Traducciónes: inglés
Bendiciones en el nombre de Jesús, iglesia de nuestro Padre celestial. ¿Sabes lo que el Señor me dijo hoy cuando estaba en oración? Que viene una hecatombe mundial y que su iglesia sigue en infantilismo. El Padre me mostró el capítulo 24 de Isaías, que habla de los tiempos finales, del cual quiero compartir este pasaje.
[Isaías 24:4-6] Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres.
Amados míos, dice el Señor, lo que viene al mundo es una hecatombe mundial, una hecatombe global, y la mayor parte de la torta no está lista para comer.
Noelia: El Padre quiere decir que esa torta, que representa a la iglesia de Jesucristo, no está lista para sacar del horno y comerla. La iglesia no está madura.
Hijitos, dice el Señor, tienen que dejar las chiquilinadas. La iglesia hoy en día es como un circo y no está lista. Como un circo, que está colocado de manera superficial sobre el suelo y no tiene bases firmes, la iglesia está plantada superficialmente y no profundamente, y no va a resistir la hecatombe que viene.
Noelia: Estoy viendo que adentro de este circo hay payasos y distintos personajes que entretienen a los que están sentados ahí, para que no miren lo que pasa afuera, y mucho menos se preparen.
Hijos, dice el Señor, ustedes no están viendo lo que se está forjando alrededor del mundo. No están percibiendo ni discerniendo a través de mi Santo Espíritu lo que se prepara en los aires y que está a punto de explotar.
Viene la tercera guerra mundial y mi pueblo todavía no lo cree, dice el Señor. Por lo tanto, no solamente no se prepara, sino que ataca a mis bocas proféticas que lo vienen advirtiendo y advirtiendo desde hace tanto tiempo.
Mis hijos son malabaristas que entretienen al público con actos de diversión que no edifican a nadie, dice Dios. Mis hijos pierden el tiempo cuando van a las congregaciones. Se ha perdido la profundidad espiritual para darle lugar a la superficialidad espiritual.
Reaccionen, dice el Padre, porque la hecatombe viene a nivel global y ustedes siguen siendo como niños, sin madurar. ¿Por qué no me creen? Si no creen a mis profetas, al menos crean lo que dejé escrito, dice el Señor.
Viene la hecatombe, hijitos. Esto ya ha comenzado y no va a frenar, dice Dios, y no están listos.
Noelia: Estoy teniendo visiones de distintas congregaciones donde los que las dirigen están ocupados en darles tareas y más tareas a los que se congregan en esos lugares. Son tareas superficiales.
Los pastores dicen: «¿Qué podemos hacer para integrar a la gente a nuestros templos?» y van a un nivel que no es lícito, dice el Señor, porque comienzan a permitir cosas que están mal con tal de atraer a más peces. Pero no se dan cuenta de que, de esta manera, atraen a peces contaminados, a personas que no se han convertido, que quieren seguir haciendo adentro de la iglesia lo mismo que hacían afuera, trayendo levadura que puede llegar a leudar toda la masa. Hay entretenimiento en mi pueblo, dice el Señor.
Noelia: Veo que viene un viento huracanado tremendo y derriba este circo que representa a la iglesia.
Hijitos, reaccionen, dice el Padre. Viene destrucción repentina. Se cumple la palabra de «paz y seguridad», pero no lo crean. Prepárense para lo peor y no para lo mejor. Ármense espiritualmente.
Noelia: Veo a alguien que se pone toda la ropa de un militar. Se coloca un cinturón lleno de granadas y balas, se calza los borcegos militares y toma todas las armas que puede para resistir, defenderse y atacar.
Esa es la actitud que deberían tener en estos días, dice el Señor. ¿No ven que la olla va ardiendo y la temperatura aumenta cada vez más? La tapa ya se está moviendo y está a punto de destaparse y volar. Y cuando esa agua salte en ebullición, ya va a ser tarde para muchos que quisieron seguir participando de ese circo eclesiástico de los últimos días.
Noelia: Payasos espirituales les dice el Señor a estas personas que no se toman en serio las cosas espirituales, que escupen la Biblia, metafóricamente hablando, predicando superficialidades, tonterías, estupideces. Estas son las palabras que escucho.
Se llenan la boca de levadura, dice el Señor. Estoy indignado contra estos líderes y contra los que se dejan guiar por ellos.
Recuerden que un poco de levadura leuda toda la masa, dice el Señor, y ustedes están eligiendo ese pan leudado. Ustedes lo están eligiendo. Tienen que arrepentirse y largarse de esos lugares que son un circo espiritual y entrar en oración verdadera, en comunión real, y caminar en los zapatos cristianos, acorde a lo que les he mandado, dice el Señor.
Noelia: Veo a un hombre que se pone un smoking. Esto representa seriedad. Es alguien que sabe lo que va a hacer y entiende cuál es su trabajo en una congregación. Se toma las cosas en serio como ministro y no juega con el liderazgo que tiene que ejercer sobre las ovejas que el Señor le ha concedido para pastorear.
El Señor dice que muchos de ustedes tienen que dejar de entretener a la gente, tomarse las cosas del Evangelio en serio y hablarles de lo que viene. Muchos de ustedes que son líderes espirituales están esquivando los pasajes bíblicos que hablan de lo que va a suceder en estos tiempos.
El Señor los ve vestidos como payasos espirituales, como malabaristas, como magos, hechizando al pueblo y diciéndoles que no se tienen que preparar para nada, que todo va a ser fácil, que simplemente viene el rescate sin ninguna prueba antes.
El Señor dice y advierte a través mío una vez más que más vale que se saquen ese traje de clown y se lo cambien por un smoking, que se vistan de traje y corbata, espiritualmente hablando, para que cuando esa hecatombe se desate, las ovejas que el Señor les ha asignado estén preparadas y se tomen las cosas de Dios en serio.
Dejen de jugar a la ruleta, dice Dios. Dejen de jugar al casino. Dejen de apostar con las leyes espirituales.
Noelia: Siento a Dios con una mezcla de indignación, tristeza, desesperación y quebranto por el estado de su pueblo. Veo congregaciones donde lo único que hacen son tonterías. Los entretienen y les dan comida chatarra a los que van allí. Y el Señor dice que la mayoría de las congregaciones son como un McDonald’s, donde uno va a comer fast food.
El Señor quiere que salgan de este infantilismo y dejen de entretener a la gente con cosas que no aprovechan. Háblenles de lo real y avísenles de lo que viene para que se preparen. Ayúdenlos a entender que están lidiando con leyes espirituales con las que no se juega, y esto puede acarrear serias consecuencias, no solo para sus vidas, sino también para sus casas y para la gente a la que influyen.
El Señor dice que hay que erradicar de las congregaciones actuales toda actividad que sea superficial y que alimente la pereza y la glotonería. Y veo que mucha gente va a las reuniones para comer comida real, cuando lo que realmente necesitan es comida espiritual. Van para comer y socializar, no para conocer a Dios.
Erradiquen estas actividades vacías donde mi Espíritu no encuentra lugar, dice el Señor, donde mi Espíritu es rechazado, donde mi Espíritu es avergonzado, donde no se habla del sacrificio de la cruz, donde no se habla de la aflicción por la que tiene que pasar el cristiano para volverse semejante al Señor Jesucristo, donde no se habla de la prueba por la que va a pasar la iglesia en estos días finales, donde no se predica el arrepentimiento, donde no se insta a perdonar.
Limpien las congregaciones de estas actividades circenses, dice el Señor. Amigos míos, seriedad es lo que busco. Cumplan con su llamado con seriedad.
Noelia: Estoy viendo que hay hombres que predican y están sucios en el cuerpo. Ni siquiera se bañan para ir a dar una palabra. No se peinan, no se arreglan el pelo y tampoco cuidan el vello de la cara. Son sucios y no les importa.
El Señor dice que esa no es la manera en la que Él desea ser representado, y me trae a la memoria el versículo que dice que el Señor Jesucristo utilizaba una túnica de una sola costura.
[Juan 19:23] Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo.
Cuando el Señor vino a esta tierra, no caminó como un rico, pero mantenía una higiene aceptable y una imagen completa. Él se cuidaba de cómo lo veía la gente, tanto en la presentación personal como en el hablar, en la manera de manejarse, en los modales, en cómo trataba a la gente.
Ustedes me están representando, dice Jesús, y a veces ni siquiera se lavan los dientes cuando van a predicarle a alguien. Todo es importante. Cada detalle cuenta. Cuiden mi imagen.
Noelia: El Señor quiere aclarar que Él no espera que nos vistamos con ropas ostentosas o de marca, sino que usemos lo que tenemos con dignidad, para que su imagen sea presentada con dignidad. El Señor quiere que seamos limpios no solamente por dentro, sino también por fuera.
Amigos, dice el Señor, estoy llamando a un pueblo a que tome las cosas del Evangelio en serio y deje de jugar con el pan que le tienen que dar de comer a los míos.
Noelia: Estoy viendo que a veces los líderes de una congregación juegan con un pedazo de pan, tirándoselo entre ellos como si fuera una pelota, y ese pan es el pan que Dios les da para que lo repartan a los suyos.
El Señor está mirando esta situación. La gente entra a las congregaciones y sale igual que como entró, y a veces hasta peor, porque viene buscando algo y se encuentra con lo mismo que hay afuera, conociendo una hipocresía que antes no conocía.
En el mundo no se hace, pero tampoco se predica. En cambio, en las congregaciones se predica que hay que hacer lo bueno, pero no lo hacen. Entonces, la gente que va buscando a Jesús termina desilusionada.
[Tito 2:7] presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad
La gente está desesperada por encontrar verdadero pan espiritual, pero las congregaciones están podridas, como un pan con moho que no se puede comer. En vez de sanar, en vez de estar mejor que antes, los que van ahí se contaminan.
El Señor dice que no coman de ese pan contaminado, que no coman de ese pan leudado, que no participen de los juegos espirituales que ellos hacen, predicando doctrinas de demonios, porque son los demonios los que quieren que la gente siga entretenida, perezosa, atada y contaminada.
Ellos dicen: «No miren la TV, hermanos, porque se contaminan», y ellos mismos contaminan a los congregantes con lo que hacen adentro, me dice el Señor. Es tremendo lo que sucede.
Por lo tanto, dice el Señor, la hecatombe que viene no será solo para los de afuera, sino en primer lugar para los de adentro, porque el juicio empieza por la casa de Dios. Y si Yo no me muevo, dice el Señor, nada va a cambiar.
Voy a destruir toda falsa edificación humana para levantar la verdadera en estos últimos días, porque me preocupo de un remanente que sí quiere colocarse en los zapatos de la seriedad, que sí camina en integridad, que detesta estos juegos infantiles en los que está la mayor parte del la congregación de los santos hoy.
Porque me preocupo por mi remanente de escogidos y porque me preocupo por mis hijos que se están perdiendo en estos lugares cirquenses, dice el Señor, es que tiene que entrar el tornado en esas congregaciones para hacer volar estos toldos y se revele lo que está pasando a los cuatro vientos.
Voy a destruir las mesas de los cambistas, dice el Señor, porque conmigo no van a hacer negocio para siempre. El éxodo de las congregaciones va a continuar aún un tiempo más, mientras se puedan congregar, para reemplazar lo erróneo por lo verdadero.
Sí, la apostasía va a seguir creciendo más y más, dice el Señor, pero también lo verdadero va a resurgir, y voy a probar a mi pueblo para ver quiénes deciden por el circo y quiénes deciden por algo serio, íntegro y real.
Amigos míos, dice el Señor, disciernan todo lo que está pasando en las congregaciones y decidan si quieren seguir formando parte de ese circo, que estoy a punto de volar, o si realmente quieren entrar en las profundidades de las aguas. Los que están nadando en la superficie siguen entreteniéndose, flotando en el agua, sin querer darse cuenta de que, debajo de esa superficie, hay tiburones esperando para destrozarlos.
Son doctrinas de demonios, dice el Señor, todas aquellas que no llaman a la santidad, que no hablan del arrepentimiento y de la importancia del bautismo y del compromiso, que no hablan de la venida del Señor, de los tiempos finales, de Israel, que no hablan de profecía y de los dones espirituales. Son doctrinas de demonios que se hacen el festín.
Arrepiéntanse, dice el Señor. Aún tienen tiempo para arrepentirse y vestirse con ese traje espiritual de seriedad. Viene la destrucción repentina, y ahí se acordarán de estas palabras y dirán: «Ah, los profetas tenían razón. No estaban exagerando. Qué pena que no los escuché. Qué pena que no hice nada».
Noelia: El Señor dice que los ama profundamente. Pero al hijo que ama, el padre lo castiga.
El Espíritu Santo les va a mostrar a muchos de ustedes en qué actividades eclesiásticas tienen que participar y en cuáles no. El Espíritu Santo de Dios sigue activo, guiando a su pueblo en este tiempo para indicarle lo que está bien y lo que está mal, y para darles convicción sobre lo que tienen que hacer o dejar de hacer.
A muchos de ustedes el Espíritu Santo ya les ha dado en sus espíritus la convicción de no participar en esas cosas que ellos están haciendo. Sin embargo, han decidido obedecer a los hombres antes que a Dios, contristando así al Espíritu Santo.
Sabiendo que las cosas que les piden hacer no aprovechan, igual las hacen, porque también ustedes se han vuelto negociantes de la fe y creen que, por obedecer a sus líderes y diezmar —lo cual pertenece al Antiguo Pacto—, ya cumplen y tienen derecho de exigirle a Dios lo que piensan que necesitan.
El Señor dice que sin santidad nadie lo va a ver. Así que anhelen la santidad, búsquenla, prédiquenla y arrepiéntanse de toda superficialidad.
Las columnas que se están levantando en la mayoría de las congregaciones en este tiempo son columnas de escenografía, como las que se usan en los teatros. Por fuera parecen fuertes y resistentes, pero cuando uno las empuja o se apoya en ellas, se caen.
El Señor dice que elijan abrazarse de la columna real, la única que realmente resiste los embates de estos últimos tiempos. Abrácense de la verdad y no del error. Coman pan que de verdad los va a nutrir, no comida rápida. Cierren sus oídos a prédicas vanas y superficiales, y comiencen a escuchar a los que toman en serio las cosas de Dios y hablan lo que Él quiere hablar.
Sean inteligentes, dice el Señor. Separen las aguas y elijan bien.
Noelia: El Señor me dice que se arrepienta todo aquel a quien el Espíritu Santo le está dando convicción de haber participado en estas actividades vacías, en estos entretenimientos carnales. Ahora mismo pídanle perdón al Señor, porque el Espíritu Santo los redargulló y no le hicieron caso.
El Espíritu Santo dice que todo aquel que quiera poner esas cosas sobre la mesa lo haga ahora, que lo diga en voz alta y se arrepienta, pidiéndole perdón al Señor por participar de estas payasadas. Comprométanse de verdad con las cosas del Evangelio y respondan al llamado que el Señor les ha hecho.
Muchos de ustedes están esquivando los libros proféticos y los pasajes que hablan de los últimos tiempos. Dios dice que se arrepientan de esa negligencia e irresponsabilidad y que enseñen esos pasajes a sus hijos, especialmente a los más pequeños.
El Señor dice que preparen a su prole, que conversen de estas cosas con sus hijos y les hagan entender que lo que viene no será fácil, porque estos son los tiempos postreros, porque este es un tiempo apocalíptico, y está escrito que los dolores de parto van a ir en aumento.
Hablen con sus hijos y compartan en familia lo que está escrito, dice el Señor. Preparen sus casas, para que ellos también estén avisados y entiendan los sueños que Dios les está dando, para que, si alguna de estas catástrofes los alcanza, tengan claro a quién siguen y por qué sucede lo que sucede, porque ellos también serán probados.
Tomen en serio lo que está escrito, lo que estoy diciendo, lo que estoy alertando, lo que estoy avisando, dice el Señor, porque el dominó de los eventos apocalípticos de los últimos días ya comenzó a caer y no va a frenar. No hay vuelta atrás. No hay mejora. Solo hay pausas entre contracciones, porque el parto ya comenzó. Los dolores van a ir en aumento, y ustedes van a ver cómo las cosas se vuelven cada vez más difíciles en vez de mejorar, y cómo la gente se vuelve literalmente loca.
Noelia: Cuando oraba esta tarde, veía gente que caminaba como zombis, y ahora el Espíritu me lo trae nuevamente a la mente. Muchas personas van a perder la cordura, como alguien que suelta el timón del control propio para ser manejado por entidades espirituales hasta un extremo elevado. Estas cosas ya están listas para ser desatadas sobre la tierra, y la gente sigue jugando en las iglesias, como niños espirituales que no quieren crecer.
Muchos de ustedes se quejan porque sus hijos son inmaduros. Se quejan porque sus hijos son perezosos, cómodos y no quieren trabajar ni hacer nada. Pero ustedes son iguales y tienen lo que se merecen, dice el Señor. Si quieren que sus hijos cambien, cambien ustedes primero. Si realmente aman a sus hijos, denles primero el ejemplo y hagan justicia en esa área, para después tener el derecho de reclamarla en sus hijos.
He avisado, hijitos. Están alertados. El látigo viene sobre las congregaciones mientras la hecatombe se desata en el mundo y mi casa está siendo probada. Muchos templos seguirán siendo derribados y muchos pastores y ministros de distintos tipos serán cortados y reemplazados por árboles que sí den fruto, fruto que se puede comer y no fruto artificial, que se ve bonito, brillante, hermoso, perfecto, pero que no alimenta.
El fruto que busco en los árboles que he plantado no es un fruto manufacturado por manos de hombres, dice el Señor, sino un fruto eterno, un fruto consistente, un fruto que nutra de verdad. Y todo árbol que no dé este tipo de fruto será cortado en este tiempo y reemplazado por árboles que sí lo den, para alimentar a un pueblo desesperado, hambriento y desahuciado, que no tiene a dónde ir a comer y no encuentra árboles donde hallar sombra, refugio y descanso, además de alimento.
Elijan a qué ministro o ministra escuchar, dice el Señor. Elijan a qué boca prestar atención. Elijan bien, porque muchos de ustedes tienen indigestión espiritual por comer mal.
Hijitos, dice Dios, les he hablado una vez más y les advierto que lo que hagan con esta palabra, una vez escuchada, será pesado en mi balanza y ese pesaje traerá consecuencias, porque soy un Dios justo, que no tiene mancha, que no tiene error, y peso y mido al milímetro, de una manera perfecta, y no me equivoco.
No quieran jugar conmigo, dice Dios. No quieran hacer juegos conmigo y no quieran negociar conmigo, porque Yo no soy alguien que se dobla por causa de un hombre o una mujer. Yo soy recto y me mantengo firme como una columna inquebrantable, y a mí nadie me va a mentir ni engañar, porque Yo sé todas las cosas y estoy consciente de cosas que ustedes ni siquiera imaginan.
Cuidado, dice el Señor, porque muchos de ustedes quieren pintarme un cuadro que no es real. Retrocedan antes de querer venderme humo y vengan delante de mi trono con integridad y sinceridad, siendo genuinos y abriendo realmente sus corazones ante mí para que Yo los ayude a enderezarse y ya no sigan flotando en estas aguas peligrosas, plagadas de tiburones debajo. Quiero salvarlos y por eso les hablo así, dice el Señor.
Noelia: Veo a Jesús cuando daba los latigazos y derribaba las mesas del templo donde se hacían negocios, y lo veo haciendo lo mismo en las congregaciones actuales.
No se sorprendan cuando vean delante de sus ojos este mismo latigazo sacudiendo a sus propias congregaciones, dice el Señor. Oren por ellas, porque viene ese latigazo para corregirlos, para derribar lo que no debe estar y plantar lo que sí debe estar, y para colocar pozos de aguas vivas de donde ustedes puedan beber.
Oren por eso, dice el Señor. Oren para que los pastores reaccionen y bajen del pedestal al que se subieron. Oren por los ministros que creen que son importantes y tienen la boca llena de aire. Oren para que muchos se arrepientan, cambien sus caminos y sus vestiduras sean lavadas. Oren para que se pongan a cuentas conmigo.
Oren también para que se levanten templos y congregaciones donde realmente uno pueda sentirse en un refugio, donde uno pueda escuchar palabras de verdad, donde exista el fuego del Espíritu Santo, donde se practiquen los dones espirituales, donde fluya la profecía que alimenta al pueblo y lo guía, donde haya sanidades, resurrecciones, milagros y señales de los últimos días.
Oren para que, mientras la apostasía sigue desarrollándose y creciendo, dice el Señor, también haya un remanente serio en lo espiritual, comprometido conmigo, casado hasta la muerte con el Señor Jesús. Oren para que les den libertad para usar las lenguas espirituales. Oren para que la libertad llegue a las congregaciones. Oren para que los ministros, líderes y pastores enseñen y preparen al pueblo para enfrentar lo que viene. Oren y sean responsables ustedes también, dice el Señor, y hagan lo suyo.
Noelia: Veo en este momento que de la boca del Señor sale una espada de doble filo, y eso es también lo que ha salido de mi boca hoy a través de este mensaje. Es la misma espada de doble filo, que corta, que divide, que separa las aguas, que cala lo profundo de los huesos.
[Apocalipsis 1:16] Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
Es mi palabra la que ella ha hablado, dice el Señor. Tómenla o déjenla de tomar, pero decidan cien por ciento para un lado o para el otro y ya no estén en el medio, porque la hecatombe viene igual. Les guste o no, lo quieran o no, el plan profético sigue desarrollándose. Decídanse si seguirme a mí de todo corazón o si seguir a otro dios, pero ya no estén en el medio ni formen parte de ese circo espiritual de los últimos días, dice el Señor.
Amén.