Traducciónes: inglés
Hijitos, ¿por qué se preocupan? Estoy en todas las cosas que me están pidiendo, dice el Señor. Me estoy encargando de todo lo que me piden. Estoy enviando a los ángeles del cielo a mis siervos para que trabajen en aquello por lo que tanto claman.
Hijitos, relájense ahora, dice el Señor. Déjense llevar por el viento de mi Espíritu. No se preocupen, no se afanen, no tengan miedo, porque estoy con ustedes.
Confíen ahora. Confíen ahora. Confíen en mí, dice el Señor, porque están adentro mío, en mis brazos. Los estoy meciendo en mis brazos, como cuando un padre mece a su bebé pequeñito y el bebé se siente seguro, porque sabe que está protegido. Confíen en mi protección. Confíen en mi dirección.
A veces ustedes no pueden ver lo que pasa ni entender por qué pasa, pero igual tienen que seguir caminando por fe. Tienen que entender que son míos y de nadie más, y que Yo protejo y guardo a los míos.
Noelia: El Espíritu me muestra que muchos de ustedes se preguntan: «¿Qué es lo que viene? ¿Qué viene ahora? ¿Qué sigue en 2023? ¿Con qué nos vamos a encontrar?» Se están preguntando si deben prepararse.
Algunos sienten miedo de lo que viene. Algunos piensan que no van a poder resistir lo que se avecina sobre el mundo, lo que está profetizado y escrito desde hace miles de años y cuyo tiempo de cumplimiento ha llegado.
Ahora veo una vid plantada, y vienen tormentas, vienen lluvias torrenciales, vienen chaparrones sobre esa vid.
Hijitos, dice el Señor, si ustedes habitan y permanecen en mí y me creen, no hay lluvia ni viento que pueda acabar con ustedes, porque Yo soy la savia que corre por dentro de esa vid y la alimenta, la sostiene y la fortalece.
Ustedes están siendo refinados y van a seguir siendo refinados, porque voy a sacar el máximo brillo que pueda de aquellos que son míos, dice el Señor. Pero solo tienen que confiar en mí.
Aquellos que pongan su mirada en las cosas celestiales, los que aprendan a mirar hacia arriba más que hacia abajo, los que me entregan el corazón completo confiando en que los estoy guiando, ellos van a permanecer como esa casa edificada sobre la Roca. Porque tormentas torrenciales, sacudones y tribulaciones van a venir al mundo entero, sobre todo tipo de casa, pero los que estén edificados sobre la Roca, que es Jesús, a esos nada ni nadie los va a poder tirar.
Les pueden quitar todo, se pueden quedar pobres, los pueden separar, los pueden aislar, pero nadie puede alejarlos de mí. Nadie puede quitarles el amor que sienten en sus corazones por mí, a aquellos que están confiados y plantados, que son como árboles con raíces profundas. A esos no hay hacha que los pueda cortar.
Noelia: Lo primero que el Señor le pide a su pueblo hoy es que confíe en Él. El Señor te dice que te revistas de Él, que te vistas en el Espíritu como un hijo de Dios: blanco, inmaculado, iluminado por la luz del Señor y empoderado por su Espíritu; que te ocupes de sus cosas primero, y Él se va a ocupar de las tuyas después; que no pongas tu mirada en las cosas terrenales ni en los problemas; que no te distraigas escuchando lo que te dicen los miedos en estos tiempos difíciles y peligrosos, sino que aprendas a serenar tu espíritu y a calmar las aguas de tu espíritu mientras todo se sacude a tu alrededor.
Nadie puede quitarte la paz que Yo te puedo dar, dice el Señor, pero tú la tienes que defender, tú la tienes que guardar, porque nadie puede calmar tus aguas sino tú mismo.
Noelia: El Señor te está pidiendo que aprendas a tener dominio de tus emociones, que aprendas a bajar la temperatura de esas aguas como en una olla hirviendo.
Estoy viendo una olla que hierve y la tapa está a punto de saltar. A veces, así es tu espíritu: se agita tanto que parece que en cualquier momento va a desbordarse. Muchas veces dices: «No puedo más. No aguanto más. No soporto más. No tengo más fuerzas», pero esas son mentiras que el enemigo te habla para que abandones.
Te he dado todo, dice el Señor. Todo está disponible en esta mesa para que vengas y tomes lo que necesitas en los tiempos que estás pasando, en los procesos que ocurren en tu vida. No es que te he dejado solo, sino que a veces prefieres atravesar esas situaciones difíciles solo.
Pero si aprendes a calmar tus aguas, si aprendes a bajar la temperatura de esa olla para que no esté siempre a punto de explotar, entonces vas a encontrar más constancia en tu vida espiritual. No vas a sentir que cada día te faltan las fuerzas para seguir corriendo la carrera.
Hijitos, anímense, dice el Padre. Anímense, porque no los he abandonado. Estoy con ustedes. Los estoy acompañando, y muchas veces estoy al lado de ustedes, aunque no me puedan ver.
Noelia: Veo mujeres ocupadas en sus tareas diarias, sintiéndose solas, pensando que Dios las ha abandonado, que no las acompaña, que a ellas Dios no les habla, que no se ocupa de sus asuntos. Sin embargo, muchas veces el mismo Señor Jesucristo está parado al lado tuyo en el espíritu, observándote, escuchando lo que le dices en tu corazón.
Aun cuando no abres tu boca, Yo te estoy escuchando, dice el Señor. Yo sé lo que te pasa. Yo sé cómo te sientes. No estás sola. No te he abandonado, y me estoy ocupando de eso que te preocupa, de esas personas por las que oras noche y día, clamando y llorando por ellos para que sean salvos, para que sean sanos. Yo te estoy escuchando.
Noelia: Dios quiere que sepas hoy que Él está pendiente y que se alegra al escuchar lo que tienes para decirle.
Adelante, hijita, adelante, dice el Señor. Sigue pidiéndome, sigue clamando para ver esos milagros. No bajes los brazos en la oración. No dejes de vigilar. Sigue levantando vallado por aquellos que necesitan oración. No te frustres. No decaigas. No pienses que no estoy ahí escuchándote.
Noelia: Veo hijos de Dios que se arman en el Espíritu, que se colocan sus armaduras espirituales.
Van a tener que revestirse de fe y aprender a luchar, dice el Señor, porque la estrategia del enemigo en este tiempo es hacerlos sentir que no pueden más, para que no resistan estos dolores de parto.
Noelia: Una de las estrategias del enemigo en este tiempo es hacernos sentir tan cansados, desgastados, frustrados, deprimidos, tristes, desganados, que creamos que no vamos a ser capaces de atravesar estas pruebas.
Colóquense la armadura, hijitos, dice el Señor, para resistir los dardos del enemigo. Además de confiar en mí, van a tener que aprender a defenderse de esos ataques.
Noelia: Veo distintos eventos que vienen sobre la tierra y que van a ser como terremotos espirituales. Cada vez que sucedan, van a sacudir la iglesia del Señor Jesucristo, y vamos a ser probados en nuestra fe, en nuestra resistencia, en nuestra perseverancia, en nuestro amor.
Veo ahora que cada vez que vengan estos terremotos espirituales, muchos cristianos caen. Algunos se van a levantar y seguir adelante más fuertes que antes, pero para otros va a ser muy difícil hacerlo, porque van a creer las mentiras del enemigo de que el Señor los habrá abandonado.
Eso sucede por las falsas doctrinas que se han enseñado a la iglesia durante muchos años, como aquella que dice que la venida del Señor Jesús iba a acontecer sin que la iglesia pase por sus juicios, que su iglesia no iba a ser probada, ni refinada, ni sacudida.
Muchos no van a haberse preparado espiritualmente, ni materialmente, ni mentalmente, ni emocionalmente. Y cuando vengan estos terremotos, así como pasó con la pandemia del COVID-19, que sacudió a muchas iglesias, así van a venir otros eventos. Y a través de las decisiones que cada uno tome, el Señor va a separar el trigo de la cizaña.
El Señor va a utilizar estos acontecimientos para probar lo que hay en los corazones de sus hijos, para probar a los que dicen tener fe y ver hasta dónde están dispuestos a seguir al Señor Jesucristo.
El Señor me dice que nos preparemos, porque vienen tiempos peligrosos donde el engaño va a aumentar. Van a surgir nuevas creencias y denominaciones que van a utilizar la Biblia, pero con una parte de mentira, y muchos van a caer en estas trampas por no haber abierto los ojos, por no haber discernido entre lo verdadero y lo falso, por no haberse santificado, por buscar lo fácil, por querer bienestar de parte de Dios pero sin sacrificio.
Hijitos, abran bien sus ojos, dice el Señor.
Noelia: Veo ahora que el tiempo se acelera y que las cosas van a ser cada vez más intensas. Van a surgir ideas, creencias, doctrinas y costumbres que también van a impactar a los que están firmes en el Señor.
La apostasía que se viene va a ser terrible, va a ser descomunal, y estos falsos ministros les van a dar de comer a los que dicen creer en Dios y en el Señor Jesús, alimentándolos con lo que necesitan, para que después caigan rendidos a sus pies.
En medio de tanta necesidad, va a haber muchos que se van a hacer pasar por servidores del Señor, pero en el pan que les van a dar a sus seguidores va a haber mucha levadura, mucha falsa doctrina. Viene mucho pan leudado para engañar, si fuera posible, a los escogidos.
Las cosas se van a acelerar. Este aceleramiento ya comenzó hace años, pero lo vamos a ver cada vez más. Todo va a suceder más rápido y con más intensidad. Las noticias que vamos a ver en los medios van a ser realmente impactantes.
Tenemos que estar preparados, porque el que no se prepare no va a poder resistir. El que no esté fuerte espiritualmente va a ser derribado, porque la mentira y el engaño vienen como un tractor sobre un campo abandonado, para aquellos que no estén atentos, firmes y fortalecidos en Dios.
Tienen que prepararse, dice el Señor, pero también confiar en mí, confiar en que los estoy guardando, porque el que no confía abre las puertas para que entren los miedos, y los miedos los van a aconsejar para que cometan errores, para que elijan mal, para que empiecen a manejarse por desesperación.
Por eso tienen que afirmarse, tienen que estar firmes, tienen que estar calmos, dice Dios, para que cuando vean surgir estas cosas, tengan sus emociones bajo control y sus espíritus sujetos en mí.
Tienen que ser como árboles con raíces tan profundas que ninguna tormenta los pueda arrancar, dice Dios. Pero los que están superficiales, cuyas raíces no se han alimentado de las aguas de mi Espíritu, cuyas hojas no han crecido por la luz que Yo les doy, cuando vengan estos sacudones fuertes, van a caer.
Noelia: Veo que las cosas que vienen van a ser como tormentas repentinas, como la pandemia del COVID-19, y los que no están firmemente plantados en Dios van a sufrir. Algunos incluso van a claudicar, abandonando el camino de Dios.
El Señor está desatando nudos en cada país para crear cosas nuevas. Él está provocando tormentas espirituales en cada nación para preparar el camino para los últimos días.
Por eso tenemos que estar listos para enfrentar cualquier sacudón que venga, así como los soldados tienen que estar listos para enfrentar cualquier tipo de enemigo, en cualquier momento del día.
Así tienen que ser mis hijos, dice el Señor, pero muchos están distraídos, muchos están tibios y muchos están superficiales. Cuidado, hijitos, porque vienen sacudones.
Noelia: Veo a una persona cerrando las puertas y ventanas de su casa. Pone traba, asegura las rejas y se encierra, porque sabe que lo que viene de afuera no debe entrar, que no puede aceptar lo que pasa afuera.
Así deben ser en sus vidas, dice Dios, cerrando toda puerta al enemigo, cerrando toda ventana a los ojos de los extraños que quieren espiar lo que sucede en sus vidas espirituales —hablando del enemigo— para después saber por dónde entrar y cómo atacar.
Protéjanse a través de la santidad, dice el Señor. Estén listos, porque voy a seguir sacudiendo las naciones. Voy a seguir separando el trigo de la cizaña y voy a seguir probando su fe para ver quién de verdad resiste hasta el final.
[Mateo 24:13] Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.
Pero van a tener que tener fe, dice Dios, levantando el escudo de la fe y defendiéndose a través de la fe. La fe va a ser la clave en estos tiempos que vienen. Mi pueblo tiene que defenderse a través de la fe, confiando en mí y creyendo que estoy con ustedes, guardándolos, aunque no puedan verme.
Muchos se están dejando engañar, dice el Señor. Están creyendo otras voces que dicen lo contrario.
Noelia: Veo que los que no confían en Dios a veces no pueden dormir en la noche, pensando en las cosas que están sucediendo y que van a suceder.
No se agiten y no desesperen, dice el Señor. Duerman como un bebé en los brazos de su padre, confiando en que los estoy protegiendo.
Ajústense los cinturones. Afirmen sus rodillas. Crean en mí, dice el Señor, levantando los ojos al cielo, pase lo que pase, porque la persecución aumenta.
Los políticos se vuelven locos de codicia. La tierra se agita. Las guerras no cesan. La economía se desborda. Pero nada de esto es algo que no haya sido anunciado desde los tiempos antiguos.
Pero recuerden, hijitos, que el que persevere hasta el fin, ese será salvo.
Noelia: Esa es la clave, la llave para tener la victoria en los días que vienen: la perseverancia y la resistencia. Porque van a seguir las pruebas de nuestra fe, y entre prueba y prueba vamos a tener períodos de descanso para poder resistir y seguir preparándonos para lo que viene.
En ese trayecto, el Señor va a ir llevándonos de gloria en gloria. Vamos a ir cambiando nuestra manera de pensar y de actuar, volviéndonos cada vez más fuertes: los que sabemos levantarnos después de cada caída, los que estamos absolutamente decididos a llegar hasta el final y obtener el galardón.
Período de descanso, y después un terremoto espiritual. Período de descanso para recuperarse y procesar lo que pasó, y después una tormenta espiritual. Pero el Señor va a ir transformando y glorificando a sus hijos, refinando su carácter y elevando su fe, haciendo aún más notorio quiénes son sus hijos y quiénes no lo son.
Tengan fe, dice el Señor, pero también entiendan en qué tiempos están viviendo. La paz va a ser quitada del mundo, pero ustedes son los únicos capaces de guardarla en medio de esas contracciones de la mujer de parto.
El mundo no va a tener paz, dice el Señor. El mundo va a ser un caos, cada vez más. El mundo está en las manos del maligno, y sus planes se están llevando a cabo. Pero ustedes, los míos, van a ser los únicos capaces de guardar mi paz en medio de todo esto.
Noelia: El Señor me dice que cada tormenta espiritual va a dejar en nosotros cicatrices que se convertirán en marcas de gloria. Van a ser como trofeos que vamos ganando en el espíritu cada vez que obtenemos la victoria después de haber pasado por una prueba.
Van a suceder cosas que no esperaban. Sus ojos se van a asombrar y muchos van a decir: «¿Pero cómo? ¿No era que primero venía el Señor? ¿Pero cómo? ¿No nos habían dicho que primero íbamos a ser arrebatados y que no íbamos a pasar por nada de todo esto?»
Los que creyeron en esas doctrinas que dicen que la iglesia no iba a ser probada ni refinada, que no iba a pasar por el fuego, van a tener que aprenderlo a los golpes, asombrados y shockeados por las cosas que van a venir.
Pero también van a haber los que han escuchado las advertencias, que han estudiado la Biblia y que le han preguntado al Señor cómo prepararse. Esos van a estar listos, con sus casas en orden y los escudos levantados. Esos no solamente van a pasar las pruebas mucho más rápido que los otros, sino que van a ayudar a los débiles. Esos van a ser las torres fuertes que el Señor va a utilizar para sostener a los que no entendieron los tiempos y no se prepararon.
El Señor va a tener misericordia y va a enviar ayuda extra a los que van a sufrir por haber sido engañados por lo que quisieron creer, por pensar que no íbamos a pasar por nada difícil antes de la venida del Señor.
Veo que muchos de ustedes están preocupados por la economía y la provisión, preguntándose si van a tener para comer, al ver todo lo que pasa en el mundo: inflación, escasez, falta de trabajo.
Pero así como en los tiempos de Jesús, cuando Él multiplicaba los panes y los peces y ninguno de los que lo seguían sufrió hambre, el Señor va a sostenernos milagrosamente con su mano celestial, multiplicando nuestra provisión y nuestros bienes.
No tengan miedo, dice el Señor, porque mientras vean la pobreza, ustedes, los que están pegados a mí y me siguen, van a tener. Mientras vean la escasez, ustedes van a subsistir. Estén tranquilos, porque voy a guardar a los que están cerca mío, a los que me son fieles y a los que quieren conocerme.
Ustedes solo preocúpense por evangelizar. No se preocupen por lo que tienen o les falta, ni por lo que necesitan; más bien, dedíquense a alimentar a otros con mi Palabra. Evangelicen, y Yo me voy a ocupar de alimentar a los suyos en lo material. Ustedes den de comer a los míos con la Palabra espiritual, que Yo voy a alimentar a los suyos con el pan material.
Tienen que entender quién soy, dice el Señor. Tienen que creer que soy su Dios y que los voy a guardar en medio de la prueba. Pero no los voy a sacar antes de haberlos llevado al máximo punto de refinamiento, para que brillen lo más posible. Y en ese punto van a ser quitados, no antes, porque voy a sacar lo mejor de ustedes.
Así que, cada vez que pasen por tiempos difíciles, por esas pruebas enormes donde todo parece caerse y derrumbarse a su alrededor, acuérdense de esta palabra. Necesitan pasar por pruebas para que, una vez obtenida la victoria, brillen como el oro, porque son muy importantes para mí, y no me los voy a llevar sin antes haberlos pulido tanto que tengan una luz mucho mayor a la que tienen ahora.
Noelia: No son tiempos fáciles los que vienen. Veo un camino escabroso y difícil de recorrer. Nuestros pies a veces van a sangrar, como sangraron los del Señor Jesús, y nuestras manos van a doler, como le dolieron a Él. No va a ser fácil.
No vienen tiempos gloriosos para el mundo. Por la decadencia en la que se está sumergiendo la humanidad, estas cosas van a ir en aumento. Lo que se viene va a crecer de forma rampante, como alguien que sube una montaña.
Todo lo que está mal va a estar permitido, mucho más de lo que vemos ahora. Los que no tienen a Dios van a comportarse como animales, dejándose llevar por sus sentidos, por sus deseos, por lo que les pida la carne. El amor se va a desvanecer, y la oscuridad sobre la tierra va a volverse cada vez más densa.
Nosotros vamos a ser las únicas luces en la tierra en estos tiempos, y tenemos que ser luces que resistan la maldad y permanezcan encendidas, por más que todo se oponga alrededor.
Hijitos, dice el Señor, siéntense a ver lo que sucede delante de ustedes, como alguien que ya ha sido avisado de cómo es la película que va a ver en el cine. Así, cuando se sienta y mira la pantalla, va viendo uno a uno los eventos que le habían contado que sucedían en esa película.
Así serán los míos, los que crean en la Palabra de Dios, en lo que está escrito que iba a suceder en este tiempo, y también en lo que está siendo alertado y anunciado a través de profecía.
Siéntense a observar cómo se cumplen, una a una, las cosas que he venido avisando y alertando en el mundo, pero no desde la pasividad, sino atentos a cómo esta película profética se desarrolla delante de sus ojos. Abran bien los ojos para ver en la pantalla cómo se desencadenan los hechos de los últimos días, estando preparados en mí.
Noelia: Los que han creído los avisos de los profetas van a saber mantener la calma, y las aguas de sus espíritus no se van a agitar, porque han creído y obedecido las instrucciones del Señor para este tiempo.
Vienen tiempos difíciles, no solo en 2023, sino en los años que se acercan: agitaciones mundiales, manifestaciones de la gente, revueltas en los gobiernos, cambios en los reyes de la tierra, cambios inesperados, complots que van a quitar presidentes, tomas por la fuerza, ejércitos moviéndose, privación de la libertad.
Vamos a ser observados cada vez más. Nuestra privacidad se va a perder cada vez más. Todo lo que hablemos en las redes está siendo vigilado, pero esto va a aumentar aún más.
Nuestros planes van a ser espiados a través de las redes. Nuestros gustos van a ser tomados en cuenta para manipularnos aún más. Las publicidades van a ser cada vez más utilizadas para manipular nuestra mente.
Estamos siendo observados desde hace mucho tiempo, pero en los tiempos que vienen esta vigilancia va a seguir creciendo. Nuestros derechos individuales van a ser quitados uno a uno, y nadie va a poder decir nada, porque esto está tan avanzado que el que se queje será visto como un rebelde y simplemente encarcelado.
Va a ser difícil ponerse de acuerdo para manifestarse contra estas cosas, y ya va a ser tarde para huir de este control y de esta manipulación. Los planes de reunirse con otras personas para defenderse también van a ser observados, y entonces ellos podrán dispersarnos rápidamente, utilizando la tecnología para impedir que nos unamos y nos defendamos juntos.
El Espíritu te avisa hoy para que no tomes a la ligera lo que se viene y para que puedas prepararte para resistir y permanecer en la fe cuando todas estas cosas sucedan.
Lo que el Señor espera es que aprendas a confiar aún más en Él, que te fortalezcas aún más, primero en tu vida espiritual y, en segundo lugar, en tu vida material; que enseñes a los tuyos a seguir los caminos de Dios para que puedas resistir todo lo que tengas que resistir y obtener la corona de la vida.
Veo puertas que se abren de golpe en los tiempos que vienen, y lo que se va a encontrar detrás va a ser sorprendente y va a sacudir a la iglesia.
Muchos hijos de Dios no van a estar listos para lo que viene, porque son cosas distintas, que no se imaginaban, pero que ya estaban dentro de los planes de la élite mundial que maneja el mundo. Son cosas escondidas que ellos vienen preparando para este tiempo.
Muchos hijos de Dios, y especialmente muchos pastores, se van a sorprender y no van a saber cómo reaccionar, porque esperaban que el camino fuera para un lado, cuando en realidad va a ir para otro.
Las cosas no van a ser como ellos querían o pensaban, y muchos planes de los pastores van a quedarse en la nada, sin poder concretarse, porque no van a estar alineados al plan profético de Dios para este tiempo.
Aquellos pastores que no planifican su año por el Espíritu Santo van a ver que esa planificación queda en la nada, porque no está alineada con el calendario profético de Dios. Van a ver que no van a poder seguir adelante con esa planificación, porque no estuvo hecha por el Espíritu Santo, sino por los hombres.
El Señor me dice que tenemos que estar preparados para cualquier cosa, porque no siempre vamos a saber a ciencia cierta de qué se trata: si es una enfermedad, una catástrofe natural, una crisis económica, política o lo que sea.
El Señor espera que sus hijos estén listos, aun cuando no tengan el detalle de lo que va a pasar, pero sabiendo que son tiempos de sacudimiento, en los que deben aprender a resistir, venga lo que venga, sea lo que sea.
Veo que algunos están atesorando este aviso, esta palabra profética. La reciben como si fuera un regalo de Dios, un lingote de oro, porque era justo lo que necesitaban escuchar, lo que los anima a fortalecerse y a prepararse más, tanto en lo espiritual como en lo material. Era el empujón que necesitaban para decir: «¡Heme aquí, Señor! ¡Estoy listo para lo que sea!»