Estoy recibiendo una palabra hoy, donde el Espíritu me dice que viene mucha desesperación a la tierra, que la desesperación va a abundar en las calles, que la gente, en algún punto de la historia, va a salir a las calles gritando de desesperación por las cosas que han de venir a la tierra. Veo catástrofes naturales; veo movimientos de la tierra. Veo granizo caer. Veo inundaciones y distintos eventos naturales que van a provocar que los habitantes del mundo estén desesperados, corriendo de aquí para allá, tratando de esconderse de estas cosas que van a venir.
La tierra se va a agitar de un lado para el otro, se va a quebrar, dice el Espíritu. La tierra se va a abrir, se va a rajar debajo de los pies de los que habitan en ella, y la desesperación va a tomar a las personas por estas cosas que van a suceder. Pero ustedes, hijitos, no se desesperen, dice el Señor, sino tómense de mi mano, porque al tomarse de mi mano, Yo voy a impartir calma sobre sus corazones, porque Yo voy a tener mi mano sobre ustedes cuando todas estas cosas acontezcan, y voy a hacer diferencia entre el limpio y el sucio.
Hay algunos eventos que suceden en la vida que provocan desesperación, eventos donde uno se siente como si estuviera encerrado entre cuatro paredes, y aún como si esas cuatro paredes se ajustaran cada vez más, donde uno se siente ahogado y la desesperación empieza a fluir adentro nuestro cuando estamos en esas situaciones difíciles. Pero mis hijos tienen que aprender en este tiempo, en estos últimos días, a calmar las aguas de su espíritu, no importa la situación donde estén, dice el Señor. Mis hijos tienen que echar afuera toda desesperación que los provoque a colapsar. Mis hijos tienen que aprender a tener temple y a mantenerse equilibrados, aun cuando están en situaciones extremas donde sienten que la desesperación se quiere manifestar en ellos.
Ustedes tengan dominio propio, dice el Señor, y no dejen saltar estas emociones adentro suyo hasta que las controlen. Tomen las riendas de estas emociones que utiliza el enemigo muchas veces para hacerlos caer, para que se olviden de que tienen un Dios que se ocupa de todas las cosas que necesitan, para que piensen que están solos. La falta de fe provoca desesperación, dice el Espíritu de Dios. La falta de confianza en mí y en mi brazo fuerte provoca que se sientan desesperados. Pero entiendan, hijitos, que estoy con ustedes, que siempre lo estuve y que siempre lo voy a estar, aun cuando piensan que se ahogan. Como Pedro, que empezó a caminar sobre el agua, pero después se hundió en el mar y fue Jesús quien lo rescató, así mismo Yo rescato a los míos cuando ustedes sientan que empezaron a caminar por fe, pero de repente se cayeron y se ahogaron en el agua, o sentían que se iban a ahogar. Ahí voy a estar, dice el Señor.
No desesperen cuando escuchen noticias devastadoras. No desesperen cuando escuchen que el mundo entra en guerras. No desesperen a medida que van viendo que las leyes santas van desapareciendo entre los habitantes de la tierra. No desesperen cuando vayan viendo que los cristianos no solo son perseguidos, sino que son matados por causa de la fe alrededor de todo el mundo. No desesperen cuando falte la comida, porque voy a estar ahí con mi pueblo, como siempre estuve y como siempre voy a estar.
Gracias, Señor. Gracias, Padre santo. Yo te pido, Dios mío, que impartas esperanza en tu pueblo hambriento, en tu pueblo que ya está desesperado, para que cuando vengan las cosas peores y los dolores de parto se empiecen a incrementar y nuestros ojos empiecen a ver cómo todo lo que avisaste a través de las Escrituras se cumple de la A a la Z, tengamos esperanza en nuestros corazones, fuerza para resistir, sabiduría para saber cómo administrar nuestras emociones, cómo administrar lo que nos pasa, para que no entremos por esa puerta de la desesperación, para que no caigamos en esa trampa de la desesperación.
Muchos van a tomar la marca de la bestia, la van a aceptar por desesperación, dice el Señor. Los que no tienen a Cristo también se van a sentir cada vez más desesperados, porque la economía va a ser tan desastrosa que no va a haber para comer, y lo que haya va a ser tremendamente caro, cada vez más, y esto va a traer desesperación a la gente y se van a matar unos a otros para conseguir para comer. Y esto sin contar todas las otras cosas que van a pasar alrededor del mundo, cada vez con más frecuencia, a medida que estos dolores de parto se intensifican. Entonces, los incrédulos van a atacar a los hijos de Dios por desesperación, y cada cual le va a robar a su compañero por desesperación, y cada cual va a matar al otro para defenderse por desesperación.
El Señor está avisando de estas cosas.
[Lucas 21:25-27, RVR1960] Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.
[2 Corintios 4:7-9, RVR1960] Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos.
[Mateo 28:20, RVR1960] enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.