Yo soy el Alfa y la Omega, el Rey del universo. Yo fundé el mundo y todo lo que hay en él. Yo formé las tierras y los mares. Yo creé al humano: al hombre y a la mujer. Ahora estamos, mi Padre y Yo, juntando mi armada, dice Jesús. Es un ejército de hombres. Es un ejército poderoso en santidad y en poder. Estos hombres son los llamados y los escogidos para ir a esta guerra.
[Apocalipsis 17:14, RVR1865] Estos batallarán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá; porque es el Señor de los señores, y el Rey de los reyes; y los que están con él, son llamados, y elegidos, y fieles.
Esta es una guerra sin precedentes; nunca tuvo lugar. Es una batalla sin igual que se dará próximamente en las inmediaciones espirituales. Si tú quieres venir, ajústate los cintos de tus lomos, toma tu espada y cálzate el evangelio de la paz. Esta batalla está prevista desde antes de la fundación del mundo: una batalla colosal en la cual muchos van a tener que elegir si quieren participar o no. Porque para ser digno de pertenecer a este ejército santo, muchos deberán lavarse de cualquier inmundicia mundana, de cualquier pecado de la carne, de cualquier injusticia, de cualquier iniquidad.
Muchos serán llamados a participar de esta batalla. Dios está llamando a muchos en diferentes puntos del planeta. Muchos ya están sintiendo ese llamado. Se sienten inquietos, sienten que algo va a pasar, sienten que tienen que hacer algo, pero aún no entienden qué es. Esto sucede porque no tienen comunión conmigo, dice el Señor. No conocen mis caminos, no tienen oración, no ayunan por mí. Pero Yo igualmente los sigo llamando para que se despierten y escuchen lo que va a acontecer, y escuchen de todo el mal que viene sobre la tierra.
Yo estoy advirtiendo a los míos de todo lo que viene. No los estoy dejando sin trompeta. Tengo atalayas distribuidos en el planeta, de modo que nadie se quede sin avisar. Levanta tu voz, Noelia, y grita a los cuatro vientos lo que ha de ocurrir, porque Yo voy a mover cielo, mar y tierra, y ya nada va a ser como era antes.
[Isaías 13:13, RVR1865] Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día de la ira de su furor.
Les estoy advirtiendo a mis hijitos que se aperciban, que se preparen, que se agarren fuerte de mí, para que cuando acontezca lo que está escrito y preparado desde antes de todas las cosas, no sean movidos de la fe y puedan resistir al día malo, y puedan entender por qué acontece lo que acontece. Yo estoy arrojando luz sobre el asunto para que los míos puedan comprender lo que sucede alrededor del mundo y, aún en medio de los dolores de parto, tener paz.
[Isaías 13:8, RVR1865] Y henchirse han de terror: angustias y dolores los comprendarán: tendrán dolores como mujer de parto: cada uno se embelesará mirando a su compañero: sus rostros, rostros de llamas.
Esta es la voluntad de mi Padre, quien tiene un plan perfecto desde antes de la creación. No llores, Noelia. Yo estoy contigo y con los que me aman y me siguen de todo corazón. No te entristezcas. Todo lo que va a pasar tiene su razón de ser. Nada es por causa del azar, sino que es la mano del Padre que se mueve sobre la tierra, reacomodando todas las cosas. Esto debe ser así, tal como se anunció desde tiempos antiguos. Voy a sacudir la tierra de un lado a otro y las naciones caerán por su soberbia y su altivez.
[Isaías 13:11, RVR1865] Y visitaré la maldad sobre el mundo, y sobre los impíos su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y la altivez de los fuertes abatiré.
Pero no deben temer por lo que ha de venir, sino alistarse para la batalla. Yo estoy levantando un ejército de hombres que lucharán con el espíritu, aún estando en la tierra. Sus espíritus combatirán incansablemente. Sus espíritus entrarán en una batalla espiritual y lucharán con la espada del espíritu con tenacidad y resistencia.
A los que estoy llamando también los estoy preparando. A esos se les he dado armas espirituales mayores, dada la envergadura de la batalla. Este ejército mío lo estoy formando Yo, dice Jesús. Yo soy el comandante de las filas de mi armada. Mi Padre me ha dado la orden de reunir a mi ejército desde los confines de la tierra y de entrenarlos para la batalla. ¿De qué batalla hablo? De la batalla del final de los tiempos. Es una batalla sin precedentes. No tiene antecedentes. Es algo nuevo y soberano. Yo soy el capitán del ejército y esta es una batalla espiritual en donde todo aquél que tiene sed de mí deberá alistarse.
Ustedes, hijos míos, deben permitirme entrenarlos, porque solo Yo sé lo que necesitan para ser vencedores de este nuevo desafío que ha de venir. Ustedes deben permitirme enseñarles a resistir y a combatir. Nadie más puede darles las armas y el escudo necesario que van a precisar en este tiempo: tiempo de pelea, no tiempo de paz.
[2 Corintios 10:3-4, RVR1865] Porque aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas de parte de Dios para destrucción de fortalezas.
Así que ahora alístense, renunciando a todo y dejándolo atrás. Vacíense de todo lo viejo, de todos los preconceptos que los tenían esclavizados, y déjenme renovar sus mentes y limpiar sus corazones. Cuanta más oscuridad, más luz es necesaria para contrastar. Yo estoy levantando un ejército nuevo que luchará para mí. Estos son los llamados y escogidos. Estos son los valientes de mi Padre que me entregó a mí.
Jehová de los Ejércitos se levanta de su trono para juzgar a las naciones que hicieron iniquidad, y ningún inicuo será capaz de resistir a su poder. Él tomará lo que es suyo, y nadie lo detendrá. Él lo tomará con justicia y con honor y expondrá las intenciones de los corazones, y no habrá excusa ese día. Jehová de los Ejércitos se levantará para juzgar a las naciones que despreciaron su justicia y su juicio. Se levantará con poder y con autoridad, y su luz consumirá al injusto y al perverso.
[Isaías 13:9, RVR1865] He aquí que el día de Jehová viene cruel; y enojo, y ardor de ira, para tornar la tierra en soledad, y raer de ella sus pecadores.
Dice Dios Padre: ¡Ven ahora, hijos míos! Yo soy un Padre bueno. No quiero perder a ninguno de ustedes. Ustedes son de gran valor para mí. Yo los hice con mi propia mano, los eduqué, les enseñé a vivir acorde a mis leyes para que les vaya bien y sean prosperados. Yo soy un Dios justo. No hay nada nuevo en mí. Yo soy, y no cambio.
Llega la hora de permanecer de pie. Llega la hora de tomar una decisión absoluta en favor de mí. Las decisiones a medias llevan a resultados confusos. Decide por mí, y no serás borrado del libro de la vida. Más bien serás levantado en el aire cuando la hora llegue de dar la paga a cada uno de ustedes.
Cuando Yo despliegue mi ira, todo lo que estaba estable va a ser desestabilizado. Todo lo que parecía inconmovible va a ser conmovido. Todo va a arder. Todo lo que parecía inquebrantable va a ser quebrado. Todo lo que parecía inamovible va a ser sacado desde la raíz, como un árbol viejo que parece inamovible por la profundidad de sus raíces. Yo voy a quitar del suelo todo árbol con su raíz.
[Isaías 13:6, RVR1865] Aullád, porque cerca está el día de Jehová: como asolamiento del Todopoderoso vendrá.
Así que ahora, hijos míos, prepárense. No se dejen engañar. Nada bueno viene para el mundo, solo putrefacción, destrucción, enfermedades, hambre, atrocidades, guerras, movimientos telúricos, levantamiento del mar, erupciones de volcanes, tsunamis, tornados, huracanes, tifones, inundaciones, fuego, derrumbes, colapsos, confusión, amargura, tristeza, desesperación, desconsuelo, asolación.
[Mateo 24:6-8, RVR1865] Y oiréis guerras y rumores de guerras: mirád que no os turbéis; porque es menester que todo esto acontezca; mas aun no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y serán pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares. Y todas estas cosas, principio de dolores.
Los pueblos se van a sentir acorralados, sin saber qué hacer. No va a haber escapatoria de estos juicios que mando sobre la tierra para que se arrepientan de su maldad todos aquellos que están en idolatría, en pecado sexual, fornicación, adulterio, incesto, perversidad, hombres que se yacen con hombres, pedofilia, bestialismo, masturbación, sexo oral, sexo anal, abuso sexual de todo tipo y a todo tipo de personas, luego los abortos, los que matan a mis niños, los que no les dan de comer, los que los descuidan, los que los maltratan, los que los odian.
[1 Corintios 6:9-10, RVR1865] ¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No os engañéis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los robadores, no heredarán el reino de Dios.
Yo salvaré a mis bebés. Yo salvaré a las almas inocentes que no tuvieron posibilidad de elección. Yo salvaré a las criaturas inocentes que murieron antes de nacer. Los niños serán salvados, los que no distinguen entre el bien y el mal. Yo los salvaré y tendrán un lugar en mi aposento y serán redimidos de toda injusticia.
Pero aquellos que los destruyen como un perro destroza un pedazo de carne para comer, a ellos el mismo destino los espera, y sufrirán esta misma suerte eternamente y para siempre, por haberle negado la vida a tantos, por haber quitado vida que ellos no dieron, vida que no les pertenece. Tienen las manos llenas de sangre, chorrean de sangre los médicos asesinos de inocentes, y los que hacen estas cosas.
Mi alma está cansada de aguantar estas atrocidades, dice Dios Padre. He tenido paciencia suficiente para darles muchas oportunidades de que se arrepientan, y no quieren hacerlo. Por lo tanto, vendré a reclamar sus cuerpos (los de los bebés), tanto a los que los sacaron de adentro del vientre como a las mujeres que tornaron sus vientres en sepulcros. Sus vientres están llenos de sangre de las vidas que no pudieron ser, y una maldición las persigue por haber aniquilado la preciosura de mis manos.
Lo mismo le acontecerá al hombre que permite y alienta estas cosas, al hombre que semilla (en la mujer) y no cosecha. Para ellos el castigo es severo, por no haberse hecho cargo del fruto de su semilla, por haber dado la orden de arrancar a mis flores (los bebés) de raíz.
[Proverbios 6:16-17, RVR1865] Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de la sangre inocente
Cansado estoy de la injusticia del mundo. Mi alma ya no puede descansar sabiendo que suceden estas cosas. Mi ira está cerca de ser manifestada. Queda poco tiempo para que algunas almas más vengan a mi reino. Es un tiempo de gracia que estoy concediendo, debido a mi misericordia, pero ya se acaba mi paciencia, dice el Padre.
Por eso un gran ejército está siendo reunido, ejército de hombres fuertes, de valientes que anuncian mi justicia, que no tienen miedo de reprender al mal y a la iniquidad; ejército de valientes, de hombres potentes que escuchan mi palabra, que obedecen a mis órdenes; ejército santo de los últimos días que va a ir a la batalla dispuesto a todo por amor de mi nombre; hombres que han lavado sus vestiduras y que se encuentran inscritos en el libro de la vida. Sus nombres resplandecen como las estrellas. Son 300 Gedeones que reúnen los requerimientos para poder vencer.
[Isaías 13:3-4, RVR1865] Yo mandé a mis santificados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, que se alegran con mi gloria. Murmullo de multitud suena en los montes, como de mucho pueblo: murmullo de sonido de reinos, de naciones congregadas. Jehová de los ejércitos ordena las haces de la batalla.
Jehová de los Ejércitos ordena los haces de la batalla. Comparte lo que te hablo y distribúyelo a los cuatro vientos. Yo obraré. Amén.