Extracto de la transmisión «Interpretación de sueños 53»
Siempre les he dicho que tienen que pedir la interpretación de los sueños, las visiones y de las palabras proféticas que reciben, pero también tenemos que tener en cuenta que hay ocasiones en donde el Señor no te va a entregar la interpretación de eso que estas recibiendo. «¿Cómo así?», dirían los colombianos. Dice la Palabra:
[Isaías 29:11, RVR1960] Y os será toda visión como palabras del libro sellado, el cual si dieran al que sabe leer y le dijeran lee ahora esto, él dirá no puedo porque está sellado.
Existen profecías, visiones o sueños que pueden ser como un libro que está sellado y que no se puede leer o no se puede entender hasta que Dios abra ese sello y conceda la revelación de lo que ha sido mostrado. Así que este tipo de interpretaciones son del Señor. En Él está el que conceda su revelación o no, porque Él es el que decide estas cosas. Dice la Biblia:
[Génesis 40:8, RVR1960] Y ellos le dijeron hemos tenido un sueño y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José no son de Dios las interpretaciones, contádmelo ahora.
[Génesis 41:16, RVR1960] Respondió José a Faraón diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón.
Es decir, cuando el Señor entrega un sueño, una visión, una profecía o cualquier tipo de revelación, está en su potestad si nos da o no la interpretación de esa simbología a través de la cual Él habla. A veces recibimos una revelación sin la interpretación, lo cual no entendemos hasta que sea el tiempo de recibir dicha interpretación de parte del Señor, y en otros casos solo lo entenderemos cuando veamos su cumplimiento.
Hay distintas causas o razones de porque no recibimos la interpretación de lo que nos ha sido mostrado, aun cuando hayamos buscado al Señor, hayamos orado, ayunado, consultado con alguien que tiene entendimiento y sabiduría para interpretar sueños y visiones; y estas pueden ser que no es el tiempo de que lo entendamos, quizás Dios quiere manifestarlo más adelante o también porque esas cosas que hemos visto están diseñadas solo para ser entendidas en el momento de ser ejecutadas, o porque no es a nosotros a quienes se les va a otorgar la interpretación, sino a otra persona.
Un ejemplo muy claro es el libro del profeta Daniel, porque él recibió varias visiones y sueños de parte de Dios que no pudo entender por completo. Daniel, en el capítulo 8, tuvo la visión del carnero y del macho cabrío, donde el carnero con dos cuernos fue derrotado por un macho cabrío con un cuerno notable. Dice la Biblia que después se rompió y, en su lugar, surgieron cuatro cuernos. Visión altamente compleja en simbología, pero, aunque nosotros podemos leer en ese pasaje que el ángel Gabriel le explicó que el carnero representaba a los reyes de Media y de Persia y el macho cabrío representaba al rey de Grecia, Daniel no entendió completamente la visión, sino que solamente entendió de manera parcial lo que le fue explicado.
[Daniel 8:26-27, RVR1960] La visión de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera, y tú guarda la visión porque es para muchos días, y yo Daniel quedé quebrantado y estuve enfermo algunos días y cuando convalecí atendí los negocios del rey, pero estaba espantado a causa de la visión y no la entendía.
La Biblia dice que en Daniel habitaba un espíritu mayor o superior, que era capaz de interpretar sueños y visiones, como podemos verlo a lo largo de las Escrituras. Sin embargo, hubo visiones sumamente complejas que no eran para ese tiempo y que estaban selladas al entendimiento para ser reveladas en el tiempo apropiado. Por tanto, Daniel las comprendió solo parcialmente. El otro ejemplo está en Daniel capítulo 9, donde se le da la palabra de las 70 semanas. En este pasaje, el ángel le da una profecía después de orar y ayunar, sobre 70 semanas que determinarían el destino de su pueblo y la ciudad santa. Pero la comprensión plena del significado de estas palabras, especialmente en lo que respecta a los tiempos y eventos finales, no le fue revelada. Por lo tanto, no la entendió.
[Daniel 12:4, RVR1960] Pero tú Daniel cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá y la ciencia se aumentará.
En este pasaje vemos cómo se le instruye a Daniel que selle las palabras de la profecía hasta el tiempo del fin. Lo que significa, según entiendo yo (Noelia) es que la comprensión de esas visiones estaba reservada para un momento posterior.
[Daniel 12:8-9, RVR1960] Y yo oí más no entendí y dije Señor mío ¿cuándo será el fin de estas cosas? Y él respondió anda Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.
Yo recomendaría que lean todo el libro de Daniel para enfocarse especial y específicamente en este tema, porque primero se le muestra a Daniel toda la visión del tiempo del fin, después se le explica parcialmente, y cuando él vuelve a preguntar qué significa todo esto, se le dice: «Daniel, cierra las palabras y séllalas, porque son para el tiempo del fin.»
Podemos concluir que algunas de estas visiones proféticas para él quedaron incomprendidas en parte, porque solo serán reveladas en el tiempo en que se deben entender, más no por él, sino por los que vivan y a quienes el Señor les entregue esa revelación en el tiempo en donde ese sello ha de ser quitado.
Dios nos puede dar un sueño acerca de la vida de otra persona que no entendamos, pero el Espíritu Santo igualmente nos puede invitar o inspirar en nuestro espíritu que debemos compartir ese sueño, visión o esa palabra con la persona indicada, aunque no la entendamos en el momento de recibirla. Porque quizás el que escuche lo que se nos ha mostrado sí lo entienda. El Espíritu Santo es quien nos guía sobre qué debemos hacer con estas revelaciones. Daniel no entendió todo, pero igualmente obedeció al Señor escribiendo todo lo que recibió, y después Dios se iba a encargar de revelarle lo que estaba escrito a quien Él quiera revelárselo en el tiempo indicado.
En ocasiones no entendemos al instante el significado de lo recibido, sino tal vez a largo plazo o nunca, según sea su voluntad. Todo es posible dentro del abanico de las posibilidades y de las operaciones del Espíritu Santo de Dios, pero Él quiere que seamos insistentes en pedir el entendimiento, así sea hasta el momento de su cumplimiento. En cualquier caso, cada vez que recibamos una revelación por cualquier medio, siempre debemos recurrir a Dios para pedir el significado de lo que se nos ha mostrado.
Si nosotros prestamos atención a la mayor parte de las profecías bíblicas del Antiguo Testamento y especialmente del Apocalipsis, o Libro de la Revelación, la mayoría de esas cosas fueron escritas sin ser comprendidas por los profetas en ese momento. Sin embargo, el Señor igualmente les dijo que las escribieran y que Él iba a tratar con eso.
Espero que esto sea de edificación, y creo que hoy muchos de ustedes están ganando claridad en este aspecto. El Señor siempre nos sorprende con cosas diferentes y no podemos encasillarlo, porque Él tiene la soberanía total y la potestad absoluta sobre lo que quiere hacer, hablar y mostrarnos.