[Isaías 5:20, RVR1960] ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
Yo soy el Alfa y la Omega, el principio de todo lo que existe y el final de todo lo creado. Todos los reinos vendrán a mí a darme cuentas de sus acciones. Yo pesaré en la balanza y mediré con cordel todo lo que han hecho, y luego daré el pago correspondiente a cada cual. Esto es así porque Yo soy un Dios justo que no acepta ni un rasgo de iniquidad o injusticia en su reino.
Hay todo un plan que se está llevando a cabo. Varias cabezas de las naciones se reúnen con dirigentes religiosos de distintas razas y religiones para realizar una unión secreta llena de venganza, envidia y maledicencia. Este plan ya se está llevando a cabo. No es nada nuevo. Es un plan despiadado que lleva a las personas a la perdición. Es un plan opuesto al plan de restauración. Mis hijos no están del todo conscientes de que esto es cierto. Muchos no lo creen, pero efectivamente existe un grupo de gente que tiene el poder de manipular las masas y sus mentes. Si tú no lo crees, serás víctima de este gran engaño de la serpiente.
Mañana voy a venir y voy a exponer todo a la luz, inclusive lo que estaba en tinieblas, y ya no habrá más mentiras. Lo que no se sabía se sabrá, y lo que se escondía ya no encontrará su escondite, porque mi gran luz dejará todo expuesto y ya no habrá más mentiras que no se puedan ver. Esto será así porque así lo he decretado Yo, el Rey Supremo. El poder es mío; el poder real. El poder que creen tener estos grupos es ilusorio y momentáneo. Se creen que son capaces de todo, cuando no pueden mover un dedo sin mi aprobación. Pero este gran engaño será descubierto porque Yo ya tengo un plan: un plan de redención, un plan de restauración, un plan de renovación. Es un plan de levantamiento de todas las cosas. De lo bajo a lo alto será todo levantado, y de lo corruptible a lo incorruptible será todo transformado, lo que perdurará para siempre jamás.
Pero mientras tanto aún faltan algunas cosas por concretarse en este tiempo que estamos ahora, porque hay un orden que seguir, hay círculos que completar, hay finales que tienen que ser alcanzados. Tú no temas si te encuentras en mí, porque mi mano hace maravillas inimaginables para la mente humana y esta no se distrae. Sabe bien lo que tiene que hacer y dónde, cómo, de qué manera y con quién lo tiene que hacer. Nada queda exento de mi vista. Por lo tanto, mis ojos están siguiendo tus pisadas constantemente y mis ángeles anotan tu accionar. Por eso, busca siempre la vía justa y la senda derecha. No te desvíes del camino que he preparado para ti. Sé obediente y cumple con el plan que he creado para tu vida en esta tierra, sin apartarte ni a la izquierda ni a la derecha, para que Yo pueda cumplir mi deseo en ti y seas parte activa de mi plan, como una pieza del rompecabezas que se queda en su lugar para que la pieza completa llegue a formarse.
Entonces, amigos, varios dirigentes de las naciones se reúnen en secreto para concretar un plan macabro de «ensuciamiento» de las almas que no buscan mi nombre. Este plan está bastante avanzado ya, y muchos de sus pasos ya han sido cumplidos. Pero aún queda más. Viene lo peor. La parte más maléfica aún no se ha puesto en marcha, la parte donde estos hijos de Satanás llevarán a la humanidad al total descarrilamiento, a la rebeldía y a la perdición.
El amor escaseará y será normal «ser malo». Se le dará rienda suelta a los impulsos de la carne. Lo que la carne tenga ganas de hacer, eso se hará. La beatitud será como un pecado para los hombres, ya que lo bueno será malo y lo malo será bueno en esta época de incredulidad y de malicia que se aproxima para el hombre de iniquidad. Todo se transformará en una gran orgía de placeres carnales donde el cuerpo será el centro de atención, pero en un extremo desorbitante e inesperado.
La droga será común. Los anticonceptivos se regalarán de a montañas y serán distribuidos como caramelos del placer. Los hombres vivirán para satisfacer cualquier deseo que les venga a la piel, a los ojos, a las venas, al estómago, a la mente, al tacto, al gusto, al olfato y a todo lo que signifique «pasarla bien». Los adultos se acostarán con los niños y ya no será un escándalo, porque cualquier cosa que provoque el placer de la carne será aceptada y bienvenida en esta época de maldad extrema.
El diablo desplegará su maniobra de hacer todas estas cosas apetecibles para los hombres y mujeres que se entreguen al cuerpo y a sus deseos, y no vacilará en crear nuevas maneras de infringir mis leyes: leyes de homosexualidad, leyes de lesbianismo, concupiscencias para todos. Se ensordecerá lo bueno y se exaltará lo malo como si fuera un dios nuevo al que hay que alabar. Esa será la nueva religión de este siglo: el hedonismo sin barreras.
La maldad llegará a un extremo tan excesivo que será imposible caminar en la tierra sin participar de estas cosas, porque al que no quiera seguir esta nueva modernidad se le hará la cruz y se lo verá como un blanco que hay que eliminar. Se lo verá como si él fuera el pecador que está infringiendo estas leyes de modernidad. Se lo verá como un extraño que no cumple con las «normas de convivencia» de este siglo. Él será el malo, el rebelde, por no querer seguir con este lineamiento, con estas costumbres de una sociedad depravada y regidora de lo malo.
Esto lo estoy contando para que mis hijos sepan lo que viene, para que mis hijos no estén ajenos a lo que ha de venir al mundo. Esto lo estoy diciendo para que aquellos que aún me buscan se apuren en hacerlo, porque llegará un momento donde lo bueno será visto como algo tremendo y espantoso y será difícil para los que me siguen continuar en el camino sin la fuerza de mi Espíritu.
Y aún hay más: los animales se transformarán en un objeto sexual normal. La gente los adquirirá para obtener placer de ellos, y hasta los combinará con otros elementos de masturbación y de auto-sadomasoquismo enfermo donde el placer se combinará con el dolor, para «sentir más», porque el objetivo de esta generación será aumentar el sentir de la carne, los estímulos recibidos en estas actividades sodomitas que mi alma aborrece sobremanera.
En este campo, el individualismo será el protagonista. Cada uno tendrá su «equipamiento» personal en su casa para auto-otorgarse placer, al punto que será más la actividad sexual que realicen estando solos que acompañados por otro humano. Será peor que Sodoma y Gomorra, porque todo será más abierto, más creativo, más avanzado en la forma en la que se aplica la manera de conseguir placer, porque con el cuerpo solamente no alcanzará. Todo objeto externo será bienvenido en la cama.
Toda imaginación depravada será ejercitada sin ningún pudor ni vergüenza. Será normal hablar sobre estos temas. Ya no será un tabú. Será como cuando uno va al psicólogo y le cuenta de su vida privada sin guardarse nada, porque el hombre utilizará su lengua para maldecir al extremo. El diablo le enseñará a los hombres a utilizar el poder de la lengua de una manera sumamente incisiva, y el daño que provocará una sola persona al hablar será inmenso. Cada vez que hable irá destruyendo, atando, menguando, oprimiendo, programando, robando, rebajando, maltratando y demás cosas, las cuales están en poder del habla.
Esto será así porque así tiene que acontecer. Los grises se transformarán en solo negro y blanco. Ya no habrá tibieza en estos aspectos de la vida del hombre. Este hombre, hijo del diablo, será desfachatado, insolente, descarado, maldito, degenerado, depravado, asqueroso, inmundo, astuto para dañar. Estará absolutamente pegado a su cuerpo, casi sin tener conciencia ya de las cosas espirituales. No podrá vivir sin «sentir». El sentir será su dios, su imagen, su ídolo, su necesidad. Se levantará cada día ya necesitando sentir placer en su cuerpo.
Por eso su casa estará equipada para tal fin, para que cuando el cuerpo le pida algo, él ya esté preparado materialmente para darle lo que le pide. Estas casas serán como «casas de placer», pues todo lo que en ellas haya será destinado a satisfacer cualquier deseo carnal que le pueda surgir al hombre. El deseo de los ojos deberá estar cubierto. El deseo de los genitales deberá estar cubierto. Este tipo de hombre siempre estará listo para conseguir placer, y se crearán nuevos artefactos para esto. La industria de los objetos sexuales irá en alza, y los hombres utilizarán su creatividad y la imaginación del segundo cielo para crear nuevos elementos imitadores de la vida para interactuar con ellos, ya que interactuar con otro humano ya no será suficiente.
Aquí estamos entrando ahora, mis amigos, en la era de la indisciplina, en la era del liberalismo, de la indiscreción, y todo aquel que se levante contra esto será llamado «anatema» y será objeto de ridiculización y de persecución. Será como un enajenado de la sociedad. No duden de que todo esto se hará realidad, porque al mismo tiempo que entramos en los principios de dolores, la tierra sufrirá todo este cambio en la mentalidad del hombre y en sus corazones.
Va todo de la mano. Cuanto Yo más trabajo, más se levanta la maldad. La contraparte no se puede quedar atrás. Se irá desplegando como un abanico de posibilidades macabras para hacer el mal de una manera más libre. Todo estará permitido. El sistema de legislación será utilizado para darles permiso a los hombres para pecar, y con esta autorización aumentará y explotará lo que antes se hacía en secreto y en menor cantidad.
El error de matar la vida será moneda corriente. Cada mujer cometerá unos 20 homicidios de almas que no llegarán a caminar en la tierra, y esto será tan normal como cuando ellas hacen sus necesidades en el baño. Será tan normal matar la vida que hasta perderán la cuenta de los homicidios (infanticidios) que cometerán, como si fuera borrado de la superficie de su conciencia que esto está mal. Terrible será la condenación de estas almas que convirtieron sus cuerpos de mujer en tumbas caminantes. Ellas serán como sepulcros que aún tienen vida, pero que están llenos de muerte, porque la muerte se adueñará de sus cuerpos y de sus vidas, y vivirán en una tortura continua. El suicidio aumentará sus víctimas mujeres porque estas no podrán saborear el sabor de la vida habiendo asesinado innumerable número de almas que deberían haber nacido.
El objetivo del diablo es convertir a los hombres en un demonio caminante en la tierra. Ese es su plan, y para llevarlo a cabo necesita utilizar a los hombres, necesita medios terrenales, porque él es un espíritu y necesita acceder a lo terrenal a través de algo terrenal, a través de algo que camine y se mueva en la tierra. El plan del diablo es entrar en los humanos y desde adentro ir pervirtiendo su forma de vivir. Y esto se hace a través de las costumbres, a través de lo cotidiano, a través de lo diario. Por eso su objetivo es tornar todo lo que es malo para el hombre en «bueno» y todo lo que era impensado en «normal».
Una de las maneras de llevar a cabo su plan es exponer los secretos de lo oculto para que el hombre sienta interés en lo que no se puede ver. Esto lo logra utilizando el vacío que sienten las almas que no me conocen. Esto sucede debido a las concupiscencias en los corazones de aquellos que idolatran la carne. El diablo utiliza estas concupiscencias para anclarse al corazón de la persona portadora de ellas. Por eso deben mantener su mente limpia y elegir a qué pensamiento darle cabida y a cuál no. Ustedes deben separar las aguas en sus mentes, distinguir de dónde vienen sus pensamientos, y luego elegirlos o desecharlos. Porque en estos tiempos que vienen, el rey del mal buscará ensuciar cada vez más el agua de sus conciencias y hacerla cada vez más turbia para que se vuelvan como un filtro sucio que ya no es capaz de filtrar con eficacia lo que entra al vaso.
Sean inteligentes, mis amigos. No abran las puertas al enemigo, sino rechacen cualquier atisbo de malignidad que intente ingresar en sus pensamientos. Descarten cualquier idea inicua que quiera ingresar en sus «cajas» mentales. No permitan el ingreso de absolutamente nada que sospechosamente provenga de la oscuridad. Laven sus mentes día a día por la Palabra Santa que Yo mando. Mantengan sus casas limpias y, luego de barrerlas, siéntense a descansar, estando alertas y guardando la puerta para fijarse quién quiere entrar. No se confíen. Analicen todo, prueben todas las cosas, pidan guía, pídanme que les hable aún mientras duermen.
Yo estoy ahí, al lado de ustedes. Deben estar confiados en mí, pero atentos a los planes y movimientos del enemigo, porque él probará todas las maneras posibles para ingresar en sus casas. Le buscará la vuelta. Tratará de entrar en forma de serpiente por una hendidura de la puerta de entrada. Intentará ingresar tomando la forma de un humano. El diablo intentará espiarlos aún metido adentro de un perro, porque él utiliza todos los medios posibles para observarlos todo el tiempo y encontrar una excusa para acusarlos.
No le den tregua. Manténganse limpios, en mí, porque vienen tiempos en donde el dinero será utilizado para el mal de una forma progresiva. El dinero dejará de existir y solo se utilizarán ideas virtuales que no existen. Imaginaciones del segundo cielo reinarán sobre los bancos. La moneda será virtual y esto atará a las personas espiritualmente dependientes del dinero. Y el diablo habrá ganado dominio también sobre este aspecto de la vida del hombre y se hará rey sobre la humanidad que depende de la monetización para poder subsistir.
Así será porque el hombre habrá llegado a un punto de degeneración tal que llevará todo a un punto donde la comodidad reinará. La holgazanería, la pereza: estos son los amos de este siglo depravado, lleno de incredulidad, falto de espiritualidad para el hombre de pecado. Y así, el enemigo habrá ganado dominio sobre el dinero, manejando a los hombres como títeres obedientes que tendrán que rendirse como esclavos ante los nuevos estatutos que decretarán cómo deben manejarse para adquirir o intercambiar.
Todo esto será así porque así dejaré que se despliegue ante mis ojos. Esto será así porque todo tiene que manifestarse: lo bueno para lo bueno, y lo malo para lo malo. Las aguas se dividirán y por el medio pasarán los míos, blancos e inmaculados, llenos de amor por mí. Así será lo que se viene: martirio para los santos, fuego y azufre para los inicuos. Todos recibirán lo acordado. Y me acordaré de los que clamaron mi nombre en medio de esta tribulación de angustia y sufrimiento al ver cómo la humanidad se degenera de una manera descontrolada. Porque los corazones donde habita mi misericordia sufrirán y llorarán, sufriendo por dentro al ver cómo toda esta maldad se despliega y los hombres no se dieron cuenta. Los míos llorarán porque con todo esto muchos se entibiarán y ya no buscarán mi presencia, sino que se perderán en este infierno de malignidad y depravación.
Hijos míos, hoy estoy hablando a las personas interesadas en escuchar mi voz, para que sepan que no los he abandonado, para que sepan lo que ha de venir y estén preparados, porque viene tribulación a la tierra; mano dura para el hombre de pecado. Castigo eterno será lo que les espera a las almas amadoras del error. No es broma. Esto no es un asunto tibio, no es una negociación. Llega un momento en la vida de todo hombre donde se tiene que decidir entre la verdad y la mentira. Todos deberán tomar una decisión. Llega un punto en la vida de todo hombre donde el tibio elige entre volverse frío o caliente. Todos deberán tomar una decisión entre la luz y la oscuridad.
¿Por cuál vas a elegir tú? Yo soy un Señor amador de la bondad, amador de los corazones misericordiosos e interesados por el prójimo. Soy un Señor que busca glorificarse en manos trabajadoras, honestas, humildes y honradas. Elige por mí y conocerás un sinfín de cosas asombrosas que te deleitarán el alma, y la justicia inundará tu corazón y renacerá en ti un nuevo desafío: el desafío del amor sin barreras, porque nadie podrá apagar la chispa de amor que encenderé en ti, mi querida alma preciosa.
Hace tiempo que espero que me elijas a mí. Hace tiempo que espero que me estires la mano para tomarte de la mía. Eres invaluable ante los ojos de tu Creador y Padre eterno. Ven a mí y reconfórtate, dándome tus heridas para que Yo las sane, y te lavaré y pasarás por un proceso: proceso de renovación, proceso de reivindicación, proceso de regeneración paulatino a medida que caminas conmigo, con el Rey eterno, Jesucristo, el Mesías. Amén.
[2 Timoteo 3, RVR1960] También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita. Porque de estos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también estos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe. Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquellos. Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.