El Señor te bendiga. Por lo visto, muchos de ustedes están muy cansados, faltos de fuerzas, faltos de un empujón de parte del Espíritu Santo para poder continuar con este camino áspero, doloroso, difícil, pero que nos lleva a la gloria.
El Señor hoy me ha dicho: «Hija, imparte fortaleza a los míos a través de mi Espíritu, a través de la palabra que te voy a dar» porque esa es una de las cosas que hace la palabra del Señor, la profecía: Impartir cosas, y entre ellas fortaleza de lo alto.
[Isaías 40:31] Pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.
Una de las cosas que el enemigo quiere hacerte creer en este tiempo, es que te vas a quedar sin fuerzas, que no te vas a poder levantar más, de ese lugar donde te sientes tirado, como si te estuvieras arrastrando por el piso, porque ya no puedes más.
El enemigo de tu alma te miente y te dice: «¿Para qué vas a seguir si el Señor no está contigo? ¿Para qué vas a seguir si Él no te acompaña? Ves que no te fortalece, ves que te ha dejado solo.» Pero te miente, porque es el padre de la mentira, el destructor, el que vino a matar, a robar y a destruir. Pero el Señor, siempre está disponible para llenar tu vaso nuevamente de la fuerza del Espíritu Santo de Dios, porque me llega el versículo:
[Zacarías 4:6] Y respondió él y me dijo: Esta es la palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Hijito, a veces te sientes muy cansado, dice el Señor, porque no estás yendo por mis fuerzas, sino por las tuyas. Hay una parte de ti que todavía no ha entendido, que, si vas por tus propias fuerzas, en algún momento se te van a acabar. Pero si vas por mis fuerzas que te doy a través de mi brazo fuerte extendido, entonces nunca se te van a acabar, porque la fuerza que viene de mi fuente es inagotable. Es una fuerza que nunca se cansa, que nunca se termina, es una fortaleza inagotable que Yo te puedo dar si te dejas llevar por mi Santo Espíritu.
Por eso te dice el Señor: Sientes tus brazos tan agotados, tu mente tan estresada, tu cuerpo debilitado. Porque cuando uno va por su propia fuerza, es una cuestión de tiempo hasta que nuestro motor se rompa y está como empujando algo. Yo (Noelia) estoy viendo una persona que quiere empujar una carreta llena de cargas, pero lo quiere empujar solo, por su propia fuerza, pero dice el Señor: «Tienes que entender que no te alcanzan tus fuerzas, que tus fuerzas humanas, no van a ser suficientes, para poder resistir lo que estás pasando y lo que viene. Pero si le das lugar al poder de mi Espíritu en tu vida; esa carreta que ahora tú estás queriendo empujar solo, va a ser llevada por los caballos de fuerza de mi Espíritu».
Muchas veces he dicho que uno de los significados que tienen los caballos en las visiones y en los sueños (aunque no siempre es así), es la fuerza y el poder. Los caballos en fuerza representan poder, por eso se dice, por ejemplo: «¿Cuántos caballos de fuerza tiene tal auto?» Así que te dice el Señor: Si dejaras que Yo empuje esas cargas, que Yo lleve esa carreta, entonces te sentirías más liviano, menos cansado, tendrías un ritmo más saludable.
Yo (Noelia) veo que cuando nosotros hacemos las cosas por nuestras propias fuerzas, hay un ritmo que estamos llevando que no es saludable, continuo, equilibrado, sino que es un ritmo que se va cortando; porque en esta visión la persona quiere empujar esta carreta por su propia fuerza, intenta empujarla y ¡le cuesta tanto!, el esfuerzo es tan grande; que llega un momento que se cansa tanto, que tiene que frenar para recuperar las fuerzas perdidas.
Tiene que frenar para descansar, y cuando se recupera, lo intenta de nuevo y así este ciclo de empujar y descansar se repite. Entonces tiene que frenar cada tanto para recuperarse, nunca logra su cometido, que es llevar esa carreta continuamente solo. Eso es lo que pasa cuando uno no se deja llevar por el Espíritu Santo de Dios y quiere hacer las cosas por sí mismo.
[Job 39:19] ¿Diste tú al caballo la fuerza? ¿Vestiste tú su cuello de crines ondulantes?
Este versículo avala lo que vengo diciendo sobre el significado en muchos sueños, y visiones que tienen los caballos.
El Señor venía hablando sobre el ritmo de nuestra vida y de nuestras actividades. Muchos de ustedes aún no han aprendido a dejarse guiar plenamente por el ritmo del Espíritu Santo de Dios. Entonces están yendo por su propia fuerza, a hacer cosas que, sin la fortaleza que da el Espíritu Santo, los deja completamente cansados, estresados y no quieren más.
Es como cuando uno llega a un punto que está tan cansado que dice: «No quiero más esto, no quiero hacerlo más, no puedo más». Esa es una de las frases típicas de las personas que aunque conocen al Señor, le creen, están convertidos y nacidos de nuevo, no han aprendido cómo manejarse a través del Espíritu Santo. Y si no es Él el que te manda y vas por tu propia voluntad y decisión, entonces las fuerzas te van a faltar. Ese es otro de los motivos por el cual te sientes tan cansado.
Yo (Noelia) estoy viendo a muchos de ustedes que tienen ministerios en las congregaciones. Pero hay varios de ustedes, que Dios nunca los llamó a esos ministerios, sino que fueron los hombres los que te propusieron esas tareas, ese tipo de servicio. Y como no vas por el Espíritu de Dios, sino por el espíritu de los hombres, a concretar esas tareas, donde quizás hasta te ungieron, entonces estás operando en una carreta empujada por fuerza humana y no por la fuerza de Dios.
Ese es el problema para muchos de ustedes. Están cansados de servir en las congregaciones, pero en el sentido físico y espiritual, con falta de energía, de fuerzas, de fortaleza, se sienten agotados. Y una de las razones, es que Dios nunca te llamó a hacer esa tarea, sino que accediste a una propuesta de hombres, incluso cuando los hermanos, tenían muy buenas intenciones.
No los estamos condenando a través de esta palabra, sino que el Señor te quiere enseñar, que si no es Él el que te pone, no vas con una fuerza sobrenatural, protegido bajo su mano fuerte, no está su brazo derecho de fuerza extendido sobre tu vida para esa tarea, porque Él no te envió, y los hombres no son capaces de darte y sostenerte en el espíritu, cuando te faltan esas fuerzas para el servicio, si no es el Señor.
Pero si los hombres en tu congregación te llaman a cierto servicio o tarea, y eso viene de parte del Espíritu de Dios, porque Él te llama y te coloca en ese puesto a través de esas cabezas, entonces sí vas a contar con esa fuerza sobrenatural y no va a ser por tu fuerza, por ejército, por mandato de hombres, sino por la fuerza que te va a dar el Espíritu de Dios mientras realices esa tarea, porque cuando Dios llama, Dios fortalece y equipa.
Cuando es el Señor que te llama, directamente como le pasó a Pablo, presentándosele, así puede ser que Él te llame a hacer una tarea para su Reino, o puede ser que Él te llama a través de los hombres y hasta te unjan, pero por el Espíritu Santo de Dios, enviados siempre por Él. Ambas cosas son válidas, pero la base siempre tiene que venir del Señor, la fuente siempre tiene que ser por Él y no por los hombres.
El aval te lo tiene que dar el Señor, el título, si es que hay uno, como pastor, profeta, evangelista, apóstol, maestro, ayudante, o cualquier otro, tiene que venir de parte del cielo y no de la carne de los hombres. Y cuando esto no pasa es cuando te empiezas a desgastar, porque como no está el Espíritu que te va sosteniendo, tu carne se debilita, tu mente se estresa, te desgastas, te cansas, te aburres. Y esa es una de las señales de que ese llamado no vino de Dios, entre otras cosas.
El Espíritu Santo le está hablando esto a varios de ustedes porque tienen un deseo ferviente de servir, y eso está bien, pero la pregunta es ¿El Señor te llamó a servirlo o no? ¿Fuiste tú el que te subiste en ese púlpito sin que Él te llame? ¿Fueron los hombres los que te colocaron en ese puesto, sin habértelo confirmado el Señor? Esa es la pregunta que tienes que hacerte. Y si encuentras que ese llamado no vino de Él sino de los hombres, entonces aún estás a tiempo de cambiar tu dirección y retomar el camino que Él sí quería que camines, porque yo (Noelia) veo que algunos de ustedes están desviados, no es que están en pecado, sino que están equivocados, confundidos.
Están transitando en otro camino porque no se dan cuenta, porque pensaron que tenían un llamado, pero el Señor nunca los llamó o lo confirmó. Y el Señor sabe que muchos de ustedes están en ese camino errado, equivocado por ignorancia, pero dice el Señor, que si esta palabra, sientes que te cala lo profundo de tu corazón, que entra en tus entrañas y que algo se está conmoviendo adentro tuyo, generándote preguntas o dándote la respuesta que estabas esperando, que aún puedes volver de ese camino equivocado y retomar la senda por donde Dios quería que camines, porque si no retomas esa senda van a pasar muchas cosas. Como por ejemplo, además de sentirte cansado, estresado, sin fuerzas, debilitado, no vas a ver la gloria de Dios, porque donde no está el Espíritu de Dios, tampoco está su poder a manifestar.
No vas a sentir la libertad y el gozo que deberías sentir, sino que te vas a sentir cada vez más esclavizado, porque las tareas de los hombres esclavizan, pero las de Dios libertan.
Por eso dice la Biblia que donde está el Espíritu de Dios, allí hay libertad. No vas a ver señales, milagros, prodigios, sanidades; porque donde no está el Espíritu del Señor, se habita en un campo seco, en un desierto, sin agua. Y otra cosa que te va a pasar si no retomas ese camino por donde el Señor te quiere, que Él planeó para tu vida, te vas a aburrir, porque donde no está el Espíritu de Dios avalando lo que uno está haciendo, no hay sorpresas, no hay maravillas, es un ritmo humano y no Divino.
Es una diferencia demasiado grande y yo (Noelia) veo que ahora muchos de ustedes están entendiendo o comenzando a cuestionarse diciendo: «Capaz, esa es mi situación, porque todo lo que la hermana está diciendo es lo que a mí me pasa». Además, si no retomas esa senda por donde el Espíritu de Dios te quiere llevar, te vas a sentir estancado.
Hay mucha gente dentro, del cuerpo de Cristo que se siente estancado y dice, «¿Pero cómo puede ser? Si estoy en santidad, estoy orando, estoy leyendo la Biblia, estoy sirviendo, me congrego, evangelizo, cumplo con los deberes cristianos». Y quizás la razón de tu estancamiento es, que no vas por donde te quiere llevar el Espíritu Santo, sino por donde elegiste por tu corazón, o por donde te llevan los hombres, y por supuesto que tú aceptaste.
Dios hoy te habla para que vuelvas o le preguntes al Señor: «Señor, ¿será que estoy caminando mi propio camino? ¿Será que estoy haciendo lo que a mí me parece? ¿Será que acepté una propuesta que me hicieron mis líderes en mi congregación o esa persona que me esté ayudando en mi vida espiritual, pero no es eso lo que querías, que hago?» Yo (Noelia) te dejo esta tarea para que la ores y Él te va a responder, ya sea por sueños. El Señor te está dando sueños de que estás caminando un camino equivocado, pero quizás no los estás entendiendo.
El Señor te está diciendo, a través de los sueños, que tienes que salir de ese callejón sin salida. Por ejemplo, sueñas que te encuentras con un callejón sin salida. El Espíritu Santo (salvo por alguna razón muy especial) nunca te va a llevar a un callejón sin salida, a menos que quiera que finalmente tomes una decisión, con respecto a algo en específico. Pero si esto te pasa en tus sueños, quizás el camino que estás transitando es uno que elegiste tú, y no el Señor.
Otro de los sueños donde Él te quiera decir: Hijito, no es este el camino donde Yo quería que vayas», es verte manejando un auto, en una ruta, y tener problemas en ese viaje, que el auto se te quede, o que ese camino no era el que tenías que tomar, y tienes que ver el mapa para volver atrás y retomar el camino correcto. Hay muchas cosas que pueden pasar en los sueños.
Hay muchos símbolos que Él puede utilizar para decirte, «Hijito, este no es el lugar», y por eso te estás sintiendo cansado, aburrido, estancado, por eso no se mueve nada en tu vida espiritual, no está el poder de Dios manifestándose ahí, porque Yo no te llevé por ahí, tú lo elegiste, dice el Señor.
Otra de las razones por las cuales muchos de ustedes se están sintiendo muy cansados, sin fuerzas, agotados, estresados, y que no les permite realizar sus actividades, como normalmente deberían, es porque se están alimentando mal. No tiene que ver con las razones que nombré antes, pero al mismo tiempo afecta, porque quizás estás en un camino donde el Señor te quiso llevar, pero estás en un pecado de glotonería.
Estás comiendo demasiado, y no lo suficiente, o estás comiendo mal, te estás metiendo, comida chatarra demasiado seguido, no te estás hidratando, o lo que estás comiendo no es algo que le conviene a tu cuerpo, una mala alimentación, o un exceso como la glotonería, ¡Que es un pecado! Que quizás no se nombra demasiado dentro de las congregaciones, pero que está en la Biblia.
Hay muchos versículos que hablan sobre la glotonería. Quizás esta es la razón por la cual te estás sintiendo tan cansado. No es que no te estás dejando llevar por el Espíritu de Dios, o quizás te estás dejando llevar, pero no en todas las áreas. En el área de la alimentación no le abriste la puerta al Señor. En el área de tu alimentación, Él no es tu Señor, no se enseñorea en tu heladera.
[Lucas 21:34] Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.
[Romanos 13:13] Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia.
Quizás estás fuerte en todas las otras áreas, estás haciendo todos los deberes cristianos que nombra la Palabra, que tienen que formar parte de un verdadero seguidor de Jesús, excepto en el área de tu mesa. Y esa es otra de las razones, por más que ores, porque yo (Noelia) veo a muchos de ustedes que oran diciendo: «Señor, fortaléceme; Señor, me siento cansado» Hasta veo a muchos de ustedes que están haciendo ejercicio, no para pecado, sino ejercicio que les ayuda a mantenerse fuertes, sanos, a sanar el cuerpo, a estar entrenados, mientras no sea un ídolo en sus vidas.
Un ejercicio que es saludable, inclusive para ciertas enfermedades que tienen en sus cuerpos, pero no se están alimentando bien, entonces, esa es la puerta abierta que está permitiendo que el enemigo entre en tu casa y te robe la fuerza.
Yo veo que muchos de ustedes están orando regularmente para que el Señor los fortalezca y no están entendiendo por qué, no están recibiendo esa fuerza. Y los veo diciendo: «Pero al final, ¿Para qué estoy orando? ¿Para qué busco al Señor si no me escucha? ¡No me responde! Pido y pido que me fortalezca, proclamo los versículos bíblicos que hablan de fuerza, de fortaleza, de que Dios es mi fortaleza y demás, y no recibo la respuesta». Y el Señor te dice hoy: «Hijita, no es que Yo no quiero fortalecerte, sino que la fuerza que Yo te estoy dando a través, de mi Espíritu, el diablo te la está robando, porque tú estás abriéndole una puerta a través de lo mal que te estás alimentando».
El Señor no te lo dice porque esté enojado, porque quiera retarte, hacerte sentir mal, sino con amor, como un Padre que te quiere cuidar, te dice: «Hijita, hijito, fíjate lo que guardas en tu heladera. Fíjate que ahí está la puerta abierta en este momento de tu vida». Yo (Noelia) estoy viendo una heladera donde hay alimentos de distintos tipos, y algunos alimentos veo que te hacen bien, que son buenos para tu cuerpo. Y hasta cuando tu cuerpo se siente bien, porque se está alimentando bien, eso afecta a tu alma y a tu espíritu, porque los tres están conectados. Pero también estoy viendo en tu heladera algunos alimentos como cosas oscuras.
Hay como cosas iluminadas en tu heladera, que representa lo bueno para tu salud, y hay otras cosas que son oscuras, que están contaminadas, llenas de azúcares, grasas, tienen metales escondidos y distintas cosas. Escucho la palabra «Excesos», y veo alimentos con carteles que dicen: «Exceso, exceso de azúcares, exceso de grasa, exceso de sodio». Dice el Señor: «Es que me hiciste Amo, en muchas áreas de tu vida, pero no en la parte de tu alimentación, y ese es tu punto débil». Yo (Noelia) veo un talón débil, y representa la debilidad de la persona.
Mientras profetizo, el Espíritu Santo de Dios me va enseñando lo que pueden simbolizar distintas cosas en los sueños y visiones, y me viene la parte calcañar. Que esa palabra aparece en la Biblia. Una de las cosas que representan el talón y el calcañar es la debilidad de una persona.
Como dice la frase: El Talón de Aquiles es el punto débil de una persona. Esta es una expresión que se emplea para referirse a la parte débil o vulnerable de una persona o cosa. El calcañar es la parte posterior de la planta del pie, es decir, el talón.
[Génesis 3:15] Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Me muestra Dios, que la serpiente los está hiriendo en el calcañar, cuando están pecando a través de la alimentación. Muchos de ustedes menosprecian el poder de la alimentación
Una de las maneras en la que el diablo puede estar debilitándote es a través de tu alimentación, y eso te quita la fuerza, la energía, te debilita, te seca, aplaca, desgasta. Porque tu cuerpo tiene que hacer el doble de fuerza para digerir esos alimentos, de lo que normalmente necesitaría.
Entonces, ese exceso de fuerza hace que te sientas cansado, porque ya no dispones de ella, para tus actividades diarias, sino para poder digerir esa basura que estás comiendo, esas cosas pesadas. Algunos de ustedes están en este pecado, se tienen que arrepentir y comenzar un proceso de renovación, acerca de su manera de pensar sobre los alimentos y la forma de comer.
Otra razón del cansancio anormal, no porque el Señor no responda tus oraciones, sino que la fuerza se desvía, es porque estás demasiado preocupada, demasiado afanado.
Cuando uno piensa demasiado, se preocupa demasiado, no descansa en el Señor, entonces es como si uno desangrara, yo (Noelia) veo en visión a una mujer que se desangra, y dice la Biblia que en la sangre está la vida. Si soñaste que tú o alguien se desangraba, este puede ser uno de los significados: Está perdiendo la fuerza vital, está perdiendo la vida de alguna manera, el enemigo se la está robando. Ya que la sangre representa la vida en la Biblia.
[Levítico 17:11] Porque la vida de la carne está en la sangre; y yo os he dado a ella sobre el altar para hacer expiación por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación por la persona.
Las preocupaciones te roban tu fuerza vital, dice el Señor. El afán debilita el motor de tu ser. El estar continuamente tensionado por estas cosas, y porque no estás confiando en el Señor como deberías, te está succionando la vida, porque eso veo, al enemigo aspirándole la vida a una persona, la fuerza, escucho las palabras «espíritu de vida, espíritu vivificante», y el enemigo le succiona esta fuerza vital a la persona, cuando es como Marta, se afana demasiado con las cosas, está en un estado de preocupación y de tensión constante 24/7.
[Lucas 10:41-427] Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas; pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
El sistema inmunológico, cuando esto pasa, tiene que también esforzarse el doble de lo que debería, porque está continuamente en un estado de defensa, y al no poder descansar nunca, porque este tipo de personas hasta les cuesta dormir, ya que cuando se acuestan siguen pensando: «Uy, ¿qué va a pasar con esto?, ¿con lo otro?, no voy a poder hacer esto, ¿qué va a pasar con mis hijos?, estoy preocupada… porque les va mal en tal cosa, porque no están convertidos. Y si el Señor no los toca…»
A los hombres les pasa mucho con el trabajo, con el dinero, «¡Y si no voy a poder sostener a mi familia!, ¡No me va a alcanzar!, ¡Me han despedido y no encuentro trabajo!». También les pasa a las mujeres que trabajan mucho en sus casas, al no encontrar un balance saludable para mantener su hogar y no descansar nunca, o en alguien que quiere escalar en su carrera o en su trabajo, y nunca le dan tiempo de descanso a sus cuerpos. Es porque están afanados, por escalar en su profesión, afanados en ser los mejores en algo, en algún área.
Todas estas cosas provocan que la mente y el cuerpo nunca descanse, que el alma se mantenga en un estado de alerta permanente, pero no por la venida del Señor o por las cosas que vienen, sino porque detrás de todo esto, hay espíritus de miedo que están manejando a la persona.
Cuando esto sucede, como el cuerpo, alma y espíritu están conectados, si el alma nunca descansa porque está permanentemente en emociones de preocupación, afán, miedo, ansiedad y demás cosas, entonces lo que le pasa al alma va a afectar a tu espíritu y a tu cuerpo, y tu sistema inmunológico va a responder a esos estímulos de preocupación constante con una fuerza duplicada. Va a sentir como si algo estuviera atacando tu cuerpo, pero en realidad no es algo externo, sino interno y son nuestras propias emociones desbordadas y fuera de control.
Entonces, si esto es lo que te está pasando, tienes que arrepentirte y renovar tu manera de pensar a la manera bíblica, y aprender a confiar en el Señor, aprender a llevar todas esas cargas a los pies de la cruz y dejarte llevar por el Espíritu Santo de Dios.
La Palabra dice que el yugo del Señor es liviano y ligera su carga, es decir, que el que no está descansando en Él, el que no está llevando el yugo de Jesús, está llevando otro tipo de yugo, que es humano o es un yugo demoníaco, porque el único yugo que va a ser liviano es el del Señor Jesús.
[Mateo 11:30] Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.
Así que, esta tarea es la que te dejo, si te está pasando eso, llevar esto delante en oración para que el Espíritu Santo te revele cómo procesar estas cosas, cómo aprender a confiar en el Señor, arrepentirte de darle lugar a estos miedos que te hablan, a esta preocupación constante, a este afán, a esta ansiedad y no entender que el Señor está en control de todas las cosas, que Él es soberano sobre todas las áreas de tu vida y que tienes que aprender a confiar en Él y a esperar a que Él haga, si estás en santidad.
El Espíritu me revela que muchos de ustedes piden por fuerzas, por fortaleza, una renovación de sus espíritus, un oasis espiritual, pero cuando el Señor se acerca a darles lo que están pidiendo, en realidad tienen miedo de recibir cualquier cosa que venga de parte de Dios. Si este es tu caso, tienes que arrepentirte de no confiar en ese Señor amoroso, y abrirte para recibir lo que Él tiene para dar.
Hay un problema también, y es la falta de fe en que el Señor se ocupa de tus cosas, de que Él está trabajando en eso que te preocupa, entonces tú piensas que Él no se ocupa de ello.
[Mateo 17:17] ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar?
Cuando uno tiene falta de fe, piensa que todas las cosas las tiene que lograr solo y no se da cuenta de que no vas a ser tú quien va a obtener ese trabajo que necesitas, o dar la salvación a tus hijos, quien resuelva los problemas de tus hijos, quien logre mantener a tu familia en una primera instancia, porque todas las cosas buenas vienen de Dios.
Es una falta de fe estar preocupado, estar afanado por cosas que te faltan, que aún no ves que se manifiesten. Si sientes que esta palabra te toca, pídele al Señor que llene tu vaso, que te conceda esa fe que sobrepasa lo que tus ojos ven.
El Señor dice que a algunos, Él les está permitiendo que pasen por un proceso de quebranto, en donde se sientan sin fuerzas, para que se rindan a Él. Ya que están acostumbrados a empujar esa carreta solos, a decidir las cosas porque creen que es así, y no porque el Señor se los dijo, otros son muy independientes de todo y de todos, incluyendo indepencia del Señor, por lo tanto es bueno que pasen por ese proceso de quebrantamiento, porque cuando se sientan débiles, renuncien a su propia voluntad hasta un punto y sientan que ya no puedan más, entonces es donde van a pedirle ayuda al Señor.
Es que a veces somos tan tercos, como mulas que no aprenden, sino es a través de un proceso difícil, algunos de ustedes son muy tercos y necesitan pasar por un proceso duro, a donde se cansen de pelear por sus propias fuerzas y se rindan al Espíritu de Dios.
[Salmos 32:9] No seáis como el caballo, o como la mula, sin entendimiento; que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti.
Para algunos de ustedes que son tan obstinados, me dice el Espíritu Santo, a veces no queda otra que pasar por ciertos terrenos de arenas movedizas, para que se den cuenta que mientras se están hundiendo, si no piden ayuda a alguien que es mayor que ustedes y que realmente tiene fuerza inagotable, no aprenden de otra manera. Es necesario, que a veces entren y pasen por ese proceso de cansancio extremo, para que cuando estén en ese estado de debilidad personal, el Señor se fortalezca a través de ella.
Yo (Noelia) veo algunos de ustedes que son como búfalos, que tienen una fuerza igual. Pero hay una fuerza de búfalo que viene del hombre interior y una fuerza que viene de arriba, una es humana y otra es celestial. El Señor no quiere que utilices tus fuerzas humanas porque si no, nunca te vas a volver dependiente de Él.
[Salmos 92:10] Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; seré ungido con aceite fresco.
El Señor quiere que te rindas a tus propias fuerzas para que le des espacio a que sus fuerzas sobrenaturales, espirituales, divinas, celestiales, se manifiesten en ti, porque hasta los búfalos se vuelven viejos y se cansan, por más que sean animales tremendamente fuertes y con un empuje, porque yo (Noelia) veo que el búfalo tiene tracción y escucho la palabra «tracción». Yo veo que los búfalos tienen una fuerza de tracción, que otros animales no tienen, pero el Señor dice que hasta los búfalos varones más potentes pueden pasar por situaciones donde esa fuerza no les alcance. Y eso todavía no lo entendieron algunos de ustedes, y por eso se cansan como se cansan.
Dice el Señor, hijitos es necesario que se rindan a Mí, es necesario que bajen los brazos, por más fuertes que se sientan, para que Yo levante los míos a través de ustedes; hijitos si tan solo ustedes, los que están yendo por sus propias fuerzas y no por las mías, se dejarán llevar por un momento, dejando de empujar esa carreta llena de cargas por ustedes mismos y me pidieran ayuda, conocerían una nueva forma de vivir, se maravillarían, porque no solo podrían llevar una carreta, sino un tren de carga completo, serían sus mismos brazos empujando ese tren, pero no, por la fuerza humana propia, sino por mis brazos, que contienen la única fuente de fuerza inagotable que existe en el universo.
Hijitos, ríndanse a mí y vacíen sus vasos de su propia voluntad, desde donde han tomado decisiones equivocadas que los han llevado al estado en donde están.
Me viene el versículo de Juan capítulo 4, donde dice que Jesús estaba cansado del camino, pero Él fue a buscar agua para beber cuando se sintió así.
[Juan 4:6] Y estaba allí el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.
Él sabía que estaba en un cuerpo de carne y huesos, en un cuerpo de hombre que se le había sido otorgado para cumplir con el propósito celestial más importante, de toda la historia de la creación, y Él también se sentía cansado del camino, porque los cuerpos no son como una máquina que nunca tiene que apagarse, y las mentes no están hechas para funcionar las 24 horas del día completo. También necesita un tiempo para descansar.
Jesús estaba cansado del camino, en algunos momentos, por causa de la obra del ministerio, o bien otras razones, pero Él recurrió a la fuente de aguas inagotables, donde salta agua para vida eterna. Además, ese pozo de Jacob, que menciona Juan capítulo 4, representa a las fuentes inagotables que el Señor da de beber a aquellos que le buscan.
Hijitos, dice el Señor, si ustedes no vienen a Mí, que soy esa Fuente de aguas, que restauran, refuerzan, vivifican, por más que duerman muchas horas al día, se van a seguir sintiendo cansados. Si ustedes no me piden que les dé de beber, de la única agua que calma la sed, quita el cansancio, restaura al cansado, levanta al caído y aliviana todo tipo de yugo pesado; entonces hijitos, el cansancio no solamente va a continuar, sino que se va a incrementar.
Muchos de ustedes se sienten cansados porque tienen ideales de la vida, se imaginan cómo tienen que ser las cosas, como los solteros, porque yo (Noelia) veo a alguien que está soltera, y se encuentra en esta transmisión, es una chica que desea un marido. Pero se imagina cómo tiene que ser ese marido, ya tiene toda una idea y si no lo encuentra tal cual, entonces, se queda sola.
Son ideales, de cómo tienen que ser las cosas, de cómo tienen que funcionar las cosas con los hermanos, las relaciones, cómo debe ser un ministro del Señor, una vida soñada que te enseñan las películas de Disney, ideales de un cuerpo que te gustaría tener, cómo tiene que ser la mujer de tus sueños, tu casa y muchos otros.
Estos ideales se transforman en becerros de oro a los que uno tiene que servir y alimentar constantemente, porque el que tiene ideales es idólatra, porque los está adorando sin darse cuenta, y hacerlo requiere un esfuerzo.
La única adoración que no cansa, es la adoración a Jehová de los ejércitos; pero la adoración a cualquier otro tipo de dios, inclusive a los ideales, deja a la persona exhausta, porque el diablo nunca se sacia, siempre quiere más atención, más alabanza, adoración, idolatría, servicio, sacrificios, más y más. El diablo es codicioso y avaro, pero el que tiene ideales no se da cuenta de que lo sirve a través de diseñar su vida como él piensa que tiene que ser y no rendir esa vida al Señor para que Dios le muestre su plan, perfectamente ideado desde antes de la creación del mundo. Y todos ustedes que tienen ideales se cansan porque nunca van a alcanzar eso que están imaginando.
Se cansan de buscar a ese esposo perfecto, de estudiar para ser el maestro, sobre todo los maestros. Yo (Noelia) veo hombres que piensan, que cuanto más estudien la Biblia, mejores maestros van a ser (Pero porque ellos quieren hacerlo y no porque el Espíritu los guía en el tiempo a dedicar); no funciona de esta manera, porque no es por fuerza ni ejército, sino por el Espíritu de Dios.
Todo aquel que no se está manejando en cualquier área por el Espíritu de Dios, va por la carne; e inclusive en estas cosas uno puede errar y estar provocando el cansancio, porque es orgullo escondido decir, cuanto más lea, aprenda y sepa, mejor voy a ser; pero en realidad la revelación y entendimiento lo da Dios, el conocimiento de lo alto es lo que necesita ese maestro, y no el desgastarse permanentemente todo el día, estudiando la Palabra sin darle lugar al Espíritu Santo.
Para los malentendidos que tergiversan las palabras, no estoy diciendo que un maestro no tiene que estudiar la Biblia. Digo que todo lo que hagamos, sea para Dios y no para convertirnos en un ideal de maestro, y servir a un ídolo de esta manera, que es esa misma persona que se está sirviendo el mismo, esto se puede aplicar a cualquier área de tu vida; debe ser por el Espíritu de Dios. Esta persona que está más tiempo de lo que el Señor le pide, estudiando por ejemplo la Palabra, se va desgastando, y está en peligro de hacerlo para él mismo y no para el Señor, porque no es Él quien lo llama a desgastarse de semejante manera, hasta el punto de un estrés mental.
Así que son muchas cosas que pueden provocar cansancio en nosotros, pero el Espíritu hoy ha dado varias cosas, en las cuales puedes meditar y replantearte tu vida y quizás, pensar que no era que el Señor no estaba escuchando o respondiendo tus oraciones, sino que estabas fallando sin querer, en algún punto. Yo (Noelia) te pido, Padre, que nos des balance en los tiempos de trabajo y de descanso.
También muchos de ustedes piensan que son como máquinas imparables que nunca necesitan descansar, cuando no es cierto. No le dan tiempo de recuperación al cuerpo, al espíritu y el alma, y no es que el Señor no te esté fortaleciendo, sino que tú abusas de la fuerza que Él te da.
¡Cuidado con esto! La clave está en preguntarle al Espíritu Santo ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Hasta dónde?, ¿En qué momento?, y planificar tu vida proféticamente por Él. No hace falta ser profeta para eso, porque dice la Biblia que todos pueden profetizar uno por uno, y que los que son hijos de Dios son los guiados por el Espíritu Santo de Dios. Tienes que aprender a seguir su guía en todas las áreas de tu vida, interactuar y conversar con Él, dejarte inspirar en la manera que te hable.
[1 Corintios 14:31] Porque todos podéis profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados.
[Romanos 8:14] Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.
Yo (Noelia) te pido Padre ahora, que llenes de la fuerza de tu Espíritu, a todos los cansados y arrepentidos por las cosas que mostraste, e inclusive a los que no tenían de que arrepentirse, a los que se sentían débiles, te pido que impartas de tu fuerza potente en el nombre de Jesús.
Otra razón que indica el Espíritu Santo es que algunos piensan que van a lograr objetivos, empujando las cosas, a las personas y no dejando que el Espíritu de Dios las resuelva, redarguya, llame, transforme o enseñe a esas personas.
Hay algunos que tienden a empujar las cosas, a querer provocar que pasen por ustedes mismos. Muchos de ustedes son llamados como guerreros, pero están desbalanceados y en vez de guerrear por el Espíritu, lo hacen la mitad por Él, y la otra por la fuerza que ustedes quieren empujar y aplicar. El Señor les dice, ¡Cuidado!, porque cuando ustedes aplican fuerza, que Yo no les mandé a aplicar, pero que tienen de mi parte, dañan a las cosas, a sí mismos y a las personas, incluso las pueden romper y en lugar de ganar saldo a favor en el cielo, están perdiendo.
No es empujando como se solucionan las cosas, dice el Señor, sino a través de mi Espíritu. Muchas cosas se resuelven a través de la intercesión, no de la acción. El Señor les está hablando a los hombres, pero también a muchas mujeres, ya que ellas tienden a empujar, que las personas hagan y logren algo. Pero lo hacen de una manera controladora, manipuladora, demoníaca; aplican una fuerza que no tienen que usar.
Entonces se sienten cansadas y encima se están metiendo en la voluntad de la gente; en vez de llevar esas cosas a la oración en el cuarto secreto, interceder por esas personas y dejar que el Espíritu Santo lo haga, si es que lo quiere así, hay muchas cosas que pueden provocar el cansancio, pídele al Señor que te lo revele.
Yo (Noelia) te pido que des balance a estos guerreros, Señor, que sepan cuándo utilizar la fuerza que les diste, y cuándo no, y hasta dónde, porque no todas las cosas necesitan la misma cantidad de fuerza, y no siempre es necesario levantar el arma o defenderse.
Sánanos de toda baja autoestima, que nos lleva a aplicar una fuerza que es nuestra y no tuya, porque pensamos que tenemos que defendernos en vez de dejar que Tú nos defiendas; ¡Rescátanos de nuestra maldad!, porque somos nosotros los que nos dejamos cansar, los que muchas veces pensamos que si no hacemos, no valemos, en vez de hacer por tu Espíritu, hasta donde nos diga, inspira, llama y toca.
Ayúdanos porque somos ignorantes muchas veces, hacemos cosas que no nos convienen y que después nos juegan en contra.
Perdónanos por maltratar nuestros cuerpos, Señor, algunos de nosotros estamos excediendo la fuerza para hacer deportes o actividades con nuestros cuerpos, y entonces eso nos roba la fuerza, en vez de balancear esa vida, esa rutina de entrenamiento físico quizás, necesario, para que nuestro cuerpo se sienta fuerte, sano y funcione bien, le estamos exigiendo demasiado, en vez de hacerlo dos o tres veces a la semana. Estamos todos los días exigiendo una fuerza a nuestro cuerpo que no es capaz de dar, o que la da, pero después se enferma, se rompe.
Perdónanos, Señor, porque a veces no sabemos ¿Cómo?, y ¿Hasta dónde? Utilizar la fuerza que nos diste, perdónanos por querer empujar esas carretas, nosotros solos, pensando que somos dioses más grandes que Tú. Porque nos creemos invencibles muchas veces, y eso nos hace cansados y exhaustos, porque no te pedimos ayuda.
Perdón, porque muchas veces no vamos a ese pozo de Jacob, que está ahí disponible para beber de esas aguas y tomar un descanso, como lo hizo Jesús cuando estaba cansado del camino.
Perdónanos, porque muchas veces no somos entendidos de estas cosas. Perdón por maltratar nuestro templo, que es nuestro cuerpo, el templo de tu Espíritu Santo.
Perdón porque le decimos que sí, muchas veces a las peticiones de los hombres, cuando nos pusiste en nuestro espíritu, que le digamos que no; y después estuvimos cansados, no podíamos recuperarnos.
Perdónanos, porque en vez de ser obedientes a Ti; demasiadas veces, obedecemos más a los hombres, sin preguntarte, porque hay muchas cosas que estamos haciendo manejados por los miedos, que después nos hacen sentir exhaustos, estresados.
Perdón por no confiar en ti, Señor. Fortalece las manos de los cansados, hay muchos de ustedes que están cansados porque están trabajando mucho, te pido que los fortalezcas, porque hay algunos que están pasando por una temporada donde no hay otra opción que trabajar mucho, fortalece esos brazos y esas manos. Dale fuerza para que puedan pasar por esta temporada de trabajo fuerte.
Envuelve, Señor, a todo aquel que tiene fe para recibir esta oración, esta impartición de tus lazos de fuerza ahora, por tu Espíritu Santo, perdónanos porque a veces pensamos tanto que eso cansa nuestra alma, nuestro espíritu y nuestro cuerpo, inclusive cansamos a los demás porque pensamos tanto y hablamos tanto.
Hay algunos de ustedes que hablan demasiado, me dice el Señor, y no se están dando cuenta que cuando hablan de más, cuando hablan cosas que no edifican, cuando no le dan espacio al otro, a conversar, a responder, o a escuchar; llega un momento que hablan tanto, que no solamente ustedes se desgastan, sino que desgastan al otro.
Perdónanos, porque a veces somos como loros parlanchines, y después estamos exhaustos y no sabemos por qué, en la multitud de palabras, abunda el pecado, dice la Biblia.
Dice el Señor, hijitos, se trata del ritmo, entiendan que hay un tiempo para todo, y si ustedes no aprenden a vivir, balanceando el ritmo de todas las cosas en sus vidas; entonces simplemente el enemigo tiene un derecho para quitarles esa fuerza vital, esa energía vital que Yo les doy.
A veces el Señor respira el Espíritu Santo en sus bocas; ustedes ni lo saben, ustedes oran: Señor, ¡Fortaléceme!, ¡Fortaléceme!, ¡Vivifícame!, ¡Dame vida!, ¡Dame energía!, ¡No puedo más!, ¡Estoy cansada!, entonces el Señor viene, sopla en sus bocas aliento de vida nuevamente para que ustedes se revitalicen, pero al otro día vuelven al mismo ciclo, vuelven al mismo ritmo, no hay nada que cambie y si no se preguntan qué hay que cambiar, no van a ver cambios.
También la enfermedad provoca cansancio extremo. Hay cosas por las cuales simplemente el cansancio va a estar y hay que pasar por ello, donde nuestro cuerpo puede sentirse extremadamente cansado, pero el Señor vivifica nuestros espíritus.
Aunque el cuerpo esté extenuado, sentimos que nuestros espíritus están mejor que nunca. Porque puede pasar esto, mientras estés alineado en la voluntad del Señor, aunque, estés pasando por una enfermedad que deje tu cuerpo exhausto, tu espíritu aún puede estar absolutamente vital, vivo, energizado por el Espíritu Santo de Dios, porque Él fortalece, inclusive cuando tu cuerpo está que no da más, que no se puede ni parar de la cama.
Dice el Señor, pídanme por esa fortaleza, hoy levanto a muchos, y les he dado la clave que necesitaban para dejar de estar cansados.
Reciban ahora fuerza de lo alto, vida y unción para seguir adelante. Muchos de ustedes se sienten cansados porque la unción se ha secado; porque cuando la unción fluye pudre los yugos, dice la Biblia. Tienen que preguntarse entonces por qué siento que antes tenía unción para hacer lo que el Señor me llamó a hacer, pero ahora siento que me falta. Porque cuando uno opera bajo la unción que el Señor le ha dado, esa unción funciona como combustible para que ese auto marche. Si el auto no tiene combustible, no funciona, no anda.
[Isaías 10:27] Y acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de sobre tu hombro, y su yugo de sobre tu cerviz; y el yugo será destruido a causa de la unción.
Si la persona no cuenta con esa unción, se siente frenado, se estanca, se cansa, le falta la fuerza para hacer esa tarea, pero si uno va por el Espíritu y por la unción; uno siempre está sostenido para hacer esa tarea.
Entonces, pregúntate ¿Por qué tu unción se ha secado?, ¿En qué momento te desviaste de la voluntad del Señor para que Él no te siga llenando, para que esa vasija no se siga llenando indefinidamente de ese aceite que necesitas?, ¿Por qué, tu auto no vuelve a cargar en la gasolinería la nafta que está necesitando, representando al Espíritu Santo de Dios? ¿Qué pasó?, ¿Por qué estás perdiendo esa unción, que una vez tenías?
Muchas veces es porque te empezaste a manejar por estructuras de hombres y no por estructuras divinas, porque te pusiste bajo un mentor donde Dios nunca te llamó, porque en vez de manejarte bajo la cobertura de Jesús, te pusiste bajo la cobertura de alguien más, sin que Jesús te lo pida, porque te estás metiendo en cosas donde Él nunca te mandó, porque estás yendo por tu propia voluntad y no por la voluntad del Señor, porque no estás repartiendo lo que el Señor te dio, porque el que da, recibe más y para recibir más unción, primero tienes que impartirla, usarla para lo cual el Señor te llamó.
Te pido que renueves ahora esas unciones, Señor, que faltaban, que se habían secado. Te pedimos perdón, por dejar que el diablo nos robe la unción. Oh Señor, renueva, unge, restaura ahora, llena esas vasijas de aceite, en el nombre de Jesús, y dale revelación a todo aquel que se sentía como acabo de describir, cuál es la razón que lo llevó a ese estado y cómo puede solucionarlo.
El Espíritu me dice, que también el hablar mal, provoca cansancio porque las palabras son espíritu, y cuando uno utiliza su lengua de mala manera, pecando, diciendo malas palabras, maldiciendo, murmurando, hablando cosas que no edifican, que no convienen, haciendo chistes que no son santos, y muchas otras cosas, uno se desgasta, a través de esto; porque el que habla lo necesario, solo lo que debe, no deja que el espíritu salga de su boca de más, digamos que salir no es como la imagen de la visión que veía antes de la mujer que se desangraba, que la vida se le iba.
Lo mismo pasa cuando uno habla demasiado, por demás, habla cuando no tiene que hablar, cuando maldice, comiendo demasiado o mal, cuando está en pecados de la boca como el sexo oral, cuando fuma, así su boca ensuciándola, maldiciéndola y demás. Este tipo de cosas cansan a la persona, le roban la fuerza, y cualquier otro tipo de pecado roba la fuerza, porque es una puerta abierta.
Así que arrepiéntanse todos los que sientan que también esta palabra les retumbó, pidiéndole perdón al Señor y pidiéndole que los ayude a abrir la boca cuando la tengan que abrir y cerrarla cuando la tengan que cerrar y van a ver cómo se mantienen en una estabilidad de fortaleza.
Porque las palabras pueden desestabilizar, me muestra el Señor, y el exceso de palabras es una de las razones por las cuales muchos se sienten desestabilizados.
Ahora veo que el pan ha sido entregado completo. Te pido, Padre, que sigas hablando por tu Espíritu y a través de sueños, visiones, profecías, de tu Palabra escrita, de cualquier medio que quieras utilizar, acerca del motivo de su cansancio. Además, dales una palabra de sabiduría con la solución de lo alto que necesita cada uno para resolver este problema, y que quizás no fue dada en esta transmisión.