El Señor te bendiga, amado pueblo de Jesucristo. Hoy es 6 de mayo del año 2024 y estamos aquí nuevamente para profetizar a las naciones como lo ha mandado el Señor, porque dice Proverbios 29:18 que sin profecía el pueblo se desenfrena.
Le damos la gloria al Señor por una nueva oportunidad de escuchar su palabra, lo que Él quiere hablar al mar de las naciones, al océano, a las aguas de las gentes en el día de hoy. Y el Espíritu de Dios dice así: Hijitos, ustedes ven cómo se están agitando las aguas en estos días turbulentos. Están en tiempos difíciles, dice el Señor. ¿Están meditando sobre eso? pregunta el Espíritu de Dios. Se han preguntado si quizás tienen que tomar ciertas decisiones acerca de su futuro. Se han preguntado ¿Qué pasaría si esas guerras que hoy los que están del lado de Occidente están viendo en Oriente, se darían a donde ellos viven?. Se han preguntado, dice el Señor, ¿Si alguna de las cosas que hoy les toca ver desde lejos, se han preguntado cómo sería si las vieran desde cerca? dice el Señor.
Porque el mundo hoy es un campo de batalla, dice el Padre, y el piso a donde ustedes están pisando, está caminado, es terreno peligroso., Es como cuando un soldado que va caminando y va muy despacio apoyando primero la punta de un pie y después la punta del otro pie, con temor y con temblor de tan sólo apoyar el talón de sus pies porque está consciente del peligro del lugar en el que está caminando. Hijitos, así está el mundo hoy. En cualquier momento explotan nuevas bombas, en cualquier momento se oyen noticias peores que las que están escuchando hoy y ustedes tienen que caminar, transitar sus vidas como un soldado que apoya la puntita del pie en la tierra para ver si todo está bien, si está seguro, si no pasa nada antes de avanzar, antes de pisar con el otro pie ese terreno peligroso.
Hijitos, están sonando las alarmas por todo el mundo, como cuando suenan las alarmas en Israel, cuando se han lanzado ataques contra ese territorio. En lo espiritual las alarmas están sonando. Y yo Noelia estoy sabiendo que muchos de ustedes están soñando con alarmas que suenan, e inclusive están despertando con el sonar de una alarma, pero que no son alarmas reales que están sonando por ejemplo a través de un reloj despertador o de alguna otra cosa, no son sonidos que vienen de afuera de sus ventanas, no son sonidos que están sonando en la realidad de sus vidas, son alarmas que el Señor está haciendo sonar a través de un sueño, a través de una visión, cuando están tratando de dormir quizás y aún no están dormidos, e inclusive algunos de ustedes están escuchando esas alarmas cuando están despiertos y no han encontrado el origen.
Algunos de ustedes han escuchado sonidos de trompetas, pero nadie está sonando una trompeta, para otros la puerta están escuchando golpes en sus puertas como si alguien llamara a sus puertas, pero cuando van a revisar las puertas no hay nadie del otro lado, no hay nadie que haya podido ser capaz de irse tan rápido de sus puertas entre el sonido del golpe y ustedes que van a abrir. Es porque es el Señor el que los está llamando a despertarse, es el Señor el que los está llamando a prepararse, es el Señor el que está sonando la alarma en ustedes. Algunos de ustedes se han despertado últimamente escuchando alarmas de distintos tipos como por ejemplo alarmas de la policía o alarmas de bomberos, alarmas como cuando las ciudades suenan las alarmas porque están siendo atacadas. El Señor está tratando de despertarte quizás con el sonido de un teléfono, pero en realidad en tu casa no hay ningún teléfono que suene de esa manera, como ese ring de esos teléfonos antiguos.
El Señor está utilizando distintos tipos de sonidos de alarmas para llamarte la atención y para decirte que estamos en días de alerta, que estamos en días de alerta roja. Así que el Señor continúa hablando a su pueblo hoy, a todos aquellos que tienen oído para oír, oreja para escuchar y corazón para recibir, diciendo: Hijitos, estoy sonando la alarma, entre mi pueblo, para que mi pueblo también se prepare como un ejército que va a ser atacado. Y me viene a mí, a mi espíritu, a mí, a Noelia, las porciones de las escrituras a donde hablaban sobre que Israel sabía que el enemigo iba a venir a atacarlo y entonces se unían entre ellos para poder resistirle al enemigo, para poder hacerle frente, para poder contraatacar y para tener la victoria. Así, y ellos, estoy viendo ahora que ellos tenían una atalaya, ellos tenían a alguien o a alguienes, a varias personas, que avisaban que el enemigo estaba cerca, o que iban a espiar los lugares por donde quizás estén, estaban los enemigos, y volvían y avisaban al pueblo de Israel a dónde estaba acampando el enemigo, qué tan cerca estaba el enemigo, cuántos eran los enemigos, si eran pocos, si eran muchos, si llenaban valles completos.
Israel estaba organizado en lo que a guerra se refiere, por eso es uno de los países que más experiencia tiene en este área, porque ha sido atacado y se ha tenido que defender desde su creación, desde su nacimiento. Pero el Señor nos habla hoy nuevamente comparándonos a su pueblo santo, al pueblo de Israel, que somos el Israel espiritual de Dios, conformando el pueblo santo de Dios, espiritualmente hablando, porque el mensaje para hoy es que estés listo, que te prepares, que estás en un tiempo de guerra, que no hay tiempo para entretenerse, que no hay tiempo para cerrar los ojos y dormir como cuando uno está de vacaciones.
El Señor dice: Velad, velad, velad, velad y estén despiertos, porque vienen las bombas. Hijitos, dice el Señor, muchos de ustedes, aunque han escuchado una y otra vez este tipo de palabras proféticas, todavía no logran entender, no dimensionan en qué tiempo están caminando. Hijitos, dice el Señor, el ladrón está a la vuelta de sus casas, está cada vez más cerca, y ustedes todavía siguen sentados en la mesa de sus cocinas, tomándose un tecito, tomándose un café y pensando en cualquier otra cosa, menos en qué tienen que hacer para poder defenderse de esos ataques que están a la vuelta de la esquina, menos, menos, dice el Señor, están entretenidos con cualquier otra cosa, menos, es decir, en vez de pensar en qué tienen que hacer para defenderse cuando ese ladrón que está a la vuelta de la esquina ya esté detrás de sus puertas.
Están en tiempos peligrosos, dice el Señor, y no lo han discernido, no lo han aceptado y no han hecho nada al respecto, dice el Señor. Hijitos, les hablo porque los amo, les hablo por misericordia, les hablo porque quiero salvarlos de las flechas que está enviando el campamento enemigo. Muchos de ustedes son blancos abiertos, que si estas flechas se dirigieran hacia donde ustedes están, encontrarían un surco por donde entrar. Y estoy viendo que a veces en las armaduras antiguas habían como pequeños surquitos, no sé bien cómo están hechas, pero veo como una red, veo como una armadura, la parte de una armadura hecha como con red, como con una red de metal, por donde a veces sí era factible o si era posible que la punta de una flecha justamente ingresara al cuerpo por esa pequeña hendidura, ese pequeño agujerito en la armadura.
Dice 1ª Reyes 22:34 Y cierto hombre tiró su arco a la aventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura. Entonces él dijo a su auriga, da la vuelta y sácame del campo porque estoy herido. Y este versículo que mi esposo y pastor de este ministerio justamente está compartiendo en la pantalla mientras yo estoy profetizando, es exactamente el versículo que me traía el Espíritu Santo antes de que él lo coloque. Algunos de ustedes tienen junturas en la armadura, dice el Señor, y no se están percatando, no se están percatando, dice el Señor, que algunos de ustedes no tienen la armadura exactamente bien colocada. Es decir, yo veo a alguien que se pone una armadura de un guerrero, pero se la pone así nomás, como que se pone el casco, se lo deja medio torcido, las botas se las pone, pero están así como media flojas, le quedan grandes. Toma cualquier espada, no la que es adecuada para que él pueda manejarla y pelear y defenderse y atacar con esa espada y así, como alguien que se pone la armadura pero se la pone así nomás, no tiene mucho cuidado para elegir exactamente el tipo de armadura que necesita, no se fijan los detalles, no se la coloca bien a donde va, no se ajusta bien el cinto que sostiene a la armadura y demás.
Y esta visión que yo estoy viendo ahora significa que algunos de ustedes no están siendo diligentes a este llamado de alerta que está haciendo el Señor en estos últimos tiempos, tiempos de guerra, ha dicho Dios. Por lo tanto, el enemigo que sí es diligente y está probando con todo tipo de armas para ver por dónde puede entrar, cada vez está más cerca tuyo, dice el Señor y por lo tanto, si no cambias esta actitud de ser liviano en la defensa y en el ataque, esos distintos tipos de armas, que el diablo te está enviando, sí te van a llegar. Hijitos, dice el Señor, sean diligentes, sean inteligentes, vigilen. Estamos en tiempos de guerra, dice el Señor.
No ven que las naciones se están armando, no ven que no hay paz. Los líderes de las naciones hablan de que están buscando la paz, pero no es lo que quieren, dice el Señor. En sus corazones no hay más que revancha, venganza, codicia de poder, de dominio, de colonización. Hijitos, hay naciones que van a través de la fuerza a tomar territorios que dicen que les pertenecían. El diablo avanza y coloniza, dice el Señor, de la misma manera, pero ustedes ni siquiera defienden la tierra prometida. Hijitos, no se descuiden porque están bajando el escudo de la fe, dice Dios. No se están defendiendo a través de la fe. Están siendo débiles, se están descuidando en la oración, en el ayuno, en el clamor, en las vigilias.
Nuevamente este es un llamado de alerta, dice el Señor. Alerta, esta es una alerta roja, dice Dios, a los míos, para los míos. Despiértense y únanse, formen grupos de oración, de vigilia, de ayunos. Hijitos, vienen golpes fuertes y ustedes están como Israel cuando fue avasallado el 7 de octubre del 2023, cuando el enemigo entró como las aguas y ellos no lo esperaban. Estaban dormidos, dice el Señor, confiando en sí mismos. Se descuidaron, descuidaron sus fronteras. Estaban desunidos, dice el Señor, y el enemigo aprovechó las debilidades. Discutiendo, dice el Señor, sobre asuntos que no eran lo más importante en ese momento. Discutían en el parlamento. La población dividida, dice el Señor, los gobernantes aún más.
El enemigo sabe dónde están las debilidades y entra por ahí. Como cuando una casa tiene goteras, el agua va a entrar por ahí. El agua va a entrar de a poco, dice el Señor, cayendo de a gotas. Pero si uno no arregla esos agujeros, eso empieza a crecer hasta que la casa queda inundada. Hijitos, ustedes critican a Israel, critican sus debilidades, critican y dicen cómo puede ser que les haya pasado eso con la defensa que tienen ellos. Sin embargo, ustedes son igual o peor porque en lo espiritual se duermen, están dormidos. De hecho, muchos de ustedes sueñan que están durmiendo porque están dormidos en lo espiritual. Sueñan que viene el enemigo y ustedes están durmiendo porque así están en lo espiritual.
Hijitos, los llamo a despertarse, dice el Señor. Ustedes interceden por Netanyahu, dice el Señor. Ustedes interceden por Israel para que Israel despierte, para que los judíos se conviertan. Más sin embargo, dice el Señor, ustedes no hacen lo suyo primero y son como el que quería sacar la viga del ojo ajeno cuando ustedes mismos la tienen colocada en sus propios ojos. Hipócritas, háganse cargo primero de lo suyo, dice el Señor, y después hablen de las debilidades del otro. Sepan ustedes formar primero un escudo de protección en sus propias vidas, en sus casas, dice el Señor. Sepan ustedes crear una verdadera defensa contra los ataques del enemigo en primer lugar, resistir y defenderse y atacar, y después hablen de los demás, dice el Señor. Porque me molesta, dice el Padre, la reacción de un pueblo hipócrita que se hace el que se la sabe todas, inclusive en el área de la guerra. Sin embargo, cuando el enemigo lanza una, una sola fecha, flecha, ya logra, ya logra llegar hasta donde ustedes están.
Hijitos, ustedes son más fáciles, dice el Señor, de atacar que el país de Israel, aún más fáciles. Porque ustedes no tienen ningún domo de fe que los proteja. Son fáciles, dice el Señor, de tirar al piso, fáciles de frustrar, fáciles de hacer creer que no sirven para nada, fáciles, dice el Señor, el enemigo fácilmente les hace creer que no hay ningún Dios que esté con ustedes. Ustedes no defienden su santidad, no defienden sus límites, no defienden sus hogares, sus congregaciones, sus grupos de oración. Cuando hay un problema, se acuestan a dormir, dice el Padre, en vez de reforzar la oración, reforzar el ayuno, en vez de hacer cadenas de petición por los problemas que tienen, el enemigo avanza como agua, como ríos de agua.
Al igual que avanzó en Israel a partir del 7 de octubre, y ya sabemos lo que vino después. Hay marcas, dice el Señor, que después son imposibles de borrar. Y la marca que quedó en Israel por lo que pasó el 7 de octubre del 2023, nadie se las va a sacar. Ustedes piensan, dice el Señor, que hay alguna sanidad. Para un pueblo ultrajado de semejante manera, dice el Señor, no hay manera, dice Dios, de borrar esas marcas de un alma que fue violada de semejante manera, dice Dios. Tenían sus escudos abajo, no confiaban en mí, confiaban en sus propios métodos de defensa. Y así se dejaron prácticamente violar por el enemigo, una y otra vez. Israel se queja, dice el Señor, pero no me pone primero. Pero mi pueblo más.
Y el Señor dice: Hijitos, hagan lo que tengan que hacer. Hagan lo que tengan que hacer para estar despiertos. Porque los estoy llamando a velar, pero ustedes son como cuando fui al monte, al jardín de Getsemaní, y le pedí a mis discípulos que velaran conmigo. Pero no fueron capaces de velar ni por una hora, dice el Señor. Ustedes no son distintos a ellos. Dice el Padre, no hablen de los demás nuevamente. Si ustedes primero no van a hacer lo que tienen que hacer ustedes. Porque mi pueblo se llena la boca, dice el Señor, diciendo qué buenos que son. ¿Cuántos saben qué bien que hacen las cosas? Pero la mayoría son como guerreros inútiles, que no saben ni siquiera cómo ponerse la armadura. Hijitos, escuchen mi voz. Tengo que hablarles de distintas maneras, dice el Señor, para que quizás escuchen a través de alguna de ellas.
Son tiempos peligrosos. Las naciones están rabiosas. Tienen sed de matanza. Hasta algunos líderes, presidentes y primeros ministros y demás simplemente tienen sed. Tienen sed de guerra. Otros están aburridos. Quieren que pase algo, dicen ellos. Dicen, el mundo está muy tranquilo. Vamos a sacudirlo un poco. Hasta ese nivel llega la maldad de sus corazones, dice el Señor. Ustedes no saben quiénes son los que los gobiernan. Muchos de ellos, muchas de las cabezas que están en los países del mundo, sus dioses son mamón. Sus dioses son potestades distintas, dice el Señor, que gobiernan en las profundidades del infierno. La mayoría, dice el Señor de las cabezas que gobiernan al mundo, están dirigidas por el enemigo. Es decir, ustedes están viviendo en un lugar a donde el que gobierna es el enemigo.
Por eso dice la Biblia, se refiere a Satanás como el príncipe de este mundo. Ustedes están, dice el Señor, viviendo en esta tierra y el príncipe de esta tierra es el enemigo. Más sin embargo, dice el Señor, viven como si no estuvieran en terreno enemigo. Como dice Juan 14:30: Ya no hablaré mucho con vosotros porque viene el príncipe de este mundo y él nada tiene en mí. Hijitos, muchos de ustedes tienen que humillarse, dice el Señor, arrodillarse delante de mí y reconocer que no saben nada, porque están arrogantes, soberbios, orgullosos y piensan que saben todas las cosas, dice el Señor.
Y yo veo a muchos hermanos que opinan de política, opinan sobre Israel, opinan sobre las naciones, sobre las guerras, sobre lo que pasa en el mundo, como si fueran sabios. Y veo dentro de muchos de estos hermanos una serpiente de orgullo. Es decir, quieren ser vistos, quieren que los demás piensen de ellos, que saben muchas cosas, que están al tanto de lo que acontece en la tierra, que ya saben los pasos que van a dar los líderes que están ahora entrometidos en estos conflictos bélicos y en las distintas situaciones que está pasando el mundo. Y el Señor escucha todo desde arriba, lo veo a Dios desde su trono escuchando todo. Indignado, porque en vez de estar ayudando al pobre, al necesitado, al enfermo, al encarcelado, al que tiene hambre, al huérfano, en vez de estar evangelizando, en vez de estar aprovechando los disturbios que hay en la tierra para traer más almas a su reino, estas personas son como los fariseos, llenándose la boca de lo que no saben.
Arrepiéntanse, dice el Señor, porque no quiero un pueblo que me honre de palabras, sino con obras que muestren su fe. Quiero un pueblo que tenga su mirada, su foco, su vista, su interés en lo mío, dice el Señor, porque estas cosas se van a dar y están escritas. Dice el Señor, todo el mundo sabe, hasta los incrédulos, que el mundo se viene abajo, hasta los que no conocen la Biblia, dice el Señor, hasta las canciones hablan sobre esto, de que el mundo en algún momento va a dejar de ser, el mundo va a pasar. Todos hablan del fin, hasta de un reloj profético que casi llega a las 12, no sólo el pueblo de Dios.
Los inconversos también hablan de esto, porque lo saben, lo perciben, lo sienten, sacan cuentas y entienden. Naturalmente, dice el Señor, que va a llegar a un punto donde las cosas ya no funcionen más, porque el hombre va contra el mismo hombre. Todo el mundo lo ve con sus ojos, dice el Señor, lo que está sucediendo. Y inclusive los inconversos piensan, qué puedo hacer, cómo puedo aprovechar el tiempo antes de que todo se venga abajo. Hasta los inconversos hacen planes y dicen, qué puedo hacer, cómo disfruto la vida, dicen ellos, piensan ellos, hasta que todo se venga abajo, porque en cualquier momento los bancos van a quebrar, dicen los inconversos. En cualquier momento se cae un asteroide en la tierra y se termina todo.
Hasta los inconversos, dice el Señor, saben que hay un tiempo limitado para el mundo, para la vida del mundo. Y entonces sacan sus cuentas, como pueden, y piensan qué pueden hacer para aprovechar el tiempo para lo que a ellos les interesa. Pero, dice el Señor, los míos, los que hasta lo tienen todo escrito, los que deberían saber en qué tiempo están, los que más armados deberían estar en términos espirituales, los que más sabiduría celestial deberían, los que con más sabiduría celestial deberían contar, los que más activos deberían estar redimiendo el tiempo para trabajar para mí, son los más distraídos.
Y yo veo que a veces algunos de ustedes reaccionan porque viene alguien que no es parte del pueblo de Dios y les dice algo sobre lo que está pasando. Y ustedes dicen, ¡Wow!, hasta esta persona que no es convertida se da cuenta de lo que va a venir o de lo que está pasando, o sabe lo que está escrito pero nunca lo leyó sobre estos tiempos. Es decir, algunos de nosotros estamos tan dormidos, aún escuchando, aún leyendo, aún viendo, que nos hace falta que venga una persona que no está convertida de afuera y nos hable de estos asuntos para que reaccionemos. El Señor utiliza hasta esos medios para decirnos: Hijitos, miren, se viene la hecatombe mundial y no están preparados.
¡Reaccionen!, dice el Señor. Los llamo, los llamo a despertarse y si no se despiertan con un llamado suave, los voy a despertar como cuando una madre tiene que pegarle una cachetada suave a su hijo para que se despierte porque no hay forma de que abra los ojos. Como cuando un padre tiene que sacudir a su hijo adolescente porque está tan, tan profundamente dormido que cuando lo llama no reacciona, cuando le prende la luz no reacciona, cuando prende la alarma del teléfono no reacciona, no escucha nada, no siente nada. Entonces tiene que sacudirle un poco el cuerpo o tirarle un poco de agua en la cara para que abra los ojos y se dé cuenta de que se tiene que levantar.
No esperen a que haya noticias de guerra en su país. No esperen, dice el Señor, a que escuchen que un volcán erupciona en su país. No esperen a despertarse una mañana y que les digan que quebraron todos los bancos y que ya no hay posibilidad de sacar el dinero que tenían ahorrado allí porque eso es lo que va a pasar. Eso es lo que ellos están preparando, dice el Señor. Ellos están preparando a la fecha, el día, la hora, el mes y el año para quitarle todos sus ahorros de adonde los tienen guardados. Por eso todo está dirigido a ser digital, dice el Señor, porque al ser digital es más fácil de robárselos, es más fácil de quebrar sus cuentas, es más fácil de vaciarlas porque lo que no se ve, ¿cómo se recupera?
Hijitos, ¿No ven, dice el Señor que ustedes son ese sapo que están cocinando adentro de la olla y no se dan cuenta? El fuego va subiendo, dice el Señor, y el sapo se queda ahí porque no se da cuenta, porque se acostumbró a esa agua que iba de a poquito calentándose, inclusive hasta le gustó cuando estaba tibia pero cuando se dé cuenta de que lo están cocinando ya no va a tener la posibilidad de escaparse. Estoy llamando, dice el Señor, por muchas bocas, estoy alertando a través de sueños, visiones, profecías, inclusive a través de las noticias, aunque gran porcentaje de ellas son falsas.
Igualmente, dice el Señor, estoy utilizando los medios televisivos para sacudir a algunos de ustedes que escuchan de vez en cuando, dice el Señor, para que quizás cree una alerta dentro de ustedes, algún tipo de temor que los lleve a reaccionar, a prepararse, a moverse, a velar. Hijitos, reaccionen, reaccionen. Yo lo veo a Putin, el presidente de Rusia, él ya tiene todo el plan estipulado desde hace muchos años. Él ya estudió cómo podría llegar a reaccionar Ucrania cuando él la ataque. Él ya estudió cómo podría llegar a reaccionar la OTAN si él atacaba a Ucrania. Él ya estudió las posibles decisiones que tomaría Estados Unidos en caso de que él ataque a Ucrania.
Él viene años estudiando en sus grandes mapas, en sus mesas, con sus sabios que tiene de todo tipo, de todas las profesiones, con sus científicos. Él viene estudiando, dice el Señor, hace años y años, cuáles eran los pasos que iba a tomar dependiendo de la reacción de sus enemigos. Él es un hombre que se prepara más allá de lo que hace. Es un hombre preparado, es un hombre que hace nada, no da puntada sin hilo, se dice en Argentina, él no da puntada sin hilo. Y yo veo cuadernos, cuadernos, cuadernos, archivos y archivos y archivos secretos. Él estudió cada decisión que tomaron los distintos presidentes que pasaron por Estados Unidos cuando tenían una situación de guerra.
Él estudió todo, cómo reaccionaban, qué decidían, cuántos soldados enviaban a tal lugar, qué pasaba si el otro país enemigo de Estados Unidos hacía A o hacía B. Él lo anotó todo, está todo registrado, Putin tiene todo registrado. Y además de eso, tiene todo adentro de su mente, que es como un contenedor enorme. Y lo veo a él reunido con el presidente de China, con Xi Jinping, tomando algo, una bebida como un whisky o algo así. Yo no sé si esto es literal o simbólico, pero lo que representa es que ellos son grandes amigos que comparten el mismo corazón con respecto a la situación geopolítica. Y aunque se desconfían el uno del otro, de igual manera, son igualmente de zorros, porque esa es la palabra que escucho, son como, son zorros. Zorros que saben moverse sin delatarse a la primera vista.
Sin embargo, han venido haciendo conexiones también desde hace muchos años, por debajo de lo que se ve. Conexiones que no están declaradas en lo público. Y esto el Señor nos habla, porque dice, hijitos, ustedes no saben lo que se viene, pero tampoco quieren saberlo. Y cuando se los hago saber, dice el Señor, tampoco quieren escucharlo, no quieren creerlo. Y más allá de eso, no quieren hacer nada tampoco con eso. Por eso muchas cosas que van a venir los van a tomar desprevenidos, pero no porque yo no se los haya avisado, dice el Señor, sino porque no hicieron nada con eso, con esos avisos.
¡Hijitos reaccionen! dice el Padre. Estoy haciendo sonar la alerta. Y vuelve a repetir el Señor que los misiles ya están apuntando a los diferentes países. Solamente hace falta apretar un botón. No hay mucho más que hacer, ya está todo listo para la Tercera Guerra Mundial. Ya está todo listo porque ellos ya tienen, dice el Señor, las armas apuntando. Mienten cuando dicen que han detenido la fabricación de armas de cierto tipo como nucleares, creo que son. Mienten, dice el Señor, no se ha frenado nada. O al menos no se ha frenado como se le ha dicho al mundo. Hay fábricas subterráneas, me muestra el Señor, donde han estado los científicos trabajando las 24 horas del día, haciendo rotaciones de horarios para poder tener armas más avanzadas que los demás.
Y escucho la palabra carrera armamentista, ¿Puede ser? Carrera armamentista. Es para ver quién tiene el arma más poderosa, el arma más grande, el arma más destructiva, la más rápida, la más hipersónica, la que sea imposible de detectar por cielo, por mar. Es decir, distintos tipos de armas. Y en el cielo, en el mar y en la tierra, que sean las más veloces, las más eficaces, las más mortales. Y veo que algunas de ellas están llenas de virus mortales, como de plagas, como de enfermedades contagiosas. Es decir, veo como un misil y adentro está lleno de algo, yo veo como un aire, como un aire de color, pero es como un veneno mortal. Algunas armas que veo están llenas de venenos mortales y otras tienen, como si cuando cayeran en el lugar donde van a caer se desparraman ciertas enfermedades que estaban contenidas adentro del arma. No tengo ni idea si eso existe, pero es lo que estoy viendo ahora. Adentro de los misiles, es como si enviaran estas cosas cargadas de esas enfermedades. Y radiación. Escucho la palabra Radiación.
Hijitos, tomen conciencia, dice el Señor. Tomen conciencia de que están en un mundo donde la ciencia está avanzada. Estos son los tiempos profetizados por Daniel, cuando dijo que la ciencia aumentaría y que el hombre correría de aquí para allá. Y de hecho, yo profeticé hace ya varios meses, no me acuerdo en cual transmisión, que iban a haber éxodos de los países, de muchos países, la gente se iba a ir tratando de buscar a donde podía vivir, como en la Segunda Guerra Mundial. Es decir, movimientos migratorios, no sé si algunos de ustedes se acuerdan que he dicho eso, que iban a haber muchísimos movimientos migratorios de muchos países, no de dos o tres países, de muchos países. Pero en realidad lo que estoy viendo es que la gente no va a saber a donde apoyar el pie, porque va a salir de un país que va a estar en guerra y va a ir otro donde va a haber una plaga, o va a ir otro donde va a haber tanta inflación que va a ser imposible comprar lo básico y así.
Es decir, la gente se va a mover como pájaros que migran constantemente, pero que no van a saber a donde posar su pie, como cuando Noé mandó la paloma era para ver si el diluvio ya había cesado, pero la paloma, creo que era una paloma, me acuerdo si era una paloma o un cuervo primero lo que envió. Cuando vino el diluvio y Noé envió al pájaro para ver si ya había tierra firme, y como todavía no había tierra firme, el pájaro volvió al arca, ¿cierto? La primera vez que lo envió. Bueno, así va a ser, estoy viendo ahora, las migraciones. La gente se va a ir de sus países que van a entrar en guerra pensando que van a encontrar refugio, pero va a ser tanto el desbarate que haya en todos los países, que muchos de ellos van a tener que volver porque en realidad estaban mejor en su país, a donde había guerra, que en otros lugares.
Sí, Génesis 8:9 dice: Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvió a él al arca porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces él extendió su mano y tomándola la hizo entrar consigo en el arca. Esta es, gloria a Dios, la escritura que me traía el Espíritu Santo. Una paloma era la que primero envió y no encontró a dónde sentar la planta de su pie. Primero un cuervo. ¿Primero un cuervo? Bueno, acá en Génesis 8:9 es el caso de la paloma, el cuervo, la paloma, no importa. Pues lo sigo con eso. Ok. El mensaje es que de la misma manera como que este pájaro no fue enviado y no pudo sentar la planta de su pie, tuvo que volver al arca. De la misma manera, algunos que emigren de sus países van a tener que volver porque no van a encontrar a dónde sentar la planta de su pie.
Entonces el Señor nos está diciendo hoy que tenemos que estar preparados para cualquier cosa. Inclusive muchos de nosotros para andar como los tiempos antiguos, como nómades, como personas que literalmente no tienen dónde sentar la planta de sus pies. Es decir, el tiempo va a entrar en algún momento, el mundo va a entrar en un tiempo, va a llegar un momento a donde la gente no va a poder vivir estable en un solo lugar. Es decir, los cristianos no van a poder vivir estables en un solo lugar porque van a tener que estar escapando de un lado a otro. Porque no van a tener a dónde sentar la planta de su pie porque va a haber peligro por todos lados. Si no es por la persecución es por los desastres de la naturaleza y si no por guerras. Y así tal cual como dice Mateo capítulo 24 que se iban a dar todas estas cosas juntas antes de la venida del Señor para buscar a su pueblo en las nubes.
Pero el Señor también dice: Hijitos tengan esperanza porque estoy trabajando en sus corazones y les estoy dando de comer como cuando alguien alimenta a esos pajaritos, como cuando alguien alimenta a esos pajaritos, a esas palomas y le da de comer pan. Dice el Señor: Los estoy alimentando con mi palabra, los estoy sosteniendo. Pero tienen que ser sabios, dice el Señor y escuchar el llamado, escuchar las alertas. Prepararse en todo sentido, primeramente en el espiritual, estar a cuentas conmigo, detectar si hay alguna entrada por donde el enemigo pueda llegar, dice el Señor. Hijitos entiendan lo que les estoy hablando. Pero el Señor dice no sólo a través mío, entiendan lo que Él les está hablando a ustedes. Porque el Señor les está hablando a ustedes y ustedes no entienden.
Como dice Job 33 14 15, en una o en dos maneras habla Dios y el hombre no entiende. Me trae este pasaje el Espíritu Santo porque el Señor dice que a muchos de ustedes el Espíritu Santo los está dirigiendo, diciéndoles en dónde están débiles, en dónde tienen que fortalecerse. O guiándolos en las decisiones que tienen que tomar en sus vidas, si tienen que moverse de país o no, si tienen que edificar o no, si tienen que vender o no, si tienen que ahorrar o no, o qué hacer con esos ahorros, qué hacer con el dinero, dónde invertirlo. A muchos de ustedes el Señor les está diciendo, literalmente, de distintas maneras, porque Dios habla en muchas maneras, lo que tienen que hacer. En dónde están fallando quizás o a dónde están debilitados para que fortalezcan esa área.
Pero son como cuando un alumno va a la escuela y escucha al maestro, pero no le presta atención, porque una cosa es escuchar sin atención y otra cosa es escuchar prestando atención. Son como esos niños que van a la escuela porque los obligan, dice el Señor, pero no quieren estar ahí. Por lo tanto no tienen idea de lo que los maestros dijeron. No toman notas, sus cuadernos están en blanco. Dice el Señor, sean diligentes y entiendan que están en un tiempo peligroso, especialmente para los cristianos. Y veo otra vez la cara de este señor de Putin. Ese hombre no tiene miedo. No tiene miedo a enfrentarse con el mundo entero, si fuera necesario. Porque él se siente invencible. Y nuevamente me viene la imagen de… ¿Cómo se llama este personaje? ¿Ironman? Ironman. Que está adentro de… como un robot, ¿no? Él siente que verdaderamente, él piensa que es como un elegido para cambiar el mapa del mundo.
Y está convencido que ha llegado el tiempo de hacerlo. Por lo tanto, él ahora está moviendo fichas en el ajedrez. Porque ahora se siente fuerte. Porque piensa que ahora es el momento. Y él piensa que lo que está pasando en Israel y demás es para su ventaja. Es decir, él piensa que el mundo ahora, lo que está pasando en el mundo está a su favor. Que todo está a su favor. Que este es el momento donde él se tiene que mover para cambiar el mapa del mundo. Y él quiere la expansión de Rusia. Y él quiere un imperio ruso. Y él quiere que Rusia sea como la nación de las naciones de la Tierra. Porque veo ese territorio como si fuera de oro, como marcado con oro, como dorado. El territorio de Rusia.
Y él quiere conquistar lo que supuestamente le robaron a Israel. El territorio de Rusia. Y él quiere conquistar lo que supuestamente le robaron según su vista. Y él ya tiene un mapa hecho de cómo él piensa que debería ser Rusia. No como lo es ahora. Sino que él tiene un mapa. O sea, lo que él quiere hacer es ampliar el territorio de Rusia. Y ya tiene un mapa como si fuera a ser así ese mapa. ¿Se entiende? Él ya tiene un mapa dibujado por los cartógrafos, creo que se llaman, y todo. Suyos. Porque él cuenta con científicos de todo tipo en su gabinete. Y él ya tiene un mapa literal hecho con una nueva Rusia. Y Rusia es como un oso que viene a despedazar el mapa del mundo. Y yo veo que este oso tiene algunas lanzas clavadas en la espalda, pero no ha perdido la fuerza igual.
Así que el Señor dice a su pueblo, que prepare su corazón para escuchar noticias difíciles. Porque las fichas del ajedrez se van a seguir moviendo. Y como los gobernantes como él van a ir al extremo para lograr lo que quieren lograr, van a tomar decisiones extremas. Decisiones que afecten al mundo entero. Decisiones que afecten al mundo entero. Es decir, como no son decisiones livianas que provocan consecuencias suaves. Los líderes van a tener que tomar decisiones que eran como la última opción que hubieran elegido. Como la última carta que se juega. Y esas decisiones extremas van a afectar, cada una de ellas van a desestabilizar al mundo. Y el mundo ya no va a ser lo que es ahora. El mundo va a cambiar. El mapa del mundo va a cambiar. La economía del mundo va a cambiar.
Las agrupaciones en el mundo van a cambiar. Y hay países que van a desaparecer. Y hay países que se van a expandir. Y hay países que se van a dividir. Preparen sus corazones para eso, dice el Señor. Porque estamos en tiempos de colonialismo, escucho. Y dentro de este movimiento que el Señor está describiendo ahora, las gentes van a ir de aquí para allá tratando de acomodarse a todo esto. Hay gente que va a perder su identidad en el sentido de los países que desaparezcan, las personas que formaban parte de ese país, que ya no va a existir más, entonces se van a quedar con una identidad de un país que ya no existe. Entonces van a tener que reacomodarse a eso, reubicarse, encontrar como una nueva identidad. Moverse de lugar o cambiar de nacionalidad y cosas así muy extremas. ¿Si?
Y dentro de todo ese movimiento vamos a estar nosotros, los hijos de Dios, tratando de acomodarnos como cuando un reino se reacomoda. Cosas que se invierten, cosas que estaban abajo que después están arriba y cosas que están arriba que después están abajo. Muchos cambios, como ya dije antes, el Señor está avisando porque los que estén débiles y no estén fuertes para atravesar por estos cambios violentos no van a poder resistirlos, van a caer de la fe, van a desistir de la fe o van a ser muy perjudicados, más de lo que deberían ser. ¿Si? Así que es una mezcla de guerra con colonialismo, con hambre de expandir territorios, otros de recuperar territorios, otros de hacer desaparecer territorios del mapa, naciones mejor dicho, países del mapa.
Y las cosas son extremas porque el mundo se va al extremo. Ya lo he dicho muchas veces, los blancos son más blancos y los negros son más negros y los grises van desapareciendo. Pero la Iglesia no puede seguir en un área gris. Tiene que decidirse si va a ser total o si va a ser parcial porque los parciales, gran parte de ellos no van a resistir en la fe porque las cosas no van a ser parciales, van a ser totales. Entonces el que no se adapte al totalismo o algo así, el que no se adapte al extremismo, le va a costar mucho resistir en un mundo extremo. Tenemos que ser seres de adaptación, me dice el Señor, personas que estén entrenadas en adaptarse a todo, a tener una casa como a no tenerla, a quedarnos en nuestro país natal como a irnos, a quedarnos estables en un lugar como a viajar constantemente, a tener abundancia como a no tenerla, a tener ahorros como a no tenerlos, es decir, no estar atados a nada y a nadie porque vamos a tener que sobrevivir, esa es la palabra, sobrevivir en tiempos extremos, en tiempos totales, en tiempos donde es todo o nada. ¿Amén? Gracias, Señor. Gracias, Padre.
Y una de las claves es luchar contra el miedo porque, vuelvo a repetir, el miedo es el arma número uno que tiene el diablo contra nosotros y así lo va a seguir intentando atacarnos por ese lado porque como ve que no caemos de otras maneras los que no estamos en pecados voluntarios, si sí le damos lugar al miedo a través de lo que pasa en el mundo, por ahí sí nos va a poder desestabilizar. Confundir, paralizar. Y por eso también veo que muchos de ustedes tienen sueños de miedo porque el Señor les está mostrando que eso puede ser una debilidad en sus vidas por donde el diablo los puede atacar, ¿sí? Lleven esto delante del Señor, oren sobre esto. Señor, ¿dónde tengo miedo? Porque cuando escucho noticias, noticias de miedo, mi corazón tiembla, pero no tiembla en una manera que me lleva a prepararme, sino a paralizarme. Ayudame a trabajar contra este miedo, a renunciarlo, a divorciarme de él, a estar más fuerte, ¿qué tengo que hacer? ¿Sí? Y demás. Gracias, Señor. Gracias. Gracias, Señor. Gracias.
Pero en todo esto el Señor está refinando a su pueblo, está refinando a su iglesia, está haciendo crecer en fe a los suyos, los está renovando en el entendimiento de lo que es ser hijo de Dios, de lo que es ser seguidor de Jesús. Que un seguidor de Jesús no lo vas a encontrar en la Biblia a alguien que está entretenido, que está tranquilo, que está cómodo, que está dormido en los laureles, se dice en la Argentina. En toda la Biblia los seguidores de Jesús enfrentaban pruebas, enfrentaban aflicciones, pasaban por aflicciones, eran traicionados, eran perseguidos, vivían tiempos de escasez, estaban entrenados en todo como dijo Pablo. Y el Señor en todo esto le va a abrir los ojos a un pueblo que estaba dormido para prepararlo para que cuando él venga ya esté listo y pueda ser levantado a donde está Él. Gloria a Dios, gracias Señor, gracias amado Padre Celestial, Rey de Gloria y Majestad. Aleluya, gracias amado mío Santo Rey Celestial, Dios eterno, poderoso, salvador, bueno, Amado Rey que escudriña la mente y los corazones, que escudriña los riñones y sabe lo que hay en el hombre. Oh Señor, ayuda a tu pueblo, ayuda Señor a que esta palabra entre y pueda reaccionar y deje de jugar con las cosas espirituales, Amado mío.
Hijitos prepárense, preparen sus corazones, dice el Señor, resistan, resistan, resistan que estoy con ustedes, dice el Señor hasta el fin, no los dejo, no los he dejado, no los voy a dejar, pero tienen que creer en mí, dice Jesús, creer en mí porque su fe va a ser probada. Salgan de la comodidad, sean agradecidos con lo que tienen, con lo que hoy tienen, porque mañana quizás no lo van a tener, sean agradecidos, dice el Señor, con el sol que sale hoy a donde está, donde ustedes están, porque mañana van a encontrar terrenos oscurecidos, el sol se va a oscurecer por causa de las sustancias, de esas armas que van a tirar en el aire, el aire, el aire de los países va a cambiar, dice el Señor, se va a contaminar y así como ese lugar a donde se tiró la bomba de Hiroshima cambió para siempre y quedó, si no me equivoco, una radiación que nunca más se fue, ¿verdad? Quedó afectada para siempre, eso va a pasar en distintos lugares de la tierra, dice el Señor, el hombre tiene sed de destrucción y va por eso y van a quedar ciudades enterradas debajo de esas bombas, van a quedar cráteres, dice el Señor, en algunos lugares por causa del efecto de esas bombas que van a lanzar.
Hijitos, el mundo puede cambiar de un momento para otro, el lugar a donde ustedes viven hoy, dice el Señor, mañana puede dejar de ser como es, como era, dice el Señor y ustedes se siguen quejando porque les falta el detallito en sus cosas, porque la comida no está caliente como les gustaría. Hijitos, dice el Señor, valoren lo que tienen porque van a haber lugares a donde la comida ya no se va a poder comer por causa de la radiación que va a tener, de la contaminación, del envenenamiento y me vienen esas películas como, cómo se llaman, esas películas que, sí, como películas post-apocalípticas, esas películas que se han hecho, que hablan del apocalipsis, donde todo queda desierto, todo queda oscuro, todo queda desolado, destruido, no hay para comer, la gente se mata para conseguir algo para comer, la gente se roba, la gente se muere de hambre y así va a ser el mundo en los tiempos extremos que vienen.
Progresivamente el mundo va a ser así y ustedes están quejando hoy porque las sillas de sus congregaciones están flojas, por eso no van, porque yo veo a alguien que se queja hasta de que la silla, literal, tiene la pata floja, entonces dice no voy a ir porque las sillas están flojas, cómo puede ser. Y cuando estén en estas situaciones, dice el Señor, a donde todo les falte, se van a acordar de esa silla que tenía la pata floja. Sí, como esta película Mad Max y ese tipo de películas veía. Hijitos, dice el Señor, entren en conciencia de hacia dónde va el mundo y gocen de lo que tienen ahora, alaben mientras puedan alabar, lean sus Biblias mientras tienen tiempo, alaben mientras puedan alabar, lean sus Biblias mientras tengan libertad, dice el Señor, porque se las van a quitar. Les van a quitar las Biblias, les van a quitar las guitarras, les van a quitar los teclados, dice el Señor, para que no eleven cánticos a mi trono.
Los van a encarcelar, dice el Señor, los van a matar. Todo lo que está escrito se va a cumplir y ustedes piensan que falta mucho. Prepárense, dice el Señor, séanme fieles hasta la muerte. Escudriñen la palabra para ver si lo que digo está ahí o no, dice el Señor, y lo van a encontrar claramente en más de un lugar. Estos son estos tiempos. Por eso levanto tantos atalayas y tantas bocas que les recuerdan que estos son estos tiempos. Miren los periódicos para entender lo que se está forjando, lo que se está armando. No para crecer en miedo, dice el Señor, sino para que quizás les ayude a recapacitar y a no seguir durmiendo, dice el Señor. Los amo, hijitos. Ustedes son míos. Pero muchos van a quedar en el camino, dice el Señor, por no haberse preparado espiritualmente. Por haber jugado con las cosas del Reino.
Por ser tibios y no calientes. Por no creer lo que está escrito que iba a venir. Por venderse. Muchos van a caer, dice el Señor, van a caer en el camino, dice el Señor. Pero muchos van a caer en el camino, dice el Señor. Por venderse. Muchos van a caer, dice el Señor, van a quedar atrás. No sean ustedes uno de esos. Recuerden el premio que tienen por delante, dice el Señor. Porque todo esto que estoy describiendo al mismo tiempo será como un suspiro. Comparado con la gloria venidera. Concéntrense, dice el Señor, en el trofeo final, en la vida eterna. En una eternidad junto conmigo, dice el Señor. En paz, en amor, en tranquilidad, en gozo, en alegría. En unidad. Resistan, dice el Señor. Pero resistan hasta el final. Amén, aleluya. Gracias, Señor.
Como que el Espíritu me habla más cosas y veo como, literal, como zombies. Veo que va a llegar un momento donde va a ser como las películas de zombies. Donde vamos a tener que cerrar las puertas, trabar las puertas de la casa, no se va a poder salir. Donde nos vamos a tener que esconder de lugar en lugar. No es un juego. Era ciencia ficción. Pero ya no lo va a ser. Porque las cosas que vienen van a provocar esas reacciones en los hombres. Y el nivel, Porque yo veo vasos llenos de demonios, llenos de legiones. Que son personas. El nivel de llenura de legiones en las personas va a provocar que se muevan como zombies. Combinado con las plagas. Las nuevas enfermedades mentales que vienen, dice el Señor, será de película. Será como en las películas.
Así que caigan, dice el Señor, a la realidad. Y sean la luz del mundo mientras estas cosas se desarrollan hoy y no mañana. Amenme, dice el Señor, de verdad. Y pasen por cada prueba honrando mi nombre. Muéstrenme en ustedes, dice Jesús. Pase lo que pase, venga lo que venga. Y los voy a ayudar a ser fieles. Y otra vez el Señor dice que nos ama. Los amo, dice el Señor, los amo. Pero lean la Biblia porque ahí está escrita la vida de un verdadero creyente, de un verdadero cristiano. Ahí van a encontrar todo lo que estoy diciendo, dice el Señor. Amén. Aleluya. Aleluya. Gloria al Señor. Gracias Padre. Gracias Amado mío.
Y escucho la palabra Apocalipsis. El Señor dice que miremos hacia el libro del Apocalipsis, que leamos el Apocalipsis. Porque están a punto de pasar cosas que allí están escritas. Que estudiemos el libro de Apocalipsis en concordancia con otros libros de la Biblia que se refieren a los mismos tiempos. Muchos de ustedes no tienen ni idea sobre el libro de Apocalipsis. No lo conocen, no lo leen, no lo han estudiado. Otros no lo entienden. Otros no le han dado importancia, muchos lo han subestimado. Y otros lo dejan siempre para después porque dicen esto no es para ahora.
Sin embargo el Señor está diciendo que leamos este libro porque están a punto de pasar cosas que están allí escritas. Amén. Y que oremos sobre esas cosas. Gracias Padre. Amén. Gracias Señor. Alabado sea Señor bendito sea tu nombre Padre. Por siempre y para siempre. Amén. Muy bien hermanos. Hemos entregado este mensaje nuevamente para la Iglesia del Señor. Les pido por favor que después cuando este video quede colgado en el canal que comenten abajo en los comentarios que quedan. No ahora del chat en vivo sino del canal. Los sueños que han tenido sobre estas cosas que ha hablado el Señor. Porque el Espíritu me mostró que le está hablando de las mismas cosas a muchos de ustedes a través de sueños y visiones.
Pero más que nada a través de sueños. Como testimonio de que es el mismo Espíritu hablando. La Biblia dice que en los posteros días derramaré de mi espíritu sobre toda carne. Y vuestros hijos, ancianos y demás soñarán sueños, verán visiones, recibirán palabras proféticas. Y es una de las maneras en las que habla el Señor. Testifiquen en los comentarios. Testifiquen en los comentarios. Y pregúntenle al Espíritu Santo dónde están flacos, dónde están débiles, dónde tienen que fortalecerse. Si hay alguna puerta que tienen que cerrar. Cómo prepararse. Cuáles son las decisiones que ustedes tienen que tomar en sus vidas para que cuando los gobiernos den un golpe económico. O den un golpe extraordinario en lo que es guerras que afecte a todas las demás áreas y demás. Ustedes ya sepan lo que tengan que hacer. Con respecto a sus bienes, con respecto a sus casas, con respecto a sus familias, a los lugares donde viven y demás. ¿Sí?
Y tengan fe y prepárense para pasar por las pruebas. Es decir, entiendan que van a pasar por las pruebas. Mientras estén vivos y no sean quitados antes de esas cosas. Pero los que estemos vivos vamos a pasar por estas cosas. ¿Sí? Entonces entiéndanlo, acéptenlo, léanlo, créanlo y prepárense para eso en sus corazones. Y fortaleciéndose en la fe de Cristo Jesús. ¿Sí? Bueno, los amamos, los bendecimos. Y nos vemos próximamente mañana o pasado para la gloria del Señor. Amén.