Bendiciones, amado pueblo del Señor Jesucristo. Hoy es 13 de noviembre del año 2024, y voy a estar entregando un mensaje profético a las naciones.
[2 Timoteo 4:3-4, RVR1960] Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
En esta oportunidad, el Espíritu de Dios te dice así: Amados míos, hay un pueblo que no quiere saber la verdad, no quiere escuchar lo que es cierto. Hay un pueblo que se tapa los oídos para no recibir lo que viene de la fuente de la justicia, hijos míos que se ponen los dedos en las orejas para que esas palabras verdaderas no entren en sus espíritus. Hijitos, no sean ustedes así, amen la verdad, deséenla. Ustedes tienen que querer saber la verdad, y hoy los llamo a querer conocerla, a querer abrazarla, a querer recibirla. Tienen que tomar una decisión.
Porque es una gran porción de la iglesia la que no quiere oír lo que tengo para decirles, que solamente quiere elegir la parte que le conviene, la parte que le es fácil de conocer, fácil de recibir y de practicar. Pero en este tiempo, estoy llamando a los míos a venir a las profundidades de mi Espíritu, donde la verdad se hace más tangible y donde uno se acerca más hacia la luz, porque acercarse a la verdad es estar más cerca de la luz. Hijitos, los estoy llamando a que odien las mentiras y comiencen a amar, verdaderamente, lo que es verdad. No desechen lo bueno, porque algunos de ustedes están desechando todas las cosas y no solamente lo malo, y entonces están desechando lo que no tienen que desechar.
Aprendan a distinguir entre lo que es cierto de lo que no lo es, entre lo que es verdadero de lo que es falso, así como cuando alguien mira un billete y sabe reconocer si es verdadero o falso. En esas cosas ustedes sí se preocupan, pero no en saber la verdad completa y al cien por ciento. Hijos, elijan querer saber la verdad para que estén preparados, porque en estos últimos días, en donde las cosas se van agitando cada vez más y el mundo se está revolucionando, la vida del hombre se va tornando cada vez más difícil, superficial y vacía. Es un mundo donde la vanidad, el materialismo y la distracción lo van llenando todo, y si ustedes no desean saber la verdad completa, van a estar en problemas; les va a costar.
Porque de todas maneras lo que va a venir vendrá, pero la diferencia está en que aquellos que deseen saber la verdad completamente, y no a medias, van a estar más preparados para lo que viene al mundo. En cambio, aquellos que solo reciban lo que les sea fácil, lo que viene al mundo los va a golpear aún más. Si ustedes se siguen mintiendo a ustedes mismos, negando lo que es verdad, entonces van a ser golpeados innecesariamente, dice el Señor.
Hijitos, cuando se les es entregada una porción de la verdad, coman toda la torta y no elijan solamente esos pequeños bocados que les son fáciles de digerir. Recíbanla por completo, para poder resistir los tiempos que vienen y para poder acercarse aún más a mí, porque yo soy la verdad, dice el Señor. Amados míos, en este tiempo los hombres amadores de la mentira van aumentando, y los hombres que aman la verdad van disminuyendo, van volviéndose como la escoria del mundo ante los mundanos, ante aquellos que no conocen a Dios, ante aquellos que quieren vivir en una ilusión.
Entiendan que ustedes no pueden entrar en ese juego. Tienen que despertarse y comer aún las cosas que les son difíciles de masticar. Tienen que comer ese alimento sólido que lleva un tiempo en ser masticado, que lleva un tiempo en ser digerido, pero que, una vez integrado, el cuerpo se nutre más. Amados míos, mi pueblo no ama la verdad como debería amarla, mi pueblo está tibio. Mi pueblo elige lo que quiere y descarta lo que no tiene que descartar. No sean así, vuelve a repetir el Señor. Elijan la buena porción, sean inteligentes, entendidos de todas las cosas, aun de las que no quieren escuchar. Porque hay cosas que son difíciles de recibir, pero no por eso no son buenas.
Entiendan que tienen que recibir lo que es verdad, aun cuando les duela, porque de esa manera van a crecer. De esa manera van a ser alimentados y nutridos, de esa manera van a acercarse más a mí. Amados míos, busquen la verdad, desechen la mentira, decidan amar lo verdadero. Decidan recibir lo que les cuesta, porque a través de mis profetas, en estos últimos días, estoy hablando cosas duras de digerir. Pero los que estén abiertos a recibir esas palabras van a ser bendecidos a través de ellas. Si las escuchan y las obedecen, van a ser guiados y guardados de la prueba que viene sobre el mundo entero.
Amados míos, estoy entregando mensajes duros pero verdaderos. Estoy hablando palabras que chocan, para ver si tal vez reaccionan y se preparan para lo que viene. Entiendan que es necesario hablar las cosas como son y no diluirlas. Amigos míos, no esperen alimento que es como comida chatarra. Descarten lo que es fácil de escuchar o fácil de recibir. Si de verdad quieren avanzar en estos tiempos difíciles, coman todo lo que viene de mí, aun lo que sea duro de procesar. Le estoy hablando a un pueblo entendido, a un pueblo que desea alimento sólido, a un pueblo que quiere carne y no solamente leche espiritual. Decidan ustedes qué es lo que quieren, porque muchos están en negación y no quieren escuchar, no quieren saber, no quieren recibir, no quieren probar, dice el Señor.