Traducciónes: inglés
Palabra profética recibida el 21 de noviembre
Las naciones confían en su propia fuerza. Las naciones preparan armas de destrucción masiva, creyendo que la más potente es la que gana. No entienden que sin mí no hay victoria, no hay escape.
Las naciones piensan y maquinan cómo destruirse unos a otros. Ellos no toman en cuenta que el cetro lo tengo Yo. Corren y se apresuran para ver quién diseña un arma aún mejor, y en ella ponen su confianza. Acorde al armamento que cada uno posee, así de grandes piensan que son.
¡Necios! Han perdido la cordura. No se trata de ver quién tiene el arma más poderosa de la tierra; se trata de quién confía más en su Dios, en aquel en cuyo refugio descansa el cansado, a cuyos brazos vienen los oprimidos para ser liberados, en quien habita la deidad eterna que siempre ha existido y existirá.
Sus armas son perecederas. Sin espíritu no funcionan. Ellos creen que pueden hacer cosas sin que Yo los vea. Ellos piensan que pueden abrir puertas que Yo no he abierto.
¡Qué pequeño es el hombre! Sin embargo, cree que es más que Dios.
Se mueven las olas de las gentes. Se mueven para donde los hombres las llevan. Ellos creen que tienen las riendas, pero no es así. Yo soy el Todopoderoso. El mundo es mío, y los que habitan en él.
Llega la hora de la prueba y todos serán testeados, pero voy a acercar a los míos a mí. Quiero que sepan que no hay planes escondidos para mí.
Todo lo que hacen, Yo lo veo. Todo lo que dicen, lo puedo escuchar. Porque aun antes de que la palabra esté en sus bocas, Yo ya la conozco toda. Nada hay oculto para mí. No existe cuarto secreto donde Yo no esté. No hay paredes blindadas por donde mi Espíritu no pueda ingresar. Todo está abierto ante mis ojos. Todo está anotado en mis libros.
Por lo tanto, hijitos, no deben temer, porque ustedes habitan en mí y Yo en ustedes, y somos uno, y mi mano los guarda del mal.
Oh, hijitos, he aquí que viene. He aquí que viene la calamidad sobre el mundo entero. Se acerca la hora de la verdad. Ya viene la hora de la prueba.
¿Qué vas a hacer si no estás conmigo? ¿Cuál será tu refugio? ¿Dónde morarás? ¿Quién será tu escudo en esa hora? Porque solo Yo soy el Grande de Israel, solo Yo soy el Dios de Jacob.
Tú eres mío. Ven, para que te abrace y seas guardado de la hora de la tentación. Aquieta tu espíritu y escucha mi voz.
Escucha, hijo: se avecina el mal sobre toda la tierra—peste, hambre, guerra, muerte y destrucción. ¿Cómo vas a resistir si no tienes mi Espíritu? Reflexiona ahora y piensa que necesitas un Salvador.
Ven y conóceme. Acércate a mí, porque solo Yo te daré paz en medio del caos. Siéntate a mi mesa y comamos juntos, para que ya no andes errante, sin saber para qué fuiste creado. Invierte en mi Reino. No seas terco como la mula y muévete hacia donde el Espíritu te quiera llevar.
Hijo, escucha. Yo soy Dios, y tú no. Yo te hice a ti, y no tú a mí. No yerres, y abandónate a mí. Renuncia a tus caminos y camina mi camino, el camino que he trazado para ti.
Ven cerca, hijo. Me vas a necesitar cuando la oscuridad descienda más y más, como tela de cilicio sobre todo morador del mundo. Vas a necesitar de mi luz para poder ver bien, porque las tinieblas serán tan profundas que, si no estás en luz, no podrás distinguir tu izquierda de tu derecha. Andarás tanteando, como un ciego que no puede reconocer lo que hay delante de él.
Toma mi bastón. Ármate de paz y de libertad en medio de la opresión, porque la presión de la olla aumenta. Vas a necesitar de mi amor en medio de tanto odio, para que no te seques como una planta sin sol.
Despierta, hijo. El mundo se sumerge en caos y opresión, y necesitas refugiarte en Aquél en cuya mano están todas las cosas.
Tú no eres un número más. Lo eres para ellos, mas no para mí.
Conviértete. Permíteme rajar el velo de tu corazón e ingresar a vivir en ti, porque se hace de noche y las computadoras no duermen, calculando los datos de las masas, y ellos siguen creando planes para manipularlas.
Llega la hora del tentador, y muchos que iban bien van a torcerse y volver atrás. No todos van a resistir. Muchos se van a enfriar y van a abandonar la carrera por falta de resistencia, por falta de entrega, por desamor, por miedo, por carnalidad, por egocentrismo, por idolatría, por seguir los deseos de los ojos, por amar la vanagloria de la vida.
El que esté tibio fácilmente cederá ante la tentación de renunciar a mi nombre. Volverán atrás, como retrocede el que no cuenta los costos antes de construir.
Llega la hora donde todos serán probados, pero no todos pasarán bien la prueba, sino solo los que verdaderamente habitaban en mí, porque el diablo los conoce bien y sabe cómo tentarlos, y ha ideado escenarios para hacerlos caer. Él es estratégico y observa lo que ustedes desean, para luego ofrecérselos en bandeja de plata, hermosa y adornada.
Deben resistir. Deben llegar hasta el final. Deben recordar quiénes son en mí y nunca olvidar que están crucificados juntamente conmigo desde el día en que decidieron no mirar nunca más atrás.
¡Resistan! No coman del fruto que les mandé que no coman. Vivan para mí.
La presión va en aumento, y van a verse tentados a renunciar, pero Yo vencí primero, para que ustedes venzan después.
Confíen, hijitos, confíen en que no los he abandonado ni los abandonaré. Plántense firmes y no desistan. Yo estoy aquí con ustedes hasta que hayan pasado la prueba, y aunque no me vean, saben que Yo soy.
Bienaventurado el que resista hasta el final. A este le espera la gloria y la alabanza de su Creador por los siglos de los siglos. Amén.
Palabras en vivo
Cuando el Espíritu Santo me entregaba esta palabra, me traía este versículo:
[Apocalipsis 3:10] Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
El Espíritu Santo me hacía entender que cuando la palabra de Dios dice «yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero», esta prueba tiene que ver con la tentación de renunciar al nombre del Señor Jesucristo.
A medida que la presión de la olla va en aumento, los hijos de Dios van a pasar por esta fuerte prueba y se van a ver tentados a renunciar al nombre del Señor Jesucristo. Se van a ver tentados a renunciar a la fe, mientras todas estas cosas que mencioné a través de esta palabra profética acontecen.
El Espíritu me mostraba cómo muchos hijos de Dios empezaban a retroceder al verse envueltos en pruebas fuertes de fe. Por ejemplo, cuando empezaban a obligarlos a participar en las obras de las tinieblas que «ellos» están planeando sobre el mundo entero, muchos creyentes no podían soportar y daban un paso atrás.
[Mateo 24:12-13] Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.
Cuando el Espíritu dice que «ellos» están maquinando planes sobre el mundo entero, habla de los grupos de élite que tienen el dominio global de la población y que tienen una agenda marcada y establecida por el mismo Satanás. Es una agenda diseñada no solo para llevar al infierno a las masas, sino cuyo objetivo principal es hacer caer a los que siguen al Señor Jesucristo.
«Ellos» son los magnates que están dominando la tierra en este tiempo. En otros mensajes ya he hablado sobre estas cosas y sobre estos planes escondidos y macabros que los que están al control, los titiriteros de la población mundial, están llevando a cabo. Ellos son los que dominan las masas y ya saben cuál es el siguiente paso después de haber lanzado la pandemia de COVID-19.
El Señor me decía que tengo que avisarles que la presión de la olla va a ir en aumento, porque estamos en los dolores de parto. Después de una contracción viene un descanso, y luego otra contracción y otro descanso. Cada vez las contracciones son más fuertes y difíciles de soportar, hasta que la mujer siente que ya no puede resistir tanto dolor y desea que ese bebé nazca de una vez.
Lo mismo va a suceder con nosotros. Si en este tiempo de pandemia apenas hubo un remanente capaz de soportar este sacudón, ¿qué va a pasar cuando venga lo peor de lo peor?
El Espíritu me mostraba una olla sobre el fuego, con la tapa empezando a moverse. Parecía que en cualquier momento iba a destaparse por la presión, y el agua iba a desbordarse.
Nosotros estamos dentro de esa olla, y el Señor quiere que entiendas que todo el mundo va a atravesar esta prueba, como dice Apocalipsis 3:10: la prueba va a venir sobre el mundo entero. No dice que va a venir sobre una parte del mundo. No dice que Él nos va a quitar de la hora de la prueba. Dice que si guardamos la palabra de su paciencia, Él también va a guardarnos de la hora de la prueba, donde vamos a ser tentados como nunca antes.
Y ahí se va a ver quién realmente está firme, parado sobre la roca que es nuestro Señor Jesucristo, y quién estuvo jugando con un evangelio liviano, con un evangelio tibio, pensando que solo con creer ya era suficiente.
Pero la Biblia dice que los demonios también creen y tiemblan. Recuerden el libro de Daniel. Cuando los muchachos hebreos entraron en el horno de fuego, no fue que el Señor los previno de entrar, sino que el ángel estuvo con ellos adentro, mientras su fe era probada.
Esta es una imagen de lo que la iglesia va a atravesar en estos días y que ya ha comenzado. Nosotros vamos a pasar por esa refinación, por ese horno de fuego siete veces calentado, para ver si realmente estamos dispuestos a ir hasta la muerte por el Señor Jesús.
Pero así como Él estuvo con sus hijos en el horno de fuego y ellos pudieron resistir esa prueba, así también en estos últimos tiempos el Señor va a estar con nosotros mientras transcurre la hora de la prueba sobre el mundo entero.
Veo que muchos corazones se están preguntando: «¿Dónde estoy parado realmente? ¿Cuánto puedo soportar por causa del nombre del Señor Jesucristo? ¿Dónde va a estar mi fe cuando vienen las pruebas y las tribulaciones? ¿Cómo voy a reaccionar cuando soy tentado? ¿Me va a ser fácil resistir o voy a sentir que la tormenta destruye mi casa?»
Cuando recibía esta palabra profética, veía cómo todo lo que está escrito en el pasaje de Mateo 24 se cumplía de principio a fin.
[Mateo 24:4-14] Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.
Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Quiero preguntarte hoy, para que lo medites en tu corazón: «¿Estás preparado para que te entreguen a tribulación, para que maten a tu familia, para ser aborrecido por todos por causa del nombre del Señor Jesucristo? ¿Estás preparado para que quizás tu propia familia te entregue y te aborrezca?»
Muchos se enfriarán, y dentro de ese «muchos» va a haber gente que conoces. Pero cuando llegue el momento de resistir y renunciar a muchas cosas de este mundo, cuando su fe sea probada al extremo, muchos que dicen ser hijos de Dios se van a dar vuelta tan fácil que no lo vas a poder creer.
Este es un aviso para toda la iglesia. Es un aviso para que nos preparemos y para que entreguemos ahora al Señor Jesús las partes de nuestro corazón que aún no le hemos entregado, para que cuando venga el tentador sobre nuestras casas y sobre nuestras vidas, no tenga nada de dónde agarrarse.
Quiero preguntarles, a modo de exhortación: «¿Estás habitando en el Señor? ¿Estás yendo a sus brazos cuando te sientes oprimido, cuando estás turbado? ¿O estás acudiendo al mundo para que te dé seguridad y solución? ¿Dónde está tu fe? ¿Dónde está tu confianza? ¿Dónde está tu seguridad?»
Creo que ni siquiera nos podemos imaginar lo que viene, porque nos han mentido durante tantos años, diciéndonos que la iglesia no va a pasar por pruebas. Muchos no entienden que nuestra fe tiene que ser probada, igual que la fe de los apóstoles cuando los perseguían para matarlos y ellos tenían que andar corriendo, escapando de los soldados romanos y de los judíos.
Así como fue antes, lo mismo pasa hoy en algunos países, pero esto se va a extender por todo el mundo, y el Señor quiere que lo entiendas y te prepares, porque viene persecución sobre la iglesia del Señor Jesucristo.
Los magnates mundiales y los grupos de élite tienen cosas preparadas contra nosotros, primeramente, que ni siquiera no imaginamos. Por eso el Señor está revelando en este tiempo lo que pasa en lo escondido. Dios es un Dios que revela los misterios y lo que está escondido, mostrándonos lo que sucede en la oscuridad y que ellos no quieren que sepamos.
A través de los atalayas de este tiempo, el Señor sigue avisando, una y otra vez, que nos pongamos a cuentas con Él, que nos acerquemos a Él, que mantengamos nuestras vestiduras y nuestras casas limpias, y que estemos velando.
¿Cuántas veces dice la Biblia en Mateo 24, en Lucas 21, en Marcos 13 y en Apocalipsis que velemos en todo tiempo, porque se acerca la noche? Porque los que no caminan en la luz de Cristo no van a poder ver lo que está pasando.
En la palabra profética de hoy, el Señor no está anunciando nada nuevo, sino lo que ya fue anunciado hace miles de años en la Biblia.
Se acerca la hora de la verdad, la hora de mostrar nuestra fe, porque la fe no se muestra cuando todo va bien, cuando vives en prosperidad, cuando estás sentado en la silla de tu congregación sin mover un dedo para ayudar a tu prójimo, y mucho menos al Señor. La fe se muestra cuando todo se sacude, y es en ese momento donde se revela si realmente confías en que existe un Dios que te va a sostener cuando todo a tu alrededor parece venirse abajo.
El Señor me muestra que muchos de ustedes están incrédulos y prefieren aferrarse a las viejas doctrinas que dicen que todo está cumplido y que la venida del Señor es inminente. Pero todos los que estudiamos la Biblia podemos ver que aún faltan cosas por cumplirse y que los dolores de parto recién están comenzando.
Yo no puedo obligarte a creer lo que te estoy diciendo, pero quiero invitarte a que estudies en la Biblia lo que te comparto, para que puedas descubrir por ti mismo si lo que digo es bíblico o no, porque la hora de la tentación va a llegar igual, lo creas o no.
El Señor no sacó a Noé y a su familia de la tierra antes de que venga el diluvio, sino que los guardó del diluvio en el arca, que entiendo que hoy representa al Señor Jesucristo. Y antes de que Sodoma y Gomorra fueran destruidas, el Señor avisó a Lot para que haga lo que tenía que hacer.
Hermanos, llega la hora donde todos serán probados, llega la hora donde todos serán tentados, pero no todos pasarán bien la prueba, sino solo los que realmente están habitando en el Señor Jesucristo. Y por más que el diablo los sacuda, los tiente, los mueva, les provoque angustia, tribulación y aflicción, ellos habrán comprendido que la fe tiene que ser probada, de la misma manera que la fe de la iglesia primitiva fue probada.
Te invito a examinarte y a escudriñar tu vida espiritual. Pregúntale al Señor para que te revele realmente dónde estás parado.
Si hoy viniera un terrible terremoto a tu casa, ¿cómo reaccionarías? ¿Dónde quedaría tu fe? ¿Qué pasaría con tu fe si una peste tocara a uno de tus hijos? ¿Qué harías si te encarcelaran? ¿Estarías alabando al Señor Jesucristo como Pablo y Silas, o estarías renegando y renunciando a tu fe?
Viene persecución, martirio, aflicción, aislamiento y presión de los gobiernos, que no les van a permitir a los cristianos participar en algunas cosas. ¿Estás listo para eso? ¿Tienes fe realmente? ¿O solo vas a la iglesia a calentar el banco y aplaudir cuando el pastor habla de algo que ni siquiera recuerdas después?
Calentate por el Señor, preparate en el Espíritu Santo, aprende a ayunar, intercede para que, en medio de todo este movimiento, cuando la olla se va calentando y la presión va subiendo, todos podamos resistir. Intercede para que las almas vengan al reino de Dios mientras todo esto acontece.
Pídele al Señor que te dé lo que te falte. Pregúntale cómo se hace para estar velando, cómo proteger tu casa para que el enemigo no la mine. Porque estoy viendo ahora al enemigo minando muchos hogares cristianos.
Yo me voy a glorificar a través de los míos, dice el Señor. Me voy a glorificar a través de aquellos que entiendan que morir por mí es ganancia. Me voy a glorificar cuando los esté refinando como se refina la plata. Me voy a glorificar cuando venga el tentador a querer hacer caer a muchos de los míos y se dé cuenta de que no puede tumbarlos, porque van a contar con una fe tan grande que nada los va a poder mover de aquellas decisiones que habrán tomado para ese momento.
Hijitos, dice el Señor, ¿ustedes quieren ser esos? Entonces renuncien a las cosas del mundo y entréguense a mí.
Muchos dicen seguirme, pero no me obedecen. Muchos dicen seguirme, pero se quedan quietos en el mismo lugar. Los llamo y los llamo, y no reaccionan, y no se levantan para seguir mis pisadas. Muchos dicen amarme, pero no lo demuestran con acciones, porque cuando les pido que hagan algo, cuando les entrego un mensaje, cuando los llamo a poner las manos en la mies, no me hacen caso.
Pero los entendidos, aquellos que se dejen pulir para que Yo los haga brillar aún más, van a empezar a resplandecer como los ángeles, con una luz que va a iluminar a kilómetros a la redonda de donde estén.
[Mateo 5:14-16] Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Deben tomar su cruz y seguirme, dice el Señor. Entiendan que vendrán distintos obstáculos en frente de ustedes.
Noelia: Veo un maratonista, alguien que va corriendo una carrera, y en el camino hay distintas vallas que tiene que saltar. Hay varios obstáculos que tiene que ir superando para avanzar hasta llegar a la meta.
El Señor me muestra que, cuando uno está corriendo una carrera en lo físico, a veces se siente tentado a renunciar y abandonar antes de llegar a la meta, y tiene que luchar con esa tentación de rendirse antes de tiempo, buscando motivación para no renunciar.
El Señor me dice que nos concentremos en su cruz, que está al final de esa carrera, donde está el podio. Los maratonistas corren por un trofeo mundano, pero nosotros corremos para alcanzar la promesa. Y veo la cruz y al Señor Jesucristo crucificado al final de esa carrera.
Resistan, dice el Señor. No renuncien antes de tiempo. Sean valientes. Pídanme que los fortalezca por mi Espíritu cuando se sientan tentados a decir que no creen en mí, cuando se sientan tentados a participar en las obras de las tinieblas que los grupos de élite están llevando a las masas a participar.
No van a poder resistir solos, dice el Señor, pero el que verdaderamente habita en mí puede entender que, cuando va corriendo esa carrera, Yo voy corriendo dentro de él.
Estoy con ustedes hasta el fin del mundo, dice el Señor. Hasta que terminen los voy a ir empujando, dice el Señor. Cada vez que sientan que no pueden avanzar, los voy levantando. Cada vez que sientan que se caen, sigan adelante, pase lo que pase, creyendo en mí, recordando mis palabras, entendiendo los tiempos.
Amén y amén.