Bendiciones, hermanos. Aquí está Noelia en mi canal «Noelia ama a Jesús», transmitiendo en esta oportunidad desde el mar de Galilea, desde Israel hacia las naciones de la Tierra.
Decidí hacer una pequeña transmisión para contarles que estoy aquí en esta tierra por unos días y orar un poco por ustedes en Galilea, donde el Señor realizó distintos milagros, donde les enseñaba a sus discípulos y demás. Podemos ver varios relatos en la Biblia. Es una bendición poder estar acá. Esto ha sido a través de la mano de Dios que me ha traído a este lugar por invitación de unos hermanos, así que estaré por diez días aprendiendo, sumergiéndome en Israel, su pueblo, su gente.
[Deuteronomio 7:6, RVR1960] Porque tú eres pueblo Santo para Jehová tu Dios. Jehová tu Dios te ha escogido para hacerle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la Tierra
Y por esta causa, y porque el Señor quiere enseñar a su sierva lo que significa esta nación, su cultura, el patrimonio que le ha dejado a la humanidad y a nosotros los descendientes de Abraham por fe, es que el Señor a través de la mano fuerte, me ha traído a esta tierra.
A través de los hermanos me ha traído a esta tierra para poder beber de sus aguas, para poder pisar la tierra de Israel, bendita por Dios, deseada, anhelada por varias naciones. Así que en todos estos días que ya he estado aquí, el Señor me ha enseñado distintas cosas y he podido captar y he podido entender lo que uno lee en la Palabra del Señor.
Ahora solamente es el comienzo, una introducción a lo que sé que el Señor va a hacer en los días, en los meses y en los años próximos con esto que Él me está queriendo enseñar hoy, ahora, en estos días recién estoy ingresando en las inmediaciones espirituales de lo que significa Israel para el Señor. No solamente hablando de manera física, sino espiritual, lo qué significa Israel para Dios, qué tiene Dios en el corazón acerca de Israel, qué quiere Dios de nosotros acerca de Israel.
El Señor ha colocado amor por este pueblo en mi corazón, desde hace más de un año que Él viene hablándome sobre Israel, ministrándome sobre Israel, llamándome a Israel y ha sido un milagro estar aquí, que sería muy largo de contar las cosas que tuvieron que pasar para que yo tenga que estar aquí hoy, testeando esta Tierra Santa en la realidad, no solo leyéndola, no solo imaginándola, no solo deseándola desde lejos, sino que el Señor me ha traído a esta tierra prometida para que mis ojos puedan ver lo que Él ve en Israel y poder transmitírselo a su pueblo.
Gracias amado mío, porque Dios me ha dicho que me va a dar de beber de estas aguas, como dije antes, pero no son solamente para mí, sino para el pueblo que va a beber de estas mismas aguas que el Señor me dé aquí.
Esto no se trata de mí, no se trata de Noelia, sino de las naciones que van a beber de lo que el Señor me va a dar acá y lo que me está dando y lo de lo que se va a abrir después de esto, porque acá inicia una misión profética de mi parte que tiene que ver con el pueblo de Israel, que tiene que ver con la nación de Israel, con este país y un trabajo de intercesores a los que el Señor nos está colocando en el corazón amor por este lugar, que va a empezar a llamar, siempre Él tuvo su ejército intercesor que oró en pos de Israel para cumplir los propósitos de Dios en esta tierra, pero en estos días finales es clave, me dice el Señor y va él a llamar a un ejército especial, escogido, de guerreros en el espíritu para que intercedan por esta nación. ¿Por qué?, porque él sabe que hay propósitos grandes, que todo nació acá y que todo va a terminar acá.
Este es el Alfa y el Omega de la historia del cristianismo, de la historia de los cristianos, de la historia de los seguidores de Jesús, así que todo lo que empezó acá tiene que terminar acá, como también lo podemos ver escrito en su Palabra, pero para eso el Señor utiliza hombres y mujeres valientes que tienen que interferir en las inmediaciones espirituales para que los planes de Satanás sean totalmente destruidos, desechados, derribados y en cambio se puedan establecer los propósitos de Dios con esta nación.
Porque todo lo que le pase a Israel nos afecta a todos nosotros, los hijos de Dios, que somos descendientes de Abraham por fe. Hay muchos hermanos que yo sé que piensan que no tiene nada que ver Israel en lo físico con nosotros, pero en realidad, no se les ha sido revelado lo que este pueblo significa para Dios, lo que esta tierra significa para Dios y que ha sido el ejemplo para todos nosotros y que tenemos que orar.
La palabra dice: «Orad por la paz de Jerusalén». Y eso no solamente es para los judíos, es para nosotros, para los que somos el Israel espiritual también de Dios. Así que en este tiempo el Señor va a llamar a muchos hermanos y hermanas a levantarse en oración por este lugar porque lo que se viene es terrible y es muy fuerte tanto por el reino de Dios como por el reino de las tinieblas, y el Señor va a utilizar hombres y mujeres dispuestos y entregados en ayunos y oraciones, como la profetiza Ana, por ejemplo, ¿Para qué?, para ganar esta batalla espiritual.
[Salmos 122, RVR1960] Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos. Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, oh Jerusalén. Jerusalén, que se ha edificado como una ciudad que está bien unida entre sí. Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH, conforme al testimonio dado a Israel, para alabar el nombre de Jehová. Porque allá están las sillas del juicio, los tronos de la casa de David. Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman. Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios. Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: La paz sea contigo. Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios buscaré tu bien.
A partir de ahora se van a empezar a ver acontecimientos muy fuertes en este lugar, muy grandes, se van a desencadenar o se van a desatar nudos que están atados desde hace mucho tiempo, me dice el Espíritu Santo.
Van a explotar bombas, primeramente en lo espiritual para destruir cosas que no son de Dios y para establecer las cosas que son de Dios, porque para que Dios pueda plantar cosas en un lugar, primero tiene que desarraigar lo que no venía de Él, primero tiene que quitar la mugre que él diablo colocó y para eso hay conflictos, por eso nosotros vemos tantos problemas en esta tierra, tanto conflicto, tanta pelea, tanta agitación y tantas cosas fuertes que suceden en esta tierra es porque el enemigo sabe que este lugar es un lugar especial.
Que aquí hay escaleras al cielo, que aquí la tierra está santificada, que aquí caminó el Mesías, Yeshúa, el Salvador, Jesús el hijo de Dios. Y entonces él diablo está indignado y quiere envenenar lo que él santificó. Así que, cuanto más grande es la mano de Dios sobre un lugar, más grande son los ataques.
Él diablo quiere poseer esta nación, esta tierra, y entonces los hijos de Dios tenemos que estar conscientes de lo que está pasando, a nivel no solamente físico, político, a nivel de guerras y todo lo que se puede ver con nuestros ojos, sino entender que Israel está en lo profundo, en las entrañas, de las entrañas de Dios y que Él está metiendo ese mismo amor y ese mismo dolor, lo que Él siente lo está haciendo sentir a los suyos, especialmente a los que está llamando para interceder y para transmitir el conocimiento que Él está dando, para que nosotros intercedamos en las cosas espirituales, en las cosas celestiales.
Si yo pudiera compartirles todo lo que se siente estar aquí, cuando uno entiende, lo que significa este lugar, cómo la palabra toma vida, no porque no es solamente leerla y creerla, es otro nivel poder experimentar y estar en los lugares a donde nuestro Señor Jesús caminaba, a donde estaban los profetas, a donde él Elías mató a los profetas de Baal, estar en el monte donde Jesús se transfiguró, en este mar de Galilea a donde se hicieron milagros, a donde el Señor caminó sobre las aguas y poder sentir la atmósfera espiritual que se mueve en estos lugares, es tremendo.
Así que vengo hoy a hacer este video cortito, a compartirles lo que el Señor está haciendo en mi vida, como el Señor milagrosamente me trajo a este lugar, esto no estaba en mis planes, pero sí en los deseos de mi corazón y aunque nunca se lo pedí, porque yo siempre trato de decirle al Señor: «Señor, heme aquí, envíame a mí a donde tú quieras», nunca me imaginé cuando Él me decía cuando recién me convertí: «a las naciones es tu llamado, te voy a enviar a las naciones, vas a dar mensajes proféticos a las naciones».
Nunca me imaginé, no estaba en la bolsa de mis planes que Israel sería el comienzo, pero el Señor es perfecto y sus planes son perfectos y cuando nosotros nos dejamos llevar por su voluntad y por su Espíritu, las cosas son perfectas, son en el tiempo perfecto y son milagrosas.
El Señor nos maravilla cuando nos hacemos a un costado y lo dejamos a Él y nos entregamos. Dios me decía antes de venir «a donde Yo te envié irás, y lo que Yo te hablara hablarás». El Señor me ha dado palabra para este lugar, me ha dado profecía para este lugar y me ha dado la gracia, por su misericordia, de poder ministrar a hermanos de este lugar, hermanos judíos, hermanos de distintos países, hermanos cristianos, distintos tipos de personas, porque este es un lugar sumamente multicultural, ustedes saben, pero que ahora mis ojos pueden ver de lejos.
«De oídas te había oído dice la palabra de Dios, pero ahora mis ojos te pueden ver», y yo estoy en este proceso de asombrarme porque esto es mucho más de lo mucho más de lo que imaginaba, mucho más de lo que leía, yo ahora puedo leer la Palabra y puedo entender algunas cosas que antes no entendía, y esto solo está empezando.
Yo sé que cuando vuelva a mi nación o cuando esté en otros lugares, y a través de que pase más el tiempo, voy a entender más y más las cosas que me habló el Señor cuando estaba acá, lo que Él me enseñó, lo que dice la Palabra y poder conectarlo con los lugares y con lo que está sucediendo ahora.
Me han compartido testimonios muchos hermanos que están acá de distintas naciones, de cómo el Señor está haciendo retornar a su pueblo desde distintas naciones de la Tierra, y los testimonios que tienen estos hermanos asombrosos, es la mano de Dios que nuevamente, así como en algún momento sacó a los hebreos de la tierra de Egipto, de la esclavitud, de ese lugar, así mismo hoy el Señor está rescatando a los que fueron exiliados en algún momento y volviéndolos a traer a esta tierra que les pertenece, porque esto es heredad de los judíos.
Así que me he venido moviendo por el Espíritu todos estos días, el Señor ha venido marcando confirmaciones de que este es el momento, el lugar, la hora y con la gente que tengo que estar, señales ha hecho, señales constantes de mover de su Espíritu, y ha maravillado los ojos de todos los que estamos compartiendo esta experiencia.
Así que voy a orar por ustedes en este momento: Padre celestial, en el nombre poderoso de Cristo Jesús, te damos gracias Señor y te pido que bendigas a todo aquel que escucha esta transmisión, Padre de la gloria, les doy gracias también por sus oraciones, me trae el Espíritu Santo de decirles que yo sé que a muchos de ustedes el Señor los ha puesto interceder por mí, por mi casa, por mi esposo, por mis hijos, por este ministerio.
Sin la oración de ustedes esta guerra no se podría haber ganado, porque el enemigo se levantó, no saben cuán fuertemente, y lo sigue haciendo mientras estoy acá, para interferir en lo que el Señor me quiere enseñar y en lo que va a hacer a través de enseñanzas que estoy recibiendo, pero hemos sido más fuertes, y digo hemos, porque no he estado sola, esta son ustedes los que han sostenido a través de las oraciones este ministerio y esta obra que el Señor está haciendo y que a su vez va a usar para volver a bendecirlos a ustedes, porque el que más da, más recibe y las oraciones son una ofrenda primeramente hacia Dios y también una bendición y sostienen a los ministerios.
Gloria a Dios, porque si en esas oraciones esto no sería posible, algunos hermanos también me han confirmado de sueños que han tenido que confirman este llamado a venir a esta tierra que el Señor me ha dado. Así que les agradezco por los mensajes, que no puedo leerlos todos, o mejor dicho contestarlos todos, pero que trato de leerlos todos para estar al tanto de las devoluciones que ustedes me dan y poder llevarlas en intimidad al Señor, para que él responda lo que ustedes, y para que él me guíe a mí, para ser un vaso que los pueda bendecir, en más al mismo tiempo, gracias por esas oraciones.
Padre celestial, bendícelos Padre, abre sus corazones, danos entendimiento Señor, de lo que significa Israel, tu amado Israel, la niña de tus ojos. Padre de la gloria, la Biblia dice que los que te bendijeran serán bendecidos, pero los que te maldijeran serán malditos, así que tenemos que hablar de esta tierra con respeto, honrar a este pueblo, honrar a este lugar, porque aún el Señor nos va a asombrar como siempre lo hizo desde el principio, primeramente, a través de Israel y después a las naciones.
Yo imparto ahora, porque me lo está pidiendo el Espíritu Santo, amor por este lugar, amor por el pueblo de Israel, amor por la Palabra de Dios, amor por el hebreo que el Señor me ha dado desde hace un tiempo, y que les tengo que contar que estoy aprendiendo de a poquito, esto no ha sido, porque nadie me ha dicho: «Noelia tienes que aprender esto, Noelia, fíjate cómo se dice en este idioma».
No, no ha sido a través de los hombres, porque si hay algo que marca este ministerio, es que trato de dejarme llevar como una hoja en el viento, como dice la Palabra que nosotros somos como el viento, que no sabes de a dónde viene ni a dónde va, pero que oye su sonido, así son los hijos de Dios, los que han nacido por agua y por espíritu, gloria a Dios.
Ha sido el espíritu Santo el que me ha llevado por este viaje que no sentía que era el tiempo de contarles por este viaje de amor por Israel, por esta curiosidad, por esta sed de aprender más sobre la historia de Israel y de su pueblo, como decía, y una de las cosas es que estoy aprendiendo hebreo de a poquito por la guía del Señor, y Él sabrá qué es lo que tiene preparado con esto, yo siento que hay mucho más, pero el Señor me ha dicho paso a paso, paso a paso, así que bueno, quería bendecirlos con esto, impartirles amor por este lugar.
Yo imparto ahora lo que el Señor puso en mí, que soy un vaso, porque Él lo ha hecho, yo no he buscado esto, no lo he presionado, no he escuchado a ninguno de los hombres que me ha hablado sobre esto, sino que he dicho: «Señor, en tus manos estoy y lo que quieras hagas conmigo», y todo lo que me está pasando en este momento, y estar aquí es una confirmación de eso, que desde hace un año y medio más o menos, el Señor me está preparando para este momento, desde distintos lugares, trabajando en mí distintas cosas en mi corazón, en mi sabiduría, en mi entendimiento, y a través de la Palabra, para llegar a este momento, que para mí es una confirmación.
Así que Padre, imparte en estos vasos, llénalos Señor, llénalos de curiosidad por entender tus cosas, Señor, porque de acá nace todo, Padre de la gloria, danos entendimiento, Señor, y danos entendimiento para saber y para poder discernir lo que está escrito qué viene Señor en relación a este lugar, a esta nación, Señor, y que va a afectar al resto del mundo, danos Señor, oración perfecta para interceder por este lugar.
Yo veo que muchos de ustedes, a través de lo que yo estoy compartiendo, de las fotos que pueden ver en mis redes sociales, y a través de lo que hablo, empiezan a sentir un fuego adentro de ustedes, que estaba ahí pero que estaba como dormido, el Señor va a traer a muchos de ustedes a este lugar, de hecho yo estoy viendo en este tiempo como una ola de ministros de Dios que visitan este lugar, porque el Señor está dando conocimiento y entendimiento especial sobre la historia bíblica de Israel, y el porqué es tan importante este lugar y su pueblo, para que después los ministros de Dios que están encargados de diferentes congregaciones y que alimentan a muchos puedan transmitirlo a su pueblo.
Gloria a Dios adelante, busquen oportunidades, pídanselo al Señor, porque la Palabra dice que el que pide halla. El que busca encuentra y Dios no le da una piedra al que pide un pedazo de pan. Yo esto ni siquiera lo pedí, pero sí estaba en mi corazón, lo deseaba desde que me convertí prácticamente, y el Señor lo hizo literalmente como un milagro. Si no fuera por la mano de Dios, yo no estaría acá, no podría haber venido.
Pero Él hace grandes todas las cosas, alabado sea el Señor. Presten atención a las redes sociales, porque voy a estar compartiendo algunas fotos de algunos lugares a donde estoy con versículos y demás, y sigan orando por mí, por favor, para que el Señor abra de par en par la puerta de mi corazón para poder recibir ese caudal de agua del Espíritu Santo y lo pueda absorber, y no solo eso, sino que me pueda convertir en un canal para que ustedes beban de ahí, en el nombre de Jesús, amén. Saludos desde Galilea, Aleluya, alabado sea el Señor.