El Señor en este tiempo está levantando distintas voces proféticas porque es menester preparar a un pueblo para que sea capaz de tener la victoria en estos últimos días. Distintas cosas muy difíciles están viniendo al mundo y van a seguir viniendo en estos últimos tiempos, y por eso el Señor ha levantado atalayas especializados en preparar a su iglesia. No solamente voces proféticas sino también voces pastorales, misioneras, apostólicas, evangelistas, y de maestros, y distintos tipos de voces que el Señor está utilizando en este tiempo para preparar a la novia, a la iglesia, para la venida del Señor. Su venida está cerca, pero no será sin que antes acontezcan ciertas cosas que todavía tienen que cumplirse según las Escrituras.
Padre, te damos la gloria y la honra por todo. Como siempre digo, Señor, te doy la gloria por lo bueno y por lo malo, porque todas las cosas aprovechan para bien para los que te aman, para que acorde a tu propósito fueron llamados, y tú me hiciste un llamado hace algunos años, Señor, de profetizar a las naciones, de atalayar a tu iglesia, de edificar a un pueblo que necesita ser limpiado, levantado, y entrenado para poder resistir en los últimos días, para que cuando aparezca el Novio, esa novia esté lista y preparada, esperándolo sin manchas ni arrugas en sus vestidos.
Te damos gracias, Señor, por una nueva oportunidad de congregarnos juntos en tu nombre, porque la Palabra dice que donde hay dos o más congregados en tu nombre, ahí estás vos. Y por eso, Señor, nos congregamos como ausentes en el cuerpo pero presentes en el espíritu, como dijo Pablo, para glorificar tu nombre, Señor, para beber de tu Espíritu Santo, para comer de esas palabras nutritivas que tenés para darnos en estos tiempos que nos están costando tanto. Pero gracias, Señor, porque ahí estás, levantándonos cada vez que nos caemos, derramando de tu gloria en nosotros cuando somos débiles, fortaleciéndonos cuando nuestras rodillas se doblan.
Me viene ese versículo que dice que aunque pasamos por distintas aflicciones y tribulaciones, aun así, en el medio de ese refinamiento, en el medio de todo ese sufrimiento al cual estamos llamados a padecer, igualmente tenemos la victoria.
[2 Corintios 4:8-9, RVR1960] Estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos.
Eso específicamente es lo que me hablaba recién el Señor: derribados, pero no destruidos. Yo ya escucho la voz del Señor para un pueblo que está sediento de escucharlo, que dice así:
Oh, hijitos amados, ovejas preciadas de mi reino, Yo me preocupo por ustedes y envío voces a hablar de mi parte. Hay trompetas que estoy sonando para que el sonido que ellas emitan venga del reino de los cielos para despertar a un pueblo que en general está durmiendo. Hijitos, dice el Señor, Yo tengo varias bocas por las cuales estoy emitiendo mi voz en estos días turbulentos porque mis hijos necesitan escuchar lo que Yo tengo para decir. Porque lo que Yo tengo para decir son palabras de vida y no de muerte, son palabras de resurrección, son palabras de aliento, son palabras de fortaleza, son palabras que a veces actúan como martillos que quebrantan la piedra. Pero lo que quebranta ese martillo, esas palabras, es lo que no tiene que estar en ustedes ni en sus vidas. Son palabras que a veces son como látigos, dice el Señor, como látigos que duelen en la espalda, pero que sacuden lo más interno de ustedes para que reaccionen en un mundo turbulento en donde el que se quede durmiendo no va a poder resistir lo que viene y no va a tener la victoria si no está firmemente parado sobre la roca, que es Jesús, el Señor.
[Jeremías 23:29, RVR1960] ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?
Hijitos, dice el Señor, Yo sé que algunos de ustedes extrañaron este martillo, extrañaron estas palabras que salen de la boca de esta mi sierva, que aunque a ustedes mismos a veces les duele lo que ella habla, porque a veces cuando ella habla, esas palabras que salen de su boca son como flechas que se clavan en sus coyunturas, dice el Señor, y ustedes sienten el dolor cuando esas palabras que salen de la boca de ella llegan a ustedes y dan en el blanco, exactamente a donde tienen que dar. Pero ustedes también saben, dice el Señor, que es justamente lo que necesitaban, y que a veces únicamente a través de la verdad pueden salir del estado donde están.
Oh, hijitos, dice el Señor, aprendan a escuchar palabras blandas como la miel, dichos suaves de las bocas proféticas, como también a recibir estos latigazos de corrección a través de esas bocas, porque Yo estoy usando a mis atalayas de estos días y a mis voces ministeriales de distintos tipos para que la novia se prepare, para que la novia se dé cuenta de que está perdiendo tiempo y de que el Novio está a la vuelta de la esquina, para que la novia se lave sus vestidos, para que la novia se limpie sus inmundicias y deje de fornicar y de adulterar con las cosas del mundo.
Oh, hijitos, estoy llamando a un pueblo a que se prepare, dice el Señor, porque en el cielo, donde habita Dios, todo se está poniendo a punto; las mesas están siendo servidas, los manteles estirados. Los ángeles están trabajando para preparar el momento de las bodas del Cordero. En los cielos nada se detiene, dice el Señor, mas ustedes a veces no entienden que ustedes tampoco deben detenerse, y que si ustedes se detienen, están en peligro de no encajar en este plan profético, en el tiempo perfecto para sus vidas.
[Apocalipsis 19:9, RVR1960] Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
Hijitos, dice el Señor, en el mundo todo se está preparando para el escenario final de todas las cosas. Los servidores del mal se están moviendo, y así como cuando una pareja que se va a casar en un templo está por entrar, a esta pareja se le prepara como una especie de alfombra… Yo (Noelia) estoy viendo como una alfombra de color rojo que se pone entre las butacas para que pase la pareja que se va a casar. Estoy viendo una visión en donde esta pareja va a entrar por la puerta principal de ese templo y va a caminar por esa alfombra hasta llegar al pastor que los va a casar.
Y el Espíritu me hace saber que los enemigos, el reino de las tinieblas, están preparando todo para la entrada triunfal del anticristo y le están preparando la alfombra, como cuando también va a entrar un rey a un lugar o una persona que tiene máxima autoridad en un país, en una nación. Así como existe esta costumbre de que cuando entre un rey o una persona muy importante en el mundo, por donde él camine se vaya abriendo una alfombra para que no pise en cualquier lado, sino que esto es como para honrar a esta persona porque es una persona especial, porque todas las luces están sobre esa persona, así lo mismo el escenario mundial se está preparando para la entrada del anticristo, me dice el Señor, para la aparición de este personaje que va a tener suma relevancia en estos últimos días.
Yo (Noelia) veo que sus servidores están preparando todo para que él entre y se muestre a las naciones, y cuando él entre, le van a rendir gloria, le van a dar honor, lo van a colocar en el centro de la escena mundial, lo van a llamar blasfémicamente como se lo llama al Señor: rey de reyes y señor de señores. El Espíritu Santo me hace saber que lo van a llamar de la misma manera que se lo llama al Señor en las Escrituras.
[2 Reyes 9:13, RVR1960] Entonces cada uno tomó apresuradamente su manto, y lo puso debajo de Jehú en un trono alto, y tocaron corneta, y dijeron: Jehú es rey.
[Mateo 21:8-9, RVR1960] Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
Así como Jesús entró en Jerusalén de una manera humilde pero con la honra de un rey, de la misma manera se está preparando que el anticristo tenga su entrada mundial al escenario mundial, porque lo que está haciendo y va a hacer el diablo es copiar todo lo que pueda de lo que Jesús manifestó cuando estaba sobre la tierra, pero de una manera demoníaca, en una manera infernal. Pero la idea es confundir a los judíos cuando él se manifieste, para que se presente a la manera judía en frente de ellos, haciéndose pasar por Jesús. Este es uno de los objetivos que tiene el anticristo: engañar al pueblo de Yeshúa, al pueblo del Mesías que ya vino pero que no lo reconocieron cuando él ya vino, comportándose de la manera más parecida posible a como se comportó Jesús cuando caminó sobre la tierra.
Estoy viendo que como Jesús hizo su entrada triunfal, de la misma manera el anticristo hará su entrada triunfal al escenario mundial de las naciones para impactar al mundo, pero él lo va a hacer con lujos y honores. Aquellos lujos y honores que no le rindieron al Mesías cuando vino son los que va a recibir —estoy sabiendo ahora por el Espíritu Santo— este personaje, este anti-mesías, este anticristo que se va a manifestar en el mundo en una sola persona, porque sabemos, como dice 1 Juan:
[1 Juan 2:18, RVR1960] Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.
Si bien tenemos que entender que el espíritu del anticristo ya se está moviendo sobre la tierra desde hace mucho tiempo, también se va a manifestar en una sola persona. Por eso dice: «Oísteis que el anticristo viene,» pero también dice: «Así ahora han surgido muchos anticristos.» Pero ustedes, hijitos, dice el Señor, abran grande sus ojos y evangelicen al mundo, a los que queden sin evangelizar, a los que no hayan recibido una oportunidad de convertirse al Mesías verdadero, al único Rey de reyes y Señor de señores, a Jesús de Nazaret, porque muchos anticristos han venido al mundo, pero falta aún que se manifieste la cabeza de las cabezas de los anticristos, el padre de los anticristos, dice el Señor, la persona en la cual se va a depositar la autoridad suprema para gobernar con vara de hierro a las naciones, la persona en la cual se van a depositar los poderes demoníacos máximos de este último tiempo.
Él, dice el Señor, se llenará la boca, hablando grandes cosas, mintiendo, engañando, pervirtiendo si fuera posible aún a los escogidos, a los que no estén despiertos, a los que no hayan velado, a los que no tengan la espada de las Escrituras afilada. A esos los engañará, los hipnotizará, porque esta persona tendrá un poder deslumbrante, un carisma nunca antes visto todo junto en esa magnitud en un solo hombre, y confundirá a las masas. Este hijo del diablo, este hijo de Lucifer, dice el Señor, hará orgulloso a su padre porque estará entrenado en mentir, entrenado en engañar. Será un maestro, un mago, el máximo mago de los magos, dice el Señor. Hechizará a las naciones enteras, y solamente los que se mantengan despiertos, y solamente los que estén velando, y solamente los que tengan un corazón humilde y entregado a Yeshúa, al Hijo de Dios que ya vino manifestado en carne, solamente aquellos que estén orando permanentemente de ser dignos de escapar de ese engaño, solamente los que realmente amen a Dios y no a ellos mismos no caerán en esta trampa.
[Apocalipsis 13:5-6, RVR1960] También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo.
Hijitos, dice el Señor, estén listos, porque se está por abrir el telón de esta puesta teatral mundial, se están tejiendo las redes que se necesitan tejer, y ya están en la etapa final. Todo saldrá a la luz, y todos —pequeños, medianos, jóvenes, grandes y viejos— serán probados para ver si reconocen el error, para ver si verdaderamente creían en Yeshúa como su salvador y no en ningún otro que venga después de Él, para ver si realmente estaban anclados en lo que dicen las Escrituras, en lo que avisaban las Escrituras. Todo el mundo será probado con la manifestación del hijo de Satanás.
Hijitos, entiendan que el engaño tiene que darse, dice el Señor, para que todo el mundo sea probado, para que todo el mundo muestre quién realmente es, para que todo el mundo se dé cuenta de dónde está parado. Hijitos, entiendan que esto tiene que pasar para que las naciones enteras tomen una decisión. Y todo el mundo tendrá que decidir a cuál mesías le va a creer: ¿al mesías real o al anti-mesías? Todo el mundo va a tener que decidir a qué ungido creerle: ¿al ungido de Dios, a Jesús de Nazaret, al ungido por su mismo Padre, al Hijo de Dios que murió en esa cruz y resucitó al tercer día, quien se encuentra a la derecha de la gloria de su majestad, bajo cuyos pies serán colocados sus enemigos? ¿O al ungido del enemigo de las almas, al ungido y predilecto de Lucifer, a su obra maestra?
Este anticristo será como la obra maestra final del diablo sobre la tierra. En él se va a mostrar —yo (Noelia) estoy entendiendo en mi espíritu— la personalidad completa del diablo en una persona. Tendrá poderes sobrenaturales y magistrales, tendrá talentos en el habla y la comunicación. Será como una serpiente que, cuando estire su lengua, envenene a quien la escucha, envuelva, manipule y controle a quienes no estén despiertos para reconocer su error.
Hijitos, dice el Señor, la paz se termina. Se acaba el tiempo, se aproxima la hora, y ahora es, dice el Señor, cuando todas las cosas que estaban escritas se comienzan a revelar una a una. Es hora de colocar las últimas fichas del rompecabezas. Es hora en la que ustedes se van a sorprender leyendo las profecías bíblicas que aún no se habían cumplido para estos tiempos y viendo en sus propias caras cómo se desarrollan.
[Apocalipsis 6:4, RVR1960] Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada.
Por eso estoy llamando a un pueblo a mirar a Israel, dice el Señor. Por eso he dicho que tienen que entender lo que representa la nación de Israel en este tiempo. Tienen que aprender a dirigir su mirada al oriente y no quedarse mirando en sus propias vidas, casas, lugares y congregaciones. Todo el mundo estará obligado a mirar hacia Israel, y si ustedes no están atentos a lo que se desarrolla en Israel, entonces no sabrán en qué tiempo están caminando, porque lo que está por darse tiene que ver con Israel, dice el Señor. El pueblo que el diablo más quiere alcanzar en primer lugar a través del engaño del anticristo son los judíos, el pueblo del Mesías, del judío de los judíos, el pueblo de Yeshúa, el judío. El blanco número uno que el anticristo va a querer alcanzar son los judíos. El lugar número uno, la tierra escogida por el anticristo es Israel, porque él quiere todo lo que Dios ama, y como Dios ama esta tierra y la escogió, él la quiere poseer.
Hijos, dice el Señor, ustedes no entienden que esto es una guerra espiritual, que en estos últimos tiempos la batalla es por Israel, la batalla es por Jerusalén y la batalla será en Jerusalén. Los ejércitos se darán encuentro en Israel. El blanco, el objetivo, la meta es Israel, porque Israel es el comienzo y el final, dice el Señor, y el diablo lo sabe y anhela poseer esa tierra y sentarse en el trono en Jerusalén. El diablo anhela tomar el lugar que Yeshúa va a tener en Jerusalén. El diablo quiere ocupar el lugar desde donde Jesús va a reinar durante mil años, que es Jerusalén.
Hijitos, dice el Señor, entienden que de todos los lugares de la tierra he puesto mi dedo en Jerusalén. Lean las Escrituras y entiendan que Jerusalén es el alfa y la omega, Jerusalén es el principio y el fin. Oh, hijitos, el enemigo quiere lo que Yo escogí, y Yo escogí la tierra de Israel, Yo escogí a Israel, Yo escogí el monte de Sion, Yo escogí al pueblo de los judíos, dice el Señor.
El enemigo también quiere a mi pueblo de Israel espiritual, que son mis hijos: todos ustedes, judíos o gentiles, que crean en Jesús como su salvador, como su Señor, y que se hayan bautizado y nacido de nuevo en su nombre y no en otro. Todo lo que Yo amo, dice Dios, es lo que él quiere. Todo lo que protejo es lo que él quiere robarme, dice Dios. Donde Yo he puesto mi marca, detrás de eso va él. Dice Deuteronomio:
[Deuteronomio 7:6, RVR1960] Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.
Hijitos, entiendan que se trata de mi elección, y que lo que Yo elijo, detrás de eso, ahí va mi enemigo. Detrás de lo que Yo elijo van los perros para ver si lo pueden despedazar. Donde Yo pongo mi marca, dice el Señor, es donde él se quiere sentar, y el monte de Sion está marcado para que se siente Jesús, Yeshúa, el Hijo de Dios. Por lo tanto, el anticristo quiere reinar desde ahí y reemplazar al Hijo de Dios, desde ese trono, en ese lugar especial de la tierra.
Oh, hijitos, dice el Señor, oren por estas cosas. Oren, porque mientras estas cosas se desarrollan, mientras mi pueblo es probado y se termina el tiempo de los gentiles, ustedes deben evangelizar, ustedes deben orar para que más almas se salven. Hijitos, estén activos y entiendan que cada uno de ustedes forma parte de este rompecabezas profético final. Entiendan, dice el Señor, que cada uno de ustedes tiene un lugar específico en este plan. No se queden quietos. De verdad que lo que viene es fuerte, dice Dios.
Y yo (Noelia) estoy viendo un terremoto masivo que sale desde Jerusalén, generando ondas expansivas que llegan a toda la tierra. Dios pone su dedo sobre Jerusalén, generando una onda expansiva que se va abriendo, abriendo, abriendo en forma circular hasta tocar todos los confines de la tierra. Esta visión significa que todo lo que suceda ahí va a afectar al mundo entero, porque Jerusalén es la roca, es la copa que va a sacudir al mundo entero.
Hijitos, repite el Señor, miren hacia allá, miren cómo se desarrollan los acontecimientos finales de la vida del hombre, y pregúntense si están listos, pregúntense si están despiertos o dormidos, pregúntense si son entendidos o están confundidos. Porque muchos de ustedes piensan: «¿Y qué tiene que ver todo eso conmigo?» y no entienden que cada uno de ustedes es una pieza importante de este rompecabezas final. Dice la Palabra:
[Zacarías 12:2-3, RVR1960] He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén. Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella.
Sean entendidos, dice el Señor. Estudien sobre Jerusalén, estudien sobre Israel, porque es allí donde los pies del Mesías van a volver a pisar. Oren para preguntarme sobre el desarrollo de estos últimos eventos, dice el Señor, porque todo va a rondar alrededor de Israel en estos últimos días. Todo el mundo va a tener en sus bocas el nombre de Israel. Todo el mundo va a hablar sobre él, dice el Señor, y mi nombre será glorificado en este pequeñito.
[Zacarías 14:4, RVR1960] Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.
Hijitos, esperen ese día, dice el Señor. Prepárense para que cuando venga el Santo de los Santos los halle limpios y con la casa ordenada, para que cuando Él vuelva a recoger a sus escogidos de los cuatro vientos los encuentre dignos de ser levantados. Porque el Señor ahora me habla de su venida y del arrebatamiento de la iglesia. Hijitos, prepárense, dice el Señor, no solamente en lo físico, no solamente en lo espiritual, sino también en el entendimiento de estos tiempos, entendiendo lo que ya se ha cumplido y lo que falta por cumplirse.
Estudien las profecías bíblicas. Anímense a meterse en esas aguas, que a muchos de ustedes les resultan complicadas, dice Dios. No tengan miedo, porque cuando ustedes pongan el primer pie en esas aguas, ahí Yo los voy a ayudar, dándoles revelación. Pero dejen de esquivar esos temas, dice el Señor, porque necesitan entender los tiempos en donde están caminando. Y me viene el libro de Daniel donde dice:
[Daniel 12:3, RVR1960] Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.
El entendimiento que ustedes ganen sobre las profecías de estos últimos días, dice el Señor, provocará que su luz vaya en incremento, iluminando a las naciones, que se van sumergiendo cada vez más en tinieblas y en oscuridad. Tienen que hacer una diferencia, porque mientras ellos —los inconversos, los que no son hijos de Dios, los que no aceptaron a Jesús como su Mesías— se van sumergiendo en una oscuridad cada vez más negra, cada vez más profunda, ustedes tienen que emanar más luz, y una de las maneras de emanar más luz, dice el Señor, es a través de ganar revelación y entendimiento.
En el cielo todo se está preparando, me repite el Señor. No hay nadie que se quede quieto. Los ángeles están preparando los recintos, el lugar donde vamos a congregarnos juntos para las bodas del Cordero. Ellos están poniendo todo en orden para que todo esté listo para recibir a la novia. Todo está en marcha arriba en el cielo y abajo en la tierra, pero hay algunos de ustedes que están quietos, repite el Señor. Avancen, dice Dios. El que estaba quieto, actívese. El que no entienda, pídame entender. El que no comprenda, lea y vuelva a leer hasta que sus ojos sean abiertos y finalmente sea un entendido de estos tiempos.
Hijitos, dice Dios, les estoy pidiendo que me busquen en el cuarto secreto, les estoy pidiendo que naden en las aguas de las Escrituras, pero no como alguien que es un novato, que recién aprende a nadar, sino que sean nadadores profesionales en estas aguas que representan la Biblia, y de a poco van a ir conectando un pasaje con otro, un libro con el otro, una profecía con la otra, pero por algo tienen que empezar. En algún momento tienen que empezar a estudiar todas las profecías y los pasajes que hablen de los últimos tiempos. No le tengan miedo, dice el Padre.
El Señor me está mostrando ahora que muchos de ustedes piensan que nunca van a entender nada del Apocalipsis, de los libros de los profetas, de las porciones de la Escritura que hablan de los últimos tiempos. No los entienden cuando lo leen. Es como si estuviera escrito en clave, en otro idioma. Muchos de ustedes literalmente no entienden nada cuando leen esos pasajes. Pero el Señor los está animando a que ustedes comiencen, insistan, busquen, se instruyan, le pidan inspiración al Espíritu Santo, busquen a Dios, oren sobre estas cosas, ayunen sobre estas cosas. El Señor va a abrir la puerta de revelación en sus vidas, pero tienen que empezar y tienen que arrepentirse de creer que nunca van a entender nada, porque es Dios el que está llamando al pueblo de los últimos días a ser entendidos de los tiempos proféticos donde están caminando. Y si ustedes creen que nunca van a entender nada, le están creyendo al diablo y no a Dios, que les está pidiendo que inicien en el estudio de estas porciones proféticas bíblicas.
Ustedes tienen que saber cuándo la Biblia dice que va a suceder algo con tal nación para que, cuando eso pase, ustedes digan: «Ah, esta señal ya vino, ya se cumplió.» Porque hay señales bíblicas que están a punto de cumplirse enfrente de nosotros, pero como ustedes no conocen lo que está escrito, ni cuenta se dan que esas señales se están cumpliendo enfrente de sus ojos. Y muchos dicen: «No sé en qué tiempos estoy. Estoy perdido. No sé en dónde estamos. ¿Qué falta por cumplirse en el mundo? ¿Cuándo va a venir el Señor?» Pero no es por culpa de Dios que los ha dejado ciegos, sino que ustedes no han sabido estudiar, no han querido, no han tenido la posibilidad de estudiar, de leer esas señales, de conocer esas señales, de entender esas señales.
Ese es el mensaje de hoy para el pueblo santo de Dios: comiencen a estudiar los pasajes proféticos de los últimos tiempos, y de a poco van a ir conectando uno con otro, entendiendo cómo se relaciona con lo que está sucediendo hoy en el mundo, cuáles son esas cosas que ya se cumplieron y cuáles faltan por cumplirse. Y ya no van a estar más a ciegas, ya no se van a sentir perdidos, porque el Espíritu Santo nos va a ayudar a entender esas Escrituras si somos insistentes y no vagos, si nos movemos y dejamos de ser perezosos.
Cuenten los tiempos, cuenten los días, dice el Señor, porque hasta les voy a hablar por sueños para que puedan entender lo que leyeron durante el día. Tengan esperanza y tengan fe, porque dice la Biblia que al que golpea se le abre, y al que pide se le da. Pero tienen que pedir con insistencia, dice el Señor. Asimismo, si ustedes no conocen las profecías bíblicas para este tiempo y no las entienden, no las escudriñan, no oran, no preguntan, ¿cómo se van a maravillar sus ojos cuando se vayan cumpliendo? Porque ver el cumplimiento enfrente de nuestros ojos de esas profecías son señales de parte del Señor para nosotros, que nos habla a su pueblo, que nos guía, nos dirige y nos dice: «Acá estamos ahora.» Son testimonios que Dios hace con los suyos, y si ustedes no conocen esas señales, mientras ellas se están cumpliendo enfrente de sus ojos, entonces no son maravillados, no son sorprendidos. Viven como alguien que está caminando y pasando por un paisaje donde explotan las bombas, viene un terremoto, se desarrollan cosas tremendas, se sacude la tierra debajo de sus pies, ocurren señales grandiosas en el sol, la luna, las estrellas, el mar, la tierra, pero no entienden nada de lo que sucede a su alrededor.
No es a eso a lo que estamos llamados, dice el Señor, porque no somos de las tinieblas; somos del día y el Señor dejó todo escrito sobre lo que iba a suceder en este tiempo. Por lo tanto, Dios llama hoy a estudiar las profecías bíblicas que faltan por cumplirse en estos últimos días, no sólo por lo que dije antes, sino para que su pueblo esté preparado para resistir y reconocer la verdad del error, para discernir y separar lo que viene de Dios de lo que no.
Tengan fe, dice el Señor, y abran sus mentes, en el sentido de aceptar que tienen a un Dios que les quiere revelar y que no quiere que estén ciegos, que tienen a un Dios que va colocando señales delante de sus pies, que no deja a su pueblo caminando en la oscuridad. Todo está pautado, todo está marcado desde antes de la fundación del mundo. Y dice el libro de Daniel que para todo hay un plazo. No estamos en el aire; no hay coincidencias ni casualidades. Es un plan profético perfecto diseñado desde antes de la fundación del mundo. Pero si ustedes no conocen ese plan profético perfecto, ¿cómo van a saber cuál es su lugar? ¿Cómo van a saber en qué periodo del desarrollo de ese plan profético estamos, cuánto se ha cumplido y cuánto falta por cumplirse?
El Señor me muestra que en estos días está colocando anteojos espirituales a muchos de ustedes. Esto quiere decir que Dios está dando visión a los que no la tenían. Por eso muchos de ustedes están soñando que reciben anteojos en los sueños, a través de los cuales pueden ver mejor. El Señor les está diciendo: «Te voy a dar visión para que entiendas lo que antes no entendías, para que veas desde lejos lo que viene, que antes no podías reconocer.» Dios está colocando luz en su entendimiento en estos últimos días, pero lo hará con los que estén abiertos y receptivos para recibir esa luz.
¿A cuántos de ustedes les interesa entender de lo que se habla y no solamente hablar de dinero, de prosperidad o de cosas que le vienen bien a la carne? dice el Señor. ¿A cuántos de ustedes les interesan los temas apocalípticos? Porque, aunque no les interese, dice el Señor, todo lo que está escrito igualmente se va a cumplir de la A a la Z. La diferencia será que los entendidos estarán más fuertes para resistir y no estarán en tinieblas, no estarán confundidos. Sabrán lo que tiene que pasar y por qué está pasando lo que está pasando. Y los otros serán como marionetas de la élite mundial: perdidos, confundidos, con ojos oscurecidos, sin esperanza, confundidos por el sacudón, sin entender por lo que están pasando. Elijan, dice el Señor, pero sean como un estudiante que de verdad se interesa, que no va a la escuela para ocupar una banca, sino que realmente quiere volverse un maestro en las cosas espirituales.
Y el Señor me vuelve a repetir que Él está colocando en algunos de ustedes un llamado a estudiar sobre estos temas, por ejemplo, el libro del Apocalipsis conectado con el libro de Daniel, conectado con Mateo 24, Lucas 21, Marcos 13, Isaías y todos los espacios bíblicos, que son muchos, que hablan de estos últimos días y están interconectados entre sí. Todos estos arrojan distintos aspectos de un mismo tiempo. Y el Señor me dice que Él está llamando a algunos hijos para enseñar a otros, para instruir a otros en grupos, inclusive a masas, sobre estos últimos días. El Señor les está dando el llamado, la revelación, el entendimiento, les trae los versículos o los pasajes o los libros que tienen que estudiar. El Señor les da sueños para arrojar aún más luz sobre esas enseñanzas. El Señor les está dando profecías sobre eso.
El Señor está equipando a estas personas que son candeleros de los últimos días, llamados a formar grupos de estudio exclusivamente sobre estas profecías de los últimos días que tienen que ver con Israel y las naciones. Algunos son llamados a instruir a masas. Ustedes los van a ver surgir de debajo de la tierra como plantitas cuando es el tiempo en que sus hojas se abran. Así los veo en esta visión: un campo lleno de tierra negra donde salen muchas plantitas al mismo tiempo. Son estas personas que Dios está llamando a estudiar las Escrituras que muchos pastores, ministros y demás líderes de las congregaciones en general han descartado. El Señor se está asegurando de tener un remanente que enseñe sobre este tema y que nadie se quede sin la oportunidad de estudiar sobre esto. Pero están ustedes en primer lugar para responder a ese llamado, quienes lo tengan, y en segundo lugar para estudiar con esas personas, aquellos a quienes Dios llame a estudiar.
Te damos la gloria, la honra, Padre, por esta palabra. Gracias, Señor. Te alabamos, Jesús de Nazaret, el judío de los judíos, el Mesías, el Salvador. Y yo (Noelia) veo que en algún momento el velo le será quitado al pueblo judío, que aún no reconoció a Yeshúa como el Mesías. El velo se les será quitado, me dice el Señor, y ese tiempo está cada vez más cerca. No se olviden de las porciones bíblicas que hablan sobre esto, porque ese velo que se les fue puesto a ellos quedará allí hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles, hasta la plenitud de los gentiles. Y entonces ese velo que Dios les colocó se les será quitado.
[2 Corintios 3:15-16, RVR1960] Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.
[Romanos 11:25, RVR1960] Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo.
Así que no sean arrogantes porque ustedes ya recibieron a su Mesías, olvidándose de que el velo que tiene Israel en parte le será quitado cuando haya entrado la plenitud de los gentiles. Oren por eso, dice el Señor, y enciendan el fuego de sus corazones por estos tiempos finales, porque muchos de ustedes están amargados, como si se los hubiese colocado en un velorio, sin entender que son favorecidos, que son elegidos para caminar en estos últimos días y ver cómo se cumplen las cosas en frente de sus ojos. Es un regalo, es un don que les he dado a mis elegidos de estos días. Vienen tiempos tenebrosos, pero también gloriosos. No se olviden que Yo me glorifico en los extremos, dice el Señor.
Tengan fe y esperanza, porque se acerca la redención de todas las cosas, y verán milagros en el pueblo judío. Y los corazones que ahora están duros, endurecidos en parte, serán blanditos, dice el Señor. Alábenme, dice el Señor, porque voy a terminar mi obra en ellos, la obra que empecé. Los amo, hijitos. Los amo, pero escuchen y entiendan, lean y comprendan, y conviértanse de verdad, dice el Señor, y denme su corazón para que coloque la revelación de todas estas cosas en él, glorificando mi nombre. Porque así como mi nombre está en Israel, dice el Señor, así como mi nombre está escrito en Jerusalén, mi nombre también está en los corazones de ustedes y lo estará en los corazones de ellos, de los judíos que no son mesiánicos hoy.
Tengan esperanza, dice el Señor, y no se queden en lo que ahora ven, porque esa es otra de las cosas. Si ustedes estudian estas profecías de los días finales y de lo que está por venir a Israel y al pueblo judío, especialmente a los no convertidos, a los no mesiánicos, si ustedes entienden, entonces van a tener más esperanza, porque se han quedado con lo que hoy pasa, nada más, pero se olvidan de lo que va a suceder. Y ahí es donde tienen que fijar sus ojos: en las buenas noticias de lo que va a venir, en donde me voy a glorificar a la vista del mundo entero, dice el Señor.
Amén. Gloria a Dios. Alabado sea el Señor. Gracias, Padre.