Amada Iglesia del Señor Jesucristo, hoy vengo a transmitirles una revelación que me dio el Señor sobre el tema de las decisiones. ¿Cómo debe un cristiano que sigue a Jesús tomar las decisiones? La Palabra dice:
[Hechos 5:29, RVA] Y respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es menester obedecer á Dios antes que á los hombres.
Ministrando a una hermana junto con mi esposo, el Señor me dio una palabra profética para ella, que hablaba sobre el tema de las decisiones. El Señor me decía que, cuando ella tenía que tomar decisiones importantes en su vida, en vez de aferrarse a la voz de Dios y hacer lo que creía recibir del Padre, haciéndole caso al Espíritu Santo, ella escuchaba más al hombre que al Señor. El Señor me mostraba que ella era muy dependiente de la opinión de los demás, ya sea familia, madre, hermanos, amigos o hermanos en Cristo. Le daba demasiada importancia a la opinión del hombre, olvidando las directivas que Dios le había dado para su vida.
Entonces, en ese momento, el Señor me mostraba por visión una balanza y me decía que era la balanza de la justicia de Dios, donde Él pesa todas las cosas que hacemos. En esa balanza veía las decisiones, representadas en pesos de color negro y blanco. Los pesos de color negro son las decisiones tomadas de acuerdo a la opinión de los hombres y no a la guía del Señor. Los pesos de color blanco representan las decisiones que las personas toman de acuerdo a la voluntad de Dios para sus vidas.
En el caso de esta hermana, el Señor me mostraba que su balanza se estaba inclinando hacia los pesos negros, y escuché su voz decirle: «Yo estoy pesando en mi balanza cómo estás tomando las decisiones, y ciertamente la balanza no se está inclinando a tu favor, porque tus decisiones las estás tomando de acuerdo a la opinión del hombre en tu vida, a los consejos que te dan los hombres, de acuerdo al miedo que les tienes a los hombres, de acuerdo al temor al hombre y no al temor al Señor.»
Dios le decía a través mío que tenga mucho cuidado, que debía cambiar esta actitud y empezar a tomar las decisiones de acuerdo a la voluntad de Dios para su vida y no a lo que el hombre le decía que tenía que hacer. El Señor le decía que esta situación tiene que cambiar. La balanza ideal que veía era la que se inclinaba hacia los pesos de color blanco, donde las decisiones eran tomadas de acuerdo a la voluntad de Dios y la balanza se inclina a nuestro favor. El Señor le decía: «Tenés que empezar a tomar cada decisión aferrándote a lo que te dice el Espíritu Santo, aferrándote a lo que dice mi Palabra y siguiendo la guía que Yo te estoy dando, más allá de lo que te pueda decir cualquier persona. Entonces, la balanza se inclinaría a tu favor, hacia lo que Yo te estoy diciendo que es mi voluntad para tu vida y no los hombres.»
El Señor también me dice: «Muchos de ustedes tienen que preguntarse cuál de estas dos situaciones es la que corresponde a su vida. ¿En qué se están basando para tomar sus decisiones? ¿Están escuchando demasiado la voz de los hombres? ¿O están aferrándose y obedeciéndome a mí, como dice Hechos 5:29?»
El Señor me muestra que, aun dentro de su Iglesia, muchos de nosotros estamos en la situación incorrecta, donde la balanza de su justicia con respecto a nuestras decisiones no está inclinada, lamentablemente, a nuestro favor, y que aún tenemos tiempo de cambiar la situación; que aprendamos a obedecerlo antes que a los hombres, porque ciertamente cada decisión que tomamos es pesada en la balanza de la justicia de Dios.
Hermanos, espero que este mensaje sea de mucha edificación y para el crecimiento del Cuerpo de Cristo. Amén.