Amada iglesia del Señor Jesucristo, Dios les bendiga. Soy Noelia, en mi canal «Noelia ama a Jesús». Hoy es 27 de abril del 2020, y vengo a entregarles una palabra profética que recibí este mes. Pero antes, les voy a leer un pasaje bíblico en el libro de Ezequiel que tiene que ver con esta palabra profética recibida:
[Ezequiel 33:30-33, RVR1960] Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué palabra viene de Jehová. Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra. Pero cuando ello viniere (y viene ya), sabrán que hubo profeta entre ellos.
La palabra profética que recibí dice así:
Hija mía, mi pueblo no está escuchando. Escuchan las profecías para entretenerse, como alguien que va al cine y mira la película mientras come pochoclos, pero no reaccionan. Diles que les estoy hablando por amor. Diles que los estoy llamando al arrepentimiento, porque muchos tienen sus vestiduras manchadas y están distraídos. Diles que si escuchan mi palabra pero no la ponen por obra, lo que están haciendo es acarrear juicios para sus vidas. Yo no quiero esto para mis hijos. Yo no quiero que lo que viene para la tierra los tome desprevenidos.
Por eso, les sigo y les sigo alertando. Porque leen las Escrituras, pero no las entienden. Escuchan las alertas, pero no creen que sea para ellos. Leen los diarios, pero ni aun así son entendidos de los tiempos peligrosos en donde están caminando.
Mi alma se duele por verlos así: dormidos. Mis ojos lloran porque les viene el tsunami encima y no lo pueden ver. Mi corazón sufre y el Espíritu Santo se contrista al no encontrar quién escuche. Son una minoría, son un puñado los que han respondido el llamado a prepararse en mí. A mi iglesia le gusta escuchar a los profetas porque es como cuando alguien les canta en el oído. Pero una vez que terminan de disfrutar ese «cántico», vuelven a sus vidas superficiales, muy, muy lejos de las profundidades de mi Santo Espíritu.
Pronto llegará el día en que se abra el sexto sello, y los que no escucharon mi voz se van a agarrar la cabeza y no van a entender lo que pasa. ¡Uy, uy, uy, qué fuerte que va a ser! La apertura de ese sello va a sacudir al mundo como un sonajero, y van a sonar el cielo y la tierra.
Yo los estoy preparando para esto, pero ustedes no quieren escuchar; o quieren escuchar, pero sin dejar entrar en sus espíritus las palabras que Yo hablo. ¡Negligentes! ¿Para qué escuchan si no quieren obedecer? ¡Arrepiéntanse! ¡Lávense la cara para despertarse, porque aún están somnolientos! Su Padre les habla, el Dios Salvador que ama a su creación, pero que también reprende al malvado y corrige al justo. Amén.
[Apocalipsis 6:12-17, RVR1960] Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?
Quisiera aclarar que la palabra profética no menciona orden de acontecimientos ni fechas. Solo dice que el Señor nos está preparando para cuando se abra el sexto sello. Cuando el Espíritu dice «pronto» en una profecía, en los tiempos de Dios esto puede significar un día o puede significar muchos años. El Señor dijo «Yo vengo pronto», y pasaron miles de años, que, vistos desde la eternidad, para Dios no son nada.
[Apocalipsis 22:6, RVR1960] Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.
Amados hermanos, espero que lleven esta palabra profética en oración para recibir confirmación. Los saludo y los bendigo grandemente, en el nombre poderoso de Cristo Jesús. Amén.