Traducciónes: inglés
En esta oportunidad les hablo a todos aquellos líderes que están a cargo de pastorear a mi pueblo. Les hablo y les dejo saber que estoy viendo lo que les hacen a aquellos que me buscan y que no me encuentran a mí en los lugares donde ustedes pastorean, sino al enemigo, porque hechizan a los que van a congregarse con encantamientos y con magia.
Ustedes son culpables de que muchos se pierdan del camino. Mentirosos, manipuladores, interesados, hechiceros, la hoguera se prepara para ustedes si no se arrepienten de todo corazón.
Ustedes venden una espiritualidad fingida y vacía. Son como magos que mantienen a los congregantes observando los trucos que hacen para llamarles la atención, para atraparlos y para que luego caigan en sus redes.
Ustedes trabajan con brujería y control. Esas son sus herramientas más potentes. Montan un show para mantener a las personas que me buscan a mí entretenidas con ilusiones y creencias totalmente falsas. Y encima se comen como lobos a aquellos que los reprenden por hacer estas cosas.
Ustedes son peores que los políticos deshonestos que engañan y comercian con el pueblo, porque ustedes comercian con la fe de los pobres y quebrados, con la fe de los abatidos y solitarios. Ustedes les quitan lo único que les queda.
Hastiada está mi alma de lo que hacen para engañar a los que me buscan en ese tipo de congregaciones. Me da asco escuchar sus discursos convincentes para quitarle el dinero a la gente.
Ustedes son como arañas que envuelven a sus presas y las envenenan para luego devorarlas. Van de a poco, paso a paso, cambiándoles la mentalidad a los que estaban cuerdos para que aprendan sus caminos torcidos y pervertidos.
Magos, hechiceros y adivinos, ¡arrepiéntanse de verdad! Desaprendan y vuelvan a aprender, dice el Señor. Corrijan sus caminos.
Demando santidad, desinterés y amor genuino. Desprecio sus discursos halagüeños, porque con ellos seducen a los que están faltos de amor propio.
Fuego, fuego y más fuego que arde es lo que ustedes se merecen, dice el Señor, porque no tienen misericordia de las almas. Solo quieren exprimirlas hasta dejarlas secas, en vez de darles de beber para que ya no tengan más sed. Ustedes son obreros fraudulentos que no juntan conmigo, sino que desparraman, y lo más grave es que lo hacen en mi nombre.
Atrevidos, contumaces, hijos rebeldes, la condenación no se hará esperar si no salen de sus castillos de ostentación, en los que viven a costa de los míos. Se han armado de todo un manual de manipulación y control con el que mantienen a las personas atrapadas, manual que han puesto por encima de la Palabra.
Brujos sin vergüenza, alardean de sus propios nombres y nunca me dan la gloria a mí. Se glorían en sus obras y no piensan que las detesto, dice el Señor. Maestros del error, venden humo y se llenan la boca enseñando falsedades, mal interpretando lo que está escrito para su conveniencia. Avaros, codiciosos y pendencieros, eso son. Arrogantes, ególatras, actores que muestran una cara que no tienen.
Tuercen las escrituras y luego manipulan con eso:
«Si usted da mucho, el Señor le dará más.»
«Si usted no diezma, se irá al infierno.»
«Debe llamar al pastor Papá.»
«Usted no es nadie para hablar de parte de Dios.»
«Usted debe rendir culto a su pastor.»
«Si no obedece, está en condenación.»
«Acá no se habla en lenguas.»
«No haga tantas preguntas, solamente haga caso.»
«Si se va de acá, se pierde.»
Y tantas otras cosas que les dicen a los míos, confundiéndolos, atándolos, disminuyéndolos a menos que un cero.
Arrepiéntanse, porque mi ira está contra ustedes, dice Dios, y ninguno de ustedes se salvará de la retribución que tengo preparada para los que, en vez de sumar, restaron.
Malditos, no hay amor por el prójimo en ustedes. Ustedes secan a los árboles y los quiebran. En vez de enderezarlos y regarlos, los castigan hasta desahuciarlos. Vengo contra ustedes, malvados, a exponer sus hechizos y a derribar las paredes de esos lugares llenos de altares al diablo.
Idólatras empedernidos, si no se arrepienten y enderezan sus pasos, caerán en las mismas trampas que ustedes tienden y en los mismos pozos que ustedes cavan. Haré justicia, dice el Señor. Más vale que cambien su comportamiento mientras tengan tiempo de hacerlo, porque si no, cuando el reloj dé las doce, se terminará su tiempo y caerán muy abajo en el abismo preparado para los pecadores de mi casa.
Sueltos de lengua, astutos de corazón, vendedores de religiones falsas… ese no Soy Yo, hijitos. Yo no Soy así. Lo mío no es un negocio. Ustedes no tienen que pagarme por el bien que les hago. Yo Soy bueno y me preocupo por los Míos.
Ellos se interponen entre ustedes y Yo y se hacen pasar por mí. No les crean. No se dejen engañar, no se dejen atar por estos lobos rapaces. Disciernan y escudriñen lo que ellos dicen y hacen, porque mienten. Están acostumbrados a mentir y a convencer.
No se dejen envolver. No caigan en la telaraña que puede ser mortal para su vida espiritual. Aléjense de estos magos, porque muchos de ellos se manejan con fuego extraño. No es por mi Espíritu, sino con el poder del enemigo. Estén atentos y no consientan.
Busquen la santidad, la sana doctrina, el amor fraternal. Búsquenme a mí y no caigan en sus redes, porque estos nunca se sacian. Son como pozos que no tienen fin, y si ustedes caen en ellos, luego les será muy difícil salir, y mucho más difícil aún volver a caminar en la verdad y la rectitud.
Los estoy llamando a reflexionar y a no participar de sus obras infructuosas. Los llamo a la verdad, dice el Señor. Esos árboles no dan sombra y se van a quemar.
Amén.
[Ezequiel 34:2-3] Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas.