Dios te bendiga, amado pueblo del Señor. La Biblia dice:
[Efesios 6:13] Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Porque viene el día malo, el Señor le está hablando a su pueblo para que se prepare.
Hijitos, dice el Señor, los estoy llamando a que estén listos y que velen, porque este es un tiempo peligroso, en el que estoy levantando más y más trompetas para que mis hijos entiendan el tiempo en el que están caminando y se preparen para ser capaces de resistir todo tipo de pruebas.
Pero muchos no están escuchando las alertas, dice el Señor. Así como cuando alguien ve que se viene una terrible tormenta y avisa a su familia para que no estén desprevenidos, sino que hagan lo necesario para poder resistir firmes esa tormenta, así en este tiempo estoy alertando a los míos de lo que viene al mundo. Pero en vez de prepararse, dice el Señor, siguen distraídos y durmiendo. Se acuestan a dormir. Siguen en los placeres mundanos. Se sientan en la mesa a comer, a disfrutar, viendo cómo pasan los minutos en el reloj, mientras esa tormenta que se avecina a sus casas está cada vez más cerca.
Hijitos, no quiero que el hombre perezca, dice el Señor. No quiero que mis hijos sufran por no estar preparados, porque no es que no estén avisados, sino que, una vez avisados, no se preparan. No creen las alertas y no escudriñan la Palabra para ver si lo que les están avisando es cierto, para ver si ya está escrito allí.
Hijitos, reaccionen, dice el Señor. Es muy grave lo que se viene sobre el mundo, y mis hijos van a estar ahí, mientras el trigo y la cizaña son separados. Hijitos, no los voy a quitar antes de la prueba. Van a ser tamizados.
Entiendan que lo que estoy avisando que viene sobre el mundo se va a dar mientras ustedes estén aún pisando esta tierra, mientras sus pies sigan caminando en este mundo, dice el Señor. Justamente por eso aviso y aviso, para que no sufran el golpe.
Pero muchos de ustedes no son prudentes. Son perezosos y no quieren moverse para preparar sus casas para esa tormenta. En vez de asegurar las ventanas y las puertas, en vez de fortificar sus casas, simbólicamente hablando, se quedan como están. Y este es un tiempo en el que, por la gravedad de lo que viene al mundo, si ustedes se quedan como están, no van a poder resistir.
Para poder resistir esas cosas que vienen, dice el Señor, deben fortificar sus vidas en cada aspecto, no solamente en lo espiritual. Para poder resistir lo que viene, tienen que prepararse, tienen que estar listos, tienen que ponerse la armadura para poder luchar contra eso que los va a atacar.
Noelia: Estoy viendo huestes espirituales de maldad y ejércitos de las tinieblas que van contra los hijos de Dios, y a muchos los encuentran desprevenidos. No tienen ninguna armadura espiritual colocada. Están despojados de toda protección.
Su espada no está afilada. No conocen las Escrituras. No las leen. No las estudian. No las meditan. No las creen. No las utilizan, proclamándolas contra los ataques del enemigo. No están firmes en lo que está escrito, porque ni siquiera saben en qué tiempos están. No escudriñan las Escrituras para saber en qué tiempos están.
Por lo tanto, dice el Señor, ni siquiera tienen una espada afilada para ser capaces de repeler esos ataques que vienen contra los hijos. Mucho menos tienen levantado el escudo de la fe, porque para muchos de ustedes la fe es solo una palabra, un cuento de hadas. Para muchos de ustedes la fe es solo una idea, no algo en lo que caminan cotidianamente. No es algo en lo que están acostumbrados a moverse. En su vida no caminan por fe, sino por vista.
Por lo tanto, sus escudos de la fe o son muy pequeños y no les alcanzan para resistir esos dardos que envía el enemigo, o simplemente no tienen un escudo de la fe, dice el Señor, porque todo lo que hacen durante el día es por vista, porque las decisiones que toman son por vista y no por fe.
Se aferran a cosas que les dan una falsa sensación de seguridad, pero en realidad no les aseguran nada, dice el Señor, porque si Yo no construyo, esa construcción se derrumba. Si Yo no fortalezco, no hay nadie que pueda fortalecer.
Por eso, muchos de ustedes no tienen ninguna armadura, dice el Señor. No protegen su mente en este tiempo contra las mentiras que el enemigo les habla, para que puedan resistir hasta el final. Muchos de ustedes han pasado por muchas pruebas y han salido victoriosos, pero cuando el diablo vino y atacó sus mentes, no pudieron hacerle frente y están cayendo.
El diablo encontró una debilidad en ustedes que no estaban protegiendo para poder resistir a esas acechanzas contra sus mentes, contra sus pensamientos, porque no tienen el yelmo colocado, porque no cierran cada pequeña entrada por la que el diablo trata de ingresar en sus pensamientos, debilitándolos hora a hora, día a día, mes a mes.
Si no protegen su mente y no se ponen el yelmo, dice el Señor, se van a quebrar. No en lo físico, no en lo económico, tal vez no en otra área, pero sí en la mente. Tienen que entender que cada área de sus vidas tiene que estar protegida y fortalecida en este tiempo, porque el diablo va a probar por dónde puede entrar. Si no puede por un lado, va a probar por otro lado. Trata de golpearlos en algún área de sus vidas, y si ve que están fuertes, va a dar la vuelta hasta que encuentre una debilidad.
Ustedes piensan que orando y leyendo las Escrituras ya están capaces de resistir lo que viene, pero no es así, dice el Señor. Muchos de ustedes oran durante el día, pero nunca velan durante la noche. En algunos casos, el diablo está entrando por otros lados que no están protegiendo.
Es en cada área de la vida donde deben fortalecerse en este tiempo, dice el Señor. Revisen sus vidas para descubrir esas zonas débiles por donde el enemigo, si las encuentra, podría destruirlos.
Tengan cuidado, hijitos, dice el Señor, porque muchos piensan que están firmes, pero el que piensa que está firme, que tenga cuidado que no caiga. Para muchos de ustedes el golpe viene donde menos lo esperan, y esto será para que puedan mirarse a sí mismos, reconocer y descubrir un aspecto de debilidad en sus vidas del que no eran conscientes.
Les voy a revelar cuáles son esas áreas débiles en cada uno de ustedes, dice el Señor, en sus vidas personales, en sus casas, para que encontrándolas empiecen a reforzarlas.
Cuidado, hijitos, cuidado, porque la prueba se va a dar de todas maneras: desde distintos ángulos, en distintas formas y con distintas intensidades. Vienen golpes de distintos tipos.
Noelia: Estoy viendo a una persona parada, y se acerca un boxeador, que primero le pega en los pies para ver si así logra derribarla. Pero la persona resiste y no cae, y el boxeador decide pegarle en el estómago para ver si ese golpe la derriba. Sin embargo, la persona también resiste ese golpe. Entonces el boxeador le pega en la cabeza, y ahí sí cae.
Así será en este tiempo, y está siendo. Si no es en la salud, será en lo financiero. Si no es en las relaciones amorosas, será en las relaciones amistosas. Vas a recibir golpes a través de tus hijos o de tus mejores amigos. Vas a perder empleos. Vas a estar tan cansado de mudarte tantas veces de casa, que el diablo va a esperar ese momento en que digas, «No quiero más. No puedo más. Me dejo caer», para asestarte el golpe final y derribarte, para que no puedas resistir lo que viene.
Entiendan que van a ser probados en cada aspecto de sus vidas, dice el Señor, porque voy a refinar cada área de la vida de mis hijos y les voy a revelar, a través de estas pruebas, cuáles son esas áreas donde hoy están débiles y no se habían dado cuenta.
Lo haré para que, una vez que se den cuenta, una vez que las reconozcan, dice el Señor, una vez que las tengan marcadas, una vez que digan: «Ah, yo pensaba que estaba fuerte en esto, pero no estaba tan fuerte como creía», puedan tomar acción y fortalecerse ahí. Así, cuando los dolores de parto realmente se intensifiquen y los juicios que caigan sobre la tierra sean cada vez más terribles, cuando realmente la persecución llegue a cada nación contra los hijos de Dios, ustedes puedan resistir.
Hijitos, tengan cuidado, dice el Señor, porque ahora no se están preparando. Están como alguien sentado en una reposera en la playa, mirando el mar, con anteojos puestos, tomando una bebida fresca, y ve venir el tsunami mientras todos gritan: «¡Viene el tsunami! ¡Viene el tsunami!». Sin embargo, aun así no hace nada, diciendo: «Me voy a quedar acá. No tengo ganas de levantarme. No va a ser para tanto. No pasa nada. No me va a afectar. No me va a golpear. No me va a tirar. Mucho menos me voy a ahogar».
Eso es arrogancia, dice el Señor. Es soberbia creerse como Dios, creer que nada los va a tocar, creer que no van a tener que hacer su parte. Es orgullo creer que a los demás sí les va a pasar algo porque son débiles, pero que a uno mismo no le va a tocar, porque en su corazón piensa que es más importante que los demás.
Hijitos, Yo voy a probar a justos y a injustos, dice el Señor, y voy a traer juicio. Mientras traigo el juicio sobre los injustos, sobre los incrédulos, sobre los que no quieren creer en el Hijo de Dios, sobre los que no quieren arrepentirse y cambiar, mis hijos también van a pasar por esas cosas, pero será para que su fe crezca, para que su fe sea probada.
Pero muchos de ustedes están confundidos, creyendo que los voy a quitar antes de esas pruebas. No es así, hijitos. Lean las Escrituras, dice el Señor, porque la Biblia dice que no será antes de que venga la apostasía.
Noelia: También dice la Palabra del Señor que vendrán pestes, terremotos, hambres, y nación se levantará contra nación, y el Señor no va a venir antes de que sucedan estas cosas.
Lean las Escrituras, dice el Señor. ¿Cuándo dije que no iba a refinar a mis hijos? ¿Cuándo dije que no iban a pasar por pruebas? Muchos tienen falsas creencias en sus corazones. Están confundidos. Están creyendo lo que quieren creer y no lo que les estoy avisando desde hace años.
Hijitos, reaccionen, dice el Señor, porque lo que viene va a venir y se va a manifestar lo peor de lo peor. Las cosas no van a ir cada vez mejor, sino de mal en peor. Por eso tienen que estar preparados, como un guerrero que no solo se pone la armadura, con el escudo en una mano y la espada en la otra, sino que también espera parado en posición de guerra, para que lo que venga a atacarlo encuentre a alguien que ya está listo.
Noelia: Estoy viendo ahora una visión de una congregación en la que lo único que se predica es el amor de Dios. Es una congregación donde se habla mucho del bienestar, de las vacaciones, de los autos, de las casas, de los bienes materiales. Es una congregación donde se le da mucha importancia a los títulos, donde muchos se llaman apóstoles, profetas, pastores y otros títulos, no todos dados por el Señor Jesús.
Es una congregación donde se les da comida chatarra espiritual a los niños desde que son pequeños, metiéndoles en la cabeza que Dios es únicamente bueno pero no severo, que los hijos de Dios no pasan por cosas malas, que no son pesados en balanza, que no son probados, que no son refinados, que todas esas cosas malas escritas en la Biblia no son para estos tiempos, y mucho menos para los que son hijos de Dios.
Son congregaciones donde el entretenimiento abunda, donde se le da muchísima importancia a la sociabilización y lo principal es traer gente. La consigna es: «Hay que traer gente. Tenemos que ser más. Tenemos que pescar muchos peces.» Pero una vez que hacen discípulos, los alimentan con comida chatarra, fácil y barata, y no los preparan para lo que viene.
El Señor va a traer juicio sobre estas congregaciones que no están preparando a los suyos para lo que ha de venir al mundo.
Hijitos, dice el Señor, tengan cuidado dónde se meten, porque ustedes también tienen la culpa si están comprando esa comida barata. No son culpables solo los que venden esta comida vacía que no alimenta, sino también ustedes cuando la compran, convirtiéndose en cómplices de ellos.
Eso demuestra que muchos de ustedes son cómodos, dice el Señor. Quieren servirse algo rápido, como alguien que va a un McDonald’s apurado, paga y espera unos minutos para recibir esa comida, y una vez que la tiene, la come rápidamente, mientras va en el auto, sin tomarse el tiempo para alimentarse de verdad.
Así son ustedes, dice el Señor. No respetan las cosas espirituales. No se toman el tiempo para escucharme. Dicen: «¡Qué largos son los videos! Me da sueño leer la Palabra. No puedo estar más de 10 minutos orando.» Quieren todo fácil. Quieren un delivery celestial.
Pero las cosas del Reino no funcionan de esa manera, dice el Señor. Aunque tengo un remanente sabio que escucha los avisos, escudriña en qué tiempo está caminando y espera los golpes que vienen, preparándose lo mejor que puede, gran parte de la congregación de Cristo Jesús no está lista.
No saben resistir ni una noche en vela. Sus cuerpos están débiles porque nunca ayunan. Prefieren pasar todo el día en una computadora, en un celular o en cualquier artefacto electrónico que los mantenga distraídos, activos y ocupados, en vez de estar en intimidad y oración con el Señor, buscando al Señor para que llene sus vasos de fe, confianza y seguridad, para que el Espíritu Santo les muestre cuáles son los pasos que tienen que dar.
Hijitos, pónganse serios en las cosas espirituales, dice el Señor, porque se viene el azote y no van a poder resistir si son débiles. Muchos de ustedes ya deberían ser adultos espirituales, pero siguen siendo niños desde hace muchos años. Ya deberían ingerir carne, pero siguen tomando leche, como un bebé que no quiere crecer y dejar la mamadera. Quieren seguir tomando leche en biberón cuando ya están más que aptos para comer comida sólida.
Este es un llamado a que despierten, dice el Señor, a que recapaciten, a que se levanten de la cama, a que entiendan el temblor que se viene.
Noelia: Estoy viendo ahora a una persona acostada en la cama. De golpe viene un temblor y esa persona se asusta, se sienta en la cama, se para y se pregunta: «¿Qué tengo que hacer? Porque si sigue temblando o si vuelve a temblar más fuerte, tengo que estar preparado. Tengo que saber qué hacer si realmente viene un terremoto».
Esa es la actitud que ustedes tienen que tener, pero que no están teniendo, dice el Señor. En cambio, son como la persona que siente que está temblando el piso y se queda acostada en la cama sin reaccionar, aún sabiendo que después de un temblor normalmente vienen réplicas.
Una cosa es confiar en mí, dice el Señor, y otra cosa es ser negligente y no hacer la parte que ustedes tienen que hacer. Hijitos, ustedes son como aquellos judíos que se juntaban en las plazas para escuchar al profeta, y el profeta que anunciaba lo que venía era como un cantor de amores para los que lo escuchaban. A ellos les gustaba escuchar al profeta. Muchas veces se sentaban y disfrutaban de esas palabras, pero después no las ponían por obra.
[Ezequiel 33:32] Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra.
Los profetas tenían palabras llamativas. Eran personas carismáticas, que llamaban la atención y generaban curiosidad. Pero después de escucharlos, los judíos no iban y hacían caso a lo que los profetas anunciaban, poniéndolo por obra. Eran como alguien que simplemente va a un recital para escuchar a un cantante, pero luego se olvida de todo. Era solo un momento pasajero de diversión y entretenimiento.
Para muchos de ustedes, dice el Señor, escuchar a los atalayas de estos días es solo un momento de entretenimiento o diversión, para saciar la curiosidad. Los profetas y los atalayas normalmente son personas carismáticas, que llaman la atención y hablan con pasión. Pero una vez que escuchan la Palabra, ustedes vuelven al mismo vómito de antes.
Hijitos, recapaciten, dice el Señor, porque eso es lo que están haciendo ustedes. ¿Qué cosas han cambiado en sus vidas después de escuchar tantas advertencias? No muchas. Algunos sí pusieron por obra lo que escucharon, pero son la minoría. La mayoría son como dice Ezequiel 33:32: oyen las palabras, pero no las ponen por obra.
Hijitos, tomen en serio lo que estoy diciendo, dice el Señor, porque no quiero que perezcan en el camino. Quiero que, cuando llegue el golpe a sus vidas, estén listos para resistirlo. La pregunta no es si los golpes van a venir o no; la pregunta es si los van a poder resistir, o si van a desertar de la fe cuando sean golpeados.
Hijitos, hijitos, dice el Señor, si supieran cuánto los amo y cuánto deseo no verlos caer. Por eso estoy abriendo tantas bocas para avisarles que no va a ser fácil. No coman esas basuras doctrinales que muchos pastores les están enseñando, haciéndoles creer que no vendrá nada que tengan que resistir, porque sí va a ser difícil.
Están yendo cuesta arriba, están subiendo la montaña y va a ser cada vez más duro. Todavía falta que se cumplan muchas profecías bíblicas para estos días.
Ustedes esperan que las guerras se calmen, pero no se van a calmar, sino intensificar. Esperan que la economía mundial mejore, pero no va a mejorar. Va a ser un caos mundial, un desorden financiero y económico que va a golpear el bolsillo de muchos, y su fe va a ser probada en esa área.
Cualquiera que sea tu ídolo, va a ser destruido en este tiempo de cambios y pruebas, dice el Señor. Despójense de cualquier cosa que los haga sentir atados, para que puedan resistir en el día malo.
Retomen el tiempo de oración. Oren sin cesar. Oren solos, oren juntos, oren en comunidad. Oren en todo momento. No descuiden la oración. Están cerrando sus bocas. Oren en lenguas; el diablo lo odia.
Noelia: Veo espíritus demoníacos que se queman cuando oramos en lenguas. Se queman. Sufren. Es una tortura para ellos cuando un cristiano renacido habla en lenguas.
No ignoren el poder de Dios, dice el Señor. No ignoren las cosas espirituales. Prepárense para resistir, y prepárense con todo.
Muchos de ustedes deben prepararse comprando alimentos no perecederos para guardar, dice el Señor, pero otros van a mudarse de un país a otro.
Noelia: Tienen que preguntarle al Espíritu Santo qué deben hacer en este sentido. Algunos van a ser levantados como José en Egipto, teniendo y guardando provisión de más, incluso productos para la salud, productos de primeros auxilios, agua y víveres. Muchos de ustedes están puestos como José para estos días.
La clave es buscar al Espíritu Santo y preguntarle al Señor si ustedes, específicamente, tienen que guardar o no, y en qué momento hacerlo. A muchos el Señor ya les ha hablado por sueños sobre esto. Les ha dicho que deben prepararse y guardar alimentos, agua y productos para primeros auxilios. A muchos el Señor ya les ha avisado. Respondan a ese llamado, porque la preparación no es solo espiritual, sino también física y material.
Además de esto, el Espíritu Santo me está mostrando que, para poder resistir los golpes que van a venir, algunos de ustedes necesitan recibir ministración para la sanidad del alma. Cuando venga lo que va a venir, algunos van a estar fuertes en lo físico y en lo espiritual, pero les falta sanidad del alma. Hay algunas áreas donde no tienen equilibrio emocional ni dominio propio sobre sus emociones, y el diablo los va a golpear doblemente en estas áreas.
Como dije antes, si el diablo ve que no puede atacarlos por un lado, va a intentar hacerlos caer por otro: a través de una traición o del rechazo de alguien muy amado.
Ahora veo mujeres que están esperando para casarse, con todo listo, y los novios las abandonan. Este será un golpe muy fuerte que algunas de ustedes van a recibir, y si no están sanas en esa área, el diablo las va a derribar y van a desistir de la fe.
Uno tiene que preguntarle al Señor: «Señor, ¿cuál es mi debilidad? ¿Dónde puedo caer yo? ¿Dónde tengo una pequeña hendidura abierta?» Las puertas abiertas no siempre son pecados. Una puerta abierta puede ser una falta de sanidad del alma en un área donde uno esté débil, y entonces el diablo puede entrar por ahí, apretar tu corazón y hacerte caer.
Así que, el que esté listo en todas las otras áreas, tiene que preguntarle al Espíritu Santo: «¿Necesito sanidad de corazón? ¿Tengo traumas de la infancia, incluso desde antes de nacer, transmitidos generacionalmente desde la panza de mi madre? ¿Hay traumas o cosas que tengo que resolver de mi pasado? ¿He perdonado a todos?»
Por ejemplo, si el diablo ve falta de perdón o desvalorización personal hacia ti mismo, entonces tiene una posible entrada para golpearte fuerte por ese lado y hacerte caer. Así que tenemos que revisar cada detalle en este tiempo para poder resistir lo que viene.
Nosotros tenemos al Espíritu Santo de Dios, que nos ayuda en todas las cosas y nos enseña todas las cosas. Por eso es importante que aprendas a entenderlo: cómo te habla a ti, cómo te indica a ti, cuáles son las cosas que te está señalando. Dios te está ayudando, pero si no sabes escucharlo o entenderlo, ¿cómo vas a responder a lo que Él te está diciendo?
[Juan 14:26] Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
No están a ciegas, hijitos, dice el Señor.
Noelia: A muchos de ustedes el Señor les ha dicho, de distintas maneras, que se van a mudar de casa, o de ciudad, o de provincia, o incluso de país. El Señor ha puesto en ustedes, de diferentes formas, el sentir de que tienen que empezar a limpiar sus casas de cosas que no usan, a vender muebles, a regalar ropa que está de más.
El Espíritu Santo los está llamando a despojarse para que, cuando el Señor diga: «Ahora abro la puerta para que vayas a ese otro lugar», ya estés listo y quede muy poco por hacer, pero no lo estás haciendo.
Este es un tiempo migratorio, donde las gentes van de aquí para allá, como dice el libro de Daniel. Pero para poder estar libres, para poder correr de aquí para allá, tenemos que estar preparados.
[Daniel 12:4] Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.
Esa es otra de las formas en que el Señor nos está llamando a prepararnos en este tiempo. Si el Señor te está diciendo que te va a llevar a otro lugar, no sigas comprando cosas que se acumulen en tu casa, porque después vas a perder tiempo, y eso puede ser peligroso.
Si el Señor te llama mañana y no estás listo para irte, o si ocurre una tragedia en tu área y el Señor te dice: «Ya mismo tienen que irse de acá», vas a estar apegado a esas cosas y te va a doler más. Entonces, el diablo te va a golpear en esta área, además de que será como una piedra de tropiezo. Si el Señor está poniendo en tu corazón que tienes que mudarte pronto, aunque todavía no sepas a dónde, y te ha dicho que alivianes tu marcha, entonces empieza a prepararte.
Hijitos, prepárense, dice el Señor. Prepárense para la prueba. Fortalezcan sus corazones declarando los salmos. Cada día van a tener que confiar en mí. Muchos de ustedes me dijeron que confiaban en mí, pero ahora quiero ver si realmente es así. He pesado sus palabras en mi balanza y quiero ver si realmente las ponen por obra.
Muchos de ustedes dijeron que se abrazaban de mí como su columna fuerte, que Yo era su castillo fuerte. Pero ahora, con las cosas que vienen, voy a ver si realmente es así, o si se abrazaban a sus bienes materiales, a su familia, a su pastor o a cualquier otra cosa antes que a mí.
Los estoy preparando para la venida gloriosa del Señor Jesús. Para eso ya van a haber sido entrenados en operar en una fe mayor, y esto solo es posible a través de las pruebas, dice el Señor.
Resistan. Fortalézcanse. No se caigan. Y si han sido golpeados y se sienten derribados, todavía están a tiempo de pedirme que los fortalezca.
Hijitos, estoy acá, extendiendo mi mano a todo aquel que la necesita. Pero deben creerme que los quiero ayudar, que los puedo levantar y que los quiero socorrer. Hijitos, confíen en mí, que los amo tanto.
Noelia: El Señor me está mostrando ahora que muchos de ustedes se están cargando con cosas que no tienen que cargarse. Se están metiendo en doctrinas que los están llevando a esclavizarse y, de esta manera, están saliendo de la gracia.
[Gálatas 3:1] ¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?
Cuidado, dice el Señor, porque muchos de ustedes están queriendo cumplir reglas en la carne y se están saliendo del pacto del Señor Jesucristo. Es por fe y es por gracia, dice el Espíritu Santo.
Noelia: Escucho las palabras «reglas de hombres» y me viene a la mente este versículo:
[2 Corintios 3:17] Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
El Señor me revela que algunos de ustedes se están metiendo en congregaciones donde muchas de las cosas que les dicen que tienen que hacer no son por el Espíritu de Dios.
Les están quitando la libertad y ustedes se están sintiendo cada vez más esclavizados, más cansados, más apagados, más secos, más aburridos, más estancados, porque donde el Espíritu de Dios no se mueve no hay libertad y no hay crecimiento. Todo se transforma en reglas que hay que cumplir y que se vuelven cargas pesadas que ni ellos mismos cumplen. No hay crecimiento en la vida espiritual, porque el crecimiento lo da Dios a través de su Espíritu.
[Mateo 23:4] Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
El Señor dice que si ustedes no salen de estas doctrinas que los atan en vez de traerles libertad, que los esclavizan en vez de sacarlos de las cárceles, que los hacen sentirse pesados en vez de ser cada vez más livianos para volar en el Espíritu, les va a ser muy difícil resistir lo que viene. Todo se va a transformar en cumplir reglas y, por estar tan preocupados por cumplir con las reglas que les han impuesto, no van a dedicarse a escuchar al Espíritu de Dios.
Cuidado, hijitos, dice el Señor. No se dejen esclavizar. No dejen que los hombres les coloquen cargas en sus espaldas ni que les exijan más de lo que está escrito.
Noelia: Y me viene a la mente este versículo:
[Hechos 21:25] Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación.
Escudriñen las Escrituras, dice el Señor.
Noelia: Estoy viendo hombres que se están circuncidando, porque esto les están imponiendo algunas congregaciones.
Están dejando de caminar en el Espíritu para caminar en la carne, dice el Señor. Pero si hacen esto, se van a desviar del camino y no van a seguir la guía del Espíritu. Por lo tanto, les va a ser muy difícil resistir lo que viene y no van a crecer en la fe, porque no es por vista, sino por fe. Abraham fue justificado por la fe, dice el Señor.
Cuidado, hijitos, dice el Señor, porque se están atando y, haciendo esto, se están olvidando del trabajo que se realizó aquel día en la cruz. Hay una ley, pero ya no es carnal, sino espiritual. Cuidado, hijos, porque si ustedes se atan de esta manera, se están volviendo más proclives a creerle al Anticristo cuando se manifieste.
Los amo, hijitos, dice el Señor. Por eso les estoy avisando que revisen cada detalle de sus vidas, para que se preparen y puedan resistir todo lo que viene sobre la tierra. No se dejen atar y esclavizar por hombres que predican mal, por hombres que retroceden después de haber encontrado la libertad.
Hijitos, no vuelvan atrás. ¿Por qué quieren volver a Egipto cuando Yo ya los rescaté de allí? ¿Por qué quieren volver a colocarse esposas en las muñecas cuando ya se las había quitado? No se esclavicen, porque para caminar en fe no hace falta cumplir un libro de reglas, aunque todo tiene que hacerse decentemente y con orden.
Tengan cuidado, dice el Señor. Abran los ojos y disciernan a estos espíritus de religiosidad que quieren encasillarlos, que quieren frenarlos, que quieren congelarlos para que no se muevan en la libertad del Espíritu y en la gracia de Jesús.
Recapaciten en esto, dice el Señor, y pídanme que les abra los ojos y los libere de estas cosas. Pónganse anteojos espirituales y lean lo que dicen las Escrituras acerca de esto, porque no va a ser Moisés el que venga a buscarlos; va a ser Jesús, el que en su venida arrebate a los suyos.
No vuelvan atrás. Avancen en Cristo Jesús, en la ley de Cristo y no de Moisés, sin miedo, hijitos.
Noelia: El Espíritu me dice que también tenemos que crecer en amor, porque el amor nos va a ayudar a resistir los golpes que vienen.
El que más ama, menos teme, dice el Señor. El miedo es una herramienta que el diablo utiliza en contra de nosotros para destruirnos, pero el amor vence al miedo. Y cuanto más aprendamos a amar al prójimo y a nosotros mismos, más aptos vamos a estar para resistir los golpes que vienen.
Noelia: Y me viene a la mente este versículo:
[Juan 15:13] Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
El Señor dice que tenemos que llegar a un punto de amar tanto, que si es necesario entregar la vida por el prójimo, lo hagamos, así como Él nos amó a nosotros y entregó su vida por nosotros.
Ese es el amor más grande, dice el Señor, y si ustedes aprenden a entregarse por el otro de esta manera, van a poder resistir cualquier cosa, porque su preocupación va a estar en amar al otro y entregar sus vidas por el otro, no en su propio sufrimiento.
Amen de esta manera, dice el Señor, y van a poder resistir cualquier cosa.
Noelia: Cuando viene un golpe, uno piensa en el dolor que siente, pero si uno deja de concentrarse en ese dolor y pone el enfoque en amar y servir al Señor y a los demás, ese sufrimiento pierde fuerza y uno se vuelve más resistente al dolor y a los golpes.
Amen, dice el Señor, porque el amor y el servir a los demás será clave en estos últimos días.
Noelia: Veo merenderos y veo que algunos de ustedes están llamados a alimentar a los hambrientos o a coser ropas para los necesitados.
Hay muchas formas de amar al prójimo, dice el Señor, y el servicio al prójimo les va a ayudar a resistir, porque ya no estarán concentrados solo en su propio dolor.
Noelia: Para todos los que se están preguntando: «Bueno, pero ¿cómo resisto?», el Señor ha dado muchos consejos e instrucciones que, si son inteligentes y prudentes, van a saber volver a escuchar para tomar nota y empezar a ponerlas por obra en sus vidas.
El Señor ha arrojado luz hoy sobre cómo prepararnos para lo que viene, para poder resistir esas tribulaciones, que solo son pasajeras, efímeras, y no se comparan con la gloria que nos espera.
Ese es otro tip que el Señor nos da esta noche: que nos concentremos en lo que viene, en la vida eterna, en ese gozo donde ya no habrá más lágrimas, más dolor, más angustia. Ya no habrá más golpes. Es solo un momento lo que tenemos que resistir en esta tierra.
El Señor dice que cuando nos sintamos caídos, recapacitemos en que esto es solo una tribulación momentánea y que hay una recompensa que nos espera.
[2 Corintios 4:17] Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.
Amén.
Mi profeta Noelia bendiciones, disculpa escribirte por acá pero me urge, es que hay una persona con un perfil falso tuyo pidiendo dinero para donación ( es la misma persona que hace tiempo lo había hecho), y ha puesto el mismo mensaje para muchas personas incluyendome a mí, lo ha puesto en los mensajes que nosotros hemos puesto en la imagen que tú pusiste de los 100.000 seguidores, y sería bueno si PAPÁ lo permite que tú hicieras un pequeño video alertando a las personas. Gracias mi profeta y bendiciones de lo alto.