[Números 6:24-26] Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
¿Cómo estás, pueblo santo de nuestro Señor Jesucristo, en este 13 de marzo del año 2024? Hoy el Señor me ha mandado a orar proféticamente por ti, por temas de sanidades.
[Salmos 30:2] Jehová Dios mío, A ti clamé, y me sanaste.
A Él es a quien tenemos que recurrir, cuando tenemos cualquier tipo de problemas, porque Él es el Médico de los médicos. Él es el Médico por excelencia. Si la sanidad no viene de Él, ya sea a través de un médico, de un ángel o cualquier medio que el Señor quiera utilizar para sanarte, entonces no habrá ninguna sanidad.
El Señor utiliza distintos instrumentos para sanar a las personas. Algunos instrumentos pueden ser humanos, como médicos, o personas que el Señor utiliza para sanar tu cuerpo, pero en última instancia, siempre Él decreta si vas a ser sano o no. Él decide si vas a ser libre o no. Es el Señor el que tiene la última palabra sobre todas las cosas que gobiernan sobre la vida del hombre, incluyendo el área de la sanidad.
Muchas veces nos engañamos pensando que porque vamos a una cita con un doctor, que la sanidad viene de esa persona, cuando en realidad esa persona nos puede ayudar a ser sanos, pero es el Señor el que le da las soluciones para sanarnos o no. Es el Señor el que le ordena a nuestro cuerpo a través de su palabra si vamos a ser sanos o no a través de ese doctor, el Señor ya ha decidido desde antes que consultes a un doctor si vas a ser sano a través de ese medio o no.
El Espíritu de Dios ya comienza a hablar sobre este tema, porque hay mucha confusión en el pueblo santo de Dios,
Yo (Noelia) estoy sabiendo que muchos se preguntan: «¿Señor, un cristiano debe consultar a un doctor o no? ¿O solo debemos orar y esperar tu sanidad? ¿Solo debemos orar por los enfermos, ungirnos, y pedir sanidad en el nombre de Jesús, y ese es el único método que usas?» Esas son las preguntas de tu corazón que vienes haciendo hace mucho tiempo.
El Señor me lo está revelando ahora, porque hay un pueblo que perece por falta de conocimiento, así como dice las Escrituras. Es este el mismo motivo que sigue provocando que el pueblo de Dios hoy, en estos últimos días, no solamente enferme, por ignorancia, sino también que perezca. Tenemos que tener cuidado, porque en estos últimos tiempos, donde estamos caminando, es nuestra responsabilidad informarnos de las cosas espirituales y de cómo se conectan con las carnales.
[Oseas 4:6] Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
Los que vienen escuchando las enseñanzas proféticas y las palabras que vengo entregando, saben que el Espíritu de Dios viene repitiendo, que tengamos muy en cuenta que el alma, el cuerpo y el espíritu son tres partes que conforman un solo ser, que somos nosotros los humanos que ha creado el Señor, y que estas tres partes se conectan y relacionan entre sí. Lo que le pasa a una de estas tres partes le afecta a las otras dos.
En estos últimos días es clave para poder sobrevivir a las cosas que vienen, que el pueblo de Yeshua, tenga conocimiento de las cosas espirituales, físicas. Así como lo que le afecta al alma, también afecta al espíritu y el cuerpo, esto puede provocar enfermedades físicas o del alma, por ejemplo, enfermedades mentales o que nuestro espíritu no esté sano como debería.
En estos últimos días, el Señor está llamando a su pueblo, a que gane conocimiento, a que abra sus oídos, porque vamos a necesitar de un nuevo nivel de conocimiento, para poder sobrevivir a lo que viene y resistir a los dolores de parto. Porque en estos años he estado atalayando lo que viene, las pandemias, las plagas y lo terrible, aniquiladoras y fuertes que van a ser, muy eficaces para matar.
Entonces no podemos estar ignorantes en primer lugar de estas cosas que vienen y que ya están avisadas, porque dice Mateo 24, que durante los dolores de parto se darían pestes, hambres, terremotos, guerras, nación contra nación, persecución. También en Lucas 21, cuando habla de los sucesos antes del fin y de la venida de nuestro Señor Yeshua, que las aguas provocarían terror en las gentes y las estrellas del cielo se conmoverían y demás, ustedes conocen estos pasajes. Una de las cosas que menciona e insiste las Escrituras es sobre las pestes.
Entonces, no solamente el Señor demanda santidad por causa de su justicia, sino también que tengamos conocimiento de cosas de las que no teníamos, que seamos entendidos de estos tiempos, entendidos de las estrategias de Satanás para enfermar a los hijos de Dios y matarlos, también qué es lo que abre las puertas a la sanidad de esas enfermedades que se pueden manifestar en nosotros.
Hay muchas cosas y muchos misterios que hablar sobre este tema, pero para empezar el Espíritu de Dios quiere hablarle a las iglesias sobre las distintas maneras en las que un hijo de Dios puede obtener la sanidad. En primer lugar, como un martillo que quebranta la piedra, es destruir, la doctrina falsa sobre: ¿Un hijo de Dios puede consultar a un médico o no?
Yo (Noelia) veo ahora un altar, pero no para Dios, es un altar a otro dios, porque hay distintos tipos de altares; cuando hay una doctrina falsa, se levanta un altar en el espíritu, pero es demoníaco, es dirigido a estos, porque toda doctrina falsa es doctrina de demonios, ya que esta se enseña a través de un demonio, la Palabra dice que el Espíritu Santo de Dios nos enseñaría todas las cosas, pero no solamente el Espíritu Santo puede enseñarnos, sino que hay otros espíritus que son infernales, satánicos, diabólicos, que pueden enseñarnos cosas.
[Juan 14:26] Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Si nosotros escuchamos y le creemos a esas voces, si abrimos el oído y tomamos esas enseñanzas, entonces entra en nosotros el error. Son espíritus de error, mentirosos, engañadores; por eso en estos últimos días, crece la apostasía cada vez más, hasta que se manifieste el hombre de pecado, porque estos espíritus engañadores están enseñando a mucha gente doctrinas falsas por doquier.
[1 Timoteo 4:1] Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios
Yo (Noelia) simplemente soy un vaso profético que el Señor utiliza para enseñar a su pueblo, a través de su palabra, por el Espíritu Santo de Dios. El Señor simplemente me dice: «Hijita, prende la cámara y habla lo que recibes». Yo muchas veces no tengo idea de qué voy a decir, simplemente sé que el Señor va a hablar sobre la sanidad y va a traerla, pero no sé qué es lo que Él va a enseñar. Por eso aclaro que no soy yo la que estoy enseñando, el Espíritu me da lo que tengo que decir.
Lo primero que el Espíritu quiere destruir en este momento es ese altar demoníaco que se ha levantado a lo largo del tiempo, haciéndoles creer a los hijos de Dios que no es lícito consultar a un médico, a un especialista cuando están enfermos. Yo (Noelia) estoy sabiendo ahora que mucha gente en la iglesia cristiana, muere por no consultar un médico. Yo sé que es controversial lo que estoy hablando, pero no me importa, porque mi prioridad es decir lo que Dios quiere que diga y del resto se va a encargar Él.
Es controversial, pero vamos a seguir aunque se presente esta resistencia espiritual y vamos a orar mientras se desarrolla esta transmisión, para que toda oposición en el espíritu se abra y toda piedra de tropiezo sea quitada, y yo pueda transitar este camino de enseñanza profética, abriendo mi boca hasta la última palabra que el Señor quiera decir.
El primer punto que el Espíritu Santo quiere enseñarte hoy, es que no es pecado consultar a un doctor cuando un hijo de Dios está enfermo. Porque el Señor tiene muchos instrumentos para traer sanidad a su pueblo, puede ser cualquier persona, sea converso o inconverso, pero más que nada, el Espíritu le habla hoy a aquellos hijos que ya deberían comer carne, y ser maduros en las cosas espirituales, porque quiere responder preguntas que los hijos de Dios tienen, especialmente por ser hijos suyos.
Porque alguien que está en el mundo no se va a preguntar si puede o no consultar a un médico, simplemente va y lo hace porque es la única fuente que él conoce de sanidad. Pero nosotros tenemos otras opciones, otras puertas que se nos pueden abrir, nosotros contamos con el poder del Espíritu Santo de Dios.
Nosotros contamos con la ministración de los ángeles que el Señor envía desde el cielo para sanar nuestros cuerpos, almas, o cualquier parte de nuestro ser. Tenemos una ventaja, privilegios que otras personas no poseen, lamentablemente, y debemos impartir lo que nosotros tenemos, la Palabra del Señor, para que ellos también cuenten con esas oportunidades.
No nos enorgullecemos contra ellos, sino que tenemos misericordia y buscamos compartir las buenas nuevas del Evangelio, para que lo que nosotros tenemos, ellos también lo puedan tener.
Yo (Noelia) veo distintas herramientas que el Padre tiene en sus manos para traer sanidad a sus hijos, porque lo veo a Dios en su trono con distintas herramientas en las manos, y esto simboliza que el Señor usa distintos instrumentos para sanarte, y cuando Él va a otorgar la sanidad a una persona, puede ser de distintas maneras.
Por ejemplo, te puede sanar en un sueño, porque hay sueños en donde ocurren cosas reales, donde uno recibe sanidad física o del alma, y cuando se despierta, está totalmente sano de aquella enfermedad. Esta es una de las maneras en la que el Señor puede sanarte. Y ¿quién puede decirle a Dios cómo hacer lo que Él quiere hacer o cómo glorificarse? Una de las maneras en las que el Señor puede sanarte es en un sueño mientras estás durmiendo.
Otra de las maneras en la que el Señor puede sanarte es a través de un hermano que venga a hacerte imposición de manos, orar para ti, ungirte con aceite, como dice la Biblia, que cuando alguien está enfermo, llamen a los ancianos, que unjan con aceite a esa persona y será sano en el nombre de Jesús.
[Santiago 5:14-15] ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
En estos últimos días, como dice Marcos 16, que los que crean en su Nombre sanarán enfermos, hablarán nuevas lenguas, echarán fuera demonios, beberán venenos de serpiente y no les afectará, en este capítulo se menciona la manifestación del poder del Espíritu Santo en los que creerían en el señor Jesús, y que está disponible para todos nosotros, no solamente los ancianos pueden orar por los enfermos y que sanen.
[Marcos 16:17-18] Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Vemos que es bueno y conveniente recurrir a los ancianos de las congregaciones, pero también dice: estas señales seguirán a los que creen, y esto incluye a todos los que han nacido de nuevo, los hijos de Dios, y dice: «Sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán». Entonces el segundo ejemplo que el Espíritu Santo me trae, es a través de la imposición de manos de un hermano, de cualquier vaso, cualquier persona que crea en el Señor Jesús, como dice la Escritura, que ore por ti y a través de la cual el Señor quiera sanarte.
El Espíritu primero nos está hablando de su poder manifestado, de cómo la sanidad puede manifestarse en nosotros, de distintas maneras, porque hay distintas operaciones, dice la Biblia, hay distintas operaciones del Espíritu Santo de Dios.
[1 Corintios 12:6] Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.
Una tercera manera en la que el Señor puede sanarte es respondiendo directamente tu oración, muchos de ustedes que están orando para recibir sanidad, diciendo: ¡Señor, sáname!, ¡Señor, clamo por ti!, ¡Señor, hasta cuándo voy a tener esta enfermedad, este dolor en el cuerpo! O pueden también ser enfermedades mentales, enfermedad del alma, falta de sanidad de tu corazón, traumas y tantas cosas más.
Muchos de ustedes están clamando por esa sanidad, el Señor no solamente lo puede hacer en un sueño, o a través de un hermano, o de un anciano, inclusive a través de un niño, lo puede hacer si el Señor así lo quiere. Porque simplemente Él necesita un vaso en donde derramar su sanidad, también lo puede hacer directamente respondiendo a tu oración.
Uno simplemente puede recibir la sanidad instantáneamente, sin la intervención de una persona, porque el Señor envía la palabra desde su trono. Es la palabra la que sana, por eso cuando, el centurión pidió sanidad para su siervo, le dijo: Pero no soy digno de que entres en mi casa, una palabra tuya alcanzará para que mi siervo se sane, y el Señor envió la palabra, y el siervo fue sano.
[Mateo 8:5-8] Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.
Imagínense la fe que tenía el centurión y el conocimiento de las cosas espirituales, cosa que hoy al pueblo le falta.
[Mateo 8:9-10] Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
Así que muchas veces el Señor no utiliza la intervención humana para sanarte, sino que Él directamente envía su palabra para que seas sano. Otro ejemplo que el Espíritu nos está enseñando hoy, es que directamente recibas la sanidad. Yo conozco testimonios de personas que de un momento a otro, de un día para el otro, pidieron la sanidad y se levantaron completamente sanos, y el Espíritu les testificó que estaban sanos y que era Dios quien los había sanado.
El Señor envía la palabra y a través de ella puedes ser sano. El Señor también puede enviar un ángel para sanarte, y me viene la porción de las Escrituras, donde había un estanque y de vez en cuando bajaba un ángel a agitar las aguas, y cuando las aguas de ese estanque se agitaban, el que primero ingresaba era sano, el Señor nos dejó estas escrituras que tienen que ver con los ángeles en torno a las sanidades, porque es otra de las maneras en las que te concede la sanidad que estás necesitando.
[Juan 5:2-4] Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.
Los ángeles son ministradores de los hijos de Dios, y uno de los servicios que ofrecen ellos por la orden de nuestro Padre Celestial es sanar a las personas, esa es una de las tareas que hacen los ángeles del Señor.
Ustedes no tienen que llamar a ningún ángel, o ponerse a conversar con los ángeles que el Señor envía para traerles sanidad, no tienen que buscar poner a los ángeles ministradores en primer lugar y mucho menos de adorarlos o querer relacionarse con ellos en vez de nuestro Creador, porque ahí entramos en terreno donde el diablo puede meter su cola.
[Apocalipsis 22:8-9] Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
Cuidado con esto, y cuando hablo de los ángeles, solamente lo estoy haciendo para que ganes conocimiento y entiendas como Dios opera de distintas maneras. Cómo Él realiza su obra a través de diversas operaciones, y que una de ellas, en las que Él nos ministra es a través de los ángeles. Pero nuestro foco y atención tiene que estar puesta en el Señor y no en esos ángeles.
Entonces, buscamos a Dios para pedirle la sanidad, para que Él envíe esa sanidad, si así lo ve conveniente, y lo decide, a través de la manera que quiera. No le pedimos al Señor: «Señor, mándame un ángel para que me sane», porque el ángel no es el que toma las decisiones, sino que vamos a la fuente de todas las soluciones, a pedir por esa respuesta, para que Él determine cuál es la manera en la que él quiere glorificarse en nuestra vida, si es a través de un ángel o no, o de otra forma.
El Señor puede sanarte o puede darte una palabra de sabiduría, porque las palabras de sabiduría regularmente son soluciones a problemas o situaciones que nosotros tenemos, entonces puedes tener enfermedad en tu cuerpo, una enfermedad del hígado, por ejemplo, y buscando al Señor en oración, puede darte una palabra de sabiduría sobre qué tienes que hacer para recibir la sanidad de ese problema del hígado.
Yo (Noelia) estoy viendo ahora plantas, el Señor puede darte una palabra de sabiduría y revelarte exactamente qué tipo de té, planta o remedio natural tienes que consumir para que se dé la sanidad de tu cuerpo, el Señor también utiliza esta manera para que recibas la sanidad, diciéndote de nuevo a través de un sueño, de una palabra profética, de una visión o de alguien más que venga y te diga: «El Señor me mostró tal solución para la enfermedad que te está aquejando ahora», o de cualquier otra manera en la que Él se comunique contigo para darte esta palabra de sabiduría y sepas qué tienes que hacer para que tu cuerpo reciba la sanidad.
Por ejemplo, cuando Eliseo se encontró en un lugar que las aguas estaban contaminadas, y él supo que tenía que tirar sal en el agua, y fueron sanas.
[2 Reyes 2:21] Y saliendo él a los manantiales de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así ha dicho Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad.
Este es el ejemplo que el Espíritu Santo me trajo sobre lo que nos está enseñando ahora. Tu cuerpo también puede estar mal, como estas aguas, puede estar contaminado, enfermo, adolorido, inflamado, o cuántas cosas más, el Espíritu de Dios puede traerte esta palabra de sabiduría para que sepas si tienes que consumir algo, hacer o dejar de hacer para recibir esa sanidad.
Orando nosotros podemos recibir la solución, si es que Dios nos la quiere dar, y si es que esa enfermedad Dios quiere que sea sana, y que no sea para muerte, porque hay enfermedades que son para muerte, y por más que oremos, o clamemos, en algunos casos la solución no va a llegar, porque simplemente nuestro tiempo y propósito en la tierra se termina, el Señor simplemente decreto que se terminen nuestros días.
A veces los hijos de Dios parten de esta tierra a través de una enfermedad, y por más que se ore, ayune, se busque a Dios, se arrepienta de algunas cosas o lo que sea, la sanidad no se va a dar, porque es para muerte. Pero cuando no lo es, cuando es una enfermedad que el Señor quiere quitar, de la cual el Señor te quiere liberar, como Pablo dijo: «tengo un aguijón en mi carne y el Señor me ha dicho: bástate mi gracia y que él se glorifica en mi debilidad».
[2 Corintios 12:9-10] Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Hay enfermedades que simplemente el Señor no te va a quitar o sanar, porque son buenas para tu carácter, para mantener tu orgullo pisado bajo tus pies y demás. Hay enfermedades que no van a recibir sanidad, porque este es un segundo ídolo que el Espíritu Santo de Dios quiere destruir en este momento, es un segundo becerro de oro que hay, que está establecido en parte de la iglesia del Señor Jesucristo, como falsa doctrina, doctrina demoníaca, y que predica que un hijo de Dios no puede estar enfermo, que nunca tiene que enfermarse, no puede y no debe.
Van a ver a muchos predicadores y hermanos decir: no puede ser. ¿Cómo puedo estar enfermo si soy hijo de Dios? El diablo no tiene derecho a tocarme. ¿Dios no es justo entonces? Y se empiezan a hacer preguntas, por causa de esta falsa doctrina que predica, que si eres hijo de Dios no puedes estar enfermo, que nunca te vas a enfermar, y eso el Espíritu Santo hoy quiere derribar
[2 Corintios 12:7-10] Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
A veces el Señor no nos sana de ciertas enfermedades, porque el sufrirlas nos hace permanecer siendo débiles, en el sentido en el que hablaba Pablo. Porque ciertas enfermedades nos permiten permanecer quebrantados, nos permiten entender y recordar constantemente que necesitamos a un Salvador, que necesitamos sostenernos y tomarnos de la mano de Aquel que es más fuerte que nosotros.
Yo (Noelia) veo que se están destruyendo ciertas semillas de error en sus mentes, creencias que los provocaban a ustedes que retrocedan en el crecimiento espiritual. Porque algunos de ustedes están tan concentrados en la enfermedad que tienen, que tienden a desenfocarse en donde los quiere Dios, haciendo de esa enfermedad un ídolo en sus vidas. Porque esa enfermedad termina ganando tu tiempo, tu atención, termina ganando la mayor parte de tu oración. Porque llega un momento en tu vida que no hay nada más a lo cual le prestes atención, no hay nada más en lo que te enfoques, sino esa enfermedad que el Señor aún no te ha quitado, o no te la quiere quitar.
No estoy diciendo que todas las enfermedades que tenemos, el Señor no las quiere quitar, o nos la va a dejar en nuestros cuerpos. Pero hay casos en que es así, y el cuerpo de Cristo lo tiene que entender, que la sanidad no está disponible para todos, por distintas causas. Así que la enfermedad puede transformarse en un ídolo, en un obstáculo, en vez de ser algo que continuamente nos recuerde, que necesitamos a ese Salvador que nos fortalezca donde estamos siendo débiles por causa de esa enfermedad.
Si no sabemos qué actitud espera el Señor de nosotros cuando estamos enfermos, en vez de responder como Pablo que entendió, por qué el Señor le dijo: bástate mi gracia, y lo utilizó para su beneficio. Si no sabemos responder de esta manera, entonces podemos irnos para el otro extremo, y transformar esa enfermedad en nuestro ídolo, en piedra de tropiezo entre el Señor y nosotros. Porque ya no se trata de Él, se trata de esa enfermedad, en este punto hay que tener cuidado.
El Señor dice: Hijitos, entiendan, entiendan que hay muchas cosas detrás de lo que sus ojos físicos ven, que ustedes no conocen, no entienden, y hay una justicia que se lleva adelante, y que tiene que ver con la enfermedad y con la sanidad, que muchos de ustedes están cuestionando.
Yo (Noelia) veo que muchos de ustedes piensan: ¿Por qué el Señor no me sana, o no sana a tal persona? ¡Qué injusto!, le dicen al Señor, pero Dios responde en este momento: Debes entender que hay muchas cosas que estás ignorando, que no sabes, y que Él sí las sabe. Hay muchos detalles que no conoces, y que Él sí conoce, hay muchas razones que no están dentro de tu lista, pero que Él sí maneja, y Él no es un Dios malo que quiere ver a los suyos enfermos, oprimidos, atados, esclavizados. Pero hay una justicia que se lleva adelante, la cual Él no puede quebrantar.
Hijitos, dice el Señor, crean en mí, confíen en mí, y entiendan que si no les he dado esa agua de sanidad para beber, hay una razón divina. Hijitos, no cuestionen al que gobierna sobre sus cuerpos, porque muchos de ustedes creen que son jueces expertos en lo que tiene que ver con sanidad, inclusive con la muerte, porque no solamente me cuestionan, cuando ustedes, sus familiares o la gente que aman enferman, o inclusive se preguntan por qué Dios permite que haya tantas enfermedades sobre la Tierra, sino que se cuestionan: ¿Por qué el Señor va a permitir que me muera? ¿Por qué el Señor permite la muerte de nuestros hijos, padres o seres queridos?
Hijitos, hay muchas cosas que ustedes no tienen en el tintero, y que están en mi sabiduría completa y eterna, y tienen que saber, que soy un Padre bueno, que para cuando una persona tiene que pasar por cosas muy difíciles de enfermedades, o inclusive la muerte, para ese momento, Yo ya he agotado todas las posibilidades, para que esa persona no tenga que pasar por eso, pero a veces no hay otra opción, porque es en la única manera en la que se logran propósitos eternos y, no siempre el sufrimiento es malo para un alma, porque muchas veces, hasta el sufrimiento y el dolor físico pueden ser una herramienta para que esa alma sea redimida, entonces estando en ese dolor, y en ese sufrimiento por esa enfermedad, finalmente busque a Dios, baje la cabeza, y entienda que hay alguien que es superior que él o ella, y que necesita de ese Salvador.
Ustedes no entienden, hijitos, dice el Señor, por qué a veces permito lo que permito. Sin embargo, deberían confiar en mí, sabiendo que soy bueno, y que mi misericordia es para siempre, y la extiendo a millares y millares de almas. Pero el dolor también puede ser una herramienta para generar cosas buenas. Las personas a veces pagan deudas a través de enfermedades, los hijos de Dios, inclusive pueden estar pagando deudas que ellos mismos generaron, y por lo cual la balanza de la justicia que no se inclinaba a su favor por causa de los pecados cometidos; a veces los mismos hijos de Dios generan deudas espirituales a través de sus pecados, y entonces cuando Dios pesa la balanza de su justicia, esta balanza no se inclina a favor de este hijo o hija de Dios. Entonces, esta persona está en deuda espiritual, y esa deuda puede ser quitada a través del sufrimiento de una enfermedad.
Ustedes no entienden muchas cosas, dice el Padre, pero si me preguntaran, Yo les respondería. Muchas veces las enfermedades son pruebas, como lo fue para Job, para ver si realmente la fe que profesaba la podía caminar, y mostrar a través del sufrimiento de perderlo todo y encima padecer esa sarna que tenía. Yo los puedo estar probando, a través de esta enfermedad, pero muchos de ustedes, en vez de elevarse por sobre las cosas carnales, empiezan a quejarse, a cuestionarme y olvidarse de lo que está escrito. En vez de enfocarse en las cosas espirituales, en las cosas de arriba y no de abajo, y aprender a elevar sus corazones y su manera de pensar por sobre las consecuencias de la enfermedad. No pasan esa prueba y demuestran que su fe no era real, porque es fácil demostrar la fe cuando uno está bien, todo va bien, cuando uno no está enfermo, tiene provisión, salud, compañía y todo lo que necesita.
Pero muchas veces, dice el Señor, cuando las cosas se les son quitadas, cuando el bienestar y la comodidad ya no está más en sus vidas, entonces ahí se muestra que la fe que predicaban sobre sí mismos era débil y no tan fuerte como creían; a veces permito que enfermen porque quiero que ustedes vean cuál es el estado real de su fe.
El Señor dice, hijitos, ustedes no entienden y a veces piensan que saben más que Yo, si una persona tiene que estar enferma o no, si tiene que morirse o no, ustedes piensan que las almas son suyas y no mías. Recapaciten, y vuelvan sus ojos a mí. Por más que estén enfermos, vuelvan sus ojos a mí, por más que un ser querido esté sufriendo la enfermedad, vuelvan a confiar, y a tomarse de mi mano, porque enfermedad viene sobre el mundo entero y la fe de los míos va a ser refinada como se refina el oro que pasa por el fuego.
Otras de las maneras que el Señor nos hablaba de las cuales Él puede traer sanidad, es a través de la medicina, porque la mayoría de las cosas que existen pueden ser utilizadas para arriba o para abajo. La ciencia la puede utilizar el diablo para sus propósitos, para traer enfermedad, muerte, destrucción, guerra biológica, etcétera, o la puede utilizar el Señor para traer sanidad, para alargar la vida de las personas que de otra manera, morirían antes de tiempo, para contrarrestar pandemias, enfermedades y demás, la ciencia en sí solamente es un instrumento que puede ser utilizado por dos amos distintos.
Hay científicos y médicos que son de Satanás, que trabajan para él y que de hecho tienen esos diplomas de las universidades colgados en los laboratorios de las Elites mundiales para matar a masas enteras de gentes a través de armas biológicas que ellos están enviando como virus y bacterias, como la contaminación del agua y del aire.
Hay científicos, médicos, físicos, químicos y demás que se juntan para agruparse para ir en contra de la humanidad y cumplir con la agenda del diablo para este tiempo, para estos últimos días. Es decir, la ciencia es un instrumento que puede ser utilizado para el bien o para el mal. Pero que haya médicos que ciertamente son obreros de satanás y que utilicen la ciencia para el mal y matar en vez de curar, no quiere decir que todavía no haya médicos que pueda utilizar el Señor.
Otra forma en la que la sanidad te puede ser otorgada por el Señor es a través de un doctor. El Señor puede guiarte, aconsejarte, decirte de distintas maneras, hijito, hijita, esta enfermedad quiero sanarla a través de un doctor. Ve al médico, consulta en un hospital, en una clínica, lo que sea, porque en última instancia el destino de tu alma, cuerpo y espíritu está determinado por tu Creador. El doctor nada puede hacer por más conocimiento que tenga si el Señor no abre la puerta para tu sanidad, o por qué ustedes creen que dos personas con el mismo cáncer van a un mismo médico, el médico aplica las mismas estrategias, uno se sana y el otro se muere.
¿Quién es el que determina el destino de las almas, si no es el Señor? Hay brujos dentro de los hospitales, pero también hay cristianos dentro de los hospitales, hay hijos de Dios que son médicos y personas inconversas que son médicos, hasta ellos, el Señor los puede utilizar para sanarte si Él lo quiere. El Señor trae paz a través de esta palabra a muchos corazones, como dice las Escrituras, que Lucas era médico.
[Colosenses 4:14] Os saluda Lucas el médico amado, y Demas.
¿Si Lucas, que era amado, según lo que dice la Biblia, está mencionado como un médico, ustedes piensan que si esto no viniera de Dios, el Señor lo mencionaría en las Escrituras? Obviamente, también hay que tener cuidado, porque hay espíritus demoníacos que se mueven en los medicamentos, hay sustancias dañinas que están siendo colocadas en ciertas vacunas, es cierto. Hay soluciones demoníacas que se mueven dentro de la medicina y del sistema hospitalario y demás, es real, pero eso no quita que también esté la parte que viene de Dios. Son como el don de lenguas, hay gente que no cree en las lenguas que concede el Espíritu Santo y que están nombradas en 1ª Corintios 12 y 14, por ejemplo, porque han visto lenguas que vienen de abajo, lenguas demoníacas.
Es cierto que las dos existen, porque hay una versión santa y una versión maldita, hay una versión que viene de arriba, y otra que viene de abajo, hay un idioma celestial, un idioma infernal y un idioma humano, pero que exista, el uno no quita que no exista el otro.
¿Cuál es la solución? El Señor está diciendo que presten atención en la manera en la que Él se comunica en estos últimos días, y que la respuesta a tu petición te va a llegar a través de tu oración. No es bueno concurrir a un médico en primera instancia si el Espíritu Santo te está indicando en tu espíritu primero que llames a un hermano para que ore por ti, ungiéndote con aceite, imponiendo las manos.
Debes preguntar: ¿Señor, de todo este abanico de posibilidades de instrumentos que tienes para sanar a tus hijos, a cuál quieres que recurra? La intimidad con el Espíritu de Dios va a ser la que, preguntando en ese silencio, provoque la respuesta del Señor. Quizás estás necesitando liberación, porque algunas enfermedades no se sanan si uno no es liberado de un demonio, porque hay demonios específicos que provocan enfermedades. Entonces, por más que recurras a un médico, no vas a ser sano. Por más que vayas a un psicólogo, no vas a estar cuerdo. Por más que te unjan con aceite, quizás no sanes, porque no se trata de una sanidad en sí en primer lugar, sino de una liberación, y cuando ese espíritu de enfermedad sale de tu cuerpo, entonces ahí estás sano.
Otra herramienta para sanar es la liberación. Es muy importante discernir y orar. Hasta que el Señor te revele si es que Él quiere revelártelo cuál es la solución o la herramienta para tener sanidad. Hay muchos versículos en donde el Señor echa fuera los demonios y la persona es sana inclusive de enfermedades mentales, como dice del endemoniado gadareno, que se entiende por las Escrituras que estaba loco, que andaba por los sepulcros, que no se lo podía retener de la fuerza que tenía, en otros pasajes dicen que los endemoniados se tiran en el fuego, en las aguas, que no los pueden sostener, sin embargo, cuando el Señor le ordena a esa legión de demonios que salga del gadareno y se van a los cerdos y se tiran al agua, la persona queda completamente cuerda, sana y se comporta como una persona normal.
[Marcos 5:15] Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo.
Quizás te estás tomando todas las pastillas, estás concurriendo a todos los médicos, estás proclamando todas las Escrituras, inclusive estás ayunando, pero la solución es la liberación y hasta que no recibas liberación, no vas a sanar. También algunas enfermedades no se van si uno no ayuna, justamente porque la oración y el ayuno provoca liberación, a veces el cuerpo físico simplemente necesita ayuno para poder dedicarse a sanar, entonces tienes que preguntarle al Señor: ¿Cómo y en dónde buscar tu sanidad? Hasta que Él te responda en ese cuarto secreto.
Muchas veces no eres sano porque sigues pecando, simplemente. Muchas veces el Señor te sana, pero después vuelves al vómito y al pecado que habías dejado cuando fuiste sano y entonces estás más enfermo que antes. Hay casos donde el Señor sana a la persona a través del poder del Espíritu Santo de Dios y después la persona vuelve al pecado y la enfermedad retoma, inclusive puede estar peor que antes, no es que el Señor no lo sanó, sino que la persona no cuidó esa sanidad, no guardó su santidad. Entonces le abrió la puerta a la enfermedad otra vez.
Muchos de ustedes están enfermos regularmente, por ejemplo, con problemas de la garganta o que tienen que ver con enfermedades respiratorias que afectan toda el área del habla porque están en permanente murmuración. Y después le preguntan al Señor cómo puede ser que si soy una hija de Dios, inclusive te estoy sirviendo y demás, siempre estoy enferma permanentemente con gripe, con angina o laringitis y demás enfermedades que tienen que ver con la comunicación y la respiración que también se utiliza para hablar. Cuando uno se queda sin voz, afónico, disfónico, todo esto, ¿cómo puede ser? Y resulta que quizás estás en un pecado del habla que es la murmuración permanentemente.
Muchas veces estamos enfermos, la mayoría de las enfermedades son por pecados propios o por pecados de los antepasados, son por maldiciones que traemos que no han sido cortadas, hay muchas razones por las enfermedades y les aconsejo ver otra ministración que el Señor hizo a través mío, titulada: ALGUNAS RAZONES DE LA FALTA DE SANIDAD + CLAVES PARA SANAR- Revelaciones, ahí el Señor hace una enseñanza extensa sobre este tema, del porqué un cristiano puede estar enfermo, también otra ministración es: ¿POR QUÉ NOS ENFERMAMOS? Ministración profética sobre las causas de las enfermedades.
Hay muchos pecados que un hijo de Dios puede estar cometiendo que le abra la puerta a la enfermedad y no todos son tan evidentes o tan fáciles de reconocer, el enojo, la ira, la tristeza ilícita, la condenación en el corazón hacia otras personas, la murmuración, el adulterio, la lascivia, la codicia de los ojos, la glotonería, los excesos, la falta de descanso es un pecado. Hay muchas cosas que aquí no estoy nombrando que pueden provocar que le estés abriendo la puerta a la enfermedad y quizás no entiendas qué te pasa o le estás echando las culpas al Señor cuando en realidad eres tú el que está quebrantando leyes que existen en el espíritu y que afectan a nuestra alma, cuerpo y espíritu. Pídele al Espíritu Santo que te revele ¿Cuál es la razón? La autocondenación, la desvalorización, el odio hacia los demás, hacia uno mismo, los miedos.
Hay una maldición que hay que cortar por esa enfermedad, hay una herencia espiritual que está provocando que tu ADN esté afectado, es un pecado que tú estás cometiendo, la ansiedad, el afán, el estrés, cansancio, el Señor te está probando para ver cuál es tu reacción, para ver dónde está tu fe parada. Porque también puede ser que no estés pecando, pero el Señor te esté probando a través de la enfermedad. No hay una razón por la cual el enemigo tenga un derecho legal para ponerte esa enfermedad, pero el Señor quizás se lo permitió, como lo hizo con Job, para ver dónde estás parado en tu fe. Esos casos son para que una vez pasada la prueba, si la pasas bien, seas alguien que en vez de tener una deuda espiritual, tenga un monto a favor. Esto es muy profundo y no tan fácil de explicar en unos minutos.
Pero uno puede estar endeudado espiritualmente hablando, o uno puede estar con saldo a favor espiritualmente hablando y los saldos a favor muchas veces se logran a través de injusticias, por qué dice la Biblia que una persona es bienaventurada cuando es perseguida por causa del nombre de Jesús, cuando es vituperada por causa de su Nombre, cuando mienten sobre nosotros por causa del Evangelio y todas estas cosas. ¿Por qué dice la Biblia que una persona es bienaventurada? ¿Saben por qué? No es bienaventurada porque sufre por eso, sino porque se va generando un saldo a favor en la vida de esa persona. Porque es una injusticia lo que sucede y como Dios es Justo, tiene que ser pagada de alguna manera.
Cuando una persona sufre una injusticia, la balanza de su vida, de la justicia se inclina a su favor, en la apariencia o por lo que pasa la persona, no se nota esto. En la vida real no se ve, uno lo ve sufrir a esta persona, la ve mal, afligida, quizás está enferma, maltratada, traicionada, están mintiendo sobre ella, se están riendo en su cara, o le están pegando, lo que sea que esté sufriendo, que sea una INJUSTICIA, algo que no se lo merezca, eso es una injusticia.
Esa injusticia, por causa que no es el pago del pecado de la persona, tiene que pagarse de alguna manera. Es como si uno recibiera una bonificación, como una nota de crédito, que tiene que ser cobrada en algún momento, por eso la Biblia habla de los bienaventurados, los que sufren por causa de mi Nombre, los que son vituperados, los que sufren injustamente, son bienaventurados, porque van sumando notas de crédito del cielo y esas deudas a nuestro favor se pagan en esta vida o en la que sigue.
Entonces uno en apariencia en esta vida se ve terriblemente mal y uno se pregunta dónde está la justicia de Dios, pero es que no se ve porque en lo espiritual es donde se amontona esa deuda o saldo a favor, no en lo material, donde se vea, porque por eso es por fe y no por vista.
[1 Timoteo 5:24-25] Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren después. Asimismo se hacen manifiestas las buenas obras; y las que son de otra manera, no pueden permanecer ocultas.
Absolutamente todo es pesado en la balanza de Dios y no hay ni un solo grano de arena que se escape de ser pesado en la balanza de la justicia de Dios, no hay ni una sola deuda que no sea cancelada, ninguna sola nota de crédito, que no se nos sea pagada.
Por eso es por fe y no por vista. El Señor por su gracia te está dando entender estas cosas que antes no comprendías, pero en realidad no te haría falta tanto saber al detalle, sino caminar por fe, sabiendo que Él es justo y creyendo que Él está pesando continuamente en su balanza de la justicia lo que te pasa y lo que te deja de pasar, lo que te hacen y lo que no te hacen, lo que te deben y lo que no te deben, lo que te maltratan y lo que no te maltratan, es decir, tiene que ser por fe.
Una de las maneras en las que uno genera saldo a favor es a través de sufrir una enfermedad injustificada ¿Por qué crees que Job recibió el doble de lo que tenía antes de perderlo todo y de estar enfermo de semejante manera? Porque se le generó, espiritualmente un saldo a favor. Él sufrió muchas cosas que no fueron por consecuencia de sus pecados. Él no estaba cancelando deudas por su pecado, estaba siendo probado y al responder bien a través de la fe, al ser fiel a Dios, al ser justo, todo eso que él pasó, generó que su cuenta de banco celestial crezca y crezca, y después el Señor se lo pagó a través de retribuirle el doble.
Pero muchas veces, esto no es el caso, puede serlo, pero no es el caso.
[Job 42:10] Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.
Job devolvió el mal con el bien y esto siguió acumulando notas de crédito a su favor. Por eso es importante responder al mal con el bien, y todo esto tiene que ver con la enfermedad.
Hay enfermedades que son generacionales y dice el Señor que estudien la Biblia acerca de esto, hay demonios que se pasan de carne en carne, generacionalmente hablando, por ejemplo, demonios de cáncer, que lo colocan en las personas. Puede ser que un demonio de cáncer habite en un abuelo, y cuando el abuelo concibe al hijo, en esa semilla va incluida esta información de este cáncer, por eso los fluidos, la sangre y todo esto está íntimamente conectado, es tan importante.
Por eso la Biblia habla tanto de la sangre y de las relaciones sexuales, porque hay cosas que se transmiten a través de los fluidos corporales. El abuelo engendra y si cuenta con una información generacional de cáncer, que todavía cuenta con el derecho legal de ser transmitida, cuando nace el hijo de esta persona se le transfiere la información de herencia, tanto de lo bueno como de lo malo, tanto de lo carnal como lo espiritual, porque la herencia puede ser carnal y espiritual, porque así como hay generaciones de pastores, por ejemplo, hay generaciones que tienen distintos tipos de enfermedades que se van repitiendo, hay herencias del cielo y del infierno.
El hijo de este abuelo, es decir, el padre, que es la segunda generación, trae la misma información. Porque todavía ese derecho legal, por distintas razones, siguen activas. Entonces el padre nace con esa información, y ese cáncer se puede manifestar, al igual que se manifestó en el abuelo, luego el padre puede concebir al hijo, ya estamos hablando de la tercera generación, y si el derecho legal del enemigo de colocar ese cáncer o de seguir manifestándose en esta generación no es cortada, si este papel que representa el derecho legal no se le es quitado al diablo sobre esta generación en la sangre, entonces eso va a seguir activo y se manifiesta el mismo cáncer en el abuelo, el padre y el hijo, o sea en la primera, segunda y tercera generación.
[Éxodo 34:7] que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.
[Lamentaciones 5:7] Nuestros padres pecaron, y han muerto; Y nosotros llevamos su castigo.
Hay enfermedades que son generacionales, yo estoy viendo ahora gente con diabetes, que sus abuelas tenían diabetes, y se va repitiendo. Enfermedades oculares, falta de la visión, miopía, todas estas cosas. ¿Cuántos de ustedes no se acuerdan ahora de un caso que se va repitiendo?, yo tengo lo mismo, mi hijo, mi nieto, o mi mamá, mi abuela tambien tenía lo mismo.
Estas enfermedades generacionales, a veces pueden ser cortadas a través de la palabra, simplemente cortar estas maldiciones generacionales de diabetes en el nombre de Jesús, pero a veces, por más que esas maldiciones generacionales sean cortadas en el nombre de Jesús, a través de la palabra de un justo, si las personas recurren al mismo pecado o a otro pecado que provocó que el diablo tenga derecho para colocar esta enfermedad sobre esta generación, le abre la puerta a esa misma enfermedad, no va a sanar, la cadena no se va a cortar, la enfermedad puede volver y combinarse de distintas maneras en la sangre.
Entonces hay muchas cosas que no saben, y los que saben, no es cómo deberían, porque hay muchas profundidades y niveles de conocimiento, inclusive en este tema como las enfermedades. La ignorancia, la terquedad, un corazón de piedra puede causar falta de sanidad.
Yo (Noelia) escucho la palabra «Gracia», pero el Señor está derramando de su gracia en este tiempo, y muchos están siendo sanos por gracia. El Señor va a sanar a muchos de distintas maneras, no solamente las que he nombrado en este vivo, sino en todas las maneras que el Señor quiera derramar de su sanidad por gracia en este tiempo. Y mientras nuestros ojos carnales van a ver tremenda mortandad, enfermedades muy agresivas, eficaces y veloces que van a crecer en los cuerpos rápidamente, mientras esas cosas van a suceder a un nivel extremo, al mismo tiempo el Señor va a derramar de su gracia en un nivel extremo, y vamos a ver sanidades milagrosas tremendas, porque siempre el poder del Espíritu de Dios se va a revelar y manifestar, y el Señor se va a glorificar en medio de lo que el diablo está haciendo o quiere hacer. El Señor siempre va a ser Superior y su gracia en este tiempo va a ser superior que la maldad que se manifieste sobre aquellos que hagan justicia.
El Señor está levantando sanadores del Reino de los cielos para contrarrestar estas plagas que están siendo enviadas en los aires. El Señor está ungiendo y levantando sanadores del Reino, con manos ungidas, donde se va a impartir el aceite del Espíritu Santo a través de esas manos en una forma espiritual, por fe.
Siempre hubo sanadores del Reino de los cielos, personas ungidas para sanidades y milagros, pero a medida que todas las cosas se van a los extremos, la cantidad de médicos espirituales que el Señor va a levantar va a ser mucho más grande, mientras las plagas, la mortandad y las enfermedades son más agresivas y rápidas. Dios nunca pierde.
Así que la fe es clave para sanar, muchos de ustedes no reciben sanidad porque no tienen fe, son incrédulos, esa es una de las razones por las cuales el Señor casi siempre preguntaba: «¿Tienes fe para ser sano?, ¿Crees que te puedo sanar?». Esa es una de las razones por las cuales cuando el Señor entró a la casa de la niña de 12 años que estaba muerta, echó a todos del cuarto, menos a sus discípulos.
[Marcos 5:38-43] Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.
El Señor les dijo que salgan fuera de la habitación y dejó a pocas personas dentro, porque tenía que crearse un ambiente de fe para que la resurrección se pudiera dar, y la incredulidad funciona como barrera cuando la fe se mueve en un lugar. Es como si la fe se encontrara con paredes contra las cuales golpeara y no pudiera entrar.
Es como si la fe golpeara la puerta, pero la incredulidad la mantuviera cerrada. La fe funciona de represa en el río de la sanidad. Si ustedes son incrédulos, la sanidad no se va a dar, porque están pidiendo mal, están pidiendo, pero no están creyendo que la van a recibir. No siempre es la razón por la cual uno no es sano, pero es una de las razones por las cuales no se puede dar la sanidad.
A veces el Señor quiere sanarte, y hasta tú oras para esa sanidad y se la pides, pero en tu corazón en realidad no la estás creyendo, no tienes la fe que necesitas para recibir, y esta puede ser otra de las razones por las cuales sigas enfermo. Hay que arrepentirse de ser incrédulos y creer que el Señor te puede y quiere sanar. Sí es el caso.
Yo estoy viendo una piedra preciosa ahora, y representa un don. El Señor da dones de sanidades, porque la Biblia dice en plural dones de sanidades, porque hay distintos tipos. Se los representa espiritualmente como piedras preciosas de formas y colores diversas, y algunos de esos dones de sanidades son especiales para sanar enfermedades del alma o mentales, enfermedades que son como más abstractas.
Hay personas que están ungidas con un aceite especial para echar fuera demonios, el Señor puede utilizar a cualquier hijo de Dios para echar afuera un demonio, inclusive a un niño si Él lo quisiera en el nombre de Jesús. Pero hay ciertas personas que tienen un aceite especial, un combustible, una unción especial para echar afuera demonios, específicamente que provocan enfermedades. Y hay distintos dones para distintos tipos de enfermedades.
Hay gente que está llamada más que nada a orar para sanidad de distintos tipos de cánceres o enfermedades de los huesos, de las articulaciones, del sistema locomotor, enfermedades de la sangre, y así. Hay personas que operan en áreas específicas de enfermedades, porque hay distintos dones de sanidades, y no todos operan y se manifiestan igual, no todos requieren del mismo nivel de fe de la persona que recibe la sanidad.
El nivel de fe que está en la persona enferma muchas veces determina la manifestación de la sanidad en ella a través del poder de Dios. Por eso el Señor les dice hoy que no sean incrédulos y que tengan fe. Y a los que están enfermos, que estudien las Escrituras, sobre todo lo que tiene que ver con las enfermedades, sanidades, liberaciones, siempre al mismo tiempo pidiéndole consejo a Dios sobre esta área.
Hay enfermedades, que simplemente son manifestadas para la gloria de Dios, como es el caso del ciego en la Biblia.
[Juan 9:2-3] Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
¡Nació ciego Imagínense! Uno lo primero que piensa es: «Ah, hay pecado en la línea de sangre, entonces, el hijo nació ciego». Pero acá no es lo que dice el Señor, muchas veces Él puede permitirte que pases por un proceso de enfermedad, no por causa de tu pecado ni de tu línea generacional, sino para que sus obras se manifiesten en tu vida, y quizás podrías estar quejándote de la enfermedad y rebelándote contra Dios por causa de lo que Él colocó en tu cuerpo para manifestar su gloria y obra en ti.
¡Cuidado! Si estás cuestionando al Señor, porque al final, la bendición que estaba preparada para ti, se puede quitar por causa de tu injusticia en el medio de ese proceso, porque en este caso vemos que esta persona del ejemplo de la Escritura nació ciega, no por causa de pecado. Entonces, era una injusticia, desde el punto de vista de las leyes espirituales, que esta persona nazca ciega. Tenía una nota de crédito a su favor que se le pagó cuando Jesús lo sanó de esa ceguera.
Esta persona tenía el derecho de cobrar esa nota de crédito, esa deuda que tenía a favor, porque no había ningún derecho legal para que el diablo lo haga nacer ciego, había una deuda a favor que en esta vida o en la próxima se le tenía que ser cancelada. Dios lo había permitido así para glorificar sus obras en él, para manifestar las obras de Dios en él; ¿Quién sabe si ese no es tu caso?, pero en vez de mantenerte en humildad, confiando en el Señor y creyendo en Él, que es bueno y que sabe por qué te sucede aquello. Te empiezas a quejar, a odiar a Dios, a rebelarte contra Él, y entonces tu injusticia está provocando que lo que tenías a tu favor se vuelva en contra, empiezas a usar de esa nota de crédito a través de tu injusticia.
Son muy profundas las cosas espirituales, y siempre, por más que no entiendas todas las cosas, tienes que creer en Dios, por más que no tengas todas las respuestas y no sepas todos los detalles de por qué sucede, nunca desconfíes de quién es Dios, porque hay una justicia que está siendo aplicada, hay una justicia activa que quizás no conoces, pero que igualmente existe.
Cuídate de tus palabras mientras pasas por ese proceso de enfermedad. Mientras tu hijo está enfermo. Cuídate y mantente fiel. Lee el ejemplo del comportamiento de Job, que no fue 100% perfecto en todas las áreas, porque en algún punto como que le cuestionó al Señor, y el Señor lo tuvo que corregir ahí, igualmente le correspondía el pago, la retribución que tuvo después. ¡Cuidado!, porque quizás si te desvías de tu fe, no vas a obtener la recompensa. Quién sabe cuál es la razón de tu enfermedad. Puede ser que Dios quiera glorificarse en tu vida o en sus vidas, si hay alguien enfermo en tu casa. Quizás el Señor te está probando, quizás el Señor esté generando deudas a tu favor, porque Él quiere bendecirte. Hay tantas cosas que pueden pasar y no lo sabes todo, pero Él sí.
Cuidado con el orgullo, porque el Señor me muestra que tu orgullo puede provocar tu falta de sanidad, puede mentirte con la falsa creencia de que tú no puedes estar enfermo, esto no te puede estar pasando a ti. Es orgullo, porque ¿Quiénes somos nosotros para cuestionar lo que Dios hace o deja de hacer, o permite o deja de permitir? Quizás Dios quiere ser honrado a través de tu comportamiento cuando estás enfermo, como fue honrado a través de Job, cuando decía que bendecía a Dios en lo bueno y en lo malo, que Dios dio, y Dios quitó, alabo a Dios igual en lo bueno y en lo malo.
[Job 1:21] y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.
El Señor a veces le permite al diablo que te envíe cosas o que provoque algo que produzca sufrimiento, porque Dios quiere glorificarse en tu vida a través de tu testimonio que vas a dar mientras pasas por ese proceso o cuando salgas de este. Porque Dios busca labios que lo alaben de verdad. ¿Cuántos de ustedes, cuántos de nosotros podemos decir lo mismo que Job 1:21 en medio de la pérdida, del dolor, de la aflicción?
Personalmente, estoy recién ahora aprendiendo a darle la gloria a Dios por las traiciones, las aflicciones, los sufrimientos que conlleva este llamado, por las pruebas que tengo que pasar para que después el Señor me aumente, me eleve en el nivel espiritual, o me refine. ¿Cuántos de nosotros podemos alabar a Dios igual cuando alguien se muere, un ser querido o cuando nosotros mismos sabemos que nos queda poco tiempo? ¿Cuántos de ustedes pueden seguir alabando a Dios? Y muchas veces, Dios permite que pasemos por una enfermedad fuerte, por un proceso muy difícil, porque Él simplemente busca labios, que lo adoren, que lo alaben, lo glorifiquen, y son pocos, lamentablemente.
Porque algunas veces los enfermos y los mártires pueden manifestarse para glorificar a Dios. Porque el diablo se estremece y se retuerce de dolor en el piso cuando una persona, un hijo de Dios, está enfermo en el hospital y levanta sus manos como puede para alabar al Señor. Yo (Noelia) estoy viendo ahora que los demonios gritan, lloran, sufren, se retuercen cuando escuchan la alabanza de un hijo de Dios que está enfermo o en agonía, o a punto de ser un mártir o cualquiera de estas cosas, y la persona usa su boca para alabar a Dios es una de las cosas más poderosas que puede pasar en el mundo espiritual.
Pero son pocos los que trascienden las cosas carnales para elevarse en lo espiritual, son pocos los que se enfocan en las cosas de arriba y no en los de abajo. Son pocos los que los pueden alabar como Pablo y Silas cuando estaban en la cárcel, son pocos los que tienen una fe de este nivel, porque hay distintas medidas de fe. Pero el Señor está buscando adoradores de verdad, en estos días, mientras el pueblo pasa por todo tipo de pruebas físicas, carnales, espirituales, de falta de alimentos, de persecución entre los mismos hermanos, en soledad, en frío, en hambre, en angustia, de todo tipo, de toda situación, el Señor busca adoradores de verdad. El Señor nos va a entrenar para llegar a este nivel y cuanto antes colaboremos con ese propósito, más rápido esa prueba nos será quitada de encima. Pero si más nos quejamos, más largo puede ser el proceso.
El Señor te va a llamar a tomar una decisión sobre lo que estás pasando, ya sea en tu carne o a través de tus seres queridos, que a veces puede ser más difícil que pasarlo en carne propia, pero tenemos al ejemplo de Job, que perdió a sus hijos, no en un periodo largo, sino repentinamente, todo de golpe. Imagínense, no le quedó ni uno, de un momento para otro, y nosotros nos estamos quejando por la situación en la que estamos pasando y leemos esas Escrituras como si no existieran, como si fueran simbólicas, como si fueran un cuento de hadas que no se puede aplicar para este tiempo de nuestras vidas. ¿Dónde está nuestra fe? ¿Qué fe va a hallar el Hijo del Hombre cuando venga? Ese es el tipo de fe que el Hijo del hombre va a buscar cuando venga, una fe real, que se practique, que se camine, que se muestre en las decisiones que tomamos, en las cosas que hacemos y decimos.
Así que la pregunta en tu cuarto secreto a partir de ahora tiene que ser: «Señor, ¿cómo esperas que maneje esta situación de enfermedad en mí o en mi casa?, ¿cómo te complacería que mis labios hablen mientras estoy pasando por esto que para mí es tan duro?, ¿cómo me puedo fortalecerme en Ti en vez de debilitarme a través de este proceso?, ¿Señor, quieres sanarme? ¿Cuál es el instrumento? ¿Tengo algo que hacer yo para colaborar con esa sanidad?, y si la respuesta fuera que no, Señor, ¿Hay algo en mi carácter que tengo que mejorar? ¿En qué me ayuda esta enfermedad, si es que en algo me puede ayudar?, ¿Cuáles son los propósitos de esta enfermedad en mi vida, ayúdame a ver las cosas como Tú las ves con respecto a esta situación y no como el diablo me las muestra? Dame los anteojos espirituales que necesito para ver a tu manera y no a la mía.
Muchos de ustedes tienen que arrepentirse por no alabar a Dios cuando el Señor les ha quitado, por no alabar a Dios cuando Él ha permitido que estén enfermos, por no amarlo aún más, cuando en vez de sufrir bien, sufrieron mal, por no bendecir su Nombre igual, a pesar del sufrimiento. Tienen que arrepentirse y darle la gloria a Él por lo bueno y por lo malo.
Muchos de ustedes tienen que perdonar y mientras no perdonen no va a haber sanidad de ninguna enfermedad, por más que oren, ayunen, reciban oración de liberación, conozcan la Biblia entera. No va a haber sanidad, si no perdonan, es un principio bíblico, porque el que no perdone primero a su prójimo, Dios no lo va a perdonar, lo dice la Biblia.
[Mateo 6:14-15] Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
El perdón es una llave para la sanidad y muchos de ustedes están dando vueltas alrededor buscando todo tipo de soluciones, yendo a todos los médicos que existen, esquivando que hay un motivo de falta de perdón, de rencor, que está provocando la enfermedad y que hagan lo que hagan, no va a venir la sanidad, porque hay un derecho legal para esa enfermedad.
Entonces, es un pecado, y hay que mencionarlo como es, es un pecado grave que provoca hasta cánceres que llevan a la muerte en muchísimos casos. De hecho, la falta de perdón, me animo a decir, es una de las principales razones para el cáncer, cuando es provocado por un pecado.
No solamente no va a recibir la sanidad la persona que no perdona, sino que se va a encontrar cada vez peor, porque simplemente la puerta de la casa de la vida de la persona sigue abierta al enemigo hasta la muerte. Él se lleva a muchos cristianos por falta de perdón, tú puedes creer en Dios, pero los demonios también creen y tiemblan, dice la Biblia.
[Santiago 2:19] Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
Si estás en falta de perdón, el Señor no te va a perdonar, y la persona que no perdona no entra en el cielo, y la persona que no es perdonada por Dios no tiene entrada en el cielo. Es grave. Así que ponte a revisar tu lista y vas a ver. Muchos de ustedes van a ver que se sanan, inclusive a veces instantáneamente, cuando perdonen. En el cielo no hay ningún rencoroso, no va a entrar nadie con una objeción contra su prójimo, no va a entrar.
Así que vamos a orar: Padre, te pido Señor que si hay algún otro motivo de la falta de sanidad que lo reveles ahora, que sea tu Espíritu Santo moviéndose ahora entre la congregación de los justos que están reunidos con nosotros en este momento o después de esta transmisión, porque todo es posible en el espíritu, por fe en el nombre de Jesús. Envía tu palabra ahora, Señor, y sana, sana toda rodilla enferma, sana todo hueso, endereza los huesos torcidos, Padre, ahora por tu poder, envía tus ángeles o cualquier medio, Señor, decretado por Ti, para sanar a los que Tú quieras sanar en este momento, los que están escritos en tu libro, que tenían que ser sanos a través de esta oración profética.
Padre, te pido ahora que detengas todo infarto que se estaba por manifestar en esta noche después de esta transmisión, en el nombre de Jesús. Te pido que sanes toda irregularidad de los latidos del corazón en estos hermanos, te pido que cierres todo soplo, que regules toda entrada y salida de la sangre de los corazones de los que están escuchando, inclusive de nuestras casas, de mi casa, Señor, en el nombre de Jesús, te pido sanidad de la garganta, sanidad de la tiroides, sanidad de la diabetes, sanidad de la tuberculosis, ahora en el nombre de Jesús. Te pido que todo cáncer huya ahora por la presencia del Espíritu Santo y por la unción que corre en mí, Señor, a través de esta oración y que viene del cielo. Padre, te pido ahora que cortes toda maldición generacional sobre los hermanos. Toda esquizofrenia.
Yo (Noelia) veo enfermedades mentales generacionales. Padre, te pido ahora que perdones los pecados de la de cometidos por nuestros antepasados o por nosotros mismos. Te pedimos perdón, mientras oramos y te pedimos, Señor, que cortes, corta, pasa tijera.
Padre, manda a tus ángeles ahora a pasar tijera espiritual para cortar maldiciones de esquizofrenia, maldiciones de bipolaridad, maldiciones de todo tipo de síndromes, que yo no me conozco los nombres, pero que sí están en tu lista, Señor, de síndromes mentales, toda locura sana ahora, toda depresión que está llevando a la locura, en el nombre de Jesús.
Libera a mis hermanos, Padre, libera, Señor, dales de beber ahora del aceite de tu Espíritu Santo, Señor, en sus espíritus, para que los demonios huyan en el nombre de Jesús. Padre, sana, sana, Señor, ahora sana, endereza toda espalda torcida, toda escoliosis, todo tumor en las espaldas. Pongo mi mano en el espíritu, en toda parte del cuerpo de mis hermanos que está enfermo, ahora, en el nombre de Jesús, para sanar y ordeno la sanidad ahora, en el nombre de Jesús, ordeno la sanidad ahora y le ordeno a todo espíritu que ha perdido el derecho legal, hoy, a irse en el nombre de Jesús, a abandonar estos vasos, abandonar estos cuerpos, en el nombre de Jesús.
Limpia tu templo, Señor, limpia, Señor, todo templo ahora, en el nombre de Cristo Jesús. Yo sano enfermedades de los ojos, Señor, toda miopía, todos esos nombres de las enfermedades de los ojos que queden sanas ahora, Señor, mis hermanos, ahora, pronuncian esas enfermedades para dejártelas saber, para que Tú renueves esos ojos como a cero kilómetros, como un auto que es limpiado, restaurado y modificado, como cuando era un cero kilómetros. Padre, deja estos cuerpos en un cero kilómetros, Señor, en el nombre de Jesús, para servirte, Señor, glorifícate ahora.
Nos ponemos, nos presentamos en bandeja delante de ti, Señor, nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestro espíritu, para que nos sanes, Señor, libera ahora a mis hermanos de toda dolor de músculos, de toda mialgia. Otra enfermedad que provoca dolores de los músculos permanentes, fibromialgia, en el nombre de Jesús, Señor, unge, unge esos músculos, esos huesos, esas articulaciones, Señor, todo tendón cortado, adolorido, estirado, toda tendinitis, Padre, te pido ahora que ablandes esos tendones endurecidos y que lubriques los tendones secos y que descalcifica, toda calcificación que no tiene que estar en el sistema locomotor.
¡Oh, Padre!, te pido ahora por quistes, Señor, en el sistema reproductor, en el nombre de Jesús, deshace ahora todo quiste, Señor, diluye ahora todo lo que está endurecido, endurecido en los cuerpos, Señor, elimina ahora, quema por el fuego de tu Espíritu toda célula cancerígena en los pulmones, en los riñones, en el hígado, en el páncreas, en todos los órganos internos, Señor, cáncer de sangre, leucemia, Padre, sana, sana ahora, Señor, a todo aquel que tiene que hacerse diálisis en los riñones, Señor.
Haz milagros creativos, coloca riñones donde no hay, Padre, en el nombre de Jesús, abre los oídos que están cerrados, ¡Oh, Señor!, Abre los ojos de los ciegos, levanta los paralíticos ahora, Señor, derrama de tu poder resurrectorio ahora, Señor, sobre todo el que escucha, el que cree, el que recibe y sobre los nombres que son declarados ahora, en tu presencia, Padre.
¡Oh, Señor!, te pedimos por la enfermedad de nuestros pastores, de nuestros ministros, de nuestros guías espirituales, Señor, protégelos, protégelos y sánalo a los que están con fiebre, Señor. Ordenamos a la fiebre que se vaya ahora, en el nombre de Jesús.
¡Oh, Señor!, reaviva los espíritus entristecidos, entumecidos, enfriados, calienta ahora, Señor, sana, renueva, reaviva, Señor, reaviva, Señor. Yo desato cuerpos ahora, en el nombre de Jesús, desato almas, desato espíritus atados, quiebro toda brujería, porque hay enfermedades que están ahí por brujerías, pero en el nombre de Jesús hacemos caer por tierra ahora toda brujería de enfermedad, la dejamos ahora caer por tierra, toda palabra que haya sido hablada como maldición para nosotros, para nuestros hijos, nietos, generaciones familiares, amigos, que estemos mencionando, quebramos ahora esas brujerías, queda sin poder y sin efecto toda tierra de cementerio, toda sal, cualquier líquido humano, toda sangre, todo semen, cualquier líquido que haya sido utilizado en nuestra contra, queda sin poder en el nombre de Jesús.
¡Oh, Señor!, tocamos ahora las prendas de nuestros enfermos, el que tenga una prenda de algún enfermo ahora tome esa prenda, las prendas de nuestros hijos, algún suéter, remera, pantalón, lo que sea, Señor, los tocamos ahora y hablamos sanidad, sanidad sobre esas personas en el nombre de Jesús, sanidad poder, sanatorio, ahora, Señor, a través de nuestras manos que opera por fe en el nombre de Jesús.
Señor, imparte fe ahora, el que no tiene para sanar, imparte fe, Señor, de ser sano, imparte fe para impartir sanidad, Señor, en el nombre de Jesús. Ungimos esas prendas, Señor en el nombre de Jesús, sana Padre, sana ahora a través de esas telas, a través de esas prendas de vestir, en donde ha quedado una porción del espíritu de la persona. Cortamos maldiciones y brujerías sobre esas prendas en el nombre de Jesús.
Señor, revivimos todo lo que está caído. Padre, te pedimos por los que están en los hospitales. Señor, que conocemos, ahora, y nombramos, te pedimos por ellos, te pedimos por todo tipo de enfermedades, Señor, que ahora es imposible nombrarlas a todas, estaríamos un día completo o más, pero Señor, mis hermanos, las nombran ahora a estas enfermedades, danos fe, Señor, danos fe para sanar, sana, Padre, glorifícate, glorifica tu nombre, Señor.
Desatamos a los enfermos ahora. Los llamamos a salir de esas cárceles de enfermedad, de opresión, de dolor, de aflicción, en el nombre de Jesús, sana, Padre, ahora. Envía tu palabra, Señor, enviamos nosotros como congregación de justos la palabra de nuestras bocas por el espíritu de Dios en el nombre de Jesús, para sanar a esas personas que ahora nombramos, Padre, sana toda caída de pelo, alopecia, Señor, sana, sana toda alopecia en el nombre de Jesús.
¡Oh, Padre! Sana, Señor, sana toda enfermedad que es nombrada ahora por todo hermano que escucha, Señor, ahora o después, en el nombre de Jesús, derrama de tu vaso completo de sanidad, Señor, restaura almas fragmentadas ¡Oh Padre!, sana traumas, traumas de la infancia, Señor, sana, Señor, traumas de abusos, de violencia, Señor, de bullying, de todo tipo, Señor, sana ahora. Todo es posible para ti, Padre, somos como el centurión que cree, Señor, que cree que si Tú envías la palabra, Tú vas a resucitar a los muertos. Tú vas a sanar a los nuestros. Sana dolores de cabeza ahora, Señor, en el nombre de Jesús.
Yo le hablo a todo espíritu que envuelve los cuellos para generar opresión, falta de aire, para quitar la paz, en el nombre de Jesús, y les ordeno a que se vayan de los cuellos de mis hermanos, toda enfermedad que haya sido enviada a través de sueños por brujas, por hechiceros, ahora queda cancelada porque yo veo brujos que han enviado enfermedades a ustedes a través de sueños, pero en esta hora queda cancelada esa misión queda sin efecto.
Retrocede todo espíritu de enfermedad y muchos de ustedes soñaron con perros negros que representaban enfermedad en estos sueños, pero ahora les ordenamos a que retrocedan. Yo bendigo lo que estaba maldito en el nombre de Jesús, restauro el ADN de todo aquel que estaba puesto para recibir esta restauración hoy, en el nombre de Jesús. Unjo manos para sanar enfermos, imparto dones de sanidades en tu nombre, Señor, en el nombre de Jesús. Amén.
Imparto paz que viene de lo alto para que se genere un ambiente propicio para sanar, en el nombre de Jesús, amén. Y muchos de ustedes tienen que interceder por enfermos. Yo veo niños enfermos, el Señor les dice a muchos que intercedan y que ayunen por sus enfermos para pedir esa sanidad porque muchas veces hay enfermedades cuya causa es el pecado, pero cuando hay alguien que ayuna e intercede fervientemente y el tiempo determinado por esa enfermedad y persona específica, entonces la deuda de esa enfermedad se paga a través de esa intercesión y ayuno.
Porque cuando uno ayuna y ora se genera una deuda a favor de la persona que lo hace. Un saldo, no una deuda, un saldo a favor. Cuando uno ayuna y ora se genera un saldo a favor, espiritualmente hablando, pero el intercesor puede utilizar ese saldo, cómo sería en lo económico, es como un cheque que la persona, el intercesor, lo puede usar a favor de otro, no solo de su propia vida, a favor de otro, para como un crédito que la persona puede usar a favor del que está endeudado, espiritualmente hablando.
Por eso es tan importante la intercesión, el ayuno y el clamor por los otros, porque hay pecados que son pagados a través de ese saldo a favor que genera el intercesor, porque el ayuno y la oración es un sacrificio. Entonces hay cosas que se pagan a través de ese sacrificio cuando una persona está endeudada. El Señor puede perdonar a esa persona que está endeudada por nuestro sacrificio. Porque mira nuestra justicia y no la injusticia de la persona. Es decir, nuestra justicia puede pagar la injusticia del otro. Esto es una palabra de consuelo para los intercesores y los que ayunan por los demás.
Así que insistan en la oración, insistan en el conocimiento de las cosas espirituales sobre esta área, estudien las Escrituras en primer lugar y lleven en la oración toda pregunta que tengan sobre toda enfermedad que tienen, que tenían o que tienen los suyos y pídanle al Señor las estrategias por si esa enfermedad puede encontrar misericordia a través de su ayuno, de tu intercesión, tu sacrificio, tu clamor y tu propia negación.
Hay veces en la que el Espíritu te va a decir que no, no hay forma de pagar eso por distintas cosas, pero a veces el espíritu te va a decir: Tienes que ayunar 3, 7, 21, 40 días para que tal persona sea sana, acompañada con la oración.
La estrategia la sabe el Señor, porque Él sabe cómo se inclina la balanza y cómo hay que pagar esa deuda, si es que es el caso, entonces hay que pedirle al Señor cuál es la estrategia, si es que la hay. Cuál es la solución, si es que la hay. Pero y si no, de todas maneras seguir confiando en Él, ponerlo primero, por más que venga muerte, enfermedad o lo que sea.
Bueno hermanos, nos vemos Dios mediante en el próximo encuentro, acorde a lo que el Espíritu quiera ministrar a su pueblo. Agradezco sus oraciones y me voy a descansar. Para no quebrantar el descanso en el espíritu. Saludos desde Argentina y que esto sea de bendición y de sanidad para muchos. En el nombre de Jesús. Amén.