[Zacarías 13:9] Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.
Amados míos, dice el Señor, en esta ocasión utilizo a este vaso profético para derramar mi palabra en él, para que ustedes beban de esta profecía que viene a edificar, consolar y exhortar, a traerles claridad y animarlos a prepararse y a no dejar de velar por las cosas que están a punto de suceder.
Noelia: El Señor dijo que el año 2025 será un año imperialista, un año de conquistas, un año de guerras y no de paz.
¿Ustedes piensan que esto se ha terminado?, pregunta el Señor. ¿Han creído lo que ellos dicen en esas mesas extensas cuando sus bocas se llenan de palabras de diplomacia y de paz? No lo crean. Ellos mienten y se dan la mano, dice el Señor.
Noelia: El Espíritu de Dios está hablando sobre los gobernantes de las grandes potencias mundiales en este último tiempo.
Viene guerra y no paz, dice el Señor. Muchos de ustedes han escuchado estas advertencias que vengo dando a través de mis atalayas. Ellos suenan las bocinas una y otra vez, para que tal vez algunos de ustedes se preparen y no crean lo que dicen las noticias, y algunos sí han creído en estos anuncios y se han estado preparando mentalmente, espiritualmente e incluso materialmente.
Yo voy a estar con ustedes, dice el Señor. Yo sé bien lo que hago, tanto con el que se prepara como con el que no se prepara. Yo sé bien los planes que tengo para mi pueblo, pero prefiero que colaboren y no sean necios como los que escuchan que viene el mal a la tierra y no velan, para que ese mal, cuando llegue, tal vez no les haga daño.
Hay un porcentaje de mi pueblo que sí escucha las advertencias, que presta atención y se prepara, dice el Señor, pero la mayoría lamentablemente no escucha, porque no cree que Yo estoy advirtiendo en estos últimos días a través de mis bocas proféticas. O si escuchan, les entra por un oído y les sale por el otro y no hacen nada. Por eso, cuando llegue el agua de inundación —que representa los juicios que vienen a la tierra— los va a tomar desprevenidos.
Amados míos, dice el Señor, viene explosión de armas nucleares. ¿Ustedes piensan que ellos se han estado armando tanto tiempo para no usarlas? ¿Si realmente viniera la paz a las naciones, acaso no habrían dejado ya de armarse?
Es todo lo contrario a lo que se dice y se muestra. Hay una contradicción. No es verdad lo que los gobernantes de las naciones están tratando de vender al mundo. Es humo que desaparece y no queda nada luego de él, dice el Señor. No hay más rastro. Son palabras que caen en el piso. Son palabras vacías. No las crean.
Ustedes sean inteligentes y sigan armándose espiritualmente y emocionalmente para lo que van a pasar, para lo que van a ver, para lo que va a venir, dice el Señor, porque es destrucción repentina y muerte; las aguas amargas de Mara, contaminadas por la radiación; territorios enteros desechados, que quedarán inertes; tierras que mueren por causa de las armas que están a punto de ser utilizadas.
Mi pueblo no me cree, dice Dios, pero Yo ya vengo advirtiendo a través de mis bocas que estas armas ya están apuntadas unas contra otras. Algunas, de las que Yo ya he avisado que estaban construidas antes de que aparezcan en los medios, ya han sido mostradas. Pero hay otras que están escondidas bajo tierra, de las cuales ustedes no tienen idea de la capacidad que tienen. Son armas de destrucción masiva, y los jefes de las naciones ya están completamente listos en sus corazones para usarlas.
Ustedes están atrasados, dice el Señor. Están atrasados. No están al tanto de lo que se está forjando en las tinieblas: una nación contra otra, un grupo de naciones contra otro grupo de naciones. Viene guerra y no la paz.
No sean ingenuos, dice el Señor. Muchos de ustedes estuvieron alertas por un tiempo, pero después se relajaron y pensaron: «Ah, lo que está profetizado no es para ahora. No nos va a tocar a nosotros. Tal vez le toque a la próxima generación, quizás a mis hijos o a mis nietos». Pero no están entendiendo que los botones están a punto de apretarse, destruyendo territorios completos y ciudades enteras.
Lo que se vio en el pasado fue solo un bosquejo de lo que está por venir, un ensayo de algo mucho más grande y masivo que está por suceder, dice el Señor. No viene paz: viene más conquista, más imperialismo, más pelea por el poder y una carrera armamentista aún mayor que la que ya han visto.
Yo expongo los planes de los ministros en eminencia en las naciones nucleares, dice el Señor, y hoy vengo a decirles que no viene paz, sino destrucción; que no deben relajarse, sino levantarse de esa silla espiritual en la que están sentados y activarse. Tienen que armar un plan para poder resistir en mí lo que va a venir, dice Jesús, porque lo que pase en un extremo del mundo va a afectar al otro.
Aunque esas armas que están a punto de explotar quizás no exploten en sus propias naciones, eso no significa que la ola no los alcance y los afecte.
Lo que viene al mundo es hambre, escasez, falta de recursos naturales. La tierra se viene abajo junto con sus habitantes, y las naciones más afectadas por la explosión de estas bombas nucleares van a buscar depredar a aquellas donde las bombas no hayan explotado. Las naciones que se queden sin recursos por causa de la guerra serán como perros que quieran devorarse a las que todavía tengan para comer.
Así que nadie se va a salvar de la onda expansiva de estas explosiones nucleares que traerán extinción a ciudades completas, dice el Señor. Mi pueblo no entiende que tiene que buscar mi dirección y ser guiado por el Espíritu Santo más que nunca en estos últimos días.
Pregúntenme a mí y no se muevan del lugar donde están sin antes haber orado y buscado mi confirmación o negación, dice el Señor, porque cada uno de ustedes es una pieza distinta del rompecabezas y tiene que estar en el lugar perfecto y en el momento ideal para que se cumplan mis propósitos en su vida.
Pero si van por ustedes mismos, si buscan cambios sin la dirección de mi Espíritu, si se van a vivir a otro lado, a otra ciudad, a otra nación o a otro continente sin que Yo los haya llamado, están en peligro.
No se salgan de mi plan profético para sus vidas, dice el Señor, y búsquenme más, más y más. Búsquenme más que nunca y aprendan a escuchar mi voz. En este tiempo de trampas tan peligrosas que tienen que sortear constantemente, es clave que aprendan a escucharme y a entenderme. Es clave que sepan claramente cuál es la manera en la que Yo me comunico con ustedes.
No vayan por ustedes mismos, dice el Señor. Sean como mi siervo, aquel que dijo:
[Éxodo 33:15] Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.
Esperen a que les dé luz verde para avanzar, dice el Señor. Si dudan, esperen a mis tiempos. Esperen a mi sí o a mi no, y no se muevan del lugar donde están si no están completamente convencidos de que lo tienen que hacer.
Noelia: El pueblo de Dios tiene que memorizar y grabar en su corazón profundamente este versículo de Éxodo 33:15.
No te muevas del lugar donde estás si no recibes mi llamado, dice el Señor. No te cambies a la ciudad a la cual Yo no te haya llamado claramente.
Noelia: Algunos de ustedes serán como Lot, a quien el Señor llamó a salir de Sodoma y Gomorra antes de que caigan el fuego y el azufre de destrucción. Pero la clave será saber si Dios es el que te ha llamado a salir de donde estás o no. Y también deberás entender los tiempos proféticos de Dios para tu vida y para tu familia, para ser de bendición para ellos.
Hijitos, dice Dios, no se muevan de donde están sin mi dirección, pero tampoco dejen de moverse si han recibido mi dirección para salir de ese lugar. Muchos de ustedes tendrán que quedarse donde están, por mi dirección y mis propósitos divinos, pero otros serán como Lot y su familia.
Noelia: El Señor me trae a la mente este versículo ahora:
[Romanos 8:14] Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.
Este versículo tiene que volverse real en tu vida, dice el Señor. La guía del Espíritu Santo va a salvar a muchos de que sus vidas sean acortadas antes de tiempo por causa de la rebeldía, la desobediencia, la negligencia y la sordera espiritual.
Hijitos, dice el Señor, aprendan a escuchar mi voz. Aprendan a seguir las señales que pongo en sus caminos. Aprendan a entender cuál es mi voluntad para ustedes y a renunciar a su propia voluntad.
No sean tercos y no se resistan a mi llamado, aquellos a los que sí estoy llamando a mudarse del lugar donde están, por causa de los juicios que van a venir a ese lugar.
Noelia: Algunos de ustedes piensan o suponen que tienen que salir y mudarse de donde están viviendo ahora, pero Dios nunca los ha llamado a ese cambio. Sin embargo, hay otros a los que Dios viene llamando para que se vayan a vivir a otro lugar y no han hecho caso.
Están estancados como una mula, dice el Señor, la cual es difícil y casi imposible de mover una vez que ha decidido quedarse donde está. Pero lo único que esta desobediencia, esta rebeldía, esta dureza va a traer son consecuencias a sus vidas y a las vidas de los que estén bajo sus alas.
[Salmos 32:9] No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti.
Háganme caso en este momento, hijitos, dice el Señor. Yo sé por qué los llamo a salir o a quedarse. Escuchen, atiendan a mi voz y no endurezcan sus corazones. Muchos van a ser salvos de la ira que viene por causa de obedecer a la guía del Espíritu Santo. Sin embargo, otros van a sufrir las consecuencias de su desobediencia, pero no es lo que mi alma quiere, aunque de igual manera voy a utilizar esas situaciones de negligencia para refinarlos.
Ustedes no se imaginan lo que viene, dice el Señor. Las enfermedades de la piel van a aumentar por causa de las armas de destrucción masiva que van a comenzar a utilizarse. Una vez que una nación lance la primera piedra, las otras van a copiar este comportamiento, y en vez de pisar el freno inmediatamente, van a pisar el acelerador, compitiendo para ver cuál es la nación que está más y mejor armada.
Noelia: El Señor me dice que los hospitales se van a llenar de gente enferma de la piel y del sistema respiratorio. El aire y el agua se van a contaminar, y aparecerán cánceres en la piel más avanzados que los que vemos ahora.
[Apocalipsis 16:11] Blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras.
Hijitos, dice el Señor, ustedes no aceptaron que mi pueblo tiene que ser refinado como se refina la plata.
[Zacarías 13:9] Meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.
Hoy, mucho pueblo no me invoca, no me oye, y mucho menos me dice: «Jehová es mi Dios», porque han forjado un Dios que no soy Yo, dice el Señor. Le hablan a un personaje ficticio, porque no me conocen. No están adorando estatuas ni imágenes como en otras religiones, pero le hablan a un Dios que no conocen, como un ciego que le habla a alguien que no puede ver.
Hijitos, no sean ustedes así, dice el Señor. Salgan de la ceguera espiritual antes de que estos juicios les lleguen de cerca.
Tengo que refinar a mi pueblo porque es duro de cerviz, porque en seguida se acomoda en su sillón espiritual, porque en seguida se entrega a los placeres de la carne, a la glotonería y al entretenimiento.
Arrepiéntanse de la superficialidad y búsquenme de verdad antes de que venga el turbión, dice el Padre. ¿Por qué no me creen si todo lo que estoy diciendo está escrito que iba a ser así y que los dolores de parto van de menor a mayor?
Todo el mundo sabe que una vez que una mujer entra en los dolores de parto, la cosa no va a mejorar, sino que va a empeorar, hasta llegar a un punto de dolor que parece irresistible, donde a la mujer le parece que se va a morir del dolor antes de ver nacer a su bebé.
Así funcionan las cosas para que nazca este nuevo bebé que representa el nuevo cielo y la nueva tierra, dice el Señor. Primero hay que atravesar la aflicción de los dolores de parto. Y mi pueblo va a ser probado, como a lo largo de toda la historia de la humanidad mi pueblo fue probado, una y otra vez refinado, una y otra vez pasado por el fuego de prueba que quema pero no mata.
Entiendan que lo que viene no va a mejorar, sino que va a empeorar, dice el Señor.
[Mateo 24:8] Y todo esto será principio de dolores.
Hijitos, reaccionen y dejen de alabar a sus pastores, dice el Señor.
Noelia: Veo a alguien que hace movimientos de adoración con las manos y con el cuerpo, como los idólatras que se arrodillan en frente de una estatua. El Señor me muestra que muchos de ustedes hacen lo mismo con sus pastores, metafóricamente hablando.
En vez de seguirme a mí y armarse espiritualmente para resistir lo que viene, dice el Señor, los siguen a ellos, a esos fiesteros que sólo buscan en el calendario qué más se puede festejar. En vez de velar y preparar a la iglesia para que aprenda a ayunar y a clamar desde sus entrañas para mover mi corazón, lo único que hacen es enseñarles a adorar a mamón.
Detesto las súplicas que hacen para pedirme lo que no les conviene, dice el Señor. En vez de clamar por la conversión de las almas, en vez de clamar para que tenga misericordia de los perdidos, en vez de clamar por los enfermos y necesitados y hacer algo por ellos, lo único que hacen es entretener a sus vientres.
Estoy cansado de la hipocresía, dice el Señor, no de los de afuera, sino de los de adentro. Por eso tengo que hablar de esta manera. Por eso tengo que poner las cosas sobre la mesa cuando hay una boca dispuesta a hablar de mi parte y a no ponerme bozal.
Noelia: Estoy viendo que, mientras hablo lo que escucho, los ojos de muchos de ustedes se abren grandes. Les impactan este tipo de palabras proféticas y dicen: «Ay, nunca escuché a alguien hablar así». Otros dicen: «Qué exagerada esta persona. ¿De dónde salió? ¿Quién es esta? ¿Quién la avala? ¿Quién la envió?»
Las piedras que ustedes le tiran a mi sierva le pasan por al lado y no la tocan, dice Dios, porque su protección es profetizar a las naciones y obedecerme a mí, y ella sabe que a través de esa obediencia está segura, cubierta bajo mis alas.
Pero ustedes son unos cobardes, dice el Señor. Sabiendo hacer lo bueno, no lo hacen. Habiendo leído lo que está escrito sobre estos últimos días, no lo predican, no lo estudian y no lo practican.
Alinéense, dice el Señor, porque estos son tiempos totales y no parciales, y sólo va a resistir el que verdaderamente esté parado sobre la roca. Los amonesto porque los amo, dice el Señor. Los sacudo porque quiero salvarlos.
Muchos hijos de cristianos van a morir. Niños van a morir en esos juicios. Mucha mortandad va a tocar parte de mi casa, dice el Señor, y se van a asombrar y van a dejar de amarme. Por eso, en parte, el amor de muchos se va a enfriar, como dice la Palabra, porque no entendieron mis propósitos, porque no creyeron lo que estaba escrito para estos últimos días.
Viene destrucción masiva, dice el Señor, y vuelvo a repetir que tienen que prepararse para lo peor y no para lo mejor, y que disfruten cada momento como si el mañana no existiera, estando preparados y agradeciendo cada pedazo de pan que tienen en la mesa, aprovechando cada rayo de sol que aún se puede ver, porque las nubes que provocan las bombas nucleares van a tapar el sol y muchos ya no lo van a poder ver con la claridad que hoy lo pueden ver.
Entiendan que la tierra se viene abajo y que está escrito que lo que era ya no va a ser más, dice el Señor. Prepárense para lo peor y no para lo mejor. Pónganse a cuentas conmigo. Lávense toda mancha de sus vestiduras. Dejen de utilizar sus bocas para el mal y no para el bien. Evangelicen a muchos. Salgan a las calles. Den de comer a los necesitados. Visiten a los enfermos y a los encarcelados. Repartan lo que les doy en abundancia.
Glorifiquen mi nombre, dice el Señor. Sean la luz de las naciones. Salgan de los templos, donde no hace falta iluminar, porque ya hay luz. Enciendan el foco donde está oscuro. Clamen por misericordia. Velen en las madrugadas. Reúnanse a orar. Congréguense en mi nombre en grupos de hermanos y hermanas que sí tengan fuego de intercesión.
Actívense, dice el Señor, porque viene lo peor y no lo mejor. Clamen por los niños y por los viejos. Clamen por las tierras que se van a contaminar, para ya nunca más ser pisadas ni visitadas, porque hay lugares del mundo que ya no se van a poder pisar y donde ya no se va a poder habitar, de tanta contaminación y destrucción.
No se imaginan lo que viene y tampoco se lo quieren imaginar, dice el Señor, porque ustedes le dan más lugar al miedo que a la esperanza. Tienen más terror que fe. No saben caminar el camino. No saben ser ejemplo para los de afuera. Están más asustados que un perro callejero que ha sido golpeado tantas veces que ya no sabe si puede confiar o no.
Mi pueblo no sabe sufrir por amor a mi nombre y no sabe resistir, dice el Señor. Pero la Biblia dice que el que resista hasta el final, ese será salvo.
[Mateo 10:22] Seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.
[Mateo 24:12-13] Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará; mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.
Prepárense y no se duerman. Alístense y ajústense el cinturón de la verdad. Estudien la Palabra, inclusive de memoria, dice el Señor. Reciten los pasajes que necesitan durante el día, permanentemente, cuando se sientan atacados por miedo o incredulidad. Pídanme estrategias para resistir los golpes y las embestidas, que a veces se sienten como si alguien los chocara con un camión.
Yo lo sé, dice Jesús, porque Yo lo pasé primero. Pero Yo ya vencí primero, para que ustedes también venzan a través mío.
Hijitos, estoy con ustedes. Estoy refinándolos, pero no los he abandonado. Los voy a probar y voy a probar su fe, y a veces van a sentir o les va a parecer que Yo no estoy ahí. Para probar qué hay en su corazón, los voy a llevar a ese desierto espiritual, donde les va a parecer que están solos, para que se muestre lo que hay en su corazón, dice Dios. Pero eso no quiere decir que los habré abandonado.
Voy a probar cómo mi pueblo reacciona y voy a encargarme de prepararlo, dice Jesús, para que cuando se cumpla mi venida, muchos que hoy no están listos sí lo estén.
Los amo con amor entrañable y los he comprado con precio de sangre. Pero lo que está escrito se va a cumplir desde el comienzo hasta el final, justamente porque los amo y los redimo, dice el Señor.
Noelia: El Señor dice que les hablen a sus niños sobre lo que está escrito que va a venir para este tiempo. El Señor dice que no tengan miedo de prepararlos a ellos. Tenemos que enseñar a nuestros hijos, a los niños especialmente, a orar, a ayunar, a interceder, a defenderse proclamando la Palabra, a creerle más a Dios que al diablo, a entender cómo se camina en la armadura espiritual de Efesios capítulo 6.
No solamente ustedes tienen que aprender a entender la guía del Señor en sus vidas, a escuchar la voz del Espíritu Santo y a entender la forma en la que Él los guía, sino que también tienen que enseñar e impartir a los niños esta vida diaria de relación íntima con el Espíritu Santo, porque en muchas ocasiones ellos van a quedarse sin ustedes en estos eventos que van a suceder.
Dios también va a llevar a sus niños a depender únicamente de Él y no de ustedes, para que, cuando llegue la prueba, ya hayan aprendido a seguir la guía del Espíritu Santo por sí mismos y ya sepan cómo habla Dios por sueños, visiones y palabra profética, y cómo interceder por su familia, por sus colegios, por sus maestras, por sus compañeros, por sus amigos y demás.
Ellos tienen que tener una vida cristiana real, dice el Señor. Muchos de ustedes solo se ocupan de sí mismos, pero no de ellos, porque piensan que son muy pequeños, y no se imaginan que tal vez ellos, si son enseñados, pueden superarlos en caminar el camino de fe.
Prepárenlos y háblenles con la verdad, dice el Señor, para que cuando ellos miren por las ventanas de sus propias casas lo que va a suceder, no se asusten y ya estén avisados.
Enseñen a sus niños a escuchar y entender los avisos, en especial la Palabra. Enséñenles a prepararse y a saber cómo reaccionar, incluso a estar dispuestos a entregar sus vidas, dice el Señor.
Noelia: Dios dice que no solo habrá adultos mártires, sino también niños mártires, que Dios creó específicamente para cumplir ese propósito en sus vidas y que Él está preparando y va a preparar para que, cuando llegue el momento, así como Esteban se entregó con su corazón lleno de fe y estando él lleno del Espíritu Santo, estos niños también lo hagan.
Prepárenlos y estén atentos a lo que voy a hablar a sus hijos en sus casas, dice el Señor. Estén atentos a lo que les voy a mostrar en los sueños. Estén atentos a lo que esos niños van a profetizar.
Muchos niños ya han visto la destrucción masiva que viene, dice el Señor. Muchos ya han visto cómo será cuando se lancen las bombas y cómo quedarán las ciudades. No son imaginaciones vacías. No siempre son sueños que nacen de sus miedos. Muchos de esos sueños son revelaciones.
Como ustedes no están abiertos para recibir lo que les quiero decir, entonces les hablo a través de ellos, dice el Señor. Escuchen a los mensajeros. Presten atención a lo que muestro y pregúntenme a mí por toda dirección.
Los amo, hijitos, dice el Señor. Les he preparado una mesa llena de comida, un banquete para disfrutar. Son las bodas del Cordero. Pero antes viene la aflicción al mundo. Decidan quedarse y pasar por esa tormenta sabiendo que van a vencer, sabiendo que si se quedan en mí, no existe la opción de fracasar. Decidan pasar por ella y no se escapen más.
Noelia: Dios me hace sentir ahora su amor por ustedes. Es un amor indescriptible.
Los amo, hijitos, dice el Señor. Están a mi cuidado. Están en mi mano. Están bajo mi sombra. Pero eso no significa que no van a ser probados.
Sin embargo, aun cuando estén siendo probados, van a seguir estando en mi mano. Van a seguir estando bajo mi sombra. Aun cuando la llama de ese fuego ardiente los queme tanto, Yo voy a estar ahí con ustedes y no los voy a abandonar. Pero todo se va a cumplir, hasta la última tilde de lo que se escribió para estos últimos días.
Ustedes son ese pueblo elegido para ser refinado como la plata en este último tiempo. Sean valientes y no abandonen el camino, dice el Señor. Sean pacientes, porque los voy a ayudar. Tengan fe y confíen en mí. Confíen en que Yo sé bien los planes que tengo para mis hijos. Son planes de bien y no de mal.
Aunque muchos a tu alrededor abandonen la fe, no sigas por ese camino, dice el Señor. Aunque muchos hermanos confiesen que se van de la familia de Dios, no los sigas. Permanece, dice el Señor. No avances por la izquierda, sino por la derecha. Haz el bien, porque Yo pagaré. No sucumbas a la tentación de volver al mundo, porque en el mundo solo vas a encontrar destrucción.
Si estás en mí, va a haber aflicción, dice el Señor, pero para refinarte y no para destruirte.
Te amo y te bendigo, dice el Señor. Ten esperanza, hijito, porque estoy en todas las cosas.
Noelia: Lo veo a Jesús vestido de rey, con una corona imponente, con los brazos abiertos en el aire, mostrándose con una autoridad altísima.
Gloria a Jesús. Alabado sea tu nombre, Señor, bendito Rey de reyes y Señor de señores.
