Estando durmiendo, me despierto y empiezo a mirar una visión.
Claramente veía desde el espacio el continente de América del Norte y cómo este comenzaba a sacudirse, a moverse de una manera terrible, de una manera incontenible. Empiezo a observar cómo el continente de América del Norte empezaba a quebrarse, a dividirse. Me pareció ver que se partía en tres y que además quedaban muchas islas a causa de estos movimientos sísmicos.
Veía cómo la tierra se iba separando y el continente se dividía en tres partes. También notaba cómo el agua ingresaba entre estas tres partes y entre las islas que quedaban, haciendo que varias zonas del continente americano desaparecían, quedando sumergidas bajo el agua.
Después de ver eso, el Señor me mostró en la visión el número 23, muy grande, y luego escuché una voz que decía: «México, México», y en ese momento me desperté.