Estamos comenzando el año 2024, y el Señor dice que está moviendo fichas de lugar, acomodando el tablero, como cuando alguien reordena su casa, cambia las cosas de lugar y la prepara para recibir a un invitado.
Hay dos cosas para las cuales se están preparando las naciones de la tierra en estos últimos días: la manifestación del hijo del diablo, del Antimesías, del Anticristo, y la manifestación de nuestro Señor Jesucristo en su venida.
[1 Juan 2:18] Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.
[Colosenses 3:4] Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
Por un lado, se prepara el escenario profético para la manifestación del hijo de Satanás, de su empoderado, de su enviado, de aquel que hará señales, prodigios y milagros engañosos para engañar, si fuera posible, aun a los escogidos.
Se hacen reuniones escondidas. Se habla en lo secreto. Se acomodan las fichas. Se libera el trono, para que cuando este pervertido, este hombre perverso, este hombre de maldad, este hombre de iniquidad finalmente muestre su rostro al mundo, ese trono ya esté preparado para que él se siente.
El Espíritu Santo dice que hay naciones que están tratando de apurarse para ganar terreno sobre otras, porque hay líderes que forman parte de un grupo escondido que quiere dominar al mundo en secreto. Ellos saben que lo que se está preparando es para que se manifieste este hijo de la perdición, y están desesperados por obtener más poder y conquistar más tierras, para que su nombre sea reconocido en todo el mundo.
Hay líderes que tienen en cuenta la venida de su amo, que es el hijo de Satanás, así como nosotros esperamos a nuestro Amo, que es el Hijo de Dios.
Dos preparaciones se están dando al mismo tiempo. Todo se está gestando y armando para la manifestación del hijo del enemigo, de su empoderado, de su preferido, de su predilecto, de su elegido; para que, cuando venga, se dé lo que está escrito y lo que tiene que darse.
El Señor me dice que esto tiene que suceder, y no debemos orar para que esto no se manifieste, sino para que los ojos de la gente sean abiertos cuando esto sucede, y así puedan discernirlo y reconocerlo, para no caer en este engaño.
Ahora veo un tablero de ajedrez, y todas las fichas de este tablero se están moviendo. Este ajedrez representa a la élite mundial, a organizaciones mundiales que trabajan en lo secreto en contra de Dios y a favor de los intereses de Satanás y de ellos mismos.
El Espíritu de Dios me dice que ellos están haciendo los preparativos finales, ordenando la casa, que representa al mundo, para que pueda sentarse en el trono este líder supremo de las tinieblas. Así lo llaman ellos y también en el infierno.
[2 Tesalonicenses 2:4] El cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
Así como Dios tiene a su Hijo en el cielo, sentado a su diestra y por encima de todos en el reino de los cielos, de la misma manera, las entidades espirituales de las tinieblas y los hacedores del mal en la tierra se refieren al Anticristo como el «hijo del diablo».
Saben que es simplemente un instrumento, pero por envidia de lo que el Hijo de Dios es, lo tratan como el hijo del diablo, como alguien superior a quien hay que honrar. Dentro de las autoridades establecidas en el reino de las tinieblas, él es visto como una autoridad mayor, a la que honran para imitar cómo funciona el reino de los cielos.
El Señor me dice que el diablo es un envidioso. El diablo envidia a Jesús. Quería ser como Jesús, y aun después de ser expulsado de la gloria, siguió deseando el título de Hijo de Dios que nuestro Señor Jesucristo tiene. Como no puede obtener eso, lo que hizo el diablo es levantar a un hombre para ser hombre y demonio a la vez, así como Jesús es hombre y Dios a la vez. Estoy tratando de explicar lo que el Espíritu Santo me muestra ahora.
El enemigo intentó imitar a Dios, y él también quiso tener un hijo. Así ideó el plan del hijo de las tinieblas, el hijo del diablo, el enviado. Así como Jesús fue el enviado de Dios, el diablo también levantó a su propio enviado. Así como Jesús vino a salvar al mundo, el diablo levantó a su ungido para destruir y condenar al mundo. Así como Cristo significa «Ungido» y las Escrituras llaman a Jesús el Ungido, el enemigo también ungió a este hijo de la perdición con una unción demoníaca, para que pueda llevar a cabo la tarea que se le ha encomendado.
El Espíritu Santo nos está mostrando ahora que no solo existen unciones que vienen del reino de los cielos, sino que también hay unciones demoníacas, satánicas, oscuras, que otorgan un poder que viene de abajo y no de arriba.
Hijitos, dice el Señor, entiendan que todo lo que está ocurriendo y lo que está por venir tiene que ver con la preparación para la llegada de este hombre.
Noelia: Lo veo en una visión como si fuera mitad hombre, mitad demonio, cargando en sí los poderes de las tinieblas a un nivel que ningún otro hombre ha cargado en su cuerpo.
Entiendan que por eso las naciones están tan agitadas, en parte, dice el Señor. Por eso tienen que desatarse las guerras que están a punto de desatarse.
Hijitos, dice el Señor, ustedes tienen que agarrarse de los asientos del avión en el que están viajando y ajustarse los cinturones, porque ese avión se va a sacudir cada vez más. Pero también sepan que ese avión está en mi mano y Yo mismo los voy a llevar al aeropuerto al que tienen que llegar.
Ustedes van a llegar si tienen fe en mí y resisten hasta el final, dice el Señor, porque van a pasar por pruebas. Se acerca la prueba sobre el mundo entero, y cuando este hijo del diablo se manifieste, voy a ver quiénes de los míos pueden reconocerlo y quiénes no.
Y allí se va a mostrar dónde estaba parado cada uno: si estaban cerca de la luz o de las tinieblas, si desarrollaron sus sentidos para discernir y separar lo bueno de lo malo, el bien del mal; si se prepararon para cuando se manifiesten estos engaños, que ya fueron escritos y anunciados hace miles de años.
Muchos de ustedes piensan que falta mucho tiempo, dice el Señor, pero él ya está a la puerta. Está a la vuelta de la esquina. Abran los ojos, porque multitudes van a seguirlo, y aun los que se alejen de una religión pura y se metan en el ecumenismo serán seguidores del Antimesías, que está a punto de manifestarse, porque ser ecuménico es igual a estar tibio.
Hay que jugársela por una sola cosa, y esa es la verdad. No se puede nadar en cinco piletas distintas. No se puede avalar una doctrina que tiene parte de verdad y parte de mentira. Ustedes tienen que ser radicales, dice el Señor, y tienen que limpiarse y santificarse, para que cuando él se manifieste, haciendo prodigios, señales y milagros impresionantes que dejarán al mundo con la boca abierta, no se confundan. Porque le será otorgado poder para hacer distintos tipos de milagros, y la gente se maravillará de él, pensando que es el Mesías de Israel.
Hijitos, este enviado de Satanás viene a engañar a los judíos, a los inconversos, a los tibios y a los escogidos si fuera posible. Su tarea es recolectar la mayor cantidad de almas posible.
Noelia: Ahora veo una multitud de gente con vendas en los ojos. Ellos no van a poder reconocerlo. No van a ver lo que realmente es, sino lo que aparenta.
Por eso, dice el Señor, es imprescindible que en estos tiempos dejen de ser superficiales, porque todo aquel que siga nadando en la superficialidad no va a poder reconocer la profundidad de la maldad de este hombre. Si uno está acostumbrado a lo superficial y no se mete en aguas profundas, si no entiende las profundidades de las cosas espirituales, tampoco va a poder discernir la profundidad de la perversidad de este hombre que está a punto de manifestarse.
Solamente los espirituales van a poder verlo por lo que él es, dice el Señor. Si ustedes no se mueven y no se levantan de la silla de esa congregación donde dicen amarme un día a la semana por dos o tres horas, va a ser muy fácil engañarlos, porque ya tienen puesta una venda en los ojos. Quítensela y pídanme que los sacuda, que los levante de esa tibieza de una vez.
¿Cuándo van a reaccionar? ¿No ven la tormenta que se viene sobre el mundo? Si no se ponen a cuentas conmigo, si no se comprometen y se consagran a mí y de verdad entran en un pacto conmigo, dice Jesús, cuando todo se sacuda bajo sus pies, no solo no van a poder mantenerse en pie, sino que van a caer con el primer, segundo o tercer movimiento, y van a desmayar.
Cuando se manifieste el hijo de la perdición, lo van a adorar, así como hoy adoran a sus ídolos de carne, así como hoy adoran a pastores, maestros, profetas, evangelistas, apóstoles, presidentes, jugadores de fútbol, familia, hijos o a ustedes mismos; así como hoy están adorando autos, casas, mujeres, o el dinero que tienen ahorrado en el banco, dice el Señor.
Cualquier tipo de idolatría a la que le estén dando lugar hoy va a ser una puerta abierta para que el enemigo pueda engañarlos cuando se manifieste el Anticristo, porque es por la idolatría que el corazón del hombre se engancha a algo o a alguien para adorar. El mismo becerro de oro que levantaron los hebreos cuando ni bien salieron de Egipto, aun habiéndome visto, aun habiéndome escuchado, aun habiendo visto mis milagros y la manifestación de mi poder, es el becerro que los míos levantan hoy.
Esa idolatría es la que te puede hacer caer, porque la idolatría ciega los ojos. La idolatría te deja ciego, como cuando alguien va por un camino, pero no ve por dónde camina y va tanteando más o menos las cosas para ver cómo seguir, por dónde avanzar. La idolatría vuelve ciego al hombre, y al que está ciego por algún tipo de idolatría le va a ser difícil distinguir entre lo que viene de Dios y lo que no.
Hijitos, dice el Señor, comprendan que realmente tienen que tomarse las cosas espirituales en serio, sin dejar de estar en el mundo, pero ustedes no son de este mundo.
Muchos solamente guardan prácticas religiosas y cumplen con horarios, pero no me conocen. No conocen las cosas espirituales. No saben discernir ni el agua que toman, si está buena o si no se puede beber. ¿Cómo van a discernir qué tipo de agua les va a dar este hombre para beber cuando vean el poder del enemigo?
Sean prudentes, sean valientes, sean inteligentes para el bien y no para el mal, dice el Señor.
Noelia: Veo un teatro en el que se está colocando la escenografía para que en poquitos minutos comience la función.
Así se está armando todo el teatro para que la obra del Anticristo comience a rodar, dice el Señor, y muchos de mis hijos están mirando para cualquier lado, distraídos, no advertidos de lo que está a punto de manifestarse.
Falta poco tiempo, hijitos, dice el Señor, y ustedes ni siquiera creen que va a haber una persona que realice milagros que no sean en mi nombre. Es el poder del enemigo el que se va a manifestar sobre la tierra, y muchos van a caer de rodillas ante este hombre tremendamente manipulador que va a dirigir a las masas hacia donde se proponga.
Este mesías tan esperado por Israel va a engañar justamente a los judíos que ya están ciegos y que no reconocieron al Hijo de Dios. Esa va a ser una de las tareas de este hombre: engañar a todos los judíos que no quieran recibir la verdad y que ya están ciegos.
Él va a ser todo lo que ellos esperan, dice el Señor. Va a tener las cualidades que malentendieron en las Escrituras. Les va a dar lo que quieren. Les va a hablar lo que desean escuchar. Va a ser ese gobernante admirable, tan esperado por ellos, los que no entendieron que el Mesías ya llegó.
Oren por ellos y no los maldigan, dice el Señor, para que quizás los ojos de muchos sean abiertos antes de la manifestación de este hijo de la idolatría.
Noelia: Veo una línea de sangre por la cual se va a manifestar el Antimesías. Así como Jesús vino de una línea de sangre bien observada, estipulada y contada desde la creación del mundo, santificada y guardada hasta su manifestación, lo mismo sucede con el Anticristo. Él va a venir de una línea de sangre ya preparada, guardada y estipulada específicamente para tal fin.
Por otro lado, el mundo también se prepara para la venida del Señor Jesús. La iglesia se prepara, o debería estar preparándose, para su venida. Sin embargo, muchos no lo esperan, porque no creen que va a haber un arrebatamiento ni que Jesús va a volver entre las nubes, así como fue levantado entre las nubes cuando se despidió de sus discípulos.
Hay una parte de la iglesia que no cree que Jesús va a volver a la tierra, porque creen que su obra ya está terminada. Estos tienen una venda en los ojos por causa de creencias falsas y de falta de fe en las Escrituras, y también son propensos a ser engañados cuando se manifieste el hombre de pecado.
Hijitos, oren para que los ojos de muchos dentro de la iglesia sean abiertos, dice el Señor, porque creer no alcanza para no ser engañado. Todo aquel que no ame la verdad de todo corazón corre el riesgo de caer en ese engaño del Anticristo y en muchos más.
Hijitos, el tiempo está cerca, dice el Señor. Prepárense, lean las Escrituras y créanlas, porque Yo voy a venir en poder y en gloria, y mi majestad se manifestará desde los cielos. Vendré por mi novia cuando ya esté lista. Pero le estoy pidiendo al Padre que le dé un poco más de tiempo para que se prepare, porque se tarda y todavía no está lista.
Hijitos, dice el Señor, también oren por eso, para que, cuando llegue el tiempo de mi venida, no sean tantos los que tengan que quedarse, porque no quiero que ninguno se pierda.
Afilen la espada de la Palabra para poder cortar toda mentira que se está dando y que se va a manifestar acerca del Anticristo en estos últimos días. Pídanme que los libre de todo deseo de sus corazones que los pueda llevar a caer en ese engaño.
Pídanme que les dé ojos para ver cuando se manifieste lo malo, porque eso malo que se va a manifestar, que es el Anticristo, será una imitación de lo bueno. Y si uno no está entrenado en distinguir lo verdadero de la imitación, puede caer en la mentira.
Tienen que estar entrenados en reconocer lo que es imitación de los dones espirituales, de los llamados ministeriales, de cómo luce la santidad. No se dejen llevar por las apariencias, dice el Señor, sino escudriñen todas las cosas, porque el fruto que lleva cada una de esas cosas será lo que determine cuál es su fuente.
Pero si se dejan guiar solo por lo que sus ojos ven, por lo que sus oídos escuchan o por lo que sienten, pueden equivocarse si no están entrenados en separar las aguas de la verdad de las aguas de la mentira, en separar lo real de la imitación.
Es como cuando alguien compra un anillo de oro. Si el comprador no sabe distinguir y no ha sido entrenado en reconocer el oro verdadero del falso, fácilmente puede ser engañado.
Muchos de ustedes son así, dice el Señor. Son incautos. Están desprevenidos y desprotegidos, pero no porque Yo no los quiera proteger, sino porque no adquieren conocimiento de las cosas espirituales y no están entrenados en discernir el bien del mal, porque se conforman con poco y con lo cómodo.
Aprendan sobre las cosas espirituales. Aprendan sobre movimientos falsos del Espíritu Santo. Aprendan sobre la operación del poder de Satanás, porque esto va a ir en aumento: falsas sanidades, falsos milagros, falsos prodigios, dones que vienen de abajo y no de arriba.
No hay nada gratis en el reino del infierno, dice el Señor. No hay nada por gracia; todo tiene un precio, y es un precio alto que hay que pagar.
Noelia: Veo ministros con distintos títulos que ya se están moviendo en las iglesias. Y el Señor me dice que son ministros de apostasía, que literalmente hipnotizan a la gente con el poder demoníaco de sus ojos. Estos ministros del enemigo tienen poder en sus manos para levantar a los paralíticos de las sillas y para quitar cánceres.
Pero lo que no saben los que no disciernen de dónde viene ese poder es que, más tarde, la factura llega a tu casa. El diablo, al quitarte ese cáncer, quizás más adelante cobra la vida de tu hijo, o mueres antes de tiempo en un accidente, o quedas ciego tú, tus hijos o alguien en tu casa. Por algún lado, el diablo te va a cobrar por ese milagro demoníaco que hizo.
Muchos que se dicen cristianos siguen estos movimientos apóstatas, diabólicos, de doctrinas de demonios, y están cayendo en estos encantamientos, al punto que hay cristianos que lo único que quieren ver es la manifestación de poderes espirituales.
Para ellos, los poderes espirituales se convierten en un ídolo. Ya no se trata de seguir a Jesús, de amar al Señor, de hacer su voluntad y obedecerle. Ya no se trata de renunciar a nuestra propia vida para ganar la vida en Él, ni de pasar por pruebas y aflicciones, de ser refinados, de resistir hasta el final, de cuidar nuestra salvación con temor y temblor. Ya no se trata de un evangelio puro, verdadero, sacrificado, para ganar la vida eterna.
Para ellos, se trata solamente de la manifestación del poder espiritual. Son como pescadores de palabras proféticas, sanidades, milagros o cualquier tipo de manifestación de algún poder espiritual, y se convierten en adoradores de los poderes espirituales.
Algunos incluso empiezan a adorar a los que portan cualquier tipo de poder espiritual, ya sea que venga de Dios o del diablo. El peligro está en que uno no entra en un pacto con Jesús para seguirlo, servirlo y rendirle su vida, sino que empieza a buscarlo para ver estas cosas manifestadas, sin un amor genuino por el Salvador, sin una conversión real.
A veces hay conversiones reales, pero cuando la persona comienza a buscar los poderes espirituales, a la larga termina mal, como Balaam, solo que en vez de ir por plata, van tras los poderes espirituales: milagros, prodigios, sanidades, visiones, profecías o cualquier tipo de revelaciones.
Eso no es lo primero que hay que buscar, dice el Señor. Lo principal no debe ser buscar la manifestación del poder, sino manifestar una vida quebrantada delante de Dios.
Hijitos, abran los ojos, dice el Señor, porque estos predicadores comenzarán a abundar: falsos pastores, falsos profetas, falsos maestros, falsos adoradores y todo tipo de falsos que puedan imaginar.
Copias de todo tipo de ministerio, servicio o comportamiento que viene de Dios se van a manifestar a la manera del diablo, y muchos creyentes en Jesús van a caer en esa trampa, porque eso es lo que buscan. Siendo pescadores de poderes espirituales, donde haya piletas de poderes espirituales, ahí van a estar ellos, detrás de ese queso, como ratones en busca de comida. Así son los adoradores de poderes espirituales.
Me viene a la mente Simón el mago, que quiso comprar el poder del Espíritu Santo de los apóstoles.
[Hechos 8:19] Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo.
Así son los adoradores de los poderes espirituales. Tienen codicia de los poderes espirituales, una codicia que puede hacer perder a la persona, llevarla a enloquecer, e incluso hacerle pensar que, si eso no está, no sirve de nada creer en el Señor.
Tengan cuidado, dice el Señor, porque hay una línea muy fina entre profetizar y adivinar. Hay una línea muy fina entre ser un instrumento para el bien y dejar de serlo por darle lugar a la codicia de los poderes espirituales, convirtiéndose en un instrumento del mal.
Tengan cuidado, dice el Señor, porque el enemigo anda buscando y oliendo a todos los que dicen ser de Jesús, pero en realidad adoran a este becerro de oro, que son los poderes espirituales. Si ponen primero el recibir palabra profética antes que caminar en santidad, están propensos a caer en este engaño.
Noelia: No le estoy quitando peso al don profético ni a la palabra profética, ni mucho menos, pero hay gente que se olvida de caminar en santidad para buscar profecía. Veo personas que quieren tener visiones todo el día, y lo único que hacen es hablar constantemente de lo que se les revela porque, en el fondo de sus corazones, sienten que no valen nada si no lo hacen.
Están todo el día pidiéndole al Señor: «Señor, dame sanidades, dame milagros», mostrando sus manos al Señor, lo cual, hasta un punto, es bíblico y no tiene nada de malo. La Biblia dice que anhelemos los dones espirituales y especialmente que profeticemos, porque el que profetiza edifica la iglesia.
Sin embargo, el Señor habla aquí de una codicia de la profecía que no es sana y que es diabólica, porque el que esté desesperado por pescar cualquier tipo de pez va a encontrar alguno, pero no todo pez viene de Dios.
Si presionas el uso de los dones espirituales y no los usas bajo la guía del Espíritu Santo, estás a un paso de la adivinación. Estás expuesto a que el enemigo te engañe fácilmente, e incluso puede llegar a usarte para su reino y no para Dios. Porque el que profetiza es como un radar: el radar siempre está disponible, pero la pregunta es, ¿hacia dónde apunta ese radar? Los dones y los llamamientos son irrevocables, dice la Biblia. Es decir, la capacidad de recibir siempre va a estar ahí. Pero la pregunta es: «¿De dónde recibe ese radar?»
Una persona puede recibir un tiempo de parte del Señor, pero si se desvía, si empieza a codiciar cosas que no son de Dios, si entra en pecado y sigue utilizando ese radar, entonces el radar ya no va a recibir del Señor, sino del enemigo. Esa persona ya no estará recibiendo revelaciones del cielo, sino de la oscuridad. Eso es fácil, porque el diablo sabe cómo habla Dios y a veces utiliza el mismo lenguaje, e incluso da visiones y sueños parecidos.
El Señor nos está enseñando todo esto porque así será el nivel de manifestación del engaño que viene en este tiempo. El diablo quiere tomar profetas de Dios, como lo era Balaam al principio, y convertirlos en profetas suyos, en profetas falsos.
El diablo busca tomar instrumentos dotados por el Señor, pero que se desvíen y corran detrás de la manifestación de los poderes espirituales o del dinero, porque, al caer en esta perdición, se convierten en sus instrumentos, aun teniendo las capacidades que tenían antes de caer.
Un mismo radar puede usarse tanto para el bien como para el mal, para arriba o para abajo, y basta un paso para cruzar de una habitación a la otra. Es muy fácil ensuciar el vaso. Por lo tanto, como dice la Biblia, no sean ignorantes de los dones espirituales, y recuerden que aquellos que son guiados por el Espíritu de Dios, esos son los hijos de Dios, y que al árbol se le reconoce por sus frutos.
No utilices lo que el Señor te ha dado como a ti te convenga, como a ti te guste, como tú lo creas o como los demás te pidan. No lo uses bajo presión. No te dejes empujar. No te dejes convencer. Lo primero es la santidad, la comunión con Dios, conocer las Escrituras, mantenerse en oración y en pureza para que tu vaso no se ensucie y siempre esté alineado con la voz de Dios.
Como confirmación de lo que les estoy diciendo, veo a un hombre en una iglesia cristiana, y este hombre es un lobo disfrazado de oveja. Tiene toda la apariencia de ser un ministro cristiano poderoso, un «apóstol ungido», como suelen llamarse entre ellos hoy en día.
No estoy diciendo que uno no puede ser un apóstol ungido, porque el Señor unge a sus ministros. Lo que sí digo es que muchos de estos «apóstoles ungidos» no están ungidos por Dios, y lo que hacen es mezclar la verdad con la mentira, como ya lo están haciendo y lo han hecho desde siempre.
Ellos van a ir a pescar profetas verdaderos para convertirlos en profetas del diablo. Van a buscar personas que realmente tienen dones de sanidad dados por el Señor y van a tratar de pervertirlos, hacer que se vendan, de modo que cuando obren milagros también se manifieste el poder del enemigo en sus manos.
Imagínense el nivel de perversión de lo que viene. Esto ya está pasando, porque está en la Palabra, y Jesús mismo avisó antes de irse que esto iba a pasar. Esto ha pasado desde siempre. Pero lo que el Señor está advirtiendo es que el nivel de apostasía que se acerca, el nivel de engaño, manipulación, mentira y semejanza con lo real, va a ir en aumento.
Y cuando el Anticristo se manifieste sobre la tierra, ya va a tener muchos seguidores. Así como Jesús tuvo miles de seguidores cuando vino a la tierra, el Anticristo también los va a tener. Las masas lo van a seguir, pero estos seguidores ya estarán preparados para recibir el engaño que él tiene para ofrecerles.
Lo que el Señor quiere decir es que si no abrimos los ojos, nos va a dar igual un pan sin levadura que uno con un poco de levadura. En ese punto, sí tenemos que ser extremos como los judíos ortodoxos: cuando no deben comer pan con levadura durante ciertos días, realmente no hay ni una miga de levadura en toda su casa. Todas las medidas que pueden tomar para evitar la levadura, las toman. En los supermercados de Israel no se vende levadura durante esos días.
Tomen las cosas espirituales con esa seriedad, con esa actitud, dice el Señor.
Muchos cristianos critican a los judíos, pero el Señor dice que a nosotros nos caracteriza una tibieza y una mundanalidad, en gran parte. Así nos ven los judíos a nosotros, y dicen: «Sí, ustedes creen que Jesús es el Mesías, pero ¿cómo puede ser si se los ve iguales al resto del mundo? Son iguales. Son mundanos. Son superficiales. ¿Dónde está la seriedad de seguir a Jesús?» Somos como un chiste para ellos.
Estoy tratando de transmitir con mis propias palabras lo que me enseña el Espíritu Santo, teniendo mucho respeto por el pueblo judío. Ellos son radicales. Ellos son totales. No tienen medias tintas. Tratan de guardar todo lo que pueden, como lo escribió Moisés.
No estoy diciendo que hay que guardar la ley de Moisés, sino que al menos ellos no son tibios. Al menos son serios con lo que hacen. Se juegan por lo que creen. Viven lo que leen, quizás no al 100%, pero en un nivel muchísimo mayor que nosotros. El Señor dice que de ellos podemos aprender ese compromiso con lo que creemos.
Este es el comienzo de una serie de profecías para las naciones que el Señor va a estar entregando en estos días. Son distintas cosas que el Espíritu de Dios va a estar hablando y explicando a su iglesia: ¿Por qué se están dando las cosas que se están dando en Latinoamérica y en Norteamérica? ¿Por qué hay naciones que caen y otras que se levantan? ¿Por qué hay cambios tan rotundos? ¿Qué está pasando?
El Señor dice que hay una razón para todas estas cosas. Por un lado, es la preparación para la manifestación del hijo del diablo, del ungido del enemigo. Por otro lado, es la preparación para la venida de Jesús.
Hijitos, tengan esperanza, dice el Señor, porque les voy a seguir hablando. Les voy a seguir trayendo claridad para que sepan por dónde están andando, porque son tiempos muy peligrosos y extremadamente oscuros, pero más que eso, son tiempos demasiado mentirosos.
Noelia: Estoy viendo que nuestra realidad no es lo que parece. Las cosas no son lo que dicen ser. Las noticias no cuentan la verdad. Los medios de comunicación nos mienten. Las organizaciones mundiales que supuestamente existen para protegernos no lo hacen ni lo quieren hacer. Los gobiernos buscan su propio bien, no el de las poblaciones. Todo lo que vemos es prácticamente un escenario armado que, si uno sopla por el espíritu, se desarma y no puede permanecer.
Son cosas que no son duraderas, sino pasajeras, dice el Señor, puestas hasta la manifestación de todas las cosas. Estas cosas tienen que darse, pero son como un escenario ficticio que se va a desarmar.
Noelia: Me viene a la mente la película The Truman Show con Jim Carrey. La vi cuando estaba en el mundo, pero el Señor me la trae a la memoria porque dice que es exactamente lo que está pasando. El protagonista pensaba que tenía una vida real, pero todo era una apuesta, un show.
Así viven hoy ustedes, dice el Señor. Están siendo observados. Están siendo engañados. Están comiendo lo que ellos quieren que coman. Están viendo lo que ellos quieren que vean. Están escuchando las palabras que ellos quieren hablar, de las cuales la mayoría no es cierta.
Los están engañando, los están mintiendo, los están enjaulando, y no hay escapatoria, porque esto ya llegó a un punto donde no hay reversa, donde no hay vuelta atrás. No hay nadie que pueda ni deba desarmarlo, porque son cosas que tienen que darse. Lo importante es que ustedes resistan hasta el final y sepan que donde están viviendo ahora no es la realidad.
El Espíritu también me habla de otra película, porque el Señor habla y utiliza los símbolos que quiere para hacernos entender lo que dice. Pueden ser películas, canciones, poemas, escrituras, libros, lo que sea.
Ahora estoy viendo la película Matrix, donde el protagonista se despierta y toma una pastilla que hace que se dé cuenta de que no vivía en la realidad, sino que todo era algo armado, algo ficticio, una mentira. Pero si quería vivir en la verdad, iba a ser duro y le iba a costar un precio. Iba a tener que renunciar a los placeres carnales.
Así es la vida del humano en esta tierra, dice el Señor. Todo está absolutamente tejido y armado. Los grupos secretos, las logias de los masones, el Papa y los católicos de alto rango en el Vaticano, los que están en la cabeza de las religiones principales, son todos parte de lo mismo, pero con otro color. Por eso se están reuniendo en ecumenismo, porque les da igual si es Alá o si es Buda. Para ellos es lo mismo. Es todo una fachada.
Su objetivo es poner a las masas en una misma bolsa y mover esa bolsa de manera que se junten y formen un conglomerado de creencias en el nombre del amor, según dicen ellos. Así caen las multitudes, porque no saben lo que es el amor, porque la verdad no se les ha manifestado, porque la luz no les ha amanecido.
Oren por eso también, dice el Señor, para que muchos despierten de este engaño.
Noelia: El Señor dice que no creamos en todo lo que vemos a simple vista, que escudriñemos absolutamente todo, hasta el hermano que se nos sienta al lado en la congregación, hasta el pastor invitado que viene a dar una prédica.
Tengan cuidado, dice el Señor, porque el engaño está camuflado permanentemente en todos lados y en todas las áreas donde ustedes se mueven. Los brujos están escondidos por todas partes: en el trabajo, en la iglesia, en la política, en los canales de televisión, en el deporte, en el gimnasio, y ustedes están como alguien ciego que no se da cuenta en qué aguas está nadando.
Noelia: Pidan discernimiento al Señor. No le den lugar al miedo; más bien, tomen conciencia de quiénes son. Aprendan a discernir. Empápense aún más de las Escrituras para poder discernir. Oren permanentemente y pidan guía al Espíritu Santo. Cuando tengan dudas sobre alguna persona, pregúntenle al Señor y sean prudentes.
El Señor me dice que pesemos todas las cosas en la balanza, que consultemos con otros hermanos: «¿Qué te parece esta persona, este profeta, este maestro, este pastor? Mira, me parece que no está bien. ¿Qué piensas que es? ¿Qué dice la Palabra?»
El Señor dice que nos afilemos como dos espadas que se agusan entre ellas. Él dice que busquemos la verdad permanentemente, y que Él, si estamos caminando rectamente, nos la va a otorgar y nos va a guardar de todo este engaño.
El Señor tiene un remanente en su mano, un remanente escogido por gracia, que va a ayudar a muchos a despertar del sueño en el que están. El Señor está hablando de la iglesia.
A ese remanente el Señor ya le abrió los ojos sobre estas cosas de las que estoy hablando, y el Señor está usando a esas personas para abrirle los ojos a los demás, para que reconozcan el engaño que viene y la apostasía que ya se está manifestando, y para que se preparen para la prueba que viene.