Bendiciones. Acá está Noelia, en mi canal «Noelia ama a Jesús», hoy, 18 de mayo del año 2022, transmitiendo en vivo para darte un mensaje de parte de nuestro amado Señor Jesucristo.
Gracias, Padre, te damos por esta nueva oportunidad de encontrarnos juntos en esta transmisión. Gracias, Señor. Te pedimos que sea tu Espíritu Santo acompañándonos durante esta transmisión y trabajando en todos los corazones que se van conectando, en el poderoso nombre de Cristo Jesús. Gracia y paz a todos. Alabado sea el Señor por un nuevo encuentro. Vamos compartiendo esta transmisión para que sea de bendición para más hermanos, si así lo quiere el Señor, en el nombre de Jesús.
En esta ocasión voy a compartirles una palabra del Señor que recibí el día de hoy, 18 de mayo del 2022, donde el Espíritu Santo me mostraba distintas situaciones que hermanas y hermanos están pasando, donde el enemigo los está atacando fervientemente y activamente. Por ejemplo, están teniendo problemas con su trabajo, problemas para cobrar los sueldos, o también en lo que el Señor les había profetizado que iban a recibir algo; situaciones donde todo estaba fluyendo tranquilamente y de repente hubo un corte.
He sabido también de distintos hermanos y hermanas que están teniendo problemas con sus parejas, situaciones raras, donde de repente se encontraron con cosas poco comunes. El Espíritu Santo me mostraba que el enemigo estaba sembrando discordia en estas distintas cosas por las que los hermanos estaban pasando. Por ejemplo, todo venía bien en alguna área de tu vida y de repente explotó una bomba, hablando metafóricamente, y te quedaste pensando: «¿Qué está pasando? Esto iba bien, y de repente siento que se me está robando algo, siento como si esto fuera un ataque». Y el Espíritu Santo me revelaba en estos días que eso es literalmente lo que está pasando: que el enemigo está atacando a los hijos de Dios. Dice la Palabra de Dios:
[Juan 10:10, RVR1960] El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Lo que yo veía que se repetía en común en este tiempo es que el enemigo era el que estaba hurtando, el que estaba robando eso que Dios te había dado, y que el enemigo era el que estaba intentando matarte, el que estaba intentando destruirte a través de robarte eso que el Señor te había dado, eso que parecía estable en tu vida, eso que habías logrado con todo tu esfuerzo quizás.
El mensaje que el Espíritu Santo me daba era que te levantes y que te defiendas en este tiempo; problemas con los hijos, gente con la que te estabas llevando bien y, de repente, parecía como que todo cambió de la nada. Son situaciones espirituales, donde por distintas razones se abrieron puertas para que el enemigo pueda actuar y tratar de robarte esa bendición que el Señor te había dado.
Lo que yo podía ver era que no todos se levantaron a defenderse, y no solo a defenderse, sino también a atacar lo que el enemigo estaba haciendo en sus vidas, en el caso de estos hermanos con los cuales he tenido contacto en este tiempo y a quienes estaba ministrando o simplemente escuchando los problemas que estaban teniendo. El Señor me mostraba que no todos los hijos de Dios se están levantando para defenderse y para atacar esto que el enemigo está haciendo en sus vidas.
El mensaje muy cortito de hoy para tu vida es que te levantes y que te revistas de toda la armadura de Dios para que puedas estar firme contra estos ataques del enemigo y contra estas asechanzas del diablo en tu vida; que tomes conciencia de que estas cosas están primeramente sucediendo en el espíritu. Entonces, la solución no es primeramente atacar en lo físico, sino ir a lo espiritual y desatar esos nudos espirituales que se generaron en primera instancia en lo espiritual, para que después se vean las consecuencias en lo físico. La Biblia dice:
[Efesios 6:12-13, RVR1960] Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Sin embargo, yo veía que mientras muchos hijos de Dios están siendo atacados por el diablo, por estos principados, por estas potestades, por estos gobernadores de las tinieblas, por estas huestes espirituales de maldad, no solo no toman la armadura completa de Dios, sino que no intentan resistir, no intentan defenderse de estos ataques, y rápidamente se sienten abatidos.
El diablo no solamente puede destruir esta parte, ya sea en el área económica o afectiva, sino que, más allá de eso, lo que él quiere y lo que está logrando (inclusive en los hijos de Dios) es que tu moral caiga y que no puedas controlar tus emociones, que entres en un estado de desesperación y que no te defiendas ni entiendas que primeramente tenés que armarte en el espíritu y defenderte de estas cosas que el enemigo está haciendo en tu vida, me decía el Espíritu Santo.
El Señor está esperando que en estas situaciones difíciles te armes con toda la armadura de Dios y que ataques a través de la oración, que uses las armas de la luz que Dios te ha dado para defenderte de estos ataques, y que, a través de este contraataque usando estas armas de la luz, provoques que el enemigo retroceda en tu vida. Sin embargo, muchos de ustedes ni siquiera están entendiendo ni utilizando la autoridad que Dios nos dio por el simple hecho de ser hijos de Dios. La Biblia dice:
[Lucas 10:19, RVR1960] He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
Esa potestad que el Señor nos dio no la estamos usando correctamente y no la estamos poniendo en práctica. No solo eso, sino que, en el caso de algunos hijos de Dios, ni siquiera la estamos creyendo.
Estoy viendo que muchos de ustedes están teniendo problemas en diferentes áreas de su vida, puertas que se están cerrando que una vez estuvieron abiertas: conflictos en relaciones con personas con las que antes no tenías problemas, gente con la que te llevabas bien y, de repente, en estos días todo cambió y te estás preguntando: «¿Qué pasó, si yo estaba bien con esta persona? ¿Por qué de repente se dio vuelta y parece ser una persona completamente distinta de aquella con la que yo venía trabajando?»; problemas con tus finanzas; ataques en los viajes —algunos de ustedes tenían que viajar y, de repente, ese viaje se ve truncado—; cosas que son como puertas que se cierran de golpe y no estás entendiendo lo que está pasando.
El Espíritu Santo me hacía saber que entiendas que estas cosas están sucediendo en el espíritu, que es el enemigo metiendo su cola en tu vida. Pero tampoco estás entendiendo que tenés que levantarte y hacerlo retroceder, si es que él no tiene ningún derecho legal en tu vida. Si estás en santidad, si estás bien con Dios, si estás cerca del Señor, si tus vestiduras están blancas, si tus manos están limpias, entonces tenés el derecho de utilizar la Palabra, la espada del Espíritu para defenderte; tenés el derecho de levantarte y de contraatacar esto que el enemigo está haciendo en tu vida, y no lo estás haciendo. Si no lo hacés, no solamente el enemigo va a avanzar y va a lograr eso que está tratando de destruir en tu vida, y te va a poder quitar eso que está tratando de robarte, sino que va a ir un paso más lejos y va a tratar de destruirte emocionalmente. Después de haberte robado lo que te quería robar y de haber destruido lo que quería destruir en tu vida, él va a ir por más y va a tratar de meterte en depresión y hacerte permanecer triste después de esta situación, cuando en realidad el Señor te está llamando a que batalles en el espíritu.
«¿Y cómo lo hago?», preguntan los hermanos. Levantate en oración. Levantate en ayuno. Proclamá la Palabra del Señor. Aprendé cómo defenderte y cómo interceder por tu vida, por tu casa, por tus cosas que el Señor te dio, en el nombre que es sobre todo nombre, en el nombre poderoso de Cristo Jesús. La Palabra dice:
[Jeremías 1:10, RVR1960] Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
Y muchos hijos de Dios no lo están haciendo. Simplemente caminan por la vida sin intervenir en las cosas espirituales al nivel que el Señor espera que lo hagamos. Así que este es un mensaje de aliento para vos.
Estoy viendo que en este tiempo hay un movimiento en donde el diablo ha mandado a sus espíritus a robarte lo más preciado que tenías, por ejemplo, a provocarte problemas y conflictos en diferentes áreas de tu vida. El mensaje principal de Dios para vos es que te levantes y que destruyas las obras de las tinieblas a través de la oración. La Palabra del Señor dice que no debemos estar ignorantes de las maquinaciones del enemigo. Sin embargo, muchos de ustedes, me muestra ahora el Señor, están caminando ignorantes de lo que el enemigo está forjando en sus vidas en este tiempo. Levantate a destruir lo que él está haciendo, a cancelarlo en el nombre poderoso de Cristo Jesús. Levantate a pedirle al Señor que mande refuerzos espirituales para que hagan guerra espiritual por vos, en el nombre de Jesús.
El Espíritu Santo me muestra que muchos de ustedes no saben cómo utilizar las armas espirituales. La alabanza, la adoración, es un arma espiritual. El hablar en lenguas es un arma espiritual. Si te estás encontrando en un conflicto, en una situación conflictiva, comenzá a hablar en lenguas por un tiempo prolongado, no por un minuto. Hacé batalla espiritual a través de esas lenguas. Pedíle al Espíritu Santo que te muestre cuál es la estrategia que tenés que llevar adelante para ganar esa batalla espiritual en la cual te encontrás, porque te digo algo: el enemigo no descansa, pero los hijos de Dios muchas veces nos dormimos.
El enemigo no se queda quieto; el enemigo ataca; el enemigo va hacia adelante y utiliza absolutamente todas las armas espirituales que pueda utilizar contra nosotros si le es posible y si le es permitido de parte del Señor. Pero no todos los hijos de Dios se defienden, ni hablar de atacar. Así que el Espíritu Santo hoy te está llamando a levantar ese escudo de la fe y a pedirle al Señor que te muestre cómo destruir esas paredes espirituales que el enemigo levantó entre vos y tu pareja o entre vos y tus hijos o entre vos y el resto de las personas con las cuales estás teniendo problemas.
El Señor quiere mostrarte y quiere revelarte, pero tenemos que ser perspicaces, tenemos que ser inteligentes, tenemos que ser astutos y no dormirnos en los laureles. Hay algo que el Señor te dio; entonces, levantate a defenderlo. Hay algo que el Señor te prometió; entonces, conquistá esa tierra prometida. Eso es lo que el Señor espera de nosotros en este tiempo.
Gracias, Señor. Yo te pido en este momento que despiertes todo espíritu dormido de todo hermano que está escuchando esta ministración, en el nombre de Cristo Jesús. Padre de la gloria, entrega en cada mano de estos hermanos y hermanas toda arma espiritual que necesitan para vencer, en el poderoso nombre de Cristo Jesús.
El Espíritu me dice: Levantate de madrugada a orar, levantate a cancelar y cortar todo pacto de las tinieblas, toda brujería que están haciendo contra vos, contra tu casa, contra tu pareja, contra tu trabajo, en el nombre de Jesús. ¿Te quedaste sin un viaje? ¿Te quedaste sin un sueldo? ¿Te quedaste sin algo que ya tenías, que ya habías ganado? ¿El enemigo llegó a robarte algo de esto? Entonces reclamalo y pedile justicia al Señor. No te quedes quieto. Este es el mensaje de hoy que tengo para compartirte.
Señor, en el nombre de Cristo Jesús, te pido que reveles esta palabra a tus hijos. Te pido, Señor, que quites todo velo espiritual que tengan en sus ojos para que no puedan ver lo que el enemigo está forjando en sus vidas. Te pido, Señor, revelación para que ellos puedan entender lo que se está forjando a nivel espiritual y que después los afecta a nivel material, físico, en sus vidas, en el poderoso nombre de Cristo Jesús.
Yo (Noelia) veo confusión en ustedes. En el nombre de Jesús, Padre Santo, te pido que limpies toda mente de confusión en este momento. Te pido que quites toda duda, todo doble ánimo. El enemigo está colocando doble ánimo en muchos de ustedes. El Espíritu me dice: Plantate firme como guerrero, como guerrera en el Señor, utilizando el arma de la oración, el arma de la alabanza, el arma de hablar en lenguas, el arma del ayuno, el arma de proclamar las Escrituras en voz alta, en el nombre de Cristo Jesús.
Venimos ahora juntos, con todas estas cosas que está haciendo el enemigo en nuestras vidas, para destruir las obras de las tinieblas. En el nombre de Cristo Jesús, nos levantamos ahora para atacar toda brujería contra vos, contra tu casa, contra los tuyos, contra tu trabajo, contra tu pareja, en cualquier área, en cualquier situación que estés pasando. Padre, yo ahora te pido que mandes ángeles guerreros a esta situación para que destruyan las obras de las tinieblas, para que ataquen a esos espíritus malignos que el enemigo ha enviado en contra de su vida. Señor, te pido que desates todo nudo espiritual que el enemigo ha forjado en toda relación interpersonal entre mis hermanos y aquellas personas con las cuales están teniendo problemas, en el poderoso nombre de Cristo Jesús.
Es por el Espíritu de Dios; no es por fuerza ni por ejército, me dice el Señor. Por más que trates de solucionar las cosas, no lo vas a poder lograr si no le pedís ayuda al Espíritu de Dios, si no vas a través del Espíritu. Padre, levanta ahora esos altares de oración. Yo (Noelia) veo que muchos de ustedes han dejado caer estos altares, han descuidado los altares de oración, metafóricamente hablando. No estoy diciendo que tengas que levantar un altar literal, pero el Espíritu me muestra que dejaste caer tu altar espiritual de oración y que por eso el enemigo entró para robar, para matar y para destruir, porque te descuidaste, bajaste las armas del Espíritu, dejaste de orar, dejaste de ir ante la presencia del Señor, dejaste de preguntarle para que te dé revelación de lo que está pasando. Y entonces, como el enemigo no descansa, él avanzó. Pero hoy el Señor te dice que te levantes en guerra y que te defiendas, y que no sólo te defiendas, sino que ataques ante esa situación que estás atravesando, en el poderoso nombre de Cristo Jesús.
El Espíritu Santo me muestra que muchos de ustedes siempre están esperando que haya alguien más que esté luchando por ustedes, que siempre están pidiendo ayuda a alguien que supuestamente está más avanzado espiritualmente que vos. Pero Dios te dice: Aprendé vos mismo a defenderte, aprendé vos mismo a destruir las obras de las tinieblas, como dice Jeremías 1. Aprendé vos mismo a arrancar eso que el enemigo plantó, a arruinar esos planes que él está forjando, a través de la Palabra, en el nombre de Cristo Jesús. Y aprendé a establecer los planes de Dios para tu vida y para los tuyos a través de la oración y en el nombre que es sobre todo nombre: en el nombre de Jesús.
No te descuides en este tiempo y no permitas que él avance más de lo que ya avanzó. Te digo: Si no te levantás en oración y en batalla espiritual, eso no se va a detener, sino que va a seguir avanzando sobre tu vida. Pero Dios, que es un Dios de guerra y un Dios de batallas, Jehová de los ejércitos, Él mismo hoy te está llamando a que seas soldado y entres en esta batalla y defiendas y ataques y destruyas lo que el enemigo está haciendo alrededor tuyo y en vos, en el poderoso nombre de Cristo Jesús. Alabado sea Dios por este mensaje.
Yo (Noelia) veo muchas manos quietas, manos que tendrían que estar con la espada del Espíritu, manos que tendrían que estarse defendiendo a través de la espada del Espíritu. Sin embargo, esas manos están inmóviles, están quietas. No estás defendiéndote con las Escrituras, no estás proclamando las Escrituras, no las estás utilizando a través de tu boca, proclamando estas Escrituras para que el diablo retroceda. Tenés las manos quietas, tenés tu espada en el cajón. Dice el Señor: Activáte y entrá en esta batalla. Intervení en las cosas espirituales.
Gracias, Padre celestial. En el nombre de Jesús, yo imparto ahora mismo valentía, imparto denuedo sobre tu vida. Padre, despierta todos estos espíritus que se están durmiendo, en el nombre de Cristo Jesús. Gloria a tu nombre, Señor Jesús.
Tengo ángeles a tu disposición, dice Dios, tengo ejércitos que puedo poner a tu disposición, pero estoy esperando que abras la boca para pedirme que intervenga en los problemas que estás teniendo. Estoy esperando que te laves las vestiduras y vengas a mi presencia y traigas tu caso delante de mí para que Yo te indique lo que tengas que hacer, dice el Señor.
Pero muchos de ustedes están teniendo problemas y no están haciendo nada. Ese es el punto que me está mostrando el Espíritu Santo. Ni siquiera fueron delante del Señor para pedirle ayuda, sino que simplemente se han quedado quietos, dejando que el enemigo avance y avance en contra de sus vidas.
Dice el Señor: Insistí como la viuda insistente, que no paró hasta que el juez le hizo justicia. En el nombre de Jesús, ve delante del trono y reclama eso que el enemigo te robó y que no tenía derecho para hacerlo, y el Señor lo va a restablecer.
[2 Timoteo 1:7, RVR1960] Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Yo veo que muchos de ustedes se están quejando porque están siendo atacados, se están quejando porque están perdiendo cosas, porque el enemigo les está quitando cosas. Sin embargo, no están siendo valientes, no están caminando en poder, ni en amor, ni en dominio propio, y no están tomando las armas de la luz, como dice la Palabra, y entrando en la batalla para defender lo que les corresponde, sino que en la primera de cambios se están dejando caer.
Esto no tiene que ser así. Esto viene de una falta de entendimiento de quiénes somos en el reino del Señor, de cuán grande es nuestra autoridad que Dios nos ha entregado, la potestad de hollar serpientes y escorpiones, como dice Lucas 10:19, potestad que el Señor nos ha dado para que intervengamos en las cosas espirituales. Levantate, hermano, levantate, hermana, y defendé y recuperá esa tierra que el enemigo te robó, porque aún te corresponde. Pero el Señor espera que te actives, que te levantes, que vayas por eso y que no descanse tu alma hasta que ganes esta batalla.
El Señor sabe lo que cada uno de nosotros estamos pasando y sabe cómo darnos la llave para tener la victoria. Pero si nosotros nos quedamos estancados, si nosotros nos quedamos quietos, somos como un soldado que está en el medio de la batalla pero está inmóvil. Es fácilmente derribado; es fácilmente destruido. Tiene que defenderse ese soldado; tiene que mantenerse en constante movimiento para no ser derribado, para que no se convierta en una baja por causa de esa inmovilidad. Así que esta es mi invitación para ti en este tiempo.
Nosotros somos los que tenemos que utilizar el libre albedrío que Dios nos dio, el poder de la decisión, utilizar nuestra voluntad para levantarnos, en el nombre de Jesús. Nosotros tenemos que decidir levantarnos. Muchas veces el diablo nos engaña y nos hace creer que no podemos más, que no nos vamos a levantar del piso, que el golpe ha sido demasiado fuerte, pero son mentiras que el enemigo te pone en tu mente para destruirte, para que te quedes en el piso hasta que desfallezcas. Sin embargo, el Señor una y otra vez nos dice en su Palabra que Él estaría con nosotros hasta el fin de los días, que seamos como el que corre la carrera y la termina, que tiene el foco puesto en el premio.
Si ya sabemos que vamos a tener dificultades, si ya sabemos que la Palabra nos avisa que vamos a pasar por esas cosas, entonces también sabemos que hay una parte que tenemos que hacer nosotros. Por más que el Señor nos ayude, tenemos que decidir levantarnos. Cada vez que estemos caídos, tenemos que decidir levantarnos con la ayuda del Señor. Si nosotros nos quedamos como una hoja en el viento que es llevada para cualquier lado para donde el enemigo quiera, entonces vamos a sufrir las consecuencias.
Hay una parte que tenemos que hacer nosotros, y eso es lo que quiero transmitirles en esta noche por el Espíritu Santo de Dios. Hay una parte que la hace el Señor, naturalmente, porque dice la Palabra que no es por fuerza ni por ejército, sino por su Espíritu, pero siempre el Señor nos va a dejar libres para que nosotros decidamos qué es lo que queremos hacer. Si vos querés seguir deprimido en tu cama toda la vida, entonces el Señor no te va a obligar a que te levantes. Pero si vos tenés ese problema pero querés salir de esa depresión y le pedís ayuda al Señor, entonces, porque utilizaste el poder de tu decisión para decidir levantarte y luchar contra eso, el Señor te va a ayudar a salir de ese pozo.
Así que hay una parte que tenemos que hacer nosotros: no nos dejamos caer. Imagináte, si entra un ladrón en tu casa y quiere robarte tus cosas y vos estás adentro de tu casa, ¿qué vas a hacer? ¿Te vas a quedar sentado, te vas a acostar a dormir mientras él te roba las cosas? Entonces, el mensaje de hoy es: No te quedes dormido. No te quedes cruzado de brazos, sentado, mirando lo que el enemigo hace, cómo él destruye completamente tu vida, sino que levantate y defendete y echalo afuera en el nombre de Jesús.
Así que, amados hermanos, espero que este mensaje los sacuda en sus espíritus. Espero que empiecen a activarse, aquellos que están inmóviles, que están quietos, que se están dejando pasar por arriba como con una aplanadora, y que tomen armas en el asunto y que, por más que duela lo que duela la situación por donde están pasando, se levanten a destruir esas torres que el enemigo levantó. Amén.