El Señor te bendiga, amado pueblo de Jesucristo. Hoy es 30 de septiembre del año 2024, año de los últimos días, año de agitaciones, año de guerras, año de sacudimiento de todas las cosas.
[Apocalipsis 6, RVR1960] Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer. Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada. Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino. Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra. Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos. Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?
Porque de este pasaje me hablaba el Espíritu Santo hoy, cuando estaba orando sobre esta transmisión. El Señor me envió a hablar a las naciones todo lo que Él quiera poner en mi boca, y hoy estoy aquí en obediencia, prestándome a escuchar la voz de Dios y a transmitirte, a través de mi boca, lo que Dios quiere decirte hoy acerca de esto, porque yo escucho al Espíritu Santo que ya nos habla durante esta transmisión profética.
Hijitos, ¿están conscientes de que este pasaje es para este tiempo en el cual ustedes están viviendo? ¿Han tomado en cuenta que todo lo que dicen las Escrituras se va a cumplir de la A a la Z? Porque muchos de ustedes no han entendido el tiempo en el que están viviendo y se siguen manejando como si alrededor del barco en el que navegan no viniera semejante tormenta.
Hijitos, preparen los salvavidas. Pónganse a cuentas conmigo porque viene el tornado espiritual, aquel que sacudirá todas las cosas y no dejará nada por sacudir. Es necesario que esto suceda.
Aunque ustedes no terminen de entender por qué esto tiene que ser así, no hace falta que sepan todos los detalles del por qué tiene que ser así. No hace falta que entiendan absolutamente todo, hasta el detalle, sino más bien que confíen en mí. Porque tengo un plan para la redención de todas las cosas, y aunque no todos ustedes entiendan de principio a fin de qué se trata.
Estoy sabiendo que la mayoría de nosotros podemos comprender hasta un punto de qué se trata ese plan, pero no lo podemos comprender al 100% porque no tenemos la capacidad de ver desde el principio de la creación del mundo, es más, desde antes de la creación del mundo lo que Dios ya había planeado, hasta el final de la restauración de todas las cosas que aún no se ha dado.
No tenemos el entendimiento total, no tenemos el entendimiento al 100% de por qué tiene que suceder lo que tiene que suceder, sino que tenemos un entendimiento parcial, me dice Dios. Entendemos en parte, al igual que, como dice la Biblia, profetizamos en parte.
El Espíritu Santo, en este momento, mientras voy profetizando, me conecta ese versículo de la Biblia que dice que profetizamos en parte, con que entendemos en parte las cosas del Señor, las cosas celestiales, incluyendo su plan profético que Él tiene creado desde antes, desde antes de que el mundo sea establecido.
[1 Corintios 13:9, RVR1960] Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos.
[1 Corintios 13:12, RVR1960] Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
Yo veo un rompecabezas ahora, y sobre esto nos está hablando el Espíritu Santo durante esta transmisión, y nos hace entender que hay cosas a las cuales nuestro entendimiento no llega. Porque yo estoy sabiendo, el Espíritu me hace saber, que muchos de ustedes quieren entender absolutamente todo, quieren saber absolutamente todas las cosas, quieren tener la capacidad de ver este plan de Dios de principio a fin, de saber en dónde va cada pieza de este rompecabezas.
Pero yo estoy también sabiendo ahora que la mayoría de nosotros sólo tenemos una parte de ese rompecabezas, e, inclusive, a veces algunas partes de ese rompecabezas, pero no lo podemos ver en su totalidad, no lo podemos entender en su totalidad, no lo podemos conocer completamente al 100%.
Somos un cuerpo, dice la Palabra de Dios, en donde cada uno de los miembros ocupa un lugar especial, un lugar específico, un lugar distinto a la otra parte, a los otros miembros de ese cuerpo. Es decir, que el Señor le revela algunas cosas a algunos de nosotros, y otras cosas a otros de nosotros. Y vuelvo a repetir, porque me viene continuamente este pasaje del libro de la primera carta a los Corintios, capítulo 13: porque en parte conocemos y en parte profetizamos.
El Señor concede entendimiento y revelación a algunos de nosotros de ciertas partes de su plan profético, y entendimiento y revelación de otras partes de su plan profético a otros de nosotros. Y el Señor lo ha hecho así para que dependamos los unos de los otros, para que nos necesitemos, para que lo que uno habla, en parte, lo complete el otro con la parte que le falta.
Estoy sabiendo ahora que, en parte, el Señor lo hace así para que no nos enorgullezcamos, para que nuestra altivez se mantenga bajo nuestros pies, como una serpiente que es pisada permanentemente para que no se levante. El Señor lo hace así porque, si no, muchos de nosotros creeríamos que somos más que los otros. El Señor lo hace así para que no seamos como Lucifer, que, por creerse más que Dios, fue expulsado del cielo. El Señor lo hace así para guardarnos de nuestros propios corazones.
Dios quiere que diga que varios miembros del Cuerpo de Cristo no entienden esta parte. Es decir, cuando lo leen, que en parte conocemos y en parte profetizamos, como dice la Biblia, lo entienden con la mente, pero no lo aceptan con su corazón, porque piensan que solamente ellos pueden recibir lo que están recibiendo, que solamente ellos pueden tener la revelación de ciertas cosas y los demás no, o que solamente ellos entienden la mayor parte de las cosas y que no hay nadie más, según lo que piensan estas personas, que lo puedan comprender.
La parte que yo tengo la necesita otro hermano, y la parte que recibe otro hermano la necesito yo; inclusive, a veces hasta para entender lo que estoy recibiendo, porque vemos parcialmente, recibimos parcialmente. Son porciones de revelación las que se nos son entregadas, pero no tenemos la torta completa sobre la mesa para poder verla claramente, 100%, como estaba diseñada.
Hijitos, a ustedes les falta estudiar el libro del Apocalipsis, porque del libro del Apocalipsis la mayoría de ustedes solo entienden detalles. Muy pocas cosas de las que están escritas en ese libro son las que la mayoría del cuerpo de Cristo comprende.
El Señor dice que leer, estudiar y entender este libro es clave, porque habla de estos últimos días en donde nosotros estamos caminando, y muchos de nosotros no entendemos lo que está pasando porque no tenemos claro este libro, porque no lo tenemos presente y porque no le hemos pedido revelación al Señor sobre lo que dejó escrito.
El Señor quiere que sus hijos entiendan en qué parte, digamos, de su plan profético están, qué es lo que ya se ha cumplido y qué es lo que falta por cumplirse. El Señor quiere que seamos entendidos de los tiempos, como los hijos de Isacar, como la tribu, como los hijos de Isacar. El Señor quiere que no estemos caminando por la vida perdidos, sin saber en qué estación estamos, qué es lo que se viene después de cada cosa.
Veo una visión en donde veo a muchos hermanos y hermanas que tienen relojes en sus muñecas, y en sus relojes veo que las agujas están mareadas. Las agujas de sus relojes, metafóricamente hablando, están perdidas, no marcan el tiempo correcto en el cual verdaderamente están. Son agujas como cuando las agujas de un reloj están rotas y están como sueltas adentro de ese reloj; así las estoy viendo. Como que los relojes están perdidos en el tiempo, eso estoy recibiendo. Sus relojes espirituales están perdidos en el tiempo, ustedes no saben, en general, en qué tiempo están.
Si no saben en qué tiempo están, mucho menos van a saber cuál es el tiempo que viene. El Señor nos hace un llamado en el día de hoy a ajustar las manijas de nuestros relojes, a prestar atención en los tiempos en los que estamos caminando, a entender y saber leer el tiempo de Dios. Y yo veo a alguien, y yo veo a alguien que mira su reloj y ajusta las manecillas, ajusta las agujas de ese reloj.
Veo esas agujas, estaban volátiles, estaban perdidas, estaban sin marcar una hora fija. Yo veo que la persona arregla su reloj para que esas agujas se queden fijas, marcando el tiempo que tengan que marcar. Y también veo a otra persona en donde sus agujas no están volátiles, marcan una hora, pero la hora que marcan no es la correcta. Estas personas, en el segundo caso que estoy viendo, veo que miran su reloj, veo que miran la hora, pero la hora que están mirando no está en relación con la hora que marca el tiempo de Dios.
Es muy llamativo lo que les estoy compartiendo de parte de Dios, porque les cuento algo muy rápido, aparte de esta palabra muy personal. Yo normalmente no soy una persona de usar reloj de pulsera en mi muñeca. Hacía muchos años que no usaba un reloj de pulsera en mi muñeca, pero mi esposo, hace unos días, me regaló un reloj de pulsera para colocarme en mi muñeca porque, bueno, se acerca mi cumpleaños. No es algo importante, pero se los comparto porque todo lo que el Señor me va dando también para que yo les comparta a ustedes, también Él hace señales en nuestras vidas, en mi vida. Y mientras yo les voy hablando a ustedes sobre lo que Él quiere que hable, también al mismo tiempo van pasando cosas a mi alrededor, que no siempre se las cuento, pero que en esta oportunidad siento de contárselas.
Cuando entramos a este negocio, lo cual no planeábamos, comprar un reloj no estaba en mis planes. Ni siquiera es todavía mi cumpleaños, falta todavía un par de semanas, pero entramos en un negocio, y cuando vi el reloj, sentí que era para mí. Mi esposo me propuso si quería ese reloj para mi cumpleaños como un regalo adelantado, y yo sentí en mi espíritu como que el Espíritu Santo me dijo: sí, porque ese regalo viene de mí, porque es una señal de que te voy a enseñar aún más profundamente sobre los tiempos proféticos, sobre los tiempos en donde estás caminando en tu vida personal, en tu ministerio, y sobre los tiempos en donde está caminando la iglesia en estos últimos días, para que, a su vez, vuelques esta información a los míos. Porque todo lo que Dios hace en mi vida, en este área, es para compartirlo y no sólo para mí.
Entonces, ese día, sin haberlo planeado, sin pensarlo, sin haberlo deseado ni siquiera, sin haberlo imaginado, bueno, mi esposo me regaló este reloj, y desde ahí el Señor me está hablando sobre los tiempos, sobre sus tiempos. Llamativamente, también en esta oportunidad les comparto lo que Él quiere hablar sobre esto. Dentro de esta visión que les decía de la gente que mira los relojes, me veía a mí misma mirando este reloj, que es una señal de lo que el Señor está hablando hoy. Cosas así en mi vida suceden continuamente; se conecta todo lo que me pasa a nuestro alrededor, a mi esposo y a mí, con lo que Dios va hablando o haciendo, o con lo que nosotros vamos ministrando a otras personas.
Entonces, les comparto esto porque el Espíritu pienso que me lo traía para que yo también les testifique a ustedes de lo que Dios hace en mí y por qué hago lo que hago. Cuando, en realidad, antes ustedes veían que no había nada en mis muñecas, pero ahora estoy usando reloj, y cada vez que veo este reloj pienso en los tiempos de Dios y lo que Él me viene hablando en este tiempo y en estos días.
Yo escucho al Espíritu Santo y siento el fuego del Espíritu Santo también, como una confirmación. Porque sinceramente me cuesta un poco compartir estas cosas de mi vida privada, pero cuando siento el empuje de parte de Dios, lo hago para obedecer, para su gloria y como testimonio. Muchas veces siento como que el fuego del Espíritu Santo se enciende aún más fuerte cuando estoy hablando o compartiendo estas cosas.
Pero yo escucho al Espíritu Santo y siento que Dios está contento con este pequeño testimonio que les he dado también. Y escucho al Espíritu Santo que dice que este reloj que Él me ha regalado a mí a través de mi esposo es una señal de que Él me ha colocado un reloj profético en el Espíritu, en mi muñeca, porque muchas cosas de las que Él hace en lo físico, en lo material, son una señal de lo que ha sucedido o de lo que sucede en lo espiritual.
El Espíritu Santo me hace saber, y les quiere hacer saber a ustedes, que lo mismo está haciendo en la vida de todos aquellos que están buscando entender los tiempos de Dios. El Señor dice: «Hijitos, presten oído a lo que mi sierva está diciendo, porque esto a la vez no es una señal solamente para ella, sino para ustedes, para todos aquellos que me han preguntado sobre los tiempos proféticos de los últimos días».
Yo estoy sabiendo que muchos de ustedes están soñando con relojes, y están soñando que encuentran relojes, y están soñando que se les colocan relojes en sus muñecas, o que miran distintos tipos de relojes: relojes de pared, creo que se llaman los que se cuelgan en las paredes, y relojes antiguos; que encuentran relojes en las calles, en las veredas y demás.
El Señor me hace saber que están soñando con estas cosas porque Él quiere que ajusten el tiempo en sus vidas, que alineen el tiempo de sus vidas al tiempo de Dios. Algunos de ustedes están atrasados en los tiempos de Dios, y por eso sueñan con relojes; otros se quieren adelantar a los tiempos de Dios, y por eso Dios les habla en sueños a través o con el símbolo de los relojes. Otros de ustedes están soñando con relojes en el cielo, y es porque Dios les está hablando sobre los tiempos celestiales.
Cuando Él le habla a sus hijos, hace distintos tipos de señales que marcan que lo que sus hijos están escuchando ciertamente viene de Él. Este es el tiempo que los míos entiendan en qué temporada de sus vidas están, porque las cosas que vienen al mundo son las que ya se han escrito, las que ya se han avisado. Las cosas que van a suceder ya se dejaron avisadas desde tiempos antiguos, en los libros que ustedes leen.
Sin embargo, muchos de ustedes siguen leyendo estos libros sin entender cuáles de esas cosas ya están cumplidas, cuáles se están cumpliendo delante de sus ojos y cuáles aún no se han cumplido. Hijitos, este es el tiempo de ajustar esas manecillas. Este es el tiempo de arreglar esos relojes en sus espíritus, que hoy no están funcionando. Los estoy llamando a ser entendidos de los tiempos.
Hijitos, despierten, porque hay gente que estudia las profecías bíblicas que no son hijos de Dios, que a veces hasta entienden mejor mis tiempos que ustedes. Este es un llamado a levantarse y empezar a estudiar verdaderamente el libro del Apocalipsis, porque este es el tiempo de su cumplimiento. El Espíritu Santo está diciendo esto porque muchos de ustedes creen erróneamente que lo que está escrito en ese libro es para mucho tiempo más adelante.
Sin embargo, Dios está diciendo que este es el tiempo del libro, del cumplimiento del libro del Apocalipsis. Muchas cosas, inclusive, que están escritas en ese libro ya se han cumplido. Otras están en cumplimiento y otras aún no se han concretado, y ustedes no saben que algunas cosas que están escritas en ese libro ya se están cumpliendo. Ustedes piensan que 100% de ese libro es para un futuro lejano, y el Señor está diciendo que no es así.
Yo sigo viendo una y otra vez un reloj en sus manos, sigo viendo un reloj en sus muñecas. Y el Espíritu Santo dice: Hijitos, ustedes tienen un reloj y no lo usan. Yo (Noelia) estoy sabiendo ahora que hay una razón por la cual me cuesta usar este reloj nuevo que tengo en mi muñeca. Le comentaba a mi esposo en estos días: Desde que lo tengo en mi muñeca, me olvido de que lo tengo y miro la hora en el celular o en cualquier otro dispositivo, y me olvido de que tengo el reloj en mi muñeca. Y hoy mismo le estaba diciendo a mi esposo: No entiendo por qué me cuesta tanto acordarme de que tengo un reloj en mi muñeca. Si bien hace mucho tiempo que no usaba un reloj en mi muñeca, hace ya varios días que lo tengo y ya debería haberme acostumbrado a mirar la hora en el reloj y no en el celular, que es más práctico y para eso está.
El Espíritu Santo me dice ahora: Te cuesta acordarte de que tienes un reloj puesto en tu muñeca porque te cuesta entender los tiempos proféticos. Lo mismo le sucede a mi iglesia en general; son muy pocos los que están mirando sus relojes en el espíritu. Son muy pocos los que se acuerdan de que tienen este reloj profético puesto en sus muñecas.
La mayoría tiene un reloj colocado en sus espíritus, un reloj profético que está en funcionamiento en sus espíritus, pero no se acuerdan de que está ahí, no lo miran, buscan el tiempo en otro lado.
No era mi intención profetizar sobre mí misma, y nunca lo es durante estos vivos, pero voy a obedecer al Espíritu Santo, que sigue colocando mi vida como ejemplo para edificarlos a ustedes. Él me hace saber en este momento que la mayoría de las cosas que me suceden a mí son una señal para la iglesia. Me viene a la memoria el libro de Ezequiel, en donde el Señor le dice que haga cierto tipo de cosas y que esas cosas que el Señor lo llamaba a hacer representaban o anunciaban lo que le iba a pasar a Israel.
Por ejemplo, que se cocine el pan con excremento humano, pero luego el profeta le dice: No, por favor, porque nunca algo inmundo ha entrado en mi boca. Y Dios se lo cambia por excremento de animales. Luego se le pide al profeta que duerma sobre su lado izquierdo y después sobre su lado derecho porque llevaría la maldad de Judá y demás. El Espíritu Santo me trae este ejemplo y me indica que debo decir delante de ustedes que lo que nos sucede a los atalayas, muchas de esas cosas, situaciones en nuestra vida personal y diaria, son una señal de lo que viene a la iglesia a la cual ese atalaya está llamado a anunciar.
[Ezequiel 4:12-15, RVR1960] Y comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y lo cocerás a vista de ellos al fuego de excremento humano. 13 Y dijo Jehová: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo, entre las naciones a donde los arrojaré yo. 14 Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entró carne inmunda. 15 Y me respondió: He aquí te permito usar estiércol de bueyes en lugar de excremento humano para cocer tu pan.
El Espíritu Santo me hace saber ahora que muchas cosas que me pasan en mi propia vida representan o cosas que tengo que hablar o anunciar a la iglesia, o cosas que van a suceder en el mundo, o cosas que tienen que ver con el corazón de Dios para con el mundo o para con la iglesia. Y Dios me hace entender que esto mismo le sucede a varios atalayas a las naciones que el Señor ha llamado a anunciar a la iglesia de Dios lo que está por venir o por cumplirse, que ya está escrito en las Escrituras.
[Ezequiel 4:4, RVR1960] Y tú te acostarás sobre tu lado izquierdo y pondrás sobre él la maldad de la casa de Israel. El número de los días que duermas sobre él, llevarás sobre ti la maldad de ellos.
El Señor me hace saber que este tema con relojes y con cosas que tienen que ver con el tiempo son las que Dios está hablando al espíritu de muchos de ustedes y no solamente de varios atalayas del Reino. También me viene a la memoria que, hace un par de semanas atrás, estaba queriendo comprarme un reloj de arena porque me gustan mucho objetos que son así como antiguos. Había visto en internet, de paso, un reloj de arena y estaba pensando si comprarlo o no, y ahora entiendo por qué esta curiosidad con todo lo que tiene que ver con relojes en este tiempo.
El Espíritu me hace saber que esto mismo les está pasando a varios de ustedes. Esto es porque Dios está llamando a los suyos a entender los tiempos proféticos, y el Señor está dando este entendimiento sobre sus tiempos proféticos de distintas maneras. Una de esas maneras, como dije antes, es a través de los sueños. Presten atención a los sueños que están teniendo, en donde aparecen distintos tipos de relojes o cosas que tienen que ver con el tiempo. También estoy viendo relojes digitales en esta visión que el Espíritu Santo me está mostrando.
Distintos tipos de artefactos que tienen que ver con el tiempo. Dios está dando revelación sobre el tiempo a sus hijos en estos días. Esto es un llamado a que ustedes presten atención sobre esas cosas que están recibiendo. El Espíritu Santo les avisa que van a seguir teniendo revelaciones sobre todo lo que tiene que ver con los tiempos de Dios. Van a empezar a entender, muchos de ustedes, los que no entendían sobre esta área; van a empezar a entender, porque justamente este es el tiempo de revelar ciertas cosas que estaban preparadas únicamente para ser entendidas en estos días, y no antes.
También el Señor me está diciendo que el Señor va a conceder revelación sobre el libro del Apocalipsis a todos ustedes, los que no entendían nada de ese libro. Que tengan esperanza, mediten en el libro, pidan revelación sobre ese libro. El Espíritu Santo les va a dar entendimiento sobre él. Tengan fe, pidan a Dios, porque este es el tiempo en que la puerta se abre para aquellos hijos que buscan revelación sobre ese libro, y sobre los tiempos en donde la iglesia está caminando, y sobre los tiempos de las cosas que tienen que venir.
El Espíritu Santo dice: Hijitos, tengan esperanza, porque el solo hecho de escuchar esta palabra que sale de mi boca está provocando que el reloj profético que está colocado en sus espíritus reaccione y comience a ajustarse con mi verdadero tiempo. Esto, para algunos de ustedes, va a ser un proceso, un proceso que comienza ahora. Para otros es un proceso que ya ha comenzado anteriormente, pero que se va a enfatizar, que se va a seguir desarrollando.
Hay algunos de ustedes que sí tienen, en parte, como dije al principio, entendimiento de los tiempos en donde estamos, pero Dios me dice que eso no se va a quedar así, y que Él les va a revelar aún más sobre esta área. Busquen más, porque hay más, y el Señor los quiere sorprender.
Hijitos, abran sus corazones para recibir esta lluvia que viene del cielo, porque les voy a dar el entendimiento que necesitan para que, cuando lean los libros que hablan sobre este tiempo en el cual ustedes viven, puedan entender lo que está sucediendo y lo que se viene. Hay candados que están siendo abiertos, hay relojes que están siendo ajustados, hay tiempos que están siendo revelados, porque este es un tiempo que está siendo revelado. Este es un tiempo en donde varias profecías que estaban selladas para únicamente ser entendidas en el momento del cumplimiento son abiertas.
Hijitos, este es un tiempo de revelación. Yo (Noelia) veo luz, luz que llega a muchas cabezas, la luz de la revelación de Dios. Hay muchos de ustedes que están emocionados mientras yo hablo, porque vienen pidiéndole entendimiento sobre los tiempos de Dios hace mucho. Dios dice que antes no era el tiempo de que muchas de estas cosas sean reveladas, pero ahora sí, finalmente se abre la puerta para que muchos de ustedes entren en este lugar de revelación acerca de los tiempos de Dios.
Muchos de ustedes están en un lugar de revelación, en los tiempos de Dios. Muchos de ustedes estaban perdidos en el tiempo, pero ahora van a empezar a ajustar sus brújulas, porque también estoy viendo ahora que algunos de ustedes han soñado con brújulas. Algunos de estos sueños, lo que quieren decir, es que antes estaban perdidos, pero ahora el Señor los va a ubicar en el tiempo, hablando del tiempo profético de Dios, del cumplimiento de las Escrituras y de lo que viene en los últimos días.
Porque para que la Iglesia realmente sepa cómo prepararse, es necesario que entienda en qué tiempos está y cuáles son los tiempos que vienen. Hijitos, prepárense, porque voy a ajustar sus brújulas espirituales. Ya no van a estar perdidos, no sabiendo a dónde queda el norte, el sur, el este o el oeste. Los voy a ubicar en espacio y en tiempo.
No solamente porque ustedes me lo pidieron, sino porque pidieron algo que va unido a mi voluntad. Voy a reubicar a mi Iglesia en donde tiene que estar. Van a entender cosas sobre el tiempo y el espacio en estos últimos días. ¿Ustedes creen?, pregunta el Señor, porque eso es lo que voy a hacer, porque eso es lo que estoy haciendo, porque eso es lo que quiero darles a los míos, a los que están sedientos, a los que clamaron y ayunaron sobre esto. Les voy a hacer entender, y ya no van a estar más ciegos.
Porque yo estoy viendo que varios de ustedes miraban un reloj y no podían leerlo, no podían interpretarlo. Lo tenían enfrente de ustedes, pero no entendían qué hora era. Simbólicamente hablando, esta visión significa que miraban a este reloj profético, pero no lo podían descifrar. Y yo escucho la palabra tiempos, eras, sazones, temporadas, estaciones. Todo tiene su tiempo debajo del sol. Los árboles saben en qué tiempo están, en qué estación se encuentran. Los árboles saben si la estación en la que están es una en la cual tienen que dar frutos, o si están en una estación en donde tienen que ser podados.
Los árboles saben si es una temporada para recuperarse, para después comenzar a producir fruto de nuevo, o si es una temporada de invierno, en donde no es tiempo de producir.
El sol sabe cuándo tiene que salir y cuándo tiene que esconderse. La luna entiende su labor, sabe cuáles son los tiempos que tiene que marcar, porque la luna marca tiempos. Las flores entienden cuándo es el tiempo en el que tienen que abrirse y cuándo es el tiempo en el que tienen que cerrarse. Pero mis hijos están perdidos, no sabiendo si es de día o de noche, no sabiendo en qué tiempos están ni lo que les espera.
Yo quiero, dice Dios, que los míos dejen de estar perdidos y se ubiquen en el tiempo, para que, cuando venga lo que va a venir, no los sorprenda como ladrón en la noche. Si ustedes no entienden en qué tiempos están, mucho menos van a saber lo que falta por cumplirse, lo que va a suceder, lo que va a pasar. ¿Cómo van a prepararse si ni siquiera entienden de qué se tienen que preparar? Sean entendidos de los tiempos y las estaciones, de las temporadas espirituales, porque ustedes saben cuándo es invierno, verano, primavera, otoño en lo físico, pero no en lo espiritual.
Amados, entiendan que todo tiene su tiempo. Este tiempo en donde ustedes están son tiempos peligrosos, en donde la noche viene y el día se va oscureciendo cada vez más. El problema es que los que no son entendidos de los tiempos, mientras la noche viene y se siguen comportando como si siguiera de día, van a sufrir las consecuencias de no haber sido entendidos de esos tiempos.
Amados míos, presten atención porque baja el sol a nivel espiritual y viene la oscuridad total. Muchos van a estar ciegos por causa de esa oscuridad. Mas sobre los entendidos resplandecerá mi luz, para poder ver aún en medio de esa oscuridad.
Amigos míos, cómprense un reloj, adquieran sabiduría sobre mi valioso tiempo, no pierdan el tiempo, ajusten esas agujas. Fíjense si la hora que dice su reloj espiritual marca el mismo tiempo que marcan las Escrituras, porque algunos están desfasados, fuera del tiempo real. Es necesario que mi iglesia se alinee con los tiempos proféticos verdaderos en donde están.
Amados, los que sean entendidos, explíquenle a los demás en qué tiempos están. Instruyan, porque estoy levantando obreros que son entendidos de los tiempos. Yo estoy viendo ahora, como un agricultor de la antigüedad que sabía leer los cielos para entender los tiempos que marcaban las estrellas, la luna y el sol. Esto representa que el Señor está levantando obreros en su mies, entendidos de los tiempos, para enseñar a otros, a los que están perdidos en los tiempos de Dios.
Dios dice: no se queden callados, a estos obreros entendidos de los tiempos, no se guarden el conocimiento que les estoy dando para ustedes mismos, no lo guarden en sus bolsillos, avisen a los demás en qué tiempos están.
[Mateo 16:2-3, RVR1960] Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. 3 Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!
Hijitos, este es un llamado a despertarse y a investigar sobre estas cosas. Estoy sabiendo ahora que hay muchísimas congregaciones en donde no se habla de este tema, del tiempo profético de Dios, del plan profético de Dios, en dónde está ahora la iglesia y lo que se viene, de las cosas que se han cumplido y las que faltan por cumplirse.
[Romanos 13:11, RVR1960] Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.
Conozcan ustedes cuál es el tiempo en donde están, aun cuando no se lo prediquen. Cada uno de ustedes tiene una responsabilidad sobre ese reloj espiritual profético que está en ustedes y a través del cual les quiero enseñar a reconocer los tiempos, amigos míos. El libro del Apocalipsis ya se está cumpliendo y ustedes no se enteraron. Los cuatro jinetes ya han sido enviados y ustedes no se percataron, porque la muerte, la guerra, el hambre, la escasez, las enfermedades, las bestias que están matando al hombre y todas estas cosas ya están activas.
Ustedes creen que es para un tiempo más. Esos jinetes ya están cabalgando alrededor de la tierra, alrededor de ustedes, y no los han sabido reconocer. Amados, hay muchas cosas más que se están cumpliendo ahora de las Escrituras, en estos exactos días, y ustedes no se enteraron. Lean sobre lo que está escrito para estos tiempos, entiendan a Israel como la señal para estos tiempos, estudien sobre las profecías bíblicas que hablan de lo que hoy está sucediendo allí, entiendan cuál es el tiempo de la higuera.
Donde ustedes están injertados, y ya no sean llevados por ese barco en donde están sin saber a dónde van. Hijitos, el libro del Apocalipsis está activo en estos días. El número de los mártires se sigue completando; aún hay gente que está muriendo por causa del nombre de Jesús y ustedes no tomaron esto en cuenta. Tantas cosas hay que están escritas que ustedes no entienden, pero que tampoco trabajaron para poder entender.
Amigos míos, entiendan. Ya no quiero que estén en oscuridad, no quiero que sean ignorantes de lo que está escrito, sino que sepan y esperen lo que está por cumplirse de esas cosas que están escritas.
[Mateo 1:7, RVR1960] De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
Las hojas de la higuera están brotando, y ustedes no lo ven. La higuera está reverdeciendo y ustedes están ignorantes de eso. Todo se está cumpliendo. El tiempo de los gentiles llega a su fin y ustedes no se percataron. Entiendan, lean, oren, pidan revelación sobre lo que está escrito y que se está cumpliendo ahora, para poder también prepararse para lo que viene, porque, cuando menos lo piensen, una a una, uno a uno, esos acontecimientos profetizados para estos días seguirán cumpliéndose delante de sus ojos y los van a sorprender a los que no estaban al tanto.
Estoy sabiendo ahora en mi espíritu que la mayoría de los hermanos en el cuerpo de Cristo ni siquiera sabe lo que está escrito, ni siquiera lo han leído. No es que no lo entienden, sino que no lo conocen, no lo leyeron, no leyeron nunca el Apocalipsis porque piensan que no es un libro para ellos y que es para el futuro lejano. No leyeron Mateo 24, no leyeron los profetas que hablaron sobre estos tiempos, no leyeron Lucas 21, Marcos 13 y demás. No lo leyeron ni siquiera. Son ignorantes de lo que Dios viene avisando desde tiempos antiguos. Por lo tanto, sus relojes están totalmente perdidos, rotos, desactivados, y lo que viene sí los va a sorprender como el ladrón en la noche.
Sigo viendo un reloj, veo un reloj grande, suspendido en el espacio. El Señor dice: lo que viene es tremendo, es muy fuerte lo que viene, va a sacudir a las naciones. Y veo una tercera guerra mundial en el continente europeo. Veo una bomba terrible que explota en Europa. No sé qué tipo de bomba es, pero no es una bomba común. Es una bomba que provoca muchos muertos y sus efectos tienen mucha influencia, a muchos kilómetros de distancia.
Dios dice: nación contra nación, reino contra reino, pueblo contra pueblo, lengua contra lengua (idiomas), habla contra habla, cabeza contra cabeza, lengua contra lengua (órgano humano físico), es decir, que hablan mal los unos de los otros. Lo que viene es tremendo.
Veo ahora una balanza que se desbalancea completamente. No está balanceada y se mueve para todos lados. Es como una balanza loca: descontrol de los mercados, falta de alimento, escasez en los supermercados, hambre, hambruna que es más grande, sequía, falta de agua, revolución del planeta en lo que es en las cosas naturales, el clima y demás. Todo se da vueltas para arriba, al igual que como cuando un reloj de arena se da vueltas para que comience de nuevo a pasar y a marcar el tiempo. Este es el tiempo de la revolución de todas las cosas.
Donde los líderes se levantan encarnizadamente unos con otros, sin piedad, y ustedes no saben en qué tiempos están. ¿Dónde está escrito eso? Y no creen que todo lo que está escrito en Mateo 24 es literal. Lo toman como algo simbólico o metafórico. Sin embargo, Dios dice que lo crean, porque así tal cual como está escrito, así se está cumpliendo y así se va a cumplir. No es metafórico, es literal, y ustedes no están preparados para eso.
Amigos, prepárense, porque, como dije antes, los cuatro jinetes del Apocalipsis ya han sido enviados y yo (Noelia) estoy viendo bestias, animales que matan a los hombres, animales que transmiten todo tipo de enfermedades a los hombres en una cantidad mayor a la que sucede ahora, como nunca sucedió. Virus que vienen de distintos tipos de animales, que matan a los hombres, bestias que se comen a las personas. Esto es parte del trabajo de este jinete del cuarto sello, así que la muerte seguirá incrementando, habrá más pandemias.
Estoy viendo como los tiempos medievales y estoy sabiendo que en esos tiempos, había, según lo que me revela Dios, varias veces pandemias por la falta de conocimiento, de limpieza, de ciencia y demás en ese tiempo. Los virus, las bacterias y esas cosas se propagaban más fácilmente. Estoy sabiendo ahora que en los últimos tiempos va a ser peor que en ese tiempo, porque el hombre en su orgullo cree que con la ciencia va a poder combatir estas cosas y no entiende que, en primer lugar, son espirituales y que nadie lo va a poder frenar si Dios no lo frena, y que Dios no lo va a frenar porque así tiene que cumplirse. Estos jinetes van a cumplir todo lo que Dios les ha dicho que hagan, van a hacer todo para lo que fueron enviados.
Estoy sabiendo ahora que cada uno de estos jinetes, los que vienen a matar, saben exactamente a quiénes tienen que tocar y quiénes son las personas que están destinadas a morir a través de ellos. Hay un número exacto que Dios tiene planeado de muertos, que van a perder la vida a través del trabajo de estos jinetes, pero el tiempo y el plan de Dios es perfecto. Ustedes van a ver que se levantan varios ministros en estos últimos días, que están llamados a enseñar específicamente sobre los tiempos proféticos de Dios. Los van a comenzar a ver, que se manifiestan cada vez más estas personas, porque Dios se va a asegurar de preparar a los suyos, para que sean entendidos de los tiempos y para que sepan qué tienen que hacer en estos últimos días, mientras todas las cosas que están escritas se sigan cumpliendo.
El Señor no nos va a dejar sin anteojos espirituales. Los que no podían ver van a ver, si es que eso quieren, si es que se arrepienten de la negligencia, si es que dejan la pereza y comienzan a indagar en esta área. Prepárense para recibir esa revelación, para compartirla, porque me voy a glorificar en los míos, y aun los que eran totalmente ignorantes acerca de los tiempos proféticos de Dios van a comenzar a entender.
Me voy a glorificar en los más pequeños, en los que no saben nada, en los más insignificantes ante los ojos de los pastores, de los maestros, de los profetas y de los apóstoles. Les voy a dar entendimiento especial sobre el cumplimiento de la profecía bíblica en estos últimos días a gente que ni se lo imaginaba, para avergonzar a los que se creen que se las saben todas, para avergonzar y humillar a los sabios, y que se acuerden de que yo soy Dios.
Todos aquellos a los cuales ahora les estoy hablando y están sintiendo un fuego en sus pechos, porque eso es lo que sienten que tienen que hacer, vengan a mí, porque este es el tiempo de la revelación.
Hijitos, los amo, los amo tanto, los amo tanto. Soy como un Padre que les recuerda los horarios, como cuando un padre les dice a sus hijos que no lleguen tarde a la escuela. Ustedes saben a qué hora tienen que ir a trabajar, pero muchos no comprenden que ya deberían estar trabajando para mí, porque no solamente no entienden los tiempos proféticos de las profecías bíblicas, sino que tampoco entienden muchas veces los tiempos en sus vidas en los que los estoy llamando a hacer algo.
Ajusten sus relojes en todas las áreas, pidan revelación sobre esto, vengan al cuarto secreto a buscar esa revelación. Les voy a dar de comer de ese pan que tanto desean, sean entendidos de los tiempos, indaguen, mediten, investiguen y pregúntenme todas las cosas que, a través de la enseñanza del Espíritu Santo, yo les quiero responder.
Yo sigo viendo un reloj suspendido en el aire. Muchos de ustedes, los que están soñando con esto, de que ven un reloj en el cielo, es porque Dios los está llamando justamente a estudiar sobre sus tiempos, sobre las profecías bíblicas y el tiempo de sus cumplimientos. Es un llamado de Dios para ustedes, a que pidan entendimiento en esta área y estudien la Biblia en esta área. Esta es una respuesta: ustedes pidieron y preguntaron por eso, y Dios hoy les está respondiendo.
Veo al país de Israel. Lean sobre lo que está pasando, en la Biblia. Ubíquense en el tiempo de Israel, pídanme que coloque el tiempo de Israel en sus espíritus. Todo lo que no tienen, Yo se los puedo dar, pero pidan con fe.
Dios de Israel, de Abraham, de Isaac y de Jacob, que viene en el tiempo perfecto. Muchos lo esperan, pero en el tiempo incorrecto. Muchos esperan el arrebatamiento en un tiempo incorrecto. Ajusten sus relojes acerca de eso, porque no va a venir en el tiempo que ustedes piensan. El reloj aún no marca las 12, me dice Dios, así que prepárense mientras lo esperan.