Dios bendiga al amado pueblo del Señor Jesucristo, en este 4 de noviembre del año 2022. Aquí, nuevamente Noelia transmitiendo en vivo desde Mendoza, Argentina, en esta escuela del Espíritu Santo, en donde hoy vamos a tocar el tema de la mente.
Porque es muy necesario que el pueblo del Señor Jesucristo sea ministrado sobre cómo proteger su mente, cómo guardar su mente, cómo dedicar su mente a Dios, cómo amar al Señor, no solamente con todo el corazón, con toda el alma, con toda la fuerza, sino también con nuestra mente. Cuáles son las estrategias que el enemigo está llevando a cabo contra la iglesia del Señor Jesucristo a través de atacar la mente de los hijos de Dios y todas las cosas que el Señor quiera hoy expresar, revelar, recordar a su pueblo en esta noche.
Gracias, Padre, te damos por esta oportunidad todavía de tener internet, de tener artefactos, de tener cierta libertad para poder conectarnos en tu nombre, Señor; para poder escuchar por el Espíritu Santo lo que quieras hablarnos sobre un tema tan especial y tan necesario, Padre, sobre un tema tan delicado, sobre un tema tan importante.
Padre Santo de la gloria, te pido que a través de esta ministración concedas herramientas a tu pueblo para poder defenderse de todo ataque del enemigo contra sus mentes. Te pido, Padre, que hoy otorgues conocimiento especial, revelación de tu Palabra sobre este tema.
Te pido, Señor, que, a partir de haber escuchado este video, sea para cada uno de los oyentes un antes y un después. Que esta palabra entre para siempre en sus corazones, cambiando la forma de pensar que tu pueblo tiene acerca de la mente. Gracias, Señor, porque sé que la palabra que vas a enviar a través mío, como un instrumento, Padre, va a llegar a muchos corazones, impactando sus vidas y dándoles soluciones a muchas cosas que el enemigo está haciendo o quiere hacer en sus vidas, en sus hogares, en sus trabajos, en sus relaciones personales, en sus congregaciones, en su vida espiritual, en su vida cotidiana.
Gracias, Padre. Yo te doy la gloria y la honra, porque todo lo bueno viene de ti, y únicamente de ti. Gloria a ti, alabado sea tu nombre, Señor. Gracias en el nombre poderoso de Cristo Jesús, amén.
Antes de comenzar a fluir por el Espíritu Santo, quería compartir este sueño que, anteriormente en los comentarios, compartió el hermano Héctor, que me pareció muy interesante, y él dice así: Hace años tuve un sueño, como exmilitar. Tuvimos una inspección por tres generales y, al llegar a mí, me miraron y me dijeron: «Ponte tu casco, protege tu cabeza». Aprendí a cuidar mi mente y mi pensar —dice el hermano—, y me pareció muy edificante y muy concerniente al asunto que el Señor está tratando en esta noche.
Yo estoy viendo ahora un chaleco con agujeros; es un chaleco antibalas lo que yo estoy viendo ahora por visión, pero en realidad ese chaleco antibalas que yo estoy viendo tiene agujeros, no está del todo cerrado, está roto. Si alguien dispara a este chaleco, estas balas pueden ingresar. De hecho, el Espíritu me hace entender a través de esta visión que este es el tipo de protección que muchos de los cristianos tienen hoy en día, que no es una protección completa, que su mente no está blindada al enemigo por diferentes causas: por ignorancia, por negligencia, por pereza, por falta de lectura de la Palabra, por falta de santidad y otras causas que hacen que la protección de nuestras mentes contra el enemigo no esté completa.
Porque este chaleco antibalas, que yo estoy viendo ahora, en realidad protege parcialmente, pero no completamente. Dice la Palabra del Señor:
[Efesios 6:17, RVR1960] Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
Pero mucha iglesia no tiene colocado ese yelmo de la salvación, no saben cuidar sus mentes de los dardos del enemigo, de las flechas que él envía a nuestras mentes, y muchas veces no estamos en pecados voluntarios, en pecados que son fáciles de discernir.
Muchas veces pensamos que estamos completamente cubiertos por el Señor porque no estamos en fornicación, o no estamos en adulterio, no estamos fumando, no estamos alcoholizándonos, no estamos en pecados que son fáciles de discernir, fáciles de identificar; sin embargo, estamos dejando entrar las balas que el enemigo envía a una de las herramientas más importantes que tenemos los hijos de Dios para servir al Señor, la cual es nuestra mente.
Y estas balas están ingresando a través de esos agujeros que tiene este chaleco antibalas, pero que está agujereado. Esas balas que alguien está disparando en realidad están ingresando, por más que esta persona tiene colocado este chaleco antibalas. Las balas ingresan, y las balas ingresan en la mente, y las balas comienzan a provocar destrucción, a provocar corrupción en la mente de esa persona. Porque esta cabeza que está en realidad semiprotegida en esos pequeños agujeros que tiene roto este chaleco —simbólicamente hablando—, a través de esos agujeros, estas balas que envía el enemigo a las mentes pueden ingresar, y el enemigo no vino sino a matar, a robar y a destruir.
Una de las cosas que el enemigo hace en nuestras mentes cuando ingresan estas balas que él envía de distintas maneras es tratar de destruir nuestra forma de pensar, destruir nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu, a través de impregnar nuestra mente. Y muchas veces estamos dándole poca importancia a nuestros pensamientos, a lo que permitimos ingresar en nuestras cabezas.
Como dije antes, estamos teniendo cuidado de los pecados que son muy obvios de identificar, pero estamos descuidando nuestra mente, y al descuidar nuestra mente, el enemigo ingresa, como cuando un ladrón es el primero en ingresar a una casa porque encontró una pequeña ventana abierta. Pero después, una vez que este ladrón ha entrado, llama a los demás para que también ingresen en esta casa, que tal vez no tenía un gran portón abierto, no tenía una gran puerta abierta, no tenía una ventana grande completamente abierta; pero sí había una pequeña ventanita que estaba semiabierta, por la cual este ladrón pudo ingresar. Y una vez adentro, comenzó a contaminar ese lugar, comenzó a minar esta casa, y una vez asentado, llamó a sus amigos, que también ingresaron en esta casa, y en conjunto fueron más fuertes, y en grupo comenzaron a hacer daños inimaginables en este hogar, en este edificio que yo estoy viendo en esta visión.
Así es cuando nosotros, me dice el Espíritu Santo, dejamos ingresar enemigos a nuestra mente, dejamos minar nuestra mente poco a poco, de lo poco a lo mucho, de lo simple a lo complejo; el enemigo comienza a minar nuestra mente, y para cuando queremos acordar, gran parte de ella puede estar tomada por el enemigo.
Dice además el Señor: Hijitos, cuiden sus mentes, protejan este diamante precioso que tienen. Porque si ustedes no cuidan sus mentes, no van a poder discernir entre la derecha y la izquierda, la confusión va a ingresar en ella, y así, comenzando a confundirse por causa de los pensamientos que están permitiendo que ingresen en sus mentes, van a dejar de ver claro, van a dejar de entender lo que les está pasando y por qué les está pasando, y de dónde viene lo que viene.
Una vez que el hombre ya no puede discernir, porque ya no puede pensar bien, porque ahora tiene el pensamiento nublado, me dice el Señor, entonces no puede ver claras todas las cosas, y así le empieza a dar lo mismo lo que está blanco que lo que está negro, le empieza a dar igual lo que está bien que lo que está mal, y la mente empieza a entenebrecerse.
Porque dice la Palabra de Dios que existe una mente entenebrecida; y una mente entenebrecida es cuando la oscuridad comienza a ingresar en ella y comienza a ganar terreno en esa mente, y la mente empieza a oscurecerse. Al estar cada vez más oscura, la persona comienza a sentirse confundida, comienza a sentirse perdida, a sentirse triste, porque esas tinieblas que han ingresado por su mente trabajan en sus emociones, trabajan en la forma de pensar de esa persona, y van contaminando cada aspecto de su vida.
Entonces, la persona no solamente comienza a sentirse confundida, dudosa, perdida, sino que la tristeza comienza a obrar en ella, la depresión comienza a obrar en ella, pensamientos hasta de suicidio, de muerte, comienzan a trabajar en esta persona por causa de estas tinieblas que van ganando terreno.
Estén alertas, dice el Señor, ¡Estén alertas! Yo veo muchas flechas, flechas que envía el enemigo y sus trabajadores, los espíritus que trabajan para el rey de la oscuridad. Estos espíritus demoníacos envían flechas a todas las personas. Pero esto incluye a los creyentes, a los que creen en el Señor, a los que tienen la fe de Dios, a los que tratan de guardar sus mandamientos; aún a ellos el enemigo ataca con sus flechas, y las flechas no solo van a sus corazones, no solo el enemigo intenta atacar las emociones, sino que uno de los blancos más apreciados por el enemigo es nuestra mente, nuestra forma de pensar.
Su objetivo es intentar que aprendas a pensar mal. El objetivo del enemigo es que, en vez de acomodar tu forma de pensar a las Escrituras, acomodes tu forma de pensar a las tinieblas, a la oscuridad, al reino del infierno. El enemigo intenta que esas flechas ingresen en tu mente, para llenarte de ideas prohibidas, para llenarte de ideas erróneas, para llenarte de ideas equivocadas que nada tienen que ver con lo que Dios nos enseña a través de la Palabra.
Yo veo entonces estos flecheros —porque esa es la palabra que estoy escuchando ahora, que veo en el espíritu: «flecheros»—. El enemigo tiene flecheros que están día y noche, permanentemente enviando estas flechas a la mente de los creyentes. Estoy viendo ahora que dentro de la iglesia del Señor Jesucristo hay distintos tipos de personas. Algunos de ellos tienen su mente protegida, saben cómo defenderse de esas flechas que envía el enemigo a sus mentes; entonces estas flechas rebotan contra sus cabezas y caen en el piso. El enemigo no tiene la victoria contra estas personas que han entendido el valor que tiene el pensar, que han aprendido a pensar conforme a la mente de Cristo, conforme a la mente de Dios y no conforme a la mente del mundo, a la mente de Satanás. Estas personas tienen su yelmo colocado en sus cabezas y entonces estas flechas rebotan y caen en el piso.
Estas personas, cuando el enemigo manda una flecha de baja autoestima para que la persona aprenda a pensar mal de sí misma, saben cómo defenderse, y no solo eso, sino que también saben cómo atacar a estos pensamientos diabólicos que vienen a través de estas flechas que manda el enemigo. Rechazan estas cosas; revocan todo pensamiento que el enemigo envía a sus mentes y pelean estas ideas equivocadas sobre sí mismos con la Palabra de Dios, porque ellos levantan el escudo de la fe, me dice Dios, para defenderse de estos dardos del enemigo. Tienen una fe que utilizan, inclusive cuando el enemigo quiere hacerles creer cosas equivocadas de sí mismos, de los demás y de Dios.
Hijitos, me dice el Señor: ¡Aprendan a pensar! ¡Aprendan a pensar bien! Corrijan su forma de pensar. Muchos de ustedes están pensando mal, están dejando ingresar estas flechas. Tienen colocado este chaleco antibalas, pero en realidad el mismo chaleco está agujereado, me dice el Señor, y no se están defendiendo de estos pensamientos que estos flecheros envían, para que, una vez que ingresan en sus mentes, comience la destrucción.
Estos son aquellos dentro del pueblo del Señor Jesucristo que, no sabiendo cómo defenderse, mucho menos atacar a estos flecheros, dejan ingresar pensamientos demoníacos en sus mentes. Y una vez que estos pensamientos fueron concebidos por estas personas, fueron creídos y fueron alimentados por ellos; comienzan a hacer su trabajo de destrucción, provocando enfermedades, provocando cánceres, provocando cansancio, provocando estrés, provocando cansancio mental, no solo físico; provocando que cometan equivocaciones por causa de tomar malas decisiones.
Una vez que estos pensamientos son aceptados por el creyente, pensamientos diabólicos que van en contra de lo que Dios habla en su Palabra, que van en contra de la voluntad de Dios para nuestras vidas, que van en contra del corazón del Señor y de sus pensamientos; estas ideas erróneas empiezan a crecer en nuestras mentes, como plantas a las que la persona que los acepta comienza a regar, y esas plantas, que son como la cizaña, comienzan a invadirlo todo, comienzan a contaminar la mente de esta persona. Entonces, las tinieblas comienzan a ganar en nuestras propias mentes.
Dice el Señor: Hijitos, tomen conciencia hoy de la importancia que tiene la forma en la que piensan. Comiencen a evaluar sus pensamientos y cuál es la fuente de donde provienen, porque hay una fuente de la vida, pero también hay una fuente de la muerte. ¿De cuál de las dos aguas quieren beber? Porque cuando ustedes creen la verdad, cuando ustedes piensan en la verdad, cuando ustedes se enfocan en la verdad, cuando ustedes se concentran en la verdad, entonces sus mentes ganan luz, sus mentes se van sanando, sus mentes se van renovando, sus mentes van ganando inteligencia, sabiduría, poder, y se vuelven ustedes poderosos cuando piensan en la verdad; porque al pensar están provocando movimientos espirituales.
Pero dice Dios: cuando ustedes se enfocan en la mentira, cuando ustedes creen el error, cuando ustedes piensan mal, cuando ustedes piensan en la oscuridad y no en la luz, cuando ustedes comen y beben de estas aguas equivocadas que vienen de esta fuente de la muerte —que son estos pensamientos erróneos con los cuales nos tienta el enemigo para ver si caemos en ellos—, entonces muerte va a ser lo que tendrán, entonces enfermedad va a ser lo que obtendrán, entonces equivocaciones van a ser lo que van a cometer, porque estarán pensando mal.
Entonces, hasta sus cuerpos se van a contaminar, porque están pensando mal, porque dice la Palabra del Señor que «no es lo que entra en la boca del hombre lo que lo contamina, sino lo que sale de su corazón» —hablando de sus pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, la envidia, la codicia—, todas estas cosas que están en el corazón son las que contaminan al hombre.
De la misma manera, cuando ustedes piensan en estas cosas, cuando ustedes se concentran y desean, y conciben estos pensamientos de estos pecados en sus corazones, cuando ustedes proyectan esas películas en sus mentes, películas de fornicación, películas de adulterio, cuando ustedes piensan en acostarse con esa mujer que tanto les gusta, aunque no lo hagan, pero están pensando y dejando correr esos pensamientos adúlteros en sus mentes, cuando ustedes se están imaginando pensamientos de glotonería en sus mentes, cuando ustedes están adorando a otros dioses en sus mentes, cuando ustedes están teniendo pensamientos de avaricia como: «No quiero gastar dinero, tengo miedo de gastar ese dinero, no quiero soltar este dinero que tengo agarrado en mis manos», y ese tipo de pensamientos, o cuando están codiciando el auto que tiene su prójimo, cuando están codiciando esa casa tan hermosamente decorada en sus pensamientos, dice el Señor, ¡ya están pecando! Y al pecar con sus mentes, me están ofendiendo, y al pecar con sus mentes le están dando lo que el diablo quiere de ustedes, y al pecar con sus mentes, sus cuerpos se ven afectados, sus almas y sus espíritus se ven afectados por causa de esos pecados.
Por eso dijo el Señor Jesús que cuando un hombre ve a una mujer, la mira y la codicia en su corazón, ya está cometiendo el pecado del adulterio, porque el pecado nace y se concibe en el corazón.
[Mateo 5:28, RVR1960] Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
Así como con el adulterio, son las otras cosas. Yo estoy viendo ahora muchas mujeres que son envidiosas y que pecan con sus pensamientos cuando están pensando, por ejemplo: «Me gustaría ese don que tiene la hermana Noelia», «Me gustaría ese vestido que tiene la esposa del pastor».
Yo (Noelia) veo hombres que envidian el auto de sus amigos, hombres que envidian los trabajos que tienen sus amigos, y entonces están pensando en sus mentes cosas malas, inclusive de los mismos hermanos, porque quisieran tener lo que ellos tienen; es decir, no han dicho nada todavía, no han hecho nada en contra de sus hermanos, hablando de obras, pero sí están pecando en sus pensamientos. Están ideando en contra de sus hermanos, sin darse cuenta de que el Señor escucha todos los pensamientos de nuestros corazones, que los ángeles del Señor están tomando nota de esos pensamientos que estás dejando correr libremente.
Nuevamente, estoy viendo esos caballos que corren por el campo sin que nadie los detenga. Si no le ponemos freno a este tipo de pensamientos, comienzan a hacer su obra en nosotros y en los que están a nuestro alrededor, porque a partir de lo que pensamos, vamos a hacer. Antes de una obra viene un pensamiento; antes de poner manos en la obra, hemos pensado en hacer esas obras. Entonces, hoy el Espíritu de Dios nos está diciendo que la mayoría de la iglesia del Señor Jesucristo —me atrevo a decir— está poniendo mucha atención en los pecados concretados, en los pecados hechos a través de las obras, en los pecados cometidos en la carne, inclusive en los pecados que se hablan, como la murmuración; pero no están prestando atención, no están yendo aún más fino, enfocándose en lo que están pensando.
Entonces, es muy difícil corregir las obras, es muy difícil corregir lo que uno habla, si primero no va a la fuente de donde salen esas cosas, que son nuestros pensamientos. Primero corrige tus pensamientos, dice el Señor, para que después obres bien, para que después hables bien, para que tomes buenas decisiones, para que sepas cómo dirigirte bien en todas las cosas. Lo que primero hay que atacar son nuestros pensamientos: pensamientos de concupiscencias, pensamientos de deseos vanos, pensamientos de distracciones, pensamientos equivocados, pensamientos sucios.
[Mateo 9:4, RVR1960] Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
Yo estoy escuchando los pensamientos de mi pueblo, dice el Señor, porque Yo soy un Dios que tengo la capacidad de escuchar todos los pensamientos de cada hombre que camina al mismo tiempo, y procesarlos, y separar de ellos los que están bien pensados y los que están mal pensados. Yo puedo discernir los pensamientos del corazón del hombre más de lo que el hombre puede discernirlos, y hay muchas cosas que ustedes piensan que no están tan bien como lo pensaban.
Hijitos, ¿ustedes quieren saber si están pensando bien? ¿Ustedes se preguntan si sus pensamientos están alineados con mis pensamientos? Entonces tienen que beber de la fuente de la verdad, entonces tienen que pedirme que les dé de beber de esas aguas cristalinas que no contaminan, que traen justicia, dice el Señor. Entonces tienen que conocerme más, entonces tienen que acercarse aún más a Mí, para que Yo pueda renovar la manera en la que están pensando.
Pero muchos, lamentablemente, ni se están preguntando si está bien lo que están pensando, porque nunca han llegado a este nivel, dice el Señor. No estaba en sus conciencias que era tan importante fijarse en cómo pensaban. Por eso yo lo estoy revelando aún más en este tiempo a mi pueblo, y yo (Noelia) ahora veo que muchas preguntas se están generando en los corazones.
Y estoy viendo que a muchos de ustedes les está cayendo la ficha —como decimos en Argentina—. Muchos de ustedes están diciendo: «No sabía que era tan importante fijarse en cómo uno piensa, voy a prestar más atención», están pensando algunos de ustedes. «Me voy a empezar a fijar cuáles son los pensamientos que estoy permitiendo entrar en mi mente», porque, ¿saben qué? Yo estoy sabiendo ahora que mucho pueblo del Señor Jesucristo está enfermo en el alma y en el cuerpo por causa de malos patrones de pensar.
Hay muchos de ustedes que han heredado formas de pensar de sus antepasados, y están tan acostumbrados a pensar de estas maneras como hablaban sus bisabuelos, hablaron sus abuelos y pensaron sus abuelos. Como pensaron sus abuelos, piensan también sus padres, y como pensaron sus padres o como piensan, así les enseñaron a pensar a ustedes, y ustedes les están enseñando a pensar a sus hijos de esta misma manera, porque hay formas de pensar heredadas, me revela ahora el Espíritu Santo. Algunas de ellas, por más que sean familias de cristianos, no están alineadas a la forma de pensar de Dios, no están alineadas a lo que nos enseña el Señor en su Palabra. Simplemente son patrones circulares que se vienen repitiendo en las familias de generación en generación.
Por eso, dice el Padre, que a partir de ahora empieces a revisar esas formas de pensar que te enseñaron, pero que quizás cuando lees la Palabra no encuentras que Dios piensa lo mismo sobre ese asunto. Y entonces, si encuentras diferencias en estas formas de pensar heredadas, cuando las evalúas a la luz de la Biblia, si encuentras diferencias, entonces pregúntale al Señor: ¿cómo cambiar esas formas de pensar que te enseñaron? ¿Cómo desarraigar esos árboles de pensamientos que estaban en tu línea generacional desde hace tanto tiempo? ¿Cómo cortar de raíz estas plantas que están contaminando tu vida y quizás la de tus hijos y la de tus nietos?
Porque el Señor ciertamente quiere enseñarte cómo pensar bien, pero el enemigo quiere que te mantengas en esa rueda repetitiva de pensar mal, de pensar de una manera que te mantiene atado y esclavizado a muchas cosas, para que no tengas libertad en el Señor. Y entonces, hay mucho pueblo que se pregunta: ¿Por qué, si yo ya estoy bautizado, si yo creo en el Señor, si ya recibí el bautismo del Espíritu Santo? Inclusive gente que sirve al Señor, que tiene ministerios, se sigue sintiendo atada en algunas áreas. El Espíritu me revela ahora que una de las razones por las que estas cosas pasan es porque hay muchas personas que no saben cómo pensar, que han heredado estos patrones de pensamiento, pero que son estas plantas que ha plantado el enemigo en estos árboles genealógicos. No ha sido Dios el que ha inspirado a tu línea generacional a pensar de ciertas maneras, sino el enemigo.
Es posible, dice el Señor, erradicar estas cosas de tu mente; es posible erradicar estas cosas de tu línea generacional. A partir de ahora es posible si venís a Mí y me pedís que te limpie, me pedís que te lave, me pedís que te enseñe, me pedís que te cambie, que te restaure, que te renueve; porque Yo Soy el que sopla sobre los árboles del bosque de tu pensamiento para renovar tus hojas. Yo Soy el que puede traer sanidad a esas hojas de tu árbol genealógico. Yo Soy el que piensa bien, Yo Soy el único que piensa de una manera perfecta, porque mis pensamientos no son como tus pensamientos; mis pensamientos son mucho más altos que los pensamientos de los hombres.
Pero Yo puedo ayudarte, dice el Señor, a pensar bien, a pensar como conviene, a limpiar tu mente de estos huevos que ha colocado el enemigo en tu cabeza. Yo puedo quemar por el Espíritu Santo toda idea errónea que ha sido implantada en tu mente, porque, así como dice la Palabra que la palabra puede ser implantada, también la Palabra de Dios puede ser implantada. También las palabras que vienen del enemigo pueden ser implantadas. Hay algunos de ustedes que están abrazando pensamientos que el enemigo les ha dictado; hay algunos de ustedes que no quieren dejar de pensar de una manera equivocada, de una manera errónea, especialmente sobre ustedes mismos, pero también sobre personas con las cuales se relacionan, inclusive pensamientos sobre Dios.
[Santiago 1:21, RVR1960] Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
Algunos de ustedes deciden abrazar pensamientos de victimismo, algunos de ustedes deciden abrazar pensamientos de suicidio. Yo (Noelia) veo abundancia en este tipo de pensamientos, y veo mujeres grandes, especialmente, pero no son las únicas, que deciden abrazar pensamientos de victimismo: «Nadie me quiere, nadie se acuerda de mí, nadie me llama por teléfono, me usan, solamente me buscan cuando necesitan algo de mí, soy la última orejón del tarro» (La expresión «el último orejón del tarro» en Argentina se utiliza para describir a alguien que se siente postergado, ignorado o que no es tenido en cuenta. Literalmente, un «orejón» es un pedazo de fruta seca, como durazno o damasco. En el contexto de la frase, se refiere a la última pieza en el tarro, la que nadie quiere o la que queda al final, simbolizando a una persona que es considerada la menos importante o la última opción), «no sirvo para nada, me rechazan, nadie me integra», y cuántas cosas más. Son esos pensamientos que estás abrazando en tu corazón, dejando minar tu mente y, después, estos pensamientos —porque estamos pecando pensando de esta manera— se manifiestan en enfermedades corporales, en enfermedades mentales, en depresión, en angustia, en fobias sociales.
Muchas de estas cosas nacen y son concebidas en los pensamientos que permitimos ingresar en nuestras mentes. ¡Hijitos, enséñenles a sus hijos cómo pensar!, dice el Señor, porque yo (Noelia) estoy viendo demonios con martillos en las manos que están golpeando las mentes de nuestros jóvenes, la mente de nuestros niños, la mente de nuestros adolescentes. Estos martillos están taladrando la cabeza de nuestros hijos.
Enséñenles a ellos también cómo deben pensar, enséñenles a no creer lo que otros les dicen, cuando el enemigo utiliza sus bocas para contaminarlos, para convencerlos de ideas equivocadas; cuando el enemigo utiliza las bocas de los demás para colocar rechazo en ellos, para que ellos piensen que están siendo rechazados, que los demás los odian, que no son aceptados en la sociedad y en los distintos ámbitos a donde se mueven.
¡Hijitos, oren por protección de las mentes de sus hijos!, unjan sus cabezas con aceite en el nombre de Jesucristo, pidiendo protección contra sus mentes, porque el enemigo está metiendo pensamientos laberínticos en sus hijos para que se pierdan en ellos, para que no encuentren la salida, para que no encuentren su identidad en Mí. Mujeres, intercedan por sus niños continuamente, levantando vallados de protección contra sus mentes. Hablen, dice el Señor, digan oraciones en contra de las palabras que las brujas y hechiceros envían a la mente de sus hijos, protejan sus casas de los ataques mentales.
Padres, estén atentos a lo que están pensando sus mujeres, sus niños, esposos. Oren por la protección de las mentes de sus esposas, como vasos frágiles. Oren para quitar toda distracción de las mentes de sus hijos, pensamientos de vanidad, que deben ser atacados a través de la oración y de la intercesión. ¡Enséñenles!, dice el Señor, la Palabra de Dios a sus hijos, no solamente a leerla, sino a proclamarla en contra de esos pensamientos cuando el enemigo los ataca, ya sea en sus pensamientos o a través de las personas que les hablan mal.
Yo veo gente con problemas mentales: confusión, mareos; escucho la palabra «ceguera mental», esquizofrenia, locura, estar dividido en la mente, problemas cuando la mente va demasiado veloz en el pensamiento; problemas de ansiedad. Los miedos atacan muchísimo la mente de los creyentes para que piensen mal. Yo veo gente que está en los hospitales mentales, gente que escucha voces en sus mentes que no vienen de Dios. Los adivinos, estoy viendo ahora, escuchan voces en sus mentes que vienen del enemigo y que, a la larga, la mayoría de ellos terminan con enfermedades mentales, porque esas voces que les hablan a sus mentes hacen que literalmente esos demonios ingresen a vivir en sus cabezas y empiecen a enfermar sus mentes.
Hay veces cuando los niños pasan demasiadas horas en los juegos, especialmente cuando esos juegos son violentos, sensuales, malos. Los educan mal, y estos niños terminan teniendo problemas en la mente, porque es como si se fueran de la realidad: comienzan a vivir su propia realidad de tanto estar en comunión con estas cosas. Están más conectados con los juegos que con la realidad, y a la larga esto provoca enfermedades mentales en ellos. Se olvidan de que son una persona real, se olvidan de que viven en un mundo real, se olvidan de que las personas que están alrededor de ellos son reales, y entonces después tienen ideas homicidas, porque son las ideas que ingresaron a través de esos juegos. Quieren matar a sus familiares porque eso es lo que hacen en los juegos, y como pierden el sentido de la realidad, piensan que su vida es un juego.
Entonces, empiezan a perder conciencia de la seriedad de estas cosas que hacen primero en los juegos, pero que después les empieza a parecer normal también en la vida real. ¡Hijos, eliminen estas cosas de sus hogares!, quiten de las manos de sus hijos estas consolas que el enemigo está utilizando para contaminar el alma de sus niños desde la más temprana edad posible, porque es una gran causa de los suicidios en esta época y de los homicidios, sin nombrar un abanico de pecados que se abren a través de los juegos. Porque cuando estos niños comienzan a comer de esta sensualidad que es transmitida a través de estos juegos desde temprana edad, los pecados sexuales en los que entran desde que son pequeñitos van ganando fuerza y cada vez más fuerza en sus vidas, y después es muy difícil limpiarse de esas cosas.
¡Hijos, la mente es como una esponja! Yo estoy viendo una esponja ahora. Una esponja es permeable, y es muy sensitiva, y es muy delicada; debe cuidarse como una piedra preciosa, me dice el Señor. Tengan cuidado cuando están en las conversaciones. ¿Con quiénes están conversando? ¿Qué es lo que escuchan? ¿Qué dejan ingresar a sus mentes? ¿Qué programas de televisión están mirando? Porque muchos dicen que en las congregaciones no debe haber sensualidad, que los hermanos deben vestirse cubriendo sus cuerpos para no darle lugar a la sensualidad y a estas cosas; pero después llegan a sus casas y prenden la televisión, y empiezan a mirar gente desnuda, hombres y mujeres que idolatran sus cuerpos, pecadores, sensuales, y se llenan no solo sus ojos, sino sus mentes y sus corazones de estas cosas.
Yo (Noelia) estoy viendo que muchas de estas personas que hacen esto después tienen sueños sensuales, sueños con ataques sexuales, y dicen: ¿Pero cómo, si yo me cubro mi cuerpo, yo voy a la congregación y no es permitido que mostremos el cuerpo, usar ropa ajustada, ir semidesnudo y demás? Pero después se están abriendo las puertas por otro lado, dándole el derecho legal a estos espíritus para que los molesten cuando están durmiendo o para que planten en sus corazones pensamientos de adulterio, de fornicación, deseando escondidamente a otros hombres o mujeres, o deseando tener el cuerpo de ellos.
¡Cuidado!, dice el Señor, porque yo (Noelia) sigo viendo esta esponja que representa nuestras mentes, y estas esponjas están absorbiendo distintos tipos de aguas acorde a los ambientes a donde se mueven, y a veces ustedes no se dan cuenta de lo que están bebiendo sus mentes; pero igualmente están bebiendo distintas aguas.
Pregúntenme a mí, dice el Señor, en qué ambientes se tienen que mover, con cuáles personas tienen que hablar y conversar y pasar su tiempo. ¡Cuidado!, porque hay personas que los están llevando a pensar como ellos y como piensa el mundo, pero no como Yo quiero que piensen mis hijos, en santidad, en pureza.
Yo (Noelia) estoy viendo ahora una imagen donde, cuando una persona piensa, es como si esos pensamientos viajaran en el espacio, se movieran en el espacio, y dice el Señor: ¡Cuidado con lo que piensan!, porque cuando ustedes piensan, se provocan movimientos espirituales; sus mentes son poderosas para pensar el bien o para pensar el mal. Elijan bien lo que piensan (me repite el Señor), porque muchas veces están pensando mal del hermano, permitiéndole al enemigo que se manifieste en sus pensamientos y pecando contra sus hermanos.
Muchos de ustedes están dejando correr estos pensamientos sin control, y se están envenenando a ustedes mismos a través de lo que piensan. Porque yo estoy sabiendo ahora que, cuando nosotros pensamos, es como si nuestro cuerpo pudiera escuchar lo que nuestra mente piensa, es como si las células obedecieran la orden de nuestros pensamientos. Por ejemplo, cuando una chica joven piensa que se odia cuando se mira al espejo, las células entienden que tienen que odiarse a sí mismas y empiezan a atacar a su propio cuerpo, y el sistema inmunológico se vuelve contra sí mismo y no puede defenderse, porque esto es lo que esta chica ha abrazado en su corazón.
Entonces, esos pensamientos de odio contra sí misma provocan destrucción en ella misma. Tengan cuidado, dice el Señor, amen a sus cuerpos, ámense ustedes mismos, amen la verdad sobre ustedes mismos. No crean lo que el enemigo les habla sobre ustedes mismos, créanme a Mí, que los amo tanto que los he creado con mi propia Mano a mi Imagen y Semejanza.
El enemigo quiere que ustedes se odien a ustedes mismos para destruirlos, para hacerlos sufrir; si es posible, para borrarlos de la tierra antes de tiempo. Pero créanme a Mí, dice el Señor, y Yo les voy a enseñar cómo pensar sobre ustedes mismos. Los amo, hijitos. Cuando ustedes piensan pensamientos de amor, están alineados a mi Espíritu. Cuando ustedes piensan bien sobre sus prójimos, cuando ustedes desean el bien en sus pensamientos para los demás, entonces me están adorando a Mí; están pensando como pienso Yo. No piensen como piensa el mundo, no piensen como piensa el diablo.
Limpien sus mentes y su forma de pensar, reconozcan que a veces están pensando mal y arrepiéntanse de pensar mal. Odien los pensamientos del maligno que quiere colocar en ustedes y rechácenlos activamente. Como cuando vuela una mosca en el ambiente y alguien atrapa esa mosca inmediatamente con la mano, dice el Señor, atrapen esos pensamientos malos en el vuelo, no permitiéndoles que avancen y que contaminen sus vidas. Sean activos, porque es una lucha en sus mentes que tienen que ganar, pero si se aferran a Mí, Yo les puedo dar la victoria, enseñándoles cómo pensar.
Muchos soldados de Mi ejército están cayendo porque el enemigo ha intentado golpear sus rodillas y no ha podido. El enemigo ha intentado golpearlos a través de hacer sufrir a sus familias y no ha podido. El enemigo les ha sacado el trabajo a muchos para destruirlos, y no ha podido. El enemigo ha colocado enfermedades en muchos de ustedes, pero no ha podido destruirlos.
Sin embargo, dice el Señor, en algunos, el enemigo sí ha podido ingresar a través de lo que piensan. ¿Entienden la importancia que tiene lo que piensan? Porque en aquello que se enfoquen, allí estará su corazón; en aquello que piensen, allí estará su corazón. En muchas cosas el enemigo los ha tentado, y ustedes no han caído, pero cuando los tienta en la forma de pensar, ha logrado que piensen como él piensa en muchos aspectos.
Muchos de ustedes están protegiendo todas estas diferentes áreas de sus vidas, no permitiéndole al enemigo que ingrese en ellas, pero están descuidando su mente preciada. Todo comienza allí, allí conviven las buenas intenciones que ustedes tienen, dice el Señor, con los malos pensamientos del corazón, y hay una batalla que tiene que darse en el terreno de sus mentes.
Cuando ustedes leen la Palabra continuamente, están renovando la manera en la que piensan. Cuando ustedes se mantienen en comunión conmigo, dice el Señor, aprenden a pensar como les indica mi Espíritu. Cuando ustedes resisten y rechazan el pecado, entonces sus mentes se van limpiando. Cuando ustedes hacen actos de caridad, sus mentes aprenden a amar al prójimo como Yo amo al carenciado, a pensar bien del pobre, del necesitado, del menesteroso, como Yo pienso bien sobre ellos. Cuando ustedes sirven a los demás, aprenden a pensar en el modo del Reino de los Cielos.
Porque el Reino de los Cielos tiene que habitar en sus mentes y no el reino de las tinieblas. Su mente y sus pensamientos tienen que aprender a ser altos, tienen que aprender a pensar al modo del Reino, dice el Señor, a la forma celestial, no terrenal y no infernal. Santifiquen sus mentes, hijitos, pregúntenme: «¿Cómo pienso Yo?» sobre cada situación por la que estén pasando o sobre cada situación en la que tengan preguntas.
También estoy recibiendo ahora que nosotros, los padres, tengamos cuidado de no patear, simbólicamente, la mente de nuestros hijos. Porque a veces, yo estoy viendo que nuestros hijos tienen como un tablero de ajedrez en sus mentes, pensando cuál es la próxima ficha que tienen que mover; es decir, ellos están en un proceso de aprender a pensar y a tomar decisiones. Pero yo estoy viendo que a veces viene un padre y patea ese tablero en la mente de sus hijos; es violencia mental la que está haciendo este padre, en este ejemplo que yo estoy viendo, diciéndoles: «Sos un tonto, no sabés pensar, sos un burro, estás pensando estupideces, ¿de dónde sacaste esas cosas?» y este tipo de frases.
Cuando un padre o una madre le habla de esta manera a sus hijos, pateando sus mentes, la mente de sus hijos, dañándola, provocando traumas en ella, abren la puerta para que ingresen espíritus que provocan problemas mentales, bloqueando los procesos mentales por los que los hijos tienen que pasar para aprender a pensar. Es violencia en la mente de nuestros hijos cuando nosotros hacemos y decimos estas cosas, tratándolos como si fueran objetos que no saben pensar, como inmundicias, como basuras, como si los únicos que pensáramos bien fuéramos nosotros.
Muchas veces, cristianos ejercen este tipo de violencia contra sus hijos, y en vez de ser los demonios que vienen con los martillos en la mano a golpear las mentes de nuestros hijos, somos nosotros mismos los que los dañamos comportándonos de esta manera. En vez de cuidar la mente de ellos y ayudarlos a entender cómo deben pensar, a la manera bíblica, los estamos golpeando con este maltrato, afectando la mente de ellos y provocando destrozos en sus procesos mentales, fragmentación de su mente, división en los pensamientos.
Arrepiéntanse, dice el Señor, porque muchos de ustedes ejercen este tipo de violencia en los niños que Yo les di, para que los instruyan en mi Palabra. Otros tratan de meter formas de pensar de manera obligada en sus hijos, violentas, anulando el poder de decidir, muchas veces, que ellos tienen. Hijitos, tengan cuidado, porque no sólo tienen que cuidar sus mentes, sino la mente de ellos, y están siendo descuidados, dice el Señor. Y después, también algunos se preguntan: ¿Por qué sus hijos tienen comportamientos extraños si todos en la casa son cristianos? ¿Por qué Dios permite estas cosas?, algunos se preguntan, pero es que no se están dando cuenta de que ellos mismos están generando estas repercusiones en la mente de sus hijos, de sus empleados.
Yo estoy viendo gente que maltrata a sus empleados, golpeando metafóricamente sus pensamientos, su mente, su forma de pensar, humillándolos continuamente, haciéndoles creer que no sirven para nada, que no valen una moneda, que lo que piensan no tiene sentido, y muchas cosas más. Hay tantas formas de dañar nuestras mentes y la mente de los demás, a través del desamor.
Yo estoy viendo ahora a alguien que abraza metafóricamente su mente, abraza su cabeza, abraza su cerebro. Estoy viendo esta imagen simbólica que significa que cuidemos, que amemos nuestras mentes, que amemos no sólo nuestros cuerpos, la totalidad de lo que somos, sino también que protejamos nuestros pensamientos; que no le demos lugar al diablo, como dice la Palabra del Señor, en nuestros procesos mentales.
Yo (Noelia) veo mentes atadas por el enemigo, mentes malditas, problemas de enfermedades en la cabeza que afectan la forma de pensar, que provocan retrocesos, que provocan retardos en la manera de pensar, bloqueos. A veces, algunos de ustedes están pensando cosas y de repente el pensamiento, como que se les corta, y se olvidan de lo que estaban pensando.
Son como borrones mentales, se les borra de repente la memoria, se les corta ese hilo de pensamiento a ustedes, y es porque muchas veces el enemigo utiliza una tijera espiritual para cortar nuestros pensamientos y así provocar preocupación en nosotros: miedo de que nos estemos volviendo locos, miedo de que estemos ingresando en una enfermedad de Alzheimer, miedo de que estemos muriendo, miedo de que nos olvidemos de quiénes somos, de quiénes son los demás, miedo de desconectarnos del mundo.
Tengan cuidado de lo que temen, dice el Señor cuando piensan; cuidado del lugar que le dan a los miedos en sus pensamientos, tengan cuidado de no alimentar estas plantas terroríficas. No le den lugar al diablo, me repite el Señor nuevamente. No abracen estos pensamientos, estas preocupaciones de estar enfermos en sus mentes.
Derriben estas construcciones mentales que son como edificios que han levantado estos miedos en sus mentes, creyéndome a Mí, creyendo en mi Palabra. Porque muchos de ustedes retroceden porque piensan de una manera miedosa, y el que piensa con una estructura mental de miedo retrocede; no tiene la valentía para avanzar, se queda atrás, se queda estancado, no puede crecer, porque es como una planta que no recibe el sol. Estos miedos son como nubes que tapan, que bloquean el paso de los rayos del sol a estas plantas; así son los miedos, como nubes que nublan el cielo de sus mentes, dice el Señor; tienen que aprender a pensar sin temer.
Estoy recibiendo ahora que lo que tenemos que hacer con este tema es aprender a reconocer cuándo estamos pensando algo que proviene de los miedos, y desecharlo automáticamente, arrancar esta planta de raíz automáticamente en nuestras mentes. Porque a veces, algunos de nosotros nos quedamos pensando en esa idea que plantó el enemigo inicialmente, y de esta manera la estamos regando, de esta manera la estamos creyendo y la estamos abrazando. Estamos buscando inconscientemente que se cumpla ese miedo, porque esa es la imagen mental que alimentamos en nuestras mentes durante tanto tiempo.
Entonces, mientras nosotros durante el día estamos pensando, tenemos que aprender a reconocer de dónde viene tal o cual pensamiento, y aquello que esté en contra de lo que Dios nos enseña en su Palabra o por su Espíritu, aquello que alimente lo que viene del enemigo: los miedos, las dudas, la incredulidad, los pecados, pensamientos de rechazo, de odio y tantas cosas más. Esos son los pensamientos que tenemos que aprender a identificar durante el día y aprender a cortarlos de inmediato, y no permitir seguir pensando en eso, porque nosotros tenemos la decisión de pensar lo que queramos pensar. Pensamientos blasfemos son los que tenemos que aprender a erradicar de nuestras mentes, inclusive a reprender en el nombre de Jesús y a echar fuera de nuestras mentes.
El enemigo ataca aún nuestra manera de pensar a través de los sueños, a veces, y nos da sueños de miedos. Por ejemplo, sueños donde nuestros hijos se mueren, sueños donde perdemos todo nuestro dinero, sueños donde viene alguien y nos ataca con un cuchillo, sueños distintos que provocan miedo en nosotros, si es que tomamos esas emociones que el enemigo quiso meter en nosotros a través de esos sueños. Porque hay sueños que verdaderamente son alertas, son avisos, donde a través de esos sueños el Señor nos muestra cuáles son los planes del enemigo para nuestras vidas; pero hay otros sueños donde es el enemigo mismo quien trata de infundirnos miedo, de amedrentarnos, a través de esos sueños para que concibamos pensamientos miedosos y retrocedamos en lo que Dios nos está llamando a hacer.
No los crean, dice el Señor, no los cuenten a todo el mundo alimentando ese pensamiento en ustedes y en los demás. Borren esos pensamientos, esos sueños de miedo de sus mentes y pónganse a pensar en esas ocasiones en lo contrario a lo que el enemigo les mostró en los sueños. ¿Amén?
Gracias, Padre. Gracias, Señor, por tanta revelación, por tanta palabra edificante para tu pueblo. Ayúdanos a ser guerreros que defendamos nuestras mentes, astutos, inteligentes para pensar bien. Señor, danos inteligencia en el pensamiento, sabiduría para pensar, inspiración por tu Espíritu Santo. Manda a tus ángeles a hablarnos a nuestras mentes…
En ocasiones, dice el Señor, se imaginan cosas que no son reales en sus mentes, viven como si esas cosas imaginarias realmente existieran, cuando muchas de esas cosas en realidad solamente están en sus ideas. Tanto es así, me revela el Espíritu de Dios, que muchos de ustedes viven una vida mentirosa, porque han creído que son algo que no son, a través de lo que el diablo les ha hablado en sus pensamientos. Han creído que el entorno donde habitan no los quiere, no los acepta, los odia; cuando no es cierto. Han creído tantas cosas en sus pensamientos, dice el Señor, y han alimentado estos pensamientos de una manera tal, que viven en una vida imaginaria en sus mentes, pero que no es la realidad, porque es posible vivir en el error y no en la verdad.
No tomen este pan podrido que el enemigo les ofrece para comer. Levántense hoy, dice el Señor, porque yo veo muchas personas con las espaldas dobladas, jorobadas, porque se sienten que no valen nada, que no son nada, que no sirven, que no existen, que Dios no los ama, mucho menos los demás, ni ellos mismos. Su mente está tan tomada por el enemigo, por los pensamientos que han ingresado, pensamientos de oscuridad, que viven en una realidad completamente distinta a cómo los ve y los hizo el Señor. El enemigo ha tergiversado sus imágenes, su identidad, su propósito, todo lo ha contaminado a través de contaminar la forma en la que piensan, y entonces viven fracasados, porque no saben cómo pensar.
Pero si tan solo aprendieran a volverse atrás de esos pensamientos mundanos. Si tan solo prestaran atención realmente y creyeran lo que dice la Palabra y escucharan lo que Dios les dice sobre sí mismos, entonces podrían empezar a levantarse y a enderezar sus espaldas, creyendo lo que Yo quiero inspirar para que piensen. Es su decisión, dice el Señor, lo que ustedes quieren pensar o dejar de pensar. Erradiquen esas mentiras de sus vidas, de sus corazones; ni siquiera hablen esas cosas que el enemigo les inspira. Corríjanse, y Yo les voy a enseñar cómo caminar una vida mirando todas las cosas a través de una mente renovada, entendiendo todas las cosas como Yo las entiendo y no como las entiende Satanás. Porque hay una forma de entender el mundo a través de las tinieblas y hay una forma de entender todas las cosas a través de la luz de mi entendimiento.
Así que, a partir de hoy, el Señor te manda y te encomienda a que seas valiente y a que empieces a darle batalla a esos pensamientos que te vienen oprimiendo aún desde que eras pequeño. No es tarde, te dice el Señor, para empezar a cambiar tu forma de pensar, para aprender cómo pensar a la manera del Reino; pero es tu decisión levantarte y empezar a darle batalla a este gigante, que solo vas a poder vencer a través de mi Espíritu.
Levántate, hijito, y dale batalla a estas cosas que están minando tu casa, simbolizando tu mente, y no te dejes vencer, porque de otra manera no vas a poder ver avance en tu vida espiritual, mucho menos en la vida cotidiana, en lo físico, en lo material.
Yo ahora bendigo sus mentes en el nombre de Cristo Jesús, unjo sus cabezas en este momento, coloco mi mano en el espíritu en cada uno de ustedes y unjo sus cabezas, sus mentes. Padre, te pido que sanes ahora de toda enfermedad mental a tu pueblo. Señor, que todo demonio que esté habitando en estas cabezas, en estas mentes, huya ahora en el nombre de Jesucristo. Te pido que sea tu luz ingresando ahora en todas las mentes de aquellos que escuchan esta Palabra. Te pido, Padre, que sea una explosión de la bomba de tu luz. Pon tu Espíritu Santo en todo aquel que crea en esta Palabra, que tenga fe para recibirla, en el nombre de Cristo Jesús.
Yo ahora quemo todo huevo de áspides en toda mente que escucha esta Palabra. Yo ahora desato toda mente atada por brujería, porque me está diciendo el Señor que hay brujería que está enviada especialmente para afectar tu mente; por eso tenías tanta confusión, tanta neblina mental, por eso la memoria se te estaba afectando. Yo corto toda brujería ahora sobre tu mente, sobre tu memoria, sobre tus procesos mentales, en el nombre de Jesús. Reprendo todo espíritu de esquizofrenia, todo espíritu de problemas mentales, de confusión, de doble mente, de doble ánimo en la mente. Reprendo todo espíritu de locura y lo echo fuera en el nombre de Jesús.
¡Fuego del Espíritu Santo ahora en tu mente! Pónganse la mano en la mente para que ore. ¡Fuego en tu mente ahora! Fuego que quema toda idea errónea, se va ahora, se quema. Planta tus ideas ahora en estas mentes por tu Espíritu Santo. Envía las flechas buenas que vienen de tu Reino, las flechas de pensamiento que vienen de tu aljaba, Padre; son las que tú estás plantando ahora en estas mentes.
Sella, Señor, estos chalecos que estaban agujereados, repara esta protección en la mente. Nosotros ahora nos colocamos un yelmo de protección en nuestras mentes. Decidimos levantarnos y proteger nuestra manera de pensar y aprender una nueva manera de caminar en el pensamiento, en el nombre poderoso de Cristo Jesús.
Te pido, Padre, por todos estos niños que tienen problemas mentales por causa de las cosas que se han hablado en esta ministración, por causa de los juegos, de la televisión, de ver películas de terror, de ver películas de suspenso, películas donde hay imágenes sexuales, películas donde se mueven espíritus de magia, de adivinación, de ocultismo, de brujería, en el nombre de Jesús.
Te pido que limpies la mente de todos los niños, Señor, por los cuales están orando mis hermanos ahora, y santifiques estas mentes. Espíritu Santo, ingresa en estas casas, que son estas mentes ahora, limpia y quita toda mugre, toda contaminación, barriendo toda mala forma de pensar, toda idea errónea, mal concebida. Caen cadenas mentales ahora.
Señor, yo corto maldiciones generacionales en toda mente que escucha esta Palabra: maldición de ceguera espiritual, escucho; maldición de confusión, maldición de mente fragmentada, mente dividida. Uno ahora las mentes a una. División en la manera de pensar, yo ahora la restauro en el nombre de Cristo Jesús. Tristeza, depresión, ¡sale de la mente ahora en el nombre de Jesucristo! Padre, desata, desata… Yo veo un rompecabezas que está desarmado, y todas las piezas de ese rompecabezas están separadas, pero ahora se unen en un solo rompecabezas; significa que las mentes fragmentadas se están reparando.
Toda imaginación vana, toda imaginación que el enemigo colocó en tu mente, destruyo esas ideas inexistentes ahora en el nombre de Jesús. Sopla tu Espíritu en nuestras mentes ahora. Hay muchos hombres que tienen sobrepensar, hombres y mujeres que piensan demasiado; están maltratando sus mentes, están maltratando su cerebro. En el nombre de Jesús, arrepiéntanse ahora y aprendan a tener un balance en cuanto a pensar: cómo pensar, cuánto tiempo enfocarse en cada situación. Están sobrecargando el motor de sus mentes, me dice el Señor.
Padre, te pido que pongas balanza en la forma de pensar, en la manera de enfocarse en un asunto. Padre eterno, yo te pido ahora que quites toda tijera del enemigo que está cortando los procesos mentales, provocando que mis hermanos se olviden de lo que estaban pensando. Yo ahora restauro esas conexiones neuronales. Fuego del Espíritu Santo en tu cabeza ahora, fuego que sana, fuego que quema lo que no tiene que estar.
Todo miedo ahora se va de la mente en el nombre de Jesucristo. Renuncien a todo miedo que provoca que piensen mal, que retrocedan, que se estanquen. Padre, te pido ahora que les des una nueva agua de beber a estas mentes; lava las mentes ahora por tu Espíritu, Señor, para que te podamos amar con toda nuestra mente, con el 100% de nuestra mente y no solo con una parte, con nuestros pensamientos.
Yo destruyo ahora todo altar de idolatría en las mentes, porque yo veo altares en las mentes cuando ustedes piensan en ese hombre que tanto idolatran. Están teniendo pensamientos de idolatría que contaminan sus mentes, están pecando con sus mentes cuando ustedes están idolatrando cualquier otra cosa: una imagen, los autos, las casas, las mujeres, los hombres, los hijos, los nietos, las mascotas, lo que sea, las cosas materiales. Están ofendiendo al Señor, y esos pensamientos de idolatría están contaminando sus mentes y están en fornicación, están en fornicación mental, me dice el Señor. Arrepiéntanse de este adulterio mental.
Padre, lava ahora toda mente que se está arrepintiendo en el nombre de Cristo Jesús. Gracias, Señor, porque nada hay oculto ante tus ojos. Dice el Señor: arrepiéntete. Porque todos esos pensamientos que tuviste contra tus hermanos están anotados en mi libro. Quiero encontrar que piensas de una manera justa, recta, pura, blanca, inocente en la manera de pensar, en la malicia de tus pensamientos.
No pienses de manera injusta, dice el Señor, porque estoy poniendo en mi balanza tus pensamientos, y muchas veces encuentro que mi pueblo no es justo en la manera de pensar. Renueven sus pensamientos, ámenme aún con sus pensamientos, con sus mentes; imparte de tus pensamientos en los nuestros.
Ayúdanos a reconocer y a discernir lo que viene de ti y lo que no; lo justo de lo injusto en la manera de pensar. Señor, que esta Palabra traiga libertad a muchos pueblos y pureza en los pensamientos, sanidad en las enfermedades mentales, en el nombre de Jesús. Amén.
Y por último, cuando ustedes oran conforme a la voluntad del Señor, estas oraciones están limpiando no solo sus cuerpos, sus espíritus y sus almas, sino también sus mentes, me dice el Espíritu Santo; orar limpia la forma en la que piensan. Apliquen lo que el Señor ha mostrado hoy, más lo que revela su Palabra, y van a progresar en una manera de pensar divina, no terrenal ni infernal. Amén.