El Señor los bendiga, amados hermanos, en este 13 de mayo del 2024, aquí estamos nuevamente transmitiendo Palabra Profética para el Pueblo de Dios.
Dice la Biblia en Efesios capítulo 4,11 y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.
Ciertamente el Señor a través de estas transmisiones proféticas está edificando a su cuerpo, está perfeccionando a los santos para la obra del ministerio.
Gracias al Señor por esa palabra viva, por esa palabra eficaz y cortante, como espada de doble filo que el Señor está enviando en estos últimos días a un pueblo necesitado de escuchar su voz, a un pueblo necesitado de entender sus misterios, a un pueblo que necesita ser entendido de los tiempos a donde está viviendo para poder resistir hasta el final lo que se vienen en estos últimos días, alabado sea el Señor.
Así que, amado Padre Celestial, Dios eterno, Dios de las luces, Dios poderoso, Dios salvador, Dios bueno, misericordioso, gracias, Señor, porque durante estos vivos proféticos, en los que se te está dando lugar para que hables lo que quieras hablar por tu Espíritu Santo, nos estás revelando tu persona, los distintos aspectos de tu persona, los aspectos desde el punto de vista del amor, que conforman tu persona, que son la severidad, que también eres no solamente amor, sino fuego consumidor; como dice la palabra, que eres un Dios perdonador, paciente, misericordioso, pero también justo, y que tu justicia no se hace esperar, no tarda en llegar, gracias, Señor, gracias porque a través de estas palabras proféticas que nos das, te estamos conociendo más y podemos entender mejor la palabra escrita, por la cual también te revelas a nosotros.
Gracias, Padre, gracias, porque yo estoy viendo que los que están comiendo de este pan están recibiendo sanidad interior y también física, los que están comiendo de este pan, sus mentes están siendo iluminadas, yo estoy viendo luz que están ganando los que están escuchando tus palabras de vida, tus palabras de verdad.
Gracias, Padre, gracias, Señor, gracias porque hay muchos que se están lavando sus vestiduras a través de corregir ciertos caminos que en sus vidas estaban torcidos por causa de escuchar estas palabras, que muchas veces son corrección a nosotros, enseñanza para volver a la senda antigua, para caminar un camino recto y no torcido.
Gracias, Señor, porque yo estoy viendo que muchos se están dando como una ducha espiritual a través de las enseñanzas que estás hablando, de hecho, muchos de los que yo estoy viendo ahora están soñando que se están dando una ducha o que se están bañando, muchos están soñando eso, que están bañándose en sus sueños y representa que se están lavando a través de estas palabras proféticas, a través de buscar la santidad, a través de ponerse a cuentas contigo, como dice la palabra, que si tus caminos no fueran rectos, vengan y pónganse a cuenta conmigo y si tus pecados fueran como la grana rojos, entonces serán blancos como la nieve, serán emblanquecidos, y así está sucediendo con muchas almas que están escuchando estas palabras proféticas vivas, eficaces, cortantes, a veces hasta difíciles de escuchar, pero no por eso menos edificantes, gracias, Señor, porque todo lo bueno viene de ti.
Porque yo solo soy un vaso, Padre, que estás utilizando en estos últimos días, una herramienta, un instrumento que se deja usar como el dueño de esta herramienta quiere usarla y no como la herramienta quiere ser usada, y por eso este ministerio está llevando tanto fruto para tu reino, para tu gloria, Señor, gracias, gracias, te alabamos, te bendecimos, Padre, y henos aquí, aquí estamos dispuestos una vez más, abriendo nuestras orejas físicas, pero también nuestros oídos espirituales, sedientos, expectantes de lo que nos vas a hablar hoy, Señor, muévete, Espíritu de Dios, muévete, arrancando lo que no tiene que estar y plantando lo que sí tiene que estar, vivificando los espíritus que se sienten cansados, fortaleciendo a los que se sienten débiles, clarificando a los que están convencidos, dándoles claridad a esos que están dudosos, Señor, te damos paso y eres bienvenido en nuestras vidas, en el poderoso nombre de Cristo Jesús, amén y amén.
Así que yo escucho al Espíritu de Dios en esta noche que dice, hijitos, una vez más estoy aquí presente entre todos ustedes, porque donde dos o más están reunidos en mi nombre, con el objetivo de buscarme y encontrarme; donde dos o más anhelan saber más de mí, saber más sobre mis cosas; donde dos o más anhelan glorificar mi nombre y no el de ellos; donde dos o más se reúnen para hacer buenas obras para mi reino; donde dos o más se juntan para planificar cosas que llevan a ser como un árbol fructífero en el reino de los cielos, allí estoy yo, hijitos, me muevo, dice el Señor, entre los que me buscan.
Como dice Mateo 18.20, porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos. Hijitos, yo me glorifico, dice el Señor, donde hay dos o más corazones que me aman, que me anhelan, que me buscan, insistentemente, me agrada, dice el Señor, cuando hay reuniones en mi nombre.
Pero una reunión, dice el Señor, puede ser de dos personas, puede ser de tres, puede ser de diez, de cincuenta, de cien, de miles o más. Hijitos, es el poder del acuerdo. En mi nombre, dice el Señor, lo que me glorifica, lo que atrae al movimiento de mi Espíritu Santo. Y acá hay mucho más que dos, dice el Señor. ¡Aleluya! Porque yo, Noelia, estoy viendo una multitud de personas; si las personas que escuchan estas transmisiones se juntaran en un solo lugar, podría ser un gran teatro o un estadio, inclusive, entre los que escuchan durante el vivo y los que escuchan después esta palabra. Si nosotros pondríamos a estas personas, todas juntas, en un solo lugar, al mismo tiempo, a la misma hora, entonces eso podría llenar estadios, me muestra el Espíritu de Dios en este momento.
Pero el Señor también me habla de que los movimientos congregacionales en estos últimos días están cambiando en su forma, en la manera en que los hijos se congregan en el nombre del Señor. Y con esto quiero decir que en el pasado, más que nada, uno entendía que congregarse era únicamente de manera presencial, que únicamente cuando uno se juntaba con otras personas en el cuerpo, por decirlo de esta manera, eso equivalía a congregarse en el nombre de Jesús.
Sin embargo, el Espíritu Santo me está enseñando ahora, mientras estoy profetizando, que hay distintas maneras de congregarse y que en estos últimos días, a medida de que las cosas se van agudizando, a medida de que las cosas van empeorando, a medida de que el peligro va incrementando y especialmente a medida en que la persecución se desarrolla en todo el mundo contra los cristianos, la manera en la que se congregan los hijos de Dios va cambiando, porque va a llegar un momento que ya no va a haber oportunidad de reunirse en un templo. Y no solo eso, va a llegar un momento donde ya no haya oportunidad de reunirse en una casa sin correr peligro.
Ahora esto sucede en algunas partes del mundo, como ya sabemos, en algunos países, en algunas naciones, pero esto no está sucediendo hoy, año 2024, estamos en el mes de mayo, en el momento en el que el Señor está entregando esta palabra, esto no está sucediendo en 100% del mundo, en todas las naciones del mundo, ¿verdad? Sin embargo, está yendo en incremento y está escrito en Mateo 24, que de hecho el Señor viene hablando mucho sobre esta porción de las escrituras a través mío, porque es lo que se está cumpliendo y lo que aún falta por cumplirse antes de la venida del Señor para buscar a su iglesia en las nubes.
Estaba diciendo que en estos últimos días la persecución contra los cristianos va en aumento y ahora, como ya sabemos, no es que esto no esté sucediendo, está sucediendo, pero en algunas naciones más que en otras, en algunas zonas más que otras, en algunos países más que en otros y no en todo lugar. Es imposible aún reunirse o inclusive tener una biblia o leerla, pero en algunos lugares sí. Y lo que dice el Espíritu en este momento es que esto va a llegar a un punto que se dé en todo el mundo al mismo tiempo y la persecución contra los cristianos será total y será tremenda.
Dice Mateo 24 desde el 9 al 14. Entonces, os entregarán a tribulación y os matarán y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Más el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.
Entonces, el Espíritu me hacía entender que años atrás la manera en que se está congregando la Iglesia cristiana en estos últimos días era impensable. Es decir, si le hubieran contado a alguien de hace 40 años atrás, por decir un número, que iban a haber especies de congregaciones virtuales en donde la gente se iba a reunir virtualmente hablando para recibir palabra, para escuchar prédicas, inclusive para impartir dones espirituales o el Espíritu Santo o que ocurran sanidades y milagros, prodigios y señales a través de una congregación virtual, si uno le hubiera contado lo que hoy está sucediendo en este tiempo, en este área, a un cristiano de hace algunos años atrás, para esa persona hubiera sido impensable que esto ocurra, porque para la manera de pensar de años atrás congregarse era únicamente en una manera física, ¿sí?
Pero lo que quiere hacernos saber el Señor a través de esta palabra es que Él está preparándonos para el momento cuando nos entreguen a tribulación, cuando nos maten, cuando seamos aborrecidos de todas las gentes por causas de su nombre, cuando muchos de los cristianos tropiecen y nos entreguen los mismos hermanos o los mismos que se van a hacer llamar hermanos, cuando la misma falsa iglesia dentro de los cristianos nos aborrezcan y pensando que hacen el bien nos entreguen para ser asesinados, para ser mártires.
El Señor está diciendo que Él viene preparando a sus hijos para estar listos, para poder hacer su obra en una manera en la que se adecúen a lo que se está viviendo en el tiempo adonde están. Quiero decir con esto que no siempre vamos a tener la libertad que hoy tenemos, que no siempre vamos a tener una Biblia a cinco centímetros de nuestra mano, que no para siempre vamos a poder reunirnos a orar y no solamente en lo físico, congregarnos físicamente hablando en una casa o en un templo o en una congregación, en una plaza o en donde sea, sino tampoco virtualmente hablando.
Y el Señor nos está preparando para que sepamos acomodarnos y para que seamos capaces de edificarnos en cualquier momento, en cualquier situación y en cualquier lugar. Así que yo creo, y les cuento algo, cuando el Señor nos llamó a nosotros, a mi esposo y a mí, al ministerio, fue por su orden que abriéramos estos canales en las redes sociales y que empezáramos, a enseñar virtualmente hablando, a orar por las personas de manera virtual, también presencial, pero más que nada de manera virtual, y a mí a publicar los mensajes que él me daba en este formato y no en otro formato.
No fue que el Señor nos dijo vayan a tal congregación y trabajen allí, o que yo como profetisa tenía que ir a cierto lugar o a cierto templo físico o formar parte de una iglesia, físicamente hablando para hacer este trabajo. No fue ese el llamado del Señor y cuando hace como siete años, u ocho años atrás que empezamos con este trabajo, esto escandalizaba a muchos, a la mayoría de los hermanos, que en ese momento estaban viendo lo que nosotros estábamos haciendo, porque fuimos sin ánimo de glorificarnos, de glorificarme, como los pioneros en esta área, junto con otros, algunos hermanos más, que arrancaron haciendo lo mismo, también por llamado de Dios, al mismo tiempo. Pero en ese momento no eran muchos los que estábamos en esta área, edificando al pueblo, más que nada de manera virtual.
Sin embargo, y lo que estoy contando, los que nos vienen siguiendo desde el principio son testigos y saben que esto es así y pueden recordar que esto era así. Por lo tanto recibíamos muchísimos ataques porque no entendían la operación de Dios, el estilo que el Espíritu Santo nos había dado y el trabajo que el Señor mismo nos había entregado, para que realicemos de la manera que el Señor nos había llamado a que lo hagamos.
Pero ¿qué pasó? Después vino el COVID-19, vino la cuarentena en todo el mundo, las iglesias cerraron, no hubo forma de congregarse físicamente hablando y ministerios como el nuestro empezaron a surgir por todos lados, en el sentido de que los pastores, profetas, apóstoles, evangelistas, maestros y todo aquel que empezó a sentir el llamado del Espíritu Santo de hacerlo de esta manera empezó a dar la cara en las redes y empezó a trabajar no solamente de manera presencial sino también de manera virtual.
Y entonces el Señor mostró que este trabajo, esta manera, este formato en el cual nos había enviado a nosotros venía de Él y no solamente que lo respaldó sino que se intensificó y ahora ustedes ven que estamos llegando a un punto a donde las redes están siendo, digamos, es demasiado abundante la palabra que uno puede encontrar, la enseñanza que uno puede encontrar, la cantidad de pastores y de otros ministerios que están utilizando este instrumento o este medio para edificar al pueblo de Dios. Gloria a Dios por eso.
¿A qué voy con esto? Ustedes tienen que entender y yo siento que el Espíritu quería que se los cuente y se los explique porque es una preparación que Dios está haciendo con los suyos para los últimos días y de hecho cuando estábamos durante la cuarentena que se empezaron a formar reuniones virtuales, reuniones por distintas aplicaciones, por Zoom y demás, de allí más que nada nació este formato, digamos, como de iglesia virtual y no tanto física, de congregarse en esta manera y no tanto físicamente hablando porque no se podía. Entonces se tuvo que buscar una forma de hacerlo, se tuvo que buscar una solución y esa fue la solución que el Señor proveyó. Pero a lo que voy es que cuando estuvo esta cuarentena el Espíritu Santo me hablaba durante ese tiempo y me decía es que va a llegar un momento inclusive que los hijos de Dios van a estar huyendo de la persecución, se van a tener que esconder de la persecución y muchas veces, no va a ser más posible ni siquiera congregarse entre dos, no va a ser posible reunirse dos o tres de tan grande que va a ser la persecución contra los cristianos.
Es decir, en los días que vienen y yendo de menor a mayor se va a ir incrementando la persecución contra nosotros, si no me equivoco, en China o en lugares como Afganistán, son algunos de los países a donde ahora las Biblias están prohibidas, en Corea del Norte y no sé en qué otros países. Si quieren hermanos, algunos que saben mejor lo pueden comentar en el chat, así nos edificamos también entre todos; pero en esos lugares está prohibido tener una Biblia, si encuentran una Biblia te matan o matan a tu familia, torturan a tu familia, te meten preso y muchas cosas más.
En Corea del Norte sí, en China, bueno no sé en qué otros lugares ustedes pueden investigar, pero esto en Pakistán, dicen aquí algunas hermanas…, bueno eso lo pueden investigar en internet, porque uno no tiene que estar ignorante de lo que está sucediendo en el resto del mundo, porque lo que está sucediendo solo ahora en sectores del mundo es lo que se va a venir para Occidente, lo que está sucediendo en Oriente es lo que después va a venir para este lado, para Occidente.
Bien, ahí ustedes están comentando, gracias, en los comentarios se pueden ver en qué lugares, en algunos lugares del mundo donde esto se está dando, no he chequeado esto porque ahora me lo está hablando el Espíritu Santo, pero bueno ustedes lo pueden buscar por internet y cerciorarse bien exactamente de los lugares que estamos nombrando aquí, ¿verdad? El punto es que lo que el Espíritu Santo me decía es que el Señor está preparando a su iglesia, cuando digo iglesia me refiero al cuerpo de Cristo, me refiero a todos nosotros los que formamos miembros del cuerpo de Cristo, no a una iglesia física, a ningún templo en particular y a ninguna denominación, porque la Biblia no existen las denominaciones, estoy hablando de las personas nacidas de nuevo, que formamos parte del cuerpo de Cristo y que somos los hijos de Dios, a esa iglesia me refiero y va a llegar a un punto a donde la iglesia no va a poder congregarse, ni físicamente, ni virtualmente, va a llegar a un punto a donde la iglesia del Señor Jesucristo no va a poder congregarse, ni físicamente, ni virtualmente, y el Espíritu Santo me hacía entender que el Señor nos está preparando para que cuando este momento llegue, seamos capaces de resistir y de sobrevivir y de subsistir únicamente congregándonos con el Espíritu Santo de Dios.
Va a haber un momento, va a llegar un momento a donde la única persona que va a estar al lado nuestro, en ocasiones para los que quedemos vivos para ese momento, va a ser el Espíritu Santo de Dios. Y de hecho esto el Espíritu Santo me lo habló durante la cuarentena del COVID-19, pero hoy, cuando el Espíritu Santo me está hablando, me está recordando esta palabra y me la está confirmando y me hace sentir que este es el momento donde tengo que hablar esto, que antes nunca lo dije en esta manera tan clara, porque el tiempo se acerca, porque lo que está pasando en estos otros lugares de Oriente va a pasar en todos lados, como una ola que llegue hasta el occidente. Y ningún país del mundo se va a salvar porque la persecución que viene contra los cristianos es en el mundo entero.
Así que yo, me viene la palabra mártires, me viene la palabra mártires y especialmente estoy sabiendo ahora que aquellos hijos de Dios que van a tener un llamado de mártir, el Espíritu Santo los está preparando de especial manera para que cuando llegue el momento de entregarse como mártires, ya estén listos para hacerlo.
Porque esto sí lo he hablado en alguna oportunidad, no me acuerdo en qué transmisión, pero he dicho que algunos de nosotros tenemos un llamado, y no es solamente un llamado a convertirnos al Señor, que entiendo que ese es el primer llamado, el llamado a creer en el Hijo de Dios, a formar parte del reino de los cielos, a ser ciudadanos del reino de los cielos. O un llamado ministerial, o un llamado de servicio para el reino de Dios.
No, hay otros llamados, como un llamado a ser mártir. Y cuando una persona tiene este llamado, el Señor la va preparando durante toda su vida de distintas maneras, de distintos frentes, trabajando distintas áreas, para que cuando ese momento llegue, la persona se entregue como un cordero que fue enviado al matadero, al igual que nuestro Señor Jesucristo. ¡Gloria al Señor!
Pero no sólo eso, sino que Dios va preparando a estas personas que tienen este llamado desde antes de nacer, para que cuando llegue ese momento lo hagan de manera honrosa, lo hagan de manera exitosa, para que cuando llegue el momento de que quizás les corten la cabeza con una guillotina o con una espada, o que los maten de distintas maneras, o lo que sea por lo cual tengan que pasar, la persona ya esté lista.
Pero no solamente eso, sino que lo haga de la mejor manera posible, para que la gloria que gane esa alma después de esta vida sea mayor, y para que el Señor sea glorificado en una manera mayor.
Así que, en realidad, yo sé que muchos de ustedes cuando estoy hablando esta palabra, que es un poco cruda, o chocante, o difícil de escuchar, algunos están sintiendo como miedo, temor, rechazo, algunos dicen prefiero no pasar por eso, no quiero eso, pero lo que no entienden es que es la gloria que van a recibir estas personas, el pago que van a recibir estas personas, y el honor que significa entregarse por el nombre del Hijo de Dios.
Sin embargo, para los que sí tienen este llamado, el Espíritu Santo se los va revelando paso a paso, a lo largo de sus vidas. Y entonces, la persona que tiene este llamado, va entendiendo de a poco, hasta el punto de que lo puede llegar a desear, no en un sentido homicida o suicida, ¿sí? Quiero ser bien clara en esto. Es decir, no en el sentido de que la persona quiere morirse por causa de Jesús, porque quiere morirse porque odia la vida, no. En el sentido de que el Espíritu Santo le va enseñando de tal manera, y lo va preparando tan bien, si la persona obedece a esa preparación y colabora con esa preparación, ¿verdad? Y se dispone a beber de esa copa que Dios le quiere dar, porque me viene ahora cuando Jesús estaba en el monte de Getsemaní, y decía, Señor, si es posible pasa de mí esta copa; pero, sino que no se haga mi voluntad, sino la tuya.
El mártir tiene que llegar a este punto, el que tiene un llamado de mártir. Entonces, no en el sentido del suicidio, sino de la entrega, ¿sí? Gloria, gloria al Señor. Y vuelvo a repetir, quizás lo que yo estoy diciendo ahora no lo entiendas hoy, pero lo vas a entender después. Aleluya, Gloria a Dios. Quiero leer alguno de los versículos que compartió aquí mi esposo.
Dice Apocalipsis 2.10, No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. Como también dice Mateo, capítulo 5, versículos 10 al 12. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
Pero hay otro versículo en Apocalipsis que se refiere a la cantidad del número de los mártires que tenían que ser completadas. Miren este, Hebreos 11.35, impactante. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Gloria a Dios, porque cuando leí este versículo hace un tiempito, ya lo había leído antes, pero vieron que a veces uno lee la palabra, y a veces como que no caen ciertas fichas hasta que no llega el tiempo, ¿no? Como que uno hace clic adentro suyo cuando puede entender algunos versículos que antes no entendía, por más que ya los había leído. Gloria a Dios, porque la palabra es sorprendente, nos sorprende todo el tiempo, ¿no?
Pero cuando leí este versículo hace un tiempo atrás, entendí que hay personas que entienden tan bien lo que es sufrir por causa del nombre del Señor Jesús, que no aceptan el rescate para obtener mejor resurrección. O sea, saben que sufrir, si viene del Señor, tampoco quiere decir que uno tiene que buscar eso, sino que uno tiene que entregarse cuando la voluntad de Dios sea así, ¿sí? Pero cuando la voluntad de Dios es que bebas una copa de sufrimiento, cuando la voluntad de Dios es que bebas una copa de aflicción.
Si la voluntad de Dios es que bebas una copa de martirio, una copa de tormento, como dice este versículo, o lo que sea que el Señor tenga determinado para tu vida, entonces, lo ideal sería llegar a un punto a donde lo tomes como una honra y no como una deshonra, como un premio, como un galardón, como el galardón que vas a obtener si realmente bebes de esa copa, y no como un castigo, como una honra de padecer los mismos padecimientos que padeció nuestro Señor. Porque si eso sucede, quiere decir que Dios nos ve dignos de pasar por los mismos padecimientos que padeció nuestro Señor, nuestro Salvador el Hijo de Dios, que primero se entregó por nosotros. Gloria a Dios.
Dice Filipenses 1.29, Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él. Pero fíjense qué tremendo, no sé si se dieron cuenta, pero la Biblia dice concedido, o sea, a vosotros os es concedido padecer por causa de Jesucristo. Gloria a Dios.
Como dice 2 Timoteo 3.12, y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; Y este es el versículo que se me venía a la mente, 1 Pedro 4.12.13, Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuantos sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.
Y los mártires son elegidos, son escogidos de Dios. Es un privilegio, como escribió acá, una hermana. Gloria a Dios. Pero me sigue viniendo ese pasaje de Apocalipsis, donde dice que el número de los mártires tenían que ser completados. Y el Espíritu Santo me hace saber, aquí está Apocalipsis 6, donde habla sobre los sellos, ¿verdad? Cuando abrió el quinto sello, vi bajo al altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían, y clamaban a gran voz, diciendo, hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra. Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen. Que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y hermanos que habían de ser muertos por ellos. Voy a leer esa última parte porque ahí quiero apuntar. Hasta que se completara el número de sus consiervos y hermanos que habían de ser muertos como ellos.
Aquí, otro hermano, muchas gracias porque que ustedes compartan versículos en el chat también nos ayuda y es edificante porque toda palabra profética tiene que estar fundamentada en las escrituras. ¿Amén? Entonces, por ejemplo, esta versión dice, y se les dijo que descansaran un poco más hasta que se completara el número de sus hermanos, los consiervos de Jesús, que se unirían a ellos después de morir como mártires. ¡Gloria a Dios! ¡Alabado sea el Señor! ¡Aleluya! No en todos lados vas a escuchar hablar sobre esto, porque no todo el mundo quiere oír este tipo de cosas. Pero eso no borra la verdad. No queriendo escuchar sobre eso no vas a escapar de lo que viene. No queriendo saber sobre este aspecto de lo que está escrito, que el Señor está recordando, aclarando y hablando nuevamente en estos últimos días. No querer saber sobre eso no va a cambiar las cosas. No querer o hacer oídos sordos sobre lo que Dios quiere hablar cuando habla sobre estas cosas, que no son fáciles de digerir y escuchar para una iglesia tibia y hasta inconversa, me dice el Señor.
Cerrar tus oídos a estas palabras no te va a ayudar a prepararte para resistir lo que viene en los últimos días. Y personas como yo, que somos atalayas, que somos voces proféticas, estamos llamadas a avisar al pueblo que estamos en un tiempo de cumplimiento de lo que está escrito y que tiene que prepararse para lo que viene. Y ciertamente una de las preparaciones que algunos que tienen este llamado tienen que hacer es prepararse para este llamado de mártires que estamos mencionando hoy.
Así que decía, porque yo estoy teniendo visiones ahora de congregaciones a donde uno se congrega, valga la redundancia, con otros hermanos y escucha prédicas de pastores, de distintos ministros de Dios, de distintas personas o líderes que suben a esos púlpitos a hablar a los congregantes. Y ciertamente muchas de esas palabras son edificantes, son necesarias, vienen de Dios, son escriturales y son buenas. Pero lo que está sucediendo en este tiempo es que hay una porción demasiado grande de esa, este versículo está genial, de esa torta que yo siempre veo que representa a la iglesia del Señor Jesucristo en estos días, que no predica este sector de la palabra, de lo que está escrito.
Porque no es que yo estoy inventando algo nuevo, no es que estoy agregando a lo que el Señor ya avisó, sino que en este tiempo el Señor está hablando a través de vasos proféticos como yo y de otros ministros apocalípticos, que son pocos pero que los hay, de este sector de las escrituras de los cuales la mayoría no quieren hablar. Porque si hablan sobre esto, la iglesia que está en apostasía en este tiempo, que está entretenida, que está dormida, que está tibia, que no se compromete, que no se prepara, que no vigila, que no vela, no quiere escuchar porque se va a asustar, dicen ellos, porque se van a ir, porque ya no le van a dar más los diezmos que tanto piden. Y otras cosas más.
Pero eso no quiere decir que lo que está escrito no se vaya a cumplir de la A a la Z. Y es importante que escuches estas palabras, tanto como las lindas, tanto como las dulces, las buenas, las que son como miel, ambas cosas, porque de hecho el Señor es amor pero también es fuego consumidor, es misericordioso y es piadoso, pero también es severo. Lo dice la escritura y no yo. Entonces el Señor quiere que seas como un edificio, que no le falten columnas, que tenga todas las columnas que necesita ese edificio para que cuando venga el enemigo a golpear sus puertas las encuentres cerradas, para que cuando venga el enemigo y lance sus bombas no pueda derribar ese edificio de tan fuerte que sea, para que cuando tiemble la tierra debajo de ese edificio no se caiga porque esté fundado sobre estas columnas tan fuertes que no haya nada que lo pueda derribar. Esas columnas son las verdades bíblicas que tenés que saber, que tenés que entender, en las cuales tenés que meditar y en las cuales tenés que estar atento porque muchas de esas verdades bíblicas se van a cumplir en este tiempo, se están cumpliendo en este tiempo y a una velocidad impensable.
Cuando queramos acordar, así se dice en español, cuando quieras acordar ya va a venir la persecución a las Américas. En un abrir y cerrar de ojo la situación actual del mundo puede cambiar, así como fue que el mundo se dio vueltas en unos días con la situación de la pandemia del COVID-19. Parecía otro mundo por un tiempo.
Lo mismo puede pasar con la persecución a los cristianos, con la situación de nuestra libertad, con la que hoy podemos disfrutar en la mayor parte del mundo, no todas, en algunas partes más, en otras partes menos, pero aún nos podemos juntar, aún nos podemos congregar, aún no nos cerraron todos los templos, aún no nos llevan presos en la mayor parte del mundo por ser cristianos, no nos matan en la mayor parte del mundo, aunque en algunas partes sí, pero esto puede cambiar de un momento para otro.
Y si hoy sucediera, ¿cuál es tu estado? ¿Estás preparado para no negar el nombre del Señor? Y además de eso, ¿estás preparado para que tu única compañía sea el Espíritu de Dios? ¿Qué pasa si hoy no podés leer más la palabra escrita? ¿No podés juntarte a orar con nadie? ¿No podés interceder en grupo? ¿Dónde está tu fe fundada? Porque si hoy tu fe son los hermanos, o congregarte con los hermanos, en el sentido en el que estoy hablando, y no me malentiendan, no estoy diciendo que no es bíblico o que está mal congregarse con los hermanos, sino que les estoy transmitiendo lo que el Espíritu me habla para que ustedes se preparen para estar aptos de resistir a todo lo que viene, incluyendo la soledad, incluyendo no poder congregarse con absolutamente nadie, no tener un pastor físico, un pastor humano, un pastor de carne y huesos, más que nuestro Señor Jesucristo.
No poder tener más un grupo de oración en el cual hoy te apoyas. Va a llegar un tiempo donde todos los templos van a ser cerrados y el Señor va a probar nuestra fe, y el Señor va a lograr que su pueblo se arraigue únicamente a él como único árbol de cuya sabia somos alimentados. Tienen que entender que hay un propósito para todo esto. Y lo mismo que fue ayer va a ser hoy, porque si nosotros realmente leemos la Biblia sin pintarla de colores que a nosotros nos gustan, sin quitarle las partes que no queremos leer, escuchar, entender, recibir o creer. Si nosotros realmente dejamos de lado todas falsas doctrinas, enseñanzas suaves, livianas y tibias, con las cuales nos alimentaron con esta fast food que yo estoy viendo, con esta comida rápida, y no nos prepararon para lo que la iglesia va a pasar.
Si nosotros dejamos de lado todas esas cosas que en vez de hacernos resistentes para cualquier tipo de tormenta, tribulación o lo que sea, si nosotros dejamos de lado eso y nos sentamos realmente a leer lo que está escrito que iba a suceder, a leer y creer literalmente lo que está escrito que iba a suceder y lo que sucedió cuando se formó la primera iglesia, digamos, no es que hayan varias iglesias, sino cuando recién fue formada la iglesia donde la Biblia nombra a los primeros creyentes o seguidores de Jesús como los primeros cristianos. Así lo dice la Biblia.
Los primeros cristianos. Ellos fueron perseguidos. Ellos no tenían la libertad que muchos tenemos hoy, porque encima eran judíos los primeros cristianos. Ellos fueron torturados por causa del Señor Jesús. Ellos fueron desarraigados de sus tierras por causa de la fe en Jesús y además de eso fueron muertos de distintas maneras, los mataron, fueron mártires y estaban gozosos de ser mártires. Entonces el Espíritu de Dios quiere que te prepares para que hoy estés… es decir, quiere que te prepares para que tengas la posibilidad de congregarte física o virtualmente y para que no la tengas.
El Espíritu de Dios quiere que seas adaptable en ese sentido de que hoy puedo ir a una congregación y disfrutar y gozar y hacer buenas obras con esos hermanos, con esa congregación, pero sé que algún día ya eso no lo puedo tener y también voy a estar bien, porque siempre voy a tener al Espíritu Santo conmigo. El Espíritu de Dios quiere que seas versátil en el sentido de que si tenés la posibilidad de estar en un grupo de oración, que hoy sea como tu sostén espiritual, que te ayude a pasar tus días, que te edifique, que si tenés un pastor que te está pastoreando, que te está alimentando, que te está guiando y todo lo que hace un pastor, que está bien que lo disfrutes, que te edifiques, que aproveches, pero si mañana no lo tuvieras porque lo matan a tu pastor o porque tenés que huir a los montes, como dice la Biblia, porque van a haber refugios para cristianos cuando la persecución aumente y aumente cada vez más y las enfermedades vengan sobre la tierra, que ya no vamos a poder estar tan juntos por causa de los contagios, de las tremendas enfermedades y cosas que vienen, que van a ser hiper contagiosas.
Es decir, la gente se va a tener que separar físicamente hablando. Cuando todo esto se combine hasta un punto a donde ya no podemos vivir de una manera normal como hoy en la mayor parte del mundo, entonces lo que el Señor quiere hacer con este tipo de palabras proféticas y a través de otras personas que están preparando al pueblo, al igual que yo, es que estés apto para estar en compañía o para estar solo, igualmente estar bien, porque tu columna es el Señor y no la compañía de los otros hermanos. Porque aprendiste a seguir la guía del Espíritu Santo en una manera que primero lo escuchas a Él y sabes lo que tenés que hacer por lo que Él te indica, por lo que Él te marca, por lo que Él te habla, y no una persona, un pastor, un líder, un mentor, aunque es lícito que lo haga y durante cierto tiempo va a seguir siendo así. Gloria a Dios por eso.
Pero tienen que entender que estamos yendo a la cima de la montaña, estamos caminando de manera empinada, estamos escalando esta montaña a donde la persecución está aumentando, a donde ya no vas a salir a la calle y predicar el nombre del Señor Jesús sin que te encarcelen, sin que te maltraten a vos o a tu familia o a tus hijos, sin que te maten, sin que te quiten tus pertenencias. Y el Señor quiere que su iglesia se deje de pabear, se dice en argentino, y tome las cosas en serio. Así que el Espíritu de Dios me hace saber o me hace entender que nuevamente el Señor quiere que valoremos estos momentos porque a veces el que más tiene menos valora. A veces los ricos no saben la bendición que tienen, por lo tanto derrochan o no saben qué hacer con esa abundancia, o no saben cómo ser de bendición para otros, o piensan que van a tener esas riquezas para toda la vida y que esa situación nunca puede cambiar. Y de la misma manera en la que un hijo o una hija se vuelve caprichoso cuando uno como padre le da absolutamente todo lo que quiere sin discernir qué le conviene tener y qué no, o qué es bueno o hasta dónde es bueno darle y hasta dónde no.
Hoy muchos de ustedes son como hijos caprichosos que piensan que lo que hoy tienen lo van a tener para siempre y no es así. Y el Señor quiere no sólo que recapaciten en lo que yo estoy hablando y que piensen y cuenten con la posibilidad de que algún día ya no tengan nada, de que algún día realmente sean perseguidos, de que algún día realmente exista la posibilidad de que el Señor los llame como mártires, o también que cuenten con la posibilidad de que lo que hoy tenemos esta bendición de poder congregarnos ya sea física o virtualmente, que cuenten con la posibilidad de que no exista más y valoren como oro.
Porque estoy viendo un lingote de oro, que valoren como un lingote de oro estos momentos como el que estamos disfrutando ahora y de hecho mientras estoy dando esta oración el fuego del Espíritu Santo se enciende como más fuerte en mí, en mi pecho, porque el Espíritu quiere intensificar la importancia de darle valor a la libertad, a la libertad que tenemos hoy, valor a la posibilidad de estar juntos, valor de poder ser ministrados por otros hermanos, de escuchar palabras proféticas o prédicas que vengan inspiradas por el Espíritu Santo, valor de tener Biblias, yo en mi casa tengo varias Biblias en varios idiomas, gloria a Dios por eso, porque el Señor me ha bendecido y cuando las miro a veces, que las tengo a la vista, que son como, digamos, me da mucho placer verlas ahí, pienso, me viene a la mente, qué bendecida, porque yo tengo varias Biblias distintas, de distintas idiomas o versiones y demás, pero hay gente, hay hermanos en otros puntos del mundo que no tienen ni una, y cuando tienen la posibilidad de tener una escondida, o de escucharla, o de leerla, o de lo que sea, por un momento lo valoran muchísimo, y nosotros que tenemos la libertad de ir a cualquier librería y comprar nuestras Biblias, no lo valoramos, no lo hacemos, es más, yo estoy sabiendo ahora que alguien que está escuchando esta administración no tiene Biblia de papel porque no quiere gastar plata, porque no se la quiere comprar, y por eso el Señor también está hablando lo que está hablando ahora.
Dice el Señor, hijitos, hijitos, congregados en el Espíritu, escucho, congregarse en el Espíritu puede ser de mucha edificación, y yo veo que en el Cielo hay reuniones de los santos, se congregan los santos en el Cielo, para decidir asuntos hay concilios en el Cielo de los santos, para tomar decisiones, el Señor, nuestro Dios, nuestro Padre, no solamente interactúa con los humanos, en este sentido, donde se hacen reuniones y concilios en la Tierra, entre los santos que estamos en la Tierra, esto también sucede en el Cielo, en el Cielo hay reuniones, hay concilios de santos, donde se determinan la dirección de muchas cosas, o donde se juzgan muchas cosas.
El Espíritu del Señor me está haciendo saber que a través de las tribulaciones que nosotros vamos a pasar, Él va a lograr unidad en su Iglesia, porque esto no va a ser posible sin aflicción, porque cuando la Iglesia está cómoda, tiene como demasiado tiempo para buscar diferencias entre sí, cuando la Iglesia está cómoda y tiene demasiado tiempo y comodidades, no se dedica a buscar al Señor, porque no necesita nada según ella, ya lo tiene todo, no necesita a un Salvador, pero cuando la Tierra se mueve debajo de sus pies, cuando las cosas se sacuden, cuando la está pasando mal, es donde la fe se activa, o debería activarse, y donde uno busca a alguien que lo salve, por eso la Iglesia tiene que pasar por pruebas y tribulación.
Va a llegar un punto donde la Iglesia va a ser quitada de la Tierra, pero antes de eso, la Iglesia va a ser refinada al extremo, la Iglesia va a ser probada al extremo, y cuando ese punto llegue, se va a lograr cierta unidad en el Pueblo de Dios, porque la olla va a arder tan fuerte, que se van a necesitar hacer primeros auxilios, la Iglesia va a llegar a un estado de emergencia, viviendo en un mundo contrario al Reino de Dios, contrario a las leyes de Dios, totalmente pervertido, desordenado, entregado al mal, al pecado, a la perdición.
Además de la persecución que estábamos nombrando, las cosas que van a suceder en la Tierra, que van a ir en aumento, como terremotos, catástrofes, inundaciones, levantamiento de los mares, la piedra que va a caer del cielo, y todas estas cosas que se van a dar al mismo tiempo, y que van a ir en aumento de a poco, como las contracciones de una mujer que está de parto, que va de lo poco a lo mucho, de lo menos dolor a más dolor, hasta que nace ese bebé, esto se va a ir agudizando en el tiempo, y en el punto máximo de la aflicción, y del dolor, y de la angustia, cuando uno más necesita a alguien que lo ayude, a alguien que lo salve, cuando uno más va a necesitar de la fe para poder resistir, cuando uno más entregado esté al Señor, y cuando uno más necesite de esta comunión con el Espíritu Santo de Dios, ahí va a ser donde el Señor nos va a quitar, pero no antes.
Por lo tanto, no esperen la venida del Señor hasta que no haya la hecatombe mundial. No esperen la venida del Señor hasta no ser probados con la marca de la bestia. No esperen la venida del Señor hasta no pasar por distintos tipos de pruebas de fuego, en donde ciertamente vamos a contar con la ayuda y la compañía del Señor, como estuvo con los hebreos que fueron, que entraron en el horno de fuego y Él estaba ahí con ellos. Pero a lo que voy es que el Señor avisa que no va a ser fácil, pero sí posible, pero no va a ser fácil, y que va a llegar la iglesia a dejar las distracciones mundanas, las charlas vanas, las diferencias entre unos y otros, la desunión, la frialdad.
La verdadera iglesia del Señor Jesucristo, para ese momento, cuando las cosas estén en lo peor de lo peor, a través de esas tribulaciones y aflicciones, va a ser la única manera en la que el Señor nos prepare. Y por eso, por eso la iglesia necesita pasar por ese fuego purificador, porque el Señor nos ama tanto, que va a ser lo imposible para prepararnos, para que cuando Él venga, no se quede la mayor parte y podamos ser levantados.
Si Él viniera hoy, o si Él viniera en un estado de comodidad de la iglesia del Señor Jesucristo, si Él viniera en un momento a donde no necesitamos de un Salvador, porque según nuestra vista estamos bien, y estamos distraídos en los deleites, dividiéndonos, formando cada vez más mayor número de distintas denominaciones dentro de los que somos hijos de Dios y demás. Si Él viniera hoy, serían demasiados pocos los que seguirían con el Señor.
Por eso lo tiene que hacer el Señor. Y una de las áreas en las cuales tenés que prepararte es en la habilidad de estar congregado con otros hermanos, como no estarlo. En la habilidad de ser sólo dos personas, como 50, como 100, o lo que sea. En la habilidad de contar con un pastor terrenal, como de no contarlo. De estar cómodo en una casa, en una ciudad, como vivir escondido en una cueva en el campo. Es decir, va a ser una cuestión de sobrevivencia, de supervivencia. Y el Señor avisa por amor.
De hecho, me viene Mateo 24 también. No sé si es el versículo 29, donde la Biblia dice, y después de la tribulación de aquellos días el sol se convertirá en tinieblas y la luna no hará su resplandor y las estrellas caerán del cielo. Y entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre, ¿sí? Etcétera, etcétera. Es decir, después de la tribulación de aquellos días será la venida del Señor, no antes.
Después de la persecución de aquellos días será la venida del Señor y no antes. Dice Mateo 24, del 29 al 31. E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. Gloria al Señor por ese arrebatamiento, dice la Biblia.
Va a haber un arrebatamiento de la Iglesia en un punto mientras el mundo se sumerge en una especie de infierno terrenal. Va a haber un arrebatamiento y el Señor nos va a quitar a tiempo de la tierra pero no sin antes haber sido refinados y vamos a pasar por cierta tribulación hasta un punto a donde los suyos estén preparados para no negar el nombre del Señor. Estén humillados con todo lo que haya pasado. Ahora la Iglesia está muy arrotada.
La Iglesia tiene que ser humillada para ser exaltada y eso no será sin que antes pasemos por gran parte de lo que está escrito, aunque no todo, vuelvo a repetir. Porque para nosotros no será un castigo sino una prueba, un refinamiento. Y una de las cosas que es el punto de esta palabra, así es, la Iglesia está altiva, una de las cosas en las cuales tenés que prepararte es en el tema congregacional, ¿sí? Gloria a Dios. ¿Dónde está tu fe plantada? ¿Dónde está tu expectativa? ¿Qué esperás de los últimos tiempos? te pregunta el Señor. ¿Cómo pensás que va a ser como te lo imaginaste? Porque muchos de ustedes tienen que revisar sus imaginaciones e interpretaciones de los últimos tiempos y compararlo con lo que está escrito y se van a dar cuenta de que hay diferencias, en las interpretaciones que ustedes tienen o que creyeron de ciertos predicadores con lo que en realidad dice la Biblia.
Y a todos los tibios el Señor los va a vomitar de su boca. La Iglesia hoy está más que tibia, no está lista porque los tibios no entran, no entran en el cielo, no van a entrar. Por eso el Señor nos tiene que calentar, por eso la olla está hirviendo cada vez más, para que cuando Él venga seamos como fuego consumidor también nosotros mismos, celosos de las cosas de Dios, dispuestos a entregarnos hasta la muerte si fuera necesario. Aleluya, alabado sea el Señor.
También estoy sabiendo que muchos de ustedes tienen que aprender a entender al Espíritu Santo en ustedes, porque dice la Biblia en Amós que va a haber un tiempo donde la palabra de Dios va a escasear. Y yo estaba viendo una visión que cuando tengamos que huir a los montes, que cuando tengamos que huir al campo, a las cuevas y a los refugios que se van a hacer para los cristianos en ese momento, porque van a haber refugios lejos de las ciudades, cuando esto suceda muchos de ustedes van a tener hambre de escuchar la palabra de Dios a través de alguien que tenga un don profético o a través de los profetas y no lo van a poder hacer. Por eso es importante que ustedes mismos, porque dice la Biblia, todos pueden profetizar uno por uno. Y dice la Biblia que el espíritu de profecía es el testimonio de Jesucristo.
Y dice la Biblia que los que son hijos de Dios son los guiados por el Espíritu de Dios. Necesitan esa guía del Espíritu de Dios, necesitan esa comunión con el Espíritu de Dios. Porque si no van a ser como un árbol que se van a secar mientras huyen de la persecución, porque no van a tener ni la guía de nada, se van a sentir realmente solos. Si no saben desarrollar una comunión, una relación verdadera con el Espíritu de Dios, que es nuestro consolador, dice la palabra también, nuestro paracletos en el idioma griego, nuestro ayudador. Oren sobre esto, Gloria a Dios. Aleluya, gracias Padre, gracias Señor.
El Espíritu me habla y dice que en ese momento, cuando tengamos que huir los que quedemos vivos, el Espíritu Santo va a ser el que nos alimente cuando no tengamos para comer. Y muchos milagros bíblicos mencionados en la Biblia se van a repetir como cuando Elías tuvo que huir y el Señor lo alimentó a través de los cuervos, si no me equivoco. Como cuando el Señor multiplicó los panes y los peces. Es decir, nuestros ojos se van a maravillar en el medio de lo peor de lo peor.
El Señor está hablando esto para que tengamos esperanza, para que tengamos que vamos a ser probados, vamos a ser afligidos, vamos a ser perseguidos y demás, pero también va a ser el momento de mayor gloria de los hijos de Dios. Donde se van a ver la mayor cantidad de sanidades, milagros, muchos de nosotros no nos vamos a contagiar de esas terribles enfermedades que van a andar paseando en ese momento, porque el Espíritu de Dios va a hacer milagros en nosotros y vamos a contar con una protección especial. Y esos virus, esas bacterias, esos bichos no van a entrar, se van a quemar con el poder del Espíritu Santo en el cual nosotros vamos a caminar los que tengamos fe para ese momento, los que le hayamos dicho al Señor, Señor, si es posible pasa de mí esta copa, pero si no, que se haga tu voluntad y no la mía. Para los que le demos la gloria al Señor y nos entreguemos a ese momento de una manera sincera, la gloria en nosotros va a ser nunca antes vista, porque milagros mayores harán, dijo Jesús y para los que nos mantengamos fieles a la fe del Señor Jesús como Hijo de Dios, el Señor se va a glorificar como nunca antes en nuestras vidas.
Hijitos, tengan esperanza, dice el Señor. Yo, Noelia, estoy sabiendo que algunos de ustedes, los que vienen escuchando desde hace años estas palabras, ahora sí están acostumbrados a escuchar este tipo de cosas, que son un poco más duras que otras palabras que quizás hablan de otras cosas, ¿no? Ya se acostumbraron, ya pueden leer la Biblia y entender que va a ser así. No se espantan, no se escandalizan por estas palabras. Pero hay otros que todavía les impacta un poco porque no están acostumbrados, porque no hay tantos predicadores que hablen así por distintas razones. Aunque sí los hay, no es que no los haya. Porque tienen cosas que tienen que resolver, porque tienen falsas creencias, porque pensaron que la iglesia ya va a ser arrebatada, solo tiene que sentarse en una silla y esperar a que el Señor venga y se los lleve en las nubes, sin antes pagar un precio y por distintas cosas.
Pero el Señor los quiere confortar ahora y decirles, hijitos, tengan fe y tengan esperanza porque mis ojos están sobre ustedes y mis ojos están sobre aquellos que tienen un llamado de mártires. Porque mi voz va a ser la que los llame, dice el Señor Jesús, en el momento de entregar sus vidas. Pero a aquellos que pongan sus vidas por mí de su voluntad, porque no los voy a obligar, dice el Señor, así como el Padre no me obligó a mí a poner mi vida, sino que yo la puse de mi voluntad, para volver a tomarla de mi voluntad. Dice el Señor, así también me voy a glorificar y me viene el ejemplo de Esteban que cuando lo estaban matando, apedreando, ¿no? Cuando lo estaban apedreando y él se estaba muriendo, él levantó la vista y vio el cielo que se abrió y lo vio a Dios sentado en el trono. Y el Espíritu dice ahora, ustedes no se imaginan la gloria que les espera a aquellos que entreguen sus cuerpos de manera voluntaria.
Es uno de los mayores sacrificios, el mayor sacrificio que ustedes pueden hacer para honrarme, dice el Señor, es entregar sus vidas por amor a mí. ¿Por amor a mí o por amor de uno que me ama a mí? Hijitos, dice el Señor, y yo veo un trofeo, dice la gloria venidera para estas almas. Ustedes no se pueden imaginar lo que les espera en la vida eterna, dice el Señor, con la diferencia de que el martirio es tan solo unos momentos que no significan absolutamente nada cuando hablamos de dolor o de sufrimiento comparado con lo que viene después para esas personas en la vida eterna, lo cual será para siempre.
Hay distintos tipos de gloria, dice el Señor, distintos niveles de galardones, y el galardón de un mártir, de un mártir que se entrega por propia voluntad y honestamente, por amor a mi nombre y que me confiesa hasta el último segundo, dice el Señor. Es uno de los mayores trofeos disponibles en el cielo para ganar, para adquirir gloria a Dios.
Entiendan, dice el Señor, que el que se entrega por amor a mí es mayor que el que no se quiera entregar. Hijitos, hay distintos tipos de gloria, distintos tipos de recompensas, hay distintos tipos de galardones, y dice el Señor, cuando los ángeles abran los libros, de los cuales el Señor nos hablaba en la transmisión anterior, donde el Señor habló sobre el tiempo y los libros, cuando los ángeles abran los libros de sus vidas, dice el Señor, y lean que ustedes entregaron sus vidas por amor a mí en martirio, los ángeles van a celebrar esto en el cielo. Pero hay que llegar a ese nivel de entendimiento, dice el Señor, y cambiar la perspectiva desde donde uno mira lo que es el martirio por causa del nombre del Señor.
Hay que cambiar la manera en la que uno piensa sobre esto hasta hoy, la manera en la que uno lo entiende o el concepto que tiene del martirio, porque muchos de ustedes, la mayoría, sólo se centra, se concentra en el sufrimiento, en el dolor, en el abandono, en el miedo a la muerte y demás, y tienen su foco equivocadamente en esas cosas. Tienen que aprender a mirar más allá de sus cuerpos, de lo que sus cuerpos sienten, de lo que es momentáneo, de lo que es pasajero, de lo que dura un momento, y poner su foco en lo que es eterno, en lo que perdura para siempre.
Entregarse como mártir por el nombre del Señor es como comprar un ticket para vivir en la eternidad en una de las glorias más grandes que se pueden experimentar. ¡Gloria a Dios! Hijitos, tengan coraje, dice el Señor, y comiencen hoy a no negar más mi nombre, porque muchos de ustedes no me confiesan, no confiesan que son míos que creen en mí, mucho menos me predican. Otros se avergüenzan de mi nombre, dice el Señor Jesús.
Empiecen dando la cara, dice el Señor, y presentándose como un hijo de Dios ante los demás, en el sentido de que no se escondan, porque dice Mateo 10, 33, Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos. Hijitos, pongan la cara por mí, dice el Señor, como yo la puse por ustedes primero. No se avergüencen de mí, porque yo no me avergoncé, dice el Señor, cuando me desnudaron, cuando me vituperaron, me menospreciaron, se rieron de mí, dice el Señor, me rechazaron, me abandonaron, me lastimaron y me hicieron pasar por la muerte. Hijitos, recapaciten, porque muchos de ustedes viven en un evangelio imaginario. Leen lo que está escrito, pero no entienden que son cosas que tienen que vivir, que tienen que ser rechazados, que tienen que ser maltratados, que van a ser vituperados, burlados, abandonados, dejados solos, perseguidos, ignorados, van a ser lastimados y algunos hasta van a ser muertos.
Otros van a pasar por pruebas difíciles, dice el Señor, pero muchos de ustedes viven en un evangelio imaginario, que no es el evangelio real. Y hoy les estoy abriendo los ojos para que puedan ver y reconocer de qué se trata el camino en el que están caminando. Es necesario que a través de muchas tribulaciones entren en el reino de los cielos. Es necesario que a través de muchas aflicciones entren en el reino de los cielos. Acéptenlo, dice el Señor, y paguen el precio, como yo pagué precio de sangre para adquirirlos a ustedes.
Los amo, hijitos, los amo tanto, los amo hasta la sangre, dice Jesús, los amé hasta la sangre. Cuánto ustedes me aman a mí, dice el Señor, cuánto. ¿Acaso ustedes también me aman hasta la sangre, dice el Señor? O solo hasta un punto, ¿hasta dónde me aman? ¿Hasta dónde son capaces de ir por amor a mí, por amor a mi nombre, por amor a la verdad? ¿Hasta dónde son capaces de defender la verdad, de proteger esa fe que se les ha sido dada? Hijitos, tomen conciencia, dice el Señor, porque aquí, en este espacio, estoy preparando a los maduros, a los que están aptos para comer verdadero alimento espiritual sólido y no leche. Y aún a los que les cuesta hoy comer alimento sólido, dice el Señor, si verdaderamente quieren crecer, los voy a ayudar.
Pero el que tenga oídos para oír, que oiga, y el que no, que no oiga. Mas, hijitos, los estoy rescatando de las mentiras congregacionales que se predican, dice el Señor, donde no se los prepara sino solamente para ser más prósperos, económicamente hablando. Donde solamente se los prepara, dice el Señor, para recibir lo bueno pero no lo malo. Salgan, dice el Señor, de esos ríos a donde el agua no está pura y cristalina, porque cuando venga, dice el Señor, el huracán, no van a saber cómo estar de pie, cómo mantenerse parados, porque van a estar débiles.
Empiecen a comer de verdad, dice el Señor, de alimentarse de la verdad. Por más que les sea difícil de digerir, porque esa verdad va a ser lo que realmente los prepare para lo que viene. Porque comer ese alimento sólido, dice el Señor, por más que les lleve un tiempo digerirlo a veces, dice el Señor, va a ser el que verdaderamente los nutra, los fortalezca, los haga resistentes a todo tipo de pruebas y aflicciones. Pero con palabra liviana, con comida rápida, no solamente, dice el Señor, no van a resistir ni estar preparados para todo, sino que se van a debilitar y se van a enfermar espiritualmente hablando. Y cuando venga el primer golpe se van a caer. Es necesario que aprendan a comer lo fácil y lo difícil, a escuchar lo lindo de lo no tan lindo.
Que sus oídos estén entrenados a cualquier tipo de palabras, porque el que ama avisa, dice el Señor. Y hoy están avisados. Renuncian a sus vidas para seguirme, para ganar la vida eterna. Porque el que ama la vida en este mundo la va a perder, pero el que la pierde la va a ganar. ¿Cuántos de ustedes ya han decidido ganar la vida eterna a través de no amar esta vida? ¿Cuántos? Dice el Señor.
Quisiera que mis hijitos me amen de verdad, en verdad, con todo su corazón, con toda su intención, y no sólo en palabras. Quisiera tener un remanente, dice el Señor, un grupo de creyentes, que vaya en crecimiento, en la madurez de las cosas espirituales, que sea más numeroso que hoy.
Pero son pocos, hoy son pocos, más no hay nada imposible para mí. Y voy a llegar al número que tiene que llegar la iglesia de Dios, para cuando yo venga a buscarlos, que ya estén listos. Voy a completar ese número, dice Jesús, de los que el Padre me entregó no voy a perder a ninguno, porque ustedes son míos. Y los voy a preparar desde todos los lados, desde todas las perspectivas, desde todas las facetas de sus vidas, van a estar listos, para cuando me vean aparecer en las nubes, sean dignos de ser levantados.
Tengan fe, porque ustedes no son los que lo van a hacer, lo voy a hacer yo en ustedes, y a través de ustedes, si me dejan, dice Jesús. Pero hay cosas que tienen que elegirlas ustedes, y no yo. Lean la Biblia y créanla, porque lo que está escrito se va a cumplir de la A a la Z, y no va a quedar nada sin cumplir, incluyendo la persecución a los cristianos. Yo veo lobos, lobos que atacan a muchas ovejas, así será en todo el mundo.
Así que, hijitos, resistan, dice Jesús, y resistan hasta el final. Pero mientras ustedes sean fieles y se mantengan pegados a la vida, yo me voy a asegurar, dice el Señor, de que no se caigan de allí, porque ustedes son míos, y los anhelo celosamente. Y yo, Noelia, estoy viendo ahora una persona que le cortan la cabeza por causa de la fe en Jesús, y antes de que se muera, ya están los ángeles esperando para llevárselo. No es sólo un ángel lo que estoy viendo en esta visión, los ángeles, antes del último respiro, ya están ahí, esperando para llevarse a esa persona a la presencia del Señor, con un gozo, con una alegría, con una satisfacción de saber que esa alma iba a ser entregada por el nombre del Señor por propia voluntad. Eso es lo que le espera, dice Dios, a un gran número de hijos para los tiempos finales.
Pero sólo a los que se les ha dado esta capacidad de llegar a ese punto van a ser llamados para esto, porque estas almas que van a ser mártires durante los tiempos finales fueron creadas específicamente para esto, y tienen características y condiciones que quizás otras almas no tienen, para que estén aptas de poder ir hasta ese punto y tener la victoria. Es decir, no cualquiera tiene este llamado, ni lo va a tener, sino solamente los que están hechos para eso. Es decir, el alma de Esteban, por ejemplo, fue creada desde antes de la fundación del mundo con ciertas características, con una voluntad firme, con una determinación inusual para que cuando pasara por esa prueba de la entrega de su propia vida, Esteban pueda llegar al punto de no negar al Señor, de entregarse a ese martirio. Es decir, los que tengan que pasar por eso, están hechos para eso y van a tener todo lo que necesiten para pasar por eso victoriosamente y no negar al Señor. Gloria a Dios. Gracias Señor. Santo eres Padre.
Y yo estoy sabiendo que algunos de ustedes han tenido sueños donde en el sueño son mártires. Es decir, hay algunos de ustedes a los cuales el Señor ya les ha revelado que van a pasar por esto, y una de las maneras en las que el Señor los va preparando es a través de los sueños, revelándoles que van a pasar por esto o revelándoles la manera en que lo van a pasar, revelándoles la situación o lo que van a lo que van a vivir en esa situación y distintas cosas. Son varios de ustedes, estoy sabiendo ahora, que han soñado con esto. Así que lleven esto delante del Señor en oración y a partir de ahora, prestándole más atención, como cuando uno sabe que tiene un llamado de cualquier otro ministerio, de cualquier otra tarea para el reino, cuando sabe que es un llamado de Dios, empieza a preparar para eso, empieza a colaborar para eso, empieza a poner de sí, empieza a estudiarlo en las escrituras, a orarlo, a pedirle ayuda al Señor y todo lo que el Espíritu le inspire.
Este es mi consejo para ellos. Al igual que muchos de ustedes han soñado que pasaban por la persecución que hoy describimos, o por situaciones de catástrofes desesperantes, o situaciones de persecución de personas enfermas, a la manera de zombis o estas cosas que hemos descrito antes, muchos de ustedes han soñado con esto, viéndose en esas situaciones, y no siempre, pero a veces cuando están ahí pasando por eso es porque así va a ser, y otras veces simplemente es porque el Señor les está revelando lo que viene para que lo hablen, para que lo compartan, pero no significa que ustedes van a pasar por eso, depende, eso lo tienen que ver ustedes con el Señor.
Pero el Espíritu me indicaba que les hable de los sueños, que presten atención a sus sueños en estas áreas. Gloria a Dios por todo, gracias Señor. Y de nuevo el Espíritu me indica que estudien el Apocalipsis sobre este tema. Gloria a Dios, es que los hermanos están testificándonos en el chat, Gloria a Dios. Bueno, aleluya, gracias Señor, gracias Señor.
Igual cuidado, porque algunos de estos sueños son simbólicos, pero otros no. Entonces ahí es donde ustedes tienen que buscar al Señor para preguntarle si el sueño es simbólico o no, o que el Señor les quiere decir a través de eso. Aparte la tienen que hacer ustedes, ¿verdad? Bueno, gracias Señor, gracias Padre Celestial, gracias Señor. Y el Espíritu me muestra una llave. El Señor dice que no se deben preocupar por nada, porque justamente todo nuestro caminar es por fe, y que en los momentos más difíciles el Señor mismo nos va a dar una llave, exactamente la llave que necesitamos para tener la victoria en esos momentos más difíciles.
Ahí es donde nosotros pensamos que no vamos a poder responder a esa prueba o pasar por esa prueba, ahí es donde el Señor nos va a dar esa llave. Y muchas veces lo hace a último momento el Señor, porque es así donde se glorifica nuestra debilidad. Pero el Señor dice que Él nos va a dar esa llave en el momento justo necesario y que no temamos, porque Él ya venció primero. Y los primeros discípulos y apóstoles ya vencieron primero, así que nosotros mucho más, que tenemos más posibilidad de ser edificados de distintas formas en estos días, hasta que la comunicación entre nosotros se corte, ¿verdad? Así que gloria a Dios, gracias Padre, gracias Señor.
Y sí, yo veo una unción, los que sean mártires van a ser ungidos para esto, con una unción especial, y esa unción especial que el Señor va a derramar sobre ellos, va a ser lo que les permita ser fuertes durante esa prueba y saber cómo actuar, cómo reaccionar y cómo glorificar al Señor en ese momento, cómo honrarlo a través de ese llamado. Es una unción especial que no todos tienen, pero que sí varios la tienen. Gloria a Dios, gracias Padre, gracias Señor, gracias Santo, gracias Amado Nuestro Santo Rey de Gloria y Majestad que te entregaste por nosotros primero, el ungido, el Cristo, porque eso significa el Cristo, el ungido, porque tú fuiste ungido primero, Señor, para sacar a los presos de las cárceles, para traer salvación a los perdidos, pero también para entregarte hasta la muerte, gracias Señor, gracias Jesús, te amamos, te glorificamos y te anhelamos, en el nombre de Jesús, amén.
Muy bien hermanos, muchos saludos, bendiciones, y seguimos necesitando sus oraciones y su apoyo en todo sentido, amén. La gloria siempre es para el Señor y lleven todo esto en oración. Bueno, glorificado sea el Señor, hasta el próximo vivo que va a ser de interpretación de sueños Dios mediante, amén.