Dios te bendiga, amado pueblo del Señor Jesucristo, pueblo que estaba creado para habitar en esta tierra, exactamente en el lugar y tiempo a donde está, cumpliendo el propósito del Señor acorde a los últimos días.
Dios te bendiga amado pueblo del Señor, en este 15 de septiembre del año 2023, fecha que justamente coincide con Rosh Hashana, el año nuevo judío. Gloria al Señor. Hoy el Señor quiere traer Palabra sobre gran parte de su pueblo que está transicionando, gran parte de su pueblo está yendo de un lugar a otro y está viviendo épocas de cambio en sus vidas. Son épocas donde es necesario que pasen por ciertas pruebas y una vez terminadas esas pruebas puedan evolucionar.
El Espíritu Santo me decía que hay mucho pueblo que siente que de nuevo debe pasar por el mar rojo, un mar que se abre a medida que camina. Es un pueblo que siente que está de nuevo en un desierto del que ya había salido, viviendo de nuevo una temporada en la que ya estuvo antes por el llamado del Señor, pero que se encuentra a la espera de una temporada nueva que está por venir, una temporada futura con una tierra prometida donde fluye leche y miel.
Josué 1 dice: «Esfuérzate y sé valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas».
Mediante su Palabra, el Señor habló a Josué y le enfundó esperanza en su corazón porque aunque no veía aun lo que le esperaba ni podía palparlo con sus manos, el Señor le dice que tenga esperanza durante esa transición en la cual obtendrá la victoria, porque el pueblo del Señor fue probado en muchas maneras hasta obtener la victoria.
Así se están sintiendo muchos de ustedes en este tiempo de cambio y de revolución en sus vidas, entregándole al Señor aquellos becerros de oro que como en tiempos pasado, el Señor demandaba de su pueblo quitar todo ídolo para eliminar de en medio todo lo que le separaba de Él, porque para subir a esa montaña y ver a nuestro Elohim, nuestro Señor cara a cara, es necesario estar libres de idolatría, es necesario subir en santidad, así como cuando subió Moisés y se encontró con ese poder de lo alto, y que cuando bajó de esa montaña, su rostro estaba resplandeciente por la gloria del altísimo.
Pero para eso, la etapa de transición que vivieron los hebreos al salir de la tierra de Egipto, requería que fueran probados de muchas maneras para ver si realmente eran dignos de heredar esa tierra prometida, para ver si realmente confiaban en este Dios poderoso que hizo maravillas y milagros al sacarlos de la esclavitud, para ver si realmente creían a los profetas que el Señor les colocó como guías. En esa transición era necesario ver si realmente, despojándoles de todo lo que tenían, eran fieles a Dios y respondían a ese llamado de ir a conquistar la tierra prometida, inclusive a veces no teniendo para comer, ni teniendo para beber.
Asimismo estamos muchos de nosotros en este tiempo, muchos los hijos de Dios están pasando por un tiempo de transición que a veces puede sentirse como algo absolutamente caótico, pero que en realidad nuestro Dios está en absoluto control. Yo Noelia, puedo ver un rompecabezas que está todo desarmado, esa sensación la solemos tener cuando se pasa por esta transición donde se tiene que dejar algo atrás, pero se sabe que algo más se espera adelante.
En ese proceso de encontrarse con lo nuevo se siente como si se estuviera en el aire, como si todo estuviera desarmado; no se puede entender dónde va cada pieza de ese rompecabezas que aunque se sabe está ahí aún no encaja para poder verlo armado por completo y entender de qué se trata el plan.
Sin embargo, el Señor quiere decirte hoy que aunque no puedas ver cuál es su plan final para tu vida mientras pasas por esta transición, y aunque todavía no entiendas cuál es el panorama completo que te espera, ni termines de entender el propósito de pasar por estas grandes pruebas en ese desierto en dónde estás, este gran despojo es porque hay muchas cosas que no te van a servir para lo que viene.
Dios quiere decirte que El tiene preparado un plan, El sí puede ver ese rompecabezas armado aunque tus ojos no puedan verlo aún, y te dice que sigas caminando por fe aunque tu mente no entienda lo que está pasando, el Señor sabe por dónde te está llevando. Yo veo mucho pueblo que se siente caminando con vendas en los ojos, sin ver a dónde va, pero creyendo lo que el Señor le habla aun sin entender para qué ni hacia dónde va.
Pero así como Abraham respondió al llamado del Señor, cuando le dijo: «Vete de tu tierra y de tu parentela», y el obedeció saliendo sin saber a dónde iba, siendo justificado por su fe, así como sucedió según lo dice la Biblia, así mismo está sucediendo hoy un tiempo de transición, de cambios, de evolución, y el Señor está llamando a muchos de ustedes de una manera similar a la que llamó Abraham diciendo: «Vete de tu tierra, de tu parentela, deja ese trabajo, porque tengo otra cosa preparada para vos.»
Se termina un ciclo en tu vida, pero porque otro tiene que abrirse, aleluya. Y en ese proceso de dejar las valijas atrás, de dejar el pasado atrás, de cortar con lo que no te va a servir para la nueva temporada que te espera, Dios te dice hoy que confíes ciegamente en El, que recuerdes que no es por vista, sino por fe, que seas valiente y que te esfuerces cada vez que el enemigo quiere frustrarte y cada vez que pienses como los hebreos en ese desierto: «¿Para qué nos trajo Jehová para morirnos de hambre en el desierto?». El Señor te dice que confíes en El y que te sostengas fuertemente de su mano, porque a su tiempo vas a ver la gloria de Dios, Aleluya.
Dice Génesis capítulo 12, del versículo 1 al 4: «Y Jehová había dicho a Abraham: Vete de tu tierra y de tu parentela y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré», es decir, el Señor estaba llamando a Abraham a un cambio rotundo en su vida, y Abraham no podía ver ese rompecabezas completo, probablemente no entendía por qué el Señor le estaba pidiendo semejante cosa, sin embargo, la fe, la obediencia y la confianza de Abraham fueron probadas y a su tiempo Dios cumplió la promesa, gloria a Dios, aleluya.
Pero para que Abraham pueda ver cumplida las promesas que le hizo el Señor, de una nueva tierra y que su descendencia se multiplicaría como las estrellas del cielo y la arena del mar, primero tuvo que confiar en Dios, tuvo que obedecer al Señor, caminar por fe y no por vista, y a medida que iba avanzando en obediencia, el Señor le iba indicando la siguiente directiva.
El Señor no le mostró a Abraham el cuadro completo de una sola vez, porque si Dios te mostrara el cuadro completo de lo que El quiere hacer contigo cuando salgas de esta transición, ¿cómo sería tu fe probada?, por eso el Señor tiene que ir paso a paso, y a medida que respondas lo que El te va pidiendo hoy, entonces, mañana vas a saber cómo sigue la cosa.
¡Aleluya, Gloria al Señor!, porque a través del caminar por fe y no por vista, nuestro vaso se va llenando con una nueva medida de fe. El Espíritu Santo me revela que muchas veces ustedes le pidieron al Señor una nueva medida de fe; de hecho veo a muchos orando y diciendo: «Señor, quiero una nueva medida de fe, quiero confiar más en ti, quiero aprender a caminar por fe sin ver, pero sabiendo que lo que me decís ya está hecho, teniendo la certeza de lo que me estás hablando es cierto.» Ahora esas oraciones están siendo respondidas.
Aleluya, alabado sea el Señor, porque El dice: Tengan confianza, porque estoy sacando a mucho pueblo de la esclavitud de Egipto en distintas áreas de sus vidas y muchos se están sintiendo desnudos, porque no les va quedando nada; muchos se están sintiendo como cuando alguien viene y les quita todo lo que tienen, se están sintiendo despojados de muchas cosas que tenían o que pensaban que tenían; inclusive, muchos de ustedes se están sintiendo solos y no comprenden por qué tanta gente se está yendo de su lado.
Lo que pasa, dice el Señor, es que para cruzar el mar rojo tienen que llevar pocas cosas para que cuando crucen ese mar rojo y pasen por ese desierto y finalmente lleguen a esa tierra que les estoy prometiendo, puedan estar lo más libre posible, porque para que Yo pueda llenarlos de cosas nuevas es necesario dejar lo viejo para poder adquirir lo nuevo.
Me viene ese pasaje de la Biblia que habla de los odres viejos y el Señor dice: por eso estoy barriéndolos, estoy barriendo sus vidas, quitando lo que no les conviene para darles esa vida nueva que están sintiendo en ustedes y que está pronta a manifestarse. Estoy limpiando la casa, y esa casa son sus vidas, los estoy despojando de todo a lo que ustedes se están apegando, estoy trayendo libertad de cosas que no aprovechan y los estoy haciendo libres para que puedan elevarse y crecer en las cosas del Espíritu, porque quiero llevar a mi pueblo a un nuevo nivel, dice el Señor, pero para eso hay que cerrar ciclos y para que se abra un nuevo ciclo el anterior tiene que cerrarse.
Para que comience una nueva temporada, una nueva estación, la anterior tiene que terminar. Para que venga el invierno, el otoño primero tiene que irse, por eso, dice el Señor, obedezcan sin dudar, caminen por fe y no por vista, aunque no puedan entender todo lo que les pasa, ni puedan ver más allá de sus propios pies, lo que quiero es que se tomen fuerte de mi mano porque no van a ser ustedes los que elijan por dónde tienen que ir, sino que voy a ser Yo el que los lleve, amén.
Así está escrito en hebreos 11:8 «Por la fe, Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia, y salió sin saber a dónde iba». En esta etapa el enemigo quiere aprovecharse de la transición dónde estás y meterte pensamientos de duda y de incredulidad para confundirte, quiere hacerte creer que porque las cosas no se ven del todo bien como a vos te gustaría no estás caminando en el camino que el Señor trazó para vos.
El enemigo quiere aprovechar y ponerte ansiedad para que quieras o tengas la tendencia de adelantarte a los tiempos del Señor, pero si no me equivoco, Israel estuvo 40 años en el desierto antes de ingresar en la tierra prometida. Salieron de Egipto y estuvieron muchos años en el desierto hasta que conquistaron la tierra prometida.
No fue que el pueblo hebreo salió de Egipto, pasó el mar rojo, cruzó el desierto e inmediatamente conquistó la tierra prometida, sino que pasaron años entre la liberación de la esclavitud de Egipto y la generación siguiente que conquistó la tierra prometida. No estoy diciendo que tu caso tarde una generación para ver cumplida la promesa que Dios te dijo que vendría una nueva vida, sino que la ansiedad quiere aprovecharse y atormentarte mientras pasas por esta transición, y por eso el Señor va a probar hasta tu paciencia y va a ver lo sos capaz de creer y hasta de esperar hasta ver cumplidas Sus promesas.
Tengan confianza, hijitos, mientras los quito de esos lugares donde se están terminando los tiempos, donde se están cerrando los ciclos, y me viene el pasaje de Eclesiastés donde dice que hay un tiempo para todo y el Espíritu Santo me dice que para muchos de ustedes se está terminando el tiempo en el trabajo y por eso están sintiendo que tienen que renunciar, o están sintiendo que en cualquier momento ya no van a tener más ese trabajo.
Para otros, hay amistades que se van a terminar y se van a sorprender, porque para algunos son amistades de años, son relaciones interpersonales que se van a cortar durante este tiempo de transición, pero el Señor quiere que sepas que lo que pasa es que esa relación con ese amigo, con esa amiga o con esa persona, que funcionaba en este tiempo por un propósito, en la temporada que viene no va a servir para que crezcas, no te va a aprovechar para que puedas cumplir el propósito que el Señor tiene en tu vida.
Por eso el Señor quiere que entiendas que vas a ser despojado, no solamente de cosas sino de personas, y el enemigo va a querer tomar ventaja de esto para deprimirte, para entristecerte, para confundirte y que pienses que te equivocaste en algunas decisiones que el Señor te pidió que tomes, sin embargo, el Señor quiere que sepas que hay cosas que se tienen que cortar para que puedas avanzar, hay cosas y personas a las que vas a tener que renunciar para que puedas estar libre y para que el Señor te conceda una vida nueva.
Yo veo a muchos de ustedes que en esta etapa de transición están siendo despojados, y pareciera como que nada funcionara en sus vidas porque perdieron el trabajo o perdieron personas; porque las cosas no funcionan como antes funcionaban, y pareciera que todo está mal y que nada sale bien, pero no están entendiendo que el Señor está limpiando el terreno y está quitando de sus vidas árboles viejos que ya no daban fruto, el Señor está limpiando para dejar el terreno libre para plantar árboles nuevos que lleven mucho fruto.
Es un tiempo de poda espiritual, me dice el Señor, un tiempo de cambios, un tiempo donde el Señor está pasando el hacha en esas cosas que no te van a servir, donde los árboles están siendo podados pero no para castigarlos, ni para despojarlos sin ninguna razón, sino para hacer lugar para que puedan crecer mejor, para que tengan más fuerza para crecer, porque así como los árboles tienen temporadas de poda, las personas también y por eso es necesario el cambio, es necesario que le entregues al Señor eso que te está pidiendo que dejes, es necesario que le digas sí al Señor con lo que te está costando renunciar, porque es necesario un sacrificio para que puedas cargar con tu cruz y seguirle.
En este tiempo de transición vas a sentir que te estás ahogando, vas a sentir como si el agua llegara a tu cuello y te fueras a inundar, vas a pensar: ¿para qué sirve todo lo que hice hasta ahora?, ¿para qué construí lo que veo ahora destruirse delante de mis ojos?, ¿para qué regué tanto tiempo estos árboles que ahora se caen y son arrancados?, ¿para qué trabajé tanto en algo que ahora se esfuma como si nada?
Por eso el Señor quiere darte respuestas para este tiempo y decirte que no es que no sirvió de nada lo que hiciste, sino que esa temporada se termina para comenzar con lo nuevo, amén, aleluya, gracias, Señor, Santo eres Padre. Otra cosa que va a querer atacar tu mente durante este tiempo de transición es la queja, así como cuando los hebreos se quejaron cuando el Señor los sacó de Egipto porque no tenían para comer, no tenían para tomar y estaban incómodos.
Y como eran como nómadas que no tenían un hogar certero, el pueblo del Señor se empezó a quejar y pecó porque empezó a murmurar, no solamente contra Moisés sino contra Dios, según lo dice la Palabra del Señor y hasta en esto el Señor va a probarte mientras estás pasando por esta transición. El quiere que entiendas que si hay algo que te falta, es porque el Señor quiere ver cuál es tu reacción cuando eso suceda, porque El está probando tu fe para ver si igualmente lo amás, lo seguís y Le creés, aun cuando esa comodidad que tenías antes te falta. La Biblia dice:
[Números 14:26-29, RVR1960] Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: ¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí.
El Señor va a probarte para ver si cuando eres despojado de toda comodidad, elegís quejarte o elegís caminar por fe, como creyendo que ahora, a pesar de que no estás tan cómodo, sabes qué hay algo mejor que te espera. El va a probarte para ver cuál es tu reacción en medio de ese desierto y si Le alabas por lo que te falta, aun sin ver lo que se viene, porque sabes que hay una tierra prometida donde te espera la abundancia, o si renegás contra El murmurando en tu corazón. Aleluya.
Mucho pueblo le pidió cambios al Señor, muchos de ustedes le dijeron que necesitan cosas nuevas, que les gustaría una vida nueva, que están aburridos del tiempo que están viviendo, que hace años están igual. Algunos le pidieron cambios pero no tomaron en cuenta la prueba porque como dije antes, para que algo nuevo se manifieste en nuestras vidas, hay que sacar lo viejo, y para poner muebles nuevos en nuestra casa, primero hay que despojarnos de los viejos.
Pero tengan fe, porque no los dejo solos, porque así como iba la nube de día y el tornado de fuego de noche guiando a los hebreos en el proceso para conquistar la Tierra prometida, así como coloqué guía de día y guía de noche para que no estén perdidos, así hoy ustedes sigan la guía de mi Espíritu que los va llevando a arroyos de aguas cristalinas donde les daré de beber las aguas que calmen su sed de cosas nuevas.
Tengan confianza, dice el Señor, porque los estoy probando. Algunos de ustedes sienten que son cambios realmente drásticos, cambios repentinos y sorprendentes que vienen muy de golpe, muy de repente, pero el Señor dice: confíen en mí, porque hay transiciones donde sienten que se mueve la tierra debajo de sus pies, hay transiciones donde uno siente que tiene que agarrarse de las columnas porque todo cae a su alrededor, pero abrácense a la columna fuerte que soy Yo, dice Jesús, abrácense a mí.
Y mientras todo lo que se tiene que destruir de sus vidas se desmorona porque ya no les sirve, ustedes no van a caer si están abrazados a mí, porque de hecho lo que veo es que para poder estar listos y cumplir nuestro propósito de los últimos días, el Señor literalmente va a destruir nuestras vidas, en el sentido de que todo lo que vemos ahora a nuestro alrededor lo vamos a ver caer y desmoronarse, y vamos a ver esfumarse todo este cuadro donde ahora vemos nuestras vidas.
Ese cuadro va a quedar en blanco, dice el Señor, todo lo que ahora ven tus ojos de cómo es tu vida ahora, se va a desvanecer y el cuadro va a quedar en blanco para que uno nuevo pueda ser pintado. Ese proceso muchas veces es confuso y doloroso porque uno suele preguntarse si está bien que todo lo que tenías se vaya de tus manos, y te preguntas si está bien sentirse vacío de repente, o que nada funcione, por eso el Señor habla a este pueblo que está transicionando para traer tranquilidad y decirle a sus hijos que ese sacudimiento viene de la mano de Dios.
Ese sacudimiento donde ves todas las cosas caer, donde ves tantas personas irse de tu lado o tener que dejarlas y estás siendo despojado de todo y de todos tiene un propósito, es la mano del Señor que está sacudiendo para quitar la cizaña de vos, es un zarandeo bueno, porque en realidad solo va a quedar lo que te va a aprovechar para la temporada que viene.
Muchos de nosotros sentimos que estamos siendo zarandeados, pero este zarandeo tiene un buen final, dice el Señor, por más que duela en el momento, por más que en el momento se sienta como que uno no va a sobrevivir porque uno siente desfallecer su corazón, por más que la aflicción toque a tu puerta, pon la esperanza en lo que te espera cuando termines.
Tené la esperanza de que cuando ese zarandeo termine, solamente van a quedar las cosas que te sirven. Tené la esperanza de que cuando este paisaje que ahora se oscuro y sin esperanza de que salga el sol, cuando ese tiempo de oscuridad se termine en vos, el sol va a salir, y cuando salga vas a poder ver a través de esa luz un nuevo campo a donde llegaste sin darte cuenta, a donde llegaste de la mano del Señor.
Muchos de ustedes están soñando con distintos símbolos que representan transiciones, por ejemplo, muchos están soñando que están cruzando un puente o un túnel, o que están temporalmente en un hotel o alojamiento temporal; muchos de ustedes están soñando con inundaciones donde el agua entra en sus casas y pareciera que no podrán salir ilesos.
Muchos de ustedes sueñan con sacudimientos, con terremotos, con tempestades, con tornados, con huracanes y con catástrofes que se acercan a sus casas o involucran a sus familias, el trabajo, las congregaciones, etc., y es porque el Señor les está avisando por sueños que la temporada donde están es de transición y están siendo probados.
Así que hoy el mensaje principal del Señor es que mientras pasamos por este desierto, pongamos nuestros ojos en lo alto de la montaña y ahí donde está la presencia del Señor busquemos en la intimidad de la oración en vez de poner nuestros ojos en los ídolos, porque nuestra seguridad tiene que estar en Jehová nuestro Creador, y no en eso que nos vende seguridad y nos hace dependientes, porque todo ídolo hace dependiente al que lo idolatra.
El mensaje que el Señor quiere darte hoy, es que mientras pases por esta transición, recuerdes lo que Él te habló, lo que Él te dijo de esa nueva vida, ese nuevo proyecto o ministerio, de ese nuevo hogar, o cualquier otra cosa que te haya revelado el Señor que te esperaba.
Pon tu foco en esa tierra prometida que el Señor te reveló, no te ni te distraigas, porque el enemigo va a querer confundirte, para que te desvíes, para que pierdas tiempo y no vayas directo hacia esa vida nueva que Dios te prometió. El Señor te está diciendo en este mensaje, ¡ánimo hijo!, porque Yo estoy contigo, pero también sé valiente para enfrentarte y pelear contra todo aquel gigante con el que te vas a tener que enfrentar antes de conquistar esa tierra prometida.
Vas a tener que ganar esos terrenos que te vengo prometiendo y para eso hay que ser valiente y darle batalla a cosas que dejaste que crezcan en tu vida y no te sirven, cosas que dejaste pasar y que deberías haber enfrentado hace tiempo. Vas a tener que mirar cara a cara a tus miedos y hacerles frente de una vez, aleluya.
Durante esa temporada de transición, donde tus pies aún no pisan la tierra prometida, vas a tener que confiar en mí porque te voy a probar de muchas maneras; como probé a mi pueblo hasta que llegó a la tierra que le prometí. Durante esa temporada de transición tu fe va a ser medida, y vas a ser pesado en una balanza para ver si sos digno de que se te entregue una nueva medida y te voy a probar para ver si sos capaz de alabarme igual aunque no veas desde ese monte las tierras que te voy a entregar.
¡No pierdan tiempo!, dice el Señor, porque veo a algunos sentados en el piso, sin caminar, sin avanzar. ¡No se queden, no se estanquen, no se congelen!, por causa de los miedos, por causa de la indecisión, de las dudas, de la confusión y de la frustración porque no ven las cosas funcionar como les gustaría. No se queden quietos, dice el Señor, porque prefiero que se desvíen un poquito del camino para que después se vuelvan a encauzar, a que se queden quietos, porque el que se equivoca aprende de sus errores y sigue adelante con una nueva enseñanza que antes no tenía, pero el que se queda quieto lo hace porque es cobarde.
Por eso el Padre te vuelve a repetir: Esfuérzate y sé valiente, avanza y no te detengas, no permitas que nada ni nadie te distraiga mientras estás cruzando por esta transición, no permitas que nadie venga a decirte lo contrario a lo que Yo te dije, dice el Señor. Métete en tu cuarto en oración permanente para que traigas claridad a tus pensamientos, para que tu espíritu se mantenga alimentado, como cuando el maná llovió del cielo para alimentar a esos hebreos que no tenían nada para comer. Háblame de cómo te sientes, te dice el Señor, para que pueda traer consuelo a tu corazón.
Yo estoy contigo cuando sientas en tu vida que nadie queda alrededor tuyo, cuando sientas que perdiste todo por lo cual te esforzaste, cuando sientas que tenés que empezar de cero ahí voy a estar Yo para consolarte por mi Espíritu, para hacerte entender que tengo que hacerte de nuevo, que el hombre viejo no me sirve y quiero sacar lo mejor de vos.
Esfuérzate y no desfallezcas mientras te sientas incómodo en los procesos que estás pasando, no desfallezcas mientras las cosas no funcionan como esperabas, confía en mí que tengo un plan mejor; sigue adelante porque la Tierra prometida ciertamente te espera. Amén, aleluya, alabado sea el Señor.
Durante esta transición, es imprescindible que te alimentes de la Palabra de Dios. Muchos de ustedes se van a sentir con una necesidad no habitual de apartarse, van a sentir como si el Señor los llamara a aislarse en una manera que antes no sentían, van a sentir que necesitan más tiempo de soledad y va a ser el Señor llamándote a ese monte como llamó a Moisés para entregarle las leyes, para encontrar dirección.
Esa soledad no es que sos raro, no es que algo malo te pasa sino que cuando estás pasando por una transición muchas veces existe esa necesidad de apartarte más que en otras situaciones normales, porque el Señor quiere darte la guía de tu vida y Él tiene que mostrarte lo que sigue y qué tenés que hacer.
La revelación se consigue en la intimidad y si querés estar seguro de lo que tenés que hacer, y de las decisiones que vas a tener que toma, el Señor va a aprobar tu fe y tu confianza en Él mediante la toma de decisiones, pero para decidir es necesario que subas a esa montaña, como cuando Moisés buscaba a Dios para preguntarle qué tenía que hacer con el pueblo y hacia dónde tenían que dirigirse.
Es imprescindible que edifiques tu espíritu en esta etapa de transición para que puedas resistir a todo viento fuerte que sople en ese desierto. Es imprescindible que en ese desierto bebas del Espíritu de Dios para que durante este transitar no sientas una sequedad mayor a la necesaria. Bebe del Espíritu de Dios para sentirte conectado permanentemente con Él y para que sepas lo que tenés que hacer y por dónde tenés que ir. Aleluya.
Y recuerda que muchas veces no vas a ver lo que está delante tuyo y esto es para que busques a Dios y Él te diga lo que hay. Muchas veces no vas a saber por dónde tenés que ir con anticipación, pero Dios lo va a hacer con el propósito de que lo busques más para responderte en la intimidad. Muchas veces no vas a entender lo que está pasando, no vas a encontrar respuestas si no lo buscas a Él en la intimidad de la oración. Aleluya. Gracias Padre celestial.
Tengan confianza hijitos, porque estoy ahí y aunque ahora no puedan ver que las cosas funcionen como les gustaría y sienten que sus pies sangra y se sientan tan cansados que creen que no van a terminar esta etapa hasta que se cumpla la promesa de esa tierra prometida, Yo sé a quiénes he llamado, dice el Señor, y sé que son capaces de llegar.
Aunque el diablo les engañe y les quiera hacer creer que no están aptos, que no van a resistir y que van a morir en el camino, no le crean, dice el Señor, ¡créanme a mí!, Yo sé para qué los he creado, Yo sé por qué los he puesto en esta temporada y en este tiempo. Si ustedes me creen más a mí que a él, todo va a estar bien, aun cuando se sienta mal.
Pero si deciden darle lugar a esos pensamientos mentirosos que el diablo pone en sus mentes, si deciden casarse con esas mentiras demoníacas que el diablo les habla al oído y se ponen de acuerdo con la frustración para tomarse de la mano de la tristeza y la depresión, entonces el tiempo de la transición va a durar más de lo que debería y en lugar de llegar a tiempo a la tierra prometida se demorará de más y lo que debía durar poco va a durar demasiado, desgastándolos.
Sean inteligentes y colaboren mientras están por esa transición, renuncien a lo que les estoy pidiendo y despójense de lo que les estoy pidiendo que dejen. Despréndanse de esas personas que les estoy revelando y a las que están apegadas y confíen en mi nuevamente y cuando lleguen a esa tierra donde fluye leche y miel, ahí van a entender, van a mirar atrás y van a ver que siempre estuve con ustedes, van a haber aprendido a confiar en mí en un nivel mayor y un nuevo nivel de fe les será entregado si pasan la prueba. Pero resistan, hijitos, y ¡sean valientes, porque ahí estoy Yo!
Amén, gloria a Dios, alabamos a Dios por esta palabra profética, porque Dios no deja un pueblo solo, porque Dios habla, avisa, aclara, esclarece a todo aquel que busca. Aleluya. Gracias, Señor, gracias Padre, gracias Espíritu Santo, gracias Jesús, te pido que traigas aún más claridad a todo aquel que escucha esta palabra y que confirmes este mensaje por sueños y visiones, por palabras proféticas, versículos y pasajes bíblicos, y por todo medio que te glorifique Señor, en el nombre de Jesús, amén. Adiós.