El Señor te bendiga, amado pueblo de Jesucristo, en este 16 de diciembre del año 2024. Vamos a comenzar esta transmisión profética leyendo el libro del Apocalipsis, en el capítulo 19, desde el versículo 11 al 16 en adelante, en donde la Palabra del Señor, la palabra profética más segura, la espada del Espíritu, dice así:
[Apocalipsis 19:11-16, RVR1960] Y vi el cielo abierto, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es llamado el Verbo de Dios. Y los ejércitos celestiales le seguían en caballos blancos, vestidos de lino fino, blanco y limpio. Y de su boca salía una espada aguda, para herir con ella a las naciones; y las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino de la ira y del furor del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
Sobre este pasaje quiere hablar el Señor en esta noche profética a través de esta boca de Dios. Abre tus oídos para recibir esas palabras que te van a traer claridad a tu entendimiento sobre los acontecimientos finales de la vida del hombre y de la redención de todas las cosas. Pero no solo debes abrir tus oídos, abre también tu corazón para recibir entendimiento, así como recibió Lidia para entender lo que Pablo hablaba.
[Hechos 16:14, RVR1960] Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.
En este momento, el Espíritu Santo ya está trabajando en todos aquellos que tienen oídos para oír y que quieren conocer, que quieren entender cómo se arma el rompecabezas de los últimos días. Eso es lo que el Espíritu de Dios está haciendo en aquellos que tienen hambre y sed, no solamente de conocer la verdad, sino de justicia. Porque sobre eso se va a tratar la palabra de hoy.
En esta oportunidad les hablo a todos aquellos para responderles sus preguntas acerca de mi venida, dice el Señor. Porque voy a venir, montado en ese caballo blanco, con mis ojos de llama de fuego y con mis ropas manchadas con la sangre del lagar de Dios y con esa espada de doble filo para juzgar a las naciones. Voy a posar mis pies en el Monte de los Olivos, que se partirá en dos el día en que tome venganza sobre mis enemigos y sobre los enemigos de mi pueblo.
[Zacarías 14:4, RVR1960] Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.
Amados míos, ese día se acerca cada vez más, pero no vendré solo, sino que vendré con los ejércitos celestiales que también, a su vez, estarán montados en sus caballos blancos, con sus vestiduras blancas de lino, inmaculadas, sin mancha y sin arruga. Esos, en parte, serán ustedes, que vendrán conmigo a juzgar a las naciones. Estas cosas se las hablo para que permanezcan de pie mientras esperan a que ese día de mi justicia llegue, dice el Señor.
[Judas 1:14-15, RVR1960] De estos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.
Esperen con paciencia ese día, dice el Señor, porque antes de que eso acontezca, muchas cosas más tienen que pasar. Aunque, viendo el panorama completo del plan de la redención del mundo en una línea de tiempo, la mayoría de las cosas que tenían que suceder en esa línea de tiempo ya se han cumplido. Porque yo (Noelia) estoy viendo una línea de tiempo, y la marca del presente no está en el principio, no está en la mitad y tampoco está en el final, pero está más avanzada que en la mitad de la línea de tiempo. Es decir, de toda una línea de tiempo completa, sólo queda una parte pequeña para que llegue ese día de la venida del Señor con sus santos millares para juzgar a las naciones y a los enemigos de Israel.
Esperen ese día con entusiasmo, y cuando tengan que pasar por pruebas, tribulaciones y aflicciones mientras estén siendo refinados, recuerden que ese momento está cerca y entiendan que los que perseveren hasta el fin, que los que resistan todo lo que tengan que resistir, que los que estén llamados a ser atribulados y estén dispuestos a ser refinados a través de esa tribulación pasajera, van a participar de ese momento, retribuyendo con justicia a aquellos que los atribularon, hijitos. Porque cuando hablo de esta justicia que se va a aplicar en aquel día, cuando vuelva el justo, el fiel y verdadero, el santo con sus millares, con su ejército blanco, esa justicia no sólo la voy a aplicar Yo, sino también ustedes.
Amados míos, muchos de ustedes no están conscientes de lo que estoy diciendo. Muchos de ustedes creían, entendían o interpretaron que, cuando Yo venga con mi caballo blanco a juzgar a las naciones, iba a estar solo, aplicando esa retribución a mis enemigos. Pero hoy, dice la voz de Dios, quiero hacerles entender que ustedes me acompañarán en esa venida, que ustedes serán parte de ese ejército detallado en Apocalipsis 19. Por lo cual, sabiendo esto, tienen una razón más para estar felices, para celebrar y entender lo bienaventurados que son cuando sean maltratados, cuando sean vituperados, cuando sean maldecidos, perseguidos y aún matados por causa de mi nombre.
[Apocalipsis 19:14, RVR1960] Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
Esta es la copa que voy a derramar en las naciones, dice el Señor.
[Zacarías 12:2, RVR1960] He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén.
Ese día, dice el Señor, cuando apoye mis pies en el Monte de los Olivos, haciendo temblar la tierra y que se abra de par en par, Jerusalén hará temblar como nunca a las naciones, porque todas las naciones serán reunidas para que mi copa se derrame en ellas en Israel.
Amados míos, entiendan que del mismo lugar desde donde partí para ir a la presencia del Padre es el mismo lugar a donde voy a volver. En relación con Jerusalén como la copa que va a hacer temblar a las naciones, también el Señor decía que, como dice el Libro de los Hechos, el mismo lugar en el Monte de los Olivos donde sus discípulos fueron testigos de que Jesús fue levantado será el lugar de su regreso cuando Él pose sus pies sobre el mismo monte.
[Hechos 1:9-11, RVR1960] Y habiendo dicho estas cosas, siendo ellos testigos, fue alzado, y una nube le recibió de sus ojos. 10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones vestidos de blanco, 11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre vosotros arriba al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
El Señor me vuelve a repetir que ese momento está cerca, que lo anhelemos con nuestro corazón, que lo deseemos con todo nuestro ser. La venida está cerca, para juzgar a todo hombre que me dio vuelta la cara, y así como los ojos de los discípulos lo vieron partir del Monte de los Olivos, los ojos de los hombres lo verán volver.
Hijos, dice el Señor, ustedes entiendan cómo es el orden de todas las cosas en este plan de redención perfecto que está ideado desde antes de la fundación del mundo, para que cuando el mundo caiga sea levantado (en el sentido de la creación). Porque la primera vez vine como cordero para ser entregado al matadero, pero la segunda vuelvo como león para hacer justicia sobre los que me quebrantaron. La primera vez vine a modo de esclavo, pero la segunda vendré a modo de rey.
[Apocalipsis 5:5, RVR1960] Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
El Señor dice que entre la primera vez que él vino a pisar la tierra y la segunda vez que vendrá a pisar la tierra, hay un periodo de tiempo que Dios utiliza para la salvación de todo aquel que crea en el Hijo de Dios y que lo siga como su Salvador. Nosotros estamos dentro de ese tiempo, entre la primera vez que Jesús pisó la tierra, la cual se le suele llamar la primera venida, y la segunda venida, donde Él vendrá, pero ya no para entregarse para la salvación del mundo, sino para traer justicia.
Yo (Noelia) estoy escuchando algo como: «dos días, que representan dos mil años», y también estoy escuchando: «y al tercer día, la resurrección».
Hay muchos de ustedes que no entienden muchas cosas, dice el Señor, que sacan cuentas queriendo saber exactamente cuándo será el momento en el que Jesús venga en ese caballo blanco a juzgar a las naciones con sus santos ejércitos. Pero sin revelación se van a equivocar. Si solamente estudian la Biblia aplicando el entendimiento y el conocimiento humano, no van a llegar a una conclusión verdadera. Tienen que pedir revelación por el Espíritu Santo de Dios.
Porque yo (Noelia) estoy sabiendo que entender el plan completo de redención de todas las cosas es como un rompecabezas en donde realmente todas las piezas estuvieran desarmadas arriba de una mesa. Y los hijos de Dios muchas veces queremos armar ese rompecabezas desde el momento de que nacemos de nuevo, desde el momento de nuestra conversión en adelante. Si somos estudiosos y buscamos al Señor en el cuarto secreto y leemos la Palabra y nos mantenemos al lado de Él, el Señor nos va revelando paso a paso cómo está compuesto ese rompecabezas, cómo hay que acomodar esas piezas, a dónde va cada una, en qué lugar.
Pero esto no puede ser hecho por la fuerza ni en el momento que nosotros queramos. Hace falta una entrega para que Dios nos confíe la revelación de dónde va cada pieza. Hace falta una intimidad y una cercanía para con el Creador de todas las cosas, para que Él nos entregue esos rollos de revelación sin los cuales no se puede entender y poner cada pieza en su lugar.
El Señor me está haciendo saber ahora que hay muchos predicadores que hablan a las masas, a congregaciones, a rediles, a personas, a hermanos, a grupos, a naciones inclusive, a miles de personas, que están diciendo cómo es, están enseñando cómo va acomodado ese rompecabezas, pero lo han armado de acuerdo a su propio entendimiento, sin revelación del Espíritu Santo o con una revelación parcial en la cual aciertan en algunas cosas y se equivocan en otras, confundiendo al pueblo por querer tener la razón o por querer apurarse en algo que quizás no es el tiempo para que el Señor les revele todavía.
Haciendo estas cosas se generan doctrinas que confunden a la iglesia, esperando que sucedan señales proféticas antes del tiempo verdadero o después del tiempo verdadero, provocando que los hijos de Dios no sepan en qué tiempo de la historia de ese plan de la redención del hombre están, ni lo que tienen que hacer, o indicándoles que tomen ciertas decisiones cuando en realidad no es el momento de tomarlas.
Llevando a los hijos de Dios a hacer ciertas cosas que no son las indicadas para hacer en ciertos momentos. Hay desfasajes, me dice el Señor, en algunas de las interpretaciones de los predicadores acerca de los acontecimientos que se tienen que dar antes de la venida de Jesús para juzgar a las naciones.
Hay desfasajes en los tiempos; están sacando mal los cálculos. Los tiempos proféticos no se entienden con una calculadora, leyendo los pasajes bíblicos y sacando cuentas de números por entendimiento humano.
Porque yo, Noelia, literalmente estoy viendo a alguien que lee los pasajes de las Escrituras y trata ciertamente de conectarlos entre sí. No hay nada de malo en eso, pero está utilizando un entendimiento humano. Y lo veo literalmente con una calculadora en la mano, sacando cuenta de los años, de los meses, de los días, de las semanas, para ver si quizás puede dar con una fecha de la venida del Señor.
Por más que le den vueltas al asunto, si Yo no revelo la verdad de todas las cosas, no las van a poder ver, dice Dios. Se están equivocando muchos, se están equivocando por enseñar cosas que nunca los llamé a enseñar, por decir que entienden algo a su manera, cuando ni siquiera les dije que den su entendimiento. Porque cuando dan su propio entendimiento sin revelación, aunque lo aclaren, igualmente están confundiendo, porque las personas que lo escuchan los toman como referencia. Tienen que tener cuidado de lo que comparten sin revelación. Solamente aténganse a hablar lo que sí se les ha sido revelado, porque este tiempo es un tiempo de revelación, en donde ciertamente mi pueblo va a entender cosas que no se podían entender hasta estos tiempos postreros, porque son cosas que están próximas a cumplirse.
Por lo tanto, este es el momento de entenderlas y no antes. A veces, algunas de esas cosas las van a entender durante. Pero hay muchos que quieren adelantarse y obtener el trofeo del entendimiento, diciendo: ya descifré la Biblia, ya sé cuándo va a pasar cada cosa, ya sé cuántos años antes de que se manifieste el anticristo, ya sé cuántos años antes de la venida del Señor. Y así, les ponen fecha a muchos eventos.
Lastimosamente, los que verdaderamente cuentan con la revelación dada por Dios son los menos. Y la mayoría de ellos se terminan convirtiendo, si no dejan de hacer esto, en falsos maestros. Porque un falso maestro no solo es aquel que enseña falsedades a propósito, sino también el que enseña falsedades sin la intención de querer enseñar cosas falsas, pero que igualmente lo está haciendo.
Es un pecado inconsciente. Es un pecado de ignorancia. Pero los pecados de ignorancia no dejan de ser pecados. Hay candados que no se pueden abrir si no soy Yo el que entrega la llave para que se abran. Porque Yo soy el que abre y Yo soy el que cierra. Yo soy el principio y Yo soy el fin. Y Yo marco los comienzos y Yo marco los finales, como dice el libro de Daniel, porque aún para eso hay un plazo. Esto quiere decir que hay un plazo para todo, pero no todos los plazos son revelados, sino solamente a aquellos ministros apocalípticos a los cuales he marcado, he señalado para revelárselos.
[Levítico 5:17-19, RVR1960] Finalmente, si una persona pecare, o hiciere alguna de todas aquellas cosas que por mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es culpable, y llevará su pecado. 18 Traerá, pues, al sacerdote para expiación, según tú lo estimes, un carnero sin defecto de los rebaños; y el sacerdote le hará expiación por el yerro que cometió por ignorancia, y será perdonado. 19 Es infracción, y ciertamente delinquió contra Jehová.
Mientras hablaba, yo (Noelia) veía a ciertas personas a las cuales Jesús en persona les entregaba un rollo, un pergamino. Y este rollo representa revelación que se les es dada en las manos de estas personas, a las cuales verdaderamente el Señor les da la llave a través de esta revelación, para abrir candados cerrados que tienen que ver con el entendimiento de los procesos, a través de los cuales tiene que pasar el hombre y la tierra antes de la redención de todas las cosas.
En realidad, lo que suele suceder es que las personas a las cuales realmente se les es entregada revelación sobre los tiempos de las cosas que faltan por cumplirse y de las formas en que esas cosas se van a cumplir, tienen tanto temor de Dios, que normalmente la mayoría de ellos hablan porque saben que son escogidos y que lo tienen que hacer. Pero en realidad lo hacen con muchísimo temor, porque saben que tienen en sus manos algo que tienen que administrar con muchísimo temor y cuidado, ya que es una gran responsabilidad.
A los que verdaderamente se les es entregada revelación sobre estas cosas, ellos normalmente tiemblan antes de compartirlas y no son ligeros como otros, a los cuales no se les es revelada la verdad de estas cosas, pero que quieren compartirlas igual.
[Ezequiel 2:9-10, RVR1960] Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro. 10 Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes.
De la misma manera en la que el Señor le entregó a Ezequiel un rollo de libro, en estos últimos días el Señor lo está haciendo con algunos de los hijos de su pueblo, otorgándoles entendimiento, revelación de lo que está escondido para muchas otras personas, de lo que estaba sellado hasta no llegar a estos tiempos próximos de su cumplimiento.
Hijitos, dice el Señor, con respecto a esto, separen todas las cosas, y donde encuentren a un matemático que intenta entender el plan de redención completo a través de sacar cuentas, ¡huyan! Porque las matemáticas son importantes, de hecho, los números están en mí, pero hacer cuentas sin revelación es como alguien que únicamente cuenta con el conocimiento de las matemáticas para resolver problemas de una manera correcta.
Pero el entendimiento de las matemáticas solo no alcanza para entender el plan de la redención completo, que va más allá de los números y las cuentas. Ustedes pueden ser buenísimos en la matemática, pero seguir estando ciegos en el entendimiento y en la revelación.
[Mateo 24:36, RVR1960] Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre.
Hay otros, me muestra Dios, que conocen muchísimo las Escrituras, se las saben de memoria, saben dónde está cada pasaje, cómo se conecta con otro pasaje de otro libro de la Biblia, cómo conectar lo que dice el Viejo Testamento con el Nuevo y así. Es decir, tienen una memoria brillante, pero sin revelación no se puede armar el rompecabezas, repite el Señor.
[1 Corintios 1:19, RVR1960] Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos.
Todo lo que ustedes puedan potencialmente tener como talentos para tratar de utilizar, para poner ese rompecabezas en el lugar donde va cada pieza, sin la parte de revelación, es vano, dice el Señor.
[Mateo 11:25, RVR1960] En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
Yo (Noelia) estoy sabiendo que lo que está haciendo Dios en este tiempo exactamente es algo similar a lo que dice este pasaje. Y no solo eso, sino que a los más temerosos es a quienes el Señor les concede la mayor revelación. Porque el temor de Dios es el principio de la sabiduría, dice el libro de Proverbios. Entonces, el que teme al Señor cuenta con la sabiduría que necesita para administrar la revelación que Él quiere dar.
Por eso dice el libro de Mateo, en parte, que saldrían muchos engañadores, falsos maestros, profetas, engañadores, para tratar de confundir al pueblo antes de la venida del Señor. Pero estos engañadores no se tratan solamente de falsas personas que se quieren hacer pasar como hijos de Dios enseñando cosas que tienen que ver con el Reino de los cielos, lobos disfrazados de ovejas. También habla sobre ministros que Dios ha levantado, pero que a veces se ponen a enseñar cosas de las cuales no han recibido revelación, o se ponen a hacer cosas que Dios nunca los llamó a hacer, y entonces se equivocan y confunden al pueblo.
[2 Tesalonicenses 2:1-12, RVR1960] Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, 2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. 3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. 5 ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? 6 Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. 7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. 8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; 9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, 10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Sobre esto me hablaba el Señor recién mientras oraba internamente y escuchaba a Dios. Así que una de las cosas que van a pasar, cuando nuestro Señor Jesucristo venga, ya no como cordero, sino como león para juzgar a los injustos, va a ser que destruya al anticristo con el espíritu de su boca.
[Daniel 7:24-27, RVR1960] Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. 25 Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. 26 Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, 27 y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.
Y esto se conecta con:
[Apocalipsis 13:7, RVR1960] Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.
Cuando el Señor venga con sus santos millares, en su caballo blanco, con su ejército a juzgar a las naciones, una de las cosas que van a suceder es que Él se va a encargar de este inicuo, que va a atormentar a los santos del Altísimo, a quebrantarlos, como dice el libro de Daniel, a vencerlos solo por tiempo y tiempos y la mitad de un tiempo, hasta la venida de Jesús, en donde lo va a destruir.
Porque cuando venga el Señor en las nubes como Guerrero, el Fiel y Verdadero, como dice Apocalipsis 19, en parte lo que simbolizan sus ojos de llama de fuego es la ira que va a traer para aplicar contra sus enemigos. El fuego de sus ojos, la llama de esos ojos, en esa visión que tuvo Juan, representa la ira que trae el Señor para derramar sobre las naciones cuando Él venga. Pero antes de eso, aún falta un tiempo para que la iglesia sea refinada; aún falta que venga la persecución sobre los hijos de Dios en todo el mundo, y no solamente en algunas partes.
Aún falta, y estamos llegando al fin del cumplimiento de los gentiles, del tiempo de los gentiles, para que, cuando se cumpla el tiempo de los gentiles, venga el tiempo de Israel, el tiempo de los judíos. Porque es como si, a partir del momento en que el Señor les encomendó a los apóstoles, que tenían ese tipo de llamado, llevar el evangelio a los gentiles, el tiempo de Israel en términos carnales, el tiempo de los judíos, hubiese quedado en pausa, por llamarlo de alguna manera, para darle un tiempo de conversión, de oportunidad de venir a Jesús, de oportunidad de salvación a los gentiles. Pero esto no quiere decir que Dios ha desechado a los judíos por completo.
Sino que, durante este tiempo que se llama el tiempo de los gentiles, donde Dios concede tiempo a los que no son judíos por sangre para que quizás se conviertan al Mesías y sean salvos, Dios puso un velo en los judíos, en Israel. Pero ese velo será quitado una vez que el tiempo de los gentiles se termine, y vendrá el tiempo de Israel, donde Dios va a tratar con ellos y se va a encargar de que esa pausa sea quitada. Esto sucederá cuando el tiempo de los gentiles se termine de cumplir, para que el Señor vuelva a poner su atención en el pueblo de Israel por carne, en los judíos, para tratar directamente con ellos.
[Romanos 11:25, RVR1960] Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido un endurecimiento parcial en Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles.
La plenitud de los gentiles ya está casi completada, y se acerca el tiempo donde Dios vuelve su mirada al pueblo de Israel por carne, para quitarles ese endurecimiento en parte y hacerlos blandos para recibir el Evangelio del Señor Jesucristo y entender que Yeshua es el Mesías venido en carne, para la salvación de todo aquel que en Él crea.
[2 Corintios 3:14-18, RVR1960] Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. 17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
Yo escucho ese pasaje que dice:
[Apocalipsis 1:7, RVR1960] He aquí, viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
Yo (Noelia) estoy viendo que, en ese momento, caen velos de los judíos. Cuando el Señor aparezca, yo estoy viendo que todo ojo lo va a ver, va a ser visible esa venida. Así como fue visible el día que se fue del monte de los Olivos, va a ser visible cuando Él vuelva. Todo ojo lo verá, como dice Apocalipsis 1:7.
Yo (Noelia) estoy viendo en una visión que, cuando todo ojo lo vea en las nubes, el velo de los judíos va a caer y lo van a reconocer como al primogénito; lo van a llorar como al primogénito, como se llora por el primogénito. Porque para todos hay una oportunidad, dice el Señor, para los gentiles y para los judíos. El Señor está hablando en términos carnales, en términos de sangre.
[Zacarías 12:10, RVR1960] Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, el espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y harán llanto sobre él, como llanto sobre unigénito, afligiéndose sobre él como quien se aflige sobre primogénito.
Porque Él no quiere que nadie se pierda, ni judíos ni gentiles. Y tenemos que entender que nosotros, los que estamos nacidos de nuevo en el nombre de Jesús, comprados por su sangre, salvo que tengamos descendencia judía por sangre, somos gentiles en la carne, pero judíos en el espíritu.
Pero, aun cuando nosotros somos el Israel espiritual del Señor, porque somos judíos en el espíritu, por lo tanto pasamos a formar parte del Israel espiritual del Señor, que lo componen todas las tribus de la tierra, de distintas naciones, etnias, países y demás, todos, cuando pasamos a ser ciudadanos del Reino de los cielos y nacemos de nuevo por agua y por espíritu, bautizados en el nombre del Señor, al nacer de nuevo, somos implantados en ese olivo, como injertos en ese olivo. Por lo tanto, somos judíos espiritualmente hablando.
Pero aún están los judíos por carne, con los cuales el Señor va a tratar de una manera especial cuando el tiempo de los gentiles llegue a su plenitud. No estoy diciendo que ahora el Señor no esté tratando con ellos, con ese Israel por carne, sino que habrá un momento especial donde Dios se va a encargar de ellos y va a tratar con ellos y les va a quitar el velo que colocó momentáneamente sobre sus ojos, para que puedan reconocer al Mesías, al cual hoy la mayoría no puede reconocer. Entonces, está el Israel por carne y está el Israel en espíritu. Está el judío por carne y está el judío por espíritu.
Un judío por sangre, si reconoce a Jesús como Mesías, como su Salvador, y nace de nuevo, también pasa a ser judío en el espíritu. Hay muchas cosas que ustedes no entienden, pero que tienen que poner por orden, para no despreciar a ningún tipo de pueblo, al cual Yo no he desechado, sino que he preparado un tiempo específico en el plan de la redención de todas las cosas, para tratar a cada uno en particular. Porque no quiero que nadie se pierda y porque tengo un pacto con Israel, que no puede ser quebrantado, y todas las promesas que he realizado para con ese pueblo rebelde y duro de cerviz se van a cumplir por causa de mi fidelidad.
[Juan 6:37, RVR1960] Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
Estoy viendo, una vez más, al Señor Jesús viniendo en las nubes, en el cielo, con un caballo blanco, perfecto, imponente, con sus ropas manchadas con sangre, con las palabras «Fiel y Verdadero», con sus ojos envueltos en llamas tan fuertes que, cuando se miran, se siente como que te traspasa ese fuego, esa llama, con fuerza, con poder, con gloria, con autoridad, para exterminar no solamente a los que negaron su nombre, lo despreciaron y lo desecharon una y mil veces, sino a los enemigos de Israel, a todos los que se juntan para hacer batalla contra Jerusalén. Él mismo se va a encargar.
Todo su pueblo de Israel es en el espíritu, el cual haya sido llamado y reunido para venir en ese mismo ejército junto con Él, a batallar contra las naciones. Porque yo estoy sabiendo ahora que, en todos esos caballos blancos que están mencionados en Apocalipsis 19, están los millares de santos que vienen con Jesús, en esa venida gloriosa como Rey de reyes y Señor de señores, para aplicar la autoridad que Él tiene sobre todo principado, potestad y gobernador. Esos jinetes del resto de los caballos blancos pertenecen a todas las tribus y naciones de la tierra.
Entiendan, porque el Señor habla de esto:
[Apocalipsis 19:14, RVR1960] Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
Lo que el Señor está hablando en esta oportunidad es lo que corrientemente, entre los hijos de Dios, se le suele llamar la segunda venida de Jesús. Esta es la segunda venida de Jesús, cuando venga a juzgar a las naciones con vara de hierro, y entonces se mostrará el carácter total del Hijo de Dios, que ya testificó ante las naciones, se mostró a sí mismo como un sacrificio vivo para rescatar a los que se pierden. Como este Cordero que no abrió su boca cuando era llevado al matadero, que no discutió con sus opresores, que no se quejó, que no protestó, que no los condenó, que no los acusó mientras lo traspasaban, que se entregó inocente, sin culpa, sin mancha y sin pecado, para redimir lo que se había caído, para levantar lo que había bajado. Esa fue la primera venida del Señor.
La primera venida del Señor fue como corderito blanco, sin mancha, inocente, sin tacha, sin defecto, porque me viene el pasaje del antiguo pacto, donde las ofrendas tenían que ser perfectas. El cordero no podía tener defectos, tenía que ser de lo mejor para ofrendarlo a Dios, y esto era una representación. Esto de ser impecable, este Cordero impecable, era una representación del sacrificio de Jesús, para establecer un nuevo pacto en su sangre.
Esa fue la primera venida del Señor como Cordero impecable, inocente, irreprensible, para rescatar lo que se había perdido, para reunir lo que se había dispersado, para levantar lo que estaba abajo. Pero la segunda venida del Señor será con otra actitud, con otro propósito, en otro contexto; ya no como un Cordero inocente para entregarse, sino para traer justicia a la tierra y para vengarse de los opresores de su pueblo. Ya no como un Corderito, sino como un León rugiente, y así la personalidad del Señor Jesús se verá reflejada desde otro ángulo, desde otra perspectiva, porque Él es también fuego consumidor.
[Apocalipsis 2:26-27, RVR1960] Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, 27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre.
Esta vara de hierro que el Señor le concede a todos los que venzan y guarden sus obras hasta el fin, esta autoridad sobre las naciones, va a ser la que vamos a aplicar, junto con este Rey de reyes y Señor de señores, en su segunda venida, para hacer justicia sobre los injustos, sobre los impíos.
Estoy entendiendo, de parte del Espíritu, como instrucciones para el pueblo que escucha, que estudien sobre estos dos eventos: las dos ocasiones en las que Jesús viene para pisar la tierra. La primera vez, para realizar el sacrificio, para redención de todas las cosas y para rescate por muchos; y la segunda vez, para hacer justicia a las naciones rebeldes. Es un mismo Jesús, es el mismo Yeshúa, que una vez muestra su cara de Cordero y la segunda vez su cara de León rugiente. Ambos son la misma persona y el mismo Dios, pero que se revela con un propósito distinto.
Entiendan, a los que no se les ha sido revelado, esta distinción entre la primera vez y la segunda vez. La primera vez, las naciones no conocieron su ira, pero la segunda vez sí van a conocer su ira. La primera vez, su mirada era de misericordia, de redención, de perdón; la segunda vez, será de castigo, de venganza, de revancha, para los que no quisieron arrepentirse, aun teniendo muchas oportunidades, para los que, sabiendo que pudieron haberse arrepentido, no quisieron hacerlo.
Yo (Noelia) veo esta visión de Jesús en las nubes, y lo veo a Jesús en ese caballo blanco, totalmente enojado, totalmente en una ira santa, donde mejor es esconderse que encontrarlo de esa manera, porque es muy distinta la actitud con la cual va a venir en esa segunda ocasión, comparada con la actitud con la que nosotros lo conocemos hasta hoy: una actitud redentora, perdonadora, paciente, misericordiosa.
Este Jesús, este Salvador (lo que significa su nombre, esta salvación), no representa solamente que su sacrificio Él lo realizó para que nosotros podamos ser salvos a través de Él. También tiene que ver con la justicia que Él va a traer, porque nos va a salvar de la injusticia cuando venga la segunda vez. Él nos va a salvar de la injusticia y va a hacer justicia con todos aquellos que maltrataron a los que hacían el bien. Él va a dar el pago, porque Jesús va a venir como Juez la próxima vez.
[Juan 5:22, RVR1960] Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo.
[1 Pedro 1:7, RVR1960] Delante de Jehová, porque viene; porque viene a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad.
Es decir, que nuestro Salvador no solo nos va a levantar de esa posición caída en donde estamos, no solo nos redime a través de adquirirnos a precio de su sangre, sino que hay algo que no está todavía terminado en su trabajo del plan profético de la redención: la justicia que a Jesús le toca hacer en ese sentido de Juez, donde el Padre le dio todo el juicio al Hijo, aún falta realizarse. Por eso Él va a venir como León y como Juez la segunda vez que venga, físicamente hablando, en las nubes, para salvarnos de la injusticia a los que sufrimos por causa de su nombre, y para aplicar esa justicia perfecta para con los malos, para con los impíos, para con los pecadores, para con los que no quisieron arrepentirse.
Esta palabra el Señor nos la ha hablado en parte para que recordemos que, si decidimos perseverar hasta el fin y resistir las pruebas, las aflicciones y las tribulaciones, parte de lo que nos espera es participar de esa justicia que será aplicada en esa segunda venida de Jesús en las nubes, junto con sus santos ejércitos.
Yo (Noelia) estoy sabiendo que hoy el Señor entregó una pieza más de este rompecabezas profético, que se va armando transmisión a transmisión, y estoy sabiendo también que, en sus corazones, de los que están escuchando, se generan más preguntas: ¿sí, pero cómo va a ser esto, lo otro? ¿Qué tiene que ver con el arrebatamiento y con los siete años? ¿Qué tiene que ver con la semana que falta por cumplirse en el libro de Daniel y todo esto?
Pero el Espíritu me hace saber que justamente a los que se les está revelando cómo es el orden de los acontecimientos finales, el Señor lo va haciendo pieza a pieza, paso a paso, y que el resto lo tienen que hacer ustedes, estudiando la Palabra de Dios y orando, para que el Señor, a su vez, les revele a ustedes personalmente sobre estas cosas. Porque estos rollos que veía más temprano, que representan revelación y entendimiento de las profecías de los últimos días y el orden de ellas, del cumplimiento, no son solamente para ministros de Dios, sino también para hermanos que no tienen ministerios al público, como nosotros.
Así que hoy se ha sido entregada otra pieza del rompecabezas, me dice el Señor, para honra y la gloria de nuestro Dios todopoderoso.
Gracias, Señor, porque la segunda venida será con gloria. No solo eso, sino que yo (Noelia) estoy viendo esta visión de la venida del Señor, la segunda vez en las nubes, en el caballo blanco y demás, con este ejército enorme de millares, con una luz resplandeciente, gloriosa. Él se va a mostrar con gloria, con poder, y los que vengan consigo va a ser gloriosa. No nos podemos imaginar cómo va a ser eso. Es… como que infunde temor, es una manifestación de gloria. No sé cómo expresar lo que veo, con tanta luz, lo que se va a sentir, con el poder que va a irradiar esta presencia del Señor, la autoridad que va a traspasar a las personas. Las personas van a caer de rodillas, porque van a sentir literalmente, hasta en sus cuerpos, cómo la autoridad de Jesús los va a traspasar. Va a ser imposible no sentir la presencia de Jesús cuando Él se muestre y se revele como juez.
Nadie va a poder resistir a su venida, me dice el Señor. Nadie va a poder resistir esa presencia. Va a ser como una especie de bomba nuclear, digamos, por utilizar algún término, que va a impactar, que va a resonar, que va a cambiar el lugar. Es un acontecimiento cósmico, astronómico, es un acontecimiento poderoso. No se trata solamente de la venida del Señor Jesús en su segunda vez, con este millar de santos que lo acompañan, todos en caballos blancos. No se trata solamente de eso. Van a suceder cosas grandes y poderosas, que hasta los astros van a manifestar esta venida. Es un acontecimiento cósmico, un acontecimiento terrenal, un acontecimiento espiritual. Todo se va a sacudir por causa de la venida del Señor, y la tierra no va a soportar, sin poder moverse, sin poder sacudirse todas las cosas, porque nada puede permanecer intacto cuando Él aparece en este rol de juzgador de las naciones.
Entiendan la gloria que les espera, dice el Señor, y anhelen poder participar de ella. Séanme fieles, como Yo soy el Fiel y el Verdadero, y caminen en la verdad ustedes también.
Veo que hoy el Señor les entregó una piedra preciosa, porque para muchos de ustedes esta palabra hoy es un tesoro. También para mí lo es.
Te damos gracias, Señor. Te adoramos, te bendecimos y te glorificamos, amado Príncipe de Paz, que vendrás como Rey de Reyes, más arriba de toda autoridad, principado y gobernador. Oh Señor, todos te van a conocer como el Rey sobre todo rey. Te amamos, Señor. Gracias, Jesús. Toda la gloria a ti, Señor. Gracias, Padre. Gracias, Señor. Amén.
Amados, espero que estudien sobre esto y le pidan entendimiento y claridad al Señor, que es la única Fuente de la revelación verdadera, legítima, el único Escribano que puede ponerle un sello que nadie puede quitar, borrar o quebrar, porque tiene la autoridad suprema de todas las cosas. Amén.