Traducciónes: inglés
Mensaje profético recibido el 12 de septiembre
Hijos míos, abran los ojos. No están mirando bien; están mirando por arriba, superficialmente, y no ven lo que realmente está pasando. Están caminando sobre terreno minado. Están caminando entre trampas engañosas y cosas que aparentan ser algo que no son.
Hijitos, hoy los llamo a mirar con atención a su alrededor. Están atrapados por una red y ya no hay forma de salir, porque el engaño ya se ha concretado y no hay libertad.
Hijitos, ustedes no teman. Acérquense a mí, para que Yo los haga resistentes ante lo que viene.
Hijos míos, no sean ignorantes de lo que maquina el príncipe de este mundo. Abran sus ojos y miren la realidad de las cosas.
La vida del hombre está manejada por las organizaciones que de frente se muestran de una manera, pero en lo escondido son de otra. La vida del hombre está plagada de peligros, y las minas que hay en el piso son las que han colocado otros hombres: hombres contra hombres, titiriteros contra títeres.
Los pasos de cada uno de ustedes están vigilados y monitoreados. Ustedes forman parte de un sistema de vigilancia. Es como si estuvieran en una cárcel, pero con apariencia agradable, una cárcel donde están los presos y están los que vigilan a los presos y les ponen límites.
Amados míos, no ignoren lo que está pasando. Estén conscientes y entiendan que son presos de los vigilantes de este mundo, pero libres en el espíritu.
Hijitos, ¿por qué les digo esto? Porque no quiero que se lleven sorpresas. Los ojos están en todos lados, y ellos observan y estudian todo lo que ustedes hacen para después manipularlos. Es una red, una red de donde prácticamente nadie puede escapar, y serán obligados a cumplir con sus ordenanzas.
Crean mis dichos, porque se viene un ajuste de tuercas y ustedes van a sentir que la presión aumenta en sus vidas.
Nada escapa de mi mirada. Nada escapa de mi supremacía. Yo los cuido y los miro y sigo de cerca sus pisadas, pero deben entender que mientras habiten en este mundo, las cosas no serán para nada fáciles, porque la persecución viene contra todo aquel que no quiera respetar las normas impuestas.
Hijitos, no ignoren esto. No estén tibios. Ajusten sus vidas a estas palabras. Les estoy hablando, pero no reaccionan. Abren sus corazones, pero después los cierran y no quieren escuchar ni saber, porque no quieren actuar.
Ustedes son especiales, son distintos a los que están en el mundo. Por eso el mundo los odia.
Recuerden mis palabras y prepárense para lo que viene. Estén atentos y comprendan. Deben estar alerta.
Deberán tomar decisiones serias. Deberán acercarse a mí y confiar.
No claudiquen. Resistan hasta obtener la corona de la vida. Amén.
Mensaje en vivo (14 de septiembre)
Este es un llamado de parte del Señor a su pueblo a despertar. Muchos están cómodos y tranquilos, como en los días de Noé, viviendo una vida sin preocupaciones, sin ver que el tsunami se acerca. Muchos están poniendo prioridades superficiales en sus vidas, sin discernir el huracán que se aproxima.
La Biblia llama constantemente a todo hijo de Dios a velar. «Velen en todo tiempo», dice el Señor en su Palabra, pero hoy muchos duermen, sentados en sus asientos, disfrutando de los deleites de la vida, y cuando llegue la tormenta, no van a poder mantenerse en pie. Se van a caer por no haber creído la Palabra escrita que el Señor nos dejó, ni las advertencias y recordatorios que sus siervos, los profetas, están dando al mundo.
Hijitos, despierten en el espíritu, dice el Señor. ¡Muévanse! Compartan las buenas nuevas en cada rincón del planeta. Denle la oportunidad a los que están en tinieblas de conocer la luz antes de que se cierre la puerta, porque llegado el momento les voy a preguntar: «¿Por qué no abriste la boca? ¿Por qué no compartiste la vida que te di?».
Hijitos míos, ¡no duerman, no duerman, no duerman! ¡Despierten! Viene el ladrón para robarles lo que ganaron, para destruir lo que construyeron, dice el Señor.
Mientras ustedes se afanan por hacer montañas de dinero, el ladrón ya tiene listo el plan para quitarles todo eso, porque ahí donde está su corazón —en las cosas superficiales de este mundo, si piensan, anhelan y gastan demasiado tiempo, esfuerzo y estrategias en acumular dinero y bienes materiales—, ahí está su corazón, dice el Señor.
Noelia: El Espíritu Santo me trae a la mente aquella historia en la Biblia donde el Señor habla del rico que juntaba riquezas y decía: «¿Dónde voy a guardar todo lo que estoy juntando, todas mis riquezas?», y el Señor le respondió: «¡Necio! Hoy vienen a tomar tu alma».
Muchos en el pueblo del Señor están en esa condición: preocupados por lo que van a vestir, por lo que van a comer en los tiempos de hambruna que se acercan, ocupados en llenar sus bolsillos, en multiplicar sus riquezas o en aumentar sus reservas en el banco, sin darse cuenta de que están poniendo su corazón en esas cosas de una manera ilícita.
¡Despierten, despierten!, dice el Señor, porque mientras ustedes apuestan por esas cosas y dedican la mayor parte del tiempo a ellas, sin confiar en que Yo los voy a sostener y alimentar, el tornado está a un metro de sus casas. No se dan cuenta de que todo lo que están juntando pueden perderlo en un instante. No ven que deben invertir en las cosas celestiales más que en las materiales.
Oh, mi pueblo está dormido, dice el Padre. Cuánto me duele, cuánto me duele ver que muchos no me miran, no me buscan, no abrazan mi Palabra, no reaccionan, no accionan. Son como muñecos a los que se les da cuerda y caminan, sin darse cuenta de la red que se les ha tirado encima.
Hijitos, ustedes no están libres, dice el Señor. Son parte de un sistema dirigido por los líderes mundiales. Pero no teman al hombre, porque nada puede hacerles. No teman al que puede destruir el cuerpo, sino témanme a mí. Busquen alcanzar la vida eterna. Busquen retener sus coronas. Busquen estar sueltos completamente de las cosas pasajeras, para adueñarse de las eternas.
Hijitos, no se puede comparar una morada terrenal con una eterna, dice el Señor. ¿Por qué se preocupan tanto por levantar ladrillo tras ladrillo? ¿Por qué se preocupan más por construir cosas que en un parpadeo pueden desaparecer? Porque todo lo que ven no dura para siempre.
Más bien, trabajen en construir cosas que nunca se pueden destruir, dice el Señor, que permanecen para siempre, que el fuego no puede destruir, que no se pueden ensuciar, que no se pueden corromper.
Hijitos, están poniendo la mirada equivocadamente en cosas que no aprovechan, dice el Señor, preparándose años y años para levantar casas, para construir empresas, dedicándose años y años a tener una vida cómoda, porque proyectan al futuro del tiempo del mundo en vez de poner su mirada en las cosas celestiales.
¿Cuándo van a despertar? ¿Cuándo se van a interesar por mí? ¿Cuándo se van a interesar por aquellas cosas que a mí me interesan, hijos míos?
Sin embargo, Yo no me canso de llamar y llamar a mis hijos, de sacudirlos de distintas maneras para ver si reaccionan, para ver si responden, para ver si reconocen las puertas que pongo delante de ellos una y otra vez, para que entren allí, donde quiero mostrarles un mundo nuevo, dice el Señor.
Ustedes ponen en la balanza las cosas del mundo y las celestiales, y ven como si fueran oro puro las cosas del mundo y como si fueran hojarasca las cosas celestiales. De este modo, las cosas del mundo pesan mucho más para ustedes que las celestiales.
Ese es el trabajo que ha hecho Satanás en sus mentes, dice el Señor, llenándolos de ideas equivocadas. En un segundo, viene el diablo y sopla sobre esa hojarasca y desaparece, no quedando nada. En un segundo, viene el enemigo y les roba lo que tanto están reservando, quitando de esa balanza ese oro que ustedes tanto atesoran.
Hijitos, ustedes no entienden, dice el Señor, no entienden el tiempo donde están viviendo, no entienden lo que se avecina sobre la tierra. No entienden las señales que estoy desparramando en el mundo. No saben leer los tiempos.
¿Hasta cuándo tengo que ver sufrir a los míos por ignorancia, por distracción, por enfriamiento? ¿Cuándo se van a calentar por mí? ¿Cuándo me van a mirar? ¿Cuándo me van a escuchar? ¿Cuándo me van a prestar atención con todo su corazón?
Son tan fáciles de distraer, dice el Padre, tan fáciles de comprar, tan fáciles de tentar, tan fáciles de caer en el hoyo que está debajo de sus pies. ¿Y saben por qué? Porque caminan mirando derecho. No miran para abajo. No ven las minas que hay en el piso. No ven las trampas que coloca el enemigo. ¿O qué piensan, que él no trabaja en su contra?
Amigos míos, dice el Señor, estoy sonando la trompeta de muchas maneras, y no van a tener excusas. Yo les advierto que las cosas no van a ser fáciles. Nunca fueron fáciles para los que son míos.
Pero muchos leen las Escrituras y piensan que las dificultades que tuvieron mis discípulos en esos tiempos son solo palabras vanas, y que hoy un hijo de Dios tiene que tener la vida fácil, cómoda y resuelta. No se confundan.
Ustedes piensan que tienen, pero están tan controlados por estas organizaciones mundiales que, aun lo que piensan tener, no lo tienen de verdad, porque solo les basta a ellos con apretar un botón para quitarles sus pertenencias, dice el Señor.
¿Qué va a pasar si el día de mañana entras a tu cuenta bancaria y descubres que no hay nada, y no hay nadie a quien reclamar? Se van a llevar tu corazón junto con eso, porque ahí lo pusiste. Eso era lo que te importaba.
En cambio, si pones tus ojos en mí, nadie va a poder arrebatarte la vida eterna. Nadie va a poder quitarte de mi lado, y serás fructífero, no como un árbol que se está secando.
Oh, hijitos, reaccionen a mi llamado, dice el Señor. No esperen a sufrir estos golpes, porque van a venir golpes en todos los aspectos de la vida del hombre.
Van a ser golpeados. Van a ser zarandeados. Voy a probarlos y voy a ver quién realmente estaba parado firme en la Roca. Voy a ver quién realmente tenía puesto su corazón en las cosas celestiales y no en las materiales.
Hijitos, escuchen, dice el Señor. Abran sus oídos y entiendan que se viene un tiempo como nunca se vio en la tierra, porque una de las armas más grandes que tiene el príncipe de este mundo en este tiempo es la tecnología, las redes, la conexión.
Antes, en los tiempos antiguos, les era más difícil a los líderes de Satanás ponerse de acuerdo para gobernar la tierra, porque tardaban en comunicarse. Pero hoy, tomando decisiones guiadas e inspiradas por el reino de las tinieblas, ellos forman una fuerza y ejecutan con mucha más rapidez lo que planean, porque los hijos de las tinieblas son sagaces e inteligentes para hacer el mal, dice el Señor.
Pero los hijos de la luz se quedan atrás. No todos están velando, no todos están despiertos, y lo peor de todo es que no a todos les importa. No les importa, dice el Señor. Se viene el turbión, se viene el aluvión, y muchos no quieren saber, no quieren oír, no quieren despertar, no quieren crecer, no quieren trabajar.
El diablo los hipnotiza con las cosas mundanas. Hombres y mujeres perdidos en la vanidad de este tiempo, preocupados por su cuerpo, preocupados por el qué dirán, preocupados por cumplir reglas eclesiásticas en vez de preocuparse por servir al Rey, en vez de ocuparse de sus espíritus, en vez de prepararse.
Hijitos, ¡vean, vean! Abran los ojos. Miren bien, dice el Señor. Ellos ya tienen todos sus datos. Saben a dónde ustedes van, cuándo entran y cuándo salen.
Ellos tienen bancos de datos de cada uno de ustedes, dice el Señor. Desde el momento en que nacen, les asignan un número en sus identificaciones personales, y a través de ese número controlan toda su vida y recopilan todos esos datos para tener más herramientas y concretar el plan de control mundial.
Es un plan maestro. Es una red. Es una telaraña de la que no se puede salir, dice el Señor.
Hijitos, entiendan que van a tener que ser fuertes y resistir hasta el final, porque el que persevere hasta el fin, este será salvo.
[Mateo 24:13] Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.
¿Por qué se distraen con cosas pasajeras?, dice el Señor. ¿Por qué comen cualquier carnada que se les tira?
Noelia: Veo cañas de pescar y cómo los peces pican enseguida.
¿Por qué más bien no dedican tiempo a edificarse?, dice el Señor. ¿Por qué más bien no dedican tiempo a fortalecer sus espíritus, para que cuando vengan las pruebas más fuertes puedan resistir y mantenerse firmes en la fe?
Se los va a poner entre la espada y la pared para que tomen decisiones que tendrán consecuencias importantes en sus vidas y en las de sus familias, dice el Señor.
Reconozcan, entiendan y estudien los tiempos donde están caminando, porque estoy avisando antes de que acontezca cada evento que viene, para que sepan cómo reaccionar y puedan caminar en la luz de mi Palabra y no en la oscuridad, dice el Señor.
Ustedes no tienen que ser como los del mundo, que no saben lo que se viene, que no conocen los tiempos y la era en la que están. Mis hijos están llamados a caminar en la luz, a tener conocimiento y sabiduría celestial, pero la mayoría está distraída, dice el Señor. No me buscan ni me contemplan.
Simplemente responden como cualquier ciudadano más. Actúan como uno más, como si nadie alumbrara su camino. Y así van como ovejas al matadero. El tiempo de oscuridad los va a tomar distraídos, sin estar preparados.
Hijitos, ámenme con un corazón completo. Ámenme por completo, dice el Señor, y Yo les voy a indicar lo que tienen que hacer, lo que tienen que hablar, lo que tienen que responder. Por mi Espíritu los voy a guiar, porque todos aquellos que son hijos de Dios son guiados por el Espíritu de Dios.
[Romanos 8:14] Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.
Noelia: En vez de permitir que el miedo maneje sus vidas, ¿por qué más bien no se conectan con el Espíritu del Señor? Esa no es la reacción que espera el Señor. El miedo, la desesperación y la angustia no son para un hijo de Dios, para el que está en la luz, porque para eso el Padre mandó su Espíritu.
Él les va a hablar, los va a guiar y les va a indicar las decisiones que tienen que tomar. El Padre está en todas las cosas, y el Hijo no nos ha dejado solos.
Hijitos, reaccionen y prepárense, dice el Señor. Ármense con las armas de la luz y resistan.