Traducciónes: inglés
[Juan 3:3] De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
[Juan 3:5-6] De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
Amados míos, dice el Señor, hay muchos de ustedes que se sienten secos, que se sienten en oscuridad, que no pueden experimentar ciertas cosas espirituales. Cuando escuchan a otros contar sus experiencias espirituales, ustedes piensan: «No sé de qué está hablando esta persona, porque a mí nunca me pasó algo así».
Noelia: Muchos de ustedes tienen sed de probar esas aguas, aguas que solo el Espíritu Santo adentro nuestro nos puede dar de beber. Y me viene a la mente ese pasaje:
[Juan 7:38-39] El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
El Espíritu me revela ahora que algunos de ustedes se sienten literalmente con mucha sed de las cosas espirituales. Se sienten secos, y algunos de ustedes hasta han soñado que estaban en un desierto y que no había agua para beber, o que tenían sed pero no encontraban agua para calmar esa sed.
El Señor dice que algunos de ustedes se sienten ciegos. Quieren palpar las cosas espirituales, pero no pueden hacerlo. Cuando se predica o se habla de cosas espirituales, sienten como si esas cosas estuvieran muy lejos. Las quieren experimentar, las quieren tocar, pero al mismo tiempo sienten como si les faltara algo, como si hubiera un impedimento para poder experimentarlas, como si hubiera algo que se interpusiera entre ellas y ustedes.
El Señor dice que están sintiendo eso porque verdaderamente hay algo que les falta, y esto es nacer de nuevo.
Solo el que nace por el Espíritu de Dios puede experimentar las cosas espirituales, dice el Señor, y no solo experimentarlas con revelación del Espíritu de Dios, sino entender por el Espíritu lo que está experimentando.
Noelia: Me viene a la mente este pasaje:
[1 Corintios 2:12-14] Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Lo que es carne experimenta lo carnal y lo que es espíritu experimenta lo espiritual. Por lo tanto, hay cosas donde no van a poder acceder si no reciben el Espíritu Santo en ustedes, si no son bautizados por el Espíritu Santo, si no nacen de nuevo por agua y por Espíritu, me dice el Señor. El Señor les habla a todos aquellos que se sienten estancados, que sienten que les falta algo.
Es cierto lo que ustedes están sintiendo o sospechando, dice el Señor. Lo que les falta es la inmersión en el Espíritu Santo. Les falta pasar por ese nuevo nacimiento. Les falta ser regenerados. Les falta ser bautizados por el Espíritu.
Noelia: El Señor me hace saber que muchos de ustedes han pasado por el bautismo en agua, pero no han recibido el bautismo del Espíritu Santo. No han sido regenerados a través de la inmersión en el Espíritu de Dios, y el nuevo nacimiento no se ha completado.
[Hechos 1:5] Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
Por lo tanto, dice el Señor, creer no es suficiente para experimentar las cosas espirituales, para experimentar el reino de Dios de manera espiritual, por el Espíritu de Dios. Creer no es suficiente para que ustedes puedan ver el reino de Dios, como dice Juan 3:3, y para entrar en el reino de Dios, como dice Juan 3:5. Tienen que dejarse bautizar en agua y tienen que recibir el Espíritu Santo, pasando por la inmersión en el Espíritu Santo.
Para poder nacer de nuevo, tiene que completarse este proceso, dice el Señor, y muchos de ustedes se sienten como que les falta algo, porque literalmente les falta algo.
No han completado ese proceso y no han sido completamente regenerados. No han cumplido con todos los pasos que una persona tiene que cumplir para poder entrar en el reino de los cielos y experimentar y entender las cosas espirituales a través de la revelación que concede el Espíritu Santo.
Noelia: El Señor dice que algunos de ustedes son como un foco que está apagado y que no se ha encendido, porque no han recibido la luz a través del bautismo en el Espíritu Santo de Dios. Otros están literalmente opacos en el Espíritu porque no han sido sumergidos en el Espíritu Santo.
Cuando uno es bautizado en agua, su cuerpo es sumergido en agua por completo, de cabeza a los pies. Pero cuando el Señor Jesús bautiza en el Espíritu Santo, Él nos sumerge en las aguas del Espíritu en las inmediaciones espirituales. El cuerpo es sumergido en agua, y el espíritu es sumergido en el Espíritu Santo, en las aguas del Espíritu. Así me lo muestra el Espíritu Santo ahora.
[Mateo 3:11] Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
La decisión de ser bautizados en agua la tomamos nosotros, pero es el Señor Jesús el que decide cuándo bautizarnos en el Espíritu Santo, cuándo pasaremos por esa inmersión en el Espíritu Santo. Es el Señor Jesús el que envía al Espíritu Santo para que seamos bautizados en Él.
Amados míos, dice el Señor, muchos de ustedes se quedaron a mitad de camino. Algunos simplemente dieron el primer paso, que es creer en el Hijo de Dios, y ahí se quedaron, e inclusive asisten a las iglesias.
Noelia: Algunos de ustedes solamente creen y confiesan que Jesús es el Hijo de Dios. Tienen la certeza en sus corazones de que Jesús murió por nosotros en la cruz, resucitó al tercer día y está sentado a la diestra del trono del Padre, pero ahí se quedaron.
Estoy viendo un camino ahora, y el Señor me revela que hay distintos pasos que alguien tiene que dar para completar ese tramo. Los que solamente creen se quedan en el primer paso y no avanzan en los demás pasos que tienen que dar para entrar en el reino de Dios.
El Señor me dice que un paso más después de creer es arrepentirse y convertirse de todo corazón, dar la vuelta completamente, cambiar completamente para ya no volver a los pecados pasados. Me vuelvo de mis pecados para mirar a Dios. Dejo de darle la espalda a mi Creador y me doy vuelta para mirarlo de frente.
Eso significa arrepentirse. No es simplemente reconocer que lo que uno hizo estaba mal y sentir remordimiento por esas ofensas que cometió contra el Señor, sino darse la vuelta completamente de ese camino pecaminoso en el que uno estaba andando.
Es un giro total y no parcial, como cuando uno va derecho por una ruta y de repente se agarra la cabeza y dice: «¿Qué estaba haciendo? Este camino está mal. Tengo que cambiar», y se da la vuelta completamente para ya nunca más caminar por ese camino.
Esto es lo que les falta a los que ya creyeron pero que aún no se arrepintieron: arrepentimiento de corazón, quebrantamiento, tristeza por causa del pecado, remordimiento por lo que hicieron. Cuando una persona se arrepiente de verdad y de todo corazón, piensa que quisiera volver atrás para no hacer lo que hizo mal, y duele.
[2 Corintios 7:10] Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.
De esto está hablando el Señor: de un dolor que lleva al arrepentimiento, de un quebrantamiento de todo corazón, de una aflicción que lleva a pedirle perdón a Dios.
Ese es el segundo paso que una persona tiene que dar después de creer, o en el mismo momento en que cree, porque la idea del Señor es que una persona se convierte a Jesús y nace de nuevo en un mismo momento, como cuando Jesús se bautizó y vino el Espíritu Santo sobre Él, aunque Jesús no tenía de qué arrepentirse, porque nunca había pecado.
Lo ideal es que una persona crea, se arrepienta y reciba el Espíritu Santo en el mismo momento, y luego pase por el bautismo en agua para completar el proceso de nacer de nuevo.
Hay algunos que se dicen ser cristianos y hijos de Dios, pero no han nacido de nuevo y no tienen el Espíritu Santo. Por lo tanto, no pueden ver el reino de Dios ni entrar en él ni caminar en el poder del Espíritu de Dios, porque el Espíritu de Dios no habita en sus templos. Sus espíritus no han sido regenerados para caminar en lo espiritual, porque no han pasado por el proceso de cambio por el cual tienen que pasar para nacer de nuevo.
El Señor dice que el primer paso para nacer de nuevo es creer en el Hijo de Dios y confesarlo, pero no alcanza con solo creer. Mucha gente asiste a congregaciones cristianas y piensa que con creer que Jesús es el Hijo de Dios alcanza, pero la Biblia dice que los demonios también creen y tiemblan.
[Santiago 2:19] Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
Para completar el proceso de nacer de nuevo, hay que tener en cuenta varios pasajes de la Escritura. Para cerrar el proceso de nacer de nuevo y ser regenerado, uno tiene que cumplir con toda justicia, como dijo Jesús a Juan. Por lo tanto, cuando una persona cumple con los pasos que tiene que dar para nacer de nuevo, cumple con toda justicia. En cambio, cuando una persona no lo hace, está siendo injusta, me dice Dios, porque no cumple con toda justicia.
Si hasta el Señor Jesucristo, siendo Hijo de Dios, tuvo que pasar por el bautismo en agua y recibir el Espíritu Santo, ¡cuánto más para nosotros no será suficiente solamente creer en Él como Hijo de Dios!
No pueden quedarse en el inicio de este viaje, que es creer en Jesús y confesarlo como su Salvador, sino que tienen que cumplir con los pasos que Jesús mismo cumplió por obediencia. Tienen que arrepentirse para estar aptos para recibir el bautismo del Espíritu Santo.
[Hechos 2:38] Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
El Señor dice esto porque hay algunos que han creído pero no se han arrepentido. Por lo tanto, no son acreedores de recibir el bautismo del Espíritu Santo de Dios, porque sin arrepentimiento Jesús no envía al Espíritu Santo a bautizarlos.
Por más que uno se deje bautizar en el agua, sin arrepentimiento ese bautismo se vuelve un símbolo vacío. Aunque en lo físico la persona entra en agua, en el espíritu no ha cambiado nada. El cuerpo no ha sido entregado para que pertenezca al Señor Jesús.
Y no sólo eso, sino que es como un insulto, porque es mentirle al Señor cuando uno se bautiza sin estar arrepentido, y esto abre las puertas para que el juicio de Dios caiga sobre su vida por escupir en la cruz del Señor.
Es fuerte lo que digo, pero esto es lo que el Espíritu me revela ahora para que ustedes entiendan la importancia de tomar estos actos seriamente, porque no son un juego para Dios, y cuando uno los realiza, literalmente suceden cosas en el espíritu.
Uno tiene que creer en Jesús como el Salvador y también arrepentirse de verdad y de todo corazón, convirtiéndose de los ídolos al Señor, dejando de pecar, renunciando a toda iniquidad y pasar por el bautismo en agua como símbolo de que uno entrega su vida a Jesús para ya no ser igual que antes.
Los que no hayan recibido el bautismo del Espíritu Santo antes, podrán recibirlo después de completar el bautismo en agua. El Señor dice que, ya sea antes o después del bautismo en agua, es necesario pedir el bautismo del Espíritu Santo.
El Espíritu me revela que esa es otra cosa que muchos de ustedes no sabían o no entendieron así. Si aún no han recibido el bautismo del Espíritu Santo, lo pueden pedir, como dice la Biblia.
[Lucas 11:13] Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Pero para estar aptos para recibirlo, uno tiene que estar arrepentido, no solamente creer. Por eso muchos de ustedes no han recibido el bautismo del Espíritu Santo de Dios: porque han creído pero no se han arrepentido.
Por lo tanto, todo aquel que se sienta seco y tenga sed de beber del Espíritu Santo, todo aquel que no siente esos ríos de agua viva corriendo en su interior, todo aquel que no pueda experimentar el reino de Dios, caminar en el Espíritu y entender las cosas espirituales, todo aquel que haya cumplido con los pasos requeridos y que ya ha sido limpiado y preparado para el Señor, que pida el bautismo del Espíritu Santo, y el Señor se lo concederá si realmente está arrepentido, si realmente ha obedecido y cumplido con toda justicia.
La obediencia es primordial para estar aptos para recibir el bautismo del Espíritu Santo de Dios.
[Hechos 5:32] Nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.
Algunos han creído y se han arrepentido, pero no han querido dejarse bautizar en agua. No han creído en la importancia del bautismo en agua. Lo han subestimado, postergado y esquivado. El Señor espera que obedezcan y cumplan con toda justicia, para que Él entonces envíe al Espíritu Santo para bautizarlos en el espíritu.
El Señor dice que cumplan con toda justicia. Escudriñen la Biblia, porque ahí están escritas todas las cosas que ustedes tienen que hacer, y decídanse de todo corazón a obedecer y hacerlas, para ser encontrados dignos para ser regenerados a través de recibir el Espíritu Santo de Dios.
Si algunos de ustedes sienten que es necesario que ayunen para que el Señor les revele cuál es la traba, cuál es el problema, qué es lo que les falta para estar aptos para recibir ese bautismo, háganlo, sin pasar más tiempo.
Tienen que anhelar nacer de nuevo, dice el Señor. Tienen que desearlo con todo su corazón. Tienen que pedirlo. Tienen que rogarlo. Tienen que clamar por el bautismo del precioso Espíritu Santo.
El tiempo es corto, dice el Señor, y ustedes necesitan nacer de nuevo, no solo para ver el reino de Dios y para entrar en él, no solo para ser una nueva criatura en Cristo Jesús, sino también para encontrar su identidad, para conocer su propósito, para caminar en el poder que otorga el bautismo del Espíritu Santo y para operar en los dones espirituales que concede el Espíritu una vez que viva en ustedes.
[1 Pedro 1:23] Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
El Señor dice que muchos de ustedes están aburridos. Conocen la Biblia, van a los cultos, incluso se reúnen con otros hermanos, pero sus vidas no cambian y siguen siendo igual que antes. La única diferencia es que creyeron cuando les predicaron acerca de Jesús.
No pasa nada a nivel espiritual en sus vidas. Escuchan a los demás que hablan de cosas espirituales y no las entienden, y a veces hasta ni las creen, porque, como no las pueden experimentar, piensan que los demás están inventando, exagerando, mintiendo o imaginándose cosas.
Pero solo el que está nacido de nuevo puede caminar en cosas nuevas, porque es una nueva criatura, porque es literalmente una nueva persona en Cristo Jesús. Nacer de nuevo es literal. Es como volver a nacer. Es un antes y un después. Uno no es el mismo después de haber nacido de nuevo.
La cruz de Jesús marca un antes y un después en la historia del hombre, y todos los que vivimos bajo el nuevo pacto que Jesús estableció, los que creemos en Él y estamos nacidos de nuevo, tenemos como regalo por gracia el privilegio y la honra de poder vivir en el Espíritu como Él vivió, caminando en el poder de Dios.
El Señor dice que tienen que entender la importancia de nacer de nuevo y que reaccionen. Levántense de la silla donde están desde hace tanto tiempo, sintiéndose secos, apagados, oscuros, sintiendo que les falta algo, viendo que no pueden avanzar, que hay límites que no pueden pasar.
Muchos de ustedes leen el Libro de los Hechos y dicen: «¿Cómo puede ser que yo no experimento nada de lo que está escrito acá? No puedo hablar en lenguas, no profetizo, no tengo visiones, no hago milagros ni sanidades, no puedo discernir lo que veo que los otros disciernen. ¿Por qué?»
Es porque no están nacidos de nuevo. El Espíritu Santo de Dios no los ha bautizado, no los ha llenado. El templo que son ustedes no se llenó de la nube de poder que es el Espíritu Santo. La Biblia dice:
[Hechos 1:8] Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Algunos de ustedes salen a predicar por las calles y le hablan a los demás de Jesús, y a veces hablan de cosas que no han experimentado, que no han visto, que no han palpado, porque el Espíritu Santo no habita adentro de ustedes. Han leído cosas espirituales, pero no las han vivido, porque es el Espíritu Santo el que concede el poder de Dios en nosotros.
Algunos de ustedes no pueden dejar de pecar porque no han experimentado esa fuerza extraordinaria para resistir la tentación que solo concede el Espíritu Santo de Dios morando en nosotros, porque el que no ha nacido de nuevo, el que no ha sido bautizado por el Espíritu de Dios, sigue siendo solamente carnal y no espiritual. Las cosas espirituales no tienen más protagonismo que las carnales, porque no está el Espíritu de Dios llevándolos a caminar en ellas.
El que no ha nacido de nuevo por el Espíritu de Dios se mantiene en un plano terrenal. Tiene un espíritu, pero ese espíritu no ha sido regenerado. Tiene un cuerpo, pero el cuerpo no es un templo que ha sido llenado de la nube del Espíritu Santo y del poder que concede.
Por lo tanto, no va a caminar en el nivel espiritual en que caminan los que están nacidos de nuevo. Se va a mantener en un plano terrenal, en un plano carnal, y su espíritu no va a poder elevarse por sobre las cosas terrenales y carnales, porque no está conectado con el Espíritu Santo, que es el que lo eleva en las cosas espirituales.
El Señor dice que hay un nivel más para los que no están nacidos de nuevo, para los que no experimentan esas cosas espirituales y ni siquiera las pueden entender. Y no las pueden entender porque solo el Espíritu Santo puede interpretar y revelar lo que sucede a nivel espiritual. Lo espiritual se entiende a nivel espiritual, y el Espíritu Santo es el que da la llave para abrir esos misterios escondidos.
Hoy es el momento de actuar, dice el Señor. Hoy es el momento de decidirse por cumplir con la justicia que no has cumplido hasta aquí. Hoy es el momento de cambiar y de no quedarte estancado donde estás. Esta es la respuesta que me pediste, dice el Señor. Esto es lo que te está faltando.
Noelia: Muchos de ustedes desean hablar en lenguas, escuchar la voz del Señor y recibir revelación, pero sus ojos no van a ser abiertos hasta que no reciban el poder del Espíritu Santo viviendo en ustedes, porque es el Espíritu Santo el que abre los ojos para recibir revelación.
Por eso dice la Biblia en Juan 3:3 que el que no ha nacido de nuevo no puede ver el reino de Dios. Los que no han nacido de nuevo tienen los ojos espirituales cerrados, por más que de vez en cuando puedan tener algún sueño de revelación o recibir alguna gotita.
Si el Señor en su soberanía quiere entregar alguna revelación a alguien que no ha nacido de nuevo, Él lo puede hacer, como lo hizo con Nabucodonosor, que recibía sueños de Dios, o con otros inconversos mencionados en la Biblia.
Dios puede revelar a quien Él quiera, nacido de nuevo o no, pero nunca va a ser semejante. No se puede comparar un foco que está apagado con uno que está encendido, me dice el Señor. No se puede comparar a alguien que tiene los ojos del Espíritu cerrados con alguien que los tiene abiertos.
Hay cosas en la Biblia que no las van a entender hasta que no reciban el bautismo del Espíritu Santo, porque la Biblia está inspirada por ese mismo Espíritu que les dio las palabras a los hombres que escribieron los libros de la Biblia. Y si el Espíritu Santo es el autor de esas palabras bíblicas, solamente las vas a poder entender e interpretar a través de la revelación que Él concede.
Es un antes y un después, dice el Señor. Golpeen esa puerta para que se les abra.
Noelia: Algunos de ustedes tienen que insistir. Han creído, se han arrepentido, se han dejado bautizar en agua y están en santidad, pero no han insistido para recibir el don del Espíritu Santo, y en parte es porque no han realmente creído que lo pueden recibir. No han creído que Dios se los quiere dar.
Eso es un pecado del cual se tienen que arrepentir, porque lo hacen a Dios mentiroso, cuando la Biblia dice que el Señor le dará al Espíritu Santo al que se lo pida.
Ustedes han cumplido con los pasos anteriores, pero no se creen dignos de recibir el don del Espíritu Santo para que viva en ustedes. Tienen que arrepentirse, porque son ustedes mismos los que ponen una piedra de tropiezo entre el Señor y ustedes, llamándolo mentiroso indirectamente.
Así que, cuando les vengan a la mente estas mentiras, tienen que proclamar el versículo que dice: «¿Cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?»
El Señor me revela ahora que han sido quitados los bloqueos en varios de ustedes al entender lo que acabo de decir. Arrepiéntanse y pídanle perdón al Señor, porque no es que Dios les ha cerrado la puerta para no bautizarlos en el Espíritu Santo, sino que ustedes han cerrado la puerta por no creerse dignos de recibirlo.
Arrepiéntanse de hacerme mentiroso, dice el Señor. Arrepiéntanse de creer que ustedes pueden decidir quién puede recibirlo y quién no, porque Yo soy soberano.
Noelia: Ahora veo que Jesús a veces sopla en el espíritu para que una persona reciba el bautismo del Espíritu Santo a través de un viento espiritual, y me viene a la mente la palabra «ruach», que en hebreo significa «viento» o «espíritu». Es el Señor Jesús mismo quien visita a algunos para que reciban el Espíritu Santo.
[Juan 20:22] Habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
El Señor aún hoy sigue haciendo esto que dice este pasaje, pero en las inmediaciones espirituales. Él sigue bautizando en el Espíritu Santo a muchos a través de soplar, aunque ustedes no lo pueden ver.
Algunas personas han recibido el Espíritu Santo de esta manera, y yo soy una de ellas. Cuando recibí el Espíritu Santo, sentí que un viento recio y fuerte entraba por mi boca.
Tengan fe, dice el Señor, porque sin fe es imposible agradarme, y la incredulidad puede ser una piedra de tropiezo para que el proceso de nacer de nuevo no se complete. Tienen que creer que pueden nacer de nuevo y que Yo quiero que nazcan de nuevo. Tienen que creer que hay un Espíritu Santo que quiere entrar en todos aquellos que lo anhelen y que limpien su casa para hacerle un lugar.
Tienen que convertirse en una habitación digna e invitarlo a que ingrese, dice el Señor. Llámenlo y ámenlo, para que venga a vivir en ustedes, porque tengo muchas cosas para darles y muchos regalos para otorgarles. Quiero llenar sus manos de piedras preciosas, pero estoy esperando que cumplan con esa justicia que aún tienen pendiente de cumplir.
Si Yo mismo fui obediente para cumplir con todo lo que se me ordenó, dice Jesús, ¿cuánto más ustedes, que son mis hermanos menores? Háganlo y no retarden más el bautismo en agua. Arrepiéntanse de verdad y crean realmente que existo, para que no haya ningún impedimento y pueda visitarlos y soplar en sus bocas para que reciban la vida espiritual y sea un nuevo comienzo para ustedes.
Estoy dispuesto, dice Jesús, pero demando santidad y obediencia. Demando rectitud, en el sentido de cumplir con los pasos que están escritos para completar ese proceso de ser nacido de nuevo.
La vieja criatura no les sirve para cumplir con mis propósitos divinos en sus vidas, dice el Señor. No van a poder avanzar siendo los mismos de siempre. Tienen que dejar al viejo hombre atrás para convertirse en una nueva persona y para que Yo les dé un nuevo nombre, que únicamente se recibe cuando uno nace de nuevo.
Hijitos, dice Dios, oren por los que no han nacido de nuevo. Les hablo a los que son míos, los que pueden ver el reino de Dios, los que están autorizados para entrar en el reino de Dios. Intercedan por los que aún no han completado ese proceso.
Intercedan para que tomen conciencia de la importancia del arrepentimiento genuino, profundo y total. Intercedan para que los que no han dado el paso de dejarse bautizar en el agua lo hagan, entregándose a mí. Intercedan para que Yo los visite y bautice en el Espíritu Santo a aquellos que aún no hayan recibido este bautismo.
Oren por ellos, dice el Señor, porque dentro de los que se dicen ser congregación de los santos hay algunos que están encendidos y otros apagados. Oren para que las lámparas oscuras comiencen a brillar. Oren para que los que aún están en oscuridad reciban la luz. Oren para que los que aún le pertenecen al mundo pasen a pertenecerme a mí.
Es un antes y un después, dice el Señor, y ustedes tienen que interceder para que muchos más nazcan de nuevo y me experimenten de verdad, porque solo se me puede conocer realmente y profundamente cuando los ojos espirituales se han abierto a través del nuevo nacimiento.
Noelia: Otra de las cosas que el nacer de nuevo facilita es poder ver al Señor como es y recibir la revelación de quién es Él por el Espíritu Santo, que viene de Él.
Es a través del Espíritu Santo que se les puede ser revelado realmente quién soy Yo, dice el Señor, y hasta que no lo reciban, se chocarán y se toparán contra una pared. Encontrarán un límite, una barrera, una puerta cerrada, la cual no se les podrá abrir, por más que golpeen, pateen y clamen.
Tienen que nacer de nuevo para ver realmente quién soy Yo, dice el Señor. Tienen que nacer de nuevo para entender las cosas espirituales de verdad. Tienen que nacer de nuevo para caminar en el poder que necesitan para destruir las obras de las tinieblas, porque el diablo también tiene poder.
Ustedes necesitan el poder que otorga el bautismo del Espíritu Santo para derribar las obras del enemigo, porque el poder espiritual se enfrenta con más poder espiritual, y el único que puede llenarlos y concederles el poder que necesitan para destruir las obras de las tinieblas es el Espíritu Santo habitando en ustedes.
Si ustedes reciben el bautismo del Espíritu Santo y completan el proceso de nacer de nuevo, dice el Señor, se convertirán en un arma poderosa y peligrosa. El enemigo no le teme a aquel que no ha nacido de nuevo, pero el que ha nacido de nuevo se transforma en una amenaza para su reino.
El diablo sabe que si esa persona permanece en mí, camina en santidad y se mantiene llena de ese poder y de su manifestación, nada podrá frenarla. Entiendan la importancia de esto, dice el Señor.
Noelia: El Espíritu vuelve a repetir que es un antes y un después. Cuando naces de nuevo, la vieja persona queda literalmente atrás y todo cambia para bien y se acomoda a los propósitos de Dios para tu vida. Te vas a poder mirar en el espejo y entender quién eres en Dios, y realmente vas a sentirte pleno cuando esa preciosa nube se mueva en ti.
[2 Corintios 5:17] Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Ahora veo una persona que profetiza. Es el mismo Espíritu Santo que habla a través de esta persona.
Esto significa que muchos de ustedes anhelan profetizar, escuchar la voz de Dios y hablar palabras del cielo, hablar de parte de Dios, en el nombre de Dios. Pero no lo van a poder experimentar hasta que no nazcan de nuevo, porque es el Espíritu Santo el que otorga los dones espirituales y el que manifiesta el poder de Dios a través de los dones.
Dios quiere traer un renuevo en tu vida. Dios quiere que puedas respirar un aroma mentolado. Dios quiere refrescarte. Dios quiere darte un nuevo comienzo. Dios quiere llevarte a tierras impensadas, simbólicamente hablando. Dios quiere revelarte cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en el corazón de hombre. Dios quiere darte llaves para abrir misterios celestiales. Dios quiere darte más revelación y entendimiento de las Escrituras.
Dios quiere que seas uno de ellos —esto escucho—, uno de los que habitan en su presencia, uno de los que tienen ingreso en el templo celestial de Dios, en el Lugar Santísimo. Dios quiere que se te abra la puerta para entrar en su Reino.
Dios quiere que veas lo que ahora no puedes ver y que experimentes lo espiritual en un nivel mayor. Dios quiere que ya no estés aburrido, cansado y a punto de renunciar a la fe de Jesucristo. Dios quiere que salgas de la rutina en la que estás y de la sequedad espiritual. Dios quiere calmar tu sed. Dios quiere que te sientas vivo y ya no más muerto o apagado.
Pero hay un paso que tienes que dar, y cada uno de ustedes sabe cuál es el paso que le está faltando.
Recuerden que Jesús comenzó su ministerio únicamente después de que se dejó bautizar en agua y recibió el bautismo del Espíritu Santo, y después de que se fue a ayunar 40 días al desierto y volvió lleno del Espíritu Santo. Su ministerio comenzó después de haber sido probado en el desierto, pero Jesús ya estaba lleno del poder del Espíritu Santo para resistir esas tentaciones.
[Lucas 4:14] Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.
Por eso es que aún no te he llamado, dice el Señor. Por eso es que todavía no hay un ministerio preparado para ti, porque para cumplir con un ministerio es necesario estar lleno del Espíritu de Dios. Es necesario haber renacido, haber cambiado, haberse entregado para ser bautizado.
Noelia: Algunos de ustedes estaban pidiendo un ministerio, diciéndole al Señor que los llame y que los use, diciendo: «Heme aquí», pero ni siquiera son ciudadanos del reino de los cielos. No tienen el carnet para ingresar, me dice el Señor. No están autorizados para trabajar allí, porque todavía no pertenecen a esa empresa.
Primero tienen que pasar por el bautismo del agua y recibir el Espíritu Santo. Tienen que nacer de nuevo para que se les abra la puerta de esa empresa y se les dé una oficina celestial para trabajar ahí. El Señor me dice que tienen que hacer los papeles para ser ciudadanos del reino de los cielos.
Muchos de ustedes no han entendido eso, pero a través de esta palabra profética lo van a entender.
Cumplan con la justicia que tienen que cumplir, dice el Señor, y Yo voy a cumplir con la justicia que tengo que cumplir.
Noelia: El Señor me hace saber que algunos de ustedes oran, pero como no están nacidos de nuevo, sus oraciones llegan solo hasta un punto. Siempre oran lo mismo, porque no tienen el Espíritu Santo viviendo adentro de ustedes para que los inspire y para que sepan cómo orar. Les falta inspiración por el Espíritu Santo de Dios.
Hay tantas cosas que pueden cambiar cuando uno realmente nace de nuevo. Tomen conciencia de eso, dice el Señor. Todo aquel que no sabe o entiende cuál es el problema por el cual no ha recibido el Espíritu Santo y no ha nacido de nuevo, aunque ya ha completado los pasos anteriores, vaya al cuarto secreto y clame para que Yo se los revele.
Noelia: Dios inclusive concede sueños donde les está mostrando cuál es el problema, por qué no se han convertido en ciudadanos del reino de los cielos todavía.
Muchos de ustedes no saben cuál es el problema, por más que ya han hecho lo que la Biblia dice que hay que hacer, o piensan que lo han hecho. Pero hay cosas inconscientes que Dios les puede revelar a través de un sueño, de una palabra profética, de una visión o de un mensaje a través de un hermano, para que ustedes arreglen ese problema y estén aptos para recibir el bautismo del Espíritu Santo.
Ahora quiero orar para que el Señor bautice a cada uno de ustedes en el Espíritu Santo. Y me viene a la mente este pasaje:
[Hechos 19:1-6] Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. … Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
Así como Pablo intervino para que reciban el Espíritu Santo, yo oro para que tus discípulos reciban el Espíritu Santo en este momento, Señor. Señor, bautiza en el Espíritu Santo a todo aquel que tiene fe y se ha arrepentido de sus pecados.
Recuerden que el Espíritu Santo se puede recibir antes o después del bautismo del agua, dice el Señor. Cornelio y su casa son un ejemplo de los que han recibido el Espíritu Santo antes de dejarse bautizar en el agua.
Noelia: Señor Jesús, en este momento bautiza con el Espíritu Santo a todo aquel que aún le falta este paso. Llena estos vasos con el agua del Espíritu, Señor. Llena estos templos con el viento de tu Espíritu, para que sea un antes y un después, Señor, para que se complete el proceso de convertirse en ciudadanos del reino de los cielos, para poder ver el reino de los cielos y entrar en él.
Señor, te pido que unjas por el Espíritu Santo a todo aquel que hayas preparado para ser ungido a través de esta oración y hacer tu obra, cualquiera sea. Úngelos, Señor, para que sean verdaderos cristianos.
Cuando uno recibe el bautismo del Espíritu Santo, no solamente recibe el Espíritu Santo para vivir en su templo, sino que recibe una unción inicial, por lo cual se convierte en un ungido de Dios, al igual que Cristo Jesús, que significa «Jesús el ungido».
Noelia: Veo que varios de ustedes reciben ahora el Espíritu Santo y una unción junto con ese bautismo. Reciben la inmersión del Espíritu Santo y también un aceite en el espíritu, que cae desde sus cabezas hasta sus pies. Se convierten en verdaderos cristianos y no solo en creyentes.
Amén. Gracias, Señor.