Dios bendiga al Pueblo del Señor Jesucristo, pueblo que debe ser santo, que debe ser sabio, inclusive en la toma de decisiones, que debe estar encaminado en las sendas rectas del Señor de los Cielos, del Señor de las alturas, del Padre Eterno que todo lo sabe, que todo lo escudriña, aquel que coloca luz y lámpara delante de sus hijos, de aquellos que lo buscan de todo corazón, para que sepan cuál es el camino que deben escoger y cuál es el camino que deben seguir para poder hacer Su voluntad.
Porque dice la Palabra del Señor: Hágase Tu voluntad y no la mía. Inclusive el Hijo de Dios pronunció estas palabras: Señor, si es posible, pasa de mí esta copa, pero si no, hágase Tu voluntad y no la mía. Cuán grande entrega, cuán grande fe, cuán grande entendimiento de cuál era la voluntad del Señor para la vida de Jesús, nuestro Señor. Dice la Palabra del Señor en Deuteronomio 30:19 que Él ha colocado delante nuestro la vida y la muerte, la bendición y la maldición, y que debemos escoger por la vida para que vivamos nosotros y nuestra descendencia.
[Deuteronomio 30:19, RVR1960] A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.
Pero el Señor me hablaba en esta tarde, haciéndome entender que muchos hijos de Dios no están escogiendo el camino saludable, que acarrea consecuencias de vida en sus vidas, valga la redundancia, y en la de sus descendientes, sino que están escogiendo el camino de la muerte. El Señor me decía a mis oídos en esta tarde: Dile a mis hijos que escojan bien, que elijan bien.
Muchos creen en el Señor Jesucristo, lo adoran, lo alaban, pero no son sabios a la hora de tomar decisiones, no están eligiendo con sabiduría. Inclusive hay algunos que están eligiendo al azar y no están teniendo conciencia de las consecuencias que acarrean las decisiones que toman. Porque estamos continuamente decidiendo desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, e inclusive cuando el Señor nos da la posibilidad también adentro de un sueño, estamos decidiendo por la derecha o por la izquierda constantemente en nuestras vidas.
Qué importante es saber cómo tomar una decisión a favor de la voluntad de Dios, pero también a favor de nuestra bendición y no de nuestra maldición. Para que esas decisiones, una vez tomadas con sabiduría y basadas en los principios bíblicos, en la Palabra del Señor, en lo que Él nos enseña a través de este manual de vida que dejó en las Escrituras. El Señor hoy habla a sus hijos, a los que están perdidos, a los que están sufriendo por causa de propias decisiones que han tomado en el pasado y que los han llevado a la situación donde están hoy, la cual no es favorable, no es lo que Dios había planeado para ti, sino que estás viviendo en estos momentos la consecuencia de algunas decisiones que tomaste antes de este tiempo, sin tener en cuenta que cuando tomaste esas decisiones te iban a llevar por el camino que hoy estás caminando.
[Isaías 1:18-20, RVR1960] Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.
Porque ciertamente la Palabra del Señor dice: He puesto delante tuyo la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge por la vida. Y nosotros, tomando decisiones a la ligera, muchas veces tomando decisiones impulsivamente, tomando decisiones por lo que nos dicta nuestro corazón, pero no el Espíritu Santo quizás, tomando decisiones por lo que nos hablan los hombres, en vez de escuchar primeramente a Dios, tomando decisiones por dejarnos llevar por el miedo, la ansiedad, la desesperación, la impaciencia, la frustración y por todas estas cosas por las cuales nos habla el enemigo, entonces tomamos decisiones equivocadas.
[Santiago 5:12, RVR1960] Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.
Son decisiones que el Señor no quería que tomemos para que no suframos. Pero, hermanos míos, estudiemos la Palabra del Señor, porque allí vamos a encontrar esa lámpara que ilumina nuestros pies. La Palabra del Señor debe ser la primera guía en la cual, escudriñando, podamos tener una idea de cuál es el camino que el Señor quiere que elijamos. Y no solo eso, sino que dice la Palabra del Señor que aquellos los que son hijos de Dios son los que están guiados por el Espíritu Santo de Dios, en el libro de Romanos.
[Gálatas 5:16-17, RVR1960] Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Entonces no es que el Señor no coloque señales para que nosotros sepamos cuáles son los caminos que debamos andar, sino que a veces somos necios, otras veces somos distraídos, negligentes, otras veces escapamos de lo que el Señor nos está indicando. Otras veces nos hacemos los ciegos y no queremos ver esas señales que Dios coloca en nuestro camino, esos carteles. Y entonces, guiados por nuestros propios deseos y por todas esas cosas que acabo de mencionar y más, nos equivocamos. Y después, una vez que erramos y nos va mal porque caminamos esa senda que nosotros elegimos, pero que quizás Dios nunca nos indicó que escogiéramos, y hasta a veces el Señor nos advirtió que no elijamos porque, si no, íbamos a sufrir estas consecuencias que hoy estamos padeciendo. Eso es lo que estamos viviendo, lo que nosotros hemos elegido.
[1 Reyes 18:21, RVR1960] Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra
Las consecuencias de las decisiones que hemos tomado, y entonces allí, una vez que estamos viviendo esas consecuencias terribles, de esas decisiones equivocadas, que no eran en favor de la voluntad de Dios, ni de lo que Él nos enseña, ni de sus principios. Eligiendo un camino que no era de vida, sino de muerte, cuando estamos caminando ya en ese camino, difícil, duro y sufrido, entonces nos quejamos y le preguntamos al Señor: ¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué me tratás tan mal? ¿Por qué no respondés a mi súplica? Pero muchas veces el Señor ya te había advertido que no elijas ese fruto que tanto te gustaba, ese postre que sabías que cuando lo comieras te iba a saber tan rico, pero que después te iba a caer mal en la panza. Y así, una vez más, una vez y otra, el hombre vuelve a repetir el mismo error que cometió Eva, cuando el Señor le ordenó al hombre que no coma del árbol de conocimiento del bien y del mal y le dijo: no comerás de él, porque el día que comas de él, ciertamente, ciertamente morirás.
[Hechos 5:29, RVR1960] Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
[Génesis 2:16-17, RVR1960] Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
[Salmos 143:10, RVR1960] Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
[Mateo 26:42, RVR1960] Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Sin embargo, ellos no atendieron a la voz del Señor. No atendieron a las alertas que Dios les había dado, entonces, igualmente probaron del fruto y sufrieron las consecuencias y tomaron ese camino de muerte, como dice el Libro de Deuteronomio. Hermanos míos, no pequemos echándole la culpa al Señor cada vez que las cosas te vayan mal en tu vida, sino que escudriñémonos a nosotros mismos para ver si, mirando hacia atrás, fuimos desobedientes a la voz de nuestro Padre Celestial. No escuchando las alertas, no queriendo ver esos avisos, esas señales, esos carteles que Él nos ha colocado para que no nos equivoquemos.
[Jeremías 12:3, RVR1960] Pero tú, oh Jehová, me conoces; me viste, y probaste mi corazón para contigo; arrebátalos como a ovejas para el degolladero, y señálalos para el día de la matanza.
Porque Él se ocupa de los suyos, Él ciertamente alumbra tu camino y deja en oscuridad aquel camino el cual Él no quiere que tomes. Él ciertamente te dice una y otra vez: hijito, este es el camino que tenés que caminar. Esta es la senda que tenés que elegir para tu bien, para el bien de tu casa, de tu familia y de tu congregación. Pero muchas veces somos duros de frente, obstinados de corazón, y no queriendo escuchar la voz del Señor, preferimos ese camino de tinieblas en vez del camino de luz que el Señor nos está marcando que caminemos. Son tan importantes las decisiones que tomamos, es tan importante elegir bien. En esta noche el Señor espera de ti que a través de esta ministración aprendas a decidir bien, pienses más de una vez antes de elegir, peses en la balanza todas las cosas que están involucradas en esa situación por la cual tenés que tomar una decisión antes de dar un paso hacia adelante.
[Salmos 119:105, RVR1960] Lámpara es a mis pies Tu palabra, y lumbrera a mi camino.
[Proverbios 11:14, RVR1960] Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad.
[Romanos 8:14, RVR1960] Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son Hijos de Dios.
Porque somos ligeros para decir que sí y somos ligeros para decir que no, y ciertamente la Biblia dice en el Libro de Santiago que nuestro sí sea sí y que nuestro no sea no. Pero, para haber llegado a decir que sí o a decir que no en una decisión, especialmente cuando pone en juego cosas importantes de tu vida y de la de los demás, tiene que haber una meditación previa en el Espíritu de Dios, tiene que haber una búsqueda de la voluntad del Señor para tu vida en esa situación, tiene que haber un escudriñar las Escrituras para ver si encontrás esas respuestas que estás buscando, y a veces hasta tiene que haber un tiempo de ayuno y oración para entender por dónde quiere Dios que vayas. Pero, lamentablemente, el Pueblo de Dios está tan distraído hoy en día que ni siquiera se detiene a pensar en estas cosas.
[Santiago 5:12, RVR1960] Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.
Y cuando alguien viene y les ofrece una bandeja con algo para comer que se ve deseable a los ojos, al igual que cuando Eva veía que el fruto era deseable para comer, hoy en día seguimos cometiendo el mismo error de la caída, el mismo error que cometió el hombre cuando probó de ese fruto que el Señor le advirtió que no comiera. No seamos necios, no seamos rápidos. Si el Señor no nos apura, no seamos condescendientes con lo que los demás nos están pidiendo que decidamos. Pesemos en la balanza todas las cosas antes de tomar una decisión. Seamos prudentes, como dicen las Escrituras: prudentes y astutos como serpientes.
[Génesis 2:16-17, RVR1960] Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
[Salmos 25:12, RVR1960] ¿Quién es el hombre que teme a Jehová?. Él le enseñará el camino que ha de escoger.
[Salmos 32:8, RVR1960] Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos.
No nos dejemos llevar por esas corrientes que andan circulando por todos lados. Pensemos bien en qué río nos vamos a meter, porque hoy en día la apostasía está creciendo más y más. La corriente de diversas doctrinas abunda por doquier. Y hay muchos Hijos de Dios que quieren seguir de todo corazón al Señor Jesucristo, que creen en Él, que han cumplido con el bautismo del agua, que están nacidos de nuevo por agua y por espíritu, que adoran y alaban a Dios y no están en pecados voluntarios. Pero, sin embargo, esa falta de prudencia, esa impaciencia, esa ansiedad, esos miedos que no están sanos, y otras cosas, otros instrumentos que el enemigo utiliza para hacerte caer, provocan que muchos se metan en ríos equivocados. Y, una vez metiéndose en ríos equivocados que están sucios y contaminados, una vez allí es difícil salir y muchas veces hay consecuencias que ya no se pueden arreglar.
[Salmos 54:6, RVR1960] Voluntariamente sacrificaré a ti; alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.
Es cierto que uno se puede arrepentir y, pidiendo perdón al Señor por haberse equivocado, por haber elegido mal, el Señor nos perdona y nos lava de nuestros pecados, y quedamos a cuenta con Él. Pero muchas veces, aunque el Señor nos haya perdonado y nuestras vestiduras vuelvan a ser blancas, las consecuencias de las decisiones que tomamos, de habernos metido en callejones oscuros y muchas veces sin salida, perduran en el tiempo y no se puede volver atrás. Y entonces, por más que estemos limpios, por más que estemos justificados, por más que hayamos sido perdonados y estemos a cuenta con el Señor, a causa del arrepentimiento, sufrimos porque estamos viviendo las consecuencias de decidir mal, las consecuencias de decidir a las apuradas.
[Juan 8:34, RVR1960] Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
Jeremías dice que el corazón es engañoso más que todas las cosas. Y muchas veces, aun los Hijos de Dios toman decisiones por lo que les dicta el corazón, como dije antes, y no el Espíritu de Dios ni las Escrituras. Y encima defienden esas decisiones, aun cuando van en contra de las Escrituras, aun cuando saben que se están oponiendo a la guía del Espíritu Santo, que los está redarguyendo para que no decidan eso. Muchos andan en pos de su propio corazón y no en pos de la voluntad del Señor para sus vidas. Y entonces, cuando sufren las consecuencias de haber decidido por lo que el corazón deseaba y no por lo que el Señor les hablaba o les marcaba o por lo que sabían en su conciencia que estaba bien que tenían que hacer, se frustran, se alejan de Dios, se enojan con Él, se enojan con el mundo y muchas consecuencias más.
[Jeremías 17:9, RVR1960] Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
No sigas lo que dice tu corazón, seguí lo que te indico Yo, dice el Señor. Aun lo que te aconsejan los demás tenés que colocarlo en la balanza y pesar si está acorde a mi voluntad, porque ciertamente en la multitud de consejeros hay seguridad.
[Proverbios 11:14, RVR1960] Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad.
En la multitud de consejeros hay seguridad; ciertamente el hombre sabio pide consejo. Pero aun a quién le pedimos consejo para tomar decisiones importantes, primero tenemos que preguntarle al Espíritu Santo, porque Él es nuestro consejero principal. Entonces también sucede que muchos se extravían del camino que Dios les había marcado para que anden porque toman el consejo del hombre sin pesarlo en la balanza. Y es cierto que a veces el Señor va a utilizar el consejo de los hombres o te va a hablar a través de alguien que tiene espíritu de consejo obrando en él para que sepas qué decisión tomar. Pero vos tenés el deber de pesar todo lo que te digan y te aconsejen en la balanza del Señor, a través de los principios bíblicos, a través de lo que te habla el Espíritu Santo.
Entonces, no solamente a veces el Pueblo del Señor anda en pos de su propio corazón cuando toma decisiones y no en pos de la voluntad del Señor, sino que otras veces el Pueblo del Señor anda en pos del corazón de sus líderes y no del corazón de Dios. Entonces, si tus líderes te dicen que hagas A, vos, sin cuestionar nada, vas corriendo para hacer lo que te acaban de pedir o de aconsejar. Y si tus líderes te dicen que hagas B, no hay nada que peses en la balanza, no hay nada que estés pesando en la balanza del Señor, sino que obedecés como alguien que está alabando a un dios de carne, en vez de al Dios eterno, al único Dios viviente que realmente sabe por dónde tenés que caminar.
[2 Timoteo 3:16, RVR1960] Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
Mucho Pueblo de Dios, por temor a desobedecer a la autoridad, comete este error y después con el tiempo se da cuenta de que, por no haber consultado a las Escrituras para ver si era bíblico lo que le estaban aconsejando, por no haber preguntado al Espíritu Santo, por no haber tenido ganas de buscar al Señor en ayuno y en oración para encontrar la respuesta, primeramente en la cámara secreta, entonces se da cuenta del error que cometió y ya muchas veces va a ser tarde.
Pero dice la Palabra del Señor que Pedro y los Apóstoles les dijeron a aquellos hombres que les estaban prohibiendo hablar en el nombre de Jesús: es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Cuando estos hombres que les estaban prohibiendo hablar en el nombre de Jesús eran líderes que guiaban al Pueblo. Lo mismo que pasó ayer vuelve a pasar hoy. No hay nada nuevo debajo del sol, dice Eclesiastés. Y lamentablemente, todo lo de antes se vuelve a repetir hoy, pero me atrevo a decir que aun con más fuerza.
[Hechos 5:29, RVR1960] Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
[Hechos 4:18, RVR1960] Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús.
Y el Espíritu Santo me trae ahora el ejemplo de Jonás, cuando el Señor le indicó que tenía que ir a Nínive, y él resistiendo a la voz de Dios en desobediencia y en rebeldía. No solamente que no fue a Nínive, sino que arrancó para otro lado, yéndose a Tarsis, pensando que tal vez podría escapar del Señor. Fue una decisión la que él tomó que lo llevó a terminar en el vientre de un pez por tres días. Hasta que no se arrepintió y le pidió perdón al Señor y comenzó a alabar al Señor y tomó una nueva decisión que corrigió la anterior, de obedecer al mandato de Dios, a lo que Él le estaba pidiendo que haga. No fue hasta ese momento que el pez lo expulsó. Pero primero tuvo que clamar en el Seol para que Dios tuviera misericordia de su vida y lo rescatara de esa tragedia. No fue hasta ese momento, miren al punto que tuvo que llegar para que, tomando una nueva decisión, el Señor lo rescatara de esa situación y él pudiera ir y concretar su misión en Nínive.
[Jonás 1:3, RVR1960] Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.
Pero miren que encima no solamente al haber él tomado esta decisión errónea en rebeldía, en desobediencia, en desacato, no solamente lo afectó a él sino a los que viajaban con él en esa embarcación, provocando casi la muerte de todos ellos, si no lo hubieran echado de ese barco. Él sabía que la tormenta que se había desatado en contra de esa embarcación y de todos los que viajaban con él era por causa de la decisión que él había tomado en contra de la voz de Dios.
[Jonás 2:1, RVR1960] Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste.
[Jonás 1:11, RVR1960] Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se nos aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más.
Y así mismo sigue hoy sucediendo, cuando vos tomás una decisión que va en contra de lo que Dios te indicó, no solamente tu vida se va a transformar en un infierno, no solamente te vas a sentir que estás en el Seol, atrapado sin salida, sin la luz del Señor, alejado de sus bondades, sino que los que están junto con vos en el barco de tu casa, en el barco de tu congregación, también van a sufrir las consecuencias de tu desobediencia.
Porque ciertamente el Señor te prueba a través de tus decisiones. Él coloca adelante tuyo la derecha y la izquierda y muchas veces te indica: «Hijito, yo quiero que vayas por la derecha, porque si vas por la izquierda te va a pasar esto y esto». Pero vos igual desobedecés y arrancás para donde más te gusta. No solamente eso te va a afectar a vos como persona, en tu vida espiritual, en tu vida física, en tu cuerpo, alma y espíritu, en los ambientes a donde estés, sino que va a afectar a los que estén al lado tuyo.
[2 Juan 1:8, RVR1960] Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo.
Así que, antes de pensar si vas a ir a la derecha o si va a ser la izquierda, no te engañes, solamente hay dos caminos que podés tomar. Por más que el diablo a veces te dé la ilusión de que hubiera muchos. O estás con el Señor o estás contra Él, o decidís a favor de Su voluntad en tu vida o decidís a favor de la voluntad del diablo en tu vida. O decidís por lo bueno o por lo malo, por lo sabio o por lo necio. O decidís por lo que te va a traer vida o por lo que te va a traer muerte.
[2 Pedro 3:17, RVR1960] Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.
No hay más caminos. He puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Son solo dos caminos. «Elige bien», te dice hoy el Señor, «porque no quiero que sufras, hijito, no quiero que te desvíes de mi propósito para tu vida, y si te has desviado, vuelve a donde te perdiste», dice Dios, «y elige de nuevo». Así como Jonás tomó una mala decisión, una decisión de muerte, no de vida, de maldición, no de bendición. Pero él volvió atrás en su corazón y retomó el camino de la derecha, retomó el camino de la justicia, y se corrigió y decidió en pos de la voluntad del Señor. Y entonces vivió.
[Deuteronomio 30:19, RVR1960] A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.
[Jeremías 29:11, RVR1960] Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
[Jonás 2:1-2, RVR1960] Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste.
«Corrígete», te dice el Señor, «pidiéndome perdón por haberme desobedecido, arrepintiéndote de ser rebelde, y Yo lavaré tus vestiduras y te dejaré de nuevo blanco como la nieve, restauraré tus caminos y tendrás paz en tu caminar». Inclusive, yo estoy viendo que algunos de ustedes sueñan, y no solamente una vez, sino regularmente, que no tienen zapatos en el sueño, que están caminando descalzos, que sus pies les duelen y que el terreno a donde están caminando es pedregoso. Y ustedes saben en el sueño que están descalzos y se sienten mal por eso. Y es que uno de los simbolismos de estar descalzos en los sueños es la falta de paz. Estar en un camino equivocado, estar descalzo porque Dios no cubre tus pies.
[Jeremías 2:25, RVR1960] Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir.
La falta de arrepentimiento, el estar alejados del Señor, el no tener paz en el alma, el sentirse confundidos; todas estas cosas pueden representar cuando se sueñan descalzos, y es porque han dejado entrar la confusión, han dejado entrar la duda, han escuchado más la voz de los hombres que la de Dios, y entonces no tienen paz, porque saben que no están a donde tendrían que estar, porque saben que no están haciendo lo que deberían hacer, porque saben que no están haciendo la voluntad de Dios para ustedes.
[Jeremías 17:5, RVR1960] Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.
Pero si vuelven a mis caminos, a través de nuevas decisiones, Yo les voy a dar la paz, no como el mundo la da, sino como Yo la doy, dice el Señor. Yo veo personas que toman sus decisiones basadas en lo que el mundo enseña, en lo que la cultura de sus países enseña, decisiones basadas en lo que la ciencia del hombre enseña y no en lo que nos enseña el Señor. Aun siendo o llamándose cristianos, en vez de tomar sus decisiones basadas en la sabiduría de Dios, toman sus decisiones basadas en la sabiduría humana y después se preguntan por qué se sienten perdidos, por qué les va mal en ciertas áreas, si supuestamente son hijos de Dios.
[Juan 14:27, RVR1960] La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Pero es que nunca le preguntaste al Señor, nunca inquiriste en sus caminos, nunca dedicaste horas de tu día a estudiar la Biblia en vez de lo que los científicos del mundo decían. Nunca buscaste las respuestas por el Espíritu Santo de Dios, sino que las buscaste en las ciencias mundanas. Cuidado, porque no se puede estar en dos aguas al mismo tiempo, no se puede servir a dos señores al mismo tiempo: o estás con uno o estás con el otro.
[Santiago 1:5, RVR1960] Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Como dijo Elías: «¿Hasta cuándo claudicaréis entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal es dios, seguidle». Elige bien a qué Dios vas a seguir, a qué Dios le vas a creer para tomar tus decisiones. ¿Vas a seguir estudiando lo que dicen los astros a través de los astrólogos en vez de lo que dice el Señor? ¿Vas a seguir buscando en fuentes prohibidas, aun haciéndote llamar hija de Dios? ¿O le vas a preguntar al Dios de los dioses, al único Dios que posee toda la sabiduría, al único Dios, a tu Creador, que sabe qué es lo que más te conviene?
[Mateo 24:1, RVR1960] Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
[1 Reyes 18:21, RVR1960] Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.
Hijita, limpia tus caminos, te dice el Señor, y no bebas de toda agua que se te presenta enfrente. ¿Acaso no te alcanzo? ¿Acaso no soy suficiente? ¿Acaso no sé todas las cosas? ¿No pensás que puedo ayudarte a elegir mejor? Pero por causa de no escudriñar en mi Espíritu, por causa de no empaparte en Mí primeramente, y no en lo que enseña el mundo, es que estás confundida, y por estas cosas pueden venir manifestaciones que no son de Dios a tu vida, porque eso es lo que buscaste, eso es lo que bebiste, eso es lo que deseaste, ese es el camino que decidiste tomar.
[Juan 16:30, RVR1960] Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios.
A muchos hijos de Dios no les alcanza con las Escrituras, no les alcanza con lo que Dios dice, salen del redil y buscan fuera de él, y se encuentran con lobos disfrazados de oveja. Y para cuando quieren acordar, ya es tarde para quejarse, porque si no escuchan la voz del pastor que les indica por dónde tienen que andar, entonces van a escuchar alguna otra voz. Y si no es la del pastor, entonces es de alguien que es de afuera, de alguien que no pertenece a ese grupo. De alguien que viene a engañar, a seducir, a darte para comer algo que a la larga te va a afectar para mal. Es más sabio, prudente y seguro que te quedes al lado del Pastor de los pastores, para que Él te indique ese camino que tenés que andar.
Pero también estoy viendo que, por causa de la curiosidad, muchos deciden mal. Toman la decisión de ir a ver eso que tanto les está llamando la atención. Y así meten la pata en el barro, se encajan en ese terreno peligroso y entonces el enemigo tiene fácil esta presa. No te pierdas. Con el Señor es suficiente, con Él te alcanza. En Él están todas las cosas, en Él está escondida la sabiduría, Él puede revelarte todos los misterios. Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, son las que están preparadas para los que le aman. Pero si amás a otros dioses, investigando otras cosas, entonces tus decisiones no van a ser sabias y van a estar basadas en ocultismo, en ciencias ocultas, en modas actuales, en lo que enseña la gente del mundo, los que están afuera, y te vas a perder.
[1 Pedro 5:4, RVR1960] Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.
[Colosenses 2:3, RVR1960] en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
[Levítico 20:6, RVR1960] Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo.
Así que, hijitos, dice el Señor, decidan bien, decidan por mí, quédense a mi lado, porque si ustedes buscan, ciertamente van a escuchar muchas fuentes que les hablen y les aconsejen y les digan muchas cosas distintas, pero si no están al lado mío, ¿cómo van a poder discernir quién dice la verdad? Pero algunos tienen el corazón dividido en dos partes. La mitad dicen que se lo dieron al Señor, pero la otra mitad no está entregada a Él, no están comprometidos. Yo especialmente veo una mujer que dice que está entregada por completo a lo que Dios quiere para su vida, pero no es cierto. La mitad de tu corazón está con Dios, pero la otra mitad aún te la reservaste para vos, no se la querés dar por distintas causas.
[Oseas 10:2, RVR1960] Está dividido su corazón. Ahora serán hallados culpables; Jehová demolerá sus altares, destruirá sus ídolos.
Y entonces el enemigo tiene posibles entradas para hacerte confundir, caer y desviar, para que te ensucies, te pierdas y te metas en lugares oscuros donde Dios nunca te mandó que vayas. Por causa de decisiones equivocadas, tu corazón está desviado, está dividido, porque a veces querés servir a Dios y a veces no. Y cuando no querés servir a Dios, no querés obedecerle. Cuando Él para vos no es suficiente, entonces vas a decidir en favor del enemigo sin darte cuenta. Engañoso es el corazón, más que todas las cosas.
Yo veo gente que tiene un pie en el mundo y un pie en las cosas de Dios, y piensan que están bien delante del Señor. Sin embargo, no son un corazón decidido que lo ha dejado todo para seguir a Jesús, sino que es un corazón estancado. Sus pies están quietos, porque están o quieren estar en los dos lados al mismo tiempo. Pero el que conmigo no recoge, esparce, dice el Señor. Y entonces, estando su corazón desviado, estando su corazón dividido, estando su corazón perdido y distraído en otras cosas del mundo, las decisiones que toman este tipo de personas muchas veces son erróneas y deciden mal. Y después, como dije antes, están peor aún, porque no reconocen que decidieron mal, porque su corazón estaba dividido, porque ellos querían decidir esas cosas a favor de lo que les ofrecía el mundo.
[Mateo 12:30, RVR1960] El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Entonces se enojan con Dios, le echan la culpa y se apartan del camino. Pero si buscaras al Señor con todo tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, en quebranto, en humillación, Él te va a enderezar cuando decidas poner ese pie que tenés afuera del camino de Dios otra vez donde tiene que estar. Y cuando tus dos pies estén en la senda recta del camino del Señor y empieces a caminar ese camino, entonces Dios te va a enderezar, te va a ayudar. Porque Dios no rechaza un corazón arrepentido.
Dios no rechazó a Jonás cuando, tomando esa decisión equivocada, tuvo las consecuencias que tuvo. Él se arrepintió, le pidió perdón a Dios, reconoció su error y, alabándolo, volvió a tomar una nueva decisión de hacerle caso al Señor. Y entonces el Señor lo restauró, le devolvió la vida y le dio una nueva oportunidad de hacer las cosas bien. ¿Por qué no lo haría con vos? No le creas al enemigo que te dice que porque te equivocaste tanto ya no hay chance para vos. Si no, creéle a la Palabra del Señor que dice: no voy a rechazar al que me busque en verdad. Que dice: si golpeas mis puertas, Yo te voy a abrir. Que dice: al que busca, el que busque va a encontrar.
[Salmos 51:17, RVR1960] Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Así de misericordioso es el Señor, grande, bondadoso, lento para la ira y grande en misericordia. Pero tenés que enderezar tu corazón delante de los ojos de Dios, ser genuino y honesto con Él, como mirándote en un espejo limpio, reconociendo que ese día te equivocaste cuando decidiste mal, pero hoy querés intentarlo de nuevo y volver a decidir mejor. No es tarde para enderezar tus caminos, no es tarde para aprender a decidir mejor.
[Juan 14:23, RVR1960] Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Elige hoy de nuevo y elige bien, elige por mí, dice Jesús, que me entregué en la cruz por vos, que puedo darte la vida eterna, que puedo resucitarte cuando llegue el momento de la resurrección. Elige por mí, dice Jesús, porque lo que Yo te puedo dar, nadie te lo puede ofrecer. El diablo puede ofrecerte todas sus riquezas: fama, dinero, mujeres u hombres, los mejores platos, las mejores casas, los mejores autos, todo lo que quieras de este mundo. El príncipe de este mundo puede concedértelo, pero una vez que se termine tu tiempo, te espera el infierno de fuego, la muerte eterna, alejado de la presencia del Señor para siempre y por siempre jamás, sintiendo las tinieblas profundas en cada célula de tu cuerpo. Nunca más teniendo la oportunidad de arrepentirte, nunca más teniendo la oportunidad de volver atrás como lo hizo Jonás y tomar una nueva decisión. Decide por la vida, decide por lo eterno, por las cosas que no se ven, pero que permanecen para siempre. Decide por esa luz con la cual no habrá necesidad de sol, porque la luz de Dios va a iluminarte continuamente. Decide por el gozo eterno, por el descanso que puedo concederte una vez que tu tiempo se termine en esta Tierra. Decide por mí, decide por las moradas eternas que tengo preparadas para darte, decídete por servirme con un corazón humilde y alegre, decide por amar y no por odiar, por lo recto, por lo justo y no por lo injusto, decide perdonar y no por el rencor, decide ayudar y dar. Yo pongo delante de ti todas estas cosas y observo qué vas a elegir. Yo pruebo los corazones a través de sus decisiones, Yo veo cuáles son los caminos que van a elegir, Yo peso todo en la balanza, incluyendo sus decisiones, y de lo que el hombre siembra, de eso cosechará. Pero tienes que decidir sembrar. Decide arrepentirte ahora mismo de todos tus pecados e iniquidades, decide doblar tus rodillas para buscarme de verdad, decide negar tu carne, porque nadie te obliga a pecar. Decide ser santo, decide guardarte para mí, decide consagrarte a mí, decide dedicarme más tiempo, dice el Señor.
[Juan 6:51, RVR1960] Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
[Lucas 12:20, RVR1960] Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?
[Colosenses 3:2, RVR1960] Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
[Apocalipsis 22:5, RVR1960] No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
[Lucas 9:23-25, RVR1960] Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?
[Gálatas 6:7, RVR1960] No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Porque el hombre pone excusas continuamente de por qué no tiene tiempo para buscar a su Dios, mientras los hijos del diablo le dedican horas, días, meses y años fervientemente a su amo, los míos muchas veces son débiles, dice el Señor, y se excusan a ellos mismos para no doblar sus rodillas y acercarse más a mí. Decide ordenar tu tiempo para dedicármelo a mí, decide organizar tu día para ponerme primero a mí, decide preferirme a mí antes que a los hombres, decide amar a tus hijos, mirarlos a los ojos y no esquivarlos más, decide seguir mi ejemplo, decide bien, decide, decide, decide, aprende a decidir, pídeme discernimiento para poder decidir bien, impregnáte en las Escrituras para poder decidir bien y no dejes entrar voces extrañas que te logren confundir, o si es que no hablan de parte mía, sino de parte de Satanás, voces que dicen palabras muertas que te hacen extraviar.
[Mateo 22:2-3, RVR1960] El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas estos no quisieron venir.
Decide, hijito, y entiende el peso que tienen tus decisiones, porque cuando alguien toma una elección en su corazón, ya eso mismo provoca un cambio, primeramente en lo espiritual y después se manifiesta en lo material. Porque así como el ángel le dice a Daniel: «Porque desde el primer momento que dispusiste tu corazón a buscar a Dios, cosas pasaron», desde el primer momento que dispusiste tu corazón para buscar al Señor en humillación, en quebranto, en ayuno y en oración, ya la orden fue enviada desde el cielo.
[Daniel 10:1, RVR1960] Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.
[Deuteronomio 11:18-19, RVR1960] Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes,
Ahí es donde empieza la decisión, en tu corazón, y cuando ya tomás una elección en tu corazón, aun antes de haberla hablado, Dios actúa acorde a eso, o el diablo actúa acorde a eso, si entiende, si logra descifrar lo que decidiste.
[Mateo 6:8, RVR1960] No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
[Salmos 75:7, RVR1960] Mas Dios es el juez; a este humilla, y a aquel enaltece.
Así que hay una balanza donde el Señor pesa cada decisión que tomamos y que concretamos, y por causa de esa elección, cuando se concreta a través de nuestras obras, acorde a esas cosas que habremos hecho o dejado de hacer por causa de nuestras propias decisiones, será nuestro pago. Así que alerta, alerta, cuidado con lo que estás decidiendo. Pensá dos veces antes de decidir, fijáte cuáles son las intenciones de tu corazón, a las cuales les estás prestando atención para decidir. Fijáte si estás escuchando a tu corazón para decidir y no al Señor. Fijáte si estás poniendo a algo o alguien primero para decidir. Si estás tomando decisiones porque le tenés miedo a alguien, pero no temés al Señor. Si estás tomando tus decisiones por desesperación, pero no basadas en la confianza en el Señor.
[Salmos 50:6, RVR1960] Y los cielos declararán su justicia, porque Dios es el juez. Selah.
[Isaías 66:16, RVR1960] Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová serán multiplicados.
Cuidado, hijitos, porque una decisión mal tomada puede cambiar el resto de sus vidas para siempre, y algunos de ustedes están preguntando: ¿Cómo hago si ya me equivoqué, ya decidí mal? ¿Qué puedo hacer? Y es fácil, ponte a cuenta con Dios, porque la Palabra del Señor dice que si nos arrepentimos y confesamos nuestros pecados, el Señor es fiel y justo para perdonarnos.
[1 Juan 1:9, RVR1960] Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Entonces, primeramente, tenés que arrepentirte de haber tomado decisiones equivocadas, por cual sea el motivo que haya sido. Pedirle perdón a Dios por no haber buscado su guía. Muchos de ustedes han tomado malas decisiones al elegir una persona para casarse y ahora están sufriendo esas consecuencias, aun cuando el Señor les había advertido que no se unan con yugo desigual, por ejemplo.
[2 Corintios 6:14, RVR1960] No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
Otros, en vez de elegir el trabajo que Dios les estaba marcando, decidieron el que ellos pensaron, o donde ellos querían estar. Otros se equivocaron al elegir las carreras, las profesiones. Otros están en congregaciones a donde Dios no quiere que estén; se equivocaron, eligieron mal, porque sus amigas iban a esas congregaciones, pero Dios nunca les dijo que vayan. Otros salieron de las congregaciones antes de que Dios les indique que se vayan. Otros están pesando mal las decisiones, inclusive de los demás, y entonces ellos mismos, por causa de esto, deciden mal.
Pero arrepiéntanse de no haber escuchado la voz de Dios, de haber sido rebeldes, de no haber pensado dos veces, de no haberse tomado su tiempo para orarlo, para pedirle consejo al Sabio de Israel, de haber decidido por miedo, por susto, porque los manipularon o porque los controlaron. Arrepiéntanse de haber decidido por la izquierda y no por la derecha, de haber elegido lo que sabían que les iba a hacer mal, pero igualmente lo tomaron. Y el Señor perdonará, y el Señor los va a justificar por causa de su arrepentimiento y por creer en el Señor Jesucristo.
[Mateo 5:13, RVR1960] Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Algunos de ustedes han elegido abandonar la cruz, abandonar su cruz. Arrepiéntanse pidiéndole perdón al Señor por no querer negarse a sí mismos y a sus deseos, y tomen su cruz nuevamente para seguirlo a Él. Otros han decidido estar en rebeldía, tomando sus propios caminos, diciéndole que no al Señor. Pero hoy te podés arrepentir para corregir tus caminos y que el Señor te ayude a pasar por donde tengas que pasar, porque Él es bueno y no quiere que nadie se pierda, y Él quiere tu bien y no tu mal.
Tú eres sabio, Señor, ayúdanos a tomar buenas decisiones para que nuestros hijos no sufran las consecuencias de haber elegido el camino de la muerte y no el de la vida. Danos consejo a nuestros oídos, Señor, para saber fehacientemente y convencidos en nuestros espíritus lo que tenemos que decidir. Que tu voz hable más fuerte que la de los hombres, que tu voz sea más clara que lo que el enemigo nos quiere hablar. Padre de la Gloria, ayúdanos a voluntariamente sacrificarnos a ti.
[Salmos 54:6, RVR1960] voluntariamente sacrificaré a ti, alabaré tu nombre, oh Señor, porque es bueno.
[2 Pedro 3:9, RVR1960] El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Danos inteligencia en la decisión, Padre. Danos determinación, porque yo estoy viendo a gente que ha decidido cosas, pero después se arrepintió y no las cumplió. Dice el Señor que nuestro sí sea sí y nuestro no sea no, que no claudiquemos entre dos pensamientos continuamente, porque esto le da lugar a los espíritus de indecisión en nuestras vidas. Y después, al darle lugar a estas cosas, tomar decisiones nos empieza a costar cada vez más y nos empieza a llevar cada vez más tiempo.
[Salmos 54:6-7, RVR1960] Voluntariamente sacrificaré a ti; alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno. Porque él me ha librado de toda angustia, y mis ojos han visto la ruina de mis enemigos.
[Santiago 5:12, RVR1960] Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.
Coloca en nuestras vidas consejeros sabios como Salomón, que sabía resolver todos los casos que se le presentaban. Colocá un espíritu de consejo sobre nosotros, para que, despejando toda nube de confusión, entendamos claramente cuál es Tu voluntad para poder escoger bien y no ofenderte ni desobedecerte. Danos más fe para que tomemos decisiones basadas en esa fe y no en los miedos, en la frustración ni en el cansancio, Señor, porque en estos días que vienen vamos a tener que tomar decisiones cada vez más difíciles y determinantes. Por lo tanto, danos sabiduría para elegir, entendiendo las consecuencias que traerá tomar cada decisión. Hacenos entender, ayúdanos y enseñanos a pesar en la balanza todas las cosas antes de tomar una decisión. Ayúdanos a caminar por el Espíritu, para tomar decisiones conforme al Espíritu y no a la carne. Gracias, Padre, por esta ministración, por esta Palabra, por esta guía. Yo oro para que todo aquel que escuchó esta Palabra reciba un mayor nivel de conciencia del peso que tienen las decisiones en sus vidas. Padre de la gloria, pon en nuestros corazones el querer buscarte como el hacerlo antes de tomar decisiones.
[Proverbios 16:11, RVR1960] Peso y balanzas justas son de Jehová; obra suya son todas las pesas de la bolsa.
[Miqueas 6:11, RVR1960] ¿Daré por inocente al que tiene balanza falsa y bolsa de pesas engañosas?
[Efesios 4:27, RVR1960] Ni deis lugar al diablo.
Danos sabiduría para aconsejar a nuestros hijos, a nuestros empleados, discípulos, o cualquier persona que nos pongas, Señor, para aconsejar, para que tomen buenas decisiones. Gracias, Padre eterno de la gloria, bendecí a todos los que reciben ahora esta Palabra de lo alto, con inteligencia, con resistencia, cuando viene gente a tentarnos para que decidamos mal. Danos dominio propio para poder decidir con firmeza acorde a Tu voluntad y no acorde a nuestras emociones, que a veces nos hacen decidir mal por tristeza o demás.
En este momento renunciamos todos nosotros al miedo a decidir mal, renunciamos a todo miedo que nos quiere hablar al oído diciéndonos: ¡no! Cuidado, porque si decidís lo que Dios te está diciendo que tenés que elegir, te va a pasar esto o lo otro y vas a tener problemas con tales personas. En este momento renunciamos, desechamos, quemamos todas esas ideas en el nombre de Jesús y sin miedo vamos con fe a decidir acorde a Tu voluntad, porque hágase Tu voluntad y no la nuestra, dice el Padre Nuestro.
Y también me dice el Espíritu que sean valientes, que decidan sin miedo, valientemente, que hagan lo que tengan que hacer, que no dejen de hacer lo que tienen que hacer por causa de los miedos, que se esfuercen y sean valientes. Que sean como columnas fuertes, como torres que nada ni nadie puede confundir ni derribar a la hora de tomar las decisiones correctas. No sean como aquellos que se dejan torcer para decidir lo que otros quieren; resistan a la manipulación que ejerce el enemigo a través de otros para que ustedes decidan mal. Y algunos simplemente tienen que levantarse y tomar decisiones a partir de ahora, que han postergado, me muestra el Espíritu Santo.
[Deuteronomio 31:6, RVR1960] Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis.
[Deuteronomio 31:7, RVR1960] llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar.
Pero si ustedes postergan decisiones que saben que tienen que tomar, que Dios ya se las ha marcado, tal vez a través de la conciencia, a través de una palabra, a través de otras fuentes, si ustedes siguen aplazando esas decisiones que saben que tienen que tomar, las consecuencias van a ser cada vez más grandes, como una bola de nieve que baja por una montaña y cuando termina de caer destruye todo. No retrasen tomar las decisiones, aprendan a tomarlas en el tiempo marcado por el Señor. Estén alertas y atentos, entendidos de los tiempos, como la Tribu de Isacar. No escapen de las decisiones que deben tomar.
[Hebreos 11:7, RVR1960] Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.
Madres, tienen que tomar decisiones acerca de sus hijos y no quieren hacerlo por miedo a que sus hijos no las quieran. Padres que saben que tienen que retomar la autoridad en sus casas, en sus familias, ser la cabeza nuevamente, tomar la decisión de llevar el timón de ese lugar. Pastores que Dios ha llamado y que no han decidido todavía responder ese llamado, están indecisos. Gente que Dios ha llamado para hablar de su parte y que aún están ahí en el valle de la decisión, pero no han decidido si le van a decir que sí o no al Señor. Cuidado, porque cuando uno deja pasar mucho tiempo y no toma una decisión con algo que el Señor ha colocado enfrente de nuestras vidas, esto también acarrea consecuencias por causa de no tomar esa decisión todavía.
[Joel 3:14, RVR1960] Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión.
No posterguen, no se escapen, no rechacen la responsabilidad de decidir. Algunos de ustedes dejan pasar tiempo, tiempo y tiempo, porque piensan: «El Señor todavía no me dijo lo que tengo que hacer», pero en realidad el Señor está esperando que actives, que reacciones, que decidas, porque a veces Él no habla tan claro a nuestro oído como quisiéramos o en la forma que le estamos pidiendo, porque quiere ver cómo respondemos.
Y entonces nos quedamos sin hacer nada. Pero esto también acarrea sus consecuencias, porque son obras que no se están haciendo y que ya se deberían hacer. Así que la indecisión es un enemigo grande, especialmente para las personas que creen que todo va a venir mágicamente, por usar una palabra. Que las respuestas van a llegar por sí solas en todo momento sin buscar al Señor, que no hay que esforzarse por nada. Personas que se quedan sentadas esperando a que les digan lo que tienen que hacer, pero que no toman nunca la iniciativa. Y entonces son indecisos y se convierten en, como dice la Palabra del Señor, como la ola que es llevada de un lado para otro, indecisos, inconstantes en sus caminos.
[Santiago 1:8, RVR1960] El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
[Juan 14, RVR1960] No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
Así que cuidado, hijitos, porque ahora tienen más conciencia del peso que tiene la decisión. Elijan cuando tengan que decidir y háganlo bien, elijan por la verdad, elijan por mí, y el fruto que comerán acorde a esas decisiones será fruto de vida, de restauración, de purificación y fruto de gloria que llevaré en ustedes. Bendecimos sus vidas, mediten, estudien las Escrituras, y durante estos días que vienen les aconsejo poner estas palabras en práctica y escudriñarse a ustedes mismos para ver en qué están basando las decisiones diarias que están tomando. Alabado sea el Señor. Los bendigo y nos vemos próximamente, si Dios lo permite.