Traducciónes: inglés
[1 Pedro 4:17] Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?
En este tiempo, dice el Señor, muchas cosas están pasando en la esfera espiritual. Este es un tiempo de limpieza y de purificación de mi casa. Estoy pasando la escoba. Estoy limpiando mi santuario. Estoy quitando el polvo de los utensilios.
Este es un tiempo decisivo para muchos de mis hijos, porque los estoy confrontando con sus impurezas, para que aquellos que pensaban que estaban limpios, pero en realidad no lo estaban, puedan verlo y enfrentar esta realidad.
Muchos de ustedes sienten que están atravesando este proceso, pero solo algunos se dan cuenta de lo que estoy haciendo. Estoy preparando a los míos para lo que viene, y etapa por etapa, el que no se ajuste a los movimientos espirituales que estoy generando no podrá avanzar hacia el nuevo nivel que le espera.
Para llevarlos hacia una gloria mayor, primero tengo que refinarlos. Así como cuando alguien encuentra una gema y primero debe quitar la tierra adherida para después poder ver su esplendor, así Yo quito la mugre de los míos para que brillen con aún más luz.
Hijitos, prepárense, porque seguiré moviendo todas las cosas. Sentirán que la tierra se mueve bajo sus pies y se sentirán tentados a dejarse caer.
Probaré cuán fuertes y resistentes pueden ser. Observaré cómo reaccionan cuando se encuentren en situaciones de inestabilidad. Veré si saben aplicar la sabiduría impartida a través de mi palabra. Y luego elegiré. Y luego separaré. Y quedarán los que hayan sabido sufrir la transformación hasta pasar de un «antes» a un «después».
Yo les daré la fortaleza, mientras no se desprendan de mi vid. Yo les hablaré, mientras quieran prestar oído a mi voz. Pero las decisiones deberán tomarlas ustedes, porque allí se mostrará realmente el núcleo de lo que son. En tiempos de prueba es donde se revela la verdadera identidad y lo que hay en el corazón de cada cual.
Hijitos, no desmayen. Estoy dividiendo las aguas. Estoy haciendo una separación santa. Verán caer a muchos, y para todo hay una razón. No desconfíen de mí. No me desprecien por lo que hago, sino entiendan que mis pensamientos, mis caminos y mis maneras son superiores a lo que ustedes pueden entender.
En este tiempo sentirán mucha oposición espiritual. Sentirán que no pueden dejar la espada del Espíritu ni por un momento, porque el enemigo andará al acecho. Será un tiempo intenso en cuanto a defenderse y atacar.
Por eso indicaré sus puntos débiles y sacaré a la luz lo escondido de sus corazones que no debe estar, para que, siendo limpiados, Satanás pierda efectividad en sus vidas.
Desarraigaré suciedad de las profundidades de sus almas, que hacía mucho tiempo yacía allí. Iré más profundo y hurgaré donde nunca antes había hurgado, y sabrán que yo soy aquel que realmente escudriña la mente y las intenciones del corazón.
No se asusten. Confíen en mí, porque me he determinado a limpiar mi casa, y es una limpieza bien profunda la que ya he comenzado a hacer desde hace un tiempo.
No se comparen con el otro hermano. Cada uno brilla de manera distinta. Cada cual emana una luz de diferente intensidad. Sean genuinos. Operen acorde a lo que les he dado y no acorde a lo que no les he dado, falsificando así la unción.
Busquen adentro de ustedes mismos, porque mientras voy realizando esta limpieza profunda, también enfoco mi mirada en las fortalezas que tienen y que vienen de mí. A medida que vaya sacando la tierra de adentro de ustedes, podrán ver elementos que antes no veían y que ahora podrán comenzar a utilizar para servirme.
Durante esta limpieza que estoy haciendo en mi casa, estarán los que queden atrás. El brillo de estos no aumentará, sino que disminuirá por ser negligentes y no disponerse a los cambios que vienen.
Otros seguirán en carrera, pero si no enfrentan los procesos internos por donde habrán entrado, no lograrán avanzar, porque para abrir un nuevo ciclo, primero debe cerrarse el anterior.
Luego estarán los que avancen. Estos suben un escalón. Estos avanzan mejor preparados. Estos son los que se fortalecen en mí. Estos son los que escuchan y están atentos a mis advertencias. Estos son los entendidos que saben que para seguir adelante es necesaria una transformación del carácter y del entendimiento.
Haré una diferencia entre los que se dejen limpiar y los que no.
Sanaré a muchos. Desataré a otros. Dotaré a muchos. Pero deberán tomar buenas decisiones. Deberán soportar el tiempo de prueba. Deberán darme la gloria, la alabanza y la honra por lo que haré con aquellos que se acerquen aún más a mí, porque el que no me dé la gloria caerá, como Herodes cuando creyó que él mismo era Dios.
Quebraré muchos vasos que se pervirtieron. Quitaré de mis altares a muchos malos ejemplos.
Oren, hijos, oren, para que todo aquel que me sirve pueda escuchar con claridad mi voz. Oren para que tenga misericordia de los que no pecan deliberadamente pero están en error. Oren para que, mientras limpio mi santuario, todos puedan resistir y ser aprobados. Oren para que los que están ciegos en algunas áreas puedan ver. Oren para fortaleza, porque voy a seguir sacudiendo a muchos ministerios con el objetivo de que quiten la mugre de sus casas.
Busco arrepentimiento, busco santidad, busco consagración, y quiero que los míos, los fieles, se diferencien de los que están en el mundo.
Mi intención en todo esto es que cuando pase el ángel de la muerte, no pueda entrar; que cuando vengan los verdugos, no puedan pasar; que cuando el juicio golpee tu puerta, no tenga nada contra ti. Quiero salvarte y quiero prevenirte.
Aviso y doy alerta a un pueblo enceguecido por falsas doctrinas, a un pueblo que de labios me adora pero que está lejos de mí. Llamo a muchos que están en la superficie y que hasta ahora no habían conocido mis profundidades, a que se sumerjan de lleno en las aguas de mi Espíritu y ahí se queden. Sin esto, serán como el tamo que arrebata el viento.
Escudriñen sus intenciones en cada movimiento que quieran dar. Manténganse a cuentas conmigo. No le den lugar al adversario, porque pasa el ángel escribano y pedirá cuentas. El que no se halle en la lista de los justos recibirá su paga, mas el que se encuentre limpio y purificado recibirá su recompensa y aún será ascendido y puesto en lo alto.
Estoy limpiando mi casa. Estoy preparando el terreno para lo que ha de venir.
Yo soy Dios y no hay otro como yo. Yo hago y yo deshago. Yo levanto y yo bajo. Yo elijo y yo determino. Yo dispongo lo que he de hacer y no hay quien pueda reprocharme mis formas. Yo doy y yo quito. Yo hago vivir y yo hago morir. Yo estoy en la eternidad y el tiempo está en mí.
¿Quién puede decidir mejor que Yo?