Dios te bendiga, amado pueblo del Señor. Paz y misericordia para todos ustedes, en el nombre poderoso de Cristo Jesús. La Palabra dice:
[1 Tesalonicenses 5:3-5] Cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.
Por eso, el Señor está colocando luz sobre el futuro de sus hijos. Pero destrucción repentina vendrá sobre los inconversos, los injustos, los que rechazan al Mesías. Ellos son los que caminan en tinieblas, los que son de la noche y no pueden ver lo que viene. Pero para sus hijos, el Señor hace una diferencia.
Nosotros no solo somos de la luz y no de las tinieblas, sino que caminamos en luz, y el Señor arroja luz sobre lo que va a venir, aclarándonos cuáles son los tiempos que estamos transitando y cuáles son las profecías bíblicas que se van a cumplir mientras estemos en esta tierra. El Señor avisa para que no estemos desprevenidos, porque Él es un Dios que nos ama.
Así que no temas, pueblo, por la palabra que vas a escuchar hoy. Abre tus oídos para recibirla con gozo y alegría, porque la Biblia dice que nos regocijemos cuando escuchemos acerca de las cosas que van a acontecer en los últimos días, sabiendo que nuestra redención está cerca.
En este primer día del año 2024, ¿qué podemos esperar de aquí en adelante? Si tuviera que ponerle un título a este año, por las cosas que el Espíritu Santo me ha venido revelando y hablando en este tiempo, yo lo titularía: «2024: año violento»; violento para el mal, pero también violento para el bien.
Voy a enumerar algunas de las cosas que el Señor me ha mostrado en mi intimidad, en la oración, en mi búsqueda de Dios. El Padre me ha mandado a hablar a las naciones y me ha dicho:
«Todo lo que te hable en secreto, lo vas a hablar en público. Todo lo que te muestre, lo vas a hablar a las calles, a las gentes, a las naciones, a los pueblos. No te guardes nada. Todo lo que te hable en secreto lo vas a decir a los cuatro vientos, en las azoteas. Grita, hija, porque este es un tiempo apocalíptico. Este es un tiempo tremendamente profético.»
Por eso el Señor habla tanto en este tiempo y trae claridad en mayor medida, dando más palabras proféticas, más sueños y más visiones, porque Él no deja a un pueblo ciego. El Señor alerta, avisa y advierte para que sus hijos sean guardados mientras pasan por las pruebas de estos dolores de parto y para que tengan éxito durante ellas.
Una de las cosas que el Espíritu Santo me decía es que en este tiempo el mapa del mundo va a cambiar. Yo veía países disputándose territorios y guerras que se van a levantar por esta causa. Ciertas naciones van a querer recuperar territorios que antes les pertenecían, pero que luego perdieron.
Veía que después de estos conflictos, los límites de algunos países cambiaban. Algunos perdían territorio y se achicaban, mientras que otros ganaban territorio y se agrandaban. Veía el mapa político del mundo transformado.
Los que están estudiando en las escuelas tienen que comprar mapas políticos, donde se ven los límites de cada país, y el Espíritu Santo me hacía entender que esos mapas ya no van a servir. Los van a tener que tirar a la basura, porque los límites de los países van a cambiar.
Esto va a suceder a través de violencia. Es mucha la violencia que se avecina en 2024. Además de estos conflictos, va a haber violencia provocada por eventos naturales que cambiarán la geografía de la tierra: terremotos, huracanes, tornados, levantamiento del agua y también socavones.
En el año 2018 comencé a profetizar que se iban a empezar a dar socavones muy frecuentes y que la tierra se iba a hundir de una manera extraordinaria, nunca antes vista. No es que la naturaleza hace estas cosas por sí misma, sino que tiene una orden de Dios para ejecutar sus juicios sobre la tierra. Los dolores de parto se están manifestando también a través de la violencia de la naturaleza.
Estas cosas van a provocar cambios en los relieves de los países, disminuyendo la vegetación en algunos y aumentándola en otros. Ciertos territorios, cuya geografía era conocida de una manera, van a cambiar tras la violencia de estos terremotos, maremotos y otros eventos que se avecinan. La tierra va a cambiar. Como ya he venido diciendo desde hace unos meses, el mundo está cambiando.
Este es un tiempo de cambios, pero no de cambios progresivos, tranquilos o lentos, sino de cambios violentos, porque los tiempos también se están acelerando.
La manifestación del hijo del diablo, del príncipe de las tinieblas, se acerca, me dice el Espíritu Santo, y todas las cosas se están acomodando para que se realice el escenario mundial en el que él aparezca, sea aceptado y bienvenido.
Veía piezas de ajedrez que se movían, y el Señor me decía: «Las piezas del ajedrez se están moviendo, y unas piezas están comiendo a otras en el tablero». El ajedrez es un juego con piezas blancas y negras, y justamente representa muy bien estos últimos días, porque todo se está yendo a los extremos.
Lo que diferencia al 2024 de los años anteriores es que va a ser un extremo aún más marcado que el 2023, el 2022 o el 2021. Lo negro será más negro, como he dicho muchas veces, y lo blanco más blanco, porque hay distintos tipos de blancos y distintos tipos de negros. Todo se va a los extremos.
Si antes los cambios tomaban su tiempo, ahora serán más rápidos. Serán repentinos, como dice 1 Tesalonicenses 5:3, que habla de destrucción repentina.
Otro punto que el Señor me mencionaba es que el juicio por agua este año será tremendo. El Señor va a utilizar mucho el agua para traer juicio a las naciones de distintas maneras durante este año y en adelante.
Todo será más destructivo. Pero lo que es bueno y constructivo también alcanzará extremos: será más bueno, más constructivo, más blanco, más edificante. Todo se va a los puntos extremos, tanto para lo bueno como para lo malo.
Los juicios por agua se van a manifestar muchísimo este año. Las costas se levantarán, los ríos se desbordarán, pero paradójicamente, también habrá sequía. La sequía seguirá aumentando en algunos lugares de la tierra, y esto será otro de los extremos.
El clima de la tierra va a cambiar de manera violenta. Sequías, inundaciones y tornados se van a dar en lugares donde nunca antes se habían dado de la forma en que lo harán. Por ejemplo, los tornados y tormentas que se dieron hace un tiempo en la provincia de Buenos Aires son fenómenos que no son habituales ni normales en esa región.
Todo se va a dar vuelta 180 grados, porque estamos en los tiempos finales y no hay lugar para la tibieza. La iglesia ya no puede quedarse como está, en la tibieza en la que está, sino que el Señor la va a llevar a reaccionar a través de todas las cosas que están pasando.
Todo va a operar en un extremo nunca antes visto.
El juicio por agua será extremo. Tenemos que orar por los tsunamis, por todo tipo de inundaciones y por ciudades golpeadas por el agua. Tenemos que orar por el equilibrio en todo lo que tiene que ver con el agua. Y mientras esto sucede, tenemos que orar por la salvación de las almas, porque el Señor va a utilizar estos juicios para que muchas almas vengan a Él y entiendan que lo que dice la Biblia es real y se está cumpliendo de la A a la Z.
Otra cosa que el Señor me ha hablado muy claramente en este tiempo es que vienen cambios en las alianzas entre los países, como la ONU, la OTAN o la Unión Europea. Algunos países se unirán a alianzas ya existentes, mientras que otros saldrán de alianzas a las que pertenecían desde hace mucho tiempo.
El Señor también me decía que se están reagrupando naciones que antes no se llevaban bien ni habían formado alianzas.
Veía cómo las piezas de ajedrez se movían de un lugar a otro, y el Señor me hizo entender que detrás de estas alianzas está la élite mundial: los titiriteros que manejan, controlan y manipulan a los habitantes de la tierra, los que fraguan todo tipo de mentiras y engaños, los que enviaron la pandemia del COVID-19.
Ellos tienen una agenda establecida para llevar adelante mucho más, una agenda vinculada a la de Satanás y que Dios permite como juicios sobre la tierra. Esto también sirve para sacudir a la iglesia para que despierte, se acomode y se ponga a cuentas con Dios, y para que muchos inconversos crean y vengan a Él.
Mientras oraba en estos días, veía cambios violentos y escuché las palabras «exilio», «éxodo» y «violencia». Todas estas cosas están conectadas.
Algunos países que hoy forman parte de alianzas serán expulsados para dar lugar a otros. Al mejor postor le van a permitir ingresar en estas nuevas alianzas, y a quien ya no sirva, no aporte o no quiera formar parte de la élite mundial, lo van a dejar de lado.
Además, se están formando nuevas agrupaciones que aún no han salido a la luz, pero que ya están sobre la mesa. Así que, cuando veas que estas cosas suceden, recuerda que el Señor te lo avisó.
En este tiempo se recrudecen las guerras. En el primero o segundo día de enero de 2023, estuve transmitiendo sobre lo que el Señor me hablaba para ese año, y Él decía que este es un tiempo de guerra. No se trata de un año, sino de un tiempo de guerra, porque dice la Biblia en Mateo 24 que nación se levantará contra nación y reino contra reino, y habrá pestes, hambres y persecución.
Este tipo de cosas se van a dar en estos tiempos, y es necesario que acontezcan. Entonces, no esperemos que las cosas se calmen en esa área, sino que se vuelvan peores y más violentas.
El Señor también me mostraba a Rusia estrujando a Ucrania, duplicando la violencia y aplicando mano fuerte, tratando de acelerar el tiempo para que Putin logre sus objetivos allí.
Al respecto, creo que gran parte de las personas ni se imagina quién es Putin. No solo es un hombre inteligente, sino que la voluntad que posee es casi inquebrantable. Me animo a decir que, cuando él se propone algo, el único que podría doblegar su voluntad es el Señor.
Cuando este hombre se fija un objetivo, establece una meta y toma una decisión, prácticamente nadie puede hacerlo cambiar. Para cuando él llega a decir: «Voy a ir contra este país», o «Voy a lograr tal cosa», o «Voy a lograr esto», o «Voy a hacer lo otro», todo lo que ha planeado detrás de esa decisión es completamente detallado y dedicado.
La mente de este hombre es sumamente poderosa. Es un líder clave en estos días, por las decisiones que tome y por todo lo que ha venido planeando durante muchos años y que llevará a cabo en los tiempos que vienen. Su papel será clave en estos últimos días, al igual que el de Xi Jinping, el presidente de China.
He dicho hace años que Rusia y China se iban a levantar con fuerza en estos últimos tiempos y que iban a dominar el mundo en algunas áreas de manera impresionante, y así está siendo. Por ejemplo, fue China la que lanzó el coronavirus para después ofrecer la solución a las naciones oprimidas por la pandemia.
Veía a Rusia duplicando los esfuerzos y la violencia. Rusia avanza con todo y sigue aliándose con otras naciones por debajo de lo que se ve. No es solamente China, sino muchas naciones con las cuales Rusia se está aliando, incluyendo muchas naciones árabes y musulmanas. Así que ojo con eso.
El otro día, el Espíritu Santo me decía: «China y Taiwán. China y Taiwán». Lo que hizo Putin con Ucrania le ha dado a China impulso y coraje. Ha sido como un puntapié para que el presidente de China diga: «Bueno, esta también es la hora para que yo inicie ciertas acciones militares en línea con mis intereses».
El Espíritu Santo me decía que oremos por este tema, porque hay muchos conflictos que tienen que ver con intereses territoriales. Las potencias mundiales de estos tiempos buscan ganar más poder para ejercer mayor dominio sobre los pueblos y también para darle de baja al águila, a Estados Unidos.
Antes de que se concrete el ataque contra Estados Unidos que muchas naciones están fraguando juntas bajo la mesa, estas naciones necesitan primero ganar más poder y reforzar su imagen ante el mundo.
El Señor está hablando de todas estas cosas no solo para que sus hijos las sepan y se preparen, sino también para que intercedamos por ellas.
Otra de las cosas que se van a dar son cambios de presidentes con ideologías distintas. Este es un tiempo en el que muchos árboles son cortados, porque las piezas del ajedrez se van acomodando para el escenario final, para que se manifieste el hombre de pecado, como dice la Biblia.
Hay muchas cabezas —presidentes y reyes del mundo— que tienen que ser quitadas, porque ya cumplieron su tiempo o porque el Señor está trayendo juicios sobre ellas. El Señor va a cortar estos árboles. Muchos serán arrancados de raíz y otros reemplazados, para colocar las piezas que estarán en juego en los días finales.
En algunos países, ustedes verán cambios de ideología abruptos e inesperados. Naciones que durante muchos años estuvieron gobernadas por presidentes de ideología socialista o comunista pasarán a regirse por una ideología política y económica diferente.
El Señor me decía que también va a venir jaque mate para manos duras. Serán cortadas cabezas de dictadores que aparentan ser democráticos, pero que en realidad no lo son, y que están oprimiendo a los pueblos a través de decisiones que no tienen nada que ver con lo que el Señor desea para esas naciones.
Va a haber un reemplazo de presidentes. El mundo se va a asombrar, porque lo que estaba arriba va a bajar, lo que estaba abajo va a subir, y va a haber cambios violentos en las cabezas de las naciones.
Se avecina violencia, pero no solo una violencia mala, sino también una violencia buena y necesaria para lograr cosas buenas y para que los propósitos del Reino de los Cielos para estos tiempos se cumplan.
El Señor también me decía que el engaño va a aumentar, pero también la verdad. La manifestación de los «extraterrestres» se va a intensificar. La aparición de OVNIs seguirá multiplicándose y aumentará la magnitud de sus manifestaciones. Los OVNIs se van a presentar en cuadrículas o en formación de ejércitos.
Esto es parte del engaño para controlar a la población a través del miedo y para que, cuando los demonios se manifiesten literalmente ante los ojos de las personas, la gente crea que son extraterrestres y no que vienen del infierno.
La apostasía va a aumentar, pero también la verdad, y se van a ver dos tipos de iglesias.
En realidad, solo hay una iglesia: la iglesia verdadera, el cuerpo de Cristo, la congregación de los santos, de los hijos de Dios, de los nacidos de nuevo. Pero también se manifestará la falsa iglesia: congregaciones donde se predican falsas doctrinas, doctrinas demoníacas y la manifestación del poder del diablo en vez del poder de Dios.
Estas congregaciones dominarán a sus miembros aún más que ahora. Los controlarán como si fueran reos. Y me viene a la mente la imagen de la cárcel en El Salvador conocida como «la cárcel de Bukele».
Lamentablemente, así van a ser espiritualmente los que formen parte de esas falsas congregaciones. Aunque tengan el nombre de la bondad, incluso el nombre de Jesucristo, lo que se va a predicar, enseñar y mover ahí no va a tener nada que ver con Dios.
Estas congregaciones van a preparar a sus miembros para la manifestación del Anticristo, para que estén listos para caer en ese gran engaño. Algunos lo harán conscientemente; otros, sin darse cuenta. Para estos últimos, el Señor siempre va a tener una oportunidad y los va a llamar a salir de esas congregaciones.
Vamos a ver un gran éxodo de las congregaciones. Mientras la iglesia falsa crece y la apostasía aumenta, también aumentan el engaño, los falsos profetas, los falsos milagros, las falsas sanidades y otras manifestaciones del poder del diablo.
El diablo también tiene poder para hacer sanidades y milagros, pero estos no son gratuitos, ni verdaderos, ni permanentes. Se manifestarán sanidades impresionantes que parecen venir de Dios, pero que en realidad traerán terribles maldiciones sobre los que reciban este tipo de milagros, porque después el enemigo cobrará las almas de esas personas o de sus familiares.
Lo que hace el enemigo es mostrar su poder y luego cobrar por otro lado. No sana nada, ni realiza ningún milagro que restituya, que restablezca, que llame al arrepentimiento o que acerque a la gente al Señor. Al final, no solo no te acerca al Señor, sino que termina pasándote la factura por ese milagro demoníaco, y la deuda será mucho mayor que la que tenías antes.
Van a ver la manifestación de una iglesia falsa: una iglesia que se queda atrás, que da falsas enseñanzas y malinterpreta las Escrituras, que lleva el nombre de Jesús pero no lo conoce, una iglesia que no permite la entrada ni el mover ni la manifestación del Espíritu Santo.
Los falsos hermanos se levantarán contra la verdadera iglesia del Señor Jesucristo, que crecerá y ganará más poder que nunca.
En las iglesias donde el Espíritu Santo se manifieste verdaderamente y su obra se realice en estos tiempos apocalípticos, va a suceder lo mismo que pasó en el tiempo de Jesús: los falsos hermanos serán como los fariseos y, creyendo que hacen lo bueno, se levantarán contra los que tienen la verdad.
En este tiempo, el Señor está trayendo restitución: restitución de su Palabra, restitución de la doctrina bíblica, restitución de las prácticas que se realizaban en el tiempo del libro de los Hechos pero que ya se han perdido, y restitución de sanidades y milagros increíbles.
Vamos a ver la gloria de Dios manifestarse a un nivel sorprendente y, a medida que los juicios crezcan sobre la tierra, más almas vendrán al arrepentimiento y al encuentro con el Hijo de Dios.
En este tiempo, mientras el engaño crece y la falsedad aumenta, el Señor Jesús se manifestará más de la manera en que se presentó a Saulo. El Espíritu Santo me está mostrando ahora que, mientras el engaño crece, Jesús mismo va a mostrar su rostro a muchos que no lo conocían.
Jesús mismo se va a presentar directamente en sueños y visiones, y muchas personas también podrán verlo con los ojos de la carne, así como Saulo. Las conversiones que se vienen serán estupendas y asombrosas.
Tenemos que entender que no todo es malo. Aunque sucederán cosas terribles, mientras el engaño y la apostasía crecen y la falsa iglesia se viene abajo, habrá un remanente, como siempre tuvo el Señor, que hará obras mayores de las que Él hizo en su tiempo.
[Juan 14:12] El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
Nosotros estamos en tiempos más gloriosos. Los tiempos en los que estamos entrando son más gloriosos que los tiempos de Moisés y que los tiempos de Jesús.
[Hageo 2:9] La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos.
No tenemos que amargarnos por estas cosas que vienen, sino más bien prepararnos como vasos para que el Espíritu Santo derrame de ese poder glorioso y de esas nuevas unciones en las que estamos caminando y en las que vamos a caminar en los tiempos que vienen, mientras todo se derrumba.
[Daniel 12:9-10] Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.
Aún no es el fin, sino el tiempo del fin, el tiempo que precede al fin. Estamos en los días finales, en los dolores de parto. Cuando el libro de Daniel dice: «Ninguno de los impíos entenderá», no habla solamente de los que están en el mundo y que no creen en Jesús, sino también de los fariseos de estos días.
El Señor está derramando un conocimiento especial y una revelación preparada para estos días. El Señor está derribando doctrinas y edificios de hombres que Él nunca levantó y reemplazando la mentira por la verdad, en lo que tiene que ver con doctrinas bíblicas y cosas que están en la Biblia pero que nunca se les prestó importancia. Y los religiosos, los que no entienden lo que el Señor está haciendo en este tiempo, serán arrancados y quitados.
Va a haber una iglesia dormida y una iglesia despierta. Van a estar los que digan que creen en Cristo Jesús, pero no lo conozcan; que crean en la existencia del Espíritu Santo, pero no lo entiendan y no saben vivir bajo su guía. Y van a estar los despiertos. Y los dormidos se van a levantar contra los despiertos.
Por eso, entre otras cosas, una de las cosas que vienen en los últimos tiempos será una plaga zombi. Puede sonar exagerado, como algo salido de una película de Hollywood, pero es real. El Espíritu Santo me mostraba que viene una plaga zombi en la que las personas se comportarán como los zombis de las películas.
Eso representa a un pueblo que dice ser pueblo, pero no lo es; un pueblo completamente dormido, manipulado, controlado y sedado por los titiriteros.
Estos titiriteros no son solo la élite mundial que domina al mundo y lo hará aún más, sino también los líderes de congregaciones falsas que manipulan, controlan y dominan a las ovejas, la mayoría de las cuales no quieren saber la verdad porque están cómodas, en el lujo, en iglesias de la prosperidad.
Esta plaga zombi se va a dar por diferentes causas. En parte, será una manifestación de lo que sucede en el plano espiritual. No solo los inconversos serán como zombis, sino también muchos cristianos. Es tremendo lo que se viene, por eso hay que pedir discernimiento.
Por otro lado, muchos de ustedes van a tener sueños en los que el Señor mismo les va a enseñar sobre porciones de la Escrituras para derribar mentiras que les han enseñado.
Una de las mentiras que el Señor está derribando y destruyendo con fuerza en este tiempo es que la iglesia no va a pasar por tribulación, que será quitada antes de que se manifieste el Anticristo, que no va a pasar por ningún mal, por ningún daño, por ningún juicio. Pero ya vemos que los juicios se están derramando sobre la tierra, tal como dice la Biblia, y la iglesia sigue aquí.
Por eso, en este tiempo el Señor está despertando verdades que ya están escritas en la Palabra, pero que fueron mal enseñadas durante tantos años.
En los días que vienen vamos a ver cómo el Señor destruye por completo y de forma violenta cosas como esas. Vamos a ver cómo el martillo de Dios golpea con fuerza estas mentiras y errores, porque Él está preparando a sus hijos para la venida del Señor, que está cerca.
Otra de las cosas que el Señor me ha venido mostrando y repitiendo en estos días, mientras oraba por el año 2024, es enfermedad y muerte. No serán casos aislados, sino olas de mortandad, como pasó durante la pandemia del COVID, que también fue anunciada por el Señor.
Sin embargo, la iglesia se sorprendió de que se cumple tan rápido y de que tantos cristianos partieron durante esa pandemia. Esa pandemia también tocó los hogares de los hijos de Dios por distintas razones, no siempre como juicio: a veces como prueba, a veces para que nuestra fe crezca, y otras veces porque simplemente hay personas que cumplieron su tiempo y tenían que partir de esta tierra, porque no todas las almas son hechas para caminar en estos tiempos.
Así como la pandemia del COVID fue una oleada en la que murieron miles y miles de personas, incluyendo muchos ministros e hijos de Dios, olas de mortandad van a venir cada tanto.
Ya he dicho en otros mensajes que no solo he visto distintos tipos de virus flotando en el aire al mismo tiempo, sino también que el Espíritu Santo me habló de que el COVID volverá. No sé si será en la misma forma o de otra manera, pero escuchaba: «COVID, COVID, COVID».
Veía enfermedades en animales, como cerdos, caballos y monos, y también enfermedades que ahora no son comunes o que hace tiempo no se veían, pero que volverán a aparecer en la tierra, junto con otras nuevas.
Veía bacterias letales y gente caer muerta de manera violenta y muy rápida. Esas enfermedades no daban tiempo a reaccionar ni a hacer nada.
Los científicos buenos, aquellos que no trabajan para la élite, se van a agarrar la cabeza, porque todo se va a desarrollar tan rápido que será como cuando el ángel de la muerte pasaba por Egipto, matando a los primogénitos.
Así como en el tiempo de Moisés se daban las diez plagas una tras otra, vamos a ver en estos días distintos tipos de plagas. Entre ellas, he visto bacterias letales que traían muertes repentinas.
El Señor también decía: «encierro y control». El control no va a frenar, sino que va a seguir en aumento. La vida que te venden, diciéndote que eres libre, no es cierta, porque ya te están observando y controlando por todos lados. Ellos saben todo lo que nos gusta y todo lo que compramos y vendemos. Saben absolutamente todo.
El Señor está poniendo una urgencia en los atalayas, en todo aquel que esté llamado a avisar de lo que viene, para preparar a la iglesia, porque no se sabe hasta cuándo vamos a tener la libertad de seguir publicando mensajes de advertencia en las redes sociales.
Las enfermedades que vienen no solamente van a arrasar con gente que no aceptó al Señor, sino que muchos hijos de Dios, incluso ministros, también se van a partir.
La mortandad viene sobre los inconversos, porque Dios nunca deja a nadie sin la oportunidad de venir al Reino de los Cielos. No es solo una oportunidad o un evangelista el que se envía a una persona para que se arrepienta y acepte a Jesús. Son muchas las oportunidades que el Señor le da a lo largo de su vida para ver si dobla sus rodillas delante de Él y se convierte en un ciudadano del Reino de los Cielos.
En estos juicios por enfermedad también van a partir muchos ministros, y ustedes seguirán viendo ministros que caen mientras predican. Como vengo anunciando desde el año 2021, el Señor está limpiando su casa y viene un tiempo de posicionamiento y ascenso para los que pasen las pruebas después de ser pesados, pero de tala de árboles para los que no se ponen a cuentas y para los que no dan fruto.
Lamentablemente, estamos viendo a ministros que predican y caen muertos, o a alabadores que mueren al instante mientras alaban. Y no son personas de edad avanzada que ya cumplieron su vida, sino jóvenes que tienen todo un futuro por delante y que son cortados antes de tiempo.
Esto se va a ver porque este es un tiempo violento, donde todo lo que no sirve y no genera el fruto que Dios espera será arrancado. Toda higuera que no dé fruto será secada, maldecida, arrancada y quitada. Así será en estos tiempos.
El Señor está avisando para que cada cual se examine y vea si está a cuentas y si se ha acomodado a lo que el Señor está realizando en estos tiempos, porque hay una parte del pueblo de Dios que camina en un falso concepto de lo que es la gracia.
Que uno es hijo de Dios no asegura que no va a pasar por ciertas cosas. Sí, el Señor hace diferencia entre el justo y el injusto. Sí, mientras las plagas sigan viniendo, no partirán aquellos cuyas vidas aún no tengan que terminar, los que aún tengan propósitos por cumplir y los que han sido obedientes. El Señor hará una diferencia.
Pero para muchos viene la prueba de Job, por más que han sido pesados en balanza y encontrados justos, por más que están dando fruto bueno y abundante, por más que han velado, preparado sus hogares, se han autoexaminado y limpiado, por más que están al día leyendo la Palabra, orando, ayunando y congregándose con otros hermanos para hacer buenas obras. Tenemos que entender que esto tocará a algunos de nosotros y debemos estar preparados para lo que sea y tener fe.
Va a haber muerte de conversos, muerte de inconversos, muerte de ministros, muerte de famosos. Hay algunos famosos que mueren naturalmente cada año, pero lo que vamos a ver es que se van a ir muchas personas muy conocidas, no solamente en el mundo cristiano, sino también en el mundo secular. Se van a ir famosos que influenciaban la vida de las personas en distintas áreas: deportistas, actores, políticos, artistas de todo tipo.
La gente se va a preguntar: «¿Pero cómo puede ser? ¿Por qué está muriendo tanta gente?». Es porque este es un tiempo de cambios, donde es necesario preparar el escenario para la manifestación de lo que está por venir, tanto del lado del infierno para la manifestación del Anticristo, como para la manifestación de los hijos de Dios de los últimos días y de lo que el Señor va a hacer a través de la iglesia verdadera en esos últimos días. Su plan profético tiene que cumplirse, y para eso muchas cosas serán quitadas y barridas; entre ellas, personas muy famosas que no sirven para este tiempo.
Además, este es un tiempo de juicio. En los años anteriores, el Señor pesó todas las cosas en su balanza y, así como muchas cabezas de naciones fueron encontradas faltas y van a ser quitadas violentamente, lo mismo pasará con muchos famosos e influencers que, en vez de utilizar esa influencia para propósitos buenos, llevaban a las almas al infierno o las pervertían.
Se acerca el hacha en todas las áreas: en gobiernos, en congregaciones, en hogares.
Ya hemos sido pesados, y se viene ascenso y promoción para algunos, pero descenso y hasta muerte para otros. Hay distintos tipos de consecuencias que vamos a enfrentar durante este año y en adelante, ya sea para lo bueno o para lo malo, de acuerdo al resultado de nuestro peso en la balanza.
El Señor me decía que algunos ministerios se van a levantar tremendamente y van a operar de manera distinta a otros. También van a surgir nuevos estilos de llevar adelante un ministerio, porque hay distintas operaciones del Espíritu Santo.
[1 Corintios 12:4-6] Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.
Dentro de los ministerios que están operando, el Señor ha decretado recompensas para aquellos que han sido pesados y encontrados justos. En vez de juicio, ellos van a ver un crecimiento notable. En aquellos que recibían profecía, la palabra profética se va a duplicar o triplicar.
Las unciones que vienen también serán diferentes. En este tiempo, el Señor está ungiendo a aquellos que han sido reposicionados, que han avanzado de nivel, que han subido en la escalera espiritual.
Para aquellos a quienes les viene promoción y ascenso en el Reino de los Cielos, las cosas van a cambiar para bien. Van a caminar en una unción mayor y el nivel de influencia que tienen aumentará. Serán como árboles cuyas ramas crecen y se ramifican más y más. Para los ministerios llamados a las naciones, la influencia que tendrán llegará hasta los confines de la tierra.
Este es un tiempo de cumplimiento profético. El Señor me decía que en este año comenzarán a cumplirse muchas profecías recibidas hace 5, 6, 7 años o más, y que parecían falsas porque no se cumplían a los ojos de aquellos que no tienen entendimiento. Estas profecías empezarán a cumplirse en este tiempo, una tras otra, como un dominó.
Para los profetas y atalayas a quienes les viene ascenso, el Señor va a comenzar a dar palabras proféticas más claras, cortas y concisas, que den en el blanco y se cumplan más rápidamente.
Ustedes también van a ver pastores que levantan escuelas de pastores, y maestros que levantan escuelas de maestros y de discípulos. Para la parte de la iglesia que es blanca, pura, santa, recta y se deja enseñar en este tiempo con las verdades bíblicas que el Señor está restaurando, viene multiplicación y se duplica la unción.
Incluso van a ver cambios y mejoras en aquellos que se manejan mucho por las redes sociales porque el Señor los llamó a hacerlo. Van a ver que el estilo cambia y la presentación mejora. Hasta en la ropa habrá cambios, pero no es porque quieran verse con más lujo, sino porque se les han cambiado las vestiduras espirituales.
El Señor me decía que les está dando nuevas vestiduras espirituales a muchos ministros y a personas que está llamando para darles ministerios de los últimos días en este tiempo. Por eso ocurre este cambio de ropa, porque cuando el Señor cambia el llamado, o algún aspecto del llamado, también las ropas y los zapatos espirituales tienen que cambiar. Todo tiene que acomodarse al paisaje por donde van a caminar.
Así que no se extrañen de que esto suceda, pero van a tener que pedir mucho discernimiento, porque así como va a crecer la palabra profética en los profetas, y la regularidad y fluidez con la que comparten cosas al pueblo del Señor y a las naciones, también habrá aquellos que se crean profetas, pero no lo son. Va a aumentar el engaño en ese sentido, como dice la Palabra: habrá falsos profetas y falsos maestros.
Mientras estas cosas suceden, los entendidos van a comprender por qué pasan. Pero otros van a pensar que los profetas están adivinando, y van a decir: «¿Cómo puede ser que reciban tantas palabras proféticas? ¿Cómo puede ser que Dios les hable tanto? ¿Cómo puede ser que ahora publiquen y compartan tantas cosas o que todos los días vengan con alguna revelación?
No van a entender que, porque este es un tiempo extremadamente profético, el Señor está elevando el caudal de su voz para que sus hijos entiendan lo que sucede y no se queden atrás, para que puedan acomodarse a estos tiempos y prepararse, y también porque todo lo que el Señor hace, primero lo muestra a sus profetas.
[Amós 3:7] Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.
No es que tienen que tomarlo todo, ni tampoco descartarlo todo. La clave siempre es examinarlo todo y retener lo bueno.
[1 Tesalonicenses 5:21-23] Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal.
Vamos a tener que discernir y reconocer. Pero que existen cosas falsas no significa que no existan las verdaderas. Que hay loros que repiten lo que dicen los verdaderos no quiere decir que no existan los verdaderos.
El Señor me dijo: «Hija, hay muchas personas que están tratando de copiarte, que están tratando de copiar a mis profetas. Hay muchas personas que te escuchan y después repiten lo mismo. Son como loros, cuyas palabras caen al piso».
Él me dijo que esto también está pasando con muchos otros ministros que tienen influencia porque están ungidos para hacer lo que están haciendo y porque el Señor levantó esos ministerios. Si Él no levanta estos ministerios, el hombre no los puede levantar. Son obras muertas, obras de la carne, obras del hombre, no de Dios. Y eso se ve, porque la unción no está allí, porque el Señor no acompaña a esos ministros.
A mí me molesta muchas veces cuando me dicen «pastora», porque a mí el Señor no me llamó como pastora y no me dijo: «Eres pastora». Cuando el Señor me llamó hace siete años a este ministerio profético, Él me dijo que iba a ser su voz profética a las naciones y que iba a tener un llamado profético. El llamado es claro, y cada vez que Él me habla, me dice que esa es mi área y que no me meta en otras aguas.
No es cosa menor cuando alguien se hace llamar algo que no es, y viene juicio contra todo aquel que utiliza estas cosas de manera liviana. Empecemos a llamar a las cosas como son, como Dios las estableció y no como el hombre las quiere ver o como se las han enseñado, porque no son cosas livianas.
El Señor está yendo al detalle, y nosotros también tenemos que operar con ese nivel de precisión en las cosas de Dios. Tenemos que ser radicales, porque este es un tiempo radical. Es un tiempo violento, y el que se quede dormido no solo se va a estancar, sino que, sin darse cuenta, va a terminar siendo un agente del enemigo.
[Apocalipsis 2:2] Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos.
Cuidado con esto, porque también aplica a los que se llaman pastores y no lo son, a los que se llaman evangelistas y no lo son, a los que se llaman profetas y no lo son, a los que se llaman maestros y no lo son, y a cualquiera que se ponga un título que el Señor nunca le entregó. El Señor va a juzgar ese tipo de comportamientos.
Si lo es de verdad, no hay problema, porque ese título se lo dio el Señor. Hace un tiempo, el Señor me dijo que no tenga vergüenza de que me llamen profetisa, porque ese título es lo que Él me dio, aunque a mí no me importa si me llaman así o no. Yo me llamo Noelia, soy la hermana Noelia, y con eso me basta.
Tengo temor de usar el título de profetisa, pero el Señor me dijo: «Eso es lo que eres. Eso es lo que Yo te hice. No tengas vergüenza ni lo rechaces cuando te llamen así, porque eso es lo que eres, porque Yo te establecí, porque Yo te instituí. Sería distinto si no fuera así».
Entonces, el que es pastor, que se llame pastor; el que es apóstol, que se llame apóstol; pero el que no lo es, que tenga cuidado, porque todas esas cosas están siendo pesadas en este tiempo. Y recuerden que para los que enseñan la Palabra, el juicio será mayor.
[Santiago 3:1] Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
Cuidado con meterse en aguas donde el Señor nunca te llamó, porque también viene juicio para aquellos que enseñan sin haber sido llamados a enseñar. Está cayendo condenación sobre muchos ministros que dicen ser una cosa pero no lo son, porque el Señor está ajustando las tuercas.
El juicio de Dios empieza por su casa, luego sigue hacia afuera, y después hacia las naciones. El Señor está limpiando y barriendo su casa, y ponerse títulos que Él no dio es una de las cosas que está siendo juzgada en este tiempo y por la que viene condenación a muchos hijos de Dios si no se arrepienten.
Entonces, «¿Qué tenemos que hacer?», se preguntan los hijos de Dios.
En primer lugar, no tener miedo. Sí, debemos tener temor de Dios, pero no dejar que el miedo nos domine, porque el miedo es una de las armas más importantes que el enemigo está usando en estos últimos días para controlar a la gente. Eso es lo que hace la élite mundial. Ellos controlan a la gente a través de infundir miedo: miedo a la muerte, miedo a la enfermedad, miedo a que la economía se desmorone.
Nosotros somos hijos de la luz y no de las tinieblas, y nuestro Rey es más poderoso que el príncipe de este mundo. Así que, en primer lugar, tenemos que no darle lugar al miedo. Tenemos que divorciarnos de esos miedos que nos hacen la vida imposible en estos últimos días y no nos dejan operar en el gozo del Señor, en la alegría del Señor, en la adoración y en la alabanza del Señor mientras somos probados.
Otra de las cosas que tenemos que hacer es estar a cuentas con Dios. ¿Tienes cosas que arreglar? Fíjate si hay puertas abiertas en tu casa. Fíjate si tienes que ponerte a cuentas con algo. La Palabra dice:
[Isaías 1:18] Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
El Señor es lento para la ira, misericordioso, y está esperando que nos arrepintamos y nos pongamos a cuentas con Él, no solo por causa de la salvación, sino también para poder pasar por las cosas que vienen sobre nuestras cabezas y obtener la victoria.
Otra cosa fundamental es desarrollar una vida de intimidad con el Señor. Después de estar a cuentas con Él, de haber recibido el bautismo en agua y el bautismo del Espíritu Santo y de caminar en santidad, esto es lo más importante para poder resistir lo que viene, en mi opinión. Si no somos violentos, en el buen sentido, para las cosas del Reino, la violencia del enemigo nos va a derribar.
Además de eso, cuando viene más encierro y aislamiento, cuando no se puede asistir presencialmente a una congregación, si surge cualquier problema con el internet o las conexiones, si no podemos hacer reuniones virtuales, si no podemos escuchar prédicas ni nada, si nos quitan la posibilidad de congregarnos de cualquier forma, entonces, si no estás parado sobre la Roca, si no tienes una vida regular de oración, comunión e intimidad con el Señor, si no estás acostumbrado a tener una relación personal con el Rey de reyes y Señor de señores, no vas a resistir lo que viene. No vas a saber qué hacer, porque no vas a tener ningún brazo humano al que agarrarte.
Esta es una de las razones por las que el Señor va a permitir que estas cosas vengan sobre la iglesia y que estemos en medio de todas esas situaciones: para que los que estaban agarrados más de la mano del hombre se suelten y puedan agarrarse de la mano de Jesús.
Así que tienes que desarrollar una vida de intimidad con el Señor. Métete en tu cuarto o en cualquier lugar secreto. Hasta en un baño o en un armario puedes meterte a orar y buscar al Señor.
No pierdas tiempo, porque mira lo que pasó en la pandemia del COVID. Muchos no supieron qué hacer, se alejaron de la fe, cayeron en apostasía y volvieron al mundo, porque su vida cristiana era la congregación, no una comunión en primer lugar con el Espíritu de Dios, con el Señor Jesucristo y con Dios Padre. No se congregaban primeramente con el Señor, sino con la gente, y cuando la gente les fue quitada, su fe cayó porque estaba fundamentada en el hombre y no en Dios.
Es fundamental que en este tiempo desarrolles una vida de intimidad y aprendas a escuchar al Espíritu Santo. No hace falta que lo escuches con voz audible, pero tienes que entender su guía y la forma en que Él te habla. Tienes que leer las Escrituras aún más para poder conocerlo, porque Él también habla a través de las Escrituras.
[Job 33:14] Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende.
Dios habla de muchas maneras, pero hay muchos que no saben cuáles son las principales formas en las que Dios les habla. Entonces, cuando no tengas a nadie más a quien consultar y preguntarle, ¿cómo vas a saber?
Esta comunión e intimidad con el Señor ya tiene que estar establecida para que, cuando el encierro y el aislamiento vuelvan, no te vuelvas loco por la soledad. Lo que está haciendo el diablo es meter espíritus de locura en la gente para ver si puede volver locos a los que se quedan solos y aislados.
Esto es la clave de las claves, no solamente por eso, sino también porque una vida de oración edifica, levanta, fortalece y vuelve a llenar tu lámpara de aceite. La oración en intimidad es una de las cosas que vuelve a llenar la lámpara de aceite, que mantiene la unción al mismo nivel o la hace crecer, que nos mantiene fuertes y alertas, que nos da discernimiento y nos direcciona personalmente. Nuestros espíritus están despiertos cuando oramos en la intimidad.
El que no tiene una vida de oración permanente no va a discernir la verdad del error. Así que, como mínimo, te recomiendo una hora de tu día en oración íntima con el Señor, y vas a ver unos cambios tremendos en tu vida espiritual. Si no tienes un tiempo para dedicarle al Señor, entonces tampoco te quejes cuando vengan estos golpes y no puedas resistirlos.
Otra de las cosas importantes es mantenerse en comunión con hermanos verdaderos, en oración, en ayunos, partiendo el pan.
[Hechos 2:46] Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.
No solo es edificante y necesario perseverar cada día en los templos, sino también en las casas: partiendo el pan, compartiendo cosas, creciendo juntos, orando juntos, ayunando juntos, intercediendo juntos. Esto es clave, porque será, mientras se puede hacer, lo que nos sostendrá en estos días finales y ayudará a que los propósitos de Dios se cumplan y muchos planes demoníacos caigan.
Otra cosa que tenemos que hacer es pedir discernimiento, porque el discernimiento es fundamental en este tiempo. Se van a manifestar muchas cosas que tendrán apariencia de bondad, pero no lo serán. Parecerán verdaderas, pero estarán mezcladas con error, y ese pequeño grano de error puede ser lo que te haga caer en apostasía. Por eso, hay que pedir discernimiento en este tiempo.
También es importante estar preparado para cualquier cambio y listo para perder cosas y personas, porque se viene la prueba de Job para mucho pueblo. Hay justos que pasarán por la pérdida de personas muy cercanas, incluyendo hijos, padres o hermanos, y el que piense que estas cosas no le llegarán sufrirá innecesariamente. Muchos quizás no serán capaces de tener la victoria sobre estas cosas porque no se habrán preparado y no entenderán lo que pase.
Les aconsejo leer el libro de Job en este tiempo, prepararse para todo tipo de cambios y no apegarse a nada, sean lugares, casas o personas. Podemos tener relaciones con otros, pero esto es distinto a apegarse a ellos y desarrollar una dependencia emocional insana, transformándolos en ídolos.
El Señor también me decía que tenemos que estar listos para que se sacudan todas las cosas y que viene mucho éxodo de una nación a otra, mucha migración de país a país, aún más de la que hay ahora en algunas partes.
Si Dios te llama a mudarte, tienes que tener el corazón abierto para recibir esas palabras. Al que no entienda que estamos en tiempos de cambios profundos y se quede congelado y cristalizado en una comodidad que no viene del Señor, todo esto le va a costar muchísimo más. Algunos incluso desertarán de la fe por no haberse dejado llevar por el río del Espíritu.
En lo que respecta a lo físico, les recomiendo tomar mucha agua, mantener el cuerpo limpio y fortalecer el sistema inmunológico. Pueden consultar la palabra que el Señor me dio sobre cómo fortalecer nuestro sistema inmunológico, donde Él explica muchas cosas que suceden con respecto a este sistema por causa de todo lo que se avecina.
No se trata solamente de la parte física. Hay una parte emocional y espiritual que cuidar para que el sistema inmunológico se mantenga fuerte y pueda contraatacar a medida que estos virus y bacterias son lanzados, se multiplican y proliferan. También es necesario beber mucha agua, porque el Señor me mostró que en este tiempo surgirán muchas enfermedades renales.
Ustedes también deben hacer su parte. Investiguen lo que dice la Palabra y aprendan de las personas que Dios está levantando para instruir al pueblo en ese ámbito y enseñarle cómo prepararse. Aprender cómo prepararse físicamente para resistir lo que viene es la parte que les corresponde a ustedes.
Otra cosa importante es consultar al Señor sobre medicamentos, vacunas, antídotos o cualquier cosa que te digan que debes tomar. No estoy diciendo que no hay que medicarse o aceptar las vacunas, sino que le preguntes al Señor, porque habrá cosas beneficiosas para la sanidad, y también cosas que se presentarán como saludables, pero que contendrán venenos y sustancias usadas para generar más mortandad y cambios en el ADN.
La intimidad con el Señor es clave, porque todo esto Él lo va a revelar en la intimidad a su pueblo y también a algunas personas específicas para que lo compartan con otros grupos. Pero si no hay intimidad, normalmente es muy difícil discernir entre lo que se debe y no se debe hacer.
Es necesario ser violento y radical en las cosas del Reino de los Cielos. La intercesión en este tiempo tiene que ser violenta, como la de Jesús en el jardín de Getsemaní, donde Él clamaba al Señor para que su alma sea capaz de soportar esa última copa de sufrimiento.
En este tiempo vamos a tener que aumentar la intensidad de la oración y de la intercesión. Cuanta más violencia hay, cuanta más guerra hay, uno tiene que estar más alerta, más activo y caminar acorde al ambiente en el que se mueve.
Si uno está en medio de una guerra, no se va a quedar quieto, porque lo derribarán fácilmente. Al contrario, tratará de esconderse. Si tiene armas, intentará atacar y defenderse. Si son muchos los enemigos, entonces deberá utilizar más fuerza. Tendrá que entrenarse más para resistir esos ataques, defenderse y contraatacar.
Así como el nivel espiritual de los ataques del enemigo va en aumento, el nivel de respuesta también tiene que incrementarse. Las intercesiones deben ser mayores y más enérgicas. El clamor y el gemido tienen que crecer. Tenemos que buscar distintas estrategias en las diversas facetas de nuestra vida espiritual para acomodarnos a los tiempos en los que vivimos.
[Mateo 11:12] Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.
Al principio de este mensaje hablé de una violencia para el mal y de una violencia para el bien. La violencia para el bien es el tipo de violencia que vamos a tener que aplicar en estos tiempos. No hay lugar para la tibieza, no hay lugar para dormir, no hay lugar para quedarse. Tenemos que acomodarnos a lo que viene y no permitir que lo que viene nos sorprenda, sino utilizarlo en favor del Reino de los Cielos, para evangelizar aún más y para que más almas vengan al Reino.
El Espíritu me dice que miremos bien los acontecimientos del mundo, y veo a una persona que se pone largavistas.
Observen, dice el Señor, porque hay cosas que van a cambiar. Hay países que van a tomar por fuerza cosas de otros países, y hay reyes que van a quitar a otros por fuerza.
Noelia: El Señor va a utilizar algunos líderes en este tiempo para cortar a otros líderes. El Señor les está dando hachas a algunos líderes para que talen árboles, para que corten a otras cabezas de naciones, metafóricamente hablando. Pero después el juicio viene también sobre ellos.
Hijitos, prepárense, dice el Señor, porque lo que viene es fatal. Lo que viene es violento. La tierra se va a sacudir debajo de sus pies.
Noelia: El Señor me vuelve a repetir que vamos a ver caer edificios de congregaciones delante de nuestros ojos. Vamos a ver caer paredes de iglesias que no están escuchando la corrección del Señor en estos días.
Estoy viendo ahora cómo el ángel de la muerte pasa por distintas tierras y muchos niños se van.
Sean fuertes y no flaqueen en la fe, dice el Señor, porque estoy con ustedes, refinándolos como se refina la plata. Los amo y no los he abandonado, pero deberán confiar en mí y demostrarme lo que me dijeron cuando de sus bocas salía: «Señor, te sigo para siempre. Estoy dispuesto a ir hasta la muerte por ti. Haz lo que quieras en mi casa, con los míos. Te entrego todo lo que tengo, todo lo que soy».
Se viene el tiempo en el que voy a pesar esas palabras en mi balanza para ver si eran reales, dice el Señor, para ver si realmente estabas dispuesto a hacer todas esas cosas que me prometiste y que dijiste. Y a aquellos que pasen victoriosos por estas pruebas, los voy a recompensar.
Ciertamente lo que viene es duro, dice el Señor, y deberán unirse, tomarse de las manos para resistir juntos a los ataques espirituales demoníacos que vienen. La unión será una clave en estos últimos días, porque a través de estar unidos, realmente unidos, el diablo no va a poder ingresar. Por eso está trayendo tanta desunión y división en el pueblo del Señor, porque sabe que eso le abre puertas para poder destruirnos.
Hijitos, dice el Señor, bajen las armas contra ustedes mismos, contra el mismo cuerpo de Cristo. Ya es suficiente con lo que el diablo está haciendo en este tiempo como para que ustedes también se autodestruyan. Aprendan a amarse, porque también estoy pesando en mi balanza el amor de los míos.
No es todo conocimiento, doctrina, enseñanza, dice el Señor. También estoy pesando el amor en que mis hijos caminan; no el del que hablan, sino el amor en que caminan. Estoy poniendo mis ojos en los corazones blanditos. Sobre ellos está mi mirada.
Hijitos, amen. Amen más mientras los juicios caen sobre la tierra. Conviértanse en un vehículo de mi amor, llamando a las almas perdidas y compartiendo las verdades del Reino. Ábranles la puerta para que, si quieren, entren al mismo lugar donde ustedes entraron cuando se convirtieron.
No sean egoístas, dice el Señor. Salgan a las calles, golpeen las puertas, hablen más de mí, antes de que no puedan salir más de sus casas. Y no se olviden que estoy con ustedes hasta el fin del tiempo, hasta el fin del mundo. Así lo dije y así lo cumpliré.
Miren hacia Israel, dice el Señor, porque cosas mayores están a punto de suceder en esa nación. Ataque tras ataque, guerra tras guerra es lo que van a ver, porque así está escrito y así tiene que cumplirse.
No flaqueen sus rodillas cansadas, dice el Señor. Pídanme que los fortalezca, pero abran bien sus oídos para escucharme, porque hay muchas voces que hablan en este tiempo y no todas vienen de mí.
Oren, clamen, intercedan y pónganse en la brecha por aquello para lo que los estoy llamando a interceder, dice el Señor, porque no todos los intercesores que estoy llamando están respondiendo al llamado.
No tengan miedo. Afiáncense en mí. Tómense más fuerte de mi mano, dice el Señor. Límpiense, los que estén sucios. Despiértense, los que están dormidos. Levántense, los que están adormecidos, porque son tiempos peligrosos en los que solo resistirá el que escuche el shofar de la alerta.
2024: año de desastres, año de revueltas sociales, de agitaciones de los pueblos, de protestas políticas, de rebeliones. Pueblo contra pueblo en muchas naciones. Reyes destituidos por sus pueblos.
Todo se agita y todo se da vuelta, pero al que esté firme y plantado en mí, nada lo va a mover.
Noelia: El Espíritu de Dios me dice que cada uno tiene que interceder por su nación. Tenemos que orar por nuestros países, por nuestros gobernantes y por nuestras naciones.
Hay naciones que quieren robar a otras naciones, y si los intercesores no hacen su trabajo, ese robo se va a dar. Hay naciones y potencias fuertes que quieren aprovecharse de las débiles, conscientes de que estas no pueden defenderse, pero nuestro clamor puede cambiar estos planes.
Amén.