Dios te bendiga, amado pueblo del Señor. Paz y misericordia para todos ustedes, en el nombre poderoso de Cristo Jesús. Dice la Palabra del Señor:
[1 Tesalonicenses 5:3-5, RVR1960] Cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.
Por eso, el Señor está colocando luz sobre el futuro de sus hijos. Los inconversos, los injustos, los que rechazan al Mesías… sobre ellos vendrá destrucción repentina. Ellos son los que caminan en tinieblas, los que son de la noche y no pueden ver lo que viene. Pero para sus hijos, el Señor hace una diferencia.
Nosotros no solo somos de la luz y no de las tinieblas, sino que caminamos en luz, y el Señor arroja luz sobre lo que va a venir, aclarándonos cuáles son los tiempos que estamos transitando y cuáles son las profecías bíblicas que se van a cumplir mientras estemos pisando en esta tierra. El Señor avisa para que no estemos desprevenidos, porque Él es un Dios que nos ama.
Así que no tiembles, pueblo, por la palabra que vas a escuchar hoy. Abre tus oídos para recibirla con gozo y alegría, porque también dice la Biblia que nos regocijemos cuando escuchemos de las cosas que van a acontecer en los últimos días, sabiendo que nuestra redención está cerca.
En este primero de enero del año 2024, ¿qué podemos esperar de aquí en adelante? Si tuviera que ponerle un título a este año, por las cosas que me ha venido revelando y hablando el Espíritu Santo, por las cosas sobre las cuales justamente el Espíritu de Dios ha venido trayendo luz en este tiempo, yo lo titularía: «2024: año violento»; violento para el mal, pero también violento para el bien.
Voy a enumerar algunas de las cosas que el Señor me ha mostrado en mi intimidad, en la oración, en mi búsqueda de Dios. El Padre me ha mandado a hablar a las naciones y me ha dicho: «Todo lo que te hable en secreto, lo vas a hablar en público. Todo lo que te muestre, lo vas a hablar a las calles, a las gentes, a las naciones, a los pueblos. No te guardes nada. Todo lo que te hable en secreto lo vas a decir a los cuatro vientos, en las azoteas. Grita, hija, porque este es un tiempo apocalíptico, este es un tiempo tremendamente profético.»
Por eso el Señor está hablando tanto y trayendo claridad en mayor medida y con más palabra profética en este tiempo, con más sueños y más visiones, porque Él no deja a un pueblo ciego, sino que alerta, avisa y advierte para que sus hijos sean guardados mientras pasan por estas pruebas, por estos dolores de parto, y que tengan éxito durante ellas.
Una de las cosas que el Espíritu Santo me decía para este tiempo es que el mapa del mundo va a cambiar. Yo veía países disputándose territorios y guerras que se van a levantar por esta causa. En este tiempo que viene, desde 2024 en adelante, ciertas naciones van a querer recuperar territorios que antes les pertenecían, pero que luego perdieron. Yo veía que, después de que estos conflictos se den, los límites de algunos países cambiaban. Algunos países se achicaban y otros eran más grandes que antes. Algunos países perdían territorios, mientras que otros ganaban territorios.
Yo vi el mapa político del mundo cambiado. Los que están estudiando en las escuelas tienen que comprar mapas políticos, donde se ven los límites de cada país, y el Espíritu Santo me hacía entender que esos mapas no van a servir más. Los van a tener que tirar a la basura, porque van a tener que ir cambiando los mapas del mundo, ya que los límites de los países van a cambiar. Esto, vuelvo a repetir, va a ser a través de violencia.
Es mucha la violencia que se viene en 2024. Además de que estos conflictos se van a desatar y los límites territoriales cambien en ciertos países, va a haber violencia a través de eventos naturales que van a cambiar la geografía de la tierra: terremotos, huracanes, tornados, levantamiento del agua y también socavones.
En el año 2018 comencé a profetizar que se iban a empezar a dar socavones muy regulares y que la tierra se iba a comenzar a hundir de una manera extraordinaria, nunca antes vista. No es que la naturaleza por sí misma hace estas cosas, sino que tiene una orden de Dios para ejecutar sus juicios sobre la tierra. Los dolores de parto se están manifestando en parte a través de la violencia de la naturaleza.
Estas cosas van a provocar cambios en los relieves de los países, disminuyendo la vegetación en algunos y aumentándola en otros. Ciertos terrenos, cuya geografía era conocida de una manera, van a cambiar tras la violencia de estos terremotos, maremotos y otros eventos similares que vienen. La tierra va a cambiar. Como ya he venido diciendo desde hace unos meses, el mundo está cambiando.
Este es un tiempo de cambios, pero no de cambios progresivos, tranquilos, lentos, sino de cambios violentos, porque los tiempos también se están acelerando. La manifestación del hijo del diablo, del príncipe de las tinieblas, se acerca, me dice ahora el Espíritu Santo, y todas las cosas se están acomodando para que se dé el escenario mundial para que él aparezca y sea aceptado y bienvenido.
Yo veía fichas de ajedrez que se movían, y el Señor me decía: «Las fichas del ajedrez se están moviendo. Las fichas se están comiendo a otras piezas de este ajedrez». El ajedrez es un juego en blanco y negro, y justamente representa muy bien estos últimos días, porque todo se está yendo a los extremos.
Lo que diferencia al 2024 de los años anteriores es que va a ser un extremo aún más extremo que el 2023, el 2022 o el 2021. Lo negro será más negro, como dije muchas veces, y lo blanco más blanco, porque hay distintos tipos de blancos y distintos tipos de negros. Todo se va al extremo. Si antes había cambios que tomaban cierto tiempo, ahora estos cambios se van a dar más rápido. Van a ser repentinos, como dice Tesalonicenses 5:3, que habla de «destrucción repentina». Así serán las cosas que se van a dar en este año y en adelante.
Otro punto que el Señor me mencionaba es que el juicio por agua este año será tremendo. El Señor va a utilizar mucho el agua para traer juicio a las naciones de distintas maneras durante este año y en adelante. Por eso decía en mis redes sociales que estemos orando, porque vienen lluvias torrenciales y huracanes más violentos y más destructivos. Todo será más destructivo. Pero lo que es bueno, lo que es constructivo, también alcanzará extremos: será más bueno, más constructivo, más blanco, más edificante. Todo se va a los puntos extremos, tanto para lo bueno como para lo malo.
Los juicios por agua se van a manifestar muchísimo este año: costas que se levanten, ríos que desborden, pero también, paradójicamente, habrá sequía. La sequía que se está dando y que seguirá aumentando será otro de los extremos en otros lugares de la tierra. Estoy hablando de que el clima de la tierra cambiará de una manera violenta, y que este tipo de sequías, inundaciones y tornados se darán en lugares donde nunca antes se habían dado de la forma en que se van a dar.
Hace un tiempo, ustedes vieron cómo en la provincia de Buenos Aires, Argentina, se dieron tornados y tormentas, que no son habituales ni normales para el clima de Buenos Aires.
Todo se va a dar vuelta 180 grados, porque estamos en tiempos finales y no hay lugar para la tibieza. La Iglesia ya no puede quedarse como está, en la tibieza donde está, sino que el Señor la va a llevar a reaccionar a través de todas estas cosas que están pasando. Todo va a operar en un extremo nunca antes visto. Tengo muchas cosas que decir sobre esto, pero voy a tratar de resumirlo.
El juicio por agua será extremo. Tenemos que orar por los tsunamis, por todo tipo de inundaciones y por ciudades abatidas por el agua. Tenemos que orar por el equilibrio en todo lo que tiene que ver con el agua y, mientras esto sucede, oremos, sobre todo, por la salvación de las almas, porque el Señor va a utilizar estos juicios para que muchas almas vengan a Él y entiendan que lo que dice la Biblia es real y se está cumpliendo de la A a la Z.
Otra cosa que el Señor me ha hablado muy claramente en este tiempo es que vienen cambios en las alianzas entre los países. Me refiero, por ejemplo, a alianzas como la ONU, la OTAN o la Unión Europea. No soy experta en geopolítica, pero lo que el Señor me decía es que se están reagrupando naciones que antes no se llevaban bien ni habían formado alianzas. Por otro lado, hay países que entran en alianzas ya existentes y otros que salen de alianzas a las que pertenecían desde hace mucho tiempo.
También veía cómo las fichas de ajedrez se movían de un lugar a otro, porque detrás de todo esto, detrás de estas alianzas, está la élite mundial, los titiriteros: aquellos que manejan, controlan y manipulan a los habitantes de la tierra, los que fraguan todo tipo de mentiras y engaños, los que enviaron la pandemia del COVID-19.
Ellos tienen una agenda ya pactada para llevar adelante mucho más, que tiene que ver con la agenda de Satanás y que Dios permite como juicios sobre la tierra. Esto también sirve para sacudir a la iglesia, para que despierte, se acomode y se ponga en cuentas con Dios, y, además, para que muchos inconversos crean y vengan a Él.
Yo veía cambios violentos. Algunos países que hoy forman parte de alianzas serán expulsados de ellas. No siempre será porque quieran salir, sino que estas cosas también se van a dar de manera violenta. Los van a expulsar. En estos días, mientras oraba, escuché las palabras «exilio», «éxodo» y «violencia». Todas estas cosas están conectadas.
Habrá países que serán quitados, expulsados de esas alianzas para dar lugar a otros, por conveniencia. Al mejor postor le van a permitir ingresar en estas nuevas alianzas, y al que ya no sirva, al que no aporte o al que no quiera formar parte de la élite mundial, lo expulsarán, lo van a hacer a un lado. Además, se están formando nuevas agrupaciones que aún no se han manifestado, que no han salido a la luz, pero que ya están sobre la mesa. Así que, cuando veas que estas cosas suceden, acuérdate de que el Señor te lo avisó.
Se recrudecen las guerras. En el primero o segundo día de enero de 2023, estuve transmitiendo sobre lo que el Señor me hablaba para ese año, y Él decía que este es un tiempo de guerra. No se trata de un año, sino de un tiempo de guerra, porque dice la Biblia en Mateo 24 que nación se levantará contra nación y reino contra reino, y habrá pestes, hambres y persecución. Todo este tipo de cosas se van a dar en estos tiempos, y es necesario que acontezcan. Entonces, no esperemos que las cosas se calmen en esa área, sino que se vuelvan peores, que se pongan más violentas.
Yo veía a Rusia estrujar a Ucrania, duplicar la violencia, aplicar mano fuerte, tratando de acelerar el tiempo para que Putin logre sus objetivos con Ucrania.
Hablando de eso, creo que gran parte de las personas ni se imaginan quién es Putin. No es solamente que él es un hombre inteligente, sino que la voluntad que este hombre tiene es casi inquebrantable. Me animo a decir que, posiblemente, el único que podría doblegar su voluntad, cuando él se propone algo, es el Señor. Cuando este hombre se propone un objetivo, se fija una meta y toma una decisión, prácticamente nadie lo puede hacer cambiar de esa decisión. Para cuando él llega a decir: «Voy a ir contra este país», o «Voy a lograr tal cosa», o «Voy a lograr esto», o «Voy a hacer lo otro», todo lo que él ha planeado detrás de esa decisión es totalmente detallado, totalmente dedicado.
La mente que tiene este hombre es una mente muy poderosa. Este es un líder que va a ser, y está siendo, clave en estos días por causa de las decisiones que tome y las cosas que él ha venido planeando durante muchos años, y que va a realizar en los tiempos que vienen. Él va a ser clave en estos últimos tiempos, al igual que Jinping, el presidente de China.
Rusia y China son dos naciones de las que he dicho hace años que se iban a levantar tremendamente para estos últimos tiempos y que iban a dominar el mundo en algunas áreas de una manera tremenda. Y así está siendo, partiendo desde que la pandemia no fue una casualidad y no fue algo que se dio de manera natural, sino que fue China la que lanzó ese virus para, después, ofrecer ella misma la solución económica y demás a las naciones oprimidas a través de esta pandemia.
Como decía, Rusia duplica los esfuerzos, Rusia duplica la violencia. Rusia va con todo y se sigue aliando con otras naciones por debajo de lo que se ve. No es solamente China. Son muchas naciones con las cuales Rusia se está aliando, incluyendo muchas naciones árabes y musulmanas. Así que ojo allá.
El otro día, el Espíritu Santo me decía: «China y Taiwán. China y Taiwán». Lo que hizo Putin le ha dado a China impulso o coraje, me decía el Espíritu Santo. En los corazones de algunos líderes de estas naciones poderosas se despiertan en este tiempo el deseo y la codicia de conquistar tierras, de ampliar los límites, de ganar dominio. Lo que hizo Putin con Ucrania ha sido como un puntapié para que el presidente de China diga: «Bueno, esta también es la hora para que yo inicie ciertas acciones militares en línea con mis intereses».
El Espíritu Santo me decía que estemos orando por ese tema, porque hay muchos conflictos que tienen que ver con territorios y con intereses. Las potencias mundiales de estos tiempos necesitan ganar poder extra para tener más dominio sobre el pueblo y también para darle de baja al águila, a Estados Unidos. Entonces, antes de que se concrete ese ataque contra Estados Unidos que muchas naciones están fraguando juntas debajo de la mesa, ellas necesitan primero ganar más poder y reforzar su imagen ante el mundo.
El Señor está hablando de todas estas cosas no solamente para que sus hijos las sepan y se preparen, sino también para que intercedamos por ellas.
Otra de las cosas que se van a dar son cambios de presidentes, pero con distintas ideologías. Este es un tiempo donde muchos árboles están siendo, y van a seguir siendo, cortados, porque las piezas del ajedrez se van acomodando para el escenario final, para que se manifieste el hombre de pecado, como dice la Biblia.
Hay muchas cabezas, que son presidentes y reyes del mundo, que tienen que ser quitadas, que ya cumplieron su tiempo o que el Señor está trayendo juicios sobre ellas. Entonces, el Señor va a cortar estos árboles. Muchos de ellos van a ser cortados de raíz, pero otros van a ser reemplazados para colocar las fichas que van a ir con los días finales.
Ustedes verán cambios de ideologías. Si una nación llevaba muchos años bajo un presidente de ideología socialista o comunista, verán cambios abruptos e inesperados en algunos países, que pasarán a regirse por una ideología política o económica diferente.
Va a venir también jaque mate para manos duras, me decía el Señor. Van a ser cortadas cabezas de dictadores que en apariencia son democráticos, pero que en realidad no lo son, y que estaban oprimiendo a los pueblos a través de decisiones que nada tenían que ver con lo que el Señor quería hacer con esas naciones. Va a haber un reemplazo de cabezas, un reemplazo de presidentes. El mundo se va a asombrar porque lo que estaba arriba va a bajar, y lo que estaba abajo va a subir, y van a ser cambios violentos en las cabezas de las naciones.
Otra cosa que me decía el Señor: el engaño crece. El engaño crece, pero también crece la verdad, me decía el Señor, porque no solamente se avecina una violencia mala, sino también un tipo de violencia que debe ser aplicada para lograr cosas buenas, para que los propósitos del Reino de los Cielos para estos tiempos se cumplan.
El engaño va a aumentar, la manifestación de los «extraterrestres» va a intensificarse, la aparición de OVNIs seguirá multiplicándose y se incrementará la magnitud de sus manifestaciones. Se van a presentar en cuadrículas o a manera de ejércitos. Esto es parte del engaño para controlar a la población a través del miedo y para que, cuando los demonios se manifiesten literalmente ante los ojos de las personas —porque hasta ese punto llegará lo que viene en los últimos días—, la gente piense que son extraterrestres y no que vienen del infierno.
La apostasía va a aumentar —esto está escrito en la Biblia, pero tengo que mencionarlo porque así me lo pide el Señor—, pero también la verdad. Van a verse como dos tipos de iglesias. Sabemos que en realidad hay una sola: la congregación de los santos, la iglesia verdadera, que es el cuerpo de Cristo, en la cual Jesús es la cabeza y nosotros somos sus miembros. Hay una sola iglesia, que está formada por los hijos de Dios, los nacidos de nuevo. Pero también se manifestará la falsa iglesia: congregaciones donde hay falsas doctrinas, doctrinas demoníacas y la manifestación del poder del diablo en vez del poder de Dios. Estas congregaciones van a dominar a sus miembros aún más de lo que lo hacen ahora. Los van a controlar como si fueran reos.
Me viene la imagen de las cárceles en El Salvador, que le llaman «la cárcel de Bukele». Lamentablemente, así van a ser espiritualmente las personas que concurran y que formen parte de esta falsa iglesia, de esas falsas congregaciones. Van a tener el nombre de la bondad, van a tener inclusive el nombre de Jesucristo, pero lo que van a predicar, lo que van a enseñar, lo que se va a mover ahí dentro no va a tener nada que ver con Dios. Van a estar preparando a los congregantes dentro de estos templos de inmundicia para la manifestación del Anticristo, para que estén listos para creer en ese engaño mayor. Algunos, a sabiendas; otros, sin estar conscientes. Y para ellos, el Señor siempre va a tener una oportunidad y los va a llamar a salir de esas congregaciones.
Vamos a ver un gran éxodo de las congregaciones porque, mientras esta iglesia falsa crece y la apostasía aumenta, también lo hacen el engaño, los falsos profetas, los falsos milagros, las falsas sanidades y otras manifestaciones del poder del diablo. Porque el diablo también tiene poder para hacer milagros y sanidades, pero estos no son gratuitos ni verdaderos ni permanentes. Se van a manifestar sanidades impresionantes con la apariencia de venir de Dios, pero en realidad van a ser maldiciones tremendas para las personas que reciban este tipo de manifestaciones demoníacas y milagros. Porque después, el enemigo va a cobrar las almas de esas personas o de sus familiares.
Lo que hace el enemigo es mostrar su poder y luego cobrar por otro lado. No sana nada y no hace ningún tipo de milagro que restituya, que restablezca, que llame al arrepentimiento o que acerque a la gente al Señor. Al final, no solo no te acerca al Señor, sino que te cobra la factura por eso. Esa factura será mucho más extensa que lo que debías antes de que se manifestara ese milagro demoníaco en ti.
Van a ver la manifestación de una iglesia falsa, una iglesia que se queda atrás, una iglesia que da falsas enseñanzas y malinterpreta las Escrituras, una iglesia que lleva el nombre de Jesús pero no lo conoce, una iglesia que no permite la entrada ni el mover ni la manifestación del Espíritu Santo. Estos falsos hermanos se levantarán en contra de la verdadera iglesia del Señor Jesucristo, que crecerá y, en estos días, ganará más poder que nunca. En las iglesias donde el Espíritu Santo se manifieste verdaderamente y su obra se realice en estos tiempos apocalípticos, va a suceder lo mismo que sucedió en el tiempo de Jesús. Estos falsos hermanos serán como los fariseos que, creyendo que hacen lo bueno, se levantarán contra los que tienen la verdad.
En este tiempo, el Señor está trayendo restitución: restitución de su Palabra, restitución de la doctrina bíblica, restitución de las prácticas que se realizaban en el tiempo del libro de los Hechos pero que ya se han perdido, y restitución de sanidades y milagros increíbles. Vamos a ver la gloria de Dios manifestarse a un nivel sorprendente y, a medida que los juicios crezcan sobre la tierra, más almas vendrán al arrepentimiento y al encuentro con el Hijo de Dios.
En este tiempo, mientras el engaño crece y la falsedad aumenta, el Señor Jesús se manifestará más de la manera en que se presentó a Saulo. El Espíritu Santo me está mostrando ahora que, mientras el engaño crece, Jesús mismo va a mostrar su rostro a muchos que no lo conocían. Él se va a presentar directamente en sueños y visiones, y muchas personas también podrán verlo con los ojos de la carne, así como Saulo. Las conversiones que se vienen serán estupendas, serán asombrosas.
Tenemos que entender que no todo es malo. Aunque sucederán cosas terribles, mientras el engaño y la apostasía crecen y la falsa iglesia se viene abajo, habrá un remanente, como siempre tuvo el Señor, que hará obras mayores de las que hizo Él en su tiempo, como dice la Biblia.
[Juan 14:12, RVR1960] El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
Nosotros estamos en tiempos más gloriosos. Los tiempos en los que estamos entrando son más gloriosos que los tiempos de Moisés, más gloriosos que los tiempos de Jesús.
[Hageo 2:9, RVR1960] La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Nosotros no tenemos que amargarnos por estas cosas que vienen, sino más bien prepararnos como vasos para que el Espíritu Santo derrame de ese poder glorioso y de esas nuevas unciones en las que estamos caminando y en las que vamos a caminar en los tiempos que vienen, mientras todo se derrumba.
[Daniel 12:9-10, RVR1960] Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.
No es el fin, sino el tiempo del fin, el tiempo que precede al fin. Estamos en los días finales, en los dolores de parto. Cuando el libro de Daniel dice: «Ninguno de los impíos entenderá», no está hablando solamente de los inconversos, de los que están en el mundo, que nunca escucharon el Evangelio, que no creen en Jesús. Está hablando también de los fariseos actuales, de los fariseos modernos, de los fariseos de estos días.
El Señor está derramando un conocimiento especial y una revelación preparada para estos días. Y los religiosos, los que no entiendan lo que el Señor está haciendo en este tiempo —que está derribando doctrinas y edificios de hombres que Él nunca levantó, que está reemplazando la mentira por la verdad en lo que tiene que ver con doctrinas bíblicas, enseñanzas y cosas que están en la Biblia pero que nunca se les prestó importancia— serán quitados, serán arrancados.
Los que duermen se van a venir en contra de los que estén despiertos. Porque va a haber una iglesia dormida y una iglesia despierta. Van a estar los que digan que creen en Cristo Jesús, pero que no lo conozcan; que crean que hay un Espíritu Santo, pero que no lo entiendan; que no sepan escuchar su guía, que no sepan vivir bajo su guía. Y van a estar los despiertos. Y los dormidos van a venir en contra de los despiertos.
Por eso, entre otras cosas, una de las cosas que vienen en los últimos tiempos va a ser una plaga zombi. Puede sonar exagerado o como algo sacado de una película de Hollywood, pero es así. El Espíritu Santo me mostraba que viene una plaga zombi donde las personas, por distintas causas, se van a comportar como los zombis de las películas. Eso representa a un pueblo que dice ser pueblo, pero que no lo es; a un pueblo que está completamente dormido, a un pueblo que está completamente manipulado, manejado, controlado, sedado por los titiriteros.
Estos titiriteros no son solamente los de la élite mundial que están dominando al mundo y que lo van a dominar aún más, sino también los líderes de las congregaciones falsas que están controlando, manipulando y dominando a las ovejas, la mayor parte de las cuales, en realidad, no quieren saber la verdad porque están en la comodidad, porque están en el lujo, porque están en una iglesia de la prosperidad que no viene de Dios. Hay una prosperidad que sí viene de Dios y que es buena, pero en este caso estoy hablando de una adoración a Mamón.
Esta plaga zombi que viene se va a dar por distintas causas. En parte, me dice el Espíritu Santo ahora, esta plaga se va a dar porque va a ser como una manifestación o una señal de lo que en realidad está sucediendo a nivel espiritual. Las personas van a ser como zombis, pero también muchos cristianos van a ser como zombis. Así que es tremendo lo que se viene, y por eso hay que pedir discernimiento.
Por otro lado, muchos de ustedes van a tener sueños en los que el Señor mismo les va a enseñar sobre porciones escriturales para derribar mentiras que les han enseñado. Una de las mentiras que el Señor está derribando y destruyendo violentamente en este tiempo es que la iglesia no iba a pasar por tribulación, que iba a ser quitada antes de que el anticristo se manifieste, que no iba a pasar por ningún mal, por ningún daño, por ningún juicio. Pero ya estamos viendo que los juicios se están derramando sobre la tierra, que las guerras se están dando, que los virus y las enfermedades se están reproduciendo como pestilencias, tal como dice la Biblia, y la iglesia sigue sobre la tierra. Por eso, en este tiempo el Señor está despertando estas verdades que ya están escritas en la Palabra, pero que fueron mal enseñadas durante tantos años.
Vamos a ver que el Señor destruye cosas como esas completamente y de forma violenta en estos días que vienen, y en 2024 vamos a ver cómo el martillo de Dios se aplica con fuerza sobre estas mentiras y errores. Esto quiere decir que Dios está preparando a sus hijos para la venida del Señor, que está cerca.
Otra de las cosas, no menor, que el Señor me ha venido mostrando y repitiendo en estos días mientras oraba por este 2024, es enfermedad y muerte. Pero no serán casos aislados, sino olas de mortandad, como pasó durante la pandemia del COVID, que también había sido anunciada por el Señor. Sin embargo, la iglesia se sorprendió de que se cumpla tan rápido y de que tantos cristianos, pastores, maestros, profetas y evangelistas hayan partido durante esa pandemia.
Esa pandemia también tocó los hogares de los hijos de Dios por distintas razones, no siempre como juicio: a veces como prueba, a veces para que nuestra fe crezca y, otras veces, porque simplemente hay personas que cumplieron su tiempo y tenían que partir de esta tierra. Porque no todas las almas están hechas para caminar en estos tiempos; no todas las almas son específicamente creadas para resistir en ellos.
Así como la pandemia del COVID fue una oleada en la que murieron miles y miles de personas, incluyendo cientos y cientos de ministros e hijos de Dios, olas de mortandad van a venir cada tanto. Yo ya he dicho en otras transmisiones que no solo he visto distintos tipos de virus flotando en los aires al mismo tiempo, sino también que el Espíritu Santo me habló de que el COVID volverá. No sé si será en la misma forma o de otra manera, pero escuchaba «COVID, COVID» otra vez.
Veía también enfermedades en animales, como cerdos, caballos y otros tipos. Me parecía ver que también en los monos se iban a manifestar enfermedades. Enfermedades que quizás ahora no son comunes o que hace tiempo no se veían volverán a aparecer en la tierra, junto con otras nuevas.
Yo también veía bacterias letales. Como ya he explicado en otros mensajes, veía gente caer muerta violentamente, muy rápido. Esas enfermedades no daban tiempo a reaccionar ni a hacer nada.
Los científicos buenos, aquellos que trabajan no para la élite, sino para salvar personas, se van a agarrar la cabeza porque todo se va a desarrollar tan rápido que será como cuando el ángel de la muerte pasaba por Egipto, matando a los primogénitos. Y así como en el tiempo de Moisés se daban las diez plagas una tras otra, vamos a ver en estos días distintos tipos de plagas. Entre ellas, he visto bacterias letales que traían muertes repentinas, como dice la Biblia.
He dicho también: «encierro, control». Esto no va a frenar, sino que va a seguir en aumento. En realidad, la vida que te venden, diciéndote que eres libre, no es cierta, porque ya te están observando y controlando por todos lados. Ellos saben todo lo que nosotros compramos, lo que vendemos, lo que nos gusta, nuestras preferencias. Saben absolutamente todo.
Por eso, el Señor está poniendo como una urgencia en los atalayas, en todo aquel que esté llamado a avisar de lo que viene, para preparar a la iglesia, porque no se sabe hasta cuándo vamos a tener la libertad de seguir publicando estas cosas así en las redes sociales.
Estas muertes por causa de los juicios a través de las enfermedades que van a venir no solamente van a arrasar con gente que no aceptó al Señor, sino que muchos hijos de Dios también se van a partir en este tiempo.
La mortandad viene sobre los inconversos porque Dios nunca deja a nadie sin la oportunidad de venir al Reino de los Cielos. Él da muchas oportunidades. No es solo una oportunidad ni un evangelista que se le envía a una persona para que se convierta, se arrepienta y acepte a Jesús; son muchas las oportunidades que el Señor le da a lo largo de su vida para ver si, tal vez, dobla sus rodillas delante de Él, se convierte y se transforma en un ciudadano del Reino de los Cielos.
En estos juicios por enfermedad también seguirán partiendo muchos ministros. Ustedes seguirán viendo ministros que se caen mientras están predicando. Esto yo lo vengo anunciando desde el año 2021: que viene la tala de árboles, que el Señor está limpiando su casa, que viene posicionamiento y ascenso para los que pasen las pruebas después de ser pesados, pero tala de árboles para los que no se pongan a cuentas, para aquellos árboles que no dan fruto. Lamentablemente, estamos viendo a ministros que están predicando y caen muertos, a alabadores que mueren al instante. No son personas de edad avanzada que ya cumplieron su vida, sino jóvenes que tendrían todo un futuro por delante y que son cortados antes de tiempo.
Esto se va a ver porque este es un tiempo violento, donde todo lo que no sirve y no genera el fruto que Dios espera será arrancado. Toda higuera que no dé fruto será secada, maldecida, arrancada y quitada. Así será en estos tiempos. También muchos ministros y cristianos van a morir por causa de estas enfermedades que vienen.
El Señor está avisando para que cada cual se examine y se fije si está a cuentas y si se ha acomodado a lo que el Señor está realizando en estos tiempos. Yo estoy tratando de ser lo más directa posible, lo más honesta posible. Estoy intentando transmitir lo más claro posible lo que el Señor me habló, sin añadir ni quitar nada. Porque hay una parte del pueblo de Dios que camina en una falsa gracia o en un falso concepto de lo que es la gracia.
Que uno sea hijo de Dios no asegura que no vaya a pasar por ciertas cosas. Sí, el Señor hace diferencia entre el justo y el injusto. Sí, mientras las plagas sigan viniendo, no partirán aquellos cuyas vidas aún no tengan que terminar, los que aún tengan propósitos por cumplir y los que hayan sido obedientes. El Señor hará una diferencia. Pero para muchos se viene la prueba de Job, por más que hayan sido pesados en balanza y encontrados justos, por más que estén llevando fruto bueno y en abundancia, por más que hayan estado velando, por más que hayan preparado sus hogares, por más que se hayan autoexaminado y limpiado, por más que estén al día leyendo la Palabra, orando, ayunando, congregándose con otros hermanos para hacer buenas obras; por más que la balanza se incline a su favor. Tenemos que entender que esto tocará a algunos de nosotros y que debemos estar preparados para lo que sea y tener fe.
Va a haber muerte de conversos, muerte de inconversos, muerte de ministros, muerte de famosos. Hay algunos famosos que mueren naturalmente cada año, pero lo que vamos a ver, me decía el Espíritu Santo, es que se van a ir muchas personas muy conocidas, no solamente en el mundo cristiano, sino también en el mundo secular. Se van a ir famosos que influenciaban la vida de las personas en distintas áreas: deportistas, actores, políticos, artistas de todo tipo.
Las personas se van a preguntar: «¿Pero cómo puede ser? ¿Por qué está muriendo tanta gente?». Y vuelvo a repetir: es porque este es un tiempo de cambios, donde es necesario preparar el escenario para la manifestación de lo que está por venir, tanto del lado del infierno para la manifestación del Anticristo, como para la manifestación de los hijos de Dios de los últimos días y de lo que el Señor va a hacer a través de la iglesia real, santa, pura, inmaculada en esos últimos días. Su plan profético se tiene que cumplir, y para eso muchas cosas serán quitadas y barridas; entre ellas, personas muy famosas que no sirven para este tiempo.
Además, este es un tiempo de juicio. En los años anteriores, el Señor pesó todas las cosas en su balanza y, así como estaba diciendo que muchas cabezas de naciones fueron encontradas faltas y van a ser quitadas violentamente, lo mismo pasará con muchos famosos, influencers y demás, que en vez de utilizar esa influencia para propósitos buenos, para cosas favorables que vienen de parte del Señor directa o indirectamente, llevaban a las almas al infierno o pervertían las almas.
Se viene el hacha en todas las áreas, en todo sentido: desde los gobiernos, pasando por las congregaciones y los hogares. Porque ya hemos sido pesados, y se viene o ascenso, promoción para algunos, o descenso para otros, hasta directamente ser quitados. Sí, hay distintos tipos de consecuencias que vamos a enfrentar durante este año y en adelante, ya sea para lo bueno o para lo malo, de acuerdo al resultado de nuestro peso en la balanza.
Otra de las cosas que el Señor me decía es que, dentro de ese ascenso de muchos ministros, habrá ministerios que se levantarán tremendamente. Habrá ministerios que van a operar de manera distinta a otros. Habrá estilos nuevos de llevar adelante ministerios, porque hay distintas operaciones del Espíritu Santo.
[1 Corintios 12:4-6, RVR1960] Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.
Dentro de los ministerios que ya están operando, para aquellos que han sido pesados y encontrados justos, el Señor ha decretado recompensas. En vez de juicio, van a ver un crecimiento impresionante en muchos ministros, al punto de que, en aquel que recibía profecía, la palabra profética se va a duplicar o triplicar. Las unciones que vienen también serán distintas. El Señor está ungiendo en este tiempo a aquellos que han sido reposicionados, que han avanzado de nivel, que han subido en la escalera espiritual del Señor.
Para aquellos a quienes les viene promoción y ascenso en el Reino de los Cielos, las cosas van a cambiar, pero para bien. Van a caminar en una unción mayor. El nivel de influencia que tenían aumentará. Serán como árboles cuyas ramas crecen y se ramifican más y más. Para los ministerios que están llamados a las naciones, la influencia que tendrán llegará hasta los confines de la tierra.
Este es un tiempo de cumplimiento profético. El Señor me decía que en este año comenzarán a cumplirse muchas profecías recibidas hace 5, 6, 7 años o más, que parecían falsas porque no se cumplían a los ojos de aquellos que no tienen entendimiento. Estas profecías empezarán a cumplirse en este tiempo y caerán una detrás de la otra, como un dominó. No solo esto, sino que para las personas a quienes les viene ascenso—especialmente estoy hablando de profetas y atalayas en esta ocasión—el Señor comenzará a dar palabras proféticas más claras, cortas, concisas, que den en el blanco y se cumplan más rápidamente.
También van a ver pastores que levantan escuelas de pastores, maestros que levantan escuelas de maestros y escuelas de discípulos. Para la parte de la iglesia que es blanca, pura, santa, recta, que sí se deja morar por el Señor, que sí se deja enseñar en este tiempo con las verdades bíblicas que el Señor está restaurando, para ella viene multiplicación y se duplica la unción.
Ustedes incluso van a ver que cambian y mejoran aquellos que nos manejamos mucho por las redes sociales porque el Señor así nos llamó a hacerlo, los que estamos puestos por el Señor. Ustedes van a ver que cambiamos el estilo, que mejora la presentación. Hasta en la ropa habrá cambios, me decía el Espíritu Santo, pero no es porque quieran verse con más lujo, sino porque se les han cambiado las vestiduras espirituales.
El Señor me decía: «Les estoy dando nuevas vestiduras espirituales a muchos ministros y a personas que estoy llamando para darles ministerios de los últimos días en este tiempo». Por eso es este cambio de ropa, porque cuando el Señor cambia el llamado o algún aspecto dentro de ese llamado, también las ropas y los zapatos espirituales tienen que cambiar, porque todo se tiene que acomodar al paisaje que viene por donde ellos van a caminar.
Así que no se extrañen de que esto suceda, pero sí van a tener que pedir mucho discernimiento. Porque, así como va a crecer la palabra profética en los profetas, así como la regularidad y la fluidez con la que comparten las cosas al pueblo del Señor y a las naciones, también habrá aquellos que se crean profetas, pero no lo son. Va a aumentar el engaño en ese sentido, como dice la Palabra, que habrá falsos profetas y falsos maestros. Los pastores que no entiendan este tiempo van a robarles el dinero aún más a los congregantes en el nombre del Señor.
Mientras estas cosas suceden, los entendidos van a comprender por qué pasan, pero otros van a pensar que los profetas están adivinando y van a decir: «¿Cómo puede ser que reciban tantas palabras proféticas? ¿Cómo puede ser que Dios les hable tanto? ¿Cómo puede ser que ahora publiquen tantas cosas o que ahora compartan tantas cosas para la iglesia o que todos los días vengan con alguna revelación?» No van a entender que, debido a que este es un tiempo sumamente, altamente, extremadamente profético, el Señor está elevando el caudal de su voz, de lo que Él habla, para que sus hijos entiendan lo que sucede y no se queden atrás, para que se puedan acomodar a estos tiempos, se puedan preparar, sepan cómo velar; y también porque todo lo que el Señor hace, primero se lo muestra a sus profetas.
[Amós 3:7, RVR1960] Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.
Entonces, no es que tienen que tomarlo todo, ni tampoco descartarlo todo. La clave siempre es: examinarlo todo, retener lo bueno y desechar lo malo, abstenerse de toda especie de mal. Vamos a tener que discernir y reconocer. Pero que haya cosas falsas no quiere decir que no existan las verdaderas. Que existan los loros que repiten lo que los verdaderos hablan no quiere decir que lo verdadero no exista.
El Señor me decía: «Hija, hay muchas personas que están tratando de copiarte, que están tratando de copiar a mis atalayas, a mis profetas. Hay muchas personas que te escuchan y después repiten lo mismo. Son como loros, cuyas palabras caen al piso». Y eso no lo digo por mí, sino porque el Señor me lo reveló. Él me dijo también que esto está pasando con muchos otros ministros que tienen influencia porque están ungidos para hacer lo que están haciendo y porque el Señor levantó esos ministerios. Si Él no levanta estos ministerios, el hombre no los puede levantar. Son obras muertas, obras de la carne, obras del hombre, no de Dios. Y eso se ve, porque la unción no está allí, porque el Señor no acompaña a esos ministros.
A mí me molesta muchas veces cuando me dicen «pastora», porque a mí el Señor no me llamó como pastora. No me dijo: «Eres pastora». Desde que el Señor me llamó hace siete años a este ministerio profético, Él me dijo que iba a ser su voz profética a las naciones, que iba a tener un llamado profético. Es claro el llamado, y cada vez que Él me habla, me dice que esa es mi área y que no me meta en otras aguas.
No es cosa menor cuando alguien se hace llamar algo que no es, y viene juicio contra todo aquel que utiliza estas cosas de manera liviana. Empecemos a llamar a las cosas como son, como Dios las estableció y no como el hombre las quiere ver o como se las han enseñado, porque no son cosas livianas. El Señor está yendo al detalle, y entonces al detalle tenemos que operar en las cosas de Dios. Tenemos que ser radicales, porque este es un tiempo radical. Este es un tiempo violento, y el que se quede dormido no solamente se va a estancar, sino que, sin querer, va a estar siendo un agente del enemigo.
[Apocalipsis 2:2, RVR1960] Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos.
Cuidado con esto, porque esto aplica al que se llama pastor y no lo es, al que se llama evangelista y no lo es, al que se llama profeta y no lo es, al que se llama maestro y no lo es, y a cualquier tipo de título que se ponga el hombre y que el Señor nunca le entregó. El Señor va a juzgar ese tipo de comportamientos.
El que lo sea de verdad, no hay problema, porque ese título se lo dio el Señor. Hace un tiempo, el Señor me dijo que no tenga vergüenza de que me llamen profetisa, porque ese título es lo que Él me dio, aunque a mí no me importa que me llamen así o no lo hagan. Yo me llamo Noelia, soy la hermana Noelia, y con eso me alcanza. Tengo temor de usar ese título, pero el Señor me dijo: «Eso es lo que eres. Eso es lo que Yo te hice. No tengas vergüenza ni lo rechaces cuando te llamen así, porque eso es lo que eres, porque Yo te establecí, porque Yo te instituí. Sería distinto si no fuera así».
Entonces, el que es pastor, que se llame pastor; el que es apóstol, que se llame apóstol. Pero el que no lo es, que tenga cuidado con eso. Cuidado, porque todas esas cosas son las que están siendo pesadas en este tiempo, y para los que enseñan la Palabra se viene un juicio mayor.
[Santiago 3:1, RVR1960] Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
Cuidado con meterse en aguas donde el Señor nunca te llamó, porque para aquellos que enseñen y no se les haya llamado a enseñar, también viene este tipo de juicios que el Señor está trayendo en este tiempo. Esa condenación es la que está cayendo en estos últimos días sobre muchos ministros que dicen ser una cosa pero no lo son, porque el Señor está haciendo un ajuste de tuercas. El juicio de Dios empieza por la casa de Dios, y después hacia afuera, y después hacia las naciones. El Señor está limpiando y barriendo su casa, y ponerse títulos no dados por el Señor es una de las cosas que está siendo juzgada en este tiempo y por la cual viene condenación a muchos hijos de Dios si no se arrepienten.
Entonces, «¿Qué tenemos que hacer?», se preguntan los hijos de Dios.
En primer lugar, no tener miedo. Sí, temor de Dios, pero no dejarnos dominar por el miedo, porque el miedo es una de las armas más importantes que el enemigo está utilizando en estos últimos días para controlar a la gente. Y eso es lo que hace la élite: controlar a la gente a través de inculcarles miedo, miedo a la muerte, miedo a la enfermedad, miedo a que la economía se desbarate, y todas estas cosas.
Nosotros somos hijos de la luz y no de las tinieblas, y nuestro Rey es más poderoso que el príncipe del mundo. Así que, en primer lugar, tenemos que no darle lugar al miedo. Tenemos que divorciarnos de los miedos, darles carta de divorcio a esos miedos que nos hacen la vida imposible en estos últimos días y no nos dejan operar en el gozo del Señor, en la alegría del Señor, en la adoración y en la alabanza del Señor mientras somos probados.
Otra de las cosas que tenemos que hacer es estar a cuentas con Dios. ¿Tienes cosas que arreglar? Fíjate si hay puertas abiertas en tu casa. Fíjate si tienes que ponerte a cuentas con algo. Dice la Palabra:
[Isaías 1:18, RVR1960] Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
El Señor es lento para la ira, y Él es misericordioso y está esperando que nos arrepintamos y que nos pongamos a cuentas con Él, no solamente por causa de la salvación, sino para ser aptos para pasar por estas cosas que vienen sobre nuestras cabezas y obtener la victoria.
Otra de las cosas que tenemos que hacer es desarrollar una vida de intimidad con el Señor. Después de estar a cuentas con Él, de tener el bautismo en agua, de haber recibido el bautismo del Espíritu Santo y de caminar en santidad, esto es, en mi opinión, lo más importante para poder resistir lo que viene. Si nosotros no somos violentos, en un buen sentido, para las cosas del reino, la violencia de parte del enemigo que viene nos va a derribar.
Además de eso, cuando venga más encierro y más aislamiento, cuando no se pueda ir a una congregación de forma presencial, si hay cualquier problema con el internet o con las conexiones, si no podemos hacer reuniones virtuales, si no podemos escuchar prédicas ni nada, si nos quitan la posibilidad de congregarnos de cualquier forma, entonces, si no estás parado sobre la roca en primer lugar, si no tienes una vida regular de oración, de comunión, de intimidad con el Señor, más allá de tener a tu pastor, tu líder, tu profeta, tu guía espiritual o mentor, o como quieras llamarlo; si no estás acostumbrado a tener una relación personal con el Rey de reyes y Señor de señores, no vas a resistir lo que viene, porque no vas a saber qué hacer, porque no vas a tener ningún brazo humano al que agarrarte. Por eso también va a permitir el Señor que estas cosas vengan sobre la iglesia y que nosotros estemos en medio de todas esas cosas, para que, justamente, los que estaban agarrados más de la mano del hombre se suelten y se puedan agarrar de la mano de Jesús.
Así que tienes que desarrollar una vida de intimidad. Métete en tu cuarto, en cualquier lugar secreto. Hasta en un baño o en un armario puedes meterte a orar, a buscar al Señor, al Espíritu de Dios. No pierdas tiempo, porque mira lo que pasó en la pandemia del COVID. Muchos no supieron qué hacer, se alejaron de la fe, cayeron en apostasía, volvieron al mundo, porque su vida cristiana era la congregación, no una comunión en primer lugar con el Espíritu de Dios, con Dios Padre o con el Señor Jesucristo. No se congregaban primeramente de esa manera con el Señor, sino con la gente. Y cuando la gente les fue quitada, metafóricamente hablando, su fe cayó porque estaba fundamentada en el humano y no en su Dios.
Es fundamental que en este tiempo desarrolles una vida de intimidad y aprendas a escuchar al Espíritu Santo. No hace falta que lo escuches con voz audible, pero sí que entiendas su guía, que entiendas la forma en que Él te habla, que leas las Escrituras aún más para poder conocerlo, porque Él habla como están escritas las Escrituras, y también de otras formas.
[Job 33:14, RVR1960] Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende.
Dios habla de muchas maneras, pero hay muchos que no saben cuáles son las principales formas en las que Dios les habla. Entonces, cuando no tengas a nadie más a quien consultar, a quien preguntarle, ¿cómo vas a saber? Esto ya tiene que estar establecido para que, cuando estas cosas vuelvan—este encierro, esta soledad, este aislamiento—no te vuelvas loco por la soledad. Porque lo que está haciendo el diablo es meter espíritus de locura en la gente para ver si puede volver locos a aquellos que se quedan solos, a los que tienen que estar aislados.
Esto es la clave de las claves, no solamente por eso, sino porque una vida de oración edifica, levanta, fortalece, vuelve a llenar tu lámpara de aceite. La oración en intimidad es una de las cosas que vuelve a llenar la lámpara de aceite, que mantiene la unción al mismo nivel o creciendo, que nos mantiene fuertes y alertas, que nos da discernimiento y nos direcciona personalmente a cada uno de nosotros. Nuestros espíritus están despiertos cuando oramos en la intimidad.
El que no tenga una vida de oración permanente no va a discernir la verdad del error. Así que, como mínimo, te recomiendo una hora de tu día en oración íntima con el Señor, y vas a ver unos cambios tremendos en tu vida espiritual. Si no tienes un tiempo para dedicarle al Señor, entonces tampoco te quejes cuando vengan estos golpes y no puedas resistirlos.
Otra de las cosas es mantenerse en comunión con hermanos reales, en oración, en ayunos, partiendo el pan.
[Hechos 2:46, RVR1960] Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.
Entonces, no solo es edificante y necesario perseverar cada día en los templos, sino también en las casas: partiendo el pan, compartiendo las cosas, creciendo juntos, orando juntos, ayunando juntos, intercediendo juntos. Esto también será clave, porque será, mientras se pueda hacer, lo que nos sostendrá en estos días finales y lo que ayudará a que los propósitos de Dios se cumplan y muchos planes demoníacos caigan a través de esa intercesión en conjunto.
Otra de las cosas fundamentales es pedir discernimiento. El discernimiento es fundamental en este tiempo. Se manifestarán muchas cosas que tendrán la apariencia de bondad, pero no lo serán; que parecerán verdaderas, pero estarán mezcladas con el error, y ese pequeño grano de error puede ser lo que te haga caer en apostasía. Entonces, hay que pedir discernimiento en este tiempo.
Otra de las cosas importantes es estar preparado para cualquier cambio y listo para perder distintas cosas, incluso a personas, porque se viene la prueba de Job para mucho pueblo. Hay justos que pasarán por la pérdida de personas muy cercanas, incluyendo hijos, padres, hermanos. Entonces, el que piense que estas cosas no lo tocarán, que no le llegarán, sufrirá innecesariamente y de más. Muchos, quizás, no serán capaces de tener la victoria sobre estas cosas porque no se habrán preparado y no entenderán lo que pase cuando les suceda.
Les aconsejo leer el libro de Job en este tiempo y prepararse para todo tipo de cambios: no apegarse a nada, no apegarse a lugares, no apegarse a casas, no apegarse a personas. Sí, tener relación con las personas, pero es distinto a apegarse a ellas y desarrollar un apego que no es de Dios, un apego demoníaco, una dependencia emocional insana, de tener a la gente como ídolos. No es lo mismo.
Hay que estar listos para que se sacudan todas las cosas. Viene mucho éxodo entre las naciones, mucha migración de país a país, aún más de la que hay ahora en algunas partes. Y si Dios te llama a mudarte, tienes que tener tu corazón abierto a recibir esas palabras. A quien se quede congelado, a quien se quede cristalizado, a quien quiera permanecer en una comodidad que no viene del Señor, a quien no entienda que estamos en tiempos de cambios profundos, todo esto le va a costar muchísimo más. Algunos incluso desertarán de la fe por no haberse dejado llevar por el río del Espíritu en este tiempo.
En lo que respecta a lo físico, les recomiendo tomar mucha agua, mantener el cuerpo limpio y fortalecer el sistema inmunológico. Pueden consultar la palabra que el Señor me dio con instrucciones sobre cómo fortalecer nuestro sistema inmunológico, donde Él explica muchas cosas que suceden con respecto a este sistema debido a todo lo que se avecina. No se trata solamente de la parte física. Hay una parte emocional y espiritual que cuidar para que el sistema inmunológico se mantenga fuerte y pueda contraatacar a medida que estos virus y bacterias son lanzados, se multiplican y proliferan. También es necesario beber mucha agua, porque el Señor me mostró que en este tiempo surgirán muchas enfermedades renales.
Ustedes también deben hacer su parte. Investiguen lo que dice la Palabra. Hay personas que Dios está levantando específicamente para instruir en ese ámbito, porque no se trata únicamente de que se van a manifestar estas enfermedades y que mucha gente va a morir. Al mismo tiempo, el Señor está preparando especialistas, que son suyos, para instruir al pueblo y enseñarle cómo prepararse. Es decir, cada quien opera en su área. Esa parte les corresponde a ustedes: aprender cómo prepararse físicamente para resistir lo que viene.
Otra de las cosas importantes es consultar al Señor sobre medicamentos, vacunas, antídotos o cualquier cosa que te digan que debes tomar. No estoy diciendo que no hay que aceptarlo ni que no hay que medicarse. Lo que estoy diciendo es que le preguntes al Señor, porque habrá cosas que, científicamente hablando, serán beneficiosas para la sanidad de los cuerpos, y también habrá otras que se presentarán como saludables y buenas, pero contendrán venenos y sustancias que se usarán para generar aún más mortandad, plagas y cambios en el ADN.
Por eso digo que es clave la intimidad con el Señor, porque todo esto Él lo va a revelar en la intimidad a su pueblo y también a algunas personas específicas para que lo compartan con otros grupos. Pero si no hay intimidad, normalmente es muy difícil discernir entre lo que se debe y no se debe hacer. Así que es necesario ser violento y radical en las cosas del Reino de los Cielos. La intercesión en este tiempo tiene que ser violenta, como cuando Jesús estaba en el jardín de Getsemaní. Él clamaba y gemía al Señor por lo que le pedía, para que su alma sea capaz de soportar esa última copa de sufrimiento por la cual tenía que pasar.
En este tiempo vamos a tener que aumentar la intensidad de la oración y de la intercesión. Cuanta más violencia hay, cuanta más guerra hay, uno tiene que estar más alerta, más activo y caminar acorde al ambiente en el que se mueve. Si uno está en medio de una guerra, no se va a quedar quieto, porque lo derribarán fácilmente. Al contrario, tratará de esconderse. Si tiene armas, intentará atacar y defenderse. Si son muchos los enemigos, entonces deberá utilizar más fuerza. Tendrá que entrenarse más para resistir esos ataques, defenderse y contraatacar.
Entonces, como el nivel espiritual de los ataques del enemigo va en aumento, el nivel de respuesta también tiene que incrementarse. Las intercesiones deben ser mayores y más enérgicas. El clamor y el gemido tienen que crecer. Tenemos que buscar distintas estrategias en las diversas facetas de nuestra vida espiritual para acomodarnos a los tiempos que vivimos.
[Mateo 11:12, RVR1960] Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.
Al principio de este mensaje hablé de una violencia para el mal y de una violencia para el bien. La violencia para el bien es el tipo de violencia que los hijos de Dios vamos a tener que aplicar en estos tiempos. No hay lugar para la tibieza, no hay lugar para dormir, no hay lugar para quedarse. Tenemos que acomodarnos a lo que viene y no permitir que lo que viene nos sorprenda, sino utilizarlo en favor del Reino de los Cielos, para evangelizar aún más y para que más almas vengan al Reino.
Te damos gracias, Padre, porque veo que llenaste a todo aquel que escuchó esta palabra de un nuevo nivel de fe. Veo escudos de la fe que se levantan. Veo que el conocimiento de tu Palabra fortalece. Dice la Biblia que el avisado ve el mal y se esconde, pero los necios pasan y reciben el daño. Es decir, el que no escucha las alertas, no se prepara, no se esconde ni hace lo que tiene que hacer, sufrirá las consecuencias de esa negligencia. Yo te pido, Dios mío, que aclares estas palabras a un pueblo entendido, que las multipliques como sobres que viajan en el ambiente espiritual y que lleguen a donde tienen que llegar, a todo aquel que tiene oídos para oír.
El Espíritu de Dios me dice que miremos bien los acontecimientos del mundo, y veo a una persona que se pone binoculares, largavistas. Observen, dice el Señor, porque hay cosas que van a cambiar. Hay países que van a tomar a la fuerza cosas de otros países, y hay reyes que van a quitar a otros también a la fuerza. El Señor va a utilizar a líderes en este tiempo para cortar a otros líderes. El Señor les está dando hachas a algunos líderes para que corten, metafóricamente hablando, a otras cabezas de naciones, para que talen árboles. Pero después viene el juicio también sobre esos instrumentos que el Señor está utilizando y que va a utilizar.
Hijitos, prepárense, dice el Señor, porque lo que viene es fatal, lo que viene es violento. La tierra se va a sacudir debajo de sus pies.
El Señor me vuelve a repetir que vamos a ver caer edificios de congregaciones delante de nuestros ojos, que vamos a ver caer paredes de iglesias que no están escuchando la corrección del Señor en estos días que vienen. Yo vuelvo a ver cómo el ángel de la muerte pasa por distintas tierras, y veo a muchos niños que se van.
Sean fuertes, dice el Señor, y no flaqueen en la fe, porque estoy con ustedes, refinándolos como se refina la plata. Los amo y no los he abandonado, dice el Señor, pero deberán confiar en mí y deberán demostrarme lo que me dijeron cuando de sus bocas salía: «Señor, te sigo para siempre. Estoy dispuesto a ir hasta la muerte por ti. Haz lo que quieras en mi casa, con los míos. Te entrego todo lo que tengo, todo lo que soy».
Se viene el tiempo donde voy a pesar esas palabras en mi balanza para ver si eran reales, dice el Señor, para ver si realmente estabas dispuesto a hacer todas esas cosas que me prometiste y que dijiste. Y a aquellos que pasen victoriosos por estas pruebas, voy a recompensar. Ciertamente, lo que viene es duro, dice el Señor, pero deberán unirse, tomarse de las manos para resistir juntos a los ataques espirituales demoníacos que vienen. La unión será una clave en estos últimos días, dice el Señor, porque a través de estar unidos, realmente unidos, el diablo no va a poder ingresar. Por eso él está trayendo tanta desunión y división en el pueblo del Señor, porque sabe que eso le abre puertas para poder destruirnos.
Hijitos, dice el Señor, bajen las armas contra ustedes mismos, contra el mismo cuerpo de Cristo. Yo (Noelia) veo que el brazo ataca a la pierna. Ya es suficiente con lo que el diablo está haciendo en este tiempo como para que ustedes también se autodestruyan, dice el Señor. Aprendan a amarse, porque también estoy pesando en mi balanza el amor de los míos. No es todo conocimiento, no es todo ciencia, doctrina, enseñanza. También estoy pesando el amor que mis hijos profesan, el amor en que mis hijos caminan; no el del que hablan solamente, sino el amor en que caminan. Estoy poniendo mis ojos en los corazones blanditos, dice el Señor. Sobre ellos está mi mirada.
Hijitos, amen. Amen más, mientras los juicios caen sobre la tierra. Conviértanse en un vehículo de mi amor, llamando a las almas perdidas y compartiéndoles las verdades del Reino, abriéndoles la puerta para que, si quieren, entren al mismo lugar donde ustedes entraron cuando se convirtieron. No sean egoístas, dice el Señor. Vayan a las calles, golpeen las puertas, hablen más de mí, antes de que no puedan salir más de sus casas. Y no se olviden, dice el Señor, que estoy con ustedes—así lo dije y así lo cumpliré—hasta el fin del tiempo, hasta el fin del mundo.
Miren hacia Israel, dice el Señor, porque hay cosas mayores que están a punto de darse en esa nación. Ataque tras ataque, guerra tras guerra es lo que van a ver, porque así está escrito y así tiene que cumplirse, dice el Señor. No flaqueen sus rodillas cansadas. Pídanme que los fortalezca, pero abran bien sus oídos para escucharme, porque hay muchas voces en este tiempo hablando, y no todas vienen de mí, dice el Señor.
Oren, clamen, intercedan y pónganse en la brecha por las cosas que estoy llamando a interceder, porque no todos los intercesores que estoy llamando están respondiendo al llamado, dice el Señor. No tengan miedo. Afiáncense en mí. Tómense más fuerte de mi mano, dice el Señor. Límpiense, aquellos que estén sucios. Despiértense, los que están dormidos. Levántense, los que están adormecidos. Porque son tiempos peligrosos, en los que solo resistirá el que escuche el shofar de la alerta.
2024: año de desastres, año de revueltas sociales, de agitaciones de los pueblos, de protestas políticas, de rebeliones. Pueblo contra pueblo en muchas naciones. Reyes que son destituidos por los mismos pueblos también. Todo se agita, todo se da vuelta, pero el que esté firme y plantado en mí, nada lo va a mover.
El Espíritu de Dios me dice que cada uno debe interceder por su nación, que oremos por nuestros países, por nuestros gobernantes y por nuestras naciones. Porque hay naciones que quieren robar a otras naciones, y si los intercesores no hacen su trabajo, ese robo se va a dar. Hay naciones y potencias fuertes que se quieren aprovechar de las débiles, conscientes de que estas no pueden defenderse, pero el clamor de un pueblo puede cambiar el curso de estas cosas. Amén.