Hola hermanos, Dios los bendiga en el nombre de Jesucristo. Mi nombre es Noelia, soy argentina y hoy vengo a entregarles esta importante palabra que me entregó el Señor a partir del 20 de febrero en adelante estuvo el Señor hablándome sobre estas cosas que les voy a compartir ahora. Esta es una profecía sobre el orden de los eventos venideros y también contiene un mensaje para los que no creen en los profetas actuales ni en los juicios que van a venir. Un mensaje para los incrédulos.
Señor en el nombre de Jesús te pedimos que nos acompañes, juntos Señor, en esta hora. Señor toca los corazones de la gente, de las personas que van a escuchar este mensaje. Señor este importante mensaje que me has dado para tu pueblo sediento de tu palabra Señor, en el nombre de Jesús te pido que me acompañes hoy Señor, que me ayudes a entregar este mensaje, a darlo fielmente tal cual tú me lo diste Señor en el nombre de Jesús, en el nombre de mi amado Jesús, Señor.
Gracias por este mensaje que nos diste hoy y oro Señor en nombre de tu precioso hijo Jesucristo, para que este mensaje despierte a muchos Señor, para que las escamas que muchos tienen en los ojos caigan Señor, a través del poder del Espíritu Santo. Que se manifieste en este mensaje Señor, confirma, confirma Señor a través de tu Espíritu Santo en todas las personas; en tus hijos Señor que están escuchando este mensaje. Confírmales en su espíritu, Señor que estas palabras vienen de ti. Guíanos, juntos como iglesias para saber qué tenemos qué hacer, cómo tenemos que prepararnos Señor, para estar listos para ser dignos de pasar estas pruebas en ti. Señor ayúdanos a tomar mi fuerte, fuerte de tu mano. Jesús te amamos. Jesús gracias Señor en el nombre de Jesús amén y el mensaje dice así hermanos:
Yo soy el Dios Puro, el que no tiene mancha. Yo he venido al mundo a sanar lo que estaba enfermo, a levantar lo que se había caído. Ahora escuchen, habitantes de la tierra, mi palabra. Una nueva era viene, adonde el hombre reinará; tendrá autoridad sobre lo que lo rodea. Esto no es tan simple como parece. Hay toda una restauración que está por acontecer y los míos serán levantados de lo bajo a lo alto, cambiándose la naturaleza de ellos; su constitución. Esto lo haré Yo, que Soy el único que tiene el poder de remover hasta lo inamovible y de cambiar lo que estaba cristalizado.
Ahora escuchen pueblo mío: todo lo que era ya no será más. Todo será nuevo. Una nueva era viene donde todo lo que estaba podrido va a ser tirado a la basura y todo lo que no servía ya no existirá. Solo quedará lo bueno, lo deseable, lo blanco e inmaculado, lo que no tiene error. Esto ya lo he dicho antes (que pasarían todas estas cosas), pero tengo que repetirlo porque mi gente no escucha, se hacen los sordos, para no escuchar mi voz. Levántate ahora y mira las cosas que están aconteciendo. ¿Te parecen casualidad?
¿Cómo es que te atreves a decir que Yo no existo, que Yo no me muevo sobre las aguas, que Yo no ejecuto? Esto es un grave error que estás cometiendo. El error de la INCREDULIDAD. El error que cometen los que son carnales y solo pueden ver con los ojos de la carne. No están habilitados para ver lo que acontece en el espíritu porque sus corazones están velados, están cubiertos por un velo que no ha sido rajado. Siguen en la carne y les gusta estar, así como están. En realidad, no quieren cambiar, porque si quisieran cambiar vendrían a mí a que les dé de beber aguas de vida.
Pero esto no lo quieren hacer porque les costaría la vida en el mundo, y han logrado muchas cosas en el mundo como para renunciar a todo por mí. Hay un libro de la vida. En él están escritos los nombres de todos aquellos que han aceptado mi nombre. A ellos a su vez se les dará un nombre nuevo que representa un nuevo renacer. Ellos beberán del arroyo de mi casa. Ellos compartirán el reino conmigo. A ellos se les dará de beber de la copa de la ira del Cordero hasta que no puedan más vivir sin mí.
Por eso traigo estos juicios a la tierra, para que me acepten los que están dudosos, para que recapaciten los que están tibios. Para que aquellos que están pensando si dar ese primer paso por mí, lo hagan. Para que aquellos a los cuales Yo les hablé. Recuerden mis palabras que les he dicho y vuelvan a mí sin ya más ninguna duda ni incredulidad.
[Isaías 26:9, RVR1960] Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.
¡Despiértate, pueblo mío! Recuerda mis maravillas pasadas y cree que voy a volver a hacer maravillas futuras. Porque mi mano es poderosa y mueve montañas, seca arroyos, levanta los mares, hace caer nieve y granizo. Levanta fuego, y hace caer fuego del cielo. ¿Tú no crees esto? Pues maldito el que no cree que soy Yo el que habla. Maldito el que no cree que Yo Soy capaz de levantarme a juzgar a las naciones. ¿Porque quién eres tú para dudar de mi venida? ¿Quién eres tú para decir que ustedes no lo merecen?
Estoy cansado de ver como mi propia gente se ríe de mis atalayas, de las bocinas que he levantado, de las voces que he llamado. Yo he levantado muchas bocas en estos tiempos para anunciar lo que se acerca a la tierra, al cielo, al mar y a todo lo que hay en ellos. Pero muchos no quieren escuchar, dicen: «No hay profetas ya», ¡déjennos en paz¡ Y mientras tanto Yo los observo desde mi trono y mando ángeles a ellos para que los persigan y les hagan caminar caminos de error y de perdición, por no aferrarse a mi palabra, por no seguir mi guía; la guía que les doy para que no caminen ciegos.
Yo les hablo constantemente a través de mi gente que Yo mismo he levantado, y ellos se llenan de odio y de ira al igual que los fariseos se llenaban de odio y de ira cuando Yo trabajaba para mi Padre en los días de reposo, y decían «Tú no puedes hacer eso que haces, ¡deja ya!» Porque estaban llenos de muerte, de odio, de resentimiento, de falta de entendimiento. No podían entender las cosas espirituales porque amaban su carne. Se aferraban a la ley para esconderse detrás de los rituales de las cosas materiales.
Utilizaban mi ley santa para maldecir a mis hijos, para oprimirlos y atarlos, para no dejarlos obrar, cuando Yo vine a traer un nuevo pacto en mi sangre. Esto me enoja mucho, porque Yo he levantado lo que era de la carne al espíritu, y muchos no solo no lo entienden, sino que lo atacan y lo quieren destruir a golpes. Estas personas incrédulas están llenas de homicidio en sus corazones. Tienen envidia de ver que alguien es libre en mí. Tienen miedo de soltar sus ataduras, sus costumbres, su rutina, su manera de vivir.
No están listos para algo nuevo, para un evangelio de libertad y de unión en mi cuerpo. Quieren aferrarse a las cosas viejas que ya caducaron. No quieren cambios. Están llenos de miedo y de opresión. Siguen aferrándose a doctrinas pasadas, no aceptan las buenas noticias que Yo les traigo. No quieren «mudarse» de su lugar (esto es en sentido espiritual). Tienen terror a que se desmorone su mundo, porque han sido enlazados por el enemigo para quedarse, así como están, pues el cambio resultaría en libertad.
Mañana Yo vendré a levantar lo caído. Los frutos que se cayeron del árbol serán levantados. Los viejos se volverán jóvenes. Las mujeres se volverán más hermosas y resplandecientes. Los niños serán más inocentes, sin pecado. Las ancianas recuperarán el gozo y tendrán libertad y honor. Los hombres tendrán vigor, juventud y masculinidad en mi Espíritu. Pero falta un poco para que todo esto pase, porque así tiene que ser. Todo a su tiempo en el que está planeado. Todo tiene un orden, y los acontecimientos planificados se irán cumpliendo paso a paso, uno a uno; como quien sube una escalera, escalón por escalón.
Así que ahora hijos míos, escuchen mi voz. ¡Confíen! Yo aún me sigo comunicando con mi gente y con toda la tierra. Mi Espíritu está siendo derramado más que nunca estos postreros días, y éste está alcanzando a gente que ni siquiera me está buscando, gente que no me conoció, gente que nunca vino a mí.
[Isaías 65:1, RVR1960] Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí.
¿Y por qué sucede esto? Porque Yo hago lo que quiero, y ¿quién es el hombre para decirme lo que debo o no debo hacer? ¿Quién eres tú oh humano que te hice con mi propia mano y con mi sabiduría perfecta para reclamarme por qué hago estas cosas? ¡Ni te atrevas!, dice Elohim, el Dios antiquísimo, el Dios sabio, el Dios de antaño, el Dios de la perfección, de la animación, el Dios de la vida y de la recreación. Ni te atrevas a preguntarme por qué he decidido derramar mi Espíritu a gente que no me estaba esperando; pues Yo sé bien lo que hago, y me insulta que dudes de mi accionar.
Me insulta que no confíes en mí. Me insulta que me límites y que digas que Yo solo trabajo adentro de las cuatro paredes de un templo, cuando mi Espíritu es infinito, no tiene fin, y llega hasta los confines de la tierra y Yo estoy obrando en los lugares que Yo quiero. Yo llego a las personas que Yo quiero, y utilizo el medio que se me antoje, y divido las aguas a través de la persona que a mí me plazca usar.
¿Acaso sabes tú cuales son los mejores instrumentos que Yo debería usar? ¡Lejos estás de saberlo todo!, sin embargo, me reclamas por qué hago tal o cual cosa, solo porque nunca lo has visto antes. Eso es porque eres ¡incrédulo!, ¡dudoso! La duda te carcome los huesos y no te deja dormir. Los ojos te lloran y se seca tu alma porque no puedes aceptar mi renovación, las cosas nuevas que Yo hago. ¡Sí!, todo está escrito, pero Yo nunca dije que no traería vientos de cambios.
Yo nunca dije que no me renovaría. Yo nunca dije que NO iba a cambiar todas las cosas, ¿O sí? Despierta ahora y pídeme que te dé más fe, que renueve en ti tu espíritu para que tengas un espíritu jovial, un espíritu sensible a las cosas espirituales, un espíritu conectado con mi Espíritu. Porque, que no entiendas algo no significa que no exista, sino que tu entendimiento esta cegado por el mal. Te has dejado cubrir los ojos con mentiras del enemigo y con doctrinas de demonios. Te has dejado engañar por tu mismo miedo a tener que cambiar.
Entiende esto mi siervo, Yo aún estoy VIVO. Yo aún me muevo por encima de la gente moviendo cosas de su lugar y cambiando cosas de su lugar. Quitando, reemplazando, arreglando lo que está roto, sanando lo que está quebrado. Yo hablo al espíritu de los hombres y dejo mi sello de que fui Yo el que hablé. Yo contrito el espíritu de los hombres para que sepan que van por mal camino. Yo soy voz de alerta a mi pueblo para que se preparen, como en los días de Noé.
[Mateo 24:37-39, RVR1960] Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Aún hago estas cosas, ¡No lo dudes!, no me quieras enmudecer porque jamás cerraré mi boca, nunca me callaré ni dejaré de hablar. Hasta que el tiempo se termine Yo estaré en movimiento hablando y hablando y alertando a mi gente a que se prepare y se rinda ante mí. Porque el tiempo está cerca y hemos llegado al último período de tiempo adonde la iglesia se despierta y se toma de mi mano y camina agarrada de mí. Viene un avivamiento que no tiene nombre. Un despertar de la iglesia de Dios que ni los siervos se esperaban. Yo derramaré mi Espíritu en mayor medida que nunca y los que estaban dormidos se van a despertar. Los que estaban soñando se van a dar cuenta de que era un sueño.
Los que no creían van a creer. Los que no caminaban en poder lo van a hacer, si se entregan a mí. Los niños comenzarán a profetizar con más regularidad y unción que antes; muchos adultos se quedarán atónitos ante estos sucesos. Porque Yo voy a utilizar gente de mediana edad, gente de avanzada edad, gente de las cárceles, gente de los hospitales. Voy a usar a niñitos pequeños para hablar de parte mía. Y voy a hacer lo que Yo quiera hacer. Y tú, ¿Qué dices a esto? Debería ponerte contento, deberías saltar de alegría por las cosas que voy a hacer en mi casa. Grandes milagros vendrán a mi casa. El Espíritu Santo trabajará fuertemente porque el nivel de entrega será mayor, debido a los juicios que vendrán.
[Joel 2:28-29, RVR1960] Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.
Así es, como lo estoy diciendo. Una nueva era de gloria viene para mi casa. Yo voy a despertar a mi gente. Los voy a zarandear para que se despierten y reaccionen. Todo esto es necesario que acontezca para que se encienda la luz, para que mi pueblo vuelva a adorarme como un REY, como su SEÑOR, porque hay mucha tibieza, mucha superficialidad, mucho engaño, muchas ilusiones que nada tienen que ver con la realidad. Muchos de los que dicen seguirme se han creado su propio mundo de ilusión, adoran a un dios que nada tiene que ver conmigo, hasta piensan que cuando oran están hablando conmigo cuando en realidad Yo no estoy allí, y falsos dioses los están escuchando.
Esto ocurre por su misma superficialidad, porque ellos mismos se han dejado caer en el engaño en el que querían caer. Ellos mismos han decidido creer en algo que Yo no soy. Porque así les convenía, así era más fácil, sin sacrificio, sin entrega, sin ayunos, sin desvelos, sin sinceridad, sin tribulaciones. Sino solo tratando de obtener y obtener cosas de mí sin primero haberme buscado y conocido. ¡Cuánta mentira! Estoy harto de estas cosas, piensan que soy ingenuo, que me voy a quedar quieto soportándolos para siempre. Pero no es así. mi paciencia tiene un límite y mi ira está a punto de ser derramada sobre la tierra.
Y ahí sabrán quien soy Yo: que soy un Dios digno, que tengo dignidad, que tengo honor, y que nadie manchará mis vestiduras. Yo voy a hacerme conocer, van a ver mi otra cara, la cara de la justicia. Van a ver la vara de hierro sobre las naciones que no quieren escucharme. Todas las naciones están corrompidas, no hay ni una que ame mi nombre, y ya es tiempo de que me levante a juzgarlas con mano dura en frente de mis hijos, los cuales podrán presenciar el furor de mi ira venidera. Y así verán escritura por escritura cumplirse delante de sus ojos, y alabarán mi nombre.
[Habacuc 3:2, RVR1960] Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia.
Tú no te apartes de mí, Noelia. Mantente dedicada en separación y santidad para que Yo pueda usarte, y cuando llegue el momento dado Yo mismo levantaré tu nombre en las naciones que Me escucharon a través de ti. Y yo haré mi trabajo en ti y en tu casa. Pero dedícate a mi noche y día cesar de escribir ni de transmitir mis mensajes de amor a mi pueblo descarriado. Alguien tiene que encaminarlos, alguien tiene que hacerlos volver al camino porque son como ovejas insensatas que no pueden reconocer cuando el peligro se acerca. Y ese Soy Yo, el único Salvador.
Yo soy el único que reencamino a las que se han perdido, a las que se han ido a explorar otros campos. Yo las llamo por su nombre y ellas Me reconocen y se acuerdan de que tienen que volver a mí, de que esa es la única manera de que conserven la vida. Por lo tanto, amigos míos, enderecen sus sendas, si no quieren perecer en medio de esta tribulación que traigo. Prueba GRANDE traigo Yo, El Creador del mundo y de sus habitantes.
[Mateo 24:29-31, RVR1960] E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
Encamínate a mí antes de que vengan todas las cosas que estoy anunciando y que están por venir a la tierra. No seas necio y apártate de la iniquidad y de la inmundicia de los que viven para satisfacer los deseos de la carne. Apártate para mí, sé mi instrumento, déjame usarte y Yo proclamaré mi nombre en ti. Prepárate para que pueda usarte con honor y honra. Lávate del pecado de tu pasado y ven a mí con corazón contrito y humillado entendiendo que sin mí no eres nada más que polvo, y que al polvo volverás sin haber completado la misión que he preparado para ti en particular.
Ya no me llames anatema y conoce mi nombre. Apártate a orar elevando sacrificios de alabanza hacia mí y Yo escucharé tu plegaria de amor desesperada. No te alejes del camino, vuelve a enderezar tus pasos. Deja YA todo lo que no sirve, lo viejo, lo arruinado, lo que no perdura para siempre, y retoma el camino conmigo, con tu Rey Redentor. CRISTIANOS, escuchen mi llamado. Vienen cosas terribles a la tierra. Lluvia que lastima, que desarma. Guerras poderosas. Levantamiento de armas sin misericordia ni pudor. Vienen desastres sin precedentes. La tierra será sacudida y se estremecerá hasta que los hombres desmayen del terror y de la desesperación. Grandes cosas vienen, mientras ustedes estén presentes. Los buscarán para pisarlos como a hormigas, y ustedes intentarán escapar dispersándose y yéndose por diferentes caminos, pero el enemigo los hollará, mientras pueda.
[Mateo 24:7-9, RVR1960] Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores. Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.
No se abatan, dejen que mi Espíritu guíe. Duros tiempos vienen para la iglesia del Señor. Todos serán probados, y al quedar los corazones expuestos, se sabrá quién amó con el amor de Dios, y quien «amó» con el amor del mundo. Yo expondré todo a la luz, en donde nadie se puede esconder, y lo que no sirve se quemará en el fuego. Preocúpate por estar listo y pisando fuerte en mi reino. No te preocupes por tener un nombre en la tierra, sino en el Cielo. Preocúpate por que los ángeles se sepan tu nombre. Preocúpate por ser conocido en mi reino. Desenfrena tu carácter y afiánzate en mí con calma y seguridad y Yo te estableceré y te formaré como una roca firme que nadie puede quebrantar.
Si estás en mí, caminarás confiado por los caminos turbulentos por donde otros no pueden caminar. Yo te haré un guerrero fuerte que no vacila en levantar la espada. Yo fortaleceré tu escudo y ninguna flecha te alcanzará. Pero NO DUDES. Porque la duda mata la verdad en ti. Muchos juicios voy a traer, y mientras tanto tú los verás pasar, como cuando alguien se va al cine y mira las escenas de una película pasar; uno a uno los verás pasar, si has sabido mantenerte en pie y permanecer en mí.
[Mateo 24:13, RVR1960] Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.
Como cuando uno se fija en un calendario y ve los días pasar; así será mi venida. Uno a uno los acontecimientos profetizados se irán cumpliendo hasta terminar con el plan de la redención de todas las cosas. Tú lo verás pasar, serás testigo ocular de las cosas que hago y que haré, hasta que el tiempo llegue de levantarte, si aún no se te ha terminado tu tiempo. Tú verás como acontecen los eventos profetizados, hasta que mi mano de el «ok» para que empiece a sonar la última trompeta del Apocalipsis de Juan, mi siervo, y ese será el momento donde se habrán terminado las oportunidades de «santificarse más todavía».
[1 Corintios 15:52, RVR1960] En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
[1 Tesalonicenses 4:16-17, RVR1960] Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
Ya no habrá excusas. Levantaré solo a los blancos de mi Padre que me entregó a mí. Soberanamente los sacaré del mundo y luego terminaré con la destrucción total de las cosas materiales. Sin duda esto será así, porque así está anunciado desde la fundación del mundo, que iba a venir un tiempo de destrucción, de terminación y remoción de las cosas imperfectas, para colocar la absoluta perfección en su reemplazo.
Así que no te aflijas, tú que aún habitas en la faz de la tierra, porque con mi mano poderosa voy a realizar todos los eventos que vengo anunciando y que están escritos, para que el hombre se vuelva perfecto en su constitución, para que ya no haya pecado en su corazón, para que todo lo que no me gusta sea quitado de en medio y se manifieste la promesa de los hijos de gloria y de la ciudad santa, adonde nada inicuo puede ingresar y adonde los perros se quedarán afuera; los insensatos; los insolentes; los idólatras adoradores de estatuas inertes; los alcohólicos empedernidos.
Los abusadores de niñitos; los que participan en orgías; los que no cuidan su cuerpo; los amadores de la maldad; los inestables en la fe; los acariciadores de lo injusto; los que corrompen los corazones de los que iban por buen camino; los que toman deleite en burlarse de mis hijos y de los indefensos (los cuales son aquellos que lastiman con las palabras); los que no han entendido ni respetado mis leyes del casamiento; los que idolatran a los hombres haciéndolos semejantes a dioses vanos; los amadores del vino y de todo lo que ensucia y altera al cuerpo y a su funcionamiento; los hedonistas que se auto proporcionan placer sin mi permiso; los fumadores; los contenciosos; los degenerados; los envanecidos por las riquezas; los vanidosos que viven para el cuerpo; los pendencieros cobradores de deudas injustas.
Los anotadores de los errores de los demás; los que buscan ir adelante de los demás, ser primeros y estar en las primeras sillas que son los amadores de sí mismos; los blasfemos; los mentirosos; los engañadores de las multitudes; los dominadores de las masas; los avaros, mezquinos y egoístas; los de pobre corazón; los cantantes de cosas prohibidas, los bailarines de carnaval, los payasos de festival, los encantadores de serpientes; los amadores de los caminos torcidos; los mafiosos malvivientes; los contrabandistas; los ateos; los que están en otra religión; los narcisistas; los hedonistas; los sicarios; los malhechores.
Los mutiladores del cuerpo; los glotones; los irrespetuosos; los ladrones; los que conviven con varias esposas; los que obligan a ciertos grupos a no casarse y a mantenerse solteros de por vida sin haberlo decretado Yo; los jóvenes que despilfarran sus vidas; los que maltratan a los animales; los que maltratan a los viejos; los que le pegan a sus padres y/o a sus hijos; los violadores; los pervertidos; los incrédulos; los tibios; los masones; los de las logias; los grupos dominadores de poder en la tierra; los que llevan a los niños a la perdición; los que desprecian la vida; los suicidas; los enfermos desahuciados que no se han acordado de mí ni aún en su lecho de muerte; los perniquebrados que no creyeron que Yo podía ser Su sanador; los que no han creído en mí; los ingenuos que se han dejado engañar con fábulas desorbitantes de mentiras sin fin. Los tales no tendrán entrada en el Reino de Dios, ni podrán siquiera resistir la luz que emana la santidad de su Creador.
Y la lista no termina; siguen los pecados sin terminar. Cada día se crea una nueva forma de mentir, una nueva forma de estafar, y mi nariz huele como sube el olor a pecado y a necedad hacia mí, cada vez con más intensidad y en más cantidad. Porque el pecado no es siempre igual, se agrava, y la gente cada vez es más perversa. La capacidad de pecar aumenta en los hijos de perdición y se van acostumbrando a nuevas y grandiosas formas de traspasar mis leyes. Lo que es injusto va siendo cada vez más injusto todavía. La maldad va en aumento y se va convirtiendo más y más popular. Esto lo digo Yo, que estoy observando todo desde mi Trono y se me van las piernas por levantarme YA a juzgar al mundo. Pero para todo hay un tiempo, incluyendo el tiempo del juicio final.
[Apocalipsis 22:11, RVR1960] El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
Pero habrá un final, y su momento es la cumbre de la maldad del hombre. Es un momento predestinado para tal fin. En el tramo final la maldad será soltada como un perro malo al cual se le suelta la cadena y sale a despedazar. Será un extremo de horror. Lo maldito será expuesto ya sin pudor, es decir, ya no se esconderá más, sino que se presentará tal como es. Para este momento mis hijos ya no estarán en la tierra, Yo los habré rescatado de este infierno de suciedad y de perdición EXTREMA donde los demonios se manifestarán cara a cara con el humano que habrá quedado para atormentarlo sin morir.
[1 Tesalonicenses 1:10, RVR1960] y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
Créanlo mis hijos, que Yo expondré a la luz del sol y haré subir de los abismos a los ángeles que estaban guardados para tal fin, en ese día malo que Yo tengo preparado para los que no guardaron mi nombre. Así será, porque Yo soy Adonai, y a mí me gusta sacar a la luz las cosas escondidas y ocultas desde antes de la fundación del mundo. Esto será como un infierno en la tierra y se manifestará lo que no debía de ser, pero fue. Se manifestará el hombre de pecado en el lugar adonde no tenía que estar, y Yo miraré desde mi trono y lo dejaré obrar, lo dejaré concretar las maquinaciones de su corazón hasta que los plazos se cumplan y llegue el momento de destruir la iniquidad del todo y para siempre jamás.
Porque tengo un tiempo para todo y el fin no queda exento de mi plan. Ustedes no duden. Yo lo voy a hacer, así como lo vengo diciendo, que primero vendrá la prueba para todo el mundo para separar el trigo de la cizaña. Luego los míos serán levantados y quitados de la tierra, y luego vendrá la destrucción total, previo tormento de las almas que se quedaron en el «infierno terrenal» donde los demonios habitarán junto con los hombres para engañarlos y tomar provecho de las propias mentiras que ellos mismos habrán creado.
Los demonios utilizarán las mismas mentiras que los hombres malos habían maquinado para hacer caer a otros; los haré caer en su propio pozo. Y luego los meteré en el fuego eterno que no se apaga eternamente y para siempre, porque así es mi justicia, el que para siempre me desprecia y me niega para siempre será destruido. Y el que para siempre me busca y me ama para siempre será mi compañero en la eternidad. Esto es así mis queridos, siervos amados, guarden mi paciencia y apercíbanse que vengo pronto a redimir todas las cosas y muchos serán quebrantados en estos sucesos que están a punto de acontecer, por no haber esperado en mí ni haberse preparado en mí.
Yo les dejo todo ya listo; les dejo los pasos que tienen que seguir marcados en el piso. Ustedes solo no se distraigan mis pequeños y no alteren el rumbo que les he dejado para que caminen. Confíen, que Yo los estoy amando, y los llevaré a fuentes de aguas que saltan para vida eterna.
[Apocalipsis 3:10, RVR1960] Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
Sin más, los saluda su amigo fiel, el que nunca se aparta de la bondad y de la misericordia, la cual heredé de mi Padre y la que, si están en mí, también habita en ustedes. Amén.