé 1, 5, 10, 100 almas para evangelizar y no les hablaste de mí. Te di lo que necesitabas, te di palabras, porque los evangelistas hablan inspirados a través del Espíritu Santo y les dicen a la persona exactamente lo que necesita escuchar si están ungidos.
El Señor nos va a preguntar: ¿Qué hiciste con estas almas? ¿Por qué no las evangelizaste? ¿Por qué tenías vergüenza? No va a ser una excusa; ¿por qué pensabas que no eras vos el que me lo pedía? No va a ser una excusa; porque de todas maneras es bíblico evangelizar, es un mandato bíblico para todos nosotros. Entonces, si este es tu caso, te invito a que te arrepientas en esta hora y que entregues la boca, que es como la herramienta fundamental que tienen los evangelistas para trabajar para el Señor. Amén.
El evangelista tiene mucho poder en el habla, habla bastante normalmente, por lo que he visto, muchos son adoradores, cantan al Señor y eso también lo utilizan para evangelizar, y la alabanza, son muy simpáticos, muy sociables, tienen muchos amigos, se llevan con la gente rápidamente. Esto es testimonio, les comparto lo que yo he visto ministrando a las personas, lo que el Espíritu me ha mostrado y tienen que tener mucho cuidado de no pasarse de la raya, digamos, como decimos en Argentina, de no hablar demasiado y de no meterse en el agua a donde el Espíritu no los llama.
Por ejemplo, si van a un lugar a evangelizar y el Espíritu les hace sentir: Hasta aquí entregaste mi Palabra, ahora tienes que retirarte de este lugar, les recomiendo a los evangelistas hacer caso, porque si no, están en peligro de ensuciarse en el agua. El evangelista tiene que meterse, sacar los peces del agua y salir del mar rápidamente. Entonces, Señor, en esta hora, te pido que le des balance a todos los evangelistas, hombres y mujeres, que están mirando este vídeo. Señor, en el nombre de Jesús, les dé sabiduría para saber hasta dónde meterse en las aguas, que les des inteligencia para manejar este don que les diste, que les ayudes a controlar la lengua, en el nombre de Jesús. Para que sólo la utilicen, Señor, para hablar conforme a tu Palabra, para que las almas se conviertan y se tiren a los pies de la cruz.
Te pido unción para los evangelistas en esta hora, los unjo con aceite del Espíritu Santo de Dios, pescadores de almas, me dice el Señor, y yo (Noelia) veo a un hombre tirando la red, esos son los evangelistas, los que pescan las almas. Levanta evangelistas con poder, amado Padre santo celestial.
Úngelos, Señor, dales dones de sanidades para que lo utilicen, para que la gente se convierta por tu poder. El hacer milagros, dales fe, dales don de lenguas, aún profecías, Señor, para hacer evangelismo profético, en el nombre de Jesús.
Gracias, Señor, te doy por estos pescadores y pescadoras que me estás mostrando. Señor, te pido en el nombre de Jesús, que sea tu Espíritu Santo revelándoles a todos los hermanos y hermanas que voy a estar mirando, ¿quiénes son?, ¿quiénes tienen un llamado evangelístico?, en el nombre de Jesús. He aquí la confirmación, dicen algunos, heme aquí, sí, ayúdame Señor, están escribiendo los hermanos.
Me viene la parte de la Biblia, a donde al Señor lo acusaban, está en Lucas, porque comía con los publicanos y los pecadores, cuando Mateo lo invitó a un banquete en su casa, si no me equivoco. Ustedes me van a ayudar con los versículos bíblicos, por favor. Y lo acusaban por comer con ellos, y el Señor dice en Mateo, capítulo 9, versículo 10: «Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos». Amén. Esos son los evangelistas, los que se meten en todos lados, los que van a los hospitales, los que van a la cárcel, los que van a las villas, los que andan por la calle, los que les hablan a todo el mundo sobre Jesús, no se pueden aguantar, tienen que hablar del Señor, tienen que contarles lo que es tener al Señor, tienen que contarles sobre la salvación, tienen que contarles que hay una oportunidad de la vida eterna, esos son los evangelistas.
¿A cuántos de ustedes les resuena esa palabra? También lo dice en Marcos 2, capítulo 16. Entonces, por esto, el evangelista sabe meterse en diferentes lugares, en diferentes terrenos, porque van a donde tienen necesidad de médico. Úngelos, Espíritu Santo, desde la cabeza hasta los pies en esta hora con tu aceite, Señor. Dales todo lo que necesitan, impárteles dones, Padre, en el nombre de Jesús, dales valentía a aquellos que tienen miedo. Renuncien a ese miedo que los está impidiendo responder a este llamado, porque dice la Palabra de Dios que Él no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Ahora, el Espíritu me habla del don de profecía y me muestra muchas mujeres, algunos hombres, pero mujeres que tienen una piedra preciosa, porque los dones en el Espíritu me los muestra a mí como piedras preciosas. Muchas de ustedes ya tienen esa piedra preciosa, me dice el Señor. Ya se las he dado y otras lo están viviendo, me dice el Espíritu Santo, y otras no lo quieren porque le tienen miedo, me muestra el Espíritu Santo. Pero la Palabra del Señor dice: «Anhelad los dones mejores». Dice que anhelemos los dones, pero más que profeticemos.
Aquellos que tengan miedo de recibir este don de profecía, los invito a que renuncien y se arrepientan de haberle abierto la puerta a ese miedo, para que el Señor les conceda este don y los ayude a administrarlo por el Espíritu Santo de Dios. Algunos de ustedes ya tienen este don, me muestra el Espíritu Santo, y los veo con piedras preciosas en sus manos, pero se les caen las piedras preciosas. Quiere decir que no saben cómo utilizarlo, no saben qué hacer con él, no saben cómo administrarlo, ni tampoco cómo usarlo.
Ahí están todos los hermanos, pero son más que nada mujeres. También hay hombres, pero hay muchas mujeres. Entonces, el Espíritu Santo me está dando una Palabra de sabiduría para ustedes, para las que saben que tienen este don, pero no saben qué hacer con él, no saben cómo utilizarlo. Y el Espíritu dice: ¿Acaso no soy yo la guía? Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen, me dice el Señor. Sólo tienen que entregarse a mí y escuchar lo que tengo para decir. No me cierren la boca, no me pongan bozal.
Algunas pidieron escuchar al Señor y cuando empezaron a escucharlo, se arrepintieron porque vieron la responsabilidad que conllevaba y le pusieron un bozal al Señor. ¿Les suena esto? Si este es tu caso, me dice el Espíritu, es un pecado de rebeldía. Entonces, hay que arrepentirse, si lo sienten, y renunciar a eso, pedirle perdón a Él. También por los miedos, pues son lo primero que nos confunden y nos bloquean.
Así que renuncien, arrepiéntanse, cierren la puerta a todas estas cosas que funcionan de bloqueos, de trabas, y el Espíritu me dice: La mejor forma de aprender es a través de mí, a través de mi guía. Yo les voy indicando lo que tienen que hacer paso a paso con este don, pero muchos de ustedes prefieren ir con un hombre para que les enseñe a administrar lo que yo les he dado, y eso a veces está bien, me dice el Espíritu, porque soy Yo el que los está guiando a través de otra persona, pero la guía primera, principal y mayor, soy Yo. Y el Espíritu me dice que algunos de ustedes Él les ha indicado lo que tienen que hacer, cuando tienen que profetizar, cuando tienen que escribir proféticamente, también cuando entregar un mensaje. Les ha hablado, pero han sido ustedes los que han rechazado esa dirección. ¿Cuántos dicen: esa palabra es para mí? No confían en la guía del Espíritu Santo.
Entonces, me dice el Espíritu: Muchos se están quejando de que no saben cómo aplicar el don, pero cuando yo les quiero decir cómo aplicarlo, no me hacen caso. Son como alumnos rebeldes, discípulos desobedientes. Entonces, sean conscientes de esto primero. ¿Y cómo hago para cambiar todo esto? Primero, entrar en conciencia de lo que el Espíritu te está diciendo hoy, lo que te está revelando que quizás antes no eras consciente, pero ahora sí. Segundo, arrepentirte de ser desobediente o de ser rebelde, de no querer obedecer a la guía del Espíritu Santo para aplicar los dones que Él te dio. Tercero, pedirle perdón al Señor. Y cuarto, abre tu corazón para escuchar al Espíritu Santo y a partir de ahora obedecerlo. Y a medida que lo obedezcas, vas a aprender a usarlo. ¿Cometerás errores? Sí, cometerás errores, porque no hay hombre perfecto, solamente Jesús.
Por ahora, no hay forma de escapar de los errores. No conozco a nadie que nunca se haya equivocado. Pero lo importante es levantarse y seguir caminando, porque esto es una carrera, me trae el Espíritu, que hay que terminar, a pesar de que uno se caiga, hay que levantarse y seguir. Lo peor que uno puede hacer es frenar, renunciar, abandonar. Nosotros no somos desertores, a Dios no le gustan los desertores, no le gustan los cobardes, Dios ama a los valientes, a los que se juegan todo, por más que se rompa en la cara. Amén.
Entonces, cuando el Espíritu te dice entrégale un mensaje a tal persona, no es nuestro mensaje, es el mensaje de Dios que quiere entregar a través nuestro, simplemente hay que avisar, hay que hacerlo y obedecer al Espíritu. Primero, previamente chequearlo con los principios bíblicos y, si está todo bien, entregar ese mensaje a la persona. Y así, el Espíritu nos va a ir guiando sobre lo que tenemos que hacer con este don, si estamos en una reunión, o en una congregación, o si dos o tres están reunidos en el nombre del Señor Jesús. Amén.
Si se quiere manifestar el espíritu de profecía, y alguien siente que recibe Palabra de Dios, simplemente tiene que ponerse a disposición y, a través del libre albedrío, decidir profetizar. Es nuestra decisión, es nuestro libre albedrío el que decide abrir la boca. La boca no se va a abrir sola para profetizar, soy yo la que he decidido repetir lo que voy escuchando, lo que voy viendo, lo que voy sintiendo, lo que voy sabiendo. Soy yo la que decide, porque los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas. Soy yo la que tomo las riendas de mi espíritu, como si fuera un caballo, y lo freno, y lo manejo como yo quiero; el don lo da el Espíritu Santo. Dios habla cuando Él quiere, pero soy yo la que decido abrir la boca y repetir lo que Él me dice. Si no lo hago en ese momento, entra la duda, la confusión, la incredulidad, el miedo o lo que sea, y bloquea el don, y uno se siente confundido y empieza a ver un bloqueo en el don, si se entiende lo que digo.
Entonces, en la profecía, uno no recibe el mensaje de una sola vez. Por ejemplo, si es una voz interna, no lo recibe todo de una sola vez, recibe una sola frase normalmente, como yo conté en mi testimonio. La primera vez que Dios me habló a mí, yo no lo estaba buscando. En el 2016, hace ya cuatro años van a hacer, yo estaba intentando dormir, y de repente escuché adentro de mi cabeza, como una voz interna que no era la mía, y escuché: Toda rodilla se doblará, y toda lengua confesará. Y como que no me desperté, no sabía que no estaba dormida, pero estaba como semi-dormida, y no sabía lo que pasaba, y no entendí lo que fue eso. Intenté dormir de nuevo, y otra vez el Señor empezó a hablarme: Toda rodilla se doblará, y toda lengua confesará. Pero era yo la que me sobresaltaba y cortaba el fluir de esa agua, pero ahí me di cuenta de que quizás era el Señor que podría estar hablando. Entonces me dije: voy a intentar, si me habla una próxima vez, así como Samuel que el Señor lo llamaba y él no entendía, voy a intentar escuchar la próxima vez, para ver qué pasa, a ver qué dice, y ahí voy a ver de dónde proviene esa voz.
Entonces volví al mismo estado, intentando dormir, y sin empujarlo, sin pensarlo, sin quererlo, sin buscarlo, el Espíritu me empezó a hablar de nuevo, y el Señor decía: Toda rodilla se doblará, y toda lengua confesará que Yo Soy el Rey, y cuando venga con mi caballo blanco, y…, y empezó a hablarme. Ahí quedaba el mensaje, pero tenía ese fuego adentro mío de seguir ese mensaje, de entregarlo, de hablarlo; no lo podía apagar por dos o tres días y estuve así, no sé cuántos días fueron, y tampoco entendía muy bien qué me pasaba. Entonces, cuando dije: Voy a grabar esto que estoy escuchando y lo voy a repetir, fue cuando empecé a hablar, que empezó a fluir el mensaje completo, pero hasta que uno no habla lo primero que recibe, el mensaje no sigue. Es como una barrera en el agua, cuando uno quita la represa, ahí la profecía fluye. Entonces empecé a hablarlo y ahí corría la profecía, pero cuando uno no habla, no fluye.
Entonces, si vos escuchás primero: Yo soy el primero y el último, pero no lo hablás, no entregás el mensaje, va a quedar ahí, no vas a saber lo que sigue, normalmente. Pero si vos escuchás: Yo soy el primero y el último, y sentís como que es una voz que no viene de tus pensamientos, porque no estabas pensando en eso, ni lo estás haciendo voluntariamente, lo que hay que hacer normalmente es repetir lo que uno escucha: Yo soy el primero y el último. Después de que entregaste esa palabra, va a venir lo que le sigue: Y todos los reinos van a saber que Yo reino con vara de hierro sobre las naciones, y todos sabrán cuál es mi verdadero nombre. Pero cuando uno repite, ahí va llegando más, más y más, hasta que el mensaje está completo. Pero si uno no habla, no fluye. Lo mismo sucede con las lenguas, hay gente que piensa que cuando uno las recibe, la boca se va a mover sola. No, normalmente no.
Entonces, uno recibe las lenguas, pero las tiene que hablar. Yo hablo en lenguas cuando quiero, no tengo bloqueos, utilizo el don por el Espíritu Santo, a través de mi libre albedrío. ¿Se entiende? Entonces, para los que tienen el don de profecía y no saben cómo utilizarlo, esa es mi recomendación para comenzar a utilizarlo: obedecer al Espíritu. Amén.
Y una vez recibido el mensaje, que puede ser hablado, puede ser escrito, puede ser que el Espíritu te diga que escribas, y ahí se puede juzgar, como dice la Palabra. Pero primero hay que dejar fluir la voz profética; hay que dejar que el Espíritu Santo se manifieste a través de nosotros; no debemos ponerle frenos, no debemos ponerle bloqueos, y todo hágase en orden, dice la Palabra de Dios. Porque vuelvo a repetir, el espíritu de los profetas está sujeto a los profetas; no todos los que profetizan son profetas, aparentemente, si no, no habría una distinción en la Biblia entre profecías y profetas. Algunos tienen el don de profecía, y otros, a veces, son constituidos profetas y profetisas, pero, de todas maneras, está ligado a nuestro dominio propio.
[Gálatas 5:22-23, RVR1960] Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Los dones tienen que ser aplicados con dominio propio y a través del fruto del Espíritu, a través del amor, no a través de querer dejarse ver, no a través de competir con el otro para ver quién tiene más, no para vanagloriarse, etc. Por eso, es importante que nos dejemos procesar en nuestro carácter para que los dones que el Señor nos da por gracia, no porque somos buenos ni mejores que los demás, porque si fuera así, no podría darle dones a nadie el Señor, porque nadie es perfecto todavía. Entonces, por gracia, tienen que ser manejados, administrados, aplicados, entregados y administrados a través del amor, a través de la paciencia, a través de la bondad, a través de la mansedumbre, con un carácter templado, con un dominio propio.
El Espíritu me está revelando en este momento que a algunos de ustedes, el Señor les ha entregado una pluma en el Espíritu. Esto ya lo he dicho muchas veces cuando ministro. El Espíritu, Dios les ha dado una pluma para escribir, así como a los profetas en las Escrituras cuando se les decía: Escribe lo que te doy. Hoy en día, a nosotros también se nos dice: Escribe lo que te doy. Entonces, aquellos que tengan que escribir, simplemente tienen que obedecer al Espíritu y van a ir aprendiendo a través de la práctica; no hay otra forma, sino a través de la obediencia al Espíritu Santo de Dios. Pero si no lo hacen, otra vez les digo que caen en rebeldía, en desobediencia, lo cual es muy delicado frente a los ojos de Dios.
Entonces, los que sienten escribir proféticamente, simplemente háganle caso a Dios. Agarren una lapicera, oren al Señor y empiecen a escribir lo que reciben, y después lo juzgan con algún otro hermano que tenga facultad de juzgar. Pero no guarden la lapicera en el cajón, me dice el Espíritu. ¿Por qué guardan la lapicera en el cajón? No quieren escribir. Hay muchos mensajes en estos últimos días que el Señor está hablando y está revelando lo que ya está escrito en su Palabra. No es que está agregando a su Palabra, sino que está revelando lo que ya está escrito, está trayendo claridad y está mostrando en qué tiempo de lo que ya está escrito está caminando su iglesia. Y para eso, no solamente está usando gente constituida profetas, sino que está usando gente que tiene el don de profecía. No son profetas, pero igualmente el Señor los utiliza para entregar mensajes individuales o grupales, o a una congregación, o a una ciudad, o a un país, o a la iglesia en general, sobre los últimos tiempos, porque hoy más que nunca, cuando estamos caminando en los últimos días, el Señor está levantando muchas trompetas, muchas bocinas, muchas voces.
Por eso, van a ver esta manifestación en diferentes lugares y de diferentes maneras. No todas las voces están en público; algunas están escondidas, otras están en público. El Señor tiene diversas operaciones, decía Corintios, hay que entender que usa diferentes tipos de vasos, con diferentes estilos, con diferentes personalidades, con diferentes caracteres, con diferentes tipos de llamados. Algunos están llamados a profetizar sobre el arrebatamiento; otros tienen mensajes de confort, de consolación. Se manifiesta de diferentes maneras, opera de diferentes maneras, pero es el mismo don dado por el mismo Espíritu, ¿se entiende lo que digo?
Ahora, lo importante es que quienes lo reciben lo administren bien, porque al que más se le da, más se le pide, dice la Palabra. Entonces, tienen que ser conscientes de aquello que les fue dado. Porque se les va a pedir, se les va a preguntar por ese don que se les dio. Entonces, hay que ser conscientes de lo que uno pide y de lo que uno recibe, estar listo y entregarlo para la edificación de los demás, más que para nosotros mismos. Entonces, yo (Noelia) veo muchos sobres y el Espíritu me dice: Estoy hablando a muchos, pero están dudando. Es así. ¿Quiénes son los que están dudando? La duda levanta una pared espiritual, me dice el Espíritu Santo, y los separa del cuerpo de Cristo. Eso se me está revelando ahora.
Cuando el Espíritu les entrega un mensaje profético y ustedes no lo entregan a donde tenía que ser llevado, esa desobediencia genera una pared espiritual entre ustedes y el cuerpo de Cristo, porque es como que se aíslan, se meten adentro de una cueva, no quieren salir a profetizar, no quieren entregar un mensaje, porque tienen miedo a quedar mal, porque tienen miedo a perder una amistad, porque tienen miedo a discutir con el hermano o la hermana, porque tienen miedo de que el pastor los eche de la iglesia, etc.
Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres, me dice el Espíritu de Dios, y me dice: Yo quiero utilizar a muchos, yo quiero hablar a través de muchos, pero cierran sus bocas, silencian sus bocinas. Entonces, el Señor se da la vuelta y busca otras bocas que estén dispuestas a abrirse, me dice el Espíritu, y después la persona que estaba llamada a profetizar o entregar mensajes dice: ¿Qué pasó? Ya no recibo más mensajes, el Señor hace tiempo que no me habla, y todo ese tipo de cosas, cuando es ella misma la que ha levantado esa pared, se ha autoaislado, le ha cerrado la puerta al Señor, no quiere escuchar, se tapa los oídos, no quiere hablar, cierra la boca.
Entonces el Señor dice: Bueno, entonces voy a hablar por otras bocas por las que pueda emitir mi voz. No es que el don se va, pero es como que se apaga, como que se queda inactivo y después es difícil volver al punto inicial. Lo he visto muchas veces, ministrando a algunos hermanos.
Tienen que aprovechar en el momento que reciben el don de obedecer al Espíritu Santo para que crezca, no para que disminuya, no tiene que menguar, tiene que ser como un fuego que se levanta más, y la única manera es obedeciendo a la guía del Espíritu Santo cuando Él nos dice cómo utilizarlo, cuándo utilizarlo, y de qué manera utilizarlo, más allá de los posibles errores que podamos llegar a cometer.
Algunos de ustedes, por causa de esta desobediencia, por no haber querido hablar, tienen un bozal en la boca en este momento. Vamos a orar juntos para quitar todo ese bloqueo en el nombre de Jesús. Padre, te pido ahora que aquellos que no han querido hablar tu Palabra, Señor, y en esta hora se estén arrepintiendo, que los perdones, Señor amado, que les des una nueva oportunidad. Aquellos que sufrieron, Señor, por el rechazo del hombre, por haber entregado mensajes tuyos, Padre, te pido que los perdones por haber cerrado sus oídos a ti, y que los sanes, Señor amado, que les quites todas las espinas que hayan quedado en sus corazones por causa de haberte obedecido y que los hombres los han lastimado.
Señor, te pido que quites todos esos bozales que tienen en la boca en el nombre de Jesús. Toda boca que está cocida para no profetizar, la descoso en este momento en el nombre de Jesucristo. Todo espíritu de mudez que haya entrado por causa de la desobediencia de no querer abrir la boca proféticamente, te reprendo y te echo afuera en esta hora de mis hermanos en el nombre de Jesús. Padre, te pido que mandes ángeles a trabajar sobre estos hermanos que tienen el don de profecía, pero está inactivo, que tienen el don de profecía, pero está como un fuego que quedó en el mínimo, Señor, en piloto aún, que es una llamita que ya no se enciende.
Te pido, Señor, que aquellos que una vez te escuchaban y ahora ya no lo hacen, que los perdones a la medida que se arrepienten, Señor, y que les des una nueva oportunidad. En estos días necesitamos de tu voz, necesitamos de tu revelación, necesitamos de tu mensaje, Padre, en el nombre de Jesús. Amén. Te pido que todo bloqueo en los oídos que tengan colocados mis hermanos, que sean quitados en este momento. En el nombre de Jesucristo, quito todo tapón auditivo espiritual. En el nombre de Jesús, unjo los oídos con aceite del Espíritu Santo. Quito todo bloqueo demoníaco de los oídos en el nombre de Jesús, cancelo toda misión del enemigo de hacerlos sordos espirituales y aún sano toda enfermedad auditiva física en el nombre de Jesús generada por desobediencia.
Muchos tienen capas proféticas, me muestra el Señor, mantos proféticos, como el que tenía, por ejemplo, Elías, quien tenía uno que luego se lo pasó a Eliseo. Representa un manto profético en el Espíritu que hoy en día muchos caminan en uno de ellos. Distintos tipos de mantos, algunos más grandes que otros. Hay muchos mantos en ustedes, pero ha venido el enemigo y les ha destrozado el manto, me muestra el Espíritu. Algunos de ustedes, pero porque lo han permitido, porque Dios no es el que hace estas cosas. Él no es, no quiere esto para nosotros. Somos nosotros, por nuestros errores, que nos dejamos invadir, nos dejamos robar por el enemigo. No velamos, no defendemos lo que Dios nos dio.
Entonces, te pido, Señor, que repares estos mantos proféticos que me estás mostrando. Te pido por una nueva unción, Padre, profética para todos mis hermanos que están mirando este vivo en el nombre de Jesús, porque tu Palabra dice que todos podemos profetizar uno por uno, Señor amado celestial. Te pido en este momento que llueva esa piedra preciosa del don de profecía sobre todos los que están escuchando, los que van a escuchar después, porque nada es imposible para ti, Señor, en el nombre de Jesús. Esas piedras proféticas de revelación, de profecía, de voz profética, de escritura profética, de evangelismo profético, de sueños proféticos, interpretación de la profecía.
También, algunos de ustedes tienen una unción de videncia, como Samuel, que era llamado vidente en el Antiguo Testamento. No estamos hablando de los videntes del ocultismo, pero la Biblia le llamaba vidente a Samuel, también a Gad, por ejemplo; y hay más, investiguen por ustedes mismos. Algunos tienen los ojos abiertos en el espíritu, bendiciones, sueñan muchísimo, pueden ver a la otra persona en el espíritu, pueden ver cosas en el espíritu que otros no pueden ver. Es una unción de videncia por el Espíritu Santo de Dios. Es un tipo de revelación que tenemos algunos de nosotros. A ellos los estoy viendo con los ojos grandes y abiertos en el espíritu. No estoy diciendo que todos los que sueñan son videntes, pero todos los videntes normalmente sueñan, esa es otra cosa más o menos, pero eso es lo que he visto. Amén.
Pero también me dice el Espíritu que, así mismo, muchos se tapan los ojos. Algunos escuchan la voz profética, algunos ven, otros sienten, y así reciben diferentes tipos de revelaciones, pero hay algunos que tienen unción de videncia y no quieren verme, dice el Espíritu. Si este es tu caso, otra vez te invito a que te arrepientas, si lo sentís en esta hora, para que el Señor repare tu vista espiritual y te devuelva la unción, porque cuando uno es desobediente, la unción, puedo testificar, que disminuye. Entonces, aquellos que tengan visiones, normalmente cuando uno está en la etapa cuando quiere dormir, pero aún no está dormido, muchos de ustedes les aparecen esos flashes, como en un cine, imágenes en las que no estaban pensando y meditando ni nada, aparecen solas, porque es el Espíritu que lo coloca, son visiones.
Puede ser de día o puede ser de noche también, pero me dice que algunos de ustedes las rechazan, las descartan, las tiran a la basura, no quieren esas imágenes, no quieren ver visiones, porque cuando las ven, se sienten comprometidos con lo que ven, entonces no se quieren comprometer con lo que ven, y esto es otra vez desobediencia, rebeldía. Entonces, nos arrepentimos, Señor, en esta hora, de querer cerrar nuestros ojos a lo que tú nos quieres mostrar, en el nombre de Jesús. Pónganse las manos en los ojos, porque en esta hora van a recibir a algunos de ustedes este don en el nombre poderoso de Cristo Jesús.
En esta hora imparto todo don de revelación por visiones en el nombre de Jesús. Unjo los ojos de todos los que están mirando este vídeo en esta hora, los abro en el nombre de Jesús, y porque el Espíritu Santo de Dios me lo está pidiendo. Señor, lava la vista espiritual, como cuando el parabrisas de un auto lava la ventana delantera para poder ver mejor, en el nombre de Jesús. Ábrenos los ojos para ver las cosas espirituales, y no sólo eso, Señor, para ver el futuro, para que sea de edificación para nuestras vidas y para la iglesia, Señor. Unge, imparte, levanta y activa esos videntes, así como a Samuel y Gad, que tú estás levantando en estos días. Padre, levántalos, entrénalos, úngelos, enséñales, pero más que todo, Señor, te pido que refines su carácter por un lado y que les des interpretación de las visiones por el otro, y que les des sabiduría para saber qué hacer con eso, Padre, en el nombre de Jesús.
El Espíritu me dice que algunos a partir de ahora van a empezar a ver, van a empezar a tener visiones que antes no tenían, y se les van a aparecer como flashes; pueden ser con los ojos cerrados o abiertos, porque vuelvo a repetir que el Espíritu opera de diferentes maneras. Gloria al Señor por eso. Van a empezar a ver como flashes repentinos, y se van a sorprender, me dice el Espíritu, pero dice que tienen que leer mucho más la Biblia, todo lo que se refiere a símbolos, sueños, parábolas, visiones, profecías, para desarrollar este don y para aplicarlo mediante el Espíritu Santo de Dios y no mediante la carne.
También tienen que pedir interpretación de estas visiones, como tenía Daniel, por ejemplo, o como José, que era un intérprete de sueños, que también son visiones nocturnas a veces. Entonces, en el nombre de Jesús, Señor, imparto en esta hora interpretación de visiones, de sueños, de profecías, de parábolas, todo tipo de imágenes, Señor. Sea impartido en esta hora, y aún más que lo que me diste a mí, Señor, en el nombre poderoso de Cristo Jesús, para que podamos entender lo que vemos, porque una cosa es recibir una visión, y otra cosa es entenderla, interpretarla; esa es la parte difícil.
Pero Señor, te pido que tú, que eres el intérprete perfecto, Dios mío, nos bendigas hoy con interpretación de lo alto, con interpretación fidedigna, limpia, clara, exacta y fiel de cada mensaje que nos das, en el nombre de Jesús. Esto tiene que ver con la interpretación de lenguas. También te pido una interpretación fiel de las lenguas. Me vuelve a repetir el Espíritu, lo dije en un vivo el otro día que hicimos con mi esposo, creo que en el canal Mandala y Noelia aman a Jesús, donde el Espíritu me reveló que algunos de ustedes ya tienen interpretación de lenguas, pero están dudando también y por eso no lo aplican.
Y les voy a contar cómo funciona mi don de interpretación de lenguas, y no estoy diciendo que siempre es lo mismo, yo estoy testificando. Mi don de lenguas, como yo tengo una unción de videncia, normalmente veo y después interpreto lo que veo, veo imágenes. Pero también a veces, cuando alguien habla en lenguas, escucho o simplemente sé, a veces siento, pero normalmente sé, veo y a veces escucho.
Entonces, cuando alguien habla en lenguas o yo misma, cierro los ojos o con los ojos abiertos también, pero me gusta cerrar los ojos para no distraerme. Entonces, veo una imagen que tiene que ser interpretada y, al mismo tiempo, el Espíritu Santo me da la interpretación de esa imagen normalmente. Esto fue a medida que lo fui desarrollando, ejerciendo y practicando, fue mejorando, y se fue ajustando más, y empecé a entender qué significaba cuando veía a alguien tomar una copa, o cuando veía un saco de trigo, o cuando veía a una serpiente, o cuando veía cualquier otra imagen en un contexto distinto. Leyendo la Palabra, investigando, estudiando los profetas del Apocalipsis y demás, fui desarrollando este don.
Entonces, cuando alguien habla en lenguas, normalmente yo veo una imagen y la interpreto, o habla más y la imagen se va completando, y ahí voy interpretando hasta que el mensaje termina. O a veces el Señor primero me da imágenes cuando alguien habla en lenguas, visiones que tengo que interpretar, pero cuando terminan esas visiones, como una parábola o una historia, el Señor ahí me habla cuando la otra persona habla en lenguas, y recibo la interpretación por la voz de lo que dijo en lenguas. A veces la persona habla lenguas y es como que se abren los cielos, y puedo ver lo que está pasando en el Espíritu porque la otra persona está hablando en lenguas.
Ustedes pueden escuchar a alguien hablar en lenguas, o hablar ustedes mismos y cerrar los ojos para ver si reciben una visión, una imagen o si escuchan una voz, o si saben algo simplemente. Puede ser que alguien hable en lenguas y no reciba una voz o no reciba una visión, pero simplemente sé que la otra persona, por ejemplo, está intercediendo por su mamá o está alabando a Dios en las lenguas. Se manifiesta diferente porque todos somos distintos. El Señor manifiesta los dones de acuerdo a cómo es la persona que los carga.
El Espíritu me decía que muchos de ustedes tienen el don de interpretación de lenguas. No es un don que hemos visto con mi esposo que sea muy regular, pero también en estos días el Espíritu Santo me ha mostrado que en estos últimos días se va a manifestar más que antes. Van a ver más hermanos que tengan este don de interpretación de lenguas. Y algunos ya lo tienen, pero como les dije antes, lo han interpretado una vez y, como han dudado de lo que han visto o han escuchado, no han seguido a través de su libre albedrío aplicando el don de interpretación.
Entonces, como les digo, al principio siempre es bueno tener a alguien que pueda juzgar lo que estamos interpretando, porque para eso estamos todos, para edificarnos los unos a los otros. Es más, el Espíritu me está diciendo que algunos de ustedes tienen diversos géneros de lenguas; no tienen un solo género, tienen diversos géneros, hablan en diferentes lenguas, a veces por el Espíritu Santo. A veces hablan en lenguas que suenan de una manera, pero después hablan en otra y suena completamente distinto ese don. Yo he conocido personas que hablaban hasta cinco lenguas diferentes, y gloria al Señor por su gracia, yo pude interpretar las cinco.
El Espíritu me dice que no se asusten o no crean que no es bíblico, porque la palabra en Corintios 12 dice que hay diversos géneros de lenguas en plural, y todas suenan distinto; algunas son parecidas, pero no tienen que ser igual a la otra persona, y el Espíritu me está diciendo que es Él quien reparte los diversos géneros de lenguas de acuerdo al llamado de la persona. Por ejemplo, si una persona tiene un llamado misionero o está llamada a ir a distintos países donde hablan diferentes idiomas, el Espíritu la va a dotar con diversos géneros de lenguas terrenales, hablados por el mismo, no por la carne.
Es decir, no es que aprenden a hablar idiomas, eso es otra cosa y es terrenal, es por la carne, por el intelecto. Lo que yo estoy hablando ahora es por el Espíritu, es sobrenatural, hablan diferentes lenguajes terrenales, idiomas como francés, inglés, español, alemán, chino. Por ejemplo, he visto una vez a una chica que hablaba como cinco idiomas terrenales por el Espíritu, porque ella estaba llamada a ir a diferentes países a trabajar para el Señor. Entonces el Espíritu Santo la había dotado con diferentes tipos de lenguas terrenales, porque hablaba y no sabía lo que estaba hablando, pero el Espíritu me reveló que eran distintas lenguas terrenales y yo, siendo lenguas terrenales, las podía interpretar por el Espíritu.
Entonces, pueden ser lenguas angelicales, como dice Pablo; no son lenguas de este mundo, no son lenguas terrenales, pero también se pueden hablar por las lenguas del Espíritu, lenguas terrenales. Pero es cuando el Espíritu lo hace así, lo indica. He conocido varios testimonios de gente que nunca en su vida habló francés y, de repente, se encuentra con una persona que hablaba en francés porque había nacido en Francia, y cuando habló en lenguas, habló en francés a la persona por el Espíritu. Ella no sabía lo que estaba hablando, pero cuando le habló en francés, la persona recibió un mensaje impactante de Dios que solamente Dios conocía sobre él y cayó a los pies del Señor por estas lenguas.
Entonces, la persona no sabe qué le dijo, porque lo dijo por el Espíritu y nunca había aprendido a hablar en francés, pero Dios conoce todos los idiomas, entonces Él lo hace como quiere. Unas son terrenales y hay angelicales también, y pueden operar en el momento y como Dios lo indica. No es siempre igual.
Ahora, el Espíritu me está diciendo que los que tienen diversos géneros de lenguas tienen miedo a utilizarlos porque les parece algo muy grande que se les ha sido dado. Piensan que no son dignos de recibir este don cuando el Espíritu lo da por gracia, me dice el Señor. No es porque ustedes sean buenos o mejores que los demás o porque sean grandes y los otros sean más chicos; simplemente, Dios reparte como Él quiere y es por su gracia.
Entonces, debemos reconocer y aceptar lo que Dios nos dio sin creernos más de lo que somos, sin fanfarronear sobre eso y demás, pero sí aceptándolo, recibiéndolo, practicándolo y entregándolo a los demás para que sea de bendición para los otros. El Espíritu me está diciendo que el enemigo coloca como una falsa humildad en estas personas que han recibido este tipo de dones que asombran a los demás. Esta falsa humildad ataca a algunos hermanos que practican los dones para no vanagloriarse, pero en realidad los deben aplicar y darle la gloria a Dios. Simplemente es así, pero no de nuevo guardarlo en el cajón, porque vamos a ser como la persona que se le entregó un talento y lo escondió abajo de la tierra.
También el Espíritu me está mostrando ahora que algunos tienen lenguas que son como monosílabas, suenan como dos sílabas nada más, como… y esas son todas sus lenguas o diferentes sílabas, y no son tan complejas como otro tipo de lenguas. Y el Espíritu me dice que normalmente esas lenguas las tienen los evangelistas, porque cuando ellos hablan en este tipo de lenguas, el Espíritu desciende y bautiza a la persona en el Espíritu Santo y le imparte también el don de lenguas.
Son como unas lenguas que cuando las hablan, cuando vibra la lengua, el Espíritu Santo se manifiesta y cae sobre las personas. No es que no tengan un don de lenguas legítimo, sino que son diferentes. Algunas son más complejas, otras son como más fuertes, como lenguas de guerra espiritual, y otras son como más de alabanza, más suaves. Otras parecen como que siempre dijéramos lo mismo, pero el Espíritu no funciona igual en las lenguas en la tierra porque son distintas. No tienen un patrón como las lenguas terrenales, son más como un código celestial, diferente al terrenal. Gracias al Señor por esta revelación.
Lo que ahora me remarca el Señor es que quiere que entiendan de nuevo, como dice Corintios, que hay diversidad de dones, de ministerios y de operaciones. Es decir, un mismo don puede operar de diferentes formas, y qué lindo que sea así. Entonces no debemos menospreciar lo que el Señor nos dio, debemos valorarlo y tampoco envidiar lo que el otro tiene, porque si el otro lo tiene y nosotros no, muy posiblemente sea porque no estamos listos para cargar con eso. Porque vuelvo a repetir: al que más se le da, más se le pide. Amén.
Entonces es por gracia, pero yo digo, no la Palabra, pero yo digo, hay un precio para llevarlo. Si a vos te dan una piedra preciosa o un lingote de oro para guardar, vos vas a tener mucho cuidado con esa piedra preciosa, la vas a guardar, la vas a cuidar para que nadie te la robe, no vas a dejar que nadie le pegue, quizás la vas a tener escondida donde nadie la pueda ver, en el sentido de cuidarla para que nadie te la saque, no vas a querer que lo toquen porque es algo muy preciado, va a ser como tu tesoro.
Entonces, así son los dones que el Espíritu Santo y Dios nos dan para nosotros. Deberían ser piedras preciosas que nos fueron entregadas por gracia, pero es nuestra responsabilidad cuidarlas, y el fuego es nuestra responsabilidad mantenerlo vivo, es nuestra responsabilidad. No es culpa del hermano, no es culpa del pastor, no es culpa de nadie; es nuestra responsabilidad si nosotros no cuidamos lo que Dios nos ha dado, si no lo multiplicamos.
Porque los dones, puedo testificar que van creciendo. El don de profecía que yo tengo hoy no es el mismo que cuando recién lo recibí, y ustedes pueden ver el avance en mis vídeos desde el año 2016, cuando publiqué el primer mensaje que recibí donde el Señor me hablaba que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará, porque Él me lo pidió sin saber nada, y ahí el don fue creciendo para la gloria de Dios, con su ayuda, con equivocaciones, con miedos, queriéndome esconder muchísimas veces. Hay muchas cosas que yo no cuento, pero igualmente, siguiendo adelante, hasta el fin uno tiene que estar determinado.
Quiero impartir hoy esta determinación en el nombre de Jesús, imparto la determinación que tengo yo, Señor, y aún dale más a mis hermanos, Padre Celestial, para que nunca renuncien a su llamado, para seguir esta carrera hasta el fin. Aunque alguien que está corriendo una carrera se caiga, se levanta y sigue; aunque nos caigamos, aunque nos golpeemos, aunque nos equivoquemos, aunque nos frustremos, hay que seguir adelante. Es por nuestro libre albedrío, con la fuerza del Espíritu Santo, pero nosotros tenemos que hacer nuestra parte, entiendan eso.
Muchos hermanos en la iglesia están durmiendo, esperando que les llueva todo de arriba, y sí, la Palabra de Dios dice que debemos anhelar los dones espirituales, que no seamos ignorantes, pero también dice que nosotros tenemos que seguir en la carrera hasta el fin. Nosotros tenemos que velar, porque el diablo anda como león rugiente buscando a quién devorar y también quiere destruir. Nos quiere robar lo que el Señor nos dio, ese es su trabajo, lo va a hacer hoy, lo va a hacer mañana, lo va a hacer hasta el fin, hasta que ya no pueda trabajar más en contra nuestra.
Pero está en nosotros administrarlo bien, utilizarlo. No sabemos cuándo no vamos a estar más en este mundo, no sabemos hasta cuándo vamos a tener esa oportunidad de impartir esta piedra preciosa, porque una de las cosas que el Espíritu me ha revelado es que cuando uno tiene una piedra preciosa, un don del Espíritu Santo, no es que lo damos y nos quedamos sin eso. Es como algo que se imparte, como el aceite de la viuda, que cuando llenaba las vasijas, ahí se llenaban más las vasijas de aceite.
Los dones son iguales; damos una piedra a la otra persona, y cuando miramos a nuestra mano, se ha agrandado esa piedra preciosa. No es que nos quedamos sin, al contrario, al impartirla y al utilizarla para el bien de los demás, amando a las ovejitas del Señor Jesucristo, esa piedra va creciendo, esa piedra brillando más, y se nos dan más, porque al que fue fiel en lo poco se le dará más o se le pondrá sobre más.
Entonces tienen que entender que no podemos estar en la silla esperando que nos lluevan las bendiciones del cielo, tenemos que activarnos. Es hora de moverse, es hora de clamar al Señor para que nos equipe con los dones espirituales, es hora de administrarlo, es hora de dejar el miedo atrás, es hora de poner las manos en la mies. Por más que suframos, está prometido que vamos a sufrir; somos cristianos, y si Jesús sufrió, ¿cuánto más nosotros? ¿Cuánto nos van a despreciar si a Él lo mataron? Pero ya es hora de tomar una decisión, te invito a que tomes esa decisión hoy.
[Mateo 25:23, RVR1960] Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Hay muchos más dones, podríamos estar horas y horas. Espíritu Santo, sé tú diciéndonos, Señor, qué quieres hacer, Padre, en esta hora y ministrar a tus hijos. Tengan en cuenta, me dice el Espíritu Santo, que hay otros dones como el de servicio, el de ayuda, el de administración, el de exhortación, que es como dar ánimo, motivación, el de dar o repartir, el de liderar o pedir, el de aplicar misericordia. Estudien estos tres capítulos que hoy hemos leído juntos al principio del vídeo.
Por ejemplo, si ustedes se dan cuenta de que tienen un don de administración, que siempre están ordenando todo, que sirven para administrar, que sirven para contabilizar, por ejemplo, muchos de ellos ayudan en congregaciones, en las oficinas o son muy ordenados, son muy meticulosos, son muy perfeccionistas, los que tienen este don de administración. Si ustedes descubren que tienen algunos de estos dones, los invito a que busquen en la Palabra, cuando habla sobre administración, y estudien en la Palabra sobre ese don.
Si descubren que tienen el don de misericordia, investiguen, miren que la Palabra dice que hay que aplicarlo con alegría, entonces investiguen cómo aplico el don de misericordia, dónde habla de misericordia, cómo caminó el Señor en este don, qué ejemplo me dejó y lo mismo para todos los dones, cómo es bíblico exhortar, cómo tengo que motivar, cómo puedo desarrollar este don, a dónde, en qué medios, a cuántas personas, masivamente, individualmente, por grupos, con niños, con jóvenes, con adultos, pregunten al Espíritu Santo, y Él les va a mostrar de toda la cantidad de diversidades, ¿cuál es el área donde ustedes están llamados, al menos en este momento?
Practiquen los dones, practiquen las lenguas, si tienen discernimiento de espíritus, y pueden ver o saber los espíritus que tienen las personas, o los espíritus que se están manifestando en el ambiente, o en alguna persona en particular, o de dónde es la manifestación que se está dando, no lo rechacen, pregúntenle al Espíritu: ¿qué hago ahora con esta información?, ¿cómo puedo servirte, Señor?, ¿cómo puedo servir a los demás a través de esto, este don que me diste?
Hay dones de enseñanza, lo cual no quiere decir que una persona esté constituida maestro, pero puede tener un don de enseñanza, entonces pregunten al Espíritu. Investiguen en la Biblia, ¿cómo enseñaba Jesús?, ¿cómo enseñaban otras personas? Y una persona puede tener muchos dones normalmente. Todos nosotros normalmente tenemos más de un don, pero no lo saben, entonces les cuento que yo cuando recién me convertí, a los meses fue muy radical mi conversión, y a los meses empecé a sentir las ganas de servir a Dios, pero no sabía cuál era mi área, no sabía para qué estaba llamada, no sabía lo que Dios me había dado, ni siquiera sabía nada sobre los dones, ni siquiera había terminado de leer la Biblia.
Pero tenía tantas ganas de servirlo que empecé a investigar. Me leía todos los versículos que hablaban sobre los dones, sobre las diferentes funciones de las personas en la Biblia. Investigaba en internet, buscaba prédicas que hablaban y pensaba: Yo tengo esto, no lo tengo, sirvo para esto, para qué no sirvo, porque arde mi corazón, arde por dar a los demás, tengo siempre ganas de dar, me pasa que recibo dinero de fuentes inesperadas y resulta que tengo la fuerza para dar, para repartir. Me gusta enseñar, estoy siempre sirviendo, soy yo la que siempre se levanta, pone la mesa, ayuda a los demás como Marta.
O sea, háganse esas preguntas, pregúntense: ¿Por qué arde el fuego en sus corazones? ¿Qué tienen ganas de hacer? ¿A qué los lleva el Espíritu? ¿A qué los llama el Espíritu? Y estudien todos estos dones, que son como 20 que están nombrados, y desarróllenlos en su estilo, en su manera, con lo que Dios les dé a ustedes, con las áreas, con las puertas que se abren en sus vidas. Hay muchas diferentes cosas y son todas importantes.
Ahora nos vamos a entregar al Espíritu Santo de Dios, porque Él va a repartir en esta hora, como dice la Palabra, como Él quiere. Pongan las manos abiertas hacia arriba y reciban en el Espíritu y crean que están recibiendo, si quieren. Entonces, en esta hora, en el nombre poderoso de Cristo Jesús, abro las compuertas de los cielos para que lluevan distintos tipos de piedras preciosas sobre mis hermanos: piedras de profecía, piedras de sabiduría, piedras de conocimiento, piedras de fe, piedras de sanidades, piedras de milagros, piedras de discernimiento de espíritus, piedras de diversos tipos de géneros de lenguas, piedras de interpretación de lenguas, piedras de enseñanza, piedras de servicio, piedras de ayuda, piedras de administración, piedras de exhortación, piedras de dar, de repartir, piedras de presidir, de liderazgo, piedras de misericordia.
Oh Señor, llama a esos apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros que están mirando este video, en el nombre poderoso de Jesús. Veo caer muchas piedras del cielo en esta hora, reciban por fe, reciban y pidan lo que quieran pedirle al Señor en esta hora, en el nombre de Jesús. Porque tu Palabra dice, Señor, que al que pida se le dará y al que golpea se le abrirá, ¡oh Gloria al Señor! Siento el fuego del Espíritu Santo en esta hora.
Reparte, Señor, con liberalidad como tú quieras, Padre, en esta hora a mis hermanos: unge las cabezas con aceite, unge las espaldas con aceite, unge las manos con fuego del Espíritu Santo de Dios de sanidades y milagros, fe te pido más que nada en esta hora, en el nombre de Jesús. También, Señor, te pido unción de liberación para muchos de mis hermanos, armas espirituales. Equípanos en esta hora en el nombre de Jesús.
Veo caer diferentes cosas del cielo. Algunas están hablando en lenguas por primera vez; me muestra el Espíritu, libero esas lenguas en el nombre de Jesús. Algunos las van a empezar a interpretar. Hablen lenguas, interpreten, no se cierren, reciban primero y después lo juzgan.
Milagros van a empezar a acontecer, me dice el Espíritu, sanidades de diferentes tipos. Algunos van a recibir una piedra preciosa del don de sanidad de los huesos, las articulaciones, los ligamentos y todo lo que tiene que ver con el sistema esquelético, me dice el Espíritu.
Otros van a recibir sanidades para cáncer. Quemo esas manos en el nombre de Jesús. Otros van a recibir dones de sanidades para diabetes, para enfermedades mentales, ¿quién no lo desearía tener? Llueven esas piedras preciosas en el nombre de Jesús, sanidades de enfermedades mentales, ¡oh gracias Señor Amado!
Corto toda cadena en esta hora, quiebro toda brujería, cancelo todo bloqueo que no permite que mis hermanos reciban en esta hora, abro todo cielo, rompo todo el cielo de bronce en el nombre de Jesús, para que seas tú, Señor, bajando esa lluvia de dones, de piedras preciosas a mis hermanos en esta hora. Muchos están sintiendo el fuego del Espíritu Santo en el pecho, se enciende ese fuego en el nombre de Jesús.
También están recibiendo en este momento interpretación de sueños. Muchos son soñadores, pero no entienden lo que sueñan, la mayoría en realidad. En esta hora van a recibir entendimiento de los símbolos, me dice el Espíritu. Abre las fuentes de las aguas que me estás mostrando. Corre el agua del Espíritu Santo, corre en este momento, activa lo que estaba desactivado, despierta lo que estaba dormido, en el nombre de Jesús.
Hago rodar esas ruedas que estaban quietas, pongo el movimiento de esos autos, metafóricamente, que estaban frenados, que estaban guardados, en el nombre de Jesús. Muchos están sintiendo el fuego acá, me muestra el Espíritu, pues porque están siendo ungidos en la cabeza. Muchos sienten fuego en las manos, muchos están llorando, me muestra el Espíritu, porque están sintiendo su presencia.
Hablen en lenguas. Si quema la garganta, puede ser porque tienen que hablar en lenguas, están destrabando cosas en esta hora, caminen en el manto profético, me dice el Espíritu, empiecen a profetizar, me dice el Señor. Algunos están llamados a escribir salmos, poesías, poemas. Otros tienen ministerio de alabanza, de canto, de danza. Otros están llamados, inclusive, a pintar, inspirados por el Espíritu Santo de Dios.
Tomen esta copa que les doy, dice el Espíritu Santo. Beban esta copa que les doy, dice el Señor, porque en estos días el fuego del Espíritu Santo se va a levantar como nunca antes, y viene un Pentecostés de los últimos días. Voy a encender muchas hornallas que estaban apagadas; van a arder por amor a mí y van a quemar la inmundicia del mundo y la injusticia, dice el Señor, y van a destruir las obras del mal a través del fuego de Mi Espíritu Santo.
¿Cuántos quieren servirme? Yo (Noelia) escucho al Señor preguntar: ¿Cuántos me quieren servir? Entonces renuncien a todo, dice el Señor, y carguen con su cruz, así como Yo cargué la mía. Porque muchos quieren recibirme, pero no todos quieren renunciar a todo. No todos quieren dejar de mirar su pasado. Muchos siguen sentados en la silla. ¡Levántense, porque seguirme se hace caminando, no se hace estando sentados!
¡Vengan a mí! ¡Beban de estas aguas gratuitamente!, dice el Señor Jesús. Pónganme sus manos, que Yo les voy a dar, porque aquí reparto como el día que multipliqué los panes y los peces, repartiendo milagrosamente hoy. Tengo abundancia para todos, dice el Señor. Tengo para darles mucho, hay muchos tesoros escondidos también que les quiero revelar. Pero, ¿cuántos están dispuestos a llevar la cruz para ser capaces de cargar con estas revelaciones de los últimos días? Porque necesito vasos vacíos, transparentes y limpios para poder derramar el aceite de mi Espíritu con poder y con gloria. ¡Límpiense, dice el Señor! ¡Limpien ese vaso que son ustedes mismos, para que Yo pueda derramar mi Espíritu en él y manifestarme con poder y con gloria!
Porque estos son los días predicados por Joel, quien dijo que el Espíritu sería derramado sobre toda carne. Progresivamente, el Espíritu se está derramando sobre toda carne. Está cayendo sobre niños, bebés, ancianos, jóvenes, adultos y sobre toda criatura. Aún hasta en animales, porque una sola cosa acontece a toda la creación. Quiero vasos de honra, quiero envases pulcros, dice el Señor. Yo (Noelia) veo como una botella, pero de esas antiguas que se utilizaban en esos tiempos. Es de oro.
Quiero derramar mi agua sobre estas vasijas de oro, me dice el Señor. Ustedes son preciados para mí. ¡Nunca piensen que Yo no les quiero dar! ¡Yo les quiero dar! Yo tengo para darles. Tengo más de mi gracia, pero son ustedes los que tienen que querer más de mí. ¿Cuántos quieren más de mí? ¡Levanten las manos y adórenme ahora!, dice Jesús, porque Yo Soy el Rey de Gloria. Yo Soy quien constituye a los ministros de mi iglesia para levantarla poderosa en los últimos días.
Porque, ¿creen que sólo el diablo va a trabajar en estos días, cuando la maldad se levanta más y más como una montaña que se eriza hasta el cielo? ¡No!, dice el Señor, mi poder va más allá de esa montaña, mucho más arriba. Mi poder y la gloria de mi Espíritu llegan hasta el cielo.
Los voy a llevar a límites donde nunca estuvieron, dice el Espíritu Santo, a medida que caiga la oscuridad en estos últimos días y la maldad se levante como un perro rabioso, queriendo morder y matar y despedazar; a medida que la maldad ruja como un león enojado; a medida que el diablo suelte sus perros para destruir la creación, mi poder se va a ver desparramado como nunca antes y muchos se van a sorprender de los milagros creativos que voy a hacer.
Van a empezar a verse milagros que antes no se veían, dice el Señor. Mis hijos van a caminar en un poder sobrenatural, superior al que caminaron hasta ahora. Hijitos, comprendan que mi puño aún está cerrado y aún tiene el dominio eterno. Entiendan qué significa mi señorío. Yo (Noelia) veo a Dios Padre reinando, sentado sobre el trono más alto que existe y que nadie puede alcanzar. Desde allí Él mueve su cetro para que su Santo Espíritu sea derramado sobre sus siervos y siervas. Y veía cómo se llenaban vasos en la tierra y estas personas empezaban a caminar en el poder de Dios. El poder se va a ver manifestado de una forma más elevada.
¿Lo creen? Porque no me gusta la incredulidad, dice el Señor. El que no me cree no me complace. Voy a levantar a la iglesia más alto que nunca, y a medida que esto suceda, van a caer muchos falsos pastores, falsos ministros que se enaltecieron. Van a caer porque no van a resistir el poder de los verdaderos. No van a resistir el fuego que los va a quemar, el fuego que va a salir de mis hijos verdaderos de la generación poderosa que estoy levantando en los últimos días profetizados por Daniel.
Estos son esos días profetizados por Daniel. Prepárense para el fin, dice el Señor. Porque van a empezar a desencadenarse una serie de acontecimientos que los van a sacudir de donde están parados, pero no todos van a caer. Van a caer los falsos, van a caer los tibios. Van a caer aquellos que no quieren cargar con su cruz, van a caer los que no quieren renunciar a los deleites del mundo, los que no han sabido santificarse. Van a caer los que no han querido bautizarse en el agua, porque sabían que lo tenían que hacer, habiéndoles Yo dado tiempo, personas y recursos, y han rechazado el bautismo del agua por orgullo, cuando Yo mismo cumplí con toda justicia.
Esta es la hora de la redención. Estoy purificando a mi iglesia. A medida que los tiempos cambian, todo va a cambiar y las manifestaciones del Espíritu Santo están incluidas dentro de ese cambio. Voy a empezar a manifestarme de maneras diversas, creativas y distintas. Mis adoradores van a empezar a cantar y a danzar de una manera que antes no se veía y muchos les van a llamar locos. Muchos religiosos no van a entender este movimiento de esta era nueva.
En este nuevo tiempo donde estamos entrando nada va a ser igual y mi Espíritu se va a manifestar como remolino que va a asombrar al que esté siendo ministrado por ese tornado espiritual de mi amor. Los voy a llamar, dice el Señor. Los voy a llamar a trabajar. Los estoy llamando a cada uno, como cuando uno tiene un ejército y manda ciertos soldados a hacer cierto trabajo y manda a otro grupo de soldados a hacer otro tipo de trabajo. Otros soldados administran, otros van a la guerra, otros cuidan la trinchera. Todos tienen diferentes puestos y también tienen diferentes niveles de autoridad.
Así mismo estoy llamándolos a ustedes, pero deben creer que soy Yo el que los llama, porque he dejado todo escrito en mi Palabra para que puedan leerlo. Yo mismo los voy a guiar, Yo mismo voy a estar con ustedes porque dije que estaría con ustedes hasta el fin del mundo. Pero ustedes tienen que permitirme guiarlos. No sean rebeldes, déjenme llevarlos como el pastor lleva a sus ovejitas y estas solo responden a la voz de su pastor porque ya la conocen y no responden a ninguna otra voz.
No se dejen confundir por los hombres, dice el Espíritu. Confíen y obedezcan cuando sientan que el Espíritu los invita a hablar en lenguas y profetizar. Confíen en que Yo estoy en control, en que voy a darles buenas cosas, en que estoy trabajando, en que estoy impartiendo, en que estoy sanando al quebrantado. Algunos de ustedes están llamados a sanar tanto en el alma como en el físico. Tengo muchos vasos de sanidades, pero algunos no se han querido limpiar hasta donde Yo les he llamado a que se limpien. Perdonen a quien tengan que perdonar, hagan lo que tengan que hacer, pídanme que los vuelva a ungir. Estamos entrando en una era nueva, en un tiempo nuevo. La vida del hombre va a cambiar, la iglesia va a cambiar y el mundo va a cambiar.
Estamos pasando de un antes a un después. Y al principio van a sentirse sacudidos hasta que se acomoden a un nuevo ritmo. La tierra se va a revolucionar, las economías van a empezar a sufrir. Hay cosas que se están quitando y están siendo reemplazadas por otras. Hay planes escondidos que los gobiernos van armando. Hay cosas que ya se están manifestando bajo la mesa. Cosas que ustedes no saben ni pueden ver, pero que mis ojos sí las pueden ver, dice Dios. El mal se va a levantar de una manera descabellada, por eso estoy levantando a mi ejército de valientes de los últimos días equipados con todo tipo de poderes sobrenaturales en mí.
Pero voy a elegir a esos vasos que se han limpiado, que se han santificado, que me han obedecido, que se han liberado de sus tareas para estar libres para servirme, que han entregado sus vidas como sacrificio vivo en el altar para mí. Prepárense, hijitos, prepárense para caminar en un nuevo nivel espiritual aquellos que lleven la cruz. A esos voy a llamar. Amén.