El Señor te bendiga, amado pueblo del Señor Jesucristo. Hoy es 19 de febrero del año 2024 y el Señor quiere hablar a su pueblo, revelar misterios escondidos, enseñar a través de este vaso profético los secretos escondidos, preparados para ser expuestos en estos últimos días. Porque para cada tiempo hay una revelación, para cada temporada hay un tipo de manifestación. Y en este tiempo, hay muchas cosas que estaban esperando ser descubiertas por los hijos de Dios a través de su Espíritu, cosas que ojo no vio y ni oído oyó, cosas que están preparadas para los que le buscan, para los que le aman.
[1 Corintios 2:9] Como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Y el Señor me dijo: Hija, continúa hablando a mi pueblo cada día, porque quiero revelar esos misterios escondidos, quiero renovar la manera en la que piensan, que entiendan cómo funcionan las cosas espirituales, que no estén ajenos sobre lo que va a acontecer sobre el mundo, que ya está escrito en la Palabra, pero que hoy estoy hablando en detalle. Hija, no te calles, y continúa mientras se pueda abrir la boca para decir lo que Yo tengo para decir. Porque hay un pueblo que escucha, un remanente que reconoce mi voz y la quiere oír, que me honra, me sigue, me busca y pregunta, a ellos les quiero responder hoy.
Imparte hoy de esas riquezas escondidas, de esos tesoros guardados, para este tiempo. Bendecimos tu santo y hermoso Nombre, Tú que te sientas en ese trono perfecto, inamovible, el trono más alto que existe, el trono sobre los tronos. Tú, Señor, ante quien toda rodilla se dobla en los cielos, a ti venimos para recibir lo que tienes para decirnos.
[Hechos 10:33] Así que luego envié por ti y tú has hecho bien en venir.
Nosotros estamos aquí en la presencia de Dios para oír todo lo que Dios te ha mandado. Y así me dijo el Señor: Hay un pueblo que quiere estar ante mi presencia, para oír todo lo que te he mandado, lo que quiero decir a través tuyo, lo que les quiero hacer saber. Glorificarme a través de ti.
Así que te damos paso, precioso Espíritu Santo, en esta noche estamos congregados, cada uno físicamente en su lugar, pero espiritualmente nos venimos a reunir ante tu presencia, Padre, para oír todo lo que me has mandado, y tienes para decir. Así que el que tenga oídos para escuchar, que escuche, reciba, retenga y ponga en acción, porque estas palabras son bendición, imparten vida, clarifican las cosas, dan guía, dan reposo a las almas cansadas.
Dice el Señor: Yo me ocupo de ustedes, de cada uno de ustedes. Yo (Noelia) estoy viendo manos muy cansadas de trabajar. El Señor dice, que Él va a compensar las manos trabajadoras, Él está mirando cuánto te duelen tus manos. Estoy viendo el dolor de tus manos por causa del trabajo. Yo (Noelia) estoy viendo a alguien que amasa con sus manos, que prepara alimentos para vender y sus manos le duelen, las articulaciones están sufriendo por causa de ese trabajo manual. Veo a alguien que está buscando formas de tratar a sus manos para que encuentren descanso, y que no le duelan tanto.
El Señor dice: Hijita, estoy viendo ese dolor en tus manos y traerá recompensa, porque a veces, no hay otra manera de obtener lo que uno necesita, sino a través de la aflicción y el sufrimiento. Las cosas más valiosas son las más difíciles de obtener muchas veces. Las cosas que más cuestan son las que más valoramos.
El Señor en este tiempo le está enseñando a un pueblo entendido a ganarse sus cosas, a cuidar lo que Dios le da y a defenderlo para que el enemigo no se lo robe. El Señor dice que hay cosas que a ustedes les está costando sudor, son duras de obtener. Yo (Noelia) veo a un hombre que le cuesta el trabajo, él siente que se desgasta, llega a su casa muy cansado, el trabajo lo agobia, pero sabe que tiene que hacer ese esfuerzo para conseguir lo que necesita y lo que quiere. Dice el Señor, a veces hay que apostarlo todo, darlo todo para conseguir aquello que es tan preciado. Para todos aquellos que están tan cansados por causa del trabajo, Él también lo dio todo para obtenerlo todo.
El Padre dice que Él también entregó lo más preciado que tenía, que era su Hijo, para obtener lo más preciado que quería, que somos nosotros. Yo veo la aflicción de mi pueblo, Yo sé lo que significa darlo todo, porque Yo mismo, di a mi propio Hijo para ganarlos a ustedes. Yo (Noelia) veo que nosotros somos como un trofeo para Él, pero en el sentido de que alguien para ganar una carrera y obtener ese trofeo, para salir en el primer puesto de esa maratón, tiene que entrenar diariamente, alimentarse bien, concentrarse para poder lograr un nivel mayor y obtener ese trofeo. En esa maratón, ese primer lugar, la persona tiene que esforzarse, tiene que haber cierto sacrificio para obtener ese galardón.
El Señor le habla hoy a su pueblo sobre la importancia del sufrimiento y la aflicción, porque solamente atravesando ese valle de dolor y aflicción se llega a la tierra donde uno tiene que llegar.
A veces no queda otra que pasar, por ese dolor agudo para obtener lo que quieren. Así como es esa persona, ese atleta que entrena, para poder lograr ese primer puesto y obtener ese trofeo. Le duelen las piernas, está cansado, quiere abandonar el entrenamiento, dejar la carrera, se cae y se tiene que volver a levantar, pero no renuncia a ese camino porque sabe lo que quiere y lo quiere obtener a toda costa. Así como este atleta que estima de tanta importancia y valor, esa copa que le dan al que gane esa carrera y llegue primero. Cuánto más, los estimo a ustedes, valiosos como para haber entregado a mi Hijo a que muera de esa manera para ganarlos a ustedes.
Tienen que entender que las cosas más valiosas cuestan. Hay lágrimas de por medio, sufrimiento, dolor, espera, y una paciencia que tiene que ser desarrollada, dice el Señor. Pero una vez pasado por ese valle, ustedes saben que va a salir la luz.
Hijitos, resistan, dice el Señor, porque los estoy preparando para que puedan ser dignos de terminar esta carrera. Aprendan a convivir con el dolor de pagar ese precio, que no será para siempre, porque esta vida es momentánea, efímera, corta a comparación de la vida eterna, donde ya no habrá más lágrimas, dolor, sufrimiento, porque ya habrán obtenido ese premio. Hijitos, resistan.
[Filipenses 3:14] Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Dice el Señor, ahora que se sienten tan cansados y abatidos, en estos momentos donde sienten que sus piernas se doblan y que no pueden más, que no van a poder seguir caminando, se van a desmayar de ese cansancio. Concéntrate en esa meta, en ese premio, visualiza ese galardón, como si ya lo tuvieras en tus manos.
Sigan esa carrera por fe y no por vista. Creyendo, que Yo los voy a ayudar a terminar, porque estoy ahí empujándolos, cuando ralentizan su velocidad. Estoy ahí, levantándolos cuando se caen, dándoles un vaso de agua cuando se les seca la boca.
Hijitos, resistan, dice el Señor. Pero también entiendan que lo están haciendo por el premio supremo, que no tiene precio, por un premio que no se puede comparar con todas las riquezas del mundo, con todo el oro, todas las piedras preciosas, enfóquense en ese galardón de la vida eterna. Yo (Noelia) estoy viendo que muchos de ustedes, al sufrir tanto, se van desenfocando de la meta hacia donde iban caminando. Se olvidaron para qué están sufriendo, cuando tienen que pasar por esas situaciones.
[2 Corintios 4:17] Porque esta leve tribulación momentánea produce en vosotros un cada vez más excelso y eterno peso de gloria. No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven.
Me revela el Espíritu Santo que muchos de ustedes, se olvidaron de para qué empezaron a correr esa carrera. Se olvidaron de cuál era su meta, se distrajeron en el camino, empezaron a mirar para los costados, se dejaron llevar por atracciones que los detuvieron, tomaron decisiones equivocadas y entonces, algunos están sufriendo más de lo que deberían estar sufriendo por causa de esas decisiones, por no preguntarle al Señor y hacerle caso a los hombres antes que a Dios, por causa de la egolatría, la idolatría a uno mismo y muchas cosas más.
[Romanos 8:18] Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.
Ustedes se están olvidando de lo que dice la Biblia, dice el Señor, se están enfocando en el sufrimiento, haciéndolo un ídolo, porque hasta eso puede pasar, ese tipo de idolatría existe en los hijos de Dios, de comenzar a aferrarse tanto al sufrimiento y a enfocarse tanto en el dolor, que se olvidan del gozo del Espíritu Santo, se olvidan de lo que nos espera después de este camino de la fe en esta tierra, de la gloria venidera, de ese galardón.
Hijitos, deténganse, deténganse a pensar. Despierten, lávense la cara, y redirijan su mirada a donde tienen que mirar, porque la copa se ve desde lejos, pero es decisión de ustedes si la quieren seguir yendo a buscar o no.
Hijitos, tengan fe, porque Yo los sostengo. No es cierto que no van a poder terminar, que es mejor desertar. Algunos piensan realmente en tirar todo a la borda y volverse al mundo, creyendo que eso es mejor que seguir corriendo esta carrera hasta obtener el premio, cueste lo que cueste.
Muchos de ustedes, dice el Señor, le ponen ganas para terminar, para hacer lo mejor que puedan en un trabajo, se esmeran, van muchas horas, incluso extras, cumplen con lo que sus jefes les piden y tratan de hacer más, porque quieren escalar en esa posición laboral, quieren destacarse en esos trabajos, obtener aumentos de sueldos, ser gerentes o tener un puesto más alto que el actual. Muchos de ustedes esmeran en esa área.
No se dan cuenta de que esas cosas son limitadas y están poniendo su energía en algo que es pasajero, se están avejentando buscando escalar de posición en sus trabajos, en vez de hacer tesoros en el cielo, se están distrayendo, dice el Señor. En vez de trabajar para obtener recompensa en el reino de los cielos, la cual no es pasajera, no desaparece, no se gasta, sino que será una recompensa eterna y que nadie les va a poder quitar de las manos, en vez de esa recompensa, ustedes se están concentrando en las cosas terrenales. Perdieron el foco y el primer amor, empezaron bien, enfocados, sabían que el camino iba a ser difícil, pero después, una vez recorrido un poco de ese trayecto, se arrepintieron de haber empezado a correr.
[Apocalipsis 2:4-5] Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré a ti y quitaré tu candelero de su lugar, si no te arrepientes.
[Mateo 6:19] No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, o donde los ladrones minan y hurtan.
Muchos de ustedes van por los tesoros terrenales y no los celestiales, están apostando toda su fuerza, todas sus fichas, sus talentos, no solo en tesoros terrenales, sino títulos terrenales, escalando en sus carreras, sus trabajos.
No están mal, pero para muchos, los trabajos se han convertido en sus dioses, en sus ídolos, y se han olvidado del Señor, y después dicen, ¿pero por qué me cuesta tanto seguir en la carrera de la fe? ¿Por qué no tengo fuerzas, no tengo ganas, no me puedo levantar? Es que no dedican tiempo a las cosas espirituales, están afanados con las materiales, dice el Señor.
Hijitos, despierten, reenfóquense, están decayendo. Yo (Noelia) veo un tenista que en su momento era el número uno, ganaba las competencias, vivía para eso, entrenaba permanentemente, su alimentación estaba basada para que su físico pueda resistir ese entrenamiento, los partidos, los campeonatos, o torneos.
Este tenista tenía su mente dedicada a pensar en su profesión constantemente, era total, consagrado a esa actividad, era el número uno del mundo, pero de repente se empezó a desviar, dejó de entrenar como lo venía haciendo, se debilitó, descuidó su alimentación, su atención, ya no le daba importancia a los trofeos, a ganar los torneos, ya no lo veía como lo más preciado de su vida, obtener el primer lugar en lo que hacía, y el Señor está dando este ejemplo, porque muchos de ustedes están en este estado, están perdiendo el interés en las cosas del reino y este es un llamado de atención, ¡SOS, alerta roja! Te estás entibiando y dice la Biblia que a los tibios los vomitaré de mi boca.
[Apocalipsis 3:16] Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Estos son tiempos totales y no parciales. Estos son tiempos de decisiones al 100% y no al 50% porque dice la Biblia más el que persevere hasta el fin, este será salvo.
[Mateo 24:13] Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.
Hijitos, dice el Señor, los que están tibios, suban la hornilla, caliéntense, por mis cosas, están desinteresados, como cuando una pareja se conoce y están sumamente enamorados, interesados en cada detalle, pero a medida que pasa el tiempo, empiezan a perder el interés el uno por el otro. Perdieron el primer amor, no lo cuidaron, no se atendieron, dejaron de prestarse atención, se desenfocaron el uno del otro. Al principio lo único que querían era estar juntos, pero con el tiempo, se empezaron a aburrir de ellos mismos y cualquier otra actividad era mejor que estar juntos, cualquier excusa les venía bien para separarse el uno del otro, así están conmigo, y los quiero todos para Mí.
Hijitos, estos son tiempos de cambios, recapaciten, vuelvan a enfocarse, están fríos, algunos ya ni se acuerdan de lo que es sentir la presencia del Espíritu Santo y eso es grave, no es normal, no debe suceder, es una señal de que están en peligro.
No subestimen, el alejarse demasiado del camino, porque el Padre de familia aún espera a que el hijo pródigo regrese, aún tengo los brazos abiertos, dice el Señor. Pero tómenme en serio, hijitos, tómenme en serio. Algunos de ustedes piensan que con 10 minutos de leer la Biblia o de orar, con eso ya compraron lo que necesitan de Dios, piensan, bueno voy a orar 10 minutos, voy a leer 10 minutos para que me sane mi enfermedad, no lo hacen porque lo anhelan, lo buscan, lo necesitan, lo aman con el corazón, la mente, las fuerzas, con todo lo que son, sino que lo hacen por conveniencia.
Yo (Noelia) escucho la palabra «tibieza, tibieza» y veo a una persona que toma un té o un café, y está tibio, pero esa bebida se toma caliente, no es rica en esa temperatura. Dice el Señor, así como a ustedes no les gusta tomar estas bebidas en una temperatura que no es la que desean, Yo también voy a escupir este tipo de tibieza de mi boca, cuando quiera entrar. Las cosas espirituales se toman en serio, y muchos de ustedes se manejan en la carne.
Este es un tiempo tremendamente activo en lo espiritual y ustedes se siguen manejando por la carne, dice el Señor. Vuelvan, vuelvan a la senda antigua, vuelvan a entusiasmarse con mi Palabra, pero no esperen a que venga alguien más a entusiasmarlos con ella, porque mi Palabra en sí es demasiado buena para necesitar a alguien más para que los entusiasme. Mi palabra en sí es 100% eficaz y no necesita de nada, ni de nadie más, para entusiasmar a alguien, si realmente la persona está despierta y entiende el valor de leer la Palabra.
[Jeremías 6:16]Así dijo Jehová: Estad en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino; y andad por él, y hallaréis descanso para vuestras almas. Y dijeron: No andaremos en él.
Deténganse, dice el Señor, deténganse para observar en qué estado espiritual están. Pongan una pausa a lo que vienen haciendo y búsquenme de verdad, amen la Palabra, atesórenla, escudríñenla, abrácenla.
Hijitos, conviértanse en enamorados de la Palabra, porque ahí estoy Yo, ahí me pueden conocer y encontrar. Búsquenme en la Palabra, Yo me voy a revelar a través de ella. Hijitos, tomen conciencia que muchos de ustedes tienen sus Biblias juntando polvo como un adorno en sus casas y después se quejan del estado espiritual en el que están, de los problemas que tienen, de que no pueden sobrellevarlos porque no tienen la fuerza para hacerlos.
[2 Timoteo 3:16-17] Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Amen la Palabra, ámenla cada día, coman de ella, es el alimento que les he dejado, pero muchos de ustedes están desnutridos porque no comen de la Palabra, se sienten débiles, están enfermos por no leerla, si es medicina, están perdidos porque no la escudriñan, se sienten tristes porque no encontraron gozo en su lectura y en encontrar los tesoros escondidos que ella tiene.
[Mateo 4:4] Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
[Salmos 119:105] Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Muchos de ustedes me piden revelación, revelación, y ni siquiera entendieron los misterios escondidos en la Palabra.
[Proverbios 3:8] Y será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.
Esa es la Palabra, hijitos, estos son tiempos peligrosos, determinantes, extremos, estos son tiempos para estar despiertos y no dormidos, para tener los ojos abiertos y no cerrados, para entender y no para estar confundidos. Este es un tiempo que requiere claridad y no caminar en tinieblas, ver y no hacerse los ciegos, tiempo de escudriñar la Palabra y defenderse a través de esa espada. Estos son tiempos tremendos, hijitos, dice el Señor.
Ustedes no tienen idea de lo que viene, no se lo pueden imaginar porque parecen cosas de películas, son cosas realmente impactantes las que vienen al mundo. Y ustedes siguen entre la pampa y la vía, así se dice en Argentina, y ese es el dicho que el Espíritu Santo me trae ahora: ‘entre la pampa y la vía’, es decir, sin decidirse ni por una cosa ni por otra.
Están perdidos, hijitos, dice el Señor, sin la Palabra están ciegos, sus ojos están oscurecidos, porque ustedes pueden ver y discernir a través de ella la verdad del error.
[1 Reyes 18:21] Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.
Decídanse, dice el Señor; yo (Noelia) estoy viendo tres tipos de personas: están los fríos a la izquierda, los tibios en el medio y los calientes a la derecha. Son tres tipos de personas. Los de los dos extremos están decididos, los calientes y los fríos ya tomaron su decisión, utilizaron el poder de la decisión y están en uno de los dos extremos. Pero los que están en el medio, me dice el Espíritu Santo, están jugando con las cosas espirituales, como cuando uno juega a la ruleta rusa y dice: ‘Bueno, voy a tomar esta decisión para ver qué pasa’, y no saben que están jugando con el diablo, porque al diablo le gusta jugar a la ruleta rusa, le gusta ese tipo de suertes demoníacas y que la gente tiente a Dios para que él responda y no Dios.
El diablo utiliza tu tibieza para desarmarte y después encima te miente, haciéndote creer que la culpa la tiene el Señor, cuando en realidad nunca te decidiste por la derecha o la izquierda, al menos, pero nunca te jugaste por nada. Este es un tiempo para que te decidas, el Señor te está dando más tiempo para hacerlo. Hasta acá viniste en el medio, fuiste tibio, tranquilo, en el sentido de inactivo.
[Mateo 4:7] Jesús le dijo: Escrito está: No tentarás al Señor tu Dios.
Los tibios tientan a Dios. El Señor te dice hoy: ‘Yo te llamo, pero te llamo en primer lugar a que decidas de una vez, si vas a seguirme a Mí o a las riquezas, vas a consagrarte a Mí o al mundo.’ Este es un tiempo de decisiones drásticas, y el Señor está llevando a la parte de su pueblo que está tibia contra una pared, un callejón sin salida, para que no tenga otra opción que tomar una decisión.
Está tratando específicamente con los tibios, con los indecisos, los no comprometidos, los que todavía no se quieren casar, porque yo (Noelia) estoy viendo una persona que esquiva el matrimonio, quiere estar en pareja, pero no quiere casarse, y cuando le muestran un anillo, se lo saca del dedo porque le tiene terror al compromiso, esa persona que no quiere entregarse en el casamiento, no sabe lo que es el sacrificio, porque Jesús se entregó en sacrificio vivo por nosotros, para obtenernos, para comprarnos con precio de sangre.
El que no se quiere casar, se ama demasiado a sí mismo como para entregarse a esa persona en un pacto para siempre, le tiene terror a entregarse como un cordero que van a sacrificar, porque así se siente, esquiva los pactos, no le gusta comprometerse, dice, a mí me gusta ser libre, hacer lo que quiera. Lo mismo hacen ustedes, dice el Señor, quieren seguir solteros, quieren estar como de novio conmigo, pero sin casarse conmigo.
Por eso, muchos de ustedes están soñando que les dan un anillo de matrimonio, porque el Señor les está llamando a comprometerse con Él, a casarse con su Dios, a entrar en este pacto verdaderamente y para siempre.
Dice el Señor, hijitos, entiendan las cosas espirituales, porque mi pueblo perece por falta de conocimiento. Mi pueblo perece por falta de compromiso. Mi pueblo perece porque el que está en el medio, entre estos tres tipos de personas (fríos, tibios, calientes), son los indecisos, los miedosos, que no se comprometen por miedo, entre otras cosas, que dicen sentirse más seguros ahí, sin tomar decisiones drásticas, no se tiran a la pileta, en el sentido de la fe, no quieren dar un salto de fe para que puedan crecer, no solamente comprometerse con el Señor y tomar la decisión de ir hasta el final para obtener esa copa de la que hablaba el Señor, no solo eso, sino que no se la juegan por nada, tienen miedo, son cobardes, prefieren estar ahí, guardados, según ellos creen, sin jugársela ni por la izquierda o la derecha.
[Oseas 4:6] Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
Dice el Señor, pero en realidad son ovejas expuestas al enemigo, porque los tibios son fáciles para el lobo de comer, los tibios son para el enemigo, nunca le terminan de pertenecer al Señor, porque no están comprometidos con la derecha o la izquierda, están en el medio de las dos cosas, entonces, a veces son parte del Señor y otras veces son parte del diablo, son en parte del reino de los cielos y en parte del mundo. Los tibios están como partidos al medio, divididos en dos. Yo (Noelia) veo una persona que está partida o dividida en dos, de un lado está blanco y de otro está negro, y la persona tiene los brazos extendidos al costado, y como si el Señor le tirara el brazo de un lado porque quiere que sea de Él, pero el diablo también está del otro lado y le tira el brazo para tenerlo.
Los tibios todavía están en una lucha en sus almas, por eso tienen tantos ataques, les va tan mal en todo, están constantemente atacados, porque el tibio está mitad para un lado y mitad para otro lado. Eso es como alguien que tiene un pie en un lado y un pie en el otro y piensa que puede seguir así para siempre sin tener consecuencias, conflictuado por dentro. Por unos meses están en los caminos de Dios, bien comprometido, en fuego, entusiasmado y después cambia y está más en el mundo que en las cosas del Señor.
Los tibios son llevados para un lado y para otro como una onda del mar, porque también son de doble ánimo, porque el decidido va por un camino, por más que tenga dificultades, se pueda caer, golpear, volver a levantarse y todas estas cosas. Pero al menos está decidido, y eso le trae paz. Quien ya tomó una decisión, está más tranquilo porque sabe lo que quiere, no está constantemente de un lado para otro como un barco que no tiene timón. Así son los tibios, como un barco que no tiene timón.
Dice el Señor que en este tiempo los vientos demoníacos van a soplar tan fuerte, cada vez más fuerte, a medida que los dolores de parto se incrementan, que los barcos que no tienen timón, que representan a las personas tibias que no se juegan por el Señor, que no se comprometen, le obedecen, no le sirven, no caminan acorde a su Palabra en esas sendas antiguas, ni siquiera lo confiesan, que no confiesan su nombre, o solamente creen, pero nada más, ellos son como un barco sin timón.
Los vientos demoníacos en este tiempo van a soplar más fuertes que nunca y van a ir en incremento como una tormenta que va ganando fuerza, y a los que más va a afectar este viento demoníaco es a los tibios, a los barcos sin timón. Tengan cuidado, dice el Señor, porque el que no junta conmigo desparrama y el que no está conmigo está contra Mí. No se confundan, porque que no hagan daño, no quiere decir que no estén contra Mí, porque muchos de ustedes dicen: Bueno, pero yo soy una buena persona, no le hago mal a nadie y con eso alcanza. Con esa excusa de que, según su propio juicio, no le hacen mal a nadie, no se la juegan por el Señor, no van con todo en las cosas de Dios, siempre lo que hacen es a medias, es hasta una cierta distancia, pero no van más allá de eso.
[Mateo 12:30] El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Creen, pero no caminan en el poder de Dios, no cumplen con toda justicia, algunos ni siquiera quieren ser bautizados en el agua o no le dan importancia al bautismo del Espíritu Santo, a nacer de nuevo, no se sumergen en la palabra del Señor, en las aguas de la Palabra, no tienen ni idea de cómo habla el Espíritu Santo o si les habla no le hacen caso, porque tienen miedo, no quieren jugársela, son cobardes y un montón de cosas.
Muchos de ustedes están confundidos, porque según su criterio son buenas personas, trabajan, hacen lo que tienen que hacer en la vida normal, creen en el Señor, a veces hasta leen la Biblia y hacen alguna que otra oración o van a la iglesia, y porque asisten piensan que tienen la salvación comprada, la vida para siempre.
Pero el Señor nos requiere 100%, y el que cree que solamente con ser buena persona, en su criterio, y no hacer a propósito mal a nadie, trabajar, mantener a su casa, ocuparse de su familia y estas cosas, y no se juega por el reino de Dios, no se pone a disposición del Señor con toda su alma, cuerpo, mente y fuerzas, si no se dedica a amar a Dios como Él lo requiere, como Él es digno de ser amado y corresponde, esa persona no está con Él, indirectamente pasa a estar contra Él, porque no está recogiendo, trabajando y aportando al Reino de los cielos. Es como un cero a la izquierda, un número que no suma valor. Así es el tibio, como este número, no aporta nada, no agrega, modifica, suma, ni siquiera cambia ni para un lado o el otro. Pero esa tibieza, esa pasividad, porque el tibio es pasivo. Al no estar sumando, es como si restara al reino de los cielos, así lo ve el Señor.
[Apocalipsis 3:15-16] Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente; ojalá fueses frío o caliente. Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Lo que dice Apocalipsis, es literal, así lo dijo el Señor, como cuando alguien se toma un café frío o tibio, y se pone horrible, cuando se da cuenta, a veces hasta lo puede escupir de su boca porque no le gusta, el Señor va a escupir a los tibios de su boca, los va a vomitar, los va a expulsar, porque Él no te quiere a medias, Él quiere el 100% de lo que eres, de tu vida, de tu amor. Él es celoso de los suyos, Él nos ama con un celo apasionado, nos compró a través de la sangre que le chorreaba de sus manos, sus pies, y la corona de espinas, Él ya no sentía su cuerpo del dolor en esa cruz para obtenerte no a medias, sino al 100%.
Él es como un esposo que quiere que su esposa le sea fiel y algunos de ustedes quieren que sus esposos sean fieles, le reclaman al esposo la fidelidad, cuando en realidad ni ustedes mismos son fieles con Dios. Quién quiere casarse con un cero a la izquierda, que ni siquiera te muestre su amor, sino que anda jugando y buscando otras cosas, que en vez de mostrarte interés, te muestre desinterés, te haga sentir que no existes, que no vales, que no eres suficiente. ¿Quién quiere casarse con una persona así?, así se siente el Señor con todos ustedes, los que son tibios con Él, con su compromiso con las cosas espirituales. El Señor en esta noche demanda tu atención, quiere que lo mires porque es mucho el interés que Él siente por ti.
Le saliste muy caro como para que te comportes como un hijo del diablo, costaste sudor, lágrimas, sangrado de un Santo, sin mancha, ni culpa, es un precio incalculable, es un precio demasiado alto que se pagó por tu alma y tú estás jugando con las cosas espirituales.
El Señor dice que vuelvan a Él, acérquense al Espíritu Santo, a su fuego, para que Él los vuelva a encender, porque los anhela celosamente. El Señor quiere abrazarte, pero no como alguien que te falsea ese abrazo, como un amigo que te saluda con un abrazo, pero en realidad por dentro te está rechazando, y no te puede ni ver o siente cosas malas sobre ti. El Señor quiere abrazarte fuertemente, quiere que le pertenezcas, Él quiere decirle a todos sus ángeles: miren, tal persona es mía, me pertenece.
Él quiere poder hablar así de ti y a veces no puede, ni los ángeles te conocen porque no se sabe de qué lado estás. Caliéntate por el Señor porque vale la pena. Él te está esperando, porque, veo un fuego encendido cerca del trono, como dice el libro de los profetas, sobre un altar con fuego y carbones. Si tú decides acercarte a Él, el Señor te va a dar de este fuego para que te vuelvas a calentar, para que ya no te sientas vacío porque la tibieza provoca vaciamiento, provoca una sensación contraria a la plenitud, como si uno se convirtiera en un zombi, camina, vive, habla, trabaja, va de acá para allá, pero la vida no tiene sentido cuando uno no se juega por lo que quiere. El Señor está buscando almas apasionadas por Él.
[2 Samuel 22:13] Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones ardientes.
[Isaías 6:1-7] En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
Muertos en vida, así se sienten los tibios, sin sentido, sin propósito, en una vida superficial, como si fuera un escenario donde uno actúa, pero no es real. Después sienten que les falta algo cuando dejan de actuar. Así que el llamado para ustedes, los que están en esta posición, es tomar una decisión, salgan de ese lugar de tibieza, elijan para uno de los dos lados, pero elijan, juégate por una cosa o por la otra. Elijan, vayan por algo al 100%, pongan toda su intención y corazón en los caminos del Señor, pídanle que les dé amor, interés, que los despierte, los reanime y no una vida monótona.
El Señor dice: hijitos, decídanse, decídanse; el Señor está buscando gente apasionada, que se decida por Él, que se la jueguen por Él, 100% de todo corazón.
Por más que cometan errores, les cueste, les duela, y sea difícil, porque eso va a ser igual en cualquier camino, nada más que en el camino de Él vas a tener la fuerza para superar esos obstáculos y en el otro no, si tú decides por Él, calentarte por Él y ya no ser tibio, las cosas van a ser difíciles igual, pero sabes que vas a ganar la vida eterna, que hay un galardón después de eso, que es un momento de sufrimiento que no va a durar para siempre, y lo que viene después de eso va a ser una gloria indescriptible para siempre y por siempre.
En el otro camino, de los fríos, no hay una esperanza después de eso, solamente tinieblas, más dolor que el que sientes ahora, más depresión, angustia, ansiedad, desamor, perdición, eternamente y para siempre. Decídanse, dice el Señor, los espero, los espero, y en este tiempo, el diablo anda cazando almas, tentando a los tibios, porque sabe que están débiles, tienen miedo, son cobardes, y todas estas cosas que nombré antes.
El diablo anda en busca de los tibios para reclutarlos, porque estos, cuando viene la prueba, desisten, no son capaces de sostener la fe en Cristo Jesús. Los tibios, cuando vienen tribulaciones, persecución, pruebas difíciles, ahí es donde se muestra que estaban tibios, porque no pueden pasarlas, no se sostienen en las creencias que tienen, niegan a Jesucristo. Los tibios no son capaces, ni lo serán, de resistir los dolores de parto que vienen, porque al no estar tan cerca del Señor como deberían, no reciben la fuerza y la protección que van a necesitar para lograrlo exitosamente, no van a resistir.
Los tibios no tienen resistencia, los calientes sí, hasta los fríos tienen resistencia para lo que deciden, pero los tibios no, son débiles, se caen de la nada. Son como un papel que es fácil quemar y que queda en las cenizas, me dice el Señor.
Así que este es el llamado, caliéntate por el Señor, vengan todos a esta fogata, porque hay lugar para todos, antes de que venga el adversario y los haga caer en la trampa que ya tiene preparada para los que se van enfriando, porque dice la Biblia que el amor de muchos se enfriará en los últimos tiempos, y hay gente que estaba caliente que se está dejando entibiar, y después de la tibieza viene el frío. Una vez que saliste de la zona caliente y te quedaste en la tibia, es muy fácil, es solamente un paso pequeño de entrar en la parte fría. No te engañes.
[Mateo 24:12] Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
Se están enfriando, muchos de ustedes, cuidado, atiendan sus vidas espirituales. Somos alma, cuerpo y espíritu, y algunos de ustedes solo se están ocupando del cuerpo, de la provisión, del trabajo, de las casas, de los quehaceres cotidianos, algunos se ocupan del cuerpo y del alma, pero no del espíritu. Somos tres, un ser con compuesto de estas tres partes, y nos tenemos que ocupar de las tres, porque el diablo viene para atacar las tres partes. Si no entra, por un lado, va a entrar por el otro.
Si no logra tirarnos por una de esas tres partes, va a intentar por otra, todo es importante, y algunos de ustedes están descuidando las vidas espirituales.
Hijitos, dice el Señor, vengan al fuego, a esta hoguera a calentar las manos frías. Denme sus corazones al 100%, para que encienda esa llama que una vez ardía, pero que dejaron apagar, y una vez que la vuelva a encender, la tienen que defender y mantener encendida. Los que se desviaron, vuelvan al camino, los que se olvidaron del galardón, recuerden ese trofeo que aún los está esperando. Los que dejaron de entrenar en la carrera, vuelvan al entrenamiento, aún hay oportunidad, mientras estén vivos, de volver a la senda correcta, enderecen sus pasos.
Algunos de ustedes tienen pasos torcidos, juzguen sus vidas por los frutos que están llevando, tomen una decisión, porque en este tiempo decisivo, vuelvo a repetir, el Señor los va a llevar a un callejón sin salidas a muchos que no se están decidiendo, que están en tibieza, verán camino sin salida, para que estando allí no tengan otra opción que decidir por la derecha o la izquierda.
El Señor los va a colocar en una posición donde tengan que tomar una decisión, donde tengan que abrir sus bocas para confesar al Hijo de Dios, o no, lo que ustedes quieran hacer.
Están alertados, y no tengan miedo de acercarse a Mí, dice el Señor, no teman, no tengan miedo de acercarse a Mí, teman cuando se alejan de Mí, es allí cuando deben temer, porque cuanto más se alejan de Mí, más en oscuridad entran. Y ustedes saben quién es el amo de esa oscuridad y tinieblas, acérquense, no me tengan miedo, los quiero ayudar, Yo les voy a mostrar lo que tienen que hacer para volver a ponerse en estado, no renuncien, hijitos, no renuncien, no sean desertores de la fe, vuelvan a enrolarse en el ejército celestial.
Ustedes saben que el que se enrola en el ejército renuncia a su vida para servir. Recuerden, lo que dice la Palabra, porque también está el problema de que a muchos de ustedes se les predicó palabra tibia y comiendo de eso día a día se entibiaron, pero dice el Señor, vuelvan a leer la Palabra, escuchen a gente apasionada que les imparta el fuego del Espíritu Santo, ayunen hasta encontrarme, hasta que Yo me revele a ustedes, háblenme que los escucho, anhelo escucharlos. Pónganme primero y no de último.
[2 Timoteo 2:4] Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
Los anhelos celosamente, dice el Padre. Y recuerda, es muy alto el precio que pagué para obtenerlos, sean míos, los quiero todos para mí, acérquense más, comprométanse conmigo, porque Yo quiero el bien para ustedes y no el mal, tengan esperanza y fe, porque va a ser por mi fuerza que van a poder resistir y volver a ponerse en el estado en el que estaban antes, o en el que deberían estar. Resistan, los hice resistentes, aunque ustedes no lo crean así, pero tienen que estar sostenidos por Mí, pegados en la vid. Si ustedes se desconectan de la vid, dejan de recibir esa savia de vida por el Espíritu de Dios.
Obedézcanme, dice el Señor. Pero porque me aman, no porque les diga que lo tienen que hacer. Conózcanme para que entiendan, por qué tienen que obedecerme, y no lo hagan por cumplir con reglas vacías. Quiero bendecirlos, los quiero maravillar, sostener y reanimar. Déjense pulir, por más que duela, porque también los quiero hacer brillar. Entréguense a Mí, pero completamente y no parcialmente, porque Jesús no entregó solamente un brazo de su cuerpo, entregó su cuerpo completo, y Yo también los quiero completamente y no una parte. Vengan a mí que los espero celosamente y los anhelo con todo lo que soy, amén.
Yo (Noelia) veo a alguien que ama mucho a sus hijos y uno de ellos se fue de viaje, y esta madre anhela reencontrarse con él y abrazarlo, decirle cuánto lo ama y extraña. Esta madre que hace rato no puede ver a su hijo, pero ella piensa: Cuando lo vea, lo voy a abrazar tan fuerte, para que sienta cuánto lo amo, lo extrañé y lo pienso. Así te anhela el Señor, así te espera, con ese amor, paciencia y pasión.
Te pido, Padre, que pongas una decisión, que pongas el querer como el hacer, el buscarte y amarte, y entregarse 100% Señor, que a los que están soñando que se casan, que están en una boda, o que están con vestido de novia preparada, o con traje para casarse si es hombre, que les reveles lo que significa el pacto con Jesucristo.
Que los ayudes a decidirse, Señor, de entregarse completamente a Ti, como Tú te entregaste por nosotros. En este momento, destruimos y hacemos caer por tierra toda brujería, todo trabajo satánico, que atan a estos hermanos, y no pueden acercarse más a Ti, no pueden entregarse a Ti, todo bloqueo, toda barrera, ahora se destruye en el nombre de Jesús.
Veo lazos de amor que Tú mandas a algunos de ellos que son tímidos de acercarse a Ti, Tú los vas a llamar con lazos de amor. Esos estoy viendo, que el Señor los llama con lazos de amor, suavemente a estos vasos frágiles, para que no se rompan en el camino, porque Él sabe cómo tratarte, de acuerdo a cómo seas. Gracias Señor, por tu misericordia, perdón, paciencia y amor.
Padre, bendícelos, dales revelación de tu Palabra escrita, amor por tu Palabra, derrama de tu Espíritu sobre todos ellos, contagia la pasión que tenía Elías, por Ti, por tus cosas, como Samuel, el amor e interés por las cosas celestiales, que tenían estas personas a las que usaste grandemente por causa de esa entrega.
Imparte, Señor, ese fuego que tenía Jeremías, que no lo podía esquivar, evitar, menguar, esconder, ese fuego que lo llamaba a hacer lo que le pediste, en el nombre de Jesús, Señor, destruye todo espíritu de falsedad ahora en mis hermanos. Porque algunos de ustedes saben que estoy viendo que son falsos, muestran como si les interesaran las cosas de Dios, pero no es cierto. Van a la iglesia y se hacen los interesados, los entretenidos, los que aman esas cosas, pero en realidad no es así; aprendieron a actuar, son falsos, ponen una careta cuando están en frente de un hermano, o en una congregación, pero después, cuando están solos, se quitan la careta, pero el Señor los ve detrás de esta y es preferible que sean fríos y no tibios, que muestren la verdad de lo que piensan y no que finjan delante de los ojos de Dios.
El Señor odia la hipocresía, la odia, detesta la falsedad, la doble cara; por eso dice la Biblia, porque no eres frío ni caliente, sino tibio, te vomitaré de mi boca. Padre, te pido que destruyas todas esas caretas, que les enseñes a los hermanos a caminar en la verdad, Señor, que se muestren tal como son y que a partir de esa honestidad los ayudes a mejorar y les coloques en el corazón lo que hoy no tienen, porque todas las cosas son posibles para Ti.
Gracias Señor, por esta palabra sobre la tibieza. Si algún fuego impartiste en nosotros, impárteselo a ellos, en el nombre de Jesús, imparte este fuego, amén.
Les mandamos saludos, acá Noelia de Argentina y mi esposo y pastor Mándala, quien está aquí con nosotros, compartiendo muy ricamente este tesoro de las Escrituras, mientras el Espíritu Santo habla la palabra profética. La gloria sea para el Señor por todo, y ahora, a moverse, no sean oidores olvidadizos, sino hacedores de la Palabra, pongan en práctica, escudriñen, arrepiéntanse y pídanle ayuda al Señor, hagan lo que tengan que hacer, porque el tiempo es corto y los días son malos. Amén.